Educación, Ciudadanía y Globalización

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Curso: Educación, Ciudadanía y Globalización

Docente: Carolina Pérez Abril


Alumno: José Luis Perales Rodríguez
Plantel: Torreón Coah.
Matricula: 64231632

Clave de Grupo: MEDOL01G


Maestría: Educación (Modalidad Online)
Sesión: 3
José Luis Perales Rodríguez.

Introducción

El presente ensayo habla sobre la desigualdad social e injusticia que persiste en México
está estrechamente ligada a problemas sociales y de salud como la violencia, la deserción
escolar y la depresión. 
La desigualdad afecta de manera negativa el desarrollo humano de la población.

Un niño que no pudo asistir a la escuela, pudo haber sido un excelente médico, o bien
pudo haber desarrollado una idea grande de negocio, pero no ocurre por la situación de
pobreza en la que vive parte de la población.
 
Este problema no sólo afecta a los pobres, sino a la sociedad entera, ya que si una
sociedad llega a ser demasiado desigual genera una serie de dinámicas que influyen
negativamente en el desarrollo humano de la población. Además, está comprobado que
hay más violencia e inseguridad y eso afecta a todos, no sólo a los pobres.

Los estudios acerca de las desigualdades hacen parte de una larga tradición que
involucra diversas esferas del pensamiento. En años recientes, los impactos negativos de
la globalización sobre las condiciones sociales, económicas, ambientales y culturales de
buena parte de la humanidad han puesto las desigualdades sobre la mesa de los
organismos para el desarrollo.

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José Luis Perales Rodríguez.

Desarrollo
Desigualdad e injusticia social en México en el contexto de la globalización

Con la globalización, aparece un nuevo tipo de desigualdad, vinculada a las


transformaciones sociales y económicas ligadas a la globalización e impulsadas a su vez
por las desregulaciones del trabajo, la ruptura de las relaciones laborales estables y el
final de la salarización. Los estudios acerca de las nuevas desigualdades abarcan temas
altamente sensibles que van desde la diversidad cultural, pasando por la brecha
tecnológica generada por las diferencias en materia de generación y acceso al desarrollo
técnico y científico, hasta los estudios de género, generación y territorio.
El sistema globalizado que, de hoy en día, definido por la doctrina económica neoliberal, está
provocando un aumento progresivo y exponencial de la desigualdad social, política y económica
de individuos y regiones, discriminando el poder de capacitación y decisión de la mayoría de la
población mundial. 

El sistema capitalista tiene como objetivo primordial la maximización de beneficios


y pospone indefinidamente, la satisfacción de necesidades de la sociedad en su conjunto,
provocando consecuencias devastadoras para la mayoría de la población.
La desigualdad no actúa tan solo en la esfera económica, sino que el poder económico de
ciertas empresas las dota además de un poder político, legal y social.
Dichas empresas y poderes financieros son lobbies muy poderosos que influyen en las
decisiones que toman los gobiernos centrales y condicionan políticas mundiales llevadas
a cabo por el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial
del Comercio.
Según el informe «Una economía para el 99%» de la Organización Oxfam publicado en
Enero del 2017  » 31 empresas de diversos sectores como el financiero, extractivo, de
producción textil o farmacéutico, entre otros, utilizan su enorme poder para garantizar que
tanto la legislación como la elaboración de políticas nacionales e internacionales se
diseñan a su medida para proteger sus intereses y mejorar su rentabilidad (…) El
capitalismo clientelar beneficia a los dueños del capital y a quienes están al mando de
estas grandes corporaciones, en detrimento del bien común y la reducción de la
pobreza».
El avance tecnológico en las comunicaciones y transportes, y las políticas liberales
mundiales del comercio, potencian una estructura empresarial mundial basada en la
externalización, la cadena mundial de valor y la falta de garantías sociales para los
integrantes de dicha cadena.
Acabar con la brecha salarial, exigir transparencia a las corporaciones/instituciones e
involucrar la ciudadanía mundial en la toma de decisiones, son algunos de los ejemplos
que ayudarían a disminuir de forma sustancial la desigualdad mundial.
Es vital, empezar a actuar con justicia global y priorizar la satisfacción de las necesidades
de la sociedad por delante del enriquecimiento de unos pocos.

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Estas son, a mi modo de ver, las diez principales causas de la desigualdad global.
1- Sistemas fiscales injustos. La desigualdad aumentará si los que menos ingresos
tienen siguen pagando más impuestos que los ricos. Warren Buffet reconoció que paga
un porcentaje de impuestos más bajo que su secretaria; multinacionales como Google,
Amazon o Starbucks pagan menos del 10% de impuestos sobre sus beneficios. Las leyes
y reglas actuales deben cambiar para evitar que los impuestos sobre el consumo o sobre
los salarios sean superiores a los impuestos sobre las rentas del capital.
2- Corrupción y flujos ilícitos de capitales. Hay que poner fin a la hemorragia financiera
y robo que provocan la corrupción, la deuda pública odiosa y la evasión fiscal. Para ello,
es imprescindible combatir la opacidad del sistema financiero internacional, con especial
énfasis en la lucha contra los paraísos fiscales. Según GFI, entre 1970 y 2008, 854.000
millones de dólares salieron de África hacia el resto del mundo por culpa de la corrupción
y los flujos de capitales ilícitos, el doble de la cantidad recibida como ayuda oficial al
desarrollo en el mismo período.
3- Distribución injusta de la inversión y el gasto público. La desigualdad aumenta
cuando determinados grupos de ciudadanos o instituciones, sea por razones étnicas, de
clase, geográficas, religiosas, etc., se benefician de mayores niveles de inversión y gasto
público que el resto, lo cual se traduce en mejor acceso a servicios sociales básicos como
salud o educación, o mejores infraestructuras, como, por ejemplo, en energía y
comunicaciones. En muchas ocasiones las decisiones políticas sobre inversiones y gasto
público no se rigen por criterios de justicia social, sino de conveniencia y connivencia.
4- Distribución injusta de la tierra. En muchos países se han promovido procesos de
concentración de la tierra en manos de los más poderosos. El acaparamiento de tierras
por inversores extranjeros también está dejando a millones de persones en el mundo sin
tierra para cultivar. Cada segundo, los países en desarrollo pierden una superficie de
tierra equivalente a un campo de fútbol. De las políticas de acceso a tierra depende el
nivel de beneficios de unos cuantos miles de individuos, y también la seguridad
alimentaria de millones de personas.
5- Acceso desigual al capital, conocimiento y tecnología. Nuestra posibilidad de
progresar como individuos depende de la oportunidad que tenemos para acceder a
conocimientos, tecnología y capital. Es el débil acceso a estos factores lo que explica, por
ejemplo, que determinadas poblaciones sean mucho más vulnerables que otras a sufrir
las consecuencias de una sequía; de estos factores depende también el desarrollo de un
sector privado doméstico que permita la creación de puestos de trabajo de calidad.
6- Privatización. En algunos casos, la privatización de servicios públicos como el agua,
energía, salud o educación ha comportado la exclusión a los mismos de personas que no
se pueden permitir pagar los precios establecidos por el mercado. La política debe servir
para tomar las medidas necesarias para asegurar que la privatización de servicios
públicos, cuando se produce, no contribuye a la violación de derechos humanos
fundamentales. En Suráfrica, por ejemplo, la privatización de servicios públicos ha
comportado que algunos analistas se refieran a un nuevo ‘apartheid’ entre ricos y pobres.

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7- Acceso injusto a la información y exclusión de los espacios de toma de
decisiones sobre políticas que influyen en nuestras vidas. Allí donde hay un déficit
democrático producido por la falta de transparencia, la escasez de mecanismos de
participación ciudadana y la debilidad de sistemas de rendición de cuentas por parte del
gobierno a la ciudadanía se establece el caldo de cultivo perfecto para que las élites
capturen el sistema político en beneficio propio.
8- Desigualdad de género. Las desigualdades actuales entre hombres y mujeres son el
resultado de políticas, prácticas y creencias injustas. Muchas de las injusticias descritas
en los puntos anteriores afectan mucho más a las mujeres que a los hombres, por
ejemplo, en cuestiones de acceso a tierra o capital, o en forma de exclusión de la vida
pública. Necesitamos políticas que promuevan la justicia de género. No sólo para el
beneficio de las mujeres, sino de toda la sociedad.
9- Impunidad y control del sistema judicial. La ley se debe aplicar a todos por igual.
Nadie debería disfrutar de impunidad por delitos cometidos, sea la violencia organizada, el
robo de dinero público o la colusión entre intereses políticos y económicos. En países
donde la impunidad de los más poderosos es evidente, los ciudadanos tenemos la
obligación de luchar para proteger uno de los pilares básicos de la democracia.
10-Conflicto. En ocasiones, la violencia y el conflicto no sólo producen pobreza, sino que
son un mecanismo para reforzar y perpetuar el poder de determinados grupos de
población sobre otros, o una vía para consolidar el acceso privilegiado de unos cuantos, a
dinero público o recursos naturales, en su país o fuera del mismo. El poder económico, el
político y el militar se pasean muchas veces cogidos de la mano.
Es urgente avanzar en la lucha contra estas diez causas de la desigualdad para que
podamos reducir la tendencia actual, tan peligrosa, injusta e inaceptable.

¿Qué hacer ante la desigualdad en México?

De acuerdo con el artículo de Kristalina Georgieva, directora Gerente del Fondo Monetario
Internacional (FMI), titulado “Reducir la desigualdad para generar oportunidades”, en los
últimos 10 años la desigualdad ha llegado a ser uno de los problemas más complejos de
la economía mundial, presente en todos los países y en algunos en aumento. Georgieva
señala que hay herramientas para abordar la desigualdad, con lo cual se obtendría
beneficios en materia de crecimiento y productividad.

Medidas contra la desigualdad

Una de esas herramientas para combatir la desigualdad sería la política fiscal, donde a
través de medidas para elevar los ingresos públicos, se generarían los recursos
necesarios para realizar las inversiones que multipliquen las oportunidades para las
personas que se han quedado rezagadas. La estrategia integral para recaudar más sería
a través de:

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1. Tributación progresiva. Georgieva indica que investigaciones muestran que en el
segmento superior de la distribución del ingreso es posible elevar las tasas
marginales de impuesto sin sacrificar el crecimiento económico.
2. Uso de la tecnología. Uso de herramientas digitales en la recaudación de
impuestos.
3. Reducción de la corrupción. Con ello se puede mejorar la recaudación y reforzar la
confianza en el gobierno.
4. Presupuestación con perspectiva de género. Georgieva considera que “los
gobiernos pueden recurrir a la presupuestación con perspectiva de género para
estructurar el gasto y la tributación de manera que den un mayor impulso a la
igualdad de género; a su vez, el aumento de la participación femenina en la fuerza
laboral afianzaría el crecimiento y la estabilidad”.

Adecuadas políticas sociales que mitiguen la desigualdad del ingreso y sus efectos en


la desigualdad de oportunidades, como:

1. Apoyo a la educación
2. Mejorar el sistema de salud
3. Programas de pensiones
4. Infraestructura prioritaria

Reformas a la estructura de la economía. Podrían reducir los costos de ajuste,


minimizar las disparidades regionales y apoyar y preparar a los trabajadores.

1. Políticas activas del mercado laboral como ayuda para la búsqueda de empleo,


programas de capacitación y, en ciertos casos, seguros salariales.
2. Medidas para facilitar la movilidad de los trabajadores: Políticas de vivienda, crédito
e infraestructura.
3. Inversiones focalizadas geográficamente.

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Conclusión

Yo pienso que los modelos económicos actuales han fallado, son sistemas que han
concentrado el poder en manos de una minoría, a costa de las personas más pobres y
marginadas del planeta. Han agravado la crisis climática que está destruyendo millones
de vidas y de medios de subsistencia. Perpetúan las diversas e interconectadas formas
de desigualdad que son la causa subyacente de la pobreza y la injusticia. En numerosos
países y regiones, países desarrollados como en México, a las personas se les niega la
posibilidad de decidir su futuro.
El cambio a gran escala es posible si nos solidarizamos y amplificamos las voces de las
personas en situación de pobreza, injusticia, exclusión y crisis. 
No obstante, si queremos que este cambio sea sostenible, éste debe ser sistémico.  Para
contribuir a lograr un cambio duradero, nos movilizamos para transformar los sistemas,
políticas y prácticas que tienen mayor impacto en la vida de las personas, aunque en
México se siguen lineamentos para ello, lo cierto es que aún queda mucho camino por
recorrer y es tarea de todos llevarlo a cabo.

Fuentes

Desigualdad exclusión y globalización


https://www.boaventuradesousasantos.pt/media/Desigualdad%20exclusi%C3%B3n%20y
%20globalizaci%C3%B3n.pdf

Documentos del Gobierno de México, FMI


https://www.gob.mx/shcp/gacetaeconomica

El País - Blogs / Planeta Futuro


https://elpais.com/elpais/2014/11/03/3500_millones/1414994400_141499.html

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