Rafaela Herrera
Rafaela Herrera
Rafaela Herrera
ACTO DE HEROÍSMO:
Para los ingleses y las otras potencias europeas Nicaragua presentaba las características
idóneas para la construcción del canal interoceánico; la expedición que atacó al Castillo,
fue enviada por el Gobernador Inglés William Henry Littleton, dicho ataque tiene su punto
de partida en el Río San Juan en el momento en que el comandante Herrera sufría una grave
enfermedad y se debatía en la muerte.
Según las fuentes, en el lecho de muerte de su padre, Rafaela hace juramento de defender la
fortaleza, aunque le cueste la vida. Tras la muerte, toma el control Don Juan Aguilar y
Santa Cruz nombrada en dicho cargo. Los ingleses, al enterarse que la fortaleza había
perdido a su comandante, mandaron a pedir la llave del castillo, con la promesa de "no
hacerle daño a nadie". El teniente contestó que no podía entregarlas y que resistiría cuantos
ataques intentasen.
El 29 de julio de 1762, los ingleses estaban ubicados frente al castillo. Tras oírse a las 4 de
la mañana “un tiro de pedrero, río abajo”, se presentó el enemigo. A las once del día
aparecieron siete grandes piraguas que, disparando nueve tiros de pedreros, desembarcaron
algunas tropas en la orilla sur del río. Por lo que a las tres de la tarde, la hija del difunto
comandante, con el permiso del nuevo, disparó un certero cañonazo dispersando al
enemigo, que da muerte al comandante de la guarnición inglesa, el ataque de la joven les
había causado muchos daños hasta el punto que según testigos del barco donde venían los
altos oficiales, después del impacto del cañón, casi ninguno estaba vivo y los demás
terminaron muy mal heridos como para seguir luchando.
El 30 los invasores, no sin retirarse alguna distancia por nuevos cañonazos del Castillo,
pidieron parlamentar y el 31 se rompieron los fuegos. El 1° de agosto, “se siguió en el
fuego con el mismo ardor que en el antecedente y por la noche no dexó de ser bastante vivo
de una y otra parte”. El 2 cesó la artillería de ambas partes y el 3 los ingleses y aliados
abandonaron sus posiciones, retirándose.
Dado a la magnitud de éste acto heroico algunos historiadores como Gámez intentaron
exaltar aún más a la joven inventándose que esta habría dispuesto una especie de “fuego
griego” al impregnar sabanas de alcohol que navegarían río abajo, y supuestamente habrían
sido deslizadas en dirección hacia la guarnición inglés.
El ataque a fuego cruzado, se mantuvo por varios días, la victoria de la guarnición exalto el
heroísmo de la joven.
VIDA POSTERIOR:
Después de su acto heroico, Rafaela contrajo matrimonio con el ciudadano granadino don
Pablo Mora con quien procreó cinco hijos. Enviudó y la familia vivió en la pobreza en un
vecindario pobre de la ciudad de Granada hasta 1781.
El 11 de noviembre de 1781 el rey Carlos III de España firmó un decreto real por medio del
cual se oficializó la concesión de una pensión vitalicia por su heroica acción:[]
"El Rey: por cuanto he sido informado del distinguido valor y fidelidad con que vos, doña Rafaela
Herrera y Udiarte, viuda que al presente sois defendisteis el Castillo de la Purísima Concepción de
Nicaragua en el Río San Juan, consiguiendo a pesar de las superiores fuerzas del enemigo, hacerle
levantar el sitio, y ponerse en vergonzosa fuga, pues superando la debilidad de vuestro sexo,
subisteis al caballero de la fortaleza, y disparando la artillería por vuestra mano matasteis con el
tercer tiro al comandante inglés en su misma tienda: realzando la acción a la corta edad de
diecinueve años que contabais, no tener castellano el Castillo, ni comandante ni otra guarnición que
la de mulatos y negros, que habían resuelto entregarse cobardemente, con la fortaleza a que os
opusisteis con el mayor esfuerzo; en consideración, pues, a tan señalado servicio, he decidido que
gocéis de pensión vitalicia... Yo, el Rey".[]