El Corazón Delator GUÍA2
El Corazón Delator GUÍA2
El Corazón Delator GUÍA2
Cada vez
Lenguaje y Comunicación
que lo clavaba en mí se me helaba la sangre. Y así, poco a poco, muy gradualmente, me
Prof: Verónica Fuentes Parra
Claudia Vargas Bravo fui decidiendo a matar al viejo y librarme de aquel ojo para siempre.
Nombre: ____________________________________Curso: _______ Fecha: ____/_____/______ Presten atención ahora. Ustedes me toman por loco. Pero los locos no saben nada. En
cambio… ¡Si hubieran podido verme! ¡Si hubieran podido ver con qué habilidad
procedí! ¡Con qué cuidado… con qué previsión… con qué disimulo me puse a la obra!
Jamás fui más amable con el viejo que la semana antes de matarlo. Todas las noches,
En esta guía aprenderás a:
hacia las doce, hacía yo girar el picaporte de su puerta y la abría… ¡oh, tan suavemente!
Identificar el tipo de narrador y de personajes presentes Y entonces, cuando la abertura era lo bastante grande para pasar la cabeza, levantaba
en el cuento. una linterna sorda, cerrada, completamente cerrada, de manera que no se viera
Aplicar las técnicas de comprensión lectora asociadas a ninguna luz, y tras ella pasaba la cabeza. ¡Oh, ustedes se hubieran reído al ver cuán
las 5 preguntas para interrogar un texto. astutamente pasaba la cabeza! La movía lentamente… muy, muy lentamente, a fin de
Aumentar tu vocabulario con las palabras subrayadas en no perturbar el sueño del viejo. Me llevaba una hora entera introducir completamente
el texto a través de vocabulario contextual. la cabeza por la abertura de la puerta, hasta verlo tendido en su cama. ¿Eh? ¿Es que un
loco hubiera sido tan prudente como yo? Y entonces, cuando tenía la cabeza
El corazón delator completamente dentro del cuarto, abría la linterna cautelosamente… ¡oh, tan
Edgar Allan Poe cautelosamente! Sí, cautelosamente iba abriendo la linterna (pues crujían las bisagras),
la iba abriendo lo suficiente para que un solo rayo de luz cayera sobre el ojo de buitre. Y
¡Es cierto! Siempre he sido nervioso, muy esto lo hice durante siete largas noches… cada noche, a las doce… pero siempre
nervioso, terriblemente nervioso. ¿Pero por encontré el ojo cerrado, y por eso me era imposible cumplir mi obra, porque no era el
qué afirman ustedes que estoy loco? La viejo quien me irritaba, sino el mal de ojo. Y por la mañana, apenas iniciado el día,
enfermedad había agudizado mis sentidos, en entraba sin miedo en su habitación y le hablaba resueltamente, llamándolo por su
vez de destruirlos o embotarlos. Y mi oído era nombre con voz cordial y preguntándole cómo había pasado la noche. Ya ven ustedes
el más agudo de todos. Oía todo lo que puede que tendría que haber sido un viejo muy astuto para sospechar que todas las noches,
oírse en la tierra y en el cielo. Muchas cosas oí justamente a las doce, iba yo a mirarlo mientras dormía.
en el infierno. ¿Cómo puedo estar loco,
Al llegar la octava noche, procedí con mayor cautela que
entonces? Escuchen… y observen con cuánta cordura, con cuánta tranquilidad les
de costumbre al abrir la puerta. El minutero de un reloj
cuento mi historia.
se mueve con más rapidez de lo que se movía mi mano.
Me es imposible decir cómo aquella idea me entró en la cabeza por primera vez; pero, Jamás, antes de aquella noche, había sentido el alcance
una vez concebida, me acosó noche y día. Yo no perseguía ningún propósito. Ni de mis facultades, de mi sagacidad. Apenas lograba
tampoco estaba colérico. Quería mucho al viejo. Jamás me había hecho nada malo. contener mi impresión de triunfo. ¡Pensar que estaba
Jamás me insultó. Su dinero no me interesaba. Me parece que fue su ojo. ¡Sí, eso fue! ahí, abriendo poco a poco la puerta, y que él ni siquiera
soñaba con mis secretas intenciones o pensamientos! Me reí entre dientes ante esta Así lo hice -no pueden imaginarse ustedes con qué
idea, y quizá me oyó, porque lo sentí moverse repentinamente en la cama, como si se cuidado, con qué inmenso cuidado-, hasta que un fino
sobresaltara. Ustedes pensarán que me eché hacia atrás… pero no. Su cuarto estaba rayo de luz, semejante al hilo de la araña, brotó de la
tan negro como el pez, ya que el viejo cerraba completamente las persianas por miedo ranura y cayó de lleno sobre el ojo de buitre.
a los ladrones; yo sabía que le era imposible distinguir la abertura de la puerta, y seguí
Estaba abierto, abierto de par en par… y yo empecé a
empujando suavemente, suavemente.
enfurecerme mientras lo miraba. Lo vi con toda
Había ya pasado la cabeza y me disponía a abrir la linterna, cuando mi pulgar resbaló en claridad, de un azul apagado y con aquella horrible tela
el cierre metálico y el viejo se enderezó en el lecho, gritando: que me helaba hasta el tuétano. Pero no podía ver nada
de la cara o del cuerpo del viejo, pues, como movido por un instinto, había orientado el
- ¿Quién está ahí?
haz de luz exactamente hacia el punto maldito.
Permanecí inmóvil, sin decir palabra. Durante una hora entera no moví un solo
¿No les he dicho ya que lo que toman erradamente por locura es sólo una excesiva
músculo, y en todo ese tiempo no oí que volviera a tenderse en la cama. Seguía
agudeza de los sentidos? En aquel momento llegó a mis oídos un resonar apagado y
sentado, escuchando… tal como yo lo había hecho, noche tras noche, mientras
presuroso, como el que podría hacer un reloj envuelto en algodón. Aquel sonido
escuchaba en la pared los taladros cuyo sonido anuncia la muerte.
también me era familiar. Era el latir del corazón del viejo. Aumentó aún más mi furia, tal
Oí de pronto un leve quejido, y supe que era el quejido que nace del terror. No como el redoblar de un tambor estimula el coraje de un soldado.
expresaba dolor o pena… ¡oh, no! Era el ahogado sonido que brota del fondo del alma
Pero, incluso entonces, me contuve y seguí callado. Apenas si respiraba. Sostenía la
cuando el espanto la sobrecoge. Bien conocía yo ese sonido. Muchas noches,
linterna de modo que no se moviera, tratando de mantener con toda la firmeza posible
justamente a las doce, cuando el mundo entero dormía, surgió de mi pecho,
el haz de luz sobre el ojo. Entretanto, el infernal latir del corazón iba en aumento. Se
ahondando con su espantoso eco los terrores que me enloquecían. Repito que lo
hacía cada vez más rápido, cada vez más fuerte, momento a momento. El espanto del
conocía bien. Comprendí lo que estaba sintiendo el viejo y le tuve lástima, aunque me
viejo tenía que ser terrible. ¡Cada vez más fuerte, más fuerte! ¿Me siguen ustedes con
reía en el fondo de mi corazón. Comprendí que había estado despierto desde el primer
atención? Les he dicho que soy nervioso. Sí, lo soy. Y ahora, a medianoche, en el
leve ruido, cuando se movió en la cama. Había tratado de decirse que aquel ruido no
terrible silencio de aquella antigua casa, un resonar tan extraño como aquél me llenó
era nada, pero sin conseguirlo. Pensaba: “No es más que el viento en la chimenea… o
de un horror incontrolable. Sin embargo, me contuve todavía algunos minutos y
un grillo que chirrió una sola vez”. Sí, había tratado de darse ánimo con esas
permanecí inmóvil. ¡Pero el latido crecía cada vez más fuerte, más fuerte! Me pareció
suposiciones, pero todo era en vano. Todo era en vano, porque la Muerte se había
que aquel corazón iba a estallar. Y una nueva ansiedad se apoderó de mí… ¡Algún
aproximado a él, deslizándose furtiva, y envolvía a su víctima. Y la fúnebre influencia de
vecino podía escuchar aquel sonido! ¡La hora del viejo había sonado! Lanzando un
aquella sombra imperceptible era la que lo movía a sentir -aunque no podía verla ni
alarido, abrí del todo la linterna y me precipité en la habitación. El viejo clamó una vez…
oírla-, a sentir la presencia de mi cabeza dentro de la habitación.
nada más que una vez. Me bastó un segundo para arrojarlo al suelo y echarle encima el
Después de haber esperado largo tiempo, con toda paciencia, sin oír que volviera a pesado colchón. Sonreí alegremente al ver lo fácil que me había resultado todo. Pero,
acostarse, resolví abrir una pequeña, una pequeñísima ranura en la linterna. durante varios minutos, el corazón siguió latiendo con un sonido ahogado. Claro que no
me preocupaba, pues nadie podría escucharlo a través de las paredes. Cesó, por fin, de
latir. El viejo había muerto. Levanté el colchón y examiné triunfo, colocaba mi silla en el exacto punto bajo el cual reposaba el cadáver de mi
el cadáver. Sí, estaba muerto, completamente muerto. víctima.
Apoyé la mano sobre el corazón y la mantuve así largo
Los oficiales se sentían satisfechos. Mis modales los habían convencido. Por mi parte,
tiempo. No se sentía el menor latido. El viejo estaba bien
me hallaba perfectamente cómodo. Sentáronse y hablaron de cosas comunes, mientras
muerto. Su ojo no volvería a molestarme.
yo les contestaba con animación. Mas, al cabo de un rato, empecé a notar que me
Si ustedes continúan tomándome por loco dejarán de ponía pálido y deseé que se marcharan. Me dolía la cabeza y creía percibir un zumbido
hacerlo cuando les describa las astutas precauciones que en los oídos; pero los policías continuaban sentados y charlando. El zumbido se hizo
adopté para esconder el cadáver. La noche avanzaba, más intenso; seguía resonando y era cada vez más intenso. Hablé en voz muy alta para
mientras yo cumplía mi trabajo con rapidez, pero en silencio. Ante todo, descuarticé el librarme de esa sensación, pero continuaba lo mismo y se iba haciendo cada vez más
cadáver. Le corté la cabeza, brazos y piernas. clara… hasta que, al fin, me di cuenta de que aquel sonido no se producía dentro de mis
oídos.
Levanté luego tres planchas del piso de la habitación y escondí los restos en el hueco.
Volví a colocar los tablones con tanta habilidad que ningún ojo humano -ni siquiera el Sin duda, debí de ponerme muy pálido, pero seguí hablando con creciente soltura y
suyo- hubiera podido advertir la menor diferencia. No había nada que lavar… ninguna levantando mucho la voz. Empero, el sonido aumentaba… ¿y que podía hacer yo? Era
mancha… ningún rastro de sangre. Yo era demasiado precavido para eso. Una cuba un resonar apagado y presuroso…, un sonido como el que podría hacer un reloj
había recogido todo… ¡ja, ja! envuelto en algodón. Yo jadeaba, tratando de recobrar el aliento, y, sin embargo, los
policías no habían oído nada. Hablé con mayor rapidez, con vehemencia, pero el sonido
Cuando hube terminado mi tarea eran las cuatro de la madrugada, pero seguía tan
crecía continuamente. Me puse en pie y discutí sobre insignificancias en voz muy alta y
oscuro como a medianoche. En momentos en que se oían las campanadas de la hora,
con violentas gesticulaciones; pero el sonido crecía continuamente. ¿Por qué no se
golpearon a la puerta de la calle. Acudí a abrir con toda tranquilidad, pues ¿qué podía
iban? Anduve de un lado a otro, a grandes pasos, como si las observaciones de aquellos
temer ahora?
hombres me enfurecieran; pero el sonido crecía continuamente. ¡Oh, Dios! ¿Qué podía
Hallé a tres caballeros, que se presentaron muy civilmente como oficiales de policía. hacer yo? Lancé espumarajos de rabia… maldije… juré… Balanceando la silla sobre la
Durante la noche, un vecino había escuchado un alarido, por lo cual se sospechaba la cual me había sentado, raspé con ella las tablas del piso, pero el sonido sobrepujaba
posibilidad de algún atentado. Al recibir este informe en el puesto de policía, habían todos los otros y crecía sin cesar. ¡Más alto… más alto… más alto! Y entretanto los
comisionado a los tres agentes para que registraran el lugar. hombres seguían charlando plácidamente y sonriendo. ¿Era posible que no oyeran?
¡Santo Dios! ¡No, no! ¡Claro que oían y que sospechaban! ¡Sabían… y se estaban
Sonreí, pues… ¿qué tenía que temer? Di la bienvenida a los oficiales y les expliqué que burlando de mi horror! ¡Sí, así lo pensé y así lo pienso hoy! ¡Pero cualquier cosa era
yo había lanzado aquel grito durante una pesadilla. Les hice saber que el viejo se había preferible a aquella agonía! ¡Cualquier cosa sería más tolerable que aquel escarnio! ¡No
ausentado a la campaña. Llevé a los visitantes a recorrer la casa y los invité a que podía soportar más tiempo sus sonrisas hipócritas! ¡Sentí que tenía que gritar o morir, y
revisaran, a que revisaran bien. Finalmente, acabé conduciéndolos a la habitación del entonces… otra vez… escuchen… más fuerte… más fuerte… más fuerte… más fuerte!
muerto. Les mostré sus caudales intactos y cómo cada cosa se hallaba en su lugar. En el
entusiasmo de mis confidencias traje sillas a la habitación y pedí a los tres caballeros -¡Basta ya de fingir, malvados! -aullé-. ¡Confieso que lo maté! ¡Levanten esos tablones!
que descansaran allí de su fatiga, mientras yo mismo, con la audacia de mi perfecto ¡Ahí… ahí!¡Donde está latiendo su horrible corazón!
Responde las siguientes preguntas de alternativas, encerrando la 4.¿Qué precaución tomaba el protagonista cada noche antes de entrar en la
respuesta que consideres correcta. habitación del viejo?
A) Por su dinero 7.¿Qué hizo el protagonista con los restos del cadáver del viejo después de
B) Por venganza matarlo?
C) Porque le había hecho daño
A) Los arrojó por la ventana
D) Por el ojo del viejo
B) Los enterró en el jardín
C) Los escondió bajo el piso de la habitación
D) Los quemó en la chimenea
12. ¿Cómo influye la descripción detallada de los sentidos agudizados del protagonista
en la atmósfera de tensión y paranoia que se crea a lo largo del relato?
8. ¿Cómo reaccionaron los oficiales al zumbido que el protagonista
escuchaba en la habitación? _____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
A) No lo escucharon _____________________________________________________________________
B) Se burlaron de él __
C) Le pidieron que revisara la casa
D) Llamaron a refuerzos 13. ¿Qué revela la reacción de los oficiales de policía ante el zumbido que el
protagonista escucha en la habitación sobre su percepción de la situación y su
9.¿Qué llevó al protagonista a confesar el crimen frente a los oficiales de actitud hacia él?
policía? _____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
A) El miedo a ser descubierto
_____________________________________________________________________
B) La presión del zumbido en su cabeza
__
C) La bondad de los oficiales
D) La necesidad de liberarse de la culpa 14. ¿Qué tipo de narrador predomina en este cuento? Justifica tu respuesta
_____________________________________________________________________
10.¿Qué tipo de personaje es el viejo? _____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
A) Principal.
B) Secundario 15. ¿Crees que las acciones del protagonista de "¿El corazón delator” son
C) Incidental justificables en algún sentido, o consideras que son completamente condenables?
D) Colectivo ¿Por qué?
_____________________________________________________________________
Responde las siguientes preguntas de desarrollo:
_____________________________________________________________________
11. ¿Qué aspecto del comportamiento del protagonista revela su habilidad para planificar
y ejecutar su crimen de manera tan detallista?
¡BUEN TRABAJO!
_____________________________________________________________________
Recordemos lo que
_____________________________________________________________________
aprendimos hoy….
_____________________________________________________________________
__
Clave de respuestas:
1. D) Oído y gusto
2. C) Se asemejaba al de un buitre
3. D) Por el ojo del viejo
4. D) Abrir una linterna sin hacer ruido
5. A) Latido del corazón
6. C) Abrir la linterna
7. C) Los escondió bajo el piso de la habitación
8. A) Fue un sueño del protagonista
9. A) No lo escucharon
10. B) La presión del zumbido en su cabeza