Historia de La Prueba Pericial
Historia de La Prueba Pericial
Historia de La Prueba Pericial
Roma crea el derecho romano entendiendo que el derecho debía ser igual
para todos –al mismo tiempo que aplicable y entendido por todos-. Con anterioridad
ya otros países o razas tenían derecho escrito, por ejemplo Babilonia y el pueblo
hebreo; pero no alcanzaron a ser como el derecho romano que llegó a trasladarse al
derecho positivo actual.
En ese momento los jefes militares o los jueces que los reemplazaban,
comienzan a llamar a los que conocen determinadas materias, es decir, a los peritos.
El primer perito que aparece es el que en la actualidad conocemos como
agrimensor, que era quien medía el valor de las tierras. Pero a éste se sumó el perito
hortelano que al ese valor sumaba el valor de producción de la tierra y lo que
correspondía pagar de impuestos ya que no debía pagarse lo mismo por una tierra
árida que por una fértil.
En esa época, como ya se dijo, eran muy pocos los que sabían leer y escribir,
y por lo tanto eran pocos los problemas que podían presentarse para determinar la
autoría de documentos. Pero cuando las ciudades empiezan a crecer en número de
habitantes, también se multiplican su problemas. Cuando la escritura comienza a
hacerse más popular, el obispo ya no da abasto con todos los problemas que se
presentan en materia de escrituras y entonces aparecen los alcaldes, porque eran
los depositarios de la fe pública. A medida que la escritura evoluciona llegan a cubrir
esa función los escribanos, notarios y maestros.
Este criterio es sostenido también por nuestro código procesal, por eso el
perito tiene que estar capacitado en la ciencia, arte, técnica o profesión para la cual
es llamado para asesorar al juez y debe basarse en la objetividad.