La Responsabilidad Social Universitaria
La Responsabilidad Social Universitaria
La Responsabilidad Social Universitaria
INTRODUCCIÓN
ESTADO DE LA CUESTIÓN
Otro texto relevante para el tema de nuestro estudio es el de Arango et al. (2016), que
reunió a expertos iberoamericanos de ambos campos. Dicho trabajo nace en el
marco de tres dinámicas: ética profesional, la RSU y el III Encuentro
Internacional de Rectores, organizado por la Red Universia, que congregó más
de mil rectores de universidades iberoamericanas que suscribieron la Carta
Universia Río 2014, en la que se establecieron compromisos hacia la
constitución de un espacio iberoamericano de conocimiento socialmente
responsable. Por limitantes de espacio, no podemos dar cuenta de la vasta
literatura generada en los últimos años acerca del tema, en particular la
referente a la génesis y evolución del concepto RSU. En este contexto, nuestro
trabajo pretende aportar al estudio de la RSU y sus impactos sociales.
Nos referimos a ilícitos cometidos que se han hecho públicos y que no son, de
ninguna manera, justificables por el tipo de impactos negativos que generan, y
dejan al descubierto opacidad en los manejos presupuestarios, que se han
traducido en la duda, el escepticismo y el cuestionamiento social. Como
muestra reciente de esto, tenemos el caso de “la estafa maestra”, en el que
diversas universidades públicas del país se involucraron en una operación -por
lo menos carente de transparencia- que puso al descubierto determinado tipo
de vinculación entre ciertas universidades, dependencias del gobierno federal
y algunas empresas denominadas “fantasmas”, lo cual, además de ser de un
alto nivel de irresponsabilidad social, también lo es de falta de ética y moral:
Tal parece que estas universidades -y no sabemos cuántas más- responden hoy
a la pregunta de Morin afirmando que sí, que las universidades deben
adaptarse a la sociedad incluso en sus aspectos más aberrantes. Porque si la
sociedad actual está marcada por la corrupción, la impunidad y la búsqueda
insaciable de dinero sin importar los medios para conseguirlo, estas
instituciones se han adaptado a esta distorsión social volviéndose cómplices
de la corrupción que domina al parecer casi todos los espacios sociales en la
actualidad (López, 2017).
LA RESPONSABILIDAD SOCIAL
Este parece ser un planteamiento ideal y una mera ilusión en función de lo que
sucede en muchas universidades, en las que, al igual que en la sociedad, hay
una lucha permanente por la obtención de diversos bienes (escasos y
apreciados): riqueza, poder y prestigio, lo que origina la creación de lo
que Collins (2000) denomina grupos de estatus (grupos asociativos que comparten
culturas comunes), los cuales se aglutinan en torno a intereses específicos que
pueden ser económicos, sociales o políticos. Al igual que en otras esferas de la
sociedad, estos grupos convergen dentro de las instituciones universitarias en
una relación de conflicto, en virtud de la diferencia de intereses que los
aglutinan y es, a partir de las posiciones de poder que ocupan, la forma
organizacional que toma la vida universitaria.
METODOLOGÍA
Gustavo Urquiza (actual rector) refirió que la SEP no ha explicado las razones
por las que la UAEM recibe un promedio de 48 mil 900 pesos de subsidio por
estudiante, mientras que la media nacional es de 60 mil pesos por estudiante,
lo que genera un déficit de cerca de 20 mil pesos a la institución por cada uno
de ellos [...] detalló que de las diez universidades públicas estatales en crisis,
seis tienen un subsidio por debajo de la media nacional, por ello, dijo que se
está gestionando ante las autoridades federales que la institución reciba al
menos los 60 mil pesos de subsidio por estudiante para poder subsanar el
déficit presupuestal (UAEM, 2018).
Creo que estamos siendo una universidad que está asumiendo de manera muy
particular una responsabilidad. En este sentido tenemos ya una Dirección de
Atención a Víctimas, estamos trabajando en un programa muy decidido para
darle a todos y cada uno de los que sufren violencia, no solo violencia por la
delincuencia, también la violencia doméstica [y] la violencia de género,
espacios que permitan contar con el apoyo de especialistas de la universidad y
también con el acompañamiento adecuado para gestionar [atención] ante otras
instituciones. Podríamos decir que, en este sentido, muy general [...] estamos
sintetizando lo que entendemos como una universidad socialmente
responsable (Vera, 2015).
... hay una tensión dinámica porque nuestra posición como universidad
socialmente responsable, si bien considera la diversificación en la oferta
educativa en distintos campus y sedes que hemos venido construyendo y
generando, también demanda que esos servicios y programas se implementen
con la misma calidad [de] todos nuestros programas. Ahí se da una tensión
muy fuerte, porque a veces por querer cumplir con este indicador de ampliar e
incrementar la matrícula, está la tentación de hacerlo sin la calidad suficiente
[o pasando por alto las prescripciones sobre la aplicación de los recursos
públicos]. Entonces esto para nosotros sería una contradicción y una tensión
dinámica y en ese sentido es que estamos buscando que los espacios
educativos que se están construyendo tengan la calidad que requieren los
jóvenes para su formación y que cumplan con todos los requerimientos que se
establecen en materia de infraestructura educativa ( Vera, 2015).
COMENTARIOS FINALES
Justo aquí es cuando surgen más preguntas que respuestas, más dilemas que
certezas: en aras de ofrecer más oportunidades de educación universitaria, ¿se
justifica hacerlo con menoscabo de la calidad educativa? ¿Quién podría estar
en desacuerdo de abrir espacios de oportunidades educativas a esos jóvenes?
¿Qué tan válido es comprometer a toda la institución para lograrlo? ¿Es
socialmente responsable poner en riesgo la viabilidad de la institución por
confrontaciones con el poder estatal debido a motivaciones personales o
políticas e ideológicas? ¿Ofrecer educación superior a más jóvenes justifica
hacerlo en condiciones que no garantizan una adecuada formación? ¿Hasta
dónde una institución actúa con responsabilidad sin medir los impactos de sus
decisiones, por más plausibles que sean los propósitos?
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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45090, (52-33) 3669-3450
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