Diagnostico Legal S
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Diagnostico Legal S
Américas
OEA/Ser.D/XX
SG/SAP/III.14
RESUMEN EjECUTIvo
M
ás allá de la heterogeneidad de los sistemas de registro civil en cada país, así como de
los diversos factores que afectan el funcionamiento de dichas instituciones, conocer
las leyes y la normativa relacionada a su estructura, es un esfuerzo necesario para
mostrar la situació n actual, los está ndares de funcionamiento y las capacidades de acció n de
los registros civiles. El reconocimiento de los derechos humanos, la dispersió n de los temas
registrales en diversas leyes —algunas de gran antigü edad—, los esfuerzos de coordinació n
normativa, especialmente en países federales, y la independencia de los registros civiles son
factores que se analizan comparativamente con el objetivo que sean de utilidad para entender
a estas instituciones que cada vez toman mayor importancia como generadores de
ciudadanía efectiva a través del derecho a la identidad, considerado puerta de entrada para
una serie de derechos.
Asimismo, se presentan sobre la mesa otros temas como la desjudicializació n de procesos,
difusió n de la normativa, plazos y multas, el registro de oficio, la modernizació n tecnoló gica, las
capacidades de descentralizació n y de coordinació n con otras instituciones estatales así como
la gratuidad de la inscripció n, las facilidades de registro para grupos indígenas y la supervisió n
de los procesos registrales y la carrera registral. Todos estos temas necesarios para entender en
cuánto la normatividad existente facilita al ciudadano el acceso a los servicios registrales y, en
especial, a un servicio más rápido y más fácil. En conclusió n, en los ú ltimos treinta añ os se han
dado importantes avances en la normatividad de los registros civiles en todos los países de
La- tinoamérica, sin embargo, existen todavía ciertas barreras legislativas que pueden hacer de los
registros civiles instituciones más dinámicas en sus servicios y más influyentes en la realizació n
de programas estatales mejor informados.
El anexo nos permite conocer la regulació n existente de temas de registro en cada país,
desde el Derecho Internacional hasta los reglamentos. Es importante mencionar que este es-
tudio fue concluido en diciembre de 2008. Finalmente, agradecemos a la Agencia Españ ola de
Cooperació n Internacional para el Desarrollo por el apoyo brindado para lograr este estudio
y publicació n.
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Í NDICE
Introducción ........................................................................................................ 1
I. Abreviaturas ................................................................................................ 3
IV. Fuentes..........................................................................................................................................71
V. Anexos: Normatividad.............................................................................................................................75
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INTRODUCCIÓ N
E
l Programa de Universalizació n de la Identidad Civil en las Américas (PUICA) de
la OEA es el á rea encargada de promover el fortalecimiento y la modernizació n de las
instituciones de registro e identificació n para lograr el acceso para todos al derecho
a la identidad con el objetivo de acabar con el subregistro. Esta labor es importante ya que
el reconocimiento legal de la persona facilita su inclusió n en la vida econó mica y política de
un Estado, al acceso a derechos y servicios y, también, a la generació n de políticas pú blicas
y programas sociales con mejor informació n poblacional, apoyando así el desarrollo y la
gobernabilidad de un país. El trabajo del PUICA se refleja en asistencias técnicas en má s de 11
países del Hemisferio (campañ as de registro, sensibilizació n, capacitació n, digitalizació n, etc.)
que han permitido dotar de identidad civil a millones de personas. Asimismo, el PUICA realiza
investigaciones, talleres y conferencias para promover el registro universal. En este esfuerzo,
se elaboró el diagnó stico jurídico-legal y administrativo respecto a cada uno de los países de
Latinoamérica y también de Haití.
Para la realizació n de este estudio, se investigó los diagnó sticos hechos con anterioridad
sobre los registros civiles en las Américas, desde los añ os sesenta, hasta la normatividad actual.
Esto permitió que la presente investigació n pueda mostrar los cambios que se han dado en
materia legal e institucional en los registros civiles. Si bien el contexto legal e institucional es
bastante heterogéneo, se puede ver una tendencia de marcos legales que, en general, es positiva
para la disminució n del subregistro y para la existencia de instituciones de registro más fuertes y
eficientes en sus servicios de registro e identificació n. Cabe decir que este dinamismo normativo
se mantiene, por lo que la estructura de este estudio está planteada de forma tal que no se trate
de una descripció n normativa que puede quedar en desuso.
A nivel de los derechos humanos, podemos ver que todos los países en esta investigació n
reconocen la Convenció n de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niñ o y que sus artículos
que se refieren a la identidad se encuentran ya sea en Constituciones como en la
normatividad interna de los países. De esta manera, se puede decir que estamos en una visió n
del registro civil y de la identidad como un derecho al cual los ciudadanos deben tener acceso
y que le da mayor importancia a estas instituciones para consolidar derechos como al
nombre, al registro, a la nacionalidad y a las relaciones filiales (derecho a la familia). Todo esto
dentro de una tendencia regional de mayor protecció n al niñ o.
Por otro lado, vemos una mayor inclinació n hacia la modernizació n, en sentido amplio,
de las instituciones de registro civil. Veremos que los marcos legales permiten, en general,
tener registros civiles má s independientes, con mayor capacidad de empleo de la tecnología
y con mayor disponibilidad de recursos administrativos para los usuarios, generándose así
una desjudicializació n del servicio registral, facilitando su acceso y su funció n. Dentro de este
proceso de modernizació n es importante mencionar la publicidad de la normatividad y de
2 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
procedimientos ligados al registro civil, especialmente por medio de pá ginas web, que no
solo son beneficiosas para los ciudadanos sino que son positivas en la visió n de registros civiles
más transparentes y dinámicos. Inclusive, en muchos casos, las gestiones se pueden realizar en
línea. Otra tendencia importante a tener en cuenta es que estos marcos legales y administrativos
están generando instituciones de registro más sociales en el acceso a los servicios de registro
civil, especialmente para personas que viven en zonas alejadas y poblaciones indígenas y otros
grupos vulnerables. En el mismo sentido, se observa mayor capacidad de trabajo coordinado con
otras instancias estatales, como los servicios de salud y educació n así como con los sistemas
nacionales de estadísticas.
Finalmente, este diagnó stico permitirá tener un panorama legal y administrativo de
estas instituciones a las cuales cada vez má s se les reconoce su importancia en la inclusió n,
en el acceso a servicios y derechos, así como en la tenencia de informació n poblacional que facilita
el trabajo y las decisiones de todo Estado.
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i. ABREvIatURaS
BID Banco Interamericano de Desarrollo
CC Có digo civil
DI Derecho a la identidad
EV Estadísticas vitales
ii. PLaNTEaMIENTO
METODOLÓ GICO
PREvIO
E
ste estudio pretende abordar las problemáticas que se presentan en los marcos jurídicos,
institucionales y administrativos de los sistemas de registro civil en América Latina. Para
ello, se identificaron una serie de desafíos existentes en los siguientes países: Argentina,
Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras,
México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú , Repú blica Dominicana, Uruguay y Venezuela, y
finalmente se incluyó Haití también.
A la hora de elaborar un diagnó stico de los marcos legales de los RRCC de la regió n lo pri-
mero que importa destacar es la heterogeneidad de los países que la componen, así como de los
modelos normativos que regulan sus sistemas de RRCC y de EV. Lo primero resulta inevitable,
y no es en sí mismo bueno ni malo: es inherente a toda comparació n o análisis de un grupo
de países, con historia, tradiciones, demografía y sociedades distintas1. Como ya se ha puesto
de manifiesto en otras ocasiones (IIN-FNUAP 1982: 24, IIN c. 2002: 3), la diversidad en los
modelos legislativo-institucionales sí presenta variables particulares, que pueden hacer que la
comparació n o el diagnó stico sean má s complejos.
La heterogeneidad de los modelos normativos, y de los países, hace que alguna de las medi-
ciones estadísticas que afectan al RC puedan no ser del todo representativas (por ejemplo algunos
datos sobre població n no registrada, o incluso datos sobre el funcionamiento y las características
del RC como el coste real del servicio, la eficacia de las campañ as, la tardanza en la expedició n de
documentos o en la tramitació n de procedimientos, el nivel o la eficacia de la coordinació n del RC
con otras instituciones o servicios pú blicos). Otra de las variables que no son del todo homogéneas
entre los países es el objeto mismo del RC. Todos los RC de los países de la regió n recogen los
datos vitales esenciales (nacimientos, matrimonios y defunciones), y algunos otros – los menos
– recogen asimismo legitimaciones, quiebras, capacidad legal, naturalizaciones, etc. Ejemplos de
sistemas muy amplios son los casos de Venezuela y de Chile.
Esta disparidad normativa se manifiesta, por ejemplo, en las tradiciones jurídicas que en su
momento hayan sido determinantes en la formació n de las leyes de RC. Hay países en los que
su legislació n recibe influencia francesa, otros que reciben influencia españ ola, otros – normal-
mente los de habla inglesa y del Caribe – que reciben influencia anglosajona del common law.
Y, naturalmente, influye asimismo la estructura constitucional del país (sobre todo su carácter
federal o no, o en general el nivel de descentralizació n).
El anexo del documento presenta un mapeo de los marcos jurídicos existentes de los países
incluidos en el presente estudio, que pretende servir de referencia para el entendimiento de
1
Resultan particularmente importantes, en este aspecto, variables como la densidad de població n, la inmigració n/emigració n,
la tasa de població n rural respecto de la urbana, la existencia o no de minorías culturales, étnicas, lingü ísticas, etc.
6 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
algunas de las cuestiones planteadas a lo largo de este documento. Cabe aclarar que, como se
verá más adelante a lo largo del texto, el marco jurídico no es el ú nico factor que explica el buen
funcionamiento o no de los sistemas de registro civil en la regió n, sin embargo, la informa-
ció n contenida puede servir para analizar la situació n de los sistemas de registro civil desde los
marcos jurídicos y administrativos de los países, sin detrimento de una serie de otros factores
(econó micos, culturales, sociales y políticos) que tienen directa incidencia en la situació n de los
sistemas de registro civil de la regió n.
Finalmente, importa mencionar que este documento se ha elaborado teniendo en cuenta
otros diagnó sticos y estudios, provenientes de organismos pú blicos, de organismos privados y en
ocasiones de aportaciones de expertos y del mundo académico, algunos de los cuales se remon-
tan a hace casi 30 añ os – lo cual ha permitido situar en su contexto histó rico las
problemá ticas del RC y las reformas que se han venido implementando2.
2
Como el diagnó stico de 1980 (IIN/FNUAP 1982).
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iii. CoNDICIONaMIENTOS
INSTITUCIONaLES, LEGISLatIvoS
Y aDMINISTRatIvoS QUE INCIDEN
EN EL FUNCIONaMIENTO DEL
RC
Y GENERaN SUBREGISTRO
C
asi todos los países cuentan con un reconocimiento suficiente, a nivel constitucional
o legislativo, de los derechos relacionados con el RC. Todos ellos han ratificado la
DUDH, la CDN (que garantiza el DI: art. 8.1) así como la DADDH de 1948 o la
CIDH-Pacto
de San José. Y algunos han llevado estos derechos a sus constituciones: la Constitució n de Perú
reconoce expresamente el DI (art. 2.1), y también la de Argentina (indirectamente, a través
de la recepció n que el art. 84 de su Constitució n hace de la CDN). Otras constituciones han
integrado el DI por vía jurisprudencial o está n emprendiendo reformas normativas que van
a reconocer el DI3. A nivel legislativo el reconocimiento del DI es mucho más frecuente (a
menudo por referencia a la CDN). Si bien el DI no aparece en muchas constituciones, otros
derechos relacionados sí figuran con más frecuencia (por el ejemplo el derecho al nombre 4 o a la
personalidad y capacidad jurídicas5).
En varias constituciones más se habla expresamente del RC (que de este modo queda cons-
titucionalizado) o del derecho/deber de inscribirse (ver ejemplos en cuadro 1). A nivel legis-
lativo, todos los países de la regió n recogen la obligatoriedad de la inscripció n en el RC (ver
ejemplos de algunos países en el cuadro 2). Bastantes países, recogiendo lo establecido en el art.
7 de la CDN, recogen el derecho del niñ o a ser inscrito6.
3
El proyecto de Constitució n de Bolivia de 2007 reconoce el DI en sus arts. 59 (derechos de la niñ ez, adolescencia y
juventud) y 65 (derecho a conocer la filiació n).
4
Reconocido por ejemplo en el art. 7 l de la Constitució n de Bolivia (tras reforma del añ o 2002) o en el art. 36 de la
Constitució n de El Salvador.
5
Art. 25 de la Constitució n de Nicaragua.
6
Art. 26 del Có digo de la Niñ ez y Adolescencia de Uruguay (2004), art. 26: “Todo niñ o tiene derecho desde su nacimiento
a ser inscripto con nombre y apellido”.
8 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
Cuadro 1
PaísConstituciones: RC o derecho/deber de inscribirse
Guatemala Art. 136 de la constitución de 1985: “Son derechos y deberes de los ciudadanos:
1. Inscribirse en el Registro de Ciudadanos”.
Honduras Art. 39 de la constitución de 1982: “Todo hondureño deberá ser inscrito en el Registro Nacional de l
El Salvador El art. 77 alude a la inscripción en el registro electoral (que se forma con base en el RC).
Uruguay El art. 74 de la Constitución (1967) otorga la ciudadanía natural uruguaya a los hijos de uruguayos
Cuadro 2
Venezuela El art. 18.1 de La Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y Adolescente, de
País 1998 establece un derecho (del niño) Nivel
a ser legislativo
inscrito y un correlativo deber de padres o
tutores a inscribirlo. El art. 10 establece que los niños gozan de los mismos derechos
que las demás personas, y particularmente los de la CDN.
Ecuador El art. 35 del Código de la niñez y la adolescencia no dice literalmente que exista un deber de los
Argentina El Decreto Ley nº 8204 del año 1963 (objeto de varias reformas posteriores) sobre
Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas prevé en su art. 30 que el padre
o la madre o a falta de ellos el pariente más cercano, los facultativos del hospital, o quien
recoja al niño abandonado están obligados a solicitar la inscripción del nacimiento, que
deberá hacerse en el plazo que establezca la ley provincial, que no podrá ser mayor de
40 días. El art. 78 prevé sanciones para quien no cumpla las obligaciones establecidas
en esta norma.
México Arts. 186 y 187 del Decreto nº 157 de 1986 del Estado de Hidalgo, aprobatorio del Código Familiar
Colombia Art. 45 del Decreto 1260 de 1970 sobre Estatuto del Registro del Estado Civil de las
personas: “Están en el deber de denunciar los nacimientos y solicitar su registro: 1. El
padre. 2. La madre. 3. Los demás ascendientes. 4. Los parientes mayores más
próximos.
5. El director o administrador del establecimiento público o privado en que haya
ocurrido. 6. La persona que haya recogido al recién nacido abandonado. 7. El director o
administrador del establecimiento que se haya hecho cargo del recién nacido expósito.
8. El propio interesado mayor de diez y ocho años”.
República Ley nº 659 del 17 de julio de 1944 sobre Actos del Estado Civil, art. 43: “El nacimiento
Dominicana del niño será declarado por el padre o a falta de éste, por la madre, o por los
médicos, cirujanos, parteras u otras personas que hubieren asistido al parto; y en el
caso en que éste hubiere ocurrido fuera de la residencia de la madre, la declaración
se hará además por la persona en cuya casa se hubiese verificado. El acta de
nacimiento se redactará inmediatamente”. Art. 44: “La violación del artículo 39 por
las personas indicadas en el artículo 43 será castigada con multa de $1.00 a $5.00, o
prisión de uno a cinco días, o ambas penas a la vez en los casos graves”.
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |
7
En Bolivia en 2003 se modificó el art. 96 del có digo del niñ o, la niñ a y el adolescente (1999) para reconocer expresamente
el DI. En Argentina el art. 11 de la ley de protecció n integral de los derechos de las niñ as, los niñ os y
adolescentes (ley 26.061, de octubre de 2006) reconoce el DI – a esta ley se han adherido prácticamente todas las
Provincias. Estos reconocimientos del DI se añ aden a los habituales reconocimientos del derecho al nombre y a los
apellidos, recogidos en los có digos civiles o en las leyes de RC o en leyes especiales (en El Salvador, la ley del nombre de la
persona natural del añ o 2001). La ley RNP de Honduras (2004) reconoce el “derecho a la individualidad” (Art. 49).
8
La influencia o los efectos positivos del reconocimiento de estos derechos a nivel internacional o constitucional se suelen
percibir a medio y largo plazo, como consecuencia de haber contribuido a crear o consolidar la “cultura de los derechos”, o
a concienciar a los gobernantes y a los ciudadanos de la llamada “perspectiva de derechos”.
9
En este sentido nos referimos a un ú nico texto que regule todo lo referente a las inscripciones (en Venezuela, mientras no
se apruebe el proyecto de ley orgá nica del RC de 2007, sigue sin haber una ley de RC: las reglas para el RC está n dispersas
en leyes de la niñ ez, de los registros y notarías, leyes electorales, etc.).
10
Hay países (Colombia) que reconocen que la antigü edad de la legislació n dificulta la adaptació n tecnoló gica y procedimientos
automatizados: http://200.109.120.11/foro_registro2007/int_foro/doc_mesa2/MESA2_TEMA_1-Colombia.pdf
11
Como señ alan Acosta y Burstein (2006: 13), “la mayoría de las leyes que protegen el DI han quedado ancladas en el
siglo XIX”. De hecho, las reformas en los có digos civiles y en muchas leyes de RC son progresivas, en el sentido de que
se cambian ú nicamente algunos artículos, manteniéndose la estructura anterior. Las leyes civiles (Có digo Civil) suelen
ser muy estables en el tiempo, y sus estructuras y principios permanecen durante décadas. Incluso cuando se reforman, la
10 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
la legislació n sustantiva reguladora de las relaciones familiares (có digo civil). Los có digos
civi- les cambian lentamente, pues regulan instituciones muy asentadas y poco dadas a los
cambios como los contratos, las relaciones obligacionales, las sucesiones testamentarias y,
para lo que ahora interesa, las relaciones familiares y el estado civil. En otros casos podría
incluso pensarse si algunas instituciones y normas relacionadas con el RC no se reforman
demasiadas veces, no dando tiempo a los funcionarios o a los ciudadanos de aplicar y asimilar la
normatividad vigente: existen países que, mediando o no cambio de mayoría política o de
Constitució n, han modifi- cado en repetidas ocasiones los textos legales del RC12.
Sí tiene má s relevancia la dispersió n de la regulació n del RC entre leyes que podríamos
llamar sustantivas (CC, Có digo de Familia) y leyes organizativas, procedimentales o registrales
(que se refieren al RC propiamente dicho). Esta es una dualidad que existe en prácticamente
todos los países tanto de la regió n como de Europa. Las leyes sustantivas regulan el estado civil13
y las leyes organizativas o registrales regulan el RC. Algunos países han intentado dotarse de
una regulació n conjunta o unitaria, normalmente fruto de leyes relativamente recientes14. Otros,
la inmensa mayoría, han mantenido la dualidad tradicional.
Si la dualidad no es realmente relevante, lo que de verdad importa es el nivel de coordina-
ció n y de actualizació n de los dos conjuntos normativos. El diagnó stico de 1980 (IIN-FNUAP
1982: 138) subrayaba la necesidad de revisar las normas civiles sustantivas (có digos civiles) “para
incorporarles ideas, principios y técnicas” que faciliten la organizació n familiar y su conexió n
con el RC. Existen casos de normas civiles desfasadas y despegadas de la realidad actual, que
afectan al RC y se convierten en obstá culos a la universalidad del RC: por ejemplo, el incre-
mento de las familias monoparentales, p. ej., que a la hora de inscribir a sus hijos se
presenten algunas barreras poco justificadas (como la obligació n, prevista en las leyes de RC
o en los CC, de que al recién nacido que se vaya a inscribir se le ponga el apellido del padre) 15. Lo
mismo su- cede en ocasiones con el reconocimiento de hijos, que aun siguen siendo reguladas por
normas sustantivas poco compatibles con la igualdad de derechos entre mujeres y hombres16.
legislació n anterior permanece en el espíritu o los principios de la nueva. Esta legislació n que podríamos denominar
“de aluvió n” no tendría que ser por sí misma positiva o negativa: tiene aspectos positivos como por ejemplo su
adaptabilidad (en lugar de reformar toda la ley sustantiva só lo se cambian unos pocos preceptos).
12
Argentina ha reformado en muchas ocasiones la ley reguladora del RENAPER, que data de 1963-1968. Lo mismo sucede
con Bolivia, que desde el có digo del niñ o, la niñ a y el adolescente de 1999 ha conocido muchas reformas tanto de la
legislació n sustantiva como de las reglas concretas de inscripció n.
13
Regulan por tanto las situaciones jurídico-vitales (vida, matrimonio, muerte, relaciones familiares, adopciones) que deben
ser inscritas en el RC.
14
Las leyes o có digos del niñ o o de la infancia (Brasil en 1990, Venezuela en 1998, Bolivia en 1999, Uruguay en 2004,
Argentina en 2005) han intentado, sin demasiado éxito, recopilar en un ú nico texto el régimen jurídico de los derechos
y la situació n de la infancia. Pero en muchos casos se trataba de simples reiteraciones de la CDN, o de grandes
declaraciones de intenciones, con escasa sistematizació n y sobre todo sin centralizar o sistematizar lo relativo al RC.
15
En Venezuela el proyecto de ley orgánica del RC de 2007 se planteaba la regulació n de las uniones estables de hecho,
reconocidas en la Constitució n (art. 77) y aun no previstas en el CC. Estas uniones podían acceder al RC, y a efectos de
inscripció n de los hijos eran equiparadas en lo sustancial a los matrimonios.
16
En Nicaragua, y en muchos otros países, para la inscripció n en el RC de hijos de parejas no casadas se requiere la firma del
padre (con lo que se dificulta enormemente la inscripció n en caso de padre desconocido, o simplemente en caso de padres
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |
Esta dualidad en ocasiones es algo más compleja, porque a este binomio leyes civiles o sus-
tantivas / leyes procedimentales o registrales se añ ade la legislació n electoral, cuando el RC sea
responsabilidad de la administració n electoral.
Partiendo de esta dualidad, que se podría considerar lógica, y que existe en muchos países, hay
en cambio otro tipo de dispersió n normativa que es de difícil justificació n. Existen países en los
que en relació n con el RC se aplican hasta seis leyes distintas, más en ocasiones los correspondien-
tes reglamentos, o en los que no existe como tal ley de RC (ver algunos ejemplos en el cuadro 3).
Así lo decía el diagnó stico de 1980 (IIN-FNUAP 1982: 138): “Salvo excepciones, la legislació n
vigente está contenida en numerosos textos, lo cual dificulta su estudio e interpretació n”. Esta
“frondosidad” (Acosta-Burstein 2006: 44) o “proliferació n”17 legislativa es fuente de descoordi-
naciones (puede darse el caso de reformar una de las piezas normativas y afectar, sin quererlo, a
todas las demás), de complejidad de manejo (por los funcionarios y por los jueces), de distancia
respecto del ciudadano (que con casi total probabilidad ignora la aplicació n – o acaso la existencia
- de tantos textos legales), de disfunciones18 o de dificultades de aplicació n. Como regla general,
una legislación dispersa y compleja “da pie a la arbitrariedad y discrecionalidad en su manejo”
(Acosta-Burstein 2006: 44), lo cual es justamente lo contrario a lo que debería ocurrir en materia
de derechos fundamentales esenciales como es el RC y el DI.
Cuadro 3
Venezuela Código civil, Ley del registro público y del notariado, Ley orgánica del poder
País Leyes que
electoral, leyse aplicande identificación, Ley orgánica para la protección del niño
orgánica
y del adolescente, Ley orgánica de pueblos y comunidades indígenas (mientras
no se apruebe y entre en vigor el proyecto de ley de RC, carece de ley de RC)
República Dominicana Ley nº 659 sobre Actos del Estado Civil, de 1944, modificada por disposiciones del Códig
El Salvador Además del CC, se aplican la ley orgánica del RNPN de 1995, ley transitoria
del registro del estado familiar de 1995, ley del nombre de la persona natural
de 1990, y en parte la ley especial reguladora de la emisión del DNI de 2001.
Continúa
que no quieran regularizar su situació n ni siquiera con la inscripció n de hijo). En Argentina las parejas casadas pueden
inscribir el nacimiento cualquiera de ellas, pero las parejas no casadas el nacimiento debe ser inscrito por ambos, lo
cual plantea dificultades para las madres solteras o los hijos de padre desconocido. Por el contrario algunos países sí permiten
la inscripció n ú nicamente a cargo de la madre soltera, como en Panamá .
17
Así es como CEPAL (1997: 25, 26) califica la situació n de la regulació n de muchos derechos fundamentales, y
específicamente, entre otros, del derecho a la identidad.
18
En Bolivia el Decreto Supremo 28620, de 2006, sobre cédula de identidad en su art. 2 puede resultar confuso en sus
conceptos, o el orden de los mismos, al establecer que la cédula de identidad sirve, con cará cter general, para inscribirse en
el RC, cuando es al revés (primero, y una vez inscrito en el RC, se obtiene el certificado o partida de nacimiento, y después
se solicita la cé dula de identidad).
12 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
Bolivia CC de 1972 (con poco contenido registral: casi todo está en el Código
de Familia de 1976), la ley de Registro Civil 1898, aun parcialmente vigente, la ley
nº 1884 de 1998 sobre el Servicio Nacional de Registro Civil, la ley
nº 2026 de 1999 (Código del niño, niña y adolescente), el Código Electoral de
1999, desarrolladas por varios Decretos Supremos: DS.24247 de 1996
(Reglamento de la Ley del Registro Civil); DS.26718 de 2002 (correcciones en la
vía administrativa); DS.27419 de 2004 (emisión de certificados duplicados
computarizados y la validez legal del certificado manuscrito); DS.27422 de 2004
(limita la inscripción en los libros de matrimonio de relaciones concubinarias de
hecho); D.S.27915 de 2004 (inscripción de mayores de 18 años provenientes de
pueblos indígenas y originarios); D.S.28626 de 2006 (crea Programa de Cédula de
Identidad Gratuita para todos los Bolivianos).
Colombia Rigen leyes del siglo 19 que asignaban a los notarios la función de RC
(y a los Alcaldes y Cónsules), así como leyes sucesivas (estatuto orgánico del RC de 1970, decre
19
En Chile rige un CC de 1855 (el llamado có digo Andrés Bello), que pese a haber sido actualizado en algunas ocasiones,
se ha quedado muy anticuado en lo referente a las relaciones familiares y sucesorias, y rige también una ley de RC de
1930 (parcialmente reformada por la ley orgánica del servicio de RC de identificació n, ley 19477 del añ o 1996). En
Uruguay continú a parcialmente vigente el CC de 1868, la ley de registro de estado civil de 1879, ambos insuficientemente
actualizados. En Nicaragua se aplica el CC de 1904, y una má s reciente ley de registro central de estado civil de 1981.
20
Peres Velasco (2007: 255) señ ala que “Paraguay, Honduras y Perú cuentan con las leyes especiales má s completas y
actualizadas en materia de RC”. Deben añ adirse Panamá (con leyes de 2006-2007) y Venezuela (con el Proyecto de ley de
RC del añ o 2007).
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |
de RC sea malo: países con leyes (sustantivas o registrales) antiguas tienen un muy aceptable
servicio de RC. Es este un factor que se tiende a sobrevalorar.
Como conclusió n, cabe decir que la plasmació n constitucional o legislativa de los derechos
relacionados con el RC (sobre todo el DI o el derecho/obligació n de registrarse, pero también
derechos a la personalidad jurídica, al nombre, etc.) es muy reciente, y aun no está generalizada
en los países de la regió n. Sería deseable un mayor énfasis normativo (constitucional o legisla-
tivo) en derechos como el DI, o el derecho/deber de registrarse. Pero no parece que ello sea por
sí mismo determinante para una mejor situació n del RC.
La mayoría de los diagnó sticos realizados (IIN 1971: 7, Sajó n 1977: 33) han señ alado
que resulta necesario un esfuerzo de coordinació n (en cuanto al contenido) de las normas
sus- tantivas o civiles con las normas procedimentales o registrales, y un esfuerzo de
recopilació n y simplificació n (en cuanto a la dispersió n) de las diversas leyes que tienen
incidencia sobre el RC.
Existen países en los que las deficiencias u obsolescencias normativas o la complejidad y
dispersió n de las diversas leyes que inciden sobre el RC sí representan un obstá culo al buen
funcionamiento del RC21. Y en cuanto a los países federales (México, Brasil, Argentina) se ha
hecho un esfuerzo de coordinació n, bien a través de institutos electorales (RENAPO e IFE en
México), bien a través del buen funcionamiento del organismo registral (RENAPER en Argen-
tina), y las potenciales deficiencias derivadas de la inexistencia de una ú nica normativa a nivel
nacional ha quedado razonablemente suplida por el mimetismo de las legislaciones estatales o
provinciales22.
Pese a deficiencias en estos aspectos en algunos países, la tendencia general ha ido en el
sentido de modernizar los marcos legales en los países de la regió n. Si en 1980 se constataba
el cará cter está tico de la legislació n de RC (IIN-FNUAP 1982: 136), desde ese momento han
cambiado la mayoría de las legislaciones. La situació n no es tan clara como se diagnosticó en
1980: “En los ú ltimos veinte añ os, los marcos jurídicos de los sistemas de registro civil han ido
actualizándose. Aunque persisten aú n numerosos anacronismos y vacíos legales, coexistencia de
leyes dispersas contradictorias en aspectos puntuales como el pago de multas y procedimientos
para registros de nacimientos tardíos, no parecería ser estratégicamente adecuado dar prioridad
a promover grandes reformas legales con la finalidad de mejorar el registro de nacimientos” (IIN
c.2002: 3).
21
A juicio de Peres Velasco (2007: 255), “los regimenes legales de la Repú blica Dominicana, Nicaragua, Bolivia, Brasil,
Haití y Ecuador se muestran ostensiblemente retrasados, por su antigua data y por formalizar, de una u otra forma, el viejo
modelo de RC afectado de formalismo, complicadas exigencias documentales y remisió n de asuntos a la esfera judicial”.
22
Los obstáculos en estos países federales no son atribuibles tanto al hecho federal en sí mismo y a la diversidad
legislativa sino a que los RC dependen de los Estados o de las Provincias, con posibles desajustes o diferencias
territoriales.
14 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
23
Prácticamente todos los estudios y diagnó sticos sostienen que la necesidad de entablar un proceso judicial para inscribir
a niñ os que en su día no lo fueron representa uno de los mayores obstáculos para combatir el subregistro: véanse IIN-
FNUAP (1982: 134) o Roca Serrano (2006: 122).
24
Roca Serrano (2006: 132) señ ala que en Bolivia el coste del proceso judicial para la inscripció n de niñ os mayores de 7 añ os
era, hasta la reforma de 2003, de unos 4.000 pesos bolivianos (unos 550 US $).
25
Así lo decía Sajó n (1977: 11), aludiendo a la necesidad de que las inscripciones tardías se realicen ante los tribunales en
lugar de ante el propio RC. Ello sucedía en seis países, y en otro en funció n de la demora en la inscripció n.
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |
Cuadro 4
País Ley/reglamento Descripción
Argentina La inscripción tardía de un niño de más de seis años se realiza no ante el
propio RC sino mediante proceso judicial.
Chile Ley de Registro Las omisiones o los errores manifiestos se rectifican en vía administrativa,
Civil (1930) mientras que el resto requiere proceso judicial.
Sin duda es más acorde con los principios de gratuidad, accesibilidad, etc. que los trámites
del RC se realicen ante una autoridad administrativa como es el RC, y de forma gratuita y
pró xima al ciudadano, que ante los tribunales, con costo y tardanza.
No obstante, la desjudicializació n podría tener algunos obstáculos o inconvenientes. Por
ejemplo en aquellos países en los que, estructural e institucionalmente, el RC está inserto en el
poder judicial o en el poder electoral será difícil que ciertas inscripciones se saquen del ámbito
judicial y sean gestionadas por un ó rgano administrativo (es más: podría haber obstá culos de
constitucionalidad, cuando la regulació n constitucional del RC y del poder electoral sea muy
rígida)26. Y, ligado a lo anterior, la preocupació n por mantener el nivel de garantías: podría
darse el caso de que las inscripciones tardías (de personas que nunca tuvieron documentació n
ni identificació n), que en vía judicial estuviesen sometidas a más verificaciones o constancias de
la real identidad de quien se quiere inscribir, quedasen menos controladas, con el consiguiente
riesgo de manipulació n partidista o electoral.
26
En Bolivia hicieron falta cerca de diez añ os, y dos leyes (el có digo del niñ o, la niñ a y el adolescente, de 1999, y la ley 2616,
del añ o 2003) para que se pudiesen desjudicializar las inscripciones tardías. Aun así, y por exigencias constitucionales, la
reglamentació n de esta previsió n se encomendó no al Gobierno a la CNE.
18 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
y acceder a ella. En estos sitios de Internet se suelen resumir los trá mites (ninguno de ellos se
limita a transcribir los textos legales relativos a las inscripciones, certificaciones, etc.), lo cual
ofrece informació n extractada, concisa y potencialmente accesible a má s personas que la tra-
dicional publicació n de las normas en los boletines oficiales 27. Los poderes pú blicos disponen
ahora de un poderosísimo medio de difusió n del RC: no só lo de la normatividad del RC (leyes
y reglamentos) sino de los procedimientos, los documentos, los plazos, los lugares, los derechos
que al ciudadano corresponden, etc. No aprovechar este cauce informativo, y no desarrollar
nuevas estrategias comunicacionales (que además no son demasiado costosas) para informar a
la població n representaría perder una oportunidad importantísima.
Con el fin de combatir el subregistro entre la població n indígena, ¿debería establecerse
un régimen especial de publicació n de las normas de RC? No parece que fuese viable una
moda- lidad de publicació n “privilegiada” o “ad hoc”, distinta de la publicació n oficial en los
diarios o boletines oficiales de la nació n, pero tal vez sí sería posible pensar en la posibilidad
de publi- carlas, completas o extractadas, en algú n idioma indígena – sea o no idioma cooficial
junto al idioma general. Es lo que ocurre en Bolivia, en donde se han realizado campañ as de
difusió n del RC en españ ol, quechua, aymará y guaraní. En Guatemala la ley de idiomas
nacionales (2003) garantiza que en todos los actos registrales se respetará las normas de
escritura de los idiomas indígenas maya, xinca y garifunas, y el art. 4 del Decreto 67/2000 de
ley temporal especial de documentació n personal (ley de reconstrucció n de registros y
reasiento de població n desplaza- da) establece una publicidad especial en los idiomas mayas, a
realizar en las oficinas de RC. En el Perú el Plan nacional de restitució n de la identidad
“documentando a los indocumentados” para el periodo 2005-2009 (Resolució n jefatural nº 602-
2004-jef/reniec) prevé la realizació n de campañ as en idiomas quechua y aymará .
Sin duda las campañ as que se realizan para combatir el subregistro tienen como uno de sus
objetivos las comunidades indígenas o las minorías étnicas. Y estas campañ as suelen constar
habitualmente de mensajes tendentes a aproximar la legislació n de RC a la realidad indígena,
acaso empleando idiomas o dialectos propios. Pero por mucho que estas campañ as se esfuercen
en dicha aproximació n, siempre estará la dificultad de que la versió n oficial y vinculante del
texto legal no se habrá publicado en dichos idiomas o dialectos: por tanto, podría pensarse en la
edició n, publicació n y difusió n, si no con valor oficial sí por lo menos con valor informativo, de
los principales textos de RC traducidos a idiomas indígenas. La falta de carácter oficial de estos
idiomas es obstáculo para la publicació n completa de los textos con valor oficial y legal, pero
acaso no lo sea a la difusió n de extractos de las leyes, incluso avalada por los poderes pú blicos –
pero sin valor de publicació n oficial28.
27
Sin embargo, cuando se extracta la publicidad en los sitios web ello no debe conducir a que sea insuficiente o confusa.
28
Tendrían el mismo valor que, por ejemplo, la informació n ofrecida por los organismos pú blicos en los sitios web oficiales.
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |
Cuadro 5
Honduras El art. 63 de la ley RNP (2004) prevé que la inscripción pueda realizarse en cualquier oficina de
País Legislaciones
RC (no debiendo necesariamente hacerlo en el RC que le corresponda por domicilio o por
lugar de nacimiento).
Perú Art. 45 de la ley de RENIEC: “Las inscripciones, y las certificaciones de ellas derivadas, de cualquiera d
a nivel nacional”. Ello exige un alto nivel de coordinación, con el fin de evitar las dobles inscripciones.
Chile Si existen dificultades para inscribir el nacimiento en la oficina que corresponde, podrá
efectuarse en otra, por medio de una solicitud escrita, remitida al oficial civil.
VenezuelaArt. 20 de la ley orgánica del niño y adolescente (1998) permite excepcionar la regla de inscripción ante “la pri
los comisarios o ante el funcionario público más próximo, competente para tales fines, quien la extenderá por duplicado
Respecto a los plazos de inscripció n en el RC, Sajó n (1977: 11) señ alaba la disparidad de
las regulaciones: los plazos iban desde 8 días (en 7 países) hasta el añ o, pasando por 10 días
(2 países), 15 días (4 países), 30 días (2 países) o 60 días (1 país). En la actualidad los plazos
han tendido a racionalizarse (ver cuadro 6 con algunos casos), siendo importante plantearse si
plazos tan amplios como de uno o dos añ os, que en principio podría ser preferibles a plazos
tan perentorios como 8 días, no pueden ser contraproducentes, por demorar demasiado el
cumplimiento por los padres del deber de inscribir al hijo.
20 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
Cuadro 6
Bolivia Un año en las ciudades y dos años en provincias y medio rural (en 2003 la ley 2616
País Plazo de
modificó inscripción
la ley de RC en el sentido de establecer un plazo de 12 años: “Todo niño o niña
será inscrito en el RC hasta sus doce años”).
Argentina 40 días
Honduras 1 año, pero la ley prevé que la inscripción pueda realizarse en cualquier oficina de RC
Guatemala 30 días (desde el Decreto 90 de 2005 de creación del RENAP)
Chile 60 días
Venezuela En nacimientos no hospitalarios, es de 90 días
Paraguay 30 días en la capital y 60 en el interior
Perú 3 días (nacimiento en hospitales de sistema de salud que cuenten con dependencia de registro civil), y d
29
En Argentina la inscripció n tardía (fuera del plazo de 40 días, y antes de los 6 añ os) está gravada con un coste de 42 $.
La ley 25.819 de 2003 de Identificació n, registro y clasificació n del potencial humano nacional estableció un régimen
temporal para facilitar la inscripció n gratuita de los no inscritos.
30
Amado (1997: 99) se muestra favorable al cobro de “una cantidad de tipo punitorio, para propiciar que la població n acuda
a registrarse dentro de los plazos legales”.
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |
d) Otras medidas
Muchos diagnó sticos han subrayado que “una de las principales causas de negació n del DI en
la regió n [y por tanto de subregistro] es la discriminació n debido a la condició n de los padres,
particularmente cuando estos no tienen a su vez documentos de identidad, reproduciéndose de
esta forma un círculo vicioso que se expande generació n tras generació n” (Conferencia Regional
Latinoamericana sobre el Derecho a la Identidad y Registro Universal de Nacimiento, 2007a:
3). Si como sucede habitualmente 31 para registrar al hijo en el RC los padres deben exhibir
identificació n o certificació n registral, sencillamente no podrán registrar a su hijo, transmi-
tiéndose el subregistro de generació n en generació n. Los hijos, ademá s de no poder acceder a
muchos servicios pú blicos o al sistema bancario o crediticio, etc., no podrán heredar legalmente
a sus padres, no podrá n inscribir en el registro de la propiedad o en el catastro los bienes que
eventualmente puedan recibir de sus padres, pero sí heredarán la condició n de ser inexistentes
a efectos legales.
En los ú ltimos añ os algunos países han intentado paliar esta situació n, eximiendo de la
obligació n de identificarse a los padres, particularmente si pertenecen a minorías indígenas -en
las que se parte de que la tasa de subregistro es mayor- (ver cuadro 7 para algunos ejemplos). No
obstante, sigue tratándose de medidas excepcionales y no generalizadas, poco conocidas entre
las capas de població n que tienen má s subregistro.
Cuadro 7
Honduras El art. 114 del Reglamento de RNP (2005) exige, para que los padres realicen la
País Legislaciones
inscripción, tener tarjeta de identidad (o en su defecto certificación de nacimiento), pero el
art. 115 parece permitir la inscripción sin que los padres estén inscritos en el RC.
Panamá El art. 21 de la ley 31 de 2006, reformado por la ley 17 de 2007, dispensa asimismo de la obligatoriedad
Continúa
31
Por ejemplo art. 29 de la ley transitoria del estado familiar de El Salvador (1995). También el art. 46 de la ley n. 659 de
1944 de Republica Dominicana sobre Actos del Estado Civil.
22 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
País Legislaciones
Bolivia La CNE dictó una resolución en 2004 donde el registro de nacimientos para mayores de 18
años pertenecientes a comunidades indígenas y pueblos originarios que no cuenten con
identificación o documentación (obligatoria en los demás casos) podrá realizarse con dos
testigos (preferentemente pertenecientes a su comunidad) que acrediten la identidad de la
persona que va a registrarse, así como de sus padres: véase Roca Serrano (2006: 131). Por
Decreto Supremo nº 27915 de 13 de diciembre de 2004 se ratificó esta medida, disponiendo
que el Estado debe asegurar la inscripción gratuita en las zonas de mayoría indígena, originaria
y en comunidades campesinas.
ratificada en general por países con elevada proporció n de inmigrantes, y en la regió n só lo por Colombia, México, Bolivia,
Uruguay, Belice, Ecuador, El Salvador y Guatemala. Entre la colaboració n internacional entre Estados para paliar el
subregistro en zonas transfronterizas destaca el convenio entre Panamá y Costa Rica en virtud del cual un có nsul
especial panameñ o actú e en la franja de Costa Rica má s pró xima a Panamá .
34
Estas personas, que en muchos casos coinciden con poblaciones indígenas o campesinas, se desplazan a las ciudades o en
general a lugares en los que es má s necesaria la identificació n, con lo que su situació n es peor que la que tenían en su lugar
de origen. En Colombia en 1990 a travé s del Decreto 290 y Decreto 158 de 1994.
35
En Guatemala el Decreto 67 del añ o 2000 preveía normas de reasiento de los registros, reinscripció n y reposició n de
partidas para població n desarraigada, refugiada, repatriada, retornada y desplazada o incorporada (desde las guerrillas).
36
Por ejemplo en El Salvador, con la ley del añ o 1981 de reposició n de libros y partidas del RC, o en Guatemala, con
el Decreto citado en la nota anterior.
37
Por ejemplo Venezuela y Bolivia.
24 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
3. La SITuaCIÓN INSTITuCIONaL
En general, son cuatro las funciones o responsabilidades de los poderes pú blicos que desem-
peñ a el RC o con las que está relacionado el RC: la funció n de registro propiamente dicha 38, la
funció n estadística, la funció n de identificació n y, tal vez algo má s alejada del RC, la funció n
electoral.
En realidad só lo la primera es una funció n típica y característica del RC. Las otras tres son
accesorias, bien porque no las desempeñ a el mismo RC sino otros organismos o entidades pú blicas
o bien porque, aunque las lleve a cabo el mismo organismo que se encarga del RC 39, son conceptual
y funcionalmente distintas. Y responden a principios que a veces son divergentes. Como ejemplo,
el RC debe garantizar la confidencialidad de los datos de las personas, mientras que la funció n de
identificació n tiende a la publicidad (o por lo menos a expedir documentos que, al ser exhibidos,
acrediten la identidad, o incluso el ejercicio de un derecho como el desplazamiento – en caso del
pasaporte). La función electoral necesita saber donde están los electores, para organizar el derecho
al voto y asignarles un lugar donde ejercerlo (normalmente el de su residencia), mientras que para
la funció n de RC la ubicació n de las personas que en él está n inscritas no sería en principio un
dato tan relevante. Sin embargo las funciones, que conceptualmente son distintas, aparecen con
frecuencia mezcladas, cuando el RC es a la vez registro electoral o base para su elaboració n (en el
proyecto de ley orgánica de RC de Venezuela, de 2007, se establece la obligació n de los ciudadanos
de comunicar al RC sus cambios de residencia).
Pero los sistemas de EV, los sistemas electorales y los sistemas de identificació n, por mucho
que implementen funciones distintas a la registral propiamente dicha, y por mucho que, en
algunos países, estos tres sistemas estén organizativa e institucionalmente separados del RC,
en realidad están necesariamente conectados con el RC porque es éste quien les suministra
la informació n sobre el estado civil de las personas con las cuales elaboran las estadísticas de
població n, los documentos de identificació n y los registros, padrones y censos electorales.
En algunos países además del RC existen registros o archivos administrativos especializados
para sectores concretos de població n, como es el caso del Registro de Informació n de Niñ os y
Adolescentes de Uruguay, y el Catálogo de Extranjeros Residentes de México.
Desde esta partició n de funciones, existen varios modelos organizativo-institucionales. Ama-
do (1997: 90), dejando de lado la funció n estadística o EV, diferenciaba cuatro posibilidades:
a) separació n de las tres funciones en tres organismos diferenciados
38
El IIN (1973: 12 y 1977: 12) la denomina funció n jurídica, en el sentido de que tiene por objeto certificar, probar y
acreditar, que es lo que en derecho se denomina fe pú blica.
39
Como ocurre en aquellos países en los que el RC depende del poder judicial electoral (Bolivia, Panamá, Costa Rica) o de
una institució n que también se ocupa de expedir los documentos de identificació n (RENIEC en Perú , RNP en Honduras,
RNPN en El Salvador, RENAP en Guatemala).
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |
c) unió n de las tres funciones bajo un mismo ó rgano, normalmente una institució n
electoral dentro del poder judicial o relacionada con el poder judicial o que constituye
uno má s de los poderes del Estado (poder electoral)
d) integració n del RC en una institució n registral nacional, habitualmente en el
poder judicial, encargada del registro de la propiedad, catastro, propiedad industrial,
interdicciones, etc.
De acuerdo a esta categorizació n, se podría considerar que el modelo a) existe en Uruguay,
México (el RC depende de los Estados, la identificació n del RENAPO y lo electoral del
IFE) o Paraguay (donde las tres funciones dependen de distintos departamentos del poder
ejecutivo). El modelo b) existe en Chile, Ecuador (el RC depende del Ministerio de
Gobernació n), Argentina, El Salvador. El modelo c) existe en Costa Rica, Panamá ,
Repú blica Dominicana, Colombia, Nicaragua y Venezuela (en estos dos ú ltimos casos con
importantes competencias de los municipios) y en Perú (RENIEC es una parte autó noma del
sistema electoral). El modelo
d) existe en países caribeñ os como Belize, a través del Registrar General (pero la regulació n en
el Caribe no es homogénea: en Grenada el RC es competencia del Ministerio de Salud, y
en Jamaica del Primer Ministro).
En realidad habría distintas combinaciones, y por tanto má s modelos (o má s matizados)
que los que exponía Amado hace má s de una década: por ejemplo en Bolivia el RC está
inserto en la Corte Nacional Electoral, que lo gestiona en su totalidad, pero la CNE no se
encarga de la identificació n (sería este un modelo de unió n de las funciones de registro y
electoral, bajo la dependencia de un ó rgano independiente del poder ejecutivo, pero con
separació n de la funció n de identificació n). En Nicaragua el Consejo Supremo Electoral se
encarga de las elecciones y de la identificació n, pero solo de la coordinació n del RC, que es
gestionado por los municipios. En Venezuela el RC y lo electoral dependen del CNE, pero
el servicio de identificació n no depende del poder electoral sino del poder ejecutivo.
Honduras se pasó en 2004 de la depen- dencia del RNP del poder judicial electoral a ser un
ente autó nomo, con funció n de RC y de identificació n.
40 Esta es una de las conclusiones a que se llega en CEPAL (2007: 21): se sostiene la conveniencia de “desvincular
la documentació n de RC o registro ciudadano del proceso de elecciones”, ya que “el registro y la identificació n de los
ciudadanos es un derecho de los ciudadanos que debe ser resuelto sin manipulaciones” (y en cuanto a las á reas rurales,
se dice que “la gente debe saber que necesita el registro y la identificació n para ejercer con plenitud sus derechos y
para moverse fuera de las á reas rurales, y no só lo para participar en las elecciones”).
41 Así lo señ ala IFES (2007: 22), pero advirtiendo que en ocasiones la dependencia del RC del poder electoral no ha
significado mejora perceptible en la coordinació n.
42 Por ejemplo en Panamá los arts. 136 y 137 de la Constitució n encargan al Tribunal Electoral la gestió n del RC, y, entre
otras funciones, le atribuyen el conocimiento de todas las demandas de rectificació n registral, con lo que no es posible
reformar el sistema sin reformar también la Constitució n. Lo mismo sucede en Venezuela (el art. 293.7 de la Constitució n
de 1999).
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |
desligar el RC del poder electoral” (2006: 48) 43. Se trata de un debate abierto, entre otras cosas
porque no en todos los países el RC es rentable o genera superá vit.
Otra vertiente potencialmente problemática de la imbricació n entre el RC y lo electoral
es la sobrecarga de trabajo (y/o la insuficiente dotació n de medios) para los oficiales y las
oficinas del RC. Tienen que desempeñ ar una doble funció n (la registral y la electoral), e incluso
cuando esta segunda es meramente temporal, en funció n de los ritmos electorales, los oficiales
pueden tener más trabajo del que pueden llevar a cabo, con perjuicio del servicio. Del mismo
modo, la “electoralizació n” del RC puede no resultar del todo operativa porque, cuando el sistema
electoral lo gestiona el poder judicial, se produce entonces la paradoja de que una funció n
administrativa como el RC es gestionada por los tribunales, y estos están funcional y
constitucionalmente adaptados para la funció n jurisdiccional de juzgar y hacer ejecutar lo
juzgado, pero no para gestionar un servicio administrativo como es el RC (que puede
requerir decisiones de gestió n, presupuestarias o de personal para las que el poder judicial
puede no resultar el más adecuado).
La misió n y funció n del RC es una misió n administrativa esencial para los DDHH que
fundamentalmente consiste en dejar constancia del estado civil – y de la identidad - de las
personas, incorporá ndolas así a la comunidad. Por consiguiente, cuanto má s alejada esté de
la manipulació n política o partidaria, mejor cumplirá su funció n constitucional, legal, social y
estadística. Al determinar el estado civil y acreditar la existencia de las personas, la organizació n
institucional puede tener distintas formas. Cualquiera de ellas será a priori válida siempre que
esta funció n esencial quede asegurada y a salvo de intereses político-partidistas, y siempre que
se garantice la coordinació n tanto interna de las distintas dependencias del RC como
respecto de los demás servicios pú blicos (esencialmente de los sanitarios, que suelen estar
encargados de dar constancia de los nacimientos y las defunciones). Desde este
planteamiento, aproximar el RC a lo electoral só lo será positivo en la medida en que esa
funció n quede preservada (o potenciada)44.
46
En la teoría de la organizació n administrativa a esta segunda acepció n se la suele denominar “desconcentració n”. Sajó n la
llama “dispersió n” (1977: 7).
47
La inexistencia en los países federales de un archivo nacional o central, por estar el RC a cargo de las entidades subnacionales
(Estados o Provincias) era una preocupació n puesta de manifiesto en varias ocasiones (por ejemplo el IIN, 1973: 6). En los
ú ltimos añ os la creació n de entidades relativamente nuevas (RENAPER en Argentina en 1968, y en los ú ltimos 15 añ os
RNPN en El Salvador en 1995, RENIEC en Perú en 1996, RNP en Honduras en 1982 y 2004, RENAP en Guatemala
en 2005) ha mitigado, incluso en países federales, en cierta medida las posibles consecuencias negativas de la inexistencia
de archivo central.
48
Por ello el nivel real de “desconcentració n” no se medirá por la simple existencia o no de oficinas locales (por ejemplo a nivel
municipal, comarcal, o con demarcaciones territoriales propias del RC) sino por la capacidad de estas oficinas para llevar a
cabo eficazmente determinados trámites, evitando al ciudadano acudir a la capital o a la sede central del RC.
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |
49
Véanse las opiniones en Sajó n (1977: 7).
50
En Argentina el RENAPER se creó en 1968 y ha sido reformado varias veces, y hoy se inserta en el Ministerio del Interior.
México tiene dos instituciones federales relativas al RC: el Registro Nacional de Població n e Identificació n Personal,
dependiente de la Secretaría de Gobernació n y con funciones de coordinació n y expedició n de la CURP (clave ú nica de
registro de població n), y el IFE, creado en 1990 con funciones electorales. Pese a no ser sistemas federales, existen
países que de alguna manera han continuado esta pauta (Perú con el RENIEC, El Salvador con el RNPN, Honduras con
el RNP y Guatemala con el RENAP).
51
Es frecuente que la ley establezca como obligatoria la demarcació n o jurisdicció n municipal, como por ejemplo el art. 44
de la ley de Brasil de servicios notariales y de registro (1994): “En cada sede municipal habrá como mínimo un registrador
civil de las personas naturales”.
30 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
pocos medios, en ocasiones no fácilmente controlables o sujetos de supervisió n por las autoridades
centrales52. A cambio, están pró ximas al ciudadano (salvo en aquellos nú cleos de població n muy
dispersa, o en los asentamientos pequeñ os que no lleguen a la condició n de municipio). La relació n
entre desconcentració n a nivel municipal o local y subregistro (o buen funcionamiento del RC)
no es una relació n relevante porque todos los países, en una u otra medida, cuentan con oficinas
locales. Luego esta relació n debe medirse no por la existencia o no de la oficina de RC, sino por
el nivel de servicio que preste a los ciudadanos 53. Si ciertos trámites (no necesariamente los de
mayor complejidad) sólo pueden realizarse en oficinas centrales, o en dependencias mayores a la
municipalidad, entonces la proximidad al ciudadano no reporta todas las ventajas como parece.
Dicho todo ello, existen países en los que la responsabilidad del RC es de los municipios.
No se trata só lo de que el ámbito de la demarcació n o jurisdicció n del RC es el municipal
sino que las leyes atribuyen la funció n registral y la competencia para RC a los municipios, y
los registradores dependen directamente (y casi exclusivamente) de los alcaldes, en lugar de
depender de un ó rgano central o del poder electoral. Como ejemplo, se ilustran los casos de
algunos países (ver cuadro 8).
Cuadro 8
El Salvador Pese a que el marco institucional centraliza el control la información del RC en el RNPN, la
País Descripción competencia
responsabilidad inmediata de lamunicipal
gestión del RC es de las municipalidades. El art. 4.15 del
Código Municipal (Decreto Legislativo nº 274 de 1986) establece como competencia
municipal “la formación del Registro del Estado Familiar y de cualquier otro registro
público que se le encomendare por ley” (versión tras reforma del Decreto Legislativo nº
929, del 20 de Diciembre de 2005, publicado en el D. O. nº 12, Tomo 370, de fecha 18 de
Enero de 2006). La ley transitoria del registro del estado familiar (1995) mantiene el mismo
sistema, conforme al cual los registradores son empleados locales y no del RNPN (art. 8
de dicha ley).
Guatemala El RC estaba en manos de cada uno de los 322 municipios. Así lo establecía el art. 373
del Civil, que ha sido derogado por la ley RENAP. Del mismo modo, el art. 68 del Código
Municipal (2002) - no expresamente derogado - establece como
competencia municipal “La administración del registro civil y de cualquier otro registro
municipal o público que le corresponda de conformidad con la ley”. El art. 89 del mismo
Código, derogado por la ley de RENAP, otorgaba al Concejo la potestad
de nombrar al Registrador: “El Concejo Municipal nombrará al registrador civil de su
municipio. En su ausencia el secretario municipal ejercerá sus funciones. En el
desempeño del cargo, las funciones del registrador civil estarán normadas por lo que establece
el Código Civil y el reglamento respectivo de cada municipio”. El sistema está siendo
cambiado por la ley RENAP (2005), que va a implicar la transferencia de los RRCC de los
Municipios a este nuevo organismo.
52
No hay informació n suficiente para determinar la relació n entre el buen o mal funcionamiento de los RRCC en respecto
al tamañ o de las municipios o las oficinas centrales de la capital. Parece que por lo general, por lo menos el nivel
tecnoló gico sí es claramente mejor en las segundas.
53
O por otras variables: tener oficinas abiertas a tiempo completo para atender a poca població n resulta muy costoso.
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |
Nicaragua El CSE de (2007: 15) señala que los RC “están sometidos a una doble subordinación, pues el
art. 8 de la Ley de Municipios establece que administrativamente dependen del Alcalde y en lo
normativo y metodológico dependen del Consejo Supremo Electoral, a través del Registro
Central del Estado Civil de las Personas”.
En Nicaragua según el CC (art. 501) “La Oficina [de registro] se denominará Oficina del
Registro del Estado Civil, y estará a cargo de un funcionario nombrado por la
Municipalidad, y donde no la hubiere, por el jefe superior correspondiente”.
Art. 502: “En cada ciudad, villa y pueblo de la Republica, habrá esa oficina. Los sueldos del
Registrador y secretario y los gastos del despacho, saldrán de los fondos municipales.”. Según la
ley de municipios (ley 40 de 1988) el municipio ejerce la administración del registro del
estado civil en función a la dirección “normativa y metodológica” del Consejo Supremo
Electoral. El artículo 8 la Ley de Municipios
de Nicaragua (Ley Nº 40, del 2 de julio de 1988, publicada en La Gaceta el 17 de agosto de
1988, reformada por la Ley 261 del 26 de junio de 1997 y publicada en La Gaceta No. 162
del 26 de agosto de 1997) establece que “El Registro del Estado Civil de las Personas es una
dependencia administrativa del Gobierno Municipal y
se regirá además de lo dispuesto en la ley de la materia, conforme las directrices,
normativas y metodologías que dicte el Consejo Supremo Electoral”. Se procura la
coordinación interinstitucional, “respetando los mecanismos e Instrumentos de
planificación física y económica del Estado e impulsando la inserción del Municipio en los
mismos.”
Venezuela Pese a que la Constitución (art. 293.7) encarga al poder electoral la organización de RC, se ha manteni
del poder electoral. En efecto, la ley establece que la responsabilidad del RC está en manos de los Alc
defunciones”. La ley Orgánica del Poder Público Municipal (2005) establece en su art.
88.14 que “El alcalde o alcaldesa tendrá las siguientes atribuciones y obligaciones:… realizar las atribu
Dada la complejidad de la gestió n de los datos, la necesaria coordinació n con otros poderes
pú blicos (para la confecció n de las EV, por ejemplo), el riesgo eventual de una excesiva
politizació n derivada de la dependencia de los registradores respecto de los alcaldes, etc., la
tendencia actual
32 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
es a traspasar la responsabilidad del RC a los poderes centrales – de hecho algunos de los países
recién mencionados como Guatemala han iniciado este proceso54.
En definitiva, un cierto nivel de centralizació n55 puede tener aspectos positivos como
la seguridad jurídica, y la uniformidad de la aplicació n de la norma, entre otros. Pero tiene
aspectos negativos: la lejanía respecto del ciudadano, entre otros. La descentralizació n también
conlleva aspectos negativos, como puede ser la posible desatenció n de las pequeñ as oficinas,
la vulnerabilidad de sus oficiales ante las presiones locales, prácticas y formatos diversos, el
aislamiento de los oficiales y empleados. Histó ricamente se ha considerado que la gestió n del
RC mediante oficinas municipales es lo más positivo56 - lo cual provocó , entre 1950 y 1980, que
algunos países no tuviesen ni siquiera oficina central de RC.
Más que la descentralizació n de las oficinas (desconcentració n o descentralizació n
funcional), lo importante para el ciudadano es, desde el punto de vista de la eficaz prestació n del
servicio, la existencia de un archivo o base de datos central. Que haya un archivo o base de datos
central es importante, y positivo, porque permite el cotejo de datos y documentos y en principio
impide, o dificulta, la existencia de anotaciones o certificaciones duplicadas o contradictorias. El
diagnó stico de 1980 (IIN-FNUAP 1982: 15) detectaba la disparidad de fó rmulas
organizativas, de forma que la inexistencia de un archivo o base de datos central no estaba
só lo en funció n del cará cter federal o no, sino de otras variables57. La situació n se prolongó
hasta la década de 199058, y hoy se ha paliado: todos los países cuentan con este tipo de
archivo.
Como se ha señ alado, todos los diagnó sticos de los sistemas de RC que se han realizado hasta
la fecha coinciden en que la falta de un archivo central a nivel nacional es algo
potencialmente negativo y generador de problemas. Ello representa sin duda un inconveniente
de coordinació n y de posible existencia de anotaciones duplicadas, pero no es en sí mismo un
factor generador de subregistro59. Además, cuando el diagnó stico de 1980 (IIN-FNUAP 1982:
15) ponía énfasis en la importancia de un archivo central que contuviese todos los datos de
todos los ciudadanos, se estaba pensando en un duplicado de los libros de las oficinas. Sin
embargo, la tecnología permite hoy una solució n distinta: ya no es preciso que exista
físicamente un lugar en el que se almacenen los duplicados de los libros de las oficinas, sino
que bastará con que estos estén digitalizados y que las oficinas funcionen en red.
La tecnología ha limitado la importancia de la centralizació n física de los libros (es decir, de
un archivo central). Sin que ello signifique minimizar la importancia de este archivo, lo cierto
54
Existe asimismo un movimiento inverso, consistente en que las autoridades centrales delegan la gestió n del RC a algunos
municipios que cuentan con capacidad de gestió n. En Ecuador, hay municipios a los que se ha transferido la gestió n del RC.
55
Entendiendo por tal la realizació n de determinados trámites só lo en las oficinas centrales – con la correlativa falta de
autonomía de las oficinas locales – y la supervisió n de estas por parte de aquellas.
56 Así lo sostenía Sajó n (1977: 8), incidiendo en el aspecto positivo de la proximidad al ciudadano.
57
Só lo ocho países tenían archivo central. Cinco no lo tenían en absoluto, y cinco lo tenían a nivel estatal o provincial.
58
En 1996 algunos países (Guatemala, Perú ) seguían sin tener tenían archivo central.
59
Para que las personas que no está n inscritas acudan a registrarse es a priori indiferente que exista o no un archivo o base de
datos central.
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |
es que tal vez hoy la coordinació n entre los RC y los flujos de informació n y de datos puedan
ser más importantes que la existencia de un archivo central – en el supuesto de que en los países
exista tecnología suficiente, y disponible, como para poder conectar entre sí las oficinas de RC.
El tratarse de un Estado federal se ha venido considerando como un inconveniente para
el disfrute del DI a través del sistema nacional de RC. Sin embargo, ello no sucede en todos
los casos: má s que el federalismo, o la dependencia de los RC de los municipios, importan
otras circunstancias. Más que la descentralizació n o no (en cualquiera de los dos sentidos de la
palabra) del RC, lo que resulta realmente relevante es su coordinació n interna – entre sus distintas
dependencias y oficinas – y su coordinació n externa, es decir, con los demás niveles de gobierno e
instituciones. Naturalmente, esta coordinació n aumentará su efectividad, medida en términos de
servicio eficaz a los ciudadanos y de instrumento de garantía de los derechos de estos.
Las má s recientes tendencias en la institucionalidad de los sistemas de RC 60 apuntan a la
creació n de entidades que, normalmente no integradas en el poder u organizació n electoral
pero sí coordinadas con este, funcionen con – teó rica – independencia del poder ejecutivo,
dispongan de presupuesto propio y se encarguen también de la expedició n de documentos de
identificació n61. Se trata de entidades centralizadas (en el sentido de que no dependen de los
gobiernos provinciales, estatales o locales y de que tienen una sede u oficina central), con oficinas
locales (desconcentració n o descentralizació n funcional) y con vocació n de independencia del
poder político gubernamental.
Cabe apreciar una tendencia positiva: las reformas organizativas de las dos ú ltimas décadas
evidencian una cierta voluntad política de los países por mejorar sus sistemas de RC. Sin
embargo las operaciones de ingeniería institucional, si no van acompañ adas de otras medidas
presupuestarias, organizativas, políticas, etc. no se traducen automáticamente ni en una mejora
del funcionamiento del RC ni, menos aun, en una reducció n de las tasas de subregistro.
La institucionalidad ha mejorado asimismo desde el punto de vista de la existencia de
una oficina o sede central del RC: todos los países no federales la tienen hoy, frente a só lo un
40% de los países no federales diagnosticados en 1980 (IIN-FNUAP 1982: 12).
Todos estos son condicionantes o característicos de los modelos normativos del RC.
Muchos de ellos son fruto de la historia de cada país, de las influencias que recibieron desde
la época de la colonia, de los avatares políticos má s o menos recientes, etc., de modo que tal
vez no deriven de opciones políticas o técnicas deliberadas. En muchos casos el peso de la
historia y de las tradiciones, más que la elaboració n meditada – o fruto de la voluntad de los
ciudadanos expresada en las urnas – es lo que ha determinado el modelo regulativo-
institucional del RC.
60
Creació n de RENAP en Guatemala (2005), de RNP en Honduras (1982 y 2004), de RENIEC en Perú (1995), de RNPN
en El Salvador (1995).
61
Salvo el pasaporte, normalmente reservado a las autoridades ministeriales ordinarias. Excepcionalmente, en Argentina el
pasaporte es, segú n el art. 61 de la ley 17.671, competencia del RENAPER, a ejercer en coordinació n con otros ministerios
(Asuntos Exteriores, esencialmente). Sin embargo, la competencia está transitoriamente delegada a la policía federal.
34 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
De todos modos, estos lineamientos generales no tienen por qué ser definitivos respecto
de la eficacia general del RC. El buen funcionamiento del RC y la reducció n de la tasa de
subregistro pueden conseguirse a priori con uno y otro modelo legislativo-institucional que
reú na una u otra de las características a que se acaba de aludir. Como se verá en seguida, el
diseñ o institucional (inserto o no en el poder u organizació n electoral, con o sin archivo o base
de datos central, etc.), o las características del modelo normativo, no son más que alguno de los
elementos del sistema de RC, y en su buen funcionamiento influyen otros muchos factores de
similar o mayor relevancia.
a) RC y estadísticas vitales
Las deficiencias en las estadísticas de població n en la regió n han sido manifestadas desde los
añ os sesenta. El diagnó stico de 1980 (IIN-FNUAP 1982: 120), partiendo de la constatació n
de que ningú n servicio de RC de la regió n estaba encargado también de la elaboració n de
datos estadísticos, señ alaba que la coordinació n entre la recolecció n (RC), la elaboració n
(servicios es- tadísticos o de salud) y el suministro mutuo de informació n devienen esenciales63.
Sin embargo, tal coordinació n era casi inexistente, debido a que las fó rmulas institucionalizadas
de coopera- ció n (Comités Nacionales de EV y de Salud) apenas estaban funcionando 64. También
debido a deficiencias estructurales en las instituciones de los países de la regió n.
Esto es particularmente grave porque disponer de EV fiables, actualizadas y completas es
una de las principales herramientas para todas las políticas pú blicas. De las tres posibles fuentes
de las EV (RC, censos de població n y encuestas o muestreos), se reconoce unánimemente que la
más fiable y la más ú til es el RC. Las deficiencias de coordinació n en los RRC, y la inexistencia de
62
Esta es una de las conclusiones principales del diagnó stico IFES (2007: 60): en países como Colombia se ha centralizado
las tres funciones en una ú nica institució n (el CNE, con tres subdivisiones), y ello ha mejorado la transmisió n de la
informació n. Pero persiste la necesidad de mejorar los mecanismos de coordinació n, tanto en caso de unificació n orgá nica
como cuando existen diversos organismos (en México el RC depende de los Estados, la identificació n del RENAPO y las
elecciones del IFE).
63
En ello vino insistiendo la OPS desde la década de 1950: véase IIN-FNUAP (1982: 127).
64
En 1980 só lo 4 de 18 países habían establecido estos Comités. Aun en 2000 la DENU insistía en la necesidad de crear
estos comité s (pero no mencionaba qué países seguían sin hacerlo).
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |
datos registrales fiables (por el subregistro, el sobreregistro o por los errores en los datos) falsean
los datos estadísticos y condicionan la informació n de que disponen los poderes pú blicos65.
Hoy en día, acaso por efecto de recomendaciones de la DENU, del Instituto Interamericano
de Estadística, de OPS, de CEPAL, etc., la coordinació n ha mejorado, por lo menos desde
el punto de vista del suministro de informació n del RC al organismo encargado de la
elaboració n de estadísticas. Sin embargo esta mejora no es suficiente, y siguen existiendo
problemas de coordinació n66.
65 Ello ha sido puesto de manifiesto en muchas ocasiones: ú ltimamente véase DENU (2000). Y en la misma línea se ha
argumentado que el desconocimiento de la realidad de la població n, derivado de las graves deficiencias en los registros de
hechos vitales, era la causa de muchos fracasos en la legislació n social: Cohen, Lee y Stepan, citados por Sajó n (1977: 5), y
tambié n la OPS (1999)
66
Los señ alaba la OPS (1999).
67
Art. 4 de la Ley de Identificació n Ciudadana (1993).
68
Art. 95 de la La ley nº 3504 orgá nica del tribunal supremo de elecciones y del registro civil de 1965.
69
Art. 40 del Reglamento de RNP de Honduras (2005).
70
En Uruguay hasta 1978 era obligatoria la cédula de identificació n, pero desde 2001 es obligatoria desde el momento de
inscripció n en el RC de los recié n nacidos (45 días).
36 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
en el RC puede no ser suficiente para ejercer con plenitud muchos derechos 71. En estos casos,
la coordinació n entre el RC y los procedimientos y organismos encargados de expedir estos
documentos de identificació n es de extrema importancia. Segú n estudios y análisis, dicha
coordinació n ha mejorado significativamente, en parte debido a que la expedició n de los
documentos de identificació n no es gratuita (como sí lo es en muchos casos la inscripció n
en el RC), de modo que las autoridades han tendido a esmerarse en el funcionamiento de los
servicios de identificació n72.
La coordinació n entre el RC y otros servicios (sobre todo el de identificació n) mejora mu-
chísimo cuando existe un nú mero ú nico de identificació n – otorgado desde el momento de la
inscripció n de las personas en el RC, normalmente en el momento del nacimiento. Argentina
fue pionera en la asignació n del nú mero ú nico, y luego le siguieron Costa Rica, Colombia en
2000, Honduras, Chile, Perú desde 1995, México, Ecuador desde 1996 (Venezuela lo preten-
de introducir en el proyecto de ley de RC de 2007 y El Salvador ha comenzado a estudiarlo).
Sin embargo, los países federales son proclives a padecer problemas para la implantació n del
nú mero ú nico, no só lo porque es preciso coordinar a todos los gobiernos subnacionales, sino
por la existencia de otros sistemas de numeració n o claves que dificultan la implantació n de un
nú mero a nivel nacional.
La coordinació n o interrelació n del RC con los servicios sociales (sanitarios, educativos,
asistenciales y de atenció n primaria) es igualmente importante. Y ello en un doble sentido.
En primer lugar, estos servicios acercan los poderes pú blicos a la població n, y son - o pueden
ser – el cauce para que a la població n le lleguen campañ as de registro o de informació n sobre el
RC: la proximidad de la població n respecto de las autoridades, a través de servicios educativos,
sanitarios, etc. permite a estas transmitirle a los ciudadanos las políticas pú blicas. Pero, en sentido
opuesto, la debilidad de los servicios sociales – sobre todo en zonas rurales, montañ osas, o en los
suburbios urbanos (bolsas de pobreza urbana) – dificulta que las políticas pú blicas lleguen a la
població n, restando eficacia a las campañ as de concienciació n relacionadas con el RC73.
También es cierto que para que los gobiernos puedan planificar las políticas pú blicas y
servicios de acuerdo a las necesidades de la població n – y a la cantidad de la població n- se
hace imprescindible con datos certeros acerca de la existencia de posibles beneficiarios.
Especialmente, considerando que son justamente las poblaciones más vulnerables las que
pueden quedar excluidas de los servicios y programas de gobierno.
71
En Argentina el diagnó stico del BID (2007-Argentina: 5) pone de manifiesto que los problemas no son de subregistro
(que alcanza só lo el 2%) sino de no identificació n - el DNI es obligatorio desde el nacimiento - dando lugar a la llamada
“deuda documentaria” del RENAPER con cerca de 800.000 personas mayores de 8 añ os. Más adelante se verá como la
supuesta gratuidad de la inscripció n en el RC queda falseada por esta obligatoriedad (que no es gratuita: la expedició n del
DNI lleva un costo para el ciudadano).
72
Además de porque generan ingresos, la mejora en los servicios de identificació n obedece a razones de seguridad, que se
consideran cada vez má s apremiantes.
73
De este modo, las autoridades siguen siendo vistas como algo lejano, ajeno a las comunidades indígenas, marginadas,
inmigrantes, etc., y hasta cierto punto un poder y autoridad temible, del que muchos ciudadanos se apartan, de forma que
no só lo se apartan del RC sino que se apartan de las campañ as de concienciació n relacionadas con el RC.
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |
Algunos países han establecido mecanismos de intensa coordinació n entre los hospitales y
el RC74, y otros incluso prevén una muy intensa intervenció n en la identificació n de los recién
nacidos75. Sin embargo, no siempre se han aprovechado al má ximo otros programas
sanitarios como las vacunaciones, a través de los cuales las autoridades sanitarias entran en
contacto con niñ os que, sobre todo en zonas rurales o de població n indígena, pueden no
haber sido registrados.
La presencia de estos servicios sociales (y su coordinació n con el RC) puede operar en
sentido opuesto: no como vehículo de informació n desde las autoridades a los ciudadanos
sino como vehículo de informació n desde los ciudadanos a las autoridades. En efecto, quienes
prestan estos servicios desempeñ an un papel valiosísimo e insustituible porque pueden detectar
població n no registrada76. Los servicios sociales en zonas o poblaciones propensas al subregistro
son un importante indicador de població n no registrada, y por ello, es recomendable que exista
coordinació n con el RC para suministrarle esta informació n. Esta transmisió n de informació n
vital permite a las autoridades del RC conocer y cuantificar el subregistro y tomar las
medidas oportunas para combatirlo77. No parece que esta funció n esté habitualmente
reconocida o plasmada en las leyes del RC o en las leyes reguladoras de los servicios sociales.
Sin embargo, es relativamente frecuente que quienes los prestan comuniquen la informació n al
RC, no como parte de las funciones y competencias a que vienen obligados sino por iniciativa
propia. Sería muy conveniente reforzar esta funció n, y plasmarla a nivel legal.
Un aspecto importantísimo que pone en relieve la necesidad de coordinació n entre la
legislació n de RC y la realidad asistencial es el que menciona Amado (1997: 98). Menciona
que cualquier intento de mejoramiento del RC, y también de reducir la tasa de subregistro tiene
que tener en cuenta la tasa de partos institucionalizados, es decir, en hospitales. De acuerdo a
estudios de la OPS, la situació n de los partos institucionalizados en la regió n ha incrementado
considerablemente. En el período que va de 1990-95 se consideraba que de 27 países de la
regió n 8 estaban por debajo del 50% de partos institucionalizados, 8 entre el 50% y el 90%, y
11 por encima del 90%. Esto cambió para el período de 997-2000, ya que no existían ya países
por debajo del 50% de partos institucionalizados, 12 países se encontraban entre el 50% y 90%,
y 15 por encima del 90%78.
74
En Venezuela el art. 19 de la ley del niñ o y adolescente (1998) obliga a los hospitales a comunicar cada nacimiento al
RC.
75
En Argentina, como consecuencia del secuestro de niñ os durante la dictadura militar, se tomaron medidas para verificar
la identificació n inequívoca: las leyes nº 23.511 y 24.540 establecieron severos procedimientos para acreditar inmediata y
fehacientemente la identidad de los recién nacidos a través de medios biométricos (calcos papilares, etc.) y crearon –
en 1987 - el Banco Nacional de Datos Gené ticos.
76
Antes se mencionó el art. 40 del Reglamento de RNP de Honduras (2005), que obliga a toda autoridad encargada de un
servicio pú blico a comunicar al RC la existencia de personas no registradas.
77
Por ejemplo haciendo micro-campañ as en la zona, o potenciando la oficina local de RC, o enviando una unidad mó vil.
78
Esta informació n fue encontrada en: http://www.perinatal.sld.cu/docs/documentos/sip1.ppt#328,3,Slide 3
38 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
Para empezar, es esencial conocer esto con precisió n, el porcentaje de partos que se produce
en los hospitales del sistema de salud y el que se produce en el domicilio o en centros de
comunidades agrarias, indígenas, etc.79. Una vez cuantificadas ambas cifras, se estará en
condiciones de tomar decisiones respecto a la ubicació n de las oficinas de RC (si en los hospitales
o en comunidades), así como respecto al esfuerzo de coordinació n entre los datos hospitalarios
y el RC o entre las parteras y las redes comunitarias o agrarias y el RC. En varias ocasiones, el
diseñ o de políticas para el buen funcionamiento del RC no corresponde a la realidad (la tasa
de partos institucionalizados).80.
De cualquier manera, se han dado pasos importantes en la direcció n adecuada. Además de
las obligaciones genéricas de participar en la elaboració n de las EV y de suministrar informació n
(ver ejemplos en el cuadro 9), algunas leyes de RC han establecido mecanismos concretos de
coordinació n81. En algunos casos se establecen técnicas de actualizació n no del RC (que tiende a
ser una visió n estática del estado civil, con los solos cambios derivados de matrimonio, divorcio,
adopció n, fallecimiento, etc.) sino de los sistemas de registro de personas, técnicas que requieren
gran colaboració n de las personas así como un esfuerzo de coordinació n administrativa82.
79
Es más: para el autor, para ser verdaderamente ú til, el simple dato de los partos institucionalizados debe ser fiable (y no lo
es, afirma Amado, cuando los centros sanitarios en los que existe oficina de RC no controlan que las madres que acaban de
dar a luz no abandonen el hospital sin registrar el nacimiento; lo mismo ocurre con las defunciones).
80
Esta reflexió n obliga a plantearse la relació n que existe entre el porcentaje de partos hospitalarios o institucionalizados
y la tasa de subregistro. Países como Argentina tienen un 98% de partos en hospitales, y un nivel muy bajo de
subregistro (datos de BID-Argentina 2007: 11). Otros países con nivel relativamente alto de partos hospitalarios (Panamá
94%) tienen también un bajo nivel de subregistro (datos de Dá maso Solís Peñ a, Derecho a un nombre y a la identidad en
la republica de Panamá, en http://www.sedi.oas.org/ose/documentos/puica/clarciev/PRESENTACIONES/PANAM
%C3%81.pdf
– el dato de asistencia profesional al parto es del 91% segú n el Ministerio de Salud de Panamá : http://www.minsa.gob.pa/
minsa2008/final_newpage/documents/informacion_de_salud/estadisticas_de_salud/Indicadores%20Basicos%20 de
%20Salud%202006.pdf).
81
En el Perú , el art. 54 de la ley RENIEC obliga expresamente a los hospitales a enviar un informe mensual a RENIEC en
el que ha de reflejarse la informació n con relevancia registral como nacimientos y defunciones. Ademá s, la coordinació n es
elevada a principio general de actuació n y funcionamiento del RENIEC (arts. 3 y 8 de la ley RENIEC). La ley orgá nica de
protecció n del niñ o y adolescente (1998) establece en su art. 19 un cauce de coordinació n que, si funciona correctamente,
resulta de gran eficacia: este precepto obliga a los hospitales a enviar una constancia de nacimiento “a la primera autoridad
civil de la parroquia o municipio en cuya jurisdicció n ocurrió el nacimiento, a fin de que esta autoridad inserte y certifique
la declaració n en los respectivos libros del Registro del Estado Civil”. En Bolivia desde mayo de 2007 existe un convenio
entre la CNE y el Ministerio de Salud para incorporar a oficiales de RC en los equipos mó viles de prestació n de salud
preventiva, promocional y asistencial y ubicar a oficiales de RC en maternidades y centros de salud de segundo nivel.
82
En Argentina el Registro Nacional de las Personas (RENAPER). Conforme a los art. 2, 10 y 10 bis de su ley de creació n
(reformada en 2005), está encargado de la inscripció n e identificació n y la actualizació n de los hechos y actos. Esta
informació n deberá ser proveída al Gobierno Nacional para establecer la “política demográ fica”, para la “administració n del
potencial humano” y para el trabajo estadístico. Lo má s característico es el proceso de actualizació n de la informació n.
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |
Cuadro 9
El Salvador Art. 4 de la ley de RNPN (“Son facultades del Registro: a) Participar en la elaboración de
País Información
las para estadísticas
estadísticas vitales del país; y, b)vitales
Proporcionar a los organismos del Estado la
información estadística necesaria que contribuya a fijar la
política poblacional que más convenga a los intereses del país”). El art. 66 de la ley
venezolana del registro público y del notariado (2001) señala que “Son responsables en
su jurisdicción de informar al Registro Civil los nacimientos,
matrimonios, defunciones y todo hecho que afecte el estado civil de las personas: Las
Jefaturas Civiles; las Alcaldías; los Hospitales, Clínicas y Centros de Salud; los
Consulados venezolanos; los Procuradores, Tribunales y Consejos del Niño
y del Adolescente; las Instituciones Educativas; la Fuerza Armada Nacional, en cuanto
corresponda a la emisión de Despachos Militares; los órganos de Seguridad Ciudadana; las
demás que indique la ley”.
Honduras En Honduras: art. 367 del CC (“En los primeros seis días de cada mes remitirán los Secretarios Mun
83
Lo cual en ocasiones oculta otros problemas del RC.
40 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
5. aSPECTOS ORGaNIZaTIvOS
84
Además, como señ aló el IIN (1973: 13), estos organismos suelen ser muy diversos y con prioridades a veces divergentes.
85
Existen asimismo otros factores más concretos. Algunos países tienen reglas muy detalladas sobre las instalaciones de
las oficinas de RC: el art. 66 del reglamento de RC del Estado de Chiapas (México) regula con extrema concreció n las
características y dimensiones del local, las instalaciones eléctricas, la ventilació n, la limpieza, la luz, la fumigació n, el
mobiliario, etc.
86
Entre otras cosas porque en algunos países como Panamá existen oficiales de RC (los notarios) que realizan determinadas
funciones (por ejemplo los matrimonios) y no otras (inscripció n de personas). Ello hace que las mediciones no sean del
todo representativas y homogéneas. Igualmente ocurre con los RC auxiliares o mó viles, que en algunos países se computan
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |
capacidad del RC para atender las demandas de la població n87. De los datos recientes se deduce
que la situació n ha empeorado, como consecuencia del crecimiento demográfico: el nú mero
de oficinas no ha crecido al mismo ritmo que el aumento en la població n. Sin embargo, ello
no debe verse como algo en sí mismo negativo o necesariamente generador de subregistro: al
aumento de la població n no ha respondido el aumento de otras dependencias administrativas
(ministerios, nú mero de funcionarios, notarios), y no por ello puede afirmarse que los servicios
pú blicos sean peores88. Lo importante no es que el nú mero bruto de oficinas de RC aumente,
sino que las que existen funcionen correctamente (y que se desdoblen en aquellos casos en
los que una sola oficina está sobrecargada de trabajo y no puede dar servicio adecuado), y
que se creen en aquellos lugares donde se detecte un mayor subregistro. Todo esto debe ir
acompañ ado de políticas específicas de concientizació n e informació n sobre la importancia
del RC y su in- terconexió n con otros servicios pú blicos como la sanidad, la educació n, etc.
Demodoquepeseaqueenalgunoscasoselnú meroydistribució ndelasoficinassehaconsiderado
deficiente, no parece que ello sea un obstáculo de capital importancia, ni un factor por sí mismo
determinante del subregistro. El que las minorías étnicas o culturales no acudan al RC no depende
tanto de su proximidad a una oficina en donde registrarse, sino más bien a otros factores de tipo
culturales,etc.89.Paraveralgunosejemplosdelnú meroydistribució ndeoficinas,referirsealcuadro10.
Cuadro 10
Nicaragua 153 registradores (uno por cada municipio) y 28 registros auxiliares para atender 5.000
País Número/distribución
comunidades, 3.000 de de oficinas
las cuales son rurales.
Paraguay 482 oficinas de RC, pero repartidas de forma muy desigual por el territorio, sin atender a criterios de razo
Colombia Según IFES (2007: 11), existen 1676 puestos de inscripción en el RC, incluyendo RC,
notarías, corregimientos e inspecciones de policía.
90
En cambio la inexistencia de un archivo central (con la consiguiente posible falta de coordinació n de los archivos o registros
territoriales o locales) sí puede ser un factor de doble registro, en el sentido de que puede fomentar la existencia de personas
inscritas en dos o má s oficinas de RC.
91
Por ejemplo: la expedició n de partidas o certificados, o la correcció n de errores, se hace a nivel de cada oficina, sin tener que
depender de otras oficinas.
92
IIN-FNUAP (1982: 24-25).
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |
ceses y de los ascensos, entonces el empleado no tiene ningú n tipo de incentivos para prepararse
ni para formarse, ni para trabajar bien, ni para estar realmente al servicio de los ciudadanos
(más bien puede pensar que le interesa estar al servicio de los políticos que le han nombrado
y que le pueden cesar). La inestabilidad en el puesto (o la estabilidad pero con escasas o
nulas expectativas de mejora) es claramente un elemento que no favorece un buen servicio
de RC93.
Si para evitar su politizació n o instrumentalizació n se recomienda la independencia
institucional del RC respecto de los poderes del Estado (singularmente del poder ejecutivo),
ello debe implicar asimismo la (relativa) independencia de cada uno de los oficiales respecto
de los gobernantes. Independencia en el sentido de tener una carrera profesional no
sometida a los avatares de los cambios de gobierno, y un cierto nivel de inamovilidad en su
puesto – por ejemplo, como parece suceder en Costa Rica, estableciendo su cese por causas
tasadas y no discrecionalmente94. O dependencia de una entidad u organismo realmente
autó nomo y no sometido a los avatares políticos.
La medició n de los niveles de estabilidad y promoció n profesional es muy compleja. El
diagnó stico de 1980 (IIN-FNUAP 1982: 25) ponía de manifiesto que las variables eran muy
grandes entre los países: en algunos de ellos los oficiales y registradores tenían estabilidad pero
no carrera, en otros era al contrario, en otros países só lo se medía a un tipo de oficial y no a
otros95. También se señ alaba como la realidad de su situació n en ocasiones difería con el régimen
jurídico previsto en las leyes, con lo cual era prácticamente imposible hacer comparaciones
con otros países y conocer la realidad de los mismos. Algunas de las leyes que en los ú ltimos
añ os han establecido nuevas regulaciones para el RC no han supuesto cambio alguno en la
situació n de los empleados96, manteniendo así la vigencia de estructuras funcionariales obsoletas
y disfuncionales.
Pese a ello, se han dado mejoras en la profesionalizació n e independencia de los responsables
de RC97. Algunos países lo han llevado a sus Constituciones, pero en general es limitado a los
93
No por ubicarse en el poder electoral la situació n de los oficiales de RC ha sido automá ticamente mejor o má s
independiente.
94
Ello choca con la tradició n, bastante generalizada en los países de la regió n, de inexistencia de funcionarios
profesionales e inamovibles, como sí sucede en el modelo del civil service de tipo britá nico o europeo.
95
En Brasil los registradores son funcionarios retribuidos por arancel, pero con una cierta inamovilidad. Conforme al art. 15
de la ley de servicios notariales y de registros (ley 8935 de 1994), los concursos para ser registrador los organiza el poder
judicial, con participació n de la orden de abogados, el ministerio fiscal, notarios y registradores. Y solo pueden perder su
puesto (“la delegació n”) “por causas tasadas previstas en la ley” (art. 28), causas que está n relacionadas con la comisió n de
infracciones y tras proceso judicial (arts. 34 y 39).
96
La ley del RC de Panamá (ley 31 de 2006) no regula a los oficiales o registradores. Lo mismo sucede con algunas de las
reformas de Bolivia (ley del niñ o, niñ a y adolescente de 1999).
97
Desde hace algunos añ os la CNE de Bolivia saca a convocatoria pú blica los principales puestos del RC (vé ase la
convocatoria nº 06 REF. DNRC nº 001/2008 del puesto de Director Nacional de Registro Civil, a nombrar por la CNE:
http://www.cne.org.bo/convocatorias ). En Chile el art. 28 de la ley de RC (ley 19477 del añ o 1996) establece
un sistema mixto, de concurso seguido de libre elecció n. En algunos países en los que el RC depende de los municipios
se han dado pasos que permitirían profesionalizar a los registradores y darles alguna perspectiva de carrera: en El
Salvador y en Nicaragua las leyes de Carrera Administrativa Municipal (de 2006 y 2004 respectivamente) podrían ser
un avance en este sentido.
44 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
directores o gestores principales – no así a los oficiales, registradores o empleados del RC 98.
También ha habido regresiones, en el sentido de mantener un sistema de inestabilidad y
politizació n de los oficiales de RC. Y existen casos en los que no resulta fá cil determinar el
régimen jurídico de la carrera administrativa y profesional de los oficiales de RC99.
Para Amado (1997: 97-98, 101) la situació n del personal del RC es muy deficiente en
cuanto a su selecció n, a su carrera profesional (por la poca estabilidad debido a nombramientos y
ceses por razones políticas), a la falta de una formació n adecuada, a la ausencia de herramientas
de trabajo (protocolos, manuales, reglamentos), y en general a la arbitrariedad legal, institucional
y personal de las condiciones de trabajo100. Todo ello incide gravemente en el trabajo diario de
los oficiales del RC, y estas cuestiones son percibidas por los ciudadanos, dañ ando la imagen
institucional y alejando a la població n de la institució n. Ante ello, Amado (1997: 98) afirma
que es indispensable terminar con esta situació n “mediante una reforma y modernizació n que
incluya programas de motivació n [de los empleados del RC]”.
La formació n y capacitació n de los oficiales o registradores viene siendo un
planteamiento que no es novedoso, y se señ ala como un elemento importantísimo a la hora
de mejorar el funcionamiento del RC (IIN 1973: 7, Sajó n 1977: 24). Formació n no solamente
desde el punto de vista tecnoló gico (indispensable hoy en día dado el creciente uso de la
tecnología informática) sino en general formació n respecto del marco normativo-institucional
(Constitució n y leyes), respecto de las implicaciones de la multiculturalidad, etc.101.
En cuanto a la regulació n de las funciones y responsabilidades de los oficiales de RC, algunas
son excesivamente ambiciosas. Otras legislaciones son muy prolijas, como es el caso de México,
donde el art. 27 del reglamento de RC del Estado de Chiapas, México (1995) recoge hasta
31 deberes y funciones concretas. Regulaciones detalladas como esta y como otras 102 tienen
un aspecto claramente positivo, en la medida en que concretan con claridad las facultades y
atribuciones de los oficiales. Pero corren el riesgo de ser demasiado precisas, o de ser poco
98
En Colombia sí se ha regulado tanto al responsable del RC como a los registradores. el art. 266 de la Constitució n establece
la selecció n por mérito de los registradores, y que deben tener una carrera administrativa.
99
Para Panamá el diagnó stico de 1980 (IIN-FNUAP 1982: 25) señ alaba la dificultad de conocer la carrera administrativa
o el sistema retributivo de los oficiales de RC, puesto que distintas personas tienen esta categoría, rigiéndose por reglas
diversas (en Panamá los Jueces Municipales, los Ministros Religiosos, los Notarios y los sahilas son oficiales del Registro
Civil). Algo similar sucede en Colombia: existen hasta cuatro tipos de registradores (Distritales, Especiales, Municipales
y Auxiliares), a los que se añ aden Notarías; Inspecciones de Policía, Corregimientos autorizados, Consulados y Alcaldes
en los municipios de reciente creació n. En Paraguay hay por lo menos dos tipos de registradores (los ad honorem y los
ordinarios).
100
El autor habla de “labor fuera de control”, de “alto índice de ilegalidad o arbitrariedad”.
101
Algunas iniciativas recientes incluyen entre sus objetivos o sus medidas la formació n de los profesionales del RC (por ejemplo
la Estrategia Nacional de Capacitació n, Educació n e Informació n sobre el DI, lanzada en Bolivia en 2005). En Nicaragua
el CSE, con la ayuda del IFES, ha lanzado en 2007 una campañ a de formació n que incluye la elaboració n y publicació n
de un Manual para Registradores Civiles y una serie de talleres formativos (la informació n al respecto en
http://www.ifes. org/newsinbrief.html?title=En%20Nicaragua,%20un%20Nuevo%20Manual%20Para%20Registradores
%20Civiles. El manual puede consultarse en CSE (2007).
102
El art. 17 del Reglamento de RC de Honduras (2005) establece 37 deberes distintos y muy detallados.
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |
103
Existen normas que establecen un nivel de diligencia de muy difícil verificació n y de muy difícil sanció n: en el Perú el
art. 43 de la ley RENIEC (1995) obliga no a los registradores pero si a todas demá s autoridades, bajo responsabilidad, a
poner en conocimiento del registro la existencia de personas no inscritas.
104
Y en países federales, si bien los RC dependen de los entes subnacionales (provincias o estados), hay normas de la Federació n
que imponen deberes más o menos específicos a los empleados y autoridades de los RC. La doble dependencia del RC (y
de los empleados) respecto de dos autoridades distintas no favorece la carrera profesional.
105
Cosa distinta es la gratuidad de la inscripció n.
106
No se incluye Paraguay, tal vez porque el muestreo y diagnó stico de 1980 aludía al sistema de retribució n, y en Paraguay
la mitad aproximadamente de los registradores no perciben retribució n (sistema ad honorem). Pero en la prá ctica el sistema
ad honorem termina siendo parecido al de retribució n por arancel porque no es el Estado quien retribuye a los oficiales sino
que los gastos del servicio de RC se cubren con los ingresos que los oficiales perciben de los ciudadanos.
46 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
107
“La retribució n econó mica al Oficial de Registro Civil estará sujeta al arancel fijo que la Corte Nacional Electoral apruebe
para toda la Repú blica”. El costo del ambiente donde funcionará la Oficialía, así como de los servicios e insumos que
requiera ella, para su funcionamiento, será asumido por el o los Oficiales de Registro Civil, dependiendo si se trata de una
oficialía individual o una colectiva (arts. 49 y 50 del Reglamento).
108
Igualmente, el art. 23 del Reglamento de oficialías de 1996.
109
Art. 21 y 20 de la ley de servicios notariales y de registro (1994).
110
Ello es criticado por Peres Velasco (2007: 58), señ alando que fomenta el cobro por los oficiales de cantidades abusivas
o ilegales.
111
Ha habido incluso sentencias del Tribunal Constitucional de Bolivia precisamente por sanciones impuestas a los oficiales
por percibir ilegalmente cantidades por inscribir a niñ os (véase la sentencia 1000/2006-R, de 9 de octubre de 2006).
En Brasil la ley de servicios notariales y de registro tipifica como infracció n administrativa “el cobro indebido o
excesivo de emolumentos, incluso por razones de urgencia” (art. 31 III), y establece como supuesto de perdida de la
delegació n (es decir, cese en el puesto de registrador) “el incumplimiento del principio de gratuidad establecido en la ley n.
9534 de 10 de diciembre de 1997” (art. 39 VI).
112
Se trata de remanentes histó ricos de la justicia local, de paz o de proximidad, que no era remunerada (pero tampoco solía
desempeñ ar funciones de responsabilidad), o de los registros parroquiales.
113
Podría plantearse si la retribució n que perciben del Estado los oficiales de RC es o no suficiente como para que estén
motivados o incentivados, para que continú en la carrera profesional, o sencillamente para que no se vean movidos a
buscar retribuciones irregulares (reclamando a los ciudadanos que van a registrarse el pago de cantidades no legalmente
establecidas). No existen apenas datos al respecto (por ejemplo comparando la retribució n de los oficiales respecto al salario
medio del país, o respecto al salario medio de los demá s empleados pú blicos).
114
Como por ejemplo la electoralizació n (Bolivia, Panamá, Venezuela), y la creació n de organismos autó nomos (RENAP en
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |
6. aSPECTOS ECONÓMICO-PRESuPuESTaRIOS
no es gratuita (por ejemplo: en el caso en donde para el comienzo de cada añ o escolar se requiere
a los alumnos matriculados en las escuelas que aporten una partida de nacimiento).
La concepció n del RC no como un servicio esencial y gratuito (y al que corresponde una
obligació n del ciudadano de registrarse), que cumple una funció n esencial de garantía del
derecho a la identidad y de los demá s DDHH, sino como un servicio pú blico similar a otros
que como regla general conlleva costes para el ciudadano 117 es un importante obstá culo a la
universalizació n del RC y a la erradicació n del subregistro. También es un importante obstáculo
al buen funcionamiento del registro civil el hecho de que dichas instituciones generen
recursos econó micos para las burocracias que los controlan (registradores, responsables
gubernamentales, partidos políticos, etc.). Que el Estado cobre dinero por la inscripció n es, en
esencia, lo mismo que cobrar a los ciudadanos dinero por ejercer su derecho al voto. El voto
es un deber esencial y fundamental (y en algunos países es también una obligació n), y a nadie
se le ocurre que el Estado someta su ejercicio al pago de alguna cantidad. Pues lo mismo
sucede con la inscripció n en el RC, como ocurre en todos los países, dicha inscripció n es una
obligació n para toda persona, y de esta manera considerar el cumplimiento de la misma como
una fuente de ingresos es desnaturalizar y pervertir el RC poniéndolo al servicio del Estado y
no al servicio de los ciudadanos y de la sociedad118.
Sin embargo, es indudable que en todos países de la regió n las dificultades presupuestarias
son un gran obstáculo para que la capacidad del RC pueda atender las demandas sociales 119. Por
diversas razones (competencia para el RC en manos de autoridades subnacionales, participació n
de los municipios en la financiació n, confusió n con el registro electoral o con la identificació n,
etc.), son pocos los datos disponibles sobre el porcentaje de inversió n pú blica en el RC, al igual
que la existencia de series histó ricas120. En algunos países se ha intentado regular y aclarar una
cierta garantía presupuestaria para el RC, como en el caso de Perú (art. 25 de la ley RENIEC)
y El Salvador (desde 2003).
En primer lugar, debería afirmarse la indudable condició n pú blica del RC. Se trata de una
funció n inequívocamente pú blica, por dar constancia y prueba del estado civil de las personas,
siendo una herramienta fundamental para los DDHH. Esto implica que las administraciones
pú blicas deben gestionar y responsabilizarse de su funcionamiento. Existen, sin embargo,
117
Por ejemplo los notarios, o, en otro nivel, los transportes, o incluso la justicia (que só lo es gratuita para quienes acrediten
inexistencia de medios econó micos: como regla general, conlleva costes como tasas judiciales, gastos del proceso o condena
en costas).
118
Ademá s de obtener ingresos de una clientela cautiva (en el sentido de que no hay elecció n posible entre inscribirse y no
hacerlo), a la que ademá s en algunos casos se multa si no cumple a tiempo con la obligació n.
119
En 2004, en el departamento de Santa Cruz (Bolivia) la Corte Electoral Departamental (encargada del RC) no pudo, pese
a las demandas sociales, expedir gratuitamente la certificació n de nacimiento porque el 88% de su presupuesto proviene de
los ingresos por dicha expedició n y por tasas, y el resto (12%) del Tesoro General de la Nació n.
120
Ello permitiría conocer, por ejemplo, la evolució n del esfuerzo inversor a lo largo del tiempo, o comparar la inversió n
presupuestaria en RC con la que se dedica a otros servicios pú blicos. O sobre todo permitiría comparar la cantidad que en
los presupuestos pú blicos se destina a RC con la cantidad que se recauda por tasas y aranceles (ello permitiría
realmente comprobar si el RC es o no una fuente de financiació n de las arcas pú blicas).
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |
algunas atribuciones pú blicas que pueden ser llevadas a cabo por particulares (por ejemplo los
notarios, que dan fe pú blica). Ello tal vez explique que Amado (1997: 99) señ alase que varios
países han dado en concesió n a particulares (privatizado) las oficinas locales del RC, pero que no
existían datos sobre el resultado de esta medida121. Diez añ os después sigue sin haber mediciones
respecto a la eficacia de la decisió n de abrir parcialmente a la iniciativa privada las oficinas
de RC. Es cierto que algunos países han mantenido el sistema de “funcionarios de arancel” o
de “privatizació n”122, y que ello no tiene en principio por qué ser necesariamente negativo.
Sin embargo, cuando la “privatizació n” de funciones intrínsecamente pú blicas o “de autoridad”
como la fe pú blica del estado civil” significa pérdida del control de este servicio por las
autoridades, o cuando los registradores o notarios lo gestionan como una empresa con ánimo de
lucro, sí puede considerarse como negativo. Así ha quedado de manifiesto en los países
(Paraguay, Repú blica Dominicana) en los que muchos oficiales de RC tenían que
autofinanciar las oficinas con las cantidades que pagaban los ciudadanos, porque no es el
Estado quien financia el servicio, sino los ciudadanos123.
En cualquier caso, la gestió n privada del RC por concesió n introduce un elemento de lucro
o de rentabilidad que no es compatible con la funció n primordial del RC, y en esa medida, puede
considerarse un obstáculo al buen funcionamiento del RC y a la lucha contra el subregistro.
Otra vertiente de la privatizació n, ciertamente menor, es la externalizació n de algunos
servicios (como por ejemplo el mantenimiento de los sistemas informá ticos de gestió n del
RC). Se trata no de una privatizació n del servicio en sí sino ú nicamente de la gestió n por
concesió n (externalizació n) de la parte tecnoló gica, y por ello representa algo de menor
gravedad124. Pero tampoco carece de inconvenientes comp. Puede ser el posible acceso de la
empresa concesionaria a datos de la població n, o posible uso de la tecnología con fines só lo de
rentabilidad econó mica y no de servicio a los ciudadanos.
b) La gratuidad de la inscripción en el RC
La gratuidad del servicio de RC es la principal implicació n econó mico-presupuestaria. Desde
hace décadas, (por lo menos desde 1954) todas las iniciativas y recomendaciones del IIN, NU,
CEPAL, UNICEF, etc. han insistido en la necesidad de que el RC sea gratuito – o por lo menos
que lo sean las inscripciones básicas obligatorias. En este sentido, la evolució n ha sido positiva,
pues de los cuatro países en los que segú n el diagnó stico de 1980 (IIN-FNUAP 1982: 88) la
121
Comparando si las demarcaciones de baja densidad poblacional (y por tanto de escaso nivel de actividad registral – y de
ingresos) dispondrían del mismo nivel de servicios de que las demarcaciones má s pobladas.
122
Algunos lo han llevado a la Constitució n: la brasileñ a de 1988 establece en su art. 236 que “los servicios notariales y de
registro se ejercerá n con cará cter privado por delegació n del poder pú blico”.
123
BID (2007-Paraguay: 32) señ ala que en Paraguay, pese a que la inscripció n en el RC es gratuita desde 1999, ello implica
habitualmente la percepció n de cantidades ilegales, la falta de gasto en el mantenimiento de la oficina, la desatenció n
del oficial, la corrupció n, la ocultació n a la administració n de los ingresos, la arbitrariedad en la gestió n, etc.
124
En ocasiones la administració n no tiene la capacidad tecnoló gica de gestió n adecuada de un sistema de RC, y por ello la
encomienda a una empresa privada. Es mucho má s frecuente la gestió n por empresa privada del servicio de identificació n,
como ocurre en El Salvador.
50 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
inscripció n en el RC no era gratuita (Bolivia, Brasil, Repú blica Dominicana y Nicaragua) hoy
lo es en todos125.
Pero esto encubre algunas cuestiones importantes. La primera relacionada con la medició n
de la gratuidad, y la segunda, con el falseamiento de la gratuidad a través de mecanismos
irregulares, ilegales, o por otras circunstancias.
En efecto, existen problemas metodoló gicos sobre la gratuidad, en concreto sobre
su medició n. En el diagnó stico del añ o 1980 (IIN-FNUAP 1982: 87) se partía del dato
metodoló gico de que no se considera costo, arancel o gravamen “el tributo que se cobra o puede
cobrar por vía de sanció n en caso de incumplimiento de las normas legales”. De modo que un
sistema registral que cobre una cantidad a quien se quiera inscribir tardíamente es gratuito, a
efectos de dicho diagnó stico. Ello plantea la cuestió n de la dificultad de comparar la gratuidad,
en funció n de datos o estadísticas de fuentes diversas, pues su medició n puede haberse realizado
desde postulados metodoló gicos distintos126.
Otra cuestió n importante es que la aparente gratuidad encubre otras realidades: por ejemplo
la expedició n de certificaciones no suele serlo. En prácticamente todos los países, el ciudadano
debe pagar por la obtenció n de partidas y certificaciones 127. Cuando estas certificaciones deben
aportarse con frecuencia ante la administració n (por ejemplo para poder inscribirse en el censo
o registro electoral, o para obtener la cédula de identidad, o para ingresar a cada añ o escolar, o
para tener derecho a ser usuario de ciertos servicios pú blicos), el RC deja de ser gratuito aunque
la inscripció n lo fuese en su momento. El caso es especialmente grave en aquellos países en los
que la identificació n es obligatoria incluso para los recién nacidos y tiene costo: de este modo la
inscripció n en el RC, gratuita por sí misma, no es real porque existe un trámite obligatorio – la
obtenció n de la identificació n - que no es gratuito 128. Lo mismo ocurre cuando la expedició n
de todos los certificados y partidas tiene costo 129, o con las rectificaciones de los datos del RC,
raramente gratuitas.
125
En Bolivia la inscripció n es gratuita desde el Có digo de la niñ a, el niñ o y el adolescente de 1999 (art. 97), pero la gratuidad
no fue implementada hasta 2003. En Honduras el art. 37 de la ley RNP (2004) enumera los servicios que son gratuitos,
bastante numerosos. En Brasil es gratuito desde 1997; en Nicaragua desde 1991. Algunos países han elevado la gratuidad
de la inscripció n a rango constitucional (en Venezuela: art. 56 de la Constitució n de 1999).
126
Existen países en los que los hechos vitales bá sicos (nacimiento, matrimonio y muerte) tienen distinto tratamiento desde
el punto de vista de la gratuidad, de forma que la medició n de la misma deberá tener en cuenta a cuá l de ellos se refiere.
127
En Nicaragua se consiguió la gratuidad de la inscripció n, pero las partidas o certificaciones no lo son. En países como
Panamá la inscripció n es gratuita, pero parece que la exigencia de que se expida inmediatamente una certificació n (que
no es gratuita) desdibuja la gratuidad (sin embargo sí son gratuitas las “certificaciones para uso escolar”). En Colombia la
certificació n para la expedició n de la cé dula de ciudadanía es gratuita.
128
Por ejemplo en Argentina, segú n datos de la propia Direcció n Nacional de EV de Argentina, el 85% de los casos de
no inscripció n derivan del coste no de la inscripció n misma (que es gratuita) sino de la inmediata exigencia del
pago de las tasas de expedició n del DNI: véase la fundamentació n al proyecto de ley nº 2570-D-2007 presentado
a la Cá mara de Diputados, de reforma del RENAPER (http://www1.hcdn.gov.ar/proyxml/expediente. asp?
fundamentos=si&numexp=2570-D-2007)
129
Por ejemplo en Guatemala los certificados de nacimiento son de pago, incluso los necesarios para uso escolar (y los
alumnos necesitan uno cada añ o para matricularse regularmente en la escuela).
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |
Por consiguiente, cuando se habla de la gratuidad del RC hay que precisar si lo gratuito
es la inscripció n o la expedició n de certificaciones. Normalmente no existe ningú n RC gratuito en
sentido de que todos los servicios que presta (inscripció n de nacimientos, de matrimonios, de
defunciones, otras inscripciones, expedició n de partidas y certificaciones, rectificaciones, etc.)
no tengan costo alguno para el ciudadano que los solicita130.
En segundo lugar, sobre el costo real del RC para los ciudadanos influyen circunstancias
que van má s allá de la simple previsió n legal de la gratuidad o no. El diagnó stico de 1980
(IIN-FNUAP 1982: 88) señ alaba una circunstancia importante: la percepció n por los oficiales
de RC de cantidades no legalmente estipuladas, como consecuencia esencialmente de la baja
remuneració n oficial y de su situació n profesional inadecuada. Este arancel de hecho, que no de
derecho, no es fácilmente detectable debido a que la població n ignora su ilegalidad, o porque la
conoce pero no la denuncia, y en todo caso por las deficiencias de los sistemas de monitoreo
y auditoría interna.
Segú n se dijo en el apartado anterior, es más discutido si resulta positivo o negativo que las
inscripciones tardías sean gratuitas o por el contrario estén gravadas con un arancel o tasa 131.
Tradicionalmente, la concepció n del RC imperante en muchos países de la regió n era de ser una
institució n al servicio del Estado (y que le era rentable al Estado), en lugar de ser una institució n
al servicio de los ciudadanos 132. Se buscaba más la rentabilidad, (o la no excesiva onerosidad) que
el buen servicio y la funcionalidad. Los problemas econó mico-presupuestarios de muchos países
son cró nicos, (con grandes déficits pú blicos, con crisis cíclicas, con continuas devaluaciones)
ocasionando que se busquen recursos financieros a través del RC mientras se evite invertir en el
mismo, manteniendo un mínimo nivel de servicio133.
En cualquier caso, parece haber una lenta evolució n hacia la gratuidad de las inscripciones
en el RC (no así hacia las inscripciones tardías, y só lo en parte respecto de la expedició n de
partidas o certificaciones). Pero no se debe perder de vista que la gratuidad no es el ú nico
problema ni el ú nico factor de subregistro: es só lo una parte de los factores que inciden sobre el
mal funcionamiento del RC134.
130
Desde este punto de vista, no se suele plantear la reclamació n de la gratuidad total e incondicionada de todos los servicios
del RC. En algunos países europeos como Españ a sí lo es (no só lo es gratuita la inscripció n sino la emisió n de partidas y
certificaciones, o las rectificaciones, o los trá mites de cambio de nombre o apellidos).
131
O si deben constituir una infracció n administrativa castigada con multa
132
En esta idea ha influido, como señ alan Acosta y Burstein (2006: 48-49), la electoralizació n del RC: al incorporarlo al
sistema electoral, los poderes pú blicos lo tienden a ver no como un fin en sí mismo, como una institució n al exclusivo
servicio de los derechos de las personas, sino como una herramienta para los procesos electorales (para la formació n de los
padrones, registros y censos electorales).
133
Acosta y Burstein (2006: 51) subrayan el déficit cró nico de inversió n de los RC.
134
Por ejemplo: en muchos casos con la misma asignació n presupuestaria se podrían obtener mejores resultados (porque
existen problemas organizativos y de mala gestió n de recursos).
52 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
otorga automá ticamente o sin condició n a un ciudadano, a la que corresponde algú n tipo de
obligació n, activa o pasiva, a cargo de otro ciudadano o sobre todo de los poderes pú blicos) en una
prebenda o privilegio. Es decir, en un no-derecho. En la medida en la que algunos ciudadanos
ven satisfecho su derecho y otros no, significa convertir una potestad, competencia o decisió n
administrativa regulada en una potestad discrecional o arbitraria. De este modo, la debilidad o
ineficacia administrativa, que significa incumplir los mandatos legales en materia de DDHH,
subvierte el Estado de Derecho y los derechos subjetivos y DDHH en él reconocidos.
En algunas ocasiones la forma de paliar este funcionamiento alegal, paralegal o ilegal ha
sido establecer remedios y procedimientos judiciales que restablezcan la situació n legalmente
obligada. Sin embargo ello ha planteado dos objeciones: la enorme dificultad de que los
jueces y tribunales den a los ciudadanos aquel derecho, servicio o prestació n que la
administració n no les ha dado (o que obligue a satisfacer el derecho de los ciudadanos de
manera eficaz), y también la tendencia a la judicializació n de los derechos, juzgada por muchos
como un remedio tan só lo parcial y hasta contraproducente136.
En materia de RC el incumplimiento de las leyes (por ejemplo, el incumplimiento de los
plazos para expedir los documentos y certificaciones 137) tiene importantes y muy concretas
consecuencias negativas – además de la ya mencionada conversió n de los derechos en prebendas
y de la legalidad en arbitrariedad: la demora que los ciudadanos padecen en la entrega de los
documentos incentiva la aparició n de los intermediarios que, mediante corruptelas a funcionarios,
ofrecen a los ciudadanos servicios que agilizan la tramitació n138. Esto no só lo encarece el servicio
(porque el ciudadano paga una cantidad añ adida a la que en su caso pagó por el servicio de
RC) sino que lo desprestigia: el ciudadano no percibe que el RC (y por tanto el Estado) está a
su servicio y le facilita el ejercicio de un derecho como es el derecho a la identidad, (a obtener
documentos de identificació n, y a ejercer otros derechos como el derecho al voto) sino que lo
percibe como un obstá culo a sus derechos y una fuente de corrupció n139.
Después de identificar el funcionamiento del sistema de RC al margen de las leyes, el
paso siguiente es tomar algú n tipo de decisió n respecto de có mo solucionarlo.
Probablemente en 1980 el diagnó stico, y el remedio que se proponía (cambiar las leyes
“anacró nicas e inadecuadas” (IIN-FNUAP 1982: 136), eran correctos. Hoy la solució n no es
tan clara. Efectivamente, en 1980 la mayoría de los países de la regió n contaban con un
marco legislativo-institucional del RC anticuado e inadaptado a nuevas realidades (a las
exigencias tecnoló gicas, a los nuevos
136
Véanse las opiniones de Abramovich y Courtis en CEPAL (2007: 32): a su juicio, hay que hacer los esfuerzos no por
la judicializació n sino porque el sistema de derechos funcione con otras garantías y contrapesos, ya que judicializar las
garantías no es solució n adecuada – ademá s de que es una solució n que deja fuera a enormes estratos de població n que por
cultura, marginalidad o nivel econó mico no tienen acceso a la justicia.
137
O los documentos de identidad, cuando el mismo organismo encargado del RC sea quien expida los DNI o cédulas de
identificació n.
138
Existen denuncias de ello en algunos países de la regió n.
139
Y en caso de minorías étnico-culturales (afrodescendientes, zonas remotas, etc.) el RC puede ser en cierta medida
considerado como una amenaza a sus costumbres, o como un peligro porque van a ser controlados por los poderes pú blicos
(percibidos no como portadores de servicios y garantes de derechos sino como todo lo contrario).
54 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
derechos, etc.). De manera que el desfase entre ley y realidad podía razonablemente imputarse
a la ley. Sin embargo este remedio pudo entonces pecar de algo muy habitual, la creencia de que
ú nicamente al reformar leyes o promulgar nuevas, se soluciona el mal funcionamiento de los
servicios pú blicos y la falta de protecció n de los derechos.
La idea de que la ley por sí misma es capaz de traducirse en una transformació n apreciable en
la realidad es cierta en algunos casos, cuando de la simple aprobació n, derogació n o reforma de un
precepto legal deriven consecuencias inmediatas 140. Pero en el caso de organizaciones complejas
como es, el RC, un mero cambio legislativo no transforma la realidad de un día para otro. Para
la clase política es muy fá cil argumentar que han reformado, por ejemplo, la justicia penal, o
el RC, o la sanidad, etc., con la sola operació n de la aprobació n de una ley procesal, sanitaria
o registral. Esta creencia de los políticos, ya sea endémica, real o interesada, ha sido puesta
en manifiesto y criticada muchas veces, en particular en lo referente a los DDHH141.
Parafraseando a Crozier142, y en lo referente al RC, podría decirse que “no se cambia el
(funcionamiento del) RC por decreto”, ni menos aun se elimina el subregistro por decreto.
Algunos países han actuado positivamente y han reformado sus legislaciones de RC 143.
Desde esta perspectiva, la actualizació n legislativa e institucional constatada en las ú ltimas
décadas hace que la conclusió n del diagnó stico de 1980 (que ante la inaplicació n de las leyes es
preciso cambiarlas para que el RC funcione bien) ya no sea el todo vá lida en la actualidad. Se
han reformado la mayoría de los marcos normativos e institucionales, si esto no se ha traducido
en una mejoría de los sistemas de RC y no ha disminuido el subregistro, es probable que el
diagnó stico deba ser otro.
b) Sólo la ley no (suele) cambia(r) las cosas: mejorar el funcionamiento de los registros civiles
y combatir el subregistro depende de una diversidad de factores
En ocasiones se le ha dado énfasis a la ingeniería legislativa, al diseñ o de un nuevo marco legal,
por lo general descuidando el aspecto operativo del sistema, o sus vertientes no estrictamente
jurídicas. Estudios recientes han intentado ir algo más allá del estricto marco legislativo-institu-
cional, analizando otros factores, singularmente en el funcionamiento real del RC. Amado decía
en 1997 que “no puede el éxito del RC atribuirse a una sola variable y menos aú n al marco legal
o institucional en el que se haya ubicado” (1997: 100).
140
La desjudicializació n, la gratuidad, la posibilidad de que las madres solteras inscriban libremente al hijo, la elecció n del
nombre son medidas legislativas que, una vez adoptadas, tienen efectos inmediatos.
141
CEPAL (2007: 24) hablaba de la enorme distancia entre la “frondosidad regulatoria” y “el poco impacto de la acció n del
Estado”.
142
Autor de un libro titulado On ne change pas la société par décret (No se cambia la sociedad por decreto).
143
Panamá en 2006-2007, Venezuela parcialmente en 2001. La ú ltima reforma es el proyecto, tramitado en 2007 pero aun no
aprobado, de Ley Orgá nica del Registro Civil en Venezuela. En 2006 Paraguay ha reformado algunos de los aspectos
más problemá ticos de su legislació n de RC (la exigencia en todo caso del certificado de nacido vivo).
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |
Sin duda el marco legal del RC es una pieza importantísima dentro del funcionamiento de
un sistema registral, pero no se debe sobreestimar su incidencia inmediata respecto a su correcto
funcionamiento y la eliminació n del subregistro. Existen algunas medidas a priori positivas para
luchar contra el sub-registro, o por lo menos para contrarrestarlo, que como regla general no
requieren de ninguna reforma normativa. Por ejemplo: en algunas de las legislaciones de RC de
los países de la regió n, no se prohíbe, ni tampoco se permite, el envío de unidades mó viles o RC
mó viles a zonas lejanas o no suficientemente atendidas por la oficina de RC correspondiente
u ordinaria144, la ley no contempla esta posibilidad. Debido a que la realizació n de estas campañ as
especiales, o el envío de registros mó viles, no son actividades de limitació n de derechos o de
gravamen, no sería exigible la expresa previsió n legal para que la autoridad responsable ponga
en marcha las campañ as o envíe estas unidades145. Es decir, para hacerlo no hace falta que la ley
lo contemple expresamente, en principio, no es necesaria ninguna reforma legal para emprender
este tipo de campañ as o de políticas, tal y como se hizo exitosamente en Haití. Lo mismo
sucede con la digitalizació n (fotografía, escaneado) de los libros y archivos del RC. O con un
control social, ciudadano, periodístico, etc. del correcto funcionamiento de las oficinas de RC,
por ejemplo mediante la denuncia y publicidad de los casos de corrupció n, o de simple mal
funcionamiento. En definitiva, se trata de programas cuya puesta en marcha no requiere
como regla general ninguna norma expresa, por lo menos de rango legal146.
La legislació n no es más que un marco normativo-institucional que, aunque imponga políticas
determinadas y eventualmente limite el margen de discrecionalidad para los responsables del
RC y para los administradores, por lo menos en cuanto a aspectos organizativos, retributivos,
etc., también requiere de una política de aplicació n en la que entran en juego decisiones políticas
probablemente más complejas y costosas que la previa decisió n de elaborar y promulgar dicho
marco legal147.
Incluso hay situaciones en las que los obstá culos jurídicos han provocado histó ricamente,
junto a con otros factores, consecuencias que no se reparan só lo con medidas jurídicas (por
ejemplo: la percepció n que los ciudadanos tienen del RC no se cambia con leyes). La simple
ley organizativa del RC puede no contemplar otras variables que inciden sobre la prestació n
del servicio. Por ejemplo: la regulació n de los funcionarios u oficiales del RC (inexistencia de
144
Lo mismo sucede con la presencia en las escuelas de los oficiales de RC (no para detectar a los niñ os sin registrar y
sancionarlos o expulsarlos de la escuela sino para facilitarles el acceso al registro). Esta medida es una de las que Plan
Internacional está intentando implementar en algunas regiones (BID, 2007-Paraguay: 28)
145
Las medidas organizativas no suelen requerir de expresa y previa habilitació n legal: pueden adoptarse en virtud de la
potestad organizativa inherente a la administració n pú blica. Pese a ello algunas normas sí prevén expresamente esta
autorizació n: en México el art. 107 del CC de Chiapas (1938) y el art. 64 del reglamento de RC de Michoacán (2005). En
el Perú el art. 51 de la ley de RENIEC prevé asimismo la habilitació n legal para el envío de unidades mó viles de registro.
146
Contrariamente a otras medidas que, por referirse a derechos (o a la reglamentació n del ejercicio de los derechos), só lo
pueden ser adoptadas si la ley lo permite expresamente: la plena y no discriminatoria inscripció n de hijos extramatrimoniales
o de padre desconocido sí requiere reformar las normas del CC de derecho de familia y las normas del RC relativas a la
inscripció n.
147
Decisió n que tal vez haya sido tomada por un gobierno o un poder legislativo de signo político distinto, con lo que la
disociació n entre ley y aplicació n encuentra un caldo de cultivo perfecto.
56 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
148
El BID (2007-Paraguay: 27) subraya que en Paraguay, pese a las medidas de flexibilizació n de esta exigencia, el
requisito de contar con certificació n de nacimiento, de la cual carecen muchos niñ os en edad escolar, se convierte en una
barrera para el acceso a la educació n.
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |
149
No se puede circular sobre el plano de una carretera aun no construida, ni beber el agua de una presa que só lo existe en un
plan hidroló gico o en una ley.
150
Así se diagnosticó en 1980 (IIN-FNUAP 1982: 136).
58 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
embargo existen algunos ejemplos de control, como es el caso de los países reflejados en el
cuadro 11.
Cuadro 11
Bolivia La primera auditoría general integral del RC se realizó en el año 2002 (Ortega: 2002), y en
País Supervisión
2003 la CNEdelicitó
las oficinas
otra, pero limitada a los aspectos económico-presupuestarios.
http://www.sicoes.gov.bo/documentos/9015.pdf20030929105628.pdf
Chile Existe un contralor en el RC, pero limitado a los aspectos legales y económicos: el art. 14 de la ley 19.47
México El art. 12 del reglamento de RC del Estado de Michoacán establece hasta 16 facultades de
informe, supervisión y fiscalización.
Perú La ley RENIEC (1995) establece un órgano específico (la Oficina General de Control Interno, regulada en
Venezuela El proyecto de ley de Venezuela del RC de 2007 prevé (art. 27) la creación de una oficina
nacional de supervisión, como “brazo fiscalizador” interno de la calidad y niveles del servicio.
Por ejemplo, otras políticas o servicios sí han sido evaluados (se conoce la eficacia de los
servicios tributarios, medida en recaudación o en lo que se deja de recaudar, se conoce la eficacia de
la política agrícola, medida en términos de aumento de la producció n, o de las exportaciones, o de
la calidad de los productos, o se puede conocer también la eficacia de la administració n de justicia,
medida en duració n de los procesos). Pero en general esto no se ha hecho con el RC153.
El monitoreo del RC tendría tres beneficios fundamentales: para conocer el funcionamiento
real del servicio, y así poder establecer criterios, estándares y buenas prá cticas 154; para detectar las
fallas en el servicio (y eventualmente mejorarlo); y, en combinació n con mediciones estadísticas
o demográficas y mediante instrumentos de coordinació n155, serviría también para cuantificar
el subregistro. No conocer ni monitorear la eficacia de las políticas pú blicas en relació n con los
DDHH impide o dificulta la rendició n de cuentas por parte de los gobiernos. En este sentido,
es claro que las iniciativas para establecer criterios y estándares, haciéndolos pú blicos, son una
herramienta importante para el control social, político, judicial, etc. del RC.
153
Existen excepciones. En el Perú RENIEC elabora y publica informes semestrales de desempeñ o. En Colombia el Decreto
3851 de 2006 establece un sistema de aseguramiento de la calidad de la informació n bá sica: se trata no tanto de un sistema
de evaluació n del sistema de RC cuanto de un sistema de control de la calidad y eficiencia de las EV, realizado por el
DANE – Departamento Administrativo Nacional de Estadística.
154
En Argentina el RENAPER tiene una “carta compromiso” con los ciudadanos que, avalada por el Presidente de la Nació n
y renovada cada cierto tiempo, establece está ndares generales del servicio y está ndares para cada oficina o dependencia.
Véase la cuarta carta, correspondiente a 2007, en http://www.sgp.gov.ar/contenidos/onig/carta_compromiso/paginas/
organismos/renaper.html.
155
Coordinació n, por ejemplo, entre los centros sanitarios o educativos y el RC, si aquellos le comunican los datos de las
personas de las que tengan constancia de que no está n registradas.
60 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
Desde hace añ os, diversos diagnó sticos y evaluaciones, han demostrado las deficiencias
tecnoló gicas (falta de informatizació n de los archivos, malos cauces de envío de informació n
entre las oficinas, etc.). Se trataba de una realidad generalizada, por lo que gobiernos, y
organismos de cooperació n internacional, realizaron un esfuerzo especial por dotar a las oficinas
de medios tecnoló gicos (computadoras, escaners). Esto provocó la creencia de que la falta de
tecnología constituía el principal problema, de modo que comprando e instalando computadoras,
las disfunciones del RC quedarían resueltas. En ocasiones la actualizació n tecnoló gica se ha
considerado un fin en sí mismo, y no una herramienta156.
Un importante cambio de enfoque consistiría en dejar de ver el RC como una fuente de
financiació n de los poderes pú blicos, o como un engranaje más de la maquinaria electoral, y verlo
como una medio para mejorar la gobernabilidad y el desarrollo de un país. Desde la elaboració n
de EV (que permitiría conocer la població n y sus necesidades) hasta la mejor identificació n
de las personas (aumentando la seguridad general, evitando duplicidades y suplantaciones),
así como la planificació n de políticas pú blicas (sobre todo la sanitaria o la educativa).
b) La perspectiva de derechos
En cualquier caso, esta falta de voluntad política, o la percepció n distante y distorsionada del
problema, podrían disminuir si se logran cambios en la mentalidad con la que los países afron-
tan esta cuestió n157, para alcanzarlo es importante ejercer algunas de las recomendaciones de
organismos internacionales, de ONGs y de expertos en la materia. En concreto la llamada
“perspectiva de derechos”, o la “cultura de los derechos”, que tiende a hacer de los DDHH el
eje de las políticas pú blicas, o la medida de las mismas, empoderando a los ciudadanos frente
a los poderes pú blicos en reivindicació n y defensa de sus derechos158. Esta llamada “cultura
de derechos” ha sido impulsada por muchos organismos internacionales o por las entidades
de cooperació n al desarrollo de muchos países – que en lo referente al RC ha aumentado
conside- rablemente en los ú ltimos añ os.
En lo que al RC se refiere, los grupos desfavorecidos o marginales no suelen percibirlo
como una obligació n de los poderes pú blicos a la que corresponde un derecho de los ciudadanos,
sin importar que así esté establecido en la ley o en la Constitució n. Lo anterior se combina con
la percepció n de que los servicios de RC no son verdaderos derechos plenos sino prebendas que
156
En otros casos la tecnología (por lo menos en la relació n entre el RC y los ciudadanos) se ha empleado con provecho: países
como Chile, Perú , Panamá o Uruguay permiten solicitar la partida o certificació n por internet. En Uruguay desde 2004
el Registro Civil de la Intendencia de Montevideo recibe solicitudes de partidas de nacimiento, matrimonio y defunció n
a través del correo electró nico. En Venezuela el proyecto de ley orgá nica de RC de 2007 establece la firma electró nica como
medio para relacionarse con el RC.
157
O por lo menos si las autoridades se concienciaran un poco más de la importancia de llevar esta voluntad de reforma a
la práctica real del RC y a la efectividad del servicio (la voluntad de reforma suele ser reconocida por los
gobernantes, en el sentido de que normalmente ninguno va a admitir abiertamente que no quiere reformar un servicio
que requiere mejoras).
158
Las má s modernas tendencias se refieren a aspectos algo más concretos: por ejemplo, a diseñ ar y a evaluar las políticas
pú blicas (sobre todo las que má s inmediatamente afectan a los DDHH) desde las personas, desde la demanda, y no desde
la oferta, o desde “arriba”.
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |
los ciudadanos solicitan del poder pú blico, implicando que se considere habitual o normal que
dichos servicios se reciban de forma arbitraria, lenta, discrecional, etc.
Sin duda el cambio es gradual y complejo, va más allá de las leyes y actú a sobre sociedades
poco acostumbradas a interiorizar los DDHH, poniendo en práctica mecanismos para el control
de los poderes pú blicos, etc.
Son pocos los países que han establecido estándares de funcionamiento del RC y
derechos de los ciudadanos en relació n con él159. La aplicació n de esta nueva perspectiva
basada en los derechos requeriría de cambios en la mentalidad de los gobernantes, en la actitud y
percepció n que el conjunto de la ciudadanía tiene del RC. Sobre esto, se necesitan diversas
acciones en simultaneidad con las campañ as de concienciació n sobre la importancia del RC 160.
Se trata atraer a la colectividad al RC 161, acercá ndolo a los ciudadanos, en lugar de, como
hasta ahora, esperar a que los ciudadanos acudan al RC (y eventualmente multarlos si no lo
hacen). Para lograrlo, el involucramiento de la sociedad civil es fundamental. El objetivo debe
ser cambiar la percepció n que la ciudadanía – y los gobernantes - tienen del RC. Y esta
percepció n no se cambia de un día para otro, ni se cambia con medidas coyunturales o parciales
(que só lo aborden alguno de los muchos y complejos aspectos del RC) 162. El siguiente cuadro
pretende ilustrar algunas de las iniciativas existentes en la regió n que ponen de manifiesto
cierto cambio:
Cuadro 12
Bolivia En 2006 se ha puesto en marcha, en el seno del Servicio Nacional de Registro Civil, la
País Iniciativas
Estrategia para eliminar
Nacional el subregistro
de Inscripción del Recién Nacido”, que incluye la “Estrategia Nacional
de Capacitación, Educación e Información sobre el DI”.
Brasil El Pacto para la Erradicación del Subregistro, suscrito en mayo de 2004 por la Secretaría de Derechos H
159
En Argentina el RENAPER sí lo ha hecho: véase http://www.sgp.gov.ar/contenidos/onig/carta_compromiso/paginas/
organismos/renaper.html. Ademá s de enumerarse las obligaciones (bá sicamente de renovació n del DNI y de actualizació n
de los datos), se enumera una larga lista de derechos.
160
Estas campañ as vienen haciéndose en los ú ltimos 20 ó 25 añ os, y no han dado el resultado esperado. Ello no significa que
no sean necesarias, sino que por sí mismas no son capaces de transformar la situació n de subregistro.
161
Ello fue una necesidad puesta de manifiesto por el diagnó stico de 1980 (IIN-FNUAP 1982: 24).
162
62 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
163
Má s allá de solemnes manifestaciones de dirigentes políticos, o de intervenciones de los altos responsables de los RC en
los foros internacionales: cuando se han producido, no han pasado de declaraciones de buenas intenciones, sin traducirse
en medidas concretas ni en la entrada de esta cuestió n en la agenda política.
164
En El Salvador el art. 2 de la ley transitoria de estado familiar y regímenes patrimoniales del matrimonio (decreto 496 del
añ o 1995) recoge la publicidad como uno de los cuatro principios del RC.
165
Las certificaciones, partidas, etc. del RC tienen cará cter de documento pú blico, con eficacia probatoria (como en general
de todos los demá s registros pú blicos como el registro de la propiedad, el registro mercantil, etc.). Por su presunció n de
veracidad y su carácter de documentos dotados de fe pú blica, determinan la existencia legal de las personas, su estado civil,
y las características de este (nombre, apellidos, filiació n, etc.).
166
En el Perú el art. 7 k de la ley RENIEC plasma el principio de confidencialidad: es funció n del RENIEC “Garantizar
la privacidad de los datos relativos a las personas que son materia de inscripció n”.
64 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
caciones167. En cambio en otros casos la regulació n no es del todo clara168 y existen normas en
donde prima en exceso la publicidad sobre la confidencialidad 169. Algunos países han intentado
equilibrar la publicidad y la confidencialidad: en Guatemala el RENAP puede dar toda la
infor- mació n salvo el lugar de residencia170.
Como regla general, para la constancia registral de las adopciones no rige el mismo
régimen de publicidad que las demá s menciones del RC, quedando sometidas a una regla
de confidencialidad171. Y en los casos concretos de registros especiales de niñ ez, la regla es
igualmente la confidencialidad172.
Esta indebida o excesiva publicidad del RC puede tal vez obedecer a la relació n entre RC
y registro electoral: la publicidad de este está más justificada (por lo menos en cuanto a la
exposició n de las listas) para permitir a los ciudadanos comprobar que pueden ejercer
correctamente su derecho al voto, o a los partidos políticos verificar la exactitud y no
manipulació n de las elecciones173. Esta relació n da lugar a que algunos principios colisionen:
por ejemplo en México se establece la confidencialidad de los datos del RENAPO 174, pero los
datos electorales que elabora el IFE con base en la informació n del RENAPO son pú blicos.
Existe un derecho general de los ciudadanos a la confidencialidad y a la prevenció n del
uso indebido de los datos del RC175. Este derecho comenzó a afirmarse para preservar los datos
que
167
Hay CC o leyes de RC que sí hacen esta importante precisió n, recogiendo una regla que por un lado facilita la solicitud de
informació n pero por otro lado limita el derecho a obtener certificaciones (expedició n de partidas) a quien acredite interés
legítimo como ejemplo, el art. 45 del CC de Chiapas (1938), en redacció n dada en 1982.
168
En Argentina el art. 22 de ley RENAPER (ley17.671) señ ala que “la informació n recogida en el Registro Nacional
de las Personas se considerará de interés nacional y su divulgació n estará limitada segú n el cará cter que adquiera la
misma. Aquellas cuya divulgació n o empleo no afecte intereses legítimos, se considerará n de carácter “pú blico”. En
cambio las que sí afecten intereses legítimos, se considerarán de carácter “reservado”. En Honduras el art. 95 del
Reglamento RNPN (1995) dice que toda persona puede pedir certificaciones del RC y que “se presume el interés
legítimo y el mandato para solicitar consultas, certificaciones y constancias”.
169
Ademá s del caso de El Salvador, en México el CC federal da derecho a pedir y obtener copias del RC: art. 48. En Panamá ,
salvo excepciones legales, el registro tiene cará cter abierto de forma que cualquier persona puede solicitar copia de los
documentos o certificació n de la informació n. En Bolivia el art. 2 d) del Decreto Supremo 24247 (1996), regulador del RC,
establece el principio de publicidad. La ley venezolana del registro pú blico y del notariado (2001), que se aplica a todos los
registros pú blicos, regula en su art. 13 el principio de publicidad. En el proyecto de ley orgánica de RC del añ o 2007
(art. 6) se recogía que el RC es pú blico.
170
La Ley de creació n del RENAP (decreto 90/2005),art. 6 j).
171
En muchos países la regla es que los adoptados menores de edad no pueden conocer, a través del RC, a su familia
bioló gica.
172
En Uruguay, donde el Có digo de la Niñ ez y Adolescencia (2004) establece el Registro de Informació n de Niñ os y
Adolescentes, se prevé la confidencialidad de los datos.
173
En Honduras la publicidad del censo nacional electoral está garantizada por la Constitució n (art. 56). Tambié n
en Guatemala se regula la publicidad del RC con fines de transparencia electoral: art. 120 de Ley de Registro Civil,
Identificació n y Cedulació n (LRCIC) de 1966.
174
El art. 83 RLGP establece la confidencialidad de los datos del RENAPO (que no es el RC – competencia de los Estados
– sino un registro con fines electorales y de identificació n).
175
Así lo recogen expresamente algunos países. Argentina lo garantiza en los está ndares de derechos de los ciudadanos ante el
RENAPER (“derecho a que sea respetada su condició n de confidencialidad en aquellos trámites que no revistan carácter
de pú blicos”): http://www.sgp.gov.ar/contenidos/onig/carta_compromiso/paginas/organismos/renaper.html
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |
los antiguos RC contenían sobre la raza, los orígenes (por ejemplo, descendiente de esclavos),
la filiació n (padre desconocido), etc. Hoy se refuerza en caso de adopció n, u otros. Pero no es
necesario que exista un caso de informació n sensible para poder establecer el principio general de
confidencialidad de los datos del RC, en un doble sentido: frente a los poderes pú blicos, pues les
queda prohibido cualquier tipo de utilizació n partidista o de otro tipo indebido de los datos
del RC; y también frente a particulares, en un doble sentido. Por un lado, porque como regla
general só lo las personas legitimadas o con un interés suficiente pueden acceder a los datos
registrales y obtener partidas o certificaciones. Y por otro frente a empresas o corporaciones,
que no deben poder acceder a datos de las personas con uso publicitario o comercial. Desde este
punto de vista, el temor – fundado o no – de los ciudadanos de que sus datos registrales puedan
ser consultados por terceros o usados por las autoridades con fines distintos de los meramente
registrales se convierte en un obstáculo al buen funcionamiento del RC y en un incentivo al
subregistro.
De forma que no debería existir ningú n problema de compatibilidad entre la publicidad del
RC y la confidencialidad de los datos de las personas, pues se trata de principios complementarios.
Sin embargo, hay ocasiones en donde el principio de confidencialidad no aparece con la suficiente
relevancia176.
El debate sobre la confidencialidad de los datos del RC ha dado paso a nuevos desarrollos,
relativos no ya a los datos registrales en sí mismos sino a la informació n contenida en otras
fuentes y bases de datos de los poderes pú blicos. Estas nuevas bases de datos genéticas, o de
informació n biométrica, no siempre están relacionadas directamente con el RC (suelen ser de
tipo policial, o gestionadas por las autoridades de inmigración al expedir pasaportes)177. Pero sí han
propiciado un debate sobre la potencial peligrosidad del exceso de informació n para la intimidad
de las personas y sobre el control que de las personas pueden tener los poderes pú blicos (y del
eventual mal uso de la informació n respecto de las características antropométricas, raciales,
culturales, etc.).
b) Las medidas de apertura del sistema registral a las minorías étnico-culturales y extranjeros
En relació n con la adaptació n del RC a las minorías culturales o indígenas, se han producido al-
gunos avances, pero aun insuficientes. Algunos países como Bolivia han emprendido iniciativas
interesantes tendentes a paliar el subregistro entre la població n indígena 178, como la de disponer
de la inscripció n gratuita a personas pertenecientes a pueblos indígenas indocumentados.
176
Por ejemplo cuando su regulació n concreta queda en manos del gobierno por vía reglamentaria en lugar de estar
prevista en la ley.
177
En algunos casos el origen está en circunstancias muy determinadas de la historia reciente de ciertos países (en Argentina,
la desaparició n de niñ os en la dictadura militar 1976-1983).
178 En 2004 el Decreto Supremo Nº 27915 dispuso la inscripció n gratuita en el Registro Civil
de todas aquellas personas indocumentadas, hombres y mujeres desde sus dieciocho añ os adelante,
sin límite de edad, que no hayan registrado su partida de nacimiento y que sean provenientes de los
Pueblos Indígenas, Originarios y Comunidades Campesinas de todo el país.
66 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
179
Así lo señ alaba la Conferencia Regional Latinoamericana sobre el Derecho a la Identidad y Registro Universal de
Nacimiento (2007a: 3), incidiendo en el cará cter discriminatorio de la imposibilidad o dificultad para la inscripció n de
nombres indígenas o en lengua de origen.
180
Desde 2005 en Honduras el Reglamento de RNP (art. 48) permite “inscribir nombres aborígenes o derivados de voces
de pueblos indígenas y tribales”. En Bolivia la CNE intentó “incorporar el respeto a la identidad cultural”. En
Panamá el propio RC en su sitio web recoge una lista oficial de nombres que pueden ponerse a las personas, y dentro de
ella hay un listado de nombres indígenas, admitidos expresamente por el art. 44 de la ley del RC (ley 31 de 2006). En
Argentina existen intentos de flexibilizar las reglas sobre los nombres (en febrero de 2007 se presentó en el Senado un
proyecto de ley tendente a reformar la ley nº 18.248 de 1968 - que derogó la parte relativa al nombre y apellidos del
Decreto-ley de 1963 sobre Registro Civil, norma esta que había admitido expresamente los nombres de origen
indígena). En Chile la CONADI (Comisió n Nacional de Desarrollo Indígena) y la Direcció n Regional del RC de
algunas zonas de mayor presencia indígena está n incentivando que estas personas registren a los hijos con nombres
tradicionales indígenas en lugar de con nombres españ oles o anglosajones.
181
Existe un libro o registro especial para los extranjeros “no residentes” (o en situació n irregular). Ademá s, la ley de migració n
establece que los hijos de extranjeros “deberá n ser inscritos no en el RC sino en el consulado de su país”. Si el padre es
dominicano la inscripció n sí podrá realizarse en el RC ordinario.
182
El art. 87 de la Ley General de Població n regula el registro nacional, en el que se inscribirá : “A los mexicanos, mediante
el Registro Nacional de Ciudadanos y el Registro de Menores de Edad; y a los extranjeros, a travé s del Catá logo de
los Extranjeros residentes en la Repú blica Mexicana”. El art. 90 precisa que “el Catá logo de los Extranjeros residentes
en la Repú blica Mexicana se integra con la informació n de cará cter migratorio existente en la propia Secretaría de
Gobernació n”.
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |
10.CONCLuSIONES GENERaLES
En 1980 el primer diagnó stico de los sistemas de RC de la regió n pretendía “medir, a treinta
añ os de distancia, la velocidad, extensió n y tendencias del proceso de cambio en la esfera de RC
y EV” (IIN-FNUAP, 1982: 136) 183. El presente documento no es resultado de una investigació n
tan exhaustiva, ni pretende alcanzar conclusiones tan ambiciosas. Busca ser una actualizació n
de algunos datos ú nicamente relativos al marco legislativo, organizativo e institucional, para ver
qué condicionamientos y circunstancias de los sistemas de RC pueden ser un obstáculo para
el correcto funcionamiento del RC y puedan generar subregistro.
En aquél momento (1980) se constató que “los países han hecho muy escasos esfuerzos para
adoptar los principios y recomendaciones internacionales en materia de RC” (IIN-FNUAP
1982: 24) – subrayándose que los países habían estado representados en las reuniones
internacionales de las que habían emanado dichas recomendaciones, y que se habían
comprometido a aplicarlas. Pero tal cosa no se había producido.
A la fecha se han hecho esfuerzos de modernizació n legislativa, de inclusió n de las minorías
indígenas o étnicas en algunas políticas pú blicas, intentos de asegurar cierta independencia de
los sistemas de RC respecto del poder político y de los gobiernos (normalmente insertando el
RC en el seno del poder electoral), de gratuidad de las inscripciones en el RC, etc. En efecto: el
DI parece estar asentándose en algunas constituciones (Perú , Argentina indirectamente, Bolivia
en proyecto); varios países (Panamá, Venezuela en proyecto) han reformado en todo o en parte
sus leyes de RC; la situació n institucional del RC ha mejorado igualmente (sobre todo por la
creació n, en los ú ltimos añ os, de ó rganos de RC con un cierto nivel de independencia); las
normas de RC se adaptan en algunos aspectos a la realidad de las minorías étnico-culturales; la
gratuidad de las inscripciones (que no del RC en su conjunto) se va imponiendo; se
establecen técnicas de monitoreo y supervisió n del RC; y los gobiernos llevan a cabo cada vez más
campañ as de concienciació n y de registro.
Todas estas son medidas que representan mejoras en la situació n institucional y legal de
los sistemas de RC, y así lo han puesto de manifiesto los diagnó sticos más recientes (IFES
2007: 4, y en menor medida Peres Velasco 2007: 253-255) 184. Por lo tanto, se puede afirmar
que la situació n ha cambiado desde el diagnó stico de 1980. Entonces, se dijo que los sistemas
de RC estaban “estáticos” (IIN-FNUAP 1982: 136), mientras que ahora sí se han producido
transformaciones.
Sin embargo, estas mejoras y transformaciones no han ido en paralelo con las demandas
sociales, con la democratizació n de la regió n, y con la mejora en el respeto a los DDHH. Algu-
183
La referencia temporal se tomaba de una encuesta mundial sobre RC realizada en 1950 por la Oficina de Estadística de
las NU (su resultado se publicó en 1955 en el Manual de Métodos de Estadísticas Vitales, Serie F, nº 7)
184
Y, segú n Plan Internacional (2007: 19), han dado lugar a éxitos parciales en la lucha contra el subregistro. En realidad
alguna de estas medidas no es uná nimemente considerada como positiva: Acosta y Burstein (2006: 45, 48) sostienen que
la “electoralizació n” del RC (dependencia del poder electoral o del ó rgano electoral) tiene inconvenientes.
68 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
nas variables y políticas que se han traducido en cambios positivos 185 deberían haberse reflejado
en una reducció n sensible de la tasa de subregistro y un mejor funcionamiento de los
sistemas de RC. Sin embargo esto no ha sido así, lo cual pone de manifiesto o bien que las
medidas concretas y unilaterales no son suficientes por sí mismas para combatir el subregistro, o
bien que las causas son de otro tipo (estructurales, culturales, etc.). Si las políticas de los
ú ltimos veinte o veinticinco añ os no han dado el fruto esperado (no se han materializado en
reducciones per- ceptibles de la tasa de subregistro) puede ser porque estaban mal
orientadas, en el sentido de que só lo afectaban a una de las causas o elementos del subregistro, o
porque, aun estando bien orientadas o concebidas, estaban insuficientemente financiadas, o
porque los esfuerzos de las campañ as no tenían continuidad en el tiempo. Segú n se ha
apuntado, no se ha pretendido o se ha tenido éxito en la resolució n de causas estructurales
(como por ejemplo la concepció n del RC como forma de financiació n del poder pú blico, la
corrupció n registral o electoral, los intereses burocrá ticos, la politizació n del sistema
electoral y por tanto del RC, etc.).
El cumplimiento parcial de las recomendaciones internacionales, con las relativas mejoras
institucionales y legislativas por ejemplo en materia de gratuidad, o de modernizació n legislativa,
o de campañ as destinadas a minorías, no parece haber sido suficiente para reducir de manera
sensible el nivel general de subregistro y mejorar el funcionamiento de los RRCC.
Las políticas llevadas a cabo hasta ahora, teniendo elementos sin duda positivos (gratuidad,
relativa independencia del RC respecto de los gobiernos, incorporació n de tecnología, campañ as
de registro entre las poblaciones indígenas o rurales, etc.) no se han traducido en los resultados
que los gobiernos decían perseguir: la eliminació n del subregistro y el buen funcionamiento
del RC. ¿La razó n? Por ser estas políticas insuficientes o cíclicas (falta de voluntad política),
por fijarse só lo en uno de los elementos que causan subregistro (falta de visió n integral del
problema186), por perseguir intereses políticos espurios, por no estar basadas en una concepció n
moderna e inclusiva de los derechos (perspectiva de derechos), por incapacidad institucional de
implementar una política determinada con inversió n continuada en el tiempo (con, por ejemplo,
mecanismos de monitoreo y supervisió n), por no estar suficientemente financiadas187, etc.
185
Por ejemplo mejoras y actualizaciones en el marco institucional, o esfuerzos por mejorar la independencia de los oficiales
de RC (particularmente en aquellos sistemas en los que el RC está integrado en el poder u organizació n electoral, que
suelen requerir un cierto nivel de independencia respecto del poder ejecutivo), o el aumento del porcentaje de nacimientos
en hospitales.
186
O falta de verdadera conciencia de las complejidades e interdependencias de los factores que causan subregistro.
187
Entendiendo por suficientemente financiadas la voluntad de dejar de considerar el RC como una fuente de ingresos (el
RC no debe perseguir la rentabilidad econó mica, y debe ser tan deficitario como cualquier otra política pú blica de sanidad
o de educació n), así como además la voluntad de destinar más recursos presupuestarios a la reforma del RC. Se trata de
ingresar menos por RC y de gastar má s en RC: cualquier política de mejora de RC, y de combatir el subregistro, a coste
cero es ilusoria e inviable. Es imposible. Y el gasto en RC, cuando el RC es imparcial y no se utiliza con fines electorales,
no da votos a los políticos (simplemente permite que todas las personas tengan identidad legal y estén en condiciones
de ejercer con plenitud sus derechos). Es un gasto sin rentabilidad ninguna: sin rentabilidad econó mica, por supuesto, y
sin rentabilidad electoral inmediata. La adecuada consideració n del RC como un servicio pú blico que es y debe ser deficitario
dificulta su consideració n por los gobernantes como una prioridad política.
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |
Desde hace añ os que se dice188 que la evolució n del RC iba por detrás de las necesidades
sociales, teniendo como consecuencia la incapacidad del RC para cumplir su papel
como instrumento de mejora social y de reducció n de desigualdades. Al cabo de grandes
transformaciones sociales, culturales, constitucionales, y en un momento histó rico claramente
má s favorable desde el punto de vista de la democracia y de los DDHH 189, lo constatado hace
tres o cuatro décadas sigue siendo vá lido en lo esencial190.
Al concentrarse en las causas concretas del inadecuado aun funcionamiento del RC y del
subregistro, y partiendo por tanto de la constatació n generalizada de la falta de voluntad política
para hacer del RC y de la lucha contra el subregistro una prioridad de gobierno, existe un
alto nivel de coincidencia entre varios diagnó sticos y opiniones de autores o de estudiosos:
las causas son bien conocidas y están relativamente claras (pero son complejas e
interrelacionadas, y abordarlas requiere de una visió n integral, lo cual no siempre se da). En lo
relativo al marco legislativo o institucional u organizativo, los principales obstáculos para el buen
funcionamiento del RC, y generadores de subregistro, son los siguientes:
■■ Antigü edad y dispersió n de la legislació n, tanto sustantiva (có digo civil) como registral
o procedimental (leyes de RC). Sería conveniente llevar a cabo modificaciones o
actualizaciones [pero esta característica de antigü edad y dispersió n no está generalizada
– de hecho ha mejorado bastante en las ú ltimas décadas – y só lo con las reformas
o actualizaciones no se suele conseguir automáticamente una mejora del RC y una
disminució n del subregistro].
■■ Insuficiente difusió n y conocimiento de las funciones del RC (en particular
la inscripció n de los nacidos) y su utilidad: en muchos países con elevada població n
rural o indígena no es suficiente la simple y habitual publicació n en los diarios
oficiales de leyes y reglamentos.
■■ Insuficiente coordinació n entre las oficinas de RC entre sí (sobre todo con el archivo
o registro central) y con otros sectores, de la acció n pú blica (sanidad, educació n).
Insuficiente regulació n de los mecanismos obligatorios de coordinació n (así como
insuficientes mecanismos de verificació n de su funcionamiento)
188
Gaete (1964: 431), IIN-FNUAP (1982: 142).
189
Fin de las dictaduras, fin de las guerras (sobre todo en Centroamérica), mejoría general en el disfrute de los DDHH – no
así en la reducció n de las desigualdades sociales y econó micas.
190
Se podría argumentar que viniendo desde tan atrás (dictaduras, falta de DDHH, desigualdad, atraso econó mico,
marginalidad de los grupos étnicos y culturales, etc.) los países de la regió n no estaban en condiciones reales de construir
sistemas de RC que acabasen con el subregistro, ni de terminar en dos décadas con una situació n generalizada que arranca
de muchísimos añ os atrá s. Pero sería un argumento demasiado complaciente.
70 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
■■ Falta de independencia real del RC respecto del poder ejecutivo, de los políticos, y de los
gobernantes en general, aunque institucionalmente el RC sea un ó rgano independiente,
no partidista e imparcial.
■■ Regulaciones concretas que obstaculizan frontalmente la reducció n del subregistro,
perpetuá ndolo (por ejemplo.: exigencia de que los padres que acuden a registrar
tardíamente a su hijo acrediten a su vez su propia identidad por cédula o certificació n
registral, lo cual, si carecen de ella, perpetú a el subregistro intergeneracional).
■■ Exceso de procedimientos y trámites burocráticos que, por su relativa sencillez, no
lo requerirían (incluye la necesidad de acudir a un proceso judicial para rectificar
asientos o inscripciones, o para inscripciones tardías).
■■ Debilidad y falta de capacidad administrativa y organizativa para gestionar con eficiencia
el servicio (debido a muchos factores como el déficit de inversiones pú blicas, la
inexistencia de controles de calidad del servicio, la escasa vigilancia y supervisió n de
los máximos responsables del RC).
■■ Inexistencia (o grandes deficiencias en la misma) de una carrera profesional de
registradores u oficiales de RC cualificados y razonablemente pagados. La falta de
estabilidad laboral y de retribució n suficiente provoca que una dependencia del poder
ejecutivo o de los partidos, obstaculizándose su labor imparcial, provocando desinterés
respecto al servicio (o que busquen completar sus ingresos de manera irregular,
percibiendo cantidades añ adidas no previstas en la ley).
■■ Falta de adaptació n (o de proximidad) del RC – en su legislación, organizació n y
funcionamiento – a situaciones de multiculturalidad y de minorías étnicas.
■■ Falta de mecanismos de monitoreo y supervisió n del sistema de RC, para que los
gobernantes tengan datos de la realidad y la eficacia de su funcionamiento.
■■ Excesivo costo (econó mico, pero también de tiempo o de desplazamiento) de la
inscripción para los sectores desfavorecidos, rurales, indígenas, etc. El ejercicio de los
derechos (como es el DI, o el derecho a registrarse) no debería representar ningú n tipo
de costo.
■■ Las campañas de concienciación, de registro, de atenció n especial a las poblaciones
indígenas, etc. se han concebido como meramente coyunturales, careciendo de
perspectiva de sostenibilidad. Una vez finalizadas, se retorna a la normalidad y a la
situació n que histó ricamente ha generando subregistro. Este esfuerzo carecía de
continuidad o era meramente “de campañ a”, sin plantearse la reforma de las estructuras,
leyes y circunstancias que generan subregistro.
■■ No tener en cuenta, en la elaboració n de las normas de RC y en el diseñ o organizativo
del RC, la llamada “perspectiva de derechos”, que puede hacer que la política de RC
vea el registro, y el DI, como una obligació n del ciudadano (y que se castigue su
cumplimiento tardío o su incumplimiento) y no como un derecho pleno que debe ser
satisfecho y suministrado por los poderes pú blicos.
|
IV. FUENTES
Acosta Urquidi, Mariclaire – Burstein, John (2006): ¿Qué puede haber dentro de un nombre?
Estudios de caso sobre identidad y registro en América Latina y el Caribe, BID, Washington D.C.
Amado, Carlos (1997): “Visió n global del sistema interamericano sobre legislació n y
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Humanos – Centro de Asesoría y Promoció n Electoral [IIDH-CAPEL], Registro civil y
electoral en Iberoamérica, San José de Costa Rica, pá gs. 87 a 101.
Cardoso, Adílson Lopes - Fernandes, Maria Idalina Marques - Silva, Antô nio Augusto
Moura da - Aragã o, Vâ nia Maria de Farias - Silva, Raimundo Antonio da (2003): “Under-
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García Laguardia, Jorge Mario (1995): Análisis del registro civil en Nicaragua y bases para la
elaboración de un registro electoral permanente, Universidad Nacional Autó noma de
México, Instituto de Investigaciones Jurídicas, México DF
Harbitz, Mia (2007): “Registro civil. Vehículo para una ciudadanía inclusiva y participativa”,
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(DVD)
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sobre las reformas al sistema de registro civil e identificación de las personas en Colombia, El
Salvador, Nicaragua y Panamá, Managua
http://www.ifes.org/publication/6cf b73595b24a7a19351226f815f0c1a/PublicacionEstudio
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Dominicana, Washington D.C. http://www.iin.oea.org/resumen_ejecutivo_diagnostico_
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IV. Fuentes |
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Materia de Població n [IIN-FNUAP] (1982): Diagnóstico del registro civil latinoamericano,
Montevideo.
Instituto Interamericano del Niñ o (1967): Symposium sobre registro civil celebrado en Santo
Domingo, República Dominicana, en Abril de 1967, Montevideo.
Instituto Interamericano del Niñ o (1973): Resultados de una encuesta sobre registro civil en los
países latinoamericanos 1971, Montevideo
Martínez Gabourel, Jorge Fernando (2004): Situación laboral del personal del registro civil en
Latinoamérica(http://www.monografias.com/trabajos38/personal-registro-civil/personal-
registro-civil.html)
Mello Jorge, Maria Helena P. de (1983): “Sub-registro dos eventos vitais: estratégias para a
sua diminuiçã o”, Revista de Saúde Pública, vol. 17, pá gs. 148 a 151
Milanesi, Maria Lucila - Silva, Eunice Pinho de Castro (1968): “Sub-registro de
nascimento no distrito de São Paulo”, Revista de Saúde Pública, vol. 2, nº.1, págs. 23 a 28.
Modernizació n Integral del Registro Civil de México (2007), Registro Civil en México y
Latinoamérica, Secretaría de Gobernació n, México DF (DVD)
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Civil, Pronagob-CNE, La Paz, Bolivia.
Palac, Tad (2007): “La importancia de las estadísticas vitales para el análisis demográfico y
las políticas pú blicas”, en 10º Encuentro Interinstitucional de la Oficina Nacional de Estadística,
Santo Domingo (Rep. Dom.).
Peres Velasco, Antonio (2007): ¡Hazme visible! Diagnostico sobre el Registro de Niñas y Niños
en América Latina, Plan Internacional, Managua
Portillo, Mazerosky H. (2003): La organización y funcionamiento del Registro del Estado Civil
en Venezuela (http://www.monografias.com/trabajos15/registro-civil/registro-civil.html)
74 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
PUICA - OEA (2007): Un primer acercamiento a la identificación de criterios para los sistemas
de registro civil
Sajó n, Rafael (1964): Legislación sobre registro civil en los países latino americanos, IIN,
Montevideo
Sajó n, Rafael (1977): Estado actual de la legislación del registro civil en América Latina, OEA
– Instituto Interamericano del Niñ o, Montevideo.
V. ANEXOS: NORMaTIvIDaD
E
sta secció n se enfoca en la normatividad que regula a los sistemas de registro civil e
identificació n en cada uno de los países latinoamericanos. Se presenta la regulació n
en cada Estado, en orden alfabético, desde el derecho internacional, pasando por la
constitució n y terminando con las leyes y reglamentos. Dentro del derecho internacional,
cada país ha ratificado una serie de tratados que pueden tener alguna relevancia para el tema
del registro (como los mencionados en el capítulo sobre el derecho a la identidad). Sin
embargo, en este estudio se ha enfatizado en dos cuerpos jurídicos: la Convenció n sobre los
Derechos del Niñ o de 1989 y la Convenció n Americana sobre Derechos Humanos de 1969. La
primera es importante porque incluye el derecho a la identidad, así como el derecho al
registro, a la nacionalidad y al nombre para todos los menores de 18 añ os. La segunda, además de
proteger una serie de derechos relacionados, es fundamental en la regió n debido al Sistema
Interamericano de los Derechos Humanos que permite su interpretació n de acuerdo a casos
concretos.
La secció n sobre las constituciones refiere a todos los derechos que tienen importancia para
el sistema de registro e identificació n, así como otros aspectos de ciudadanía, determinació n
de nacionalidad y naturalizació n, y, si los hubiese, estructura orgánica del sistema de registro y
rango e interpretació n de los tratados internacionales.
En la secció n de leyes y reglamentos se han buscado las leyes más concretas sobre la
materia. Siendo que una serie de aspectos del sistema de registro civil vienen siendo normados,
en la mayoría de los países de la regió n, desde el fin de la época colonial (por ejemplo, por
medio de có digos civiles), y que ha sufrido una serie de transformaciones, existen una serie
de leyes regulan aspectos del mismo. Desde el có digo civil, pasando por có digos sobre el
niñ o y el adolescente, hasta leyes y reglamentos del sistema de registro, leyes generales para
regular a las municipalidades y leyes “puntuales” como aquellas referidas al nombre.
Asimismo, en cada norma mencionada se presenta los elementos más llamativos de cada
Estado en funció n a los criterios (ej. Gratuidad del registro de nacimiento, desjudiciliazació n,
multiculturalidad, etc.), así como otros factores que permiten distinguir la singularidad del
sistema en cada país; como provisiones no contempladas en la mayoría de leyes en otros
países. Cabe mencionar que no se han incluido ordenanzas municipales, sino aquella
normatividad que, en principio, regularía a las mismas y que mantienen una serie de
“lineamientos” comunes para todas las municipalidades. Lo mismo se ha hecho frente a países
federales para evitar complicar demasiado este intento de “panorama” jurídico con las leyes de
cada estado, presentando algunos ejemplos si hay diferencias importantes de notar. Cabe recalcar
que muchas leyes involucran aspectos financieros, logísticos, de comunicació n multisectorial y
de procedimientos, entre otros, que rigen el funcionamiento de los sistemas de registro.
76 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
Finalmente, cabe aclarar que este estudio no tiene intensió n valorativa respecto a la
normatividad de cada país. Se trata de una “fotografía” de las leyes sobre la materia de registro
civil en cada país, de forma resumida; informació n que se considera conveniente presentar
para la integralidad de este documento. La visió n general de cada sistema de registro permite
entender la complejidad de cada uno así como opciones de legislació n a tomar en cuenta
frente a temas concretos que pueden ser de utilidad ante la realidad de otros países.
V. Anexos – Argentina |
ARGENTINA
DERECHO INTERNaCIONaL
Argentina ratificó la Convenció n sobre los Derechos del Niñ o 191 así como la Convenció n Ame-
ricana sobre Derechos Humanos.
DERECHO CONSTITuCIONaL
LEYES Y REGLaMENTOS
De acuerdo al Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas, Decreto Ley 8204 del
27 de Septiembre de 1963194, las inscripciones sobre el estado civil y la capacidad de las perso-
nas se inscriben en los registros de las provincias y en los de la Nació n. En los lugares donde
no hubiese oficial de registro, se puede asignar a algú n funcionario del lugar. Estos registros se
hacen dobles, incluido el registro de incapacidad. Administrativamente, se pueden solicitar otro
191
Aprobado por el Estado argentino por medio de la ley 23.849 del 22 de noviembre de 1990.
192
Convenció n Nacional Constituyente, ciudad de Santa Fe, 22 de agosto de 1994.
193
La Constitució n menciona específicamente a los siguientes tratados: “La Declaració n Americana de los Derechos y Deberes
del Hombre; la Declaració n Universal de Derechos Humanos; la Convenció n Americana sobre Derechos Humanos; el
Pacto Internacional de Derechos Econó micos, Sociales y Culturales; el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
y su Protocolo Facultativo; la Convenció n sobre la Prevenció n y la Sanció n del Delito de Genocidio; la Convenció n
Internacional sobre la Eliminació n de todas las Formas de Discriminació n Racial; la Convenció n sobre la Eliminació n
de todas las Formas de Discriminació n contra la Mujer; la Convenció n contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles,
Inhumanos o Degradantes; la Convenció n sobre los Derechos del Niñ o.”
194
Con las reformas de las leyes 18248, 18327, 20751, 22159, 23515,23776 y 24540.
78 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
tipo de libros de registro. Un libro se mantiene en el lugar del registro y la copia “en un lugar
diferente”. Posteriormente, la ley indica que una copia se deberá remitir al fichero centralizado
del Registro Nacional.
En el libro de nacimientos se inscribe todos los que ocurran en el territorio, los ordenados
por juez competente y los que sucedan en buques o aeronaves de bandera argentina y se deberán
hacer dentro de cuarenta días. Hasta el término de seis añ os pasados los cuarenta días, la Direc-
ció n General podrá solicitar la inscripció n pero con causas justificadas y con intervenció n del
Ministerio Pú blico. Pasados los seis añ os, se requiere resolució n judicial.
30.- Están obligados a solicitar la inscripción del nacimiento:
3° Toda persona que hallare a un recién nacido o en cuya casa se hubiere expuesto, en
estos casos, las personas indicadas tendrán obligación de presentar las ropas y demás
objetos hallados.
cutivo, por intermedio del Ministerio del Interior.” Esta institució n está regulada por la Ley
17.671 del 18 de noviembre de 2005 y está encargada de la inscripció n e identificació n y la
actualizació n de los hechos y actos. Esta informació n deberá ser proveída al Gobierno Nacional
para establecer la “política demográfica”, para la “administració n del potencial humano” y para
el trabajo estadístico. El nú mero de inscripció n de las personas es uno e inmutable.
Asimismo, al Registro Nacional de las Personas le compete, por vía administrativa, resolver
los asuntos de doble identificació n, falsedad de la misma o toda otra forma de infracció n.
Cualquier autoridad u organizació n pú blica o privada que conozca de este tipo de hechos
debe dar a conocerlo al Registro Nacional. Este mismo decreto ley considera a la informació n
registral como de “interés nacional” (art. 22) por lo que se debe limitar su divulgació n,
considerando de cará cter reservado la que afecte intereses legítimos. Por lo mismo, toda
autoridad nacional, provincial o comunal debe cooperar con el Registro nacional. Esto incluye
a las autoridades judiciales para poder tener acceso a la fuerza pú blica en caso de
comparecencia de personas o para “diligencias propias de sus funciones.” Se establece una
pena privativa de libertad de uno a cuatro añ os al funcionario que ilegítimamente revele
informació n reservada o secreta “relacionadas con la identificació n de las personas.” La ley
establece una serie de multas y penas privativas de libertad para los funcionarios de
registro en los siguientes casos:
Artículo 32.- Será reprimido con una multa cuyo importe no será inferior al
equi- valente diez (10) tasas ni superior a cien (100) tasas o prisión de un (1)
mes a un
(1) año:
Régimen de Identificació n para los Recién Nacidos. Ley Nº 24.540. Cabe mencionar esta
ley que establece los sistemas de identificació n de los recién nacidos por parte del personal
médico de cualquier tipo de establecimiento de salud. Se aplica para todos los niñ os, nacidos
vivos o muertos, y que establece protocolos de identificació n física. La identificació n se hace
en ficha ú nica, numerada por el Registro Nacional de las Personas, en tres ejemplares con la
informació n de la madre y del niñ o (una para el Registro), se deja constancia si la madre no tiene
“documento que acredite su identidad”
V. Anexos – Argentina |
BOLIVIA
DERECHO INTERNaCIONaL
Bolivia ha ratificado la CDN (1990) y la Convenció n Americana sobre Derechos Humanos
(1979).
DERECHO CONSTITuCIONaL
La Constitució n Política de la Repú blica de Bolivia data de 1967, con reformas en los añ os
1994, 2002, 2004 y 2005195. Su art. 6.1 establece que “Todo ser humano tiene personalidad y
capacidad jurídica, con arreglo a las leyes. Goza de los derechos, libertades y garantías recono-
cidos por esta Constitució n, sin distinció n de raza, sexo, idioma, religió n, opinió n política o de
otra índole, origen, condició n econó mica o social, u otra cualquiera”.
La ú nica referencia RC – en este caso a la inscripció n consular del nacimiento - esta en el
art. 36, referido a la adquisició n de la nacionalidad: “Son bolivianos de origen: 1. Los nacidos
en el territorio de la Repú blica, con excepció n de los hijos de extranjeros que se encuentren
en Bolivia al servicio de su gobierno: 2. Los nacidos en el extranjero de padre o madre
bolivianos por el solo hecho de avecindarse en el territorio nacional o de inscribirse en los
consulados”.
El art. 220 se refiere al registro electoral (“Son electores todos los bolivianos mayores de
dieciocho añ os de edad, cualquiera sea su grado de instrucció n y ocupació n, sin más requisito
que su inscripció n obligatoria en el Registro Electoral”).
Indirectamente, el art. 23.1, relativo al habeas data, menciona los datos de los registros
pú blicos: “Toda persona que creyere estar indebida o ilegalmente impedida de conocer, objetar
u obtener la eliminació n o rectificació n de los datos registrados por cualquier medio físico,
electró nico, magnético, informá tico en archivos o bancos de datos pú blicos o privados que
afecten su derecho fundamental a la intimidad y privacidad personal y familiar, a su imagen,
honra y reputació n reconocidos en esta Constitució n, podrá interponer el recurso de “Habeas
Data” ante la Corte Superior del Distrito o ante cualquier Juez de Partido a elecció n suya”.
Finalmente, el marco organizativo del RC se menciona en la parte electoral. Segú n
el art. 225, “Los ó rganos electorales son: 1º. La Corte Nacional Electoral; 2º. Las Cortes
Departamentales; 3º. Los Juzgados Electorales; 4º. Los Jurados de las Mesas de Sufragios;
5º. Los Notarios Electorales y otros funcionarios que la Ley respectiva instituya” (el art. 226
garantiza la autonomía, independencia e imparcialidad de los ó rganos electorales)196.
195
Actualmente esta pendiente de ser refrendada la nueva Constitució n, aprobada por la Asamblea Constituyente en diciembre
de 2007.
196
La Constitució n no dispone que el RC sea competencia de los ó rganos electorales: ello se establece a nivel legislativo.
V. Anexos – Bolivia |
LEYES Y REGLaMENTOS197
El Registro del Estado Civil de las Personas se creó en 1898 (ley del RC de 26 de Noviembre),
pero buena parte de sus previsiones no entraron en vigor hasta 1940, cuando se crearon las
oficialías de estado civil: hasta entonces el RC lo gestionaba la Iglesia o los notarios. En 1940
se creó la Direcció n General del Estado Civil, dentro del Ministerio del Interior y de Justicia.
Entre 1942 y 1943 se reglamenta el servicio de RC, en normas que estuvieron vigentes hasta
1981. En este periodo los funcionarios del RC no tenían estabilidad, debido a la politizació n, y
el cargo de oficial de RC – retribuido por arancel – era comprado y vendido.
En 1992 se transfirió la gestió n del RC a la Corte Nacional Electoral. Ello supuso la principal
transformació n en el RC en el siglo 20. Ello fue seguido por la ley Nº 1884 de 12 de agosto
de 1998 sobre el Servicio Nacional de Registro Civil. El Có digo Electoral de 1999 volvió a
reajustar la organizació n del RC dentro de la CNE y de las cortes electorales departamentales.
Siguen vigentes las leyes de RC de 1898 (que ha ido reformándose a lo largo de los añ os), así
como las leyes de la década de 1990 (electoralizació n, ley electoral, servicio nacional de RC).
El servicio de Registro Civil es administrado por la Corte Nacional Electoral y las Cortes
Departamentales Electorales como ó rganos directivos, y por la Direcció n Nacional de
Registro Civil, las Direcciones Departamentales de Registro Civil y los Oficiales de Registro
Civil como ó rganos operativos.
198
Así se deduce del art. 23 del Decreto Supremo 24247 de 1996 (Reglamento de RC), que califica a los oficiales de RC de
funcionarios de fe publica.
199
En el medio rural se exige que los oficiales sean ciudadanos que gozan de la confianza de la comunidad en el área rural.
200
“a. Efectuar cobros no establecidos en el arancel,
b. Alterar los registros efectuados,
c. Incumplir a las instrucciones emitidas por los organismos operativos y directivos del Servicio.
d. Mal trato a la autoridad superior.
e. Incurrir en reiteradas contravenciones al ordenamiento jurídico administrativo.
f. Hacer uso irregular de formularios de certificados y otros valores fiscales así como del sistema informá tico.
g. Ejercer sus funciones en estado de ebriedad, o bajo influencia de sustancias controladas.
h. Cambiar la ubicació n de la Oficialía sin autorizació n expresa,
i. Reprobar dos veces evaluaciones de procesos de capacitació n.
j. Incumplir plazos y formalidades fijados por el ordenamiento jurídico vigente.
k. Extravío de libros y valores por su negligencia”.
V. Anexos – Bolivia |
los gastos de mantenimiento y funcionamiento de la oficina del RC (alquiler del local, material,
personal), y una vez descontados estos, perciben de la CNE el arancel correspondiente 201. La
responsabilidad de los oficiales alcanza a la ubicació n misma de la oficina (que sin embargo
ha de ser aprobada por la Corte Departamental). A fin de hacer frente a las responsabilidades
del cargo, el art. 25 del Decreto Supremo 24247 (Reglamento de la Ley de RC) establece que
para ejercer la funció n de oficial de RC se debe prestar fianza202.
Algunas de las principales medidas adoptadas en los ú ltimos añ os tienen que ver con la
desjudicializació n, con la gratuidad y con la apertura del RC a minorías indígenas. Todo ello en
el marco de una creciente concienciació n de la necesidad de mejorar el RC y luchar contra el
subregistro: el art. 5 del Decreto Supremo 28620 de marzo de 2006 declara de interés publico y
de prioridad nacional la inscripció n de todo ciudadano y ciudadana en los RC civil y electoral,
para obtener la cedula de identidad personal”.
En 1998 (Decreto Supremo 25230) se permitió el registro tardío de los menores de 7
añ os sin necesidad de proceso judicial. La medida era solo temporal, pero otros Decretos han
prorrogado el plazo para la inscripció n. Hasta que la ley 2616 del añ o 2003 transfirió de forma
permanente estas competencias del poder judicial al ámbito administrativo para evitar que las
inscripciones tardías requiriesen de proceso judicial.
Del mismo modo, el art. 21 de la ley 2616 de 2003 estableció que algunas rectificaciones del
RC (errores en nombres o apellidos, cambio o adició n de nombres y apellidos, y rectificació n de
sexo) se realizaran en vía administrativa en lugar de en vía judicial203. La regla es que los errores
que no afectan a la esencia y naturaleza de los actos vitales del RC pueden subsanarse por vía
administrativa.
La ley 2626 de 2003 estableció la gratuidad de la inscripció n en el RC y de la expedició n
de la primera certificació n.
En cuanto a las minorías étnico-culturales, el Decreto Supremo 27915 de 13 de
diciembre de 2004 supuso un importante avance porque facilito la inscripció n de mayores de
18 añ os provenientes de pueblos indígenas y originarios (se puso fin a la exigencia de proceso
judicial). Su art. 4 señ ala que
Para la inscripció n de las Partidas de Nacimiento deberá acreditarse la identidad
y la filiació n de la persona a registrar, mediante la presentació n de só lo uno de los
siguientes documentos:
201
“La retribució n econó mica al Oficial de Registro Civil estará sujeta al arancel fijo que la Corte Nacional Electoral apruebe
para toda la Repú blica” El costo del ambiente donde funcionará la Oficialía, así como de los servicios e insumos que
requiera ella, para su funcionamiento, será asumido por el o los Oficiales de Registro Civil, dependiendo si se trata de una
oficialía individual o una colectiva. (arts. 49 y 50 del Reglamento).
202
Igualmente, el art. 23 del Reglamento de oficialías de 1996 obliga al oficial a designar a dos “garantes personales” que
respondan de los libros y documentos en caso de que el oficial no cumpla su cometido. La Corte Electoral suscribe un
contrato con los dos garantes.
203
La medida deriva de un reglamento que la CNE aprobó en 1996
86 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
BRASIL
DERECHO INTERNaCIONaL
Brasil ratificó la Convenció n sobre los Derechos del Niñ o así como la Convenció n Americana
sobre Derechos Humanos.204
DERECHO CONSTITuCIONaL
La Constitució n Política de la Repú blica Federativa de Brasil, de 1988, establece la igualdad
de todos ante la ley, tanto de brasileñ os como de extranjeros residentes, en su artículo 5. Segú n el
artículo 12, se adquiere la nacionalidad por Jus Soli y Jus Sanguinis. Asimismo, la naturalizació n
consiste en la residencia por treinta añ os interrumpidos (un añ o para quien sea originario de un
país de habla portuguesa).
El Artículo 18 establece la Organizació n político- Administrativa del Brasil que
comprende “la Unió n, los Estados, le Distrito Federal y los Municipio, todos autó nomos, en los
términos de esta Constitució n.” La administració n pú blica de estas organizaciones obedecen
los principios de “legalidad, impersonalidad y moralidad”.
Respecto a la protecció n de los niñ os y adolescentes, el artículo 227 señ ala:
Es deber de la familia, de la sociedad y del Estado asegurar al niñ o y al adoles-
cente, con absoluta prioridad, el derecho a la vida a la salud, a la alimentació n,
al a educació n, al ocio, a la profesionalizació n, a la cultura, a la dignidad, al
respeto, a la libertad y a la convivencia familiar y comunitaria, ademá s de pro-
tegerlos de toda forma de negligencia, discriminació n, explotació n, violencia,
crueldad y opresió n.
El inciso 6 de ese artículo establece la igualdad de derechos los hijos “habidos o no
dentro de la relació n matrimonial o por adopció n”.
El artículo 231 reconoce constitucionalmente la organizació n social, las costumbres, las
lenguas y las creencias, así como las tierras, de los grupos indígenas.
El Artículo 236 indica que “los servicios notariales y de registro se ejercerán con carácter pri-
vado por delegació n del poder pú blico.” Asimismo, establece que la ley se encargará de regular las
responsabilidades penales y civiles de los mismos y su fiscalización de parte del poder judicial. Por
otro lado, este artículo exige el ingreso a la carrera notarial y la de registro por concurso pú blico
“de pruebas y títulos”.
204
Brasil ratificó la Convenció n el 07 de septiembre de 1992 y aceptó la competencia de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos el 12 de octubre de 1998.
88 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
LEYES Y REGLaMENTOS
Có digo Civil (ley 10.406 de 2002). De acuerdo al artículo 9, será n registrados (en registro pú -
blico):
De acuerdo al 1.543, una vez justificada la perdida del registro, es admisible cualquier otro
tipo de prueba.
Ley de los Servicios Notariales y de Registros (Ley 8.935 de 1994). De acuerdo a esta ley
encargada de regular el artículo 236 de la Constitució n, los notarios y los registradores tienen
como fin garantizar la “publicidad, autenticidad, seguridad e eficiencia de los actos jurídicos”.
Deben ser abogados, dotados de fe pú blica, y que deben atender las peculiaridades del lugar
donde trabajan para facilitar el acceso al pú blico y la seguridad de los archivos de libros y
documentos. “El servicio de registro civil de las personas naturales será prestado, también los
sá bados, domingos y feriados por el sistema de guardias”.
Art. 5º Los titulares de los servicios notariales y de registros son los:
I.- escribanos de notas;
II.- escribanos y oficiales de registro de contratos
marítimos; III.- escribanos de protesto de títulos;
IV.- oficiales de registro de inmuebles:
Segú n el artículo 12, los oficiales de registro civil de las personas naturales deben tener
en cuenta las normas las circunscripciones geográficas. El artículo 14 establece sus requisitos:
nacionalidad brasileñ a, habilitació n por concurso pú blico de pruebas y títulos, capacidad
civil, diploma de bachiller en Derecho, verificació n de conducta y el cumplimiento de sus
obligaciones electorales y militares.
Art. 15° Los concursos será n realizados por el Poder Judicial con la
participació n, en todas sus fases, de la Orden de los Abogados del Brasil, del
Ministerio Pú blico, de un notario y de un registrador.-
§ 1° El concurso será abierto con la publicació n de un llamado, constando los cri-
terios de desempate.
§ 2° Al concurso pú blico podrán concurrir candidatos que no sean bachilleres en
derecho que tengan completado, hasta la fecha de la primera publicació n del lla-
mado a concurso de pruebas y títulos, diez añ os en el servicio notarial o de regis-
tro.
El artículo 20 les da capacidad para contratar escribanos, sustitutos y auxiliares quienes
pueden tener una serie de facultades otorgadas por el registrador, salvo la gerencia administrativa
y financiera de los servicios. Asimismo (artículo 24) los oficiales de registro se encuentran bajo
la legislació n relativa a los crímenes contra la administració n, que incluye la responsabilidad civil
pese a la individualizació n de dichas responsabilidades. Finalmente, no pueden ejercer ningú n
tipo de representació n o labor paralela. Por otro lado, tienen la capacidad de formar sindicatos,
gozan de independencia en sus atribuciones, deben dar prioridad a la informació n solicitada por
autoridades judiciales o administrativas, deben, asimismo, guardar secreto de la documentació n
y de los “asuntos de naturaleza reservada que conozcan en el ejercicio de su profesió n”. Deben
también “facilitar, por todos los medios, el acceso a la documentació n existente a las personas
legalmente habilitadas”.
Art. 31. Son infracciones disciplinarias que sujetan a los notarios y a los oficiales de
registro a las penalidades previstas en esta ley:
I - el incumplimiento de las prescripciones legales o normativas;
El ó rgano encargado de fiscalizar a los registradores es el Poder Judicial por medio del
tribunal competente geográ ficamente a nivel provincial y distrital.
Art. 38° El tribunal competente cuidará para que los servicios notariales y de re-
gistro sean prestados con rapidez, calidad satisfactoria y de modo eficiente, pu-
90 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
Có digo del Niñ o y del Adolescente. Ley 8.069 de 1990. (Estatuto da Criança e do
Adolescente e dá outras providências.). El artículo 47 establece el vínculo de adopció n por
sentencia judicial que será registrado, así como el mandato judicial puede cancelar el registro
original de adopció n. En dicho registro, no se podrá escribir ninguna observació n que
indique el origen del adoptado.
COLOMBIA
DERECHO INTERNaCIONaL
Colombia ratificó tanto la Convenció n sobre los Derechos del Niñ o205 así como la Convenció n
Americana sobre Derechos Humanos.
DERECHO CONSTITuCIONaL
La Constitució n Política de la Repú blica de Colombia es de 1991206. Su artículo 13 indica la
igualdad ante la ley y la no discriminació n “por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar,
lengua, religió n, opinió n política o filosó fica.” Asimismo, que el Estado se encargará de tomar
acciones en favor de grupos discriminados o marginados. El artículo 14 establece el derecho
a la personalidad jurídica. En funció n al artículo 15, todos tienen “derecho a conocer, actualizar y
rectificar las informaciones que se hayan recogido sobre ellas en los bancos de datos y en archi-
vos de entidades pú blicas y privadas.” “En la recolecció n, tratamiento y circulació n de datos se
respetará n la libertad y demá s garantías consagradas en la Constitució n.”
Articulo 29. El debido proceso se aplicará a toda clase de actuaciones judiciales y
administrativas.
Articulo 44. Son derechos fundamentales de los niñ os: la vida, la integridad física,
la salud y la seguridad social, la alimentació n equilibrada, su nombre y nacionali-
dad, tener una familia y no ser separados de ella, el cuidado y amor, la educació n y
la cultura, la recreació n y la libre expresió n de su opinió n.
Los derechos de los niñ os prevalecen sobre los derechos de los demá s.
205
Ratificado el 28 de enero de 1991 (con reserva). El 31 de julio de 1973 Colombia ratificó la Convenció n Americana sobre
Derechos Humanos.
206
Con reformas de 1993, 1995, 1996, 1997, 1999, 2000, 2001, 2002, 2003, 2004 y 2005.
92 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
LEYES Y REGLaMENTOS
El Estado civil es, de acuerdo al artículo 1 del Decreto Legislativo 1260 de 1970, la situació n
jurídica que la persona tiene en la sociedad, en orden a sus relaciones de familia en cuanto le im-
pone ciertas obligaciones y le confiere determinados derechos civiles. Este es uno e indivisible,
indisponible (fuera del comercio), imprescriptible: Un estado civil no puede adquirirse por el
uso o perderse por el desuso que se haga de él, Su asignació n corresponde a la ley: los hechos y
actos jurídicos que lo originan y modifican son asignados y regulados por la ley y es tutelado por
la ley: La Ley le otorga medios a la persona para garantizar su Estado Civil. (Esta protecció n,
como medio de defensa que es la acció n, es conocida como Tutela Estatal.)
Esos medios legales son las llamadas acciones de estado, que segú n clasificació n
reiterada de la Corte, con base en diferentes normas legales, son las de impugna-
ció n, reclamació n, rectificació n y no perturbació n. El Registro Civil demuestra la
V. Anexos – Colombia |
situació n jurídica que tiene la persona dentro de la sociedad en orden a sus relacio-
nes de familia, de la cual se derivan derechos y obligaciones.207
De acuerdo a los artículos 3º y 4º del D.L. 1260/70, el nombre es un derecho absoluto de
la persona, por lo tanto: “Toda persona tiene derecho a su individualidad y por consiguiente al
nombre que por ley le corresponde” el cual es inalienable e indisponible, Cumple una funció n
identificadora, Es irrenunciable, Es tutelado por la ley y Goza de la protecció n legal
Por la adopció n, el adoptivo deja de pertenecer a su familia, se extingue todo pa-
rentesco de consanguinidad y la ley establece parentesco civil entre el adoptivo, el
adoptante y los parientes consanguíneos de éste. El Decreto - Ley 2737 de 1989,
por el cual se expidió el Có digo del Menor, dispone que el adoptivo llevará como
apellidos los del adoptante.
Hijo de padres desconocidos: Es la persona mayor de un mes de quien se ignora
quienes son sus padres. Se asignan los apellidos con los cuales ha sido conocido,
en caso contrario se le asignan los más corrientes de la regió n y como fecha de
nacimiento el 1º del mes y añ o que corresponda a la edad asignada en el
dictamen médico legal, teniendo como referencia la fecha de expedició n de este.
Son competentes para solicitar la inscripció n:
207
Cartilla de Registro Civil, UNICEF, Registraduría Nacional del Estado Civil de Colombia.
208
Cartilla de Registro Civil, UNICEF, Registraduría Nacional del Estado Civil de Colombia.
94 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
• Notarías.
• Consulados.
• Alcaldes en los Municipios recién creados.
209
Cartilla de Registro Civil, UNICEF, Registraduría Nacional del Estado Civil de Colombia.
V. Anexos – Colombia |
Después del mes de nacida la persona, se requiere uno de los siguientes documen-
tos: (Artículo 50 Decreto ley 1260/70 modif. Artículo 1º. Decreto 999/88, a su vez
reglamentado por el Decreto 2188 del 16 de octubre de 2001).
• Certificado de nacido vivo expedido por el médico, enfermera o partera.
• Documentos auténticos.
Para acreditar el matrimonio se debe presentar la partida eclesiá stica o acta religiosa
correspondiente, sea de la Iglesia Cató lica o no. Asimismo, la certificació n de la competencia de
quien ofició el matrimonio por lo que dicha institució n debe tener personería jurídica y tener
un “tratado de derecho pú blico interno con el Estado colombiano. En caso de matrimonio civil,
frente a notario o juez, se acredita con la escritura correspondiente. (Artículo 68 D.L.
1260/70 adicionado art. 2º ley 25/92).
Reconstrucció n de folios: Cuando los folios o seriales se han destruido, extraviado o
desfigurado, se puede reconstruir con base en el duplicado que reposa en la Direcció n Nacional
de Registro Civil y a falta de éste con una copia auténtica o reproducció n del mismo que tenga
el interesado.
(Art. 99 Decreto 1260 de 1970). Esto se hace por solicitud del interesado o del funcionario
del registro civil respectivo.210
Mediante escritura pú blica se puede, por una vez, cambiar, de parte del propio inscrito
que es mayor de edad, cambiar o modificar su nombre (Artículo 94 Decreto 1260 de 1970,
modificado por el Art. 6º del Decreto 999 de 1988). El cambio de nombre se puede hacer por
decisió n judicial cuando exista un cambio de estado civil como el cambio de sexo.
El decreto 158 de 1994 permite la inscripció n por correo para lo cual hay un formulario
específico. Una vez que la documentació n de nacimiento haya sido acreditada ante un registrador,
notario o có nsul, el interesado lo envía al registro de estado civil del lugar de nacimiento. La
inscripció n de nacimiento, matrimonio y defunció n es gratuita (Artículo 111 decreto ley 1260
de 1970). “Las copias y certificaciones de Registro Civil actualmente tienen un costo de $ 2.400
o 2.50 dó lares (Resolució n No. 083 del 2 de mayo de 2002). No se cobran las copias de Registro
Civil que se expidan para el trámite de cédula de ciudadanía (Artículo 63 decreto 2241 de 1986
– Có digo Electoral) y las que se expidan a la població n desplazada por la violencia. (Decreto
290 de 1999).”
210
La reconstrucció n requiere solicitud del interesado o del funcionario de Registro Civil respectivo. La reconstrucció n se
hace mediante resolució n emitida por la Direcció n Nacional de Registro Civil, previa certificació n del funcionario de
Registro que el original se ha extraviado, destruido o desfigurado. Para las reconstrucciones de los registros efectuados en
tomo y folio, necesariamente el interesado debe aportar una copia o fotocopia del registro original, ya que para esa época
no existía archivo centralizado.
Si no es posible ordenar la reconstrucció n con los documentos indicados anteriormente, el interesado deberá registrarse
nuevamente con los mismos requisitos prescritos para el registro inicial (Art. 100 Decreto 1260 de 1970). Cuando la
reconstrucció n se ordena mediante resolució n, con fundamento en una copia o fotocopia del registro aportado por los
interesados, la misma ordena la apertura de nuevo serial, teniendo como antecedente el documento aportado. Si la
reconstrucció n es ordenada con fundamento en el duplicado existente en la Direcció n Nacional de Registro Civil, no se
requiere apertura de nuevo serial, éste deberá ser insertado en el lugar que ocupaba el original. En ambos casos se deben
escribir las notas de reconstrucció n en las casillas destinadas para ellas.
|
COSTA RICA
DERECHO INTERNACIONAL
Costa Rica ratificó la CDN en 1990 y la Convenció n Americana sobre Derechos Humanos en
1970.
DERECHO CONSTITUCIONAL
La Constitució n (de 1949, con varias reformas hasta 2003) no menciona el DI. Pero otorga una
posició n muy relevante al RC. El art. 104 encomienda el RC al poder judicial electoral (Tribu-
nal Supremo de Elecciones: TSE):
Bajo la dependencia exclusiva del Tribunal Supremo de Elecciones está el Registro
Civil, cuyas funciones son: 1) Llevar el Registro Central del Estado Civil y formar
las listas de electores; 2) Resolver las solicitudes para adquirir y recuperar la calidad
de costarricense, así como los casos de pérdida de nacionalidad; ejecutar las senten-
cias judiciales que suspendan la ciudadanía y resolver las gestiones para recobrarla.
Las resoluciones que dicte el Registro Civil de conformidad con las atribuciones
a que se refiere este inciso, son apelables ante el Tribunal Supremo de Elecciones;
3) Expedir las cédulas de identidad; 4) Las demás atribuciones que le señ alen esta
Constitució n y las leyes211.
El RC es usado en este artículo 104 no en sentido funcional o material sino en sentido
orgá nico (el RC parece ser un ó rgano que se encarga de todas las funciones mencionadas).
Del mismo modo, el RC – esta vez en el sentido tradicional de registro - aparece mencio-
nado al hablar de la nacionalidad: “Art. 13. Son costarricenses por nacimiento: … 2) El hijo de
padre o madre costarricense por nacimiento, que nazca en el extranjero, y se inscriba como tal en
el Registro Civil, por la voluntad del progenitor costarricense, mientras sea menor de edad, o por
la propia hasta cumplir veinticinco añ os”; al regularse el sufragio: “Art. 93: El sufragio es funció n
cívica primordial y obligatoria y se ejerce ante las Juntas Electorales en votació n directa y secreta,
por los ciudadanos inscritos en el Registro Civil” (redacción dada por ley nº 2345 del 20 de mayo de
1959). Art. 95: “La ley regulará el ejercicio del sufragio de acuerdo con los siguientes principios: 1)
Autonomía de la funció n electoral; 2) Obligació n del Estado de inscribir, de oficio, a los ciudada-
nos en el Registro Civil y de proveerles de cédula de identidad para ejercer el sufragio”.
211
Art. 102: “El Tribunal Supremo de Elecciones tiene las siguientes funciones: 1) Convocar a elecciones populares; 2)
Nombrar los miembros de las Juntas Electorales, de acuerdo con la ley; 3) Interpretar en forma exclusiva y obligatoria las
disposiciones constitucionales y legales referentes a la materia electoral; 4) Conocer en alzada de las resoluciones apelables
que dicten el Registro Civil y las Juntas Electorales”.
98 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
LEYES Y REGLaMENTOS212
El art. 23 del Có digo de la niñ ez y adolescencia (ley nº 7739 del añ o 1998) reconoce el DI:
“Derecho a la identidad: Las personas menores de edad tendrán derecho a un nombre, una
nacionalidad y un documento de identidad costeado por el Estado y expedido por el Registro
Civil. El Patronato Nacional de la Infancia les prestará la asistencia y protecció n adecuadas,
cuando hayan sido privados ilegalmente de algú n atributo de su identidad”.
La primera regulació n del RC fue la ley nº 51 de RC, de 1881, que atribuía la competencia
en materia de RC a los alcaldes y có nsules en el extranjero. El CC (1885-86) regulaba en detalle
el RC, hasta que sus disposiciones fueron derogadas por la ley 1535 Orgá nica del Registro
Electoral de 10 de diciembre de 1952, ley a su vez hoy derogada por la ley nº 3504 orgá nica
del tribunal supremo de elecciones y del registro civil, de 1965 - en adelante LOTSEyRC. En
el CC sigue habiendo reglas sobre la imposició n de nombres (art. 49) y el cambio de nombres
(arts. 54 a 58). En 1887 se dictó la ley orgá nica y reglamentaria del RC.
En 1949 la Constitució n – aun vigente – transfirió el RC al TSE – antes llamado Tribunal
Nacional Electoral, desde la ley de elecciones de 1946. La vigente regulació n del RC se encuentra
en la LOTSEyRC del añ o 1965, reformada en 2003.
El TSE se encarga de las tres funciones: electoral, RC e identificació n.
A. el RC
En cuanto al RC, el art 2 de LOTSEyRC encomienda al TSE la resolució n de cuantos
recursos se interpongan en materia de RC: “Pronunciamiento definitivo sobre las resoluciones
del Registro Civil. Le corresponde al Tribunal pronunciarse definitivamente acerca de las
resoluciones del Registro Civil elevadas a su conocimiento en virtud de apelació n o de consulta”,
así como el nombramiento del Director General del Registro Civil (art. 7 f LOTSEyRC).
Existe una funció n y ó rgano de inspecció n: art. 16 LOTSEyRC:
Atribuciones del Inspector. El Inspector Electoral es de nombramiento del Tribu-
nal; deberá ser costarricense y abogado de los Tribunales de la Repú blica. Tendrá
las siguientes atribuciones:
212
Las principales leyes en materia de RC y DI son:
Ley nº 3504 del añ o 1965 orgá nica del tribunal supremo de elecciones y del registro civil (reformada en 2003) -
LOTSEyRC
Có digo de la niñ ez y la adolescencia (ley nº 7739 del añ o 1998)
Ley de paternidad responsable (ley nº 8101 del añ o 2001), que desarrolla y complementa el art. 53 de la Constitució n
(“Toda persona tiene derecho a saber quienes son sus padres, conforme a la ley”). La ley reforma varios textos (el
Có digo de Familia, la LOTSEyRC)
Có digo de Familia (ley nº 5476 de 1974) regula las relaciones familiares, tutela, adopció n, divorcio, uniones de hecho. Los
arts. 24 a 32 contienen la regulació n de la inscripció n del matrimonio.
Informació n en http://www.tse.go.cr
V. Anexos – Costa Rica |
Registro, cuando a su juicio haya infringido alguna disposició n legal; el Tribunal resolverá lo
pertinente vista la informació n respectiva”.
A nivel organizativo, el RC se divide en dos secciones: la civil y la electoral. Art. 37
LOTSEyRC: Asiento y Departamentos del Registro, Director General, Oficiales Mayores y
secretario: “El Registro Civil tendrá su asiento en la Capital de la Repú blica y dependerá en
forma exclusiva del Tribunal Supremo de Elecciones; se compone de dos Departamentos: uno
Civil y el otro Electoral, bajo la autoridad de un Director General.
Cada Departamento tendrá un Oficial Mayor encargado de extender certificaciones de
ejecutar las ó rdenes de la Direcció n, sobre disciplina y distribució n de trabajo, ademá s de las
facultades que expresamente les confieran las leyes y reglamentos. La Direcció n contará con un
Secretario General, con facultades para expedir certificaciones, y a quien corresponderá, además
de las funciones propias de su cargo, vigilar por el debido cumplimiento de las disposiciones que
emanen del Tribunal o de la Direcció n”.
Son objeto de inscripció n, conforme al art. 43 de LOTSEyRC “los nacimientos, los
matrimonios y las defunciones”. Además se anotarán al margen del respectivo asiento, las
legitimaciones, los reconocimientos, las adopciones, las emancipaciones, las investigaciones
o, impugnaciones de paternidad, los divorcios, las separaciones judiciales, las nulidades de
matrimonio, opciones y cancelaciones de nacionalidad, las ausencias y presunciones de muerte,
las interdicciones judiciales, los actos relativos a la adquisició n o modificació n de la nacionalidad
y la defunció n de la persona en el asiento de su nacimiento o de su naturalizació n”.
El art. 49 de LOTSEyRC regula la obligació n de declarar los nacimientos: “Tanto el padre
como la madre del recién nacido están en la obligación de declarar el nacimiento de su hijo, ya
sea personalmente o por medio de autorización escrita. Corresponde también esa obligación:
a) a la persona a cuyo cargo está el niñ o;
El plazo para inscribir a los nacidos es de un mes: art. 50 LOTSEyRC: “Dentro del término
de un mes de nacida una persona, debe presentarse la declaració n ante cualquier registrador del
Registro Civil. La declaració n de nacimiento se realizará mediante la certificació n expedida
por el médico, la obstétrica o la enfermera que atendió el parto. A falta de esos documentos, se
aceptará la manifestació n escrita de las personas a quienes corresponda declarar el nacimiento,
conforme al artículo anterior. En todos los casos, a la declaració n de nacimiento se le adjuntarán
las huellas de las plantas de los pies de la persona recién nacida, con los nombres del padre y la
madre […]”.
V. Anexos – Costa Rica |
Las inscripciones tardías no requieren trámite judicial especial pero sí consulta del TSE215.
B. Elecciones
La materia electoral corresponde igualmente al TSE, por medio del Departamento
Electoral, encargado de las siguientes funciones (art. 73 LOTSEyRC): “a) Expedir las cédulas
de identidad; b) Empadronar a todos los electores; c) Formar la lista general de electores o
Padró n Nacional Electoral; d) Confeccionar el padró n-registro y el padró n fotográ fico para
cada junta Receptora de Votos; e) Dar cumplimiento a las sentencias judiciales […]. De ellas, la
principal es la lista general de electores (regulada en el art. 98 LOTSEyRC).
C. Identificación
La cédula de identidad arranca de la ley de elecciones de 1925, y su finalidad era la
identificació n electoral (en 1931 se añ adió una cierta finalidad tributaria). En 1946 se encomendó
competencia sobre la cédula al Registro Electoral, y desde la Constitució n (1949), es competencia
del TSE. Ha sido desde entonces regulada por la LOTSEyRC. Es asimismo competencia
del Departamento Electoral. La ley señ ala qué trámites o en qué casos es obligatoria la
presentació n de la cédula de identidad: art. 95 LOTSEyRC:
La presentació n de la cédula de identidad es indispensable para:
a) Emitir el voto;
b) Todo acto o contrato notarial;
215
Art. 50 LOTSEyRC: “La inscripció n del nacimiento de personas mayores de diez añ os se practicará solo por resolució n que
así lo disponga, dictada por el Registro Civil, previa comprobació n del nacimiento, conforme se establece en el Reglamento
del Registro Civil. Esta resolució n será consultada ante el Tribunal Supremo de Elecciones”.
216
Artículo 65 LOTSEyRC: “Forma de hacer modificaciones en el Departamento del Estado Civil: Las enmiendas o
modificaciones en las inscripciones del Departamento del Estado Civil, se harán en virtud de sentencia dictada por el
Tribunal Supremo de Elecciones en vía de recurso o por sentencia dictada por los Tribunales Civiles en juicio ordinario.
No obstante el Registrador General rectificará mediante resolució n los errores puramente materiales o de copia en los
asientos, cuando en el despacho exista el documento original que demuestre el error pero la rectificació n podrá ser revocada
a su vez, si parte interesada demuestra al Registrador motivo justo. Igualmente el Registrador General rectificará , a petició n
de parte interesada, los asuntos referentes a ésta, a sus causantes o a quienes represente legalmente, siempre que se trate
de simples errores ortográ ficos, o de errores en los nombres, apellidos o sexo, si de las alegaciones que se le hicieren o
documentos que se le presentaren fuere evidente que se trata de una simple equivocació n. La rectificació n deberá ordenarse
por resolució n que se publicará en el Diario Oficial; podrá revocarse en cualquier momento, si parte interesada se opusiere
a ella, y en ningú n caso perjudicará a tercero, cualquiera que sea el tiempo transcurrido. La rectificació n se hará constar
al margen del asiento respectivo, con indicació n de la resolució n que la ordenó ”. El art. 66 LOTSEyRC establece el
trámite para la rectificació n de errores materiales (prevé la publicació n de la rectificació n, para conocimiento de los posibles
interesados).
102 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
i) Formalizar el Seguro Social, sin que esta disposició n pueda amparar al patrono
de la consecuencia; que la ley y Reglamento de la Caja Costarricense de
Segu- ro Social le imponen;
j) Recibir giros del Estado municipalidades e instituciones autó nomas o semiau-
tó nomas;
k) Matricular los padres o encargados a sus hijos o pupilos en escuelas y colegios
pú blicos o privados;
1) Obtener o renovar la licencia de conductor de vehículos; y
m) Cualquier otra diligencia u operació n en que sea del caso justificar la identidad
personal.
k) En las actuaciones de las personas jurídicas, presentará la cédula del respectivo
personero.
En las escrituras pú blicas, en los contratos privados, en los expedientes administra-
tivos y judiciales, pagarés y certificados de prenda, deberá consignarse el nú mero de
la cédula de las partes.
En los Tribunales de Justicia, los litigantes gozarán de dos meses para presentar
su cédula y vencido ese término sin que hayan observado este requisito, o logrado
una pró rroga del plazo, no se les atenderán sus posteriores gestiones. No producirá
nulidad de actuaciones la sola circunstancia de falta de presentació n oportuna
de la cédula. Los Tribunales de justicia, en casos muy calificados, y tomando en
cuen- ta los motivos de impedimento aducidos por el litigante, quedan facultados
para prorrogar el plazo de dos meses arriba indicado, con el fin de evitar
denegatoria de justicia a quien esté imposibilitado, para exhibir su cédula.
Existe una tarjeta de identidad de menores (TIM) para niñ os de entre 12 y 18 añ os,
igualmente obligatoria (fue creada por ley nº 7688 de 1997, aplicándose desde 2002).
V. Anexos – Costa Rica |
4. PaTERNIDaD Y RC
Con el fin de evitar las filiaciones no reconocidas por los padres, en 2001 se promulgó la ley
de paternidad responsable (ley nº 8101), que desarrolla y complementa el art. 53 de la
Consti- tució n (“Toda persona tiene derecho a saber quienes son sus padres, conforme a la
ley”). Esta ley reformó el art. 54 de LOTSEyRC, en el sentido de no inscribir a los nacidos sin
exigir una mínima investigació n de la paternidad (o por lo menos notificar al presunto o
posible padre la existencia del hijo):
Artículo 54.- Inscripció n de hijas e hijos habidos fuera del matrimonio. En la
inscripció n de nacimiento de hijos e hijas habidos fuera del matrimonio, se consig-
narán la paternidad y la maternidad, si la declaració n es hecha por las dos personas
que se atribuyen la calidad de progenitores y ambos la firman.
El Registrador deberá hacer el apercibimiento a la madre de las disposiciones le-
gales y administrativas establecidas respecto de la declaració n e inscripció n de la
paternidad; asimismo, de las responsabilidades civiles en que pueda incurrir por se-
ñ alar como tal a quien, después de haberse sometido a las pruebas técnicas respec-
tivas, no resulte ser el padre bioló gico; además, de las características de la certeza
de la prueba de ADN y de la obligatoriedad de practicarse la prueba. Informada la
madre y en ausencia de declaració n del padre, ella podrá firmar el acta e indicar el
nombre del presunto padre.
En ese acto, la criatura quedará inscrita bajo los apellidos de su madre. Al presunto
padre se le citará mediante notificació n, para que se manifieste al respecto dentro
de los diez días hábiles a partir de la notificació n, y se le prevendrá de que la no
manifestació n de oposició n al señ alamiento de paternidad dará lugar al
reconoci- miento administrativo de la filiació n. En caso de que al apersonarse no
acepte la paternidad del menor, se dará solo una cita gratuita a la madre, a la
criatura y al padre señ alado, para que acudan a realizarse un estudio comparativo
de marcadores genéticos, ante los laboratorios de la Caja Costarricense de Seguro
Social acredi- tados por el Ente Nacional de Acreditació n de Laboratorios
(ENAL); mediante este estudio quedará definido si la afiliació n señ alada es
cierta. La Caja Costarri- cense de Seguro Social tendrá la obligació n de garantizar
la cadena de custodia de la prueba, así como de comunicar al Registro Civil los
resultados de la prueba. Si el presunto padre no se apersona o si se niega a llevar
a cabo la prueba genética, procederá aplicar la presunció n de paternidad y dará
lugar para que así se declare, administrativamente, y se inscriba con los apellidos de
ambos progenitores, siem- pre y cuando la madre y el niñ o o la niñ a se hayan
presentado a realizarse la prueba. Dicha declaració n administrativa otorgará las
obligaciones legales propias de la paternidad.
Inscrita la declaració n administrativa de la paternidad, el progenitor o sus suceso-
res podrán tramitar, en la vía judicial, un proceso de impugnació n de la paternidad
104 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
CHILE
DERECHO INTERNaCIONaL
Chile ratificó la Convenció n sobre los Derechos del Niñ o así como la Convenció n Americana
sobre Derechos Humanos.217
DERECHO CONSTITuCIONaL
El artículo primero de la Constitució n Política de la Repú blica de Chile 218 reconoce la igual-
dad “en dignidad y derechos”. El artículo 10 establece la nacionalidad chilena por Jus Soli y Jus
Sanguinis y naturalizació n con previa renuncia de la nacionalidad anterior. (“No se exigirá esta
renuncia a los nacidos en país extranjero que, en virtud de un tratado internacional, conceda
este mismo beneficio a los chilenos.) Quien sea privado de su nacionalidad, o se le desconozca,
podrá recurrir a la Corte Suprema (Artículo 12). La ciudadanía se adquiere a los 18 añ os de
edad (Artículo 13).
El Artículo 99 de esta Carta Magna establece la divisió n del Estado en regiones “y éstas
en provincias” y las provincias en comunas.
LEYES Y REGLaMENTOS
Ley 4.808 Sobre Registro Civil de 1930. El registro civil está encargado de las inscripciones
de nacimientos, matrimonios, defunciones “y demás actos y contratos relativos al estado civil de
las personas”. Asimismo, existen tres libros (nacimientos, matrimonios y defunciones) de los
cuales se llevará n por duplicado.
Art. 3.º En el libro de los nacimientos se inscribirán:
1. º Los nacimientos que ocurran en el territorio de cada comuna;
2. º Los nacimientos que ocurran en viaje dentro del territorio de la Repú blica o en el
mar, en la comuna en que termine el viaje o en la del primer puerto de arribada;
3. º Los nacimientos de hijos de chilenos ocurridos en el extranjero, estando el
padre o madre al servicio de la Repú blica. Estos nacimientos deberán inscribirse
217
Chile ratificó la Convenció n Americana de Derechos Humanos el diez de agosto de 1990 y aceptó la competencia
contenciosa de la Corte el día veintiuno del mismo mes.
218
Decreto Supremo Nº 1.150, de 1980. Incluye las reformas introducidas por las leyes 18.825, 19.055, 19.097, 19.295,
19.448, 19.519, 19.526 , 19.541, 19.597, 19.611, 19.634, 19.643, 19.671, 19.672 y 19.742, 19.634 y 19.786.
106 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
Las defunciones de los hijos de chilenos ocurridas en el extranjero, podrán, asimismo, ser
inscritas en la forma dispuesta precedentemente.
4. º Las defunciones de los militares en campañ a, en la comuna correspondiente al
ú ltimo domicilio del fallecido, y
5. º Las sentencias ejecutoriadas que declaren la muerte presunta, en la comuna
correspondiente al tribunal que hizo la declaració n.
En la inscripció n de nacimiento, al margen, se escribirá el reconocimiento de filiació n o el
“repudio” del mismo, la demanda de desconocimiento de paternidad, las sentencias que deter-
minan la filiació n, los acuerdos de patria potestad, y todas las sentencias que sean referidas a la
filiació n así como cualquier sentencia relativa a la rectificació n de partida.
Las inscripciones siguen un orden numérico y sin abreviaturas, las fechas y cantidades se es-
cribirán en letras. Una vez cerrado el libro, un ejemplar se remitirá al “Conservador del Registro
V. Anexos – Chile |
Civil, para su archivo”, quien puede hacer observaciones las cuales se darán a conocer al oficial
del registro civil y juez de letras correspondiente para atender las responsabilidades, civiles o
penales, correspondientes.
Art. 12. Toda inscripció n deberá expresar:
3. º La circunstancia de que los comparecientes sean conocidos del Oficial del Re-
gistro Civil o la manera como se haya acreditado la identidad personal;
4. º La naturaleza de la inscripció n;
219
“Se entenderán por omisiones o errores manifiestos todos aquellos que se desprendan de la sola lectura de la respectiva
inscripció n o de los antecedentes que le dieron origen o que la complementan.”
108 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
Para los efectos señ alados en este artículo, los Tribunales de Justicia, Notarías y
Archivos Pú blicos, las reparticiones fiscales, semifiscales o municipales, y cualquier
persona jurídica o natural, estarán obligados a facilitar al Director General del Re-
gistro Civil Nacional, cuando lo requiera este funcionario, los certificados, libretas
o comprobantes de inscripciones del Registro Civil que obren en su poder.
Esta ley permite la acció n pú blica para denunciar el delito de destrucció n de informació n
registral.
El nacimiento se inscribe en el término de sesenta días a pedido de los padres, el pariente
más pró ximo mayor de 18 añ os, el médico o partera que asistió el parto, la persona que haya
recogido al recién nacido.
Art. 31. Las partidas de nacimiento deberán contener, además de las indicaciones
comunes a toda inscripció n, las siguientes:
1.º Hora, día, mes, añ o y lugar en que ocurrió el nacimiento;
2.º El sexo del recién nacido;
3. º El nombre y apellido del nacido, que indique la persona que requiere la inscrip-
ció n; y
4. º Los nombres, apellidos, nacionalidad, profesió n u oficio y domicilio de los
padres, o los del padre o madre que le reconozca o haya reconocido. Se dejará cons-
tancia de los nombres y apellidos de la madre, aunque no haya reconocimiento,
cuando la declaració n del requirente coincida con el comprobante del médico
que haya asistido al parto, en lo concerniente a las identidades del nacido y de la
mujer que lo dio a luz.
La ley indica que “no podrá imponerse al nacido un nombre extravagante, ridículo,
impro- pio de personas, equívoco respecto del sexo o contrario al buen lenguaje.”
La inscripció n de defunció n se hará por solicitud verbal o escrita presentada por los parien-
tes del difunto, los habitantes donde ocurrió la muerte, los vecinos, el jefe del local (hospital,
convento, cá rcel, etc.), la policía. En los dos ú ltimos casos la solicitud de inscripció n es obliga-
toria.
Si se trata del fallecimiento de un pá rvulo, el Oficial del Registro Civil indagará si
el nacimiento ha sido inscrito previamente, y si no lo estuviere, procederá a efec-
tuar, también, esta inscripció n.
Los Oficiales del Registro Civil visitará n su respectiva comuna o secció n, para celebrar
matrimonios de aquellos que tengan hijos comunes y mantengan una vida marital. Asimismo,
hará las inscripciones de nacimiento y hará denuncia de aquellos que no se hayan inscrito en
tiempo oportuno.
V. Anexos – Chile |
Ley Orgá nica del Servicio de Registro Civil e Identificació n. Ley 19477 de 1996220 La ley
orgánica define al registro civil como un servicio pú blico y descentralizado “sometido a la super-
vigilancia del Presidente de la Repú blica a través del Ministerio de Justicia”. Su financiamiento
proviene tanto de sus propios ingresos como del presupuesto nacional. Además de los registros
de nacimiento, matrimonio, defunció n y pasaportes tiene a cargo otros registros como:
- General de Condenas;
- De Vehículos Motorizados;
- De Profesionales;
- De Discapacidad;
- De Violencia Intrafamiliar;
220
Perteneciente al Ministerio de Justicia.
221
Conocido como el “Có digo Civil de André s Bello”.
110 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
respecto a la patria potestad de los hijos. También puede negarse a la inscripció n de un ma-
trimonio de una mujer embarazada proveniente de un matrimonio nulo dentro de un tiempo.
Pero se podrá n rebajar de este plazo todos los días que hayan precedido inmediatamente a
dicha disolució n o declaració n, y en los cuales haya sido absolutamente imposible el acceso del
marido a la mujer.
|
ECUADOR
DERECHO INTERNaCIONaL
Ecuador ha ratificado la CDN (1990) y la Convenció n Americana sobre Derechos Humanos
(1977).
DERECHO CONSTITUCIONAL
La Constitució n de 1998 reconoce en su art. 49 el DI para los niñ os y adolescentes:
Los niñ os y adolescentes gozarán de los derechos comunes al ser humano, además
de los específicos de su edad. El Estado les asegurará y garantizará el derecho a la
vida, desde su concepció n; a la integridad física y psíquica; a su identidad, nombre
y ciudadanía; a la salud integral y nutrició n; a la educació n y cultura, al deporte y
recreació n; a la seguridad social, a tener una familia y disfrutar de la convivencia
familiar y comunitaria; a la participació n social, al respeto su libertad y dignidad, y
a ser consultados en los asuntos que les afecten..
No se alude directamente al RC, pero el art. 40 habla de la inscripció n de los niñ os:
El Estado protegerá a las madres, a los padres y a quienes sean jefes de familia, en
el ejercicio de sus obligaciones. Promoverá la corresponsabilidad paterna y materna
y vigilará el cumplimiento de los deberes y derechos recíprocos entre padres e hijos.
Los hijos, sin considerar antecedentes de filiació n o adopció n, tendrán los mismos
derechos. Al inscribir el nacimiento no se exigirá declaració n sobre la calidad de la
filiació n, y en el documento de identidad no se hará referencia a ella.
Las reglas de nacionalidad (arts. 6 a 12) no aluden al RC. Tampoco lo referente al habeas
data (art. 94) menciona expresamente al RC.
Los arts. 83 a 85 establecen los derechos de los pueblos indígenas (art. 84: “El Estado
reconocerá y garantizará a los pueblos indígenas, de conformidad con esta Constitució n y la
ley, el respeto al orden pú blico y a los derechos humanos, los siguientes derechos colectivos: 1.
Mantener, desarrollar y fortalecer su identidad y tradiciones en lo espiritual, cultural, lingü ístico,
social, político y econó mico […]”). El art. 209 de la Constitució n regula el Tribunal Supremo
Electoral (en adelante TSE), pero no menciona ninguna funció n de RC:
LEYES Y REgLAMENTOS
La Direcció n General de Registro Civil, Identificació n y Cedulació n (DGRCIC) se creó en 1900
como dependencia adscrita a diversos Ministerios: Ministerio de Hacienda, luego del Ministerio
de Fomento, de la Direcció n General de Estadísticas, del Tribunal Supremo Electoral. Se le
asig- naron responsabilidades como elaborar los padrones electorales y asumir la Direcció n
Nacional de Seguridad. La situació n de la Institució n fue incierta hasta 1959, añ o en el cual
definitivamente comienza a funcionar como Direcció n General de Registro Civil, Identificació n
y Cedulació n, dependiente del Ministerio de Gobierno. Esta misma situació n es la que continú a
actualmente. Mediante Decreto Supremo nº 3020, del 5 de enero de 1965, publicado en el
Registro Oficial nº 408, se reformó la DGRCIC, y se amplió su ámbito de acció n. Al cabo de un
añ o, la Ley de Registro Civil, Identificació n y Cedulació n - LRCIC (expedida por Decreto
Supremo nº 402, de 10 de febrero de 1966, publicada en Registro Oficial nº 690, de 14 de
Febrero de 1966) quiso codificar todo el sistema de RC e identificació n.
En 1976 se promulgó una nueva LRCIC, por Decreto Supremo nº 278 de 1976: se
pretendió armonizar esta Ley con las innovaciones introducidas en el derecho civil ecuatoriano
y facilitar la prestació n de servicios a la comunidad. A partir de entonces, la LRCIC ha sido
modificada parcialmente a través de decretos ejecutivos, lo cual no necesariamente ha favorecido
su aplicació n. También se han dictado varios instructivos, que se fundamentan en las decisiones
políticas, los criterios de los directivos y en las necesidades coyunturales.
El 7 de diciembre de 2004, mediante Decreto Ejecutivo nº 2283, se dispuso que el Consejo
de Modernizació n del Estado (CONAM), emprenda la reforma y modernizació n de la
Direcció n General de Registro Civil, Identificació n y Cedulació n, con el fin de que preste un
servicio eficaz y libre de corrupció n a los ecuatorianos.
V. Anexos – Ecuador |
Art. 1 (Reformado por el Art. 14 de la Ley 125, R.O. 479, 26-IV-83): “Funciones de
la Direcció n General.- La Direcció n General de Registro Civil, Identificació n y Cedulació n
funcionará, como dependencia del Ministerio de Gobierno, en la Capital de la Repú blica.
Corresponde a esta Direcció n la celebració n de matrimonios, la inscripció n de los hechos y
actos relativos al estado civil de las personas residentes en el territorio de la Repú blica y de
los ecuatorianos residentes en el exterior, y su identificació n y cedulació n. Tiene por finalidad
específica organizar dichas inscripciones, otorgar las cédulas de identidad y de identidad y
ciudadanía”222.
El art. 14 completa la organizació n estableciendo la sede y competencia: “En cada
capital de provincia, cabecera cantonal y cabecera de parroquia rural, habrá una Jefatura de
Registro Civil, Identificació n y Cedulació n, que tendrá competencia dentro de su respectiva
circunscripció n territorial. El Jefe de Registro Civil de la capital provincial será el superior
jerárquico administrativo del personal de Registro Civil, Identificació n y Cedulació n de toda
la provincia; y el Jefe de Registro Civil de la cabecera cantonal lo será del personal en todo
el cantó n. Tendrán, además, las atribuciones señ aladas en esta Ley. El Director General está
facultado para establecer oficinas auxiliares de registro civil, ú nicamente para la inscripció n de
nacimientos y defunciones, en las ciudades que por la gran densidad de su població n requieran
de estas oficinas”.
La inscripció n en el RC es obligatoria (art. 124 LRCIC: Obligatoriedad de la Inscripció n.-
Declá rase obligatoria la inscripció n en el Registro Civil de los ecuatorianos cuyos nacimientos
no estuvieren registrados, cualquiera que fuere la fecha en que éstos hayan ocurrido).
La inscripció n en el RC es gratuita para los ecuatorianos: art. 19 LRCIC (artículo sustituido
por Artículo 11 de Ley No. 6, publicada en Registro Oficial Suplemento 98 de 30 de Diciembre
de 1996): “Tarifas por Servicios. Ú nicamente la inscripció n del nacimiento de los ecuatorianos
será gratuita. Previo informe técnico-econó mico del Director Nacional del Registro Civil, y
mediante Decreto Ejecutivo, el Presidente de la Repú blica reglamentará los valores o tarifas por
otorgamiento de partidas, actas, cédulas, copias, certificaciones, reposiciones y otros documentos.
Las inscripciones tardías de nacimientos, defunciones y matrimonios, así como las reposiciones
de cédulas, se efectuarán previo pago de la multa equivalente al 50% del salario mínimo vital del
trabajador en general, vigente a la fecha de dicho pago”.
222
El art. 3 divide la DGRCIC en Departamento de Registro Civil; Departamento de Cedulació n; Departamento
Té cnico Administrativo; Departamento Jurídico; y Jefaturas de Registro Civil, Identificació n y Cedulació n.
114 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
El art. 32 LRCIC regula prolijamente los datos de inscripció n (se establece como requi-
sito la cedula de identidad de los padres). Se faculta (art. 31) al jefe de RC para solicitar a los
profesionales médicos informació n acerca de los nacimientos, que está n obligados a dar la in-
formació n. El plazo de inscripció n es de 30 días (art. 36 LRCIC). Las inscripciones tardías las
regula el art. 54:
Se consideran inscripciones tardías, las que se realicen fuera de los plazos
es- tablecidos en esta Ley, ya se trate de nacimientos, matrimonios o
defunciones. Para el caso de los nacimientos, matrimonios o defunciones
ocurridos en te- rritorio nacional las inscripciones tardías se efectuará n en la
Jefatura de Regis- tro Civil, Identificació n y Cedulació n, correspondiente al
lugar donde se pro- dujeron, cualquiera sea la demora. Si el hecho o acto se
produjo en el exterior, la inscripció n tardía se efectuará ante el Director
Nacional del Registro Civil, Identificació n y Cedulació n. Para las
inscripciones tardías se presentará n los mismos documentos exigibles para las
inscripciones oportunas y, adicional- mente, el comprobante de pago de una
multa equivalente al 50% del salario mínimo vital del trabajador en general,
vigente a la fecha de dicho pago. En caso de la inscripció n tardía del nacimiento
de personas menores de 18 añ os, se exime del pago de la multa señ alada en el
pá rrafo anterior y la inscripció n po- drá realizarse en cualquiera de las
Jefaturas del Registro Civil, Identificació n y Cedulació n del país” (artículo
sustituido por Ley nº 125, publicada en Registro Oficial 379 de 8 de Agosto de
1998).
El art. 33 LRCIC establece la necesidad de acreditar la paternidad: “Prueba sobre filiació n.-
Cuando la inscripció n de un nacimiento no fuere solicitada personalmente por ambos padres
o por su mandatario, se probará su filiació n respecto de dichos padres con la presentació n de la
partida de matrimonio de ellos o de sus respectivas cédulas de identidad o de identidad y ciuda-
danía en las que conste el estado civil de casados entre sí”.
En cuanto a la funció n estadística, el art. 63 de la LRCIC establece lo siguiente:
“Obligatoriedad de informe estadístico: De toda inscripció n de un acto o hecho, constitutivo
o modificatorio, del estado civil de una persona, el Jefe de Registro Civil, Identificació n y
Cedulació n elaborará un informe estadístico. El Instituto Nacional de Estadística suministrará
los respectivos formularios”. El informe será remitido en los diez primeros días de cada mes
(art. 64).
La LRCIC establece dos tipos de procedimientos para reformar o rectificar la informació n
del RC. Un procedimiento judicial: art. 89: “Nulidad o reforma judicial Salvo lo dispuesto en el
artículo 94, si se hubiere omitido alguno de los requisitos determinados en el artículo 25, o se
tratare de una partida con datos inexactos referentes a dichos requisitos, o si cambiare el
sexo del inscrito, el interesado podrá pedir al juez de lo civil competente que declare la
nulidad o la reforma de la partida. La demanda se tramitará en juicio sumario y se resolverá
previos los dictámenes del Jefe de Registro Civil, Identificació n y Cedulació n de la capital
provincial y del
V. Anexos – Ecuador |
EL SALVADOR
DERECHO INTERNaCIONaL
El Salvador ratificó la Convenció n sobre los Derechos del Niñ o así como la Convenció n Ame-
ricana sobre Derechos Humanos.
DERECHO CONSTITUCIONAL
La Constitució n Política de la Repú blica de El Salvador es de 1983 y recibió una serie de
refor- mas por el Decreto Legislativo nº56, del añ o 2000. Dicha Constitució n reza en su
artículo 36: “Toda persona tiene derecho a tener un nombre que la identifique. La ley
secundaria regulará esta materia.” Asimismo, el artículo 36 establece “No se consignará en las
actas del Registro Civil ninguna calificació n sobre la naturaleza de la filiació n, ni se expresará
en las partidas de nacimiento el estado civil de los padres.”
Art. 77.- Para el ejercicio del sufragio es condició n indispensable estar inscrito en
el Registro Electoral, elaborado en forma autó noma por el Consejo Central de
Elecciones, y distinto a cualquier otro registro pú blico.
Respecto a la nacionalidad, el artículo 90 hace efectivo tanto el Jus Soli como el Jus San-
guinis además de “los originarios de los demás Estados que constituyeron la Repú blica Federal
de Centro América, que teniendo domicilio en El Salvador, manifiesten ante las autoridades
competentes su voluntad de ser salvadoreñ os, sin que se requiera la renuncia a su nacionalidad
de origen.”
El artículo 144 de la Carta magna salvadoreñ a indica el rango de ley de los tratados interna-
cionales celebrados por El Salvador, ninguna ley puede oponérseles pero la Constitució n prima
sobre las disposiciones del tratado que sean le sean contrarias.
Respecto a la descentralizació n, el artículo 203 establece la independencia econó mica, ad-
ministrativa y técnica de los municipios “y se regirán por un Có digo Municipal, que sentará
los principios generales para su organizació n y funcionamiento y ejercicio de sus facultades
autó nomas.”
El capítulo XII de la Constitució n se refiere al Consejo Central de Elecciones que estará
dirigida por “la Asamblea Legislativa, de cada una de las ternas propuestas por los tres partidos
políticos o coaliciones legales que hayan obtenido mayor nú mero de votos en la ú ltima elecció n
presidencial.” Esta institució n, de acuerdo al artículo 209, es la responsable y “autoridad supre-
ma” de todas las actividades referidas al sufragio.
V. Anexos – El Salvador |
LEYES Y REgLAMENTOS
Ley Orgá nica Del Registro Nacional De Las Personas Naturales de 1995. Por Decreto
Legislativo nº 488, del 27 de octubre de 1995, se creó el Registro Nacional de las Personas
Naturales como entidad de derecho pú blico, con autonomía en lo técnico y administrativo; en
funció n del decreto nº 552 se creó la Ley Orgá nica Del Registro Nacional De Las Personas
Naturales o “Registro Nacional” que “administrará los sistemas del Registro Nacional de las
Personas Naturales, el Registro del Documento Ú nico de Identidad y los demás que determinen
las leyes.”
El Registro Nacional tiene las siguientes atribuciones (art. 3): mantener, actualizar y
conservar la informació n registral, dar “certeza oficial” de los hechos y actos vitales, organizar un
registro centralizado nacional, proporcionar informació n al Tribunal Supremo Electoral “para
la inscripció n de las personas en el Registro Electoral”; dar informació n a la Policía Nacional
Civil, a la Fiscalía General de la Repú blica y a las autoridades judiciales, y, finalmente, “reponer”
registros destruidos o deteriorados.
223
Reformas: D.L. Nº 562, del 22 de diciembre de 1995, publicado en el D.O. Nº 23, Tomo 330, del 2 de febrero de 1996.
D.L. Nº 585, del 29 de abril de 1999, publicado en el D.O. Nº 99, Tomo 343, del 28 de mayo de 1999. D.L. Nº 82, del
27 de julio de 2000, publicado en el D.O. Nº 184, Tomo 349, del 3 de octubre de 2000.
120 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
224
En las poblaciones donde no existiere dicho funcionario ejercerá n sus atribuciones el Alcalde Municipal y su Secretario
y todo lo que se exprese en ésta y otras leyes sobre el Registrador del Estado Familiar, se entenderá referido también a
aquellos cuando desempeñ en tales funciones.
225
a) Cuando en el asiento se alteren frases o informació n contenida en los documentos originales, se copien unas palabras
por otras, se escriban éstas en forma incorrecta o se supriman palabras o pasajes incluidos en tales documentos;
b) Si se desprende de la sola lectura del respectivo asiento; y,
c) Cuando se deduce de los antecedentes que le dieron origen a la inscripció n o de su cotejo con otros documentos
pú blicos o auté nticos.
V. Anexos – El Salvador |
a) Los nacimientos;
b) Los matrimonios;
d) Los divorcios;
e) Las defunciones; y,
f) ) Los demás hechos o actos jurídicos de las personas naturales que determine la ley.
226
Decreto nº 685: Ley especial para la emisió n del documento ú nico de identidad en el exterior, de 2005:
Art. 1.- La presente ley tiene por objeto facultar al Registro de Personas Naturales (RNPN) para la emisió n del Documento
Ú nico de Identidad (DUI) fuera del territorio nacional.
Art. 2.- El Registro Nacional de las Personas Naturales, es la entidad responsable de la Administració n del Sistema de
Registro de Documento Ú nico de Identidad, tanto dentro como fuera del territorio de la Repú blica.
Para la emisió n del DUI en el exterior, el RNPN contará con la cooperació n del Ministerio de Relaciones Exteriores, a
travé s de las Representaciones Diplomá ticas y Consulares acreditadas por El Salvador.
V. Anexos – El Salvador |
227
Decreto Legislativo Nº 450, del 22 de febrero de 1990, publicado el 4 de mayo de 1990.
12
GUATEMALA
DERECHO INTERNACIONAL
Guatemala ha ratificado la CDN (1990) y la Convenció n Americana sobre Derechos Humanos
(1978).
DERECHO CONSTITUCIONAL
La Constitució n de 1985 (reformada en 1993) no menciona el DI ni el RC. Sí alude al Registro
de Ciudadanos (registro electoral), estableciendo el derecho y el deber de los mayores de edad de
inscribirse en él (art. 136)228. Las reglas sobre nacionalidad y ciudadanía (arts. 144 a 148) no
vinculan la nacionalidad con el RC. Se habla en la constitució n, bien es cierto que indirectamente,
del RC al establecer la competencia de los alcaldes para celebrar matrimonios (y por tanto para
inscribirlos: art. 49: “Matrimonio. El matrimonio podrá ser autorizado por los alcaldes,
concejales, notarios en ejercicio y ministros de culto facultados por la autoridad administrativa
correspondiente”)229. La misma mención indirecta está en el art. 31, relativo al acceso a archivos
y registros estatales: “Toda persona tiene el derecho de conocer lo que de ella conste en archivos,
fichas o cualquier otra forma de registros estatales, y la finalidad a que se dedica esta informació n,
así como a correcció n, rectificació n y actualizació n. Quedan prohibidos los registros y archivos
de filiació n política, excepto los propios de las autoridades electorales y de los partidos
políticos”.
Existen previsiones constitucionales para las minorías culturales e indígenas (art. 58: “Iden-
tidad cultural. Se reconoce el derecho de las personas y de las comunidades a su identidad
cultural de acuerdo a sus valores, su lengua y sus costumbres”. Art. 66: “Protecció n a grupos
étnicos. Guatemala está formada por diversos grupos étnicos entre los que figuran los grupos
indígenas de ascendencia maya. El Estado reconoce, respeta y promueve sus formas de vida,
costumbres, tradiciones, formas de organizació n social, el uso del traje indígena en hombres
y mujeres, idiomas y dialectos”).
LEYES Y REgLAMENTOS
En Guatemala no existe una ley de RC. Se aplican una serie de normas, desde el CC de 1963
hasta el Có digo Municipal (2002), que incluyen también el Có digo del Notariado de 1946, la
228
Se alude asimismo al Registro General de la Propiedad (art. 230).
229
El art. 53 p) del Có digo Municipal (2002) establece la competencia del alcalde para “autorizar, a título gratuito, los
matrimonios civiles, dando dentro de la ley las mayores facilidades para que se verifiquen, pudiendo delegar esta funció n
en uno de los concejales.
V. Anexos – Guatemala|
Ley del Organismo Judicial de 1989, la ley electoral y de partidos políticos (1985), la ley de
protecció n integral de la niñ ez y la adolescencia (2003), y desde 2005, la ley de creació n del
RENAP (decreto 90/2005).
Hasta 2005, la funció n de identificació n estaba separada de la de RC y de la electoral. Existían
tres funciones distintas desempeñ adas por tres ó rganos distintos (el TSE y los Municipios, en su
doble vertiente de gestores del RC y de la identificació n). Hoy solo hay dos ó rganos: el Tribunal
Supremo Electoral (TSE) y el RENAP.
a) El Tribunal Supremo electoral estaba, y aun esta, encargado del Registro de Ciudadanos,
que es el documento que recoge el conjunto de personas con derecho a voto. El art. 3 b)
de la ley electoral y de partidos políticos de 1985 obliga a los ciudadanos (definidos como
todos los guatemaltecos mayores de edad) a inscribirse en el Registro de Ciudadanos. Este
Registro depende del Tribunal Supremo Electoral (es un ó rgano del mismo), está organizado
territorialmente en cabeceras departamentales y municipales, y sus funciones son, segú n el art.
155 de la ley electoral:
a) Todo lo relacionado con las inscripciones de los ciudadanos;
c) Finalmente, el RC estaba en manos de cada uno de los 322 municipios, siendo casi
inexistente la centralizació n. Así lo establecía el art. 373 del Civil232, que ha sido derogado por
la ley RENAP. Del mismo modo, el art. 68 m) del Có digo Municipal (2002) – no expresamente
derogado - establece como competencia municipal “La administració n del registro civil y de
cualquier otro registro municipal o pú blico que le corresponda de conformidad con la ley” 233.
El art. 89 del mismo Có digo, derogado por la ley RENAP, otorgaba al Concejo la potestad de
nombrar al Registrador: “El Concejo Municipal nombrará al registrador civil de su municipio.
En su ausencia el secretario municipal ejercerá sus funciones. Para el nombramiento del cargo,
es necesario ser guatemalteco de origen y ciudadano en ejercicio de sus derechos políticos.
En el desempeñ o del cargo, las funciones del registrador civil estarán normadas por lo que
establece el Có digo Civil y el reglamento respectivo de cada municipio”.
Al registrador se le encomiendan otras funciones relacionadas con el DI: la ley de protec-
ció n integral de niñ ez y adolescencia (2003) señ ala en su art. 27 que el RC municipal debe velar
por que los hospitales identifiquen correctamente a los nacidos (mediante la impresió n plantar
y digital).
230
Art. 14 del Có digo Municipal (2002) – derogado por la ley RENAP -: “Calidad de vecino. La calidad de vecino se
prueba con la cédula de vecindad, cuyo uso es obligatorio, y que deberá extender el Alcalde Municipal, concejal u otro
funcionario que designe el Concejo Municipal, en el caso de los mayores de edad. Los menores de edad se identifican
con la certificació n de su partida de nacimiento y mantienen la vecindad de sus padres”.
231
Por Decreto 29/2007 de 15 de mayo de 2007 se estableció un plazo de dos añ os, a contar desde que RENAP comience a
expedir el DPI el 1 de abril de 2008, para que la cédula sea sustituida por este y pierda su vigencia y validez.
232
“Funció n municipal. Los registros del estado civil se llevarán en cada municipio y estarán a cargo de un registrador
nombrado por el Concejo Municipal. En los lugares en donde no sea necesario el nombramiento especial de
Registrador, ejercerá el cargo el Secretario de la Municipalidad. En la capital y, cuando fuere posible, en las cabeceras
departamentales, el Registrador Civil deberá ser abogado y notario colegiado activo, siendo de reconocida habilidad
para el ejercicio de su profesió n, guatemalteco natural y de reconocida honorabilidad e idoneidad”.
233
El registrador civil municipal tiene también otras funciones. Por ejemplo: art. 19 del Có digo Municipal: “Autorizació n
para la organizació n de vecinos. Las asociaciones de vecinos a las que se refiere el artículo anterior, se constituirá n mediante
escritura pú blica cuyo testimonio será presentado al registrador civil, para los efectos del otorgamiento de la personalidad
jurídica, la que será efecto de su inscripció n en el libro correspondiente del registro civil, en un tiempo no mayor de treinta
(30) días calendario. Los requisitos que debe cumplir la escritura pú blica, sin perjuicio de lo que establece el artículo
veintinueve (29) del Có digo de Notariado, serán: nombre, sede y la duració n de la asociació n, establecer claramente
sus fines, objetivos, el ámbito de su acció n, forma de su organizació n, la identificació n fehaciente de las personas que la
integran, y designació n de quien o quienes ejercerá n su representació n legal”.
V. Anexos – Guatemala|
234
El art. 92 del Có digo Municipal remite a otra ley para la determinació n del régimen jurídico de los empleados, y por
tanto de los registradores: “Empleados municipales. Los derechos, obligaciones, atribuciones y responsabilidades de los
empleados municipales están determinadas en la Ley de Servicio Municipal, los reglamentos que sobre la materia emita
el Concejo Municipal, y los pactos y convenios colectivos que se suscriban de conformidad con la ley. Todo empleado
o funcionario municipal será personalmente responsable, conforme a las leyes, por las infracciones u omisiones en que
incurra en el desempeñ o de su cargo”. Art. 93: “Carrera administrativa municipal. Las municipalidades deberá n establecer
un procedimiento de oposició n para el otorgamiento de puestos, e instituir la carrera administrativa, debiéndose garantizar
las normas adecuadas de disciplina y recibir justas prestaciones econó micas y sociales, así como, estar garantizados contra
sanciones o despidos que no tengan fundamento legal, de conformidad con la Ley de Servicio Municipal”.
235
Ley RENAP, Artículo 96. Octavo Transitorio. “Personal de los actuales Registros Civiles. El RENAP podrá contratar
al personal que labore actualmente en los Registros Civiles de la Repú blica, quienes continuarán desempeñ ando sus
funciones con la obligació n de capacitarse simultá neamente en la Escuela del RENAP, debiendo para el efecto someterse
a la respectiva evaluació n”.
236
“Cada municipio tendrá su registro de vecindad en el que constará la calidad de cada vecino mayor de edad y los demás datos personales
que lo identifican. Es prohibido, bajo responsabilidad penal, que un habitante esté inscrito como vecino en más de un (1) municipio,
siendo en consecuencia, responsable de conformidad con la ley. Todo vecino está obligado a inscribirse en el registro de vecindad de su
municipio dentro de los treinta (30) días hábiles siguientes de alcanzar la mayoría de edad o al darse las condiciones para adquirir
esa calidad consignada en el presente Código. El incumplimiento de lo dispuesto en este párrafo será sancionado con una multa que
fijará el Concejo Municipal dentro de los límites establecidos en este Código. Cuando la persona cambie de vecindad, deberá presentar
certificación literal de su partida de nacimiento y su cédula de vecindad ante el registro de la nueva residencia para que se le
inscriba como vecino, y se le extienda una nueva cédula, recogiéndosele la anterior. Inmediatamente después, el registro dará aviso
certificado con conocimiento al de la vecindad antigua, para que se haga la cancelación de la inscripción correspondiente. La omisión
de este aviso o la falta de cancelación de registro de vecindad anterior, hará responsable al funcionario o empleado que deba darlo u
operarlo, al pago de una multa equivalente al cincuenta por ciento (50%) del sueldo base devengado mensualmente por el funcionario y
empleado responsable, que impondrá el Alcalde e ingresará a la tesorería de la municipalidad, sin perjuicio de las demás
responsabilidades legales”.
128 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
Esta a cargo del RENAP un Directorio (art. 9), compuesto por tres personas (magistrado
del TSE, Ministro de Gobernació n, miembro elegido por el Congreso). Lo gestiona un Direc-
tor Ejecutivo (arts. 17 a 22), nombrado por el Directorio por cinco añ os reelegibles, y solo puede
ser cesado por causas tasadas.
Como “oficina ejecutora” esta el “Registro Central de las Personas” (arts. 31 a 41):
237
Decreto 67/2000 de ley temporal especial de documentació n personal.
130 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
Dar información sobre las personas, bajo el principio que la informació n que posea el
RENAP es pú blica, excepto cuando pueda ser utilizada para afectar el honor o la
intimidad del ciudadano. Se establece como informació n pú blica sin restricció n
solamente el nombre y los apellidos de la persona, su nú mero de identificació n,
fechas de nacimiento o defunció n, sexo, vecindad, ocupació n, profesió n u oficio,
nacionalidad y estado civil, no así la direcció n de su residencia.
El apartado h) establece la competencia para “Proporcionar al Ministerio Pú blico, a las
autoridades policiales y judiciales y otras entidades del Estado autorizadas por el Registro
Na- cional de las Personas la informació n que éstos soliciten con relació n al estado civil,
capacidad civil e identificació n de las personas naturales”.
Esta doble previsió n de publicidad fue impugnada ante la Corte Constitucional, por atentar
contra los derechos a la intimidad y el honor. El recurso fue rechazado por sentencia de octubre
de 2007. Sin embargo, si se aceptaron dos pretensiones. Una frente al apartado d) del art. 15,
que establece como atribuciones del Directorio “Autorizar la prestació n de servicios por parte
del RENAP al sector pú blico y privado, que permitan acceder a informació n relativa al estado
civil, capacidad civil y demá s datos y elementos de identificació n de las personas naturales,
de conformidad con los niveles de acceso que se establecen en esta Ley y su reglamento”.
Otra en lo referente al financiamiento del RENAP, pues en el artículo 101 se habla de una
asignació n estatal de 100 millones de quetzales, pero no se menciona de dó nde se obtendrán; y
finalmente lo referente a la frase “mayor de 25 añ os”, en los artículos 15 y 34, donde se establece
la edad de quien dirija la institució n. La limitació n de edad se considero inconstitucional.
En cuanto a las minorías técnico-culturales, la ley de idiomas nacionales (2003) garantiza
que en todos los actos registrales se respetará las normas de escritura de los idiomas indígenas
maya, xinca y garifunas 238. El art. 20 del Có digo Municipal reconoce los derechos de las comu-
nidades indígenas: “Comunidades de los pueblos indígenas. Las comunidades de los pueblos
indígenas son formas de cohesió n social natural y como tales tienen derecho al reconocimiento
de su personalidad jurídica, debiendo inscribirse en el registro civil de la municipalidad corres-
pondiente, con respeto de su organizació n y administració n interna que se rige de conformidad
con sus normas, valores y procedimientos propios, con sus respectivas autoridades tradicionales
reconocidas y respetadas por el Estado, de acuerdo a disposiciones constitucionales y legales”.
Los arts. 55 a 59 del Có digo Municipal regulan las alcaldías indígenas o comunitarias.
En octubre de 2000 se dictó una ley (Decreto 67/2000 de ley temporal especial de docu-
mentació n personal) tendente a reponer partidas de nacimiento y a reconstituir los archivos
destruidos en la guerra civil.
El proceso de implementació n del RENAP ha sido el siguiente:239
238
El art. 4 del Decreto 67/2000 de ley temporal especial de documentació n personal establecía una publicidad especial en los
idiomas mayas, a realizar en las oficinas de RC.
239
Informació n en www.tse.org.gt
V. Anexos – Guatemala|
240
Ley RENAP, artículo 95. Sé ptimo Transitorio. “De los actuales Registros Civiles. A partir de la creació n del RENAP,
toda la informació n contenida dentro de los Registros Civiles actuales, en medios electró nicos o manuales, pasa a
formar parte integral del mismo. Los Registros Civiles deberán utilizar los procedimientos y mecanismos de
inscripció n, así como encuadrar sus funciones a la forma de operar y la tecnología a utilizar que el RENAP implemente,
todo lo cual se podrá efectuar de manera progresiva, velando porque durante este período, en ningú n momento se suspenda
la actuació n y funcionamiento de los Registros Civiles actuales. Estos procedimientos y mecanismos será n utilizados para
la inscripció n de los hechos y actos relativos al estado civil, capacidad civil y demá s datos de identificació n de las personas
naturales”.
13
HONDURAS241
DERECHO INTERNaCIONaL
Honduras ratificó tanto la Convenció n sobre los Derechos del Niñ o así como la Convenció n
Americana sobre Derechos Humanos.
DERECHO CONSTITuCIONaL
En la Constitució n Política de la Republica de Honduras de 1982, se proclaman como “in-
eludibles” la validez y ejecució n de las sentencias de carácter internacional. Todos los tratados
internacionales forman parte del Derecho interno y prevalecen frente a la normatividad. En
caso de conflicto con la Constitució n, debe ser aprobado de la forma en que se reforma la Carta
magna. (Artículo 17).
De acuerdo al artículo 39, todos los hondureñ os deben estar inscritos en el Registro Nacio-
nal de las Personas. Siendo un deber del ciudadano obtener su tarjeta de identidad. (Art. 40).
El Registro Nacional de las Personas es, constitucionalmente, una institució n autó noma e
independiente. Dirigido por tres representantes elegidos por dos tercios de la cámara de dipu-
tados. Asimismo, están sujetos a las mismos requisitos que se interponen a los magistrados del
tribunal supremo electoral. Así también, el registro está encargado de registrar a las
personas, expedir el documento nacional de identidad y de proporcionar la informació n
necesaria para que el Tribunal Supremo Electoral ejecute el censo nacional electoral.
Artículo 56.- El Censo Nacional Electoral es pú blico, permanente e inalterable. La
inscripció n de los ciudadanos, así como las modificaciones ocurridas por muerte,
cambio de vecindario, suspensió n, pérdida o restablecimiento de la ciudadanía, se
verificará en los plazos y con las modalidades que determine la Ley.
De acuerdo al artículo 114, no se pueden inscribir “calificaciones sobre la naturaleza de
la filiació n” ni tampoco se puede señ alar el estado civil de los padres.
241
http://www.gob.hn/portal/registro_nacional_de_las_personas/
http://pdba.georgetown.edu/Constitutions/Honduras/hond05.html
http://www.gob.hn/portal/registro_nacional_de_las_personas/directorio_oficinas/#
http://www.apuntesjuridicos.com/contenidos/apuntes-registro-civil.shtml
http://www.poderjudicial.gob.hn/juris/Leyes/Registro%20Nacional%20de%20las%20Personas.pdf
http://www.rnp.hn/index.php?option=com_content&task=view&id=34&Itemid=41
V. Anexos – Honduras|
LEYES Y REGLaMENTOS
Ley del Registro Nacional de las Personas de 2004. 242 De acuerdo a esta ley, el Registro Nacio-
nal de las Personas fue creado en la Ley del Registro Nacional de las Personas (RNP), contenida
en el decreto No. 150 de fecha 17 de Noviembre de 1982, como dependencia del Tribunal Su-
premo Electoral. Al ser establecida como institució n independiente por reforma constitucional
(Decreto No. 154-2003), se promulga esta ley para regular su funcionamiento. Tiene como
responsabilidad desarrollar técnicas y metodologías modernas para el manejo integral y eficiente
de la informació n registral. Asimismo, debe inscribir, “con certeza”, los hechos y actos de todas
las personas desde su nacimiento hasta su muerte.
Artículo 5. Objetivos del Registro Nacional de las Personas (RNP). Son objetivos
del Registro Nacional de las Personas (R.N.P), los siguientes:
1). Garantizar la veracidad de la inscripció n de los hechos y actos relacionados
con la existencia y el estado civil de las personas naturales;
2). Velar por el respeto y el ejercicio pleno de los derechos inherentes a la persona
natural, mediante su correcta inscripció n e identificació n;
3). Coadyuvar al fortalecimiento de la democracia; y,
4). Promover la disciplina y cultura registral.
Esta ley establece una serie de principios que deben dirigir a la institució n registral. Como son
el de rogació n o impulso de oficio de procedimientos solicitados, principio de prioridad o inscrip-
ció n en orden cronoló gico, principio de especialidad (Los hechos y actos inscritos en el Registro
Nacional de las Personas (RNP), deberán estar definidos y determinados respecto a su naturaleza
y contenido); principio de consecutividad o correlació n de los hechos y actos inscritos sobre una
persona, principio de legalidad o presunció n de veracidad jurídica de la informació n inscrita. Prin-
cipio de preclusió n (respeto de los plazos) y principio de gratuidad de la inscripció n.
El sistema de registro civil esta integrado por:
242
Ley Del Registro Nacional De Las Personas, Decreto No.62-2004. Incluidas las reformas del Decreto No.108-2008.
134 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
Esta ley indica que el registrador civil es un ministro de fe pú blica encargado de inscribir
los hechos y actos de la vida de una persona para “fines jurídicos y estadísticos”. Cumplen tam-
bién funciones de identificació n y estadística. El registrador civil trabaja en la municipalidad
mientras el registrador auxiliar está encargado de secciones geográficas específicas dentro de
cada municipalidad. Los agentes diplomá ticos o consulares tienen las mismas funciones pero
en el extranjero.
Dentro de las atribuciones del registrador civil se encuentra la de revisar trimestralmente el
estado físico de los libros registrales para, en el caso necesario, solicitar a la institució n nacional
la reposició n de oficio. Así también debe promover la inscripció n de las personas por medio de
campañ as mó viles.
Artículo 37. Gratuidad de los Servicios. El Registro Nacional de las Personas
(RNP), prestará gratuitamente los siguientes servicios:
1). Matrimonios;
5). Divorcios;
7). Emancipaciones;
14). Adopciones;
16). Cualquier otro acto, que afecte el estado civil o capacidad legal de las personas
naturales.
Por otro lado, esta ley indica la responsabilidad civil y penal de quien utilice nombres o
apellidos que no le correspondan, generando dañ o a terceros. No se pueden inscribir
nombres que sean contrarios a la moral y las buenas costumbres, que sean iguales a los de los
hermanos vivos y no se puede exceder de tres nombres por persona. A falta de reconocimiento
del padre, se inscriben los dos apellidos de la madre. El registro de nacimiento es obligatorio
y se debe hacer en un plazo de un añ o posterior al hecho. La inscripció n se produce por los
padres, previa presentació n de sus documentos de identidad, familiares, representantes legales o
quien quiera que haya estado presente en el nacimiento. Si el hecho no es inscrito por los padres,
podrán pre- sentar una impugnació n administrativa. El registro de nacimiento puede hacerse
en cualquier registro del país, consignando el municipio donde ocurrió .
Artículo 57. Antecedente para la Inscripció n de Nacimiento. Los hospitales pú -
blicos, centros médicos privados, enfermeras o parteras debidamente autorizadas u
136 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
otras personas que hayan asistido al nacimiento, extenderán constancia escrita del
hecho a los padres, en papel comú n o en el formulario oficial que proporcione el
Registro Nacional de las Personas (RNP), como antecedente para la inscripció n
correspondiente.
También se deben inscribir en el registro los matrimonios y uniones de hecho. Los alcaldes
y notarios que validen dichos actos deben informar al registrador en los quince días siguientes.
Por su parte, la defunció n se inscribe dentro de los seis meses posteriores al hecho, y debe
ser solicitado por prácticamente cualquier persona, inclusive aquellos que trabajan en los
cemente- rios. Las naturalizaciones también deben ser registradas, incluyendo también
En caso de omisió n de inscripció n de nacimiento, o inscripció n tardía, se debe presentar
constancia de la falta de registro, declaració n de dos testigos, certificado de nacimiento de los
padres, asimismo la ley indica otros dos documentos que se deben presentar como la constancia
de nacimiento del centro de salud, fe de bautismo (entre otras opciones).
Respecto al documento nacional de identidad: “constituye el documento de identificació n
personal, e intransferible; obligatorio para que el ciudadano pueda ejercitar todos los actos po-
líticos, académicos, civiles, financieros, administrativos, judiciales, notariales, policiales y en
general para todos aquellos casos en que por mandato legal deba ser presentada.” Es deber y
derecho de todo aquel hondureñ o que cumpla 18 añ os solicitarla. Asimismo, existe el carné de
identificació n de menores para los mayores de 12 añ os. Esta ley garantiza que se apliquen
sis- temas modernos para impedir la adulteració n o “traslado” de la informació n. Nadie,
incluyendo autoridades, puede privar a alguien de su documento de identidad. Cualquier
persona puede denunciar la tenencia o uso indebido de un documento de identidad.
No obstante el Registro Nacional de las Personas, u otra Autoridad competente, podrá or-
denar el decomiso de toda Tarjeta de Identidad que obre ilegalmente en poder de una persona
a quien no corresponda. Todo acto que el poseedor ilegal hubiere realizado valiéndose de dicho
documento será nulo, sin perjuicio de la responsabilidad civil y penal que corresponda. (Art. 91)
|
MÉ XICO
DERECHO INTERNACIONAL
México ha ratificado la CDN (1990) y la Convenció n Americana sobre Derechos Humanos
(1981).
DERECHO CONSTITUCIONAL
A. La Constitución Federal
La Constitució n de 1917 (con 179 reformas, la ú ltima de febrero de 2008) no menciona el RC
pero si el “Registro Nacional de Ciudadanos”, que tiene finalidad esencialmente electoral y de
identificació n, quedando los ciudadanos – es decir, los mayores de edad – obligados a inscribirse
en él.
Artículo 36.- Son obligaciones del ciudadano de la Repú blica: I.- Inscribirse en el
catastro de la municipalidad, manifestando la propiedad que el mismo ciudadano
tenga, la industria, profesió n o trabajo de que subsista; así como también inscri-
birse en el Registro Nacional de Ciudadanos, en los términos que determinen las
leyes. La organizació n y el funcionamiento permanente del Registro Nacional de
Ciudadanos y la expedició n del documento que acredite la ciudadanía mexicana
son servicios de interés pú blico, y por tanto, responsabilidad que corresponde al
Estado y a los ciudadanos en los términos que establezca la ley243[…].
El art. 41 III (en su redacció n dada por el Decreto 136 del añ o 1996) encomienda la
funció n electoral al Instituto Federal Electoral (IFE):
La organizació n de las elecciones federales es una funció n estatal que se realiza
a través de un organismo pú blico autó nomo denominado Instituto Federal Elec-
toral, dotado de personalidad jurídica y patrimonio propios, en cuya integració n
participan el Poder Legislativo de la Unió n, los partidos políticos nacionales y los
ciudadanos, en los términos que ordene la ley. En el ejercicio de esa funció n estatal,
la certeza, legalidad, independencia, imparcialidad y objetividad serán principios
rectores.
El Instituto Federal Electoral será autoridad en la materia, independiente en sus
decisiones y funcionamiento y profesional en su desempeñ o; contará en su es-
243
El apartado III añ ade que el voto es obligatorio.
138 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
Chihuahua (texto constitucional de 1921, con reformas hasta 2007) establece en su art. 17
que “Son obligaciones de los vecinos, inscribirse en los padrones respectivos y manifestar la pro-
piedad que tengan y el trabajo de que subsistan”, y su art. 93 XXXVI recoge entre las facultades
del gobernador “Dirigir y controlar el funcionamiento del Registro Civil en el Estado”.
El art. 3 de la Constitució n de Querétaro (1922) reconoce la preservació n de los pueblos in-
dígenas: “En el Estado se reconoce la presencia de sus pueblos y comunidades indígenas, admi-
tiendo que fueron la base para su conformació n política y territorial; garantizará que la riqueza
de sus costumbres y tradiciones; territorio, lengua y patrimonio cultural, medicina tradicional y
acceso a recursos naturales, así como su autonomía, libre determinació n, sistemas normativos y
el acceso a la consulta, sean preservados y reconocidos a través de la ley respectiva”.
El art. 11.5 de la Constitució n de Guerrero (1917) obliga a los habitantes del Estado a
“Inscribirse en los padrones de vecindad, electorales y catastrales”, mientras que el art. 18 alude
a las obligaciones de los ciudadanos guerrerenses: “II.- Inscribirse en los padrones electorales en
los términos que establezcan las leyes correspondientes”. Sí se alude al RC al regular las atribu-
ciones del Gobernador: art. 74 XXIV: “Ejercer acciones de coordinació n y apoyo y cuidado téc-
nico del Sistema Estatal del Registro Civil, en los términos del Artículo 115 de la Constitució n
General de la Repú blica” (reformada, p.o. 19 de mayo de 1988).
El art. 16 de la Constitució n de Oaxaca (1922) establece normas concretas sobre pueblos
indígenas y el RC: “La ley reglamentaria establecerá normas y procedimientos que permitan la
eficaz prestació n de los servicios del Registro Civil y de otras instituciones vinculadas con di-
chos servicios a los pueblos y comunidades indígenas, así como las sanciones que procedan para
el caso de incumplimiento”.
Se reconoce asimismo el DI de los pueblos indígenas: “Artículo 114.- La protecció n y pro-
moció n de los derechos humanos en el Estado Libre y Soberano de Oaxaca, estará a cargo de
un organismo pú blico, autó nomo, con personalidad jurídica y patrimonio propios, denominado
Comisió n para la Defensa de los Derechos Humanos. Su objeto es la defensa, promoció n de la
cultura del respeto, estudio y divulgació n de los derechos humanos, consagrados en esta Cons-
titució n, así como en el resto del orden jurídico mexicano y fomentar el respeto a la identidad y
derechos de las comunidades y pueblos indígenas del Estado”.
ejercicio de sus formas propias de gobierno interno, garantizando la participació n de las mujeres en condiciones de equidad
frente a los varones, en un marco que respete el pacto federal y la soberanía de los Estados.
IV. Preservar y enriquecer sus lenguas, conocimientos y todos los elementos que constituyan su cultura e identidad […]
B. La Federació n, los Estados y los Municipios, para promover la igualdad de oportunidades de los indígenas y eliminar
cualquier práctica discriminatoria, establecerá n las instituciones y determinará n las políticas necesarias para garantizar
la vigencia de los derechos de los indígenas y el desarrollo integral de sus pueblos y comunidades, las cuales deberán
ser diseñ adas y operadas conjuntamente con ellos”.
140 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
El art. 31 de la Constitució n de Guanajuato (1922) no habla del RC sino del registro elec-
toral: “El Estado de Guanajuato contará con un registro estatal de electores que tendrá faculta-
des para expedir credenciales para votar, las que serán válidas exclusivamente en el ámbito local.
En esta materia, el ó rgano autó nomo encargado de la organizació n de los procesos electorales,
podrá celebrar convenios para coordinarse con la Autoridad Federal competente, en los térmi-
nos que determine la Ley” (párrafo adicionado, P.O. 15 de noviembre de 1994).
La Constitució n de Nayarit (1918) garantiza en su art. 7 C la protecció n de la identidad
de los pueblos indígenas, así como un tratamiento particular en materia de RC: “En los
términos que la Ley establezca, se preverán procedimientos simplificados y asistencia a los
indígenas para que cuenten con un servicio eficiente del Registro Civil, así como de otras
instituciones vincu- ladas con dichos servicios”.
El art. 7 X regula el acceso a la informació n que esté en registros pú blicos:
A. Toda la informació n en posesió n de cualquier autoridad, dependencia, en-
tidad, ó rgano y organismo estatal y municipal, es pú blica y só lo podrá ser
reservada temporalmente por razones de interés pú blico y seguridad en los
términos que fijen las leyes. En la interpretació n y aplicació n de este derecho
deberá prevalecer el principio de má xima publicidad.
B. La informació n que se refiere a la vida privada y los datos personales será pro-
tegida en los términos y con las excepciones que fijen las leyes.
C. Toda persona, sin necesidad de acreditar interés alguno o justificar su utili-
zació n, tendrá acceso gratuito a la informació n pú blica, a sus datos
perso- nales o a la rectificació n de éstos.
El art. 110 establece como competencia municipal el RC: “Los Ayuntamientos tendrán a su
cargo las siguientes funciones y servicios pú blicos municipales: […] m) Registro Civil”.
LEYES Y REgLAMENTOS
Algunos Estados regulan aspectos del RC fuera del CC (por ejemplo en las leyes de
Administració n): la ley Orgánica de la Administració n Pú blica del Estado de Campeche (2004)
prevé en su art. 17 que “La Secretaría de Gobierno tiene a su cargo: XVII.- Conducir y coordinar
el cumplimiento de las disposiciones legales aplicables en materia de Registro del Estado
Civil, Registro Pú blico de la Propiedad y de Comercio […]”.
Se suelen regular todos los extremos: desde la definició n de RC246 hasta la organizació n,
los actos que se inscriben, los plazos, las rectificaciones, la supervisió n de los RC, etc. Algunos
Estados dan participació n en el RC a los municipios247.
Todos los CC asumen la tradicional fuerza probatoria del RC: art. 39 del CC federal (“El
estado civil só lo se comprueba con las constancias relativas del Registro Civil; ningú n otro
documento ni medio de prueba es admisible para comprobarlo, salvo los casos expresamente
exceptuados por la ley”).
Cada Estado regula en teoría de forma distinta el RC, las inscripciones, el coste las mismas,
el personal del RC, etc. Pero en la prá ctica la regulació n es bastante uniforme: se trata de un
servicio por lo general gestionado por la administració n (no por los tribunales), muy
reglamentado (las disposiciones del CC son desarrolladas y completadas mediante un
reglamento de RC), y en el que la coordinació n entre las normas sustantivas del derecho de
familia y su reflejo en el RC suele ser relativamente satisfactoria (ello es debido a que se
hallan reguladas en el mismo texto: el CC).
Los formatos de certificaciones, o la informació n que contienen, no es uniforme.
B. La LGP y el RENAPO
La Ley General de Població n (LGP)248 otorga competencias a la Federació n (vía Secretaría de
Gobernació n) en materia de identidad de las personas:
Artículo 85.- La Secretaría de Gobernació n tiene a su cargo el registro y la
acredi- tació n de la identidad de todas las personas residentes en el país y de los
nacionales que residan en el extranjero.
246
CC de Chiapas (1938): art. 34: “El registro civil es una institució n de cará cter y servicio publico, de interés social que tiene
por objeto inscribir, autorizar y dar publicidad a los actos del estado civil de las personas”. art. 35: “El registro civil mediante
la inscripció n de los actos del estado civil hará que las inscripciones y certificaciones surtan efectos contra terceros y que
hagan prueba plena, respecto a constancias existentes en los libros correspondientes” (artículos reformados, p.o. 10 de
octubre de 1990).
247
El art. 24 del Reglamento de RC de Sinaloa (1975) señ ala que “Sin perjuicio de la vigilancia encomendada a la Direcció n
del Registro por el artículo 53 del Có digo Civil para el Estado de Sinaloa, las autoridades municipales vigilará n la conducta
de los Oficiales del Registro Civil, limitá ndose a dar cuentas al Director del Registro de las faltas que cometieren dichos
funcionarios en cumplimiento de sus obligaciones, a fin de que dicten las providencias necesarias” (reformado segú n
Decreto publicado en el P.O. n. 134 del 4 de noviembre de 1992).
248
(Diario Oficial de la Federació n, 7 de enero de 1974 – varias reformas hasta la publicada en DOF 04-01-1999 – desarrollada
por el Reglamento de la LGP – RLGP - del añ o 2000. El RLGP derogó el anterior Reglamento de la Ley General de
Població n publicado en el Diario Oficial de la Federació n el 31 de agosto de 1992.
142 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
249
Los arts. 52 y ss. del RLGP completan esta regulació n.
V. Anexos – México|
El principal de mecanismo es la CURP (Clave Ú nica de Registro de Població n): art. 91: “Al
incorporar a una persona en el Registro Nacional de Població n, se le asignará una clave que
se denominará Clave Ú nica de Registro de Població n. Esta servirá para registrarla e
identificarla en forma individual”.
La CURP pretende ser el nú mero que acompañ e a todos los ciudadanos en su inscripció n
registral, en su identificació n y en el cumplimiento de sus deberes electorales250.
Ademá s de la CURP, la LGP establece otros mecanismos de coordinació n:
Artículo 93.- Las autoridades locales contribuirán a la integració n del Registro
Nacional de Població n. Al efecto, la Secretaría de Gobernació n celebrará con ellas,
convenios con los siguientes propó sitos:
I. Adoptar la normatividad a que se refiere el artículo anterior;
II. Recabar la informació n relativa a los nacimientos y defunciones de las per-
sonas a fin de integrar y mantener permanentemente actualizado el Registro
Nacional de Població n, y
III. Incluir en el acta correspondiente la Clave Ú nica de Registro de Població n al
registrar el nacimiento de las personas […]
La herramienta de coordinació n es el convenio interadministrativo entre la Federació n y
los Estados251. Desde el punto de vista operativo, la clave del sistema es que desde el
momento de la inscripció n en el RC los oficiales estatales de RC asignen la CURP: ello significa
que un organismo estatal (el RC) aplique normas federales (la LGP que regula la CURP).
Tanta importancia como los convenios en materia estrictamente de RC tienen los convenios
para el certificado unificado de nacimiento. La Secretaria de Salud, a través de la Direcció n
General de Informació n en Salud (DGIS) y del Subsistema de Informació n sobre Nacimientos
(SINAC) elaboró un formato de registro de nacimientos consensuado con varias instituciones del
Sector Salud en el que se recaba informació n de la madre, del recién nacido y del nacimiento,
así como de la persona que lo certifica.
Ante la necesidad de promover el uso del Certificado de Nacimiento en todo el país, se
estableció como acuerdo de la X Reunió n Ordinaria del Consejo Nacional de Salud, el
compromiso de “desarrollar estrategias para extender el certificado de nacido vivo en todas las
entidades federativas”. Con base en ello algunos Estados (Guanajuato, Hidalgo, Durango y
250
La CURP es obligatoria en el ámbito federal (art. 43 RLGP: “Las dependencias y entidades de la Administració n Pú blica
Federal que en virtud de sus atribuciones integren algú n registro de personas, deberá n adoptar el uso de la Clave Ú nica de
Registro de Població n como elemento de aquél”), pero su implementació n en el á mbito estatal depende de la suscripció n de
convenios entre la federació n y los Estados (Art. 44 RLGP: “La Secretaría promoverá , ante los gobiernos de las entidades
federativas, la celebració n de acuerdos de coordinació n para la adopció n y uso de la Clave Ú nica de Registro de Població n
en los registros de personas que competan a su ámbito”).
251
Los convenios entre la Federació n (vía Secretaría de Gobernació n) y los Estados en materia de RC se pueden encontrar en
http://www.ordenjuridico.gob.mx/PE/administracion/ventanas/desconcentrados/segob/od1.php
144 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
252
Véase la informació n que da la Secretaria de Salud en http://www.sesa-qro.gob.mx/agenda/llenado.pdf
V. Anexos – México|
D. La publicidad registral
El art. 83 RLGP establece la confidencialidad de los datos del RENAPO: “La informació n
contenida en el Registro Nacional de Població n será confidencial, y só lo podrá
proporcionarse mediante requerimiento expreso en los siguientes casos:
I. Al Instituto Federal Electoral para que integre los instrumentos electorales, y
II. A las dependencias y entidades pú blicas, respecto de los datos a que se refiere
el artículo 107 de la Ley para el ejercicio de sus funciones”253.
253
El art. 107 LGP señ ala que “La Cédula de Identidad Ciudadana contendrá cuando menos los siguientes datos y elementos
de identificació n:
I. Apellido paterno, apellido materno y nombre(s);
II. Clave Ú nica de Registro de Població n;
III. Fotografía del titular;
IV. Lugar de nacimiento;
V. Fecha de nacimiento; y
VI. Firma y huella dactilar”.
146 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
El CC federal da derecho a pedir y obtener copias del RC: art. 48: “Toda persona puede
pedir testimonio de las actas del Registro Civil, así como de los apuntes y documentos con ellas
relacionados, y los Jueces Registradores estará n obligados a darlo”.
Algunos CC estatales recogen una regla que por un lado facilita la solicitud de
informació n pero por otro lado limitando el derecho a obtener certificaciones (expedició n de
partidas) a quien acredite interés legítimo: el art. 45 del CC de Chiapas (1938), en redacció n dada
en 1982, establece que “Toda persona puede solicitar informació n sobre registros y apéndices
que obran en los archivos del registro civil. Las certificaciones o constancias solo podrán
expedirse a quien demuestre interés legitimo acreditado”.
Normalmente se establece la publicidad del RC: art. 3 del Reglamento del RC de Chiapas
(1995):
El Registro Civil en el Estado de Chiapas, funciona bajo un sistema de
publici- dad, que permite conocer en cualquier momento la personalidad
jurídica de sus habitantes y las circunstancias relacionadas con el estado civil
que lo determina indudablemente, sin perjuicio de que se pueda objetar de
falso.
E. Rectificaciones del RC
El CC federal marca la pauta de todos los demá s CC y leyes de RC en el sentido de establecer
la necesidad de proceso judicial – juicio de rectificació n de acta - para la rectificació n del RC
(o de datos sustantivos de los asientos) pero la simple petició n administrativa para la enmienda o
aclaració n de errores:
Artículo 134.- La rectificació n o modificació n de un acta de estado civil, no puede
hacerse sino ante el Poder Judicial y en virtud de sentencia de éste, salvo el reco-
nocimiento que voluntariamente haga un padre de su hijo, el cual se sujetará a las
prescripciones de este Có digo.
Artículo 135.- Ha lugar a pedir la rectificació n:
II. Por enmienda, cuando se solicite variar algú n nombre u otra circunstan-
cia, sea esencial o accidental.
Artículo 136.- Pueden pedir la rectificació n de un acta del estado civil:
II. Las que se mencionan en el acta como relacionadas con el estado civil de
alguno;
III. Los herederos de las personas comprendidas en las dos fracciones
ante- riores;
V. Anexos – México|
IV. Los que, segú n los artículos 348, 349 y 350, pueden continuar o intentar
la acció n de que en ellos se trata
Artículo 137.- El juicio de rectificació n de acta se seguirá en la forma que es-
tablezca en el Có digo de Procedimientos Civiles.
Artículo 138.- La sentencia que cause ejecutoria se comunicará al Juez del
Registro Civil y éste hará una referencia de ella al margen del acta
impugnada, sea que el fallo conceda o niegue la rectificació n.
Artículo 138 Bis.- La aclaració n de las actas del estado civil, procede cuando en
el Registro Civil existan errores mecanográ ficos, ortográficos o de otra
índole que no afecten los datos esenciales de aquéllas, y deberán tramitarse
ante la Oficina del Registro Civil.
El CC de Chiapas (de 1938) reitera la misma regla segú n la cual la rectificació n del RC se
realiza por vía judicial, pero la mera correcció n de errores es competencia del oficial de RC.
Art. 101: La rectificació n o modificació n de un acta del estado civil solo podrá
hacerse a virtud de sentencia dictada por la autoridad judicial, salvo el reconoci-
miento que voluntariamente haga un progenitor de su hijo, el cual se sujetará a las
prescripciones de este có digo (reformado, p.o. 13 de enero de 1982)
Art. 106: La aclaració n de las actas del estado civil procede cuando en el Regis-
tro existan errores mecanográ ficos, ortográ ficos o de otra índole, que no afecten
los datos esenciales de aquellas, y se tramitará en los términos que señ ala el
reglamento, debiendo la direcció n del registro civil resolver lo conducente (re-
formado, p.o. 3 de agosto de 1994).
El reglamento de RC de Sinaloa (1975) establece la vía judicial incluso para las meras
aclaraciones:
Artículo 16. Al asentarse las actas en las formas se observarán las prevenciones que
señ ala el artículo 45 del Có digo Civil, pudiéndose consignar abreviaturas só lo en el
caso de que en el acta relativa deba transcribirse algú n documento que las conten-
gas y que haya sido expedido por autoridad judicial competente.
Después de asentada el acta por el Oficial del Registro Civil y firmada por
quienes en ella intervinieron, no se podrá asentar algú n otro dato ni por vía de
aclaració n, salvo orden expresa girada por autoridad judicial competente.
Sin embargo, el art. 35 prevé la aclaració n por vía administrativa: “Procede la aclaració n de
las actas del estado civil, cuando en el Registro existan errores mecanográficos o de otra índole
que no afecten los datos esenciales de aquéllas” (reformado segú n Decreto publicado en el P.O.
No. 134 del 4 de noviembre de 1992).
148 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
La aclaració n de actas del estado civil de las personas, procede cuando en la elabo-
ració n del acta correspondiente, existan errores mecanográficos u ortográficos, que
no afecten los datos esenciales de aquellas. Dichos errores se entenderán como:
F.Inscripciones tardías
El CC de Chiapas (1938) reenvía al reglamento lo relativo a las inscripciones tardías:
Art 108.- los registros extemporáneos de las niñ as, niñ os o adolescentes se autoriza-
rán e inscribirán por los oficiales del registro civil, debiendo comparecer uno o ambos
padres de la niñ a, niñ o o adolescente y previo cumplimiento de los requisitos que
establezca el reglamento del registro civil. (Reformado, p.o. 3 de agosto de 1994)
Art. 109.- las personas mayores de dieciocho añ os podrá n obtener el registro ex-
temporáneo de nacimiento en la vía administrativa de acuerdo al procedimiento
que establezca el reglamento del registro civil.
A su vez el Reglamento de RC (1995) de Chiapas no es nada preciso respecto del coste o
de la multa: art. 114 “Los registros extemporá neos de los actos y hechos del estado civil de
las personas, causarán los derechos ordinarios, independientemente de las sanciones que señ alan
las leyes de la materia”. Los arts. 116 y 118 prevén procedimientos administrativos para la
inscrip- ció n tardía de menores y de mayores de edad (pero se da audiencia al Fiscal).
Los arts. 40 a 44 del Reglamento del RC de Sinaloa (1975) prevén también procedimientos
de inscripció n tardía de menores y de mayores de 7 añ os (no se contemplan multas).
extemporáneos de nacimiento, aquellos que se realicen después de seis meses del nacimiento.
Los Oficiales tomarán en consideració n ademá s de los requisitos establecidos en el presente
Reglamento, los siguientes:
I. Constancias de inexistencia de registro expedida por el Oficial de la cir-
cunscripció n donde ocurrió el nacimiento. En el caso de personas origina-
rias de otra Entidad Federativa, se requerirá la constancia expedida por el
Oficial del Registro Civil del lugar de nacimiento de la entidad
federativa de que se trate;
II. Para los menores de 3 añ os de edad, en caso de que el nacimiento hubiese
acontecido en alguna institució n de salud, la constancia de nacimien-
to expedida por dicha institució n de salud, la que deberá contener el
nombre, firma y nú mero de cédula profesional del médico que atendió el
parto;
III. Acta de matrimonio o de nacimiento recientes de los interesados;
IV. Constancia de fe de bautismo para las personas que cuenten con este
documento; y,
V. Constancia de origen y vecindad expedida por autoridad municipal del
interesado, o de los padres del menor, segú n el caso”.
G. Identificación
Existen dos cédulas de identidad: la Cédula de Identidad Ciudadana (para mayores de edad
inscritos en el RNC) y la Cédula de Identidad Personal (para menores de edad 254). Ambas hacen
prueba de la identidad: art. 104 LGP: “La Cédula de Identidad Ciudadana es el documento
oficial de identificació n que hace prueba plena sobre los datos de identidad que contiene en rela-
ció n con su titular”. Art. 105: “La Cédula de Identidad Ciudadana tendrá valor como medio de
identificació n personal ante todas las autoridades mexicanas ya sea en el país o en el extranjero,
y las personas físicas y morales con domicilio en el país”.
Segú n el art. 97 LGP, “El Registro Nacional de Ciudadanos y la expedició n de la Cédula
de Identidad Ciudadana son servicios de interés pú blico que presta el Estado, a través de la
Secretaría de Gobernació n”.
La obtenció n de la cédula es obligatoria para los mayores de edad (art. 98 LGP: “Los ciu-
dadanos mexicanos tienen la obligació n de inscribirse en el Registro Nacional de Ciudadanos
y obtener su Cédula de Identidad Ciudadana”), y ello só lo se produce si se aporta partida de
nacimiento: art. 99: “Para cumplir con la obligació n establecida en el artículo anterior los ciuda-
danos deben satisfacer los siguientes requisitos:
254
Art. 111 LGP: “La Secretaría de Gobernació n podrá expedir un documento de identificació n a los mexicanos menores de
18 añ os, en los té rminos establecidos por el reglamento de esta ley”.
150 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
II. Entregar copia certificada del acta de nacimiento o, en su caso, del certi-
ficado de nacionalidad o de la carta de naturalizació n”255.
H. Gratuidad
A nivel federal no hay regulació n de la gratuidad de de la inscripció n en el RC 256. Las leyes
estatales lo suelen considerar gratuito.
Tampoco lo hace el Reglamento de la ley orgá nica del registro civil de Michoacá n (Publi-
cado en el Perió dico Oficial, 11 de febrero de 2005, tomo CXXXV, nú m. 50):
Artículo 18. La titularidad de las Oficialías del Registro Civil estará a cargo de un
servidor pú blico denominado Oficial del Registro Civil, quien tendrá fe pú blica en el
desempeñ o de las labores a su cargo y será nombrado por el Gobernador conforme a lo
establecido en la Ley.
Ni la ley ni el reglamento establecen previsiones sobre la carrera del oficial de RC (el art. 20
de la ley prevé una serie muy completa de funciones y responsabilidades).
255
El art. 100 LGP señ ala sin embargo que la partida o certificació n puede ser sustituida por otro documento: “En los casos en
que por causas fundadas el ciudadano no pudiera entregar la copia certificada del acta de nacimiento, podrá ser sustituida
por los documentos que garanticen fehacientemente la veracidad de los datos personales del interesado, conforme lo
disponga el reglamento de esta ley”.
256
La regulació n que el CC federal hace del RC (arts. 35 a 138) no menciona el coste de la inscripció n.
V. Anexos – México|
Transitorio Tercero.- Toda denominació n de juez del Registro Civil, juez del Estado
Civil, encargado del Registro Civil u otra equivalente, hecha en cualquier ordenamien-
to del Estado de Michoacán de Ocampo, se entenderá referida al oficial del Registro
Civil.
Transitorio Cuarto.- Toda denominació n u anotació n de juez del Registro Civil, juez
del Estado Civil, encargado del Registro Civil u otra equivalente, hecha en las actas del
estado civil o formatos para certificació n de actos del estado civil, se entenderá referida
al oficial del Registro Civil.
Parece que comienza a afirmarse una incipiente profesionalizació n de los oficiales de RC.
Algunos Estados regulan los detalles de las oficialías de RC. El reglamento de la ley de RC
de Chiapas (1995) establece en su Capítulo XII reglas como las siguientes:
Artículo 20.
Artículo 21.
Para ser oficial del Registro Civil se requiere: ser mexicano por nacimiento en
ejercicio de sus derechos civiles y políticos, mayor de edad, de notoria honradez y
cursar la capacitació n y adiestramiento que para tal efecto le proporcione la Direc-
ció n del Registro Civil, debiendo aprobar la evaluació n realizada por la misma.
152 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
Artículo 23.
Los Oficiales tendrán las atribuciones y obligaciones que les conceda el Có digo
Civil vigente en el Estado, el presente ordenamiento y las demás leyes relativas
para autorizar los actos del estado civil de las personas en la jurisdicció n de sus
respectivas Oficialías.
Artículo 24.
Los empleados administrativos dependerán, en cuanto a su funció n, directamente
del Oficial del Registro Civil, quien atendiendo a sus aptitudes y a las
necesidades propias de la Oficialía, los adscribirá al trabajo que mejor convenga
al servicio.
Artículo 26.
Los Oficiales y empleados del Registro Civil, será n responsables de los dañ os y
perjuicios que causen, delitos y faltas administrativas en que incurran por acció n u
omisió n en el cumplimiento de sus funciones.
La regulació n de los deberes y atribuciones del oficial del RC es en ocasiones muy detallada:
art. 27 del reglamento de RC de Chiapas (1995) (algunos ejemplos):
Son facultades y obligaciones de los Oficiales del Registro Civil:
I. Celebrar y autorizar, con las excepciones de ley los actos y actas relativos
al estado civil de las personas, que establece el Có digo Civil vigente en el
Estado.
II. Solicitar y obtener oportunamente los formatos para inscribir los actos del
estado civil de las personas, las formas para expedició n de las copias certifi-
cadas y el material necesario para el ejercicio de sus funciones.
III. Autorizar con su firma y vigilar la inscripció n de anotaciones que modifi-
que el estado civil de las personas, que se tramiten en la propia Oficialía
o en las otras Oficialías del Estado, así como de aquellas que la Direcció n
autorice de las Oficialías de otras entidades y en su caso, tramitar ante la
Direcció n del Registro Civil las que deban realizarse fuera del Estado.
IV. Efectuar las anotaciones de rectificació n y aclaració n de las actas del estado
civil en los libros correspondientes, debiendo informar al archivo estatal
para que se realice la misma anotació n en el libro duplicado.
V. Los actos del estado civil que deban celebrarse fuera de la Oficialía, se
hará n en horario distinto al de labores; solo como excepció n y en casos
de extrema urgencia el Oficial asistirá inmediatamente.
VI. Verificar que los extranjeros que intervengan en cualquier acto del Registro
Civil comprueben suficientemente su estancia legal en el País, de acuerdo a
lo dispuesto por la Ley General de Població n.
V. Anexos – México|
G. Otras previsiones
Algunas leyes o reglamentos prevén expresamente la posibilidad o la necesidad de realizar cam-
pañ as de registro (art. 64 del reglamento de RC de Michoacán (2005): “La Direcció n deberá
de tomar las medidas necesarias para que por lo menos una vez al añ o se efectú en campañ as
257
Los arts. 118 a 136 completan muy detalladamente el procedimiento de supervisió n.
V. Anexos – México|
NICARAGUA
DERECHO INTERNaCIONaL
Nicaragua ratificó tanto la Convenció n sobre los Derechos del Niñ o así como la Convenció n
Americana sobre Derechos Humanos.
DERECHO CONSTITuCIONaL
La Constitució n Política de la Repú blica de Nicaragua fue publicada en la ciudad de Managua
el 9 de enero de 1987. Su artículo 16 establece como nacionales:
1. Los hijos de padre o madre nicaragü ense.
2. Los nacidos en el extranjero de padre o madre que originalmente fueron
nicaragü enses, siempre y cuando lo solicitaren después de alcanzar la
mayoría de edad o emancipació n.
3. Los infantes de padres extranjeros nacidos a borde de aeronaves y
embarcaciones nicaragü enses, siempre que ellos lo solicitaren.
En lo referido a la naturalizació n, se debe renunciar a la nacionalidad anterior.
Los artículo 175 y 176 divide el territorio nacional en Regiones, Departamentos y Municipios.
Considerando a este ú ltimo como “la unidad base de la divisió n política administrativa del país.
La ley determinará su nú mero y extensió n.”
LEYES Y REGLaMENTOS
En El Có digo Civil de la Repú blica de Nicaragua de 1904, el matrimonio es un contrato que
debe celebrarse ante un funcionario civil, el matrimonio religioso debe inscribirse en el registro
civil. En el caso de los nicaragü enses casados en el extranjero, tienen tres meses, una vez que
hayan retornado al país, para inscribir el contrato en el registro civil, bajo pena de multa.
El reconocimiento de hijos “ilegítimos” podrá hacerlo el padre en el registro civil. De acuer-
do al artículo 225, está prohibida la investigació n de la paternidad “ilegítima”. Salvo alguna
declaració n de paternidad, violació n y cuando el hijo se encuentra en resguardo del Estado. En
el caso de la maternidad, el artículo 226 permite su investigació n, salvo que buscase “atribuir
un hijo” a una mujer casada. Finalmente, “la investigació n de la paternidad o maternidad, só lo
puede intentarse en vida de los padres.”
Esta ley define al estado civil como “la calidad de un individuo en orden a sus relaciones
de familiares cuanto le confiere o impone determinados derechos y obligaciones civiles.” Que
se prueban por medio del registro civil. El encargado de dicho registro es un funcionario
nombra- do por la municipalidad y por el “jefe superior correspondiente” ante la inexistencia del
primero. El cargo de registrador exige ser abogado, notario o “instruido en derecho” en las
ciudades “cabeceras” de Distrito. El artículo 502 indica que en cada “ciudad, villa y pueblo”,
deberá haber una oficina de registro. Los sueldos provienen de los fondos municipales.
Art. 503.- En el Registro Civil se asentará n:
l. Los nacientes.
2. Los matrimonios.
7. Las defunciones.
158 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
dará en “el só tano del Banco Central de Nicaragua o en otro lugar apropiado.” Dichos asientos
de libros microfilmados que se encuentran en el registro central “podrán ser consultados por
cualquier persona natural o jurídica, previa autorizació n del Encargado de la Oficina Central.”
Ley de Cédula de Identidad. Ley nº 34, aprobada el 23 de Agosto de 1972.258 Esta ley hace
obligatoria la identificació n personal por medio de la cédula de identidad por lo que se crea
la Direcció n General de Cedulació n, que depende del Tribunal Supremo Electoral.
Esta ley crea también el Registro Central del Estado Civil “el cual se formará con las
trans- cripciones de las partidas que le deberán suministrar los Registros del Estado Civil que
funcio- nen en la Repú blica”. El director general de Cedulació n lo es también del Registro
Central del Estado Civil. La direcció n de la institució n también incluye a un representante de
los partidos políticos que obtuvieron el primero y segundo lugar en las elecciones para
“autoridades supre- mas” anteriores.
En cada municipio existe una comisió n local de cedulació n integrada por el registrador
del estado civil y dos miembros de cada partido político de las mismas características de
aquellos presentes en la direcció n nacional de la institució n.
Ley De Identificació n Ciudadana, ley nº 152 de 5 de marzo de 1993. 259 Esta ley establece
la Cédula de Identidad Ciudadana como el documento pú blico que identifica a los ciudadanos
nicaragü enses, a partir de los dieciséis añ os, para el ejercicio del sufragio y para los demás actos
que determinen las leyes de la Repú blica. Es obligació n del Estado otorgar dichas cédulas. Si la
persona no estuviese registrada en el registro de nacimiento puede reponer la partida presentan-
do la solicitud correspondiente, con testigos “de reconocida buena conducta e idoneidad”, ante
el juez local del lugar de nacimiento el cual deberá decidir en menos de cuarenta y ocho
horas.
Ley De Municipios, ley nº 40 de 2 de Julio de 1988. De acuerdo a esta ley, el municipio
ejerce la administració n del registro del estado civil en funció n a la direcció n “normativa y
metodoló gica” del Consejo Supremo Electoral. Se procura la coordinació n interinstitucional,
“respetando los mecanismos e Instrumentos de planificació n física y econó mica del Estado e
impulsando la inserció n del Municipio en los mismos.”
258
También se revisó el Reglamento De La Ley De Cedula De Identidad, Reglamento No. 48 de 23 de Agosto de 1973.
259
Incluye Ley De Reforma Y Adiciones A La Ley No. 152, Ley De Identificació n Ciudadana Ley No. 592, Aprobada el 13
de Julio del 2006.
16
PANAMÁ
DERECHO INTERNaCIONaL
Panamá ratificó tanto la Convenció n sobre los Derechos del Niñ o así como la Convenció n
Americana sobre Derechos Humanos.
DERECHO CONSTITuCIONaL
De acuerdo a la Constitució n de la Repú blica de Panamá de 1972260, El Estado acata “las
normas de Derecho Internacional” (art. 4) y la nacionalidad se adquiere por nacimiento (o
na- turalizació n o disposició n constitucional). Segú n el artículo 19, no hay discriminació n por raza,
nacimiento, clase social, sexo, religió n o ideas políticas. El artículo 52 indica que el “Estado
protege el matrimonio, la maternidad y la familia. La ley determinará lo relativo al estado civil.”
La ciudadanía se adquiere a los dieciocho añ os “sin distinció n de sexo.”
La Carta Magna reconoce las uniones de hecho y producen los mismos efectos del
matrimonio a los cinco añ os con la solicitud ante el registro civil.
En el capítulo tercero, la Constitució n establece al Tribunal electoral como ente autó nomo
el cual “vigilará y fiscalizará” las inscripciones de hechos y actos vitales, así como la expedició n
de la cédula de identidad personal (y el proceso electoral). Está encargado de reglamentar la
ley electoral, del censo nacional, tramitar los expedientes de inmigració n y naturalizació n.
Sus decisiones son inapelables salvo ante el recurso de inconstitucionalidad.
LEYES Y REGLaMENTOS
Ley del Registro Civil Ley 31 del 25 de julio de 2006. 261 El Tribunal Electoral cuenta con tres
“Direcciones Sustantivas” a través de las cuales presta de forma directa, en casi todos los distritos
del país, los servicios pú blicos que le están encomendados. Dichas direcciones son la Direcció n
Nacional del Registro Civil, la Direcció n Nacional de Cedulació n y la Direcció n Nacional
de Organizació n Electoral, las cuales trabajan en forma integrada en una misma plataforma
in- formá tica y en permanente coordinació n. Cada una de estas direcciones se encuentra a
cargo de un Director secundado por un Subdirector, ambos designados por término
indefinido Las Direcciones Nacionales de Registro Civil, Cedulació n y Organizació n Electoral
tienen a su vez
260
Reformada por los actos reformatorios de 1978, por el acto constitucional de 1983 y los actos legislativos, 1 de 1983 y 2 de
1994.
261
Modificada mediante la Ley 17 del 22 de mayo de 2007.
V. Anexos – Panamá|
Direcciones Regionales para descentralizar sus funciones, con competencia, en una provincia,
comarca indígena y, en ciertos casos, en un distrito considerando la cantidad de sus pobladores
o en varios distritos agrupados con base en ese mismo elemento y en la unidad territorial. El
Tribunal también cuenta con oficinas complementarias en casi todos los distritos del país en
donde se brindan los servicios de inscripció n de hechos vitales y actos jurídicos referentes al es-
tado civil, expedició n de certificaciones, cedulació n, inscripció n y renuncia de partidos políticos
y actualizació n del registro electoral.
Artículo 12. Ademá s de las facultades expresadas en el artículo anterior, la
Direc- ció n Nacional, mediante resolució n motivada, podrá :
Frente a las personas que suministren datos falsos al registrador será denunciado por el
delito de falsedad de documento pú blico.
Nunca podrá ser un nombre que perjudique o ponga en ridículo al menor, por lo que el oficial
registral puede negar la asignació n de un nombre. Decisió n que puede ser apelada al superior
inmediato.
Artículo 35. Si transcurridos seis meses del nacimiento ocurrido
con asistencia médica, no se efectuó la declaració n para la inscripció n
correspondiente, el Registro Civil ordenará , de oficio, la inscripció n con
base en los datos registrados en el parte clínico correspondiente.
El orden de los apellidos puede ser determinado por los padres si ambos reconocen la
filiació n. Ese orden se mantiene para aquellos con idéntica filiació n. Los mayores de edad
pueden invertir el orden o eliminar uno de ellos (por una sola vez). La madre soltera puede
inscribir al hijo con sus dos apellidos.
Respecto al matrimonio, se puede celebrar frente a una serie de autoridades (el Juez
competente, los Magistrados del Tribunal Electoral, el Director o Subdirector Nacional del
Registro Civil, el Director Regional del Registro Civil, los notarios pú blicos, los sacerdotes de
la Iglesia Cató lica o los ministros de los cultos religiosos con personería jurídica en la Repú blica
de Panamá, agentes consulares o diplomáticos, capitanes de buque de bandera panameñ a y las
autoridades indígenas dentro de su jurisdicció n).
Respecto a los cambios de nombre y apellidos, éstos pueden ser solicitados por los padres
por una sola vez, el titular podrá hacerlo hasta un añ o después que haya cumplido la mayoría
de edad. En otros casos “podrá n autorizarse por derecho de uso y costumbre, a solicitud de
parte interesada por intermedio de apoderado legal.” Para esto, se debe presentar tres pruebas
documentales que acrediten la celebració n de una serie de actos, durante cinco añ os, con “los
nombres y/o apellidos que se desea registrar.”262 El cambio de sexo se ordena por la
Direcció n Nacional del Registro Civil por solicitud con certificado médico forense que
determine el sexo del titular.
262 “Se exceptú an los nacimientos declarados de oficio, para los cuales bastará una prueba do-
cumental que acredite el uso del nombre en cualquier tiempo. En este supuesto, el interesado podrá
presentar la solicitud sin necesidad de apoderado judicial.”
|
PARAGUAY
DERECHO INTERNACIONAL
Paraguay ha ratificado la CDN (1990) y la Convenció n Americana sobre Derechos Humanos
(1989).
DERECHO CONSTITuCIONaL
La Constitució n (1992) apenas menciona el RC o el DI. Si alude a los documentos de identi-
ficació n (art. 35: “Los documentos identificatorios, licencias o constancias de las personas no
podrán ser incautados ni retenidos por las autoridades. Estas no podrán privarlas de ellos, salvo
los casos previstos en la ley”), y en lo referente al habeas data menciona los archivos y registros
(art. 135: “Toda persona puede acceder a la informació n y a los datos que sobre si misma, o
sobre sus bienes, obren en registros oficiales o privados de carácter pú blico, así como conocer el
uso que se haga de los mismos y de su finalidad. Podrá solicitar ante el magistrado competen-
te la actualizació n, la rectificació n o la destrucció n de aquellos, si fuesen erró neos o afectaran
ilegítimamente sus derechos”). Las reglas de adquisició n de la nacionalidad (art. 146) tampoco
mencionan al RC.
Existen previsiones respecto de las minorías étnicas: art. 63 (“De la identidad étnica:
Que- da reconocido y garantizado el derecho de los pueblos indígenas a preservar y a desarrollar
su identidad étnica en el respectivo hábitat. Tienen derecho, asimismo, a aplicar libremente
sus sistemas de organizació n política, social, econó mica, cultural y religiosa, al igual que la
volunta- ria sujeció n a sus normas consuetudinarias para la regulació n de la convivencia interior
siempre que ellas no atenten contra los derechos fundamentales establecidos en esta
Constitució n. En los conflictos jurisdiccionales se tendrá en cuenta el derecho
consuetudinario indígena”).
LEYES Y REgLAMENTOS
El RC paraguayo data de 1880. Siempre ha estado localizado en el seno del poder ejecutivo
(actualmente en el Ministerio de Justicia y Trabajo). La principal ley que lo regulaba fue la ley
nº 58 del añ o 1914, hoy derogada. Actualmente se regula por la ley nº 1266 del añ o 1987,
que ha sido reformada en un nú mero relativamente pequeñ o de ocasiones.
Se trata de un sistema de RC fuertemente centralizado. Existen 482 oficinas locales, en
fuerte dependencia de la Direcció n General de RC. La ley prevé la creació n de cabeceras de-
partamentales como ó rganos intermedios entre cada una de las oficinas y la oficina central en
Asunció n.
164 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
263
También lo es el certificado de nacido vivo (expedido por el servicio de salud) y la cedula de identidad civil (expedida
por el departamento de identificaciones de la policía).
|
PERÚ
DERECHO INTERNaCIONaL
Perú ratificó tanto la Convenció n sobre los Derechos del Niñ o264 así como la Convenció n Ame-
ricana sobre Derechos Humanos.
DERECHO CONSTITuCIONaL
De acuerdo a la Constitució n Política del Perú de 1993, el fin supremo del Estado es la
defensa de la persona y su dignidad; asimismo, el artículo 2 establece los derechos a la
identidad, a la integridad, a la igualdad ante la ley (“Nadie debe ser discriminado por motivo
de origen, raza, sexo, idioma, religió n, opinió n, condició n econó mica o de cualquiera otra
índole.”).
Además, todos tienen derecho a solicitar la informació n que requiera de cualquier entidad
pú blica, con la excepció n de la informació n que afecte la intimidad personal, también a que “los
servicios informáticos, computarizados o no, pú blicos o privados, no suministren informaciones
que afecten la intimidad personal y familiar.”
El Estado reconoce la identidad étnica y cultural y protege la pluralidad de la Nació n. Por
lo mismo, todo peruano puede emplear su propio idioma ante cualquier autoridad mediante
intérprete.
Todos tienen derecho a la nacionalidad y a obtener o renovar el pasaporte.
264
Ratificado en agosto de 1990 mediante Resolució n Legislativa Nº 25278. Perú ratificó la Convenció n Americana sobre
Derechos Humanos en diciembre de 1978.
166 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
Segú n el artículo 177, “El sistema electoral está conformado por el Jurado Nacional de
Elecciones; la Oficina Nacional de Procesos Electorales; y el Registro Nacional de Identifica-
ció n y Estado Civil (RENIEC). Actú an con autonomía y mantienen entre sí relaciones de co-
ordinació n, de acuerdo con sus atribuciones.” El jefe del RENIEC es nombrado por el Consejo
Nacional de la Magistratura por cuatro añ os.
El Registro Nacional de Identificació n y Estado Civil tiene a su cargo la inscrip-
ció n de los nacimientos, matrimonios, divorcios, defunciones, y otros actos que
modifican el estado civil. Emite las constancias correspondientes. Prepara y
man- tiene actualizado el padró n electoral. Proporciona al Jurado Nacional de
Eleccio- nes y a la Oficina Nacional de Procesos Electorales la informació n
necesaria para el cumplimiento de sus funciones. Mantiene el registro de
identificació n de los ciudadanos y emite los documentos que acreditan su
identidad.
LEYES Y REGLaMENTOS
Ley Orgánica nº 26497 de 12 de Julio de 1995. Por medio de esta ley se crea el Registro Na-
cional de Identificació n y Estado civil (RENIEC) como un organismo autó nomo “y goza
de atribuciones en materia registral, técnica, administrativa, econó mica y financiera.” Es la
entidad a cargo de organizar y mantener el registro ú nico y de inscripció n. “Con tal fin
desarrollará técnicas y procedimientos automatizados que permitan un manejo integrado y
eficaz de la in- formació n.” La Ley Orgá nica exige la existencia de un nú mero ú nico de
identificació n.
Artículo 7°. - Son funciones del Registro Nacional de Identificació n y Estado Civil:
a) Planear, organizar, dirigir, normar y racionalizar las inscripciones de su
com- petencia
b) Registrar los nacimientos, matrimonios, divorcios, defunciones y demás actos
que modifiquen el estado civil de las personas, así como las resoluciones judi-
ciales o administrativas que a ellos se refieran susceptibles de inscripció n y los
demá s actos que señ ale la ley
c) Emitir las constancias de inscripció n correspondientes
d) Preparar y mantener actualizado el padró n electoral en coordinació n con la
Oficina Nacional de Procesos Electorales
e) Proporcionar al Jurado Nacional de Elecciones y a la Oficina Nacional de
Procesos Electorales la informació n necesaria para el cumplimiento de sus
funciones
f) Mantener el Registro de Identificació n de las personas
g) Emitir el documento ú nico que acredita la identidad de las personas, así como
sus duplicados
V. Anexos – Perú|
a) Los nacimientos
b) Los matrimonios
c) Las defunciones
n) El reconocimiento de hijos
o) Las adopciones
q) Los actos que, en general, modifiquen el estado civil de las personas, las re-
soluciones judiciales o administrativas susceptibles de inscripció n y los demás
actos que la ley señ ale.
De acuerdo al artículo 46, los hospitales pú blicos deben realizar la inscripció n de nacimien-
to dentro de los 3 días de ocurrido el hecho en la oficina de RENIEC presente en el centro de
salud. En los demás casos el plazo es de 30 días. Los menores no inscritos dentro de este plazo,
V. Anexos – Perú|
pueden serlo a “solicitud de sus padres, tutores, guardadores, hermanos mayores de edad o quie-
nes ejerzan su tenencia, bajo las mismas condiciones que una inscripció n ordinaria. En el
caso de los mayores de 18 añ os no inscritos, se podrá solicitar por los padres con consentimiento
del interesado.
Artículo 51°. - Excepcionalmente, en los lugares de difícil acceso a los centros
poblados que poseen registros civiles, tales como zonas fronterizas, regiones de
selva y ceja de selva y comunidades campesinas y nativas, la inscripció n (…) podrá
ser efectuada por las guarniciones militares de frontera o por los misioneros debi-
damente autorizados por la Direcció n nacional, dando cuenta a la oficina registral
que corresponda.
El artículo 53 establece como imprescriptible el derecho para impugnar judicialmente las
partidas inscritas, pudiendo ejercerlo toda persona que por tal inscripció n se sienta afectada en
sus derechos legítimos.
Todos los centros de salud tienen la obligació n de informar a la oficina de registro los
nacimientos que allí hayan ocurrido mensualmente con la sanció n correspondiente por incum-
pliendo.
Por medio de disposiciones complementarias, esta ley indica que el personal y la documen-
tació n relativa a registro civil en los gobiernos locales se incorpora a la jurisdicció n de
RENIEC. Asimismo, se modifican el Có digo de los Niñ os y Adolescentes (Decreto Ley nº
26102) en lo referido a los derechos al nombre265, identidad y nacionalidad:
265
De acuerdo al Có digo Civil peruano (Decreto Legislativo Nº 295 de 1984), se reconocen los siguientes procedimientos
en el otorgamiento de los nombres y apellidos del niñ o:
Articulo 19º.- Derecho al nombre
Toda persona tiene el derecho y el deber de llevar un nombre. Este incluye los apellidos.
Articulo 20º.- Nombre del hijo matrimonial
Al hijo matrimonial le corresponden el primer apellido del padre y el primero de la
madre. Articulo 21º.- Nombre del hijo extramatrimonial
Al hijo extramatrimonial le corresponden los apellidos del progenitor que lo haya reconocido. Si es reconocido por ambos
lleva el primer apellido de los dos.
Rige la misma regla en caso de filiació n por declaració n
judicial. Artículo 22º.- Nombre del adoptado
El adoptado lleva los apellidos del adoptante o adoptantes.
Articulo 23º.- Nombre del recién nacido de padres
desconocidos
El recién nacido cuyos progenitores son desconocidos debe ser inscrito con el nombre adecuado que le asigne el registrador
del estado civil.
Artículo 29º.- Cambio o adició n de nombre
Nadie puede cambiar su nombre ni hacerle adiciones, salvo por motivos justificados y mediante autorizació n judicial,
debidamente publicada e inscrita.
El cambio o adició n del nombre alcanza, si fuere el caso, al có nyuge y a los hijos menores de
edad. Articulo 32º.- Protecció n jurídica del seudó nimo
El seudó nimo, cuando adquiere la importancia del nombre, goza de la misma protecció n jurídica dispensada a este.
170 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
URUGUAY
DERECHO INTERNaCIONaL
Uruguay ratificó la Convenció n sobre los Derechos del Niñ o266 así como la Convenció n Ame-
ricana sobre Derechos Humanos.267
DERECHO CONSTITuCIONaL
La Constitució n de la Repú blica Uruguaya de 1967268 reconoce en su artículo 8 la igualdad
ante la ley, “no reconociéndose otra distinció n entre (las personas) sino la de los talentos o las
virtudes.”
La Carta Magna reconoce dos tipos de ciudadanos: los legales y los naturales. Los natu-
rales son aquellos que adquieren la ciudadanía por Jus Soli o Jus Sanguinis, mientras los legales
son aquellos extranjeros que se naturalizan al tener una familia en Uruguay o cinco añ os de
residencia. La nacionalidad no se pierde al adquirir otra, más “la ciudadanía legal se pierde por
cualquier otra forma de naturalizació n ulterior.”
Para poder ejercer el voto se necesita estar inscrito en el registro civil. Asimismo, toda
reforma de la ley actual (o nueva ley también) sobre registro civil requiere dos tercios del voto
total de la Cá mara.
LEYES Y REGLaMENTOS
Có digo Civil de 1868.269 De acuerdo al Có digo Civil uruguayo, las partidas del registro
civil así como las escrituras pú blicas y los testamentos se emplearán para probar el estado civil
de un hijo natural o también por sentencia que establezca la “filiació n natural”. En ese
sentido, los hijos se declaran legítimos sin tomar en cuenta la determinació n que establezca los
libros en parroquias de la iglesia.
En caso de existir mala fe de parte de los cónyuges, los hijos se consideran “hijos naturales
reconocidos”. Asimismo, el Có digo Civil reconoce como legítimos solo aquellos que provengan
de un matrimonio civil y los “legitimados adoptivamente”. Sin embargo, la calidad de “hijo
266
Ratificado por la Ley 16.137 de septiembre de 1990.
267
Uruguay ratificó el Pacto de San José de Costa Rica por medio de la Ley 15.737 de fecha 8 de marzo de 1985.
268
Con las modificaciones plebiscitadas el 26 de noviembre de 1989, el 26 de noviembre de 1994, el 8 de diciembre de
1996 y el 31 de octubre de 2004.
269
Con las modificaciones de la ley 16.603 de 1994.
172 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
natural” se da solo al ser declarados como tales. En caso de “posesió n notoria”, o convivencia
demostrable por diez añ os, se otorga la paternidad al hombre de la misma. Persona
concebida dentro del matrimonio es aquella que nace después de los 180 días después del mismo
y 300 días antes de la disolució n del vínculo matrimonial.
Antes de la celebració n del matrimonio religioso se debe contar con certificació n del Oficial
del Estado Civil, sin la cual el ministro o pastor religioso será condenado a 6 meses de pena
privativa de libertad (un añ o en caso de reincidencia).
Son impedimentos para el matrimonio: si el hombre es menor de 14 añ os y la mujer no
ha cumplido los doce añ os de edad. La falta de consentimiento, el vínculo anterior no
disuelto, el parentesco en línea recta de consaguinidad o afinidad, tentativa de homicidio de
parte de uno de ellos y la falta de consagració n religiosa en caso que esté presente como
condició n resolutoria en el contrato. Se necesita el consentimiento de los padres o del tutor
para que los menores de 18 se puedan casar.
Ley del Registro del Estado Civil. Decreto-Ley 1.430 de fecha 12 de febrero de 1879. 270
Por medio de esta ley se creó el Registro de Estado Civil con el objeto de inscribir hechos y
actos vitales así como reconocimientos y legitimaciones de filiació n. Los Jueces de Paz son los
encargados de este trabajo quienes también son oficiales del estado civil. Asimismo, los centros
de salud deben informar a los jueces de paz sobre los nacimientos que ocurriesen en los mismos
para su registro generando una inscripció n de oficio.
Aunque sigue vigente este tipo de procedimiento de inscripció n, la Ley Nº 16.170 del 28
de diciembre de 1990 le otorga competencia exclusiva de las inscripciones al Registro de Estado
Civil (en su totalidad a partir del 2010)271, el cual puede, con “previa vista del Ministerio Pú blico
y Fiscal” procede a realizar las inscripciones que no se realizaron dentro de los plazos legales (10
días há biles a partir del Nacimiento en zonas urbanas y 20 días há biles en zona rural).”
Có digo De La Niñ ez y La Adolescencia, Ley nº 17.823 de 7 de septiembre de 2004. Este
có digo establece a la Convenció n sobre los Derechos del Niñ o (ademá s de otros instrumentos
internacionales) como forma de interpretació n del mismo. El artículo 9 declara al derecho a
la identidad como un derecho inherente de los niñ os y adolescentes. El artículo 23 reconoce
que todo niñ o tiene derecho a conocer a sus padres.
De acuerdo al artículo 25, todos los centros de salud deben llevar registro de los nacimientos,
incluyendo impresió n plantar y digital del recién nacido, del cual se le entrega una copia a la madre
y otro se envía al registro civil. Esta responsabilidad se extiende a cualquier médico o partero.
270
Ley presentada en funció n a la informació n presente en: Ministerio de Educació n y Cultura de Uruguay, El Derecho a la
Identidad en Uruguay, IV Encuentro de Directores de Registro Civil, Identificació n y Estadísticas Vitales, 2007.
271
“ARTÍCULO 39.- El Registro de Estado Civil, a cargo de los Jueces de Paz del Interior de la Repú blica pasará a
funcionar, antes del 1º de enero de 2010, en Oficinas dependientes de la Direcció n General del Registro de Estado Civil.
La recaudació n por concepto de esta actividad que cumplan las sedes del Poder Judicial en el Interior, será transferida a
é ste con destino a financiar los gastos de funcionamiento e inversiones que requiere dicho servicio.”
V. Anexos – Uruguay|
272
Ministerio de Educació n y Cultura de Uruguay, El Derecho a la Identidad en Uruguay, IV Encuentro de Directores
de Registro Civil, Identificació n y Estadísticas Vitales, 2007.
17
DERECHO INTERNaCIONaL
Venezuela ha ratificado la CDN (1990) y la Convenció n Americana sobre Derechos Humanos
(1977 – con reservas que no se refieren al RC o al DI).
DERECHO CONSTITuCIONaL
La constitució n de 1999 contiene varias menciones relevantes para el DI y el RC. Se menciona
expresamente el RC en el art. 56: “Toda persona tiene derecho a un nombre propio, al apellido
del padre y al de la madre, y a conocer la identidad de los mismos. El Estado garantizará el
derecho a investigar la maternidad y la paternidad. Toda persona tiene derecho a ser inscritas
gratuitamente en el registro civil después de su nacimiento y a obtener documentos pú blicos que
comprueben su identidad bioló gica, de conformidad con la ley. É stos no contendrá n menció n
alguna que califique la filiació n”.
Existe una referencia indirecta al DI, ya que el art. 78 alude expresamente a la CDN (cuyo
art. 8 reconoce el DI): “Los niñ os, niñ as y adolescentes son sujetos plenos de derecho y estarán
protegidos por la legislació n, ó rganos y tribunales especializados, los cuales respetarán, garan-
tizará n y desarrollará n los contenidos de esta Constitució n, la Convenció n sobre los Derechos
del Niñ o y demá s tratados internacionales que en esta materia haya suscrito y ratificado la
Repú blica”.
Al igual que otros países, reconoce el habeas data respecto de los datos de cualquier registro
pú blico privado273. En lo referente a la adquisició n de la nacionalidad (arts. 32 a 38) no hay
menció n del RC. Hay previsiones específicas respecto de los derechos de los pueblos indígenas
(arts. 119 a 126).
El art. 156 atribuye al poder pú blico nacional 274 la competencia sobre servicios de identifi-
cació n (apartado 5), sobre censos y estadísticas nacionales (apartado 18) y sobre legislació n civil,
273
Artículo 28. Toda persona tiene derecho de acceder a la informació n y a los datos que sobre sí misma o sobre sus bienes
consten en registros oficiales o privados, con las excepciones que establezca la ley, así como de conocer el uso que se haga
de los mismos y su finalidad, y a solicitar ante el tribunal competente la actualizació n, la rectificació n o la destrucció n
de aquellos, si fuesen erró neos o afectasen ilegítimamente sus derechos. Igualmente, podrá acceder a documentos de
cualquier naturaleza que contengan informació n cuyo conocimiento sea de interés para comunidades o grupos de
personas. Queda a salvo el secreto de las fuentes de informació n periodística y de otras profesiones que determine
la ley.
274
El art. 136 lo define como “El Poder Pú blico se distribuye entre el Poder Municipal, el Poder Estadal y el Poder Nacional.
El Poder Pú blico Nacional se divide en Legislativo, Ejecutivo, Judicial, Ciudadano y Electoral”.
V. Anexos – República Bolivariana de Venezuela|
electoral y sobre notarías y registro pú blico (apartado 32). Dentro del poder pú blico
nacional, es el poder electoral el encargado del RC: art. 292: “El Poder Electoral se ejerce por
el Consejo Nacional Electoral como ente rector y, como organismos subordinados a éste, la Junta
Electoral Nacional, la Comisió n de Registro Civil y Electoral y la Comisió n de Participació n
Política y Financiamiento, con la organizació n y el funcionamiento que establezca la ley orgánica
respec- tiva”. Art. 293: “El Poder Electoral tienen por funció n: … 7. Mantener, organizar,
dirigir y su- pervisar el Registro Civil y Electoral”. Del poder electoral se predica la
independencia respecto de los partidos, así como otros principios275.
LEYES Y REGLaMENTOS276
Venezuela carece de una ley de RC. La regulació n del RC, identidad e identificació n está dis-
persa en diversas normas. En 2007 la CNE y el Gobierno enviaron a la Asamblea Nacional un
proyecto de ley orgá nica de registro del estado civil de las personas.
Conforme a la ley orgánica del poder electoral (2002), el RC depende del poder electoral.
En concreto, de una subsecció n del mismo, la Comisió n de Registro Civil y Electoral, formada
por la Oficina Nacional de Registro Civil del Poder Electoral, la Oficina Nacional de Registro
Electoral y la Oficina Nacional de Supervisió n de Registro Civil constante Identificació n (art.
59 de dicha LO). El art. 57 de la LO del poder electoral (2002) señ ala que “La Comisió n
de Registro Civil y Electoral es el ó rgano a cuyo cargo está la centralizació n de la informació n
del Registro del Estado Civil de las personas naturales, el cual se forma de la manera prevista
en la ley respectiva. Igualmente asumen la formació n, organizació n, supervisió n y
actualizació n del Registro Civil y Electoral”277.
275
Art. 294: “Los ó rganos del Poder Electoral se rigen por los principios de independencia orgá nica, autonomía funcional y
presupuestaria, despartidizació n de los organismos electorales, imparcialidad y participació n ciudadana; descentralizació n
de la administració n electoral, transparencia y celeridad del acto de votació n y escrutinios”.
276
Informació n: http://www.cne.gov.ve/
277
El art. 59 añ ade que “La Comisió n de Registro Civil y Electoral tiene las siguientes funciones:
1. Planificar, coordinar, supervisar y controlar el Registro Civil y Electoral y conservar libros, actas y demás
documentos correspondientes.
2. Proponer ante el Consejo Nacional Electoral para su aprobació n, las normas y procedimientos que habrá n de
seguirse para el levantamiento e inscripció n del Registro del Estado Civil de las personas, así como para el control y
seguimiento de dicho Registro.
3. Girar instrucciones de obligatorio cumplimiento previa aprobació n del Consejo Nacional Electoral, a las alcaldesas y los
alcaldes y otros funcionarios para la inscripció n y levantamiento de las actas de Registro del Estado Civil de las
personas.
4. Proponer ante el Consejo Nacional Electoral las personas a ser designadas agentes auxiliares para el levantamiento e
inscripció n del Registro del Estado Civil de las personas en casos especiales o excepcionales.
5. Depurar en forma continua y efectiva el Registro Electoral y publicarlo en los términos establecidos en la ley, para su
posterior remisió n a la Junta Nacional Electoral.
6. Recibir de la Junta Nacional Electoral para su revisió n y depuració n las listas de los elegibles para cumplir con el Servicio
Electoral, de conformidad con lo establecido en la ley, y posteriormente devolverlas a dicha Junta.
7. Las demás funciones que le confiera la ley y el reglamento”.
176 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
Sin embargo, la responsabilidad inmediata del RC no es del CNE sino de los Municipios.
278
El CC establece otros sistemas de supervisió n en su art. 461: “Corresponde al Síndico Procurador Municipal ejercer las
funciones de inspeccionar los registros del estado civil de su jurisdicció n. Este funcionario cuidará , en visitas
perió dicas, semestralmente por lo menos, de que los asientos se lleven al día y se hagan en debida forma; excitará al
encargado de llevar los libros a remediar a la mayor brevedad el atraso o descuidos que observe, y, caso de negligencia
persistente, a pesar de la excitació n, lo comunicará al Concejo; examinará perió dicamente la colecció n de los registros ya
archivados en la Oficina de origen, y, caso de hallar que falten en todo o en parte los de uno o más añ os, se informará
personalmente o por la vía telegrá fica en la Oficina Principal de Registro respectiva, si en ésta existe el duplicado de los
ejemplares perdidos o destruidos, y, en caso afirmativo, lo comunicará al Concejo a fin de que éste disponga lo necesario para
que se obtenga una copia certificada de dichos duplicados, destinada a llenar los vacíos aludidos”. Los arts. 492 y 493 prevén
una supervisió n por parte del Juez: art. 492 “La expresada Autoridad [la primera autoridad civil de la parroquia o
municipio] remitirá al Juez de Primera Instancia, en los quince primeros días del mes de enero, uno de los ejemplares
de cada registro, junto con el legajo de comprobantes correspondientes. Si aquella Autoridad no hiciere la remisió n en
el lapso establecido, el Juez le oficiará ordená ndole que la haga en el té rmino de la distancia”.
Artículo 493: “Los Jueces de Primera Instancia examinará n cuidadosa y atentamente los registros, y
si notaren faltas u omisiones materiales que puedan salvarse sin necesidad de hacer alteració n o modificació n alguna
en el texto del acta, devolverá n los libros al funcionario respectivo para que subsane la falta u omisió n”.
V. Anexos – República Bolivariana de Venezuela|
La ley Orgá nica de Identificació n (1972) diferencia entre identidad y cedulació n, y esta-
blece la obligatoriedad de la identificació n desde el nacimiento (la cédula de identidad só lo es
obligatoria desde los 16 añ os, y facultativa desde de los 9: art. 10): art. 3: “La identificació n
de la persona se iniciará desde el momento de su nacimiento o de su ingreso al país, de
acuerdo con lo que establezca el Reglamento. Son elementos básicos de identificació n de la
persona, su nombre, apellidos, sexo y los dibujos de sus crestas papilares. Para la
identificació n se utiliza- rá n fichas que se conservará n en un archivo central de la Oficina
Nacional de Identificació n. La Oficina Nacional de Identificació n establecerá el método
aplicable a la identificació n de la persona recién nacida y proveerá lo necesario para la
elaboració n de las fichas de las personas nacidas en el extranjero, cuando resulte
procedente”.
Ello fue desarrollado en 1998 por la ley orgá nica para la protecció n del niñ o y del adoles-
cente, cuyo art. 17 reconoce el derecho a la identificació n:
Todos los niñ os tienen el derecho a ser identificados, inmediatamente después de
su nacimiento. A tal efecto, el Estado debe garantizar que los recién nacidos sean
identificados obligatoria y oportunamente, estableciendo el vínculo filial con la
madre.
Parágrafo Primero: Las instituciones, centros y servicios de salud, pú blicos y priva-
dos, deben llevar un registro de los casos de nacimientos que se produzcan en los
mismos, por medio de fichas médicas individuales, en las cuales constará, además
de los datos médicos pertinentes, la identificació n del recién nacido mediante el
registro de su impresió n dactilar y plantar, y la impresió n dactilar, nombre y la edad
de la madre, así como la fecha y hora del nacimiento del niñ o, sin perjuicio de otros
métodos de identificació n.
Pará grafo Segundo: Las declaraciones formuladas a la máxima autoridad de
la institució n pú blica de salud donde nace el niñ o, constituye prueba de la
filiació n, en los mismos términos que las declaraciones hechas ante los funcio-
narios del estado civil.
A nivel organizativo, los RC dependen de los municipios y no del poder electoral. Es el
sistema tradicional, que recogió en CC en 1982 en el art. 446: “La Primera Autoridad
Civil de la Parroquia o Municipio llevará por duplicado los registros de que trata el artículo
anterior en tres libros, a saber: uno de nacimientos, otro de matrimonios y el otro de
defunciones”. La ley Orgá nica del Poder Pú blico Municipal (2005) establece en su art. 88.14
que “El alcalde o alcaldesa tendrá las siguientes atribuciones y obligaciones: […] realizar las
atribuciones que en materia del Registro Civil del Municipio le asigne el Poder
Electoral”280.
la cédula de identidad estará sometido al control y fiscalizació n del Consejo Supremo Electoral,
funciones que cumplirá este organismo por intermedio del Fiscal General de Cedulació n y de los
fiscales auxiliares dependientes de aquél”.
280
El hoy derogado art. 77 de la Ley Orgánica de Régimen Municipal 1989 disponía que “Corresponden al alcalde, como
V. Anexos – República Bolivariana de Venezuela|
Conforme al CC (art. 82), “El matrimonio se celebrará ante uno cualquiera de los siguien-
tes funcionarios: Primera Autoridad Civil de la Parroquia o Municipio, Presidente de la Junta
Comunal, Juez de la Parroquia o Municipio, Jefe Civil del Distrito o Presidente del
Concejo Municipal”. Del mismo modo, se encomienda al Alcalde la redacció n del acta y la
automática inscripció n en el RC: art. 91 “Cuando quien presencie el matrimonio sea la
Primera Autoridad Civil del Municipio o Parroquia, extenderá el acta en uno de los dos
ejemplares del registro de matrimonios, y la copiará y certificará en el otro. Si el matrimonio se
celebrare ante cualquiera otro funcionario autorizado, se extenderá el acta en el libro de registro
de matrimonios, y enviará de ella inmediatamente copia certificada a la Primera Autoridad
Civil del Municipio, quien la copiará y certificará con toda preferencia en los dos libros
respectivos.
También, para que la certifique en el registro de matrimonios, enviará la Primera Autoridad
Civil del Municipio o Parroquia al Presidente del Concejo Municipal, copia certificada del acta
del matrimonio que autorice cualquier otro funcionario que no sea el Presidente del Concejo
Municipal.
Los expedientes de matrimonios celebrados ante otro funcionario que no sea el Presidente
del Concejo Municipal, serán remitidos a éste, para su archivo, dentro de los tres días siguientes
a la celebració n.
El funcionario que autorice el matrimonio entregará a los interesados, a la mayor brevedad
posible, copia certificada del acta de matrimonio”.
El régimen de los registradores civiles esta determinado por las leyes municipales, con even-
tual participació n del CNE281.
El artículo 37 de ley orgánica de identificació n (1972) establecía la gratuidad de todos los
documentos conducentes a la identificació n (aparentemente también de la partida de nacimien-
to): “La expedició n de cualquier documento necesario para la obtenció n de la cédula de iden-
tidad será gratuita, y los funcionarios del Registro Civil, del Poder Judicial y de cualquier otra
dependencia oficial no podrá n hacer cobro alguno por ese concepto a los ciudadanos que los
soliciten”. Ello fue confirmado por el art. 21 de la LO niñ o, niñ a y adolescente (1998): “Expedi-
ció n gratuita de la partida de nacimiento. La autoridad del estado civil expedirá gratuitamente
la primera copia de la partida de nacimiento, en todos aquellos casos en que la presentació n del
niñ o se realice en el término previsto en el artículo anterior. Dicha expedició n debe ser hecha en
un plazo no mayor de veinticuatro horas”.
presidente de la cá mara municipal o de la distrital, segú n el caso, las atribuciones siguientes: … 6° Cumplir con las
obligaciones que le imponga el có digo civil en relació n con los actos y registros referentes al estado civil y con las que le
atribuyan otras normas nacionales, estadales, municipales y distritales”.
281
El art. 33 de la ley orgá nica del poder electoral (2002) establece que “el Consejo Nacional Electoral tiene la siguiente
competencia: … 19. Designar a las o los agentes auxiliares propuestos por la Comisió n de Registro Civil y Electoral
para el levantamiento e inscripció n del Registro del Estado Civil de las personas, y participar tal designació n al ó rgano
competente, de acuerdo con la ley respectiva”.
180 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
Las rectificaciones de los asientos del RC se realizan por vía judicial. Art. 462 del CC: “Ex-
tendido y firmado un asiento, no podrá ser rectificado o adicionado, sino en virtud de sentencia
judicial, salvo el caso de que estando todavía presentes el declarante y testigos, alguno de éstos
o el funcionario mismo, se dieren cuenta de alguna inexactitud o de algú n vacío, pues entonces
podrá hacer la correcció n o adició n inmediatamente después de las firmas, suscribiendo todos
los intervinientes la modificació n”282.
Finalmente, la disp. trans. tercera de la ley orgánica del poder electoral (2002) establecía
que “el Consejo Nacional Electoral dentro del primer añ o siguiente a su instalació n elaborará
el Proyecto de Ley de Registro del Estado Civil de las Personas, el Proyecto de Ley de los Pro-
cesos Electorales y de Referendos, y lo presentará ante la Asamblea Nacional”. El plazo no se
cumplió , pero la ley de RC se comenzó a tramitar a finales de 2007283.
282
El art. 501 precisa que “Ninguna partida de los registros del estado civil podrá reformarse después de extendida y firmada,
salvo el caso previsto en el artículo 462, sino en virtud de sentencia ejecutoriada, y por orden del Tribunal de Primera
Instancia a cuya jurisdicció n corresponda la Parroquia o Municipio donde se extendió la partida”.
283
El texto del proyecto de ley puede consultarse en http://www.cne.gov.ve/documentos/pdf/PROYECTO_DE_LEY_
ORGANICA_DEL_REGISTRO_CVIL_OCTUBRE_2007.pdf
Programa de Universalización de la Identidad Civil en las
Américas Departamento de Modernización y Gobernabilidad
Secretaría de Asuntos Políticos
Organización de los Estados
Americanos