Residuos Orgánicos
Residuos Orgánicos
Residuos Orgánicos
descompuestos o degradados por la acción natural de organismos como lombrices, hongos y bacterias. Son los
restos de seres vivos, por ejemplo, cáscaras de frutas y verduras, cáscaras de huevo, restos de pasto y hojas de los
jardines, aserrín, entre otros. En los residuos sólidos urbanos de origen vegetal sus principales componentes
corresponden al almidón y la celulosa contenidos en productos tales como papa, naranja, mango y desechos
relacionados. Estos componentes constituyen la materia prima necesaria para diferentes procesos de
biodegradación. Naturalmente, la descomposición de los residuos orgánicos es parte de los ciclos biogeoquímicos.
Recordemos que la materia viviente está compuesta por los bioelementos C, H, O, N, P, S y otros, biomoléculas como
los carbohidratos (por ejemplo, la celulosa, el almidón, etc.), lípidos (grasas), proteínas, entre otras.
El carbono que se halla en el aire procede de la respiración o combustión. Está combinado con el oxígeno y forma
dióxido de carbono (CO2 ) o bicarbonato que, mediante la fotosíntesis, las plantas, las bacterias y las algas
convierten en moléculas orgánicas como la glucosa (C6H12O6 ), polisacáridos, entre otras. Estas moléculas pasan por
las redes alimenticias a través de los seres vivos, y la respiración celular nuevamente las convierten a CO2, que va a
la atmósfera.
Una alternativa para el reciclaje de los residuos orgánicos es el compostaje, un proceso biológico aerobio, es decir,
que se da en presencia de oxígeno, por el que los microorganismos actúan sobre los residuos biodegradables,
transformándolos en un material llamado compost, que sirve de abono para los suelos de cultivo.
los factores ambientales que intervienen en la biodegradación de los residuos orgánicos, es decir, los parámetros
que afectan el crecimiento y la reproducción de los microorganismos (bacterias y hongos) que realizan la
descomposición.
Oxígeno y aireación El oxígeno ingresa al material al voltear la mezcla con regularidad. Los organismos requieren
entre 5 y 15 % de oxígeno. La aireación adecuada permite la respiración de los microorganismos, liberando a su vez
dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera. Evita que el material se encharque por poca aireación o que se compacte
por exceso de aireación.
Temperatura El compostaje inicia a temperatura ambiente y puede subir hasta los 65 °C naturalmente, para llegar
nuevamente durante la fase de maduración a una temperatura ambiente. Es deseable que la temperatura no
decaiga demasiado rápido, ya que, a mayor temperatura y tiempo, mayor es la velocidad de descomposición y
mayor higienización.
Humedad La humedad deseada está entre 45 y 60 %, puesto que, si es menor, las bacterias disminuirán su labor, y si
es demasiado alta, el agua tapará los poros, haciendo que disminuya la descomposición y que se produzcan olores
desagradables.
El pH varía en cada fase del proceso (desde 4,5 hasta 8,5). En los primeros estadios, el pH se acidifica por la
formación de ácidos orgánicos. Luego, el pH sube y se alcaliniza el medio, y finalmente se estabiliza en pH casi neutro
(pH cerca de 7,0). La mayor actividad de las bacterias es a pH 6,0- 7,5, mientras que la mayor actividad de los hongos
es a pH 5,5-8,0.
Relación C: N Varía en función del material de partida y se calcula al dividir el contenido de C (%C total) entre el
contenido de N total (%N total) de los materiales a compostar. Esta relación también varía a lo largo del proceso,
siendo una reducción continua, desde 35:1 hasta 15:1.
Las transformaciones o cambios químicos de los residuos orgánicos en el proceso de compostaje son efectuados por
las bacterias y hongos descomponedores que, en presencia de oxígeno, realizan su metabolismo aprovechando el
nitrógeno (N) y el carbono (C) presentes para producir su propia biomasa. En este proceso, las reacciones químicas
generan calor y un sustrato sólido, con menos C y N pero más estable, que es llamado compost. Con la adecuada
humedad y temperatura se asegura una transformación higiénica de los restos orgánicos en un material homogéneo
y asimilable por las plantas.
Fase mesófila. Dura de 2 a 8 días. Los residuos inician su proceso de compostaje a temperatura ambiente, y en pocos
días (e incluso en horas), la temperatura aumenta hasta los 45 °C debido a la actividad de los microbios que utilizan
las fuentes sencillas de C y N, generando calor. La descomposición de compuestos solubles, como los azúcares,
produce ácidos orgánicos y, por lo tanto, el pH puede disminuir hasta cerca de 4,0 (ácido).
Fase termófila o de higienización. Dura desde unos días hasta meses, según las condiciones climáticas, el lugar, entre
otros factores. El material alcanza temperaturas mayores a los 45 °C, entonces los microorganismos mesófilos (que
se desarrollan a temperaturas medias) son reemplazados por aquellos que viven a mayor temperatura, en su
mayoría bacterias termófilas que actúan facilitando la degradación de fuentes más complejas de C, como la celulosa
y la lignina. Ellas actúan transformando el nitrógeno en amoníaco, por lo que el pH del material sube. A partir de 60
°C aparecen otras bacterias encargadas de descomponer las ceras, hemicelulosas (que junto a la celulosa se hallan
en las paredes celulares vegetales) y otros compuestos de C complejos. El calor generado destruye bacterias
patógenas como la Escherichia coli y la Salmonella spp. A más de 55 °C se eliminan los quistes y huevos de helmintos
y esporas de hongos que atacan a las plantas. Entonces, el material resulta higienizado.
Fase de enfriamiento o mesófila II. Dura de 2 a 5 semanas. Agotadas las fuentes de carbono y, en especial, el
nitrógeno en el material en compostaje, la temperatura desciende nuevamente hasta los 40-45 °C. Continúa la
degradación de polímeros como la celulosa y aparecen algunos hongos visibles a simple vista. Al bajar de 40 °C, los
organismos mesófilos reinician su actividad y el pH del medio desciende levemente, aunque en general el pH se
mantiene ligeramente alcalino.
Fase de enfriamiento o mesófila II. Dura de 3 a 6 meses. El material se encuentra a temperatura ambiente. Entonces,
se producen reacciones secundarias de condensación y polimerización de compuestos carbonados para la formación
de ácidos húmicos que son muy nutritivos para las plantas.