5to Evaluación Diagnostica

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Evaluación diagnostica: Área comunicación y lenguajes

Nombre: ………………………………….Curso:……………………………..Fecha:
……….

A. Leer y comprender el siguiente texto, para responder correctamente


las preguntas planteadas

EL CORAZON DELATOR

¡Es cierto! Siempre he sido nervioso, muy nervioso, terriblemente nervioso. ¿Pero por qué afirman
ustedes que estoy loco? La enfermedad había agudizado mis sentidos, en vez de destruirlos o embotarlos.
Y mi oído era el más agudo de todos. Oía todo lo que puede oírse en la tierra y en el cielo. Muchas cosas
oí en el infierno. ¿Cómo puedo estar loco, entonces? Escuchen... y observen con cuánta cordura, con
cuánta tranquilidad les cuento mi historia. 15 Me es imposible decir cómo aquella idea me entró en la
cabeza por primera vez; pero, una vez concebida, me acosó noche y día. Yo no perseguía ningún
propósito. Ni tampoco estaba colérico. Quería mucho al viejo. Jamás me había hecho nada malo. Jamás
me insultó. Su dinero no me interesaba. Me parece que fue su ojo. ¡Sí, eso fue! Tenía un ojo semejante al
de un buitre... Un ojo celeste, y velado por una tela. Cada vez que lo clavaba en mí se me helaba la
sangre. Y así, poco a poco, muy gradualmente, me fui decidiendo a matar al viejo y librarme de aquel ojo
para siempre. Presten atención ahora. Ustedes me toman por loco. Pero los locos no saben nada.

En cambio... ¡Si hubieran podido verme! ¡Si hubieran podido ver con qué habilidad procedí! ¡Con qué
cuidado... con qué previsión... con qué disimulo me puse a la obra! Jamás fui más amable con el viejo
que la semana antes de matarlo. Todas las noches, hacia las doce, hacía yo girar el picaporte de su puerta
y la abría... ¡oh, tan suavemente! Y entonces, cuando la abertura era lo bastante grande para pasar la
cabeza, levantaba una linterna sorda, cerrada, completamente cerrada, de manera que no se viera ninguna
luz, y tras ella pasaba la cabeza. ¡Oh, ustedes se hubieran reído al ver cuán astutamente pasaba la cabeza!
La movía lentamente... muy, muy lentamente, a fin de no perturbar el sueño del viejo. Me llevaba una
hora entera introducir completamente la cabeza por la abertura de la puerta, hasta verlo tendido en su
cama. ¿Eh? ¿Es que un loco hubiera sido tan prudente como yo? Y entonces, cuando ten ía la cabeza
completamente dentro del cuarto, abría la linterna cautelosamente... ¡oh, tan cautelosamente! Sí,
cautelosamente iba abriendo la linterna (pues crujían las bisagras), la iba abriendo lo suficiente para que
un solo rayo de luz cayera sobre el ojo de buitre. Y esto lo hice durante siete largas noches... cada noche,
a las doce... pero siempre encontré el ojo cerrado, y por eso me era imposible cumplir mi obra, porque no
era el viejo quien me irritaba, sino el mal de ojo. Y por la mañana, apenas iniciado el día, entraba sin
miedo en su habitación y le hablaba resueltamente, llamándolo por su nombre con voz cordial y
preguntándole cómo había pasado la noche. Ya ven ustedes que tendría que haber sido un viejo muy
astuto para sospechar que todas las noches, justamente a las doce, iba yo a mirarlo mientras dorm ía. Al
llegar la octava noche, procedí con mayor cautela que de costumbre al abrir la puerta. El minutero de un
reloj se mueve con más rapidez de lo que se movía mi mano. Jamás, antes de aquella noche, había sentido
el alcance de mis facultades, de mi sagacidad. Apenas lograba contener mi impresión de triunfo. ¡Pensar
que estaba ahí, abriendo poco a poco la puerta, y que él ni siquiera soñaba con mis secretas intenciones o
pensamientos! Me reí entre dientes ante esta idea, y quizá me oyó, porque lo sentí moverse
repentinamente en la cama, como si se sobresaltara. Ustedes pensarán que me eché hacia atrás... pero no.
Su cuarto estaba tan negro como la pez, ya que el viejo cerraba completamente las persianas por miedo a
los ladrones; yo sabía que le era imposible distinguir la abertura de la puerta, y seguí empujando
suavemente, suavemente. Había ya pasado la cabeza y me disponía a abrir la linterna, cuando mi pulgar
resbaló en el cierre metálico y el viejo se enderezó en el lecho, gritando: -¿Quién está ahí? Permanecí
inmóvil, sin decir palabra. Durante una hora entera no moví un solo músculo, y en todo ese tiempo no oí
que volviera a tenderse en la cama. Seguía sentado, escuchando... tal como yo lo había hecho, noche tras
noche, mientras escuchaba en la pared los taladros cuyo sonido anuncia la muerte.

1. El texto anterior, es:


a) Narración
b) Teatro
c) Poesía
d) autobiografía
e) ensayo
SUSTENTE LA RESPUESTA:……………………………………………………………………………….
2. ¿Cuál es el tema central del texto?
3. Describe las características propias del personaje
4. Organizar en el siguiente recuadro, las palabras oracionales empleadas en
el texto.
ARTICULO SUSTANTIVO PRONOMBRE VERBO ADJETIVO CONJUNCION PREPOSICION ADVERBIO INTERJECCIÓN
ustedes morir nervioso

la
5. Crear una historia en tercera persona, distinta o similar, a partir de los
personajes del texto leído. Se sugiere emplear sinónimos, antónimos y
parónimos.

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