Las Economias Preindustriales Europeas)
Las Economias Preindustriales Europeas)
Las Economias Preindustriales Europeas)
TEMA 2
Tras descubrir la agricultura, las sociedades preindustriales han conservado durante un amplio lapso a una
serie de rasgos inherentes que frenaban el crecimiento continuado e impedían la gestación de cambios
estructurales que consolidasen el desarrollo. Estas características esenciales eran las siguientes:
- Predominio absoluto de la agricultura. Estaba todo condicionado por abastecer la agricultura lo que
condicionaba la evolución de la economía y sociedad, caracterizados por la persistencia de métodos
tradicionales.
- Economías de productividad escasa. Al depender de una mayor producción agrícola el agotamiento de las
tierras que provocaban serias crisis, cuyas consecuencias se transmitían al conjunto de la economía.
- Escasa importancia de la industria. Su productividad era baja debido a la ausencia de mecanización, al
escaso desarrollo de la división del trabajo y a la falta de especialización de la mano de obra. Las
principales formas de organización industrial eran;
Producción artesanal, en las ciudades, regulada por los gremios
Producción domestica rural, unida a la agricultura como actividad complementaria.
- Desarticulación de los mercados nacionales
• Lentitud y alto coste del transporte terrestre
• Falta de vías de comunicación
• Diversidad de sistemas de pesos y medidas
• Multiplicación de gravámenes o aduanas internas
• Diversidad legislativa y jurídica
• Dificultades de transmisión de la información
Consecuencias de estas dificultades; integración económica entre las diferentes regiones de un país era
escaso. La economía auto centrada, propiciaba una fuerte divergencia de precios, condiciones de producción
y patrones de consumo. Por estas razones, el transporten de mercancías a larga distancia se reservaba a
artículos indispensables y en especial, a objetos de lujo.
- Limitaciones del sistema monetario y financiero
• Frecuente recurso al trueque de mercancías
• Pago de rentas o salarios en especie
• Uso complementario de la moneda
• Atesoramiento de metales preciosos
• Frecuentes alteraciones monetarios, que generaban desconfianza en la población
• Lenta evolución de los mecanismos financieros sustitutivos de la moneda
• Lenta evolución de instituciones financieras, como la bolsa.
- Economías de base orgánica, ligada a la explotación directa de energías de base natural. Ante la carencia
de una fuente de energía constante, esto provocaba que la producción artesanal no pudiera evolucionar ya
que no aumentaba la productividad.
- Marco institucional y social poco proclive al crecimiento . La oferta de medios de producción era muy
rígida al estar la mayor parte de la tierra excluida del mercado, el trabajo agrario sujeto a restricciones por
la sujeción de los esclavos o vasallos a su señor o el trabajo artesanal a distintas regulaciones (gremios).
A. Hipótesis alimentaria
La baja productividad del trabajo agrario exigía extender el área de cultivo para procurarse alimentos. Al
cultivarse tierras marginales de peor calidad. Reducido el exceso demográfico, la población disponía de
mejores tierras y pastos para obtener rendimientos crecientes y el ciclo se reanuda
B. Hipótesis epidemiológica
Defiende que los factores epidémicos, no los ciclos agrarios, son los reguladores exígenos del sistema. La
adaptación a esta elevada mortalidad se produce mediante regímenes demográficos de alta presión. El
resultado es la frecuencia de situaciones de tensión entre población y recursos, con bajas tasas de ahorro y
niveles de renta.
En las poblaciones mas sanas, la adaptación de los recursos se realiza mediante otras respuestas de la
sociedad para configurar un régimen demográfico de baja presión, caracterizado por su menos fertilidad
En el plano político, la desaparición del Estado fuerza a los reyes a ceder tierras y rentas a los señores a
cambio de servicios militares hasta construir una pirámide social que distinga entre sectores privilegiados y
grupos pecheros.
En el plano económico, el sistema feudal se impone debido a que la mano de obra esclava se hace escasa y
cara. Se sustituye la relación amo-esclavo por la relación señor-vasallo, y se consolidan unas relaciones
sociales y económicas feudales.
El señor ejerce cierto poder político sobre un territorio, aplica la justicia y ofrece al vasallo su protección
gracias a su fuerza militar. El vasallo recibe en usufructo tierras del señor a cambio del pago de rentas y
servicios.
El sistema feudal se ve sujeto a una lenta evolución desde su origen. Tras la crisis económica, la evolución
del feudalismo al capitalismo se acelero durante la Edad Moderna. Esta transición reconoce dos causas
esenciales: la contradicción interna del sistema feudal y la influencia externa del capital comercial
La artesanía rural se caracteriza por su dispersión, baja calidad y orientación básica al mercado local y
comarcal.
La producción gremial, asentada en las ciudades, incluía los bienes de mayor calidad y mas caros, que
requerían una mayor especialización. Regulaban el aprendizaje del oficio y posterior acceso al trabajo, las
normas de producción y el precio de los bienes elaborados.
El crecimiento demográfico y económico provoca una demanda creciente de productos industriales que la
rigidez del sistema gremial no permite satisfacer.
El Estado, dispone la creación de ciertas fabricas con el fin de promover la industria nacional. Favorecidas
por monopolios y exenciones fiscales, sus producciones se hallan vinculadas a los primeros intereses del
Estado: surgimiento de la burocracia, consolidación del ejercito, consumo cortesano de objetos de lujo y
necesidades fiscales.
Frente a la ineficacia estatal, el paso del sistema domestico al sistema de producción por encargo. Este
proceso, denominado protoindustrialización, supone el traslado de la producción industrial al campo para
crear formas más sencillas de organización del trabajo.
En el sistema de producción por encargo, el comerciante tiene la propiedad de los medios de producción y
control el proceso. Impone una mayor regularidad en el trabajo, puntualidad en la entrega y homogeneidad
en la manufactura.
La contracción demográfica y recesión económica del siglo XVII provocó un descenso de la demanda global
y en un enfrentamiento entre dos sistemas:
La artesanía urbana prevalecerá cuando la prioridad sea la mano de obra especializada, el control
gremial y el acceso a la financiación o a los circuitos comerciales.
La industria rural ligada a la producción por encargo vencer cuando la prioridad sea la obtención de
mano de obra abundante y barata. El fuerte aumento de las exportaciones de nuevas pañerías frente a las
tradicionales
Esta primicia industrial fomento el desplazamiento. Determinadas zonas con una baja productividad agrícola
se orientaron hacia la elaboración de manufacturas y demandaron alimentos de zonas que aprovecharon su
mayor productividad.
El sistema protoindustrial tenia graves inconvenientes. La dispersión del mundo rural dificultaba la recogida
del producto y homogeneidad de los acabados, así como la adopción de innovaciones técnicas, limitadas
también por la falta de capital humano.
El crecimiento económico del siglo XVIII potencia la demanda de materias primas, productos coloniales y
metales preciosos desde Europa.
El mercantilismo (1500-1750)
Ideología anterior al liberalismo, se constituye durante la transición del feudalismo al capitalismo. La
preocupación fundamental se centra en su propio país, se consigue gracias al mayor poder del Estado y a
costa del deterioro de la economía de otros países.
Kuznets baso el crecimiento económico moderno en un crecimiento sostenido de la renta per cápita. Esta
profunda transformación de la economía se asienta en las siguientes características:
• Pérdida paulatina del peso de la agricultura en la economía. No ha impedido que la producción agrícola
sostuviese el crecimiento de la población.
• Mayor importancia de la industria, que permite la introducción de la mecanización, la división del trabajo
y la especialización de la mano de obra
• Aumento de la productividad, acapara una mayor cantidad de recursos que en épocas anteriores.
• Articulación de los mercados nacionales e internacionales, debido a:
- Mayor rapidez y abaratamiento del transporte
- Mejora de las vías de comunicación
- Unificación de sistemas de pesos y medidas
- Supresión de gravámenes o aduanas internas
- Unificación legislativa y jurídica en el contexto nacional
- Mayores facilidades para transmitir la información
• Mejoras del sistema monetario y financiero
- Unificación monetaria nacional
- Creación de patrones monetarios internacionales de referencia
- Mayor fluidez y especialización del sistema bancario
• Economías basadas de forma paulatina en fuentes de energía inorgánicas
• Marco institucional y social mas proclive al crecimiento
La cultura, plantea una ruptura con el orden del Antiguo Régimen y defenderá los principios del liberalismo.
La ciencia relaciona en mayor grado la reflexión teórica y su aplicación practica a la economía, en especial al
proceso industrial. El sociólogo Max Weber vinculo el espíritu capitalista a la ética protestante, mas
favorable a adoptar el espíritu de ganancia y trabajo como valores morales en la vida.
Este nuevo marco institucional, la acumulación de capital ligada al sistema capitalista va acompañada de una
mayor incorporación de innovaciones técnicas al proceso productivo y de la mejora del capital humano
disponible.
Consecuencia ultima, todos estos rasgos permiten un crecimiento sostenido generador de cambios
estructurales promovedores de desarrollo.
Con claras líneas de continuidad con procesos en curso ya a fines del periodo preindustrial. La
transformación de las bases económicas se desarrolla a distinto ritmo según los países. Su plasmaron mas
temprana tiene lugar en Gran Bretaña, donde se suceden con gran rapidez cambios de tal magnitud entre
1750 y 1830 que consolidan la industrialización.
El fuerte aumento de la producción impidió el retroceso de la renta per cápita y la inversión para combinar el
aumento de la oferta de mano de obra y la demanda de productos industriales.
Inglaterra desarrolla ciertas reformas de su sistema educativo, marcado por su heterogeneidad y la escasa
influencia estatal en este ámbito.
El capital
El capital que financio la revolución industrial inglesa provenía, en esencia de las actividades agrícolas.
El sistema bancario colaboro en esta ampliación del mercado de capital al agilizar los pagos de las empresas
mediante la emisión de papel moneda y al facilitar créditos industriales a corto plazo y a largo plazo; pero
con notables restricciones debido a problemas de liquidez.
Los eslabonamientos hacia delante del estado precio de las infraestructuras y otros medios de transporte
alternativos, expresa la diferencia resultante entre atender la demanda de transporte de mercancías y viajeros
a través del ferrocarril.
Las consecuencias de esta expansión del comercio exterior para la economía inglesa fueron múltiples:
- Amplia mercados para las manufacturas británicas
- Permite el acceso a nuevas fuentes de materias primas
- Al imputar materias primas, dota a los territorios suministradores.
- Genera una acumulación de capital que ayuda a financiar la revolución industrial inglesa
- Desarrolla las instituciones comerciales
- Impulsa el crecimiento de Centris urbanos e industriales.
4. La innovación tecnológica
Para introducir el cambio técnico en las sociedades preindustriales, sorprende el gran numero de
innovaciones técnicas desarrolladas durante la revolución industrial inglesa. Su surgimiento ha sido
explicado mediante dos hipótesis:
A. Hipótesis heroica, destaca la personalidad individual de los inventores, favorecida por el desarrollo de
ciencias experimentales en la enseñanza y el estimulo de las sociedades científicas.
B. Hipótesis sistemática, defiende que toda innovación responde a una necesidad económica concreta y se
desarrolla mediante un proceso uniforme. Esta hipótesis sistemática se apoya en tres nociones esenciales:
1. La noción de cuello de botella alude a los desequilibrios en la capacidad productiva entre las diversas
fases del proceso de producción. Se generan así presiones para orientar la actividad investigadora a
eliminar estos estrangulamientos o “cuellos de botella” en el proceso de producción.
2. El fenómeno de la convergencia tecnológica
3. El despliegue de la tecnología en racimos. Se diferencia tres procesos en la transferencia tecnológica:
Invención, hecho aislado, a veces ligado a factores extraeconómicos, incapaz de transformar el
proceso productivo
Innovación, fase esencial, al suponer una ruptura con la tradición y resistencia social aplicando una
invención previa y revolucionando el proceso productivo
Imitación, proceso que garantiza su difusión e implantación definitiva.
En el caso de la revolución industrial inglesa, las razones de los empresarios para invertir en estas
innovaciones técnicas a pesar de disponer de una numerosa oferta de mano de obra ligada al fuerte
crecimiento poblacional aportado por la transición demográfica remiten a dos razones:
Rápida e imprevista ampliación de la demanda de ciertos productos industriales
Expectativas de aumentar beneficios al reducir costes de producción
Las consecuencias de estas innovaciones resultan fundamentales para asentar las bases del crecimiento
económico moderno:
- Inmenso y rápido incremento de la producción industrial
- Descenso del precio de las manufacturas al reducirse los costes de producción
- Disminución del tiempo de producción y ahorro de mano de obra
- Fomento de la especialización y división del trabajo
TEMA 4
1. El mercado de trabajo
La llegada de la industrialización impone modificaciones sustanciales en el mercado de trabajo.
Incremento la tasa de actividad, sobre todo por la incorporación de la mujer al mundo laboral, con especial
fuerza en la industria.
El paso de una sociedad rural agrícola a una civilización industrial y urbana comporto una profunda
modificación de la estructura ocupacional de la población. La disminución del sector primario promovido
una expansión clara del sector secundario mas modesta del sector terciario, ante un crecimiento moderado
del Estado y una mayor movilidad de capital y población ligada al liberalismo económico.
Este cambio repercute con fuerza en el mercado de trabajo al incrementar la productividad. Permite ahorrar
tiempo y mano de obra, aumentar la especialización e incorporar maquinas al proceso productivo.
En las primeras etapas de la industrialización, el mercado laboral se atenúa a unos principios liberales que lo
volvían muy flexible ante la carencia de intervención por parte de las instituciones. Por una parte, la
regulación estatal sobre aspectos laborales. Por la otra, si bien las organizaciones sindicales se hallan
conformadas en Gran Bretaña.
Kuznet defiende que, en las fases iniciales de la industrialización, aumenta la desigualdad económica a causa
de la elevada diferencia de productividad intersectorial. En un momento determinado, la tendencia se invierte
por el aumento del porcentaje de ocupados en los nuevos sectores y la reducción de las diferencias de salario
entre estos y los trabajadores empleados en el resto de las actividades económicas. Esta reducción de la
desigualdad permitiría una demanda mas estable y consolidaría el crecimiento económico.
No obstante, las empresas familiares no podían financiar las inversiones en nuevas tecnologías. Fueron
apareciendo empresas de grandes dimensiones que procedieron a realizar una integración vertical de todas
las actividades relacionadas con el proceso productivo, desde la obtención de las materias primas a la
distribución del producto final. Gracias a las coordinaciones de sus actividades por una jerarquía, estas
empresas practicaron una competencia imperfecta al conquistar posiciones dominantes en el mercado y
controlar los precios de ciertos productos mediante oligopolios u monopolios.
Un primer paso de este proceso fue la difusión de sociedades anónimas al ir derogando los países las leyes
que las prohíban y aceptando al principio de responsabilidad limitada. Se reformaron también las
concentraciones industriales. Con la consolidación de nuevos sectores. En algunos sectores con elevada
concentración de capital, su numero decrecía conforme aumentaban los negocios. Este aumento de
dimensión favoreció la introducción de economías de escala al disminuir los costes de producción por el
aumento de las series de fabricación y la distribución de los costes fijos en un volumen mucho mayor de
fabricación.
La principal importancia de estas innovaciones radica en la simplificación del trabajo, acortamiento del
periodo de aprendizaje y consiguiente mayor rentabilidad del trabajo semicalificado.
La propia integración de la economía internacional acelero la formación de la gran empresa. Pese al exceso
de oferta, las grandes empresas preferían seguir produciendo a pesar de las perdidas mientras el precio
unitario de venta no fuera inferior a los costes fijos por unidad producida. Esta competencia constante
deprimía el mercado y amenazaba la solidez financiera de las empresas mejor gestionadas.
Como reacción las grandes empresas recurren a:
- Cartel o acuerdo mediante el contrato entre empresas que establecen los volúmenes de producción, los
precios de venta y las condiciones de reparto de beneficios.
- Fusión de empresas. Esta fusión resulta muy característica en sectores lideres de la segunda revolución
industrial.
Pese a ejercer una competencia imperfecta y socavar el principio de la libre empresa, la regulación estatal de
sus actividades fue muy escasa.
3. El sistema bancario
Al comenzar la revolución industrial, los bancos tuvieron un papel débil. Había tres clases de bancos:
1. Bancos centrales: regulaban la actividad bancaria y realizaban anticipos al Estado
2. Grandes bancos privados de Londres y París: poco atraídos por el crédito comercial, no concedían
prestamos a largo plazo a industriales, aceptaban letras de cambio y suscribían empréstitos públicos.
3. Bancos comerciales, descontaban letras de cambio a comerciantes y pequeños industriales
Al regresar la industrialización, nacen nuevas instituciones bancarias que captan capitales de pequeños
ahorradores con nuevas técnicas y lo prestan a un interés mas alto del abonado a los depositantes. Estos
bancos por acciones desplazan a los privados y son, en esencia, de dos tipos:
A. Bancos de depósitos, que disponen de ingentes medios a través de depositados a la vista o corto plazo y
una red de sucursales
B. Bancos de negocios, que no tienen sucursales y sus recursos proceden de depósitos a medio y largo plazo
de ricos capitalistas.
Pese a este rasgo común, el sistema bancario contaba con distintas características según países, como
demuestra la siguiente comparación entre Inglaterra, Francia y Alemania
Inglaterra conto con pocos bancos de negocios ¡. Su fuerza residía en la progresiva especialización de sus
funciones y en la temprana difusión del cheque. Los bancos privados y comerciales fueron absorbidos por los
de acciones, lo que favoreció la concentración de los servicios financieros.
Francia conto con una especialización menos pronunciada. El Crédito leones, orientado a conceder créditos a
corto plazo a particulares y prestamos gubernamentales. La principal novedad fue la fundación del Crédito
mobiliario por los hermanos Pereire, con capacidad para emitir obligaciones entre el publico y realizar fuerte
inversiones de capital en ciertos sectores.
Alemania muestra la estrecha relación entre la banca y desarrollo en un país relativamente pobre en capitales
durante la segunda revolución industrial. Las nuevas instituciones financieras eran a la vez bancos
comerciales que concedían créditos a corto plazo y bancos de inversión que orientaban a créditos a largo
plazo su propio capital y parte del de sus clientes. Para reducir riesgos, apoyaron la protección del mercado
interior y el recurso al cartel entre empresas
4. El Estado
Países con fuerte autonomía local confiaron en mayor medida en el espíritu de empresa. Otros países con un
fuerte aparato estatal desarrollan una intervención mas articulada mediante monopolios y subvenciones a
empresas. Países con un desarrollo tardío encontraron en el Estado un agente sustitutivo de una débil
burguesía y la escasez de capitales.
Los rasgos esenciales de la intervención estatal son:
1. La noción de equilibrio presupuestario limitaba los gastos del Estado. Este garantizaba la defensa del
territorio y el orden social
2. La política fiscal perpetua las desigualdades económicas de la sociedad. Se recurrió así mas a los
impuestos indirectos que a los directos, los impuestos sobre la renta fueron excepcionales y leves, así
como los derechos sucesores no gravaron los patrimonios.
3. La legislación estatal influyo en múltiples aspectos de la visa economía: promoción de la libre empresa,
control del fraude, regulación de la banca y transportes
Junto a estos rasgos generales, la incidencia de la intervención estatal en la economía del siglo XIX puede
evidenciarse en estos dos ejemplos
A. Política comercial en países de formación reciente, favorecer la unificaron política y social, el
proteccionismo estatal se desarrollo pronto frente a las corrientes defensoras del librecambio.
B. Educación. El Estado genero distintas respuestas frente a la mayor formación técnica requerida por la
segunda revolución industrial.
TEMA 5
LA ECONOMIA INTERNACIONAL HASTA 1914: LA PRIMERA GLOBALIZACION
Son procesos de iteración económica internacional desde principios del s XIX hasta la Primera Guerra
Mundial. La gestación del librecambismo otorgó al comercio internacional un papel dinamizador de la
economía desconocido hasta entonces y facilitó las transferencias de bienes y servicios
4. Transición demográfica
Se define como el paso progresivo de un régimen con fuertes tasas de natalidad y mortalidad a bajas de estas.
Debido a esta transición suele conllevar un incremento demográfico.
C. Descenso de la natalidad, por lo mas común mas lento que el de ala mortalidad, debido a factores
económicos y sociales.
La planificacion familiar y el control de natalidad debilitaron la tradicional correlación entre matrimonio
y fertilidad al vincular el número de hijos al problema del consumo y del status social Un menor número
de hijos no sólo permitía una mayor calidad de vida de los padres, sino una mejor instrucción de los
hijos.
A partir de la Primera Guerra Mundial, al recibir obreros y campesinos instrucción en el frente sobre la
utilización de anticonceptivos, el control de nacimientos se vuelve general entre los sectores populares.
En este proceso, el siglo XIX contempla el choque de dos corrientes:
-malthusianas, defensoras de la restricción de la natalidad
-antimalthusianas, contrarias al control de natalidad bien por razones religiosas, al defender que el fin del
matrimonio es la procreación
La mejora de la dieta, la higiene y los sistemas sanitarios permitieron aumentar la esperanza de vida
2. Movimientos migratorios
La simultaneidad de la explosión demográfica y las transformaciones económicas determinó una
redistribución geográfica y profesional de la población.
El ferrocarril favoreció un desplazamiento masivo de inmigrantes a las ciudades y gestó grandes
metrópolis.
Las migraciones internas en Europa se entrelazaron con los crecientes movimientos migratorios hacia
América del Norte, América del Sur y Oceainía.
a. Causas de la inmigración.
Predominan los factores de expulsión en el país de origen del inmigrante. Estos se identifican con
cambios estructurales tales como la ruina de la artesanía e industria rural a domicilio. A partir de
1870, predominan los factores de atracción en el lugar de destino, si bien algún factor de expulsión
continúa siendo importante. Entre estos factores de atracción destacan:
-el abaratamiento y mayor rapidez de los transportes marítimos
-estímulos de gobiernos u otros organismos mediante subvenciones o préstamos, bien desde el país
de acogida por necesitar mano de obra
En general, la opinión pública y privada era favorable a la emigración de los grupos sociales más
pobres, lo que promovió la remoción de restricciones estatales a estos flujos migratorios en muchos
países emisores
El librecambismo cuenta con brillantes defensores entre los economistas clásicos británicos, quienes lo
consideran indispensable para cimentar el crecimiento económico:
-Adam Smith vinculaba los logros de la especialización y división del trabajo con la expansión del libre
comercio nacional e internacional para afianzar el incremento de la productividad.
-David Ricardo defendía los beneficios de la especialización entre naciones a través de sus menores costes de
producción. Este era el principio de la ventaja comparativa como base de la actual teoría del comercio
internacional.
Al extenderse los tratados a otras naciones e incluir la cláusula de nación más favorecida, se producía una
rebaja general de los aranceles en los territorios afectados.
Como resultado, Europa aceleró la fuerte participación del comercio exterior en el crecimiento económico
que se venía produciendo desde 1820 y la industria tuvo que reorganizarse y promover una mayor eficiencia
técnica y productividad para afrontar una mayor competencia internacional
Entre 1860-70, Europa se aproximó al librecambio absoluto hasta un grado al que no volvería hasta después
de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, este proceso se detiene en la década de los años setenta como
consecuencia de dos hechos:
-el pánico financiero desatado en 1873 en Viena y Nueva York, extendido con rapidez a otras naciones
industriales. La creciente producción y mayor competencia provocaron un descenso del precio de las
manufacturas que fomentó la concentración empresarial (EEUU, Alemania)
-la crisis agraria desatada en 1870 por la llegada a Europa de gran cantidad de grano procedente de EEUU,
gracias a la mayor difusión del ferrocarril y transporte marítimo. Con vastas áreas de cultivo en estos
territorios, su competencia en el mercado provocó un descenso general de los precios agrarios. Esta seria
crisis se vio agravada al saturarse a fines del siglo XIX el mercado internacional de productos mediterráneos
elaborados en países como España, Francia e Italia.
Afianzado conforme se difunde la idea de nación con las revoluciones liberales en el siglo XIX, provocó el
estallido de guerras arancelarias entre dos países al proceder ambos a elevar las tasas aduaneras para
perjudicar las exportaciones de su oponente. Aunque los países con mayor población y mercado podían
dañar más a sus competidores con estas tácticas, el fuerte perjuicio mutuo imponía al final acordar la rebaja
mutua de aranceles.
Las consecuencias de esta política proteccionista a fines del siglo XIX fueron moderadas. Así, el comercio
creció más rápido que la producción; pero impulsó menos el crecimiento económico., La expansión
comercial creció a mayor ritmo conforme se atenúan los efectos de la crisis.
a) período inicial, tras el fin de las guerras napoleónicas en 1815, con un volumen de movimientos todavía
modesto, en parte debido a las limitaciones del sistema bancario.
b) gran auge de la inversión extranjera a partir de los años cuarenta, coincidente con el desarrollo de las ideas
librecambistas, las instituciones financieras y nuevos instrumentos de crédito.
c) período de mayor crecimiento a partir de los años setenta.
Gran Bretaña fue el mayor exportador de capitales incluso al iniciar su declive económico durante el último
tercio del siglo XIX. Junto a los ingresos por servicios, los beneficios de las inversiones en el exterior
compensaban el déficit existente en la balanza comercial británica durante la mayor parte del siglo XIX. Este
hecho favorecía el mantenimiento del librecambio, al frenar el Gobierno nuevos aranceles para limitar las
importaciones de materias primas dado que éstas reportaban altos beneficios a los inversores británicos que
equilibraban la balanza de pagos. El interés comercial y financiero primaba, por tanto, sobre el industrial.
1) la adhesión al patrón oro internacional, posible gracias al papel político, monetario y financiero de
Gran Bretaña, que lo adoptó en 1816.
2) la modernización del sistema bancario en la segunda mitad del siglo XIX y la adopción de nuevos
mecanismos de crédito.
Al ser el oro el medio casi exclusivo de pagos internacionales, la adopción del patrón oro requería ciertas
reglas:
1) la exportación e importación de oro eran libres, hecho que generó que su valor fuera homogéneo entre los
países adheridos al sistema.
2) la moneda de cada país venía definida por cierto peso en oro, que fijaba su paridad legal, precio aceptado
por el banco central
3) los billetes eran convertibles en oro y libre la acuñación de moneda
4) consecuencia de la anterior, la emisión de billetes venía regulada por las reservas de oro existentes en el
banco central
5) los tipos de cambio estaban fijados por el peso de oro contenido en cada divisa, moviéndose en unos
límites estrechos por encima o debajo de la paridad legal llamados los “puntos” del oro.
El ajuste se basaba en la relación existente entre las variaciones generales de los precios y las transferencias
internacionales de oro.
Con todo, la verdadera importancia del patrón oro viene dada por su uso por parte de Gran Bretaña en las
relaciones económicas internacionales a través de Londres como centro comercial y financiero mundial dado
que:
1) La libra se transformó en la divisa internacional de pagos dotando de estabilidad al sistema
2) El dominio del dinero bancario a través del uso de la letra de cambio reduce el uso directo de
oro y amplia la oferta monetaria.
3) La creación de una red multilateral de pagos armonizó los movimientos de capital, servicios y
mercancías, así como disminuyó las transferencias de dinero necesarias para su financiación.
Frente al patrón oro, la modernización del sistema bancario facilitó en mayor medida los
movimientos de capital al satisfacer la demanda creciente de medios de pago al aumentar la renta
nacional, movilizar el ahorro y favorecer iniciativas empresariales en los ámbitos nacional e
internacional.
Inglaterra
A partir de 1870 decrece el empuje británico, con especial énfasis en la producción de bienes de equipo y
materias primas.
Fuerte descenso de los precios de la economía europea entre 1874 y 1896, acentuado en Gran Bretaña por
la reducción del valor de las manufacturas.
En vez de reformar sus estructuras, Inglaterra decidió conquistar mercados subdesarrollados mediante el
imperialismo (imposición de tratados de comercio desigual, que fuerzan a los territorios sometidos a
aceptar imponer bajos aranceles sobre la importación de manufacturas británicas).
Francia
El desarrollo industrial francés fue más tardío frente al caso británico, derivado de distintas causas:
Escasez relativa de recursos naturales: el carbón era importado de Bélgica y el hierro del Norte
de Francia.
La industrialización se desaceleró en 1790-1815 ante las guerras y crisis políticas del período, el proceso se
retomó primero en la industria textil y luego en la siderúrgica, (se da un ritmo lento hasta la llegada
al poder de Napoleón III y la instauración del Segundo Imperio (1852-71))
Estos problemas se ven agravados por una fuerte crisis agrícola, Francia provocará un mayor recurso al
proteccionismo en defensa de la agricultura e industria, esta realidad determina una menor presencia de los
productos franceses en los mercados exteriores, con excepción de los mercados reservados creados en las
colonias.
Alemania
El proceso de industrialización alemán se caracteriza por su fuerte aceleración desde 1870, territorios
occidentales más ricos que los orientales, el proceso de unificación política de Alemania culmina en
1870 y vive un fuerte desarrollo económico en el período 1870-1914.
Reformas agrarias: transforman las anteriores relaciones feudales en capitalistas con serias
variantes regionales, a diferencia de Francia, se consolidó una clase de señores terratenientes
(Junkers) que modernizaron sus grandes explotaciones, los junkers son librecambistas mientras
los pequeños propietarios agrícolas del oeste se mantienen proteccionistas.
Mejoras en los transportes: como los caminos, construidos y gestionados por administraciones
públicas mediante el cobro de peajes, o la red de canales, utilizada para transportar materias primas
como el hierro, el ferrocarril contribuirá en buena medida a la unificación económica al reducir
durante la el coste de mercancías en un 80-85% y crear los nuevos centros industriales en torno al
Ruhr y a Berlín.
El desarrollo económico se ve acelerado por la creación del Zollverein (Unión Aduanera). Prusia
inicia en 1828 una unión aduanera con otros Estados del Norte.
A diferencia de Gran Bretaña y Francia, tras la crisis económica de 1873, la industria alemana
conoce una fuerte expansión de las organizaciones de monopolio bajo dos formas esenciales:
Cartel: acuerdo temporal entre empresas para regular precios mínimos de venta, cuotas de
producción y la distribución geográfica de los mercados, adoptado ya a principios del siglo XX
por todos los sectores industriales.
Carente de amplias colonias, la necesidad de ciertas materias primas y nuevos mercados para su
industria lleva al Gobierno a combinar el proteccionismo del mercado interno con la expansión
económica y política exterior.
Estados Unidos
Estados Unidos conoce un claro desarrollo durante el siglo XIX ligado al proceso de integración de
la economía internacional, su rápida afirmación económica se halla ligada a una absoluta
independencia política tras derrotar a Gran Bretaña y constituirse en 1783 en una república.
Se asiste a una clara expansión demográfica debido tanto al crecimiento natural como a la creciente
inmigración desde países europeos, este creciente mercado interno gracias a la expansión demográfica se ve
consolidado por la mejora de las infraestructuras: de carreteras de peaje , de la red de canales y
del ferrocarril , construido con capital británico, aún con una aportación limitada al mercado.
El marco institucional favorable al espíritu de libre empresa promoverá asimismo el crecimiento del
país.
Con todo, el rápido progreso económico de EEUU incluye ciertos inconvenientes, sobre todo la
dependencia de Gran Bretaña en servicios comerciales y financieros, las carencias de capital se ven
agravadas durante el siglo XIX por la poca vertebración del sistema bancario, dividido en múltiples
entidades.
La consolidación del mercado interior se tradujo en la especialización de las distintas regiones del país:
La guerra de Secesión que estalló entre el Norte y el Sur no sólo respondió a diferencias políticas,
sino a la divergencia de dos modelos económicos, el triunfo final del Norte consolidará en todo el país
su modelo económico.
El fuerte aumento del cultivo y la superficie cultivada, más la temprana introducción de maquinaria
para solucionar la carencia de mano de obra incrementan en gran medida la producción de cereal.
Más atrasado en su desarrollo técnico, el Sur conoce una fuerte crisis al caer el precio del algodón por la
competencia de Egipto y la India. La transformación de la estructura industrial se halla ligada al
nacimiento de la empresa moderna, (fusión de empresas del mismo sector bajo una dirección
centralizada para limitar la competencia y aumentar los beneficios) estas empresas introducen
economías de escala al racionalizar la producción y especializarse las factorías.
Dada su fuerte orientación al mercado interior, sólo desde fines del siglo XIX el capital americano invertirá
en el exterior en búsqueda de productos tropicales y materias primas.
EEUU introduce un imperialismo informal sobre los territorios de Latinoamérica más próximos y
útiles a su economía. Esta intervención conduce a la guerra contra España en 1898, que se saldó con la
independencia de Cuba y la posesión norteamericana de Puerto Rico y las islas Filipinas.
Japón
Japón parte de una estructura feudal (como en Europa y a diferencia de los países de inmigración europea), a
esta transformación colaboran distintas causas:
Las presiones internacionales (Rusia, EEUU) por poner fin a la política aislacionista del
Japón, que fuerzan la concesión de derechos comerciales a Rusia, EEUU, Gran Bretaña y
Francia.
La renovación del shintoismo, religión que defiende la autoridad suprema del emperador.
Todas estas causas imponen, tras una guerra civil, un fuerte cambio político, traducido en la caída
tanto de la dictadura militar como de la dinastía Tokugawa y la restauración de la dinastía Meiji, este
cambio político abrió paso al papel clave del Estado en la modernización del país mediante diversas
medidas:
Empresas grandes, de bienes de quipo, con tecnología extranjera, intensivas en capital físico y
humano.
Empresas pequeñas y tradicionales, intensivas en trabajo, mayoritarias y ubicadas
sobre todo en las áreas rurales.
La estructura de la industria cambió tras la Primera Guerra Mundial. Las exportaciones europeas
cayeron en Asia y Japón y EEUU se apoderaron de este mercado, el carácter militar de su política
y economía, determinó la expansión imperialista hacia territorios próximos (China, Taiwán, Corea) y
la participación en numerosos conflictos, incluidos la Primera y Segunda Guerra Mundial.
La crisis de final del siglo XIX y las nuevas características de la sociedad capitalista:
El aumento del mercado y de la producción fuerza a mejorar la productividad agrícola e industrial, así
como a desarrollar una mayor especialización para aprovechar las ventajas comparativas
regionales y nacionales.
La fuerte depresión de los precios agrarios viene generada por el efecto combinado de la mejora de las
comunicaciones y del aumento de la producción, el crecimiento de la competencia mundial fuerza una
reestructuración de la producción.
Así, áreas con ventajas comparativas en el cultivo de cereal se afirmaron en el mercado internacional
al reducir los costes de producción, por el contrario, áreas carentes de estas ventajas reducirán sus
cultivos de cereal en beneficio de otras producciones agrarias. El éxito de este ajuste benefició a países
más desarrollados como Gran Bretaña y planteó dificultades incluso en países como Francia y Alemania
En estos territorios, al padecerse la crisis finisecular, los menores rendimientos del sector agrario y su
fuerte porcentaje de población activa incrementaron el paro o el trabajo estacional, así como la
emigración bien hacia núcleos urbanos u otros países.
La remodelación asumida por los distintos sectores industriales contempla los siguientes aspectos:
Petróleo, Fuente de energía de aplicación limitada en este período, ligada al desarrollo del
motor de combustión, destaca su elevado poder energético.
La racionalización del trabajo o taylorismo que reduce costes de producción y el precio de las
manufacturas, así como la concesión de primas al trabajador por una mayor productividad.
Asumidas estas reformas sobre todo por grandes empresas, este proceso se completó en países como
EEUU con el surgimiento de filiales y fábricas en el extranjero (multinacionales) para sortear
barreras arancelarias, reducir costes de transporte y solucionar los problemas de distribución.
EL IMPERIALISMO
El auge del comercio y la articulación de un sistema monetario internacional vino acompañado por la
expansión imperialista a fines del siglo XIX, este proceso supone la anexión por los países industrializados
de grandes extensiones en África, Asia y Oceanía, la delimitación de estas zonas coloniales generó
conflictos entre las grandes potencias por el dominio de puntos estratégicos, también abrió procesos de
negociación, como el establecido en la Conferencia de Berlín (1885), donde los países occidentales
se repartieron las zonas de influencia en el continente africano y fijaron las condiciones para su
colonización.
Esta expansión imperialista, supone, por lo general, un control directo de la metrópoli al aplicar sus
leyes en las colonias y explotar sus recursos naturales, calificados como “dominios”, aquellos
territorios que habían acogido una fuerte inmigración europea (Canadá, Australia, Nueva Zelanda,
Sudáfrica) gozaban de mayores cotas de autogobierno que las colonias del Imperio Británico, pero
bajo la tutela de la metrópoli, sin desarrollar fuerza militar ni control administrativo directo.
Gran Bretaña constituyó el mayor Imperio (un 20% del territorio y un 25% de la población del
planeta en 1909).
Alemania, Bélgica e Italia llegaron tarde a este proceso y debieron conformarse con los territorios
aún sin ocupar
Causas económicas
Tesis tradicional: las colonias supusieron poco provecho y muchos gastos para la metrópoli
(mantenimiento del ejército colonial)
Las colonias sufrieron un intercambio desigual frente a la metrópoli que generó escasos efectos de
arrastre y agravó su dependencia del exterior. Esta pérdida de autonomía económica se
perpetuará al acceder estos territorios a su independencia tras producirse la descolonización en la
segunda mitad del siglo XX y contribuirá a agravar los problemas del Tercer Mundo.
Los países de colonización europea reciente (Australia, Nueva Zelanda, Canadá y Sudáfrica)
En esencia de dominios del Imperio británico con una amplia autonomía política y
administrativa, con condiciones climáticas más semejantes a las europeas, ejercieron una fuerte
atracción de inmigrantes europeos, mayor que las zonas tropicales, en estos grandes territorios, con
escasa población indígena, estos inmigrantes configuran sociedades y economías semejantes a las
constituidas en Europa.
La base de las economías de estas zonas fue la producción agraria con destino a la exportación, facilitada
por la revolución del transporte marítimo.
Sudáfrica: resulta un caso excepcional por constituirse en importadora de productos agrarios y centrar
su exportación en los minerales preciosos (oro, diamantes).
De entre estos territorios, el sector exportador de Canadá fue el que tuvo mayor éxito en generar
eslabonamientos hacia atrás:
Incentivos para fabricar bienes ligados al sector exportador: materias primas, servicios de
transporte o financieros- y eslabonamientos hacia delante
Incentivos para transformar el producto dentro del propio país e incrementar así su valor
añadido para contribuir mediante la retribución de las personas que participan en estas actividades al
incremento de la demanda final.
En parte debido a las menores posibilidades que proporcionaba la especialización lanera, los
eslabonamientos hacia delante y atrás fueron más modestos en Australia y Nueva Zelanda, por lo que
su base exportadora no se diversificó.
Con todo, a excepción de Sudáfrica, todos los demás países han conocido un desarrollo notable y
un nivel de vida semejante o superior al de Europa al contarse ya en el siglo XX entre los países más
industrializados.
Se trata en principio de sociedades agrarias, grandes extensiones de tierra cultivable que han
percebido la llegada de numerosos inmigrantes atraídos por los altos salarios, la política de fácil acceso a
la tierra desarrollada por la metrópoli y los gobiernos autónomos, ha provocado en estos países una
ocupación del territorio peculiar, basada en granjas familiares agrupadas en instituciones cooperativas
fuertes.
América Latina
De igual modo, el avance de la industrialización en Europa y las mejoras en el transporte aumentan los
vínculos de América Latina con la economía mundial con una fuerte intensificación del comercio y los
préstamos exteriores.
Debido a sus ventajas comparativas, América Latina se especializó en bienes primarios e importó bienes
industriales, la mayoría de las exportaciones fueron acaparadas de forma progresiva por cinco países
(Cuba, México, Brasil, Chile y Argentina).
El cultivo de productos agrarios provocó la ocupación de amplias extensiones del territorio antes poco
pobladas, la extracción de minerales dio lugar a áreas de producción concentradas, sin
embargo, los principales eslabonamientos hacia atrás (creación de servicios financieros, de
transporte, producción de maquinaria) no tuvieron una fuerza destacada.
Aquellos productos que exigieron una transformación previa a su exportación (eslabonamientos hacia
delante) provocaron un impacto mayor al instalar en el país cierta industria y nueva tecnología, el auge
exportador facilitó el aumento de las importaciones, sobre todo de bienes de capital necesarios para
crear la infraestructura necesaria que requería una producción dirigida a la exportación (ferrocarriles,
puertos, plantas transformadoras).
Al disponer estos países con frecuencia de una balanza comercial desfavorable, se recurría al crédito
exterior bien mediante inversiones directas de bancos y empresarios o mediante títulos de deuda
pública para financiar el crecimiento del ejército o el equipamiento urbano (los préstamos procedían
sobre todo de Gran Bretaña, seguida a distancia de Francia, Alemania y EEUU).
Pese a su crecimiento, estas economías se hallaban presididas por la inestabilidad, promovida por dos
causas fundamentales:
Ampliación del espacio poblado y del acceso a nuevos recursos naturales a costa de acentuar la
desigualdad económica y social.
Fuertes pérdidas humanas (aparte de heridos y mutilados, 27,5 millones de muertes en toda
Europa, 11,5 de éstos en Rusia), descenso de la natalidad.
Pérdidas materiales. Deterioro de infraestructuras y bienes de equipo, sobre todo en Francia,
Bélgica y el Este de Europa (Austria, Polonia, Rusia).
Cambios en las relaciones económicas entre países ante el avance industrial y comercial de EEUU y
Japón sobre las restantes naciones implicadas en la guerra, cuyas economías se resienten de las
consecuencias del conflicto.
Tras la Primera Guerra Mundial, distintas causas alteran el orden económico mundial creado con
anterioridad, estos factores de desequilibrio son en esencia tres:
Lógica consecuencia, ante el exceso de oferta los precios de alimentos y materias primas
cayeron, aquellos países ya industrializados aumentaron poco sus importaciones de productos
agrarios y materias primas, mientras los países agroexportadores incrementaron sus
importaciones de manufacturas. Unido este hecho a la caída del precio de materias primas y
alimentos, el creciente déficit comercial forzó a los países agroexportadores a aumentar sus
emisiones de deuda en mayor medida que los industrializados.
Las dificultades del sistema monetario: La Primera Guerra Mundial forzó a abandonar el patrón
oro. No sólo el oro se acaparó, sino que el aumento del gasto público conflicto forzó a los
Gobiernos a elevar el dinero en circulación y la inflación, así como incrementó el déficit comercial
impidiendo el sostenimiento de este sistema monetario, ante este proceso, algunos gobiernos
mantuvieron la inflación para reducir la deuda pública o evitar mayores tensiones sociales, la
inflación desencadenada terminó por colapsar en 1922-23 la economía nacional.
Tras la Primera Guerra Mundial la mayoría de los países optó por un patrón cambios-oro: la autoridad
monetaria vinculaba su moneda de forma indirecta al oro manteniendo un patrón de cambios fijo con
monedas extranjeras vinculadas al patrón oro. Esta inestabilidad propició desequilibrios en los tipos
de cambio entre las monedas y dificultaba el ajuste de los pagos entre naciones deudoras y acreedoras, así
como el tráfico comercial, Por último favoreció tanto la retirada de capitales invertidos en el
extranjero como la deflación de la economía mundial generada por la crisis de 1929, su estallido, al
provocar el abandono del patrón oro por parte de Gran Bretaña y EEUU , marcó el fin del sistema
tras renunciar EEUU a mantener el orden internacional.
La causa principal que generó en EEUU esta fuerte depresión económica, es aún hoy día objeto de
debate, algunos autores centran su origen en la especulación bursátil, favorecida por la explosión del
crédito, otros aluden a factores monetarios, en concreto, a la pasividad de la reserva federal ante la crisis
de liquidez durante la primera oleada de quiebras bancarias, otros, a la reducción del consumo durante
1930, que impidió la recuperación económica al hacer declinar la inversión.
En pocos días se produjo una fuerte caída de la cotización de la bolsa, que trasladó la crisis al débil sistema
bancario, faltos de liquidez por haber colocado sus inversiones a medio y largo plazo, al querer retirar
sus clientes los depósitos, miles de bancos quiebran, muchos otros restringieron su política de créditos, la
inversión privada cayó y la crisis se extendió al comercio y la industria.
Las empresas frágiles se arruinan, orientada la producción industrial a las masas trabajadoras, su menor
poder adquisitivo genera una espiral de deflación, caída de la producción industrial y paro que agudiza
la depresión económica.
La restricción de los créditos bancarios transmitirá la crisis también al sector agrícola, que ya
arrastraba problemas.
La falta de liderazgo de EEUU sobre la economía internacional durante los años veinte facilitó que la
fuerte depresión generase dos reacciones inmediatas, de amplia repercusión internacional:
La adopción de una política proteccionista, imitada por muchos países del mundo,
favorecerá la contracción del comercio internacional al combinar el establecimiento de cuotas,
aranceles y un rígido control de cambios para frenar las importaciones.
2) Mejora de los precios relativos de las mercancías de los países desarrollados frente a las de los países
agroexportadores ante la sobreproducción y menor demanda de productos agrícolas
4) Declive del nivel mundial de precios, que aumenta las cargas de los países deudores y debilita la
iniciativa e inversión empresarial ante la caída de la producción, la demanda y el empleo.
La comparación entre dos zonas del Tercer Mundo, Asia y Latinoamérica, refleja la distinta
repercusión de la crisis de 1929 y las condiciones para su recuperación.
Latinoamérica resultó más afectada por sus relaciones más estrechas con EEUU en comercio exterior,
mercado de capital y relaciones empresariales, esta mayor incidencia se tradujo en un mayor deterioro de
los términos de intercambio, huida de capitales extranjeros, dificultades en la balanza de pagos y
devolución de la deuda. ´
La recuperación de Latinoamérica en los años treinta será más marcada que en Asia gracias a su libertad
política, los países latinoamericanos elevaron sus aranceles, devaluaron sus monedas y proclamaron una
moratoria de la deuda externa, abandonaron el patrón oro e iniciaron el intento de sustituir las
importaciones mediante la creación de una industria nacional.
La actuación de los territorios asiáticos será más débil no sólo por el menor impacto de la crisis
sino por venir dictada su política económica por sus metrópolis.
La fuerte repercusión de la crisis de 1929 marca una reorientación de la política económica tradicional
iniciada tras el fin de la Primera Guerra Mundial, la ideología liberal defensora de una modesta
participación del Estado en la economía debe ser abandonada, surgen modelos políticos (fascismo,
comunismo) que convierten al dirigismo estatal en pieza básica de una remodelación de la sociedad,
economía y cultura.
La fuerte depresión en EEUU facilita el éxito en 1932 del líder del partido demócrata,
F.D.Roosevelt, y su programa “New Deal”, que introduce la idea de un nuevo contrato social entre
ciudadanos y Estado. Este programa se efectuó en dos fases:
En una primera fase se reformó el débil sistema bancario mediante medidas como la separación de
los bancos de depósito y los de inversión, así como el reforzamiento del poder de la reserva
federal, se abandonó el patrón-oro y se controló la exportación de este metal, la devaluación
del dólar, no sólo favoreció a los numerosos deudores, sino propició un alza moderada de
los precios para estimular la inversión y la producción.
En una segunda fase tras ver respaldadas sus reformas por su nueva victoria electoral, Roosevelt
consiguió anular la oposición del Tribunal Supremo y emprendió reformas más radicales:
Como valoración, el New Deal propició una lenta, pero firme recuperación económica de al reformar
el sistema bancario y los mercados agrícolas, así como la organización empresarial, configuró un
nuevo marco en las relaciones laborales al introducir reformas sociales (salario mínimo, libertad
sindical) y fortaleció al poder central frente al de los Estados.
Suecia: el modelo socialdemócrata.
Su programa nace de la alianza entre un partido agrario, conservador, afectado por la depresión de los
precios del grano, y el partido socialista preocupado por los efectos del paro. El gasto público
contendrá la depresión agraria; pero también promocionará Obras Públicas para relanzar la demanda y
el empleo, a diferencia de EEUU este modelo de intervención se revelará más estable y duradero. La
regulación estatal de rentas y salarios fue utilizada para frenar la caída la demanda y luego para combatir
una excesiva inflación de los salarios.
El Estado ofrecía a sus ciudadanos mediante la oferta de mayores servicios públicos, a cambio de
una moderación salarial, el estado se comprometía a reinvertir los beneficios en crear nuevos puestos de
trabajo.
El ejemplo de estos dos países es muy significativo por seguir sus economías rumbos opuestos. Así,
Gran Bretaña arrastró graves problemas económicos en la década de los veinte, no sólo debido a la
reestructuración de una economía de guerra en una de paz, sino a la revalorización de la libra al
volverse al patrón oro para reforzar el papel financiero de Londres, al acentuarse la depresión tras la
crisis de 1929, el Gobierno adoptó las habituales medidas deflacionistas (ascenso del tipo de interés,
restricciones presupuestarias), cuyo fracaso provocó en 1931 la devaluación de la libra y el abandono del
patrón oro.
Trasladada a los países de la Commonwealth, esta medida produjo un caos monetario mundial al
rebajar el valor de muchas reservas bancarias; pero benefició a la economía británica, decidido a apoyar a
la industria nacional, el Gobierno adoptó medidas adicionales, rebajó la tasa de interés para agilizar
el crédito y activar la inversión, aumentó los aranceles aduaneros y reforzó su mercado protegido y
aumentó de forma moderada el gasto público para generar efectos de arrastre.
Frente a Gran Bretaña, Francia desarrolló una política más prudente en los años veinte, dejó flotar la moneda
para favorecer la recuperación industrial y luego estabilizó el franco, el menor valor del franco frente a la
libra y el dólar favoreció a las exportaciones, pese a esta ventaja, la agricultura francesa tenía todavía
un peso excesivo dentro de la economía y, si bien sectores típicos de la segunda revolución industrial
(químicas, electricidad, automóvil) crecieron en esta década, muchas empresas tradicionales no
eran competitivas y requerían fuerte protección arancelaria.
Al producirse la crisis de 1929 y devaluarse la libra y el dólar, Francia adoptó una política deflacionista
para defender la estabilidad del franco y convertir a París en un centro financiero internacional, la
sobrevaloración de los productos franceses frente a los de otros países y el auge del proteccionismo
redujeron las exportaciones y la producción industrial y aumentaron el paro.
Presidente del Gobierno, Blum aplicó un programa de reactivación económica inspirado en Keynes.
Aumentó el gasto público para reducir el paro e invirtió en sectores como el del armamento para
reactivar la producción industrial. Devaluó el franco para elevar las exportaciones y promovió una
política dirigista de la agricultura.
Con el fin de sustentar la demanda y el empleo, redujo la jornada laboral, incrementó los salarios y
concedió otras reformas sociales a los trabajadores. Pese a descender el paro y las huelgas, la
productividad permanece estancada y la fuga de capitales empeoró la estabilidad monetaria.
El fin de la Primera Guerra Mundial trajo graves problemas económicos a Alemania. A la pérdida de
Alsacia-Lorena y sus colonias, se unió la ocupación del Ruhr por los franceses, la devolución de créditos
y el pago de reparaciones de guerra.
Tras una reestructuración agravada por procesos inflacionarios, la economía muestra una clara mejoría
moderada por la política deflacionista orientada a mantener la estabilidad monetaria, que perjudica a las
exportaciones, la retirada de los capitales extranjeros y las medidas proteccionistas tras la crisis de 1929
colapsaron este proceso, redujeron la producción y aumentaron con rapidez el paro.
Beneficiado por esta crisis, con el apoyo de los industriales, el nazismo tomó el poder en 1933, el Estado
nacionalsocialista desencadenó una fuerte intervención económica, centrada en los siguientes aspectos:
Aumento del gasto público. Orientado al desarrollo de Obras Públicas y del sector de
armamento y subsidiarios con el triple objetivo de reducir el paro, dinamizar la producción y elevar
el poderío militar.
Política autárquica, propia de una economía de guerra y muy característica de los regímenes
fascistas, pero limitada por la carencia de alimentos y materias primas.
Facilitado por las tensiones desatadas durante la Primera Guerra Mundial, el triunfo de la revolución
bolchevique supone el arranque del sistema comunista en Rusia, consolidó la colectivización agrícola y la
apuesta por la industria de bienes de equipo que caracterizó a esta economía hasta su extinción.
Comunismo de guerra (1917-20) El Estado asume una fuerte intervención económica para
afrontar la guerra civil desatada en Rusia tras la victoria bolchevique. Así, nacionalizará las
mayores industrias y mantendrá a los antiguos propietarios al frente de las pequeñas
empresas bajo el control de los soviets, creó un Consejo Superior de la Economía Nacional para
realizar la planificación de la industria, más orientada a la producción bélica, entregó parcelas a
campesinos, promovió algunas comunas colectivas y un número mayor de granjas de
explotación estatal, las requisas de excedentes agrarios impuestas por el Estado desincentivan a los
campesinos y cae la producción, la contracción del mercado y escasez de alimentos se vio
agravada por la pérdida de valor del papel moneda, hasta imponerse el recurso al trueque.
La Nueva Política Económica (1920-24) y el Gran Debate (1924-28) Al cesar la guerra civil, se
implantó una Nueva Política Económica, destinada a lograr un mejor funcionamiento del sector
agrario al permitirse la libre circulación de excedentes, que aumentase la producción, las
exportaciones y la obtención de divisas. Para agilizar los intercambios, se permitió la
libertad de precios y se creó una nueva moneda (el chevronet).
Sus defensores, como Bukharin, sostenían que permitiría a los propietarios agrícolas mejorar
los cultivos e incrementar la productividad mientras el control del sistema fiscal y financiero
por el Estado garantizaba las transferencias de capital al sector industrial, sus detractores,
como Trotsky y Stalin, consideraban esta política lenta y conducente a restablecer el capitalismo.
Colectivizaciones y planes quinquenales (1929-39) El programa económico victorioso fue
aplicado mediante una serie de planes quinquenales:
El segundo Plan Quinquenal (1934-39) intentó corregir estos desequilibrios. A la par que
incrementaba las cooperativas agrícolas, el Estado amplió su tamaño y las dotó de más
recursos para elevar la productividad, si bien mantuvo la prioridad de las fuentes de energía
y la producción de bienes de equipo, aumentó las inversiones en bienes de consumo,
construcción de viviendas y red de transportes, mejoró la formación técnica de los obreros y
promovió su interés por aumentar la producción mediante primas económicas y reconocimiento
social. (Dedicado el siguiente plan quinquenal a aumentar la producción por habitante, la invasión de
la URSS por Alemania en 1941 provocó su suspensión y la reorientación de la economía al
esfuerzo bélico, la generación de fuertes perdidas humanas y materiales orientaron al finalizar
la Segunda Guerra Mundial los esfuerzos del último plan quinquenal a la reconstrucción del país.
Pérdidas materiales
Cambios políticos
Resueltos los problemas de abasto de alimentos, EEUU procuró ayuda financiera a Europa
occidental para adquirir bienes de equipo y materias primas con que relanzar su producción ante la
pérdida de divisas durante la guerra (gastos bélicos, caída de las exportaciones).
Esta estrategia se traduce en el Plan Marshall, que concede a Europa 12.500 millones de dólares
como bienes transferidos por EEUU , se demandaron en principio sobre todo alimentos (29%),
después materias primas (33%), maquinaria (17%) y productos energéticos (16%).
Los principales beneficiarios del Plan Marshall fueron Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia y
Holanda, este plan sólo supuso una pequeña parte de la ayuda norteamericana a Europa ,
evaluada en 100.000 millones de dólares ,
La reconstrucción de Europa occidental avanzó en 1945-50 con gran rapidez: no sólo se dobló la
producción, sino las tasas de crecimiento anual del PIB/c superiores al 10%.
Algunos países, como Alemania, reforzaron sus economías con reformas monetarias, rasgo
característico, el Estado intervino por varias vías en sectores prioritarios de la economía por
distintas vías:
Nacionalización de sectores básicos, como sucede en el Reino Unido (energía, transporte, carbón,
acero).
Planificación estatal para coordinar la inversión pública y privada, como actúa Francia a través del
Plan Monnet (1946-52) en sectores como el carbón, el acero, la electricidad, el petróleo y los
transportes.
Creación del organismo estatal con participación de empresas privadas, como obra Italia
mediante el Instituto para la Reconversión Industrial.
Ante la rápida recuperación económica, los Estados intentaron controlar la demanda mediante la
adopción de la política de Keynes para frenar dos desequilibrios esenciales: la inflación y el déficit
exterior
El valor de la moneda se expresaba en una cantidad fija en oro, para las transacciones exteriores, se
aceptaba su convertibilidad en oro o en otra moneda a su vez convertible en oro (patrón dólar).
Para controlar el funcionamiento del nuevo sistema de cambios fijos se creó el Fondo Monetario
Internacional, que también realizaba intervenciones de apoyo financiero a países con déficits
temporales, firma en 1947 del Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT) para derogar las
restricciones del comercio internacional, ante la dificultad de crear una organización permanente para
regular estos acuerdos, se da una entidad propia a estas conferencias o rondas del GATT.
-Ronda Kennedy (1962-65), que redujo miles de aranceles sobre manufacturas en todo el mundo y
agilizó el comercio internacional
-Ronda Uruguay (1986-94), que incluyó en la reducción arancelaria por vez primera a productos
agrícolas y servicios, en esta Ronda se decidió por fin crear una organización permanente para
regular estos acuerdos: la Organización Mundial del Comercio.
En este periodo se produce un incremento de productividad en los países capitalistas, las razones de este
incremento de la productividad son:
Rápida difusión de los avances tecnológicos, Los sectores que contemplaron un mayor
desarrollo tecnológico fueron la industria química, electrónica, del automóvil, aeroespacial y
electricidad.
Las condiciones para una rápida expansión económica vividas durante la Edad de Oro desaparecen a
principios de los años setenta. Como consecuencia, no sólo crece la inflación y el desempleo, sino la
ralentización del crecimiento cede paso a un sistema económico inestable.
Los orígenes de la ruptura del equilibrio forjado en la Edad de Oro se sitúan ya a comienzos de los años
sesenta al producirse elevaciones de los salarios y precios de materias primas por dos causas
esenciales:
Una creciente conflictividad laboral (Francia, Alemania) elevó los salarios por encima de la
productividad.
Una serie de malas cosechas a fines de los años sesenta aumentó el precio de alimentos
y materias primas.
Con estos problemas latentes, la crisis de los años setenta viene desencadenada por dos problemas
esenciales:
El alza del precio del petróleo supone un grave problema para los países capitalistas debido a su
elevada dependencia del crudo: en 1970 el petróleo ya cubría un 42% de las necesidades de energía del
mundo.
En 1960 había nacido la OPEP (Organización de países exportadores de petróleo) como reacción al cartel
formado por las siete grandes compañías internacionales extractoras que controlaban los yacimientos y
fijaban la producción y los precios.
Los países de la OPEP elevaron en 1973 el precio del barril del crudo: en pocos meses, el precio del barril
del crudo pasó de 3,5 a 11 dólares.
Con respecto al mercado interior, la elevación del precio del petróleo disparó una inflación generalizada
de los productos que no podía ser compensada por alzas salariales. Al aumentar los costes de
producción y reducirse la demanda de la población, muchas empresas quebraron y el desempleo
creció, por desgracia, cuando los efectos de la primera crisis remitían, la caída de la monarquía iraní
desencadenó una segunda crisis del petróleo en 1979, que elevó el precio del barril de 14,5 a 34 dólares.
Al haberse multiplicado por doce su precio en 1973-80, el mercado se vuelve inestable y más sujeto a
movimientos especulativos. La quiebra en 1971 del sistema monetario creado en Bretton Woods en
1944 fue el segundo factor de peso que favoreció la inflación y deterioró la economía, este sistema
quebró por dos causas.
En primer lugar, no se produjo un reajuste de las paridades de acuerdo con los distintos incrementos de
la productividad entre los países.
En segundo lugar, al basarse el sistema en el dólar y crecer muy poco las reservas mundiales de oro, la
mayor necesidad de liquidez al crecer el comercio internacional sólo podía obtenerse a costa de déficits en
la balanza de pagos de EEUU y la reducción de sus reservas de oro
Las consecuencias de la crisis del petróleo y la ruptura del sistema monetario se ven ampliadas por
causas diversas que agotan las bases del crecimiento durante la Edad de Oro.
Los sectores ocupacionales expansivos durantes los años setenta, como los servicios de
carácter privado o público, tenían menores tasas de crecimiento de la productividad que la
industria, lo que retrasó la recuperación económica.
El mayor peso de los gastos sociales dentro del gasto público ante la crisis económica y el
envejecimiento de la población generó o aumentó serios déficits.
Ante la multitud de problemas pendientes, los gobiernos decidieron abandonar el pensamiento de Keynes
y adoptar una política económica diferente, centrada en el control de la inflación y la resolución del
desequilibrio exterior, postergando el fomento del crecimiento económico y pleno empleo.
El estallido de la segunda crisis del petróleo impuso medidas monetarias y fiscales más serias frente a la
inflación (ascenso de la tasa de interés, reducción del gasto público) que reforzaron los efectos
recesivos de la crisis.
A mediados de los años ochenta, se percibe cierta recuperación al aumentar las tasas de crecimiento e
inversión, rebajarse la inflación, reducirse el desequilibrio presupuestario y eliminarse el déficit exterior, en
buena parte gracias al descenso del precio del petróleo.
Por el contrario, tras crecer hasta mediados de los ochenta, el desempleo persistió al incrementarse
la población activa como resultado de la incorporación de la mujer y sectores jóvenes muy nutridos al
mercado laboral. Con todo, EEUU, Japón y algunos países europeos obtuvieron rebajas significativas
del paro, mientras otros atravesaron mayores dificultades para su reducción, ligadas a las siguientes
causas:
El otro problema durante los años ochenta fue la persistencia de un gasto público desequilibrado.
Como solución, los gobiernos decidieron reducir el tamaño del sector público y moderar gastos en salarios de
funcionarios, inversiones y subvenciones públicas.
Se implanta una ideología neoliberal que defiende las privatizaciones de las empresas públicas y una
mayor liberalización de los mercados al flexibilizarse el mercado laboral interno y potenciarse la
orientación exportadora de las economías.
Por último, la crisis de los años setenta ha acelerado cambios estructurales ya en curso en las
economías capitalistas.
Mayor retroceso del sector agrícola (encarecimiento de las fuentes de energía, ley de Engel)
Reconversión industrial, se produce la ruina del sistema fordista, dado que la tecnología
utilizada no logra mejorar la productividad, las grandes empresas remodelan sus estructuras
productivas: se produce una desintegración vertical de las actividades económicas para lograr
una especialización flexible basada en:
-Reordenación del mapa político (modificación de las fronteras de Alemania, Polonia y la URSS, que
absorbe los países bálticos)
-Reestructuración política y económica al crearse en los territorios ocupados por la URSS regímenes
socialistas bajo el liderazgo soviético.
Este proceso se agudizará al estallar la guerra fría que divide al mundo en dos bloques (capitalista y
comunista). Este enfrentamiento se traduce en Europa oriental en:
La firma del pacto de Varsovia (1955), como alianza militar los países socialistas, en
respuesta a la creación de la OTAN.
Rechazo del Plan Marshall y creación en 1949 del COMECON (Consejo de Ayuda Mutua
Económica) como respuesta a la fundación en 1948 de la Organización Europea de Cooperación
Económica.
El Estado fue adquiriendo la propiedad de los medios de producción hasta obtenerla por completo
a principios de los años cincuenta en todos los sectores productivos (salvo en la agricultura):
un 95% de la renta nacional derivaba así del sector público.
La planificación estatal, que abarcaba múltiples aspectos de la vida económica y fijaba unos
objetivos muy detallados para cada sector.
Factor capital, crece gracias al aumento del ahorro y restringirse el consumo tanto por la
política estatal como por la escasa oferta de bienes.
No obstante, este crecimiento de la economía fue extensivo, incluyó errores de planificación y condujo a una
mala asignación de recursos durante los años cincuenta y sesenta, el énfasis se puso en la acumulación de
capital y crecimiento del empleo, no en la eficiencia de su asignación, lo que produjo la aparición de
rendimientos decrecientes.
Por desgracia, estas reformas económicas se vieron frenadas tras la represión militar ejercida por la
URSS frente a los levantamientos que estallaron en varios países de Europa oriental en demanda de una
mayor participación popular en política y un menor enfrentamiento con Occidente, como resultado de
su paralización, las tasas de crecimiento en los años sesenta fueron menores que en la década anterior.
Ultimo punto característico, el comercio exterior representó un papel menor en las economías de Europa
oriental, la estrategia estatal defendía cierta autosuficiencia económica y política que restringía el
comercio exterior.
Al acabar la Segunda Guerra Mundial la URSS impuso sanciones económicas a la RDA y otros
países de Europa Oriental que habían colaborado con la Alemania de Hitler; pero su ayuda directa a la
reconstrucción a través del Plan Molotov fue pequeña.
El predominio de la URSS se veía potenciado por su función como proveedor de materias primas y fuentes
de energía vitales para el resto de los países miembros de la COMECON.
En los años setenta, se intentó proseguir las reformas encaminadas a lograr una mayor eficiencia
económica; pero el inmovilismo político frenó muchos cambios. Se impuso así la denominada
“doctrina Breznev”: el temor a la intervención militar soviética si se exigían reformas políticas o
económicas radicales frenó las aspiraciones de muchos países como alternativa, ciertos países (Hungría,
Yugoslavia, Polonia y Rumania) intentaron importar la mayor eficiencia económica de Europa
occidental.
La balanza de pagos empeoró y la deuda exterior aumentó hasta interrumpir la llegada de inversiones
extranjeras y dificultarse la importación de maquinaria occidental y bienes esenciales, que deben
racionarse.
La Unión Soviética
En un principio, no aprovechó el alza de precios de los productos energéticos durante los años
setenta, sino de forma lenta, al mantener un precio político de ayuda a los países del Este.
A pesar de aumentar el estado las inversiones en agricultura, las explotaciones no pudieron mantener
el crecimiento y tuvo que importarse grandes cantidades de cereal en los años ochenta para alimentar
a la población.
El esfuerzo realizado en la carrera armamentista y espacial con los EEUU restó recursos para la
inversión en bienes de consumo, cuya oferta insuficiente agravaba el déficit comercial y
provocó el empeoramiento de la vivienda y los servicios públicos.
A mediados de los años ochenta, la necesidad de reformar el sistema político y económico en la URSS
permite en 1985 la llegada de Gorbachov al poder.
Su estrategia para la reestructuración (perestroika) era aumentar la inversión para mejorar la
tecnología industrial, aumentar la eficiencia productiva y calidad de los bienes, eliminar las importaciones y
crear un sector exportador de bienes de consumo.
Para lograr estos objetivos, se colocó a tecnócratas al frente de industrias clave (petróleo, hierro, acero) y se
intentó frenar la corrupción de la burocracia, malversación de fondos públicos y desarrollo de la
economía sumergida.
Pese a todos los esfuerzos, las medidas reformistas no lograron reactivar la economía y el deterioro
del nivel de vida hasta padecerse escasez a fines de los ochenta provocó la caída de la URSS y los países
socialistas.
El malestar por el deterioro del nivel de vida se traduce en el estallido de conflictos sociales
(huelgas) y movimientos nacionalistas (países bálticos).
Esta transición se ha revelado traumática, como se refleja en la fuerte contracción del PIB a
principios de los años noventa en los antiguos países socialistas.
Ha supuesto dotarse de un nuevo marco político, legislativo e institucional acorde con una economía
de mercado, que ha impuesto el cese de la planificación estatal y un proceso de privatización de
empresas públicas. Estos países han abierto sus economías al exterior mediante el libre flujo de bienes y
servicios, personas y capitales.
Este proceso se ha plasmado en la integración en la Unión Europea de los países bálticos y de Europa
central en 2003 y la de Rumania y Bulgaria prevista para 2007, ha incluido procesos de secesión
(Checoslovaquia, Yugoslavia) o de reunificación política (Alemania).
Entre los mejor situados, sobresale Polonia y en menor medida Chequia, Eslovaquia y Hungria.
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