7mo Ensayo - Mariategui

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X.

COLONIDA Y VALDEROMAR españolismo era todavía retoricismo barroco o romanticismo


grandilocuente.
Una efímera revista de Valdelomar dio su nombre a este
movimiento. Porque “Colónida” no fue un grupo, no fue un En Eguren subsiste, mustiado por los siglos, el espíritu
cenáculo, no fue una escuela, sino un movimiento, una actitud, aristocrático. Sabemos que en el Perú la aristocracia colonial
un estado de ánimo. Varios escritores hicieron “colonidismo” se transformó en burguesía republicana.
sin pertenecer a la capilla de Valdelomar. El “colonidismo”
careció de contornos definidos. Fugaz meteoro literario, no XIII. ALBERTO HIDALGO
pretendió nunca cuajarse en una forma. No impuso a sus Hidalgo llevó la megalomanía, la egolatría, la beligerancia del
adherentes un verdadero rumbo estético. El “colonidismo” no gesto “colónida” a sus más extremas consecuencias.
constituía una idea ni un método. Constituía un sentimiento
ególatra, individualista, vagamente iconoclasta, imprecisamente Hidalgo, un poco tieso aún dentro de su chaqué arequipeño, no
renovado. tenía la misma agilidad para la sonrisa. El gesto “colónida” en
él era patético. Pero Hidalgo, en cambio, iba a aportar a
El “colonidismo” negó e ignoró la política. Su elitismo, su nuestra renovación literaria, quizá por su misma bronca
individualismo, lo alejaban de las muchedumbres, lo aislaban virginidad de provinciano, a quien la urbe no había aflojado, un
de sus emociones. Los “colónidos” no tenían orientación ni gusto viril por la mecánica, el maquinismo, el rascacielos, la
sensibilidad políticas. velocidad, etc.
Uno de los elementos esenciales del arte de Valdelomar es su Su literatura tiene circulación y cotización en todos los
humorismo. La egolatría de Valdelomar era en gran parte mercados del mundo hispano. Como siempre, su arte es de
humorística. Valdelomar decía en broma casi todas las cosas secesión.
que el público tomaba en serio. Las decía pour épater les
bourgeois. Si los burgueses se hubiesen reído con él de sus XIV. CÉSAR VALLEJO
“poses” megalomaníacas, Valdelomar no hubiese insistido
tanto en su uso. Valdelomar impregnó su obra de un El primer libro de César Vallejo, Los heraldos negros, es el orto
humorismo elegante, alado, ático, nuevo hasta entonces entre de una nueva poesía en el Perú. No exagera, por fraterna
nosotros. exaltación, Antenor Orrego, cuando afirma que “a partir de este
sembrador se inicia una nueva época de
XI. NUESTROS “INDEPENDIENTES” la libertad, de la autonomía poética, de la vernácula articulación
verbal”*.
siguió un movimiento neo-civilista o colonialista que proclamó Vallejo es el poeta de una estirpe, de una raza. En Vallejo se
su patriarca a Palma. Y cómo vino después un movimiento encuentra, por primera vez en nuestra literatura, sentimiento
“colónida” precursor de una nueva generación. Pero eso no indígena virginalmente expresado.
quiere decir que toda la literatura de este largo período
corresponda necesariamente al fenómeno “futurista” o al El sentimiento indígena es en Melgar algo que se vislumbra
fenómeno “colónida”. sólo en el fondo de sus versos; en Vallejo es algo que se ve
Tenemos el caso del poeta Domingo Martínez Luján, bizarro aflorar plenamente al verso mismo cambiando su estructura.
especimen de la vieja bohemia romántica, algunos de cuyos En Melgar no es sino el acento; en Vallejo es el verbo.
versos señalarán en las antologías algo así como la primera
nota rubendariana de nuestra poesía. Tenemos el caso de Uno de los rasgos más netos y claros del indigenismo de
Manuel Beingolea, cuentista de fino humorismo y de exquisita Vallejo me parece su frecuente actitud de nostalgia. Y bien,
fantasía que cultiva, en el cuento, el decadentismo de lo raro y Vallejo es acendradamente nostálgico. Tiene la
lo extraordinario. Tenemos el caso de José María Eguren, que ternura de la evocación. Pero la evocación en Vallejo es
representa en nuestra historia literaria la poesía “pura”, antes siempre subjetiva. No se debe confundir su nostalgia concebida
que la poesía simbolista. con tanta pureza lírica con la nostalgia literaria de los
pasadistas. Vallejo es nostalgioso, pero no meramente
Siguió un movimiento neo-civilista o colonialista que proclamó retrospectivo. No añora el Imperio como el pasadismo
su patriarca a Palma. Y cómo vino después un movimiento perricholesco añora el Virreinato. Su nostalgia es una protesta
“colónida” precursor de una nueva generación. Pero eso no sentimental o una protesta metafísica.
quiere decir que toda la literatura de este largo período
corresponda necesariamente al fenómeno “futurista” o al . En “Los dados eternos” el poeta se dirige a Dios con
fenómeno “colónida”. amargura rencorosa. “Tú que estuviste siempre bien, no
sientes nada de tu creación”. Pero el verdadero sentimiento del
XII. EGUREN poeta, hecho siempre de piedad y de amor, no es éste.
La poesía satírica estaba también, por razón de su oficio,
demasiado encadenada al evento, a la crónica. Vallejo, en su poesía, es siempre un alma ávida de infinito,
En otros casos, los poetas cultivaban el poema filosófico que sedienta de verdad. La creación en él es, al mismo tiempo,
generalmente no es poesía ni es filosofía. La poesía inefablemente dolorosa y exultante.
degeneraba en un ejercicio de declamación metafísica. XV. ALBERTO GUILLÉN
Eguren se comporta siempre como un poeta puro. No escribe Alberto Guillén heredó de la generación “colónida” el espíritu
un solo verso de ocasión, un solo canto sobre medida. No se iconoclasta y ególatra. Extremó en su poesía la exaltación
preocupa del gusto del público ni de la crítica. No canta a paranoica del yo. Pero, a tono con el nuevo estado de ánimo
España, ni a Alfonso XIII , ni a Santa Rosa de Lima. No recita que maduraba ya, tuvo su poesía un acento viril. Extraño a los
siquiera sus versos en veladas ni fiestas. Es un poeta que en venenos de la urbe, Guillén discurrió, con rústico y pánico
sus versos dice a los hombres únicamente su mensaje divino. sentimiento, por los caminos del agro y la égloga. Enfermo de
En nuestra literatura, Eguren es uno de los que representan la individualismo y nietzschanismo, se sintió un superhombre. En
reacción contra el españolismo porque, hasta su orto, el Guillén la poesía peruana renegaba, un poco desgarbada pero
oportuna y definitivamente, sus surtidores y sus fontanas.
Guillén se entretiene en negar la realidad del yo, del individuo. El negro, el mulato, el “zambo” representan, en nuestro
Pero su testimonio es recusable. Porque tal vez, Guillén razona pasado, elementos coloniales. El español importó al negro
según su experiencia personal: “Mi personalidad, como yo la cuando sintió su imposibilidad de sustituir al indio y su
soñé, como yo la entreví, no se ha realizado; luego la incapacidad de asimilarlo. El esclavo vino al Perú a servir los
personalidad no existe”. fines colonizadores de España. La raza negra constituye uno
de los aluviones humanos depositados en la Costa por el
Guillén, en el fondo, es un poeta un poco rural y franciscano. coloniaje. Es uno de los estratos, poco densos y fuertes, del
No toméis al pie de la letra sus blasfemias. Muy adentro del Perú sedimentado en la tierra baja durante el Virreinato y la
alma, guarda un poco de romanticismo de provincia. primera etapa de la República. l negro ha mirado siempre con
XVI. MAGDA PORTAL hostilidad y desconfianza la sierra, donde no ha podido
aclimatarse física ni espiritualmente.
Magda Portal es ya otro valor-signo en el proceso de nuestra
literatura. Con su advenimiento le ha nacido al Perú su primera Está, pues, esclarecido que de la civilización inkaica, más que
poetisa. Porque hasta ahora habíamos tenido sólo mujeres de lo que ha muerto nos preocupa lo que ha quedado. El problema
letras, de las cuales una que otra con temperamento artístico o de nuestro tiempo no está en saber cómo ha sido el Perú. Está,
más específicamente literario. Pero no habíamos tenido más bien, en saber cómo es el Perú. El pasado nos interesa en
propiamente una poetisa. la medida en que puede servirnos para explicarnos el presente.
Las generaciones constructivas sienten el pasado como una
La poetisa es hasta cierto punto, en la historia de la civilización raíz, como una causa. Jamás lo sienten como un programa.
occidental, un fenómeno de nuestra época. Las épocas
anteriores produjeron sólo poesía masculina. Lo único casi que sobrevive del Tawantinsuyo es el indio. La
civilización ha perecido; no ha perecido la raza. El material
Magda es esencialmente lírica y humana. Su piedad se biológico del Tawantinsuyo se revela, después de cuatro siglos,
emparenta -dentro de la autónoma personalidad de uno y otro– indestructible, y, en parte, inmutable
con la piedad de Vallejo. Así se nos presenta, en los versos de
“Ánima absorta” y “Una esperanza y el mar”. Y así es La Conquista ha convertido formalmente al indio al catolicismo.
seguramente. No le sienta ningún gesto de decadentismo o Pero, en realidad, el indio no ha renegado sus viejos mitos. Su
paradojismo novecentistas. sentimiento místico ha variado. Su animismo subsiste. El indio
En sus primeros versos Magda Portal es, casi siempre, la sigue sin entender la metafísica católica. Su filosofía panteísta
poetisa de la ternura. Y en algunos se reconoce precisamente y materialista ha desposado, sin amor, al catecismo. Mas no ha
su lirismo en su humanidad. Exenta de egolatría megalómana, renunciado a su propia concepción de la vida que no interroga
de narcisismo romántico, Magda Portal nos dice: “Pequeña a la Razón sino a la Naturaleza.
soy...!”. El porvenir de la América Latina depende, según la mayoría de
En su poesía hay más dolor que alegría, hay más sombra que los pronósticos de ahora, de la suerte del mestizaje. Al
claridad. Magda es triste. pesimismo hostil de los sociólogos de la tendencia de Le Bon
sobre el mestizo, ha sucedido un optimismo mesiánico que
XVII. LAS CORRIENTES DE HOY. EL INDIGENISMO pone en el mestizo la esperanza del Continente.

La corriente “indigenista” que caracteriza a la nueva literatura XVIII. ALCIDES SPELUCÍN


peruana, no debe su propagación presente ni su exageración
posible a las causas eventuales o contingentes que determinan Alcides se asemeja a Vallejo en la piedad humana, en la
comúnmente una moda literaria. ternura humilde, en la efusión cordial.

El problema indígena, tan presente en la política, la economía y XIX. BALANCE PROVISORIO


la sociología no puede estar ausente de la literatura y del arte. Hoy la ruptura es sustancial. El “indigenismo”, como hemos
Se equivocan gravemente quienes, juzgándolo por la visto, está extirpando, poco a poco, desde sus raíces, al
incipiencia o el oportunismo de pocos o muchos de sus “colonialismo”. Y este impulso no procede exclusivamente de la
corifeos, lo consideran, en conjunto, artificioso. sierra.
El criollismo no ha podido prosperar en nuestra literatura, como una
corriente de espíritu nacionalista, ante todo porque el criollo no
representa todavía la nacionalidad.

En el Perú, el criollismo, aparte de haber sido demasiado


esporádico y superficial, ha estado nutrido de sentimiento
colonial. No ha constituido una afirmación de autonomía. Se ha
contentado con ser el sector costumbrista de la literatura
colonial sobreviviente hasta hace muy poco.

El indio no representa únicamente un tipo, un tema, un motivo,


un personaje. Representa un pueblo, una raza, una tradición,
un espíritu.

El indigenismo, en nuestra literatura, como se desprende de


mis anteriores proposiciones, tiene fundamentalmente el
sentido de una reivindicación de lo autóctono. No llena la
función puramente sentimental que llenaría, por ejemplo, el
criollismo. Habría error, por consiguiente, en apreciar el
indigenismo como equivalente del criollismo, al cual no
reemplaza ni subroga.

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