Historia de La Iglesia, Cronología.
Historia de La Iglesia, Cronología.
Historia de La Iglesia, Cronología.
SIGLO I
30-33 Jesús de Nazaret:
Vida pública de Jesús. Pasión, Muerte y Resurrección. Llegada del Espíritu Santo sobre los Apóstoles. Jesús
nació de la virgen María en Belén, más o menos a los treinta años de edad abandonó la casa paterna e inició
públicamente su obra religiosa. Con su muerte concluye la obra de expiación y redención, y con la
resurrección, está acabada la fundación de la Iglesia, cuya existencia histórica comienza con la venida del
Espíritu Santo.
50 Concilio de Jerusalén:
Era apostólica, modelo y predecesor de los Concilios Ecuménicos postreros. Decidió que los convertidos
estaban obligados a mantener toda la Ley de Moisés: incluyendo las normas relativas a la circuncisión de los
varones; conserva las prohibiciones de comer sangre, la carne que contiene la sangre, la carne de los animales
muertos no adecuadamente, y sobre la fornicación y la idolatría. Las descripciones del concilio se encuentran
en Hechos de los Apóstoles y posiblemente también en la carta de Pablo a los Gálatas.
64 Persecución de Nerón:
Sin nombrar directamente a Nerón, Clemente comunica a la iglesia de Corinto (el primer escritor cristiano que
la menciona), que no sólo sufrieron muerte violenta Pedro y Pablo, sino también «una gran muchedumbre de
escogidos», entre ellos también mujeres a las que se sometió a crueles tormentos, en todo el imperio.
SIGLO II
98-117 Expansión del cristianismo por el Imperio en tiempos de Trajano:
Situación jurídica de los cristianos durante el reinado del emperador Trajano: Numerosas personas fueron
denunciadas como cristianos ante la administración oficial, llevadas ante el tribunal, interrogadas y, caso de
permanecer en la confesión de su fe, ejecutadas. Plinio el joven informa minuciosamente acerca del estado de
propagación de la religión cristiana.
177 Mártires de Lyon. Imperio de Marco Aurelio:
En la primera apologética cristiana se atribuyó al emperador Marco Aurelio (161-180) un edicto favorable a los
cristianos; a él apelaban Apolinar de Hierápolis y Tertuliano, cuando quisieron demostrar la injusticia del
proceder de las autoridades provinciales romanas contra los cristianos. En Roma, el filósofo Justino es la
víctima más destacada en un grupo de cristianos que fueron ejecutados entre los años 163 y 167 tras un
proceso que dirigió el mismo prefecto de la ciudad. En 177, cuando se habían reunido en Lyón representantes
de todas las Galias para la fiesta del culto imperial, estalló el furor popular contra los cristianos, a los que,
como en otras partes del imperio, se les acusaba también aquí de ateísmo y disolución moral. Después de
calumnias iniciales se prohibió a los cristianos entrar en los edificios oficiales y en plazas públicas, la
muchedumbre arrastró a un grupo de ellos a la plaza del mercado, y de allí, tras un interrogatorio, los mandó
el tribuno a la cárcel, hasta que el gobernador/ legado imperial tomara personalmente cartas en el asunto. En
la instrucción hecha por éste, un cristiano, no detenido aún, Vettio Epágato, se ofreció a demostrar ante el
tribunal que los crímenes que se atribuían a sus hermanos en la fe, de ateísmo y lesa majestad, carecían de
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todo fundamento. Cuando, a preguntas del gobernador, Vettio Epágato confesó ser cristiano, fue también
detenido. Esclavos gentiles que estaban al servicio de los cristianos, acusaron en sus declaraciones a sus
señores de los más graves delitos, de suerte que, a los pocos días, lo más granado de ambas iglesias estaba en
la prisión. Durante el proceso, unos diez cristianos renegaron de su fe; los demás fueron condenados a muerte
y la ejecución fue acompañada de refinadas torturas. El obispo Fotino, tras malos tratos brutales, expiró en la
cárcel; los otros fueron arrojados a las fieras en el circo. Cuando el legado se enteró de que el noble Attalo era
ciudadano romano, aplazó su ejecución hasta recibir órdenes del emperador. Estas órdenes imponían que los
apóstatas fueran puestos en libertad; los otros, de perseverar en su confesión de cristianos, debían ser
ejecutados. Todos se mostraron constantes, y así las ejecuciones prosiguieron su curso. Junto al aprendiz
Maturo, el diácono Santo, Attalo y Alejandro, el redactor de la carta exalta señaladamente la valentía de la
joven Blandina y de Póntico, niño de 15 años. Los cadáveres no fueron entregados a sus familiares cristianos;
quemados después de seis días, sus cenizas fueron echadas al Ródano. La carta no precisa el número de las
víctimas; sólo una tradición posterior señala cincuenta nombres. Bajo Marco Aurelio, no siempre fueron
condenados a muerte los cristianos, sino también a trabajos forzados en las minas; esto puede deducirse del
fragmento de una carta que conservó Eusebio, de Dionisio obispo de Corinto a Soter (166-175), obispo de
Roma.
180 Fundación de la escuela de Alejandría:
La capital de Egipto contaba con una larga tradición científica y su clase dirigente se mostró siempre abierta a
las cuestiones filosóficas y religiosas; allí, por lo mismo, se daba el mejor terreno para el desenvolvimiento de
una teología científica cristiana. El primer nombre conocido de un maestro cristiano es el de Panteno, oriundo
de Sicilia que, hacia el año 180 tenía en Alejandría un “maestro”, sin encargo eclesiástico, en que enseñaba y
razonaba su filosofía cristiana. La asistencia a estas escuelas privadas era permitida a cuantos les interesara, lo
mismo gentiles que cristianos, y el programa de estudios se dejaba de modo absoluto al talante del maestro.
Como segundo maestro de este género hay que poner a Clemente de Alejandría, aunque no debe
considerársele como sucesor de Panteno en la dirección de la escuela; Clemente enseñaba
independientemente de él en lecciones públicas, al mismo tiempo que el propio Panteno. Sólo más tarde,
acaso hacia el año 215, se encarga, a ruegos del obispo Demetrio, de la instrucción de los catecúmenos y viene
así a ser director de una escuela catequética de nombramiento eclesiástico. Más Orígenes da pronto un paso
adelante, con asentimiento seguramente de su obispo, confía la enseñanza de los catecúmenos a su amigo
Heraclas y él da a un grupo de oyentes cultos y adelantados una exposición sistemática del saber filosófico de
su tiempo, que se corona con la enseñanza de la religión cristiana.
SIGLO III
202-211 Persecución de Septimio Severo, prohibiciones de proselitismo al judaísmo y al cristianismo:
Severo (193-211), fundador de la dinastía siria y con él pareció iniciarse para el cristianismo una fase de
tranquilidad que habría favorecido su desenvolvimiento interno y externo, ya que mostró benevolencia hacia
algunos cristianos determinados. Aunque en el 202 apareció un edicto de este, que prohibía pasarse al
judaísmo o cristianismo; ya no sólo el cristiano particular estaba amenazado de una denuncia; la descarga iba
contra la Iglesia como organización: toda actividad dirigida a ganar nuevos seguidores podía ser castigada;
todo trabajo misionero se hacía imposible.
249-251 Persecución de Decio:
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En el 249 son detenidos algunos cristianos y en enero de 250 es ejecutado el cabeza supremo de la iglesia
romana, el obispo Fabián. Pero un edicto del mismo año descubrió en seguida que Decio iba mucho más allá
de sus antecesores en la cuestión de los cristianos: todo el imperio era invitado a tomar parte en un sacrificio
general a los dioses, como un llamamiento a implorar la protección de los dioses para el bienestar del imperio;
lo peculiar era que se ordenaba también una inspección exacta sobre la ejecución del edicto. Se estableció una
comisión que tendría por misión vigilar el cumplimiento del sacrificio y expedir a cada ciudadano un certificado
(libellus) en que constara que había sacrificado. Pasado cierto plazo, los libelli tenían que ser presentados a las
autoridades. El que se había negado a sacrificar, era encarcelado, y todavía en la cárcel se intentaba
quebrantar por medio de torturas la resistencia del confesor de la fe. Aun cuando la orden imperial no
nombraba a los cristianos, sus dirigentes y escritores se percataron de que aquélla representaba el más duro
ataque que hasta entonces había sufrido la Iglesia. Las conmovidas quejas de los obispos Dionisio de
Alejandría y Cipriano de Cartago no dejan lugar a duda de que, sobre todo en Egipto y África del norte, el
número de los que siguieron las órdenes del edicto superó con mucho al de los que se resistieron a
obedecerlas. De Alejandría, unos se presentaban ante la comisión de sacrificios y ejecutaban el rito mandado;
otros negaban haber sido cristianos, otros huían. Unos sacrificaban sólo cuando iban a ser detenidos, otros
después de días de cárcel, al tener que comparecer ante el tribunal; otros, finalmente, al aplicárseles el
tormento.
251 Concilio de Cartago:
Convocado por Cipriano, al que asistieron numerosos obispos de África, se exigió unánimemente una seria
penitencia para todos los caídos (Persecución de Decio), pero se fijó trato aparte para los libellatici (cristianos
que creyeron salir de apuros, sin comprometerse, procurándose, sin sacrificar, un certificado de la comisión,
sobornando algún miembro de ella o por otros medios) y los sacríficati; los primeros, tras un examen serio de
cada caso, podían alcanzar pronto la paz; los sacríficati, en cambio, que, al ejecutar enteramente el sacrificio a
los dioses, se habían hecho reos de una clara negación de la fe, sólo podían ser admitidos a la comunión en
caso de peligro de muerte. Más el que hasta ese momento no hubiera estado dispuesto a aceptar la
penitencia, debía ser excluido de la paz de la Iglesia aun en caso de peligro de muerte, pues era evidente que
no había en absoluto voluntad de penitencia. Quería acabar con el cisma estimulado por la doctrina de
Novaciano que negaba la absolución de los lapsos (aquellos que habían renunciado a la fe durante las
persecuciones) y declaró para el cargo fidedigno de obispo de Roma a Cornelio, negando al antipapa
Novaciano.
252-260 Persecución de Valerio:
Ningún predecesor de Valeriano había mostrado sentimientos de tanta benevolencia y amistad para con los
cristianos, pero al cuarto año de gobierno del emperador dio un giro sorprendente y desencadenó una
persecución breve, pero extraordinariamente dura y sangrienta, pues se fundaba en un plan bien meditado.
Ya el primer edicto permite reconocer el plan: Hay que asestar el golpe al clero; obispos, presbíteros y
diáconos han de sacrificar a los dioses del imperio; todo ministro de la Iglesia que siga celebrando el culto u
organice reuniones en los cementerios, ha de ser castigado de muerte. El edicto del año 258 da un decisivo
paso hacia delante: Los clérigos que se nieguen a sacrificar han de ser inmediatamente ejecutados. Pero
también la clase dirigente de entre los laicos de la Iglesia es ahora blanco del edicto persecutorio: Senadores y
caballeros pierden su grado y fortuna, e igualmente sus esposas. De negarse a sacrificar, podían sufrir pena de
destierro, y sus maridos pena de muerte. El clero y la clase noble y pudiente de la Iglesia tenían que ser
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eliminados, y los cristianos, privados así de dirigentes e influjo, quedarían reducidos a la impotencia y
terminarían por no significar nada: África perdió a su eminente obispo Cipriano, Roma tuvo su mártir principal
en el papa Sixto y sus diáconos; la muerte del obispo español Fructuoso de Tarragona y sus dos diáconos.
Dionisio de Alejandría, cabeza de la Iglesia de Egipto, sólo sufrió el destierro. La figura del diácono Lorenzo,
que posteriormente fue transfigurado por la leyenda, logró la máxima fama entre las víctimas de la
persecución romana.
Galieno, hijo y sucesor de Valeriano (260-268), suspendió la persecución y publicó un edicto propio en favor
de ellos, al que alude un rescripto posterior a Dionisio de Alejandría. En él dice el emperador haber mandado,
tiempo antes, se restituyeran a los cristianos sus lugares de culto y que nadie los molestara en ellos.
SIGLO IV
300-303 Persecución de Diocleciano:
De febrero de 303 a febrero de 304, cuatro edictos proporcionan el marco jurídico, primer edicto: destrucción
de los edificios de culto cristiano y de los escritos cristianos, privación de los cargos, de dignidades y de
derechos para los aristócratas cristianos; segundo edicto: arresto de los sacerdotes, se apercibe de la inmensa
densidad de cristianos, especialmente en Oriente; tercer edicto: obligación para los clérigos de sacrificar, se
los tortura y se emprenden medidas muy duras; cuarto edicto: obligación para todos los cristianos de
sacrificar, se asiste a escenas de tortura.
313 Edicto de Milán, de Constantino:
Todos, aun los cristianos, tienen entera libertad de seguir la religión que más les plazca. Todos los edificios en
que antes celebraban los cristianos sus reuniones, es decir, iglesias y cementerios, han de serles devueltos sin
indemnización. Esta propiedad ha de volver a las comunidades cristianas, cuya capacidad jurídica es así
reconocida, según disposiciones especiales sobre los bienes eclesiásticos
325 I Concilio de Nicea condena del arrianismo:
Nos encontramos ante el primer concilio que tiene un característico carácter ecuménico. Frente a la corriente
del arrianismo, se concluyó que sólo existía una posibilidad de restablecer la paz de la Iglesia: la convocación
de la totalidad del episcopado de la Iglesia a un gran sínodo que, tras serias deliberaciones, pronunciara una
decisión obligatoria: se estableció el Símbolo de Fe (el Credo) para contrarrestar las ideas de Arrio, tambien la
fecha de la celebración pascual (la resurrección se celebraría el domingo siguiente al 14 de nisán); se deliberó
sobre cuestiones de disciplina y las conclusiones fueron recogidas en 20 cánones y el concilio halló también
una magnánima solución al cisma originado en Egipto por el obispo Melecio de Licópolis.
380 Constitución Cunctos populos, de Teodosio I. Edicto de Tesalónica:
Cunctos populos = A todos los pueblos. Con este edicto, el cristianismo pasaba a convertirse en la religión de
estado del Imperio romano en su totalidad y se prohibieron las innumerables versiones del cristianismo que
fueron consideradas herejías a partir del Concilio de Nicea.
381 I Concilio de Constantinopla:
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En cabeza de las cuestiones tratadas se hallaría el reconocimiento de Gregorio Nacianceno como legítimo
pastor de la comunidad de Constantinopla, contra cuya designación para la sede de la capital se podría tal vez
alegar el canon 15 del concilio de Nicea, que prohibía el traslado de obispos de una diócesis a otra. Tambien
deliberan sobre la recta doctrina del Espíritu Santo: reformulándose el Símbolo de Fe, ahora llamado, Símbolo
niceno-constantinopolitano. De esta maneta el concilio de puso término eficazmente a la larga discusión en
torno a la cuestión trinitaria y contribuyó a que se impusiera definitivamente la teología cuyas bases habían
sido sentadas en Nicea. Desde entonces, el arrianismo de cualquier tendencia no significa ya un peligro serio
para la Iglesia del imperio.
SIGLO V
431 Concilio de Éfeso:
Significó un progreso en la cuestión cristológica. En primer lugar, los obispos, renunciando deliberadamente a
una nueva fórmula de fe, designaron el símbolo de Nicea como la norma inamovible a que habrían de
atenerse en el futuro todas las tentativas de profundización teológica. En segundo lugar, al declarar
solemnemente que la segunda carta de Cirilo estaba en consonancia con el testimonio del símbolo de Nicea,
reconocieron como obligatoria la doctrina de la communicatio idiomatum (estudio de la Encarnación), así
como la validez del título de theotokos (Madre de Dios) otorgado a María. Finalmente, con la condenación de
Nestorio (separaba la divinidad y la humanidad de Cristo, poniendo en duda la denominación de theotokos)
orillaron ciertos peligros que su nuevo planteamiento cristológico creaba a la antigua fe de Nicea. Al reconocer
los legados del papa Celestino esta toma de posición de los obispos reunidos en Éfeso, le confiaron un peso
decisivo que indicaba en cierto sentido la dirección que en lo sucesivo debería seguir la discusión cristológica.
451 Concilio de Calcedonia:
Con unos 450 participantes, era la asamblea eclesiástica más imponente que había tenido lugar en la historia.
Rechazó la doctrina del monofisismo, defendida por Eutiquio (propone la idea de que en Cristo la divinidad y la
humanidad forman una sola naturaleza, ya que la naturaleza divina había asumido en sí la humana como el
mar asume en sí una gota de agua), y estableció el Credo de Calcedonia (describe la plena humanidad y la
plena divinidad de Cristo, segunda persona de la Santísima Trinidad): designó a 23 obispos, que al cabo de tres
días pudieron presentar ya el definitivo símbolo de Calcedonia. Después de darse lectura al decreto se dirigió a
los obispos preguntándoles si aprobaban dicha fórmula de fe, recibiendo una gran aceptación. Este,
ateniéndose por principio a la tradición, expresa por tanto el dogma cristológico en una forma que respondía a
las necesidades de entonces.
Edad media
SIGLO VI
529 San Benito funda Montecasino:
San Benito de Nursia estableció su primer monasterio, origen de la orden benedictina, en Montecasino.
Marcándose el inicio de la vida monástica en Occidente. Tambien por estos años comienza el proceso de
cristianización de los germanos.
553 II Concilio de Constantinopla:
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Convocado por el emperador Justiniano y presidido por el patriarca de Constantinopla. Se condenó el
monofisismo (doctrina que niega que en Jesucristo haya dos naturalezas) y el nestorianismo (considera a
Cristo radicalmente separado en dos naturalezas, humana y divina, ambas conforman dos entes
independientes).
SIGLO VII
633-702 Los concilios visigodos, del IV al XVIII concilios de Toledo:
18 concilios en Toledo, salvo el primero, acaecieron durante la dominación visigoda de la península ibérica:
asambleas convocadas por el rey y presididas por el arzobispo. En el III se decidió el abandono del arrianismo
por los jerarcas visigodos y la consiguiente incorporación política de los hispanorromanos, en el que se
produjo la conversión de los visigodos. En el IV se sancionó el carácter electivo de la monarquía visigoda. El
más representativo en cuanto a la Trinidad y la Encarnación es el XI. Esto concilios tenían el objetivo de poner
normas de convivencia y de control de malas costumbres y muchos tenían o empezaban con una confesión de
fe.
680-681 III Concilio de Constantinopla:
Convocado por el emperador Constantino IV. Aceptó la doctrina del papa Agatón. Anatematizaron al papa
Honorio I por monotelista (admitía en Cristo una sola voluntad y una sola operación o principio de operación,
a saber: la divina.). En consecuencia, condenaron a Sergio, Pirro, Paulo de Constantinopla y Ciro de Alejandría.
Es considerado el sexto concilio ecuménico por las Iglesias católica y ortodoxa. Además, reconocieron la
supremacía de la silla de Roma.
SIGLO VIII
756 Nacen los Estados pontificios:
Cubrían las regiones italianas modernas de Lacio, Las Marcas, Umbría y Emilia-Romaña. Reconocían al papa
como señor temporal. La expresión Patrimonium Sancti Petri designaba originalmente las posesiones de tierra
y sus distintos beneficios que pertenecían a la iglesia de San Pedro de Roma.
787 II Concilio de Nicea:
Convocado por Irene, madre del emperador Constantino VI, a raíz de la controversia iconoclasta (negaba la
legitimidad de las imágenes y su culto) iniciada por el emperador León III el Isáurico en el 726. La justificación
teológica que elaboró para la veneración de las imágenes sagradas fue la traslatio ad prototypum, la
veneración a la imagen actúa de mera “intermediaria”. Y rechazar esta veneración “llevaría a negar la
Encarnación del Verbo de Dios”. Los cánones permiten hacer una distinción entre el culto dado a Dios y la
veneración especial tributada a las imágenes.
SIGLO IX
869-870 IV Concilio de Constantinopla:
Convocado por el Papa Adriano II, tras el pedido realizado al papa Nicolás I (858 -867) por el emperador Basilio
el Macedonio y el patriarca Ignacio de Constantinopla con el fin de serenar los ánimos dentro del mundo de
Bizancio por las secuelas del iconoclasmo y la actitud de Focio de Constantinopla, el cual fue un patriarca
destituido por el emperador Basilio con apoyo de la Iglesia católica romana.
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SIGLO X
909 Inicio del Siglo de Hierro del Pontificado:
Periodo de agudísima decadencia de la sede romana. Entre los años 882-1046 se sucedieron más de 40 papas
y antipapas, quienes, en gran parte indignos y pertenecientes a las más poderosas familias romanas, llevaron
consigo a la sede pontificia preocupaciones e intereses temporales. También se dio la fundación del
monasterio de Cluny con la voluntad de reformar las órdenes monásticas.
SIGLO XI
1054 Gran Cisma de Oriente:
Rompió la unidad de lo que era la Iglesia estatal del Imperio romano basada en la pentarquía, dividió el
cristianismo calcedonio entre la Iglesia católica en Occidente y la Iglesia ortodoxa en el Oriente. Aunque 1054
se indica como el año del cisma, fue en realidad el resultado de un largo período de distanciamiento
progresivo teológico y político entre las dos ramas eclesiales.
1073 Papa Gregorio VII:
Reforma gregoriana, aspiraba a la instauración en la sociedad de una vida conforme al Evangelio: 1. Querella
de las Investiduras: Gregorio VII renueva la prohibición de la investidura por laicos. 2. Dictatus Papae,
veintisiete axiomas que expresan sus ideas sobre cuál ha es el papel del pontífice en su relación con los
poderes temporales, especialmente con el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.
SIGLO XII
1119 Surge la orden de los templarios:
Fue una de las órdenes monásticas militares más poderosas de la Edad Media. Su propósito original era
proteger las vidas de los cristianos que peregrinaban a Jerusalén tras su conquista.
SIGLO XIII
1215 IV Concilio de Letrán:
Fue convocado por el papa Inocencio III para tratar temas relativos a la fe y la moral, sobre todo en la condena
de las herejías de los albigenses (su principal creencia es que la Naturaleza Humana no es buena o mala sino
ambas) y de los valdenses (tradición eclesiástica que comenzó como un movimiento ascético dentro del
cristianismo occidental antes de la Lutero). También se condenaron las opiniones del abad Joaquín respecto a
la Trinidad, la creación, Cristo Redentor y los Sacramentos. Finalmente, el concilio revisó y fijó la legislación
canónica referente a los impedimentos matrimoniales, e impuso a los fieles la obligación de la confesión anual
y de la comunión en Pascua.
1232 Fundación de la Inquisición:
Institución eclesiástica judicial creada por el papa Gregorio IX en 1231-1244 para perseguir la herejía y que
estaba bajo su autoridad directa. Sustituyó a la inquisición episcopal creada cincuenta años antes y llamada así
porque la persecución de los herejes correspondía a los obispos de cada diócesis.
SIGLO XIV
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1302 Bula Unam Sanctam:
Documento emitido por el Papa Bonifacio VIII, durante una disputa con el rey de Francia Felipe el Hermoso. La
bula trata sobre la supremacía papal y afirma la absoluta supremacía del poder espiritual sobre el poder
secular. El documento se llama así debido a sus palabras iniciales en latín "Una y Santa".
1309-1377 Pontífices de Aviñón:
Periodo en el que siete Obispos de Roma (Clemente V (1305-1314), Juan XXII (1316-1334), Benedicto XII
(1334-1342), Clemente VI (1342-1352), Inocencio VI (1352-1362), Urbano V (1362-1370) y Gregorio XI (1370-
1378)). residieron en la ciudad de Aviñón. En 1378, el papa Gregorio XI retornó a Roma y allí murió.
1311-1312 Concilio de Viena:
Convocado por el papa Clemente V, mediante la publicación de la bula Regnums in coelis, la cual citaba como
razones la cuestión de la Orden de los Templarios, algunas cuestiones de fe, la reforma de la Iglesia y la
reconquista de Tierra Santa.
1356 La Bula de Oro:
Texto esencial del Sacro Imperio Romano, promulgada por el emperador Carlos IV. Consistía en un conjunto
de reglas que regulaban detalladamente el proceso completo de elección del rey de Romanos: elección
imperial sin la intervención del Papa.
1378-1417 Cisma de Occidente:
División que se produjo cuando dos obispos, y a partir de 1410 incluso tres, se disputaron la autoridad
pontificia.
SIGLO XV
1409 Concilio de Pisa:
Se celebró en el año 1409 con la intención de poner fin a la división que desde hacía treinta años afectaba a la
Iglesia. El concilio depone a los papas Gregorio XII de Roma y Benedicto XIII de Aviñón, y seguido de un
cónclave, los cardenales eligen a Alejandro V.
1414-1418 Concilio de Constanza:
Convocado por Segismundo de Luxemburgo, emperador germánico. Sus principales objetivos fueron acabar
con el Gran Cisma de Occidente y estudiar la reforma de la Iglesia, aunque se tomaron otras decisiones, como
la condena de Jan Huss (reformador y predicador, se le considera uno de los precursores de la Reforma
Protestante).
1431-1445 Concilio de Basilea:
Convocado por el papa Martín V. Sus principales objetivos fueron: negociar la unión con la Iglesia ortodoxa,
erradicar la herejía husita (seguidores de Jan Huss) y reformar la Iglesia. Durante su celebración se produjo un
cisma al mantenerse reunido una parte de los conciliares en Basilea, que dispuso la deposición del papa
Eugenio IV y a la elección del antipapa Félix V.
1453:
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Los turcos conquistan Constantinopla: fin del Imperio romano de Oriente.
1478 Establecimiento de la Inquisición española:
Como tribunal eclesiástico, solo tenía competencia sobre cristianos bautizados. La inquisición, sin embargo,
desde la creación de los tribunales americanos, nunca tuvo jurisdicción sobre los indígenas. El rey de España
ordenaba que los inquisidores nunca procediesen contra los indios, sino contra “los cristianos viejos y sus
descendientes”.
1492 Cristóbal Colón llega a América:
1)Bula Inter caetera: documento firmado por el Papa Alejandro VI. El Papa concedió a los Reyes Católicos la
posesión de todas las tierras halladas y por hallar al oeste de una línea imaginaria situada entre el Polo Norte y
el Polo Sur. Tambien pidió a los monarcas que enviaran misioneros para convertir a los indígenas al
cristianismo. La bula provocó un conflicto entre España y Portugal, que se resolvió con el Tratado de
Tordesillas en 1494. 2)Empieza la evangelización de América.
Edad moderna
SIGLO XVI
1511 Santo Domingo:
Fundación de la primera diócesis americana.
1517 Reforma luterana:
Lutero publica las 95 tesis críticas. Comienza la evangelización de América continental y de Extremo Oriente.
1537 Paulo III:
Condena la esclavitud de los indígenas americanos.
1535 Enrique VIII:
El rey de Inglaterra rompe con la Iglesia católica.
1545-1563 Concilio de Trento:
Se convocó como respuesta a la Reforma protestante, pero también con el fin de aclarar puntos doctrinales.
Fue el concilio más influyente y su importancia histórica se debe a haber definido la doctrina de la Iglesia sobre
la Sagrada Escritura, la Tradición, los Sacramentos y el celibato, prohibiendo el casamiento de los sacerdotes,
la afirmación de la supremacía de la autoridad papal, el decreto de la fundación de los seminarios y la
delimitación de los campos de aplicación de los teólogos. Definió las nuevas normas dogmáticas, litúrgicas y
éticas de la Iglesia, en especial las prácticas rechazadas por los protestantes.
SIGLO XVII
1633 Galileo Galilei:
Proceso de condena.
1648 Paz de Westfalia:
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Fin de las guerras de religión.
SIGLO XVIII
1767:
Expulsión de la Compañía de Jesús de España y América
1789 Revolución francesa:
Conflicto social y político, con diversos periodos de violencia, que convulsionó Francia y, por extensión de sus
implicaciones, a otras naciones de Europa que enfrentaban a partidarios y opositores del sistema conocido
como el Antiguo Régimen. Se inició con la autoproclamación del Tercer Estado como Asamblea Nacional en
1789 y finalizó con el golpe de Estado de Napoleón Bonaparte en 1799.
1793 Francia:
Persecución de católicos franceses. Se impulsa la evangelización de África
Edad contemporánea
SIGLO XIX
1808-1824
Independencias americanas: separación de Iglesia y Estado.
1848
Propagación del liberalismo y el marxismo.
1869-1870 Concilio Vaticano I:
Convocado por el papa Pío IX en 1869 para enfrentar al racionalismo (corriente filosófica que acentúa el papel
de la razón en la adquisición del conocimiento) y al galicanismo (creencia de que la autoridad civil popular—a
menudo representada por la autoridad del monarca o del Estado—sobre la Iglesia católica es comparable a la
del papa.). Este Concilio aprobó como dogma de fe la doctrina de la infalibilidad del papa.
1891 Rerum Novarum, de León XIII:
Carta dirigida a todos los obispos y catedráticos, que versaba sobre las condiciones de las clases trabajadoras.
En ella, dejaba patente su apoyo al derecho laboral de formar uniones o sindicatos, pero también se
reafirmaba en su apoyo al derecho de la propiedad privada. Además, discutía sobre las relaciones entre el
gobierno, las empresas, los trabajadores y la Iglesia, proponiendo una organización socioeconómica que más
tarde se llamaría distributismo. Con esta encíclica la Iglesia pretendió, entre otras cosas, paralizar la
«descristianización» de las masas trabajadoras, en un período en el cual la credibilidad de la Iglesia se veía
disminuida debido a que los sectores populares de la cristiandad e incluso del clero, se inclinaban por las ideas
revolucionarias o que las soluciones vendrían de las acciones conjuntas de la Iglesia, del estado, el patrón y los
trabajadores. Se acepta generalmente que esta encíclica es la carta de fundación de la democracia cristiana y
una pieza clave de la doctrina social de la Iglesia.
1899 Concilio Plenario Latinoamericano en Roma:
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Se sugieren nuevas reuniones y se realizan algunas reuniones periódicamente en las diócesis de cada nación.
Uno de los temas principales fue la falta de sacerdotes, y la falta de instrucción religiosa. A la iglesia también le
importaba el proceso de industrialización que estaba viviendo Latinoamérica.
SIGLO XX
1914-1922 Pontificado de Benedicto XV:
Neutralidad de la Iglesia en la Primera Guerra Mundial.
1922-1939 Pontificado de Pío XI:
Enérgica condena del comunismo, del fascismo y del nazismo.
1923-1929 México:
Persecución de católicos.
1929 Pactos Lateranenses:
Serie de acuerdos firmados el 11 de febrero de 1929 por el cardenal Pietro Gasparri, en nombre del papa Pío
XI, y por el primer ministro de Italia, Benito Mussolini, en nombre del rey Víctor Manuel III. Significaron la
independencia política de la Santa Sede del Reino de Italia como Estado soberano, así como el
restablecimiento pleno de las relaciones entre los representantes de Italia y de la Iglesia católica, rotas desde
1870.
1955 CELAM:
Institución de la Conferencia Episcopal Latinoamericana.
1959-1968 Cuba:
El castrismo cubano reprime al cristianismo.
1962-1965 Concilio Vaticano II:
Fue convocado por el papa Juan XXIII, tenía por objeto principal la relación entre la Iglesia y el mundo
moderno: promover el desarrollo de la fe católica, lograr una renovación moral de la vida cristiana de los
fieles, adaptar la disciplina eclesiástica a las necesidades y métodos de su tiempo, lograr la mejor interrelación
con las demás religiones, principalmente las iglesias separadas (protestantes) y las iglesias orientales.
1968 Colombia:
Pablo VI visita Colombia, primer Papa en tierra americana.
1992:
Edición del Catecismo de la Iglesia Católica.
SIGLO XXI
2005:
Muerte de Juan Pablo II. Inicio del pontificado de Benedicto XVI
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2013:
Fin del pontificado de Benedicto XVI. Su renuncia fue anunciada por él mismo el 11 de febrero, y supuso una
decisión excepcional en la historia de la Iglesia, ya que, el sumo pontífice más próximo que renunció al papado
fue Gregorio XII (1415). Inicio del pontificado de Francisco
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