Este documento describe el movimiento literario "colonidismo" en el Perú y algunos de sus principales exponentes como Valdelomar, Hidalgo y Vallejo. También analiza a otros escritores peruanos como Eguren, Guillén y Portal, señalando sus contribuciones y posiciones estéticas. El documento examina temas como el indigenismo, el españolismo y las nuevas corrientes que surgieron en la literatura peruana de inicios del siglo XX.
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Este documento describe el movimiento literario "colonidismo" en el Perú y algunos de sus principales exponentes como Valdelomar, Hidalgo y Vallejo. También analiza a otros escritores peruanos como Eguren, Guillén y Portal, señalando sus contribuciones y posiciones estéticas. El documento examina temas como el indigenismo, el españolismo y las nuevas corrientes que surgieron en la literatura peruana de inicios del siglo XX.
Este documento describe el movimiento literario "colonidismo" en el Perú y algunos de sus principales exponentes como Valdelomar, Hidalgo y Vallejo. También analiza a otros escritores peruanos como Eguren, Guillén y Portal, señalando sus contribuciones y posiciones estéticas. El documento examina temas como el indigenismo, el españolismo y las nuevas corrientes que surgieron en la literatura peruana de inicios del siglo XX.
Este documento describe el movimiento literario "colonidismo" en el Perú y algunos de sus principales exponentes como Valdelomar, Hidalgo y Vallejo. También analiza a otros escritores peruanos como Eguren, Guillén y Portal, señalando sus contribuciones y posiciones estéticas. El documento examina temas como el indigenismo, el españolismo y las nuevas corrientes que surgieron en la literatura peruana de inicios del siglo XX.
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X.
COLONIDA Y VALDEROMAR españolismo era todavía retoricismo barroco o romanticismo
grandilocuente. Una efímera revista de Valdelomar dio su nombre a este movimiento. Porque “Colónida” no fue un grupo, no fue un En Eguren subsiste, mustiado por los siglos, el espíritu cenáculo, no fue una escuela, sino un movimiento, una actitud, aristocrático. Sabemos que en el Perú la aristocracia colonial un estado de ánimo. Varios escritores hicieron “colonidismo” se transformó en burguesía republicana. sin pertenecer a la capilla de Valdelomar. El “colonidismo” careció de contornos definidos. Fugaz meteoro literario, no XIII. ALBERTO HIDALGO pretendió nunca cuajarse en una forma. No impuso a sus Hidalgo llevó la megalomanía, la egolatría, la beligerancia del adherentes un verdadero rumbo estético. El “colonidismo” no gesto “colónida” a sus más extremas consecuencias. constituía una idea ni un método. Constituía un sentimiento ególatra, individualista, vagamente iconoclasta, imprecisamente Hidalgo, un poco tieso aún dentro de su chaqué arequipeño, no renovado. tenía la misma agilidad para la sonrisa. El gesto “colónida” en él era patético. Pero Hidalgo, en cambio, iba a aportar a El “colonidismo” negó e ignoró la política. Su elitismo, su nuestra renovación literaria, quizá por su misma bronca individualismo, lo alejaban de las muchedumbres, lo aislaban virginidad de provinciano, a quien la urbe no había aflojado, un de sus emociones. Los “colónidos” no tenían orientación ni gusto viril por la mecánica, el maquinismo, el rascacielos, la sensibilidad políticas. velocidad, etc. Uno de los elementos esenciales del arte de Valdelomar es su Su literatura tiene circulación y cotización en todos los humorismo. La egolatría de Valdelomar era en gran parte mercados del mundo hispano. Como siempre, su arte es de humorística. Valdelomar decía en broma casi todas las cosas secesión. que el público tomaba en serio. Las decía pour épater les bourgeois. Si los burgueses se hubiesen reído con él de sus XIV. CÉSAR VALLEJO “poses” megalomaníacas, Valdelomar no hubiese insistido tanto en su uso. Valdelomar impregnó su obra de un El primer libro de César Vallejo, Los heraldos negros, es el orto humorismo elegante, alado, ático, nuevo hasta entonces entre de una nueva poesía en el Perú. No exagera, por fraterna nosotros. exaltación, Antenor Orrego, cuando afirma que “a partir de este sembrador se inicia una nueva época de XI. NUESTROS “INDEPENDIENTES” la libertad, de la autonomía poética, de la vernácula articulación verbal”*. siguió un movimiento neo-civilista o colonialista que proclamó Vallejo es el poeta de una estirpe, de una raza. En Vallejo se su patriarca a Palma. Y cómo vino después un movimiento encuentra, por primera vez en nuestra literatura, sentimiento “colónida” precursor de una nueva generación. Pero eso no indígena virginalmente expresado. quiere decir que toda la literatura de este largo período corresponda necesariamente al fenómeno “futurista” o al El sentimiento indígena es en Melgar algo que se vislumbra fenómeno “colónida”. sólo en el fondo de sus versos; en Vallejo es algo que se ve Tenemos el caso del poeta Domingo Martínez Luján, bizarro aflorar plenamente al verso mismo cambiando su estructura. especimen de la vieja bohemia romántica, algunos de cuyos En Melgar no es sino el acento; en Vallejo es el verbo. versos señalarán en las antologías algo así como la primera nota rubendariana de nuestra poesía. Tenemos el caso de Uno de los rasgos más netos y claros del indigenismo de Manuel Beingolea, cuentista de fino humorismo y de exquisita Vallejo me parece su frecuente actitud de nostalgia. Y bien, fantasía que cultiva, en el cuento, el decadentismo de lo raro y Vallejo es acendradamente nostálgico. Tiene la lo extraordinario. Tenemos el caso de José María Eguren, que ternura de la evocación. Pero la evocación en Vallejo es representa en nuestra historia literaria la poesía “pura”, antes siempre subjetiva. No se debe confundir su nostalgia concebida que la poesía simbolista. con tanta pureza lírica con la nostalgia literaria de los pasadistas. Vallejo es nostalgioso, pero no meramente Siguió un movimiento neo-civilista o colonialista que proclamó retrospectivo. No añora el Imperio como el pasadismo su patriarca a Palma. Y cómo vino después un movimiento perricholesco añora el Virreinato. Su nostalgia es una protesta “colónida” precursor de una nueva generación. Pero eso no sentimental o una protesta metafísica. quiere decir que toda la literatura de este largo período corresponda necesariamente al fenómeno “futurista” o al . En “Los dados eternos” el poeta se dirige a Dios con fenómeno “colónida”. amargura rencorosa. “Tú que estuviste siempre bien, no sientes nada de tu creación”. Pero el verdadero sentimiento del XII. EGUREN poeta, hecho siempre de piedad y de amor, no es éste. La poesía satírica estaba también, por razón de su oficio, demasiado encadenada al evento, a la crónica. Vallejo, en su poesía, es siempre un alma ávida de infinito, En otros casos, los poetas cultivaban el poema filosófico que sedienta de verdad. La creación en él es, al mismo tiempo, generalmente no es poesía ni es filosofía. La poesía inefablemente dolorosa y exultante. degeneraba en un ejercicio de declamación metafísica. XV. ALBERTO GUILLÉN Eguren se comporta siempre como un poeta puro. No escribe Alberto Guillén heredó de la generación “colónida” el espíritu un solo verso de ocasión, un solo canto sobre medida. No se iconoclasta y ególatra. Extremó en su poesía la exaltación preocupa del gusto del público ni de la crítica. No canta a paranoica del yo. Pero, a tono con el nuevo estado de ánimo España, ni a Alfonso XIII , ni a Santa Rosa de Lima. No recita que maduraba ya, tuvo su poesía un acento viril. Extraño a los siquiera sus versos en veladas ni fiestas. Es un poeta que en venenos de la urbe, Guillén discurrió, con rústico y pánico sus versos dice a los hombres únicamente su mensaje divino. sentimiento, por los caminos del agro y la égloga. Enfermo de En nuestra literatura, Eguren es uno de los que representan la individualismo y nietzschanismo, se sintió un superhombre. En reacción contra el españolismo porque, hasta su orto, el Guillén la poesía peruana renegaba, un poco desgarbada pero oportuna y definitivamente, sus surtidores y sus fontanas. Guillén se entretiene en negar la realidad del yo, del individuo. El negro, el mulato, el “zambo” representan, en nuestro Pero su testimonio es recusable. Porque tal vez, Guillén razona pasado, elementos coloniales. El español importó al negro según su experiencia personal: “Mi personalidad, como yo la cuando sintió su imposibilidad de sustituir al indio y su soñé, como yo la entreví, no se ha realizado; luego la incapacidad de asimilarlo. El esclavo vino al Perú a servir los personalidad no existe”. fines colonizadores de España. La raza negra constituye uno de los aluviones humanos depositados en la Costa por el Guillén, en el fondo, es un poeta un poco rural y franciscano. coloniaje. Es uno de los estratos, poco densos y fuertes, del No toméis al pie de la letra sus blasfemias. Muy adentro del Perú sedimentado en la tierra baja durante el Virreinato y la alma, guarda un poco de romanticismo de provincia. primera etapa de la República. l negro ha mirado siempre con XVI. MAGDA PORTAL hostilidad y desconfianza la sierra, donde no ha podido aclimatarse física ni espiritualmente. Magda Portal es ya otro valor-signo en el proceso de nuestra literatura. Con su advenimiento le ha nacido al Perú su primera Está, pues, esclarecido que de la civilización inkaica, más que poetisa. Porque hasta ahora habíamos tenido sólo mujeres de lo que ha muerto nos preocupa lo que ha quedado. El problema letras, de las cuales una que otra con temperamento artístico o de nuestro tiempo no está en saber cómo ha sido el Perú. Está, más específicamente literario. Pero no habíamos tenido más bien, en saber cómo es el Perú. El pasado nos interesa en propiamente una poetisa. la medida en que puede servirnos para explicarnos el presente. Las generaciones constructivas sienten el pasado como una La poetisa es hasta cierto punto, en la historia de la civilización raíz, como una causa. Jamás lo sienten como un programa. occidental, un fenómeno de nuestra época. Las épocas anteriores produjeron sólo poesía masculina. Lo único casi que sobrevive del Tawantinsuyo es el indio. La civilización ha perecido; no ha perecido la raza. El material Magda es esencialmente lírica y humana. Su piedad se biológico del Tawantinsuyo se revela, después de cuatro siglos, emparenta -dentro de la autónoma personalidad de uno y otro– indestructible, y, en parte, inmutable con la piedad de Vallejo. Así se nos presenta, en los versos de “Ánima absorta” y “Una esperanza y el mar”. Y así es La Conquista ha convertido formalmente al indio al catolicismo. seguramente. No le sienta ningún gesto de decadentismo o Pero, en realidad, el indio no ha renegado sus viejos mitos. Su paradojismo novecentistas. sentimiento místico ha variado. Su animismo subsiste. El indio En sus primeros versos Magda Portal es, casi siempre, la sigue sin entender la metafísica católica. Su filosofía panteísta poetisa de la ternura. Y en algunos se reconoce precisamente y materialista ha desposado, sin amor, al catecismo. Mas no ha su lirismo en su humanidad. Exenta de egolatría megalómana, renunciado a su propia concepción de la vida que no interroga de narcisismo romántico, Magda Portal nos dice: “Pequeña a la Razón sino a la Naturaleza. soy...!”. El porvenir de la América Latina depende, según la mayoría de En su poesía hay más dolor que alegría, hay más sombra que los pronósticos de ahora, de la suerte del mestizaje. Al claridad. Magda es triste. pesimismo hostil de los sociólogos de la tendencia de Le Bon sobre el mestizo, ha sucedido un optimismo mesiánico que XVII. LAS CORRIENTES DE HOY. EL INDIGENISMO pone en el mestizo la esperanza del Continente.
La corriente “indigenista” que caracteriza a la nueva literatura XVIII. ALCIDES SPELUCÍN
peruana, no debe su propagación presente ni su exageración posible a las causas eventuales o contingentes que determinan Alcides se asemeja a Vallejo en la piedad humana, en la comúnmente una moda literaria. ternura humilde, en la efusión cordial.
El problema indígena, tan presente en la política, la economía y XIX. BALANCE PROVISORIO
la sociología no puede estar ausente de la literatura y del arte. Hoy la ruptura es sustancial. El “indigenismo”, como hemos Se equivocan gravemente quienes, juzgándolo por la visto, está extirpando, poco a poco, desde sus raíces, al incipiencia o el oportunismo de pocos o muchos de sus “colonialismo”. Y este impulso no procede exclusivamente de la corifeos, lo consideran, en conjunto, artificioso. sierra. El criollismo no ha podido prosperar en nuestra literatura, como una corriente de espíritu nacionalista, ante todo porque el criollo no representa todavía la nacionalidad.
En el Perú, el criollismo, aparte de haber sido demasiado
esporádico y superficial, ha estado nutrido de sentimiento colonial. No ha constituido una afirmación de autonomía. Se ha contentado con ser el sector costumbrista de la literatura colonial sobreviviente hasta hace muy poco.
El indio no representa únicamente un tipo, un tema, un motivo,
un personaje. Representa un pueblo, una raza, una tradición, un espíritu.
El indigenismo, en nuestra literatura, como se desprende de
mis anteriores proposiciones, tiene fundamentalmente el sentido de una reivindicación de lo autóctono. No llena la función puramente sentimental que llenaría, por ejemplo, el criollismo. Habría error, por consiguiente, en apreciar el indigenismo como equivalente del criollismo, al cual no reemplaza ni subroga.