Indicadores Socioeconómicos. Que Medir... Gonzalo Ramírez
Indicadores Socioeconómicos. Que Medir... Gonzalo Ramírez
Indicadores Socioeconómicos. Que Medir... Gonzalo Ramírez
SOCIOECONOMICOS:
QUE MEDIR,
Gonzalo Ramfrez
Si algo debe quedamos claro del acápite anterior, es que la estadística socío
económica y específicamente los indicadores, son en último análisis, instrumentos
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históricamente determinados cuya naturaleza y uso están definidos de acuerdo a
los intereses y necesidades de los grupos sociales que los crgan y utilizan. Este hecho
cobra una nueva dimensión con la intensa socialización contemporánea de los pro
cesos y usos de la información, lo que da a las cifras e indicadores un valor polí
tico cada vez más significativo.
Los países dependientes subdesarrollados lo son también en menor o mayor
grado en el campo de la ciencia y la estadística social no es una excepción.
En América Latina, el desarrollo en este campo está condicionado por dos fac
tores: la influencia de las Ciencias Sociales estadounidenses, especialmente marca
da en el caso de los métodos cuánticos de análisis, y la presencia al interior de la
sociedad del complejo de contradicciones socioeconómicas y dominación oligár
quica que conforma el fenómeno del capitalismo subdesarrollado y dependiente.
La producción moderna de indicadores sociales y económicos data en nues
tra América, al igual que en los países capitalistas centrales, del momento en que el
Estado interviene directamente en la esfera de la gestión macroeconómica y de los
"problemas sociales" (mediación obrero-patronal y creación de condiciones para
la reproducción de la fuerza de trabajo).
La gran mayoría de los indicadores económicos que producimos hoy se reñe
ren a aquellas variables importantes para el esquema keynesiano de manejo econó
mico: Producto e ingreso nacional y tri-sectorial, ahorro e inversión, consumo,
productividad. A estos se suman otros como coeficientes de deuda externa, varia
ción de precios y circulación monetaria, etc. Estos datos de característica estátí
ca y: unidimensional se "dinamizan" construyendo series de agregados consecutivos
(lo que no garantiza una visión de las transformaciones ocurridas) y se dividen en
tre la población para obtener per-cápttas que nada dicen de la participación de las
clases sociales en la producción y el ingreso de las diferencias regionales. Menos
aún se toman en consideración las relaciones de poder entre clases y sectores socia
les, las relaciones de producción y explotación, etc.
En el terreno de los indicadores sociales, también constatamos preferencia por
aquellos que arrojan información sobre el objetivo fundamental del Estado en este
campo: la reproducción de la fuerza de trabajo útil para el proceso de desarrollo
capitalista y el manejo adecuado de los conflictos sociales. Por tanto, encontramos
porcentajes y per-cápítas de analfabetismo, mortalidad y nacimientos, morbilidad,
vivienda y otros similares. En las décadas recientes la preocupación de las Agencias
oficiales estadounidenses por el crecimiento de la población en Latinoamérica,
impulsa el desarrollo de una amplia gama de indicadores demográficos.
En los últimos treinta años, es remarcable la gravitación de los esquemas teó
ricos y metodológicos producidos en las Universidades e Institutos de los Estados
Unidos, sobre el desarrollo de los métodos de medición social y análisis de datos en
nuestra América. Estos esquemas se han desarrollado en gran medida atendiendo a
las necesidades de quienes patrocinan las actividades de investigación en aquella
• nación: los conglomerados monopólicos y el Estado. Por ejemplo, los avances de
vanguardia en Latinoamérica que en el campo de la medición económica se han
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dado con el desarrollo de modelos econométricos "criollos", son en muchos casos
el resultado de transplantes cuya concepción teórica de base, aplicación y utiliza
ción están fuertemente marcados por esquemas producidos en los EE.UU. Es inte
resante constatar que estos modelos, en boga ya desde hace unos 15 años en nues
tro medio, basan el cuerpo central de su sistema de ecuaciones en la perspectiva
teórica neo-keynesiana, y más recientemente en las teorías monetaristas. En conse
cuencia, se trata con agregados como producto real y potencial, propensión margi
nal al consumo, productividad marginal del capital, etc.
Normalmente no hay referencias sistemáticas a factores profundos o estruc
turales (distribución y uso de los recursos y el ingreso, persistencia de formas re
tardadas de producción, dependencia de un sector externo estancado estructural
mente, estructura fiscal anacrónica, etc.) que· justamente son los que determi
nan las características del crecimiento, consumo, inversión y productividad en
Latinoamérica. Aún más, la aplicación de estos modelos descansa sobre-una debi
lísima base de datos estadísticos, obstáculo común en casi todos los países de la re
gión. Los resultados de la aplicación de esos modelos constituyen un tipo de infor
mación sesgada pero útil a corto plazo para la élite que tienen en sus manos la ges
tión del aparato empresarial y el Estado, por demás irrelevante, para los sectores
populares y la solución de los problemas profundos del desarrollo.
En años recientes, especialmente apartir de los años 70, se han dado en la
región considerables esfuerzos por crear un aparato instrumental de medición, diag
nóstico y análisis respaldado en marcos conceptuales más adecuados a las necesida
des reales de desarrollo de las sociedades y las naciones latinoamericanas. Estos
esfuerzos se han dado tanto en lo que respecta a la planificación, el análisis y la ges
tión de la economía global de ciertos países, como a los diagnósticos de proble
mas puntuales de universos regionales o locales y a la gestión de la puesta en
práctica de proyectos específicos. Los esfuerzos de la primera categoría señalada
se han dado ante todo en países e instituciones donde existe el nivel de desarrol1o
técnico-científico necesario para desarrol1ar estas tareas, notablemente en Chile
y México, a nivel de organismos internacionales especializados e instituciones de
investigación superior, y naturalmente en Cuba. Los esfuerzos de la segunda cate
goría han tenido lugar en numerosos países de la región, en la medida que el trabajo
a este nivel es menos exigente en cuanto a condiciones de desarrol1o institucional
y científico previo y en cuanto a disponibilidad de decisión política de alto nivel
en la dirección adecuada.
EL PROBLEMA A RESOLVER
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y transformación social debe asumir tarde o temprano la construcción de su propio
sistema de información, y de nuevos indicadores, partiendo por supuesto de los
avances logrados anteriormente en ese campo.
Asimismo, si en términos muy generales nos planteásemos como aspiración
la construcción en Centroamérica de una sociedad democrática que-sea capaz de
llenar las necesidades y aspiraciones de desarrollo de los sectores populares y de ga
rantizar la recuperación y fortalecimiento de la soberanía nacional, hemos de con
c1uir que los indicadores disponibles no son sufientes para conducir ese proceso, y
algunos de ellos son totalmente irrelevantes.
Plantear la construcción de nuevos indicadores y su utilización por los secto
res populares para llevar adelante sus propios proyectos históricos, implica dirigir
la atención de los indicadores hacia aquellos aspectos que son medulares en la pro
blemática que enfrentan esos sectores, e implica también construir indicadores
que den cuenta no de situaciones estáticas sino de procesos de cambio.
Comprendemos que esto no es tarea fácil ni puede aspirarse a avances rápi
dos en un terreno donde habría que desarrollar una tarea compleja y exigente de
creatividad que deberá partir de las propias bases epistemológicas del sistema de
tratamiento de la información.
Sin embargo, creemos que es posible y necesario iniciar una discusión que
apunte en esa dirección, y sistematice los avances ya logrados en este sentido. Nos
atrevemos a proponer los siguientes campos temáticos, a los que creemos que debe
dirigirse la atención al tratar el problema que nos ocupa desde la perspectiva pro
puesta:
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no coinciden necesariamente con los problemas que realmente enfren
tan los sectores populares. Los indicadores se construyen a partir de
una racionalidad ("modelo de desarroIlo") que usualmente no toma en
cuenta prioritariamente los objetivos y aspiraciones de esos sectores.
Asimismo, el acceso y uso de la información contenida en los indíca
dores está restringuida a una élite (intelectuales, políticos, funciona
rios, empresarios), pese a que esa información proviene de toda la socíe
dad y le concierne a todos los sectores sociales.
Esto nos plantea explorar la posibilidad de que los indicadores se
diseñen tomañdo en cuenta las necesidades e intereses de los sectores
más amplios de la sociedad, que se construyan indicadores útiles y uti
lizables por esos sectores en el logro de sus objetivos y aspiraciones.
Esto implica en gran medida diseñar indicadores para se aplicados a
nivel regional y comunal por los propios usuarios.
Lo señalado en los dos puntos anteriores (el problema del concepto de reali
dad y cambio subyacente a los indicadores usuales, y el problema de para quién se
construyen y aplican estos indicadores), nos Ileva a plantear la creación y uso de
más indicadores dirigidos a diagnosticar los problemas profundos que enfrentan
nuestras sociedades y a facilitar la planificación de su solución.
Proponemos entonces plantearse la creación de los siguientes tipos de indi
cador.
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mas difícilmente incorporables en la construcción de indicadores
nacionales disei'lados para sociedades capitalistas desarrolladas
y homogéneas.
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