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Diagnostico Legal S

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Programa de Universalización de la Identidad Civil en las

Américas

Diagnóstico del Marco


Jurídico-Institucional y Administrativo
de los Sistemas de Registro Civil
en América Latina
DIAGNÓSTICO DEL MARCO
JURÍDICO-INSTITUCIONAL Y ADMINISTRATIVO
DE LOS SISTEMAS DE REGISTRO CIVIL
EN AMÉRICA LATINA

Programa de Universalizació n de la Identidad Civil en las Américas


Departamento de Modernizació n y Gobernabilidad
Secretaría de Asuntos Políticos
Organizació n de los Estados Americanos

Washington D.C., 2010


ISBN 978-0-8270-5429-5

OEA/Ser.D/XX

SG/SAP/III.14

Secretaría de Asuntos Políticos (SAP)


Secretario ejecutivo: Embajador Víctor Rico

Departamento de Modernización del Estado y Gobernabilidad (DMEG)


Director: Robert Devlin
Sub Director: Pablo Zúñiga

Programa de Universalización de la Identidad Civil en las Américas (PUICA)


Gerente: Félix Ortega
Este documento fue realizado por

Diego Molina Rey de Castro, Especialista de PUICA,


y
Miguel Beltrán de Felipe, Consultor del mismo Programa.

Las opiniones aquí contenidas son de los


autores y no necesariamente las de la
Organizació n.
|v

RESUMEN EjECUTIvo

M
ás allá de la heterogeneidad de los sistemas de registro civil en cada país, así como de
los diversos factores que afectan el funcionamiento de dichas instituciones, conocer
las leyes y la normativa relacionada a su estructura, es un esfuerzo necesario para
mostrar la situació n actual, los está ndares de funcionamiento y las capacidades de acció n de
los registros civiles. El reconocimiento de los derechos humanos, la dispersió n de los temas
registrales en diversas leyes —algunas de gran antigü edad—, los esfuerzos de coordinació n
normativa, especialmente en países federales, y la independencia de los registros civiles son
factores que se analizan comparativamente con el objetivo que sean de utilidad para entender
a estas instituciones que cada vez toman mayor importancia como generadores de
ciudadanía efectiva a través del derecho a la identidad, considerado puerta de entrada para
una serie de derechos.
Asimismo, se presentan sobre la mesa otros temas como la desjudicializació n de procesos,
difusió n de la normativa, plazos y multas, el registro de oficio, la modernizació n tecnoló gica, las
capacidades de descentralizació n y de coordinació n con otras instituciones estatales así como
la gratuidad de la inscripció n, las facilidades de registro para grupos indígenas y la supervisió n
de los procesos registrales y la carrera registral. Todos estos temas necesarios para entender en
cuánto la normatividad existente facilita al ciudadano el acceso a los servicios registrales y, en
especial, a un servicio más rápido y más fácil. En conclusió n, en los ú ltimos treinta añ os se han
dado importantes avances en la normatividad de los registros civiles en todos los países de
La- tinoamérica, sin embargo, existen todavía ciertas barreras legislativas que pueden hacer de los
registros civiles instituciones más dinámicas en sus servicios y más influyentes en la realizació n
de programas estatales mejor informados.
El anexo nos permite conocer la regulació n existente de temas de registro en cada país,
desde el Derecho Internacional hasta los reglamentos. Es importante mencionar que este es-
tudio fue concluido en diciembre de 2008. Finalmente, agradecemos a la Agencia Españ ola de
Cooperació n Internacional para el Desarrollo por el apoyo brindado para lograr este estudio
y publicació n.
|

Í NDICE
Introducción ........................................................................................................ 1

I. Abreviaturas ................................................................................................ 3

II. Planteamiento metodológico previo ............................................................. 5

III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos


que inciden en el funcionamiento del RC y generan subregistro ..................... 7
1. El marco legal: características generales .......................................................... 7
a) El reconocimiento de derechos humanos relacionados con el RC ......................... 7
b) Características generales de la legislación de RC .............................................. 9
2. El marco legal: la regulació n de aspectos concretos del RC........................................14
a) Desjudicialización de procedimientos registrales..............................................14
b) Publicidad y difusión de las normas de RC........................................................17
c) Plazos de inscripción y multas por inscripción tardía.......................................19
d) Otras medidas......................................................................................................21
3. La situació n institucional.......................................................................................................24
a) La variable de la integración o no del RC en el ámbito electoral.............................25
b) La variable del federalismo y de la descentralización.......................................27
4. La coordinació n del RC con otros poderes, servicios y organismos.............................34
a) RC y estadísticas vitales......................................................................................34
b) RC y otros servicios e instituciones (en particular los sanitarios y los de
identificación)......................................................................................................35
5. Aspectos organizativos...........................................................................................................40
a) La organización de las oficinas..........................................................................40
b) La regulación de los oficiales y empleados del RC............................................42
c) La retribución de los oficiales y empleados del RC...........................................45
6. Aspectos econó mico-presupuestarios..............................................................................47
a) La concepción del RC como fuente de financiación del Estado......................................47
b) La gratuidad de la inscripción en el RC y de otros servicios del RC........................49
viii | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y
7. La (in)aplicació n de la ley y el funcionamiento del sistema registral...........................52
a) La inaplicación de las leyes.............................................................................................52
b) Sólo la ley no (suele) cambia(r) las cosas: mejorar el funcionamiento de los
RRCC y combatir el subregistro depende de una diversidad de factores.......................54
8. Los factores de voluntad o mentalidad política.....................................................................58
a) El monitoreo y la supervisión del RC. Los estándares de funcionamiento....................58
b) La perspectiva de derechos.............................................................................................60
c) Registro civil y política...................................................................................................62
9. Los nuevos retos................................................................................................................................63
a) Publicidad y confidencialidad del RC............................................................................63
b) Las medidas de apertura del sistema registral a las minorías étnico-culturales y
extranjeros...........................................................................................................65
10. Conclusiones generales...................................................................................................................67

IV. Fuentes..........................................................................................................................................71

V. Anexos: Normatividad.............................................................................................................................75
|

INTRODUCCIÓ N

E
l Programa de Universalizació n de la Identidad Civil en las Américas (PUICA) de
la OEA es el á rea encargada de promover el fortalecimiento y la modernizació n de las
instituciones de registro e identificació n para lograr el acceso para todos al derecho
a la identidad con el objetivo de acabar con el subregistro. Esta labor es importante ya que
el reconocimiento legal de la persona facilita su inclusió n en la vida econó mica y política de
un Estado, al acceso a derechos y servicios y, también, a la generació n de políticas pú blicas
y programas sociales con mejor informació n poblacional, apoyando así el desarrollo y la
gobernabilidad de un país. El trabajo del PUICA se refleja en asistencias técnicas en má s de 11
países del Hemisferio (campañ as de registro, sensibilizació n, capacitació n, digitalizació n, etc.)
que han permitido dotar de identidad civil a millones de personas. Asimismo, el PUICA realiza
investigaciones, talleres y conferencias para promover el registro universal. En este esfuerzo,
se elaboró el diagnó stico jurídico-legal y administrativo respecto a cada uno de los países de
Latinoamérica y también de Haití.
Para la realizació n de este estudio, se investigó los diagnó sticos hechos con anterioridad
sobre los registros civiles en las Américas, desde los añ os sesenta, hasta la normatividad actual.
Esto permitió que la presente investigació n pueda mostrar los cambios que se han dado en
materia legal e institucional en los registros civiles. Si bien el contexto legal e institucional es
bastante heterogéneo, se puede ver una tendencia de marcos legales que, en general, es positiva
para la disminució n del subregistro y para la existencia de instituciones de registro más fuertes y
eficientes en sus servicios de registro e identificació n. Cabe decir que este dinamismo normativo
se mantiene, por lo que la estructura de este estudio está planteada de forma tal que no se trate
de una descripció n normativa que puede quedar en desuso.
A nivel de los derechos humanos, podemos ver que todos los países en esta investigació n
reconocen la Convenció n de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niñ o y que sus artículos
que se refieren a la identidad se encuentran ya sea en Constituciones como en la
normatividad interna de los países. De esta manera, se puede decir que estamos en una visió n
del registro civil y de la identidad como un derecho al cual los ciudadanos deben tener acceso
y que le da mayor importancia a estas instituciones para consolidar derechos como al
nombre, al registro, a la nacionalidad y a las relaciones filiales (derecho a la familia). Todo esto
dentro de una tendencia regional de mayor protecció n al niñ o.
Por otro lado, vemos una mayor inclinació n hacia la modernizació n, en sentido amplio,
de las instituciones de registro civil. Veremos que los marcos legales permiten, en general,
tener registros civiles má s independientes, con mayor capacidad de empleo de la tecnología
y con mayor disponibilidad de recursos administrativos para los usuarios, generándose así
una desjudicializació n del servicio registral, facilitando su acceso y su funció n. Dentro de este
proceso de modernizació n es importante mencionar la publicidad de la normatividad y de
2 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

procedimientos ligados al registro civil, especialmente por medio de pá ginas web, que no
solo son beneficiosas para los ciudadanos sino que son positivas en la visió n de registros civiles
más transparentes y dinámicos. Inclusive, en muchos casos, las gestiones se pueden realizar en
línea. Otra tendencia importante a tener en cuenta es que estos marcos legales y administrativos
están generando instituciones de registro más sociales en el acceso a los servicios de registro
civil, especialmente para personas que viven en zonas alejadas y poblaciones indígenas y otros
grupos vulnerables. En el mismo sentido, se observa mayor capacidad de trabajo coordinado con
otras instancias estatales, como los servicios de salud y educació n así como con los sistemas
nacionales de estadísticas.
Finalmente, este diagnó stico permitirá tener un panorama legal y administrativo de
estas instituciones a las cuales cada vez má s se les reconoce su importancia en la inclusió n,
en el acceso a servicios y derechos, así como en la tenencia de informació n poblacional que facilita
el trabajo y las decisiones de todo Estado.
|

i. ABREvIatURaS
BID Banco Interamericano de Desarrollo

CAPEL Centro de Asesoría y Promoció n Electoral

CC Có digo civil

CDN Convenció n de los Derechos del Niñ o (1989)

CIDH Convenció n Interamericana sobre Derechos Humanos – Pacto


de San José (1969)

DADDH Declaració n Americana de Derechos y Deberes del Hombre (1948)

DDHH Derechos humanos

DENU Divisió n de Estadística de Naciones Unidas

DI Derecho a la identidad

DUDH Declaració n Universal de Derechos Humanos (1948)

EV Estadísticas vitales

FNUAP Fundació n de Naciones Unidas en Materia de Població n

IIDH Instituto Interamericano de Derechos Humanos

IIN Instituto Internacional del Niñ o

OEA Organizació n de los Estados Americanos

OPS Organizació n Panamericana de la Salud

PUICA Programa de Universalizació n de la Identidad Civil en las Américas


RC / RRCC Registro civil / Registros civiles
|

ii. PLaNTEaMIENTO
METODOLÓ GICO
PREvIO

E
ste estudio pretende abordar las problemáticas que se presentan en los marcos jurídicos,
institucionales y administrativos de los sistemas de registro civil en América Latina. Para
ello, se identificaron una serie de desafíos existentes en los siguientes países: Argentina,
Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras,
México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú , Repú blica Dominicana, Uruguay y Venezuela, y
finalmente se incluyó Haití también.
A la hora de elaborar un diagnó stico de los marcos legales de los RRCC de la regió n lo pri-
mero que importa destacar es la heterogeneidad de los países que la componen, así como de los
modelos normativos que regulan sus sistemas de RRCC y de EV. Lo primero resulta inevitable,
y no es en sí mismo bueno ni malo: es inherente a toda comparació n o análisis de un grupo
de países, con historia, tradiciones, demografía y sociedades distintas1. Como ya se ha puesto
de manifiesto en otras ocasiones (IIN-FNUAP 1982: 24, IIN c. 2002: 3), la diversidad en los
modelos legislativo-institucionales sí presenta variables particulares, que pueden hacer que la
comparació n o el diagnó stico sean má s complejos.
La heterogeneidad de los modelos normativos, y de los países, hace que alguna de las medi-
ciones estadísticas que afectan al RC puedan no ser del todo representativas (por ejemplo algunos
datos sobre població n no registrada, o incluso datos sobre el funcionamiento y las características
del RC como el coste real del servicio, la eficacia de las campañ as, la tardanza en la expedició n de
documentos o en la tramitació n de procedimientos, el nivel o la eficacia de la coordinació n del RC
con otras instituciones o servicios pú blicos). Otra de las variables que no son del todo homogéneas
entre los países es el objeto mismo del RC. Todos los RC de los países de la regió n recogen los
datos vitales esenciales (nacimientos, matrimonios y defunciones), y algunos otros – los menos
– recogen asimismo legitimaciones, quiebras, capacidad legal, naturalizaciones, etc. Ejemplos de
sistemas muy amplios son los casos de Venezuela y de Chile.
Esta disparidad normativa se manifiesta, por ejemplo, en las tradiciones jurídicas que en su
momento hayan sido determinantes en la formació n de las leyes de RC. Hay países en los que
su legislació n recibe influencia francesa, otros que reciben influencia españ ola, otros – normal-
mente los de habla inglesa y del Caribe – que reciben influencia anglosajona del common law.
Y, naturalmente, influye asimismo la estructura constitucional del país (sobre todo su carácter
federal o no, o en general el nivel de descentralizació n).
El anexo del documento presenta un mapeo de los marcos jurídicos existentes de los países
incluidos en el presente estudio, que pretende servir de referencia para el entendimiento de
1
Resultan particularmente importantes, en este aspecto, variables como la densidad de població n, la inmigració n/emigració n,
la tasa de població n rural respecto de la urbana, la existencia o no de minorías culturales, étnicas, lingü ísticas, etc.
6 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

algunas de las cuestiones planteadas a lo largo de este documento. Cabe aclarar que, como se
verá más adelante a lo largo del texto, el marco jurídico no es el ú nico factor que explica el buen
funcionamiento o no de los sistemas de registro civil en la regió n, sin embargo, la informa-
ció n contenida puede servir para analizar la situació n de los sistemas de registro civil desde los
marcos jurídicos y administrativos de los países, sin detrimento de una serie de otros factores
(econó micos, culturales, sociales y políticos) que tienen directa incidencia en la situació n de los
sistemas de registro civil de la regió n.
Finalmente, importa mencionar que este documento se ha elaborado teniendo en cuenta
otros diagnó sticos y estudios, provenientes de organismos pú blicos, de organismos privados y en
ocasiones de aportaciones de expertos y del mundo académico, algunos de los cuales se remon-
tan a hace casi 30 añ os – lo cual ha permitido situar en su contexto histó rico las
problemá ticas del RC y las reformas que se han venido implementando2.

2
Como el diagnó stico de 1980 (IIN/FNUAP 1982).
|

iii. CoNDICIONaMIENTOS
INSTITUCIONaLES, LEGISLatIvoS
Y aDMINISTRatIvoS QUE INCIDEN
EN EL FUNCIONaMIENTO DEL
RC
Y GENERaN SUBREGISTRO

1. EL MaRCO LEGaL: CaRaCTERÍSTICaS GENERaLES

a) El reconocimiento de derechos humanos relacionados con el RC

C
asi todos los países cuentan con un reconocimiento suficiente, a nivel constitucional
o legislativo, de los derechos relacionados con el RC. Todos ellos han ratificado la
DUDH, la CDN (que garantiza el DI: art. 8.1) así como la DADDH de 1948 o la
CIDH-Pacto
de San José. Y algunos han llevado estos derechos a sus constituciones: la Constitució n de Perú
reconoce expresamente el DI (art. 2.1), y también la de Argentina (indirectamente, a través
de la recepció n que el art. 84 de su Constitució n hace de la CDN). Otras constituciones han
integrado el DI por vía jurisprudencial o está n emprendiendo reformas normativas que van
a reconocer el DI3. A nivel legislativo el reconocimiento del DI es mucho más frecuente (a
menudo por referencia a la CDN). Si bien el DI no aparece en muchas constituciones, otros
derechos relacionados sí figuran con más frecuencia (por el ejemplo el derecho al nombre 4 o a la
personalidad y capacidad jurídicas5).
En varias constituciones más se habla expresamente del RC (que de este modo queda cons-
titucionalizado) o del derecho/deber de inscribirse (ver ejemplos en cuadro 1). A nivel legis-
lativo, todos los países de la regió n recogen la obligatoriedad de la inscripció n en el RC (ver
ejemplos de algunos países en el cuadro 2). Bastantes países, recogiendo lo establecido en el art.
7 de la CDN, recogen el derecho del niñ o a ser inscrito6.

3
El proyecto de Constitució n de Bolivia de 2007 reconoce el DI en sus arts. 59 (derechos de la niñ ez, adolescencia y
juventud) y 65 (derecho a conocer la filiació n).
4
Reconocido por ejemplo en el art. 7 l de la Constitució n de Bolivia (tras reforma del añ o 2002) o en el art. 36 de la
Constitució n de El Salvador.
5
Art. 25 de la Constitució n de Nicaragua.
6
Art. 26 del Có digo de la Niñ ez y Adolescencia de Uruguay (2004), art. 26: “Todo niñ o tiene derecho desde su nacimiento
a ser inscripto con nombre y apellido”.
8 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

Cuadro 1
PaísConstituciones: RC o derecho/deber de inscribirse
Guatemala Art. 136 de la constitución de 1985: “Son derechos y deberes de los ciudadanos:
1. Inscribirse en el Registro de Ciudadanos”.
Honduras Art. 39 de la constitución de 1982: “Todo hondureño deberá ser inscrito en el Registro Nacional de l

El Salvador El art. 77 alude a la inscripción en el registro electoral (que se forma con base en el RC).
Uruguay El art. 74 de la Constitución (1967) otorga la ciudadanía natural uruguaya a los hijos de uruguayos

México Artículo 35 de la Constitución Federal.

Cuadro 2
Venezuela El art. 18.1 de La Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y Adolescente, de
País 1998 establece un derecho (del niño) Nivel
a ser legislativo
inscrito y un correlativo deber de padres o
tutores a inscribirlo. El art. 10 establece que los niños gozan de los mismos derechos
que las demás personas, y particularmente los de la CDN.
Ecuador El art. 35 del Código de la niñez y la adolescencia no dice literalmente que exista un deber de los

Argentina El Decreto Ley nº 8204 del año 1963 (objeto de varias reformas posteriores) sobre
Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas prevé en su art. 30 que el padre
o la madre o a falta de ellos el pariente más cercano, los facultativos del hospital, o quien
recoja al niño abandonado están obligados a solicitar la inscripción del nacimiento, que
deberá hacerse en el plazo que establezca la ley provincial, que no podrá ser mayor de
40 días. El art. 78 prevé sanciones para quien no cumpla las obligaciones establecidas
en esta norma.
México Arts. 186 y 187 del Decreto nº 157 de 1986 del Estado de Hidalgo, aprobatorio del Código Familiar

Colombia Art. 45 del Decreto 1260 de 1970 sobre Estatuto del Registro del Estado Civil de las
personas: “Están en el deber de denunciar los nacimientos y solicitar su registro: 1. El
padre. 2. La madre. 3. Los demás ascendientes. 4. Los parientes mayores más
próximos.
5. El director o administrador del establecimiento público o privado en que haya
ocurrido. 6. La persona que haya recogido al recién nacido abandonado. 7. El director o
administrador del establecimiento que se haya hecho cargo del recién nacido expósito.
8. El propio interesado mayor de diez y ocho años”.
República Ley nº 659 del 17 de julio de 1944 sobre Actos del Estado Civil, art. 43: “El nacimiento
Dominicana del niño será declarado por el padre o a falta de éste, por la madre, o por los
médicos, cirujanos, parteras u otras personas que hubieren asistido al parto; y en el
caso en que éste hubiere ocurrido fuera de la residencia de la madre, la declaración
se hará además por la persona en cuya casa se hubiese verificado. El acta de
nacimiento se redactará inmediatamente”. Art. 44: “La violación del artículo 39 por
las personas indicadas en el artículo 43 será castigada con multa de $1.00 a $5.00, o
prisión de uno a cinco días, o ambas penas a la vez en los casos graves”.
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |

En la ú ltima década han aumentado considerablemente las leyes que reconocen el DI u


otros derechos específicamente relacionados con el RC – particularmente en las leyes de
niñ ez, infancia o adolescencia7.
De manera que por ese lado la situació n del marco normativo es relativamente satisfactoria.
Sin embargo el simple reconocimiento de derechos a nivel internacional o constitucional no
es en absoluto suficiente para que ello signifique una mejora apreciable en el funcionamiento
del RC o en la reducció n del subregistro. Ello es debido a diversas circunstancias: dudas sobre
el contenido y alcances de alguno de estos derechos (sobre todo el DI), escasa eficacia directa
o reflejo de los derechos constitucionales sobre la legislació n (y más escaso aun sobre la realidad).
Luego, siendo sin duda aspectos positivos, no se debe dar demasiada relevancia al reconocimiento
internacional o constitucional de los derechos relacionados con el RC, ni esperar que ello se
traduzca a corto plazo en cambios sensibles en la situació n del RC8.

b) Características generales de la legislación de RC


En muchos de los países de la regió n las leyes que regulan el RC (o en general lo relativo al
estado civil) son muy antiguas, y en ciertos casos demasiadas dispersas y sin una norma general
de registro9. Es cierto que en los ú ltimos añ os (tal vez un par de décadas) se han hecho esfuerzos
por actualizar los modelos normativos del RC. Pero otros países han mantenido prácticamente
la misma legislació n desde hace muchos añ os.
La existencia de leyes antiguas no tendría por qué ser en sí mismo algo negativo, si estu-
viesen adaptadas o atienden las necesidades de la sociedad, a la tecnología o si permitiesen un
suficiente margen de discrecionalidad a la administració n – o a los jueces – para interpretarla o
adaptarla. Pero no suele ser el caso 10. Además, incluso las reformas legales en ocasiones se han
visto demasiado influidas por la tradició n histó rica o por principios e instituciones jurídicas tal
vez más propias del pasado11. Ello ocurre sobre todo no tanto en la legislació n registral sino en

7
En Bolivia en 2003 se modificó el art. 96 del có digo del niñ o, la niñ a y el adolescente (1999) para reconocer expresamente
el DI. En Argentina el art. 11 de la ley de protecció n integral de los derechos de las niñ as, los niñ os y
adolescentes (ley 26.061, de octubre de 2006) reconoce el DI – a esta ley se han adherido prácticamente todas las
Provincias. Estos reconocimientos del DI se añ aden a los habituales reconocimientos del derecho al nombre y a los
apellidos, recogidos en los có digos civiles o en las leyes de RC o en leyes especiales (en El Salvador, la ley del nombre de la
persona natural del añ o 2001). La ley RNP de Honduras (2004) reconoce el “derecho a la individualidad” (Art. 49).
8
La influencia o los efectos positivos del reconocimiento de estos derechos a nivel internacional o constitucional se suelen
percibir a medio y largo plazo, como consecuencia de haber contribuido a crear o consolidar la “cultura de los derechos”, o
a concienciar a los gobernantes y a los ciudadanos de la llamada “perspectiva de derechos”.
9
En este sentido nos referimos a un ú nico texto que regule todo lo referente a las inscripciones (en Venezuela, mientras no
se apruebe el proyecto de ley orgá nica del RC de 2007, sigue sin haber una ley de RC: las reglas para el RC está n dispersas
en leyes de la niñ ez, de los registros y notarías, leyes electorales, etc.).
10
Hay países (Colombia) que reconocen que la antigü edad de la legislació n dificulta la adaptació n tecnoló gica y procedimientos
automatizados: http://200.109.120.11/foro_registro2007/int_foro/doc_mesa2/MESA2_TEMA_1-Colombia.pdf
11
Como señ alan Acosta y Burstein (2006: 13), “la mayoría de las leyes que protegen el DI han quedado ancladas en el
siglo XIX”. De hecho, las reformas en los có digos civiles y en muchas leyes de RC son progresivas, en el sentido de que
se cambian ú nicamente algunos artículos, manteniéndose la estructura anterior. Las leyes civiles (Có digo Civil) suelen
ser muy estables en el tiempo, y sus estructuras y principios permanecen durante décadas. Incluso cuando se reforman, la
10 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

la legislació n sustantiva reguladora de las relaciones familiares (có digo civil). Los có digos
civi- les cambian lentamente, pues regulan instituciones muy asentadas y poco dadas a los
cambios como los contratos, las relaciones obligacionales, las sucesiones testamentarias y,
para lo que ahora interesa, las relaciones familiares y el estado civil. En otros casos podría
incluso pensarse si algunas instituciones y normas relacionadas con el RC no se reforman
demasiadas veces, no dando tiempo a los funcionarios o a los ciudadanos de aplicar y asimilar la
normatividad vigente: existen países que, mediando o no cambio de mayoría política o de
Constitució n, han modifi- cado en repetidas ocasiones los textos legales del RC12.
Sí tiene má s relevancia la dispersió n de la regulació n del RC entre leyes que podríamos
llamar sustantivas (CC, Có digo de Familia) y leyes organizativas, procedimentales o registrales
(que se refieren al RC propiamente dicho). Esta es una dualidad que existe en prácticamente
todos los países tanto de la regió n como de Europa. Las leyes sustantivas regulan el estado civil13
y las leyes organizativas o registrales regulan el RC. Algunos países han intentado dotarse de
una regulació n conjunta o unitaria, normalmente fruto de leyes relativamente recientes14. Otros,
la inmensa mayoría, han mantenido la dualidad tradicional.
Si la dualidad no es realmente relevante, lo que de verdad importa es el nivel de coordina-
ció n y de actualizació n de los dos conjuntos normativos. El diagnó stico de 1980 (IIN-FNUAP
1982: 138) subrayaba la necesidad de revisar las normas civiles sustantivas (có digos civiles) “para
incorporarles ideas, principios y técnicas” que faciliten la organizació n familiar y su conexió n
con el RC. Existen casos de normas civiles desfasadas y despegadas de la realidad actual, que
afectan al RC y se convierten en obstá culos a la universalidad del RC: por ejemplo, el incre-
mento de las familias monoparentales, p. ej., que a la hora de inscribir a sus hijos se
presenten algunas barreras poco justificadas (como la obligació n, prevista en las leyes de RC
o en los CC, de que al recién nacido que se vaya a inscribir se le ponga el apellido del padre) 15. Lo
mismo su- cede en ocasiones con el reconocimiento de hijos, que aun siguen siendo reguladas por
normas sustantivas poco compatibles con la igualdad de derechos entre mujeres y hombres16.

legislació n anterior permanece en el espíritu o los principios de la nueva. Esta legislació n que podríamos denominar
“de aluvió n” no tendría que ser por sí misma positiva o negativa: tiene aspectos positivos como por ejemplo su
adaptabilidad (en lugar de reformar toda la ley sustantiva só lo se cambian unos pocos preceptos).
12
Argentina ha reformado en muchas ocasiones la ley reguladora del RENAPER, que data de 1963-1968. Lo mismo sucede
con Bolivia, que desde el có digo del niñ o, la niñ a y el adolescente de 1999 ha conocido muchas reformas tanto de la
legislació n sustantiva como de las reglas concretas de inscripció n.
13
Regulan por tanto las situaciones jurídico-vitales (vida, matrimonio, muerte, relaciones familiares, adopciones) que deben
ser inscritas en el RC.
14
Las leyes o có digos del niñ o o de la infancia (Brasil en 1990, Venezuela en 1998, Bolivia en 1999, Uruguay en 2004,
Argentina en 2005) han intentado, sin demasiado éxito, recopilar en un ú nico texto el régimen jurídico de los derechos
y la situació n de la infancia. Pero en muchos casos se trataba de simples reiteraciones de la CDN, o de grandes
declaraciones de intenciones, con escasa sistematizació n y sobre todo sin centralizar o sistematizar lo relativo al RC.
15
En Venezuela el proyecto de ley orgánica del RC de 2007 se planteaba la regulació n de las uniones estables de hecho,
reconocidas en la Constitució n (art. 77) y aun no previstas en el CC. Estas uniones podían acceder al RC, y a efectos de
inscripció n de los hijos eran equiparadas en lo sustancial a los matrimonios.
16
En Nicaragua, y en muchos otros países, para la inscripció n en el RC de hijos de parejas no casadas se requiere la firma del
padre (con lo que se dificulta enormemente la inscripció n en caso de padre desconocido, o simplemente en caso de padres
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |

Esta dualidad en ocasiones es algo más compleja, porque a este binomio leyes civiles o sus-
tantivas / leyes procedimentales o registrales se añ ade la legislació n electoral, cuando el RC sea
responsabilidad de la administració n electoral.
Partiendo de esta dualidad, que se podría considerar lógica, y que existe en muchos países, hay
en cambio otro tipo de dispersió n normativa que es de difícil justificació n. Existen países en los
que en relació n con el RC se aplican hasta seis leyes distintas, más en ocasiones los correspondien-
tes reglamentos, o en los que no existe como tal ley de RC (ver algunos ejemplos en el cuadro 3).
Así lo decía el diagnó stico de 1980 (IIN-FNUAP 1982: 138): “Salvo excepciones, la legislació n
vigente está contenida en numerosos textos, lo cual dificulta su estudio e interpretació n”. Esta
“frondosidad” (Acosta-Burstein 2006: 44) o “proliferació n”17 legislativa es fuente de descoordi-
naciones (puede darse el caso de reformar una de las piezas normativas y afectar, sin quererlo, a
todas las demás), de complejidad de manejo (por los funcionarios y por los jueces), de distancia
respecto del ciudadano (que con casi total probabilidad ignora la aplicació n – o acaso la existencia
- de tantos textos legales), de disfunciones18 o de dificultades de aplicació n. Como regla general,
una legislación dispersa y compleja “da pie a la arbitrariedad y discrecionalidad en su manejo”
(Acosta-Burstein 2006: 44), lo cual es justamente lo contrario a lo que debería ocurrir en materia
de derechos fundamentales esenciales como es el RC y el DI.

Cuadro 3
Venezuela Código civil, Ley del registro público y del notariado, Ley orgánica del poder
País Leyes que
electoral, leyse aplicande identificación, Ley orgánica para la protección del niño
orgánica
y del adolescente, Ley orgánica de pueblos y comunidades indígenas (mientras
no se apruebe y entre en vigor el proyecto de ley de RC, carece de ley de RC)
República Dominicana Ley nº 659 sobre Actos del Estado Civil, de 1944, modificada por disposiciones del Códig

El Salvador Además del CC, se aplican la ley orgánica del RNPN de 1995, ley transitoria
del registro del estado familiar de 1995, ley del nombre de la persona natural
de 1990, y en parte la ley especial reguladora de la emisión del DNI de 2001.
Continúa

que no quieran regularizar su situació n ni siquiera con la inscripció n de hijo). En Argentina las parejas casadas pueden
inscribir el nacimiento cualquiera de ellas, pero las parejas no casadas el nacimiento debe ser inscrito por ambos, lo
cual plantea dificultades para las madres solteras o los hijos de padre desconocido. Por el contrario algunos países sí permiten
la inscripció n ú nicamente a cargo de la madre soltera, como en Panamá .
17
Así es como CEPAL (1997: 25, 26) califica la situació n de la regulació n de muchos derechos fundamentales, y
específicamente, entre otros, del derecho a la identidad.
18
En Bolivia el Decreto Supremo 28620, de 2006, sobre cédula de identidad en su art. 2 puede resultar confuso en sus
conceptos, o el orden de los mismos, al establecer que la cédula de identidad sirve, con cará cter general, para inscribirse en
el RC, cuando es al revés (primero, y una vez inscrito en el RC, se obtiene el certificado o partida de nacimiento, y después
se solicita la cé dula de identidad).
12 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

País Leyes que se aplican


Nicaragua CC de 1904, la ley de reubicación del registro central del estado civil de 1981, la ley de c

Bolivia CC de 1972 (con poco contenido registral: casi todo está en el Código
de Familia de 1976), la ley de Registro Civil 1898, aun parcialmente vigente, la ley
nº 1884 de 1998 sobre el Servicio Nacional de Registro Civil, la ley
nº 2026 de 1999 (Código del niño, niña y adolescente), el Código Electoral de
1999, desarrolladas por varios Decretos Supremos: DS.24247 de 1996
(Reglamento de la Ley del Registro Civil); DS.26718 de 2002 (correcciones en la
vía administrativa); DS.27419 de 2004 (emisión de certificados duplicados
computarizados y la validez legal del certificado manuscrito); DS.27422 de 2004
(limita la inscripción en los libros de matrimonio de relaciones concubinarias de
hecho); D.S.27915 de 2004 (inscripción de mayores de 18 años provenientes de
pueblos indígenas y originarios); D.S.28626 de 2006 (crea Programa de Cédula de
Identidad Gratuita para todos los Bolivianos).

Colombia Rigen leyes del siglo 19 que asignaban a los notarios la función de RC
(y a los Alcaldes y Cónsules), así como leyes sucesivas (estatuto orgánico del RC de 1970, decre

En otros casos se da la situació n contraria: a veces la dispersió n normativa y la sucesió n de


leyes en el tiempo provoca derogaciones y lagunas. Por ejemplo en Guatemala el decreto 90 de
2005 de creació n del RENAP derogó los arts. 369 a 437 del CC (decreto 106 de 1963): estos
preceptos se referían al RC (inscripciones, registradores municipales, registro de nacimientos,
de defunciones, etc.). Pero no se estableció una regulació n sustitutiva (el decreto 90 de 2005, y
sus reformas posteriores) no contemplan apenas normas sustantivas sobre inscripciones, etc.
Desde el punto de vista de los rasgos generales de la legislació n relativa al RC en la regió n
latinoamericana, la situació n no es la ó ptima, pues sigue habiendo normas muy antiguas y no
actualizadas19. En bastantes países el marco jurídico-institucional ha mejorado notablemente
con la creació n de organismos nuevos y la promulgació n de nuevas leyes 20 – pero ello no siempre
ha ido acompañ ado de reformas más profundas en la legislació n sustantiva. Sigue pues quedan-
do mucho camino por recorrer. Pero no se debe perder de vista que, como se dirá mas adelante,
la simple antigü edad de la legislació n no significa necesaria y automáticamente que el
sistema

19
En Chile rige un CC de 1855 (el llamado có digo Andrés Bello), que pese a haber sido actualizado en algunas ocasiones,
se ha quedado muy anticuado en lo referente a las relaciones familiares y sucesorias, y rige también una ley de RC de
1930 (parcialmente reformada por la ley orgánica del servicio de RC de identificació n, ley 19477 del añ o 1996). En
Uruguay continú a parcialmente vigente el CC de 1868, la ley de registro de estado civil de 1879, ambos insuficientemente
actualizados. En Nicaragua se aplica el CC de 1904, y una má s reciente ley de registro central de estado civil de 1981.
20
Peres Velasco (2007: 255) señ ala que “Paraguay, Honduras y Perú cuentan con las leyes especiales má s completas y
actualizadas en materia de RC”. Deben añ adirse Panamá (con leyes de 2006-2007) y Venezuela (con el Proyecto de ley de
RC del añ o 2007).
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |

de RC sea malo: países con leyes (sustantivas o registrales) antiguas tienen un muy aceptable
servicio de RC. Es este un factor que se tiende a sobrevalorar.
Como conclusió n, cabe decir que la plasmació n constitucional o legislativa de los derechos
relacionados con el RC (sobre todo el DI o el derecho/obligació n de registrarse, pero también
derechos a la personalidad jurídica, al nombre, etc.) es muy reciente, y aun no está generalizada
en los países de la regió n. Sería deseable un mayor énfasis normativo (constitucional o legisla-
tivo) en derechos como el DI, o el derecho/deber de registrarse. Pero no parece que ello sea por
sí mismo determinante para una mejor situació n del RC.
La mayoría de los diagnó sticos realizados (IIN 1971: 7, Sajó n 1977: 33) han señ alado
que resulta necesario un esfuerzo de coordinació n (en cuanto al contenido) de las normas
sus- tantivas o civiles con las normas procedimentales o registrales, y un esfuerzo de
recopilació n y simplificació n (en cuanto a la dispersió n) de las diversas leyes que tienen
incidencia sobre el RC.
Existen países en los que las deficiencias u obsolescencias normativas o la complejidad y
dispersió n de las diversas leyes que inciden sobre el RC sí representan un obstá culo al buen
funcionamiento del RC21. Y en cuanto a los países federales (México, Brasil, Argentina) se ha
hecho un esfuerzo de coordinació n, bien a través de institutos electorales (RENAPO e IFE en
México), bien a través del buen funcionamiento del organismo registral (RENAPER en Argen-
tina), y las potenciales deficiencias derivadas de la inexistencia de una ú nica normativa a nivel
nacional ha quedado razonablemente suplida por el mimetismo de las legislaciones estatales o
provinciales22.
Pese a deficiencias en estos aspectos en algunos países, la tendencia general ha ido en el
sentido de modernizar los marcos legales en los países de la regió n. Si en 1980 se constataba
el cará cter está tico de la legislació n de RC (IIN-FNUAP 1982: 136), desde ese momento han
cambiado la mayoría de las legislaciones. La situació n no es tan clara como se diagnosticó en
1980: “En los ú ltimos veinte añ os, los marcos jurídicos de los sistemas de registro civil han ido
actualizándose. Aunque persisten aú n numerosos anacronismos y vacíos legales, coexistencia de
leyes dispersas contradictorias en aspectos puntuales como el pago de multas y procedimientos
para registros de nacimientos tardíos, no parecería ser estratégicamente adecuado dar prioridad
a promover grandes reformas legales con la finalidad de mejorar el registro de nacimientos” (IIN
c.2002: 3).

21
A juicio de Peres Velasco (2007: 255), “los regimenes legales de la Repú blica Dominicana, Nicaragua, Bolivia, Brasil,
Haití y Ecuador se muestran ostensiblemente retrasados, por su antigua data y por formalizar, de una u otra forma, el viejo
modelo de RC afectado de formalismo, complicadas exigencias documentales y remisió n de asuntos a la esfera judicial”.
22
Los obstáculos en estos países federales no son atribuibles tanto al hecho federal en sí mismo y a la diversidad
legislativa sino a que los RC dependen de los Estados o de las Provincias, con posibles desajustes o diferencias
territoriales.
14 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

2. EL MaRCO LEGaL: La REGuLaCIÓN DE aSPECTOS


CONCRETOS DEL RC
Las leyes de RC contienen aspectos que inciden muchísimo sobre la accesibilidad y
universali- dad del RC para los ciudadanos. A continuació n se exponen algunos de ellos.

a) Desjudicialización de procedimientos registrales


Uno de los principales aspectos que dificultan la mejora del RC (en este caso, el fiel y ve-
raz asiento de los datos registrales) es la necesidad de acudir a un procedimiento judicial
para rectificar datos registrales, o para impugnar su veracidad, o sobre todo para las
inscripciones tardías23.
Lo habitual es que las leyes de RC o los CC prevean un doble sistema de rectificació n de
los datos. Para rectificaciones sustantivas (cambio de nombre, de sexo, etc.) se suele establecer un
procedimiento judicial, mientras que para enmiendas o correcciones menores (erratas en nombres
o fechas) basta con un trámite sumario ante el propio RC. Es lo que se encuentra en casi todos los
países. En el cuadro 4 se presenta un resumen de algunos ejemplos de países en este tema.
La necesidad de acudir a un proceso judicial, unido a la muy frecuente existencia de errores
en los RRCC, implica costos para el ciudadano (derivados del pago de honorarios de abogado y
de las costas judiciales, si las hay 24) así como tiempo (la duració n del proceso) y desplazamientos
(pues es muy probable que el proceso judicial se desarrolle no en su mismo pueblo o ciudad
sino en una localidad distinta, o en cualquier caso distinta a aquella en la cual se encuentra la
oficina del RC)25. Por estas razones, en los ú ltimos añ os la judicializació n de algunos procedi-
mientos registrales viene siendo considerada como algo negativo. Ello ha provocado un
cierto movimiento favorable a la desjudicializació n. Perú fue país pionero en ello: los arts. 46
a 48 de la ley RENIEC (1995) establecieron procedimientos administrativos de inscripció n
tardía para menores y para mayores de edad. En Bolivia la ley 2616 (del añ o 2003). En
Venezuela el proyecto de ley orgá nica del RC de 2007 desjudicializa parcialmente algunos
procedimientos que anteriormente estaban en manos de los tribunales (por ejemplo la
rectificació n de errores materiales). No así de los errores de contenido o de fondo. El mismo
sistema existe en Chile: las omisiones o los errores manifiestos se rectifican en vía
administrativa, mientras que el resto requiere proceso judicial.

23
Prácticamente todos los estudios y diagnó sticos sostienen que la necesidad de entablar un proceso judicial para inscribir
a niñ os que en su día no lo fueron representa uno de los mayores obstáculos para combatir el subregistro: véanse IIN-
FNUAP (1982: 134) o Roca Serrano (2006: 122).
24
Roca Serrano (2006: 132) señ ala que en Bolivia el coste del proceso judicial para la inscripció n de niñ os mayores de 7 añ os
era, hasta la reforma de 2003, de unos 4.000 pesos bolivianos (unos 550 US $).
25
Así lo decía Sajó n (1977: 11), aludiendo a la necesidad de que las inscripciones tardías se realicen ante los tribunales en
lugar de ante el propio RC. Ello sucedía en seis países, y en otro en funció n de la demora en la inscripció n.
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |

Cuadro 4
País Ley/reglamento Descripción
Argentina La inscripción tardía de un niño de más de seis años se realiza no ante el
propio RC sino mediante proceso judicial.
Chile Ley de Registro Las omisiones o los errores manifiestos se rectifican en vía administrativa,
Civil (1930) mientras que el resto requiere proceso judicial.

Art. 17 establece que las inscripciones sólo podrán ser alteradas o


modificadas por sentencia judicial, salvo que se trate de errores y omisiones
manifiestas, en cuyo caso es suficiente la rectificación ante la Dirección
General de RC.
Ecuador Ley de Registro Art. 89: “Nulidad o reforma judicial. Salvo lo dispuesto en el artículo 94, si
Civil, se hubiere omitido alguno de los requisitos determinados en el artículo 25, o
Identificación y se tratare de una partida con datos inexactos referentes a dichos requisitos, o
Cedulación si cambiare el sexo del inscrito, el interesado podrá pedir al juez de lo civil
competente que declare la nulidad o
la reforma de la partida. La demanda se tramitará en juicio sumario y se
resolverá previos los dictámenes del Jefe de Registro Civil, Identificación
y Cedulación de la capital provincial y del Ministerio Público. De
encontrar fundada la petición, el juez declarará en
sentencia la nulidad o la reforma de la partida; ordenará, en el primer caso,
que se siente nueva partida con los datos que necesariamente deberán constar
en la sentencia y, en el segundo, que se reformen los datos inexactos,
mediante razón que al respecto se sentará al margen de la indicada partida o
en el espacio determinado para reformas. De esta sentencia no habrá recurso
alguno, salvo la acción de perjuicios y el enjuiciamiento penal si hubiere
lugar a ello. La demanda se citará por un periódico del lugar y, a falta de éste,
por carteles fijados en tres parajes concurridos del lugar del juicio. Las
oposiciones se tramitarán en juicio sumario”.

Para casos de error manifiesto o de hecho: art. 90: “Reforma


administrativa.- En caso de error manifiesto que se desprenda de la
simple lectura o de los antecedentes de la inscripción, aunque se refieran
a datos esenciales de ella, podrá solicitarse la reforma respectiva al
Director General de Registro Civil, Identificación y Cedulación, quien,
de encontrar procedente la petición, y previo
dictamen del Departamento Jurídico, expedirá la resolución pertinente,
ordenando al Jefe de Registro Civil, Identificación y Cedulación
la reforma correspondiente. Igual procedimiento se observará para la
reforma de una inscripción de nacimiento en la cual aparezca
el inscrito como hijo de padres casados entre si y constare por el matrimonio
posterior de los mismos que no lo ha sido, o cuando uno de los padres o
ambos lo reconocieren como hijo fuera de matrimonio, o se declarare
judicialmente la paternidad o maternidad. Si se
tratare de una partida en la que se hubiere omitido algún requisito
reglamentario o incurrido en alguna equivocación no sustancial, el
interesado podrá solicitar su reforma correspondiente al Jefe de Registro
Civil, Identificación y Cedulación, quien, previo conocimiento de causa y
siempre que se haya justificado los fundamentos de
la petición, dictará la resolución pertinente ordenando la reforma
solicitada”.
Continúa
16 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

País Ley/reglamento Descripción


El Salvador Ley RNPN La inscripción tardía (de niños de más de cinco años) tiene que
de 1995 realizarse tras sentencia judicial (art. 16).
México Código Civil Marca la pauta de todos los demás CC y leyes de RC de los Estados en el
Federal sentido de establecer la necesidad de proceso judicial – juicio de
rectificación de acta - para la rectificación del RC (o de datos sustantivos
de los asientos), bastando sin embargo la simple petición administrativa para
la enmienda o aclaración de errores: “Artículo 134.- La rectificación o
modificación de un acta de estado civil, no puede hacerse sino ante el
Poder Judicial y en virtud de sentencia de éste, salvo el reconocimiento que
voluntariamente haga un padre de su hijo, el cual se sujetará a las
prescripciones de este Código.
Artículo 135.- Ha lugar a pedir la rectificación:
I.Por falsedad, cuando se alegue que el suceso registrado no pasó;
II.Por enmienda, cuando se solicite variar algún nombre u otra
circunstancia, sea esencial o accidental. Artículo 138.- La sentencia que
cause ejecutoria se comunicará al Juez del Registro Civil y éste hará una
referencia de ella al margen del acta impugnada, sea que el fallo conceda o
niegue la rectificación. Artículo 138 Bis.-
La aclaración de las actas del estado civil, procede cuando en el Registro
Civil existan errores mecanográficos, ortográficos o de otra índole que no
afecten los datos esenciales de aquéllas, y deberán tramitarse ante la
Oficina del Registro Civil”.
Nicaragua En Nicaragua es preciso acudir a un “juicio de reposición de partida de
nacimiento” para todas aquellas personas que no estén inscritas (incluyendo
los niños de más de un año). El juicio tiene un costo elevado que oscila entre
370 y 2000 córdobas (entre 20 y 110 US $).
Venezuela Código civil Las rectificaciones de los asientos del RC se realizan por vía judicial, salvo
que el error se detecte inmediatamente y en presencia de quienes
comparezcan para efectuar la inscripción. Art. 462 establece que “extendido
y firmado un asiento, no podrá ser rectificado o adicionado, sino en virtud
de sentencia judicial, salvo el caso de que estando todavía presentes el
declarante y testigos, alguno de éstos o el funcionario mismo, se dieren
cuenta de alguna inexactitud o
de algún vacío, pues entonces podrá hacer la corrección o adición
inmediatamente después de las firmas, suscribiendo todos los
intervinientes la modificación”. El art. 501 precisa que “Ninguna partida
de los registros del estado civil podrá reformarse después de extendida y
firmada, salvo el caso previsto en el artículo 462, sino en virtud de sentencia
ejecutoriada, y por orden del Tribunal de Primera Instancia a cuya
jurisdicción corresponda la Parroquia o Municipio donde se extendió la
partida”.
Proyecto de ley Desjudicializa parcialmente algunos procedimientos que
orgánica del RC anteriormente estaban en manos de los tribunales (por ejemplo la
(2007) rectificación de errores materiales). No así de los errores de contenido
o de fondo. La inscripción de los mayores de edad requiere un
proceso judicial.
Perú Ley RENIEC Arts. 46 a 48 de la establecieron procedimientos administrativos de
(1995) inscripción tardía para menores y para mayores de edad.
Bolivia Ley 2616
(2003)
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |

Sin duda es más acorde con los principios de gratuidad, accesibilidad, etc. que los trámites
del RC se realicen ante una autoridad administrativa como es el RC, y de forma gratuita y
pró xima al ciudadano, que ante los tribunales, con costo y tardanza.
No obstante, la desjudicializació n podría tener algunos obstáculos o inconvenientes. Por
ejemplo en aquellos países en los que, estructural e institucionalmente, el RC está inserto en el
poder judicial o en el poder electoral será difícil que ciertas inscripciones se saquen del ámbito
judicial y sean gestionadas por un ó rgano administrativo (es más: podría haber obstá culos de
constitucionalidad, cuando la regulació n constitucional del RC y del poder electoral sea muy
rígida)26. Y, ligado a lo anterior, la preocupació n por mantener el nivel de garantías: podría
darse el caso de que las inscripciones tardías (de personas que nunca tuvieron documentació n
ni identificació n), que en vía judicial estuviesen sometidas a más verificaciones o constancias de
la real identidad de quien se quiere inscribir, quedasen menos controladas, con el consiguiente
riesgo de manipulació n partidista o electoral.

b) Publicidad y difusión de las normas de RC


La difusió n, publicació n o publicidad de las normas de RC (de la obligatoriedad, plazos y con-
diciones de la inscripció n), y en general de las ventajas de inscribirse en el RC no ha sido por lo
general objeto de reflexió n o de reforma en los países de la regió n. Las normas relativas al RC se
someten al mismo régimen de publicidad que cualquier otra, lo cual no es en principio positivo
ni negativo en sí mismo desde el punto de vista del subregistro: que todos los ciudadanos conoz-
can el có digo penal es igualmente muy importante, y su difusió n y publicació n es la misma que
la de cualquier otra norma (publicació n en los diarios, gacetas y boletines oficiales).
Hay un gran avance en la difusió n de las normas relativas al RC mediante Internet (sitios
web de los organismos de RC, electorales, etc.). Se trata de una de las novedades más impor-
tantes respecto de la situació n diagnosticada en 1980, y una de las de más potencial en cuanto a
aproximar el RC a la població n (porque el nivel de uso de internet no deja de aumentar, incluso
en los países menos desarrollados de la regió n). Varios diagnó sticos y estudios habían puesto de
manifiesto el desconocimiento entre la població n (sobre todo entre los estratos más desfavore-
cidos, las minorías étnico-culturales, las zonas rurales o alejadas) de las características y ventajas
del RC, y por supuesto de la informació n concreta (lugar, plazos y requisitos para la inscripció n),
siendo estos considerados factores importantes para el subregistro.
Pese a que parte de las capas de població n más afectadas por el subregistro no suelen tener
fá cil acceso a Internet, puede afirmarse como idea de principio que difundir la informació n a
través de Internet va a “democratizar” el RC, o a universalizar potencialmente la informació n
que de él puede tener la sociedad. Los abogados o tramitadores no van a monopolizar la in-
formació n sino que cualquier persona (siempre que tenga acceso a Internet) podrá consultarla

26
En Bolivia hicieron falta cerca de diez añ os, y dos leyes (el có digo del niñ o, la niñ a y el adolescente, de 1999, y la ley 2616,
del añ o 2003) para que se pudiesen desjudicializar las inscripciones tardías. Aun así, y por exigencias constitucionales, la
reglamentació n de esta previsió n se encomendó no al Gobierno a la CNE.
18 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

y acceder a ella. En estos sitios de Internet se suelen resumir los trá mites (ninguno de ellos se
limita a transcribir los textos legales relativos a las inscripciones, certificaciones, etc.), lo cual
ofrece informació n extractada, concisa y potencialmente accesible a má s personas que la tra-
dicional publicació n de las normas en los boletines oficiales 27. Los poderes pú blicos disponen
ahora de un poderosísimo medio de difusió n del RC: no só lo de la normatividad del RC (leyes
y reglamentos) sino de los procedimientos, los documentos, los plazos, los lugares, los derechos
que al ciudadano corresponden, etc. No aprovechar este cauce informativo, y no desarrollar
nuevas estrategias comunicacionales (que además no son demasiado costosas) para informar a
la població n representaría perder una oportunidad importantísima.
Con el fin de combatir el subregistro entre la població n indígena, ¿debería establecerse
un régimen especial de publicació n de las normas de RC? No parece que fuese viable una
moda- lidad de publicació n “privilegiada” o “ad hoc”, distinta de la publicació n oficial en los
diarios o boletines oficiales de la nació n, pero tal vez sí sería posible pensar en la posibilidad
de publi- carlas, completas o extractadas, en algú n idioma indígena – sea o no idioma cooficial
junto al idioma general. Es lo que ocurre en Bolivia, en donde se han realizado campañ as de
difusió n del RC en españ ol, quechua, aymará y guaraní. En Guatemala la ley de idiomas
nacionales (2003) garantiza que en todos los actos registrales se respetará las normas de
escritura de los idiomas indígenas maya, xinca y garifunas, y el art. 4 del Decreto 67/2000 de
ley temporal especial de documentació n personal (ley de reconstrucció n de registros y
reasiento de població n desplaza- da) establece una publicidad especial en los idiomas mayas, a
realizar en las oficinas de RC. En el Perú el Plan nacional de restitució n de la identidad
“documentando a los indocumentados” para el periodo 2005-2009 (Resolució n jefatural nº 602-
2004-jef/reniec) prevé la realizació n de campañ as en idiomas quechua y aymará .
Sin duda las campañ as que se realizan para combatir el subregistro tienen como uno de sus
objetivos las comunidades indígenas o las minorías étnicas. Y estas campañ as suelen constar
habitualmente de mensajes tendentes a aproximar la legislació n de RC a la realidad indígena,
acaso empleando idiomas o dialectos propios. Pero por mucho que estas campañ as se esfuercen
en dicha aproximació n, siempre estará la dificultad de que la versió n oficial y vinculante del
texto legal no se habrá publicado en dichos idiomas o dialectos: por tanto, podría pensarse en la
edició n, publicació n y difusió n, si no con valor oficial sí por lo menos con valor informativo, de
los principales textos de RC traducidos a idiomas indígenas. La falta de carácter oficial de estos
idiomas es obstáculo para la publicació n completa de los textos con valor oficial y legal, pero
acaso no lo sea a la difusió n de extractos de las leyes, incluso avalada por los poderes pú blicos –
pero sin valor de publicació n oficial28.

27
Sin embargo, cuando se extracta la publicidad en los sitios web ello no debe conducir a que sea insuficiente o confusa.
28
Tendrían el mismo valor que, por ejemplo, la informació n ofrecida por los organismos pú blicos en los sitios web oficiales.
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |

c) Plazos de inscripción y multas por inscripción tardía


Lo habitual es que se exija la inscripció n del nacido en el RC del municipio en el que se pro-
dujo el nacimiento. Ello en principio no plantea problemas, porque en la mayoría de los casos
el nacimiento tiene lugar en la proximidad del domicilio familiar. Pero puede darse el caso de
nacimientos lejos de éste (viajes, desplazamientos, etc.). Algunas legislaciones han previsto re-
glas de flexibilizació n de la obligatoriedad de inscripció n en el lugar de nacimiento (el cuadro 5
muestra algunos ejemplos).

Cuadro 5
Honduras El art. 63 de la ley RNP (2004) prevé que la inscripción pueda realizarse en cualquier oficina de
País Legislaciones
RC (no debiendo necesariamente hacerlo en el RC que le corresponda por domicilio o por
lugar de nacimiento).
Perú Art. 45 de la ley de RENIEC: “Las inscripciones, y las certificaciones de ellas derivadas, de cualquiera d
a nivel nacional”. Ello exige un alto nivel de coordinación, con el fin de evitar las dobles inscripciones.

Chile Si existen dificultades para inscribir el nacimiento en la oficina que corresponde, podrá
efectuarse en otra, por medio de una solicitud escrita, remitida al oficial civil.
VenezuelaArt. 20 de la ley orgánica del niño y adolescente (1998) permite excepcionar la regla de inscripción ante “la pri
los comisarios o ante el funcionario público más próximo, competente para tales fines, quien la extenderá por duplicado

Respecto a los plazos de inscripció n en el RC, Sajó n (1977: 11) señ alaba la disparidad de
las regulaciones: los plazos iban desde 8 días (en 7 países) hasta el añ o, pasando por 10 días
(2 países), 15 días (4 países), 30 días (2 países) o 60 días (1 país). En la actualidad los plazos
han tendido a racionalizarse (ver cuadro 6 con algunos casos), siendo importante plantearse si
plazos tan amplios como de uno o dos añ os, que en principio podría ser preferibles a plazos
tan perentorios como 8 días, no pueden ser contraproducentes, por demorar demasiado el
cumplimiento por los padres del deber de inscribir al hijo.
20 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

Cuadro 6
Bolivia Un año en las ciudades y dos años en provincias y medio rural (en 2003 la ley 2616
País Plazo de
modificó inscripción
la ley de RC en el sentido de establecer un plazo de 12 años: “Todo niño o niña
será inscrito en el RC hasta sus doce años”).
Argentina 40 días
Honduras 1 año, pero la ley prevé que la inscripción pueda realizarse en cualquier oficina de RC
Guatemala 30 días (desde el Decreto 90 de 2005 de creación del RENAP)
Chile 60 días
Venezuela En nacimientos no hospitalarios, es de 90 días
Paraguay 30 días en la capital y 60 en el interior
Perú 3 días (nacimiento en hospitales de sistema de salud que cuenten con dependencia de registro civil), y d

Uruguay 10 días hábiles en zonas urbanas y 20 días hábiles en zona rural


Nicaragua 8 días
El Salvador 15 días

Otra circunstancia a tener en cuenta es que la existencia de plazos obligatorios implica


que quienes los incumplan quedarán en situació n de ilegalidad, y que a estos grupos de personas
sin registro e ilegales, con frecuencia se les quería regularizar, promoviendo campañ as de
inscripció n. Estas campañ as, o medidas normativas más o menos coyunturales para aumentar
la inscripció n de los no inscritos solían tener plazo de vencimiento, que una vez transcurrido
ocasionaba que las personas ya no pudieran regularizar su situació n e inscribirse sin costo o
sin penalizació n. Las sucesivas pró rrogas de los plazos pueden provocar confusió n en la
ciudadanía, resultando contraproducente respecto de la finalidad prevista.
Finalmente, la existencia de las multas por inscripció n tardía plantea cuestiones
importantes29. Por un lado, es razonable pensar que una sanció n pecuniaria por inscripció n
tardía moverá a las personas a inscribirse, o a inscribir a sus hijos, a su debido tiempo 30. Pero
por otro lado es también plausible considerar que, si existen de por sí otros obstáculos al registro
(sobre todo en comunidades indígenas, rurales, etc.), la posibilidad o la certeza de ser multado
en nada ayudará a que quien no está registrado acuda a hacerlo.
En situaciones o zonas con una elevada tasa de subregistro, las multas por las inscripciones
tardías no sólo pueden inhibir sino que pueden obstaculizar la política de combatir el subregistro:
si las autoridades no conocen o no tienen localizadas a las personas no inscritas en el RC,
difícilmente podrá n sancionarlas. De modo que la sanció n presumiblemente se impondrá

29
En Argentina la inscripció n tardía (fuera del plazo de 40 días, y antes de los 6 añ os) está gravada con un coste de 42 $.
La ley 25.819 de 2003 de Identificació n, registro y clasificació n del potencial humano nacional estableció un régimen
temporal para facilitar la inscripció n gratuita de los no inscritos.
30
Amado (1997: 99) se muestra favorable al cobro de “una cantidad de tipo punitorio, para propiciar que la població n acuda
a registrarse dentro de los plazos legales”.
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |

cuando las autoridades tengan constancia de la no inscripció n, lo cual se producirá cuando


la persona en cuestió n vaya a inscribirse. Si el no inscrito sabe que le pueden multar, tal vez
renuncie a inscribirse, con lo que el objetivo perseguido por la norma sancionadora (incentivar
que las personas se inscriban) quedaría sin alcanzar.

d) Otras medidas
Muchos diagnó sticos han subrayado que “una de las principales causas de negació n del DI en
la regió n [y por tanto de subregistro] es la discriminació n debido a la condició n de los padres,
particularmente cuando estos no tienen a su vez documentos de identidad, reproduciéndose de
esta forma un círculo vicioso que se expande generació n tras generació n” (Conferencia Regional
Latinoamericana sobre el Derecho a la Identidad y Registro Universal de Nacimiento, 2007a:
3). Si como sucede habitualmente 31 para registrar al hijo en el RC los padres deben exhibir
identificació n o certificació n registral, sencillamente no podrán registrar a su hijo, transmi-
tiéndose el subregistro de generació n en generació n. Los hijos, ademá s de no poder acceder a
muchos servicios pú blicos o al sistema bancario o crediticio, etc., no podrán heredar legalmente
a sus padres, no podrá n inscribir en el registro de la propiedad o en el catastro los bienes que
eventualmente puedan recibir de sus padres, pero sí heredarán la condició n de ser inexistentes
a efectos legales.
En los ú ltimos añ os algunos países han intentado paliar esta situació n, eximiendo de la
obligació n de identificarse a los padres, particularmente si pertenecen a minorías indígenas -en
las que se parte de que la tasa de subregistro es mayor- (ver cuadro 7 para algunos ejemplos). No
obstante, sigue tratándose de medidas excepcionales y no generalizadas, poco conocidas entre
las capas de població n que tienen má s subregistro.

Cuadro 7
Honduras El art. 114 del Reglamento de RNP (2005) exige, para que los padres realicen la
País Legislaciones
inscripción, tener tarjeta de identidad (o en su defecto certificación de nacimiento), pero el
art. 115 parece permitir la inscripción sin que los padres estén inscritos en el RC.
Panamá El art. 21 de la ley 31 de 2006, reformado por la ley 17 de 2007, dispensa asimismo de la obligatoriedad

Continúa

31
Por ejemplo art. 29 de la ley transitoria del estado familiar de El Salvador (1995). También el art. 46 de la ley n. 659 de
1944 de Republica Dominicana sobre Actos del Estado Civil.
22 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

País Legislaciones
Bolivia La CNE dictó una resolución en 2004 donde el registro de nacimientos para mayores de 18
años pertenecientes a comunidades indígenas y pueblos originarios que no cuenten con
identificación o documentación (obligatoria en los demás casos) podrá realizarse con dos
testigos (preferentemente pertenecientes a su comunidad) que acrediten la identidad de la
persona que va a registrarse, así como de sus padres: véase Roca Serrano (2006: 131). Por
Decreto Supremo nº 27915 de 13 de diciembre de 2004 se ratificó esta medida, disponiendo
que el Estado debe asegurar la inscripción gratuita en las zonas de mayoría indígena, originaria
y en comunidades campesinas.

Otra posibilidad, bastante infrecuente, es otorgar al oficial encargado del RC facultades


de inscripció n de oficio. En Panamá el art. 35 de la ley de RC (ley 31 de 2006), en su redacció n
dada por la ley 17 de 2007, señ ala que “si transcurridos seis meses [un añ o en su redacció n ori-
ginal de 2006] del nacimiento ocurrido con asistencia médica no se efectuó la declaració n de
esta para la inscripció n correspondiente, el RC ordenará, de oficio, la inscripció n con base en
los datos registrados en el parte clínico correspondiente”. El presupuesto de esta declaració n
de oficio es, ló gicamente, que las autoridades del RC tengan conocimiento del nacimiento (lo
cual podría derivarse de que las autoridades sanitarias hayan cumplido con la obligació n que
aparentemente les imponen los arts. 30 – inscribir el nacimiento en defecto de que lo hagan los
parientes del nacido – y art. 34 de la ley - expedir el parte clínico. En Costa Rica la Constitució n
parece asimismo prever una actuació n de oficio, pero que no ha sido plasmada en obligaciones
concretas a cargo del oficial de RC32.
Existen también medidas legales que, acaso justificadas desde má s de un punto de vista,
se convierten en barreras para el acceso al RC. Por ejemplo, en países con un porcentaje de
nacimientos hospitalarios relativamente bajo, exigir siempre y en todo caso la certificació n
de nacido vivo expedida por la autoridad sanitaria como requisito para la inscripció n puede
desincentivar y obstaculizar la inscripció n por las capas má s desfavorecidas.
Igualmente, los problemas de població n transfronteriza y desplazada representan un
problema desde el punto de vista del RC. Los hijos de inmigrantes por razó n laboral (o, cada
vez menos, por razó n política) suelen tener dificultades para acceder al RC del país extranjero,
o para solicitar una partida o certificació n desde el país extranjero en el que se encuentran. Los
esfuerzos que al respecto se han hecho son só lo parciales, y no alcanzan a cubrir la obligació n de
registrar que deriva del derecho internacional33. En cuanto a los problemas de desplazados sin
32
Art. 95 de la Constitució n de 1949 (con varias reformas hasta 2003): “La ley regulará el ejercicio del sufragio de acuerdo
con los siguientes principios: 1) Autonomía de la funció n electoral; 2) Obligació n del Estado de inscribir, de oficio, a los
ciudadanos en el Registro Civil y de proveerles de cédula de identidad para ejercer el sufragio”. La legislació n de RC (ley
nº 3504 orgá nica del tribunal supremo de elecciones y del registro civil, de 1965, reformada en 2003 – LOTSEyRC) no
contempla claramente la inscripció n de oficio, pero sí la obligació n de la autoridad sanitaria de declarar el nacimiento ante
el RC (art. 49 de LOTSEyRC).
33
El art. 29 de la Convenció n de NU para los derechos de los trabajadores inmigrantes (del añ o 1990, pero con entrada
en vigor en 2003) obliga a los Estados a inscribir en el RC a los hijos de estos trabajadores. Esta convenció n no ha
sido
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |

elemento de extranjería (desplazamientos internos), la gravedad general y las causas del


problema (esencialmente violencia) han encubierto los problemas de identificació n y de
subregistro de las personas desplazadas34. Algunos países que han pasado por conflictos armados
han establecido reglas especiales para quienes tuvieron que desplazarse como consecuencia de
los mismos35. Igualmente relacionados con los conflictos armados o con las circunstancias de
violencia están las medidas de reconstrucció n de archivos y registros destruidos36
Otro aspecto importante es la regulació n de la posibilidad o de la libertad de elegir el nombre
que se da a los recién nacidos en el momento de inscribirlos en el RC (o también de la posibilidad
del cambio de nombre, normalmente una vez alcanzada la mayoría de edad). Tradicionalmente
se solían prohibir los nombres extranjeros, malsonantes, extravagantes, ridículos, que indujesen
a confusió n, etc. Otros países sin embargo fueron más permisivos37. No parece que la limitació n
de la elecció n de nombre, que de un modo u otro existe en prácticamente todos los países de la
regió n o del mundo, sea un factor que influya negativamente en el registro de las personas.
Acaso como consecuencia de los mú ltiples factores que inciden en el correcto funcionamiento
del RC, y en las tasas de subregistro existentes (o no), la regulació n del RC en ocasiones ha
carecido de una visió n integral. Se aprecian disfunciones en la regulació n concreta de plazos
para registrarse, de có mo han de ser los nombres para poder admitirse vá lidamente, de las
vías (judiciales o administrativas) para realizar determinados trámites, etc., todo lo cual tiende
a dificultar no tanto el funcionamiento en sí del RC sino el acceso al mismo de la població n
no registrada (que generalmente coincide con minorías étnicas, inmigrantes y descendientes,
població n rural, població n desplazada, pobres, etc.). En muchos casos la combinació n de pocos
días para registrarse después del nacimiento, las multas por inscripció n tardía y la necesidad,
para ello, de iniciar un procedimiento judicial no só lo fomenta que los niñ os no se inscriban en
su momento sino que desincentiva que quienes, debiendo estarlo, no estén registrados acudan
a registrarse tardíamente.

ratificada en general por países con elevada proporció n de inmigrantes, y en la regió n só lo por Colombia, México, Bolivia,
Uruguay, Belice, Ecuador, El Salvador y Guatemala. Entre la colaboració n internacional entre Estados para paliar el
subregistro en zonas transfronterizas destaca el convenio entre Panamá y Costa Rica en virtud del cual un có nsul
especial panameñ o actú e en la franja de Costa Rica má s pró xima a Panamá .
34
Estas personas, que en muchos casos coinciden con poblaciones indígenas o campesinas, se desplazan a las ciudades o en
general a lugares en los que es má s necesaria la identificació n, con lo que su situació n es peor que la que tenían en su lugar
de origen. En Colombia en 1990 a travé s del Decreto 290 y Decreto 158 de 1994.
35
En Guatemala el Decreto 67 del añ o 2000 preveía normas de reasiento de los registros, reinscripció n y reposició n de
partidas para població n desarraigada, refugiada, repatriada, retornada y desplazada o incorporada (desde las guerrillas).
36
Por ejemplo en El Salvador, con la ley del añ o 1981 de reposició n de libros y partidas del RC, o en Guatemala, con
el Decreto citado en la nota anterior.
37
Por ejemplo Venezuela y Bolivia.
24 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

3. La SITuaCIÓN INSTITuCIONaL
En general, son cuatro las funciones o responsabilidades de los poderes pú blicos que desem-
peñ a el RC o con las que está relacionado el RC: la funció n de registro propiamente dicha 38, la
funció n estadística, la funció n de identificació n y, tal vez algo má s alejada del RC, la funció n
electoral.
En realidad só lo la primera es una funció n típica y característica del RC. Las otras tres son
accesorias, bien porque no las desempeñ a el mismo RC sino otros organismos o entidades pú blicas
o bien porque, aunque las lleve a cabo el mismo organismo que se encarga del RC 39, son conceptual
y funcionalmente distintas. Y responden a principios que a veces son divergentes. Como ejemplo,
el RC debe garantizar la confidencialidad de los datos de las personas, mientras que la funció n de
identificació n tiende a la publicidad (o por lo menos a expedir documentos que, al ser exhibidos,
acrediten la identidad, o incluso el ejercicio de un derecho como el desplazamiento – en caso del
pasaporte). La función electoral necesita saber donde están los electores, para organizar el derecho
al voto y asignarles un lugar donde ejercerlo (normalmente el de su residencia), mientras que para
la funció n de RC la ubicació n de las personas que en él está n inscritas no sería en principio un
dato tan relevante. Sin embargo las funciones, que conceptualmente son distintas, aparecen con
frecuencia mezcladas, cuando el RC es a la vez registro electoral o base para su elaboració n (en el
proyecto de ley orgánica de RC de Venezuela, de 2007, se establece la obligació n de los ciudadanos
de comunicar al RC sus cambios de residencia).
Pero los sistemas de EV, los sistemas electorales y los sistemas de identificació n, por mucho
que implementen funciones distintas a la registral propiamente dicha, y por mucho que, en
algunos países, estos tres sistemas estén organizativa e institucionalmente separados del RC,
en realidad están necesariamente conectados con el RC porque es éste quien les suministra
la informació n sobre el estado civil de las personas con las cuales elaboran las estadísticas de
població n, los documentos de identificació n y los registros, padrones y censos electorales.
En algunos países además del RC existen registros o archivos administrativos especializados
para sectores concretos de població n, como es el caso del Registro de Informació n de Niñ os y
Adolescentes de Uruguay, y el Catálogo de Extranjeros Residentes de México.
Desde esta partició n de funciones, existen varios modelos organizativo-institucionales. Ama-
do (1997: 90), dejando de lado la funció n estadística o EV, diferenciaba cuatro posibilidades:
a) separació n de las tres funciones en tres organismos diferenciados

b) unió n de registro e identificació n, quedando lo electoral separado

38
El IIN (1973: 12 y 1977: 12) la denomina funció n jurídica, en el sentido de que tiene por objeto certificar, probar y
acreditar, que es lo que en derecho se denomina fe pú blica.
39
Como ocurre en aquellos países en los que el RC depende del poder judicial electoral (Bolivia, Panamá, Costa Rica) o de
una institució n que también se ocupa de expedir los documentos de identificació n (RENIEC en Perú , RNP en Honduras,
RNPN en El Salvador, RENAP en Guatemala).
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |

c) unió n de las tres funciones bajo un mismo ó rgano, normalmente una institució n
electoral dentro del poder judicial o relacionada con el poder judicial o que constituye
uno má s de los poderes del Estado (poder electoral)
d) integració n del RC en una institució n registral nacional, habitualmente en el
poder judicial, encargada del registro de la propiedad, catastro, propiedad industrial,
interdicciones, etc.
De acuerdo a esta categorizació n, se podría considerar que el modelo a) existe en Uruguay,
México (el RC depende de los Estados, la identificació n del RENAPO y lo electoral del
IFE) o Paraguay (donde las tres funciones dependen de distintos departamentos del poder
ejecutivo). El modelo b) existe en Chile, Ecuador (el RC depende del Ministerio de
Gobernació n), Argentina, El Salvador. El modelo c) existe en Costa Rica, Panamá ,
Repú blica Dominicana, Colombia, Nicaragua y Venezuela (en estos dos ú ltimos casos con
importantes competencias de los municipios) y en Perú (RENIEC es una parte autó noma del
sistema electoral). El modelo
d) existe en países caribeñ os como Belize, a través del Registrar General (pero la regulació n en
el Caribe no es homogénea: en Grenada el RC es competencia del Ministerio de Salud, y
en Jamaica del Primer Ministro).
En realidad habría distintas combinaciones, y por tanto má s modelos (o má s matizados)
que los que exponía Amado hace má s de una década: por ejemplo en Bolivia el RC está
inserto en la Corte Nacional Electoral, que lo gestiona en su totalidad, pero la CNE no se
encarga de la identificació n (sería este un modelo de unió n de las funciones de registro y
electoral, bajo la dependencia de un ó rgano independiente del poder ejecutivo, pero con
separació n de la funció n de identificació n). En Nicaragua el Consejo Supremo Electoral se
encarga de las elecciones y de la identificació n, pero solo de la coordinació n del RC, que es
gestionado por los municipios. En Venezuela el RC y lo electoral dependen del CNE, pero
el servicio de identificació n no depende del poder electoral sino del poder ejecutivo.
Honduras se pasó en 2004 de la depen- dencia del RNP del poder judicial electoral a ser un
ente autó nomo, con funció n de RC y de identificació n.

a) La variable de la integración o no del RC en el ámbito electoral


¿Có mo incide, si es que lo hace, sobre el funcionamiento del RC o sobre la tasa de subregistro
el que el RC esté institucionalmente unido al organismo o poder electoral?
En principio no parece haber incidencia clara, o por lo menos no se ha medido, de manera
que desde el punto de vista del subregistro no existe obstáculo ni inconveniente a que el RC esté
integrado en el sistema, poder u organizació n electoral. Las tasas de subregistro en los países
no están en funció n de que el RC lo desempeñ e el organismo electoral: países con alta tasa de
subregistro tienen tanto RC independientes del organismo electoral como RC unidos a él; y
un mismo país ha tenido tasas similares de subregistro con un RC separado del organismo
electoral y con un RC insertado en él.
26 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

Existen argumentos a favor y argumentos en contra respecto a la integració n o dependencia


del RC en el organismo electoral. La integració n o “electoralizació n” puede implicar el peligro
de politizació n del RC, al tener una clara trascendencia electoral (los partidos políticos pueden
verse tentados a utilizar el RC para su provecho político, influyendo en la toma de decisiones
sobre el RC o directamente intentando su manipulació n)40. Del mismo modo, la vinculació n
con lo electoral puede hacer que la inversió n pú blica y la atenció n de los gobiernos hacia el
RC só lo se produzcan en momentos electorales (cará cter cíclico y discontinuo de las mejoras
o de la preocupació n de los gobernantes por el RC). Por el contrario, dicha vinculació n puede
ser buena desde dos puntos de vista: por un lado la coordinació n entre el RC y los listados,
censos o registros electorales puede mejorar si ambas funciones dependen del mismo ó rgano o
institució n41. Por otro lado, ello puede facilitar el aumento de la població n registrada ya que a los
gobiernos o a los partidos les puede resultar interesante registrar a la població n (o bien a toda la
població n o bien ú nicamente a aquella població n que supuestamente les es favorable desde un
punto de vista electoral). Los intereses político-electorales, acaso espurios, pueden sin embargo
conducir a potenciar el RC en su vertiente electoral y a hacer que cierta població n que no estaba
registrada acuda a registrarse42.
En la solució n que se adopte respecto de esta disyuntiva (RC separado o RC unido al or-
ganismo electoral) incide la configuració n del organismo electoral. Si se trata de un organismo
electoral independiente, robusto, con prestigio político, eficaz y alejado de los avatares políticos,
la inserció n en él del RC sería en principio algo positivo. También importa la constitucionaliza-
ció n o no del sistema de RC: casi ningú n país europeo, ni Canadá o EEUUU, han llevado a sus
Constituciones el RC (o la integració n o no de la funció n registral en lo electoral), pero algunos
países de la regió n sí lo han hecho. Ello puede ser positivo (por reforzar la funció n registral,
eventualmente potenciando su independencia) o negativo (porque si el sistema no es bueno se
impide su reforma).
Este posible aspecto negativo de la “electoralizació n” mueve a Acosta y Burstein (2006: 45)
a sostener que la “electoralizació n” crea un “interés confundido”, bien por considerar que de este
modo se desnaturaliza la funció n o la esencia del RC, o porque los partidos van a ver el RC
como parte del botín electoral (o como una herramienta para ganar las elecciones), o bien
por las tasas que se recaudan. Estos autores concluyen que “el momento ha llegado de
considerar

40 Esta es una de las conclusiones a que se llega en CEPAL (2007: 21): se sostiene la conveniencia de “desvincular
la documentació n de RC o registro ciudadano del proceso de elecciones”, ya que “el registro y la identificació n de los
ciudadanos es un derecho de los ciudadanos que debe ser resuelto sin manipulaciones” (y en cuanto a las á reas rurales,
se dice que “la gente debe saber que necesita el registro y la identificació n para ejercer con plenitud sus derechos y
para moverse fuera de las á reas rurales, y no só lo para participar en las elecciones”).
41 Así lo señ ala IFES (2007: 22), pero advirtiendo que en ocasiones la dependencia del RC del poder electoral no ha
significado mejora perceptible en la coordinació n.
42 Por ejemplo en Panamá los arts. 136 y 137 de la Constitució n encargan al Tribunal Electoral la gestió n del RC, y, entre
otras funciones, le atribuyen el conocimiento de todas las demandas de rectificació n registral, con lo que no es posible
reformar el sistema sin reformar también la Constitució n. Lo mismo sucede en Venezuela (el art. 293.7 de la Constitució n
de 1999).
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |

desligar el RC del poder electoral” (2006: 48) 43. Se trata de un debate abierto, entre otras cosas
porque no en todos los países el RC es rentable o genera superá vit.
Otra vertiente potencialmente problemática de la imbricació n entre el RC y lo electoral
es la sobrecarga de trabajo (y/o la insuficiente dotació n de medios) para los oficiales y las
oficinas del RC. Tienen que desempeñ ar una doble funció n (la registral y la electoral), e incluso
cuando esta segunda es meramente temporal, en funció n de los ritmos electorales, los oficiales
pueden tener más trabajo del que pueden llevar a cabo, con perjuicio del servicio. Del mismo
modo, la “electoralizació n” del RC puede no resultar del todo operativa porque, cuando el sistema
electoral lo gestiona el poder judicial, se produce entonces la paradoja de que una funció n
administrativa como el RC es gestionada por los tribunales, y estos están funcional y
constitucionalmente adaptados para la funció n jurisdiccional de juzgar y hacer ejecutar lo
juzgado, pero no para gestionar un servicio administrativo como es el RC (que puede
requerir decisiones de gestió n, presupuestarias o de personal para las que el poder judicial
puede no resultar el más adecuado).
La misió n y funció n del RC es una misió n administrativa esencial para los DDHH que
fundamentalmente consiste en dejar constancia del estado civil – y de la identidad - de las
personas, incorporá ndolas así a la comunidad. Por consiguiente, cuanto má s alejada esté de
la manipulació n política o partidaria, mejor cumplirá su funció n constitucional, legal, social y
estadística. Al determinar el estado civil y acreditar la existencia de las personas, la organizació n
institucional puede tener distintas formas. Cualquiera de ellas será a priori válida siempre que
esta funció n esencial quede asegurada y a salvo de intereses político-partidistas, y siempre que
se garantice la coordinació n tanto interna de las distintas dependencias del RC como
respecto de los demás servicios pú blicos (esencialmente de los sanitarios, que suelen estar
encargados de dar constancia de los nacimientos y las defunciones). Desde este
planteamiento, aproximar el RC a lo electoral só lo será positivo en la medida en que esa
funció n quede preservada (o potenciada)44.

b) La variable del federalismo y de la descentralización


Hay que comenzar por una diferencia conceptual muy importante, que no siempre se tiene
presente en los análisis del RC45. Cuando se habla de “descentralizació n” del RC se puede
estar aludiendo a dos cosas bastante distintas. Una es la dependencia o ubicació n del RC
respecto
43
Por similares razones, la llamada “doble dependencia” del RC (dependencia técnica del sistema electoral, y dependencia
presupuestaria de los municipios o de las provincias) puede ser un obstá culo a su buen funcionamiento. Es lo que sucede en
Venezuela, El Salvador y Nicaragua: los RC dependen de los municipios (y los registradores son empleados municipales),
pero deben actuar también como oficinas electorales. En Honduras en 2004 se cambió el sistema: hasta entonces el
RNP (creado en 1982) dependía del Tribunal Supremo Electoral, pero en 2004 se separaron ambas funciones.
44
La falta de independencia del RC respecto de los gobiernos y de partidos políticos, y su instrumentalizació n político-
electoral, ha sido muy frecuente en la regió n, y aun lo sigue siendo incluso después de reformas legales que crearon un
marco normativo e institucional que supuestamente garantizaba la independencia del RC.
45
El IIN (1973: 6) sí diferenciaba los dos sentidos de “descentralizació n” (por un lado, federalismo o Estado unitario, y por
otro existencia o no de dependencias territoriales). En parecido sentido, el diagnó stico de 1980 (IIN-FNUAP 1982: 12)
hablaba de centralizació n administrativa (existencia de un ó rgano central a nivel nacional) y de descentralizació n funcional
(existencia de oficinas locales supervisadas y coordinadas por aqué l).
28 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

de un ú nico gobierno o sistema normativo nacional (que es lo que normalmente sucede en


los países no federales) o respecto de tantos gobiernos subnacionales como existan (es el caso de
los países federales, divididos en Estados, Provincias, etc.). Y otra muy distinta es la
organizació n interna del RC, en funció n de que tenga dependencias territoriales o de que, por
el contrario, só lo exista una oficina o sede central (o eventualmente de que exista o no un
archivo o base de datos central). La primera es una descentralizació n “política” o “federal”, y
la segunda es una descentralizació n “organizativa” o “funcional”46.
Se pueden – y se suelen – combinar ambas. Un RC “descentralizado” en el sentido de que
depende de entes subnacionales puede a su vez estar “desconcentrado”, en el sentido de que
tenga dependencias repartidas por el territorio. Y puede, o no, tener un archivo central 47. Un
RC “descentralizado” en el otro sentido (depende de un solo gobierno o poder central pero está
“desconcentrado” o “funcionalmente descentralizado”) puede, o no, tener un archivo o base
de datos central. La organizació n territorial de los RC ha experimentado cambios desde que
fue diagnosticada en 1980: por una parte, desde hace décadas no existe ningú n RC que
funcione con una ú nica oficina o sede: todos los sistemas de RC de la regió n, incluso los de los
países más pequeñ os, tienen oficinas locales de RC48. Hoy en día, merced a cambios
legislativos y constitucionales, todos los países no federales se han dotado de un modo u otro
de oficinas centralizadas que en teoría garantizan la coordinació n de las oficinas territoriales
y de todo el sistema de RC.
En definitiva, el que un país no tenga una estructura federal no dice nada respecto de
la centralizació n o no del RC (só lo nos dice que habrá un ú nico gobierno – el central – con
competencia y jurisdicció n sobre el RC, sin que se explique la existencia o no de una oficina
central ni tampoco de un archivo o base de datos central): en palabras del diagnó stico de
1980, “no hay una relació n directa entre la existencia de una oficina central de RC y el tipo de
organizació n político-administrativa centralizada o federal que tenga cada país” (IIN-FNUAP
1982: 137).
Diferenciar ambas “descentralizaciones” es importante, por muchas razones, ademá s
de para evitar confusiones y para identificar en cada momento de qué se está hablando. Por
ejemplo, cuando se viene, desde hace tiempo, diciendo que la descentralizació n del RC es
algo malo, o peligroso, o ineficiente, etc., en ocasiones no está claro exactamente a qué tipo

46
En la teoría de la organizació n administrativa a esta segunda acepció n se la suele denominar “desconcentració n”. Sajó n la
llama “dispersió n” (1977: 7).
47
La inexistencia en los países federales de un archivo nacional o central, por estar el RC a cargo de las entidades subnacionales
(Estados o Provincias) era una preocupació n puesta de manifiesto en varias ocasiones (por ejemplo el IIN, 1973: 6). En los
ú ltimos añ os la creació n de entidades relativamente nuevas (RENAPER en Argentina en 1968, y en los ú ltimos 15 añ os
RNPN en El Salvador en 1995, RENIEC en Perú en 1996, RNP en Honduras en 1982 y 2004, RENAP en Guatemala
en 2005) ha mitigado, incluso en países federales, en cierta medida las posibles consecuencias negativas de la inexistencia
de archivo central.
48
Por ello el nivel real de “desconcentració n” no se medirá por la simple existencia o no de oficinas locales (por ejemplo a nivel
municipal, comarcal, o con demarcaciones territoriales propias del RC) sino por la capacidad de estas oficinas para llevar a
cabo eficazmente determinados trámites, evitando al ciudadano acudir a la capital o a la sede central del RC.
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |

de descentralizació n se alude, o a cuá l de los dos sentidos de descentralizació n se achacan


determinadas deficiencias del RC.
En todo caso, en los países no federales la evolució n de la organizació n institucional del RC
tiende a ser positiva, en la medida en que por lo menos ahora todos estos países tienen
organismos centrales que – en teoría – coordinan y supervisan a las oficinas territoriales o
locales.
Las consideraciones que tienden a ver la descentralizació n política de los Estados
(federalismo) como algo negativo para el sistema de RC no son nuevas 49. En los países
federales (México, Argentina, Brasil) tradicionalmente el RC estaba en manos de las
autoridades subnacionales (Estados, Provincias). Ello provocaba sin duda problemas de
coordinació n, y de dificultades para que los ciudadanos solicitaran certificaciones desde una
demarcació n subnacional distinta a aquella en la cual estaban inscritos (por la inexistencia de
un organismo de RC a nivel nacional y por la inexistencia de un archivo o base de datos central a
nivel nacional). Este problema se ha intentado resolver – y en alguna medida se ha conseguido –
mediante la creació n de organismos federales encargados no del RC en sí mismo (que continú a
siendo responsabilidad estatal o provincial) pero sí del registro nacional de personas –
normalmente con fines de identificació n – o del registro electoral. Con el argumento cierto de
que la expedició n de los documentos de identificació n (cédula o DNI, pasaporte) es una
competencia federal, como también lo es la organizació n de elecciones a nivel nacional, países
como Argentina o, en menor medida, México han creado organismos que con mayor o menor
éxito han suplido la inexistencia de un RC a nivel nacional50.
Estos organismos, al no ser responsables directos del RC (que sigue en manos de los entes
subnacionales), se ven obligados a una labor de coordinació n con las entidades subnacionales
que sí gestionan el RC. Su éxito o su fracaso se mide en ocasiones por factores que exceden de
lo estrictamente jurídico. Por ejemplo: en México la credencial de elector expedida por el IFE
no tiene en principio una finalidad de identificació n sino que está destinada a poder votar en
las elecciones, pero, como señ alan Acosta y Burstein (2006: 34), en la práctica se ha convertido en
el medio habitual de identificació n en todo el país.
Otra vertiente de “descentralizació n” (en el sentido de “desconcentración” o existencia de
demarcaciones territoriales) es la existencia de oficinas municipales. La demarcació n municipal
es la mayoritaria en la región51 (en algunos países se siguen las demarcaciones judiciales, que
pueden ser más amplias que las municipales). Se trata con frecuencia de oficinas pequeñ as, con

49
Véanse las opiniones en Sajó n (1977: 7).
50
En Argentina el RENAPER se creó en 1968 y ha sido reformado varias veces, y hoy se inserta en el Ministerio del Interior.
México tiene dos instituciones federales relativas al RC: el Registro Nacional de Població n e Identificació n Personal,
dependiente de la Secretaría de Gobernació n y con funciones de coordinació n y expedició n de la CURP (clave ú nica de
registro de població n), y el IFE, creado en 1990 con funciones electorales. Pese a no ser sistemas federales, existen
países que de alguna manera han continuado esta pauta (Perú con el RENIEC, El Salvador con el RNPN, Honduras con
el RNP y Guatemala con el RENAP).
51
Es frecuente que la ley establezca como obligatoria la demarcació n o jurisdicció n municipal, como por ejemplo el art. 44
de la ley de Brasil de servicios notariales y de registro (1994): “En cada sede municipal habrá como mínimo un registrador
civil de las personas naturales”.
30 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

pocos medios, en ocasiones no fácilmente controlables o sujetos de supervisió n por las autoridades
centrales52. A cambio, están pró ximas al ciudadano (salvo en aquellos nú cleos de població n muy
dispersa, o en los asentamientos pequeñ os que no lleguen a la condició n de municipio). La relació n
entre desconcentració n a nivel municipal o local y subregistro (o buen funcionamiento del RC)
no es una relació n relevante porque todos los países, en una u otra medida, cuentan con oficinas
locales. Luego esta relació n debe medirse no por la existencia o no de la oficina de RC, sino por
el nivel de servicio que preste a los ciudadanos 53. Si ciertos trámites (no necesariamente los de
mayor complejidad) sólo pueden realizarse en oficinas centrales, o en dependencias mayores a la
municipalidad, entonces la proximidad al ciudadano no reporta todas las ventajas como parece.
Dicho todo ello, existen países en los que la responsabilidad del RC es de los municipios.
No se trata só lo de que el ámbito de la demarcació n o jurisdicció n del RC es el municipal
sino que las leyes atribuyen la funció n registral y la competencia para RC a los municipios, y
los registradores dependen directamente (y casi exclusivamente) de los alcaldes, en lugar de
depender de un ó rgano central o del poder electoral. Como ejemplo, se ilustran los casos de
algunos países (ver cuadro 8).

Cuadro 8
El Salvador Pese a que el marco institucional centraliza el control la información del RC en el RNPN, la
País Descripción competencia
responsabilidad inmediata de lamunicipal
gestión del RC es de las municipalidades. El art. 4.15 del
Código Municipal (Decreto Legislativo nº 274 de 1986) establece como competencia
municipal “la formación del Registro del Estado Familiar y de cualquier otro registro
público que se le encomendare por ley” (versión tras reforma del Decreto Legislativo nº
929, del 20 de Diciembre de 2005, publicado en el D. O. nº 12, Tomo 370, de fecha 18 de
Enero de 2006). La ley transitoria del registro del estado familiar (1995) mantiene el mismo
sistema, conforme al cual los registradores son empleados locales y no del RNPN (art. 8
de dicha ley).
Guatemala El RC estaba en manos de cada uno de los 322 municipios. Así lo establecía el art. 373
del Civil, que ha sido derogado por la ley RENAP. Del mismo modo, el art. 68 del Código
Municipal (2002) - no expresamente derogado - establece como
competencia municipal “La administración del registro civil y de cualquier otro registro
municipal o público que le corresponda de conformidad con la ley”. El art. 89 del mismo
Código, derogado por la ley de RENAP, otorgaba al Concejo la potestad
de nombrar al Registrador: “El Concejo Municipal nombrará al registrador civil de su
municipio. En su ausencia el secretario municipal ejercerá sus funciones. En el
desempeño del cargo, las funciones del registrador civil estarán normadas por lo que establece
el Código Civil y el reglamento respectivo de cada municipio”. El sistema está siendo
cambiado por la ley RENAP (2005), que va a implicar la transferencia de los RRCC de los
Municipios a este nuevo organismo.

52
No hay informació n suficiente para determinar la relació n entre el buen o mal funcionamiento de los RRCC en respecto
al tamañ o de las municipios o las oficinas centrales de la capital. Parece que por lo general, por lo menos el nivel
tecnoló gico sí es claramente mejor en las segundas.
53
O por otras variables: tener oficinas abiertas a tiempo completo para atender a poca població n resulta muy costoso.
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |

País Descripción competencia municipal


Honduras El art. 298 del CC establece que “Los secretarios de las Municipalidades son los encargados de llevar e

Nicaragua El CSE de (2007: 15) señala que los RC “están sometidos a una doble subordinación, pues el
art. 8 de la Ley de Municipios establece que administrativamente dependen del Alcalde y en lo
normativo y metodológico dependen del Consejo Supremo Electoral, a través del Registro
Central del Estado Civil de las Personas”.
En Nicaragua según el CC (art. 501) “La Oficina [de registro] se denominará Oficina del
Registro del Estado Civil, y estará a cargo de un funcionario nombrado por la
Municipalidad, y donde no la hubiere, por el jefe superior correspondiente”.
Art. 502: “En cada ciudad, villa y pueblo de la Republica, habrá esa oficina. Los sueldos del
Registrador y secretario y los gastos del despacho, saldrán de los fondos municipales.”. Según la
ley de municipios (ley 40 de 1988) el municipio ejerce la administración del registro del
estado civil en función a la dirección “normativa y metodológica” del Consejo Supremo
Electoral. El artículo 8 la Ley de Municipios
de Nicaragua (Ley Nº 40, del 2 de julio de 1988, publicada en La Gaceta el 17 de agosto de
1988, reformada por la Ley 261 del 26 de junio de 1997 y publicada en La Gaceta No. 162
del 26 de agosto de 1997) establece que “El Registro del Estado Civil de las Personas es una
dependencia administrativa del Gobierno Municipal y
se regirá además de lo dispuesto en la ley de la materia, conforme las directrices,
normativas y metodologías que dicte el Consejo Supremo Electoral”. Se procura la
coordinación interinstitucional, “respetando los mecanismos e Instrumentos de
planificación física y económica del Estado e impulsando la inserción del Municipio en los
mismos.”
Venezuela Pese a que la Constitución (art. 293.7) encarga al poder electoral la organización de RC, se ha manteni
del poder electoral. En efecto, la ley establece que la responsabilidad del RC está en manos de los Alc
defunciones”. La ley Orgánica del Poder Público Municipal (2005) establece en su art.
88.14 que “El alcalde o alcaldesa tendrá las siguientes atribuciones y obligaciones:… realizar las atribu

Dada la complejidad de la gestió n de los datos, la necesaria coordinació n con otros poderes
pú blicos (para la confecció n de las EV, por ejemplo), el riesgo eventual de una excesiva
politizació n derivada de la dependencia de los registradores respecto de los alcaldes, etc., la
tendencia actual
32 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

es a traspasar la responsabilidad del RC a los poderes centrales – de hecho algunos de los países
recién mencionados como Guatemala han iniciado este proceso54.
En definitiva, un cierto nivel de centralizació n55 puede tener aspectos positivos como
la seguridad jurídica, y la uniformidad de la aplicació n de la norma, entre otros. Pero tiene
aspectos negativos: la lejanía respecto del ciudadano, entre otros. La descentralizació n también
conlleva aspectos negativos, como puede ser la posible desatenció n de las pequeñ as oficinas,
la vulnerabilidad de sus oficiales ante las presiones locales, prácticas y formatos diversos, el
aislamiento de los oficiales y empleados. Histó ricamente se ha considerado que la gestió n del
RC mediante oficinas municipales es lo más positivo56 - lo cual provocó , entre 1950 y 1980, que
algunos países no tuviesen ni siquiera oficina central de RC.
Más que la descentralizació n de las oficinas (desconcentració n o descentralizació n
funcional), lo importante para el ciudadano es, desde el punto de vista de la eficaz prestació n del
servicio, la existencia de un archivo o base de datos central. Que haya un archivo o base de datos
central es importante, y positivo, porque permite el cotejo de datos y documentos y en principio
impide, o dificulta, la existencia de anotaciones o certificaciones duplicadas o contradictorias. El
diagnó stico de 1980 (IIN-FNUAP 1982: 15) detectaba la disparidad de fó rmulas
organizativas, de forma que la inexistencia de un archivo o base de datos central no estaba
só lo en funció n del cará cter federal o no, sino de otras variables57. La situació n se prolongó
hasta la década de 199058, y hoy se ha paliado: todos los países cuentan con este tipo de
archivo.
Como se ha señ alado, todos los diagnó sticos de los sistemas de RC que se han realizado hasta
la fecha coinciden en que la falta de un archivo central a nivel nacional es algo
potencialmente negativo y generador de problemas. Ello representa sin duda un inconveniente
de coordinació n y de posible existencia de anotaciones duplicadas, pero no es en sí mismo un
factor generador de subregistro59. Además, cuando el diagnó stico de 1980 (IIN-FNUAP 1982:
15) ponía énfasis en la importancia de un archivo central que contuviese todos los datos de
todos los ciudadanos, se estaba pensando en un duplicado de los libros de las oficinas. Sin
embargo, la tecnología permite hoy una solució n distinta: ya no es preciso que exista
físicamente un lugar en el que se almacenen los duplicados de los libros de las oficinas, sino
que bastará con que estos estén digitalizados y que las oficinas funcionen en red.
La tecnología ha limitado la importancia de la centralizació n física de los libros (es decir, de
un archivo central). Sin que ello signifique minimizar la importancia de este archivo, lo cierto
54
Existe asimismo un movimiento inverso, consistente en que las autoridades centrales delegan la gestió n del RC a algunos
municipios que cuentan con capacidad de gestió n. En Ecuador, hay municipios a los que se ha transferido la gestió n del RC.
55
Entendiendo por tal la realizació n de determinados trámites só lo en las oficinas centrales – con la correlativa falta de
autonomía de las oficinas locales – y la supervisió n de estas por parte de aquellas.
56 Así lo sostenía Sajó n (1977: 8), incidiendo en el aspecto positivo de la proximidad al ciudadano.
57
Só lo ocho países tenían archivo central. Cinco no lo tenían en absoluto, y cinco lo tenían a nivel estatal o provincial.
58
En 1996 algunos países (Guatemala, Perú ) seguían sin tener tenían archivo central.
59
Para que las personas que no está n inscritas acudan a registrarse es a priori indiferente que exista o no un archivo o base de
datos central.
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |

es que tal vez hoy la coordinació n entre los RC y los flujos de informació n y de datos puedan
ser más importantes que la existencia de un archivo central – en el supuesto de que en los países
exista tecnología suficiente, y disponible, como para poder conectar entre sí las oficinas de RC.
El tratarse de un Estado federal se ha venido considerando como un inconveniente para
el disfrute del DI a través del sistema nacional de RC. Sin embargo, ello no sucede en todos
los casos: má s que el federalismo, o la dependencia de los RC de los municipios, importan
otras circunstancias. Más que la descentralizació n o no (en cualquiera de los dos sentidos de la
palabra) del RC, lo que resulta realmente relevante es su coordinació n interna – entre sus distintas
dependencias y oficinas – y su coordinació n externa, es decir, con los demás niveles de gobierno e
instituciones. Naturalmente, esta coordinació n aumentará su efectividad, medida en términos de
servicio eficaz a los ciudadanos y de instrumento de garantía de los derechos de estos.
Las má s recientes tendencias en la institucionalidad de los sistemas de RC 60 apuntan a la
creació n de entidades que, normalmente no integradas en el poder u organizació n electoral
pero sí coordinadas con este, funcionen con – teó rica – independencia del poder ejecutivo,
dispongan de presupuesto propio y se encarguen también de la expedició n de documentos de
identificació n61. Se trata de entidades centralizadas (en el sentido de que no dependen de los
gobiernos provinciales, estatales o locales y de que tienen una sede u oficina central), con oficinas
locales (desconcentració n o descentralizació n funcional) y con vocació n de independencia del
poder político gubernamental.
Cabe apreciar una tendencia positiva: las reformas organizativas de las dos ú ltimas décadas
evidencian una cierta voluntad política de los países por mejorar sus sistemas de RC. Sin
embargo las operaciones de ingeniería institucional, si no van acompañ adas de otras medidas
presupuestarias, organizativas, políticas, etc. no se traducen automáticamente ni en una mejora
del funcionamiento del RC ni, menos aun, en una reducció n de las tasas de subregistro.
La institucionalidad ha mejorado asimismo desde el punto de vista de la existencia de
una oficina o sede central del RC: todos los países no federales la tienen hoy, frente a só lo un
40% de los países no federales diagnosticados en 1980 (IIN-FNUAP 1982: 12).
Todos estos son condicionantes o característicos de los modelos normativos del RC.
Muchos de ellos son fruto de la historia de cada país, de las influencias que recibieron desde
la época de la colonia, de los avatares políticos má s o menos recientes, etc., de modo que tal
vez no deriven de opciones políticas o técnicas deliberadas. En muchos casos el peso de la
historia y de las tradiciones, más que la elaboració n meditada – o fruto de la voluntad de los
ciudadanos expresada en las urnas – es lo que ha determinado el modelo regulativo-
institucional del RC.

60
Creació n de RENAP en Guatemala (2005), de RNP en Honduras (1982 y 2004), de RENIEC en Perú (1995), de RNPN
en El Salvador (1995).
61
Salvo el pasaporte, normalmente reservado a las autoridades ministeriales ordinarias. Excepcionalmente, en Argentina el
pasaporte es, segú n el art. 61 de la ley 17.671, competencia del RENAPER, a ejercer en coordinació n con otros ministerios
(Asuntos Exteriores, esencialmente). Sin embargo, la competencia está transitoriamente delegada a la policía federal.
34 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

De todos modos, estos lineamientos generales no tienen por qué ser definitivos respecto
de la eficacia general del RC. El buen funcionamiento del RC y la reducció n de la tasa de
subregistro pueden conseguirse a priori con uno y otro modelo legislativo-institucional que
reú na una u otra de las características a que se acaba de aludir. Como se verá en seguida, el
diseñ o institucional (inserto o no en el poder u organizació n electoral, con o sin archivo o base
de datos central, etc.), o las características del modelo normativo, no son más que alguno de los
elementos del sistema de RC, y en su buen funcionamiento influyen otros muchos factores de
similar o mayor relevancia.

4. La COORDINaCIÓN DEL RC CON OTROS PODERES, SERvICIOS


u ORGaNISMOS
El dato más importante respecto a la relació n y coordinació n del RC con otros servicios o
instituciones es su conexió n con las otras funciones que normalmente están relacionadas con la
identidad de las personas: la identificació n, las estadísticas vitales y el sufragio. Las reformas de
los ú ltimos 10 ó 15 añ os han mejorado la situació n, pero sigue habiendo aspectos mejorables en
la coordinació n entre registro civil, identificació n y padró n o censo electoral62.

a) RC y estadísticas vitales
Las deficiencias en las estadísticas de població n en la regió n han sido manifestadas desde los
añ os sesenta. El diagnó stico de 1980 (IIN-FNUAP 1982: 120), partiendo de la constatació n
de que ningú n servicio de RC de la regió n estaba encargado también de la elaboració n de
datos estadísticos, señ alaba que la coordinació n entre la recolecció n (RC), la elaboració n
(servicios es- tadísticos o de salud) y el suministro mutuo de informació n devienen esenciales63.
Sin embargo, tal coordinació n era casi inexistente, debido a que las fó rmulas institucionalizadas
de coopera- ció n (Comités Nacionales de EV y de Salud) apenas estaban funcionando 64. También
debido a deficiencias estructurales en las instituciones de los países de la regió n.
Esto es particularmente grave porque disponer de EV fiables, actualizadas y completas es
una de las principales herramientas para todas las políticas pú blicas. De las tres posibles fuentes
de las EV (RC, censos de població n y encuestas o muestreos), se reconoce unánimemente que la
más fiable y la más ú til es el RC. Las deficiencias de coordinació n en los RRC, y la inexistencia de

62
Esta es una de las conclusiones principales del diagnó stico IFES (2007: 60): en países como Colombia se ha centralizado
las tres funciones en una ú nica institució n (el CNE, con tres subdivisiones), y ello ha mejorado la transmisió n de la
informació n. Pero persiste la necesidad de mejorar los mecanismos de coordinació n, tanto en caso de unificació n orgá nica
como cuando existen diversos organismos (en México el RC depende de los Estados, la identificació n del RENAPO y las
elecciones del IFE).
63
En ello vino insistiendo la OPS desde la década de 1950: véase IIN-FNUAP (1982: 127).
64
En 1980 só lo 4 de 18 países habían establecido estos Comités. Aun en 2000 la DENU insistía en la necesidad de crear
estos comité s (pero no mencionaba qué países seguían sin hacerlo).
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |

datos registrales fiables (por el subregistro, el sobreregistro o por los errores en los datos) falsean
los datos estadísticos y condicionan la informació n de que disponen los poderes pú blicos65.
Hoy en día, acaso por efecto de recomendaciones de la DENU, del Instituto Interamericano
de Estadística, de OPS, de CEPAL, etc., la coordinació n ha mejorado, por lo menos desde
el punto de vista del suministro de informació n del RC al organismo encargado de la
elaboració n de estadísticas. Sin embargo esta mejora no es suficiente, y siguen existiendo
problemas de coordinació n66.

b) RC y otros servicios e instituciones (en particular los sanitarios y los de identificación)


Ademá s de ser fuente de EV (y por tanto fuente vital de informació n para las autoridades), el
RC es vehículo y garantía de los DDHH. Porque los DDHH son satisfechos en muchas oca-
siones por las autoridades mediante servicios pú blicos de tipo prestacional o asistencial, para los
cuales normalmente se requiere algú n tipo de identificació n o prueba de la existencia. De modo
que en la cadena de los DDHH (titularidad y políticas pú blicas de satisfacció n de los mismos)
el RC y sobre todo la identificació n, adquieren un papel fundamental. Para que se pueda pro-
ducir la conexió n entre las personas y los servicios pú blicos el RC ha de estar coordinado no
ya ú nicamente con los servicios estadísticos y de EV, sino con el resto de servicios, en
particular con los de identificació n.
Un buen RC no despliega su completa funció n si no tiene identificació n que lo refleje,
pues normalmente alguno de los derechos que se originan por la certificació n de nacimiento
se ejercitan a través de otro documento (DNI, cédula de identidad, tarjeta de elector).
Algunos países (por ejemplo Nicaragua 67 o Costa Rica68) explicitan por ley qué derechos o
trámites deben ser necesariamente ejercitados o realizados exhibiendo la correspondiente
identificació n. Otros parecen indicar lo contrario, señ alando que la no inscripció n de los
ciudadanos no exime a los poderes pú blicos de prestar los servicios pú blicos69. Sin embargo,
esto no implica que se dificulte igualmente la prestació n de estos servicios a personas que
carezcan de registro.
Existen países en los que la identificació n es obligatoria incluso para los menores (DNI
en Argentina o Uruguay70), y otros (DNI en el Perú , credencial electoral en México) en los
que ha adquirido gran importancia prá ctica en la vida diaria, de modo que la mera
inscripció n

65 Ello ha sido puesto de manifiesto en muchas ocasiones: ú ltimamente véase DENU (2000). Y en la misma línea se ha
argumentado que el desconocimiento de la realidad de la població n, derivado de las graves deficiencias en los registros de
hechos vitales, era la causa de muchos fracasos en la legislació n social: Cohen, Lee y Stepan, citados por Sajó n (1977: 5), y
tambié n la OPS (1999)
66
Los señ alaba la OPS (1999).
67
Art. 4 de la Ley de Identificació n Ciudadana (1993).
68
Art. 95 de la La ley nº 3504 orgá nica del tribunal supremo de elecciones y del registro civil de 1965.
69
Art. 40 del Reglamento de RNP de Honduras (2005).
70
En Uruguay hasta 1978 era obligatoria la cédula de identificació n, pero desde 2001 es obligatoria desde el momento de
inscripció n en el RC de los recié n nacidos (45 días).
36 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

en el RC puede no ser suficiente para ejercer con plenitud muchos derechos 71. En estos casos,
la coordinació n entre el RC y los procedimientos y organismos encargados de expedir estos
documentos de identificació n es de extrema importancia. Segú n estudios y análisis, dicha
coordinació n ha mejorado significativamente, en parte debido a que la expedició n de los
documentos de identificació n no es gratuita (como sí lo es en muchos casos la inscripció n
en el RC), de modo que las autoridades han tendido a esmerarse en el funcionamiento de los
servicios de identificació n72.
La coordinació n entre el RC y otros servicios (sobre todo el de identificació n) mejora mu-
chísimo cuando existe un nú mero ú nico de identificació n – otorgado desde el momento de la
inscripció n de las personas en el RC, normalmente en el momento del nacimiento. Argentina
fue pionera en la asignació n del nú mero ú nico, y luego le siguieron Costa Rica, Colombia en
2000, Honduras, Chile, Perú desde 1995, México, Ecuador desde 1996 (Venezuela lo preten-
de introducir en el proyecto de ley de RC de 2007 y El Salvador ha comenzado a estudiarlo).
Sin embargo, los países federales son proclives a padecer problemas para la implantació n del
nú mero ú nico, no só lo porque es preciso coordinar a todos los gobiernos subnacionales, sino
por la existencia de otros sistemas de numeració n o claves que dificultan la implantació n de un
nú mero a nivel nacional.
La coordinació n o interrelació n del RC con los servicios sociales (sanitarios, educativos,
asistenciales y de atenció n primaria) es igualmente importante. Y ello en un doble sentido.
En primer lugar, estos servicios acercan los poderes pú blicos a la població n, y son - o pueden
ser – el cauce para que a la població n le lleguen campañ as de registro o de informació n sobre el
RC: la proximidad de la població n respecto de las autoridades, a través de servicios educativos,
sanitarios, etc. permite a estas transmitirle a los ciudadanos las políticas pú blicas. Pero, en sentido
opuesto, la debilidad de los servicios sociales – sobre todo en zonas rurales, montañ osas, o en los
suburbios urbanos (bolsas de pobreza urbana) – dificulta que las políticas pú blicas lleguen a la
població n, restando eficacia a las campañ as de concienciació n relacionadas con el RC73.
También es cierto que para que los gobiernos puedan planificar las políticas pú blicas y
servicios de acuerdo a las necesidades de la població n – y a la cantidad de la població n- se
hace imprescindible con datos certeros acerca de la existencia de posibles beneficiarios.
Especialmente, considerando que son justamente las poblaciones más vulnerables las que
pueden quedar excluidas de los servicios y programas de gobierno.

71
En Argentina el diagnó stico del BID (2007-Argentina: 5) pone de manifiesto que los problemas no son de subregistro
(que alcanza só lo el 2%) sino de no identificació n - el DNI es obligatorio desde el nacimiento - dando lugar a la llamada
“deuda documentaria” del RENAPER con cerca de 800.000 personas mayores de 8 añ os. Más adelante se verá como la
supuesta gratuidad de la inscripció n en el RC queda falseada por esta obligatoriedad (que no es gratuita: la expedició n del
DNI lleva un costo para el ciudadano).
72
Además de porque generan ingresos, la mejora en los servicios de identificació n obedece a razones de seguridad, que se
consideran cada vez má s apremiantes.
73
De este modo, las autoridades siguen siendo vistas como algo lejano, ajeno a las comunidades indígenas, marginadas,
inmigrantes, etc., y hasta cierto punto un poder y autoridad temible, del que muchos ciudadanos se apartan, de forma que
no só lo se apartan del RC sino que se apartan de las campañ as de concienciació n relacionadas con el RC.
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |

Algunos países han establecido mecanismos de intensa coordinació n entre los hospitales y
el RC74, y otros incluso prevén una muy intensa intervenció n en la identificació n de los recién
nacidos75. Sin embargo, no siempre se han aprovechado al má ximo otros programas
sanitarios como las vacunaciones, a través de los cuales las autoridades sanitarias entran en
contacto con niñ os que, sobre todo en zonas rurales o de població n indígena, pueden no
haber sido registrados.
La presencia de estos servicios sociales (y su coordinació n con el RC) puede operar en
sentido opuesto: no como vehículo de informació n desde las autoridades a los ciudadanos
sino como vehículo de informació n desde los ciudadanos a las autoridades. En efecto, quienes
prestan estos servicios desempeñ an un papel valiosísimo e insustituible porque pueden detectar
població n no registrada76. Los servicios sociales en zonas o poblaciones propensas al subregistro
son un importante indicador de població n no registrada, y por ello, es recomendable que exista
coordinació n con el RC para suministrarle esta informació n. Esta transmisió n de informació n
vital permite a las autoridades del RC conocer y cuantificar el subregistro y tomar las
medidas oportunas para combatirlo77. No parece que esta funció n esté habitualmente
reconocida o plasmada en las leyes del RC o en las leyes reguladoras de los servicios sociales.
Sin embargo, es relativamente frecuente que quienes los prestan comuniquen la informació n al
RC, no como parte de las funciones y competencias a que vienen obligados sino por iniciativa
propia. Sería muy conveniente reforzar esta funció n, y plasmarla a nivel legal.
Un aspecto importantísimo que pone en relieve la necesidad de coordinació n entre la
legislació n de RC y la realidad asistencial es el que menciona Amado (1997: 98). Menciona
que cualquier intento de mejoramiento del RC, y también de reducir la tasa de subregistro tiene
que tener en cuenta la tasa de partos institucionalizados, es decir, en hospitales. De acuerdo a
estudios de la OPS, la situació n de los partos institucionalizados en la regió n ha incrementado
considerablemente. En el período que va de 1990-95 se consideraba que de 27 países de la
regió n 8 estaban por debajo del 50% de partos institucionalizados, 8 entre el 50% y el 90%, y
11 por encima del 90%. Esto cambió para el período de 997-2000, ya que no existían ya países
por debajo del 50% de partos institucionalizados, 12 países se encontraban entre el 50% y 90%,
y 15 por encima del 90%78.

74
En Venezuela el art. 19 de la ley del niñ o y adolescente (1998) obliga a los hospitales a comunicar cada nacimiento al
RC.
75
En Argentina, como consecuencia del secuestro de niñ os durante la dictadura militar, se tomaron medidas para verificar
la identificació n inequívoca: las leyes nº 23.511 y 24.540 establecieron severos procedimientos para acreditar inmediata y
fehacientemente la identidad de los recién nacidos a través de medios biométricos (calcos papilares, etc.) y crearon –
en 1987 - el Banco Nacional de Datos Gené ticos.
76
Antes se mencionó el art. 40 del Reglamento de RNP de Honduras (2005), que obliga a toda autoridad encargada de un
servicio pú blico a comunicar al RC la existencia de personas no registradas.
77
Por ejemplo haciendo micro-campañ as en la zona, o potenciando la oficina local de RC, o enviando una unidad mó vil.
78
Esta informació n fue encontrada en: http://www.perinatal.sld.cu/docs/documentos/sip1.ppt#328,3,Slide 3
38 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

Para empezar, es esencial conocer esto con precisió n, el porcentaje de partos que se produce
en los hospitales del sistema de salud y el que se produce en el domicilio o en centros de
comunidades agrarias, indígenas, etc.79. Una vez cuantificadas ambas cifras, se estará en
condiciones de tomar decisiones respecto a la ubicació n de las oficinas de RC (si en los hospitales
o en comunidades), así como respecto al esfuerzo de coordinació n entre los datos hospitalarios
y el RC o entre las parteras y las redes comunitarias o agrarias y el RC. En varias ocasiones, el
diseñ o de políticas para el buen funcionamiento del RC no corresponde a la realidad (la tasa
de partos institucionalizados).80.
De cualquier manera, se han dado pasos importantes en la direcció n adecuada. Además de
las obligaciones genéricas de participar en la elaboració n de las EV y de suministrar informació n
(ver ejemplos en el cuadro 9), algunas leyes de RC han establecido mecanismos concretos de
coordinació n81. En algunos casos se establecen técnicas de actualizació n no del RC (que tiende a
ser una visió n estática del estado civil, con los solos cambios derivados de matrimonio, divorcio,
adopció n, fallecimiento, etc.) sino de los sistemas de registro de personas, técnicas que requieren
gran colaboració n de las personas así como un esfuerzo de coordinació n administrativa82.

79
Es más: para el autor, para ser verdaderamente ú til, el simple dato de los partos institucionalizados debe ser fiable (y no lo
es, afirma Amado, cuando los centros sanitarios en los que existe oficina de RC no controlan que las madres que acaban de
dar a luz no abandonen el hospital sin registrar el nacimiento; lo mismo ocurre con las defunciones).
80
Esta reflexió n obliga a plantearse la relació n que existe entre el porcentaje de partos hospitalarios o institucionalizados
y la tasa de subregistro. Países como Argentina tienen un 98% de partos en hospitales, y un nivel muy bajo de
subregistro (datos de BID-Argentina 2007: 11). Otros países con nivel relativamente alto de partos hospitalarios (Panamá
94%) tienen también un bajo nivel de subregistro (datos de Dá maso Solís Peñ a, Derecho a un nombre y a la identidad en
la republica de Panamá, en http://www.sedi.oas.org/ose/documentos/puica/clarciev/PRESENTACIONES/PANAM
%C3%81.pdf
– el dato de asistencia profesional al parto es del 91% segú n el Ministerio de Salud de Panamá : http://www.minsa.gob.pa/
minsa2008/final_newpage/documents/informacion_de_salud/estadisticas_de_salud/Indicadores%20Basicos%20 de
%20Salud%202006.pdf).
81
En el Perú , el art. 54 de la ley RENIEC obliga expresamente a los hospitales a enviar un informe mensual a RENIEC en
el que ha de reflejarse la informació n con relevancia registral como nacimientos y defunciones. Ademá s, la coordinació n es
elevada a principio general de actuació n y funcionamiento del RENIEC (arts. 3 y 8 de la ley RENIEC). La ley orgá nica de
protecció n del niñ o y adolescente (1998) establece en su art. 19 un cauce de coordinació n que, si funciona correctamente,
resulta de gran eficacia: este precepto obliga a los hospitales a enviar una constancia de nacimiento “a la primera autoridad
civil de la parroquia o municipio en cuya jurisdicció n ocurrió el nacimiento, a fin de que esta autoridad inserte y certifique
la declaració n en los respectivos libros del Registro del Estado Civil”. En Bolivia desde mayo de 2007 existe un convenio
entre la CNE y el Ministerio de Salud para incorporar a oficiales de RC en los equipos mó viles de prestació n de salud
preventiva, promocional y asistencial y ubicar a oficiales de RC en maternidades y centros de salud de segundo nivel.
82
En Argentina el Registro Nacional de las Personas (RENAPER). Conforme a los art. 2, 10 y 10 bis de su ley de creació n
(reformada en 2005), está encargado de la inscripció n e identificació n y la actualizació n de los hechos y actos. Esta
informació n deberá ser proveída al Gobierno Nacional para establecer la “política demográ fica”, para la “administració n del
potencial humano” y para el trabajo estadístico. Lo má s característico es el proceso de actualizació n de la informació n.
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |

Cuadro 9
El Salvador Art. 4 de la ley de RNPN (“Son facultades del Registro: a) Participar en la elaboración de
País Información
las para estadísticas
estadísticas vitales del país; y, b)vitales
Proporcionar a los organismos del Estado la
información estadística necesaria que contribuya a fijar la
política poblacional que más convenga a los intereses del país”). El art. 66 de la ley
venezolana del registro público y del notariado (2001) señala que “Son responsables en
su jurisdicción de informar al Registro Civil los nacimientos,
matrimonios, defunciones y todo hecho que afecte el estado civil de las personas: Las
Jefaturas Civiles; las Alcaldías; los Hospitales, Clínicas y Centros de Salud; los
Consulados venezolanos; los Procuradores, Tribunales y Consejos del Niño
y del Adolescente; las Instituciones Educativas; la Fuerza Armada Nacional, en cuanto
corresponda a la emisión de Despachos Militares; los órganos de Seguridad Ciudadana; las
demás que indique la ley”.
Honduras En Honduras: art. 367 del CC (“En los primeros seis días de cada mes remitirán los Secretarios Mun

El cumplimiento efectivo de estas técnicas de coordinació n sería decisivo para


cuantificar el subregistro (porque se sabría si el nacido fue inscrito o no) y eventualmente
también para combatirlo (porque tal vez se podría localizar al nacido no inscrito e inscribirlo).
Pero, pese a que estas modalidades de coordinació n resultan en bastantes casos obligatorias,
existen evaluaciones y monitoreos que detectan fallos e incumplimientos.
Para que el RC sirva de base para el ejercicio de otros derechos políticos bá sicos como el
derecho al voto activo y pasivo (la funció n electoral aludida en el apartado anterior) no basta
con que esté actualizado, con que sus datos sean correctos y con que sea universal (en el sentido
de inexistencia o minimizació n de subregistro). Es indispensable su coordinació n con otras ins-
tituciones, generalmente a nivel local (municipios, o demarcaciones municipales de entidades
nacionales). Porque son estas instancias locales las que permiten conocer dó nde está la
pobla- ció n, dó nde reside la gente, a efectos de elaborar los censos, padrones o registros
electorales. De modo que para que el RC desempeñ e una de las cuatro funciones aludidas en el
apartado 1 (la electoral, que indudablemente es la de mayor significació n política83) es
indispensable que el ó rgano de RC, o su funció n si es que está orgánicamente adscrito al mismo
ó rgano encargado de las elecciones, esté debidamente coordinado con el ó rgano electoral. Pese
a que la transmisió n con fines electorales de informació n sobre las personas no es la funció n
esencial o primigenia del RC, en la práctica dicha transmisió n, así como los mecanismos de
coordinació n, terminan siendo de capital importancia.

83
Lo cual en ocasiones oculta otros problemas del RC.
40 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

La coordinació n puede ser lo má s complejo de conseguir. Porque no implica a uno sino a


varios servicios u organismos pú blicos (a veces, en Estados federales, bajo sistemas jurídicos o
Gobiernos distintos), que tienen que trabajar en relativa sintonía84. Porque en muchas ocasiones
la coordinació n no se consigue con una ley o con una orden del responsable jerárquico, sino que
depende de la actitud o mentalidad de cada uno de los oficiales que participan en el servicio. A
su vez, la coordinació n es complicada de medir o cuantificar con precisió n, a diferencia de otros
resultados de la gestió n concreta de un organismo pú blico.
La coordinació n requiere de “hablar un lenguaje comú n” (IIN 1973: 16), y este lenguaje
puede ser hasta de tres tipos: un lenguaje de prioridades políticas u organizativas, un
lenguaje normativo (que en los sistemas federales las diversas normas que regulan, por ejemplo,
los RC subnacionales, empleen conceptos y principios similares o idénticos), y un lenguaje
técnico- informático (que permita el intercambio de informació n en línea), y en general la
compatibilidad de los sistemas tecnoló gicos.
Hasta hace no demasiados añ os muchos países de LAC han descuidado la funció n estadística
pú blica, y no le han otorgado la importancia debida a contar con datos poblacionales estadísticos
fiables. Si estos datos estadísticos (natalidad, fecundidad, mortandad, envejecimiento de la
població n, etc.) se hubiesen considerado importantes, acaso el RC se hubiese visto potenciado.
Desde hace tiempo todos los diagnó sticos y estudios han puesto de manifiesto la “débil
vinculació n del RC con instituciones afines” como los servicios sanitarios o estadísticos (IIN
1973: 16). Los cauces institucionales de coordinació n o vinculació n parecen haber mejorado
desde entonces, debido entre otras cosas a circunstancias ajenas al RC como la mejora
general en los servicios de sanidad o el aumento del porcentaje de nacimientos en hospitales,
pero ello no ha sido suficiente para lograr una coordinació n inter-institucional adecuada para
el fortalecimiento del sistema de registro civil y la reducció n de las tasas de subregistro.

5. aSPECTOS ORGaNIZaTIvOS

a) La organización de las oficinas del RC


La organizació n (en concreto el nú mero de oficinas) del RC es un factor que incide sobre el
buen o mal funcionamiento del servicio 85. Las mediciones del nú mero de habitantes que atiende
cada oficina, pese a no ser del todo 100% fiables y precisas86, son un indicador potencial de la

84
Además, como señ aló el IIN (1973: 13), estos organismos suelen ser muy diversos y con prioridades a veces divergentes.
85
Existen asimismo otros factores más concretos. Algunos países tienen reglas muy detalladas sobre las instalaciones de
las oficinas de RC: el art. 66 del reglamento de RC del Estado de Chiapas (México) regula con extrema concreció n las
características y dimensiones del local, las instalaciones eléctricas, la ventilació n, la limpieza, la luz, la fumigació n, el
mobiliario, etc.
86
Entre otras cosas porque en algunos países como Panamá existen oficiales de RC (los notarios) que realizan determinadas
funciones (por ejemplo los matrimonios) y no otras (inscripció n de personas). Ello hace que las mediciones no sean del
todo representativas y homogéneas. Igualmente ocurre con los RC auxiliares o mó viles, que en algunos países se computan
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |

capacidad del RC para atender las demandas de la població n87. De los datos recientes se deduce
que la situació n ha empeorado, como consecuencia del crecimiento demográfico: el nú mero
de oficinas no ha crecido al mismo ritmo que el aumento en la població n. Sin embargo, ello
no debe verse como algo en sí mismo negativo o necesariamente generador de subregistro: al
aumento de la població n no ha respondido el aumento de otras dependencias administrativas
(ministerios, nú mero de funcionarios, notarios), y no por ello puede afirmarse que los servicios
pú blicos sean peores88. Lo importante no es que el nú mero bruto de oficinas de RC aumente,
sino que las que existen funcionen correctamente (y que se desdoblen en aquellos casos en
los que una sola oficina está sobrecargada de trabajo y no puede dar servicio adecuado), y
que se creen en aquellos lugares donde se detecte un mayor subregistro. Todo esto debe ir
acompañ ado de políticas específicas de concientizació n e informació n sobre la importancia
del RC y su in- terconexió n con otros servicios pú blicos como la sanidad, la educació n, etc.
Demodoquepeseaqueenalgunoscasoselnú meroydistribució ndelasoficinassehaconsiderado
deficiente, no parece que ello sea un obstáculo de capital importancia, ni un factor por sí mismo
determinante del subregistro. El que las minorías étnicas o culturales no acudan al RC no depende
tanto de su proximidad a una oficina en donde registrarse, sino más bien a otros factores de tipo
culturales,etc.89.Paraveralgunosejemplosdelnú meroydistribució ndeoficinas,referirsealcuadro10.

Cuadro 10
Nicaragua 153 registradores (uno por cada municipio) y 28 registros auxiliares para atender 5.000
País Número/distribución
comunidades, 3.000 de de oficinas
las cuales son rurales.
Paraguay 482 oficinas de RC, pero repartidas de forma muy desigual por el territorio, sin atender a criterios de razo

Honduras 298 registros, de los cuales 44 están informatizados


Bolivia Ubicación de las oficinas de RC está sometida a la decisión del registrador (funcionario de arancel), que deb

Colombia Según IFES (2007: 11), existen 1676 puestos de inscripción en el RC, incluyendo RC,
notarías, corregimientos e inspecciones de policía.

para la estadística como RC “plenos” y en otros no.


87
Peres Velasco (2007: 256) pone de manifiesto que de los 9 países diagnosticados (Repú blica Dominicana, Nicaragua,
Paraguay, Bolivia, Honduras, Brasil, Perú , Haití y Ecuador) la Repú blica Dominicana es quien en términos demográficos
tiene mayor carga de població n por cada oficina de RC. Sin embargo, Brasil debe cubrir un territorio y una població n
mucho mayor.
88
Existen supuestos en los que el crecimiento menor (o el no crecimiento) de ciertas oficinas o servicios pú blicos respecto
de la població n sí es un indicio negativo muy claro: por ejemplo que hubiese el mismo nú mero de escuelas y de
maestros cuando el nú mero de niñ os en edad escolar se duplica. Igual sucede con los hospitales.
89
En el proceso de urbanizació n de las migraciones internas muchos indígenas se han trasladado a las ciudades, donde
normalmente sí existen má s RC que en las zonas rurales, montañ osas o alejadas, y no por ello han acudido a registrarse.
42 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

Má s arriba, al hablar de la organizació n centralizada del RC, se hizo referencia a la


importancia de la existencia de un archivo o base de datos central. Y se dijo que efectivamente
este archivo o base de datos central es algo positivo, en la medida en que permite o facilita el
cotejo de datos, evita duplicaciones y errores, etc. La organizació n centralizada del RC contribuye
al buen manejo del sistema de RC, pero la inexistencia de un archivo central no es algo que en sí
mismo pueda considerarse como un factor de subregistro o de mal funcionamiento del RC (ni la
creació n, en los ú ltimos añ os, de archivos centrales en los países que no los tenían ha provocado
un descenso sensible en la tasa de subregistro)90.
En cuanto a las funciones propias del RC, el diagnó stico de 1980 recomendaba que en el
plano local los oficiales del RC asumieran la responsabilidad de todas las funciones
registrales (IIN-FNUAP 1982: 23), en el sentido de no repartir las tareas y competencias con
los oficiales de la oficina central y de gestionar la totalidad de los procedimientos y servicios.
Ello significa que los oficiales de RC de cada una de las oficinas se responsabilizan de la
prestació n del servicio (en lugar de compartir la responsabilidad con otras dependencias o
con otros oficiales)91. De este modo, el ciudadano percibe un servicio eficiente (o por lo
menos identifica a la persona responsable). Sin embargo, para ello es preciso que se den las
condiciones normativas (que la ley o el reglamento le otorgue esa competencia a los
oficiales), tecnoló gicas (conexió n con los servicios centrales o con la base de datos central, o
con sus superiores o colegas en la oficina central) y profesionales (adecuada formació n de los
oficiales). Estas condiciones no se suelen dar, por exceso de complejidad burocrática
innecesaria, por condicionamientos tecnoló gicos o por obstáculos legislativos (normas que
establecen comprobaciones, o que compartimentan las funciones, etc.).

b) La regulación de los oficiales y empleados del RC


Todos los diagnó sticos, recomendaciones y estudios de los sistemas de RC de la regió n
han señ alado que la inexistencia de una carrera profesional (o las deficientes perspectivas de
carrera profesional) de los oficiales y empleados de RC representa un impedimento al buen
funcionamiento del servicio92. Pese a ello, la situació n de los empleados no ha mejorado mucho
en los ú ltimos añ os, o por lo menos no para haber sido perceptible en su incidencia sobre el nivel
de subregistro y/o en la eficiencia del sistema registral.
El personal del RC está en general mal formado o capacitado (no só lo en la tecnología
sino en conocimientos de la legislació n o de los DDHH), y su promoció n administrativa y
profesional en la carrera registral es deficiente. Esto segundo es muy importante: si la carrera y
las expectativas profesionales no son atractivas, por la politizació n de los nombramientos, de los

90
En cambio la inexistencia de un archivo central (con la consiguiente posible falta de coordinació n de los archivos o registros
territoriales o locales) sí puede ser un factor de doble registro, en el sentido de que puede fomentar la existencia de personas
inscritas en dos o má s oficinas de RC.
91
Por ejemplo: la expedició n de partidas o certificados, o la correcció n de errores, se hace a nivel de cada oficina, sin tener que
depender de otras oficinas.
92
IIN-FNUAP (1982: 24-25).
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |

ceses y de los ascensos, entonces el empleado no tiene ningú n tipo de incentivos para prepararse
ni para formarse, ni para trabajar bien, ni para estar realmente al servicio de los ciudadanos
(más bien puede pensar que le interesa estar al servicio de los políticos que le han nombrado
y que le pueden cesar). La inestabilidad en el puesto (o la estabilidad pero con escasas o
nulas expectativas de mejora) es claramente un elemento que no favorece un buen servicio
de RC93.
Si para evitar su politizació n o instrumentalizació n se recomienda la independencia
institucional del RC respecto de los poderes del Estado (singularmente del poder ejecutivo),
ello debe implicar asimismo la (relativa) independencia de cada uno de los oficiales respecto
de los gobernantes. Independencia en el sentido de tener una carrera profesional no
sometida a los avatares de los cambios de gobierno, y un cierto nivel de inamovilidad en su
puesto – por ejemplo, como parece suceder en Costa Rica, estableciendo su cese por causas
tasadas y no discrecionalmente94. O dependencia de una entidad u organismo realmente
autó nomo y no sometido a los avatares políticos.
La medició n de los niveles de estabilidad y promoció n profesional es muy compleja. El
diagnó stico de 1980 (IIN-FNUAP 1982: 25) ponía de manifiesto que las variables eran muy
grandes entre los países: en algunos de ellos los oficiales y registradores tenían estabilidad pero
no carrera, en otros era al contrario, en otros países só lo se medía a un tipo de oficial y no a
otros95. También se señ alaba como la realidad de su situació n en ocasiones difería con el régimen
jurídico previsto en las leyes, con lo cual era prácticamente imposible hacer comparaciones
con otros países y conocer la realidad de los mismos. Algunas de las leyes que en los ú ltimos
añ os han establecido nuevas regulaciones para el RC no han supuesto cambio alguno en la
situació n de los empleados96, manteniendo así la vigencia de estructuras funcionariales obsoletas
y disfuncionales.
Pese a ello, se han dado mejoras en la profesionalizació n e independencia de los responsables
de RC97. Algunos países lo han llevado a sus Constituciones, pero en general es limitado a los

93
No por ubicarse en el poder electoral la situació n de los oficiales de RC ha sido automá ticamente mejor o má s
independiente.
94
Ello choca con la tradició n, bastante generalizada en los países de la regió n, de inexistencia de funcionarios
profesionales e inamovibles, como sí sucede en el modelo del civil service de tipo britá nico o europeo.
95
En Brasil los registradores son funcionarios retribuidos por arancel, pero con una cierta inamovilidad. Conforme al art. 15
de la ley de servicios notariales y de registros (ley 8935 de 1994), los concursos para ser registrador los organiza el poder
judicial, con participació n de la orden de abogados, el ministerio fiscal, notarios y registradores. Y solo pueden perder su
puesto (“la delegació n”) “por causas tasadas previstas en la ley” (art. 28), causas que está n relacionadas con la comisió n de
infracciones y tras proceso judicial (arts. 34 y 39).
96
La ley del RC de Panamá (ley 31 de 2006) no regula a los oficiales o registradores. Lo mismo sucede con algunas de las
reformas de Bolivia (ley del niñ o, niñ a y adolescente de 1999).
97
Desde hace algunos añ os la CNE de Bolivia saca a convocatoria pú blica los principales puestos del RC (vé ase la
convocatoria nº 06 REF. DNRC nº 001/2008 del puesto de Director Nacional de Registro Civil, a nombrar por la CNE:
http://www.cne.org.bo/convocatorias ). En Chile el art. 28 de la ley de RC (ley 19477 del añ o 1996) establece
un sistema mixto, de concurso seguido de libre elecció n. En algunos países en los que el RC depende de los municipios
se han dado pasos que permitirían profesionalizar a los registradores y darles alguna perspectiva de carrera: en El
Salvador y en Nicaragua las leyes de Carrera Administrativa Municipal (de 2006 y 2004 respectivamente) podrían ser
un avance en este sentido.
44 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

directores o gestores principales – no así a los oficiales, registradores o empleados del RC 98.
También ha habido regresiones, en el sentido de mantener un sistema de inestabilidad y
politizació n de los oficiales de RC. Y existen casos en los que no resulta fá cil determinar el
régimen jurídico de la carrera administrativa y profesional de los oficiales de RC99.
Para Amado (1997: 97-98, 101) la situació n del personal del RC es muy deficiente en
cuanto a su selecció n, a su carrera profesional (por la poca estabilidad debido a nombramientos y
ceses por razones políticas), a la falta de una formació n adecuada, a la ausencia de herramientas
de trabajo (protocolos, manuales, reglamentos), y en general a la arbitrariedad legal, institucional
y personal de las condiciones de trabajo100. Todo ello incide gravemente en el trabajo diario de
los oficiales del RC, y estas cuestiones son percibidas por los ciudadanos, dañ ando la imagen
institucional y alejando a la població n de la institució n. Ante ello, Amado (1997: 98) afirma
que es indispensable terminar con esta situació n “mediante una reforma y modernizació n que
incluya programas de motivació n [de los empleados del RC]”.
La formació n y capacitació n de los oficiales o registradores viene siendo un
planteamiento que no es novedoso, y se señ ala como un elemento importantísimo a la hora
de mejorar el funcionamiento del RC (IIN 1973: 7, Sajó n 1977: 24). Formació n no solamente
desde el punto de vista tecnoló gico (indispensable hoy en día dado el creciente uso de la
tecnología informática) sino en general formació n respecto del marco normativo-institucional
(Constitució n y leyes), respecto de las implicaciones de la multiculturalidad, etc.101.
En cuanto a la regulació n de las funciones y responsabilidades de los oficiales de RC, algunas
son excesivamente ambiciosas. Otras legislaciones son muy prolijas, como es el caso de México,
donde el art. 27 del reglamento de RC del Estado de Chiapas, México (1995) recoge hasta
31 deberes y funciones concretas. Regulaciones detalladas como esta y como otras 102 tienen
un aspecto claramente positivo, en la medida en que concretan con claridad las facultades y
atribuciones de los oficiales. Pero corren el riesgo de ser demasiado precisas, o de ser poco

98
En Colombia sí se ha regulado tanto al responsable del RC como a los registradores. el art. 266 de la Constitució n establece
la selecció n por mérito de los registradores, y que deben tener una carrera administrativa.
99
Para Panamá el diagnó stico de 1980 (IIN-FNUAP 1982: 25) señ alaba la dificultad de conocer la carrera administrativa
o el sistema retributivo de los oficiales de RC, puesto que distintas personas tienen esta categoría, rigiéndose por reglas
diversas (en Panamá los Jueces Municipales, los Ministros Religiosos, los Notarios y los sahilas son oficiales del Registro
Civil). Algo similar sucede en Colombia: existen hasta cuatro tipos de registradores (Distritales, Especiales, Municipales
y Auxiliares), a los que se añ aden Notarías; Inspecciones de Policía, Corregimientos autorizados, Consulados y Alcaldes
en los municipios de reciente creació n. En Paraguay hay por lo menos dos tipos de registradores (los ad honorem y los
ordinarios).
100
El autor habla de “labor fuera de control”, de “alto índice de ilegalidad o arbitrariedad”.
101
Algunas iniciativas recientes incluyen entre sus objetivos o sus medidas la formació n de los profesionales del RC (por ejemplo
la Estrategia Nacional de Capacitació n, Educació n e Informació n sobre el DI, lanzada en Bolivia en 2005). En Nicaragua
el CSE, con la ayuda del IFES, ha lanzado en 2007 una campañ a de formació n que incluye la elaboració n y publicació n
de un Manual para Registradores Civiles y una serie de talleres formativos (la informació n al respecto en
http://www.ifes. org/newsinbrief.html?title=En%20Nicaragua,%20un%20Nuevo%20Manual%20Para%20Registradores
%20Civiles. El manual puede consultarse en CSE (2007).
102
El art. 17 del Reglamento de RC de Honduras (2005) establece 37 deberes distintos y muy detallados.
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |

realistas al demandar de los oficiales una diligencia y el cumplimiento de deberes que no


están en condiciones de realizar103.
La deficiente situació n de los empleados y oficiales del RC influye en la acumulació n de
tareas (por ejemplo registrales y electorales, y eventualmente de identificació n), e incluso de
doble dependencia de distintas autoridades: segú n se vio más arriba respecto de algunos países
(Venezuela, Guatemala, Nicaragua, El Salvador, Honduras), muchos empleados locales del RC
dependen del ayuntamiento o entidad de proximidad (dependencia orgánica), pero también de
las autoridades centrales (dependencia funcional o, como señ ala el art. 8 de la Ley de Municipios
de Nicaragua, subordinació n “metodoló gica y normativa” a las autoridades electorales o de
identificació n)104.

c) La retribución de los oficiales y empleados del RC


A esta mala situació n se añ ade el sistema retributivo de los empleados, oficiales y
registradores. Ya desde el Primer Seminario Interamericano de Registro Civil (1954) se viene
considerando que la remuneració n salarial, y a cargo del poder pú blico, de los oficiales y
empleados del RC es un sistema infinitamente mejor que la remuneració n por tasas
arancelarias. La razó n es que el RC es un servicio esencial, que forma parte de la
administració n (ordinaria o electoral) como una má s de las funciones y cometidos pú blicos,
de forma que carece de justificació n la remuneració n por arancel, que en principio está
destinada a retribuir servicios no esenciales o extraordinarios. En aquellos países, que son todos
los de la regió n, en los que la inscripció n en el RC es una obligació n ineludible, establecida por
ley, no tiene justificació n que la remuneració n de los empleados corra a cargo de las
personas obligadas a registrarse105.
En el diagnó stico de 1980, 14 de los 18 países tenían un sistema pú blico-estatal de
remunerar a los oficiales del RC (de los 14, 2 tenían un sistema mixto) y 4 un sistema puramente
arancelario (Bolivia, Brasil, Colombia y Repú blica Dominicana 106). La situació n es hoy algo
mejor. En Colombia los registradores ordinarios son retribuidos por el Estado (no así los
notarios, que también desempeñ an funciones de RC). En Bolivia, los oficiales de RC, como
notarios de fe pú blica, son retribuidos por arancel (conforme a los arts. 30 y 32 del Reglamento
para Oficiales de RC). Los oficiales bolivianos de RC cobran una retribució n a cargo de la
CNE que se denomina “arancel”. El sistema vigente es antiguo (ley de 1898), y actualmente se

103
Existen normas que establecen un nivel de diligencia de muy difícil verificació n y de muy difícil sanció n: en el Perú el
art. 43 de la ley RENIEC (1995) obliga no a los registradores pero si a todas demá s autoridades, bajo responsabilidad, a
poner en conocimiento del registro la existencia de personas no inscritas.
104
Y en países federales, si bien los RC dependen de los entes subnacionales (provincias o estados), hay normas de la Federació n
que imponen deberes más o menos específicos a los empleados y autoridades de los RC. La doble dependencia del RC (y
de los empleados) respecto de dos autoridades distintas no favorece la carrera profesional.
105
Cosa distinta es la gratuidad de la inscripció n.
106
No se incluye Paraguay, tal vez porque el muestreo y diagnó stico de 1980 aludía al sistema de retribució n, y en Paraguay
la mitad aproximadamente de los registradores no perciben retribució n (sistema ad honorem). Pero en la prá ctica el sistema
ad honorem termina siendo parecido al de retribució n por arancel porque no es el Estado quien retribuye a los oficiales sino
que los gastos del servicio de RC se cubren con los ingresos que los oficiales perciben de los ciudadanos.
46 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

mantiene en el Reglamento de las Oficialías de RC, aprobado por la CNE en 1996.


Consiste en que los oficiales corran con los gastos de mantenimiento y funcionamiento de la
oficina del RC (alquiler del local, material, personal), y una vez descontados estos, perciben
de la CNE el arancel correspondiente107. La responsabilidad de los oficiales alcanza a la
ubicació n misma de la oficina (que sin embargo ha de ser aprobada por la Corte
Departamental). A fin de hacer frente a las responsabilidades del cargo, el art. 25 del Decreto
Supremo 24247 (Reglamento de la Ley de RC) establece que para ejercer la funció n de oficial
de RC se debe prestar fianza108. El sistema es el mismo en Brasil 109. En la Repú blica
Dominicana los oficiales de RC, pese a ser funcionarios de fe pú blica, siguen con el sistema de
arancel: no son retribuidos por el Estado sino por los usuarios del RC 110. El no recibir
estipendio de los poderes pú blicos, sino de los ciudadanos puede llevar a la frecuente
percepció n de cantidades indebidas, aun cuando la ley establece la gratuidad111.
La existencia de oficiales de RC ad honorem o que no perciban remuneració n a cargo del
poder pú blico es algo que cabe considerar negativo112. Negativo no só lo para el oficial, sino para
el servicio (un trabajo que no se paga, suele no ser bien desempeñ ado) sino porque no existe
como tal una carrera o funció n pú blica registral, con la consiguiente imposibilidad de exigirle
responsabilidad y de instaurar controles sobre el servicio. Y negativo porque induce al oficial a
percibir los llamados “costos informales”, es decir, a percibir de los ciudadanos la remuneració n
que no le da el Estado, incentivando la corrupció n. Actualmente muy pocos países mantienen
este sistema de oficiales de RC que no estén retribuidos113.
Enconclusió n,puededecirsequelaorganizació ndel RC,peseahabersufridotransformaciones
desde el punto de vista institucional114, continú a por lo general anclada en modelos muy

107
“La retribució n econó mica al Oficial de Registro Civil estará sujeta al arancel fijo que la Corte Nacional Electoral apruebe
para toda la Repú blica”. El costo del ambiente donde funcionará la Oficialía, así como de los servicios e insumos que
requiera ella, para su funcionamiento, será asumido por el o los Oficiales de Registro Civil, dependiendo si se trata de una
oficialía individual o una colectiva (arts. 49 y 50 del Reglamento).
108
Igualmente, el art. 23 del Reglamento de oficialías de 1996.
109
Art. 21 y 20 de la ley de servicios notariales y de registro (1994).
110
Ello es criticado por Peres Velasco (2007: 58), señ alando que fomenta el cobro por los oficiales de cantidades abusivas
o ilegales.
111
Ha habido incluso sentencias del Tribunal Constitucional de Bolivia precisamente por sanciones impuestas a los oficiales
por percibir ilegalmente cantidades por inscribir a niñ os (véase la sentencia 1000/2006-R, de 9 de octubre de 2006).
En Brasil la ley de servicios notariales y de registro tipifica como infracció n administrativa “el cobro indebido o
excesivo de emolumentos, incluso por razones de urgencia” (art. 31 III), y establece como supuesto de perdida de la
delegació n (es decir, cese en el puesto de registrador) “el incumplimiento del principio de gratuidad establecido en la ley n.
9534 de 10 de diciembre de 1997” (art. 39 VI).
112
Se trata de remanentes histó ricos de la justicia local, de paz o de proximidad, que no era remunerada (pero tampoco solía
desempeñ ar funciones de responsabilidad), o de los registros parroquiales.
113
Podría plantearse si la retribució n que perciben del Estado los oficiales de RC es o no suficiente como para que estén
motivados o incentivados, para que continú en la carrera profesional, o sencillamente para que no se vean movidos a
buscar retribuciones irregulares (reclamando a los ciudadanos que van a registrarse el pago de cantidades no legalmente
establecidas). No existen apenas datos al respecto (por ejemplo comparando la retribució n de los oficiales respecto al salario
medio del país, o respecto al salario medio de los demá s empleados pú blicos).
114
Como por ejemplo la electoralizació n (Bolivia, Panamá, Venezuela), y la creació n de organismos autó nomos (RENAP en
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |

antiguos, que han acreditado su disfuncionalidad y obsolescencia. Las transformaciones y


reformas legislativas de los ú ltimos añ os, la mayoría bienintencionadas y con algunos resultados
positivos, no han asumido la tarea de cambiar las estructuras organizativas del RC en cuanto al
personal (oficiales, registradores), ni en aspectos concretos como la formació n115.
La realidad de la carrera profesional de los oficiales y registradores sigue siendo difícil
de medir y de conocer, y las comparaciones entre países son de gran dificultad. Pero con los datos
disponibles, se puede afirmar que ni la carrera ni la formació n han mejorado sustancialmente
desde el diagnó stico de 1980, acaso por imposibilidad o dificultad de los poderes pú blicos de
cambiar ciertas estructuras organizativas o de imponerse a grupos burocráticos de presió n.
La organizació n de los sistemas de RC debería prestar promover mayor atenció n a la
rendició n de cuentas (accountability) por parte de los oficiales, dado que en casos donde los
funcionarios no estén bien pagados (o que en los pocos sistemas ad honorem que quedan no
estén en absoluto pagados), o que no estén bien formados, no debe dar lugar a funcionamientos
irregulares o al margen de la ley.

6. aSPECTOS ECONÓMICO-PRESuPuESTaRIOS

a) La concepción del RC como fuente de financiación del Estado


La mayoría de los diagnó sticos y estudios de los sistemas de RC de la regió n han puesto en
evidencia la necesidad de que, el RC no sea una fuente de financiació n del poder pú blico, lo
cual implica, por ejemplo, que las inscripciones sean gratuitas y que los oficiales del RC sean
retribuidos con cargo a los presupuestos generales y no por los ciudadanos, mediante arancel
con cargo al servicio prestado.
El RC (la inscripció n en el RC), por su propia concepció n de servicio obligatorio para
los ciudadanos (tienen obligació n de inscribirse) y para el Estado (tiene obligació n, esté o no
constitucionalizada, de establecer algú n tipo de registro de EV), no debe ser visto como una
fuente de ingresos. Al contrario, como los demás servicios pú blicos esenciales (la educació n,
por ejemplo), es y debe ser estructuralmente deficitario, en el sentido de que su costo para el
poder pú blico no debe ser sufragado en su totalidad con las tasas que los ciudadanos pagan
por su utilizació n116. La bú squeda de rentabilidad econó mica del RC pervierte su razó n de ser.
También es contraproducente para la efectividad social del RC el exigir certificados o partidas de
nacimiento en demasiadas ocasiones o para demasiados trámites, máxime cuando su expedició n

Guatemala, RNP en Honduras).


115
Sigue habiendo oficiales de RC no retribuidos (Paraguay) o retribuidos por sistema de arancel (Bolivia). Leyes muy
recientes como en Panamá (2006 y 2007) no han afectado má s que a aspectos estrictamente registrales, no a aspectos
organizativos o funcionariales.
116
Así lo sostienen Acosta y Burstein (2006: 51).
48 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

no es gratuita (por ejemplo: en el caso en donde para el comienzo de cada añ o escolar se requiere
a los alumnos matriculados en las escuelas que aporten una partida de nacimiento).
La concepció n del RC no como un servicio esencial y gratuito (y al que corresponde una
obligació n del ciudadano de registrarse), que cumple una funció n esencial de garantía del
derecho a la identidad y de los demá s DDHH, sino como un servicio pú blico similar a otros
que como regla general conlleva costes para el ciudadano 117 es un importante obstá culo a la
universalizació n del RC y a la erradicació n del subregistro. También es un importante obstáculo
al buen funcionamiento del registro civil el hecho de que dichas instituciones generen
recursos econó micos para las burocracias que los controlan (registradores, responsables
gubernamentales, partidos políticos, etc.). Que el Estado cobre dinero por la inscripció n es, en
esencia, lo mismo que cobrar a los ciudadanos dinero por ejercer su derecho al voto. El voto
es un deber esencial y fundamental (y en algunos países es también una obligació n), y a nadie
se le ocurre que el Estado someta su ejercicio al pago de alguna cantidad. Pues lo mismo
sucede con la inscripció n en el RC, como ocurre en todos los países, dicha inscripció n es una
obligació n para toda persona, y de esta manera considerar el cumplimiento de la misma como
una fuente de ingresos es desnaturalizar y pervertir el RC poniéndolo al servicio del Estado y
no al servicio de los ciudadanos y de la sociedad118.
Sin embargo, es indudable que en todos países de la regió n las dificultades presupuestarias
son un gran obstáculo para que la capacidad del RC pueda atender las demandas sociales 119. Por
diversas razones (competencia para el RC en manos de autoridades subnacionales, participació n
de los municipios en la financiació n, confusió n con el registro electoral o con la identificació n,
etc.), son pocos los datos disponibles sobre el porcentaje de inversió n pú blica en el RC, al igual
que la existencia de series histó ricas120. En algunos países se ha intentado regular y aclarar una
cierta garantía presupuestaria para el RC, como en el caso de Perú (art. 25 de la ley RENIEC)
y El Salvador (desde 2003).
En primer lugar, debería afirmarse la indudable condició n pú blica del RC. Se trata de una
funció n inequívocamente pú blica, por dar constancia y prueba del estado civil de las personas,
siendo una herramienta fundamental para los DDHH. Esto implica que las administraciones
pú blicas deben gestionar y responsabilizarse de su funcionamiento. Existen, sin embargo,

117
Por ejemplo los notarios, o, en otro nivel, los transportes, o incluso la justicia (que só lo es gratuita para quienes acrediten
inexistencia de medios econó micos: como regla general, conlleva costes como tasas judiciales, gastos del proceso o condena
en costas).
118
Ademá s de obtener ingresos de una clientela cautiva (en el sentido de que no hay elecció n posible entre inscribirse y no
hacerlo), a la que ademá s en algunos casos se multa si no cumple a tiempo con la obligació n.
119
En 2004, en el departamento de Santa Cruz (Bolivia) la Corte Electoral Departamental (encargada del RC) no pudo, pese
a las demandas sociales, expedir gratuitamente la certificació n de nacimiento porque el 88% de su presupuesto proviene de
los ingresos por dicha expedició n y por tasas, y el resto (12%) del Tesoro General de la Nació n.
120
Ello permitiría conocer, por ejemplo, la evolució n del esfuerzo inversor a lo largo del tiempo, o comparar la inversió n
presupuestaria en RC con la que se dedica a otros servicios pú blicos. O sobre todo permitiría comparar la cantidad que en
los presupuestos pú blicos se destina a RC con la cantidad que se recauda por tasas y aranceles (ello permitiría
realmente comprobar si el RC es o no una fuente de financiació n de las arcas pú blicas).
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |

algunas atribuciones pú blicas que pueden ser llevadas a cabo por particulares (por ejemplo los
notarios, que dan fe pú blica). Ello tal vez explique que Amado (1997: 99) señ alase que varios
países han dado en concesió n a particulares (privatizado) las oficinas locales del RC, pero que no
existían datos sobre el resultado de esta medida121. Diez añ os después sigue sin haber mediciones
respecto a la eficacia de la decisió n de abrir parcialmente a la iniciativa privada las oficinas
de RC. Es cierto que algunos países han mantenido el sistema de “funcionarios de arancel” o
de “privatizació n”122, y que ello no tiene en principio por qué ser necesariamente negativo.
Sin embargo, cuando la “privatizació n” de funciones intrínsecamente pú blicas o “de autoridad”
como la fe pú blica del estado civil” significa pérdida del control de este servicio por las
autoridades, o cuando los registradores o notarios lo gestionan como una empresa con ánimo de
lucro, sí puede considerarse como negativo. Así ha quedado de manifiesto en los países
(Paraguay, Repú blica Dominicana) en los que muchos oficiales de RC tenían que
autofinanciar las oficinas con las cantidades que pagaban los ciudadanos, porque no es el
Estado quien financia el servicio, sino los ciudadanos123.
En cualquier caso, la gestió n privada del RC por concesió n introduce un elemento de lucro
o de rentabilidad que no es compatible con la funció n primordial del RC, y en esa medida, puede
considerarse un obstáculo al buen funcionamiento del RC y a la lucha contra el subregistro.
Otra vertiente de la privatizació n, ciertamente menor, es la externalizació n de algunos
servicios (como por ejemplo el mantenimiento de los sistemas informá ticos de gestió n del
RC). Se trata no de una privatizació n del servicio en sí sino ú nicamente de la gestió n por
concesió n (externalizació n) de la parte tecnoló gica, y por ello representa algo de menor
gravedad124. Pero tampoco carece de inconvenientes comp. Puede ser el posible acceso de la
empresa concesionaria a datos de la població n, o posible uso de la tecnología con fines só lo de
rentabilidad econó mica y no de servicio a los ciudadanos.

b) La gratuidad de la inscripción en el RC
La gratuidad del servicio de RC es la principal implicació n econó mico-presupuestaria. Desde
hace décadas, (por lo menos desde 1954) todas las iniciativas y recomendaciones del IIN, NU,
CEPAL, UNICEF, etc. han insistido en la necesidad de que el RC sea gratuito – o por lo menos
que lo sean las inscripciones básicas obligatorias. En este sentido, la evolució n ha sido positiva,
pues de los cuatro países en los que segú n el diagnó stico de 1980 (IIN-FNUAP 1982: 88) la

121
Comparando si las demarcaciones de baja densidad poblacional (y por tanto de escaso nivel de actividad registral – y de
ingresos) dispondrían del mismo nivel de servicios de que las demarcaciones má s pobladas.
122
Algunos lo han llevado a la Constitució n: la brasileñ a de 1988 establece en su art. 236 que “los servicios notariales y de
registro se ejercerá n con cará cter privado por delegació n del poder pú blico”.
123
BID (2007-Paraguay: 32) señ ala que en Paraguay, pese a que la inscripció n en el RC es gratuita desde 1999, ello implica
habitualmente la percepció n de cantidades ilegales, la falta de gasto en el mantenimiento de la oficina, la desatenció n
del oficial, la corrupció n, la ocultació n a la administració n de los ingresos, la arbitrariedad en la gestió n, etc.
124
En ocasiones la administració n no tiene la capacidad tecnoló gica de gestió n adecuada de un sistema de RC, y por ello la
encomienda a una empresa privada. Es mucho má s frecuente la gestió n por empresa privada del servicio de identificació n,
como ocurre en El Salvador.
50 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

inscripció n en el RC no era gratuita (Bolivia, Brasil, Repú blica Dominicana y Nicaragua) hoy
lo es en todos125.
Pero esto encubre algunas cuestiones importantes. La primera relacionada con la medició n
de la gratuidad, y la segunda, con el falseamiento de la gratuidad a través de mecanismos
irregulares, ilegales, o por otras circunstancias.
En efecto, existen problemas metodoló gicos sobre la gratuidad, en concreto sobre
su medició n. En el diagnó stico del añ o 1980 (IIN-FNUAP 1982: 87) se partía del dato
metodoló gico de que no se considera costo, arancel o gravamen “el tributo que se cobra o puede
cobrar por vía de sanció n en caso de incumplimiento de las normas legales”. De modo que un
sistema registral que cobre una cantidad a quien se quiera inscribir tardíamente es gratuito, a
efectos de dicho diagnó stico. Ello plantea la cuestió n de la dificultad de comparar la gratuidad,
en funció n de datos o estadísticas de fuentes diversas, pues su medició n puede haberse realizado
desde postulados metodoló gicos distintos126.
Otra cuestió n importante es que la aparente gratuidad encubre otras realidades: por ejemplo
la expedició n de certificaciones no suele serlo. En prácticamente todos los países, el ciudadano
debe pagar por la obtenció n de partidas y certificaciones 127. Cuando estas certificaciones deben
aportarse con frecuencia ante la administració n (por ejemplo para poder inscribirse en el censo
o registro electoral, o para obtener la cédula de identidad, o para ingresar a cada añ o escolar, o
para tener derecho a ser usuario de ciertos servicios pú blicos), el RC deja de ser gratuito aunque
la inscripció n lo fuese en su momento. El caso es especialmente grave en aquellos países en los
que la identificació n es obligatoria incluso para los recién nacidos y tiene costo: de este modo la
inscripció n en el RC, gratuita por sí misma, no es real porque existe un trámite obligatorio – la
obtenció n de la identificació n - que no es gratuito 128. Lo mismo ocurre cuando la expedició n
de todos los certificados y partidas tiene costo 129, o con las rectificaciones de los datos del RC,
raramente gratuitas.

125
En Bolivia la inscripció n es gratuita desde el Có digo de la niñ a, el niñ o y el adolescente de 1999 (art. 97), pero la gratuidad
no fue implementada hasta 2003. En Honduras el art. 37 de la ley RNP (2004) enumera los servicios que son gratuitos,
bastante numerosos. En Brasil es gratuito desde 1997; en Nicaragua desde 1991. Algunos países han elevado la gratuidad
de la inscripció n a rango constitucional (en Venezuela: art. 56 de la Constitució n de 1999).
126
Existen países en los que los hechos vitales bá sicos (nacimiento, matrimonio y muerte) tienen distinto tratamiento desde
el punto de vista de la gratuidad, de forma que la medició n de la misma deberá tener en cuenta a cuá l de ellos se refiere.
127
En Nicaragua se consiguió la gratuidad de la inscripció n, pero las partidas o certificaciones no lo son. En países como
Panamá la inscripció n es gratuita, pero parece que la exigencia de que se expida inmediatamente una certificació n (que
no es gratuita) desdibuja la gratuidad (sin embargo sí son gratuitas las “certificaciones para uso escolar”). En Colombia la
certificació n para la expedició n de la cé dula de ciudadanía es gratuita.
128
Por ejemplo en Argentina, segú n datos de la propia Direcció n Nacional de EV de Argentina, el 85% de los casos de
no inscripció n derivan del coste no de la inscripció n misma (que es gratuita) sino de la inmediata exigencia del
pago de las tasas de expedició n del DNI: véase la fundamentació n al proyecto de ley nº 2570-D-2007 presentado
a la Cá mara de Diputados, de reforma del RENAPER (http://www1.hcdn.gov.ar/proyxml/expediente. asp?
fundamentos=si&numexp=2570-D-2007)
129
Por ejemplo en Guatemala los certificados de nacimiento son de pago, incluso los necesarios para uso escolar (y los
alumnos necesitan uno cada añ o para matricularse regularmente en la escuela).
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |

Por consiguiente, cuando se habla de la gratuidad del RC hay que precisar si lo gratuito
es la inscripció n o la expedició n de certificaciones. Normalmente no existe ningú n RC gratuito en
sentido de que todos los servicios que presta (inscripció n de nacimientos, de matrimonios, de
defunciones, otras inscripciones, expedició n de partidas y certificaciones, rectificaciones, etc.)
no tengan costo alguno para el ciudadano que los solicita130.
En segundo lugar, sobre el costo real del RC para los ciudadanos influyen circunstancias
que van má s allá de la simple previsió n legal de la gratuidad o no. El diagnó stico de 1980
(IIN-FNUAP 1982: 88) señ alaba una circunstancia importante: la percepció n por los oficiales
de RC de cantidades no legalmente estipuladas, como consecuencia esencialmente de la baja
remuneració n oficial y de su situació n profesional inadecuada. Este arancel de hecho, que no de
derecho, no es fácilmente detectable debido a que la població n ignora su ilegalidad, o porque la
conoce pero no la denuncia, y en todo caso por las deficiencias de los sistemas de monitoreo
y auditoría interna.
Segú n se dijo en el apartado anterior, es más discutido si resulta positivo o negativo que las
inscripciones tardías sean gratuitas o por el contrario estén gravadas con un arancel o tasa 131.
Tradicionalmente, la concepció n del RC imperante en muchos países de la regió n era de ser una
institució n al servicio del Estado (y que le era rentable al Estado), en lugar de ser una institució n
al servicio de los ciudadanos 132. Se buscaba más la rentabilidad, (o la no excesiva onerosidad) que
el buen servicio y la funcionalidad. Los problemas econó mico-presupuestarios de muchos países
son cró nicos, (con grandes déficits pú blicos, con crisis cíclicas, con continuas devaluaciones)
ocasionando que se busquen recursos financieros a través del RC mientras se evite invertir en el
mismo, manteniendo un mínimo nivel de servicio133.
En cualquier caso, parece haber una lenta evolució n hacia la gratuidad de las inscripciones
en el RC (no así hacia las inscripciones tardías, y só lo en parte respecto de la expedició n de
partidas o certificaciones). Pero no se debe perder de vista que la gratuidad no es el ú nico
problema ni el ú nico factor de subregistro: es só lo una parte de los factores que inciden sobre el
mal funcionamiento del RC134.

130
Desde este punto de vista, no se suele plantear la reclamació n de la gratuidad total e incondicionada de todos los servicios
del RC. En algunos países europeos como Españ a sí lo es (no só lo es gratuita la inscripció n sino la emisió n de partidas y
certificaciones, o las rectificaciones, o los trá mites de cambio de nombre o apellidos).
131
O si deben constituir una infracció n administrativa castigada con multa
132
En esta idea ha influido, como señ alan Acosta y Burstein (2006: 48-49), la electoralizació n del RC: al incorporarlo al
sistema electoral, los poderes pú blicos lo tienden a ver no como un fin en sí mismo, como una institució n al exclusivo
servicio de los derechos de las personas, sino como una herramienta para los procesos electorales (para la formació n de los
padrones, registros y censos electorales).
133
Acosta y Burstein (2006: 51) subrayan el déficit cró nico de inversió n de los RC.
134
Por ejemplo: en muchos casos con la misma asignació n presupuestaria se podrían obtener mejores resultados (porque
existen problemas organizativos y de mala gestió n de recursos).
52 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

7. La (IN)aPLICaCIÓN DE La LEY Y EL fuNCIONaMIENTO


DEL SISTEMa REGISTRaL
En los ú ltimos añ os, varios países han hecho importantes esfuerzos para rediseñ ar el marco
jurídico-institucional del RC135. Se trata sin duda de avances dignos de elogio. Sin embargo,
existe aun en la regió n significantes desafíos en cuanto a la mejora general del
funcionamiento del RC y en concreto a combatir el subregistro.
Dos son las razones para ello. La primera es la no aplicació n de las leyes y reglamentos, hecho
reflejado en que cambios políticos queden registrados en los boletines oficiales, sin servir como
normas eficaces. La segunda es que só lo con medidas legislativas (incluso con leyes adecuadas,
y que además se apliquen) no siempre se obtiene el resultado deseado, porque legislar, y aplicar
las leyes, es só lo uno de las componentes de las políticas que han de conducir a la reducció n o
eliminació n del subregistro y al buen funcionamiento de los sistemas de registro civil.

a) La inaplicación de las leyes


El diagnó stico de 1980 detectaba “una disociació n importante entre el régimen legal y la forma
real de operar en varios aspectos, lo cual evidencia anacronismo e inadecuació n de la ley, y por
tanto necesidad de revisió n y cambio” (IIN-FNUAP 1982: 136).
Esta disociació n puede analizarse desde dos perspectivas. Por un lado, el funcionamiento
del RC al margen de las previsiones normativas (lo cual es una simple constatació n que no
requiere una especial valoració n o imputació n de responsabilidades); por otro, el remedio a
dicho funcionamiento contrario a la ley, excediendo la simple verificació n e implicando una
toma de decisió n, esencialmente respecto a si lo que hay que cambiar es la ley o la forma de
aplicarla.
Respecto a lo primero, varios diagnó sticos y estudios del RC en la regió n han detectado
la divergencia entre las previsiones contenidas en leyes y reglamentos y su aplicació n práctica.
En realidad esto no es ninguna novedad: el funcionamiento alegal, paralegal o ilegal de muchos
mecanismos administrativos forma parte de las debilidades histó ricas o estructurales de muchos
de los países en desarrollo, y aun de deficiencias en países desarrollados. Es una característica
de las debilidades del Estado de Derecho en la regió n. La falta de respeto o apego de los
ciudadanos (también de los políticos) al rule of law, al imperio de la ley y al cumplimiento de
las normas, tiene varias consecuencias para el funcionamiento del RC y para la actitud de la
ciudadanía ante él.
Ademá s de la banalizació n de la ley y de su pérdida de autoridad tanto social como
normativa, una consecuencia importantísima es la conversió n de los derechos (enfáticamente
afirmados por Constituciones, leyes y reglamentos) en no-derechos. Técnicamente ello significa
transformar un derecho subjetivo (situació n de poder o de empoderamiento que el ordenamiento
135
Guatemala con el RNP, Honduras con el RNP, El Salvador con el RNPN, incluso Perú con RENIEC en la pasada década.
Y existen algunas leyes recientes (Panamá en 2006-2007, o el proyecto de ley orgánica del RC de Venezuela de 2007).
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |

otorga automá ticamente o sin condició n a un ciudadano, a la que corresponde algú n tipo de
obligació n, activa o pasiva, a cargo de otro ciudadano o sobre todo de los poderes pú blicos) en una
prebenda o privilegio. Es decir, en un no-derecho. En la medida en la que algunos ciudadanos
ven satisfecho su derecho y otros no, significa convertir una potestad, competencia o decisió n
administrativa regulada en una potestad discrecional o arbitraria. De este modo, la debilidad o
ineficacia administrativa, que significa incumplir los mandatos legales en materia de DDHH,
subvierte el Estado de Derecho y los derechos subjetivos y DDHH en él reconocidos.
En algunas ocasiones la forma de paliar este funcionamiento alegal, paralegal o ilegal ha
sido establecer remedios y procedimientos judiciales que restablezcan la situació n legalmente
obligada. Sin embargo ello ha planteado dos objeciones: la enorme dificultad de que los
jueces y tribunales den a los ciudadanos aquel derecho, servicio o prestació n que la
administració n no les ha dado (o que obligue a satisfacer el derecho de los ciudadanos de
manera eficaz), y también la tendencia a la judicializació n de los derechos, juzgada por muchos
como un remedio tan só lo parcial y hasta contraproducente136.
En materia de RC el incumplimiento de las leyes (por ejemplo, el incumplimiento de los
plazos para expedir los documentos y certificaciones 137) tiene importantes y muy concretas
consecuencias negativas – además de la ya mencionada conversió n de los derechos en prebendas
y de la legalidad en arbitrariedad: la demora que los ciudadanos padecen en la entrega de los
documentos incentiva la aparició n de los intermediarios que, mediante corruptelas a funcionarios,
ofrecen a los ciudadanos servicios que agilizan la tramitació n138. Esto no só lo encarece el servicio
(porque el ciudadano paga una cantidad añ adida a la que en su caso pagó por el servicio de
RC) sino que lo desprestigia: el ciudadano no percibe que el RC (y por tanto el Estado) está a
su servicio y le facilita el ejercicio de un derecho como es el derecho a la identidad, (a obtener
documentos de identificació n, y a ejercer otros derechos como el derecho al voto) sino que lo
percibe como un obstá culo a sus derechos y una fuente de corrupció n139.
Después de identificar el funcionamiento del sistema de RC al margen de las leyes, el
paso siguiente es tomar algú n tipo de decisió n respecto de có mo solucionarlo.
Probablemente en 1980 el diagnó stico, y el remedio que se proponía (cambiar las leyes
“anacró nicas e inadecuadas” (IIN-FNUAP 1982: 136), eran correctos. Hoy la solució n no es
tan clara. Efectivamente, en 1980 la mayoría de los países de la regió n contaban con un
marco legislativo-institucional del RC anticuado e inadaptado a nuevas realidades (a las
exigencias tecnoló gicas, a los nuevos

136
Véanse las opiniones de Abramovich y Courtis en CEPAL (2007: 32): a su juicio, hay que hacer los esfuerzos no por
la judicializació n sino porque el sistema de derechos funcione con otras garantías y contrapesos, ya que judicializar las
garantías no es solució n adecuada – ademá s de que es una solució n que deja fuera a enormes estratos de població n que por
cultura, marginalidad o nivel econó mico no tienen acceso a la justicia.
137
O los documentos de identidad, cuando el mismo organismo encargado del RC sea quien expida los DNI o cédulas de
identificació n.
138
Existen denuncias de ello en algunos países de la regió n.
139
Y en caso de minorías étnico-culturales (afrodescendientes, zonas remotas, etc.) el RC puede ser en cierta medida
considerado como una amenaza a sus costumbres, o como un peligro porque van a ser controlados por los poderes pú blicos
(percibidos no como portadores de servicios y garantes de derechos sino como todo lo contrario).
54 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

derechos, etc.). De manera que el desfase entre ley y realidad podía razonablemente imputarse
a la ley. Sin embargo este remedio pudo entonces pecar de algo muy habitual, la creencia de que
ú nicamente al reformar leyes o promulgar nuevas, se soluciona el mal funcionamiento de los
servicios pú blicos y la falta de protecció n de los derechos.
La idea de que la ley por sí misma es capaz de traducirse en una transformació n apreciable en
la realidad es cierta en algunos casos, cuando de la simple aprobació n, derogació n o reforma de un
precepto legal deriven consecuencias inmediatas 140. Pero en el caso de organizaciones complejas
como es, el RC, un mero cambio legislativo no transforma la realidad de un día para otro. Para
la clase política es muy fá cil argumentar que han reformado, por ejemplo, la justicia penal, o
el RC, o la sanidad, etc., con la sola operació n de la aprobació n de una ley procesal, sanitaria
o registral. Esta creencia de los políticos, ya sea endémica, real o interesada, ha sido puesta
en manifiesto y criticada muchas veces, en particular en lo referente a los DDHH141.
Parafraseando a Crozier142, y en lo referente al RC, podría decirse que “no se cambia el
(funcionamiento del) RC por decreto”, ni menos aun se elimina el subregistro por decreto.
Algunos países han actuado positivamente y han reformado sus legislaciones de RC 143.
Desde esta perspectiva, la actualizació n legislativa e institucional constatada en las ú ltimas
décadas hace que la conclusió n del diagnó stico de 1980 (que ante la inaplicació n de las leyes es
preciso cambiarlas para que el RC funcione bien) ya no sea el todo vá lida en la actualidad. Se
han reformado la mayoría de los marcos normativos e institucionales, si esto no se ha traducido
en una mejoría de los sistemas de RC y no ha disminuido el subregistro, es probable que el
diagnó stico deba ser otro.

b) Sólo la ley no (suele) cambia(r) las cosas: mejorar el funcionamiento de los registros civiles
y combatir el subregistro depende de una diversidad de factores
En ocasiones se le ha dado énfasis a la ingeniería legislativa, al diseñ o de un nuevo marco legal,
por lo general descuidando el aspecto operativo del sistema, o sus vertientes no estrictamente
jurídicas. Estudios recientes han intentado ir algo más allá del estricto marco legislativo-institu-
cional, analizando otros factores, singularmente en el funcionamiento real del RC. Amado decía
en 1997 que “no puede el éxito del RC atribuirse a una sola variable y menos aú n al marco legal
o institucional en el que se haya ubicado” (1997: 100).

140
La desjudicializació n, la gratuidad, la posibilidad de que las madres solteras inscriban libremente al hijo, la elecció n del
nombre son medidas legislativas que, una vez adoptadas, tienen efectos inmediatos.
141
CEPAL (2007: 24) hablaba de la enorme distancia entre la “frondosidad regulatoria” y “el poco impacto de la acció n del
Estado”.
142
Autor de un libro titulado On ne change pas la société par décret (No se cambia la sociedad por decreto).
143
Panamá en 2006-2007, Venezuela parcialmente en 2001. La ú ltima reforma es el proyecto, tramitado en 2007 pero aun no
aprobado, de Ley Orgá nica del Registro Civil en Venezuela. En 2006 Paraguay ha reformado algunos de los aspectos
más problemá ticos de su legislació n de RC (la exigencia en todo caso del certificado de nacido vivo).
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |

Sin duda el marco legal del RC es una pieza importantísima dentro del funcionamiento de
un sistema registral, pero no se debe sobreestimar su incidencia inmediata respecto a su correcto
funcionamiento y la eliminació n del subregistro. Existen algunas medidas a priori positivas para
luchar contra el sub-registro, o por lo menos para contrarrestarlo, que como regla general no
requieren de ninguna reforma normativa. Por ejemplo: en algunas de las legislaciones de RC de
los países de la regió n, no se prohíbe, ni tampoco se permite, el envío de unidades mó viles o RC
mó viles a zonas lejanas o no suficientemente atendidas por la oficina de RC correspondiente
u ordinaria144, la ley no contempla esta posibilidad. Debido a que la realizació n de estas campañ as
especiales, o el envío de registros mó viles, no son actividades de limitació n de derechos o de
gravamen, no sería exigible la expresa previsió n legal para que la autoridad responsable ponga
en marcha las campañ as o envíe estas unidades145. Es decir, para hacerlo no hace falta que la ley
lo contemple expresamente, en principio, no es necesaria ninguna reforma legal para emprender
este tipo de campañ as o de políticas, tal y como se hizo exitosamente en Haití. Lo mismo
sucede con la digitalizació n (fotografía, escaneado) de los libros y archivos del RC. O con un
control social, ciudadano, periodístico, etc. del correcto funcionamiento de las oficinas de RC,
por ejemplo mediante la denuncia y publicidad de los casos de corrupció n, o de simple mal
funcionamiento. En definitiva, se trata de programas cuya puesta en marcha no requiere
como regla general ninguna norma expresa, por lo menos de rango legal146.
La legislació n no es más que un marco normativo-institucional que, aunque imponga políticas
determinadas y eventualmente limite el margen de discrecionalidad para los responsables del
RC y para los administradores, por lo menos en cuanto a aspectos organizativos, retributivos,
etc., también requiere de una política de aplicació n en la que entran en juego decisiones políticas
probablemente más complejas y costosas que la previa decisió n de elaborar y promulgar dicho
marco legal147.
Incluso hay situaciones en las que los obstá culos jurídicos han provocado histó ricamente,
junto a con otros factores, consecuencias que no se reparan só lo con medidas jurídicas (por
ejemplo: la percepció n que los ciudadanos tienen del RC no se cambia con leyes). La simple
ley organizativa del RC puede no contemplar otras variables que inciden sobre la prestació n
del servicio. Por ejemplo: la regulació n de los funcionarios u oficiales del RC (inexistencia de

144
Lo mismo sucede con la presencia en las escuelas de los oficiales de RC (no para detectar a los niñ os sin registrar y
sancionarlos o expulsarlos de la escuela sino para facilitarles el acceso al registro). Esta medida es una de las que Plan
Internacional está intentando implementar en algunas regiones (BID, 2007-Paraguay: 28)
145
Las medidas organizativas no suelen requerir de expresa y previa habilitació n legal: pueden adoptarse en virtud de la
potestad organizativa inherente a la administració n pú blica. Pese a ello algunas normas sí prevén expresamente esta
autorizació n: en México el art. 107 del CC de Chiapas (1938) y el art. 64 del reglamento de RC de Michoacán (2005). En
el Perú el art. 51 de la ley de RENIEC prevé asimismo la habilitació n legal para el envío de unidades mó viles de registro.
146
Contrariamente a otras medidas que, por referirse a derechos (o a la reglamentació n del ejercicio de los derechos), só lo
pueden ser adoptadas si la ley lo permite expresamente: la plena y no discriminatoria inscripció n de hijos extramatrimoniales
o de padre desconocido sí requiere reformar las normas del CC de derecho de familia y las normas del RC relativas a la
inscripció n.
147
Decisió n que tal vez haya sido tomada por un gobierno o un poder legislativo de signo político distinto, con lo que la
disociació n entre ley y aplicació n encuentra un caldo de cultivo perfecto.
56 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

carrera registral que garantice su profesionalismo, capacitació n y actualizació n, o deficiencias en


la retribució n). Lo mismo se puede afirmar respecto a otros aspectos relacionados con el RC,
tales como la regulació n de la inmigració n,la extranjería o las minorías étnico-culturales.
El solo cambio en una de las variables o componentes del sistema de RC (la legislació n, o
el “marco institucional”) no suele ser suficiente para asegurar su buen funcionamiento y para
combatir el subregistro. En palabras del IIN, “en los ú ltimos veinte añ os, los marcos jurídicos
de los sistemas de registro civil han ido actualizándose. Si bien persisten aú n numerosos
anacronismos y vacíos legales, coexistencia de leyes dispersas contradictorias en aspectos
puntuales como el pago de multas y procedimientos para registros de nacimientos tardíos, no
parecería ser estratégicamente adecuado dar prioridad a promover grandes reformas legales con
la finalidad de mejorar el registro de nacimientos” (IIN c.2002: 3).
Por ejemplo: si se dotase a las oficinas de RC de todos los recursos y medios necesarios,
el buen funcionamiento de los registros civiles, o el problema del subregistro no se
solucionaría só lo con eso (faltaría que la gente acudiese a registrarse, o tal vez faltaría la conexió n
con otros servicios – sobre todo con la identificació n, etc.). Y al revés: si como consecuencia de
campañ as de concienciació n las personas no inscritas acudiesen en masa al RC, no se les
podría atender adecuadamente debido a la falta de instalaciones o de medios (así lo ponía de
manifiesto el IIN c2002: 3). Lo mismo sucede con medidas probablemente adecuadas en la
teoría pero cuyo resultado es a veces contrario al deseado: exigir, como se hace en Europa y
en otros muchos países, el certificado de nacimiento para que los niñ os se matriculen en la
escuela básica es un ejemplo de medida que puede ser contraproducente. Como señ ala
Amado (1997: 97), varios países adoptaron esta medida con el fin de localizar a los niñ os de
5 ó 6 añ os que no estuviesen inscritos, y poder inscribirlos – aunque fuese tardíamente. Pero lo
que ocurrió fue que en zonas rurales o marginales, donde la educació n puede no ser una opció n o
una prioridad, el subregistro no disminuyó junto con la tasa de escolarizació n148.
La incidencia del marco legal sobre el correcto funcionamiento del RC, medido en términos
de universalizació n y de combate al subregistro, no es tan grande como se pudiera pensar. Por
ejemplo: con una legislació n “mala” (poco adecuada, obsoleta, anticuada, con lagunas, etc.) se
puede hacer una buena política de RC, si las autoridades emplean los má rgenes de actuació n
para tomar ciertas decisiones positivas y para emprender políticas efectivas. Y viceversa: con
una “buena” legislació n (moderna, adaptada a la realidad, á gil, etc.) es posible hacer una mala
política de RC, ya sea porque la legislació n no se aplique, total o parcialmente, bien porque no
exista financiació n suficiente, etc.
En definitiva, la regulació n legal es só lo uno de los elementos que determina el buen o
mal funcionamiento del RC. Su incidencia suele estar sobrevalorada, porque la visió n general
tiende a ser – sinceramente o no – que cambiando la ley se cambia la realidad. Para mejorar

148
El BID (2007-Paraguay: 27) subraya que en Paraguay, pese a las medidas de flexibilizació n de esta exigencia, el
requisito de contar con certificació n de nacimiento, de la cual carecen muchos niñ os en edad escolar, se convierte en una
barrera para el acceso a la educació n.
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |

el funcionamiento del RC y para combatir el subregistro en muchas ocasiones no es necesario


cambiar la ley, sino cambiar la práctica administrativa. Se deben atender otros factores como los
presupuestarios, organizativos, funcionariales o de personal, culturales, técnicos-tecnoló gicos, y
geográ ficos, entre otros. Se debe tomar en consideració n que la percepció n de los ciudadanos
tiene una gran influencia, y esta no cambia automática e inmediatamente con la aprobació n de
una ley.
Las modificaciones legislativas, cuando son necesarias, resultan sin duda positivas. Pero
hay que aplicarlas, implementarlas, verificar su funcionamiento y corregir las disfunciones en su
aplicació n. Rara vez las reformas legislativas cambian por sí solas la realidad149.
Todo ello pone de manifiesto la falta de una visió n integral de las reformas del RC, reclamada
de forma insistente (por ejemplo por Plan Internacional 2007: 19): el problema del subregistro
(o los obstá culos al ejercicio del DI a través del RC) se deben a una multiplicidad de factores,
de modo que reformas parciales - só lo de un elemento, o de una ley, o só lo de la ley y no de
otras cosas - por muy bienintencionadas que sean, probablemente no respondan a los objetivos
y por lo tanto causen frustració n, desencanto y hasta rechazo (entre políticos, funcionarios y
ciudadanos). En el apartado siguiente se aludirá a esta cuestió n.
Puede concluirse que aunque la ley (su antigü edad, inadecuació n) es un factor de
subregistro150, dada la frecuente disociació n entre la ley y su aplicació n entre los países de la
regió n (y no só lo en cuanto al RC), hace que el factor principal del mal funcionamiento del RC,
causante de subregistro, no sea la ley misma sino su mala aplicació n. Esto ha sido puesto en
evidencia a través de las reformas normativas operadas desde 1980: con cambios en las leyes del
RC en varios países, se han mantenido niveles de subregistro similares, por lo tanto se entiende
que dichas reformas no son suficientes para mejorar la situació n.
Contrariamente a cuanto parece ser el pensamiento general en la regió n, la simple aprobació n
de leyes no es suficiente para transformar la realidad, y en concreto para cambiar una situació n
de mal funcionamiento del RC y de subregistro que se ha venido formando a lo largo de décadas
y debido a diversos factores (no ú nicamente a leyes buenas o malas). La mejora en la situació n
del RC deriva entonces de factores que van más allá de los estrictamente legislativos: sobre
todo relacionados con la correcta implementació n de las leyes. La correcta aplicació n de la ley, y
corregir las disfunciones que su falta de aplicació n origine, requiere de un cambio importante en
la mentalidad o voluntad política en donde la normatividad jurídica juega un papel limitado.

149
No se puede circular sobre el plano de una carretera aun no construida, ni beber el agua de una presa que só lo existe en un
plan hidroló gico o en una ley.
150
Así se diagnosticó en 1980 (IIN-FNUAP 1982: 136).
58 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

8. LOS faCTORES DE vOLuNTaD O MENTaLIDaD POLÍTICa


Los diagnó sticos y análisis de los RRCC de la regió n han puesto de manifiesto que las defi-
ciencias y la elevada tasa de subregistro obedecen no só lo a desajustes y obsolescencias de la
legislació n, o a debilidades presupuestarias cró nicas, sino a una falta de voluntad política de los
gobiernos y los países, o por lo menos a una la falta de acció n política para la mejora del RC151.
Ú ltimamente Peres Velasco (2007: 253) señ ala que la falta de voluntad política es “el
elemento clave de la problemática existente en los diferentes países, porque de ella derivan otros
factores causales de subregistro”.
Pese al reciente aumento en las iniciativas a nivel nacional para combatir el subregistro, el
RC y los problemas de subregistro, no son una verdadera prioridad política para los gobernantes
de la regió n. A su vez, hay muchos y complejos factores que histó ricamente han provocado
este desinterés. Uno de ellos puede ser la inexistencia (o insuficiencia) de mediciones del
subregistro. En efecto, cabría plantearse si la falta de voluntad política de los gobiernos y de
la clase política deriva de no ser del todo consciente del problema, al no haberse analizado o
detectado convenientemente.

a) El monitoreo y la supervisión del RC. Los estándares de funcionamiento


El discutir si la falta de esfuerzos para medir el subregistro deriva de la inexistencia de voluntad
política, o por el contrario si esta deriva de la falta de mediciones, sería estéril. Lo primero puede
ser más acertado, esto debido a que desde 1961 algunas instituciones se han ocupado de conocer
y diagnosticar la situació n de los sistemas de RC y de su mejoramiento, denunciando al mismo
tiempo la realidad del subregistro y eventualmente cuantificá ndolo152.
La situació n no parece haber mejorado mucho: las estadísticas de subregistro que hoy
se tienen provienen de fuentes internacionales (sobre todo NU), basadas en estimaciones y
proyecciones, no en datos registrales o estadísticos aportados por los países. Ello pondría de
manifiesto una baja prioridad (por motivos varios) de los países de la regió n ante el
problema del subregistro y evaluació n del funcionamiento de sus sistemas de RC.
La eficiencia del RC no ha sido cuantificada, en contraste con las prácticas en otras políticas
pú blicas en las que existe un cierto control de calidad o del funcionamiento del servicio. Sin
151
IIN (1973: 16), IIN-FNUAP (1982: 136).
152
Entre otros, y por orden cronoló gico, Primer Seminario Interamericano de Registro Civil (NU, Santiago de Chile,
1954); Comité para el Mejoramiento de los Registros Civiles en América (IIN, Montevideo, 1961); Segundo Seminario
Interamericano de Registro Civil (CEPAL, Lima, 1964); Symposium sobre el Registro Civil (IIN, Santo Domingo, 1967);
Resultados de una encuesta sobre el Registro Civil en los países latinoamericanos (IIN, Montevideo, 1973); Reunió n sobre
estrategias para mejorar los datos del Registro civil (IIN, Montevideo, 1977); Diagnó stico del registro civil latinoamericano
(IIN-FNUAP, Montevideo, 1980); Conferencia Iberoamericana sobre estrategias para el mejoramiento del sistema de
registro civil y estadísticas vitales, (Lima, Perú , 1980); Taller Latinoamericano para el Mejoramiento de las Estadísticas
Vitales y de Registro Civil (Buenos Aires, 1991) auspiciado por la Divisió n Estadística de la Organizació n de las Naciones
Unidas y coordinado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos; Primer Encuentro Internacional de Especialistas en
Registro Civil (CNE, Caracas, 2007); Conferencia Regional Latinoamericana sobre el Derecho a la Identidad y Registro
Universal de Nacimiento (Asunció n, Paraguay, 2007).
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |

embargo existen algunos ejemplos de control, como es el caso de los países reflejados en el
cuadro 11.

Cuadro 11
Bolivia La primera auditoría general integral del RC se realizó en el año 2002 (Ortega: 2002), y en
País Supervisión
2003 la CNEdelicitó
las oficinas
otra, pero limitada a los aspectos económico-presupuestarios.
http://www.sicoes.gov.bo/documentos/9015.pdf20030929105628.pdf
Chile Existe un contralor en el RC, pero limitado a los aspectos legales y económicos: el art. 14 de la ley 19.47

México El art. 12 del reglamento de RC del Estado de Michoacán establece hasta 16 facultades de
informe, supervisión y fiscalización.
Perú La ley RENIEC (1995) establece un órgano específico (la Oficina General de Control Interno, regulada en

Venezuela El proyecto de ley de Venezuela del RC de 2007 prevé (art. 27) la creación de una oficina
nacional de supervisión, como “brazo fiscalizador” interno de la calidad y niveles del servicio.

Por ejemplo, otras políticas o servicios sí han sido evaluados (se conoce la eficacia de los
servicios tributarios, medida en recaudación o en lo que se deja de recaudar, se conoce la eficacia de
la política agrícola, medida en términos de aumento de la producció n, o de las exportaciones, o de
la calidad de los productos, o se puede conocer también la eficacia de la administració n de justicia,
medida en duració n de los procesos). Pero en general esto no se ha hecho con el RC153.
El monitoreo del RC tendría tres beneficios fundamentales: para conocer el funcionamiento
real del servicio, y así poder establecer criterios, estándares y buenas prá cticas 154; para detectar las
fallas en el servicio (y eventualmente mejorarlo); y, en combinació n con mediciones estadísticas
o demográficas y mediante instrumentos de coordinació n155, serviría también para cuantificar
el subregistro. No conocer ni monitorear la eficacia de las políticas pú blicas en relació n con los
DDHH impide o dificulta la rendició n de cuentas por parte de los gobiernos. En este sentido,
es claro que las iniciativas para establecer criterios y estándares, haciéndolos pú blicos, son una
herramienta importante para el control social, político, judicial, etc. del RC.

153
Existen excepciones. En el Perú RENIEC elabora y publica informes semestrales de desempeñ o. En Colombia el Decreto
3851 de 2006 establece un sistema de aseguramiento de la calidad de la informació n bá sica: se trata no tanto de un sistema
de evaluació n del sistema de RC cuanto de un sistema de control de la calidad y eficiencia de las EV, realizado por el
DANE – Departamento Administrativo Nacional de Estadística.
154
En Argentina el RENAPER tiene una “carta compromiso” con los ciudadanos que, avalada por el Presidente de la Nació n
y renovada cada cierto tiempo, establece está ndares generales del servicio y está ndares para cada oficina o dependencia.
Véase la cuarta carta, correspondiente a 2007, en http://www.sgp.gov.ar/contenidos/onig/carta_compromiso/paginas/
organismos/renaper.html.
155
Coordinació n, por ejemplo, entre los centros sanitarios o educativos y el RC, si aquellos le comunican los datos de las
personas de las que tengan constancia de que no está n registradas.
60 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

Desde hace añ os, diversos diagnó sticos y evaluaciones, han demostrado las deficiencias
tecnoló gicas (falta de informatizació n de los archivos, malos cauces de envío de informació n
entre las oficinas, etc.). Se trataba de una realidad generalizada, por lo que gobiernos, y
organismos de cooperació n internacional, realizaron un esfuerzo especial por dotar a las oficinas
de medios tecnoló gicos (computadoras, escaners). Esto provocó la creencia de que la falta de
tecnología constituía el principal problema, de modo que comprando e instalando computadoras,
las disfunciones del RC quedarían resueltas. En ocasiones la actualizació n tecnoló gica se ha
considerado un fin en sí mismo, y no una herramienta156.
Un importante cambio de enfoque consistiría en dejar de ver el RC como una fuente de
financiació n de los poderes pú blicos, o como un engranaje más de la maquinaria electoral, y verlo
como una medio para mejorar la gobernabilidad y el desarrollo de un país. Desde la elaboració n
de EV (que permitiría conocer la població n y sus necesidades) hasta la mejor identificació n
de las personas (aumentando la seguridad general, evitando duplicidades y suplantaciones),
así como la planificació n de políticas pú blicas (sobre todo la sanitaria o la educativa).

b) La perspectiva de derechos
En cualquier caso, esta falta de voluntad política, o la percepció n distante y distorsionada del
problema, podrían disminuir si se logran cambios en la mentalidad con la que los países afron-
tan esta cuestió n157, para alcanzarlo es importante ejercer algunas de las recomendaciones de
organismos internacionales, de ONGs y de expertos en la materia. En concreto la llamada
“perspectiva de derechos”, o la “cultura de los derechos”, que tiende a hacer de los DDHH el
eje de las políticas pú blicas, o la medida de las mismas, empoderando a los ciudadanos frente
a los poderes pú blicos en reivindicació n y defensa de sus derechos158. Esta llamada “cultura
de derechos” ha sido impulsada por muchos organismos internacionales o por las entidades
de cooperació n al desarrollo de muchos países – que en lo referente al RC ha aumentado
conside- rablemente en los ú ltimos añ os.
En lo que al RC se refiere, los grupos desfavorecidos o marginales no suelen percibirlo
como una obligació n de los poderes pú blicos a la que corresponde un derecho de los ciudadanos,
sin importar que así esté establecido en la ley o en la Constitució n. Lo anterior se combina con
la percepció n de que los servicios de RC no son verdaderos derechos plenos sino prebendas que
156
En otros casos la tecnología (por lo menos en la relació n entre el RC y los ciudadanos) se ha empleado con provecho: países
como Chile, Perú , Panamá o Uruguay permiten solicitar la partida o certificació n por internet. En Uruguay desde 2004
el Registro Civil de la Intendencia de Montevideo recibe solicitudes de partidas de nacimiento, matrimonio y defunció n
a través del correo electró nico. En Venezuela el proyecto de ley orgá nica de RC de 2007 establece la firma electró nica como
medio para relacionarse con el RC.
157
O por lo menos si las autoridades se concienciaran un poco más de la importancia de llevar esta voluntad de reforma a
la práctica real del RC y a la efectividad del servicio (la voluntad de reforma suele ser reconocida por los
gobernantes, en el sentido de que normalmente ninguno va a admitir abiertamente que no quiere reformar un servicio
que requiere mejoras).
158
Las má s modernas tendencias se refieren a aspectos algo más concretos: por ejemplo, a diseñ ar y a evaluar las políticas
pú blicas (sobre todo las que má s inmediatamente afectan a los DDHH) desde las personas, desde la demanda, y no desde
la oferta, o desde “arriba”.
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |

los ciudadanos solicitan del poder pú blico, implicando que se considere habitual o normal que
dichos servicios se reciban de forma arbitraria, lenta, discrecional, etc.
Sin duda el cambio es gradual y complejo, va más allá de las leyes y actú a sobre sociedades
poco acostumbradas a interiorizar los DDHH, poniendo en práctica mecanismos para el control
de los poderes pú blicos, etc.
Son pocos los países que han establecido estándares de funcionamiento del RC y
derechos de los ciudadanos en relació n con él159. La aplicació n de esta nueva perspectiva
basada en los derechos requeriría de cambios en la mentalidad de los gobernantes, en la actitud y
percepció n que el conjunto de la ciudadanía tiene del RC. Sobre esto, se necesitan diversas
acciones en simultaneidad con las campañ as de concienciació n sobre la importancia del RC 160.
Se trata atraer a la colectividad al RC 161, acercá ndolo a los ciudadanos, en lugar de, como
hasta ahora, esperar a que los ciudadanos acudan al RC (y eventualmente multarlos si no lo
hacen). Para lograrlo, el involucramiento de la sociedad civil es fundamental. El objetivo debe
ser cambiar la percepció n que la ciudadanía – y los gobernantes - tienen del RC. Y esta
percepció n no se cambia de un día para otro, ni se cambia con medidas coyunturales o parciales
(que só lo aborden alguno de los muchos y complejos aspectos del RC) 162. El siguiente cuadro
pretende ilustrar algunas de las iniciativas existentes en la regió n que ponen de manifiesto
cierto cambio:

Cuadro 12
Bolivia En 2006 se ha puesto en marcha, en el seno del Servicio Nacional de Registro Civil, la
País Iniciativas
Estrategia para eliminar
Nacional el subregistro
de Inscripción del Recién Nacido”, que incluye la “Estrategia Nacional
de Capacitación, Educación e Información sobre el DI”.
Brasil El Pacto para la Erradicación del Subregistro, suscrito en mayo de 2004 por la Secretaría de Derechos H

El Salvador El RNPN puso en marcha en 2007 un proyecto de modernización del sistema de


registro de las personas naturales, con un costo estimado de US $2.406.900
Perú En el Perú el Plan nacional de restitución de la identidad “documentando a los indocumentados” para el

159
En Argentina el RENAPER sí lo ha hecho: véase http://www.sgp.gov.ar/contenidos/onig/carta_compromiso/paginas/
organismos/renaper.html. Ademá s de enumerarse las obligaciones (bá sicamente de renovació n del DNI y de actualizació n
de los datos), se enumera una larga lista de derechos.
160
Estas campañ as vienen haciéndose en los ú ltimos 20 ó 25 añ os, y no han dado el resultado esperado. Ello no significa que
no sean necesarias, sino que por sí mismas no son capaces de transformar la situació n de subregistro.
161
Ello fue una necesidad puesta de manifiesto por el diagnó stico de 1980 (IIN-FNUAP 1982: 24).
162
62 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

c) Registro civil y política


Mejorar la concepció n del RC dentro de la clase política de la regió n, y en particular superar
la falta de voluntad política respecto al problema del subregistro, requiere separar al RC del
debate político-partidista. Por naturaleza, es complejo, pero si no se ve al RC como algo
políticamente rentable, o con incidencia electoral; si no se ve como una fuente de financiació n del
presupuesto pú blico como son los tributos; si los países son realmente conscientes de los
beneficios socia- les, econó micos, estadísticos y de todo tipo que derivarían de la inexistencia
de subregistro; si existen controles y contrapesos políticos, sociales, constitucionales, etc. en
virtud de las cuales la ciudadanía exigiese de los gobernantes el respeto a sus derechos y el
buen funcionamiento de las instituciones que se los garantizan; si la cultura o perspectiva de
derechos va poco a poco calando en las sociedades; si se dan estas condiciones, se estará en
condiciones de poder cambiar el estado de cosas y crear en los gobernantes esa voluntad política
de acabar con el subregistro y darle prioridad al buen funcionamiento del registro civil.
La relació n del RC con la política es ambivalente. Por un lado el RC tiene una inevitable –
y hasta positiva - implicació n política, en la medida en que las personas en él inscritas existen,
cuentan, y reclamarán sus derechos sobre los que no están inscritos, sobre todo en la medida en
que la formació n del censo o registro electoral se origina, directamente o no, en el RC. Pero por
otro lado para que el RC realmente cumpla su funció n debe quedar al margen de la política, debe
ser lo más inmune posible a las manipulaciones partidistas con fines de rentabilidad electoral.
Asimismo, es importante que los gobernantes consideren las medidas de mejora del RC
como algo que no tiene rentabilidad electoral, como algo que se hace no para extraer réditos
inmediatos o en las pró ximas elecciones. La implementació n y financiamiento de reformas
integrales en el RC es lenta. Pretender obtener resultados a corto plazo (en funció n del ritmo
electoral, por ejemplo) suele ser contraproducente. Desde este planteamiento, introducir en
la reforma de los RC consideraciones de largo plazo, el ciclo largo, el esfuerzo presupuestario
o político prolongado en el tiempo es fundamental para mejorar el buen funcionamiento de
los sistemas de registro civil y terminar con el subregistro.
Se necesita reforzar en los gobiernos de la regió n una voluntad política destinada a dedicar
más atenció n a algo como el RC que debe quedar fuera del juego o botín partidista. Es una
tarea complicada, pero de su éxito depende en gran medida que acabe con el subregistro y se
fortalezca el funcionamiento de los RRCC.
Debido a falta de conciencia sobre la importancia del problema, y a la no valoració n de los
derechos de la ciudadanía, las evaluaciones del desempeñ o y de la situació n general del RC, donde
también se ha cuantificado el subregistro, son recientes. A remediar esta falta de conciencia está
destinado, por lo menos en parte, el surgimiento de la llamada “perspectiva de derechos”, en
virtud de la cual los DDHH se convierten en el eje de la buena gobernabilidad y del desarrollo
econó mico y social. En lo relacionado al RC y al subregistro, la paulatina generalizació n del DI
en las constituciones y en las leyes de los países de la regió n podría ser un elemento importante
en la asunció n de la “perspectiva de derechos”.
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |

En cualquier caso, pese a la importancia de un RC fiable, y pese a gravedad del problema


del subregistro, mejorar aquél y eliminar éste no se puede considerar que forme parte de las
prioridades políticas de los países de la regió n163.

9. LOS NuEvOS RETOS


Ademá s de las cuestiones y problemas que se han mencionado hasta ahora, existen nuevos
desafíos que no se han considerado en los ú ltimos añ os, o en algunos casos el limitado éxito de
algunos de estos factoresrequiere de planteamientos distintos.

a) Publicidad y confidencialidad del RC


Muchas de las leyes de RC recogen entre los principios del RC el de publicidad164. Sin duda,
la funció n registral, o jurídica, mencionada en el apartado 1, forma parte de la fe pú blica en el
sentido de acreditar frente a terceros – y frente a los poderes pú blicos - la verdad jurídica de
un determinado acto o hecho, o en general de acreditar el estado civil165.
El sentido en el que hay que interpretar la “publicidad” del RC es justamente este: el de
la prueba, ante el propio ciudadano, ante terceros o ante las autoridades, de los hechos que
constituyen el estado civil. Eso quiere decir que la “publicidad” no equivale en modo alguno a
“libre acceso por cualquiera a la informació n del RC”. La confidencialidad no significa que los
datos del RC sean y deban ser secretos: aparecen casi todos ellos reflejados en los
documentos de identificació n (nombre, apellidos, filiació n, lugar y fecha de nacimiento).
Quiere decir que las personas deben tener derecho a que nadie pueda ir al RC y obtener copia
de su certificació n: las personas son “dueñ as” de su informació n registral, que debe quedar
protegida frente a usos partidistas, comerciales o publicitarios.
Esta idea ha sido recogida adecuadamente por algunas leyes, estableciendo la confiden-
cialidad166, precisando que solo quien tenga interés legítimo puede solicitar y obtener certifi-

163
Má s allá de solemnes manifestaciones de dirigentes políticos, o de intervenciones de los altos responsables de los RC en
los foros internacionales: cuando se han producido, no han pasado de declaraciones de buenas intenciones, sin traducirse
en medidas concretas ni en la entrada de esta cuestió n en la agenda política.
164
En El Salvador el art. 2 de la ley transitoria de estado familiar y regímenes patrimoniales del matrimonio (decreto 496 del
añ o 1995) recoge la publicidad como uno de los cuatro principios del RC.
165
Las certificaciones, partidas, etc. del RC tienen cará cter de documento pú blico, con eficacia probatoria (como en general
de todos los demá s registros pú blicos como el registro de la propiedad, el registro mercantil, etc.). Por su presunció n de
veracidad y su carácter de documentos dotados de fe pú blica, determinan la existencia legal de las personas, su estado civil,
y las características de este (nombre, apellidos, filiació n, etc.).
166
En el Perú el art. 7 k de la ley RENIEC plasma el principio de confidencialidad: es funció n del RENIEC “Garantizar
la privacidad de los datos relativos a las personas que son materia de inscripció n”.
64 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

caciones167. En cambio en otros casos la regulació n no es del todo clara168 y existen normas en
donde prima en exceso la publicidad sobre la confidencialidad 169. Algunos países han intentado
equilibrar la publicidad y la confidencialidad: en Guatemala el RENAP puede dar toda la
infor- mació n salvo el lugar de residencia170.
Como regla general, para la constancia registral de las adopciones no rige el mismo
régimen de publicidad que las demá s menciones del RC, quedando sometidas a una regla
de confidencialidad171. Y en los casos concretos de registros especiales de niñ ez, la regla es
igualmente la confidencialidad172.
Esta indebida o excesiva publicidad del RC puede tal vez obedecer a la relació n entre RC
y registro electoral: la publicidad de este está más justificada (por lo menos en cuanto a la
exposició n de las listas) para permitir a los ciudadanos comprobar que pueden ejercer
correctamente su derecho al voto, o a los partidos políticos verificar la exactitud y no
manipulació n de las elecciones173. Esta relació n da lugar a que algunos principios colisionen:
por ejemplo en México se establece la confidencialidad de los datos del RENAPO 174, pero los
datos electorales que elabora el IFE con base en la informació n del RENAPO son pú blicos.
Existe un derecho general de los ciudadanos a la confidencialidad y a la prevenció n del
uso indebido de los datos del RC175. Este derecho comenzó a afirmarse para preservar los datos
que

167
Hay CC o leyes de RC que sí hacen esta importante precisió n, recogiendo una regla que por un lado facilita la solicitud de
informació n pero por otro lado limita el derecho a obtener certificaciones (expedició n de partidas) a quien acredite interés
legítimo como ejemplo, el art. 45 del CC de Chiapas (1938), en redacció n dada en 1982.
168
En Argentina el art. 22 de ley RENAPER (ley17.671) señ ala que “la informació n recogida en el Registro Nacional
de las Personas se considerará de interés nacional y su divulgació n estará limitada segú n el cará cter que adquiera la
misma. Aquellas cuya divulgació n o empleo no afecte intereses legítimos, se considerará n de carácter “pú blico”. En
cambio las que sí afecten intereses legítimos, se considerarán de carácter “reservado”. En Honduras el art. 95 del
Reglamento RNPN (1995) dice que toda persona puede pedir certificaciones del RC y que “se presume el interés
legítimo y el mandato para solicitar consultas, certificaciones y constancias”.
169
Ademá s del caso de El Salvador, en México el CC federal da derecho a pedir y obtener copias del RC: art. 48. En Panamá ,
salvo excepciones legales, el registro tiene cará cter abierto de forma que cualquier persona puede solicitar copia de los
documentos o certificació n de la informació n. En Bolivia el art. 2 d) del Decreto Supremo 24247 (1996), regulador del RC,
establece el principio de publicidad. La ley venezolana del registro pú blico y del notariado (2001), que se aplica a todos los
registros pú blicos, regula en su art. 13 el principio de publicidad. En el proyecto de ley orgánica de RC del añ o 2007
(art. 6) se recogía que el RC es pú blico.
170
La Ley de creació n del RENAP (decreto 90/2005),art. 6 j).
171
En muchos países la regla es que los adoptados menores de edad no pueden conocer, a través del RC, a su familia
bioló gica.
172
En Uruguay, donde el Có digo de la Niñ ez y Adolescencia (2004) establece el Registro de Informació n de Niñ os y
Adolescentes, se prevé la confidencialidad de los datos.
173
En Honduras la publicidad del censo nacional electoral está garantizada por la Constitució n (art. 56). Tambié n
en Guatemala se regula la publicidad del RC con fines de transparencia electoral: art. 120 de Ley de Registro Civil,
Identificació n y Cedulació n (LRCIC) de 1966.
174
El art. 83 RLGP establece la confidencialidad de los datos del RENAPO (que no es el RC – competencia de los Estados
– sino un registro con fines electorales y de identificació n).
175
Así lo recogen expresamente algunos países. Argentina lo garantiza en los está ndares de derechos de los ciudadanos ante el
RENAPER (“derecho a que sea respetada su condició n de confidencialidad en aquellos trámites que no revistan carácter
de pú blicos”): http://www.sgp.gov.ar/contenidos/onig/carta_compromiso/paginas/organismos/renaper.html
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |

los antiguos RC contenían sobre la raza, los orígenes (por ejemplo, descendiente de esclavos),
la filiació n (padre desconocido), etc. Hoy se refuerza en caso de adopció n, u otros. Pero no es
necesario que exista un caso de informació n sensible para poder establecer el principio general de
confidencialidad de los datos del RC, en un doble sentido: frente a los poderes pú blicos, pues les
queda prohibido cualquier tipo de utilizació n partidista o de otro tipo indebido de los datos
del RC; y también frente a particulares, en un doble sentido. Por un lado, porque como regla
general só lo las personas legitimadas o con un interés suficiente pueden acceder a los datos
registrales y obtener partidas o certificaciones. Y por otro frente a empresas o corporaciones,
que no deben poder acceder a datos de las personas con uso publicitario o comercial. Desde este
punto de vista, el temor – fundado o no – de los ciudadanos de que sus datos registrales puedan
ser consultados por terceros o usados por las autoridades con fines distintos de los meramente
registrales se convierte en un obstáculo al buen funcionamiento del RC y en un incentivo al
subregistro.
De forma que no debería existir ningú n problema de compatibilidad entre la publicidad del
RC y la confidencialidad de los datos de las personas, pues se trata de principios complementarios.
Sin embargo, hay ocasiones en donde el principio de confidencialidad no aparece con la suficiente
relevancia176.
El debate sobre la confidencialidad de los datos del RC ha dado paso a nuevos desarrollos,
relativos no ya a los datos registrales en sí mismos sino a la informació n contenida en otras
fuentes y bases de datos de los poderes pú blicos. Estas nuevas bases de datos genéticas, o de
informació n biométrica, no siempre están relacionadas directamente con el RC (suelen ser de
tipo policial, o gestionadas por las autoridades de inmigración al expedir pasaportes)177. Pero sí han
propiciado un debate sobre la potencial peligrosidad del exceso de informació n para la intimidad
de las personas y sobre el control que de las personas pueden tener los poderes pú blicos (y del
eventual mal uso de la informació n respecto de las características antropométricas, raciales,
culturales, etc.).

b) Las medidas de apertura del sistema registral a las minorías étnico-culturales y extranjeros
En relació n con la adaptació n del RC a las minorías culturales o indígenas, se han producido al-
gunos avances, pero aun insuficientes. Algunos países como Bolivia han emprendido iniciativas
interesantes tendentes a paliar el subregistro entre la població n indígena 178, como la de disponer
de la inscripció n gratuita a personas pertenecientes a pueblos indígenas indocumentados.

176
Por ejemplo cuando su regulació n concreta queda en manos del gobierno por vía reglamentaria en lugar de estar
prevista en la ley.
177
En algunos casos el origen está en circunstancias muy determinadas de la historia reciente de ciertos países (en Argentina,
la desaparició n de niñ os en la dictadura militar 1976-1983).

178 En 2004 el Decreto Supremo Nº 27915 dispuso la inscripció n gratuita en el Registro Civil
de todas aquellas personas indocumentadas, hombres y mujeres desde sus dieciocho añ os adelante,
sin límite de edad, que no hayan registrado su partida de nacimiento y que sean provenientes de los
Pueblos Indígenas, Originarios y Comunidades Campesinas de todo el país.
66 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

Uno de los desafíos má s pronunciados en esta materia es la prestació n de servicios de RC


en contextos de multiculturalidad, y el respeto a los valores y tradiciones en un marco de sistema
de RC que busca lograr la universalidad.
Entre los desafíos se puede considerar como factor que incide en el subregistro que las
normas registrales no admitan nombres, fonéticas o grafías indígenas 179. Ello implica una
exclusió n cultural (porque só lo un tipo de cultura, idioma y valores podían ser cauce de
exteriorizació n de las personas) y un distanciamiento de las minorías indígenas del RC. También
una eventual dualidad de realidades (la realidad indígena, en la cual la persona era conocida con
un determinado nombre, y firmaba documentos, o participaba en la vida colectiva, y la realidad
“oficial”, para la cual la persona no era esa sino otra, ya que en su certificació n de nacimiento, si
la tenía, figuraba un nombre distinto).
En los ú ltimos añ os, como consecuencia de ciertos cambios políticos, o del acercamiento
de los sistemas jurídicos de la regió n a la realidad indígena, se advierte una flexibilizació n de las
reglas de imposició n de nombres, que cabe considerar muy positiva desde el punto de vista de
combatir el subregistro entre las minorías étnicas o indígenas 180. Pero ello no es más que una
medida limitada: así no se consigue – por lo menos directamente – que acudan más indígenas o
minorías al RC sino que, una vez que lo hagan, tengan má s libertad para usar sus nombres.
Algunos países (Repú blica Dominicana181) tienen reglas especiales para la inscripció n del
nacimiento de los hijos de extranjeros, y otros (México182) han creado no normas registrales
distintas segú n la nacionalidad, pero sí un registro de població n especial para extranjeros
residentes, con fines de control migratorio.

179
Así lo señ alaba la Conferencia Regional Latinoamericana sobre el Derecho a la Identidad y Registro Universal de
Nacimiento (2007a: 3), incidiendo en el cará cter discriminatorio de la imposibilidad o dificultad para la inscripció n de
nombres indígenas o en lengua de origen.
180
Desde 2005 en Honduras el Reglamento de RNP (art. 48) permite “inscribir nombres aborígenes o derivados de voces
de pueblos indígenas y tribales”. En Bolivia la CNE intentó “incorporar el respeto a la identidad cultural”. En
Panamá el propio RC en su sitio web recoge una lista oficial de nombres que pueden ponerse a las personas, y dentro de
ella hay un listado de nombres indígenas, admitidos expresamente por el art. 44 de la ley del RC (ley 31 de 2006). En
Argentina existen intentos de flexibilizar las reglas sobre los nombres (en febrero de 2007 se presentó en el Senado un
proyecto de ley tendente a reformar la ley nº 18.248 de 1968 - que derogó la parte relativa al nombre y apellidos del
Decreto-ley de 1963 sobre Registro Civil, norma esta que había admitido expresamente los nombres de origen
indígena). En Chile la CONADI (Comisió n Nacional de Desarrollo Indígena) y la Direcció n Regional del RC de
algunas zonas de mayor presencia indígena está n incentivando que estas personas registren a los hijos con nombres
tradicionales indígenas en lugar de con nombres españ oles o anglosajones.
181
Existe un libro o registro especial para los extranjeros “no residentes” (o en situació n irregular). Ademá s, la ley de migració n
establece que los hijos de extranjeros “deberá n ser inscritos no en el RC sino en el consulado de su país”. Si el padre es
dominicano la inscripció n sí podrá realizarse en el RC ordinario.
182
El art. 87 de la Ley General de Població n regula el registro nacional, en el que se inscribirá : “A los mexicanos, mediante
el Registro Nacional de Ciudadanos y el Registro de Menores de Edad; y a los extranjeros, a travé s del Catá logo de
los Extranjeros residentes en la Repú blica Mexicana”. El art. 90 precisa que “el Catá logo de los Extranjeros residentes
en la Repú blica Mexicana se integra con la informació n de cará cter migratorio existente en la propia Secretaría de
Gobernació n”.
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |

10.CONCLuSIONES GENERaLES
En 1980 el primer diagnó stico de los sistemas de RC de la regió n pretendía “medir, a treinta
añ os de distancia, la velocidad, extensió n y tendencias del proceso de cambio en la esfera de RC
y EV” (IIN-FNUAP, 1982: 136) 183. El presente documento no es resultado de una investigació n
tan exhaustiva, ni pretende alcanzar conclusiones tan ambiciosas. Busca ser una actualizació n
de algunos datos ú nicamente relativos al marco legislativo, organizativo e institucional, para ver
qué condicionamientos y circunstancias de los sistemas de RC pueden ser un obstáculo para
el correcto funcionamiento del RC y puedan generar subregistro.
En aquél momento (1980) se constató que “los países han hecho muy escasos esfuerzos para
adoptar los principios y recomendaciones internacionales en materia de RC” (IIN-FNUAP
1982: 24) – subrayándose que los países habían estado representados en las reuniones
internacionales de las que habían emanado dichas recomendaciones, y que se habían
comprometido a aplicarlas. Pero tal cosa no se había producido.
A la fecha se han hecho esfuerzos de modernizació n legislativa, de inclusió n de las minorías
indígenas o étnicas en algunas políticas pú blicas, intentos de asegurar cierta independencia de
los sistemas de RC respecto del poder político y de los gobiernos (normalmente insertando el
RC en el seno del poder electoral), de gratuidad de las inscripciones en el RC, etc. En efecto: el
DI parece estar asentándose en algunas constituciones (Perú , Argentina indirectamente, Bolivia
en proyecto); varios países (Panamá, Venezuela en proyecto) han reformado en todo o en parte
sus leyes de RC; la situació n institucional del RC ha mejorado igualmente (sobre todo por la
creació n, en los ú ltimos añ os, de ó rganos de RC con un cierto nivel de independencia); las
normas de RC se adaptan en algunos aspectos a la realidad de las minorías étnico-culturales; la
gratuidad de las inscripciones (que no del RC en su conjunto) se va imponiendo; se
establecen técnicas de monitoreo y supervisió n del RC; y los gobiernos llevan a cabo cada vez más
campañ as de concienciació n y de registro.
Todas estas son medidas que representan mejoras en la situació n institucional y legal de
los sistemas de RC, y así lo han puesto de manifiesto los diagnó sticos más recientes (IFES
2007: 4, y en menor medida Peres Velasco 2007: 253-255) 184. Por lo tanto, se puede afirmar
que la situació n ha cambiado desde el diagnó stico de 1980. Entonces, se dijo que los sistemas
de RC estaban “estáticos” (IIN-FNUAP 1982: 136), mientras que ahora sí se han producido
transformaciones.
Sin embargo, estas mejoras y transformaciones no han ido en paralelo con las demandas
sociales, con la democratizació n de la regió n, y con la mejora en el respeto a los DDHH. Algu-

183
La referencia temporal se tomaba de una encuesta mundial sobre RC realizada en 1950 por la Oficina de Estadística de
las NU (su resultado se publicó en 1955 en el Manual de Métodos de Estadísticas Vitales, Serie F, nº 7)
184
Y, segú n Plan Internacional (2007: 19), han dado lugar a éxitos parciales en la lucha contra el subregistro. En realidad
alguna de estas medidas no es uná nimemente considerada como positiva: Acosta y Burstein (2006: 45, 48) sostienen que
la “electoralizació n” del RC (dependencia del poder electoral o del ó rgano electoral) tiene inconvenientes.
68 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

nas variables y políticas que se han traducido en cambios positivos 185 deberían haberse reflejado
en una reducció n sensible de la tasa de subregistro y un mejor funcionamiento de los
sistemas de RC. Sin embargo esto no ha sido así, lo cual pone de manifiesto o bien que las
medidas concretas y unilaterales no son suficientes por sí mismas para combatir el subregistro, o
bien que las causas son de otro tipo (estructurales, culturales, etc.). Si las políticas de los
ú ltimos veinte o veinticinco añ os no han dado el fruto esperado (no se han materializado en
reducciones per- ceptibles de la tasa de subregistro) puede ser porque estaban mal
orientadas, en el sentido de que só lo afectaban a una de las causas o elementos del subregistro, o
porque, aun estando bien orientadas o concebidas, estaban insuficientemente financiadas, o
porque los esfuerzos de las campañ as no tenían continuidad en el tiempo. Segú n se ha
apuntado, no se ha pretendido o se ha tenido éxito en la resolució n de causas estructurales
(como por ejemplo la concepció n del RC como forma de financiació n del poder pú blico, la
corrupció n registral o electoral, los intereses burocrá ticos, la politizació n del sistema
electoral y por tanto del RC, etc.).
El cumplimiento parcial de las recomendaciones internacionales, con las relativas mejoras
institucionales y legislativas por ejemplo en materia de gratuidad, o de modernizació n legislativa,
o de campañ as destinadas a minorías, no parece haber sido suficiente para reducir de manera
sensible el nivel general de subregistro y mejorar el funcionamiento de los RRCC.
Las políticas llevadas a cabo hasta ahora, teniendo elementos sin duda positivos (gratuidad,
relativa independencia del RC respecto de los gobiernos, incorporació n de tecnología, campañ as
de registro entre las poblaciones indígenas o rurales, etc.) no se han traducido en los resultados
que los gobiernos decían perseguir: la eliminació n del subregistro y el buen funcionamiento
del RC. ¿La razó n? Por ser estas políticas insuficientes o cíclicas (falta de voluntad política),
por fijarse só lo en uno de los elementos que causan subregistro (falta de visió n integral del
problema186), por perseguir intereses políticos espurios, por no estar basadas en una concepció n
moderna e inclusiva de los derechos (perspectiva de derechos), por incapacidad institucional de
implementar una política determinada con inversió n continuada en el tiempo (con, por ejemplo,
mecanismos de monitoreo y supervisió n), por no estar suficientemente financiadas187, etc.

185
Por ejemplo mejoras y actualizaciones en el marco institucional, o esfuerzos por mejorar la independencia de los oficiales
de RC (particularmente en aquellos sistemas en los que el RC está integrado en el poder u organizació n electoral, que
suelen requerir un cierto nivel de independencia respecto del poder ejecutivo), o el aumento del porcentaje de nacimientos
en hospitales.
186
O falta de verdadera conciencia de las complejidades e interdependencias de los factores que causan subregistro.
187
Entendiendo por suficientemente financiadas la voluntad de dejar de considerar el RC como una fuente de ingresos (el
RC no debe perseguir la rentabilidad econó mica, y debe ser tan deficitario como cualquier otra política pú blica de sanidad
o de educació n), así como además la voluntad de destinar más recursos presupuestarios a la reforma del RC. Se trata de
ingresar menos por RC y de gastar má s en RC: cualquier política de mejora de RC, y de combatir el subregistro, a coste
cero es ilusoria e inviable. Es imposible. Y el gasto en RC, cuando el RC es imparcial y no se utiliza con fines electorales,
no da votos a los políticos (simplemente permite que todas las personas tengan identidad legal y estén en condiciones
de ejercer con plenitud sus derechos). Es un gasto sin rentabilidad ninguna: sin rentabilidad econó mica, por supuesto, y
sin rentabilidad electoral inmediata. La adecuada consideració n del RC como un servicio pú blico que es y debe ser deficitario
dificulta su consideració n por los gobernantes como una prioridad política.
III. Condicionamientos institucionales, legislativos y administrativos |

Desde hace añ os que se dice188 que la evolució n del RC iba por detrás de las necesidades
sociales, teniendo como consecuencia la incapacidad del RC para cumplir su papel
como instrumento de mejora social y de reducció n de desigualdades. Al cabo de grandes
transformaciones sociales, culturales, constitucionales, y en un momento histó rico claramente
má s favorable desde el punto de vista de la democracia y de los DDHH 189, lo constatado hace
tres o cuatro décadas sigue siendo vá lido en lo esencial190.
Al concentrarse en las causas concretas del inadecuado aun funcionamiento del RC y del
subregistro, y partiendo por tanto de la constatació n generalizada de la falta de voluntad política
para hacer del RC y de la lucha contra el subregistro una prioridad de gobierno, existe un
alto nivel de coincidencia entre varios diagnó sticos y opiniones de autores o de estudiosos:
las causas son bien conocidas y están relativamente claras (pero son complejas e
interrelacionadas, y abordarlas requiere de una visió n integral, lo cual no siempre se da). En lo
relativo al marco legislativo o institucional u organizativo, los principales obstáculos para el buen
funcionamiento del RC, y generadores de subregistro, son los siguientes:
■■ Antigü edad y dispersió n de la legislació n, tanto sustantiva (có digo civil) como registral
o procedimental (leyes de RC). Sería conveniente llevar a cabo modificaciones o
actualizaciones [pero esta característica de antigü edad y dispersió n no está generalizada
– de hecho ha mejorado bastante en las ú ltimas décadas – y só lo con las reformas
o actualizaciones no se suele conseguir automáticamente una mejora del RC y una
disminució n del subregistro].
■■ Insuficiente difusió n y conocimiento de las funciones del RC (en particular
la inscripció n de los nacidos) y su utilidad: en muchos países con elevada població n
rural o indígena no es suficiente la simple y habitual publicació n en los diarios
oficiales de leyes y reglamentos.

■■ Insuficiente coordinació n entre las oficinas de RC entre sí (sobre todo con el archivo
o registro central) y con otros sectores, de la acció n pú blica (sanidad, educació n).
Insuficiente regulació n de los mecanismos obligatorios de coordinació n (así como
insuficientes mecanismos de verificació n de su funcionamiento)

■■ Exceso de focalizació n del RC respecto de la funció n de identificació n y respecto del


sistema electoral (lo cual conduce a disfunciones y a politizar un servicio pú blico como
el RC que no tendría por qué estar politizado). La “electoralizació n” del RC introduce
distorsiones en la conceptualizació n del RC por los gobernantes.

188
Gaete (1964: 431), IIN-FNUAP (1982: 142).
189
Fin de las dictaduras, fin de las guerras (sobre todo en Centroamérica), mejoría general en el disfrute de los DDHH – no
así en la reducció n de las desigualdades sociales y econó micas.
190
Se podría argumentar que viniendo desde tan atrás (dictaduras, falta de DDHH, desigualdad, atraso econó mico,
marginalidad de los grupos étnicos y culturales, etc.) los países de la regió n no estaban en condiciones reales de construir
sistemas de RC que acabasen con el subregistro, ni de terminar en dos décadas con una situació n generalizada que arranca
de muchísimos añ os atrá s. Pero sería un argumento demasiado complaciente.
70 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

■■ Falta de independencia real del RC respecto del poder ejecutivo, de los políticos, y de los
gobernantes en general, aunque institucionalmente el RC sea un ó rgano independiente,
no partidista e imparcial.
■■ Regulaciones concretas que obstaculizan frontalmente la reducció n del subregistro,
perpetuá ndolo (por ejemplo.: exigencia de que los padres que acuden a registrar
tardíamente a su hijo acrediten a su vez su propia identidad por cédula o certificació n
registral, lo cual, si carecen de ella, perpetú a el subregistro intergeneracional).
■■ Exceso de procedimientos y trámites burocráticos que, por su relativa sencillez, no
lo requerirían (incluye la necesidad de acudir a un proceso judicial para rectificar
asientos o inscripciones, o para inscripciones tardías).
■■ Debilidad y falta de capacidad administrativa y organizativa para gestionar con eficiencia
el servicio (debido a muchos factores como el déficit de inversiones pú blicas, la
inexistencia de controles de calidad del servicio, la escasa vigilancia y supervisió n de
los máximos responsables del RC).
■■ Inexistencia (o grandes deficiencias en la misma) de una carrera profesional de
registradores u oficiales de RC cualificados y razonablemente pagados. La falta de
estabilidad laboral y de retribució n suficiente provoca que una dependencia del poder
ejecutivo o de los partidos, obstaculizándose su labor imparcial, provocando desinterés
respecto al servicio (o que busquen completar sus ingresos de manera irregular,
percibiendo cantidades añ adidas no previstas en la ley).
■■ Falta de adaptació n (o de proximidad) del RC – en su legislación, organizació n y
funcionamiento – a situaciones de multiculturalidad y de minorías étnicas.
■■ Falta de mecanismos de monitoreo y supervisió n del sistema de RC, para que los
gobernantes tengan datos de la realidad y la eficacia de su funcionamiento.
■■ Excesivo costo (econó mico, pero también de tiempo o de desplazamiento) de la
inscripción para los sectores desfavorecidos, rurales, indígenas, etc. El ejercicio de los
derechos (como es el DI, o el derecho a registrarse) no debería representar ningú n tipo
de costo.
■■ Las campañas de concienciación, de registro, de atenció n especial a las poblaciones
indígenas, etc. se han concebido como meramente coyunturales, careciendo de
perspectiva de sostenibilidad. Una vez finalizadas, se retorna a la normalidad y a la
situació n que histó ricamente ha generando subregistro. Este esfuerzo carecía de
continuidad o era meramente “de campañ a”, sin plantearse la reforma de las estructuras,
leyes y circunstancias que generan subregistro.
■■ No tener en cuenta, en la elaboració n de las normas de RC y en el diseñ o organizativo
del RC, la llamada “perspectiva de derechos”, que puede hacer que la política de RC
vea el registro, y el DI, como una obligació n del ciudadano (y que se castigue su
cumplimiento tardío o su incumplimiento) y no como un derecho pleno que debe ser
satisfecho y suministrado por los poderes pú blicos.
|

IV. FUENTES

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72 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

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 Ortega, Felix (2002): Diagnostico Integral. Reforma Integral del Sistema Nacional de Registro
Civil, Pronagob-CNE, La Paz, Bolivia.
 Palac, Tad (2007): “La importancia de las estadísticas vitales para el análisis demográfico y
las políticas pú blicas”, en 10º Encuentro Interinstitucional de la Oficina Nacional de Estadística,
Santo Domingo (Rep. Dom.).

 Plan Internacional (2007): Campaña universal para la inscripción universal de nacimientos.


Informe provisorio de la campaña 2005-2006, http://www.plan.org.co/registro/documentos/
Ú LTIMO_INFORME_MUNDIAL_SOBRE_REGISTRO_CIVIL_opt.pdf

 Peres Velasco, Antonio (2007): ¡Hazme visible! Diagnostico sobre el Registro de Niñas y Niños
en América Latina, Plan Internacional, Managua

 Portillo, Mazerosky H. (2003): La organización y funcionamiento del Registro del Estado Civil
en Venezuela (http://www.monografias.com/trabajos15/registro-civil/registro-civil.html)
74 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

 PUICA - OEA (2007): Un primer acercamiento a la identificación de criterios para los sistemas
de registro civil

 Roca Serrano, Eliana (2006): El derecho a la identidad en el registro civil de Bolivia, El


País, Santa Cruz de la Sierra.

 Sajó n, Rafael (1964): Legislación sobre registro civil en los países latino americanos, IIN,
Montevideo

 Sajó n, Rafael (1977): Estado actual de la legislación del registro civil en América Latina, OEA
– Instituto Interamericano del Niñ o, Montevideo.

 Szreter, Simon (2007): “The Right of Registration: Development, Identity Registration,


and Social Security - A Historical Perspective”, World Development vol. 35, issue 1, pá gs. 67
a 86 [una versió n abreviada se publicó en History & Policy, policy paper 53, marzo 2007,
http://www.historyandpolicy.org/archive/policy-paper-53.html]

 UNICEF (2002): El registro de nacimiento. El derecho a tener derechos, Innocenti Digest nº 9

 Unidad de Promoció n de la Democracia – OEA (s.f.): Planteamiento de solución para los


servicios de los registros civiles, Washington D.C.
|

V. ANEXOS: NORMaTIvIDaD

E
sta secció n se enfoca en la normatividad que regula a los sistemas de registro civil e
identificació n en cada uno de los países latinoamericanos. Se presenta la regulació n
en cada Estado, en orden alfabético, desde el derecho internacional, pasando por la
constitució n y terminando con las leyes y reglamentos. Dentro del derecho internacional,
cada país ha ratificado una serie de tratados que pueden tener alguna relevancia para el tema
del registro (como los mencionados en el capítulo sobre el derecho a la identidad). Sin
embargo, en este estudio se ha enfatizado en dos cuerpos jurídicos: la Convenció n sobre los
Derechos del Niñ o de 1989 y la Convenció n Americana sobre Derechos Humanos de 1969. La
primera es importante porque incluye el derecho a la identidad, así como el derecho al
registro, a la nacionalidad y al nombre para todos los menores de 18 añ os. La segunda, además de
proteger una serie de derechos relacionados, es fundamental en la regió n debido al Sistema
Interamericano de los Derechos Humanos que permite su interpretació n de acuerdo a casos
concretos.
La secció n sobre las constituciones refiere a todos los derechos que tienen importancia para
el sistema de registro e identificació n, así como otros aspectos de ciudadanía, determinació n
de nacionalidad y naturalizació n, y, si los hubiese, estructura orgánica del sistema de registro y
rango e interpretació n de los tratados internacionales.
En la secció n de leyes y reglamentos se han buscado las leyes más concretas sobre la
materia. Siendo que una serie de aspectos del sistema de registro civil vienen siendo normados,
en la mayoría de los países de la regió n, desde el fin de la época colonial (por ejemplo, por
medio de có digos civiles), y que ha sufrido una serie de transformaciones, existen una serie
de leyes regulan aspectos del mismo. Desde el có digo civil, pasando por có digos sobre el
niñ o y el adolescente, hasta leyes y reglamentos del sistema de registro, leyes generales para
regular a las municipalidades y leyes “puntuales” como aquellas referidas al nombre.
Asimismo, en cada norma mencionada se presenta los elementos más llamativos de cada
Estado en funció n a los criterios (ej. Gratuidad del registro de nacimiento, desjudiciliazació n,
multiculturalidad, etc.), así como otros factores que permiten distinguir la singularidad del
sistema en cada país; como provisiones no contempladas en la mayoría de leyes en otros
países. Cabe mencionar que no se han incluido ordenanzas municipales, sino aquella
normatividad que, en principio, regularía a las mismas y que mantienen una serie de
“lineamientos” comunes para todas las municipalidades. Lo mismo se ha hecho frente a países
federales para evitar complicar demasiado este intento de “panorama” jurídico con las leyes de
cada estado, presentando algunos ejemplos si hay diferencias importantes de notar. Cabe recalcar
que muchas leyes involucran aspectos financieros, logísticos, de comunicació n multisectorial y
de procedimientos, entre otros, que rigen el funcionamiento de los sistemas de registro.
76 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

Finalmente, cabe aclarar que este estudio no tiene intensió n valorativa respecto a la
normatividad de cada país. Se trata de una “fotografía” de las leyes sobre la materia de registro
civil en cada país, de forma resumida; informació n que se considera conveniente presentar
para la integralidad de este documento. La visió n general de cada sistema de registro permite
entender la complejidad de cada uno así como opciones de legislació n a tomar en cuenta
frente a temas concretos que pueden ser de utilidad ante la realidad de otros países.
V. Anexos – Argentina |

ARGENTINA

DERECHO INTERNaCIONaL
Argentina ratificó la Convenció n sobre los Derechos del Niñ o 191 así como la Convenció n Ame-
ricana sobre Derechos Humanos.

DERECHO CONSTITuCIONaL

En la Constitució n Nacional de la Repú blica Argentina de 1994192, el artículo 43 faculta a los


ciudadanos a interponer una acció n de amparo, si no hay otro medio judicial, en pos de conocer
los datos de la persona —y de su finalidad, que consten en registros o bancos de datos pú blicos—
entre otro tipo de registros. El mismo artículo permite exigir la —supresió n, rectificació n,
confidencialidad o actualizació n— de la informació n en caso de falsedad o discriminació n.
De acuerdo al artículo 75 es responsabilidad del Congreso respetar la identidad de los pue-
blos indígenas, así como reconocer su preexistencia cultural y étnica. Asimismo, que los tratados
internacionales tienen jerarquía superior a las leyes y, los instrumentos de derechos humanos 193,
tienen jerarquía constitucional y son complementarios a los derechos presentes en la Carta
Magna. É stos pueden ser denunciados pero con previa aprobació n de las dos terceras partes del
total de los miembros de la Cá mara.

LEYES Y REGLaMENTOS
De acuerdo al Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas, Decreto Ley 8204 del
27 de Septiembre de 1963194, las inscripciones sobre el estado civil y la capacidad de las perso-
nas se inscriben en los registros de las provincias y en los de la Nació n. En los lugares donde
no hubiese oficial de registro, se puede asignar a algú n funcionario del lugar. Estos registros se
hacen dobles, incluido el registro de incapacidad. Administrativamente, se pueden solicitar otro

191
Aprobado por el Estado argentino por medio de la ley 23.849 del 22 de noviembre de 1990.
192
Convenció n Nacional Constituyente, ciudad de Santa Fe, 22 de agosto de 1994.
193
La Constitució n menciona específicamente a los siguientes tratados: “La Declaració n Americana de los Derechos y Deberes
del Hombre; la Declaració n Universal de Derechos Humanos; la Convenció n Americana sobre Derechos Humanos; el
Pacto Internacional de Derechos Econó micos, Sociales y Culturales; el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
y su Protocolo Facultativo; la Convenció n sobre la Prevenció n y la Sanció n del Delito de Genocidio; la Convenció n
Internacional sobre la Eliminació n de todas las Formas de Discriminació n Racial; la Convenció n sobre la Eliminació n
de todas las Formas de Discriminació n contra la Mujer; la Convenció n contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles,
Inhumanos o Degradantes; la Convenció n sobre los Derechos del Niñ o.”
194
Con las reformas de las leyes 18248, 18327, 20751, 22159, 23515,23776 y 24540.
78 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

tipo de libros de registro. Un libro se mantiene en el lugar del registro y la copia “en un lugar
diferente”. Posteriormente, la ley indica que una copia se deberá remitir al fichero centralizado
del Registro Nacional.

En caso de extravío o destrucció n total o parcial del registro o de su copia, la Direcció n se


encargará de conseguir copia del ejemplar sobreviviente, avisará al juez competente en caso de
no existir copia del ejemplar, “sin perjuicio de lo cual dispondrá de todas las medidas tendientes
a la reconstrucció n de las inscripciones destruidas o extraviadas utilizando para ello las pruebas
que constaren registradas en las reparticiones pú blicas o privadas.” “Así mismo se publicaran las
feas correspondientes a los ejemplares destruidos o extraviados de modo tal aquellos interesados
o sus derechohabientes puedan colaborar en la tarea de reconstrucció n aportando los datos que
obraren en su poder.”
Respecto a la confidencialidad de la informació n, el artículo 9 exige que, en caso de terceros,
se debe acreditar interés legítimo por conocer la informació n registral, quedando en responsa-
bilidad del oficial de registro la destrucció n o pérdida de la misma.

En el libro de nacimientos se inscribe todos los que ocurran en el territorio, los ordenados
por juez competente y los que sucedan en buques o aeronaves de bandera argentina y se deberán
hacer dentro de cuarenta días. Hasta el término de seis añ os pasados los cuarenta días, la Direc-
ció n General podrá solicitar la inscripció n pero con causas justificadas y con intervenció n del
Ministerio Pú blico. Pasados los seis añ os, se requiere resolució n judicial.
30.- Están obligados a solicitar la inscripción del nacimiento:

1° El padre o la madre y a la falta de ellos el pariente mas cercano que exista en


el lugar o la persona a cuyo cuidado hubiera sido entregado el recién nacido.

2° Los administradores de hospitales, hospicios, cárceles, casas de huérfanos u otros


establecimientos análogos, públicos o privados, respecto de los nacimientos ocurridos
en ellos, en caso de que las personas indicadas en el inciso 1° no lo hicieren.

3° Toda persona que hallare a un recién nacido o en cuya casa se hubiere expuesto, en
estos casos, las personas indicadas tendrán obligación de presentar las ropas y demás
objetos hallados.

4° La autoridad encargada de llevar el registro de los hechos ocurridos a bordo y a


que se refiere el inciso 3° del articulo 27, mediante copia de la inscripción que deberá
hacerse llegar al Registro dentro de los 5 días hábiles posteriores al arribo.

Si el nacido es un hijo extramatrimonial, no se inscribe el nombre de los padres, salvo reco-


nocimiento. En caso de nacido muerto o que naciera con vida pero muriese inmediatamente, se
inscriben el nacimiento y la defunció n.
El Registro Nacional de las Personas, creado por ley 13.482, es un organismo autá rquico
y descentralizado, con sede en la Capital Federal y “mantendrá sus relaciones con el Poder
Eje-
V. Anexos – Argentina |

cutivo, por intermedio del Ministerio del Interior.” Esta institució n está regulada por la Ley
17.671 del 18 de noviembre de 2005 y está encargada de la inscripció n e identificació n y la
actualizació n de los hechos y actos. Esta informació n deberá ser proveída al Gobierno Nacional
para establecer la “política demográfica”, para la “administració n del potencial humano” y para
el trabajo estadístico. El nú mero de inscripció n de las personas es uno e inmutable.

Artículo 9.- La identificación se cumplirá ante la oficina seccional correspondiente


al lugar donde se domicilie la persona mediante el testimonio de su nacimiento,
fotogra- fías, impresiones dactiloscópicas, descripciones de señas físicas, datos
individuales, el grupo y factor sanguíneo dejando expresa constancia de cuáles son los
datos consigna- dos, por declaración jurada, a los efectos de su agregado al legajo de
identificación.

Posteriormente al nacimiento, se realizará la primera actualizació n de la informació n cuan-


do la persona esté en “edad escolar” “momento en el cual se requerirá su fotografía e impresió n
dígitopulgar derecho o de otro dedo por falta de éste para ser insertos en el documento nacional
de identidad.” Luego se procederá a la actualizació n cuando la persona cumpla los dieciséis y allí
se le entregará el documento nacional de identidad. La ú ltima actualizació n se hará al
cumplir los treinta añ os. En estos procesos, se requiere los certificados de escolaridad. Son
responsabi- lidades del registro:

a) Protocolizar y archivar la documentación de estado civil de los extranjeros que se


radiquen en el país, pudiendo devolver dicha documentación original cuando el re-
currente justifique en forma fehaciente, a juicio de la Dirección Nacional, que aban-
dona definitivamente el país. De dichos documentos expedirá las reproducciones que
se le soliciten, de acuerdo con las tasas vigentes;

b) Registrar la inscripción de los nacimientos, matrimonios y fallecimientos, de


acuerdo con las comunicaciones recibidas de las oficinas seccionales o consulares co-
rrespondientes;

c) Registrar los cambios de domicilios e inhabilitaciones producidos a los efectos de


su remisión a las secretarías de registro de enrolados para la actualización de los
padrones nacionales;

d) Realizar las rectificaciones de nombres o de cualquier otro dato en que se hubiere


incurrido en error, previa presentación del peticionante de su documentación habi-
litante en regla;

e) Registrar todos aquellos antecedentes relacionados con la educación, profesiones,


especialidades técnicas adquiridas, cursos de perfeccionamiento realizados y todo otro
dato vinculado con esa materia;

f ) Registrar a solicitud del ciudadano que acredite la calidad de ex combatiente de


la Guerra de Malvinas la leyenda: “Ex combatiente, héroe de la guerra de las Islas
Malvinas”;
80 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

g) Registrar, a solicitud del ciudadano, tipo, factor y grupo sanguíneo, acreditándolo


con certificado médico.

Asimismo, al Registro Nacional de las Personas le compete, por vía administrativa, resolver
los asuntos de doble identificació n, falsedad de la misma o toda otra forma de infracció n.
Cualquier autoridad u organizació n pú blica o privada que conozca de este tipo de hechos
debe dar a conocerlo al Registro Nacional. Este mismo decreto ley considera a la informació n
registral como de “interés nacional” (art. 22) por lo que se debe limitar su divulgació n,
considerando de cará cter reservado la que afecte intereses legítimos. Por lo mismo, toda
autoridad nacional, provincial o comunal debe cooperar con el Registro nacional. Esto incluye
a las autoridades judiciales para poder tener acceso a la fuerza pú blica en caso de
comparecencia de personas o para “diligencias propias de sus funciones.” Se establece una
pena privativa de libertad de uno a cuatro añ os al funcionario que ilegítimamente revele
informació n reservada o secreta “relacionadas con la identificació n de las personas.” La ley
establece una serie de multas y penas privativas de libertad para los funcionarios de
registro en los siguientes casos:
Artículo 32.- Será reprimido con una multa cuyo importe no será inferior al
equi- valente diez (10) tasas ni superior a cien (100) tasas o prisión de un (1)
mes a un
(1) año:

a) El facultativo o funcionario que expidiera certificado de defunción sin cumplir los


extremos fijados en el artículo 46 de esta ley, siempre que de ello no resulte un hecho
más severamente penado;
b) El funcionario o empleado que por negligencia extraviare o no rindiere cuenta sa-
tisfactoria y oportunamente de cualquier documento nacional de identidad confiado
a su custodia;
c) El funcionario que en oportunidad de su alejamiento transitorio o definitivo
de sus funciones no entregare a su reemplazante, bajo recibo detallado, los
documentos nacionales de identidad confiados a su custodia;
d) Al funcionario que demorare ilegítimamente la identificación de una persona o la
comunicación o remisión de documentos que por disposición de esta ley deba cumplir;
c) El funcionario que no denunciare oportunamente a la autoridad competente cual-
quier infracción a la presente ley.

Régimen de Identificació n para los Recién Nacidos. Ley Nº 24.540. Cabe mencionar esta
ley que establece los sistemas de identificació n de los recién nacidos por parte del personal
médico de cualquier tipo de establecimiento de salud. Se aplica para todos los niñ os, nacidos
vivos o muertos, y que establece protocolos de identificació n física. La identificació n se hace
en ficha ú nica, numerada por el Registro Nacional de las Personas, en tres ejemplares con la
informació n de la madre y del niñ o (una para el Registro), se deja constancia si la madre no tiene
“documento que acredite su identidad”
V. Anexos – Argentina |

Artículo 15º. Cuando el nacimiento no acontezca en un establecimiento médico asis-


tencial, la identificación de la madre y el niño deberá hacerse en ocasión de la inscrip-
ción del nacimiento en el Registro Civil si se realiza dentro de los plazos legales.
Artículo 16º. Las provincias que tengan vigente un sistema de identificación de re-
cién nacidos, continuarán con el mismo hasta tanto se implemente la presente ley.
31. El hecho del nacimiento se probará con el certificado del médico u obstétrica y con
la ficha única de identificación.
Artículo 19º. (Sustitúyase el artículo 242 del capítulo II del título II de la sección II
del Libro 1 del Código Civil por el siguiente:242.) La maternidad quedará estable-
cida, aun sin reconocimiento expreso, por la prueba del nacimiento y la identidad
del nacido. La inscripción deberá realizarse a petición de quien presente un
certificado del médico u obstétrica que haya atendido el parto de la mujer a quien se
atribuye la maternidad del hijo y la ficha de identificación del recién nacido. Esta
inscripción de- berá serle notificada a la madre salvo su reconocimiento expreso, o que
quien hubiese denunciado el nacimiento fuere el marido.
Ley de Protecció n Integral de los Derechos de las Niñ as, Niñ os y Adolescentes. Ley 26.061
del 28 De Septiembre De 2005. Esta ley establece la aplicació n de la Convenció n sobre los
Derechos del Niñ o, institucionalizando el interés superior del niñ o, el derecho a la identidad
(la ley reconoce dentro de este derecho los de nombre, nacionalidad, lengua de origen, filiació n,
cultura, preservació n de las relaciones familiares).
El artículo 12 estipula la garantía de procedimientos rápidos y sencillos para el registro, de
forma gratuita, de los recién nacidos “estableciendo el vínculo filial con la madre”. El artículo 13
garantiza el derecho a la documentació n de los niñ os, adolescentes y madres indocumentadas.
Asimismo, se crea la Secretaría Nacional de la Niñ ez, Adolescencia y Familia para conseguir los
objetivos de esta ley.

Identificació n, Registro y Clasificació n del Potencial Humano Nacional. Ley 25.819


de diciembre de 2003. Esta ley establece la inscripció n tardía por medio de la presentació n
del certificado médico de parte de institució n de salud pú blica, de testigos, cada uno con su
documento de identidad, y certificado “negativo” de inscripció n de nacimiento para solicitar la
inscripció n de nacimiento. Posteriormente, se entregará documento nacional de identidad el
cual deberá ser gratuito. No se cobrará tasa, multa o carga fiscal alguna.
8

BOLIVIA

DERECHO INTERNaCIONaL
Bolivia ha ratificado la CDN (1990) y la Convenció n Americana sobre Derechos Humanos
(1979).

DERECHO CONSTITuCIONaL
La Constitució n Política de la Repú blica de Bolivia data de 1967, con reformas en los añ os
1994, 2002, 2004 y 2005195. Su art. 6.1 establece que “Todo ser humano tiene personalidad y
capacidad jurídica, con arreglo a las leyes. Goza de los derechos, libertades y garantías recono-
cidos por esta Constitució n, sin distinció n de raza, sexo, idioma, religió n, opinió n política o de
otra índole, origen, condició n econó mica o social, u otra cualquiera”.
La ú nica referencia RC – en este caso a la inscripció n consular del nacimiento - esta en el
art. 36, referido a la adquisició n de la nacionalidad: “Son bolivianos de origen: 1. Los nacidos
en el territorio de la Repú blica, con excepció n de los hijos de extranjeros que se encuentren
en Bolivia al servicio de su gobierno: 2. Los nacidos en el extranjero de padre o madre
bolivianos por el solo hecho de avecindarse en el territorio nacional o de inscribirse en los
consulados”.
El art. 220 se refiere al registro electoral (“Son electores todos los bolivianos mayores de
dieciocho añ os de edad, cualquiera sea su grado de instrucció n y ocupació n, sin más requisito
que su inscripció n obligatoria en el Registro Electoral”).
Indirectamente, el art. 23.1, relativo al habeas data, menciona los datos de los registros
pú blicos: “Toda persona que creyere estar indebida o ilegalmente impedida de conocer, objetar
u obtener la eliminació n o rectificació n de los datos registrados por cualquier medio físico,
electró nico, magnético, informá tico en archivos o bancos de datos pú blicos o privados que
afecten su derecho fundamental a la intimidad y privacidad personal y familiar, a su imagen,
honra y reputació n reconocidos en esta Constitució n, podrá interponer el recurso de “Habeas
Data” ante la Corte Superior del Distrito o ante cualquier Juez de Partido a elecció n suya”.
Finalmente, el marco organizativo del RC se menciona en la parte electoral. Segú n
el art. 225, “Los ó rganos electorales son: 1º. La Corte Nacional Electoral; 2º. Las Cortes
Departamentales; 3º. Los Juzgados Electorales; 4º. Los Jurados de las Mesas de Sufragios;
5º. Los Notarios Electorales y otros funcionarios que la Ley respectiva instituya” (el art. 226
garantiza la autonomía, independencia e imparcialidad de los ó rganos electorales)196.

195
Actualmente esta pendiente de ser refrendada la nueva Constitució n, aprobada por la Asamblea Constituyente en diciembre
de 2007.
196
La Constitució n no dispone que el RC sea competencia de los ó rganos electorales: ello se establece a nivel legislativo.
V. Anexos – Bolivia |

LEYES Y REGLaMENTOS197
El Registro del Estado Civil de las Personas se creó en 1898 (ley del RC de 26 de Noviembre),
pero buena parte de sus previsiones no entraron en vigor hasta 1940, cuando se crearon las
oficialías de estado civil: hasta entonces el RC lo gestionaba la Iglesia o los notarios. En 1940
se creó la Direcció n General del Estado Civil, dentro del Ministerio del Interior y de Justicia.
Entre 1942 y 1943 se reglamenta el servicio de RC, en normas que estuvieron vigentes hasta
1981. En este periodo los funcionarios del RC no tenían estabilidad, debido a la politizació n, y
el cargo de oficial de RC – retribuido por arancel – era comprado y vendido.
En 1992 se transfirió la gestió n del RC a la Corte Nacional Electoral. Ello supuso la principal
transformació n en el RC en el siglo 20. Ello fue seguido por la ley Nº 1884 de 12 de agosto
de 1998 sobre el Servicio Nacional de Registro Civil. El Có digo Electoral de 1999 volvió a
reajustar la organizació n del RC dentro de la CNE y de las cortes electorales departamentales.
Siguen vigentes las leyes de RC de 1898 (que ha ido reformándose a lo largo de los añ os), así
como las leyes de la década de 1990 (electoralizació n, ley electoral, servicio nacional de RC).

El servicio de Registro Civil es administrado por la Corte Nacional Electoral y las Cortes
Departamentales Electorales como ó rganos directivos, y por la Direcció n Nacional de
Registro Civil, las Direcciones Departamentales de Registro Civil y los Oficiales de Registro
Civil como ó rganos operativos.

La Corte Nacional Electoral es la má xima autoridad del RC y ejerce jurisdicció n nacional.


Le corresponde dirigir la organizació n y funcionamiento del servicio del Registro Civil. Las
Cortes Departamentales Electorales son los ó rganos encargados de dirigir y administrar el
servicio en el departamento de su jurisdicció n de acuerdo con las políticas y lineamientos
trazados por la Corte Nacional Electoral.
197
Las principales normas sobre RD y DI son:
a) Leyes:
Ley de Registro Civil de 26 de Noviembre de 1898, aun vigente.
Ley Nº 2616 de 18 de diciembre de 2003 (Modifica la Ley del Registro Civil y la Ley 2026)
Ley Nº 1367 de 9 de noviembre de 1992-Transferencia del Servicio Nacional de Registro Civil
Ley Nº 1884 de 12 de agosto de 1998-Sobre el Servicio Nacional de Registro Civil
Ley nº 2026 de 27 de Octubre de 1999 Có digo del niñ o, niñ a y adolescente
b) Decretos Supremos:
D.S. 24247 de 7 de marzo de 1996 (Reglamento de la Ley del Registro Civil)
D.S. 26718 de 26 de julio de 2002 (Autoriza las correcciones en la vía administrativa)
D.S. 27419 de 26 de marzo de 2004 (Autoriza la emisió n de certificados duplicados computarizados y la validez legal
del certificado manuscrito)
D.S. 27422 de 26 de marzo de 2004 (Limita la inscripció n en los libros de matrimonio de relaciones concubinarias
de hecho)
D.S. 27915 de 13 de diciembre de 2004 (Autoriza la inscripció n de mayores de 18 añ os provenientes de pueblos
indígenas y originarios)
D.S. 28626 de 6 de marzo de 2006 (Crea el Programa de Cédula de Identidad Gratuita para todos los Bolivianos)
Informació n: http://www.cne.org.bo/RegistroCivil/
84 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

La Direcció n Nacional de Registro Civil es el ó rgano técnico - operativo especializado en


el seno de la Corte Nacional Electoral que tiene a su cargo la administració n del Registro Civil
en cumplimiento a políticas, normas y resoluciones que apruebe la Corte Nacional Electoral.
Esta Direcció n Nacional ejerce autoridad técnico - operativa sobre las Direcciones
Departamentales de Registro Civil, con las que se relaciona funcionalmente respetando las
facultades de direcció n administrativa de las Cortes Departamentales Electorales.

En cuanto al personal del RC (oficialías de RC), se regula por la CNE mediante el


Reglamento de Funciones para Oficiales del Servicio de RC, aprobado en 1996. Los oficiales
de RC deben considerarse funcionarios pú blicos, en cuanto que dan fe pú blica y representan
al Estado en el registro de los actos y hechos jurídicos relativos al estado civil de las personas.
Deben por tanto estar incluidos en el ámbito de aplicació n del artículo 43 de la Constitució n:
“Una Ley especial establecerá el Estatuto del Funcionario Pú blico sobre la base del principio
fundamental de que los funcionarios y empleados pú blicos son servidores exclusivos de los
intereses de la colectividad y no de parcialidad o partido político alguno”198.
Las leyes o Decretos Supremos establecen un régimen jurídico de los oficiales de RC
consistente en que son funcionarios peculiares: son llamados funcionarios “de arancel”, que
hasta 1996 no solían tener dedicació n exclusiva. Actualmente (art. 16 del Reglamento de
1996) el cargo de oficial de RC es incompatible con cualquier otro retribuido por el Estado, y
con la profesió n de abogado. Son nombrados, tras convocatoria publica, y mediante concurso,
por la Corte Electoral Departamental (la Corte los elige libremente de entre todos aquellos
candidatos que superen las pruebas y tengan un nú mero mínimo de puntos 199). Tienen una
relativa estabilidad en el puesto (son nombrados por cuatro añ os, renovables por otros cuatro, y
el art. 46 del Reglamento de 1996 establece once causas tasadas de destitució n200).
Los oficiales de RC cobran una retribució n a cargo de la CNE que se denomina “arancel”.
El sistema data de muy antiguo (ley de 1898), y actualmente se mantiene en el Reglamento
de las Oficialías de RC, aprobado por la CNE en 1996. Consiste en que los oficiales corren
con

198
Así se deduce del art. 23 del Decreto Supremo 24247 de 1996 (Reglamento de RC), que califica a los oficiales de RC de
funcionarios de fe publica.
199
En el medio rural se exige que los oficiales sean ciudadanos que gozan de la confianza de la comunidad en el área rural.
200
“a. Efectuar cobros no establecidos en el arancel,
b. Alterar los registros efectuados,
c. Incumplir a las instrucciones emitidas por los organismos operativos y directivos del Servicio.
d. Mal trato a la autoridad superior.
e. Incurrir en reiteradas contravenciones al ordenamiento jurídico administrativo.
f. Hacer uso irregular de formularios de certificados y otros valores fiscales así como del sistema informá tico.
g. Ejercer sus funciones en estado de ebriedad, o bajo influencia de sustancias controladas.
h. Cambiar la ubicació n de la Oficialía sin autorizació n expresa,
i. Reprobar dos veces evaluaciones de procesos de capacitació n.
j. Incumplir plazos y formalidades fijados por el ordenamiento jurídico vigente.
k. Extravío de libros y valores por su negligencia”.
V. Anexos – Bolivia |

los gastos de mantenimiento y funcionamiento de la oficina del RC (alquiler del local, material,
personal), y una vez descontados estos, perciben de la CNE el arancel correspondiente 201. La
responsabilidad de los oficiales alcanza a la ubicació n misma de la oficina (que sin embargo
ha de ser aprobada por la Corte Departamental). A fin de hacer frente a las responsabilidades
del cargo, el art. 25 del Decreto Supremo 24247 (Reglamento de la Ley de RC) establece que
para ejercer la funció n de oficial de RC se debe prestar fianza202.
Algunas de las principales medidas adoptadas en los ú ltimos añ os tienen que ver con la
desjudicializació n, con la gratuidad y con la apertura del RC a minorías indígenas. Todo ello en
el marco de una creciente concienciació n de la necesidad de mejorar el RC y luchar contra el
subregistro: el art. 5 del Decreto Supremo 28620 de marzo de 2006 declara de interés publico y
de prioridad nacional la inscripció n de todo ciudadano y ciudadana en los RC civil y electoral,
para obtener la cedula de identidad personal”.
En 1998 (Decreto Supremo 25230) se permitió el registro tardío de los menores de 7
añ os sin necesidad de proceso judicial. La medida era solo temporal, pero otros Decretos han
prorrogado el plazo para la inscripció n. Hasta que la ley 2616 del añ o 2003 transfirió de forma
permanente estas competencias del poder judicial al ámbito administrativo para evitar que las
inscripciones tardías requiriesen de proceso judicial.
Del mismo modo, el art. 21 de la ley 2616 de 2003 estableció que algunas rectificaciones del
RC (errores en nombres o apellidos, cambio o adició n de nombres y apellidos, y rectificació n de
sexo) se realizaran en vía administrativa en lugar de en vía judicial203. La regla es que los errores
que no afectan a la esencia y naturaleza de los actos vitales del RC pueden subsanarse por vía
administrativa.
La ley 2626 de 2003 estableció la gratuidad de la inscripció n en el RC y de la expedició n
de la primera certificació n.
En cuanto a las minorías étnico-culturales, el Decreto Supremo 27915 de 13 de
diciembre de 2004 supuso un importante avance porque facilito la inscripció n de mayores de
18 añ os provenientes de pueblos indígenas y originarios (se puso fin a la exigencia de proceso
judicial). Su art. 4 señ ala que
Para la inscripció n de las Partidas de Nacimiento deberá acreditarse la identidad
y la filiació n de la persona a registrar, mediante la presentació n de só lo uno de los
siguientes documentos:

201
“La retribució n econó mica al Oficial de Registro Civil estará sujeta al arancel fijo que la Corte Nacional Electoral apruebe
para toda la Repú blica” El costo del ambiente donde funcionará la Oficialía, así como de los servicios e insumos que
requiera ella, para su funcionamiento, será asumido por el o los Oficiales de Registro Civil, dependiendo si se trata de una
oficialía individual o una colectiva. (arts. 49 y 50 del Reglamento).
202
Igualmente, el art. 23 del Reglamento de oficialías de 1996 obliga al oficial a designar a dos “garantes personales” que
respondan de los libros y documentos en caso de que el oficial no cumpla su cometido. La Corte Electoral suscribe un
contrato con los dos garantes.
203
La medida deriva de un reglamento que la CNE aprobó en 1996
86 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

a) Certificado de Bautizo expedido por representantes de la


Iglesia Cató lica, Evangélica y/o de otras denominaciones.
b) Libretas Escolares o, Cédula de Identidad o RUN.
c) Certificado de Matrimonio Civil o religioso del solicitante.
d) Libreta de Servicio Militar.
e) En caso de no contar con ningú n tipo de documentació n, es procedente la
declaració n jurada ante el Oficial de Registro Civil de dos testigos que sean
vecinos del lugar, mayores de edad y con documentació n respaldatoria, o Au-
toridades Indígenas, originarias o Comunitarias del lugar que acrediten el na-
cimiento y la identidad de los padres del beneficiario, no hallándose impedidos
de ser testigos los familiares.
En los casos de los incisos a), b), c) y d) adicionalmente deberá presentarse el certi-
ficado de matrimonio civil, religioso o libreta de familia de sus padres, o testimonio
del acta de reconocimiento o cualquier otro documento que permita establecer su
filiació n.
Existen otras reglas de aproximació n a las realidades indígenas, El art. 15 del Reglamento
de Oficialías de 1996 dispone que para ser nombrado oficial en zonas rurales es preciso
hablar el idioma nativo del lugar. La CNE ha intentado “incorporar el respeto a la identidad
cultural” incluyendo en una resolució n de diciembre de 2004 que “los oficiales de RC, al
inscribir partidas de nacimiento de personas pertenecientes a un pueblo indígena u originario
deberán consignar sus nombres y apellidos respetando su identidad cultural, conforme lo
establecen normas legales en vigencia”.
|

BRASIL

DERECHO INTERNaCIONaL
Brasil ratificó la Convenció n sobre los Derechos del Niñ o así como la Convenció n Americana
sobre Derechos Humanos.204

DERECHO CONSTITuCIONaL
La Constitució n Política de la Repú blica Federativa de Brasil, de 1988, establece la igualdad
de todos ante la ley, tanto de brasileñ os como de extranjeros residentes, en su artículo 5. Segú n el
artículo 12, se adquiere la nacionalidad por Jus Soli y Jus Sanguinis. Asimismo, la naturalizació n
consiste en la residencia por treinta añ os interrumpidos (un añ o para quien sea originario de un
país de habla portuguesa).
El Artículo 18 establece la Organizació n político- Administrativa del Brasil que
comprende “la Unió n, los Estados, le Distrito Federal y los Municipio, todos autó nomos, en los
términos de esta Constitució n.” La administració n pú blica de estas organizaciones obedecen
los principios de “legalidad, impersonalidad y moralidad”.
Respecto a la protecció n de los niñ os y adolescentes, el artículo 227 señ ala:
Es deber de la familia, de la sociedad y del Estado asegurar al niñ o y al adoles-
cente, con absoluta prioridad, el derecho a la vida a la salud, a la alimentació n,
al a educació n, al ocio, a la profesionalizació n, a la cultura, a la dignidad, al
respeto, a la libertad y a la convivencia familiar y comunitaria, ademá s de pro-
tegerlos de toda forma de negligencia, discriminació n, explotació n, violencia,
crueldad y opresió n.
El inciso 6 de ese artículo establece la igualdad de derechos los hijos “habidos o no
dentro de la relació n matrimonial o por adopció n”.
El artículo 231 reconoce constitucionalmente la organizació n social, las costumbres, las
lenguas y las creencias, así como las tierras, de los grupos indígenas.
El Artículo 236 indica que “los servicios notariales y de registro se ejercerán con carácter pri-
vado por delegació n del poder pú blico.” Asimismo, establece que la ley se encargará de regular las
responsabilidades penales y civiles de los mismos y su fiscalización de parte del poder judicial. Por
otro lado, este artículo exige el ingreso a la carrera notarial y la de registro por concurso pú blico
“de pruebas y títulos”.
204
Brasil ratificó la Convenció n el 07 de septiembre de 1992 y aceptó la competencia de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos el 12 de octubre de 1998.
88 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

LEYES Y REGLaMENTOS
Có digo Civil (ley 10.406 de 2002). De acuerdo al artículo 9, será n registrados (en registro pú -
blico):

I – los nacimientos, matrimonios y defunciones;

II – La emancipació n otorgada por los padres o por el


juez; III – La interdicció n por incapacidad absoluta o
relativa;
IV – La sentencia declaratoria de ausencia y de muerte
presunta. Así también (artículo 10):
I – Las sentencias que declaren la nulidad de matrimonio, el divorcio, la separació n
judicial o el reestablecimiento de la sociedad conyugal;
II –Los actos judiciales o extrajudiciales que declaren o reconozcan la
filiació n. III – Los actos judiciales o extrajudiciales de adopció n

De acuerdo al artículo 1.516, el registro civil de matrimonio religioso se deberá hacer


dentro de los noventa días de su realizació n por iniciativa de cualquier interesado.

De acuerdo al 1.543, una vez justificada la perdida del registro, es admisible cualquier otro
tipo de prueba.

Ley de los Servicios Notariales y de Registros (Ley 8.935 de 1994). De acuerdo a esta ley
encargada de regular el artículo 236 de la Constitució n, los notarios y los registradores tienen
como fin garantizar la “publicidad, autenticidad, seguridad e eficiencia de los actos jurídicos”.
Deben ser abogados, dotados de fe pú blica, y que deben atender las peculiaridades del lugar
donde trabajan para facilitar el acceso al pú blico y la seguridad de los archivos de libros y
documentos. “El servicio de registro civil de las personas naturales será prestado, también los
sá bados, domingos y feriados por el sistema de guardias”.
Art. 5º Los titulares de los servicios notariales y de registros son los:
I.- escribanos de notas;
II.- escribanos y oficiales de registro de contratos
marítimos; III.- escribanos de protesto de títulos;
IV.- oficiales de registro de inmuebles:

V.- oficiales de registro de títulos y documentos y civil de las personas jurídicas;


VI.- oficiales de registro de las personas naturales y de interdicciones y
tutelas; VII.- oficiales de registro de distribució n.
V. Anexos – Brasil |

Segú n el artículo 12, los oficiales de registro civil de las personas naturales deben tener
en cuenta las normas las circunscripciones geográficas. El artículo 14 establece sus requisitos:
nacionalidad brasileñ a, habilitació n por concurso pú blico de pruebas y títulos, capacidad
civil, diploma de bachiller en Derecho, verificació n de conducta y el cumplimiento de sus
obligaciones electorales y militares.
Art. 15° Los concursos será n realizados por el Poder Judicial con la
participació n, en todas sus fases, de la Orden de los Abogados del Brasil, del
Ministerio Pú blico, de un notario y de un registrador.-
§ 1° El concurso será abierto con la publicació n de un llamado, constando los cri-
terios de desempate.
§ 2° Al concurso pú blico podrán concurrir candidatos que no sean bachilleres en
derecho que tengan completado, hasta la fecha de la primera publicació n del lla-
mado a concurso de pruebas y títulos, diez añ os en el servicio notarial o de regis-
tro.
El artículo 20 les da capacidad para contratar escribanos, sustitutos y auxiliares quienes
pueden tener una serie de facultades otorgadas por el registrador, salvo la gerencia administrativa
y financiera de los servicios. Asimismo (artículo 24) los oficiales de registro se encuentran bajo
la legislació n relativa a los crímenes contra la administració n, que incluye la responsabilidad civil
pese a la individualizació n de dichas responsabilidades. Finalmente, no pueden ejercer ningú n
tipo de representació n o labor paralela. Por otro lado, tienen la capacidad de formar sindicatos,
gozan de independencia en sus atribuciones, deben dar prioridad a la informació n solicitada por
autoridades judiciales o administrativas, deben, asimismo, guardar secreto de la documentació n
y de los “asuntos de naturaleza reservada que conozcan en el ejercicio de su profesió n”. Deben
también “facilitar, por todos los medios, el acceso a la documentació n existente a las personas
legalmente habilitadas”.
Art. 31. Son infracciones disciplinarias que sujetan a los notarios y a los oficiales de
registro a las penalidades previstas en esta ley:
I - el incumplimiento de las prescripciones legales o normativas;

II- la conducta atentatoria a las instituciones notariales y de registro;

III- la cobranza indebida o excesiva de aranceles, aunque sea bajo el alegato de


urgencia;
IV- la violació n del secreto profesional;

El ó rgano encargado de fiscalizar a los registradores es el Poder Judicial por medio del
tribunal competente geográ ficamente a nivel provincial y distrital.
Art. 38° El tribunal competente cuidará para que los servicios notariales y de re-
gistro sean prestados con rapidez, calidad satisfactoria y de modo eficiente, pu-
90 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

diendo sugerir a la autoridad competente la elaboració n de planos de adecuada


y mejor prestació n de esos servicios, observados, también, criterios poblacionales y
socioeconó micos, publicados regularmente por la Fundació n Instituto Brasilero de
Geografía y Estadística.
El puesto de oficial de registro se pierde por muerte, jubilació n, invalidez, renuncia, proceso
disciplinario. Luego se “designará el sustituto más antiguo para responder por el servicio y abrirá
concurso.”
El artículo 41 les da a los oficiales de registro la capacidad de organizació n de sus servicios
“pudiendo, también, adoptar sistemas de computació n, microfilmaciones, disco ó ptico y otros
medios de reproducció n. El artículo 44 establece que, en cada municipio, habrá por lo menos un
registrador civil. Si se trata de un municipio de “significativa extensió n territorial”, el estado
al que pertenece dispondrá , como mínimo, un registrador civil por distrito.
El artículo 45 indica la gratuidad de las inscripciones de nacimiento y de muerte, “así como
el primer certificado respectivo.” Asimismo, “para los reconocidamente pobres no serán cobrados
aranceles por los certificados”
Art. 46° Los libros, fichas, documentos, papeles, microfilmes y sistemas de com-
putació n deberán permanecer siempre bajo la guarda y responsabilidad del titular
de1 servicio notarial o de1registro, que cuidará por su orden, seguridad y conserva-
ció n.

Có digo del Niñ o y del Adolescente. Ley 8.069 de 1990. (Estatuto da Criança e do
Adolescente e dá outras providências.). El artículo 47 establece el vínculo de adopció n por
sentencia judicial que será registrado, así como el mandato judicial puede cancelar el registro
original de adopció n. En dicho registro, no se podrá escribir ninguna observació n que
indique el origen del adoptado.

De acuerdo al artículo 148, la “Justiça da Infâ ncia e da Juventude” es competente para


conocer pedidos de adopció n, así como determinar la cancelació n, la rectificació n o la supresió n
de registros de nacimiento y de defunció n.
|

COLOMBIA

DERECHO INTERNaCIONaL
Colombia ratificó tanto la Convenció n sobre los Derechos del Niñ o205 así como la Convenció n
Americana sobre Derechos Humanos.

DERECHO CONSTITuCIONaL
La Constitució n Política de la Repú blica de Colombia es de 1991206. Su artículo 13 indica la
igualdad ante la ley y la no discriminació n “por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar,
lengua, religió n, opinió n política o filosó fica.” Asimismo, que el Estado se encargará de tomar
acciones en favor de grupos discriminados o marginados. El artículo 14 establece el derecho
a la personalidad jurídica. En funció n al artículo 15, todos tienen “derecho a conocer, actualizar y
rectificar las informaciones que se hayan recogido sobre ellas en los bancos de datos y en archi-
vos de entidades pú blicas y privadas.” “En la recolecció n, tratamiento y circulació n de datos se
respetará n la libertad y demá s garantías consagradas en la Constitució n.”
Articulo 29. El debido proceso se aplicará a toda clase de actuaciones judiciales y
administrativas.
Articulo 44. Son derechos fundamentales de los niñ os: la vida, la integridad física,
la salud y la seguridad social, la alimentació n equilibrada, su nombre y nacionali-
dad, tener una familia y no ser separados de ella, el cuidado y amor, la educació n y
la cultura, la recreació n y la libre expresió n de su opinió n.
Los derechos de los niñ os prevalecen sobre los derechos de los demá s.

Los tratados internacionales sobre derechos humanos “prevalecen en el orden interno.”


Así también, los derechos enunciados en la Constitució n será n interpretados en funció n a los
tratados ratificados por el Estado.
Articulo 94. La enunciació n de los derechos y garantías contenidos en la Consti-
tució n y en los convenios internacionales vigentes, no debe entenderse como nega-
ció n de otros que, siendo inherentes a la persona humana, no figuren expresamente
en ellos.

205
Ratificado el 28 de enero de 1991 (con reserva). El 31 de julio de 1973 Colombia ratificó la Convenció n Americana sobre
Derechos Humanos.
206
Con reformas de 1993, 1995, 1996, 1997, 1999, 2000, 2001, 2002, 2003, 2004 y 2005.
92 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

El artículo 96 establece la nacionalidad por Jus Soli y el Jus Sanguini. La nacionalidad


puede ser adoptada por “los miembros de los pueblos indígenas que comparten territorios
fronterizos, con aplicació n del principio de reciprocidad segú n tratados pú blicos.” Finalmen-
te, nadie puede ser privado de la nacionalidad colombiana ni se pierde al adquirir otra nacio-
nalidad.
El artículo 120 se refiere a La Organizació n Electoral, que está conformada por el Tribunal
Nacional Electoral, por la Registraduría Nacional del Estado Civil y por el Comité Nacional
de Vigilancia Electoral. “La Registraduría Nacional del Estado Civil tendrá a su cargo la or-
ganizació n de las elecciones, su direcció n y vigilancia, así como lo relativo a la identidad de
las personas, con el sistema electró nico o biométrico.”
ARTICULO 266. El Registrador Nacional del Estado Civil será escogido por
los Presidentes de la Corte Constitucional, la Corte Suprema de Justicia y el
Consejo de Estado, mediante concurso de méritos organizado segú n la ley. Su
período será de cuatro (4) añ os, deberá reunir las mismas calidades que exige la
Constitució n Política para ser Magistrado de la Corte Suprema de Justicia y no
haber ejerci- do funciones en cargos directivos en partidos o movimientos
políticos dentro del añ o inmediatamente anterior a su elecció n. Podrá ser
reelegido por una sola vez y ejercerá las funciones que establezca la ley, incluida
la direcció n y organizació n de las elecciones, el registro civil y la identificació n de
las personas, así como la de celebrar contratos en nombre de la Nació n, en los
casos que aquella disponga.
La Registraduría Nacional estará conformada por servidores pú blicos que perte-
nezcan a una carrera administrativa especial a la cual se ingresará exclusivamente
por concurso de méritos y que preverá el retiro flexible de conformidad con las
necesidades del servicio. En todo caso, los cargos de responsabilidad administrativa
o electoral será n de libre remoció n, de conformidad con la ley.

LEYES Y REGLaMENTOS
El Estado civil es, de acuerdo al artículo 1 del Decreto Legislativo 1260 de 1970, la situació n
jurídica que la persona tiene en la sociedad, en orden a sus relaciones de familia en cuanto le im-
pone ciertas obligaciones y le confiere determinados derechos civiles. Este es uno e indivisible,
indisponible (fuera del comercio), imprescriptible: Un estado civil no puede adquirirse por el
uso o perderse por el desuso que se haga de él, Su asignació n corresponde a la ley: los hechos y
actos jurídicos que lo originan y modifican son asignados y regulados por la ley y es tutelado por
la ley: La Ley le otorga medios a la persona para garantizar su Estado Civil. (Esta protecció n,
como medio de defensa que es la acció n, es conocida como Tutela Estatal.)
Esos medios legales son las llamadas acciones de estado, que segú n clasificació n
reiterada de la Corte, con base en diferentes normas legales, son las de impugna-
ció n, reclamació n, rectificació n y no perturbació n. El Registro Civil demuestra la
V. Anexos – Colombia |

situació n jurídica que tiene la persona dentro de la sociedad en orden a sus relacio-
nes de familia, de la cual se derivan derechos y obligaciones.207
De acuerdo a los artículos 3º y 4º del D.L. 1260/70, el nombre es un derecho absoluto de
la persona, por lo tanto: “Toda persona tiene derecho a su individualidad y por consiguiente al
nombre que por ley le corresponde” el cual es inalienable e indisponible, Cumple una funció n
identificadora, Es irrenunciable, Es tutelado por la ley y Goza de la protecció n legal
Por la adopció n, el adoptivo deja de pertenecer a su familia, se extingue todo pa-
rentesco de consanguinidad y la ley establece parentesco civil entre el adoptivo, el
adoptante y los parientes consanguíneos de éste. El Decreto - Ley 2737 de 1989,
por el cual se expidió el Có digo del Menor, dispone que el adoptivo llevará como
apellidos los del adoptante.
Hijo de padres desconocidos: Es la persona mayor de un mes de quien se ignora
quienes son sus padres. Se asignan los apellidos con los cuales ha sido conocido,
en caso contrario se le asignan los más corrientes de la regió n y como fecha de
nacimiento el 1º del mes y añ o que corresponda a la edad asignada en el
dictamen médico legal, teniendo como referencia la fecha de expedició n de este.
Son competentes para solicitar la inscripció n:

• El Defensor o Juez de Familia

• La Direcció n Nacional de Registro Civil en los casos de hijos de padres


desconocidos, mediante acto administrativo.

Para lo cual el interesado deberá aportar:


• Solicitud de inscripció n.

• Dictamen médico legal, en el que conste la presunta edad.

• Cuando la inscripció n la soliciten la Direcció n Nacional de Registro Civil o


el propio interesado mayor de edad, además del certificado médico sobre la
presunta edad, se deben allegar dos declaraciones extraproceso de personas
mayores de edad que declaren acerca del conocimiento de aquel cuyo
naci- miento se va a inscribir y del presunto lugar de nacimiento u oriundez, o
en defecto de dichas declaraciones una certificació n expedida por el Alcalde,
el Personero, el Juez, el Defensor de Familia o el cura párroco, todos del muni-
cipio que sea domicilio de la persona cuyo nacimiento se desea
registrar.208
El D.L.1260/70 regula el sistema de registro que establece formatos uniformes, con un
indicativo serial para efectos de control interno, un archivo ú nico centralizado (La
inscripció n

207
Cartilla de Registro Civil, UNICEF, Registraduría Nacional del Estado Civil de Colombia.
208
Cartilla de Registro Civil, UNICEF, Registraduría Nacional del Estado Civil de Colombia.
94 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

se hace por duplicado, el original se conserva en la oficina de registro y el duplicado se remite a


la Direcció n Nacional de Registro civil, con el cual se organiza el archivo). (Artículo 19 Decreto
1260 /70), asimismo, establece la unificació n de procedimientos.
Mediante Resolució n Nú mero 0146 del 18 de Enero de 2000 se adoptó el NUIP a
partir del 1º de febrero de 2000. El NUIP está compuesto por diez caracteres, los 3
primeros son alfanuméricos, e identifican la oficina donde se inscribe el nacimien-
to. La Direcció n Nacional asigna estos có digos (Resolució n 0147 de 2000). Los
siete siguientes son numéricos, consecutivos para cada oficina de registro que van
desde el 0000001 hasta 9999999. Hasta 0249999 para asignació n en la DNRC.
Desde 0250000 hasta 0299999 para asignació n manual de las oficinas de registro;
Y desde 0300000 hasta 0999999 para las oficinas (en Internet).209
Por medio del Decreto Ley 1260/70 en su artículo 109 se creó la Tarjeta de Identidad
con la cual se identifican las personas mayores de siete añ os y menores de 18 añ os.
Las oficinas del registro civil son:

• Registradurías Distritales, Especiales, Municipales y Auxiliares del Estado


Civil.

• Notarías.

• Inspecciones de policía autorizadas por la Registraduría Nacional.

• Corregidores autorizados por la Registraduría Nacional.

• Consulados.
• Alcaldes en los Municipios recién creados.

La Direcció n Nacional de Registro Civil presta el servicio de asesoría, vigilancia y


control en todos los aspectos relacionados con el Registro del Estado Civil.
Así mismo formula las políticas, directrices y procedimientos que permitan mejo-
rar la prestació n del servicio. Las funciones que actualmente desempeñ a la Regis-
traduría Nacional del Estado Civil a través de la DNRC le fueron asignadas por
el Decreto 1669 del 27 de Junio de 1997, mediante el cual se suprimió la
Divisió n Jurídica de la Superintendencia de Notariado y Registro Civil.
Respecto al registro de nacimiento, este lo pueden solicitar los padres, los abuelos,
bisabuelos y tatarabuelos, los parientes mayores más pró ximos, el director del establecimiento
donde ocurrió el nacimiento, “el propio interesado mayor de 18 añ os”, el Defensor de Familia,
cuando se trate de menores de 18 añ os, en situació n “irregular”. (Decreto 2737 de 1989, Art.
277, numeral 9º).

209
Cartilla de Registro Civil, UNICEF, Registraduría Nacional del Estado Civil de Colombia.
V. Anexos – Colombia |

Después del mes de nacida la persona, se requiere uno de los siguientes documen-
tos: (Artículo 50 Decreto ley 1260/70 modif. Artículo 1º. Decreto 999/88, a su vez
reglamentado por el Decreto 2188 del 16 de octubre de 2001).
• Certificado de nacido vivo expedido por el médico, enfermera o partera.

• Documentos auténticos.

• Copia de las partidas parroquiales, respecto de las personas bautizadas en


la Iglesia cató lica; anexando certificació n auténtica de la competencia del
pá rroco que celebró la ceremonia del bautismo.
• Anotaciones de origen religioso, correspondientes a las personas de otros
credos; debe aportarse certificació n auténtica acerca de la celebració n de
convenio de derecho pú blico interno entre la iglesia y el Estado Colombia-
no.
• Declaració n de al menos dos testigos.

En Colombia, existe un régimen especial de registro de nacimiento para personas desplazadas


por la violencia por medio del Decreto 290 del 17 de febrero de 1999. “Por el cual se dictan
medidas tendientes a facilitar la inscripció n en el Registro Civil de nacimiento y expedició n
de documentos de identificació n para las personas desplazadas por la violencia ocasionada por el
conflicto armado interno”.
El Decreto en menció n dispone que los funcionarios encargados del registro
civil que ejerzan sus funciones en los municipios donde estén ubicados los
desplazados por la violencia, efectuará n, a nombre del funcionario competente
del lugar en que ocurrió el nacimiento, el trá mite de inscripció n en el Registro
Civil de nacimiento de las personas afectadas que carezcan de éste.
Para la inscripció n (…) remitirá n al funcionario competente la documentació n
a efectos de que autorice la respectiva inscripció n. No obstante, copia de los
documentos antecedentes y los seriales diligenciados, reposará en el despacho
en que se realizó el trá mite, en archivo independiente.
Para emitir copia del registro al interesado estará facultada cualquiera de las
dos oficinas. En todo caso y para todos los efectos, se entenderá que el registro
está inscrito en el sitio de nacimiento, debiendo hacer menció n expresa de
tal circunstancia en las copias o certificaciones que se emitan.
Respecto al nacimiento de personas pertenecientes a las comunidades indígenas, por
interpretació n constitucional, se debe respetar las tradiciones y costumbres. Los nombres y los
apellidos deben consignarse de acuerdo a la tradició n de la comunidad indígena, respetando en
todo caso su idioma o dialecto, sus creencias y sus costumbres.
96 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

Para acreditar el matrimonio se debe presentar la partida eclesiá stica o acta religiosa
correspondiente, sea de la Iglesia Cató lica o no. Asimismo, la certificació n de la competencia de
quien ofició el matrimonio por lo que dicha institució n debe tener personería jurídica y tener
un “tratado de derecho pú blico interno con el Estado colombiano. En caso de matrimonio civil,
frente a notario o juez, se acredita con la escritura correspondiente. (Artículo 68 D.L.
1260/70 adicionado art. 2º ley 25/92).
Reconstrucció n de folios: Cuando los folios o seriales se han destruido, extraviado o
desfigurado, se puede reconstruir con base en el duplicado que reposa en la Direcció n Nacional
de Registro Civil y a falta de éste con una copia auténtica o reproducció n del mismo que tenga
el interesado.
(Art. 99 Decreto 1260 de 1970). Esto se hace por solicitud del interesado o del funcionario
del registro civil respectivo.210
Mediante escritura pú blica se puede, por una vez, cambiar, de parte del propio inscrito
que es mayor de edad, cambiar o modificar su nombre (Artículo 94 Decreto 1260 de 1970,
modificado por el Art. 6º del Decreto 999 de 1988). El cambio de nombre se puede hacer por
decisió n judicial cuando exista un cambio de estado civil como el cambio de sexo.
El decreto 158 de 1994 permite la inscripció n por correo para lo cual hay un formulario
específico. Una vez que la documentació n de nacimiento haya sido acreditada ante un registrador,
notario o có nsul, el interesado lo envía al registro de estado civil del lugar de nacimiento. La
inscripció n de nacimiento, matrimonio y defunció n es gratuita (Artículo 111 decreto ley 1260
de 1970). “Las copias y certificaciones de Registro Civil actualmente tienen un costo de $ 2.400
o 2.50 dó lares (Resolució n No. 083 del 2 de mayo de 2002). No se cobran las copias de Registro
Civil que se expidan para el trámite de cédula de ciudadanía (Artículo 63 decreto 2241 de 1986
– Có digo Electoral) y las que se expidan a la població n desplazada por la violencia. (Decreto
290 de 1999).”

210
La reconstrucció n requiere solicitud del interesado o del funcionario de Registro Civil respectivo. La reconstrucció n se
hace mediante resolució n emitida por la Direcció n Nacional de Registro Civil, previa certificació n del funcionario de
Registro que el original se ha extraviado, destruido o desfigurado. Para las reconstrucciones de los registros efectuados en
tomo y folio, necesariamente el interesado debe aportar una copia o fotocopia del registro original, ya que para esa época
no existía archivo centralizado.

Si no es posible ordenar la reconstrucció n con los documentos indicados anteriormente, el interesado deberá registrarse
nuevamente con los mismos requisitos prescritos para el registro inicial (Art. 100 Decreto 1260 de 1970). Cuando la
reconstrucció n se ordena mediante resolució n, con fundamento en una copia o fotocopia del registro aportado por los
interesados, la misma ordena la apertura de nuevo serial, teniendo como antecedente el documento aportado. Si la
reconstrucció n es ordenada con fundamento en el duplicado existente en la Direcció n Nacional de Registro Civil, no se
requiere apertura de nuevo serial, éste deberá ser insertado en el lugar que ocupaba el original. En ambos casos se deben
escribir las notas de reconstrucció n en las casillas destinadas para ellas.
|

COSTA RICA

DERECHO INTERNACIONAL
Costa Rica ratificó la CDN en 1990 y la Convenció n Americana sobre Derechos Humanos en
1970.

DERECHO CONSTITUCIONAL
La Constitució n (de 1949, con varias reformas hasta 2003) no menciona el DI. Pero otorga una
posició n muy relevante al RC. El art. 104 encomienda el RC al poder judicial electoral (Tribu-
nal Supremo de Elecciones: TSE):
Bajo la dependencia exclusiva del Tribunal Supremo de Elecciones está el Registro
Civil, cuyas funciones son: 1) Llevar el Registro Central del Estado Civil y formar
las listas de electores; 2) Resolver las solicitudes para adquirir y recuperar la calidad
de costarricense, así como los casos de pérdida de nacionalidad; ejecutar las senten-
cias judiciales que suspendan la ciudadanía y resolver las gestiones para recobrarla.
Las resoluciones que dicte el Registro Civil de conformidad con las atribuciones
a que se refiere este inciso, son apelables ante el Tribunal Supremo de Elecciones;
3) Expedir las cédulas de identidad; 4) Las demás atribuciones que le señ alen esta
Constitució n y las leyes211.
El RC es usado en este artículo 104 no en sentido funcional o material sino en sentido
orgá nico (el RC parece ser un ó rgano que se encarga de todas las funciones mencionadas).
Del mismo modo, el RC – esta vez en el sentido tradicional de registro - aparece mencio-
nado al hablar de la nacionalidad: “Art. 13. Son costarricenses por nacimiento: … 2) El hijo de
padre o madre costarricense por nacimiento, que nazca en el extranjero, y se inscriba como tal en
el Registro Civil, por la voluntad del progenitor costarricense, mientras sea menor de edad, o por
la propia hasta cumplir veinticinco añ os”; al regularse el sufragio: “Art. 93: El sufragio es funció n
cívica primordial y obligatoria y se ejerce ante las Juntas Electorales en votació n directa y secreta,
por los ciudadanos inscritos en el Registro Civil” (redacción dada por ley nº 2345 del 20 de mayo de
1959). Art. 95: “La ley regulará el ejercicio del sufragio de acuerdo con los siguientes principios: 1)
Autonomía de la funció n electoral; 2) Obligació n del Estado de inscribir, de oficio, a los ciudada-
nos en el Registro Civil y de proveerles de cédula de identidad para ejercer el sufragio”.

211
Art. 102: “El Tribunal Supremo de Elecciones tiene las siguientes funciones: 1) Convocar a elecciones populares; 2)
Nombrar los miembros de las Juntas Electorales, de acuerdo con la ley; 3) Interpretar en forma exclusiva y obligatoria las
disposiciones constitucionales y legales referentes a la materia electoral; 4) Conocer en alzada de las resoluciones apelables
que dicten el Registro Civil y las Juntas Electorales”.
98 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

LEYES Y REGLaMENTOS212
El art. 23 del Có digo de la niñ ez y adolescencia (ley nº 7739 del añ o 1998) reconoce el DI:
“Derecho a la identidad: Las personas menores de edad tendrán derecho a un nombre, una
nacionalidad y un documento de identidad costeado por el Estado y expedido por el Registro
Civil. El Patronato Nacional de la Infancia les prestará la asistencia y protecció n adecuadas,
cuando hayan sido privados ilegalmente de algú n atributo de su identidad”.
La primera regulació n del RC fue la ley nº 51 de RC, de 1881, que atribuía la competencia
en materia de RC a los alcaldes y có nsules en el extranjero. El CC (1885-86) regulaba en detalle
el RC, hasta que sus disposiciones fueron derogadas por la ley 1535 Orgá nica del Registro
Electoral de 10 de diciembre de 1952, ley a su vez hoy derogada por la ley nº 3504 orgá nica
del tribunal supremo de elecciones y del registro civil, de 1965 - en adelante LOTSEyRC. En
el CC sigue habiendo reglas sobre la imposició n de nombres (art. 49) y el cambio de nombres
(arts. 54 a 58). En 1887 se dictó la ley orgá nica y reglamentaria del RC.
En 1949 la Constitució n – aun vigente – transfirió el RC al TSE – antes llamado Tribunal
Nacional Electoral, desde la ley de elecciones de 1946. La vigente regulació n del RC se encuentra
en la LOTSEyRC del añ o 1965, reformada en 2003.
El TSE se encarga de las tres funciones: electoral, RC e identificació n.

A. el RC
En cuanto al RC, el art 2 de LOTSEyRC encomienda al TSE la resolució n de cuantos
recursos se interpongan en materia de RC: “Pronunciamiento definitivo sobre las resoluciones
del Registro Civil. Le corresponde al Tribunal pronunciarse definitivamente acerca de las
resoluciones del Registro Civil elevadas a su conocimiento en virtud de apelació n o de consulta”,
así como el nombramiento del Director General del Registro Civil (art. 7 f LOTSEyRC).
Existe una funció n y ó rgano de inspecció n: art. 16 LOTSEyRC:
Atribuciones del Inspector. El Inspector Electoral es de nombramiento del Tribu-
nal; deberá ser costarricense y abogado de los Tribunales de la Repú blica. Tendrá
las siguientes atribuciones:

212
Las principales leyes en materia de RC y DI son:
Ley nº 3504 del añ o 1965 orgá nica del tribunal supremo de elecciones y del registro civil (reformada en 2003) -
LOTSEyRC
Có digo de la niñ ez y la adolescencia (ley nº 7739 del añ o 1998)
Ley de paternidad responsable (ley nº 8101 del añ o 2001), que desarrolla y complementa el art. 53 de la Constitució n
(“Toda persona tiene derecho a saber quienes son sus padres, conforme a la ley”). La ley reforma varios textos (el
Có digo de Familia, la LOTSEyRC)
Có digo de Familia (ley nº 5476 de 1974) regula las relaciones familiares, tutela, adopció n, divorcio, uniones de hecho. Los
arts. 24 a 32 contienen la regulació n de la inscripció n del matrimonio.
Informació n en http://www.tse.go.cr
V. Anexos – Costa Rica |

a) Vigilar la ejecució n de los planes de trabajo ordenados por el Tribunal, tanto


en el Registro Civil como en sus Oficinas Regionales y Ambulantes;
b) Cooperar con el Director del Registro en la vigilancia y desarrollo de las
labo- res propias del Registro e informar inmediatamente al Tribunal de las
causas que impidan o retrasen la marcha de aquéllas, ya sea por deficiencia del
perso- nal, por falta de material necesario o por cualquiera otra causa;
c) Visitar con la frecuencia necesaria para la buena marcha de las mismas
todas las secciones del Registro Civil y las Oficinas Regionales, hacer a sus
respec- tivos jefes las observaciones pertinentes y sugerir al Tribunal las
medidas o enmiendas de cará cter disciplinario o legal que juzgue
oportunas;
d) Levantar de oficio, por orden del Tribunal o de su Presidente, las informa-
ciones necesarias para esclarecer cualquier hecho que afecte la disciplina o la
correcta actuació n que deben observar los empleados y funcionarios del Tribu-
nal, del Registro Civil y de sus Oficinas Regionales o Ambulantes;
e) Atender las quejas que los particulares o representantes de partidos políticos
le presenten por escrito y tratar de resolver la situació n si está dentro de sus
facultades, o dar cuenta al Tribunal si fuere necesario; y
f ) Cerciorarse de si todos los funcionarios y empleados del Tribunal, del Registro
Civil y de las Oficinas Regionales asisten puntualmente y desempeñ an con
re- gularidad sus funciones; y en caso de que note alguna irregularidad al
respecto, informar de inmediato al Tribunal213.
Respecto de los oficiales del RC, el art. 22 de LOTSEyRC preveía su nombramiento por
el TSE, pero el precepto fue anulado por la Corte Constitucional 214. Sí se mantiene el art. 26,
sobre revocatoria del nombramiento del Director y de otros funcionarios o empleados: “Corres-
ponde al Tribunal Supremo de Elecciones, en sesió n a la que concurran todos sus miembros,
y previa informació n levantada sobre el caso, revocar el nombramiento del Director General
del Registro, por infracció n grave de alguno de sus deberes. El Director solicitará al Tribunal
la revocatoria o suspensió n del nombramiento de cualquiera de los funcionarios o empleados
del
213
Existe asimismo una funció n de auditoría: art. 18 de LOTSEyRC: “Funciones de la Auditoría. Habrá en el Registro una
Oficina de Auditoría y Contabilidad Electorales que dependerá directamente del Tribunal, que contará con el personal
necesario y cuyas funciones principales será n las de fiscalizar, verificar y contabilizar las operaciones del Registro a efecto
de que las resoluciones que impliquen movimiento electoral y los documentos relativos a esas operaciones, sean objeto
de los correspondientes asientos en los libros de contabilidad que para ello llevará dicha oficina. Es obligació n del jefe
de esta oficina hacer del conocimiento del Tribunal, tan pronto como se advierta, toda diferencia entre las cuentas de
la contabilidad y las operaciones del Registro, o en cuanto a las existencias de las fó rmulas necesarias para efectuar
tales operaciones”.
214
Artículo 22 LOTSEyRC: “Nombramiento del Director General y demás funcionarios y empleados del Registro Civil: El Director
General, el Secretario y los Oficiales Mayores del Registro Civil, serán nombrados por el Tribunal por un período de cuatro años,
contados a partir de su designación y podrán ser reelectos. El Tribunal nombrará también a los demás funcionarios y empleados del
Registro” (precepto anulado por la Corte Suprema mediante Voto No. 14298-05 a la acció n de inconstitucionalidad No.
8174-04. BJ nº 138 de 18 de julio del 2006).
100 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

Registro, cuando a su juicio haya infringido alguna disposició n legal; el Tribunal resolverá lo
pertinente vista la informació n respectiva”.
A nivel organizativo, el RC se divide en dos secciones: la civil y la electoral. Art. 37
LOTSEyRC: Asiento y Departamentos del Registro, Director General, Oficiales Mayores y
secretario: “El Registro Civil tendrá su asiento en la Capital de la Repú blica y dependerá en
forma exclusiva del Tribunal Supremo de Elecciones; se compone de dos Departamentos: uno
Civil y el otro Electoral, bajo la autoridad de un Director General.
Cada Departamento tendrá un Oficial Mayor encargado de extender certificaciones de
ejecutar las ó rdenes de la Direcció n, sobre disciplina y distribució n de trabajo, ademá s de las
facultades que expresamente les confieran las leyes y reglamentos. La Direcció n contará con un
Secretario General, con facultades para expedir certificaciones, y a quien corresponderá, además
de las funciones propias de su cargo, vigilar por el debido cumplimiento de las disposiciones que
emanen del Tribunal o de la Direcció n”.
Son objeto de inscripció n, conforme al art. 43 de LOTSEyRC “los nacimientos, los
matrimonios y las defunciones”. Además se anotarán al margen del respectivo asiento, las
legitimaciones, los reconocimientos, las adopciones, las emancipaciones, las investigaciones
o, impugnaciones de paternidad, los divorcios, las separaciones judiciales, las nulidades de
matrimonio, opciones y cancelaciones de nacionalidad, las ausencias y presunciones de muerte,
las interdicciones judiciales, los actos relativos a la adquisició n o modificació n de la nacionalidad
y la defunció n de la persona en el asiento de su nacimiento o de su naturalizació n”.
El art. 49 de LOTSEyRC regula la obligació n de declarar los nacimientos: “Tanto el padre
como la madre del recién nacido están en la obligación de declarar el nacimiento de su hijo, ya
sea personalmente o por medio de autorización escrita. Corresponde también esa obligación:
a) a la persona a cuyo cargo está el niñ o;

b) al Jefe del establecimiento pú blico o de la casa donde el nacimiento haya


ocu- rrido;
c) a los abuelos, tíos y hermanos del recién nacido y

d) a quien encontrare un recién nacido abandonado”.

El plazo para inscribir a los nacidos es de un mes: art. 50 LOTSEyRC: “Dentro del término
de un mes de nacida una persona, debe presentarse la declaració n ante cualquier registrador del
Registro Civil. La declaració n de nacimiento se realizará mediante la certificació n expedida
por el médico, la obstétrica o la enfermera que atendió el parto. A falta de esos documentos, se
aceptará la manifestació n escrita de las personas a quienes corresponda declarar el nacimiento,
conforme al artículo anterior. En todos los casos, a la declaració n de nacimiento se le adjuntarán
las huellas de las plantas de los pies de la persona recién nacida, con los nombres del padre y la
madre […]”.
V. Anexos – Costa Rica |

Las inscripciones tardías no requieren trámite judicial especial pero sí consulta del TSE215.

La LOTSEyRC establece la regla de que se pueden hacer rectificaciones en el RC por


vía meramente administrativa (las enmiendas o modificaciones sustantivas se producen por
sentencia del TSE o de los tribunales civiles)216.

B. Elecciones
La materia electoral corresponde igualmente al TSE, por medio del Departamento
Electoral, encargado de las siguientes funciones (art. 73 LOTSEyRC): “a) Expedir las cédulas
de identidad; b) Empadronar a todos los electores; c) Formar la lista general de electores o
Padró n Nacional Electoral; d) Confeccionar el padró n-registro y el padró n fotográ fico para
cada junta Receptora de Votos; e) Dar cumplimiento a las sentencias judiciales […]. De ellas, la
principal es la lista general de electores (regulada en el art. 98 LOTSEyRC).

C. Identificación
La cédula de identidad arranca de la ley de elecciones de 1925, y su finalidad era la
identificació n electoral (en 1931 se añ adió una cierta finalidad tributaria). En 1946 se encomendó
competencia sobre la cédula al Registro Electoral, y desde la Constitució n (1949), es competencia
del TSE. Ha sido desde entonces regulada por la LOTSEyRC. Es asimismo competencia
del Departamento Electoral. La ley señ ala qué trámites o en qué casos es obligatoria la
presentació n de la cédula de identidad: art. 95 LOTSEyRC:
La presentació n de la cédula de identidad es indispensable para:

a) Emitir el voto;
b) Todo acto o contrato notarial;

c) Iniciar gestiones o acciones administrativas o judiciales;

215
Art. 50 LOTSEyRC: “La inscripció n del nacimiento de personas mayores de diez añ os se practicará solo por resolució n que
así lo disponga, dictada por el Registro Civil, previa comprobació n del nacimiento, conforme se establece en el Reglamento
del Registro Civil. Esta resolució n será consultada ante el Tribunal Supremo de Elecciones”.
216
Artículo 65 LOTSEyRC: “Forma de hacer modificaciones en el Departamento del Estado Civil: Las enmiendas o
modificaciones en las inscripciones del Departamento del Estado Civil, se harán en virtud de sentencia dictada por el
Tribunal Supremo de Elecciones en vía de recurso o por sentencia dictada por los Tribunales Civiles en juicio ordinario.
No obstante el Registrador General rectificará mediante resolució n los errores puramente materiales o de copia en los
asientos, cuando en el despacho exista el documento original que demuestre el error pero la rectificació n podrá ser revocada
a su vez, si parte interesada demuestra al Registrador motivo justo. Igualmente el Registrador General rectificará , a petició n
de parte interesada, los asuntos referentes a ésta, a sus causantes o a quienes represente legalmente, siempre que se trate
de simples errores ortográ ficos, o de errores en los nombres, apellidos o sexo, si de las alegaciones que se le hicieren o
documentos que se le presentaren fuere evidente que se trata de una simple equivocació n. La rectificació n deberá ordenarse
por resolució n que se publicará en el Diario Oficial; podrá revocarse en cualquier momento, si parte interesada se opusiere
a ella, y en ningú n caso perjudicará a tercero, cualquiera que sea el tiempo transcurrido. La rectificació n se hará constar
al margen del asiento respectivo, con indicació n de la resolució n que la ordenó ”. El art. 66 LOTSEyRC establece el
trámite para la rectificació n de errores materiales (prevé la publicació n de la rectificació n, para conocimiento de los posibles
interesados).
102 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

d) Firmar las actas matrimoniales, ya sean civiles o cató licas;

e) Ser nombrado funcionario, o empleado del Estado, sus instituciones y muni-


cipalidades
f ) Formalizar contratos de trabajo;

g) Firmar obligaciones a favor de instituciones autó nomas, semiautó nomas o de


las juntas Rurales de Crédito y Oficinas de Ayuda al Agricultor;
h) Obtener pasaporte;

i) Formalizar el Seguro Social, sin que esta disposició n pueda amparar al patrono
de la consecuencia; que la ley y Reglamento de la Caja Costarricense de
Segu- ro Social le imponen;
j) Recibir giros del Estado municipalidades e instituciones autó nomas o semiau-
tó nomas;
k) Matricular los padres o encargados a sus hijos o pupilos en escuelas y colegios
pú blicos o privados;
1) Obtener o renovar la licencia de conductor de vehículos; y

m) Cualquier otra diligencia u operació n en que sea del caso justificar la identidad
personal.
k) En las actuaciones de las personas jurídicas, presentará la cédula del respectivo
personero.
En las escrituras pú blicas, en los contratos privados, en los expedientes administra-
tivos y judiciales, pagarés y certificados de prenda, deberá consignarse el nú mero de
la cédula de las partes.
En los Tribunales de Justicia, los litigantes gozarán de dos meses para presentar
su cédula y vencido ese término sin que hayan observado este requisito, o logrado
una pró rroga del plazo, no se les atenderán sus posteriores gestiones. No producirá
nulidad de actuaciones la sola circunstancia de falta de presentació n oportuna
de la cédula. Los Tribunales de justicia, en casos muy calificados, y tomando en
cuen- ta los motivos de impedimento aducidos por el litigante, quedan facultados
para prorrogar el plazo de dos meses arriba indicado, con el fin de evitar
denegatoria de justicia a quien esté imposibilitado, para exhibir su cédula.
Existe una tarjeta de identidad de menores (TIM) para niñ os de entre 12 y 18 añ os,
igualmente obligatoria (fue creada por ley nº 7688 de 1997, aplicándose desde 2002).
V. Anexos – Costa Rica |

4. PaTERNIDaD Y RC
Con el fin de evitar las filiaciones no reconocidas por los padres, en 2001 se promulgó la ley
de paternidad responsable (ley nº 8101), que desarrolla y complementa el art. 53 de la
Consti- tució n (“Toda persona tiene derecho a saber quienes son sus padres, conforme a la
ley”). Esta ley reformó el art. 54 de LOTSEyRC, en el sentido de no inscribir a los nacidos sin
exigir una mínima investigació n de la paternidad (o por lo menos notificar al presunto o
posible padre la existencia del hijo):
Artículo 54.- Inscripció n de hijas e hijos habidos fuera del matrimonio. En la
inscripció n de nacimiento de hijos e hijas habidos fuera del matrimonio, se consig-
narán la paternidad y la maternidad, si la declaració n es hecha por las dos personas
que se atribuyen la calidad de progenitores y ambos la firman.
El Registrador deberá hacer el apercibimiento a la madre de las disposiciones le-
gales y administrativas establecidas respecto de la declaració n e inscripció n de la
paternidad; asimismo, de las responsabilidades civiles en que pueda incurrir por se-
ñ alar como tal a quien, después de haberse sometido a las pruebas técnicas respec-
tivas, no resulte ser el padre bioló gico; además, de las características de la certeza
de la prueba de ADN y de la obligatoriedad de practicarse la prueba. Informada la
madre y en ausencia de declaració n del padre, ella podrá firmar el acta e indicar el
nombre del presunto padre.
En ese acto, la criatura quedará inscrita bajo los apellidos de su madre. Al presunto
padre se le citará mediante notificació n, para que se manifieste al respecto dentro
de los diez días hábiles a partir de la notificació n, y se le prevendrá de que la no
manifestació n de oposició n al señ alamiento de paternidad dará lugar al
reconoci- miento administrativo de la filiació n. En caso de que al apersonarse no
acepte la paternidad del menor, se dará solo una cita gratuita a la madre, a la
criatura y al padre señ alado, para que acudan a realizarse un estudio comparativo
de marcadores genéticos, ante los laboratorios de la Caja Costarricense de Seguro
Social acredi- tados por el Ente Nacional de Acreditació n de Laboratorios
(ENAL); mediante este estudio quedará definido si la afiliació n señ alada es
cierta. La Caja Costarri- cense de Seguro Social tendrá la obligació n de garantizar
la cadena de custodia de la prueba, así como de comunicar al Registro Civil los
resultados de la prueba. Si el presunto padre no se apersona o si se niega a llevar
a cabo la prueba genética, procederá aplicar la presunció n de paternidad y dará
lugar para que así se declare, administrativamente, y se inscriba con los apellidos de
ambos progenitores, siem- pre y cuando la madre y el niñ o o la niñ a se hayan
presentado a realizarse la prueba. Dicha declaració n administrativa otorgará las
obligaciones legales propias de la paternidad.
Inscrita la declaració n administrativa de la paternidad, el progenitor o sus suceso-
res podrán tramitar, en la vía judicial, un proceso de impugnació n de la paternidad
104 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

declarada administrativa-mente. Este trámite no suspenderá la inscripció n del me-


nor.
Contra la resolució n administrativa que determine presuntivamente la paternidad
no cabrá recurso administrativo alguno.
Contra esa resolució n no cabrá, en vía judicial o administrativa, el incidente de
suspensió n de ejecució n ni cualquier otra medida cautelar tendiente a enervar sus
efectos.
|

CHILE

DERECHO INTERNaCIONaL
Chile ratificó la Convenció n sobre los Derechos del Niñ o así como la Convenció n Americana
sobre Derechos Humanos.217

DERECHO CONSTITuCIONaL
El artículo primero de la Constitució n Política de la Repú blica de Chile 218 reconoce la igual-
dad “en dignidad y derechos”. El artículo 10 establece la nacionalidad chilena por Jus Soli y Jus
Sanguinis y naturalizació n con previa renuncia de la nacionalidad anterior. (“No se exigirá esta
renuncia a los nacidos en país extranjero que, en virtud de un tratado internacional, conceda
este mismo beneficio a los chilenos.) Quien sea privado de su nacionalidad, o se le desconozca,
podrá recurrir a la Corte Suprema (Artículo 12). La ciudadanía se adquiere a los 18 añ os de
edad (Artículo 13).
El Artículo 99 de esta Carta Magna establece la divisió n del Estado en regiones “y éstas
en provincias” y las provincias en comunas.

LEYES Y REGLaMENTOS
Ley 4.808 Sobre Registro Civil de 1930. El registro civil está encargado de las inscripciones
de nacimientos, matrimonios, defunciones “y demás actos y contratos relativos al estado civil de
las personas”. Asimismo, existen tres libros (nacimientos, matrimonios y defunciones) de los
cuales se llevará n por duplicado.
Art. 3.º En el libro de los nacimientos se inscribirán:
1. º Los nacimientos que ocurran en el territorio de cada comuna;

2. º Los nacimientos que ocurran en viaje dentro del territorio de la Repú blica o en el
mar, en la comuna en que termine el viaje o en la del primer puerto de arribada;
3. º Los nacimientos de hijos de chilenos ocurridos en el extranjero, estando el
padre o madre al servicio de la Repú blica. Estos nacimientos deberán inscribirse

217
Chile ratificó la Convenció n Americana de Derechos Humanos el diez de agosto de 1990 y aceptó la competencia
contenciosa de la Corte el día veintiuno del mismo mes.
218
Decreto Supremo Nº 1.150, de 1980. Incluye las reformas introducidas por las leyes 18.825, 19.055, 19.097, 19.295,
19.448, 19.519, 19.526 , 19.541, 19.597, 19.611, 19.634, 19.643, 19.671, 19.672 y 19.742, 19.634 y 19.786.
106 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

ante el có nsul chileno respectivo, quien remitirá los antecedentes al Ministerio de


Relaciones Exteriores, el cual certificará la autenticidad de los documentos y los
enviará al Conservador del Registro Civil para los efectos de su inscripció n en el
Registro de la Primera Secció n de la comuna de Santiago.
Los hijos de chilenos nacidos en el extranjero, que no se encuentren en el caso del
inciso anterior, podrán, asimismo, ser inscritos en el Registro Civil chileno en la
forma dispuesta en dicho inciso;
4. º Las escrituras pú blicas de adopció n, las que la extingan y las sentencias
ejecu- toriadas que le pongan término o declaren su nulidad.
En el libro sobre matrimonios se inscriben todos estos actos que se celebren en el territorio
de la Comuna, los matrimonios celebrados en el extranjero se inscribirán en la Comuna de San-
tiago de Chile. Así también se inscribirán las sentencias ejecutoriadas de nulidad del matrimo-
nio “o se decrete el divorcio perpetuo o temporal; la simple separació n de bienes de los có nyuges;
los instrumentos en que se estipulen capitulaciones matrimoniales y las sentencias ejecutoriadas
que concedan a la mujer o a un curador, la administració n extraordinaria de la sociedad conyugal
y las que declaren la interdicció n del marido.”

En el libro de las defunciones se inscriben estos hechos, si ocurren en viaje, se inscriben


en la comuna donde se efectú a el sepulcro. En el primer puerto de arribo si ocurrió en el mar.
También las sentencias de muerte presunta.
Las defunciones de chilenos ocurridas en el extranjero. Para efectuar esta inscrip-
ció n se remitirá n los documentos debidamente legalizados al Ministerio de Rela-
ciones Exteriores. Este Departamento verificará la autenticidad de los documentos
y los enviará al Conservador del Registro Civil, a fin de que disponga la inscripció n
en el Registro de la comuna correspondiente.

Las defunciones de los hijos de chilenos ocurridas en el extranjero, podrán, asimismo, ser
inscritas en la forma dispuesta precedentemente.
4. º Las defunciones de los militares en campañ a, en la comuna correspondiente al
ú ltimo domicilio del fallecido, y
5. º Las sentencias ejecutoriadas que declaren la muerte presunta, en la comuna
correspondiente al tribunal que hizo la declaració n.
En la inscripció n de nacimiento, al margen, se escribirá el reconocimiento de filiació n o el
“repudio” del mismo, la demanda de desconocimiento de paternidad, las sentencias que deter-
minan la filiació n, los acuerdos de patria potestad, y todas las sentencias que sean referidas a la
filiació n así como cualquier sentencia relativa a la rectificació n de partida.
Las inscripciones siguen un orden numérico y sin abreviaturas, las fechas y cantidades se es-
cribirán en letras. Una vez cerrado el libro, un ejemplar se remitirá al “Conservador del Registro
V. Anexos – Chile |

Civil, para su archivo”, quien puede hacer observaciones las cuales se darán a conocer al oficial
del registro civil y juez de letras correspondiente para atender las responsabilidades, civiles o
penales, correspondientes.
Art. 12. Toda inscripció n deberá expresar:

1. º El lugar, día, mes y añ o en que se hace;

2. º El nombre, apellidos, edad, profesió n y domicilio de los comparecientes;

3. º La circunstancia de que los comparecientes sean conocidos del Oficial del Re-
gistro Civil o la manera como se haya acreditado la identidad personal;
4. º La naturaleza de la inscripció n;

5. º La firma de los comparecientes en ambos registros, expresándose, si no pueden


hacerlo, el motivo por que no firman; y dejará, en este ú ltimo caso, la impresió n
digital del pulgar de su mano derecha o, en su defecto, de cualquier otro dedo, y
6. º La firma del Oficial del Registro Civil. Esta firma se estampará en ambos
registros inmediatamente de terminada la inscripció n. Si así no se hiciere, el fun-
cionario omitente sufrirá la pena de suspensió n de su empleo hasta por tres meses
y multa de un milésimo a un escudo.
De acuerdo al artículo 13, los oficiales de registro civil deberán requerir la informació n ne-
cesaria que sea exigida por la Direcció n Nacional de Estadística. En caso de reincidencia, será
castigado con la pérdida de su empleo. Por medio del artículo 17, “las inscripciones no podrán
ser alteradas ni modificadas sino en virtud de sentencia judicial ejecutoriada.” Salvo errores y
omisiones manifiestas219 que, por vía administrativa, pueden ser rectificadas por el Director
General del Registro Civil. Dicha rectificació n puede ser solicitada por la persona “a que ésta se
refiera”, su representante o herederos.
Segú n el artículo 20, las copias de inscripció n deben incluir todas las inscripciones y subins-
cripciones, salvo aquellos de nacimiento relativos a hijos reconocidos.
Respecto a la destrucció n o extravío de los registros, el Director Nacional ordenará al jefe de
archivo la substitució n de los registros tendiendo como reglas tener en cuenta los restos de
in- formació n que todavía existan, los antecedentes archivados en cualquier archivo del registro,
así como las “tarjetas estadísticas” o cualquier otro antecedente que “permita restablecer de modo
fidedigno la primitiva inscripció n o subinscripció n.”
En caso de no poder llevar a cabo este sistema de reconstrucció n, la persona interesada,
o su representante o heredero, pueden solicitar que se practique un nuevo registro, sin pago
de impuestos, “cumpliéndose las mismas formalidades exigidas para toda primera inscripció n.”

219
“Se entenderán por omisiones o errores manifiestos todos aquellos que se desprendan de la sola lectura de la respectiva
inscripció n o de los antecedentes que le dieron origen o que la complementan.”
108 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

Para los efectos señ alados en este artículo, los Tribunales de Justicia, Notarías y
Archivos Pú blicos, las reparticiones fiscales, semifiscales o municipales, y cualquier
persona jurídica o natural, estarán obligados a facilitar al Director General del Re-
gistro Civil Nacional, cuando lo requiera este funcionario, los certificados, libretas
o comprobantes de inscripciones del Registro Civil que obren en su poder.
Esta ley permite la acció n pú blica para denunciar el delito de destrucció n de informació n
registral.
El nacimiento se inscribe en el término de sesenta días a pedido de los padres, el pariente
más pró ximo mayor de 18 añ os, el médico o partera que asistió el parto, la persona que haya
recogido al recién nacido.
Art. 31. Las partidas de nacimiento deberán contener, además de las indicaciones
comunes a toda inscripció n, las siguientes:
1.º Hora, día, mes, añ o y lugar en que ocurrió el nacimiento;
2.º El sexo del recién nacido;
3. º El nombre y apellido del nacido, que indique la persona que requiere la inscrip-
ció n; y
4. º Los nombres, apellidos, nacionalidad, profesió n u oficio y domicilio de los
padres, o los del padre o madre que le reconozca o haya reconocido. Se dejará cons-
tancia de los nombres y apellidos de la madre, aunque no haya reconocimiento,
cuando la declaració n del requirente coincida con el comprobante del médico
que haya asistido al parto, en lo concerniente a las identidades del nacido y de la
mujer que lo dio a luz.
La ley indica que “no podrá imponerse al nacido un nombre extravagante, ridículo,
impro- pio de personas, equívoco respecto del sexo o contrario al buen lenguaje.”
La inscripció n de defunció n se hará por solicitud verbal o escrita presentada por los parien-
tes del difunto, los habitantes donde ocurrió la muerte, los vecinos, el jefe del local (hospital,
convento, cá rcel, etc.), la policía. En los dos ú ltimos casos la solicitud de inscripció n es obliga-
toria.
Si se trata del fallecimiento de un pá rvulo, el Oficial del Registro Civil indagará si
el nacimiento ha sido inscrito previamente, y si no lo estuviere, procederá a efec-
tuar, también, esta inscripció n.
Los Oficiales del Registro Civil visitará n su respectiva comuna o secció n, para celebrar
matrimonios de aquellos que tengan hijos comunes y mantengan una vida marital. Asimismo,
hará las inscripciones de nacimiento y hará denuncia de aquellos que no se hayan inscrito en
tiempo oportuno.
V. Anexos – Chile |

Ley Orgá nica del Servicio de Registro Civil e Identificació n. Ley 19477 de 1996220 La ley
orgánica define al registro civil como un servicio pú blico y descentralizado “sometido a la super-
vigilancia del Presidente de la Repú blica a través del Ministerio de Justicia”. Su financiamiento
proviene tanto de sus propios ingresos como del presupuesto nacional. Además de los registros
de nacimiento, matrimonio, defunció n y pasaportes tiene a cargo otros registros como:
- General de Condenas;

- De Conductores de Vehículos Motorizados;

- De Vehículos Motorizados;
- De Profesionales;

- De Discapacidad;

- De Violencia Intrafamiliar;

- De Consumo y Trá fico de Estupefacientes.

Asimismo, es la institució n encargada de dotar de documento de identidad, de proveer


datos estadísticos a la entidad competente y de proteger la integridad e “inviolabilidad” de
los registros.
Su organizació n consiste en la Direcció n Nacional, las Direcciones Regionales, las Subdi-
recciones de Operaciones, de Estudios y Desarrollo, de Administració n, Jurídica, la
Contraloría Interna y la Secretaría General. En cada circunscripció n de las regiones habrá una
representa- ció n del registro (Oficina de Registro Civil e Identificació n), aunque puede haber
un encargado por varias circunscripciones o “reunir dos o má s comunas en una misma
circunscripció n.” Una oficina en Santiago se encargará de los hechos y actos acaecidos en el
exterior. El Director Na- cional puede crear suboficinas donde se den servicios a la comunidad,
como los hospitales y en localidades apartadas cuando sea necesario.
Los Oficiales Civiles son los encargados de todas las actuaciones dentro del registro en la
circunscripció n donde trabaje. Su nombramiento se hace previo concurso pú blico bajo condi-
ciones de “antigü edad, idoneidad y de calificació n”. El personal del registro debe “guardar la
debida reserva” de la informació n a la que tiene acceso “por la naturaleza de las funciones
que (le) corresponden”.
Có digo Civil de 1855221. En el Có digo Civil chileno, el registrador inscribirá el recono-
cimiento de filiació n y la patria potestad. Tiene otras potestades como negarse a proceder a
registrar el matrimonio de un menor de 18 añ os, explicando la causa, lo cual puede ser apelado
ante el juzgado competente. Asimismo, puede negarse a registrar un matrimonio cuando una
persona sea viuda y no tiene certificació n sobre la administració n de los bienes del difunto o

220
Perteneciente al Ministerio de Justicia.
221
Conocido como el “Có digo Civil de André s Bello”.
110 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

respecto a la patria potestad de los hijos. También puede negarse a la inscripció n de un ma-
trimonio de una mujer embarazada proveniente de un matrimonio nulo dentro de un tiempo.
Pero se podrá n rebajar de este plazo todos los días que hayan precedido inmediatamente a
dicha disolució n o declaració n, y en los cuales haya sido absolutamente imposible el acceso del
marido a la mujer.
|

ECUADOR

DERECHO INTERNaCIONaL
Ecuador ha ratificado la CDN (1990) y la Convenció n Americana sobre Derechos Humanos
(1977).

DERECHO CONSTITUCIONAL
La Constitució n de 1998 reconoce en su art. 49 el DI para los niñ os y adolescentes:

Los niñ os y adolescentes gozarán de los derechos comunes al ser humano, además
de los específicos de su edad. El Estado les asegurará y garantizará el derecho a la
vida, desde su concepció n; a la integridad física y psíquica; a su identidad, nombre
y ciudadanía; a la salud integral y nutrició n; a la educació n y cultura, al deporte y
recreació n; a la seguridad social, a tener una familia y disfrutar de la convivencia
familiar y comunitaria; a la participació n social, al respeto su libertad y dignidad, y
a ser consultados en los asuntos que les afecten..

No se alude directamente al RC, pero el art. 40 habla de la inscripció n de los niñ os:

El Estado protegerá a las madres, a los padres y a quienes sean jefes de familia, en
el ejercicio de sus obligaciones. Promoverá la corresponsabilidad paterna y materna
y vigilará el cumplimiento de los deberes y derechos recíprocos entre padres e hijos.
Los hijos, sin considerar antecedentes de filiació n o adopció n, tendrán los mismos
derechos. Al inscribir el nacimiento no se exigirá declaració n sobre la calidad de la
filiació n, y en el documento de identidad no se hará referencia a ella.

Las reglas de nacionalidad (arts. 6 a 12) no aluden al RC. Tampoco lo referente al habeas
data (art. 94) menciona expresamente al RC.

Los arts. 83 a 85 establecen los derechos de los pueblos indígenas (art. 84: “El Estado
reconocerá y garantizará a los pueblos indígenas, de conformidad con esta Constitució n y la
ley, el respeto al orden pú blico y a los derechos humanos, los siguientes derechos colectivos: 1.
Mantener, desarrollar y fortalecer su identidad y tradiciones en lo espiritual, cultural, lingü ístico,
social, político y econó mico […]”). El art. 209 de la Constitució n regula el Tribunal Supremo
Electoral (en adelante TSE), pero no menciona ninguna funció n de RC:

El Tribunal Supremo Electoral, con sede en Quito y jurisdicció n en el terri-


torio nacional, es persona jurídica de derecho pú blico. Gozará de autonomía
administrativa y econó mica, para su organizació n y el cumplimiento de sus
112 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

funciones de organizar, dirigir, vigilar y garantizar los procesos electorales, y


juzgar las cuentas que rindan los partidos, movimientos políticos, organizacio-
nes y candidatos, sobre el monto, origen y destino de los recursos que utilicen
en las campañ as electorales .
Su organizació n, deberes y atribuciones se determinará n en la ley.
Se integrará con siete vocales principales, quienes tendrá n sus respectivos su-
plentes, en representació n de los partidos políticos, movimientos o alianzas
políticas que hayan obtenido las má s altas votaciones en las ú ltimas elecciones
pluripersonales, en el ámbito nacional, los que presentará n al Congreso Nacio-
nal las ternas de las que se elegirán los vocales principales y suplentes.
Los vocales será n designados por la mayoría de los integrantes del Congreso,
permanecerá n cuatro añ os en sus funciones y podrá n ser reelegidos.
El Tribunal Supremo Electoral dispondrá que la fuerza pú blica colabore para
garantizar la libertad y pureza del sufragio.

LEYES Y REgLAMENTOS
La Direcció n General de Registro Civil, Identificació n y Cedulació n (DGRCIC) se creó en 1900
como dependencia adscrita a diversos Ministerios: Ministerio de Hacienda, luego del Ministerio
de Fomento, de la Direcció n General de Estadísticas, del Tribunal Supremo Electoral. Se le
asig- naron responsabilidades como elaborar los padrones electorales y asumir la Direcció n
Nacional de Seguridad. La situació n de la Institució n fue incierta hasta 1959, añ o en el cual
definitivamente comienza a funcionar como Direcció n General de Registro Civil, Identificació n
y Cedulació n, dependiente del Ministerio de Gobierno. Esta misma situació n es la que continú a
actualmente. Mediante Decreto Supremo nº 3020, del 5 de enero de 1965, publicado en el
Registro Oficial nº 408, se reformó la DGRCIC, y se amplió su ámbito de acció n. Al cabo de un
añ o, la Ley de Registro Civil, Identificació n y Cedulació n - LRCIC (expedida por Decreto
Supremo nº 402, de 10 de febrero de 1966, publicada en Registro Oficial nº 690, de 14 de
Febrero de 1966) quiso codificar todo el sistema de RC e identificació n.

En 1976 se promulgó una nueva LRCIC, por Decreto Supremo nº 278 de 1976: se
pretendió armonizar esta Ley con las innovaciones introducidas en el derecho civil ecuatoriano
y facilitar la prestació n de servicios a la comunidad. A partir de entonces, la LRCIC ha sido
modificada parcialmente a través de decretos ejecutivos, lo cual no necesariamente ha favorecido
su aplicació n. También se han dictado varios instructivos, que se fundamentan en las decisiones
políticas, los criterios de los directivos y en las necesidades coyunturales.
El 7 de diciembre de 2004, mediante Decreto Ejecutivo nº 2283, se dispuso que el Consejo
de Modernizació n del Estado (CONAM), emprenda la reforma y modernizació n de la
Direcció n General de Registro Civil, Identificació n y Cedulació n, con el fin de que preste un
servicio eficaz y libre de corrupció n a los ecuatorianos.
V. Anexos – Ecuador |

Posteriormente, el 15 de julio de 2005, por Decreto Ejecutivo nº 331, se creó el Sistema


Nacional de Registro Civil, Identificació n y Cedulació n, con el cará cter de ú nico y con el fin
de garantizar el derecho a la identidad de los ciudadanos ecuatorianos y de los extranjeros
residentes en el territorio nacional para el ejercicio de sus derechos constitucionales.
La LRCIC otorga las siguientes funciones a la DGRCIC:

Art. 1 (Reformado por el Art. 14 de la Ley 125, R.O. 479, 26-IV-83): “Funciones de
la Direcció n General.- La Direcció n General de Registro Civil, Identificació n y Cedulació n
funcionará, como dependencia del Ministerio de Gobierno, en la Capital de la Repú blica.
Corresponde a esta Direcció n la celebració n de matrimonios, la inscripció n de los hechos y
actos relativos al estado civil de las personas residentes en el territorio de la Repú blica y de
los ecuatorianos residentes en el exterior, y su identificació n y cedulació n. Tiene por finalidad
específica organizar dichas inscripciones, otorgar las cédulas de identidad y de identidad y
ciudadanía”222.
El art. 14 completa la organizació n estableciendo la sede y competencia: “En cada
capital de provincia, cabecera cantonal y cabecera de parroquia rural, habrá una Jefatura de
Registro Civil, Identificació n y Cedulació n, que tendrá competencia dentro de su respectiva
circunscripció n territorial. El Jefe de Registro Civil de la capital provincial será el superior
jerárquico administrativo del personal de Registro Civil, Identificació n y Cedulació n de toda
la provincia; y el Jefe de Registro Civil de la cabecera cantonal lo será del personal en todo
el cantó n. Tendrán, además, las atribuciones señ aladas en esta Ley. El Director General está
facultado para establecer oficinas auxiliares de registro civil, ú nicamente para la inscripció n de
nacimientos y defunciones, en las ciudades que por la gran densidad de su població n requieran
de estas oficinas”.
La inscripció n en el RC es obligatoria (art. 124 LRCIC: Obligatoriedad de la Inscripció n.-
Declá rase obligatoria la inscripció n en el Registro Civil de los ecuatorianos cuyos nacimientos
no estuvieren registrados, cualquiera que fuere la fecha en que éstos hayan ocurrido).
La inscripció n en el RC es gratuita para los ecuatorianos: art. 19 LRCIC (artículo sustituido
por Artículo 11 de Ley No. 6, publicada en Registro Oficial Suplemento 98 de 30 de Diciembre
de 1996): “Tarifas por Servicios. Ú nicamente la inscripció n del nacimiento de los ecuatorianos
será gratuita. Previo informe técnico-econó mico del Director Nacional del Registro Civil, y
mediante Decreto Ejecutivo, el Presidente de la Repú blica reglamentará los valores o tarifas por
otorgamiento de partidas, actas, cédulas, copias, certificaciones, reposiciones y otros documentos.
Las inscripciones tardías de nacimientos, defunciones y matrimonios, así como las reposiciones
de cédulas, se efectuarán previo pago de la multa equivalente al 50% del salario mínimo vital del
trabajador en general, vigente a la fecha de dicho pago”.

222
El art. 3 divide la DGRCIC en Departamento de Registro Civil; Departamento de Cedulació n; Departamento
Té cnico Administrativo; Departamento Jurídico; y Jefaturas de Registro Civil, Identificació n y Cedulació n.
114 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

El art. 32 LRCIC regula prolijamente los datos de inscripció n (se establece como requi-
sito la cedula de identidad de los padres). Se faculta (art. 31) al jefe de RC para solicitar a los
profesionales médicos informació n acerca de los nacimientos, que está n obligados a dar la in-
formació n. El plazo de inscripció n es de 30 días (art. 36 LRCIC). Las inscripciones tardías las
regula el art. 54:
Se consideran inscripciones tardías, las que se realicen fuera de los plazos
es- tablecidos en esta Ley, ya se trate de nacimientos, matrimonios o
defunciones. Para el caso de los nacimientos, matrimonios o defunciones
ocurridos en te- rritorio nacional las inscripciones tardías se efectuará n en la
Jefatura de Regis- tro Civil, Identificació n y Cedulació n, correspondiente al
lugar donde se pro- dujeron, cualquiera sea la demora. Si el hecho o acto se
produjo en el exterior, la inscripció n tardía se efectuará ante el Director
Nacional del Registro Civil, Identificació n y Cedulació n. Para las
inscripciones tardías se presentará n los mismos documentos exigibles para las
inscripciones oportunas y, adicional- mente, el comprobante de pago de una
multa equivalente al 50% del salario mínimo vital del trabajador en general,
vigente a la fecha de dicho pago. En caso de la inscripció n tardía del nacimiento
de personas menores de 18 añ os, se exime del pago de la multa señ alada en el
pá rrafo anterior y la inscripció n po- drá realizarse en cualquiera de las
Jefaturas del Registro Civil, Identificació n y Cedulació n del país” (artículo
sustituido por Ley nº 125, publicada en Registro Oficial 379 de 8 de Agosto de
1998).
El art. 33 LRCIC establece la necesidad de acreditar la paternidad: “Prueba sobre filiació n.-
Cuando la inscripció n de un nacimiento no fuere solicitada personalmente por ambos padres
o por su mandatario, se probará su filiació n respecto de dichos padres con la presentació n de la
partida de matrimonio de ellos o de sus respectivas cédulas de identidad o de identidad y ciuda-
danía en las que conste el estado civil de casados entre sí”.
En cuanto a la funció n estadística, el art. 63 de la LRCIC establece lo siguiente:
“Obligatoriedad de informe estadístico: De toda inscripció n de un acto o hecho, constitutivo
o modificatorio, del estado civil de una persona, el Jefe de Registro Civil, Identificació n y
Cedulació n elaborará un informe estadístico. El Instituto Nacional de Estadística suministrará
los respectivos formularios”. El informe será remitido en los diez primeros días de cada mes
(art. 64).
La LRCIC establece dos tipos de procedimientos para reformar o rectificar la informació n
del RC. Un procedimiento judicial: art. 89: “Nulidad o reforma judicial Salvo lo dispuesto en el
artículo 94, si se hubiere omitido alguno de los requisitos determinados en el artículo 25, o se
tratare de una partida con datos inexactos referentes a dichos requisitos, o si cambiare el
sexo del inscrito, el interesado podrá pedir al juez de lo civil competente que declare la
nulidad o la reforma de la partida. La demanda se tramitará en juicio sumario y se resolverá
previos los dictámenes del Jefe de Registro Civil, Identificació n y Cedulació n de la capital
provincial y del
V. Anexos – Ecuador |

Ministerio Pú blico. De encontrar fundada la petició n, el juez declarará en sentencia la nulidad


o la reforma de la partida; ordenará, en el primer caso, que se siente nueva partida con los datos
que necesariamente deberán constar en la sentencia y, en el segundo, que se reformen los datos
inexactos, mediante razó n que al respecto se sentará al margen de la indicada partida o en el
espacio determinado para reformas. De esta sentencia no habrá recurso alguno, salvo la acció n
de perjuicios y el enjuiciamiento penal si hubiere lugar a ello. La demanda se citará por un
pe- rió dico del lugar y, a falta de éste, por carteles fijados en tres parajes concurridos del lugar del
juicio. Las oposiciones se tramitará n en juicio sumario”.
Junto a este procedimiento judicial está el procedimiento administrativo, para casos de error
manifiesto o de hecho: art. 90:
Reforma administrativa.- En caso de error manifiesto que se desprenda de la
sim- ple lectura o de los antecedentes de la inscripció n, aunque se refieran a datos
esen- ciales de ella, podrá solicitarse la reforma respectiva al Director General de
Regis- tro Civil, Identificació n y Cedulació n, quien, de encontrar procedente la
petició n, y previo dictamen del Departamento Jurídico, expedirá la resolució n
pertinente, ordenando al Jefe de Registro Civil, Identificació n y Cedulació n la
reforma co- rrespondiente. Igual procedimiento se observará para la reforma de una
inscripció n de nacimiento en la cual aparezca el inscrito como hijo de padres
casados entre si y constare por el matrimonio posterior de los mismos que no lo
ha sido, o cuando uno de los padres o ambos lo reconocieren como hijo fuera de
matrimonio, o se de- clarare judicialmente la paternidad o maternidad. Si se tratare
de una partida en la que se hubiere omitido algú n requisito reglamentario o
incurrido en alguna equi- vocació n no sustancial, el interesado podrá solicitar su
reforma correspondiente al Jefe de Registro Civil, Identificació n y Cedulació n,
quien, previo conocimiento de causa y siempre que se haya justificado los
fundamentos de la petició n, dictará la resolució n pertinente ordenando la
reforma solicitada.
La identificació n se halla regulada en los arts. 97 y ss. de la LRCIC, que prevé dos tipos
distintos de identificació n:
Art. 97: Documento que acredite la identidad personal.- La identidad personal de
los habitantes de la Repú blica se acreditará mediante la cédula de identidad o la
de identidad y ciudadanía, que serán expedidas por las Jefaturas de Registro Civil,
Identificació n y Cedulació n, a base de los datos de filiació n constantes en las actas
de Registro Civil o en el correspondiente documento de identificació n si se
tratare de extranjeros, y de las impresiones digitales, palmares o plantares, segú n
el caso.
La cédula de identidad no tiene fines electorales (y por ello se aplica a extranjeros y a todos
aquellos que no pueden votar): Art. 104: “Objetivo.- La cédula de identidad tiene por objeto
identificar a los ecuatorianos que no se encuentren en goce de los derechos políticos (lo cual in-
cluye a los menores) y a los extranjeros admitidos en calidad de residentes”. Art. 105: “Quienes
están obligados a solicitarla y plazos.- Deben obtener cédula de identidad los ecuatorianos a
116 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

partir de la fecha de inscripció n de su nacimiento, y los extranjeros residentes en el Ecuador, en


el plazo de treinta días después de haber obtenido la autorizació n de residencia”.
Por el contrario, la otra cédula (de ciudadanía) se refiere a quienes tengan ciudadanía y
derechos políticos plenos: art. 106: “Objetivo.- La cédula de identidad y ciudadanía tiene por
objeto identificar a los ecuatorianos en goce de los derechos políticos. Esta cédula, será, además,
el documento idó neo para ejercer el derecho de sufragio”. Art. 107.- Quienes está n obligados
a solicitarla y plazos.- Están obligados a obtener cédula de identidad y ciudadanía, por primera
vez, los ecuatorianos al cumplir la mayor edad y entrar en el goce de los derechos políticos.
La LRCIC establece a todos los efectos la equivalencia entre la cédula y la partida de na-
cimiento: art. 123.- Presentació n de la Cédula en sustitució n de la partida de nacimiento.- La
cédula de identidad y la de identidad y ciudadanía tendrá n el mismo valor que la partida de
nacimiento, y su sola presentació n reemplazará a este documento. Las instituciones pú blicas
o privadas que requieran de partidas de nacimiento están obligadas a aceptar la presentació n
o exhibició n de la respectiva cédula en sustitució n de la partida; con la sola excepció n de las
actuaciones judiciales y otras que forzosamente requieran de certificació n o de copia autorizada
de la partida de nacimiento”.
La coordinació n entre el RC y el sistema electoral la regula el art. 119 LRCIC: “La Direc-
ció n General de Registro Civil, Identificació n y Cedulació n, pondrá a disposició n del Tribunal
Supremo Electoral los archivos del Departamento de Identificació n y Cedulació n a su cargo”
(texto dado por la Ley 125, publicado en Registro Oficial 479 de 26 de abril de 1983).
Existe una publicidad del RC con fines de transparencia electoral: art. 120 LRCIC: “La Di-
recció n General de Registro Civil, Identificació n y Cedulació n permitirá el acceso a los archivos
a los delegados de los Partidos Políticos, siempre que fueren autorizados por el Tribunal Supremo
Electoral, con el objeto de comprobar la correcció n y autenticidad de los Padrones Electorales”
(texto dado por Ley 125, publicado en Registro Oficial 479 de 26 de abril de 1983).
Los empleados del RC son funcionarios ordinarios del sistema de servicio civil: art. 4 LR-
CIC: “Personal de Servidores.- La Direcció n General de Registro Civil, Identificació n y Ce-
dulació n funcionará con el personal determinado en el Presupuesto General del Estado. El
personal será nombrado y removido por el Director General, con sujeció n a la Ley de Servicio
Civil y Carrera Administrativa”.
Como consecuencia de tendencias descentralizadoras, hay municipios a los que se ha trans-
ferido la gestió n del RC. Por ejemplo, en 2005, la Municipalidad de Guayaquil, amparándose
en el postulado constitucional de descentralizació n del Estado y con fundamento en la Ley es-
pecial de la materia, solicitó al Gobierno Central la transferencia de la competencia del Registro
Civil, Identificació n y Cedulació n. El 15 de Julio de 2005, el Ministerio de Gobierno y Policía,
la Direcció n Ejecutiva del Consejo Nacional de Modernizació n del Estado (CONAM) y la
Direcció n General de Registro Civil, Identificació n y Cedulació n aceptaron de manera expresa
la solicitud formulada por la Municipalidad.
V. Anexos – Ecuador |

El 28 de noviembre de 2005, una vez determinada la plena capacidad operativa de la Muni-


cipalidad, y contando con el informe favorable del Procurador General del Estado, se suscribió
el “Convenio para la Transferencia de Competencias para la prestació n de servicios de la Direc-
ció n General de Registro Civil, Identificació n y Cedulació n hacia la Municipalidad del cantó n
Guayaquil”, en virtud del cual se descentralizó de manera definitiva todas las competencias
para la prestació n de los servicios pú blicos del Registro Civil, Identificació n y Cedulació n en
el Cantó n Guayaquil, para que sean ejercitadas por la Municipalidad en forma directa o bajo
cualquiera de las modalidades establecidas en el ordenamiento jurídico ecuatoriano.
En enero de 2006, mediante Acuerdo Ministerial No. 012 expedido por el Ministro de Go-
bierno y Policía (publicado en el Registro Oficial No.198 del 30 de Enero de 2006), se aprobó
el estatuto social y se confirió de personalidad jurídica a la Corporació n Registro Civil de Gua-
yaquil como entidad municipal sin fin de lucro, constituida por la Municipalidad de Guayaquil
con el objeto de ejecutar en forma transparente, eficiente y eficaz las competencias asumidas
mediante el Convenio antes citado. Finalmente, el 21 de Septiembre de 2006, el Concejo Can-
tonal de Guayaquil aprobó la “Ordenanza ratificatoria de la competencia de la Corporació n
Registro Civil de Guayaquil”, publicada el 3 de Octubre de 2006 y en virtud de la cual se de-
termina que, para todos los efectos legales, el Director(a) Ejecutivo(a) de la Corporació n ejerce
en el cantó n Guayaquil todas las competencias que la Ley de Registro Civil, Identificació n y
Cedulació n le atribuye a la Direcció n General de Registro Civil, Identificació n y Cedulació n y
a sus diversos ó rganos.
En 2006 comenzó una campañ a llamada “Juntos por el derecho a la identidad” en la que
participan instituciones oficiales (ademá s del RC, el Ministerio de Educació n, instituto de la
niñ ez, consejo de desarrollo de los pueblos) así como UNICEF y ACNUR. Se han implantado
brigadas mó viles.
Otras leyes: Ley de Maternidad Gratuita y Atenció n a la Infancia (Ley sin nú mero, Regis-
tro Oficial Suplemento No. 523 de 9 de Septiembre de 1994). Ha sido codificada por Codifica-
ció n 6, Registro Oficial Suplemento 349 de 5 de Septiembre del 2006.
11

EL SALVADOR

DERECHO INTERNaCIONaL
El Salvador ratificó la Convenció n sobre los Derechos del Niñ o así como la Convenció n Ame-
ricana sobre Derechos Humanos.

DERECHO CONSTITUCIONAL
La Constitució n Política de la Repú blica de El Salvador es de 1983 y recibió una serie de
refor- mas por el Decreto Legislativo nº56, del añ o 2000. Dicha Constitució n reza en su
artículo 36: “Toda persona tiene derecho a tener un nombre que la identifique. La ley
secundaria regulará esta materia.” Asimismo, el artículo 36 establece “No se consignará en las
actas del Registro Civil ninguna calificació n sobre la naturaleza de la filiació n, ni se expresará
en las partidas de nacimiento el estado civil de los padres.”
Art. 77.- Para el ejercicio del sufragio es condició n indispensable estar inscrito en
el Registro Electoral, elaborado en forma autó noma por el Consejo Central de
Elecciones, y distinto a cualquier otro registro pú blico.
Respecto a la nacionalidad, el artículo 90 hace efectivo tanto el Jus Soli como el Jus San-
guinis además de “los originarios de los demás Estados que constituyeron la Repú blica Federal
de Centro América, que teniendo domicilio en El Salvador, manifiesten ante las autoridades
competentes su voluntad de ser salvadoreñ os, sin que se requiera la renuncia a su nacionalidad
de origen.”
El artículo 144 de la Carta magna salvadoreñ a indica el rango de ley de los tratados interna-
cionales celebrados por El Salvador, ninguna ley puede oponérseles pero la Constitució n prima
sobre las disposiciones del tratado que sean le sean contrarias.
Respecto a la descentralizació n, el artículo 203 establece la independencia econó mica, ad-
ministrativa y técnica de los municipios “y se regirán por un Có digo Municipal, que sentará
los principios generales para su organizació n y funcionamiento y ejercicio de sus facultades
autó nomas.”
El capítulo XII de la Constitució n se refiere al Consejo Central de Elecciones que estará
dirigida por “la Asamblea Legislativa, de cada una de las ternas propuestas por los tres partidos
políticos o coaliciones legales que hayan obtenido mayor nú mero de votos en la ú ltima elecció n
presidencial.” Esta institució n, de acuerdo al artículo 209, es la responsable y “autoridad supre-
ma” de todas las actividades referidas al sufragio.
V. Anexos – El Salvador |

LEYES Y REgLAMENTOS

Ley Orgá nica Del Registro Nacional De Las Personas Naturales de 1995. Por Decreto
Legislativo nº 488, del 27 de octubre de 1995, se creó el Registro Nacional de las Personas
Naturales como entidad de derecho pú blico, con autonomía en lo técnico y administrativo; en
funció n del decreto nº 552 se creó la Ley Orgá nica Del Registro Nacional De Las Personas
Naturales o “Registro Nacional” que “administrará los sistemas del Registro Nacional de las
Personas Naturales, el Registro del Documento Ú nico de Identidad y los demás que determinen
las leyes.”

El Registro Nacional tiene las siguientes atribuciones (art. 3): mantener, actualizar y
conservar la informació n registral, dar “certeza oficial” de los hechos y actos vitales, organizar un
registro centralizado nacional, proporcionar informació n al Tribunal Supremo Electoral “para
la inscripció n de las personas en el Registro Electoral”; dar informació n a la Policía Nacional
Civil, a la Fiscalía General de la Repú blica y a las autoridades judiciales, y, finalmente, “reponer”
registros destruidos o deteriorados.

Entre sus facultades (art. 4) se encuentran: participar en la elaboració n de las estadísticas


vitales del país, y “proporcionar a los organismos del Estado la informació n estadística necesaria
que contribuya a fijar la política poblacional que más convenga a los intereses del país.”

De acuerdo al artículo 13 de la ley orgánica, el patrimonio del Registro Nacional estará


constituido por: los fondos provenientes del Presupuesto de la Nació n, los donativos internos y
externos y los fondos provenientes de sus propios ingresos.

El funcionamiento de este Registro Nacional, respecto a los procedimientos registrales


en general, de acuerdo al artículo 19 de su propia ley orgánica, se encuentra en la Ley
Transitoria del Registro del Estado Familiar y de los Regímenes Patrimoniales del
Matrimonio, (que detallamos a continuació n), “las disposiciones pertinentes del Có digo
Electoral y demás leyes sobre la materia.”
Ley Transitoria Del Registro Del Estado Familiar Y De Los Regimenes Patrimoniales
Del Matrimonio. Decreto 496 de 1995.223 De acuerdo al considerando IV de esta ley, con la
promulgació n de la Ley Orgánica del Registro Nacional de las Personas Naturales, todo lo
concerniente al Registro del Estado Familiar y de los Regímenes Patrimoniales del
Matrimonio, se regirá por esta Ley Transitoria. Sin embargo, esta ley se mantiene en vigencia
y continú a regulando los temas de registro civil:
Art. 1.- La Presente Ley tiene por objeto establecer un régimen para registrar,
conservar y facilitar la localizació n y consulta de la informació n sobre hechos y

223
Reformas: D.L. Nº 562, del 22 de diciembre de 1995, publicado en el D.O. Nº 23, Tomo 330, del 2 de febrero de 1996.
D.L. Nº 585, del 29 de abril de 1999, publicado en el D.O. Nº 99, Tomo 343, del 28 de mayo de 1999. D.L. Nº 82, del
27 de julio de 2000, publicado en el D.O. Nº 184, Tomo 349, del 3 de octubre de 2000.
120 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

actos jurídicos constitutivos, modificativos o extintivos del estado familiar de las


personas naturales, así como sobre los regímenes patrimoniales del matrimonio y
sobre los demá s hechos o actos jurídicos que legalmente se determinen.
El artículo 2 especifica 4 principios del registro civil: la publicidad de la informació n (la cual
“es pú blica y puede ser consultada por cualquier persona”), la gratuidad de los servicios de los
registros (mas no de otros procesos que dependerán de las ordenanzas municipales), obligatorie-
dad del registro y la legalidad (solo asentar la informació n de acuerdo a los criterios de ley “los
responsables locales de llevar el Registro del Estado Familiar y el de regímenes Patrimoniales
será n las municipalidades de la Repú blica.”
Art. 8.- La oficina de los registros estará a cargo de un Registrador del Estado
Familiar, quien deberá ser Abogado de la Repú blica, será el jefe del personal de la
misma y el responsable de las actuaciones jurídicas y administrativas de ésta.224
Dentro de los deberes y atribuciones del Registrador del Estado Familiar se encuentra el de
sensibilizació n de la població n sobre la importancia del registro: “adoptar las medidas necesarias
para informar al pú blico de la obligatoriedad, necesidad, procedimientos y requisitos de los
asientos y el valor de las estadísticas vitales.”
Respecto a las inscripciones tardías, el artículo 16 de esta ley indica que cuando un “infor-
mante” no avise al registrador de un hecho o acto que deba ser registrado dentro del periodo
de ley, “incurrirá en una multa de veinticinco colones si es particular y de cincuenta colones si
el infractor fuere funcionario pú blico o notario.” Asimismo, para la inscripció n del nacimiento
de un mayor de cinco añ os “será preciso que exista resolució n judicial que ordene el asiento
o actuació n notarial para el mismo efecto.” Lo mismo respecto a defunciones que se intentan
registrar pasado el plazo de ley.
Rectificació n y subsanació n de asientos: Art. 17.- Los registradores de familia a solicitud
de las personas a las que se refiere el asiento, sus representantes legales o los herederos de aque-
llos, podrán rectificar bajo su responsabilidad y mediante resolució n motivada las omisiones
materiales y los errores materiales o manifiestos, cometidos al asentarse un hecho o acto en
los registros. En caso de una subsanació n no motivada por errores u omisiones “materiales o
manifiestos”225, se deberá justificar por resolució n judicial o mediante actuació n notarial “cuando
sea procedente.”

224
En las poblaciones donde no existiere dicho funcionario ejercerá n sus atribuciones el Alcalde Municipal y su Secretario
y todo lo que se exprese en ésta y otras leyes sobre el Registrador del Estado Familiar, se entenderá referido también a
aquellos cuando desempeñ en tales funciones.
225
a) Cuando en el asiento se alteren frases o informació n contenida en los documentos originales, se copien unas palabras
por otras, se escriban éstas en forma incorrecta o se supriman palabras o pasajes incluidos en tales documentos;
b) Si se desprende de la sola lectura del respectivo asiento; y,
c) Cuando se deduce de los antecedentes que le dieron origen a la inscripció n o de su cotejo con otros documentos
pú blicos o auté nticos.
V. Anexos – El Salvador |

En lo referido a impugnaciones, los recursos y atribuciones se establecen “de acuerdo a


lo prescrito por el Có digo Municipal.”
Art. 24.- En el Registro del Estado Familiar se inscribirá :

a) Los nacimientos;

b) Los matrimonios;

c) Las uniones no matrimoniales;

d) Los divorcios;

e) Las defunciones; y,

f) ) Los demás hechos o actos jurídicos de las personas naturales que determine la ley.

Sobre el registro de nacimientos, matrimonio y defunciones


Los padres tienen la obligació n de informar del nacimiento y todos los datos necesarios, a
falta de ambos, la obligació n está en el pariente más cercano y deberá hacerse dentro de los
quince días hábiles. “En defecto de todas las personas mencionadas en el inciso precedente, la
comunicació n la deberá hacer el Procurador General de la Repú blica, dentro de los quince días
siguientes a aquel en que tuvo conocimiento del hecho.” Se debe entregar al registrador la cons-
tancia expedida por el hospital o por “persona autorizadas para atender partos”. En su defecto,
se necesitará n dos testigos mayores de edad (de 18 añ os).
Contenido de la partida de nacimiento

Art. 29.- La partida de nacimiento deberá contener:

a) El nombre propio y sexo del nacido;


b) El lugar, día y hora en que ocurrió el nacimiento; y,

c) El nombre, apellido, edad, lugar de nacimiento, domicilio, profesió n u oficio,


nacionalidad, clase y nú mero de documento de identidad de los padres o de la
madre, en su caso.
Prohibiciones

Art. 30.- En la partida de nacimiento no se consignará ninguna calificació n sobre


la naturaleza de la filiació n del inscrito, ni se expresará el estado familiar de los
padres.
Tampoco podrá llevarse en el Registro del Estado Familiar libros o cualquier
otra forma de asiento de datos de nacimiento separados, basándose en el origen
filiato- rio de los inscritos.
Respecto a la partida de matrimonio, ésta deberá contener:
122 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

a) El nombre propio, apellido, edad, estado familiar anterior, nacionalidad,


pro- fesió n u oficio, domicilio, lugar de nacimiento, nú mero y clase de
documento de identidad de cada uno de los contrayentes;
b) El nombre propio, apellido, profesió n u oficio y domicilio de los padres de
los contrayentes;
c) El nombre propio y apellido del funcionario o notario que autorizó el matri-
monio, del Secretario en su caso y de los testigos que lo presenciaron;
d) El lugar, día y hora en que se celebró el matrimonio;
e) Expresió n del apellido por el que hubiere optado la mujer al casarse; y,
f ) El régimen patrimonial del matrimonio acordado por los contrayentes.
Respecto al registro de defunciones: “Art. 39.- En este registro se inscribirá toda defunció n de
personas, es decir la desaparició n permanente de todo signo de vida, cualquiera que sea el tiempo
transcurrido desde el nacimiento con vida, segú n se define en el artículo 25 de esta Ley.”
No estarán sujetas a inscripció n las defunciones fetales, es decir las muertes ocurri-
das con anterioridad a la expulsió n completa o extracció n del cuerpo de la
madre de un producto de la concepció n, cualquiera que haya sido la duració n del
emba- razo. La defunció n se determinará por el hecho de que, después de la
expulsió n o extracció n, el feto no muestra ninguno de los signos de vida
especificados en el artículo 25 de la presente Ley. De estas defunciones
ú nicamente se llevará un ar- chivo especial para efectos estadísticos.

Casos de destrucción o pérdida de libros


En caso de destrucció n total o parcial de libros registrales, el registrador levantará un acta para
constatar dicha situació n. Esto lo hará de oficio o por solicitud del interesado. “Con base en esa
acta, el Concejo Municipal acordará la reposició n de los libros o de las inscripciones, cuando
sea procedente.”
Ley Especial Reguladora De La Emisió n Del Documento Ú nico De Identidad de 2001. 226
Bajo competencia del Registro Nacional de las Personas Naturales, la emisió n de estos docu-
mentos “documento suficiente para identificarse fehacientemente en todo acto pú blico o priva-
do” tanto dentro del país como en el extranjero. Mientras no se emita el Documento Ú nico de
Identidad, continuarán las Alcaldías Municipales, extendiendo las Cédulas de Identidad Per-
sonal, Este documento o DUI, “constituirá un instrumento de trascendental importancia en el

226
Decreto nº 685: Ley especial para la emisió n del documento ú nico de identidad en el exterior, de 2005:
Art. 1.- La presente ley tiene por objeto facultar al Registro de Personas Naturales (RNPN) para la emisió n del Documento
Ú nico de Identidad (DUI) fuera del territorio nacional.
Art. 2.- El Registro Nacional de las Personas Naturales, es la entidad responsable de la Administració n del Sistema de
Registro de Documento Ú nico de Identidad, tanto dentro como fuera del territorio de la Repú blica.
Para la emisió n del DUI en el exterior, el RNPN contará con la cooperació n del Ministerio de Relaciones Exteriores, a
travé s de las Representaciones Diplomá ticas y Consulares acreditadas por El Salvador.
V. Anexos – El Salvador |

contexto de la seguridad nacional, especialmente referida la seguridad ciudadana y la jurídica”;


“En el Sistema de Registro del Documento Ú nico de Identidad, se registrarán y conserva-
rán en forma centralizada, permanente y actualizada toda la informació n referente a la identidad
de las personas naturales.”
Respecto al precio del DUI
Artículo 7.- Los ciudadanos que estando obligados a obtener el DUI, no lo so-
liciten en el término a que se refiere el inciso 2° del Artículo 4, deberá n pagar el
precio de dicho documento, equivalente a ocho dó lares, que incluye el Impuesto a
la Transferencia de Bienes Muebles y a la Prestació n de Servicios.
Artículo 8.- El precio del DUI, a partir del día uno de noviembre del añ os dos mil
dos, será de diez dó lares con treinta y un centavos.
Ley Del Nombre De La Persona Natural de 1990. 227 De acuerdo a esta ley, el nombre es un
derecho, un atributo y medio de individualizació n de la persona, al mismo tiempo, un medio de
identificació n que debe ser protegido por el Estado.
El nombre incluye el nombre propio y el apellido. El nombre propio estará formado por dos
palabras como máximo. De acuerdo al Artículo 11 “no se podrá asignar nombre propio, cuando
fuere lesivo a la dignidad humana, impropio de personas o equívoco respecto al sexo, salvo
en este ú ltimo caso cuando tal nombre esté precedido de otro determinante del sexo.”
Respecto al cambio de nombre, só lo podrá efectuarse por causales de ley “el cambio del
nombre para crear una falsa identidad, dará lugar a responsabilidad penal.” Artículo 23.- En los
casos de homonimia, cualquiera de los interesados tendrá derecho a solicitar que se cambie su
nombre propio. También procederá el cambio del nombre propio o del apellido, por una sola vez,
cuando fuere equívoco respecto del sexo, impropio de persona, lesivo a la dignidad humana,
extranjero que se quisiera castellanizar o sustituir por uno de uso comú n. Si se decretare
judicialmente el cambio de nombre propio se cancelará la partida de nacimiento y se asentará
una nueva.
Artículo 29.- En los casos de usurpació n de nombre, el perjudicado tendrá acció n
para hacerla cesar.
Artículo 34.- El nombre se prueba con la certificació n de la partida de
nacimiento. Có digo Municipal de 1986 (Decreto nº 274)
Art. 1.- El presente Có digo tiene por objeto desarrollar los principios constitu-
cionales referentes a la organizació n, funcionamiento y ejercicio de las facultades
autó nomas de los municipios.
Art. 4.- Compete a los Municipios:
15. La formació n del Registro del Estado Familiar y de cualquier otro registro
pú blico que se le encomendare por ley.

227
Decreto Legislativo Nº 450, del 22 de febrero de 1990, publicado el 4 de mayo de 1990.
12

GUATEMALA

DERECHO INTERNACIONAL
Guatemala ha ratificado la CDN (1990) y la Convenció n Americana sobre Derechos Humanos
(1978).

DERECHO CONSTITUCIONAL
La Constitució n de 1985 (reformada en 1993) no menciona el DI ni el RC. Sí alude al Registro
de Ciudadanos (registro electoral), estableciendo el derecho y el deber de los mayores de edad de
inscribirse en él (art. 136)228. Las reglas sobre nacionalidad y ciudadanía (arts. 144 a 148) no
vinculan la nacionalidad con el RC. Se habla en la constitució n, bien es cierto que indirectamente,
del RC al establecer la competencia de los alcaldes para celebrar matrimonios (y por tanto para
inscribirlos: art. 49: “Matrimonio. El matrimonio podrá ser autorizado por los alcaldes,
concejales, notarios en ejercicio y ministros de culto facultados por la autoridad administrativa
correspondiente”)229. La misma mención indirecta está en el art. 31, relativo al acceso a archivos
y registros estatales: “Toda persona tiene el derecho de conocer lo que de ella conste en archivos,
fichas o cualquier otra forma de registros estatales, y la finalidad a que se dedica esta informació n,
así como a correcció n, rectificació n y actualizació n. Quedan prohibidos los registros y archivos
de filiació n política, excepto los propios de las autoridades electorales y de los partidos
políticos”.
Existen previsiones constitucionales para las minorías culturales e indígenas (art. 58: “Iden-
tidad cultural. Se reconoce el derecho de las personas y de las comunidades a su identidad
cultural de acuerdo a sus valores, su lengua y sus costumbres”. Art. 66: “Protecció n a grupos
étnicos. Guatemala está formada por diversos grupos étnicos entre los que figuran los grupos
indígenas de ascendencia maya. El Estado reconoce, respeta y promueve sus formas de vida,
costumbres, tradiciones, formas de organizació n social, el uso del traje indígena en hombres
y mujeres, idiomas y dialectos”).

LEYES Y REgLAMENTOS
En Guatemala no existe una ley de RC. Se aplican una serie de normas, desde el CC de 1963
hasta el Có digo Municipal (2002), que incluyen también el Có digo del Notariado de 1946, la

228
Se alude asimismo al Registro General de la Propiedad (art. 230).
229
El art. 53 p) del Có digo Municipal (2002) establece la competencia del alcalde para “autorizar, a título gratuito, los
matrimonios civiles, dando dentro de la ley las mayores facilidades para que se verifiquen, pudiendo delegar esta funció n
en uno de los concejales.
V. Anexos – Guatemala|

Ley del Organismo Judicial de 1989, la ley electoral y de partidos políticos (1985), la ley de
protecció n integral de la niñ ez y la adolescencia (2003), y desde 2005, la ley de creació n del
RENAP (decreto 90/2005).
Hasta 2005, la funció n de identificació n estaba separada de la de RC y de la electoral. Existían
tres funciones distintas desempeñ adas por tres ó rganos distintos (el TSE y los Municipios, en su
doble vertiente de gestores del RC y de la identificació n). Hoy solo hay dos ó rganos: el Tribunal
Supremo Electoral (TSE) y el RENAP.
a) El Tribunal Supremo electoral estaba, y aun esta, encargado del Registro de Ciudadanos,
que es el documento que recoge el conjunto de personas con derecho a voto. El art. 3 b)
de la ley electoral y de partidos políticos de 1985 obliga a los ciudadanos (definidos como
todos los guatemaltecos mayores de edad) a inscribirse en el Registro de Ciudadanos. Este
Registro depende del Tribunal Supremo Electoral (es un ó rgano del mismo), está organizado
territorialmente en cabeceras departamentales y municipales, y sus funciones son, segú n el art.
155 de la ley electoral:
a) Todo lo relacionado con las inscripciones de los ciudadanos;

b) Todo lo relacionado con el padró n electoral;


c) Cumplir las resoluciones y sentencias judiciales que se le comuniquen
con relació n a actos de naturaleza electoral;
d) Inscribir a las organizaciones políticas y fiscalizar su funcionamiento;
e) Inscribir a los ciudadanos a cargos de elecció n popular;
f ) Conocer y resolver acerca de la inscripció n, suspensió n, cancelació n y san-
ciones de las organizaciones políticas;
g) Notificar a los partidos políticos de las renuncias de sus afiliados de que
tenga conocimiento de conformidad con lo establecido en el artículo 17
de esta ley; y mantener actualizado el registro de afiliados de los
partidos políticos; y,
g) Las demá s que le señ alen las leyes y reglamentos o el Tribunal Supremo
Electoral.
También existe el padró n electoral (regulado en el art. 224 de la ley electoral y de partidos
políticos), que es la divisió n del Registro de Ciudadanos por cada unidad electoral (a nivel mu-
nicipal): “Con los ciudadanos residentes en cada municipio que se hayan inscrito en el Registro
de Ciudadanos, se elaborará un padró n electoral municipal. Cada padró n electoral municipal se
identificará con el có digo del departamento, del municipio y del nú cleo poblacional correspon-
diente. El Tribunal Supremo Electoral deberá proceder a la divisió n de cada padró n electoral
municipal, atendiendo a criterios de residencia, acceso, distancia, seguridad, població n y con-
diciones necesarias para la instalació n de las juntas receptoras de votos […]”. Su elaboració n
y
126 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

actualizació n está encomendada al Registro de Ciudadanos (“El Registro de Ciudadanos


prepa- rará el padró n electoral con base en los datos de inscripció n de ciudadanos y deberá
mantenerlo actualizado”).
b) La identificació n se realizaba mediante la cédula de vecindad, creada en 1931 y que era
expedida a nivel municipal230. Actualmente, y tras de que en mayo de 2004 se iniciase la
refor- ma electoral, que incluía la reforma de la identificació n y la creació n de una entidad de
RC (el RENAP), la cedulació n está en proceso de ser asumida por el RENAP, que va a expedir
los DPI
– documento personal de identificació n231.

c) Finalmente, el RC estaba en manos de cada uno de los 322 municipios, siendo casi
inexistente la centralizació n. Así lo establecía el art. 373 del Civil232, que ha sido derogado por
la ley RENAP. Del mismo modo, el art. 68 m) del Có digo Municipal (2002) – no expresamente
derogado - establece como competencia municipal “La administració n del registro civil y de
cualquier otro registro municipal o pú blico que le corresponda de conformidad con la ley” 233.
El art. 89 del mismo Có digo, derogado por la ley RENAP, otorgaba al Concejo la potestad de
nombrar al Registrador: “El Concejo Municipal nombrará al registrador civil de su municipio.
En su ausencia el secretario municipal ejercerá sus funciones. Para el nombramiento del cargo,
es necesario ser guatemalteco de origen y ciudadano en ejercicio de sus derechos políticos.
En el desempeñ o del cargo, las funciones del registrador civil estarán normadas por lo que
establece el Có digo Civil y el reglamento respectivo de cada municipio”.
Al registrador se le encomiendan otras funciones relacionadas con el DI: la ley de protec-
ció n integral de niñ ez y adolescencia (2003) señ ala en su art. 27 que el RC municipal debe velar
por que los hospitales identifiquen correctamente a los nacidos (mediante la impresió n plantar
y digital).

230
Art. 14 del Có digo Municipal (2002) – derogado por la ley RENAP -: “Calidad de vecino. La calidad de vecino se
prueba con la cédula de vecindad, cuyo uso es obligatorio, y que deberá extender el Alcalde Municipal, concejal u otro
funcionario que designe el Concejo Municipal, en el caso de los mayores de edad. Los menores de edad se identifican
con la certificació n de su partida de nacimiento y mantienen la vecindad de sus padres”.
231
Por Decreto 29/2007 de 15 de mayo de 2007 se estableció un plazo de dos añ os, a contar desde que RENAP comience a
expedir el DPI el 1 de abril de 2008, para que la cédula sea sustituida por este y pierda su vigencia y validez.
232
“Funció n municipal. Los registros del estado civil se llevarán en cada municipio y estarán a cargo de un registrador
nombrado por el Concejo Municipal. En los lugares en donde no sea necesario el nombramiento especial de
Registrador, ejercerá el cargo el Secretario de la Municipalidad. En la capital y, cuando fuere posible, en las cabeceras
departamentales, el Registrador Civil deberá ser abogado y notario colegiado activo, siendo de reconocida habilidad
para el ejercicio de su profesió n, guatemalteco natural y de reconocida honorabilidad e idoneidad”.
233
El registrador civil municipal tiene también otras funciones. Por ejemplo: art. 19 del Có digo Municipal: “Autorizació n
para la organizació n de vecinos. Las asociaciones de vecinos a las que se refiere el artículo anterior, se constituirá n mediante
escritura pú blica cuyo testimonio será presentado al registrador civil, para los efectos del otorgamiento de la personalidad
jurídica, la que será efecto de su inscripció n en el libro correspondiente del registro civil, en un tiempo no mayor de treinta
(30) días calendario. Los requisitos que debe cumplir la escritura pú blica, sin perjuicio de lo que establece el artículo
veintinueve (29) del Có digo de Notariado, serán: nombre, sede y la duració n de la asociació n, establecer claramente
sus fines, objetivos, el ámbito de su acció n, forma de su organizació n, la identificació n fehaciente de las personas que la
integran, y designació n de quien o quienes ejercerá n su representació n legal”.
V. Anexos – Guatemala|

La carrera de registrador se desarrollaba exclusivamente a nivel municipal 234. La ley RE-


NAP ha pretendido acabar con este sistema, estableciendo un modelo en el que los registradores
van a depender del RENAP235.
Igualmente a nivel municipal existía, hasta 2005, el Registro de Vecindad, regulado en el
hoy derogado art. 16 del Có digo Municipal (2002). Tenia como finalidad acreditar la residencia
en un municipio y otorgar la condició n de vecino236.
Hasta 2005 existían hasta tres registros: el RC, el Registro de Ciudadanos y el Registro de
Vecindad (si le añ adimos el padró n electoral que como se vio es una subdivisió n del Registro de
Ciudadanos, entonces había cuatro). Hoy ha desaparecido el Registro de Vecindad.
Desde 2005 existe el RENAP, definido por el art. 1 su ley de creació n como “entidad au-
tó noma, de derecho pú blico, con personalidad jurídica, patrimonio propio y plena capacidad
para adquirir derechos y contraer obligaciones”. En cuanto a los objetivos, el art. 2 del Decreto
20/2005 establece que
El RENAP es la entidad encargada de organizar y mantener el registro ú nico de
identificació n de las personas naturales, inscribir los hechos y actos relativos a su
estado civil, capacidad civil y demá s datos de identificació n desde su nacimiento
hasta la muerte, así como la emisió n del Documento Personal de Identificació n.
Para tal fin implementará y desarrollará estrategias, técnicas y procedimientos au-
tomatizados que permitan un manejo integrado y eficaz de la informació n, unifi-
cando los procedimientos de inscripció n de las mismas.

234
El art. 92 del Có digo Municipal remite a otra ley para la determinació n del régimen jurídico de los empleados, y por
tanto de los registradores: “Empleados municipales. Los derechos, obligaciones, atribuciones y responsabilidades de los
empleados municipales están determinadas en la Ley de Servicio Municipal, los reglamentos que sobre la materia emita
el Concejo Municipal, y los pactos y convenios colectivos que se suscriban de conformidad con la ley. Todo empleado
o funcionario municipal será personalmente responsable, conforme a las leyes, por las infracciones u omisiones en que
incurra en el desempeñ o de su cargo”. Art. 93: “Carrera administrativa municipal. Las municipalidades deberá n establecer
un procedimiento de oposició n para el otorgamiento de puestos, e instituir la carrera administrativa, debiéndose garantizar
las normas adecuadas de disciplina y recibir justas prestaciones econó micas y sociales, así como, estar garantizados contra
sanciones o despidos que no tengan fundamento legal, de conformidad con la Ley de Servicio Municipal”.
235
Ley RENAP, Artículo 96. Octavo Transitorio. “Personal de los actuales Registros Civiles. El RENAP podrá contratar
al personal que labore actualmente en los Registros Civiles de la Repú blica, quienes continuarán desempeñ ando sus
funciones con la obligació n de capacitarse simultá neamente en la Escuela del RENAP, debiendo para el efecto someterse
a la respectiva evaluació n”.
236
“Cada municipio tendrá su registro de vecindad en el que constará la calidad de cada vecino mayor de edad y los demás datos personales
que lo identifican. Es prohibido, bajo responsabilidad penal, que un habitante esté inscrito como vecino en más de un (1) municipio,
siendo en consecuencia, responsable de conformidad con la ley. Todo vecino está obligado a inscribirse en el registro de vecindad de su
municipio dentro de los treinta (30) días hábiles siguientes de alcanzar la mayoría de edad o al darse las condiciones para adquirir
esa calidad consignada en el presente Código. El incumplimiento de lo dispuesto en este párrafo será sancionado con una multa que
fijará el Concejo Municipal dentro de los límites establecidos en este Código. Cuando la persona cambie de vecindad, deberá presentar
certificación literal de su partida de nacimiento y su cédula de vecindad ante el registro de la nueva residencia para que se le
inscriba como vecino, y se le extienda una nueva cédula, recogiéndosele la anterior. Inmediatamente después, el registro dará aviso
certificado con conocimiento al de la vecindad antigua, para que se haga la cancelación de la inscripción correspondiente. La omisión
de este aviso o la falta de cancelación de registro de vecindad anterior, hará responsable al funcionario o empleado que deba darlo u
operarlo, al pago de una multa equivalente al cincuenta por ciento (50%) del sueldo base devengado mensualmente por el funcionario y
empleado responsable, que impondrá el Alcalde e ingresará a la tesorería de la municipalidad, sin perjuicio de las demás
responsabilidades legales”.
128 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

Conforme al art. 5 al RENAP le corresponde “planear, coordinar, dirigir, centralizar


y controlar las actividades de registro del estado civil, capacidad civil e identificació n de las
personas naturales señ aladas en la presente Ley y sus reglamentos”. Como funciones específicas,
el art. 6 añ ade:
a) Centralizar, planear, organizar, dirigir, reglamentar y racionalizar las
inscrip- ciones de su competencia;
b) Inscribir los nacimientos, matrimonios, divorcios, defunciones y demás hechos
y actos que modifiquen el estado civil y la capacidad civil de las personas natu-
rales, así como las resoluciones judiciales y extrajudiciales que a ellas se refieran
susceptibles de inscripció n y los demá s actos que señ ale la ley;
c) Mantener en forma permanente y actualizado el registro de identificació n
de las personas naturales;
d) Emitir el Documento Personal de Identificació n a los guatemaltecos y extran-
jeros domiciliados, así como las reposiciones y renovaciones que acrediten
la identificació n de las personas naturales;
e) Emitir las certificaciones de las respectivas inscripciones;

f ) Enviar la informació n correspondiente al Tribunal Supremo Electoral de los


ciudadanos inscritos y la informació n que éste solicite para el cumplimiento de
sus funciones;
g) Promover la formació n y capacitació n del personal calificado que requiera la
Institució n;
h) Proporcionar al Ministerio Pú blico, a las autoridades policiales y judiciales y
otras entidades del Estado autorizadas por el Registro Nacional de las
Perso- nas -RENAP-, la informació n que éstos soliciten con relació n al estado
civil, capacidad civil e identificació n de las personas naturales;
i) Velar por el irrestricto respeto del derecho a la identificació n de las
personas naturales y los demás derechos inherentes a ellas, derivados de su
inscripció n en el RENAP;
j) Dar información sobre las personas, bajo el principio que la informació n que posea
el RENAP es pú blica, excepto cuando pueda ser utilizada para afectar el honor o
la intimidad del ciudadano. Se establece como informació n pública sin restricció n
solamente el nombre y los apellidos de la persona, su nú mero de identificació n,
fechas de nacimiento o defunción, sexo, vecindad, ocupació n, profesió n u oficio,
nacionalidad y estado civil, no así la direcció n de su residencia;
k) Implementar, organizar, mantener y supervisar el funcionamiento del registro
dactiloscó pico y palmatoscó pico de las personas naturales;
V. Anexos – Guatemala|

l) Plantear la denuncia o constituirse en querellante adhesivo en aquellos casos


en que se detecten actos que pudieran constituir ilícitos penales en materia de
identificació n de las personas naturales; y,
m) Cumplir las demá s funciones que se le encomienden por ley.

Esta a cargo del RENAP un Directorio (art. 9), compuesto por tres personas (magistrado
del TSE, Ministro de Gobernació n, miembro elegido por el Congreso). Lo gestiona un Direc-
tor Ejecutivo (arts. 17 a 22), nombrado por el Directorio por cinco añ os reelegibles, y solo puede
ser cesado por causas tasadas.
Como “oficina ejecutora” esta el “Registro Central de las Personas” (arts. 31 a 41):

El Registro Central de las Personas es la dependencia encargada de centralizar


la informació n relativa a los hechos y actos inscritos en los Registros Civiles de
las Personas, de la organizació n y mantenimiento del archivo central y admi-
nistra la base de datos del país. Para el efecto, elaborará y mantendrá el registro
ú nico de las personas naturales y la respectiva asignació n del có digo ú nico
de identificació n; asimismo enviará la informació n aprobada o improbada a
donde corresponda, para la emisió n del documento personal de identificació n o
para iniciar el proceso de revisió n. Tendrá a su cargo los Registros Civiles de
las Personas que establezca el Directorio en todos los municipios de la
Repú blica, así como los adscritos a las oficinas consulares y el Registro de
Ciudadanos. Estará a cargo del Registrador Central de las Personas, quien
goza de fe pú - blica y su funcionamiento ademá s de regirse por este artículo se
regulará por el reglamento respectivo.
El art. 388 del CC (1963, con sucesivas reformas) establecía la gratuidad de las inscrip-
ciones en el RC. Ello fue retomado por una ley de 2000 de recuperació n de archivos y RC
destruidos237, y ha sido corroborado por la ley RENAP (art. 68: “Las inscripciones ante los Re-
gistros Civiles de las Personas son totalmente gratuitas si se efectú an dentro del plazo legal”). Es
obligatoria la inscripció n en el RC (art. 68 ley RENAP), y es también condició n indispensable
para la obtenció n del DPI.
El plazo de inscripció n es de 30 días (art. 84 ley RENAP). Pasado el mismo, hay que pagar
una cantidad no determinada en la ley sino en el reglamento (la cantidad es de 10 quetzales
= 1.35 US $). La inscripció n tardía hasta los 18 añ os no requiere proceso judicial (art. 76 ley
RENAP).
En cuanto a la publicidad del RC, el art. 67 de la ley RENAP establece que el RC es pú bli-
co. El art. 6 j) de la ley RENAP habla de la facultad de RENAP para

237
Decreto 67/2000 de ley temporal especial de documentació n personal.
130 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

Dar información sobre las personas, bajo el principio que la informació n que posea el
RENAP es pú blica, excepto cuando pueda ser utilizada para afectar el honor o la
intimidad del ciudadano. Se establece como informació n pú blica sin restricció n
solamente el nombre y los apellidos de la persona, su nú mero de identificació n,
fechas de nacimiento o defunció n, sexo, vecindad, ocupació n, profesió n u oficio,
nacionalidad y estado civil, no así la direcció n de su residencia.
El apartado h) establece la competencia para “Proporcionar al Ministerio Pú blico, a las
autoridades policiales y judiciales y otras entidades del Estado autorizadas por el Registro
Na- cional de las Personas la informació n que éstos soliciten con relació n al estado civil,
capacidad civil e identificació n de las personas naturales”.
Esta doble previsió n de publicidad fue impugnada ante la Corte Constitucional, por atentar
contra los derechos a la intimidad y el honor. El recurso fue rechazado por sentencia de octubre
de 2007. Sin embargo, si se aceptaron dos pretensiones. Una frente al apartado d) del art. 15,
que establece como atribuciones del Directorio “Autorizar la prestació n de servicios por parte
del RENAP al sector pú blico y privado, que permitan acceder a informació n relativa al estado
civil, capacidad civil y demá s datos y elementos de identificació n de las personas naturales,
de conformidad con los niveles de acceso que se establecen en esta Ley y su reglamento”.
Otra en lo referente al financiamiento del RENAP, pues en el artículo 101 se habla de una
asignació n estatal de 100 millones de quetzales, pero no se menciona de dó nde se obtendrán; y
finalmente lo referente a la frase “mayor de 25 añ os”, en los artículos 15 y 34, donde se establece
la edad de quien dirija la institució n. La limitació n de edad se considero inconstitucional.
En cuanto a las minorías técnico-culturales, la ley de idiomas nacionales (2003) garantiza
que en todos los actos registrales se respetará las normas de escritura de los idiomas indígenas
maya, xinca y garifunas 238. El art. 20 del Có digo Municipal reconoce los derechos de las comu-
nidades indígenas: “Comunidades de los pueblos indígenas. Las comunidades de los pueblos
indígenas son formas de cohesió n social natural y como tales tienen derecho al reconocimiento
de su personalidad jurídica, debiendo inscribirse en el registro civil de la municipalidad corres-
pondiente, con respeto de su organizació n y administració n interna que se rige de conformidad
con sus normas, valores y procedimientos propios, con sus respectivas autoridades tradicionales
reconocidas y respetadas por el Estado, de acuerdo a disposiciones constitucionales y legales”.
Los arts. 55 a 59 del Có digo Municipal regulan las alcaldías indígenas o comunitarias.
En octubre de 2000 se dictó una ley (Decreto 67/2000 de ley temporal especial de docu-
mentació n personal) tendente a reponer partidas de nacimiento y a reconstituir los archivos
destruidos en la guerra civil.
El proceso de implementació n del RENAP ha sido el siguiente:239

238
El art. 4 del Decreto 67/2000 de ley temporal especial de documentació n personal establecía una publicidad especial en los
idiomas mayas, a realizar en las oficinas de RC.
239
Informació n en www.tse.org.gt
V. Anexos – Guatemala|

En enero de 2007 el Congreso eligió a sus representantes (titular y suplente) en el Direc-


torio del RENAP.
En mayo de 2007 se reformó la ley RENAP (Decreto 90/2005): ley aprobada por Decreto
29/1007 difirió la entrada en funcionamiento de esta entidad en lo referente a la identifica-
ció n.
En la actualidad esta en marcha el proceso de transferencia de los RC municipales (y en
buena medida del personal)240.

240
Ley RENAP, artículo 95. Sé ptimo Transitorio. “De los actuales Registros Civiles. A partir de la creació n del RENAP,
toda la informació n contenida dentro de los Registros Civiles actuales, en medios electró nicos o manuales, pasa a
formar parte integral del mismo. Los Registros Civiles deberán utilizar los procedimientos y mecanismos de
inscripció n, así como encuadrar sus funciones a la forma de operar y la tecnología a utilizar que el RENAP implemente,
todo lo cual se podrá efectuar de manera progresiva, velando porque durante este período, en ningú n momento se suspenda
la actuació n y funcionamiento de los Registros Civiles actuales. Estos procedimientos y mecanismos será n utilizados para
la inscripció n de los hechos y actos relativos al estado civil, capacidad civil y demá s datos de identificació n de las personas
naturales”.
13

HONDURAS241

DERECHO INTERNaCIONaL
Honduras ratificó tanto la Convenció n sobre los Derechos del Niñ o así como la Convenció n
Americana sobre Derechos Humanos.

DERECHO CONSTITuCIONaL
En la Constitució n Política de la Republica de Honduras de 1982, se proclaman como “in-
eludibles” la validez y ejecució n de las sentencias de carácter internacional. Todos los tratados
internacionales forman parte del Derecho interno y prevalecen frente a la normatividad. En
caso de conflicto con la Constitució n, debe ser aprobado de la forma en que se reforma la Carta
magna. (Artículo 17).
De acuerdo al artículo 39, todos los hondureñ os deben estar inscritos en el Registro Nacio-
nal de las Personas. Siendo un deber del ciudadano obtener su tarjeta de identidad. (Art. 40).
El Registro Nacional de las Personas es, constitucionalmente, una institució n autó noma e
independiente. Dirigido por tres representantes elegidos por dos tercios de la cámara de dipu-
tados. Asimismo, están sujetos a las mismos requisitos que se interponen a los magistrados del
tribunal supremo electoral. Así también, el registro está encargado de registrar a las
personas, expedir el documento nacional de identidad y de proporcionar la informació n
necesaria para que el Tribunal Supremo Electoral ejecute el censo nacional electoral.
Artículo 56.- El Censo Nacional Electoral es pú blico, permanente e inalterable. La
inscripció n de los ciudadanos, así como las modificaciones ocurridas por muerte,
cambio de vecindario, suspensió n, pérdida o restablecimiento de la ciudadanía, se
verificará en los plazos y con las modalidades que determine la Ley.
De acuerdo al artículo 114, no se pueden inscribir “calificaciones sobre la naturaleza de
la filiació n” ni tampoco se puede señ alar el estado civil de los padres.

241
http://www.gob.hn/portal/registro_nacional_de_las_personas/
http://pdba.georgetown.edu/Constitutions/Honduras/hond05.html
http://www.gob.hn/portal/registro_nacional_de_las_personas/directorio_oficinas/#
http://www.apuntesjuridicos.com/contenidos/apuntes-registro-civil.shtml
http://www.poderjudicial.gob.hn/juris/Leyes/Registro%20Nacional%20de%20las%20Personas.pdf
http://www.rnp.hn/index.php?option=com_content&task=view&id=34&Itemid=41
V. Anexos – Honduras|

LEYES Y REGLaMENTOS
Ley del Registro Nacional de las Personas de 2004. 242 De acuerdo a esta ley, el Registro Nacio-
nal de las Personas fue creado en la Ley del Registro Nacional de las Personas (RNP), contenida
en el decreto No. 150 de fecha 17 de Noviembre de 1982, como dependencia del Tribunal Su-
premo Electoral. Al ser establecida como institució n independiente por reforma constitucional
(Decreto No. 154-2003), se promulga esta ley para regular su funcionamiento. Tiene como
responsabilidad desarrollar técnicas y metodologías modernas para el manejo integral y eficiente
de la informació n registral. Asimismo, debe inscribir, “con certeza”, los hechos y actos de todas
las personas desde su nacimiento hasta su muerte.
Artículo 5. Objetivos del Registro Nacional de las Personas (RNP). Son objetivos
del Registro Nacional de las Personas (R.N.P), los siguientes:
1). Garantizar la veracidad de la inscripció n de los hechos y actos relacionados
con la existencia y el estado civil de las personas naturales;
2). Velar por el respeto y el ejercicio pleno de los derechos inherentes a la persona
natural, mediante su correcta inscripció n e identificació n;
3). Coadyuvar al fortalecimiento de la democracia; y,
4). Promover la disciplina y cultura registral.
Esta ley establece una serie de principios que deben dirigir a la institució n registral. Como son
el de rogació n o impulso de oficio de procedimientos solicitados, principio de prioridad o inscrip-
ció n en orden cronoló gico, principio de especialidad (Los hechos y actos inscritos en el Registro
Nacional de las Personas (RNP), deberán estar definidos y determinados respecto a su naturaleza
y contenido); principio de consecutividad o correlació n de los hechos y actos inscritos sobre una
persona, principio de legalidad o presunció n de veracidad jurídica de la informació n inscrita. Prin-
cipio de preclusió n (respeto de los plazos) y principio de gratuidad de la inscripció n.
El sistema de registro civil esta integrado por:

1). El Registro del estado civil de las personas naturales


2). La identificació n de las personas naturales
3). La gestió n administrativa Registral
4). Archivo General
5). Estadísticas vitales y sistemas de informació n

6). La Generació n de la Informació n básica para la elaboració n del Censo Nacio-


nal Electoral y

242
Ley Del Registro Nacional De Las Personas, Decreto No.62-2004. Incluidas las reformas del Decreto No.108-2008.
134 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

7). Una Inspectoría General

Esta ley indica que el registrador civil es un ministro de fe pú blica encargado de inscribir
los hechos y actos de la vida de una persona para “fines jurídicos y estadísticos”. Cumplen tam-
bién funciones de identificació n y estadística. El registrador civil trabaja en la municipalidad
mientras el registrador auxiliar está encargado de secciones geográficas específicas dentro de
cada municipalidad. Los agentes diplomá ticos o consulares tienen las mismas funciones pero
en el extranjero.
Dentro de las atribuciones del registrador civil se encuentra la de revisar trimestralmente el
estado físico de los libros registrales para, en el caso necesario, solicitar a la institució n nacional
la reposició n de oficio. Así también debe promover la inscripció n de las personas por medio de
campañ as mó viles.
Artículo 37. Gratuidad de los Servicios. El Registro Nacional de las Personas
(RNP), prestará gratuitamente los siguientes servicios:

1). Las inscripciones;

2). Las constancias de inscripció n;

3). Las anotaciones;

4). Las cancelaciones;

5). La emisió n por primera vez y la renovació n de la tarjeta de identidad y el carné


de identificació n de menores de dieciocho (18) añ os;

6). La rectificació n de tarjeta de identidad y de inscripciones, por errores imputa-


bles a la Institució n;

7). Las certificaciones de inscripciones de nacimiento a personas naturales meno-


res de dieciocho (18) añ os;

8). Las reposiciones, rectificaciones y adiciones de inscripciones de los hechos y


actos de las personas naturales; y,

9). Las constancias de no encontrarse una inscripció n en el Registro.

En caso de duplicidad de la informació n registral, la institució n, de oficio, procede a la in-


vestigació n correspondiente y a los actos administrativos necesarios para terminar con la doble
inscripció n de una persona. Estando capacitada para presentar una denuncia ante el Ministe-
rio Pú blico cuando haya indicios de delito. “En la misma forma, se procederá en los casos de
suplantació n, falsificació n o emisió n de documentos de identificació n, iguales para distintas
personas.”
Artículo 43. Expediente de vida. El expediente de vida de la persona natural se
inicia, con la inscripció n original de nacimiento o de naturalizació n y finaliza con
V. Anexos – Honduras|

la inscripció n de su fallecimiento. En el mismo, se consignarán, en forma extracta-


da, las anotaciones relativas a los actos de su vida, desde que nace hasta que fallece,
tales como:

1). Matrimonios;

2). Unió n de Hecho legalmente reconocida;

3). Separació n de cuerpos, mediante sentencia judicial;

4). Nulidad de matrimonios;

5). Divorcios;

6). Reconocimiento de hijos;

7). Emancipaciones;

8). Habilitaciones de edad;

9). Sentencias sobre impugnaciones de paternidad y maternidad;

10). Discernimiento de las tutelas y curatelas o su cancelació n;

11). Pérdida, suspensió n o recuperació n de la nacionalidad hondureñ a;

12). Interdicciones judiciales;

13). Rectificaciones de datos de las inscripciones;

14). Adopciones;

15). Declaratoria de ausencia; y,

16). Cualquier otro acto, que afecte el estado civil o capacidad legal de las personas
naturales.

Por otro lado, esta ley indica la responsabilidad civil y penal de quien utilice nombres o
apellidos que no le correspondan, generando dañ o a terceros. No se pueden inscribir
nombres que sean contrarios a la moral y las buenas costumbres, que sean iguales a los de los
hermanos vivos y no se puede exceder de tres nombres por persona. A falta de reconocimiento
del padre, se inscriben los dos apellidos de la madre. El registro de nacimiento es obligatorio
y se debe hacer en un plazo de un añ o posterior al hecho. La inscripció n se produce por los
padres, previa presentació n de sus documentos de identidad, familiares, representantes legales o
quien quiera que haya estado presente en el nacimiento. Si el hecho no es inscrito por los padres,
podrán pre- sentar una impugnació n administrativa. El registro de nacimiento puede hacerse
en cualquier registro del país, consignando el municipio donde ocurrió .
Artículo 57. Antecedente para la Inscripció n de Nacimiento. Los hospitales pú -
blicos, centros médicos privados, enfermeras o parteras debidamente autorizadas u
136 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

otras personas que hayan asistido al nacimiento, extenderán constancia escrita del
hecho a los padres, en papel comú n o en el formulario oficial que proporcione el
Registro Nacional de las Personas (RNP), como antecedente para la inscripció n
correspondiente.
También se deben inscribir en el registro los matrimonios y uniones de hecho. Los alcaldes
y notarios que validen dichos actos deben informar al registrador en los quince días siguientes.
Por su parte, la defunció n se inscribe dentro de los seis meses posteriores al hecho, y debe
ser solicitado por prácticamente cualquier persona, inclusive aquellos que trabajan en los
cemente- rios. Las naturalizaciones también deben ser registradas, incluyendo también
En caso de omisió n de inscripció n de nacimiento, o inscripció n tardía, se debe presentar
constancia de la falta de registro, declaració n de dos testigos, certificado de nacimiento de los
padres, asimismo la ley indica otros dos documentos que se deben presentar como la constancia
de nacimiento del centro de salud, fe de bautismo (entre otras opciones).
Respecto al documento nacional de identidad: “constituye el documento de identificació n
personal, e intransferible; obligatorio para que el ciudadano pueda ejercitar todos los actos po-
líticos, académicos, civiles, financieros, administrativos, judiciales, notariales, policiales y en
general para todos aquellos casos en que por mandato legal deba ser presentada.” Es deber y
derecho de todo aquel hondureñ o que cumpla 18 añ os solicitarla. Asimismo, existe el carné de
identificació n de menores para los mayores de 12 añ os. Esta ley garantiza que se apliquen
sis- temas modernos para impedir la adulteració n o “traslado” de la informació n. Nadie,
incluyendo autoridades, puede privar a alguien de su documento de identidad. Cualquier
persona puede denunciar la tenencia o uso indebido de un documento de identidad.
No obstante el Registro Nacional de las Personas, u otra Autoridad competente, podrá or-
denar el decomiso de toda Tarjeta de Identidad que obre ilegalmente en poder de una persona
a quien no corresponda. Todo acto que el poseedor ilegal hubiere realizado valiéndose de dicho
documento será nulo, sin perjuicio de la responsabilidad civil y penal que corresponda. (Art. 91)
|

MÉ XICO

DERECHO INTERNACIONAL
México ha ratificado la CDN (1990) y la Convenció n Americana sobre Derechos Humanos
(1981).

DERECHO CONSTITUCIONAL

A. La Constitución Federal
La Constitució n de 1917 (con 179 reformas, la ú ltima de febrero de 2008) no menciona el RC
pero si el “Registro Nacional de Ciudadanos”, que tiene finalidad esencialmente electoral y de
identificació n, quedando los ciudadanos – es decir, los mayores de edad – obligados a inscribirse
en él.
Artículo 36.- Son obligaciones del ciudadano de la Repú blica: I.- Inscribirse en el
catastro de la municipalidad, manifestando la propiedad que el mismo ciudadano
tenga, la industria, profesió n o trabajo de que subsista; así como también inscri-
birse en el Registro Nacional de Ciudadanos, en los términos que determinen las
leyes. La organizació n y el funcionamiento permanente del Registro Nacional de
Ciudadanos y la expedició n del documento que acredite la ciudadanía mexicana
son servicios de interés pú blico, y por tanto, responsabilidad que corresponde al
Estado y a los ciudadanos en los términos que establezca la ley243[…].

El art. 41 III (en su redacció n dada por el Decreto 136 del añ o 1996) encomienda la
funció n electoral al Instituto Federal Electoral (IFE):
La organizació n de las elecciones federales es una funció n estatal que se realiza
a través de un organismo pú blico autó nomo denominado Instituto Federal Elec-
toral, dotado de personalidad jurídica y patrimonio propios, en cuya integració n
participan el Poder Legislativo de la Unió n, los partidos políticos nacionales y los
ciudadanos, en los términos que ordene la ley. En el ejercicio de esa funció n estatal,
la certeza, legalidad, independencia, imparcialidad y objetividad serán principios
rectores.
El Instituto Federal Electoral será autoridad en la materia, independiente en sus
decisiones y funcionamiento y profesional en su desempeñ o; contará en su es-

243
El apartado III añ ade que el voto es obligatorio.
138 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

tructura con ó rganos de direcció n, ejecutivos, técnicos y de vigilancia. El Con-


sejo General será su ó rgano superior de direcció n y se integrará por un
consejero Presidente y ocho consejeros electorales, y concurrirán, con voz pero sin
voto, los consejeros del Poder Legislativo, los representantes de los partidos
políticos y un Secretario Ejecutivo; […]
El Instituto Federal Electoral tendrá a su cargo en forma integral y directa, además
de las que le determine la ley, las actividades relativas a la capacitació n y educació n
cívica, geografía electoral, los derechos y prerrogativas de las agrupaciones y de los
partidos políticos, al padró n y lista de electores, impresió n de materiales electora-
les, preparació n de la jornada electoral, los có mputos en los términos que señ ale
la ley, declaració n de validez y otorgamiento de constancias en las elecciones de
diputados y senadores, có mputo de la elecció n de Presidente de los Estados Uni-
dos Mexicanos en cada uno de los distritos electorales uninominales, así como la
regulació n de la observació n electoral y de las encuestas o sondeos de opinió n con
fines electorales. Las sesiones de todos los ó rganos colegiados de direcció n será n
pú blicas en los términos que señ ale la ley.
La ú nica menció n – indirecta - del RC en la Constitució n Federal aparece en el art.
121, que atribuye competencia a los Estados en materia de registros conforme a leyes generales
que dicte la Federació n:
Artículo 121.- En cada Estado de la Federació n se dará entera fe y crédito de los
actos pú blicos, registros y procedimientos judiciales de todos los otros. El Con-
greso de la Unió n, por medio de leyes generales, prescribirá la manera de probar
dichos actos, registros y procedimientos, y el efecto de ellos, sujetándose a las bases
siguientes […] IV.- Los actos del estado civil ajustados a las leyes de un Estado,
tendrá n validez en los otros.
El art. 124 reserva a los Estados las funciones o competencias no atribuidas a la Federació n:
“Las facultades que no están expresamente concedidas por esta Constitució n a los
funcionarios federales, se entienden reservadas a los Estados”.
El art. 30 (nacionalidad) no menciona el RC244. El art. 2 recoge los derechos de las minorías
indígenas245.
244
La nacionalidad se regula en la Ley de Nacionalidad, reglamentaria del art. 30 de la Constitució n (ley de 1998,
reformada en 2005).
245
Art. 2 A (modificado por Decreto nº 151 de 14/08/01): “Esta Constitució n reconoce y garantiza el derecho de los pueblos
y las comunidades indígenas a la libre determinació n y, en consecuencia, a la autonomía para:
I. Decidir sus formas internas de convivencia y organizació n social, econó mica, política y cultural.
II. Aplicar sus propios sistemas normativos en la regulació n y solució n de sus conflictos internos, sujetá ndose a los principios
generales de esta Constitució n, respetando las garantías individuales, los derechos humanos y, de manera relevante, la
dignidad e integridad de las mujeres. La ley establecerá los casos y procedimientos de validació n por los jueces o tribunales
correspondientes.
III. Elegir de acuerdo con sus normas, procedimientos y prá cticas tradicionales, a las autoridades o representantes para el
V. Anexos – México|

B. Las Constituciones de los Estados


Cada uno de los 32 Estados tiene previsiones constitucionales sobre RC o DI.

Chihuahua (texto constitucional de 1921, con reformas hasta 2007) establece en su art. 17
que “Son obligaciones de los vecinos, inscribirse en los padrones respectivos y manifestar la pro-
piedad que tengan y el trabajo de que subsistan”, y su art. 93 XXXVI recoge entre las facultades
del gobernador “Dirigir y controlar el funcionamiento del Registro Civil en el Estado”.
El art. 3 de la Constitució n de Querétaro (1922) reconoce la preservació n de los pueblos in-
dígenas: “En el Estado se reconoce la presencia de sus pueblos y comunidades indígenas, admi-
tiendo que fueron la base para su conformació n política y territorial; garantizará que la riqueza
de sus costumbres y tradiciones; territorio, lengua y patrimonio cultural, medicina tradicional y
acceso a recursos naturales, así como su autonomía, libre determinació n, sistemas normativos y
el acceso a la consulta, sean preservados y reconocidos a través de la ley respectiva”.
El art. 11.5 de la Constitució n de Guerrero (1917) obliga a los habitantes del Estado a
“Inscribirse en los padrones de vecindad, electorales y catastrales”, mientras que el art. 18 alude
a las obligaciones de los ciudadanos guerrerenses: “II.- Inscribirse en los padrones electorales en
los términos que establezcan las leyes correspondientes”. Sí se alude al RC al regular las atribu-
ciones del Gobernador: art. 74 XXIV: “Ejercer acciones de coordinació n y apoyo y cuidado téc-
nico del Sistema Estatal del Registro Civil, en los términos del Artículo 115 de la Constitució n
General de la Repú blica” (reformada, p.o. 19 de mayo de 1988).
El art. 16 de la Constitució n de Oaxaca (1922) establece normas concretas sobre pueblos
indígenas y el RC: “La ley reglamentaria establecerá normas y procedimientos que permitan la
eficaz prestació n de los servicios del Registro Civil y de otras instituciones vinculadas con di-
chos servicios a los pueblos y comunidades indígenas, así como las sanciones que procedan para
el caso de incumplimiento”.
Se reconoce asimismo el DI de los pueblos indígenas: “Artículo 114.- La protecció n y pro-
moció n de los derechos humanos en el Estado Libre y Soberano de Oaxaca, estará a cargo de
un organismo pú blico, autó nomo, con personalidad jurídica y patrimonio propios, denominado
Comisió n para la Defensa de los Derechos Humanos. Su objeto es la defensa, promoció n de la
cultura del respeto, estudio y divulgació n de los derechos humanos, consagrados en esta Cons-
titució n, así como en el resto del orden jurídico mexicano y fomentar el respeto a la identidad y
derechos de las comunidades y pueblos indígenas del Estado”.

ejercicio de sus formas propias de gobierno interno, garantizando la participació n de las mujeres en condiciones de equidad
frente a los varones, en un marco que respete el pacto federal y la soberanía de los Estados.
IV. Preservar y enriquecer sus lenguas, conocimientos y todos los elementos que constituyan su cultura e identidad […]
B. La Federació n, los Estados y los Municipios, para promover la igualdad de oportunidades de los indígenas y eliminar
cualquier práctica discriminatoria, establecerá n las instituciones y determinará n las políticas necesarias para garantizar
la vigencia de los derechos de los indígenas y el desarrollo integral de sus pueblos y comunidades, las cuales deberán
ser diseñ adas y operadas conjuntamente con ellos”.
140 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

El art. 31 de la Constitució n de Guanajuato (1922) no habla del RC sino del registro elec-
toral: “El Estado de Guanajuato contará con un registro estatal de electores que tendrá faculta-
des para expedir credenciales para votar, las que serán válidas exclusivamente en el ámbito local.
En esta materia, el ó rgano autó nomo encargado de la organizació n de los procesos electorales,
podrá celebrar convenios para coordinarse con la Autoridad Federal competente, en los térmi-
nos que determine la Ley” (párrafo adicionado, P.O. 15 de noviembre de 1994).
La Constitució n de Nayarit (1918) garantiza en su art. 7 C la protecció n de la identidad
de los pueblos indígenas, así como un tratamiento particular en materia de RC: “En los
términos que la Ley establezca, se preverán procedimientos simplificados y asistencia a los
indígenas para que cuenten con un servicio eficiente del Registro Civil, así como de otras
instituciones vincu- ladas con dichos servicios”.
El art. 7 X regula el acceso a la informació n que esté en registros pú blicos:
A. Toda la informació n en posesió n de cualquier autoridad, dependencia, en-
tidad, ó rgano y organismo estatal y municipal, es pú blica y só lo podrá ser
reservada temporalmente por razones de interés pú blico y seguridad en los
términos que fijen las leyes. En la interpretació n y aplicació n de este derecho
deberá prevalecer el principio de má xima publicidad.
B. La informació n que se refiere a la vida privada y los datos personales será pro-
tegida en los términos y con las excepciones que fijen las leyes.
C. Toda persona, sin necesidad de acreditar interés alguno o justificar su utili-
zació n, tendrá acceso gratuito a la informació n pú blica, a sus datos
perso- nales o a la rectificació n de éstos.
El art. 110 establece como competencia municipal el RC: “Los Ayuntamientos tendrán a su
cargo las siguientes funciones y servicios pú blicos municipales: […] m) Registro Civil”.

LEYES Y REgLAMENTOS

A. La regulación del RC en los Códigos Civiles (CC)


Existen diversos CC: el CC Federal (de 1928, con varias reformas hasta en 2005), que rige en
toda la Repú blica en asuntos del orden federal. También esta el CC para el DF, así como un CC
para cada uno de los 31 Estados. Las regulaciones tienen muy pocas diferencias, pues todos los
có digos se inspiran en el Federal de 1928.
Los CC estatales y el federal regulan el RC de manera muy similar: por ejemplo el CC de
Chiapas (1938, con varias reformas posteriores) regula el RC en el titulo IV (arts. 34 y ss.), y
el CC federal lo hace en el titulo IV (arts. 35 y ss., con la peculiaridad de que sus previsiones se
limitan al DF puesto que la Federació n carece de competencias en la materia).
V. Anexos – México|

Algunos Estados regulan aspectos del RC fuera del CC (por ejemplo en las leyes de
Administració n): la ley Orgánica de la Administració n Pú blica del Estado de Campeche (2004)
prevé en su art. 17 que “La Secretaría de Gobierno tiene a su cargo: XVII.- Conducir y coordinar
el cumplimiento de las disposiciones legales aplicables en materia de Registro del Estado
Civil, Registro Pú blico de la Propiedad y de Comercio […]”.
Se suelen regular todos los extremos: desde la definició n de RC246 hasta la organizació n,
los actos que se inscriben, los plazos, las rectificaciones, la supervisió n de los RC, etc. Algunos
Estados dan participació n en el RC a los municipios247.
Todos los CC asumen la tradicional fuerza probatoria del RC: art. 39 del CC federal (“El
estado civil só lo se comprueba con las constancias relativas del Registro Civil; ningú n otro
documento ni medio de prueba es admisible para comprobarlo, salvo los casos expresamente
exceptuados por la ley”).
Cada Estado regula en teoría de forma distinta el RC, las inscripciones, el coste las mismas,
el personal del RC, etc. Pero en la prá ctica la regulació n es bastante uniforme: se trata de un
servicio por lo general gestionado por la administració n (no por los tribunales), muy
reglamentado (las disposiciones del CC son desarrolladas y completadas mediante un
reglamento de RC), y en el que la coordinació n entre las normas sustantivas del derecho de
familia y su reflejo en el RC suele ser relativamente satisfactoria (ello es debido a que se
hallan reguladas en el mismo texto: el CC).
Los formatos de certificaciones, o la informació n que contienen, no es uniforme.

B. La LGP y el RENAPO
La Ley General de Població n (LGP)248 otorga competencias a la Federació n (vía Secretaría de
Gobernació n) en materia de identidad de las personas:
Artículo 85.- La Secretaría de Gobernació n tiene a su cargo el registro y la
acredi- tació n de la identidad de todas las personas residentes en el país y de los
nacionales que residan en el extranjero.

246
CC de Chiapas (1938): art. 34: “El registro civil es una institució n de cará cter y servicio publico, de interés social que tiene
por objeto inscribir, autorizar y dar publicidad a los actos del estado civil de las personas”. art. 35: “El registro civil mediante
la inscripció n de los actos del estado civil hará que las inscripciones y certificaciones surtan efectos contra terceros y que
hagan prueba plena, respecto a constancias existentes en los libros correspondientes” (artículos reformados, p.o. 10 de
octubre de 1990).
247
El art. 24 del Reglamento de RC de Sinaloa (1975) señ ala que “Sin perjuicio de la vigilancia encomendada a la Direcció n
del Registro por el artículo 53 del Có digo Civil para el Estado de Sinaloa, las autoridades municipales vigilará n la conducta
de los Oficiales del Registro Civil, limitá ndose a dar cuentas al Director del Registro de las faltas que cometieren dichos
funcionarios en cumplimiento de sus obligaciones, a fin de que dicten las providencias necesarias” (reformado segú n
Decreto publicado en el P.O. n. 134 del 4 de noviembre de 1992).
248
(Diario Oficial de la Federació n, 7 de enero de 1974 – varias reformas hasta la publicada en DOF 04-01-1999 – desarrollada
por el Reglamento de la LGP – RLGP - del añ o 2000. El RLGP derogó el anterior Reglamento de la Ley General de
Població n publicado en el Diario Oficial de la Federació n el 31 de agosto de 1992.
142 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

Asimismo, regula el Registro Nacional de Població n (RENAPO) y tres registros: el


Registro Nacional de Ciudadanos (RNC), el Registro de Menores y el catá logo de extranjeros.
Artículo 86.- El Registro Nacional de Població n tiene como finalidad registrar a
cada una de las personas que integran la població n del país, con los datos que per-
mitan certificar y acreditar fehacientemente su identidad.
Artículo 87.- En el Registro Nacional de Població n se inscribirá :

I. A los mexicanos, mediante el Registro Nacional de Ciudadanos y el Registro


de Menores de Edad; y
II. A los extranjeros, a través del Catá logo de los Extranjeros residentes en la
Repú blica Mexicana.
El RENAPO se compone pues del RNC, del Registro de Menores y del catálogo de
extranjeros.
Artículo 88.- El Registro Nacional de Ciudadanos se integra con la informa-
ció n certificada de los mexicanos mayores de 18 añ os, que soliciten su inscrip-
ció n en los términos establecidos por esta ley y su reglamento.
El art. 98 LGP establece la obligatoriedad de los mayores de edad de inscribirse en el
RNC y de obtener la cedula de identidad (los arts. 47 y 48 del RLGP completan y detallan esta
obligació n)
Artículo 89.- El Registro de Menores de Edad, se conforma con los datos de los
mexicanos menores de 18 añ os, que se recaben a través de los registros civiles249.
Artículo 90.- El Catá logo de los Extranjeros residente en la Repú blica Mexi-
cana se integra con la informació n de cará cter migratorio existente en la propia
Secretaría de Gobernació n.

C. Los mecanismos de coordinación


Al tratarse de un Estado federal, en el que ademá s la Federació n apenas tiene competencias
en materia de RC, la coordinació n entre los RC estatales y las autoridades centrales es de la
má xima importancia.
La LGP y el RLGP establecen diversos mecanismos para coordinar los distintos RC con el
RENAPO. La idea fundamental es que todos los registros del país relacionados con identifica-
ció n formen un sistema integrado: art. 42 del RLGP (2000): “El Registro Nacional de
Población coordinará los métodos de identificación y registro de personas de la Administración
Pública Federal y de las administraciones públicas estatales y municipales en los términos de los
instrumentos que se cele- bren al respecto, con el propósito de constituir un sistema integrado de registro
de población”.

249
Los arts. 52 y ss. del RLGP completan esta regulació n.
V. Anexos – México|

El principal de mecanismo es la CURP (Clave Ú nica de Registro de Població n): art. 91: “Al
incorporar a una persona en el Registro Nacional de Població n, se le asignará una clave que
se denominará Clave Ú nica de Registro de Població n. Esta servirá para registrarla e
identificarla en forma individual”.
La CURP pretende ser el nú mero que acompañ e a todos los ciudadanos en su inscripció n
registral, en su identificació n y en el cumplimiento de sus deberes electorales250.
Ademá s de la CURP, la LGP establece otros mecanismos de coordinació n:
Artículo 93.- Las autoridades locales contribuirán a la integració n del Registro
Nacional de Població n. Al efecto, la Secretaría de Gobernació n celebrará con ellas,
convenios con los siguientes propó sitos:
I. Adoptar la normatividad a que se refiere el artículo anterior;
II. Recabar la informació n relativa a los nacimientos y defunciones de las per-
sonas a fin de integrar y mantener permanentemente actualizado el Registro
Nacional de Població n, y
III. Incluir en el acta correspondiente la Clave Ú nica de Registro de Població n al
registrar el nacimiento de las personas […]
La herramienta de coordinació n es el convenio interadministrativo entre la Federació n y
los Estados251. Desde el punto de vista operativo, la clave del sistema es que desde el
momento de la inscripció n en el RC los oficiales estatales de RC asignen la CURP: ello significa
que un organismo estatal (el RC) aplique normas federales (la LGP que regula la CURP).
Tanta importancia como los convenios en materia estrictamente de RC tienen los convenios
para el certificado unificado de nacimiento. La Secretaria de Salud, a través de la Direcció n
General de Informació n en Salud (DGIS) y del Subsistema de Informació n sobre Nacimientos
(SINAC) elaboró un formato de registro de nacimientos consensuado con varias instituciones del
Sector Salud en el que se recaba informació n de la madre, del recién nacido y del nacimiento,
así como de la persona que lo certifica.
Ante la necesidad de promover el uso del Certificado de Nacimiento en todo el país, se
estableció como acuerdo de la X Reunió n Ordinaria del Consejo Nacional de Salud, el
compromiso de “desarrollar estrategias para extender el certificado de nacido vivo en todas las
entidades federativas”. Con base en ello algunos Estados (Guanajuato, Hidalgo, Durango y

250
La CURP es obligatoria en el ámbito federal (art. 43 RLGP: “Las dependencias y entidades de la Administració n Pú blica
Federal que en virtud de sus atribuciones integren algú n registro de personas, deberá n adoptar el uso de la Clave Ú nica de
Registro de Població n como elemento de aquél”), pero su implementació n en el á mbito estatal depende de la suscripció n de
convenios entre la federació n y los Estados (Art. 44 RLGP: “La Secretaría promoverá , ante los gobiernos de las entidades
federativas, la celebració n de acuerdos de coordinació n para la adopció n y uso de la Clave Ú nica de Registro de Població n
en los registros de personas que competan a su ámbito”).
251
Los convenios entre la Federació n (vía Secretaría de Gobernació n) y los Estados en materia de RC se pueden encontrar en
http://www.ordenjuridico.gob.mx/PE/administracion/ventanas/desconcentrados/segob/od1.php
144 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

Oaxaca, entre otros), comenzaron con la implementació n del Certificado. En seguimiento a


dicho acuerdo, a principios de 2007 se concertó con la Secretaría de Gobernació n la firma de
las Bases de Colaboración para el uso del Certificado de Nacimiento, en donde se establece como
obligatorio el uso de dicho formato para la obtenció n del Acta de Nacimiento. De esta forma,
el Certificado de Nacimiento queda suscrito como un documento oficial y gratuito cuyo objetivo
será promover el registro oportuno, veraz e íntegro de los nacidos vivos ocurridos en el país,
a fin de contar con un marco confiable para fines legales y estadísticos, que apoye, por una
parte, la protecció n de los derechos de los niñ os y por otra la planeació n, asignació n de
recursos y evaluació n de los servicios de salud252.
Existen ademá s otros mecanismos de coordinació n: art. 94 LGP: “Las autoridades de la
Federació n, de los estados y de los municipios, serán auxiliares de la Secretaría de Gobernació n
en las funciones que a ésta correspondan en materia de registro de població n”.
La coordinació n alcanza también a las autoridades del poder judicial: art. 95 LGP “Las
autoridades judiciales deberán informar a la Secretaría de Gobernació n sobre las resoluciones
que afecten los derechos ciudadanos, o que impliquen modificar los datos del registro de la
persona”.
La conexió n entre el RNC y el sistema electoral se establece en el art. 112 LGP: “La
Secretaría de Gobernació n proporcionará al Instituto Federal Electoral la informació n del
Registro Nacional de Ciudadanos que sea necesaria para la integració n de los instrumentos
electorales, en los términos previstos por la ley. Igualmente podrá proporcionarla a las demás
dependencias y entidades pú blicas que la requieran para el ejercicio de sus atribuciones”.
La informació n se asienta en los RC (estatales), luego se transmite al RNC (a través la cedula
de identidad) y del RNC pasa finalmente al IFE (para la elaboració n de las listas electorales).
La coordinació n entre los distintos RC y los registros competencia del RENAPO
(RNC, registro de menores y catálogo de extranjeros) se establece mediante la presentació n de la
partida de nacimiento o los datos de la misma a la hora de registrarse en el RNC o registro de
menores. El RLGP así lo dispone en los arts. 47 y 52:
Artículo 47.- El Registro Nacional de Ciudadanos se conforma con los datos de
los mexicanos y mexicanas de dieciocho o más añ os, los cuales deberán ser, cuando
menos, los siguientes:
a) Nombre completo;
b) Sexo del ciudadano
c) Lugar y fecha de nacimiento;
d) Lugar y fecha en que se llevó a cabo la inscripció n de la persona al Registro
Nacional de Ciudadanos;

252
Véase la informació n que da la Secretaria de Salud en http://www.sesa-qro.gob.mx/agenda/llenado.pdf
V. Anexos – México|

e) Nombre completo y nacionalidad del padre y la madre cuando se consignen en


los documentos presentados;
f ) Datos de localizació n del acta de nacimiento en el Registro Civil, o del certi-
ficado de nacionalidad, o de la carta de naturalizació n;
g) Nacionalidad de origen cuando el ciudadano haya adquirido la nacionalidad
por naturalizació n;
h) Clave Ú nica de Registro de Població n, y
i) Fotografía, huella digital y firma del ciudadano.
Artículo 52.- El Registro de Menores de Edad se conforma con los datos de los
mexicanos y mexicanas menores de dieciocho añ os que se recaben a través de
los registros civiles, los cuales deberán ser, cuando menos, los siguientes:
a) Nombre completo;
b) Sexo del o la menor;
c) Lugar y fecha de nacimiento;
d) Lugar y fecha en donde se llevó a cabo el registro;
e) Nombres, apellidos y nacionalidad del padre y la madre del menor;
f ) Datos de localizació n del acta de nacimiento en el Registro Civil, y
g) Clave Ú nica de Registro de Població n.

D. La publicidad registral
El art. 83 RLGP establece la confidencialidad de los datos del RENAPO: “La informació n
contenida en el Registro Nacional de Població n será confidencial, y só lo podrá
proporcionarse mediante requerimiento expreso en los siguientes casos:
I. Al Instituto Federal Electoral para que integre los instrumentos electorales, y
II. A las dependencias y entidades pú blicas, respecto de los datos a que se refiere
el artículo 107 de la Ley para el ejercicio de sus funciones”253.

253
El art. 107 LGP señ ala que “La Cédula de Identidad Ciudadana contendrá cuando menos los siguientes datos y elementos
de identificació n:
I. Apellido paterno, apellido materno y nombre(s);
II. Clave Ú nica de Registro de Població n;
III. Fotografía del titular;
IV. Lugar de nacimiento;
V. Fecha de nacimiento; y
VI. Firma y huella dactilar”.
146 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

El CC federal da derecho a pedir y obtener copias del RC: art. 48: “Toda persona puede
pedir testimonio de las actas del Registro Civil, así como de los apuntes y documentos con ellas
relacionados, y los Jueces Registradores estará n obligados a darlo”.
Algunos CC estatales recogen una regla que por un lado facilita la solicitud de
informació n pero por otro lado limitando el derecho a obtener certificaciones (expedició n de
partidas) a quien acredite interés legítimo: el art. 45 del CC de Chiapas (1938), en redacció n dada
en 1982, establece que “Toda persona puede solicitar informació n sobre registros y apéndices
que obran en los archivos del registro civil. Las certificaciones o constancias solo podrán
expedirse a quien demuestre interés legitimo acreditado”.
Normalmente se establece la publicidad del RC: art. 3 del Reglamento del RC de Chiapas
(1995):
El Registro Civil en el Estado de Chiapas, funciona bajo un sistema de
publici- dad, que permite conocer en cualquier momento la personalidad
jurídica de sus habitantes y las circunstancias relacionadas con el estado civil
que lo determina indudablemente, sin perjuicio de que se pueda objetar de
falso.

E. Rectificaciones del RC
El CC federal marca la pauta de todos los demá s CC y leyes de RC en el sentido de establecer
la necesidad de proceso judicial – juicio de rectificació n de acta - para la rectificació n del RC
(o de datos sustantivos de los asientos) pero la simple petició n administrativa para la enmienda o
aclaració n de errores:
Artículo 134.- La rectificació n o modificació n de un acta de estado civil, no puede
hacerse sino ante el Poder Judicial y en virtud de sentencia de éste, salvo el reco-
nocimiento que voluntariamente haga un padre de su hijo, el cual se sujetará a las
prescripciones de este Có digo.
Artículo 135.- Ha lugar a pedir la rectificació n:

I. Por falsedad, cuando se alegue que el suceso registrado no pasó ;

II. Por enmienda, cuando se solicite variar algú n nombre u otra circunstan-
cia, sea esencial o accidental.
Artículo 136.- Pueden pedir la rectificació n de un acta del estado civil:

I. Las personas de cuyo estado se trata;

II. Las que se mencionan en el acta como relacionadas con el estado civil de
alguno;
III. Los herederos de las personas comprendidas en las dos fracciones
ante- riores;
V. Anexos – México|

IV. Los que, segú n los artículos 348, 349 y 350, pueden continuar o intentar
la acció n de que en ellos se trata
Artículo 137.- El juicio de rectificació n de acta se seguirá en la forma que es-
tablezca en el Có digo de Procedimientos Civiles.
Artículo 138.- La sentencia que cause ejecutoria se comunicará al Juez del
Registro Civil y éste hará una referencia de ella al margen del acta
impugnada, sea que el fallo conceda o niegue la rectificació n.
Artículo 138 Bis.- La aclaració n de las actas del estado civil, procede cuando en
el Registro Civil existan errores mecanográ ficos, ortográficos o de otra
índole que no afecten los datos esenciales de aquéllas, y deberán tramitarse
ante la Oficina del Registro Civil.
El CC de Chiapas (de 1938) reitera la misma regla segú n la cual la rectificació n del RC se
realiza por vía judicial, pero la mera correcció n de errores es competencia del oficial de RC.
Art. 101: La rectificació n o modificació n de un acta del estado civil solo podrá
hacerse a virtud de sentencia dictada por la autoridad judicial, salvo el reconoci-
miento que voluntariamente haga un progenitor de su hijo, el cual se sujetará a las
prescripciones de este có digo (reformado, p.o. 13 de enero de 1982)
Art. 106: La aclaració n de las actas del estado civil procede cuando en el Regis-
tro existan errores mecanográ ficos, ortográ ficos o de otra índole, que no afecten
los datos esenciales de aquellas, y se tramitará en los términos que señ ala el
reglamento, debiendo la direcció n del registro civil resolver lo conducente (re-
formado, p.o. 3 de agosto de 1994).
El reglamento de RC de Sinaloa (1975) establece la vía judicial incluso para las meras
aclaraciones:
Artículo 16. Al asentarse las actas en las formas se observarán las prevenciones que
señ ala el artículo 45 del Có digo Civil, pudiéndose consignar abreviaturas só lo en el
caso de que en el acta relativa deba transcribirse algú n documento que las conten-
gas y que haya sido expedido por autoridad judicial competente.
Después de asentada el acta por el Oficial del Registro Civil y firmada por
quienes en ella intervinieron, no se podrá asentar algú n otro dato ni por vía de
aclaració n, salvo orden expresa girada por autoridad judicial competente.
Sin embargo, el art. 35 prevé la aclaració n por vía administrativa: “Procede la aclaració n de
las actas del estado civil, cuando en el Registro existan errores mecanográficos o de otra índole
que no afecten los datos esenciales de aquéllas” (reformado segú n Decreto publicado en el P.O.
No. 134 del 4 de noviembre de 1992).
148 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

El Reglamento del RC de Michoacán (2005) regula esta materia en el art. 91:

La aclaració n de actas del estado civil de las personas, procede cuando en la elabo-
ració n del acta correspondiente, existan errores mecanográficos u ortográficos, que
no afecten los datos esenciales de aquellas. Dichos errores se entenderán como:

I. Errores mecanográ ficos: Los manchones, imprecisiones, letras o nú me-


ros encimados, enlazados o remarcados, realizados por el sistema que
se haya utilizado para el llenado de las formas que no afecten los datos
esenciales del registro; y,
II. Errores ortográficos: Por regla general los nombres incorrectamente escri-
tos acordes con el acertado empleo de las letras, de los signos de la escritura
y gramática, y por excepció n, en contra de las reglas ortográficas, en virtud
del uso del nombre, y que no alteren los datos esenciales del acto registral.

F.Inscripciones tardías
El CC de Chiapas (1938) reenvía al reglamento lo relativo a las inscripciones tardías:

Art 108.- los registros extemporáneos de las niñ as, niñ os o adolescentes se autoriza-
rán e inscribirán por los oficiales del registro civil, debiendo comparecer uno o ambos
padres de la niñ a, niñ o o adolescente y previo cumplimiento de los requisitos que
establezca el reglamento del registro civil. (Reformado, p.o. 3 de agosto de 1994)
Art. 109.- las personas mayores de dieciocho añ os podrá n obtener el registro ex-
temporáneo de nacimiento en la vía administrativa de acuerdo al procedimiento
que establezca el reglamento del registro civil.
A su vez el Reglamento de RC (1995) de Chiapas no es nada preciso respecto del coste o
de la multa: art. 114 “Los registros extemporá neos de los actos y hechos del estado civil de
las personas, causarán los derechos ordinarios, independientemente de las sanciones que señ alan
las leyes de la materia”. Los arts. 116 y 118 prevén procedimientos administrativos para la
inscrip- ció n tardía de menores y de mayores de edad (pero se da audiencia al Fiscal).
Los arts. 40 a 44 del Reglamento del RC de Sinaloa (1975) prevén también procedimientos
de inscripció n tardía de menores y de mayores de 7 añ os (no se contemplan multas).

El RLGP establece un mecanismo de “orientació n” para quien quiera inscribirse en el RE-


NAPO y no este inscrito en el RC (art. 67: “Cuando el interesado o la interesada no pueda
entregar copia certificada del acta de nacimiento por no haber sido inscrito en el Registro
Civil, el servidor pú blico que haya recibido la solicitud de inscripció n deberá orientarlo para que
con- curra ante la autoridad que corresponda para llevar a cabo su registro extemporá neo”).
El Reglamento de RC de Michoacán (2005) fija en su art. 63 un plazo de seis meses para la
inscripció n en el RC, transcurridos los cuales se consideran extemporáneos: “Para los registros
V. Anexos – México|

extemporáneos de nacimiento, aquellos que se realicen después de seis meses del nacimiento.
Los Oficiales tomarán en consideració n ademá s de los requisitos establecidos en el presente
Reglamento, los siguientes:
I. Constancias de inexistencia de registro expedida por el Oficial de la cir-
cunscripció n donde ocurrió el nacimiento. En el caso de personas origina-
rias de otra Entidad Federativa, se requerirá la constancia expedida por el
Oficial del Registro Civil del lugar de nacimiento de la entidad
federativa de que se trate;
II. Para los menores de 3 añ os de edad, en caso de que el nacimiento hubiese
acontecido en alguna institució n de salud, la constancia de nacimien-
to expedida por dicha institució n de salud, la que deberá contener el
nombre, firma y nú mero de cédula profesional del médico que atendió el
parto;
III. Acta de matrimonio o de nacimiento recientes de los interesados;

IV. Constancia de fe de bautismo para las personas que cuenten con este
documento; y,
V. Constancia de origen y vecindad expedida por autoridad municipal del
interesado, o de los padres del menor, segú n el caso”.

G. Identificación
Existen dos cédulas de identidad: la Cédula de Identidad Ciudadana (para mayores de edad
inscritos en el RNC) y la Cédula de Identidad Personal (para menores de edad 254). Ambas hacen
prueba de la identidad: art. 104 LGP: “La Cédula de Identidad Ciudadana es el documento
oficial de identificació n que hace prueba plena sobre los datos de identidad que contiene en rela-
ció n con su titular”. Art. 105: “La Cédula de Identidad Ciudadana tendrá valor como medio de
identificació n personal ante todas las autoridades mexicanas ya sea en el país o en el extranjero,
y las personas físicas y morales con domicilio en el país”.
Segú n el art. 97 LGP, “El Registro Nacional de Ciudadanos y la expedició n de la Cédula
de Identidad Ciudadana son servicios de interés pú blico que presta el Estado, a través de la
Secretaría de Gobernació n”.
La obtenció n de la cédula es obligatoria para los mayores de edad (art. 98 LGP: “Los ciu-
dadanos mexicanos tienen la obligació n de inscribirse en el Registro Nacional de Ciudadanos
y obtener su Cédula de Identidad Ciudadana”), y ello só lo se produce si se aporta partida de
nacimiento: art. 99: “Para cumplir con la obligació n establecida en el artículo anterior los ciuda-
danos deben satisfacer los siguientes requisitos:
254
Art. 111 LGP: “La Secretaría de Gobernació n podrá expedir un documento de identificació n a los mexicanos menores de
18 añ os, en los té rminos establecidos por el reglamento de esta ley”.
150 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

I. Presentar la solicitud de inscripció n correspondiente; y

II. Entregar copia certificada del acta de nacimiento o, en su caso, del certi-
ficado de nacionalidad o de la carta de naturalizació n”255.

H. Gratuidad
A nivel federal no hay regulació n de la gratuidad de de la inscripció n en el RC 256. Las leyes
estatales lo suelen considerar gratuito.

Si es gratuita la expedició n de la identificació n: art. 50 LGP: “La expedició n de la Cédula


de Identidad Ciudadana será gratuita. En los casos de renovació n o reposició n, se estará a lo que
determine la Ley Federal de Derechos”.

F. El personal de RC y otras medidas de organización y de supervisión


El art. 6 del Reglamento de RC de Sinaloa (1975) prevé que los oficiales son nombrados y
cesados libremente por el Secretario de Gobierno. En cuanto a la retribució n, la establecen las
autoridades estatales pero no es un estipendio fijo sino que es un porcentaje de lo recaudado:
art. 51: “Los Oficiales del Registro Civil percibirá n por concepto de honorarios y como com-
pensació n de sus servicios sobre los ingresos brutos que recauden el porcentaje que determine la
Secretaría de Hacienda Pú blica y Tesorería”.
Otros Estados prevén el libre nombramiento y cese del Director de RC pero no
especifican el régimen de los oficiales: el art. 11 de la ley orgánica de RC de Michoacán (2004)
dispone que “El Director del Registro Civil será designado y removido libremente por el
Gobernador del Estado. Los oficiales será n nombrados por el Gobernador del Estado,
conforme a la presente Ley” – la ley no dice nada sobre el cese de los oficiales.

Tampoco lo hace el Reglamento de la ley orgá nica del registro civil de Michoacá n (Publi-
cado en el Perió dico Oficial, 11 de febrero de 2005, tomo CXXXV, nú m. 50):

Artículo 18. La titularidad de las Oficialías del Registro Civil estará a cargo de un
servidor pú blico denominado Oficial del Registro Civil, quien tendrá fe pú blica en el
desempeñ o de las labores a su cargo y será nombrado por el Gobernador conforme a lo
establecido en la Ley.

Ni la ley ni el reglamento establecen previsiones sobre la carrera del oficial de RC (el art. 20
de la ley prevé una serie muy completa de funciones y responsabilidades).

255
El art. 100 LGP señ ala sin embargo que la partida o certificació n puede ser sustituida por otro documento: “En los casos en
que por causas fundadas el ciudadano no pudiera entregar la copia certificada del acta de nacimiento, podrá ser sustituida
por los documentos que garanticen fehacientemente la veracidad de los datos personales del interesado, conforme lo
disponga el reglamento de esta ley”.
256
La regulació n que el CC federal hace del RC (arts. 35 a 138) no menciona el coste de la inscripció n.
V. Anexos – México|

Tampoco es muy explícito el reglamento de RC de Chiapas (1995): art. 8: “Los funciona-


rios de la Direcció n del Registro Civil, serán nombrados por el titular del Ejecutivo del Estado;
el Director, a propuesta del Secretario de Gobierno, el Subdirector, Jefes de Departamentos y
Oficiales, a propuesta del titular de la Direcció n del Registro Civil”.
La Constitució n de Querétaro (art. 22) establece una cláusula residual de libre cese, que se
aplica a los oficiales de RC: “Son facultades del Gobernador del Estado las siguientes:

IV. Nombrar y remover libremente a los servidores pú blicos del Poder


Eje- cutivo cuyo nombramiento o remoció n no estén determinados en
esta Constitució n o en las Leyes;
XIII. Designar a los fedatarios pú blicos en los términos de la ley de la mate-
rial”.

En cada Estado la denominació n de los responsables del RC puede ser distinta. Y en


algunos ha variado con el tiempo. Por ejemplo en Michoacán la ley orgá nica de RC de 1965
(que fue derogada) empleaba varias denominaciones, que fueron unificadas en “oficial de RC”
por la vigente ley de RC del añ o 2004:

Transitorio Tercero.- Toda denominació n de juez del Registro Civil, juez del Estado
Civil, encargado del Registro Civil u otra equivalente, hecha en cualquier ordenamien-
to del Estado de Michoacán de Ocampo, se entenderá referida al oficial del Registro
Civil.

Transitorio Cuarto.- Toda denominació n u anotació n de juez del Registro Civil, juez
del Estado Civil, encargado del Registro Civil u otra equivalente, hecha en las actas del
estado civil o formatos para certificació n de actos del estado civil, se entenderá referida
al oficial del Registro Civil.

Parece que comienza a afirmarse una incipiente profesionalizació n de los oficiales de RC.

Algunos Estados regulan los detalles de las oficialías de RC. El reglamento de la ley de RC
de Chiapas (1995) establece en su Capítulo XII reglas como las siguientes:
Artículo 20.

Las Oficialías estará n a cargo de funcionarios dotados de fe pú blica, quienes para


el mejor desempeñ o de sus funciones podrá n ser auxiliados por el nú mero de
em- pleados administrativos que demanden las cargas de trabajo.

Artículo 21.

Para ser oficial del Registro Civil se requiere: ser mexicano por nacimiento en
ejercicio de sus derechos civiles y políticos, mayor de edad, de notoria honradez y
cursar la capacitació n y adiestramiento que para tal efecto le proporcione la Direc-
ció n del Registro Civil, debiendo aprobar la evaluació n realizada por la misma.
152 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

Artículo 23.
Los Oficiales tendrán las atribuciones y obligaciones que les conceda el Có digo
Civil vigente en el Estado, el presente ordenamiento y las demás leyes relativas
para autorizar los actos del estado civil de las personas en la jurisdicció n de sus
respectivas Oficialías.
Artículo 24.
Los empleados administrativos dependerán, en cuanto a su funció n, directamente
del Oficial del Registro Civil, quien atendiendo a sus aptitudes y a las
necesidades propias de la Oficialía, los adscribirá al trabajo que mejor convenga
al servicio.
Artículo 26.
Los Oficiales y empleados del Registro Civil, será n responsables de los dañ os y
perjuicios que causen, delitos y faltas administrativas en que incurran por acció n u
omisió n en el cumplimiento de sus funciones.
La regulació n de los deberes y atribuciones del oficial del RC es en ocasiones muy detallada:
art. 27 del reglamento de RC de Chiapas (1995) (algunos ejemplos):
Son facultades y obligaciones de los Oficiales del Registro Civil:
I. Celebrar y autorizar, con las excepciones de ley los actos y actas relativos
al estado civil de las personas, que establece el Có digo Civil vigente en el
Estado.
II. Solicitar y obtener oportunamente los formatos para inscribir los actos del
estado civil de las personas, las formas para expedició n de las copias certifi-
cadas y el material necesario para el ejercicio de sus funciones.
III. Autorizar con su firma y vigilar la inscripció n de anotaciones que modifi-
que el estado civil de las personas, que se tramiten en la propia Oficialía
o en las otras Oficialías del Estado, así como de aquellas que la Direcció n
autorice de las Oficialías de otras entidades y en su caso, tramitar ante la
Direcció n del Registro Civil las que deban realizarse fuera del Estado.
IV. Efectuar las anotaciones de rectificació n y aclaració n de las actas del estado
civil en los libros correspondientes, debiendo informar al archivo estatal
para que se realice la misma anotació n en el libro duplicado.
V. Los actos del estado civil que deban celebrarse fuera de la Oficialía, se
hará n en horario distinto al de labores; solo como excepció n y en casos
de extrema urgencia el Oficial asistirá inmediatamente.
VI. Verificar que los extranjeros que intervengan en cualquier acto del Registro
Civil comprueben suficientemente su estancia legal en el País, de acuerdo a
lo dispuesto por la Ley General de Població n.
V. Anexos – México|

En los casos de matrimonio y divorcio también deberá presentarse el permiso


correspon- diente de la Secretaría de Gobernació n. (…)
XXIV. Informar a la Direcció n del Registro Civil, de las faltas y omisiones en
que incurran los empleados administrativos.
XXV. Rendir a las autoridades federales y estatales los informes, estadísticas y
los avisos que preveen las leyes.
XXVI. Fijar en lugar visible de la Oficialía la tarifa de los derechos que causen la
inscripció n de los actos y hechos del estado civil, así como la
expedició n de las copias certificadas en que consten éstos.
XXVII. Proponer las medidas que permitan superar y actualizar la institució n del
Registro Civil.
XXVIII. Dar aviso oportuno a la Secretaría de Gobernació n, mediante copia cer-
tificada, de todos los actos del estado civil en que intervengan extranje-
ros.
XXIX. Expedir ordenes de inhumació n o cremació n, en su caso.
XXX. Informar mensualmente o cuando se le solicite, a la Direcció n del Regis-
tro Civil sobre las labores desarrolladas.
XXXI. Las demá s que establezcan las leyes y este reglamento.
En cuanto a la supervisió n y control de los RC, el Reglamento de RC de Michoacá n (2005)
regula muy prolijamente el procedimiento de supervisió n, los efectos de la misma, etc. El art.
12 establece que
Corresponde al Jefe del Departamento de Planeació n y Supervisió n del RC el
ejercicio de las facultades siguientes:
I. Elaborar y proponer al Director los planes y programas de trabajo de la
Direcció n;
II. Supervisar el cumplimiento de las disposiciones normativas aplicables,
en el ejercicio de la funció n registral;
III. Preparar la documentació n que requiera el Director, relacionada con las
constancias de los actos registrales para remitirla a las autoridades de los
tres ó rdenes de gobierno que corresponda;
IV. Proporcionar a los Oficiales las disposiciones normativas aplicables, rela-
tivas a la organizació n y funcionamiento del Registro Civil;
V. Instrumentar los planes y estrategias de supervisió n a las Oficialías, así
como designar el personal que se hará cargo de éstas, previo acuerdo con
el Director;
154 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

VI. Organizar por zonas a las Oficialías, conforme a su circunscripció n terri-


torial, así como supervisar la organizació n y funcionamiento de éstas;
VII. Realizar los estudios de factibilidad para la creació n de nuevas
Oficialías y proponerlos al Director;
VIII. Practicar visitas de supervisió n a las Oficialías de conformidad con lo
establecido en el Título Cuarto del presente Reglamento;
IX. Revisar los actos registrales para que en su caso, los Oficiales subsanen las
deficiencias que se adviertan, siempre que no ameriten la intervenció n de
la autoridad judicial;
X. Analizar los diferentes actos del estado civil de las personas enviados por
los titulares de las Oficialías, en los primeros diez días de cada mes;
XI. Remitir debidamente revisadas a los titulares de las Oficialías, en un pla-
zo no mayor de sesenta días contados a partir de la fecha de su recepció n,
las diferentes actas del estado civil sujetas a supervisió n;
XII. Supervisar que se asiente correctamente la denominació n del Municipio
al que pertenece la localidad, en caso que éste haya sido omitido al rea-
lizarse el acto registral, así como determinar el Municipio al que
corres- ponda la localidad para su inclusió n en la certificació n de los
diferentes actos del estado civil de las personas;
XIII. Elaborar, proponer y ejecutar, previa autorizació n del Director, campañ as
de regularizació n del estado civil de las personas, en coordinació n con las
dependencias Federales, Estatales y Municipales;
XIV. Supervisar la correcta encuadernació n de los libros de los diferentes actos
del estado civil de las personas;
XV. Proponer al Director la instrumentació n de programas, métodos y pro-
cedimientos de trabajo que contribuyan al mejor funcionamiento de la
unidad administrativa a su cargo; y,
XVI. Las demá s que le señ ale el Director y otras disposiciones normativas
aplicables257.

G. Otras previsiones
Algunas leyes o reglamentos prevén expresamente la posibilidad o la necesidad de realizar cam-
pañ as de registro (art. 64 del reglamento de RC de Michoacán (2005): “La Direcció n deberá
de tomar las medidas necesarias para que por lo menos una vez al añ o se efectú en campañ as

257
Los arts. 118 a 136 completan muy detalladamente el procedimiento de supervisió n.
V. Anexos – México|

registrales en coordinació n directa con las autoridades municipales. La Direcció n exhortará a


los Oficiales para que promuevan los registros en su circunscripció n”.
Las instalaciones de las oficinas de RC son en ocasiones reguladas con prolijidad: el art. 66
del reglamento de RC de Chiapas (1995), del cual aquí mostramos algunos ejemplos, establece
los requisitos constructivos de las mismas, así como otros detalles. Art. 66:
Las técnicas y medidas de seguridad que se emplearán para la conservació n de los
libros y documentos de la Institució n del Registro Civil, como lo fundamenta el
Artículo 39 del Có digo Civil, será n los siguientes:
I. Del Local.- Que la construcció n del local sea de ladrillo o block de
ce- mento, las paredes tanto exteriores como interiores deberán estar
repella- das y pintadas en colores claros, el piso del local será de concreto
pulido, evitándose el uso de alfombras, tapetes y cubrimientos de
madera, los techos deberán ser preferentemente de concreto y caso de
que sean de lá mina de asbesto o de barro, se recomienda colocar
plafó n pintado en blanco, los locales que ocupen los archivos deberán
contar con los si- guientes espacio físicos: área de acervos documentales,
área de consulta y á rea de trabajo archivístico.
II. De puertas y ventanas.- Para garantizar mejor seguridad, las puertas y
ventanas deben ser de estructura metálica y preferentemente los vidrios
con filtros ultravioletas, las puertas de acceso deberán tener cerrojos de
seguridad colocadas de acuerdo con las necesidades de los archivos, se
deben considerar salidas de emergencia en los locales en que se encuentre
los acervos.
III. De las instalaciones eléctricas.- Los tipos de conductores eléctricos, uti-
lizados en las instalaciones del archivo, deben ser los requeridos y deben
estar ocultos, el voltaje de la energía eléctrica tiene que ser de acuerdo
a las necesidades requeridas, los tableros de registros eléctricos deberán
estar ubicados fuera de todo contacto con las áreas de acervos documen-
tales. Es importante considerar la instalació n de pararrayos en el lugar
apropiado para evitar descargas eléctricas en los tiempos de lluvias, que
pueden afectar a las instalaciones; necesariamente todas las instalaciones
eléctricas del archive deben ser supervisadas, en periodos determinados,
por especialistas en la materia.
15

NICARAGUA

DERECHO INTERNaCIONaL
Nicaragua ratificó tanto la Convenció n sobre los Derechos del Niñ o así como la Convenció n
Americana sobre Derechos Humanos.

DERECHO CONSTITuCIONaL
La Constitució n Política de la Repú blica de Nicaragua fue publicada en la ciudad de Managua
el 9 de enero de 1987. Su artículo 16 establece como nacionales:
1. Los hijos de padre o madre nicaragü ense.
2. Los nacidos en el extranjero de padre o madre que originalmente fueron
nicaragü enses, siempre y cuando lo solicitaren después de alcanzar la
mayoría de edad o emancipació n.
3. Los infantes de padres extranjeros nacidos a borde de aeronaves y
embarcaciones nicaragü enses, siempre que ellos lo solicitaren.
En lo referido a la naturalizació n, se debe renunciar a la nacionalidad anterior.

En la secció n sobre derechos humanos, la Carta Magna nicaragü ense reconoce la


persona- lidad y capacidad jurídica. Asimismo, la igualdad ante la ley y que “no habrá
discriminació n por motivo de nacimiento, nacionalidad, credo político, raza, sexo, idioma
religió n, opinió n, origen, posició n econó mica o condició n social.”
El artículo 47 establece la ciudadanía desde los dieciséis añ os de edad. (Aunque el
Có digo Civil establece una serie de potestades a partir de los dieciocho).
El artículo 78 establece “el derecho de investigar la paternidad y la maternidad”
aunque el Có digo Civil impone límites como veremos infra.
La Constitució n nicaragü ense indica los derechos de Las Comunidades de la Costa Atlán-
tica como los de preservar y desarrollar su identidad cultural y de organizar sus propios asuntos
y las tierras de la comunidad. “Igualmente reconoce el goce, uso y disfrute de las aguas y bosques
de sus tierras comunales.”
Artículo 91.- El Estado tiene la obligació n de dictar leyes destinadas a promover
acciones que aseguren que ningú n nicaragü ense sea objeto de discriminació n por
razó n de su lengua, cultura y origen.
V. Anexos – Nicaragua|

El Poder Electoral, considerado un cuarto poder en esta Constitució n, se encarga de la


direcció n y organizació n de las elecciones. Está integrado por el Consejo Supremo Electoral y
demás organismos electorales subordinados. Los asuntos de registro e identidad quedan bajo
jurisdicció n de este poder.

Los artículo 175 y 176 divide el territorio nacional en Regiones, Departamentos y Municipios.
Considerando a este ú ltimo como “la unidad base de la divisió n política administrativa del país.
La ley determinará su nú mero y extensió n.”

LEYES Y REGLaMENTOS
En El Có digo Civil de la Repú blica de Nicaragua de 1904, el matrimonio es un contrato que
debe celebrarse ante un funcionario civil, el matrimonio religioso debe inscribirse en el registro
civil. En el caso de los nicaragü enses casados en el extranjero, tienen tres meses, una vez que
hayan retornado al país, para inscribir el contrato en el registro civil, bajo pena de multa.
El reconocimiento de hijos “ilegítimos” podrá hacerlo el padre en el registro civil. De acuer-
do al artículo 225, está prohibida la investigació n de la paternidad “ilegítima”. Salvo alguna
declaració n de paternidad, violació n y cuando el hijo se encuentra en resguardo del Estado. En
el caso de la maternidad, el artículo 226 permite su investigació n, salvo que buscase “atribuir
un hijo” a una mujer casada. Finalmente, “la investigació n de la paternidad o maternidad, só lo
puede intentarse en vida de los padres.”
Esta ley define al estado civil como “la calidad de un individuo en orden a sus relaciones
de familiares cuanto le confiere o impone determinados derechos y obligaciones civiles.” Que
se prueban por medio del registro civil. El encargado de dicho registro es un funcionario
nombra- do por la municipalidad y por el “jefe superior correspondiente” ante la inexistencia del
primero. El cargo de registrador exige ser abogado, notario o “instruido en derecho” en las
ciudades “cabeceras” de Distrito. El artículo 502 indica que en cada “ciudad, villa y pueblo”,
deberá haber una oficina de registro. Los sueldos provienen de los fondos municipales.
Art. 503.- En el Registro Civil se asentará n:
l. Los nacientes.

2. Los matrimonios.

3. La legitimació n de los hijos.

4. El reconocimiento de los hijos ilegítimos.

5. Las emancipaciones y declaraciones de mayoría de edad.

6. El discernimiento de las guardas.

7. Las defunciones.
158 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

8. Las sentencias de separació n de cuerpos, de divorcio, nulidad de


matrimonio y declaració n de ausencia.
Existe un duplicado por cada libro, una copia se envía al Archivo General de la Repú blica
cada añ o. El encargado del registro tiene potestades sobre la policía y jueces respeto a temas de
su jurisdicció n. Los asientos se escribirán como actas verbales, anotando los errores al pie del
acta. Los interesados pueden no firmar el acta. Una de las responsabilidades del registrador
es dar a conocer la situació n de nacidos, muertos y casados al “jefe político” respectivo.
La inscripció n del nacimiento es una obligació n del padre o cabeza de familia durante los
ocho días siguientes al hecho. En el momento de la inscripció n “se entiende que no pueden
aparecer los que por motivos de honestidad o decoro, tengan inconveniente para ello.” “A falta
del padre de familia, tendrán obligació n de dar el parte al Registro del Estado Civil, los
parien- tes del recién nacido o cualquiera persona que haya asistido al parto.” Se inscribirá n
actas de nacimiento y defunció n ante el fallecimiento de un recién nacido.
El hijo nacido dentro de un matrimonio no puede ser inscrito bajo otro padre “aunque la
madre diga no ser de su marido, o éste afirme que el hijo no es suyo.” No se pueden inscribir
calificativos como “ilegítimo”.
Arto. 521.- Los jefes o administradores de los hospitales, hoteles, casas de ma-
ternidad, hospicios y otros establecimientos semejantes, está n obligados a dar
parte al Registrador de los nacimientos ocurridos en dichos establecimientos, a
má s tardar dentro de veinticuatro horas.
Respecto al registro de matrimonio el hombre tiene cinco días para dar conocimiento del
hecho al encargado del registro civil. Cuando producto de un proceso civil o penal se declarase
la “celebració n” de un matrimonio, se pondrá copia en el libro registral. Lo mismo sucede en
caso de nulidad.
En el registro se inscribe también los casos de emancipació n por matrimonio, quedando
encargado el registrador de anotar dicha emancipació n en el acta de nacimiento de cada uno de
los có nyuges, junto con la respectiva autorizació n judicial.
En caso de inexistencia, destrucció n o pérdida de registros se recibe prueba del acto, no se
indica quién presentaría dicha prueba, en caso de no existir copia en archivo.
Ley de Reubicació n y Regulació n del Registro Central Del Estado Civil Decreto No. 745
de 30 de Junio de 1981. Por medio de esta ley el registro civil es una dependencia del Ministerio
de Justicia cuyo registro central transcribe las partidas que deben ser entregadas por los diversos
registros. El registro central está a cargo de un Registrador, quien deberá ser necesariamente
abogado, y que será designado por el Ministerio de Justicia.
La trascripció n mencionada se hace igual que el original, es decir, en microfilm o a mano en
funció n a como se presenta el acta. Posteriormente, cuando el libro esté concluido, se procede a
microfilmar dos ejemplares de cada libro, uno para el archivo del registro central y otro se guar-
V. Anexos – Nicaragua|

dará en “el só tano del Banco Central de Nicaragua o en otro lugar apropiado.” Dichos asientos
de libros microfilmados que se encuentran en el registro central “podrán ser consultados por
cualquier persona natural o jurídica, previa autorizació n del Encargado de la Oficina Central.”
Ley de Cédula de Identidad. Ley nº 34, aprobada el 23 de Agosto de 1972.258 Esta ley hace
obligatoria la identificació n personal por medio de la cédula de identidad por lo que se crea
la Direcció n General de Cedulació n, que depende del Tribunal Supremo Electoral.
Esta ley crea también el Registro Central del Estado Civil “el cual se formará con las
trans- cripciones de las partidas que le deberán suministrar los Registros del Estado Civil que
funcio- nen en la Repú blica”. El director general de Cedulació n lo es también del Registro
Central del Estado Civil. La direcció n de la institució n también incluye a un representante de
los partidos políticos que obtuvieron el primero y segundo lugar en las elecciones para
“autoridades supre- mas” anteriores.
En cada municipio existe una comisió n local de cedulació n integrada por el registrador
del estado civil y dos miembros de cada partido político de las mismas características de
aquellos presentes en la direcció n nacional de la institució n.
Ley De Identificació n Ciudadana, ley nº 152 de 5 de marzo de 1993. 259 Esta ley establece
la Cédula de Identidad Ciudadana como el documento pú blico que identifica a los ciudadanos
nicaragü enses, a partir de los dieciséis añ os, para el ejercicio del sufragio y para los demás actos
que determinen las leyes de la Repú blica. Es obligació n del Estado otorgar dichas cédulas. Si la
persona no estuviese registrada en el registro de nacimiento puede reponer la partida presentan-
do la solicitud correspondiente, con testigos “de reconocida buena conducta e idoneidad”, ante
el juez local del lugar de nacimiento el cual deberá decidir en menos de cuarenta y ocho
horas.
Ley De Municipios, ley nº 40 de 2 de Julio de 1988. De acuerdo a esta ley, el municipio
ejerce la administració n del registro del estado civil en funció n a la direcció n “normativa y
metodoló gica” del Consejo Supremo Electoral. Se procura la coordinació n interinstitucional,
“respetando los mecanismos e Instrumentos de planificació n física y econó mica del Estado e
impulsando la inserció n del Municipio en los mismos.”

258
También se revisó el Reglamento De La Ley De Cedula De Identidad, Reglamento No. 48 de 23 de Agosto de 1973.
259
Incluye Ley De Reforma Y Adiciones A La Ley No. 152, Ley De Identificació n Ciudadana Ley No. 592, Aprobada el 13
de Julio del 2006.
16

PANAMÁ

DERECHO INTERNaCIONaL
Panamá ratificó tanto la Convenció n sobre los Derechos del Niñ o así como la Convenció n
Americana sobre Derechos Humanos.

DERECHO CONSTITuCIONaL
De acuerdo a la Constitució n de la Repú blica de Panamá de 1972260, El Estado acata “las
normas de Derecho Internacional” (art. 4) y la nacionalidad se adquiere por nacimiento (o
na- turalizació n o disposició n constitucional). Segú n el artículo 19, no hay discriminació n por raza,
nacimiento, clase social, sexo, religió n o ideas políticas. El artículo 52 indica que el “Estado
protege el matrimonio, la maternidad y la familia. La ley determinará lo relativo al estado civil.”
La ciudadanía se adquiere a los dieciocho añ os “sin distinció n de sexo.”

La Carta Magna reconoce las uniones de hecho y producen los mismos efectos del
matrimonio a los cinco añ os con la solicitud ante el registro civil.

En el capítulo tercero, la Constitució n establece al Tribunal electoral como ente autó nomo
el cual “vigilará y fiscalizará” las inscripciones de hechos y actos vitales, así como la expedició n
de la cédula de identidad personal (y el proceso electoral). Está encargado de reglamentar la
ley electoral, del censo nacional, tramitar los expedientes de inmigració n y naturalizació n.
Sus decisiones son inapelables salvo ante el recurso de inconstitucionalidad.

LEYES Y REGLaMENTOS
Ley del Registro Civil Ley 31 del 25 de julio de 2006. 261 El Tribunal Electoral cuenta con tres
“Direcciones Sustantivas” a través de las cuales presta de forma directa, en casi todos los distritos
del país, los servicios pú blicos que le están encomendados. Dichas direcciones son la Direcció n
Nacional del Registro Civil, la Direcció n Nacional de Cedulació n y la Direcció n Nacional
de Organizació n Electoral, las cuales trabajan en forma integrada en una misma plataforma
in- formá tica y en permanente coordinació n. Cada una de estas direcciones se encuentra a
cargo de un Director secundado por un Subdirector, ambos designados por término
indefinido Las Direcciones Nacionales de Registro Civil, Cedulació n y Organizació n Electoral
tienen a su vez

260
Reformada por los actos reformatorios de 1978, por el acto constitucional de 1983 y los actos legislativos, 1 de 1983 y 2 de
1994.
261
Modificada mediante la Ley 17 del 22 de mayo de 2007.
V. Anexos – Panamá|

Direcciones Regionales para descentralizar sus funciones, con competencia, en una provincia,
comarca indígena y, en ciertos casos, en un distrito considerando la cantidad de sus pobladores
o en varios distritos agrupados con base en ese mismo elemento y en la unidad territorial. El
Tribunal también cuenta con oficinas complementarias en casi todos los distritos del país en
donde se brindan los servicios de inscripció n de hechos vitales y actos jurídicos referentes al es-
tado civil, expedició n de certificaciones, cedulació n, inscripció n y renuncia de partidos políticos
y actualizació n del registro electoral.
Artículo 12. Ademá s de las facultades expresadas en el artículo anterior, la
Direc- ció n Nacional, mediante resolució n motivada, podrá :

1. Rectificar inscripciones segú n lo dispuesto en la presente ley.

2. Cancelar inscripciones realizadas fuera de la jurisdicció n respectiva.

3. Suspender o denegar cualquier inscripció n o anotació n, cuando las pruebas


presentadas no reú nan las formalidades exigidas por la ley o tengan un vicio de
ilegalidad. En los casos de sentencias judiciales, se devolverán al Tribunal de la
causa.
La suspensió n o denegació n será notificada a los interesados o a sus apoderados
personalmente.
De acuerdo al artículo 2, nadie puede comparecer frente al registro civil, para ninguna clase
de actuació n, sin tener cédula de identidad, pasaporte o carné de migració n, exceptuando
esta condició n para el registro de nacimiento si se presentan pruebas “fehacientes” que el hecho
ocu- rrió en suelo panameñ o (esta excepció n se debe al “interés superior del menor”). Se
exceptú an también a quienes está n tramitando su propia inscripció n y a los familiares (dentro
del cuarto grado de consanguinidad).
Los funcionarios del registro civil y los testigos no pueden cobrar ni recibir ninguna clase
de reconocimiento de parte de personas debido a actuaciones en el registro civil. Solo por la
celebració n de matrimonios fuera de los días de trabajo.

Frente a las personas que suministren datos falsos al registrador será denunciado por el
delito de falsedad de documento pú blico.

Si bien la Constitució n no reconoce el Jus Sanguinis, el artículo 29 de esta ley sí permite la


inscripció n de hijos de panameñ os en el exterior (“siempre que reú nan los requisitos señ alados
por la Constitució n Política y la ley”). Los padres, los demás ascendientes, el pariente más pró xi-
mo que sea mayor de edad, el jefe del establecimiento de salud y cualquier persona presente en
el parto están obligados, uno u otro, a declarar el nacimiento. Así mismo, la persona que
tenga conocimiento de un menor en estado de abandono.
El nombre del menor, de acuerdo al artículo 33, se denomina de parte de quien solicita la
inscripció n del nacimiento de acuerdo, siempre que sea posible, con la voluntad de los
padres.
162 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

Nunca podrá ser un nombre que perjudique o ponga en ridículo al menor, por lo que el oficial
registral puede negar la asignació n de un nombre. Decisió n que puede ser apelada al superior
inmediato.
Artículo 35. Si transcurridos seis meses del nacimiento ocurrido
con asistencia médica, no se efectuó la declaració n para la inscripció n
correspondiente, el Registro Civil ordenará , de oficio, la inscripció n con
base en los datos registrados en el parte clínico correspondiente.
El orden de los apellidos puede ser determinado por los padres si ambos reconocen la
filiació n. Ese orden se mantiene para aquellos con idéntica filiació n. Los mayores de edad
pueden invertir el orden o eliminar uno de ellos (por una sola vez). La madre soltera puede
inscribir al hijo con sus dos apellidos.
Respecto al matrimonio, se puede celebrar frente a una serie de autoridades (el Juez
competente, los Magistrados del Tribunal Electoral, el Director o Subdirector Nacional del
Registro Civil, el Director Regional del Registro Civil, los notarios pú blicos, los sacerdotes de
la Iglesia Cató lica o los ministros de los cultos religiosos con personería jurídica en la Repú blica
de Panamá, agentes consulares o diplomáticos, capitanes de buque de bandera panameñ a y las
autoridades indígenas dentro de su jurisdicció n).
Respecto a los cambios de nombre y apellidos, éstos pueden ser solicitados por los padres
por una sola vez, el titular podrá hacerlo hasta un añ o después que haya cumplido la mayoría
de edad. En otros casos “podrá n autorizarse por derecho de uso y costumbre, a solicitud de
parte interesada por intermedio de apoderado legal.” Para esto, se debe presentar tres pruebas
documentales que acrediten la celebració n de una serie de actos, durante cinco añ os, con “los
nombres y/o apellidos que se desea registrar.”262 El cambio de sexo se ordena por la
Direcció n Nacional del Registro Civil por solicitud con certificado médico forense que
determine el sexo del titular.

262 “Se exceptú an los nacimientos declarados de oficio, para los cuales bastará una prueba do-
cumental que acredite el uso del nombre en cualquier tiempo. En este supuesto, el interesado podrá
presentar la solicitud sin necesidad de apoderado judicial.”
|

PARAGUAY

DERECHO INTERNACIONAL
Paraguay ha ratificado la CDN (1990) y la Convenció n Americana sobre Derechos Humanos
(1989).

DERECHO CONSTITuCIONaL
La Constitució n (1992) apenas menciona el RC o el DI. Si alude a los documentos de identi-
ficació n (art. 35: “Los documentos identificatorios, licencias o constancias de las personas no
podrán ser incautados ni retenidos por las autoridades. Estas no podrán privarlas de ellos, salvo
los casos previstos en la ley”), y en lo referente al habeas data menciona los archivos y registros
(art. 135: “Toda persona puede acceder a la informació n y a los datos que sobre si misma, o
sobre sus bienes, obren en registros oficiales o privados de carácter pú blico, así como conocer el
uso que se haga de los mismos y de su finalidad. Podrá solicitar ante el magistrado competen-
te la actualizació n, la rectificació n o la destrucció n de aquellos, si fuesen erró neos o afectaran
ilegítimamente sus derechos”). Las reglas de adquisició n de la nacionalidad (art. 146) tampoco
mencionan al RC.
Existen previsiones respecto de las minorías étnicas: art. 63 (“De la identidad étnica:
Que- da reconocido y garantizado el derecho de los pueblos indígenas a preservar y a desarrollar
su identidad étnica en el respectivo hábitat. Tienen derecho, asimismo, a aplicar libremente
sus sistemas de organizació n política, social, econó mica, cultural y religiosa, al igual que la
volunta- ria sujeció n a sus normas consuetudinarias para la regulació n de la convivencia interior
siempre que ellas no atenten contra los derechos fundamentales establecidos en esta
Constitució n. En los conflictos jurisdiccionales se tendrá en cuenta el derecho
consuetudinario indígena”).

LEYES Y REgLAMENTOS
El RC paraguayo data de 1880. Siempre ha estado localizado en el seno del poder ejecutivo
(actualmente en el Ministerio de Justicia y Trabajo). La principal ley que lo regulaba fue la ley
nº 58 del añ o 1914, hoy derogada. Actualmente se regula por la ley nº 1266 del añ o 1987,
que ha sido reformada en un nú mero relativamente pequeñ o de ocasiones.
Se trata de un sistema de RC fuertemente centralizado. Existen 482 oficinas locales, en
fuerte dependencia de la Direcció n General de RC. La ley prevé la creació n de cabeceras de-
partamentales como ó rganos intermedios entre cada una de las oficinas y la oficina central en
Asunció n.
164 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

En 2003 se creó el Consejo Nacional de EEVV, presidido por el Ministerio de Salud.


Desde la ley 1377 de 1999, la inscripció n en el RC es gratuita263.
Hasta su reforma por ley 3156 de octubre de 2006, el art. 55 de la ley de RC no permitía la
inscripció n de niñ os que no poseyesen el certificado de nacido vivo, expedido en los hospitales
o por partera. Ello planteaba un problema de los nacimientos no hospitalarios, que son relativa-
mente elevados y que no tienen posibilidad de obtener dicho certificado y por consiguiente
de acceder al RC. Actualmente es posible la inscripció n sin el certificado: el art. 55 (en su
versió n dada por la ley de 2007) dispone lo siguiente:
El nacimiento se justificará mediante certificado del médico o la partera que
haya asistido al parto, quienes expedirá n el correspondiente comprobante, con-
forme a los mecanismos y procedimientos establecidos por el Ministerio de Sa-
lud Pú blica y Bienestar Social, a los efectos de su presentació n ante el Registro
del Estado Civil para la inscripció n del nacimiento.
Si el nacimiento se produjera sin la asistencia de profesionales médicos o de
parteras, y no fuere posible la obtenció n del comprobante correspondiente, el
nacimiento será inscripto en el Registro del Estado Civil por cualquiera de
sus progenitores, con sus respectivos documentos de identidad, con la
compare- cencia de dos testigos, quienes deberá n haber presenciado o tener
conocimien- to del hecho y conocer a quien o quienes declaren la inscripció n
y cumplir con los demá s requisitos previstos en el Artículo 38 de esta Ley. En los
casos en que el declarante sea uno solo de los progenitores, y el nacimiento
no fuere fruto de un matrimonio, el recién nacido será inscripto con el apellido
del progenitor compareciente, en los términos de la Ley respectiva.
Las personas que testifiquen el hecho será n civil y penalmente responsables de
las consecuencias que puedan emerger del falso testimonio.
Las inscripciones tardías debían realizarse por vía judicial. En 2006 (ley 3140 de Diciembre
de 2006, con vigencia desde enero de 2007) se han establecido reglas especiales y transitorias
para facilitar la inscripció n de quien no estaba inscrito: no solamente se exime de tasas o multas
sino que además se establece que las tasas judiciales del proceso para la inscripció n tardía que-
dan asimismo exentas.
Una de las principales características del RC paraguayo es que aun funciona con registrado-
res no retribuidos o ad honorem, que no perciben retribució n con cargo al presupuesto del Estado
y deben hacerse cargo de los gastos de la oficina. Estos registradores eran los antiguos jueces de
paz, a los que el art. 3 de la ley de 1914 atribuía la responsabilidad del RC en las zonas
rurales. La ley 1266 del RC no regula el régimen jurídico de los oficiales de RC.

263
También lo es el certificado de nacido vivo (expedido por el servicio de salud) y la cedula de identidad civil (expedida
por el departamento de identificaciones de la policía).
|

PERÚ

DERECHO INTERNaCIONaL
Perú ratificó tanto la Convenció n sobre los Derechos del Niñ o264 así como la Convenció n Ame-
ricana sobre Derechos Humanos.

DERECHO CONSTITuCIONaL
De acuerdo a la Constitució n Política del Perú de 1993, el fin supremo del Estado es la
defensa de la persona y su dignidad; asimismo, el artículo 2 establece los derechos a la
identidad, a la integridad, a la igualdad ante la ley (“Nadie debe ser discriminado por motivo
de origen, raza, sexo, idioma, religió n, opinió n, condició n econó mica o de cualquiera otra
índole.”).
Además, todos tienen derecho a solicitar la informació n que requiera de cualquier entidad
pú blica, con la excepció n de la informació n que afecte la intimidad personal, también a que “los
servicios informáticos, computarizados o no, pú blicos o privados, no suministren informaciones
que afecten la intimidad personal y familiar.”
El Estado reconoce la identidad étnica y cultural y protege la pluralidad de la Nació n. Por
lo mismo, todo peruano puede emplear su propio idioma ante cualquier autoridad mediante
intérprete.
Todos tienen derecho a la nacionalidad y a obtener o renovar el pasaporte.

Segú n el artículo 3, estos derechos no excluyen otros que la Constitució n o por


naturaleza aná loga fundada en la “dignidad del hombre” existan.
El Artículo 4 refiere a la protecció n especial que reciben los niñ os, los adolescentes, las ma-
dres y los ancianos. Refiere también a la protecció n y promoció n del matrimonio y la familia.
El Artículo 6 indica el objetivo de la paternidad y maternidad responsables y la igualdad de
los hijos, “está prohibida toda menció n sobre el estado civil de los padres y sobre la naturaleza
de la filiació n en los registros civiles y en cualquier otro documento de identidad.”
Conforme al artículo 30, “son ciudadanos los peruanos mayores de dieciocho añ os. Para el
ejercicio de la ciudadanía se requiere la inscripció n electoral”.
De acuerdo a los artículos 55 y 57, los tratados tienen rango de ley, por debajo de la Cons-
titució n.

264
Ratificado en agosto de 1990 mediante Resolució n Legislativa Nº 25278. Perú ratificó la Convenció n Americana sobre
Derechos Humanos en diciembre de 1978.
166 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

Segú n el artículo 177, “El sistema electoral está conformado por el Jurado Nacional de
Elecciones; la Oficina Nacional de Procesos Electorales; y el Registro Nacional de Identifica-
ció n y Estado Civil (RENIEC). Actú an con autonomía y mantienen entre sí relaciones de co-
ordinació n, de acuerdo con sus atribuciones.” El jefe del RENIEC es nombrado por el Consejo
Nacional de la Magistratura por cuatro añ os.
El Registro Nacional de Identificació n y Estado Civil tiene a su cargo la inscrip-
ció n de los nacimientos, matrimonios, divorcios, defunciones, y otros actos que
modifican el estado civil. Emite las constancias correspondientes. Prepara y
man- tiene actualizado el padró n electoral. Proporciona al Jurado Nacional de
Eleccio- nes y a la Oficina Nacional de Procesos Electorales la informació n
necesaria para el cumplimiento de sus funciones. Mantiene el registro de
identificació n de los ciudadanos y emite los documentos que acreditan su
identidad.

LEYES Y REGLaMENTOS
Ley Orgánica nº 26497 de 12 de Julio de 1995. Por medio de esta ley se crea el Registro Na-
cional de Identificació n y Estado civil (RENIEC) como un organismo autó nomo “y goza
de atribuciones en materia registral, técnica, administrativa, econó mica y financiera.” Es la
entidad a cargo de organizar y mantener el registro ú nico y de inscripció n. “Con tal fin
desarrollará técnicas y procedimientos automatizados que permitan un manejo integrado y
eficaz de la in- formació n.” La Ley Orgá nica exige la existencia de un nú mero ú nico de
identificació n.
Artículo 7°. - Son funciones del Registro Nacional de Identificació n y Estado Civil:
a) Planear, organizar, dirigir, normar y racionalizar las inscripciones de su
com- petencia
b) Registrar los nacimientos, matrimonios, divorcios, defunciones y demás actos
que modifiquen el estado civil de las personas, así como las resoluciones judi-
ciales o administrativas que a ellos se refieran susceptibles de inscripció n y los
demá s actos que señ ale la ley
c) Emitir las constancias de inscripció n correspondientes
d) Preparar y mantener actualizado el padró n electoral en coordinació n con la
Oficina Nacional de Procesos Electorales
e) Proporcionar al Jurado Nacional de Elecciones y a la Oficina Nacional de
Procesos Electorales la informació n necesaria para el cumplimiento de sus
funciones
f) Mantener el Registro de Identificació n de las personas
g) Emitir el documento ú nico que acredita la identidad de las personas, así como
sus duplicados
V. Anexos – Perú|

h) Promover la formació n de personal calificado que requiera la institució n

i) Colaborar con el ejercicio de las funciones de las autoridades policiales y ju-


diciales pertinentes para la identificació n de las personas, dejando a salvo lo
establecido en el inciso siguiente y en los incisos 1), 5) y 6) del Artículo 2°
de la Constitució n Política del Perú
j) Velar por el irrestricto respeto del derecho a la intimidad e identidad de la
persona y los demás derechos inherentes a ella derivados de su inscripció n en
el registro

k) Garantizar la privacidad de los datos relativos a las personas que son


materia de inscripció n

l) Implementar, organizar, mantener y supervisar el funcionamiento de los regis-


tros dactiloscó pico y pelmatoscó pico de las personas

m) Brindar, durante los procesos electorales, la má xima cooperació n a la


Oficina Nacional de Procesos Electorales, facilitando el uso de su
infraestructura ma- terial y humana
RENIEC trabaja con las municipalidades provinciales y distritales, el Instituto Nacional de
Bienestar Familiar, los consulados, las comunidades campesinas y nativas reconocidas, centros
de salud y el Poder Judicial. Dentro de su estructura orgá nica, RENIEC tiene un ó rgano de
asesoramiento en temas legales, de informática, estadística y planificació n así como un ó rgano
de control interno:
Artículo 15°. - El Consejo Consultivo del Registro Nacional de Identificació n
y Estado Civil esta compuesto por tres miembros, uno designado por la Corte
Suprema, uno por el Ministerio de Justicia y uno por el Ministerio del Interior,
por un período renovable por igual duració n de dos (2) añ os. Les afectan las
mismas incompatibilidades que la Ley prevé para el Jefe del Registro de
Iden- tificació n y Estado Civil.
Los fondos de RENIEC provienen de sus ingresos propios, asignaciones del Presupuesto
General de la Repú blica (dentro del pliego del Sistema Electoral) así como donaciones en ge-
neral.

Respecto al documento Nacional de Identidad (DNI) la Ley Orgánica lo reconoce como


personal e intransferible, “para todos los actos civiles, comerciales, administrativos, judiciales
(…). Constituye también el ú nico título de derecho al sufragio de la persona a cuyo favor ha
sido otorgado.” El Có digo Ú nico de Identificació n, presente en el DNI, surte efectos a
nivel tributario y militar, licencias de conducir, pasaportes, documentos de seguridad social y
otros. El DNI tiene una validez de 6 añ os, no debiendo ser renovado para los mayores de 60
añ os.
168 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

Artículo 44°. - Se inscriben en el Registro de Estado Civil:

a) Los nacimientos

b) Los matrimonios

c) Las defunciones

d) Las resoluciones que declaran la incapacidad y las que limitan la capacidad de


las personas

e) Las resoluciones que declaren la desaparició n, ausencia, muerte presunta y el


reconocimiento de existencia de las personas

f ) Las sentencias que impongan inhabilitació n, interdicció n civil ó pérdida de la


patria potestad

g) Los actos de discernimiento de los cargos de tutores o curadores, con enume-


ració n de los inmuebles inventariados y relació n de las garantías prestadas, así
como cuando la tutela o curatela acaba, o cesa en el cargo el tutor o curador

h) Las resoluciones que rehabiliten a los interdictos en el ejercicio de los derechos


civiles

i) Las resoluciones que declaren la nulidad del matrimonio, el divorcio, la


sepa- ració n de cuerpos y la reconciliació n

j) El acuerdo de separació n de patrimonio y su sustitució n, la separació n de pa-


trimonio no convencional, las medidas de seguridad correspondientes y su
cesació n

k) Las declaraciones de quiebra

l) Las sentencias de filiació n

m) Los cambios o adiciones de nombre

n) El reconocimiento de hijos

o) Las adopciones

p) Las naturalizaciones y la pérdida o recuperació n de la nacionalidad.

q) Los actos que, en general, modifiquen el estado civil de las personas, las re-
soluciones judiciales o administrativas susceptibles de inscripció n y los demás
actos que la ley señ ale.

De acuerdo al artículo 46, los hospitales pú blicos deben realizar la inscripció n de nacimien-
to dentro de los 3 días de ocurrido el hecho en la oficina de RENIEC presente en el centro de
salud. En los demás casos el plazo es de 30 días. Los menores no inscritos dentro de este plazo,
V. Anexos – Perú|

pueden serlo a “solicitud de sus padres, tutores, guardadores, hermanos mayores de edad o quie-
nes ejerzan su tenencia, bajo las mismas condiciones que una inscripció n ordinaria. En el
caso de los mayores de 18 añ os no inscritos, se podrá solicitar por los padres con consentimiento
del interesado.
Artículo 51°. - Excepcionalmente, en los lugares de difícil acceso a los centros
poblados que poseen registros civiles, tales como zonas fronterizas, regiones de
selva y ceja de selva y comunidades campesinas y nativas, la inscripció n (…) podrá
ser efectuada por las guarniciones militares de frontera o por los misioneros debi-
damente autorizados por la Direcció n nacional, dando cuenta a la oficina registral
que corresponda.
El artículo 53 establece como imprescriptible el derecho para impugnar judicialmente las
partidas inscritas, pudiendo ejercerlo toda persona que por tal inscripció n se sienta afectada en
sus derechos legítimos.
Todos los centros de salud tienen la obligació n de informar a la oficina de registro los
nacimientos que allí hayan ocurrido mensualmente con la sanció n correspondiente por incum-
pliendo.
Por medio de disposiciones complementarias, esta ley indica que el personal y la documen-
tació n relativa a registro civil en los gobiernos locales se incorpora a la jurisdicció n de
RENIEC. Asimismo, se modifican el Có digo de los Niñ os y Adolescentes (Decreto Ley nº
26102) en lo referido a los derechos al nombre265, identidad y nacionalidad:
265
De acuerdo al Có digo Civil peruano (Decreto Legislativo Nº 295 de 1984), se reconocen los siguientes procedimientos
en el otorgamiento de los nombres y apellidos del niñ o:
Articulo 19º.- Derecho al nombre
Toda persona tiene el derecho y el deber de llevar un nombre. Este incluye los apellidos.
Articulo 20º.- Nombre del hijo matrimonial
Al hijo matrimonial le corresponden el primer apellido del padre y el primero de la
madre. Articulo 21º.- Nombre del hijo extramatrimonial
Al hijo extramatrimonial le corresponden los apellidos del progenitor que lo haya reconocido. Si es reconocido por ambos
lleva el primer apellido de los dos.
Rige la misma regla en caso de filiació n por declaració n
judicial. Artículo 22º.- Nombre del adoptado
El adoptado lleva los apellidos del adoptante o adoptantes.
Articulo 23º.- Nombre del recién nacido de padres
desconocidos
El recién nacido cuyos progenitores son desconocidos debe ser inscrito con el nombre adecuado que le asigne el registrador
del estado civil.
Artículo 29º.- Cambio o adició n de nombre
Nadie puede cambiar su nombre ni hacerle adiciones, salvo por motivos justificados y mediante autorizació n judicial,
debidamente publicada e inscrita.
El cambio o adició n del nombre alcanza, si fuere el caso, al có nyuge y a los hijos menores de
edad. Articulo 32º.- Protecció n jurídica del seudó nimo
El seudó nimo, cuando adquiere la importancia del nombre, goza de la misma protecció n jurídica dispensada a este.
170 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

El niñ o y el adolescente tienen derecho a un nombre, a la nacionalidad peruana,


a conocer a sus padres y a ser cuidado por éstos. Será registrado por su madre o
responsable inmediatamente después de su nacimiento en el registro civil corres-
pondiente. De no hacerlo en el plazo de treinta días se procederá a la inscripció n
conforme a lo prescrito en el Título VI de la Ley del Registro Nacional de Identi-
ficació n y Estado Civil. La dependencia a cargo del registro extenderá la primera
constancia de nacimiento en forma gratuita y dentro de un plazo que no
excederá de veinticuatro horas. El Estado garantiza este derecho mediante el
Registro Na- cional de Identificació n y Estado Civil. Para los efectos del derecho
al nombre, se aplicará n las normas pertinentes del Có digo Civil.
Así también la ley modifica lo relacionado al certificado de nacido vivo, en el cual deberá
constar la identificació n dactilar de la madre y “la identificació n pelmatoscó pica del recién
na- cido, ademá s de los datos que corresponden a la naturaleza del documento”.
Pasando a otra normatividad, el Có digo Civil peruano de 1984 establece el derecho y el
deber a llevar un nombre con apellidos. Regula, asimismo, esta situació n para los hijos extra-
matrimoniales a quien le corresponden los apellidos del progenitor que lo haya reconocido. En
caso de un niñ o de padres desconocidos, será inscrito con el nombre “adecuado” que le
asigne el registrador civil. Por otro lado, el Có digo de los Niñ os y Adolescentes, reconoce el
derecho a la identidad y a la inscripció n siendo éste ú ltimo responsabilidad de los padres o
de quien esté encargado del menor. Finalmente, el Decreto Ley N° 22175, Ley de
Comunidades Nativas y de Desarrollo Agrario de la Selva y Ceja de Selva de 1978 regula que
en cada comunidad habrá un registro del estado civil a cargo del agente municipal y, a falta de
éste, del jefe de la comunidad.
|

URUGUAY

DERECHO INTERNaCIONaL
Uruguay ratificó la Convenció n sobre los Derechos del Niñ o266 así como la Convenció n Ame-
ricana sobre Derechos Humanos.267

DERECHO CONSTITuCIONaL
La Constitució n de la Repú blica Uruguaya de 1967268 reconoce en su artículo 8 la igualdad
ante la ley, “no reconociéndose otra distinció n entre (las personas) sino la de los talentos o las
virtudes.”
La Carta Magna reconoce dos tipos de ciudadanos: los legales y los naturales. Los natu-
rales son aquellos que adquieren la ciudadanía por Jus Soli o Jus Sanguinis, mientras los legales
son aquellos extranjeros que se naturalizan al tener una familia en Uruguay o cinco añ os de
residencia. La nacionalidad no se pierde al adquirir otra, más “la ciudadanía legal se pierde por
cualquier otra forma de naturalizació n ulterior.”
Para poder ejercer el voto se necesita estar inscrito en el registro civil. Asimismo, toda
reforma de la ley actual (o nueva ley también) sobre registro civil requiere dos tercios del voto
total de la Cá mara.

LEYES Y REGLaMENTOS
Có digo Civil de 1868.269 De acuerdo al Có digo Civil uruguayo, las partidas del registro
civil así como las escrituras pú blicas y los testamentos se emplearán para probar el estado civil
de un hijo natural o también por sentencia que establezca la “filiació n natural”. En ese
sentido, los hijos se declaran legítimos sin tomar en cuenta la determinació n que establezca los
libros en parroquias de la iglesia.
En caso de existir mala fe de parte de los cónyuges, los hijos se consideran “hijos naturales
reconocidos”. Asimismo, el Có digo Civil reconoce como legítimos solo aquellos que provengan
de un matrimonio civil y los “legitimados adoptivamente”. Sin embargo, la calidad de “hijo

266
Ratificado por la Ley 16.137 de septiembre de 1990.
267
Uruguay ratificó el Pacto de San José de Costa Rica por medio de la Ley 15.737 de fecha 8 de marzo de 1985.
268
Con las modificaciones plebiscitadas el 26 de noviembre de 1989, el 26 de noviembre de 1994, el 8 de diciembre de
1996 y el 31 de octubre de 2004.
269
Con las modificaciones de la ley 16.603 de 1994.
172 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

natural” se da solo al ser declarados como tales. En caso de “posesió n notoria”, o convivencia
demostrable por diez añ os, se otorga la paternidad al hombre de la misma. Persona
concebida dentro del matrimonio es aquella que nace después de los 180 días después del mismo
y 300 días antes de la disolució n del vínculo matrimonial.
Antes de la celebració n del matrimonio religioso se debe contar con certificació n del Oficial
del Estado Civil, sin la cual el ministro o pastor religioso será condenado a 6 meses de pena
privativa de libertad (un añ o en caso de reincidencia).
Son impedimentos para el matrimonio: si el hombre es menor de 14 añ os y la mujer no
ha cumplido los doce añ os de edad. La falta de consentimiento, el vínculo anterior no
disuelto, el parentesco en línea recta de consaguinidad o afinidad, tentativa de homicidio de
parte de uno de ellos y la falta de consagració n religiosa en caso que esté presente como
condició n resolutoria en el contrato. Se necesita el consentimiento de los padres o del tutor
para que los menores de 18 se puedan casar.
Ley del Registro del Estado Civil. Decreto-Ley 1.430 de fecha 12 de febrero de 1879. 270
Por medio de esta ley se creó el Registro de Estado Civil con el objeto de inscribir hechos y
actos vitales así como reconocimientos y legitimaciones de filiació n. Los Jueces de Paz son los
encargados de este trabajo quienes también son oficiales del estado civil. Asimismo, los centros
de salud deben informar a los jueces de paz sobre los nacimientos que ocurriesen en los mismos
para su registro generando una inscripció n de oficio.
Aunque sigue vigente este tipo de procedimiento de inscripció n, la Ley Nº 16.170 del 28
de diciembre de 1990 le otorga competencia exclusiva de las inscripciones al Registro de Estado
Civil (en su totalidad a partir del 2010)271, el cual puede, con “previa vista del Ministerio Pú blico
y Fiscal” procede a realizar las inscripciones que no se realizaron dentro de los plazos legales (10
días há biles a partir del Nacimiento en zonas urbanas y 20 días há biles en zona rural).”
Có digo De La Niñ ez y La Adolescencia, Ley nº 17.823 de 7 de septiembre de 2004. Este
có digo establece a la Convenció n sobre los Derechos del Niñ o (ademá s de otros instrumentos
internacionales) como forma de interpretació n del mismo. El artículo 9 declara al derecho a
la identidad como un derecho inherente de los niñ os y adolescentes. El artículo 23 reconoce
que todo niñ o tiene derecho a conocer a sus padres.
De acuerdo al artículo 25, todos los centros de salud deben llevar registro de los nacimientos,
incluyendo impresió n plantar y digital del recién nacido, del cual se le entrega una copia a la madre
y otro se envía al registro civil. Esta responsabilidad se extiende a cualquier médico o partero.

270
Ley presentada en funció n a la informació n presente en: Ministerio de Educació n y Cultura de Uruguay, El Derecho a la
Identidad en Uruguay, IV Encuentro de Directores de Registro Civil, Identificació n y Estadísticas Vitales, 2007.
271
“ARTÍCULO 39.- El Registro de Estado Civil, a cargo de los Jueces de Paz del Interior de la Repú blica pasará a
funcionar, antes del 1º de enero de 2010, en Oficinas dependientes de la Direcció n General del Registro de Estado Civil.
La recaudació n por concepto de esta actividad que cumplan las sedes del Poder Judicial en el Interior, será transferida a
é ste con destino a financiar los gastos de funcionamiento e inversiones que requiere dicho servicio.”
V. Anexos – Uruguay|

Cuando la madre fallece o se ve imposibilitada o no concurre a efectuar la inscripció n


del nacimiento, la maternidad puede ser acreditada por quien concurra al acto de la
inscripció n por medio de certificació n médica de quien atendió el parto y en ú ltima
instancia, por testigos en los casos de partos ocurridos sin asistencia médica.272
El nombre se inscribe con los apellidos de ambos padres, los dos apellidos de la madre en
caso de nacer “fuera del matrimonio”. En caso que la inscripció n no fuera hecha ni por ninguno
de los padres llevará como segundo el apellido de la madre “en caso de ser ésta conocida” y como
primero “uno de uso comú n”. Para la inscripció n tardía, basta la presencia de uno de los padres
(si está dentro del matrimonio).

272
Ministerio de Educació n y Cultura de Uruguay, El Derecho a la Identidad en Uruguay, IV Encuentro de Directores
de Registro Civil, Identificació n y Estadísticas Vitales, 2007.
17

REPÚ BLICA BOLIVARIANA


DE VENEZUELA

DERECHO INTERNaCIONaL
Venezuela ha ratificado la CDN (1990) y la Convenció n Americana sobre Derechos Humanos
(1977 – con reservas que no se refieren al RC o al DI).

DERECHO CONSTITuCIONaL
La constitució n de 1999 contiene varias menciones relevantes para el DI y el RC. Se menciona
expresamente el RC en el art. 56: “Toda persona tiene derecho a un nombre propio, al apellido
del padre y al de la madre, y a conocer la identidad de los mismos. El Estado garantizará el
derecho a investigar la maternidad y la paternidad. Toda persona tiene derecho a ser inscritas
gratuitamente en el registro civil después de su nacimiento y a obtener documentos pú blicos que
comprueben su identidad bioló gica, de conformidad con la ley. É stos no contendrá n menció n
alguna que califique la filiació n”.
Existe una referencia indirecta al DI, ya que el art. 78 alude expresamente a la CDN (cuyo
art. 8 reconoce el DI): “Los niñ os, niñ as y adolescentes son sujetos plenos de derecho y estarán
protegidos por la legislació n, ó rganos y tribunales especializados, los cuales respetarán, garan-
tizará n y desarrollará n los contenidos de esta Constitució n, la Convenció n sobre los Derechos
del Niñ o y demá s tratados internacionales que en esta materia haya suscrito y ratificado la
Repú blica”.
Al igual que otros países, reconoce el habeas data respecto de los datos de cualquier registro
pú blico privado273. En lo referente a la adquisició n de la nacionalidad (arts. 32 a 38) no hay
menció n del RC. Hay previsiones específicas respecto de los derechos de los pueblos indígenas
(arts. 119 a 126).
El art. 156 atribuye al poder pú blico nacional 274 la competencia sobre servicios de identifi-
cació n (apartado 5), sobre censos y estadísticas nacionales (apartado 18) y sobre legislació n civil,

273
Artículo 28. Toda persona tiene derecho de acceder a la informació n y a los datos que sobre sí misma o sobre sus bienes
consten en registros oficiales o privados, con las excepciones que establezca la ley, así como de conocer el uso que se haga
de los mismos y su finalidad, y a solicitar ante el tribunal competente la actualizació n, la rectificació n o la destrucció n
de aquellos, si fuesen erró neos o afectasen ilegítimamente sus derechos. Igualmente, podrá acceder a documentos de
cualquier naturaleza que contengan informació n cuyo conocimiento sea de interés para comunidades o grupos de
personas. Queda a salvo el secreto de las fuentes de informació n periodística y de otras profesiones que determine
la ley.
274
El art. 136 lo define como “El Poder Pú blico se distribuye entre el Poder Municipal, el Poder Estadal y el Poder Nacional.
El Poder Pú blico Nacional se divide en Legislativo, Ejecutivo, Judicial, Ciudadano y Electoral”.
V. Anexos – República Bolivariana de Venezuela|

electoral y sobre notarías y registro pú blico (apartado 32). Dentro del poder pú blico
nacional, es el poder electoral el encargado del RC: art. 292: “El Poder Electoral se ejerce por
el Consejo Nacional Electoral como ente rector y, como organismos subordinados a éste, la Junta
Electoral Nacional, la Comisió n de Registro Civil y Electoral y la Comisió n de Participació n
Política y Financiamiento, con la organizació n y el funcionamiento que establezca la ley orgánica
respec- tiva”. Art. 293: “El Poder Electoral tienen por funció n: … 7. Mantener, organizar,
dirigir y su- pervisar el Registro Civil y Electoral”. Del poder electoral se predica la
independencia respecto de los partidos, así como otros principios275.

LEYES Y REGLaMENTOS276
Venezuela carece de una ley de RC. La regulació n del RC, identidad e identificació n está dis-
persa en diversas normas. En 2007 la CNE y el Gobierno enviaron a la Asamblea Nacional un
proyecto de ley orgá nica de registro del estado civil de las personas.
Conforme a la ley orgánica del poder electoral (2002), el RC depende del poder electoral.
En concreto, de una subsecció n del mismo, la Comisió n de Registro Civil y Electoral, formada
por la Oficina Nacional de Registro Civil del Poder Electoral, la Oficina Nacional de Registro
Electoral y la Oficina Nacional de Supervisió n de Registro Civil constante Identificació n (art.
59 de dicha LO). El art. 57 de la LO del poder electoral (2002) señ ala que “La Comisió n
de Registro Civil y Electoral es el ó rgano a cuyo cargo está la centralizació n de la informació n
del Registro del Estado Civil de las personas naturales, el cual se forma de la manera prevista
en la ley respectiva. Igualmente asumen la formació n, organizació n, supervisió n y
actualizació n del Registro Civil y Electoral”277.

275
Art. 294: “Los ó rganos del Poder Electoral se rigen por los principios de independencia orgá nica, autonomía funcional y
presupuestaria, despartidizació n de los organismos electorales, imparcialidad y participació n ciudadana; descentralizació n
de la administració n electoral, transparencia y celeridad del acto de votació n y escrutinios”.
276
Informació n: http://www.cne.gov.ve/
277
El art. 59 añ ade que “La Comisió n de Registro Civil y Electoral tiene las siguientes funciones:
1. Planificar, coordinar, supervisar y controlar el Registro Civil y Electoral y conservar libros, actas y demás
documentos correspondientes.
2. Proponer ante el Consejo Nacional Electoral para su aprobació n, las normas y procedimientos que habrá n de
seguirse para el levantamiento e inscripció n del Registro del Estado Civil de las personas, así como para el control y
seguimiento de dicho Registro.
3. Girar instrucciones de obligatorio cumplimiento previa aprobació n del Consejo Nacional Electoral, a las alcaldesas y los
alcaldes y otros funcionarios para la inscripció n y levantamiento de las actas de Registro del Estado Civil de las
personas.
4. Proponer ante el Consejo Nacional Electoral las personas a ser designadas agentes auxiliares para el levantamiento e
inscripció n del Registro del Estado Civil de las personas en casos especiales o excepcionales.
5. Depurar en forma continua y efectiva el Registro Electoral y publicarlo en los términos establecidos en la ley, para su
posterior remisió n a la Junta Nacional Electoral.
6. Recibir de la Junta Nacional Electoral para su revisió n y depuració n las listas de los elegibles para cumplir con el Servicio
Electoral, de conformidad con lo establecido en la ley, y posteriormente devolverlas a dicha Junta.
7. Las demás funciones que le confiera la ley y el reglamento”.
176 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

Sin embargo, la responsabilidad inmediata del RC no es del CNE sino de los Municipios.

El RC es supervisado por un ó rgano ad hoc, la Oficina Nacional de Supervisió n del Registro


Civil constante Identificació n278. El art. 63 de la ley orgánica del poder electoral (2002) establece
que estará dirigida por una Directora o un Director de libre nombramiento y remoció n, y tiene,
entre otras, las siguientes funciones: “1. Supervisar y fiscalizar el Sistema Nacional de Registro
Civil. 2. Supervisar la actualizació n de los datos en materia del Registro del Estado Civil de las
personas sobre la base de la informació n proveniente del Sistema Nacional de Registro Civil”.
En cuanto a la inscripció n en el RC, el art. 18 de la ley orgánica del niñ o, niñ a y adolescente
(1998) garantiza el derecho a ser inscrito en el registro:
Todos los niñ os y adolescentes tienen derecho a ser inscritos gratuitamente
en el Registro del Estado Civil, inmediatamente después de su nacimiento, de
conformidad con la ley.
Pará grafo Primero: Los padres, representantes o responsables deben inscribir a
quienes se encuentren bajo su patria potestad, representació n o responsabilidad
en el Registro del Estado Civil.
Pará grafo Segundo: El Estado debe garantizar procedimientos gratuitos, sen-
cillos y rápidos para la inscripció n oportuna de los niñ os y adolescentes en el
Registro del Estado Civil. A tal efecto, dotará oportunamente al menciona-
do registro de los recursos necesarios para dicha inscripció n. Asimismo,
debe adoptar medidas específicas para facilitar la inscripció n en el Registro
del Es- tado Civil, de aquellos adolescentes que no lo hayan sido
oportunamente
A tal efecto, el art. 19 regula la declaració n del nacimiento en instituciones pú blicas de
salud:
Cuando el nacimiento ocurriere en hospital, clínica, maternidad u otra institució n
pú blica de salud, la declaració n del nacimiento se hará ante la má xima autoridad

278
El CC establece otros sistemas de supervisió n en su art. 461: “Corresponde al Síndico Procurador Municipal ejercer las
funciones de inspeccionar los registros del estado civil de su jurisdicció n. Este funcionario cuidará , en visitas
perió dicas, semestralmente por lo menos, de que los asientos se lleven al día y se hagan en debida forma; excitará al
encargado de llevar los libros a remediar a la mayor brevedad el atraso o descuidos que observe, y, caso de negligencia
persistente, a pesar de la excitació n, lo comunicará al Concejo; examinará perió dicamente la colecció n de los registros ya
archivados en la Oficina de origen, y, caso de hallar que falten en todo o en parte los de uno o más añ os, se informará
personalmente o por la vía telegrá fica en la Oficina Principal de Registro respectiva, si en ésta existe el duplicado de los
ejemplares perdidos o destruidos, y, en caso afirmativo, lo comunicará al Concejo a fin de que éste disponga lo necesario para
que se obtenga una copia certificada de dichos duplicados, destinada a llenar los vacíos aludidos”. Los arts. 492 y 493 prevén
una supervisió n por parte del Juez: art. 492 “La expresada Autoridad [la primera autoridad civil de la parroquia o
municipio] remitirá al Juez de Primera Instancia, en los quince primeros días del mes de enero, uno de los ejemplares
de cada registro, junto con el legajo de comprobantes correspondientes. Si aquella Autoridad no hiciere la remisió n en
el lapso establecido, el Juez le oficiará ordená ndole que la haga en el té rmino de la distancia”.
Artículo 493: “Los Jueces de Primera Instancia examinará n cuidadosa y atentamente los registros, y
si notaren faltas u omisiones materiales que puedan salvarse sin necesidad de hacer alteració n o modificació n alguna
en el texto del acta, devolverá n los libros al funcionario respectivo para que subsane la falta u omisió n”.
V. Anexos – República Bolivariana de Venezuela|

pú blica de la institució n respectiva. Dicho funcionario extenderá la correspondien-


te acta haciendo cuatro ejemplares del mismo tenor, en formularios elaborados al
efecto, debidamente numerados. Uno de los ejemplares se entregará al presentante,
el otro lo remitirá dentro del término previsto en el artículo 20 de esta Ley a la
primera autoridad civil de la parroquia o municipio en cuya jurisdicció n ocurrió
el nacimiento, a fin de que esta autoridad inserte y certifique la declaració n en los
respectivos libros del Registro del Estado Civil. El tercer ejemplar se conservará en
un archivo especial de la institució n. Y el cuarto ejemplar se remitirá a la Oficina
Nacional de Identificació n y Extranjería.
Pará grafo Primero: El niñ o só lo puede egresar de la institució n donde nació
después de haberse dado cumplimiento a lo dispuesto en este artículo, para lo
cual la má xima autoridad de las mencionadas instituciones, de acuerdo a su
organizació n interna, deberá tomar las medidas necesarias para prestar este
servicio, de manera permanente.
Pará grafo Segundo: La má xima autoridad de las instituciones pú blicas de sa-
lud, puede delegar las atribuciones previstas en este artículo en otros funciona-
rios de las mismas instituciones, mediante resolució n que dicte al efecto.
El plazo para inscribir los nacimientos en el RC es de 90 días: “Fuera de los casos previstos
en el artículo 19, la declaració n de nacimiento debe hacerse dentro de los noventa días siguien-
tes al mismo, ante la primera autoridad civil de la parroquia o municipio. En aquellos casos
en que el lugar de nacimiento diste más de tres kiló metros del lugar del despacho de la
primera autoridad civil, la declaració n puede hacerse ante los comisarios o ante el
funcionario pú blico más pró ximo, competente para tales fines, quien la extenderá por
duplicado en hojas sueltas y entregará uno de los ejemplares al presentante y el otro lo remitirá
al jefe civil de la parroquia o municipio, quien lo insertará y certificará en los libros del
Registro respectivo”.
El art. 22 de la LO del niñ o, niñ a y adolescente (1998) da a todos los niñ os y adolescentes el
derecho a documentos pú blicos de identidad: “Todos los niñ os y adolescentes tienen derecho a
obtener los documentos pú blicos que comprueben su identidad, de conformidad con la ley. El Es-
tado debe asegurar programas o medidas dirigidos a garantizar la determinació n de identidad de
todos los niñ os y adolescentes, incluidos el nombre, la nacionalidad y las relaciones familiares”.
El servicio de identificació n no depende del poder electoral sino del poder ejecutivo: art. 16
de la ley orgánica de identificació n (1972): “La Oficina Nacional de Identificació n es un orga-
nismo técnico, dependiente del Ministerio de Relaciones Interiores, con sede en la capital de la
Repú blica y jurisdicció n en todo el territorio nacional; estará a cargo del Director Nacional de
Identificació n y constará de los Departamentos, Divisiones, Secciones y demá s dependencias
que sean necesarias para el cumplimiento de sus funciones”. Pese a formar parte del poder eje-
cutivo, la identificació n es supervisada por el poder electoral279.

279 Art. 21 de la LO de identificació n (1972): “El proceso de tramitació n y de expedició n de


178 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

La ley Orgá nica de Identificació n (1972) diferencia entre identidad y cedulació n, y esta-
blece la obligatoriedad de la identificació n desde el nacimiento (la cédula de identidad só lo es
obligatoria desde los 16 añ os, y facultativa desde de los 9: art. 10): art. 3: “La identificació n
de la persona se iniciará desde el momento de su nacimiento o de su ingreso al país, de
acuerdo con lo que establezca el Reglamento. Son elementos básicos de identificació n de la
persona, su nombre, apellidos, sexo y los dibujos de sus crestas papilares. Para la
identificació n se utiliza- rá n fichas que se conservará n en un archivo central de la Oficina
Nacional de Identificació n. La Oficina Nacional de Identificació n establecerá el método
aplicable a la identificació n de la persona recién nacida y proveerá lo necesario para la
elaboració n de las fichas de las personas nacidas en el extranjero, cuando resulte
procedente”.
Ello fue desarrollado en 1998 por la ley orgá nica para la protecció n del niñ o y del adoles-
cente, cuyo art. 17 reconoce el derecho a la identificació n:
Todos los niñ os tienen el derecho a ser identificados, inmediatamente después de
su nacimiento. A tal efecto, el Estado debe garantizar que los recién nacidos sean
identificados obligatoria y oportunamente, estableciendo el vínculo filial con la
madre.
Parágrafo Primero: Las instituciones, centros y servicios de salud, pú blicos y priva-
dos, deben llevar un registro de los casos de nacimientos que se produzcan en los
mismos, por medio de fichas médicas individuales, en las cuales constará, además
de los datos médicos pertinentes, la identificació n del recién nacido mediante el
registro de su impresió n dactilar y plantar, y la impresió n dactilar, nombre y la edad
de la madre, así como la fecha y hora del nacimiento del niñ o, sin perjuicio de otros
métodos de identificació n.
Pará grafo Segundo: Las declaraciones formuladas a la máxima autoridad de
la institució n pú blica de salud donde nace el niñ o, constituye prueba de la
filiació n, en los mismos términos que las declaraciones hechas ante los funcio-
narios del estado civil.
A nivel organizativo, los RC dependen de los municipios y no del poder electoral. Es el
sistema tradicional, que recogió en CC en 1982 en el art. 446: “La Primera Autoridad
Civil de la Parroquia o Municipio llevará por duplicado los registros de que trata el artículo
anterior en tres libros, a saber: uno de nacimientos, otro de matrimonios y el otro de
defunciones”. La ley Orgá nica del Poder Pú blico Municipal (2005) establece en su art. 88.14
que “El alcalde o alcaldesa tendrá las siguientes atribuciones y obligaciones: […] realizar las
atribuciones que en materia del Registro Civil del Municipio le asigne el Poder
Electoral”280.

la cédula de identidad estará sometido al control y fiscalizació n del Consejo Supremo Electoral,
funciones que cumplirá este organismo por intermedio del Fiscal General de Cedulació n y de los
fiscales auxiliares dependientes de aquél”.
280
El hoy derogado art. 77 de la Ley Orgánica de Régimen Municipal 1989 disponía que “Corresponden al alcalde, como
V. Anexos – República Bolivariana de Venezuela|

Conforme al CC (art. 82), “El matrimonio se celebrará ante uno cualquiera de los siguien-
tes funcionarios: Primera Autoridad Civil de la Parroquia o Municipio, Presidente de la Junta
Comunal, Juez de la Parroquia o Municipio, Jefe Civil del Distrito o Presidente del
Concejo Municipal”. Del mismo modo, se encomienda al Alcalde la redacció n del acta y la
automática inscripció n en el RC: art. 91 “Cuando quien presencie el matrimonio sea la
Primera Autoridad Civil del Municipio o Parroquia, extenderá el acta en uno de los dos
ejemplares del registro de matrimonios, y la copiará y certificará en el otro. Si el matrimonio se
celebrare ante cualquiera otro funcionario autorizado, se extenderá el acta en el libro de registro
de matrimonios, y enviará de ella inmediatamente copia certificada a la Primera Autoridad
Civil del Municipio, quien la copiará y certificará con toda preferencia en los dos libros
respectivos.
También, para que la certifique en el registro de matrimonios, enviará la Primera Autoridad
Civil del Municipio o Parroquia al Presidente del Concejo Municipal, copia certificada del acta
del matrimonio que autorice cualquier otro funcionario que no sea el Presidente del Concejo
Municipal.
Los expedientes de matrimonios celebrados ante otro funcionario que no sea el Presidente
del Concejo Municipal, serán remitidos a éste, para su archivo, dentro de los tres días siguientes
a la celebració n.
El funcionario que autorice el matrimonio entregará a los interesados, a la mayor brevedad
posible, copia certificada del acta de matrimonio”.
El régimen de los registradores civiles esta determinado por las leyes municipales, con even-
tual participació n del CNE281.
El artículo 37 de ley orgánica de identificació n (1972) establecía la gratuidad de todos los
documentos conducentes a la identificació n (aparentemente también de la partida de nacimien-
to): “La expedició n de cualquier documento necesario para la obtenció n de la cédula de iden-
tidad será gratuita, y los funcionarios del Registro Civil, del Poder Judicial y de cualquier otra
dependencia oficial no podrá n hacer cobro alguno por ese concepto a los ciudadanos que los
soliciten”. Ello fue confirmado por el art. 21 de la LO niñ o, niñ a y adolescente (1998): “Expedi-
ció n gratuita de la partida de nacimiento. La autoridad del estado civil expedirá gratuitamente
la primera copia de la partida de nacimiento, en todos aquellos casos en que la presentació n del
niñ o se realice en el término previsto en el artículo anterior. Dicha expedició n debe ser hecha en
un plazo no mayor de veinticuatro horas”.

presidente de la cá mara municipal o de la distrital, segú n el caso, las atribuciones siguientes: … 6° Cumplir con las
obligaciones que le imponga el có digo civil en relació n con los actos y registros referentes al estado civil y con las que le
atribuyan otras normas nacionales, estadales, municipales y distritales”.
281
El art. 33 de la ley orgá nica del poder electoral (2002) establece que “el Consejo Nacional Electoral tiene la siguiente
competencia: … 19. Designar a las o los agentes auxiliares propuestos por la Comisió n de Registro Civil y Electoral
para el levantamiento e inscripció n del Registro del Estado Civil de las personas, y participar tal designació n al ó rgano
competente, de acuerdo con la ley respectiva”.
180 | Diagnó stico del marco jurídico-institucional y

Las rectificaciones de los asientos del RC se realizan por vía judicial. Art. 462 del CC: “Ex-
tendido y firmado un asiento, no podrá ser rectificado o adicionado, sino en virtud de sentencia
judicial, salvo el caso de que estando todavía presentes el declarante y testigos, alguno de éstos
o el funcionario mismo, se dieren cuenta de alguna inexactitud o de algú n vacío, pues entonces
podrá hacer la correcció n o adició n inmediatamente después de las firmas, suscribiendo todos
los intervinientes la modificació n”282.
Finalmente, la disp. trans. tercera de la ley orgánica del poder electoral (2002) establecía
que “el Consejo Nacional Electoral dentro del primer añ o siguiente a su instalació n elaborará
el Proyecto de Ley de Registro del Estado Civil de las Personas, el Proyecto de Ley de los Pro-
cesos Electorales y de Referendos, y lo presentará ante la Asamblea Nacional”. El plazo no se
cumplió , pero la ley de RC se comenzó a tramitar a finales de 2007283.

282
El art. 501 precisa que “Ninguna partida de los registros del estado civil podrá reformarse después de extendida y firmada,
salvo el caso previsto en el artículo 462, sino en virtud de sentencia ejecutoriada, y por orden del Tribunal de Primera
Instancia a cuya jurisdicció n corresponda la Parroquia o Municipio donde se extendió la partida”.
283
El texto del proyecto de ley puede consultarse en http://www.cne.gov.ve/documentos/pdf/PROYECTO_DE_LEY_
ORGANICA_DEL_REGISTRO_CVIL_OCTUBRE_2007.pdf
Programa de Universalización de la Identidad Civil en las
Américas Departamento de Modernización y Gobernabilidad
Secretaría de Asuntos Políticos
Organización de los Estados
Americanos

Washington D.C., 2010

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