Almas Unidas

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Almas Unidas

Posted originally on the Archive of Our Own at http://archiveofourown.org/works/46949935.

Rating: Not Rated


Archive Warning: Graphic Depictions Of Violence, Major Character Death
Category: F/M
Fandom: Undertale (Video Game)
Relationship: Flowey/Reader
Character: Flowey (Undertale), Asriel Dreemurr, Chara (Undertale), Frisk
(Undertale), Asgore Dreemurr, Toriel (Undertale), Dreemurr Family
(Undertale), Sans (Undertale), Papyrus (Undertale), W. D. Gaster,
Undyne (Undertale), Alphys (Undertale), Mettaton (Undertale),
Napstablook (Undertale)
Additional Tags: Blood and Violence, Violence, Falling In Love, Love Confessions, Love,
Developing Friendships, Friendship/Love, Undertale Saves and Resets,
Flowey Remembers Resets (Undertale), Tsundere Flowey (Undertale),
Flowey (Undertale) Being an Asshole, Cute Flowey (Undertale), OC,
Other charaters - Freeform
Language: Español
Stats: Published: 2023-05-04 Words: 53,702 Chapters: 35/100

Almas Unidas
by OmegaAlfa

Summary

Tú eras una joven chica de un colgante de 7 piedras sin color. Yo era una simple flor,
bastante observadora, sin que tú te dieras cuenta de que yo existía.

Me acuerdo bien el momento en el que salí de la superficie, seguía siendo la misma flor,
todos creían que estaría muerto pero no fue así del todo, simplemente tuve suerte.

Sería gracias a ti que se darían cuenta de que aún tenía vida y que iba ser la misma flor que
iba a molestar a todos y que ellos estarían hartos de mí, en específico uno de esos estúpidos
esqueletos de sudadera azul y de actitud cansada, pero solo era una tapadera.

Cuando el tiempo transcurría decidí vigilarte, quise saber de ti y a tus amigos. Conseguido
esto, la rutina se haría, con algunas pocas sorpresas, en la que presté más atención en tu
persona.

Ese cabello característico de ti, esos ojos destacables, tu piel, tu vestimenta, pero lo que más
destacaba, sin duda, era ese collar nuevo, porque me recordaba a lo que una vez tuve, fui
inmortal y un simple niñato me lo quitó todo.

Todo era aburrido solamente quería que un día me marchitara, pues solo era flor que existe
y se muere una vez que el invierno llega.

Pero el milagro llegó, cuando llegaste tú.


Notes

━ : Todos los derechos reservados. Los personajes y el mundo de


UNDERTALE, no es mío, pertenece al queridísimo Toby Fox, a excepción de los
personajes Ursula Dandrina, Carlos, Carol, Zen, Cristian, Maria y Elena.

━ : Esta historia contiene escenas turbias, violentas, asesinatos, escenas


explicitas de lucha y lenguaje soez. Leer bajo vuestra propia responsabilidad. Aceptaré
criticas, pero si con una intención de dañar a la autora o con tal de crear un mal ambiente
durante la lectura, el comentario será denunciado y borrado.

━ : Si no os conocéis la historia de Undertale, os aviso que contendrá


spoilers, menciones y teorías de este videojuego.

See the end of the work for more notes


Chapter 1

— Ursula Dandrina.

— ¡Presente! —diría en alto, levantándome de la silla y alzando la mano.

Habíamos empezado ya las clases, un nuevo comienzo, estaba ciertamente asustada y agobiada por
el mero hecho de que, a partir de ahora, todo lo que hiciera, tendría importancia para un posible
futuro trabajo.

Esta vez era la oportunidad única para poder ayudar a mis padres en casa con el dinero, aunque
siempre me dijeron que no era necesario y que ahorrara el dinero para mí misma.

Era difícil.

La estima por mis padres era alta, era difícil irme a vivir sola, primero porque estaba sola y eso
involucraba que los precios iban a ser más difíciles para mí a la hora de pagarlos. Y aún más con
los últimos rumores.

Había una historia en el pueblo donde yo vivía. Monstruos y humanos convivieron una vez juntos y
vivían en paz hasta que el caos y los problemas comenzarían. Se rumoreaba de que había magos en
su momento que intentaron mantenerlo todo en calma, pero que no funcionó más que solamente
encerrarlos en el subsuelo. Y al parecer, en la actualidad, habían salido gracias a un niño
ciertamente especial. Ahora se estaba debatiendo que hacer con ellos.

¿Habrían cambiado? Quién sabe...

Yo estaba bien con mantenerme viva, estar con mis amigos y familia y conseguir un trabajo,
porque por alguna razón, antes tenía muy mala suerte, pero ahora que las cosas parecen ir bien...

Era la oportunidad.

Mi mala suerte se relacionaba en que todo lo que era mi alrededor no parecía beneficiarme mucho,
afectó a veces mi salud física y mental, también a la de mis padres, los estudios iban bien como de
repente no era capaz de concentrarme o me encerraba. Me agobiaba esto, aunque ya hace mucho
desde lo ocurrido y parece que ahora todo un rumbo más calmado.

Por ello las siguientes semanas, iba estar muy a tope, demostrando que era capaz y que conseguiría
un puesto de trabajo decente, pues no iba a dejar una oportunidad como esta, ahora era el momento
en el que tenía que aprovechar todo. Así pues, el día fue ciertamente productivo para mí, no solo
me centré en lo que me importaba, sino que también estuve con mis amigas y amigos.

Ah... Seguimos juntos durante tanto tiempo, amigos de infancia... Comenzando con Carlos, luego
con Elena, Maria y luego Carol junto a su hermano Zen.

El primero era el más alto, algo moreno, de cabello rubio, ciertamente fuerte la verdad, de hecho,
iba al gimnasio. Carlos es un chico que siempre se ha preocupado por los demás y que siempre
daría todo por nosotros, amable, compasivo y cariñoso. De vez en cuando podías ver como tocaba
el ukelele o aparecía con su coche con una sonrisa calmada para invitarnos a salir por ahí.

Elena era la siguiente, calmada, amable, quiso ser médica, pero la situación está difícil, igual sabe
muchísimo sobre ello y como aplicarlo. Eso no quita de que quiera serlo, a día de hoy sigue
estudiando mucho sobre ello, se informa, intenta hacer prácticas, aunque no puede porque muchos
de los materiales que necesita no los puede obtener a no ser que estudie directamente de ello. Su
madre, apoya mucho sus ideas, por ello cuando vuelve de trabajar siempre le trae libros u objetos
que le venga bien a ella.

Maria, ciertamente... Rara... Parecía que siempre sabía todo lo que pensábamos en todo momento,
pero ella decía que era simple intuición. Le encantaba hacer trabajas en los juegos de cartas,
mostraba una sonrisa confiada al juega. Era conocida pro ser una tramposa, pero ella siempre dice
que no es así, que, si no sabían perder, no era su culpa. Vive sola, algo desorganizada y caótica,
duerme mucho y no se si come decentemente porque siempre la veo algo delgada.

Carol y Zen, inseparables, algo pesados como persona, ambos morenos, bajos y ciertamente
traviesos, pero muy amables. Hermanos que viven con sus padres que se la pasan todo el rato
buscando nuevas aventuras para pasar un rato divertido y en compañía. No hay lugar de la ciudad
que no hayan conocido, a excepción de la montaña, un lugar algo difícil y que sus padres le han
prohibido mil veces de ir, al igual que nosotros.

Y luego yo, Úrsula, una chica... Relajada como Elena, rara como Maria, aspirar a ser fuerte como
Carlos, pero no quiero meterme en peleas sino ser fuerte psicológicamente, y capaz sea algo pesada
y curiosa como los gemelos, pero esto no lo sé muy bien. Simplemente una chica normal.

Un grupo de amigos que siempre nos movemos de un lado a otro, vamos a explorar de vez en
cuando, estamos de fiestas, tomamos algo tranquilo en bares y siempre nos lo pasamos muy bien.

Hoy el tema era... Qué sorpresa, sobre los monstruos que salieron del subsuelo.

Todos en general estaban sorprendidos, tenían ganas de saber cómo eran, cómo se comportarían
con nosotros, si nos llevaríamos bien... Intuyo que no serían violentos porque si están debatiendo
es que estaban buscando un termino medio y una paz.

— Creo que a lo mejor conviviremos con ellos no muy tarde —habló María mientras tomaba un
zumo de naranja.

— Puede ser, después de todo están hablando sobre ello y tiene pinta de ser buenos —diría
mientras ponía la mano en la barbilla, pensativa.

— Me pregunto si tendrán métodos distintos de curar a la de nosotros, una más... Novedosa —diría
Elena mientras imaginaba con una sonrisa.

— Puede ser que quieran conocernos ya de ya —diría Carol, compartiendo un sándwich con su
hermano.

— Dame un poco maaas... —se quejó justamente Zen.

— Vale, vale, espera, impaciente —contestó Carol mientras le apartaba sus manos.

— Mientras no causen problemas, todo estará bien, no quiero recordar nada del pasado —expresó
con preocupación Carlos.

Tenía razón, no era agradable tener que volver como antes y que no avanzáramos, sabíamos de su
existencia y, honestamente, me gustaría tener una convivencia con ellos para conocernos mejor y
compartir distintas costumbres o tradiciones, de forma que ambos salgamos beneficiados, pero
claramente no todos tendrían el mismo pensamiento.

Así pues, el rato de descanso que tuvimos, fue hablar de este tema, para luego volver a clases, estar
centrada y al fin, tras terminar, volver a casa. Acompañada de mis amigos, siendo una caminata
ligera, llegaría a casa sin problemas, encontrándome nada más llegar a casa a mis padres...
Ciertamente... Preocupados.

—¿Todo bien? —pregunté con un rostro preocupado también.

— Nos hemos informado de que los monstruos vivirán en la misma ciudad que nosotros. -
Escuchar esto me dejó algo sorprendida, abriendo mi boca en indicación de sorpresa.

—Y pronto lo harán, en dos días podrán estar caminando por aquí como si nada - Habló ahora mi
padre, tono más grave y molesto.

—Vaya...

-Estamos pensando si llevarte al centro en coche, está lejos de donde vivimos y no queremos que te
ocurra nada - Expresó mi madre con calma.

— Madre, siempre ando acompañada de mis amigos, podemos incluso ir en el coche de uno de
ellos si quieres, aparte, dudo mucho que esos monstruos nos hagan daño si los dejan libres por la
ciudad...

— Cierto es, pero... Entiende que es preocupante y... Nos asusta —diría mi madre, con un rostro
preocupado.

— Estaré bien, tengo mi móvil, en todo momento te diré si estoy bien o no, ¿te parece? —hablé
con calma.

Mis padres les pareció bien la idea de forma temporal, al menos hasta que se supiera que iba a
ocurrir con los monstruos, por lo que podría estar de forma normal en mi habitación y tomar la
rutina de vuelta.

Aunque no podía negar que le daba vueltas a lo que me habían dicho y a lo que pensaba, era un
poco triste que desconfiaran, pero a su vez era normal... En cierta parte, pues habían pasado tantos
años que me sorprendía que aun recordaran y tuvieran como ese pequeño rencor, cuando la
mayoría de la ciudad solo eran pequeños y los que tuvieron que sufrir de verdad eran los magos.

Infancia y pasado...

Pensar en esto me provocó una tristeza y frustración en mi persona, porque no era capaz de
recordar algunas cosas de mi pasado, era ciertamente imposible porque, por mucho que lo
intentara, un muro bloqueaba mi paso a esos recuerdos. Era horrible y esto causaba algunas
pequeñas lágrimas de frustración.

Levanté mi cabeza por un momento, respirando hondo y poniéndome seria por un momento. Si no
recordaba, no importaba mucho, al menos sabía quién era ahora y que tenía que hacer, tener un
futuro, eso era mi objetivo y nada me lo iba a impedir.
Chapter 2

A la mañana siguiente ya estaba más que lista para ir a clases, estaba con mis compañeros de
camino al centro hablando tranquilamente con unas pocas risas de por medio mientras que a la vez
nos despertábamos del sueño que teníamos, porque madrugar no era fácil.

Como era de esperar, les tendría que avisar sobre las decisiones de mis padres, algo que también
les afectó a los suyos de forma respectiva. Era de esperar, aunque la mayoría de nosotros ya era
mayor de edad, no significaba que tuvieran total libertad, pero en mi caso, siquiera era mayor de
edad, aún.

—Los míos me pidieron que fuera con cuidado, saben que me pudo defender bien, pero que igual
forma no quieren me meta en problemas, dicen que pronto los veremos caminar por nuestro pueblo
y capaz sea raro para nosotros - Diría Carlos mientras estiraba sus brazos.

—Los míos se preocuparon mucho, pero a la vez comprendían mi entusiasmo, tengo ganas de
conocerlos en persona - Diría Elena ilusionada.

—Nosotros dos igual —habló Carol, que su hermano estaba a su lado también.

—¿Y los tuyos dijeron algo, Maria? —pregunté curiosa.

—Me dijeron que no me deje engañar, lo gracioso es que yo ante eso me se defender muy bien —
diría con una pequeña sonrisa Maria.

—Ah, claro, tú siempre juegas sucio en todo momento, es tu especialidad —diría Carlos arqueando
una ceja, cruzándose de brazos.

—¿Acaso te molestó que te ganara todas las veces? —preguntó Maria entre risas.

—¡Haces trampas, sé que las haces, solo que no sé cómo! —Mostró cierto enfado Carlos en sus
palabras, la chica solo se rio.

—Algún día, algún día...

Simplemente sonreiría con calma, era bueno saber que a pesar de los cambios que iban a surgir,
que todos siguieran siendo los mismos y que todo se mantuviera igual, algo que me relajaba, a lo
mejor, el conocer a los monstruos, podría ser algo bueno y no necesariamente peligroso.

O eso creía.

—Se nos han informado a todos los profesores de que ustedes, alumnos sean conscientes de los
cambios que ocurrirán en poco, eso es de que también habrá alumnos nuevos... Monstruos en
concreto.

Mis amigos y yo reaccionamos de forma tranquila, pero a diferencia de los demás, se les veía
ciertamente tensos y molestos. Esto no pintaba ser muy bueno, menos si íbamos a conocer a los
monstruos.

—Algunos ya han intentado de comunicar a los magos, para prepararnos por si a futuro estos
monstruos nos atacan, aunque nos han jurado que no habrá ningún problema o agresión – Su
expresión al decir esto no parecía muy segura. Parecía que estaba mintiendo.
— ¿Y si lo hay? —preguntó un alumno. Ah, este le conocía, Cristian, el más problemático sin
duda y que Carlos siempre le sabía contener.

Este chico era el mas chulo y el que tomaba el rol de chico malo, no me caía especialmente bien e
intentaba evitarle porque no me apetecían problemas, mismo con los demás, aunque sí que era
problemático cuando maría intentaba burlarse de él o Elena le ayudaba con algunas de sus tareas
porque la chica era demasiado buena.

—Los magos harán que vuelvan a donde pertenecen, al subsuelo.

—¿Y harán falta más ayuda no? Digo... unos magos tan estúpidos contra tantos monstruos... Yo
creo que unos...

—Cristian, cállate, no puedes hablar —habló con firmeza el profesor. Este gruñó.

—Lo que sea —soltó de forma aburrida y puso su cabeza en la mano izquierda para apoyarla.

—Siguiendo con la explicación, pido a todos comprensión y buena actitud, no podemos dejarlos de
lado, creo que todos entendemos que los monstruos ya no son como antes y han cambiado con el
paso de muchísimos años, además, actualmente el que los salvó fue un humano, por lo que
podemos confiar en él.

—Se quien es ese niño —diría Maria susurrándome detrás de mí, de hecho, se subió a la mesa para
acercarse a mi oreja—, se hace llamar Frisk, se dice que su alma es la que contiene la
determinación y que con ello pudo salvar a todos.

—¿Determinación? —pregunté confusa.

—¿Enserio no sabes qué es eso? —preguntó en un tono un poco más alto.

—¡Maria! ¿Ocurre algo? —preguntó el profesor algo molesto.

—No, nada – Al ser gritado su nombre, se pondría bien sentada en la silla.

—Bien... Pues explicado ya todo esto, podéis retomar ya las clases, tener en cuenta, mañana o el
próximo día, será cuando vengan, tener comprensión y buena actitud —Tras decir esto, este se
marcharía y con ello empezarían las clases.

Así pues, la mañana sería relativamente tranquila, aunque era indudable que los susurros estaban
de un lado a otro por lo ocurrido y lo que iba a ocurrir, a estas alturas, ya me quemaba la cabeza. Y
en el recreo iba a ser peor, porque las voces, rumores y muchos detalles falsos, surgían de la nada.

—Ursula —Me agarró la muñeca Maria con velocidad para moverme y ponerme enfrente suya. -
¿Enserio no sabes?

—¡Dios! ¡Maria, esos sustos no!

—Perdón, perdón... ¿Pero enserio?

—Enserio, ¿qué pasa?

—Vamos a la biblioteca entonces.

Sin apenas disfrutar de mi comida con calma, ella me llevaría a la biblioteca, guardaría antes la
comida, y empezaríamos a buscar ciertos libros para que ella empezara a explicarme la historia.
Podía decir con total seguridad que me dolía mucho la cabeza ya que eran demasiados detalles que
no lograba entender.

Varias almas, los magos, los monstruos, los humanos, los peligros del subsuelo, los peligros de los
monstruos e incluso los magos... Todo era un problema y un peligro, a decir verdad, prefería no
haber escuchado ni sabido de esto, primero por el dolor y segundo porque a mitad de historia dejé
de escuchar.

—¿Entiendes?

—No... —dije con la cabeza en la mesa siendo escondida por mis brazos—. Quiero comer, Maria,
déjame...

—Ah —Miró hacia el reloj—. Ay... Mejor... Lo hablamos cuando sea por la tarde u en otro mejor
momento... Te dejé sin comida y debes estar hambrienta.

—Sí...

No podía negar que la historia era ciertamente interesante, pero mi cabeza no daba suficiente
rendimiento en este día, principalmente porque las voces resonaban sin parar sobre los rumores
falsos, esto solo había causado mucho revuelo y estaba muy segura que esto saldría a la televisión,
cosa que me daría mucho más dolor de cabeza cuando mis padres quisieran hablar del tema.

Y ni hablar cuando los monstruos ya puedan vivir aquí, no pararían de hablar de ello de forma
interminable, cosa que me agobiaba muchísimo.

Al final, saldríamos de la biblioteca, pero Maria pediría los libros para luego llevárselos a casa,
quería explicarme la historia al completo y que me enterara bien ya que tenía su importancia una
vez que los monstruos llegaran a vivir aquí, que sería pronto.

Acepté, pero le pedí que fuera en un momento que no involucrara las clases, podía interesarme en
otras cosas, pero mis estudios y trabajo también eran importantes para mí. Maria entendió y guardó
los libros en su mochila vacía.

Las demás clases fueron sobre los estudios y para mi desgracia no pude rendir mucho porque aún
seguían esos susurros y mi cabeza ya dolía con anterioridad, estaba agotada y quería volver a casa
de una buena vez.

Cosa que así fue, las horas pasaron rápido para mi suerte y pude volver a casa, encontrándome a
mis padres con un rostro sorprendido por mi cara de cansancio. No quería decirles el porqué, así
que me inventé de forma rápida y sin mucho ingenio que esta noche no había dormido bien.

Coló, por lo que, tras comer, pude dormir con una larga siesta que no se me hizo más bien que mal,
pero algo si pude descansar. Al levantarme de la cama, mirando hacia la ventana, juré haber visto
unos pétalos amarillos, pero despejé de vuelta mis ojos para ver que no había nada. Suspiré y me
fui al escritorio para terminar algunas tareas que nos mandaron mientras miraba el móvil de reojo y
veía las redes sociales de mis amigos.

Así fue la tarde noche, quedándome despierta hasta las tantas de la noche, sí, definitivamente no
iba a tomar una siesta más.
Chapter 3

—¡Hey Ursula!

A veces por las mañanas de camino al centro, me encontraba a Carlos con su identificativo coche
naranja que llevaba a veces a los demás y, en este caso, me quería llevar. Era lo mejor, más
cómodo, rápido y más tiempo para hablar, aunque a veces me quedaba dormida durante el trayecto,
ya que esta noche trasnoché. En una de las veces que desperté, llegando a clases, le dije que le
invitaría a comer algo en la cafetería, él me dijo que no me molestara por ello, que no era
necesario.

La mañana fue normal, aunque ya se notaba la tensión y los problemas que al menos nuestro grupo
ya se hacia la idea de cuales podían ser y que se relacionaban con los monstruos. Muchos se
ponían así por la historia que han tenido, pero ¿acaso no piensan que eso ya pasó? ¿No piensan que
deberían dejar de lado el pasado? Incluso yo, que podría tener motivos de temerles ya que no se
nada de ellos, ni su historia, simplemente quiero que este todo bien.

Mientras mis amigos me hablaban de ello, yo solo suspiraba, preocupada y con una mano
apoyando mi cabeza mientras miraba hacia la ventana, fue ahí cuando podría ver un poco la calle y
que las voces se fueran o no fueran tan claras.

Había notado algunas cosas nuevas, como que habían modificado algo la carretera, que el vecino
había comprado nuevas flores, amarillas, mi color favorito entre otros, que la vecina se había
comprado un nuevo coche y estaba haciéndose mil fotos, de hecho, las había visto antes.

A pesar de todo, se mantenía lo normal, la rutina, la cierta calma que aún había antes de que los
monstruos empezaran a vivir en nuestro pueblo.

Habría un momento que escucharía mi nombre varias veces, girando mi cabeza para ver a María
ciertamente ilusionada. Ah, sí, quería hoy quedar para explicarme todo a detalle y el mejor sitio
que pensó ella fue en un parque, para que fuera relajado en las horas donde los niños no
molestaran.

Fue extraña su idea, pero acepté.

Así pues, la mañana, recreo y después de este, fueron calmados, había hablado con Carlos para
invitarle a su comida, cosa que conseguí a pesar de su tozudez e insistencia. Este me dijo que ahora
él se sentía en deuda, a lo que mi respuesta fue "como quieras invitarme algo o hacer algo, me voy
a enfadar". Soltamos una pequeña risa.

Con ello, las clases terminaron y mi amiga, María, ya me quiso llevar al parque, a estas alturas me
estaba agobiando un poco, pero de sorpresa vendrían Carlos y Elena, curiosos por la actitud de
María. Ella, explicaría todo.

—Entonces me apunto, yo me se la historia a medias, quiero saberla —expresó Carlos animado.

—Yo, si no os importa, quiero irme a casa, ando cansada y necesito mi rato de descanso entre otras
cosas —habló Elena, con una cara algo preocupada y cansada.

—¿Quieres que te lleve? —preguntó Carlos.

—Yo... —Elena se pensaría la respuesta—. Si no te es...


—¡No me es molestia! —Soltó con una risa Carlos—. Venga, vamos, luego nos vemos en el
parque, tardaré un poco.

—Sin fallo, nos vemos chicos - Diría María con calma.

—Chao, nos vemos —diría con una sonrisa suave para luego mirar a María—. ¿Vamos?

—Oh, claro que sí.

Emocionada, fuimos al parque, tardaríamos poco ya que íbamos a un paso ligero y pillaríamos un
asiento que tendría un árbol bastante grande que nos cubriría del sol. Una vez allí, ella me
empezaría a explicar con más calma y detalle.

La historia de las almas era verdaderamente único y extraño, cada uno de nosotros podemos tener
un alma de un color que este representa una forma de ser, perseverancia, valor, determinación,
justicia y varios más...

Ahora que sí escuchaba, estaba interesándome más, pero el problema es que los libros que tenía
María eran de poca información y no muy claros, algo que a ambas nos frustraría, pero a María no
tanto, pues ella estaba orgullosa de haber conseguido llamar mi atención... Conociéndola, capaz
quiera que me interesa en sus juegos sucios de cartas.

Tranquilamente hablando, sentiría de forma muy dura y brusca un balonazo en la cabeza,


provocando que me cubriera con las manos y me quejara de dolor. María se giraría viendo a los
culpables y tragaría en seco.

—Cristian...

—Ah, perdón, no era nuestra intención... Vaya... El libro —diría Cristian, pues justo en ese
momento tenía el libro en mis manos y se había caído por culpa del golpe—. Calma, ya te lo recojo
yo.

—Gracias —diría, aun sintiendo el dolor en la cabeza.

—Ya os podéis disculpar, panda de idiotas —expresó molesto, recogiendo el libro y limpiándolo
un poco—. Listo... Ah, vaya, es sobre los monstruos

—Sí, le estaba explicando la historia —explicó María, en un tono no muy amigable.

—Me sorprende que no os sepáis la historia a estas alturas, pero está bien, supongo que informarse
antes de que los problemas empiecen es una forma de prepararse, no sabemos cómo serán.

—¿Crees que nos van a atacar? —pregunté algo sorprendida, aunque siendo de él...

—¿No es obvio? Son del subsuelo, fueron encerrados por algo, me da igual que un niñato como él
decida salvarlos y que ahora diga "ah, son buenos", me creo una mierda, son monstruos, dudo que
sepan comportarse como nosotros.

—Habló el humano más civilizado —susurró María en ironía.

—¿Qué dijiste, sucia tramposa?

Cristian no dudó el querer agarrar a María de la camisa, pero la agilidad de la chica sorprendería a
todos, haciéndose a un lado para luego pone los brazos en un gesto de vacile y como era de
esperar, no fue una buena idea de su parte.
—Ya no solo eres una tramposa y escurridiza en los juegos, sino que también para moverte,
¿verdad?

—Los juegos se me dan de maravilla, pero he aprendido que hay gente con poca paciencia y con
fácil gatillo para pegar, debo defenderme, ¿no crees?

Y cuando Cristian iba a golpear una vez más a la chica, justo aparecería Carlos a las espaldas de
Maria, deteniendo el ataque de forma brusca. Era de esperar, zapatillas naranjas y blancas, pantalón
tejano blanco con una camisa simple naranja, con sus vendas en mano y los guantes rojos
protegiendo sus manos.

—Venía animado para tocar el ukelele, no para pegarme de ostias, Cristian —habló con seriedad.

—¿Entonces porque siempre llevas esas estúpidas vendas y guantes?

—Porque fuera de clases siempre te gusta molestar a los demás con tu banda estúpida.

Las miradas se cruzaron y no fueron para nada amigables, tanto fue así que, en un intento
desesperado, me puse en medio de ambos para detenerlos.

—Venga chicos, no queremos esto, ¿¡verdad? No es buena idea y no queremos problemas... —


Ante mis palabras, ellos se mirarían una vez más.

—No lo haré porque lo pidió Ursula, después de todo no quiero que ella vea la paliza que te voy a
dar, sabes que ella no soporta las peleas, la sangre entre otras —habló Cristian con una risa,
alejándose poco a poco de nosotros.

-Me parece correcto —diría Carlos, relajándose un poco—. Cobarde —susurró esto último.

Sin mucho más, me devolverían el libro y se marcharían, para ese momento yo limpiaría el libro ya
que era de la biblioteca, mientras que Carlos discutía con María.

—¿Qué coño pensabas? ¿Crees que es buena idea burlarse de él? Entiendo que lo hagas en tus
juegos, pero en una pelea no es la mejor idea del mundo, aparte de que ibas huir y dejar sola a
Ursula.

—Nah, iban a por mí como de costumbre, sabes que muchos me tienen rabia por mis juegos sucios
en las que siempre gano dinero, por ello me tienen tanta manía, no creo que hagan daño a Ursula,
ella nunca ha hecho nada, junto con Elena, aunque es un poco rara con su... Bueno, su obsesión.

—Sea lo que sea —Carlos se cruzaría de brazos—, ve con cuidado, por favor, sabes cómo es y más
con su grupo, no son gente que pelee limpio, aunque tu seas más de huir.

—Está bien... —Surgió el silencio al decir esto, un tanto incómodo, tanto así que intenté romperlo.

—¿No creéis que es mejor volver o descansar? —pregunté de forma tímida.

—Sí... Fue un día, algo raro —respondió María mientras ponía sus manos en la cabeza.

—Os acompañaré a casa entonces.

—Pero...

—Nada de peros, con lo que habéis hecho, prefiero asegurarme —interrumpió.

Así pues, la tarde noche acabaría con nosotros tres volviendo a casa, siendo protegidos por Carlos
por si en el trayecto ocurría algo. Al volver todos a casa, antes de que entrara, Carlos me hablaría.

—Te pido que vayas con cuidado, a partir de ahora todo será más difícil y no podré ayudaros o
protegeros...

—Lo sé Carlos, pero, ¿por qué me dices esto?

—Se que eres la menos problemática, pero si te ocurriera algo no podría soportar que te pasara
algo... Ve con cuidado ¿sí?

—Me parece bien, estate tranquilo, estaré bien

—Gracias.

Suspiré y vi como se marcha Carlos mientras se despedía de mi con una sonrisa amable, le sonreí
de vuelta mientras abría la puerta de mi casa, aunque curiosamente esta se abrió de golpe, sin que
hubiera nadie esperando a salir, esto me sorprendió, pero no le di más vueltas, entré y me dirigí a
mi casa.
Chapter 4

—Ursula —habló mi padre con calma para mirarme de forma seria—. Hoy te acompaño a tu
centro, ¿de acuerdo? Quiero asegurarme de como está ahora en la calle.

—De acuerdo...

Negarme no era una opción por desgracia, mi padre era protector en según qué momentos, era el
más serio, pero era el más dulce con los suyos y si hacía esto, era por mi propia seguridad.

Yendo en moto, iríamos por carretera para ir hacia el centro, a una velocidad normal, pudiendo así
ver lo que ocurría ahora en el pueblo, no había cambiado nada en especial, todo seguía como de
costumbre, cosa que me lo esperaba, a decir verdad. Hasta que vi los monstruos pasando por
algunas calles y abrí la boca sorprendida.

Yo lo veía todo bien, había de muchos tipos: Desde peces, algo parecido a dinosaurios pequeños,
robots, esqueletos... De muchos tipos a decir verdad y se les podía ver que era muy calmado todo.
Se agradecía. Mientras mi padre, miraba de reojo, soltando un suspiro pesado mientras seguía
conduciendo.

Cuando llegué al lugar, me encontraría a Elena de primeras, emocionada porque nada más verme
me pidió prisa para ir a nuestra clase, porque vio algo que le costó creer. Acepté y me despedí de
mi padre, que tenía una cara bastante seria, a decir verdad.

Una vez dentro, iríamos a nuestra clase, siendo las primeras y encontrándonos con un nuevo
profesor. Mas bien, una profesora... Monstruo.

—Ah... ¿Es posible esto? —pregunté sorprendida nada más ver esto. Me hacía la idea de que
hubiera alumnos monstruos, pero, ¿profesores? Eso si era extraño por parte de nuestro centro.

—¿Oh? —se giraría, sí, piel amarilla y vestida con una bata blanca como una científica. - ¿Sois mis
alumnas? Es un gusto conoceros - Expresó con una sonrisa suave—. Mi nombre es Alphys,
¿vosotras?

—Ursula —me señalaría.

—Elena —siguió mi amiga, ambas teníamos una cara bastante notoria de shock.

—Creo que es una sorpresa ver a un monstruo como profesor, pero por favor, no os asustéis, quiero
enseñaros varias cosas de las que he estudiado y aprendido a lo largo de los años.

—Oh... ¡OH!

Elena estaba emocionaba, la conocía, veía el brillo en sus ojos y empezaba a mover las manos con
cierta energía, estaba feliz porque quería conocer muchas cosas de los monstruos, más la medicina,
y esta ocasión era perfecta. La chica, sin ni siquiera dudar, fue hacia la profesora Alphys para
empezar el bombardeo de preguntas.

Solté una pequeña risa, era un comienzo agradable, solo esperaba que los demás se lo tomaran bien
como Elena, que mayoritariamente eran chicas en su clase a excepción de uno de dos chicos no
muy problemáticos.

Así comenzó el día, con la nueva profesora explicando sus clases, presentándose y mucho más,
demostrando su entusiasmo mientras que Elena, que estaba a mi lado, apuntaba todo como si fuera
la vida en ello, se la veía muy interesada y entusiasmada, que pude ver sus apuntes y libros.

Que envidia, pensé, ojalá escribir así de limpio y ser tan organizada.

La clase terminó, Elena recogió algunas de sus cosas, se acercaría a la profesora y le agradecería su
esfuerzo y a la vez le diría su mayor interés por sus clases, algo que la profesora le agobio un poco,
no creo que fuera a malas, capaz... Estaba asustada.

Y era normal, conseguir que los alumnos no se tomaran mal que un profesor fuera un monstruo, era
un avance. Interesada, me levantaría del asiento para hablar con Alphys, mirándome sorprendida,
pero con calma, para escuchar mis dudas.

—Profesora Alphys, he de decir que me he sentido muy cómoda, gracias por las clases y espero
que esté cómoda y bienvenida - Diría con calma, poniendo mis manos en mis muslos.

—Ah, m-muchas gracias, a decir verdad, estaba muy asustada, incluso Undyne... Estaba muy
preocupada...

—Me imagino que será su mejor amiga —explicó Elena con calma—, ya le puedes decir que por el
momento fue todo bien.

—A decir verdad, sí, todo ha ido bien desde que hemos venido, nos han recibido bien y no hemos
visto problemas, algo que me sorprende bastante, creía... Uhm...

—No piense en eso —La interrumpí con calma, poniendo mi mano en su hombro derecho—, ahora
mismo piense en el presente, todo está bien, creo que no habrán problemas... Capaz... Algún que
otro idiota, pero no creo que vaya a más...

—¿Señorita Alphys? - Habló un profesor con calma que entró a nuestra clase—. ¿Tiene su clase
aquí?

—¡Oh! ¡No, no, perdone! ¡Me estuvieron preguntado!

—Entiendo, sin problema —Este se marchó de la puerta para esperar a que saliera Alphys.

—Lo siento chicas, tengo cosas por hacer, un gusto haber hablado —diría mientras recogía sus
libros y papeles—. ¡Nos vemos!

—¡Adiós profesora Alphys! —diríamos a la vez, viendo como se marcha con cierta prisa.

—Qué amable —habló Elena con una sonrisa.

—Elena, tenemos otra clase, hay que movernos —avisé con una pequeña risa al ver como Elena
estaba ya algo embobada diciendo cosas en alto.

—¡Ah! Sí... Sentémonos.

Las demás clases no hubo mucha novedad, sí comentarios, tanto de alumnos como de profesores,
algunos normales, otro no tan agradables y otros como sorprendidos, como que no se esperaban
que fueran así.

No tardó mucho en que nos encontráramos con los demás, siendo todo el grupo entero en clases
hablando de forma calmada hasta que el recreo llegaría y con ello comentaríamos todo con calma.

—¿Y bien? ¿Cuál es la novedad? —preguntó Carlos algo dormido mientras bebía un zumo.
—¿No escuchaste sobre la profesora monstruo llamada Alphys? —preguntó Elena sorprendida.

—Ah... Algo escuché, pero tenía mucho sueño.

—Pues nos la hemos encontrado Ursula y yo, y es ¡SUPER! amable, es genial, enseña muy bien,
ay... Tengo tantas ganas de preguntarle... ¡¡De todo!! Que ansias.

—Ya, Elena, ya... —diría María mientras miraba con cansancio a Elena. -. No a mal, pero ¿habéis
dormido todos bien? Yo tengo un sueño horrible, Carlos igual y vosotros dos... Hermanos...

—Yo estoy de maravilla —diría Zen con un rostro bien abierto, o sea, ojos abiertos, con los dientes
apretados y moviéndose con rapidez el cuerpo, de un lado a otro—. Sentí un chute de energía nada
normal.

—Tomo café hoy —diría Carol con cansancio—. Y no, yo no dormí bien.

—¡¡¡YO DIGO DE MAÑANA IR A LA CUEVA DE DONDE VIENEN LOS MONSTRUOS!! —


soltó de golpe Zen. Su idea provocó que se hiciera el silencio de repente, hasta que su hermana
rompió el hielo.

—¿Tenías que gritar? —preguntó con vagancia Carol—. Si mañana estoy bien, vamos, también
tengo curiosidad.

—Sería peligroso —habló Carlos, despertándose un poco más—. Voy con vosotros, no sabéis que
puede haber ahí.

—Oh, entonces voy, podría ayudaros un poco si os hacéis heridas o...

—¿Enserio estáis pensado la idea de ir a un sitio que posiblemente esté prohibido y sea muy
peligroso? —pregunté sorprendida mientras los miraba de brazos cruzados.

—Iba a decir lo mismo a no ser que ganara dinero a cambio —diría Maria mientras barajaba unas
cartas.

—A ver, creo que puede ser guay de explorar y ver...

—No Zen, ni en coña, es peligroso y punto —expresé molesta.

—Pero...

—No, no iréis y punto.

Alzaría un poco la voz, moviendo mi mano derecha para golpearlo contra la mesa, pero en un mal
gesto me haría daño y me clavaría una astilla en la mano, quejándome de dolor y comenzando a
llorar. Todos se preocuparían, mientras que Elena ya estaba a mi lado, sacando su pequeña mochila
para empezar a mirar mi mano.

—Vale Ursula, ¿confías en mí no? Voy a quitarte es...

—¡Quítalo ya, que duele! —Me quejé entre lágrimas.

Con rapidez, me quitaría la astilla con unas pinzas que tenía guardadas, sacaría unas pequeñas
toallas de alcohol para pasarlas en mi mano, sacaría unas vendas y unas tijeras y... ¿Pero ella tenía
de todo? Sí, casi todo.

—Listo, mano curada —expresó con orgullo Elena—. Una herida diminuta e insignificante, nada
que no puede hacer yo frente... ¡Qué emoción! —susurró esto último—. ¡Mi pequeña intervención
médica!

-Gracias Elena... —susurré secándome las lágrimas para luego mirar a Zen—. No irás.

-Sí madre —habló Zen en un tono molesto y cansado.

No mucho más ocurrió tras esto, aunque si estaba adolorida de la mano, pero podía aguantar...
Aunque Elena era insistente, me dijo que fuera a su casa hoy, que me ayuda a ver mejor la herida
que ahí tenía todos los materiales.

Acepté para que se callara la boca.

Iríamos a su casa, no muy lejos de donde estudiábamos, su casa destacaba por las flores que
cuidaba su familia, pero sobre todo el interior estaba muy cuidado y tenía un toque del que se
notaba un poco la perfección de la familia. Podría ver su habitación y sí tuve una gran envidia por
esta, todo bien organizado, tonos azules, libros y libretas bien colocadas como su portátil y
apuntes.

¿¡¡Porqué tiene una tetera azul!!?

Lo que si me di cuenta, es que había una pequeña zona de color negro, bastante contraste, a decir
verdad, este era donde guardaba todos sus materiales de médico, estetoscopio, vendas, tijeras,
alcohol, medicación... Sí quería tomárselo enserio...

No mucho duré en casa de Elena, ella solamente estuvo observando mi herida, me la curó un poco
mejor y, cuando estaba a punto de irme, ella también se iría, pillando una cámara azul, pues a ella
le gustaba hacer fotos en su tiempo libre y, otra envidia más, eran maravillosas.

Cuando nos despedimos, pude ver la sonrisa calmada de Elena para luego volver a mi casa.
Sintiendo ruidos extraños a cada paso que daba, provocando que me preocupara un poco.

Era una alucinación posiblemente. Sí, eso era, capaz por culpa de Elena, que alguna cosa rara me
metió en la herida para curarme más rápido. Respiré hondo y sonreí mientras caminaba,
sintiéndome cada vez más cansada hasta el punto en el que todo se volvería más borroso y no
podría ver nada.
Chapter 5

-Carol – Susurró Zen mientras miraba el techo de su habitación. Sus habitaciones estaban
continuas y se escuchaban de un lado de la cama.-. No puedo dormir.

-Son las 3 de la mañana, duerme de una vez.

-Pero es que no puedo, aparte, he tenido una idea - Comentó Zen con una sonrisa traviesa, sin
escuchar aun una respuesta de su hermana. -, y creo que sabes lo que pienso.

-Uhm...

-Venga... Será rápido, siempre vamos a explorar con rapidez las cosas y nunca nos pasó nada,
somos un equipo, veo la opción de...

-Cállate - Interrumpió de forma borde Carol. Zen se cruzaría de brazos, mirando a otro lado porque
su hermana no le hacía caso. Hasta que la puerta de su habitación se abriría. -. ¿A qué esperas en
vestirte? Venga, vamos.

-¡Bien!

En pocos minutos los hermanos ya estarían listos para moverse, yendo con cuidado de no despertar
a sus padres, yendo bien equipados, con unas linternas, cuerdas y mochilas. Con ello, empezaron a
correr, yendo hacia la cueva y luego al agujero que las leyendas tanto rumoreaban.

No les fue difícil, siendo ellos dos, tan intrépidos y aventureros desde pequeños por culpa de su
familia, fueron capaces de llegar primero a la cueva, del cual no dudarían en entrar y ver su
interior. Uno largo y amplio del cual se podrían encontrar pequeñas luces amarillas y flores del
mismo color.

Ambos exploraban con curiosidad, pero con cuidado ya que era innegable que el miedo los
inundara en ese momento, sobre todo a Carol, quien miraba por la seguridad de su hermano,
estando cerca de él para que no se escapara.

Se daba cuenta que sus pasos resonaban por ese pasillo, pero la chica sospechaba que había alguien
vigilándoles, no sabía cómo, pero algo se lo decía, principalmente su intuición.

Pronto se encontrarían con la entrada a una habitación bastante iluminada, provocando que ambos
aceleraran el paso hasta llegar a lo que sería un pasillo largo, pero esta vez no era oscuro, sino que
se mostraba la ciudad del subsuelo, una larga y con algunas pocas luces notorias.

-Increíble - Susurró Zen sorprendido.

-Así que si tenían edificios dentro... Supieron sobrevivir dentro, en el subsuelo, flipa - Habló
sorprendida Carol para luego apuntarlo en una libreta. - Creo que este sitio es enorme, Zen,
deberíamos... - Al mirar a su izquierda, su hermano no estaría. - ¡¡Zen!! ¡¡Maldito culo inquieto,
ven aquí!!

La chica iría corriendo hacia donde suponía que estaría su hermano, logrando así entrar en el
interior del castillo en el que poco tardaría en encontrarse un enorme campo de flores en el que
podría ver a su hermano sentado en un trono.

-¡Soy el rey de este lugar! - Gritó entre risas Zen. -. ¿Es increíble! ¿No crees? ¡El contraste de este
sitio! ¡Flores dentro de un castillo, en su propio trono! ¿Quién sería el rey? Tengo tanta curiosidad
Carol, creo que sería genial poder conocerlos, ¿no?

-Te estas emocionando mucho - Diría Carol mientras se acercando a su hermano. - Es tarde,
debemos irnos de aquí antes de que sea demasiado tarde o peligroso.

-Tu hermana tiene razón - Habló una voz grave, sorprendiendo a ambos. - Deberíais iros ya... No
deberíais ni estar en un sitio como este.

-¡CORRE! - Gritó Zen alterado.

-¡Zen!

Zen habría tirado la silla, saliendo del lugar por donde habían entrado, dejando sola su hermana
que podría ver al monstruo a lo lejos. Uno bastante alto, vestido con ropajes de rey, caminando con
calma, dejándose ver los cuernos... Era una cabra.

-No era mi intención... Asustar... - Susurró arrepentido el rey, provocando que Carol se quedara en
shock al ver al rey enfrente suya. La chica, sin saber cómo reaccionar, simplemente se arrodilló
ante él y esto pilló por sorpresa. -. No... no, por favor... No me merezco más un trato así, querida
humana, por favor, levántese.

-Perdón... Perdón por entrar sin permiso alguno, queríamos explorar el sitio y la curiosidad nos
llevó...

-Un poco lejos, pero tranquila, no os haré nada, no tengo intención alguna de hacer daño, aprendí
que no todos los humanos no son malos y al parecer con vosotros dos, con lo que me dijo Frisk,
tiene cada vez más razón.

-Solo... Queremos calma... Y en nuestro caso, explorar, pero sin romper nada... Aunque bueno, mi
hermano... ¡Déjame ayudarle!

Carol ayudaría al rey a poner el trono en donde estaba, recibiendo ella la gratitud de este y que
luego mirara las flores que había en la habitación. Tras esto, él miraría la chica.

-¿Podría saber tu nombre? - Preguntó el rey.

-Carol y mi hermano se llama...

-Zen - Apareció el chico, escondido tras una pared, no se había ido del todo, estaba escondido
asegurándose de que su hermana estuviera bien.

- Entra Zen, es buena persona – Le pidió la mayor con una sonrisa amable. - Por cierto ¿Su
nombre? – Preguntó con calma.

-Asgore, un gusto conocerlos curiosos hermanos - Respondió con una sonrisa cálida, una a la que
Carol la dejaría ciertamente atontada.

-Lo siento mucho - Habló su hermano con cierta timidez. -. Queríamos explorar, no destrozar,
somos jóvenes exploradores y nos gusta saber todo... Sin riesgos...

-Pues deberíais ir con cuidado, porque este lugar ya no es peligroso, pero en otros sitios, sí debéis
ir con cuidado - Advirtió el rey Asgore con calma.

-¿Y podría saber qué hace aquí? - Preguntó Carol con curiosidad.
-Mis flores, no las quiero dejar de lado, quiero cuidarlas siempre, aunque todo ahora esté bien, con
mi ex mujer y mi hijo - Respondió con suavidad Asgore, tocando con delicadeza los pétalos.

-Oh, se de alguien que podría darte varias flores a las que cuidar y encima amarillas, solo que si la
llamo ahora capaz se enfada conmigo porque es muy tarde y deberíamos dormir - Diría algo
avergonzada Carol, soltar una pequeña risa.

-Ustedes deberían ir a dormir también ¿no creen? – Preguntó con una sonrisa calmada. Al rey le
parecía curiosa esta nueva situación.

-Sí, pero...

-Nada de peros, capaz sus padres despierten y no sepan dónde están, no queréis asustarlos ¿no? -
Preguntó Asgore con calma.

-Sí, cierto – Carol agachó la cabeza por un segundo, para luego levantarla. - ¡Zen! Nos marchamos.

-Pero...

-Nada de peros, en marcha – Exigió Carol molesta. -. Y gracias Asgore, perdón por invadir así su
hogar – Dirigió su mirada al rey con arrepentimiento.

-No te preocupes, id con cuidado por favor.

Sin mucha más distracción, los hermanos marcharían del lugar con cierta prisa, sin evitar la charla
que tendrían de por medio de su carrera al haber visto todo esto, provocando más ansias de volver,
pero con más cuidado.

Los chicos estaban emocionados de comentar esto a sus amigos, pero antes de eso, si sentían un
gran sueño en sus cuerpos, que solo deseaban volver a casa a dormir, aunque no serían los únicos,
ya que el rey, mientras los veía marchar, soltaría un bostezo notorio para luego sonreír con calma.

-Debería dar solo una oportunidad más.


Chapter 6

La verdad dormir era una de las cosas que me tomaba más enserio, ¿por qué? porque para hacer
según que engaños y trucos a los demás con mis cartas y mis juegos sucios era lo primordial, debía
fijarme bien en como barajar las cartas, mirar a mi contrincante, mostrarme natural, relajada, un
movimiento mal hecho y ya la había fastidiado todo.

Un pasatiempo no debía ser algo tan importante a no ser que te lo tomaras muy enserio, en mi
caso, me lo tomaba demasiado enserio, tanto así que pensé una vez en ser una estafadora
profesional, sin que fuera tan cantoso en mi, pero debía ir con cuidado.

Como decía, dormir era importante para mi, por ello algunas veces dormía demasiado y llegaba
tarde a mis clases, siendo a veces de las últimas en llegar y saludar de forma cansada y no muy
animada, ah, pero cuando alguien me retaba, despertaba muy rápido.

Hoy era el segundo día conviviendo con los monstruos, parecía ser todo normal, lo típico, con
cosas que serían igual de aburridas y ciertamente tediosas, con todos mis amigos presentes... O casi
todos, pues Ursula no estaba, extraño...

-Chicos - Susurré con cierta vagancia, en esta clase, todos estábamos juntos de una mesa a la otra.
Carlos sería el primero en girarse. -. ¿Alguna idea de Ursula?

-No, la llame pero no me contestó... E iba a llamar a sus padres, pero trabajan y me daba corte
llamarles en medio del trabajo - Explicó Carlos con un suave susurro.

-Yo ayer estaba con ella - Diría Elena, podía verla algo incómoda. -, espero que no le pasara nada,
me sentiría mal que algo le ocurriera y yo no la haya acompañado...

-¿A qué hora fuisteis? - Preguntó Carlos preocupado.

-Sobre... ¿Las 6? Mas o menos, no te podría decir con exactitud.

-Pues, pudo haber ocurrido algo con ella o que se haya enfermado - Supuse en alto, poniendo mi
mano en la barbilla.

-¿Eso es una indirecta de que no se curar? - Preguntó ofendida Elena.

-Elena, soy lista para engañar a la gente con las cartas, no para hacer suposiciones en la que haga
daño a mis amigos - Contesté algo borde, mirándola de reojo. Ella se sentiría algo insegura en ese
momento.

-No le hables así, sabes que ella lo intenta - Me hablaría Carlos con calma.

-Nosotros dos os tenemos que contar algo - Diría Zen con cierta ilusión en su rostro, mi mirada
provocó que se pusiera nervioso, entendió el mensaje de que ahora no era el momento. -, pero
cuando sepamos algo sobre Ursula, creo que es lo mejor...

-Bien... En el descanso, intentaremos contactar con ella o con su familia, ¿Comprendido? -


Pregunté.

-¿Contactar con quien, Maria? - Preguntó el profesor en alto, mirándome de reojo. Le miraría
asqueada.
-Eh, chismoso, estamos hablando de Ursula, no sabemos nada de ella y estamos preocupados por
ella, por ello estamos hablando de contactar con ella, ¿Entiendes, imbécil?

-Comprendo, pero a la próxima se más educada, por ello te quedarás en el recreo a copiar cien
veces una frase sobre como tener educación.

-¿Es una broma? - Susurré molesta. - Creo que no estamos en primaria para ello - Contesté
molesta.

-Y yo no estoy para faltas de respeto.

-Ni yo para chismosos.

-Corta el rollo, Maria - Me susurró Carlos.

-Comprendo vuestra preocupación por vuestra amiga, pero tenéis dispositivos móviles para
hablaros entre vosotros, ser más discretos, hablarlo en otras horas ¿no crees? - Su contestación me
irritó, pero tenía razón.

-Touché - Al decir esto, miré a otro lado, suspirando de forma cansada.

-Bien, me alegra que nos entendamos en algo que no sean tus juegos.

Esto último, fue como un pequeño puñal en mi estómago, totalmente gratuito hacia mi persona, si
tenía tanta fama como para que incluso los profesores estuvieran al tanto de mi manera de jugar. A
lo mejor, a estas alturas, tendría que cambiar de persona y de estrategia...

Solo se que cuando miré hacia otro lado, mi móvil sonaría, lo miraría de reojo, siendo un mensaje
de nuestro grupo, en la que nos reuniríamos para contactar con Ursula y, si no podíamos con ella,
con sus padres, si es que era posible, si ninguna de las dos funcionaba, tendríamos que ir en su
busca.

︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵

El olor de una tarta entraba por mis fosas nasales, si tenía que ponerme más específica, diría que
era de caramelo o algo parecido, fuera lo que fuera, esto abriría mi apetito a más, así que me
despertaría poco a poco y me daría cuenta donde estaba.

Suaves sábanas, un cojín muy cómodo y suave, me sentía en la nube más suave que la piel de un
animal bien cuidado, me sentía como en el cielo, era agradable, tanto que era imposible levantarme
de la cama.

Hasta que me di cuenta que no era mi cama, sino la de otra persona, provocando que me despertara
de golpe, asustada y mirara a mi alrededor, viendo una habitación completamente distinta a la mía,
una que parecía ser a la de un niño.

Despertando, intenté prestar atención, escuchaba los pasos de una persona, no, corrijo, dos, la
segunda parecía ir a la habitación a la que estaba, lo que me daba cierto temor de lo que podría
ocurrir y mi mejor idea era hacerme la dormida, pero era tarde.

-¡Oh! Despertaste, querida.

Juraría que estaba soñando, no era fácil de asimilar, ver una cabra vestida con una túnica morada
con unos pocos símbolos blancos en el pecho, observándome con una sonrisa suave, acompañada
de quién parecía ser su hijo, también una cabra, con pantalones marrones y una camisa a rayas
horizontales de color amarillo y verde.

-Tranquila, no te haremos daño, sé que somos monstruos del subsuelo, pero somos buena gente.

Supongo que me dijo esto por ser incapaz de hablar y mi cara de sorpresa, lo que me hizo
reaccionar y que despejara un poco mis ojos, bostezara de forma inconsciente y comenzara a
hablar.

-Lo siento, soy una mal educada... Tengo muchas dudas, a decir verdad, ¿os sería una molestia si os
preguntara dónde estoy? - Pregunté con educación.

-Oh, por favor pequeña, no seas tan cordial conmigo - Me respondió con la misma sonrisa, esta me
hacía sentir ciertamente cómoda. -. Estas en mi casa en la que vivimos mi ex marido, Asgore, mis
hijos, Asriel, Frisk, y yo, Toriel.

-Oh, un gusto conoceros, mi nombre es Ursula - Me presentaría con calma. -. ¿Por qué me
encuentro en su casa?

-Ah, pues la verdad, es un poco extraño, a decir verdad, mis hijos te encontraron en la calle y
vieron desmayarte de golpe, algo que a ambos les sorprendió, fueron a por ti de inmediato, porque
juraron que algo o alguien te estaba llevando y tenían miedo de que fueras atacada o malherida.

-Eso... Explica bastantes cosas - Susurré sorprendida. -. ¡Oh! ¡Mie...! Digo, mis amigos, deben estar
muy preocupados... ¡Maldición! Mis padres.

-¡Tranquila! Todo está bien, lo primero que hice cuando tomé tu móvil es llamar a tus padres, ellos
están informados y saben que estás aquí, de hecho, ayer y hoy los pude conocer antes de que
fueran a trabajar - Me explicó con calma Toriel. -. Te recomiendo mucho... Que pongas contraseña
a tu móvil.

-Ya... - Rasqué mi cabeza algo nerviosa y sorprendida.

-Todo está bien, siento mucho si tomar tu móvil fue invadir tu privacidad, pero me imaginaba que
tus padres se preocuparían por si no llegabas a casa y eso hice - Me explicó, parecía estar
arrepentida en cierta parte, a pesar de que hizo algo bueno.

-Está bien, no, se lo agradezco muchísimo de hecho... No... No sé qué decir, estoy aún en shock -
Expresé aun sorprendida.

-Es normal... Si quieres, puedo darte un tiempo a solas, que proceses bien todo y luego lo
hablamos... Te hecho algo de comida y luego un postre, espero que te guste.

-G-Gracias...

A estas alturas, cuando Toriel cerró la puerta, me empecé a sentir mal conmigo misma, era
impresionante el tan buen trato que había recibido en cuestión de minutos y todo porque había
caído desmayada en medio de la calle, de no ser por ellos, no habría salido bien... Capaz que ni
viva...

Suspiré de forma profunda, acababan de ocurrir tantas cosas y en nada debía reunirme de nuevo
con ellos para al menos comer un poco, a saber, cuanto tiempo habré dormido... Antes de que me
levantara de la cama, tomaría el móvil y respondería al grupo.

Sigo viva chicos, estoy en la casa de un monstruo


llamada Toriel, cuando salga os lo explicaré todo. <3
Enviado a las 13:07
Chapter 7

A decir verdad, la situación que estaba viviendo no era incómoda y se agradecía la verdad, estaba
en la casa de unos desconocidos que me salvaron la vida y que hubiera sido una situación
incómoda me haría sentir bastante avergonzada de mí misma por la inmadurez y me estaría
martirizando.

-Por favor, siéntete cómoda, justamente vamos a comer y luego habrá un pequeño postre -
Comentó Toriel con calma.

De hecho, eran demasiado amables conmigo, asegurándose de que estuviera cómoda, segura y que,
si necesitaba algo en algún momento, que se lo dijera, que no sintiera vergüenza. Demasiada
hospitalidad.

Por el otro lado, estaban los dos chicos, Asriel y Frisk, quienes me miraban curiosos y se les
notaba que tenían ganas de hacerme varias preguntas. Les sonreiría de forma calmada y amable
para luego establecer una conversación con ellos.

-Os debo dar las gracias - Comencé con una sonrisa sincera. -, de no ser por vosotros, posiblemente
no estaría en buenas condiciones, hay grupos en estas calles que no son muy agradables.

-Tranquila, nos imaginábamos que algo así podría pasar, por eso fuimos a ayudarte - Habló Asriel
con calma, por el otro lado Frisk movería la cabeza en afirmación. -. Creo que mi madre ya nos
presentó, pero igual forma - Señalaría al chico de camisa a rayas azules y moradas. -, él es Frisk, no
es muy hablador, por no decir que apenas habla, le verás mover la cabeza o hacer algunos pocos
gestos - Y luego, se señalaría. -, y yo soy Asriel, hijo de Toriel y Asgore.

-¿Frisk no es tu hermano? - Pregunté sorprendida.

-Mi madre siempre dice que Frisk es como su hijo, pero no es así, no sabemos de qué familia
viene, tampoco recuerda mucho su pasado... Por no decir que no sabe nada de él, solo lo que ha
vivido con nosotros.

Esta respuesta me dejó sorprendida, al parecer no era la única rara que no recordaba su pasado
hasta cierta edad y a decir verdad se agradecía, pues al menos me sentía ciertamente acompañada
en este aspecto. No niego que cuando me terminó de explicar, miraría a Frisk, un rostro serio, pero
que mostraría una sonrisa ligera al final. Le sonreiría de vuelta, debo resaltar algo de él y es que me
sorprendió un poco que me pudiera ver con los ojos casi cerrados.

-Creo que debería presentarme entonces - Hablé tras esos pocos segundos de silencio. -. Me llamo
Ursula, Ursula Dandrina, una joven chica de diez y siete años, sigo aún estudiando - Al
presentarme, podría ver como Frisk se sorprendería, dando unos ligeros toques al hombro de
Asriel.

-¿Dime? -Acercaría su oreja a la boca de Frisk para que le susurrara. -. ¡Oh! ¿¡Es ella?!

-¿Ocurre algo? - Pregunté confusa. No era de mi constancia que fuera alguien famosa y que
preguntara eso me dejó ciertamente desconcertada.

-¡Alphys! Seguramente te suena ese nombre - Moví la cabeza en afirmación. -, ella es nuestra
amiga, nos comentó de Elena y de ti, le caísteis muy bien.

-Vaya, me alegra saber eso la verdad - Notaría cierta vergüenza, pero sonreiría con calma, no
pensaba que ser tan amable provocaría esto. -, nos sorprendió ambas que ya el primer día tras
vuestro acuerdo, los monstruos pudieran trabajar y hacer vida normal como nosotros - Pude ver
cierta cada de confusión en ellos. - ¡N-No a mal! Comprender que es extraño, a nosotros nos
pareció de maravilla, pero no a todos les parece así de bien por desgracia.

-Sí bueno, tuvimos nuestras dificultades, pero pudimos demostrar que somos buenos, no como
antes, aunque de igual forma, nos pusieron a prueba - Explicaría Asriel, se podía notar cierto
nerviosismo mientras miraba hacia la cocina.

-¿A prueba? - Pregunté sorprendida.

-Por desgracia sí, querida - Justo en ese instante Toriel haría presencia entrando por el comedor,
trayendo ya la comida en una olla mediana para colocarla en la mesa, mis tripas rugían de hambre.
-, a pesar de los años de diferencia y de generaciones siguen creyendo que somos unos violentos
sin control, por ello estamos en una prueba durante un mes o más - Suspiró Toriel de forma
apenada. -, pero bueno, eso es otro tema que podremos comentar más tarde, me imagino que ahora
tendréis mucha hambre, así por favor, no esperéis más.

Toriel me era un amor de persona, demasiado cuidadosa, amable, cariñosa, siempre se preocupaba,
incluso por tonterías que podías decir, "pero si no es para tanto", pero para ella si lo es, hasta cierto
punto podía decir que es demasiado protectora con sus hijos y conmigo, pero decirle algo ante su
manera de ser me parecía mal educado.

Si algo podía decir, es que su comida y el postre eran deliciosos, que maravilla habían probado mis
papilas gustativas y más cuando acababa de despertar de un largo sueño, aquello me dio bastantes
energías y una tripa llena la verdad, necesitaba descansar unos pocos minutos o moverme un poco.
Asriel y Frisk también se encontraban igual que yo.

-Creo que deberías volver ya a casa, ¿no? - Preguntaría de golpe Asriel, pude ver como Toriel
miraba a su hijo con una cara no muy agradable. -. D-Digo, por tus amigos y padres y eso...

-Tranquilo, sé que no iba a mala intención y tienes razón, debería volver ya, mis padres estarán
preocupados de igual forma y conociendo a mis amigos, en cuanto sepan lo que me ocurrió, no
dudarán en bombardearme a preguntas - Respondería mirando hacia Asriel, este suspiró aliviado al
ver que no me tomé a mal sus palabras.

-Te acompañaremos entonces - Volvió hablar el chico. -, más que nada para asegurarnos de que
todo está bien y no hay problemas de vuelta.

-¿Seguro? No quiero ser una molestia, de verdad lo digo - Pregunté preocupada y algo agobiada.

-¡Sí! Tranquila, todo irá bien.

Por mucho que me negara, no podía hacer mucho más que aceptar al final, eran muy insistentes,
sobre todo Frisk, ese chico si era determinado para decisiones como estas y a saber si también era
así en situaciones de poca importancia. Igual forma, en la calle, pude ver bien en donde me
encontraba, un barrio que había tomado un poco más de vida que antes.

Sí, este barrio era donde antes vivían los magos, pero por situaciones del pasado y supongo que el
tiempo, tuvieron que moverse, por lo que actualmente viven los monstruos. Era graciosa la
situación si te pones a pensar, los magos que una vez encerraron a los monstruos, son ahora ellos
quien viven aquí.

Pude ver a una gran mayoría de monstruos en la zona, de una gran variedad como antes pude ver,
pero esta vez en su máximo esplendor y, tengo que decir que es muy hermoso de ver, como algunos
montan ya sus propios locales, viviendas, los jóvenes corretean por las calles y disfrutan mientras
que los mayores hablan entre ellos.

No había tanta diferencia después de todo.

Tras una buena caminata, llegaríamos ya a la zona que mejor conocía y, estando ya cerca de donde
vivía, les pedí a ambos que por favor volvieran, que en esta calle era muy difícil que algo me
ocurriera, porque a unos pocos pasos se encontraba ya mi hogar. Ellos aceptaron y me desearon
buena suerte y que ojalá pudiéramos hablar más en un futuro.

Con una sonrisa en mi rostro, volvería hacia mi casa, pasando por al lado de las mismas casas de
siempre, solo que en este caso frenaría por un momento al mirar hacia mi izquierda, mi rostro se
volvería sorpresa, al parecer el vecino le pareció buena idea plantar flores amarillas y, casualmente,
eran mis favoritas.

Curiosa me acercaría hacia ellas y olería un poco, un hermoso olor a flor bien cuidada y apreciada,
cerraría por un momento mis ojos, hasta que sentiría un pequeño puño en mi nariz, algo que me
sorprendería y daría pequeños pasos hacia atrás.

-¡Eh! - Una voz ciertamente aguda habló hacia mí, miré hacia mi alrededor, sorprendida, capaz era
el vecino. -. ¡Eh, estúpida! ¡Aquí en frente tuya, donde las flores amarillas! - Al posar mis ojos
donde me habían dicho, mi sorpresa no podía ser mayor.

-¿Una flor que habla?


Chapter 8

-No me vengas con que nunca has visto un monstruohablarte, da igual su forma o apariencia, soy
uno de ellos - Hablaría en un tono molesto la flor. Su tono me sorprendió pues era un poco rudo y
borde, aunque me lo tenía que esperar porque no todos iban a ser amables.

-A ver, pensé en varias apariencias terroríficas, pero... No en una flor... - Respondí sorprendida y
algo avergonzada. Este soltó un suspiro largo.

-Qué remedio - Susurró. -. Mira, solamente te pido que no acerques tanto tu napia, casi rompes uno
de mis pétalos y me despertarte de mí siesta - Pidió aún con ese tono molesto.

-¿N-Napia?

-Nariz - Respondió rápido. No me podía sentir más avergonzada.

-L-Lo siento mucho, no era mi intención molestar - Sentía cierta culpa en mi cuerpo, estaba incluso
a punto de inclinar un poco mi cuerpo hacia delante como gesto de pedir perdón, pero a la vez ¿qué
tenía culpa? No tenía ni la menor idea de que pudiera haber monstruos con forma de flor.

-Bah... Está bien, solo, no lo hagas más ¿vale? - Movería la cabeza en afirmación. -. Ahora que lo
pienso, eres la chica de ayer... Y de los otros días – Susurró esto último.

-¡Ah! ¿Tú también me viste junto con Asriel y Frisk? - Mi pregunta dejó sorprendida a la flor..

-Ahm, ¡Sí! ¡Sí claro! ¡Estaba allí! En otro lado, pero no me dio tiempo a ayudar, esos dos chicos,
son, son...

-¡Muy insistentes! - Respondí de golpe, pero al momento me sentiría mal por interrumpirle. -
Perdón, perdón de nuevo.

-No, sí tienes razón ¡muy insistentes! Sobre todo, Frisk, demonios, ese chico es muy pesado -
Expresó molesta la flor, mirando hacia la izquierda por unos segundos. Me sorprendiera que dijera
Frisk, porque cuando le conocí era muy calmado -. Como sea, me alegra - Me miraría de arriba
abajo de reojo. -, verte bien...

-Gracias por preocuparte, la verdad no sé qué ocurrió ayer, debo tener más cuidado.

-Sí... Claro... - La flor parecía susurrar algo que no pude comprender bien, esto me preocupó. -. Mi
nombre es Flowey, Flowey la flor.

-Ursula, Ursula Dandrina, un gusto conocerte - Que me dijera su nombre me daba un alivio, al
menos quería conocerme y que empezáramos por buen pie.

-Nos veremos mucho, posiblemente, no soy una flor quieta – Me aseguró.

-¿Acaso no vives con los demás monstruos? - Pregunté, pero al parecer esto solo le molestó más.

-Ciertamente, no es de tu importancia - Me contestó con un tono borde. -. Y ahora si me disculpas.

Podría ver varias enredaderas enganchadas a la pared de la casa, lo que permitiría a la flor moverse
hasta llegar al suelo de tierra del vecino y con ello esconderse, esto me dejó en claro que esta flor
podía moverse con libertad bajo mis propios pies, curioso cuanto menos. Igual forma, me sentiría
algo mal, posiblemente haya hecho sentir incómoda aquella flor y no era mi intención para nada,
solo... Solo quería ser amable.

-Que extraño – Susurré sorprendida. -. Creía... Que sería más amigable.

Suspiré un poco apenada, pero seguiría con mi camino, supongo que no todos los monstruos
estarían dispuestos a conocer a los humanos ya que aún estaban asimilando la situación al igual
que nosotros. Tenía que ser paciente.

Entrando ya a casa, limpiarme los zapatos y recibir de golpe un fuerte abrazo de mis padres para
que estos empezaran a hacerme mil preguntas sin parar, era un agobio, pero bueno ver sus caras de
sorpresa al ver que aquellos monstruos que me cuidaron eran buenos, encima, por si fuera poco,
Toriel les envió un mensaje para saber si yo llegué bien a casa, esto solo hacía que los monstruos
ganaran más puntos para superar la prueba que tenían.

Durante todo el día que quedaba hoy, decidí tomármelo con más calma, me hacía falta descansar,
ya había avisado a mis amigos de que estaba sana y salva en casa y que mañana, ya que no había
clases, quedaríamos para hablar de un montón de cosas nuevas que habían ocurrido o sobre
novedades que tenían que explicar sí o sí.

Sonreí con calma, vaya día, pensé, necesito darme una ducha relajante, disfrutar de mi música,
capaz un poco de lectura, unos pocos dulces para darme un poco de motivación, cenar y
dormir, pensé una vez más, pero esta vez para planificar la tarde noche antes de que mañana fuera
un nuevo día para mí.

Ciertamente me di cuenta de la gran preocupación que había causado a mis padres y no solo eso,
era extraño lo que me había ocurrido, como de repente había caído inconsciente y fui salvada por
los dos niños y el intento de aquella flor.

Que flor más extraña. ¿Por qué no estaba con los demás monstruos? Que extraño, estaba en las
flores del jardín de mi vecino y que me lo encontrara allí, capaz que estuviera de simple
exploración y que volvería ahora a su hogar, por ello se metió bajo tierra y se marchó.

Aunque con el tono en el que me contestó no parecía estar muy dispuesto a volver a su hogar,
parecía incluso estar molesto cuando hablé de los demás y esto me preocupó un poco, capaz era de
otro grupo de monstruos o... A saber qué.

Empecé a darle vueltas a las cosas, sí que era interesante que los monstruos empezaran a vivir en
nuestro pueblo, era increíble y tenía más ganas de conocerlos, pero no solo yo, quería ir con mis
amigos, estaba segura que si les explicaba mi experiencia sentirían muchas ganas de venir y
conocer.

Aunque no era la única con noticias, ellos tenían más... ¿Habrá pasado algo con Alphys?
Conociendo que ella habló de mi a los demás, también lo hizo sobre los otros alumnos. ¡Vaya!
¡Estaba emocionada!

Respiré hondo y con calma.

-Cálmate Ursula - Me dije con calma. -. Es mejor... Ir con paciencia, buena letra, conocernos,
presentarnos, no ir todo de golpe, es lo mejor, son también personas, capaz... Nos tengan algo de
temor...Y más con esa prueba... - Respiré una vez más. - Necesito dormir.

Me metí bajo las sábanas y cerré los ojos, al fin en mi cama que conocía, aunque la cama y las
sábanas que dormí antes no eran incómodas... De hecho, me gustaría tener una cama como aquella
habitación que dormir, pero no me podía quejar tanto, después de todo era cómoda y agradable...
Chapter 9

De normal dormía bastante bien, sin problema alguno, aunque en esta ocasión era un poco más
diferente, no solo porque la puerta de mi habitación estaba abierta, que de normal está cerrada, sino
que mis padres estaban hablando un poco fuerte y por el tono, les notaba preocupados.

Podía entenderlo, al desaparecer casi un día entero, ellos estaban paranoicos y les daba un poco
igual que me hubieran salvado los monstruos, ellos seguían porque se repetían una y otra vez que
no todos iban a ser buenos.

Suspiré cansada, haría mi función de escuchar más o menos lo que decían, pero estaría centrada en
otras cosas como desayunar, vestirme y hablar con mis amigos en el grupo que teníamos creado.
Ahí era más interesante la conversación, sobre todo porque Carol y Zen la habían liado.

Meditación (Zen)
A ver, sé que nos dijisteis de no ir.

Pero nos la sudó un poco la verdad


Enviado a las 10:05 a.m

Carolina
No me culpéis de nada, la idea es de este
idiota.
Enviado a las 10:05 a.m

Me quedé sorprendida, la verdad me lo esperaba un poco de ellos dos, porque eran muy curiosos y
les encantaba explorar y conocer todo lo desconocido. Por otro lado, me di cuenta de que no fui la
única que descubrió algo nuevo, que poco habían tardado en moverse para descubrir algo de los
monstruos.

Dejaría el móvil a un lado para preparar la mochila y, una vez lista, volvería hablar por el grupo.

Bueno, entonces ¿vamos allí? o qué


Enviado a las 10:15 a.m

Carolina
Ok
Enviado a las 10:16 a.m

Meditación (Zen)
OK
Enviado a las 10:20 a.m

Carlos
Voy ya
Enviado a las 10:20 a.m

Elena
Sipi
Enviado a las 10:21 a.m

Trampas (Maria)
Es la tercera vez que me dormí en cama, ya
puede valer la pena ir allí
Enviado a las 10:23 a.m

La idea era llegar a las diez y media, pero conociendo a algunos del grupo que les encanta perder
el tiempo, entretenerse o dormirse incluso, era normal que llegaran a menos cuarto, es por ello que
llegué la primera y me sentaría en un banco, cerca de su barrio, para estar con el móvil y esperar a
mis amigos.

¿Era buena idea estar sola en un barrio de monstruos? Capaz no, capaz mi confianza por aquellos
chicos era muy alta y me estaba dejando llevar un poco, pero no sentía miedo, lo que si me sentía
era vigilada y bastante.

De vez en cuando miraba hacia atrás, me sentía un poco preocupada, realmente no es que tuviera
miedo como ya dije, pero no negaba que a lo mejor una humana por este sitio no era aún bien visto
porque recién habían llegado y no estaban listos para las visitas.

Distraída, el móvil caería de mis manos, lo que me haría despertar de mis pensamientos y ponerme
al buscarlo, pero no estaba, había desaparecido por completo, como por arte de magia.

-Genial, ahora ya no solo estoy sola, sino que incomunicada - Susurré algo molesta, aunque
también sorprendida, ¿había desaparecido por arte de magia? ¿O acaso desapareció por culpa de un
monstruo que usa magia?

-Buenas Ursula - Giré un poco mi cabeza para ver a Carlos, suspiré de alivio, al menos ya no estaba
sola. -. Puntual, como de costumbre.

-Me alegra verte, justamente mi móvil desapareció por arte de magia... Solo se me cayó y no lo
encuentro, o sea, es estúpido porque tendría que estar aquí y...

-Estamos en una zona de monstruos - Me recordó Carlos. -, es posible que nos estén viendo y
hayan robado tu móvil a posta.

-Ah... También pensé en eso.

-Tranquila, estoy yo - Se sentaría a mi lado. -, cualquier cosa que ocurra, se las tendrán que ver
conmigo - Ante su comentario, me quedé un poco confusa.

-No pienses que van a pegarnos o algo así, tipo, si quieren estar aquí, lo menos que buscaran es
violencia, si no, no estarían aquí - Expliqué con calma.

-Bueno... Capaz que si puedan robar, como tu móvil - Explicó Carlos.

-... Pues... Mi móvil no tiene contraseña - Carol puso la mano en la cara.

-Eso si es un problema.

-¡Buenas, buenas!

Elena saludaba con alegría y paso ligero, llevando una mochila azul en la que estaba muy segura
que tendría varios medicamentos u objetos de medicina, siendo ella, era muy posible. Al estar a
nuestro lado, comentaría los pequeños descubrimientos que había hecho sobre sus estudios y
pequeños documentos sobre los monstruos.

No iban a tardar mucho en llegar Carol y Zen, siendo la última Maria que era la que más dormida
estaba, despeinada y una ropa algo holgada, bostezaría en frente de nosotros y nos miraría con cara
de pocos amigos, molesta, cruzándose de brazos.

-Bueno ¿vamos? - Preguntó rápido.

-No podemos entrar así como así al barrio como si fuera entrar en nuestra casa, no sé si entiendes -
Hablaría Elena con calma.

-Ya... Bah - Respondió cansada para tumbarse parcialmente en el banco.

-Os tenemos que comentar lo que nos pasó y luego Ursula, así podemos analizar un poco la
situación ¿no creen? - La idea de Carol no era del todo mala.

-Entonces empezad, somos todo oídos - Diría con atención Carlos.

Asgore, cuando dijeron el nombre nada más empezar la historia fue cuando puse bastante atención,
porque según lo que dijeron, era el rey del cual estuvo casado, aunque actualmente andan
divorciados, igual que con Toriel. Tenía la confianza que ellos dos estaban involucrados.

Al describirnos el lugar, me quedaría muy sorprendida e intentaba hacerme una imagen en mi


cabeza, debía de ser precioso y les envidiaba, por no decir que tenía ganas de ir al lugar.

Y ahora me tocaba explicar, lo mío no era muy interesante, aunque podía ver su interés, a
excepción de Maria que posiblemente se había dormido de vuelta, sea como sea, cuando terminé de
explicar todo, me di cuenta de que Maria empezaría hablar con cierta vagancia en sus palabras.

-Bueno conocéis al rey y a la posible reina de los monstruos, ¿qué mejor comienzo puede ser?
Podemos entrar y si nos dicen algo, les contestamos con "somos amigos del rey" es como si dices
que eres vip en un local, ¿entienden?

-No podemos abusar de eso - Contestó Carlos molesto.

-Me da igual, queréis entrar ¿no? Pues ya está - Se pondría bien en el banco, sentándose con calma
para mirarnos aun con ese cansancio. -. ¿Nos movemos?

-No, no vamos a decir eso, vamos a entrar y vamos a ser educados - Contesté algo molesta, María
me miró con seriedad y vagancia.

-Pues como queráis, yo os seguiré igual.

-En el caso de los veamos, pues nos presentamos y así conocemos el barrio acompañado por ellos
¿no? - Preguntó Elena curiosa.

-Chicos, recordad esto, Alphys, la profesora, también habló de nosotros, capaz quieran conocernos
y vernos - Diría Carol mientras ponía la mano derecha en su mentón.

-O simplemente podéis entrar y ya.

Una voz grave nos llamaría la atención a todos, girándonos de golpe para ver un monstruo, este era
distinto a los que había visto. Era un esqueleto, mostraba una sonrisa amplia, vestido con una
sudadera azul larga con unos pantalones cortos negros con unas líneas blancas verticales en los
lados del pantalón, no solo eso, era muy gracioso ver unas pantuflas rosadas cubriendo sus pies.

-Dime que no estoy fumada - Susurró Maria con una ceja arqueada. -. Tío... Que es real, que es un
esqueleto con sudadera azul y pantuflas rosas.

-Sois el primer grupo de humanos que veo y es lo más curioso que he visto en mi vida - Comentó
el esqueleto mirándonos de forma curiosa. -. Una es una vaga, otro parece luchador, dos hermanos
emos y dos chicas bastante calmadas y amables

-¿Lo de emo iba por nosotros? - Preguntó Carol sorprendida.

-Me ha dicho vaga, que sorpresa- Soltó Maria sin darle importancia a lo que ocurría.

-Bueno ya sabe que lucho - Susurró Carlos.

-Me imagino que si estáis aquí es para conocer el barrio y sus habitantes - Comentó el esqueleto
con calma. -. Pues lo siento mucho, el barrio cierra los fines de semana - Todos nos quedamos
sorprendidos. -. Es una broma, pero no os sorprendáis que estén la mayoría dormidos aún.

-Ja, ya duermen más que yo - Se molestó Maria, poniendo las manos en la parte trasera de su
cabeza.

-¿Entonces podemos entrar? Simplemente es por curiosidad, hemos conocido algunos de ellos y...

-¿Eres Ursula? - Preguntó el esqueleto, interrumpiéndome. Afirmé con mi cabeza. -. Ahhh... Sí...
Nos hablaron de ti... Varios, de hecho, ya te hiciste famosa.

-¿Famosa? - Pregunté incrédula.

-Un gusto conocerte, nos hablaron varios de ti y de tu grupo, podéis entrar sin fallo - Comentó con
calma. -. Por cierto, mi nombre es Sans, un gusto - Este daría la mano con calma con una sonrisa
amplia.

-El gusto es nuestro - Respondería con calma y, a punto de darle la mano, Maria aparecería de
golpe para impedir el apretón de manos y sacar de la mano del esqueleto un cojín de pedos. -. Ah...
¿Qué?

-¿A ti te gustan las bromas? - Preguntó Maria con cansancio. -. Esas bromas las hacía yo, pero veo
que no soy la única.

-Je, al fin me descubren, me temo que tendré que cambiar mis métodos - Podría ver en aquel
esqueleto una sonrisa amplia.

-A mí me gustan esos juegos y he de decir que eso ha sido de principiante - Confesó Maria...
¿Sonriendo un poco? -. Ya me entró curiosidad... Soy María, un gusto.

Se mirarían por un momento los dos, literalmente los dos estaban en la misma posición, postura
relajada, manos en el bolsillo... Demonios parecían ir vestidos casi igual, era sorprendente como
parecían ser la misma persona, pero de distinta raza.

-Bueno, chicos, ¿nos movemos? Me está llamando la atención este barrio - Pidió Maria con una
sonrisa calmada.

-Tu eres una cara dura, que remedio, eres de lo peor Maria - Contestó Carlos algo molesto,
cruzándose de brazos, a lo que Maria se reiría con calma y yo sonreiría con suavidad.

Todos nos podríamos en marcha, siguiendo aquel esqueleto misterioso en el que nos enseñaría el
barrio, comenzando por unas pocas casas en nuestro alrededor en laque veríamos algunos vecinos
curiosos mirándome. Si bien todo era muy calmado y parecía ir todo bien, aun no me olvidaba del
móvil, que esperaba encontrarlo o ver al culpable.
Chapter 10

El barrio no tenía mucha diferencia de donde vivíamos, capaz alguna que otra decoración no muy
excéntrica que los monstruos le quisieron dar, pero no mucho más allá porque todos estaban
mudándose y adaptándose al nuevo barrio al que iban a vivir, por ello era común ver a varios
monstruos con los muebles fuera de las puertas de su casa, moviéndolos a su interior.

-Qué bonito - Solté con emoción. -, este barrio estaba muerto y que ahora tome vida es lo más
hermoso que podré ver por una temporada.

-Tampoco es para tanto - Expresó Maria con insignificancia.

-Maria, analiza bien esto, ¿acaso vas a ver a más de 10 personas hacer una mudanza a la vez?
¡Están reviviendo el barrio! Tengo ganas de ver que tendrá este lugar - Expresó Elena emocionada.
-. Y no solo eso, me encantaría ayudar, perdona, Sans - Elena se acercaría al esqueleto que nos
lideraba, este giró la cabeza un poco. -. ¿Qué teníais antes en vuestra ciudad?

-Un poco de todo, pequeñas tiendas de comida, medicina y flores, bar-restaurante, un gran
laboratorio y un programa de televisión, entre otras cosas que no recuerdo bien - Recordó mientras
pensaba un poco, frenando su paso.

- ¿Bar-restaurante? - Preguntó curioso Carlos. -. Ya de oírlo tengo hambre.

-Si queréis podemos ir ahora, capaz a Grillby le molesta un poco, porque está con las mudanzas,
pero creo que le hará ilusión saber que hay nuevos clientes humanos y que le pagaré la cuenta que
le debía – Sugirió con una sonrisa calmada. -. ¿Os apetece?

-¡Venga chicos! Un bar es donde toda la gente se reúne y donde más cotilleos hay - Expresó Carlos
con emoción.

-Tío, dijo que estaba aun con la mudanza, ¿no sería molestar? - Preguntó Maria con la ceja
arqueada.

-¡Pero empezaría ya con buen pie y dinero en las manos! ¡Y aparte...! - El estómago de Carlos
empezaría a gruñir con fuerza.

-Y aparte tienes hambre - Finalizó la frase Elena.

-Y aparte tengo hambre... - Confesó avergonzado el chico. -. No he desayunado.

-¿¡Cómo?! ¡Pues vas a ir ahora mismo a comer algo! - Expresé molesta, como si fuera la típica
abuela que sobrealimentaba a sus nietos.

-S-Sí, Ursula...

No tardaríamos en llegar al bar que mencionó Sans, ciertamente el local era muy hogareño,
agradable y cómodo, a buenas a primeras me daba buena impresión y tenía mucha curiosidad de
ver el interior ya que parecía tener un ambiente que me iba a gustar aún más.

-Bienvenidos, a Grillby's, no creía que habría gente, pero... Si lo hay... Je.

Era cierto, el bar ya tenía unas pocas personas en su interior, comenzando a mi derecha, dos mesas
con unos sillones enormes parecidos a un sofá, allí había dos perros con armadura... Extraño cuanto
menos, pero podía ver los ojos de los demás ya que querían acariciarlos.

A la izquierda había una mesa pequeña seguida de una grande en la que posiblemente jugarían
unos pocos juegos de cartas en las que apostarían mientras tomaban algo. Enfrente mía, estaba la
barra del bar en la que se encontraría un camarero, un hombre de cierta altura cuya cabeza era
literalmente fuego.

-Es un tío con una cabeza que arde... ¡¡Y que tiene gafas!! ¡¿No se le derriten las gafas?! - Preguntó
atónita Carol.

-Desde que le conocí lleva esas mismas gafas, así que supongo que sí - Contestó con calma Sans. -.
¿Tomamos algo?

Aceptamos todos de una, entrando al local para que Sans nos presentara al camarero, que era
Grillby, literalmente aquel camarero era también el dueño, cocinero; todo, dejándome bastante
sorprendida por sus capacidades.

Nos atendería con amabilidad a cada uno de nosotros con lo que queríamos tomar y comer, en unos
pocos minutos recibiríamos nuestras bebidas y comida, podríamos ver a Carlos comer con cierta
rapidez, algo que me haría cierta gracia.

-Bueno, ahora que estamos en un lugar calmado y ciertamente poco conflictivo, ¿qué os parece
charlar un poco de nosotros y vosotros? Así nos conocemos mejor y también sabemos cómo
funciona en general nuestro estilo de vida y la vuestra -Sugirió el esqueleto que tomaba un bote de
ketchup con unas pocas patatas. No, el ketchup no lo ponía en las patatas, se lo bebía directamente.

-Sería bueno presentarnos todos primero, ¿no creen? - Sugirió Elena con calma mientras miraba a
los demás.

-Pues empiezo yo, así no me da tanta vagancia - Habló Maria con un bostezo ligero. -. Soy María,
tengo 18 años, me gustan las bromas, jugar cartas y hacer trucos con ellos y ocasionalmente suelo
leer la mente de las personas sin querer.

-Una tramposa -Expresó Sans con calma.

-No hago trampas - Maria haría aparecer de su mano derecha un mazo de cartas, como si fuera arte
de magia. -, te lo puedo demostrar ahora.

-Adelante - Le retó con una sonrisa bastante amplia, todos nos quedaríamos espectadores de la
situación, prestando atención. María también sonrió.

-Adoro, esto va a ser divertido - Con su mano, con total facilidad, expande las cartas y se las
enseña a Sans. -. No quiero que elijas una carta, quiero que la pienses, ¿sabes cómo son las cartas
de poker?

-Claro.

-Elije la que más rabia te dé, pero no me la digas - Pediría la chica con calma. -. Perfecto, intuyo
que la lo tienes.

-Así es, ¿ahora quieres que elija una carta de tu mazo? ¿Cómo por ejemplo esta? -Preguntó con
cierto vacile.

La carta que sacaría sería el as de corazones, aunque este en concreto se volvería azul, todos nos
quedaríamos sorprendidos, menos Maria, que se quedaría con un rostro serio, aunque no tardaría en
sonreír de forma suave.

-Sería impresionante de no ser que Grillbys te ha dicho dónde está tu carta ya que te gustan los
corazones, pero si es uno mejor - Expresó con calma Maria. -. Y si es azul, es porque has podido
hacer algo que relaciona a la magia.

-Creía que serías fácil de impresionar - Expresó ciertamente sorprendido Sans.

-He visto muchas cosas con las cartas, puedo adivinar tu pasado o tu futuro con ellas - Y de golpe
levantaría las cartas al aire para que estas volaran, aterrizando una carta en su mano. - El joker...
Jum...

-¿Ese no era estúpido? - Preguntó Carol sorprendida.

-No exactamente, puede ser estúpido, pero no del todo - María miró más curiosa a Sans. -. ¡Qué
interesante! ¡Me caes bien con tan solo ocurrir esto! A lo mejor si puede que este sitio sea más
entretenido de lo que pensé.

-Yo creía que los humanos no podíais sorprenderme más, pero me equivoqué - Expresó con
sorpresa el esqueleto. -. Me gustaría saber más de vosotros, soy todo oídos.

-Pues tendré que seguir - Hablaría Elena. De mientras Maria guardaría las cartas en su mazo para
luego mirarnos con una sonrisa confiada.

-Si es que en las cartas no hay nadie que me gane, es mi especialidad - Expresó con demasiada
confianza Maria. Yo solo arquearía la ceja sin creerme lo que acababa de escuchar.

-Mi nombre es Elena, me encantaría ser médica, es mi mayor pasión... Ah y tengo 19 años - Se
presentó la chica con cierto nerviosismo.

-De ti me habló Alphys, si os la encontráis hoy es posible que habléis mucho de lo que te interesa y
capaz conozcas a Undyne.

-¿Undyne? - Preguntó Carlos curioso.

-Sí, ella es nuestra guerrera y digamos que ayuda al rey Asgore o ayudaba, actualmente no se si
sigue o si solamente entrena para no perder físico - Explicó con calma Sans.

-Su nombre me llama de buenas a primeras, pero que sea guerrera me cautiva aún más - Se sinceró
Carlos. -, mi nombre es Carlos, soy luchador de boxeo, aunque quiero aprender más artes marciales
para no solo defenderme, sino proteger a los míos, tengo 18 años.

-Admirable cuanto menos -Hablaría Grillby, algo que nos sorprendería a todos.

-Bueno, ¿y los demás?

-Nosotros somos Carol y Zen, somos hermanos - Explicaría Carol señalando quien era quien. -,
somos jóvenes intrépidos que les encanta viajar, conocer y explorar, Zen tiene 16 años, yo 18.

-Digamos que en cada aventura nos metemos siempre en problemas, pero siempre salimos inmunes
- Diría con orgullo Zen.

-Como la vez que visteis a Asgore ¿verdad? - Ante su pregunta, ambos tragaron saliva nerviosos. -.
No somos tontos, Asgore nos lo explicó, al parecer algunos de este barrio ya os conocen.

-Je... Sí, perdón... Ya te dijimos, somos curiosos - Se disculpó con vergüenza Carol.
-No hay problema - Tras decir esto, me miraría. -. ¿Y tú?

-Ursula Dandrina, un gusto, tengo 17 años... Ahm, no tengo mucho que explicar, me gustan varias
cosas... Pero quiero... Un trabajo decente o simple, capaz una floristería, pero tampoco lo tengo
claro, solamente estudio lo mismo que Elena para ver si puedo tener un trabajo decente - Expresé
con cierta vergüenza.

-Si vas abrir una floristería, iría con cuidado, hay flores que pueden hablar - Expresó con una
pequeña risa.

-¡Ah! ¡Justamente ayer vi una flor que habla! - Cuando dije esto, vi su mirada clavada en mí. -. Era
una flor amarilla... No, de pétalos amarillos, eran las nuevas flores del vecino y quería olerlas,
cuando me acerqué se asustó, me pidió que fuera con cuidado y se marchó... Me resultó extraño
porque pensé que estaría en vuestro barrio, no en mi casa.

Hubo un pequeño silencio en el que él me miraba y luego hacia Grillby, soltó un pequeño suspiro
para luego sonreírme con calma. Esto me preocupó un poco.

-Lo que te he dicho, hay flores que hablan, solo ve con ojo, pueden ser ciertamente traviesas o
estúpidas - Expresó con calma y una ligera risa.

-Lo tendré en cuenta - Le devolví una sonrisa suave.

-Bueno ahora que todos nos conocemos, creo que sería idóneo presentarnos - Continuaría con
calma. -. Soy Sans, Sans el esqueleto, soy hermano de Papyrus, que es mi hermano mayor, es
normal en él que lleve una bufanda roja y una vestimenta ciertamente extraña, pero es buen chico...
Actualmente anda emocionado y a la vez asustado ya que vivimos con los humanos, así que no
seáis duros con él.

-Sans y Papyrus, de que me suenan - Susurró Carlos pensativo.

-Luego hay más personas, Alphys ya la conocéis, Asgore algunos también, Toriel... Creo que
solamente la conoce Ursula, junto con Asriel y Frisk... Los demás, son Undyne, Mettaton y creo
que no me dejo nadie más... Bueno, sí, pero al menos los importantes no son - Expresó mientras
intentaba recordar.

-¿Los llegaremos a conocer? - Preguntó curiosa Carol.

-Obviamente, pero a su debido tiempo, al que si podréis conocer ahora mismo es...

El fuerte ruido de una puerta siendo golpeada nos llamaría a todos la atención, girando al cabeza de
golpe para ver a un esqueleto de una gran altura mirando todo el bar hasta encontrar lo que
buscaba.

Bastante alto, con una bufanda roja, daba pasos seguros mientras miraba a Sans, según lo que
describió antes, este nuevo ser parecía ser su hermano, también porque era un esqueleto.

-¡¡SANS!! -Gritó con fuerza.

-A mi hermano - Dijo con calma, terminándose al fin el bote de ketchup.


Chapter 11

-¡¡SANS!!- Gritó de vuelta aquel esqueleto. -. ¡¡TENEMOS MUCHAS COSAS QUE HACER!!

-Entre ellas era tomar mi bote de ketchup, es sagrado eso, hermano - Contestó con una sonrisa
calmada.

-¡¡NO EMPIECES!! ¡¡NO ESTAMOS PARA HACER BROMAS!! ¡¡TENEMOS UNA


MUDANZA EN MEDIO!!

-Sí que grita ¿no? - Pregunté a Sans.

-¿Él? Es así, tendrás que acostumbrarte, lo siento - Me respondió con calma.

-Está bien, no os quiero interrumpir - Expresé con calma.

-Oh, pero nos marchéis, es mi hermano - Contestó con una sonrisa para luego mirar a su hermano. -
¡Eh Papyrus! ¿Qué no ves que son un grupo de humanos? Nos quieren conocer.

-¡¿Y-YA!? ¡¡PERO CREÍA...!! -Se pensaría las palabras para luego toser con fuerza y ponerse en
una pose firme con los brazos en jarra. -. ¡¡SED BIENVENIDOS HUMANOS!! ¡¡PAPYRUS OS
DA LA BIENVENIDA A NUESTRO HERMOSO Y ÚNICO BARRIO!!

-Oh no - Susurró Maria cansada. -, es un estúpidamente bueno.

-¿Estúpidamente bueno? - Pregunté confusa.

-Es un idiota con buen corazón, no se entera de nada y actúa como un niño, estúpidamente bueno -
Explicó con cansancio Maria para luego poner sus manos en la cara. -. Porqué vine aquí, se estaba
poniendo buena la cosa hasta ahora.

-Oh, María, pero si lo mejor empieza ahora - Sans pondría su mano en el hombro de Maria, algo
que a la chica le extrañaría.

-¡¡SI TENÉIS ALGUNA DUDA, PODÉIS DECIRMELO!! - Expresó con emoción Papyrus,
ignorando lo que habíamos susurrado.

-Bueno yo tengo una duda hermano - Comenzaría Sans, acercándose a su hermano.

-¡¿QUÉ ES ESTA VEZ SANS!? - Su hermano se había puesto tenso, algo que me sorprendió.

-¿Recuerdas los correos basura que nos llegaron de la casa?

-¡SÍ, ME DIJISTE....! - De golpe se callaría. -. NO.

-Sí, te dije que era spam comido.

-OH NO - Sobrereaccionó Carol poniéndose las manos en la cabeza. -. NO, ME NIEGO, CHISTES
MALOS, NO - La chica me miraría para luego abrazarme con fuerza.

-¡¡ALGUIEN QUE ME ENTIENDE!! ¡¡SON HORRIBLES!! - Expresó molesto Papyrus.

-¡SÍ LO SON! - Carol miraría hacia Papyrus para buscar validez en lo que decían.
-Pues a mí no me parecen tan malos - Expresó Elena sorprendida. -, yo de hecho hice chistes
químicos...

-¿Pero...? - Pregunté confusa.

-No tenían reacción - Hubo un pequeño silencio, Sans soltaría una pequeña risa.

-Ese ha sido bueno, no me lo esperaba de ti Elena - Expresó el esqueleto con una risa, mientras yo
ponía mi mano en la cara.

-Si no os importa - Interrumpió Carol molesta. -, me iré con Papyrus a fuera, cuando terminéis, me
avisáis.

-Oh vamos, pero si la mejor parte estaba por llegar, no quiero os perdáis mis mejores chistes -
Expresó Sans con una risa ligera.

-¡¡NO CHISTES SOBRE HUESOS!! - Gritó Papyrus para luego irse del bar con Carol, Zen,
sorprendido por la situación, se iría con su hermana.

-¿Chistes sobre huesos? - Pregunté

-Nah, no exactamente así, le iba a invitar a tomar algo y luego hablar algo, iba a ordenarle a
Grillbys... Unos costillares - Al escuchar esto, abrí los ojos para soltar una risa.

-Oh dios mío, que malo, por el amor de dios - Soltó de golpe Maria. -. Es como el chiste que te dije
antes de ayer Carlos.

-¿El del mago? - Preguntó el chico con la ceja arqueada.

-Este no cuenta, lo encontré por internet, ¿vale? Pero el chiste era, literalmente, ¿por qué un mago
no puede ser boxeador? Porque sería magolpeado - Hubo un silencio, no muy largo. -. Es horrible.

-Es maravilloso - Soltó una risa Sans.

-Dios mío, creo que yo voy a tomar algo de aire antes de que esto sea peor - Expresó con una
sonrisa calmada mientras iba a fuera del bar.

Allí podría ver a Papyrus y Carol junto a su hermano hablando de forma calmada, me pareció una
escena bonita y calmada de ver, como monstruos y humanos empezaban ya a comunicarse y estar
en armonía, aunque siendo ellos dos, era la mejor combinación, dos curiosos y aventureros, aunque
Papyrus, por lo que dijo Sans, era un ser que se emocionaba mucho.

Suspiré con calma para luego mirar a mi derecha, sería una sorpresa al ver justo encima del buzón
mi móvil, lo agarré sin pensarlo dos veces para ver si estaba en condiciones. Fijándome en la
batería de este, me di cuenta de que habían observado algo en él.

Comencé a mirar preocupada, pero todo estaba en orden, posiblemente aquella persona o monstruo
no quería mi dinero o mis redes, sino... Observar quien era. Pensativa, me guardaría el móvil y me
cruzaría de brazos por un momento.

Era en cierta medida normal que me miraran el móvil, en específico los monstruos, muchos de
ellos no se fiarían de mi porque era una humana y por lo que ocurrió en el pasado. Mentalidad
antigua, cerrada. Aun así, no negaba que me era molesto y preocupante que tomaran y miraran mi
móvil, no estaba del todo calmada, quería saber el culpable y que al menos me dijera unas
disculpas.
-Gracias, pero al menos espero unas disculpas directas, no me sirve con tan solo darme el móvil,
no es agradable, ¿sabes? - Hablé un poco en alto, molesta.

-¿A quién hablas? - Me preguntaría Sans, esto me daría un susto y le miraría sorprendida.

-Ah, no, nada, solo que había perdido mi móvil justo antes de entrar, pero ahora lo tengo de vuelta,
no sé quién de los monstruos controla la magia, pero le dije que al menos quería unas disculpas
directas, no de esta forma - Le expliqué con calma.

-De aquí casi nadie tiene poderes de telepatía o parecido, tampoco que controle la magia como tal,
así que realmente no sabría que decirte, capaz alguien muy veloz o astuto - Al decir esto, el
esqueleto también se quedaría pensativo. -. Si tengo alguna idea de quien es... Te lo haré saber.

-Gracias, pero no tienes porqué - Expresé con una sonrisa calmada.

-No quiero que os sintáis incómodos, me gustaría que nos lleváramos bien y olvidáramos el
pasado.

-Concuerdo contigo - Al expresar mi opinión simple, podría sentir los pasos de Papyrus, Carol y
Zen, quienes se nos acercaban.

-¡¡SANS!!

-Tranquilo hermano, no haré más chistes.

-OH, NO ES ESO, ESTOS DOS HUMANOS ME CAEN BIEN, ME LOS QUIERO QUEDAR -
Las palabras de Papyrus hicieron sorprender a Carol.

-Papyrus, tienen su familia y hogar, quedárselos no sería lo ideal, ¿no crees? - Esto hizo pensar a
Papyrus por un momento.

-PUES QUIERO QUE VENGAN MÁS.

-Eso tenlo por asegurado - Respondería la chica con calma, Papyrus le miraría con una sonrisa
también.

Las puertas de Grillby's se abrirían de golpe, menos mal que estas puertas eran resistentes ya que
quien la abrió fue Carlos, quien miraba a los esqueletos con seriedad.

-¡¡Vuestros nombres son fuentes base del Word!! ¡¡Por eso me sonaba el nombre!! - Expresó con
mucha seguridad. Todos nos quedaríamos sorprendidos por sus palabras.

-¿Solo has abierto la puerta para decir esa idiotez? - Preguntó Maria con una ceja arqueada. -.
Demonios, me dijiste que era algo muy importante, no esa idiotez.

-¡¡¡ES MUY IMPORTANTE!!!

-Por el amor de dios, cállate antes de que me estreses más, pedazo de burro.

-¡¡BURRO TU ABUELA!!

-Y empezamos de vuelta... - Suspiró pesado Maria, poniendo sus manos en la cara.

-Honestamente no sé qué ha dicho Carlos, pensaba que nos conocía por las historias del subsuelo,
al igual que Frisk, no por... Eso... Que ni siquiera sé que es - Hablaría Sans ciertamente confuso.
-Déjale es tonto - Contestó Maria algo cansada de la situación. Fue entonces cuando Carlos
intentaría darle un puñetazo, pero ella lo esquivaría. -. Epa, esa fue a traición.

-¡¡No empieces!! - Se le podía verle molesto, a veces era un poco burro de más cuando creía que lo
que decía era muy importante, pero no era así la mayoría de veces.

-Vale, vaaale - Levantó las manos Maria, como si fuera culpable de algo y luego vería como su
amigo se relajaba. -. Bueno, creo que la visita a este barrio no se queda solo ahí ¿verdad?

-No, hay mucho más, podéis seguirnos si queréis - Expresó Sans con calma.

-¡¡YO IRÉ CON VOSOTROS!! - Diría Papyrus emocionado.

Todos estuvimos de acuerdo, aun teníamos ganas de saber más del barrio, que no era pequeño, por
eso seguiríamos a los esqueletos, mirando a nuestro alrededor y hablando tranquilamente mientras
veíamos como los vecinos nos miraban y a la vez movían los muebles para sus respectivas casas.
Chapter 12

Si no fue suficiente conocer a estos esqueletos, lo que me venía ahora iba a ser interesante ya que
íbamos a conocer a dos nuevas personas, Undyne y Alphys, quien esta última ya sabíamos de ella
por nuestras clases.

Cuando conocimos a Undyne por primera vez, sentí un gran miedo en mi cuerpo, era una mujer
fuerte, de actitud dura y nos miraba a todos con cierta desconfianza, todos estábamos asustados y
preocupados, menos Maria, que le daba igual todo, y Carlos, que sentía cierta admiración hacia
ella.

Sentía que en cualquier momento Carlos iba a pedirle una pelea, pero cuando hubiera cierta
confianza, ahora solo se estaban conociendo y podía ver el brillo de emoción en sus ojos,
realmente se estaba emocionando y quería pedirle un combate a puños.

Veríamos la casa de Undyne y nos daríamos cuenta que vivía con Alphys, compañeras de piso, nos
invitarían a tomar algo, un café y bebidas, porque Alphys ya sabía que estábamos allí y por ello
estaba preparando todo para la ocasión.

Podríamos ver las habitaciones, comedor, cocina y baños, siendo ciertamente colorido y animado
de ver a decir verdad, lo que más me llamaba la atención era las habitaciones, como ambas
compartían la ilusión por el anime y series de televisión, Alphys expresó su gran ilusión de poder
tener mejor conexión y ver los capítulos en directo.

Por el otro lado Undyne tenía postes de personajes que eran de alto mando o cuyas ideas eran
similares a las suyas o que la inspiraron a ser así, decía que quería ser la mejor, que no quería
rendirse nunca, que defendería a los suyos hasta el final. Miré a Carlos de reojo, parecía que iba a
llorar.

Tras el recorrido en la casa, iríamos al comedor a tomar algo de forma tranquila, nos daría algunas
cosas para tomar como "pica pica", sea patatas, gominolas, frutos secos, aceitunas... Alimentos por
el estilo que nos ayudó a matar algo el hambre mientras nos conocíamos mejor.

Alphys nos habló más de la historia que hubo en el subsuelo y lo que ocurrió con Frisk más las
almas humanas, una historia que nos llamó a todos la atención y que pusimos bastante atención.

La historia comenzaba con que Frisk no era el único en caer en aquel agujero enorme que se
encontraba en la montaña, sino que hubo varios niños más, los cuales cada uno de ellos tenían un
color distinto en su alma, su corazón.

La integridad. La perseverancia. La amabilidad. La justicia. La paciencia. La valentía. Y la


determinación.

- ¿Y no hay la vagancia? - Preguntó Maria cansada. Todos la miramos mal. -. Vale, vale...

Cada una de ellas era de un color que las representaba y por como actuaban, podía ver reflejado a
varios de mis amigos en ese nombre y color, es por ello que Alphys se atrevió a analizar nuestros
colores a simple vista.

Carlos era perfectamente la valentía, Elena era la amabilidad, Zen la integridad, Carol la justicia y
Maria en la perseverancia. En mi caso, sentía que podía ser todos a la vez, pero me sentía más
reflejada en la amabilidad o al menos eso también me afirmó Alphys, que veía en mí y Elena la
amabilidad.
Cuando supimos sobre estas almas humanas, pudimos entender bien el poder que contenían en
ellas, uno de gran importancia y de un grandioso peligro, pero que actualmente no están, no existen,
están desaparecidas, pero que con ellas también desaparecieron varios problemas atrás.

-Fue bueno saber que Flowey desapareció y que pudimos recuperar a Asriel - Expresó Alphys con
calma. Al escuchar esto, me sentiría ciertamente confusa.

-¿Flowey? - Pregunté sorprendida.

-Sí... ¿Te hablaron ya de él?

-No... Exactamente... ¿Segura de que desapareció? Porque ayer vi una flor... De ese mismo nombre
- Notaba cierta preocupación en mis palabras y era normal, si supuestamente estaba desaparecido,
¿por qué le vi entonces?

-Uhm... - Alphys se rascaría la cabeza. - Tendríamos que verle para estar seguros de ello, no es que
no te crea, es que estamos seguros de que desapareció porque Asriel tomó las almas para poder
volver a la vida... La flor, no tendría que estar, ¿comprendes?

-Si esa maldita flor está de vuelta le daré su merecido, me niego que Frisk se enfrente contra él -
Expresó Undyne molesta, cruzándose de brazos.

-Ah, que es una flor macho - Habló sorprendida Carol.

-Sí, así es.

-A ver, ¿me estáis diciendo que os ponéis nerviosos por una flor? - Preguntó María mientras
arqueaba la ceja. -. Por dios, ¡¡ES UNA FLOR!!¿Que podría hacer? Capaz use enredaderas y ni
eso, se quema con fuego... ¡Demonios! Hasta Grillby lo mataría sin fallo - Las palabras de María no
les gustó para nada a Undyne.

-El problema no es que sea una flor, si es así da igual, el problema es que PUEDA conseguir otras
almas humanas, ahí si sería el problema - Explicó Undyne mirándola de forma molesta.

-¿Y qué sería lo peor que podría ocurrir? - Preguntó Maria con ignorancia.

-Según nos dijo Frisk - Respondería Alphys. -, el poder de un semi-dios con la mayor aberración
creada en este mundo.

-Mhm... - María se pondría la mano en la barbilla. -. Ahora me entró curiosidad.

-Siendo la persona más curiosa – Hablaría Carol con preocupación. -, no creo que sea algo con lo
que ver, explorar o curiosear... Hay una frase, que a veces ignoro, pero es mejor hacer caso en
situaciones como esta... La curiosidad mató al gato.

-Normalmente eres una curiosa de cuidado, pero que me digas esto me demuestras el miedo que
tienes - Expresó María mientras miraba a su amiga.

-Es mejor no jugar con fuego - Habló con seriedad Undyne. -, si veis esa flor, es mejor que y
tengáis cuidado con ella, sobre todo tu Ursula, no creo que contigo sea solo una visita "casual" -
Haría un gesto de comillas con sus manos. -, creo que busca algo cerca de tu zona y yo que tu
tendría cuidado.

Es lo único que recordaría en todo el día, esa frase había logrado ponerme nerviosa, preocupada,
capaz un poco paranoica, no tenía ganas de meterme en problemas, no quería que las cosas fueran a
mal. Si bien me explicaron de que la posibilidad de conseguir las nuevas almas era baja, no
significaba que debía bajar la guardia, tenía que ir con cuidado.

En lo que quedó de día le pedí a Carlos que me acompañara a casa, era por la tarde y de normal no
había peligro, pero el miedo me inundaba el cuerpo y necesitaba al menos por hoy un poco de
compañía hasta que me sintiera algo más relajada.

Fue un día extraño, pero agradable, a decir verdad, los que vivían en aquel barrio eran maravillosos
y les pillaba cada vez más cariño, pero no podía negar el miedo que tenía ante lo que me habían
explicado y más si era la primera en encontrármelo. Ahora podía entender porque no estaba en el
barrio, no quería ser descubierto.

Cuando llegué a mi casa le agradecí a Carlos por acompañarme a casa, él me dijo que no era nada
y que me cuidara, que nos veríamos el lunes, ya que hoy era sábado. Una vez en casa, hablaría con
mis padres, ciertamente inventándome lo que habíamos hecho hoy, porque si le decía la verdad, es
posible que no me dejaran salir más de casa.

Una vez en mi habitación, me tumbé en la cama y me relajaría, cerrando un poco los ojos para
luego abrirlos de golpe, mirando por la ventana ya que había escuchado un ruido extraño, pero más
raro sería ver un avión de papel volando por los aires en donde me encontraba para luego aterrizar
a mi ventana.

Abriendo mi ventana, tomaría el papel y miraría el dibujo y letras que tenía, todo desorganizado y
caótico, como si lo hiciera un niño, las letras en cuestión eran: O, H, A, L, O, E, S, H, H, E, U, C,
Q, E; seguido de varios rayotes de distintos colores como el azul, violeta, verde, amarillo y
naranja.

Mirando hacia la calle, podría ver a un niño, observando mi ventana, con una sonrisa suave,
doblaría el papel de vuelta a un avión para que este lo tomara con una ilusión enorme y volver a
jugar en la calle. Sonreí, calmada, para fijarme que en la cabeza del chico tenía varios pétalos
amarillos.

-Capaz es una casualidad - Me dije a mi misma para calmarme y luego solté una risa ligera. - Capaz
arrancó una flor de las que tenía el vecino.

Solté una ligera risa y cerré la ventana para luego irme al baño, ducharme y hacer mis necesidades
para luego irme a dormir, estaba muy cansada por el día que había tenido, me hacía falta
descansar.
Chapter 13

Era cierto que los domingos eran días de vagancia y yo no me quedaba atrás, aunque de normal
salía a la calle a tomar aire fresco, preferí estar en casa y descansar, pues el día de ayer fue
agotador y yo no olvidaba con facilidad las cosas.

El día que tuve hoy para mí misma, hacer las cosas que me gustan, la comida que me gusta,
actividades de relajación, capaz aprender hacer cosas nuevas, en general actividades para no
preocuparme y no estar paranoica. Un día perfecto, de no ser que me sentía vigilada en mi propia
casa.

Y no, no era la vigilancia que te hacían los padres, sino de otra persona.

Capaz era mi paranoia, porque era imposible sentirme vigilada en mi propia casa, el lugar más
seguro que conozco, a no ser que hubiera un "apocalipsis zombie" que en ese caso sería más
distinto. Igual forma, estaba en mi casa, estaba bien.

Igual forma no había mucha cosa interesante en un domingo como hoy, estaba clamada en mi
habitación mientras hacía mis actividades favoritas y cuando miraba de forma vacía a un punto de
mi habitación es cuando miraba en internet alguna poca información sobre los monstruos, pero era
lo que más escaseaba. Si quería saber, necesitaba preguntarles de forma directa o buscar en la
biblioteca de la ciudad, que es donde se conseguiría la información de una forma más directa y
clara.

Me recostaría en la silla con cierta vagancia, mirando el techo de forma perdida para poner mi
mano en la barbilla, pensativa. La biblioteca estaba abierta, pero ciertamente no sentía muy segura
del todo salir de casa. A lo mejor... Llamando a alguien, específicamente a Elena.

Sonreí con calma, tomé mi móvil y marqué el número de mi amiga para esperar a que contestara al
teléfono. No tardó mucho por suerte.

-Elena.

-¿Dime? – Llamar a Elena era una buena opción ya se interesaba mucho por las bibliotecas para
obtener información.

-Quiero ir a la biblioteca, quiero conocer más cosas de los nuevos vecinos, ¿vamos?

-¿Ursula? La biblioteca cierra los domingos - Solté un suspiro de molestia. -, pero si quieres
podemos quedar en mi casa y hablar de forma tranquila sobre el tema si es lo que más te preocupa.

-¿Tanto se nota? - Pregunté sorprendida.

-Sí, te conozco, desde que Undyne te dijo eso tenías la mirada perdida y ciertamente paranoica - La
podría escuchar moverse. -, no soy adivina, soy observadora, pero si quieres hago de psicóloga y te
desahogas hasta que te canses o estés tranquila

-Me parece bien - Su idea no era mala, de hecho, sonreí con calma y me sentaría bien en la silla.

- ¿En media hora? Así te preparo algo de té y galletas - Preguntó con calma.

-A las cinco y media estoy allí.


-Genial, nos vemos.

Tras colgar la llamada, me pondría ropa distinta para la ocasión, algo relajado, una camisa amarilla
de manga corta y pantalones azules largos para terminar atando mis zapatos amarillos. Una vez
lista, avisaría a mis padres que quedaría con Elena, les parecería bien y me dejarían ir. Ya fuera de
casa, habría algo que me dejaría ciertamente sorprendida.

Un avión de papel, el mismo de ayer, enfrente de mi casa, miré a mi alrededor sorprendida, a ver si
encontraba al chico, pero ni rastro del joven, capaz se había dejado el avión y sus padres le
llamaron, sin dejarle recuperar su avión. De solo pensar esto me ponía triste y es por ello agarraría
su avión y me lo guardaría en mi bolsillo.

No me entretendría más, me pondría en marcha para quedar con Elena en su casa, como habíamos
prometido, caminando con un paso ligero para no entretenerme y no sentirme preocupada con el
ambiente que me rodeaba.

Con el paso de los minutos y segundos llegaría a la casa de Elena y llamaría el timbre para
preguntar si ella estaba lista, sería ella misma quien me contestaría, dejándome entrar y dándome
una cálida bienvenida a su casa en la que nos podríamos hablar con un poco de té con unas
deliciosas galletas.

-Soy todo oídos mi queridísima Ursula - Me empezaría hablar una vez que nos pusimos cómodas
para tomar algo.

-Ya... No sé por dónde empezar honestamente - Pondría mi mano en el mentón, pensativa. -. Creo
que todo esto ha sido desde que han venido los monstruos la verdad...

-Si te soy sincera, hay cosas que no me cuadran mucho, como la vez que caíste inconsciente, la vez
que te robaron el móvil y lo tienes de vuelta, cuando conociste a Toriel, Asriel y Frisk... Luego por
otro lado Carol y Zen, que son unos culos inquietos, pero eso es más culpa suya diría yo -
Expresaría Elena con una taza azul en sus manos, bebiendo del té que tenía en su interior.

-Vaya... Si eres observadora - Me sorprendería por sus palabras. -, pero tienes razón...

- ¿Sabes que pienso?

-Di.

-Que no sé qué tan buena idea fue presentarnos a los monstruos a buenas a primeras, acaban de
llegar y porque Alphys y unos pocos más hablaran de nosotros, no creo que fuera bueno aún
presentarnos, nadie lo hizo y creo que eso nos tendría más vigilados - Me respondió con sinceridad.
-. Porque, no sé si he sido la única, pero desde que llegaron estos monstruos, me he sentido
observada, en todo momento.

-Razón no te falta, yo también me sentí muy observada y siento que hay ciertas cosas que no creo
que ocurran por casualidad - Expresé preocupada, dejando la taza en la mesa, pero aun
sosteniéndola con mis dos manos.

-Lo que nos dijeron Undyne y Alphys nos vino bien saber, ¿comprendes? - Miraría a Elena
sorprendida. -, me puse a buscar yo también información, me alegra saber que no soy la única
precavida aquí y, analizando, he encontrado muy pocas cosas.

-Soy todo oídos, Elena - Hablaría con calma y seriedad.

-Lo que dijeron es totalmente cierto, buscando en periódicos he encontrado los niños que han
desaparecido, buscado las fechas e incluso lo que llevaban ese día, ellas dos no nos explicaron
mucho sobre los niños, pero si alguna pequeña descripción de ellos, sobre el objeto que llevaban
en su mano - Sería pues cuando Elena me enseñaría de su teléfono unas cuantas imágenes. -.
Ursula, no quiero asustar, pero son niños que han estado aquí, Frisk, era de aquí, su familia lo
abandonó, al igual que su primera hija.

-¿Quién era su primera hija?

-Chara, ella tiene también determinación por lo que pude ver, pero no nos mencionaron sobre ella si
prestaste atención, sino sobre los demás... La única determinación que dijeron, fue de Frisk - Me
respondió con muchísima seriedad, vaya Elena estaba muy centrada en este momento.

-Me sorprende que no fuera María o Carol quienes me informaran de esto – Le expresé
sorprendida.

-María me ha dicho que el esqueleto, Sans, oculta algo que ella quiere saber, de normal esa carta, el
Joker, no sale siempre, pocos le han salido, a ella es una de esas opciones, por ello quiere descubrir
sobre ellos, por otro lado, Carol quiere saber sobre el castillo de Asgore y también la relación que
tiene con Toriel - Me explicó con seriedad. Al ver eso me pondría muy seria y prestaría mucha más
atención.

-Esa Chara, ¿fue abandonada por sus padres también? - Elena afirmó con la cabeza. -. ¿Los mismos
que Frisk? - Afirmó de vuelta. -. ¿Por qué?

-Los padres no querían que sus hijos tuvieran determinación, sino amabilidad, al igual que ellos,
pero su pasado como familia siempre ha sido de determinación y por ello los abandonaban, total,
eran lo suficientemente fuertes para saber que decidir, ya que son "determinados" - Su explicación
me dejó totalmente loca.

-¡Pero eso es una locura! ¡Son niños! - Grité sorprendida. -. ¿Enserio que fue así? ¿Cómo lo
descubriste?

-Tras la caída de Frisk, sus padres no fueron muy listos y pidieron dinero para buscar a su hijo,
aunque en verdad era por caprichos suyos, no tardaron en descubrirlo y que luego ambos lo
confesaran todo - Explicó mientras miraba el móvil, intuí que lo estaba leyendo de ahí. -. Si no es
suficiente con esto, también me puse a indagar un poco sobre los magos que una vez
desaparecieron.

- ¿Y bien? - Pregunté curiosa.

-Al parecer los magos tuvieron hijos que se relacionaban a las otras almas que mencionó Undyne...

-No... No me digas que...

-No hay mucha información, pero si piensas igual que yo, pensarás que estos niños sean posibles
hijos de estos magos los cuales han desparecido - Se cruzaría de brazos Elena, rostro serio y
mirándome. -. Y hay más.

-¿Cómo qué más?

-Hay monstruos que pueden tener determinación - Esto último me dejó bastante sorprendida. -.
Hablando con Carlos me di cuenta la admiración que tenía él hacia este monstruo y, curioso de él,
se dio cuenta de que posiblemente Undyne tenga posibles rasgos que lleguen a un pequeño
porcentaje de determinación como Frisk o Chara... ¿Sabes cuál es el problema?
-Me empieza a dar vueltas la cabeza - Dije con mis manos en la cabeza. -. Te escucho igual, dime.

-El problema es que un monstruo si tiene determinación, muere, porque no sabe tolerar esa energía,
al igual que las demás - Abriría los ojos sorprendida al escuchar esto. -. Puede haber excepciones,
pero sería muy extraño, a decir verdad, por ello...

-¿Por ello? - Repetí sus últimas palabras, ya que se callaría por unos segundos.

-He pensado que vayamos a ese lugar, que exploremos todo lo que sea posible, pero si lo hacemos,
hay que ir en un momento y tiempo idóneo, si vamos ahora hay posibilidad de que nos encuentren
y hay que saber por dónde meterse - Me explicó muy segura, cruzándose de brazos.

-¡Es una idea muy loca! - Me levanté del asiento con sorpresa y preocupación. - ¡Estáis locos! ¡Eso
conllevaría a muchos problemas Elena!

-Lo sé, pero si les preguntamos a ellos...

-Capaz si le preguntamos a ellos, cuando haya más confianza, podremos saber más - La interrumpí
para ver si lograba hacerle razonar. Ella se puso la mano derecha en la barbilla. - Escucha, ir ahora
sería ciertamente una locura y cuando haya tiempo es posible que nos informen más que lo que
podamos encontrar allí, aparte de que no voy a negar el miedo que tengo de que nos encerremos
allí, de solo pensarlo me asusta bastante la verdad.

-La maldición está rota, dudo que se vuelva a crear otra, más si los magos no están, desaparecidos,
¿entiendes?

-Sea como sea, no creo que sea buena idea, creo que es mejor esperar e ir explorando poco a poco,
si hacemos eso pensarán mal de nosotros y les costará tener la confianza, tenemos que
comportarnos - Le expresé mientras me intentaba calmar.

-En cierta parte tienes razón, tendría que pensarme bien las cosas... Ciertamente pensar en planes
no se me da bien... - Me calmaría bastante oír eso y me acercaría a ella para poner mis manos en
sus hombros y calmarla.

-Haces tu mejor esfuerzo, no quieres que ocurran más esas cosas extrañas y lo entiendo, créeme
Elena, eres la mejor, pero si vamos hacer algo, es mejor analizarlo y hablarlo con los demás bien -
Le expliqué con calma. Ella me afirmaría con la cabeza de forma suave.

-Bien... Ah y, quería explicarte una cosa más - Habló con cierta seriedad.

-Dime - Sonreí de forma suave.

-A partir de ahora, si no te importa, irás con más cuidado y todos también por ti, que te encontraras
con Flowey no fue algo que me hiciera gracia, aunque no fui la única... ¿Lo entiendes? - Me
preguntó con preocupación en sus ojos.

-No eres la única, yo también estoy asustada.

-Pues, si no te importa, te acompañaré ahora a casa, cuando tú quieras, claro - Me daría un abrazo
fuerte, del cual agradecería y correspondería.

-Gracias Elena.

No tardaría mucho en volver a casa ya que mis padres me pidieron volver para la cena, miré a
Elena y me sonrió con calma para irnos hacia mi casa, tomadas de la mano, apareciendo poco a
poco la luna mientras el sol se escondía, aunque no era algo que le diéramos importancia, ya que
estábamos hablando mientras caminábamos.

A unos pasos más cerca de mi casa, el ruido de un niño haría que mirara hacia mi izquierda y viera
al mismo chico de ayer, del cual le llamaría la atención y sacaría el avión de papel de la mochila
para dárselo. Elena observó la situación sorprendida.

-Esto es tuyo, me lo encontré en tu portal, ve con cuidado la próxima, ¿vale? - Le dije con un tono
amable y suave. El chico me miró con sorpresa.

-Lo siento.

-Tranquilo, no me es molestia - Respondería con suavidad y al alzar un poco mi mirada, temblaría


todo mi cuerpo. -. C-Cómo...

-¡¡URSULA CORRE!!

En un momento de puro miedo, me tiraría hacia la izquierda para escuchar aquellas enredaderas
que estaban encima del chico que caería al suelo, inconsciente, por no decir que posiblemente
estaba muerto. Asustada, miraría el causante de estas enredaderas, siendo nada más y nada menos
que una flor.

Escucharía los pasos de Elena yendo hacia esa flor para intentar clavar un pequeño bisturí que
guardaba en su mochila, ¿qué porqué guardaba eso? Cosas de médicos o enfermeras, no lo tenía
nada claro, pero sé que vino bien para esta ocasión para que ambas pudiéramos escapar.

Lograríamos llegar hasta las puertas de mi casa, pero por desgracia Elena sería agarrada de su
tobillo izquierdo para salir volando por los aires, impactando de forma directa contra un montón de
flores que había al lado del edificio donde vivía. Asustada, intentaría poner la llave para entrar,
pero otra enredadera me intentaría atacar y lo esquivaría de forma parcial.

Fue una desgracia que la enredadera rompiera parte de mi ropa e hiciera daño en mi pierna derecha,
siendo incapaz de levantarme. Elevando mi cabeza, podría ver las enredaderas listas para atacar y
luego, bajando la mirada, podría ver aquella flor, Flowey.

-Te tendrías que haber callado la boca, ¿sabes?


Chapter 14

Estúpida.

Era la palabra que más resonaba en mi cabeza mientras me intentaba levantar de donde sea que
estuviera en ese momento. Mis manos podían sentir el suelo algo húmedo, lo que me haría sentir
extraña y gruñiría molesta, movería la mano para sentir que el suelo era como tierra y que lo que
estaba tocando era hierba.

Abrí los ojos de golpe para ver que estaba en el exterior, con mis piernas atadas, sin poder
moverme, a mi derecha estaba Elena que aún estaba inconsciente y totalmente atada, capaz Flowey
consideraba más peligrosa a ella que a mí.

Giraría la cabeza a otro lado para ver aquella flor dándome la espalda, mirando la luna y respirando
con total calma como si nada hubiera ocurrido, gruñí de vuelta con un poco más de fuerza y
molesta, lo que lograría llamar su atención y que me mirara algo molesto también.

-Te tendrías que haber callado la boca - Fue lo primero que me dijo nada más verme despierta. Que
molesto. -, ahora por tu culpa todos ellos saben que sigo vivo, eres una desagradecida.

-¿¡Desagradecida yo?! - Pregunté sorprendida

-¡¡Podría haberte hecho daño en cualquier momento, pero preferí dejarte con vida!! ¿¡Y qué es lo
primero que haces ante esto?! ¡¡Vamos a decirlo a todos, que buena idea!! ¡¡Maldita humana,
solamente miraba por el alrededor de este barrio que había, nada más!! - Me contesto molesto.

-¡¡Eso es mentira!! - Grité molesta, intentando levantarme, pero él me lo impediría.

- ¿¡Solo porque te crees la palabra de dos idiotas que no olvidan el pasado?! ¡Maldita sea, las almas
humanas son imposibles de conseguir a día de hoy a no ser que mates gente y yo ya no hago eso! -
Me volvería hablar, muy molesto.

-¡Eso es más que mentiras!

-¡¡No tienes ningún derecho de hablar de que es verdad y mentira si apenas sabes quienes somos!!
- Me gritó molesto y me callaría, razón no le falta. -. ¿¡Quieres saber la verdad?! ¡Sin problema!
¡He sido un monstruo y he jodido mucho el camino a Frisk cuando estaba en el subsuelo! ¡Pero a
decir verdad me he dado cuenta que es mejor así a que fuera de otra forma, otra en la que TODOS
estaríamos muertos! - Cuando me dijo esto, podría sentirme ciertamente mal y preocupada.

-¿A qué te refieres...?

-¡¡No todo está tan bien como tu piensas!! Si bien somos libres, aún hay varios problemas de por
medio y algunos sí son un maldito problema, pero claro, ellos piensan que solo YO soy el maldito
problema, es mencionarme y ya todos me tienen miedo - Explicó con rencor en sus palabras, como
odio. -. Y ni siquiera vieron lo que vio ese niño, solo son unos malditos cobardes, al único que
respeto es Frisk y es por ello que me abstengo de todo y, si puedo ayudarle, LO HARÉ.

Ciertamente me quedaría en shock al escuchar esto, era algo que no me esperaba que iba ocurrir,
creí que a iba hacerme daño, pero al ver esto, pensaba de una forma ligeramente distinta, aunque no
quitaba la opción de que me hiciera daño.

-Y antes de que digas nada, aquel niño, no está muerto, está inconsciente, me he asegurado de que
esté con su familia de vuelta y he intentado ayudarle con cosas que le gustan, pero era mi forma de
llamar tu atención de forma sutil, ya que tus padres son... Bastante estrictos... Lo que no me
esperaba era la agresiva de tu amiga.

-Creíamos que nos harías daño - Le contesté con calma.

-Iba, pero me visteis como un monstruo porque esos seres ya os hablaron mal de ti... Y a saber de
qué más cosas os habrán dicho... Maldita sea, cuando quiero ayudar es cuando más desconfían de
mi - Gruñó molesto.

-Hombre, si hiciste algo malo, es normal que desconfíen - Le expliqué con calma, logrando poco a
poco sentarme en el suelo.

-Le pedí perdón a Frisk, en su cara, pero al niño no le interesa eso, no, prefiere decir que le hice
mucho daño.

-¿Le pediste perdón? - Mi pregunta hizo que la flor se pusiera pensativa.

-No... Del todo... Lloré y me marché, arrepentido... Luego fue cuando quería volver atacarle,
porque le tenía cierto odio, pero ahí saldría Asriel - Me explicó con calma. -. Sí, no he sido trigo
limpio, pero lo que digo ahora es la verdad.

-¿Cuál es tu verdad? - Pregunté algo desconfiada de él.

-Quiero ayudar a Frisk - Arqueé la ceja sorprendida. -, ese niño ni nadie podrá hacer frente lo que
posiblemente pueda venir si esa persona logra hacerse fuerte y no solo eso, es posible que los
magos vuelvan una vez que sepan de los monstruos, capaz los humanos vayan a torcer el brazo,
pero los otros no - Podría ver cómo me miraba de arriba abajo con cierta desconfianza.

-¿Los magos? ¿Y de qué persona hablas?

-Los magos son seres que no desaparecen realmente, son como humanos, pero ocultos, podría serlo
cualquier persona, pero que lo sabe ocultar y hasta que no sea el momento, actuar para que ocurra
de nuevo lo mismo - Me explicó con seriedad. -, me sorprende mucho que humanos o monstruos
no sepan esto, están cegados de que no volverán nunca más - Y tras explicarme bien todo,
respiraría hondo. -. Y sobre la otra persona, es un ser que controla la determinación, realmente no
está muerta ni desaparecida, simplemente elegirá a la persona correcta y la controlará a su gusto
para atacar.

-¿Chara?

-Parece que te hablaron de ella - Contestó sorprendido.

-Ella - Señalé a Elena. -, ella fue quien me informó, te pido que la liberes, no es agresiva, estaba
asustada, pero si lo explicas todo podrá entender.

-Lo dudo que lo entienda, ahora que todos están en mi maldita contra porque decidiste hablar de
mí, será muy difícil poder moverme por vuestro barrio, muchas gracias querida Ursula - Soltó con
ironía esto último.

-Mira, no fue a posta, no pensé, ¡demonios ni te conocía! ¡No conocía a nadie ni a nada! Esto es
totalmente nuevo para mí y créeme que cada vez que me explican más del tema ¡solo siento miedo
y confusión! ¡Aun deberías agradecerme de que tenga la intención de escucharte! - Contesté
molesta, casi rabiando.
-E hiciste bien, si hubieras hecho otra cosa me habría pensado si atacarte o dejarte inconsciente -
Me contestó molesto.

-Ibas a matarme - Contesté de forma borde y seria.

-No, estúpida, hacer eso solo me causaría más problemas, como ya te he dicho, no quiero matar a
nadie a no ser que sea un gran peligro, tu no supones uno, por no decir que tienes un corazón
demasiado bueno del cual me da pena de solo verte - Se sinceró conmigo, aunque sus palabras no
me gustaron del todo.

-Si ser buena persona significa sufrir, lo sería mil veces si hace falta - Hablé con seriedad mientras
le miraba algo molesta. Este me observó, curioso.

-No podría identificarte si me dijeran que eres - Susurró a lo que me dejaría bastante confusa. -. Sea
como sea, por lo que entiendo, confías en mi palabra ¿o no?

Era difícil, si bien lo que decía era algo lógico por las personas que mencionó, entre ellas Chara,
por otra parte, su manera de actuar no me gustaba para nada y algunas de las cosas que decía no
me eran lógicas. ¿Cómo que ahora es bueno porque vio cosas de las cuales quiere impedir ahora?
¿Se cree que ve el futuro u otras líneas temporales?

-Si quieres que confíe y te ayude... - Me pensaría bien las palabras. -. Quiero que liberes a mi
amiga, Elena.

-Hecho - Al decir esto, podría ver como las enredaderas dejarían libre a mi amiga. -. ¿Qué más?

-Que... Uhm...

-Puedo asegurarte la protección si quieres, que nunca más te hagan daño, para que confíes en mi -
Sugirió.

-Sí, eso - Me quedaría en blanco un poco, era un poco estúpida esa idea ya que no sufría muchos
problemas. -. Y quiero que nos digas toda información del subsuelo, sobre los monstruos, todo.

-¿Puedo saber por qué? - Preguntó arqueando la ceja.

-Queremos saber un poco sobre las almas humanas, nos compararon con ellas y tuvimos algo de
curiosidad, también queremos explorar el subsuelo - Le expliqué.

-Puedo hacer que tu seas la guía del subsuelo y darte toda la información, acepto ese trato - Al
escuchar esto me sorprendería. ¿Tanto confiaba en mí? -. Lo que no acepto es que me vean por
ahora, no hasta que sea el momento u ocurran ciertas cosas que confirmen mis sospechas.

-Me parece bien... Creo - Susurré esto último insegura.

-¿Entonces hay trato? - Una de sus enredaderas se mostraría enfrente mía.

-Trato.

Decidida le daría mi mano hacia la enredadera para moverla con cierta delicadeza, mirándonos de
forma seria y decidida ante nuestro trato. Capaz, el pacto que había hecho era con el mismísimo
demonio o la mismísima salvación a nuestro pueblo, pero fuera lo que fuera, estaba muy asustada.
Chapter 15

Capaz no fue la mejor idea tener a una flor molesta atada en algunas partes de mi cuerpo,
mayoritariamente del pecho para arriba, algunas veces me hacía cosquillas, otras me ponían
nerviosa y otras cuando hablaba me molestaba mucho. Aunque tengo mucha paciencia, de eso si
puedo estar orgullosa.

Cuando vine a mi casa mis padres se enfadaron conmigo, normal, había dejado a Elena a su casa
una vez que la desperté y me preguntó si estaba bien y si pasó algo, a lo que yo le dije que cuando
desperté no vi nada ni nadie. Mentí, por desgracia. Cuando volvió a casa, me tocaría volver y por
ello otra ronda de preguntas.

Qué raro que la excusa que le puse funcionara, supongo que ya decir la palabra estudios a mis
padres les relaja automáticamente y me ven con buenos ojos porque soy responsable, igual forma
me comería una pequeña bronca: "a la próxima no vengas tan tarde".

Cuando llegué a mi habitación fue cuando pude descansar, me tumbé y podría ver a Flowey atado
en mi brazo derecho, mirando mi habitación con detenimiento y seriedad, parecía estar
sorprendido, como que se esperaba otra cosa de mi habitación.

-La recordaba más amarilla - Susurró, aunque le escuché de sobra.

- ¿Cómo? - Pregunté sorprendida. O sea que había visto mi habitación.

No hubo mucho más, Flowey entendió mis horarios tanto de sueño como de mañana y dijo que no
tenía problema en seguirlos, ya que él también necesitaba dormir, lo que, si me pidió que, si podía
estar un poco más cerca del sol porque bueno, era una flor después de todo.

La mañana en la que desperté para empezar las clases, fue cuando empezaron un poco los
problemas. No era todo tan malo, es que Flowey odiaba madrugar a diferencia de mí que estaba
obligada a ello, ante tantas quejas de sueño le dejaría al lado de la ventana y me iría a la cocina.

Sí, creo que le hará falta una maceta, pensé mientras preparaba el desayuno, ¿las flores comen?
Bueno esta flor tiene vida, supongo que querrá algún trozo de comida... ¿Croissants?
¿Magdalenas? ¿Pan?

Terminando el desayuno me iría con Flowey para desayunar mientras elegía la ropa, un poco de
comida, mirar el armario, volver hacia mi desayuno y ver que Flowey se había comido la mitad de
algunos de mis alimentos, pero mi jugo de naranja no se la había tomado, aún.

-Si tenías hambre solo habérmelo dicho - Le dije con calma mientras tomaba mi jugo y empezaba a
beber algo pensativa.

-Solo quería probar vuestra asquerosa comida - Me daría la espalda.

-¿Asquerosa? Pero si te has comido más de la mitad de mi comida - Susurré sorprendida,


arqueando una ceja para luego volver a mirar mi armario. -. Ah, sí, este conjunto vendrá bien.

Pantalones blancos largos, ya que hoy hacía frio, una camisa de entretiempo de color amarillo con
un dibujo de unas pocas flores blancas y unas deportivas blancas que tendría un poco de cuidado
hoy para evitar que se ensuciaran. Miraría hacia mi joyero, hoy me apetecía llevar un collar
ciertamente especial para mí.
-Que collar más estúpido - Se atrevió a decir Flowey.

El collar en cuestión eran siete piedras de diversos colores, aunque estaban algo grisáceos por
alguna razón, eso no quitaba de que me quedaran bien con la ropa que llevaba, pero ese comentario
me dejó algo molesta, tanto que pensé llevármelo para molestarle a él, si no le gustaba, que se
fastidiara y me viera con eso no solo un día, sino que varios.

-Bueno ¿nos movemos o qué? - Preguntó un poco molesto.

-Venga, vente.

Dicho esto, me pondría la mochila mientras Flowey se subía en mi brazo para esconderse, saldría
de mi habitación, me despediría de mis padres y me pondría en marcha hacia las clases que me
tocaban hoy.

A partir de aquí normalmente sería todo aburrido, pero con esta flor al lado no podía mentir que
era un poco más divertido, pero a veces algo pesado, no a mal, pero si bien algunos de sus
comentarios me resultaban graciosos, otros me ponían algo nerviosa porque no se sabía callar. Y le
pedí un favor, que en clase no hablara a no ser que fuera de mucha urgencia. Él lo sabía y me dejó
en claro que me tiraría de la camisa si había alguna necesidad, yo no tuve queja.

Ya allí, podría ver a todos mis compañeros.

-¡Ursula! - Elena fue la primera en hablarme. -. Qué bueno, llegaste aquí sana y sin problemas.

-Creo que ya tuve muchos problemas, necesito un poco de descanso, ¿no crees? - Le dije con una
sonrisa suave, ella, feliz, me abrazó.

-Me está apretando - Susurró molesto Flowey, porque en ese abrazo me atrapó el brazo en el que
estaba él.

-Bueno, entonces, ¿qué opináis con todo lo que pasó el sábado? Apuesto que todos habéis buscado
alguna información - Habló María con cansancio.

-No hay mucha información - Comentó Elena con calma. -, ayer Ursula y yo fuimos a por esa
información y no sé cómo acabamos fuera de mi casa, en un campo.

¿Realmente no se acordaba? Pensé sorprendida.

-Fuimos a buscar pistas, pero no nos salió tan bien - Respondí algo avergonzada, pue sabía que no
era así.

-Si vais a buscar pistas, es mejor decirle a Carol y Zen, sabéis que ellos son los expertos, de hecho,
me han comentado de volver a explorar esa zona, pero todos juntos - Me explicó Maria mientras
sacaba una baraja de cartas.

- ¿Cuándo? - Preguntó Elena curiosa.

-Este fin de semana, tenemos que avisar a Carlos, que es el único que queda por saber - Las cartas
que barajaba era del tarot, esto me dejó muy curiosa y sorprendida. - Te veo curiosa por mis cartas,
¿te gustan?

-Me llama la atención de tu parte, no pensé que te interesara - Le respondí sorprendida.

-Estoy aún practicando, pero quiero aprender, luego si eso os tiro las cartas, si os parece bien -
Comentó calmada, aun barajando las cartas.

-Sin problema - Respondí con calma. -. ¿Entonces iremos al subsuelo de vuelta? - Pregunté
sorprendida.

-Sí, esa es la idea, pero no podemos hablar mucho de ello, ahora tenemos clases.

Esto último si me sorprendió, pues Maria no es de las que suele llegar temprano ni tiene ganas de ir
a clases, pero viniendo de ella, era normal en cierta parte, porque no se sabía mucho como iba
actuar en según qué días, por no decir que horas.

El día fue calmado, pudimos ver a Alphys quien nos miró con ilusión y alegría, aunque haría su
función de profesora para luego, al terminar la clase nos saludaría y nos hablaría un poco. Nos
comentó que quería que volviéramos de vuelta para tomar juntos algo, Undyne y ella, capaz
vendrían más de sus amigos a la larga.

Fue sorprendente, pero me gustó la idea, al igual que Elena, mientras que Maria le daba un poco
igual, pero aceptó. Querían quedar el domingo, por ello, los planes de Carol y de Zen tendrían que
ser el viernes por la noche o el sábado muy por la mañana.

Cuando llegó el descanso fue cuando todos estaríamos reunidos y nos comentaríamos los planes
que, a pleno lunes, ya estábamos creando para el fin de semana.

-Y eso serían los planes - Habló Carol con calma. -, ir allí todos, explorar y conseguir información.

-Me parece bien, estaré yo, dudo que pase nada - Bostezó Carlos.

-Si llegaste tarde, ¿qué ocurrió? - Preguntó Elena curiosa. Carlos miró con seriedad a su amiga para
soltar un bostezo.

-Ayer tuve pelea con Cristian - Cuando escuchamos esto nos sorprendimos todos. -, al parecer
quería meterse a una pelea conmigo, porque escuchó la vez que le dije que era un cobarde, se lo
tomó personal y nos peleamos a puños.

- ¿Le ganaste? - Preguntó Zen sorprendido. Carlos enseñó sus manos, vendadas con un poco de
sangre. -. Ouch...

-No, fue empate - Nos pilló por sorpresa su respuesta. -, tengo que mejorar, no sé como, pero en
cuestión de menos de... ¿4 días? O a lo mejor más, mejoró bastante, no me lo esperaba.

-Uno no mejora en 4 días, así como si nada - Me susurró Flowey quien también escuchaba la
conversación.

-Mi objetivo - Continuó Carlos, porque no escuchó a Flowey.- , es mejorar, estos días me pondré
de forma seria en mi entrenamiento, de paso así en el subsuelo me encargaré de protegeros.

-Eh, frena musculitos - Habló Maria con un tono algo alto. -, si vamos a ese lugar iremos
ciertamente armados, ¿no creen?

-¿Como qué? - Preguntó Elena sorprendida.

-Bueno Elena, tu no creo que necesites, tienes armas como tijeras, bisturís y cosas así, si bien nos
curas, tú eres ataque a corta distancia, Carol y Zen se coordinan bien, capaz a cuerpo a cuerpo,
Carlos igual, yo ataco a distancia y Ursula... Capaz ataca con una sartén en mano - Comentó sin
mucho esfuerzo mientras miraba sus cartas. Flowey se rio un poco al escuchar que yo atacaría con
una sartén.

-Te has flipado algo, ¿no? Dudo que haya algo peligroso allí - Comentó Carol mientras se cruzaba
de brazos. -. Como mucho Carlos podrá hacer algo, Elena nos curará, Zen y yo podríamos distraer,
Ursula la veo más capaz de tirar objetos o algo para cegar o distraer también y... A ti solamente te
veo tirando cartas.

-Si mis cartas contuvieran magia atacaría con ellas, pero por desgracia no es así - Comentó María
mientras miraba una carta. -. Pero lo que dices no es tan mala idea, acepto, así Carlos no está solo
en combate.

-Aun así dudo que haya enemigos - Comenté con calma.

-No, créeme, hacen bien - Susurró Flowey de forma muy suave.

-Solo por si acaso Ursula, nunca se sabe - Habló Carlos con seriedad poniendo los brazos en jarra. -
. En definitiva, iremos, ¿viernes por la noche?

-Vale.

-Sí claro.

-Yo... - Intervine algo avergonzada. -, tengo que ver si convenzo a mis padres.

-Voy a tu casa, cuanta más gente a tu lado, más fácil de convencer - Hablaría Elena con suavidad y
una sonrisa suave.

-Capaz vaya yo - Intervendría Maria, barajando las cartas para sacar una carta azar. -. El loco... ¿y
la siguiente? - Sacaría otra carta. -. ¿El ahorcado? - Se preguntó sorprendida.

-¿Qué andas haciendo Maria? - Preguntó Carlos sorprendido.

-Leyendo mi presenta y ahora mi futuro, mi presente es el loco, mi futuro es el ahorcado - Diría sin
mucha expresión en su rostro. -. Tengo que sacaros las cartas más tarde, pero ahora ando probando.

-¿Y qué significan esas dos cartas? -Pregunté mientras me acercaba a Maria.

-El loco significa que mi actitud es inadecuada, que estoy loca, que debería cambiar o ir con
cuidado, luego el ahorcado, me dice que debo sacrificar si quiero que algo ocurra... Lo primero lo
entiendo - Comentó mientras guardaba las cartas. -, soy una loca, pero lo segundo no lo entiendo,
no soy de sacrificar cosas, más bien soy de jugarme la vida y beneficiarme de ello.

-Entiendo... ¿Y podrías tirarme las cartas? - Pregunté ciertamente curiosa y animada.

-Mañana, ya os dije, tengo que practicar, esto no es como un juego de cartas con engaños, como
hago de costumbre, sino esto es más serio y peligroso - Me explicó con seriedad.

-Bueno, dejando eso un lado, ahora que todos estamos de acuerdo con quedar el sábado, habrá que
ponerse con lo que necesitamos y....

-¡¡¡Ah!!! Se me olvida - Intervino de golpe Elena. -. No nos podemos distraer mucho, el domingo
hemos quedado todos con Undyne y Alphys.

-¡¡¿Por qué no lo has dicho antes?!! -Preguntó Carlos nada más escuchar el nombre de Undyne.
Qué remedio.
-Se me olvidó oye, no me grites así - Respondió Elena algo nerviosa. -. No nos podemos distraer
mucho allí, iremos con cuidado y el domingo haremos como si nada, ¿vale? - Todos afirmamos sin
problemas. -. Bien pues...

No podría terminar su frase, el timbre terminaría y nos marcharíamos a clases de vuelta, por ello
nos despediríamos y queda 'riamos de hablar por el grupo que teníamos. Tras eso lo que quedó de
día no fue mucho más que Flowey comentándome algunas cosas de cierta importancia.

Primero, si íbamos al subsuelo, no todo iba a estar limpio, es posible que algunas cosas quedaran
pendientes y debíamos ir con cuidado, porque Flowey sospechaba que había alguna cosa viva... O
no exactamente viva. Por ello era importante ir al tanto, preparados y armados con lo que
tuviéramos.

Segundo, que no fuéramos imprudentes, enserio, esto me lo repitió mil veces, básicamente porque
era un lugar que no conocíamos y que debíamos ir con mil ojos para evitar problemas, cuanta más
prudencia, mejor. Aunque con Maria iba a ser difícil.

Tercero y último, si las cosas iban muy mal, él saldría a actuar. Esto me sorprendería, pero lo
aceptaría.

No habría mucho más tras terminar las clases, llegaría en mi casa sin problema con mis padres
quienes me preguntarían que tal el día y las clases, pero no mucho más pues me centraría en la
tarea que me dieron y los exámenes.
Chapter 16

Antes de que durmiera, Flowey estaba un poco molesto hablándome un poco sobre su pasado y los
miedos que tenía en su mente, realmente esta flor era alguien paranoico, por no decir que un poco
exagerado, repitiendo siempre de que no debía curiosear tanto y que debía haber dejado las cosas
como son ahora.

Me dejó en claro que parecía tener algún tipo de esquizofrenia, eso o que a lo mejor necesitaba
alguna ayuda, como apoyo, ser escuchado o hablar sobre ello de forma muy calmada y ligera, sin
que tocáramos puntos que le pusiera nervioso. Y acabamos hablando sobre mi vida.

- ¿Entonces no recuerdas de tu pasado? - Preguntó sorprendido arqueando una ceja.

-Pues no ciertamente, no recuerdo nada, solo sé que era una chica estudiante, obediente y calmada,
eso me dijeron mis padres, que siguen aún orgullosa de mi - Comenté con calma mientras me
tomaba un vaso de leche caliente.

-Que extraño, honestamente, pensé que me dirías maravillas de tu pasado, como que fuiste mimada
o cosas así - Me soltó de golpe, un comentario algo sorprendente de su parte.

-¿Mimada? - Pregunté extrañada.

-Solo mira tu alrededor - Me respondió. Y tenía razón, mi habitación estaba bien decorada y tenía
varios peluches que yo pedí en su momento, aparte de un buen ordenador y demás, pero todo muy
bonito y bien organizado en su cierta medida, aunque peor era Elena. - ¿Entiendes lo que digo
verdad? - Me habló tras mirar mi alrededor.

-Sí... Parcialmente... - Me rasqué la cabeza avergonzada.

Pude notar la curiosidad en los ojos de Flowey, creo que la desperté su curiosidad cuando le dije
que no sabía mi pasado, aunque creo que era normal, ya que todos eran iguales cuando descubrían
que no sabía mi pasado, incluso mis propios amigos.

Se hizo la noche y nos fuimos a dormir ya que ambos estábamos muy cansados, nos hacía falta
dormir tras el día de planificaciones que tuvimos durante la mañana. Y hablando de mañanas, la
noche se hizo tan rápida que pude dormir bien y despertarme en condiciones.

Esta vez quise tener un detalle, pillé dos platos pequeños, el segundo lo pondría debajo del mío y
agarraría un poco más de alimentos para que Flowey desayunara, conociéndolo tendría un poco de
hambre, aunque diga que le da "asco" nuestra comida.

Al llegar a mi habitación, dejé los dos platos una con mi desayuno y otra con el suyo, le sonreí
suavemente y empecé a desayunar con calma, él me miraría sorprendido, mirándome incluso
enfadado, aunque se le pasaría rápido y empezaría a comer, siempre y cuando no mirara.

Qué remedio.

Al terminar, nos iríamos directos a clases, pero al llegar nos enteraríamos que algunos profesores
no vinieron, ¿el motivo? Contagio, al parecer algunos se han contagiado de un pequeño gripazo y
por ello la mitad de ellos no estaban, así pues, aprovechamos algunas horas para descansar en la
que Maria se me acercaría con confianza con las cartas del tarot.

-Bien - Se sentaría de golpe en una silla y me miraría de forma intrigante. -. Bien, bien, bien -
Repitió emocionada. -, estuve casi gran parte de la noche intentando entender esta mierda y
funciona, es una locura, por ello tú serás mi primer sujeto.

-De acuerdo... - Me veía un poco asustada por la emoción de Maria.

-Comencemos con barajar las cartas - Y eso haría, con gran agilidad y sin complicación. -. Y ahora
córtame la baraja, donde quieras.

-Aquí - Le dividí la baraja y ella la pondría a un lado.

-¿Izquierda o derecha?

-Derecha - Respondí sin dudar.

-Me gusta, veamos - La primera carta que saldría era el presente y la que me salió sería la Luna,
confusa miraría a Maria quien me miraría sorprendida y pensativa al respecto. Suspiró y me miró
con decisión. -. Un reto.

-¿Un reto? - Pregunté sorprendida.

-Sí, un reto difícil, complicado se te va a poner enfrente tuya y podrás hacerle frente con tus
capacidades - Me explicó con calma. -. Bueno, tienes un reto, veamos cómo es ese reto, ¿te saldrá
bien en el futuro? - Y al sacar la carta, la carta de Maria cambiaría. - Otra vez - Susurró.

-¿Está colgado? - Pregunté mirando la carta.

-Es el ahorcado, pero también el colgado, esto significa dos cosas, la primera que puede que se
acerquen dificultades que signifiquen sacrificio o, lo segundo, que hay cosas desconocidas para ti y
que debes ir con cuidado, sino pueden ir mal - Me explicó con preocupación. -. ¿Quieres saber tu
pasado?

-Eso es obvio - Respondí segura.

-Bien - Y sacaría una carta, algo que la sorprendería. -. ¡La fuerza! Esta carta significa que eres
alguien con mucho valor y fuerza, que tienes cosas que no has descubierto.

-¿Qué gracioso no? Digo... Eso sé que tengo cosas que no descubrí... Porque no recuerdo nada,

-Espera, espera, hay otra carta - Y al sacarla se sorprendería un poco más. -. El mundo... hay cosas
que hiciste en el pasado que abrirán nuevos puntos de vista tu futuro... Algo que cambiará un poco
tu perspectiva de las cosas, a su vez, con el tiempo surgirá ese reto que tanto he mencionado... Qué
bueno.

-Yo no le veo lo bueno a esto - Le expliqué sorprendida.

-Mira, escucha, sé que no entiendes nada, pero no seas impaciente, es épico y divertido esto - Diría
Maria ilusionada. Yo solo suspiré. - Quiero ver más sobre tu futu...

La carta que había sacado me dejó ciertamente asustada, tenía pinta de ser el diablo y no me daba
mucha inspiración. Miré hacia Maria quien estaba pensativa, aunque también sorprendida.

-Uhm... Ya te puedo hacer una explicación de tu pasado y futuro... ¿Lista para escuchar? - Me diría
Maria con calma.

-Adelante.
-En tu pasado fuiste algo o alguien que si lo supieras podría abrirte muchos puntos de vista
distintos, capaz que eso se refiere a distintas puertas que no has descubierto - Explicó pensativa. -.
Fuiste algo o alguien importante y que ahora, estas en un momento en el que un reto se nos pondrá
de frente y que será uno muy complicado en el que no sabemos cómo irá, pero en el que se confía
que tu tomes las decisiones correctas.

-Uhm... Curioso...

-A ver, no es una explicación de diez, me queda mucho que aprender y hay distintas formas de
colocar las cartas, como organizarlas y aparte en el tarot no te puedes fiar al 100 por 100, es una
guía - Me explicó mientras me recogía las cartas.

-Una gilipollez - Susurró Flowey cansado.

-Pues es interesante, aunque tendrás que practicar más - Le dije mientras me levantaba de la silla.

-Bueno, por eso os pedí ayuda a vosotros... Ahora - De repente, cambia la baraja rápido y saca unas
cartas del poker. -. ¿Quieres jugar un poker? No seré tramposa, lo jurooooo... - Intentó ponerme
una cara de pena.

-No, te conozco - Le respondí segura, a lo que Maria se pondría algo desanimada.

-Está bien... - Y de golpe haría como si nada. -. Bueno, vamos a por los demás, ¿vale?

Cada vez me sorprendía más Maria y su actitud, pero era como era y había que soportarla así, por
ello estuve siguiéndola y viendo sus actividades en las que leía las cartas a sus amigos, aunque
antes de ello estuve pensativa.

No podía hacer caso totalmente a eso, era una guía sobre mi futuro y mi pasado, pero aun así me
intrigaba y me dejaba dudosa sobre quien fui en su momento, que me ocurrió y que pude haber
sido si es que tuve importancia. Me puse parada en el sitio, perdiendo la vista por un momento,
borroso, por los pensamientos que entraban en mi mente, hasta que despertaba sola.

Si no era suficiente esto, todas las cartas que le salían a los demás, dos de ellas siempre le salían, el
diablo y el colgado, algo que me dejaría sorprendida, aunque no era la única, Maria se quedaba
muda en algunos momentos, pensando que las cartas no funcionaban o que era una broma de mal
gusto. Mis amigos no confiaban en ella.

Al fin y al cabo, esto sirvió de entretenimiento y como una charla más en este día en el que fue más
aburrido que otra cosa, aunque no niego que me quedaba pensativa en cosas que ojalá descubrirlo.
Chapter 17

Ciertamente las clases a estas alturas eran repetitivas, sabía varias de las asignaturas que estaban
dando y las llevaba al día, es por ello que a veces hablaba con Flowey en susurro para evitar que
me escucharan.

-Creo que no estáis listos para ir allí - Susurró Flowey a mi oído, en el izquierdo, para que no le
vieran.

-La verdad pienso lo mismo la verdad, pero no hay nada allí, ¿no? -Pregunté en flojo.

-Creo que no hay nadie... No debería... - Sonaría preocupado Flowey.

-No suenas muy convencido.

-Porque no lo estoy.

Me quedaría pensativa, las palabras de Flowey me dejaron en claro que tenía que preocuparme de
aquel lugar, porque no iba a ser nada fácil y desconocíamos lo que había. Parecía que Flowey, aun
habiendo salido todos del subsuelo, que había aun seres que no podían salir porque significaban un
peligro, lo que me causaba muchos nervios.

Realmente el único que sabía defenderse era Carlos, pues era el que siempre entrenaba y, tras lo
ocurrido con Cristian, lo hacía con más motivo, no quería quedarse atrás, porque no solamente era
el hecho de ser el mejor luchador, sino porque Cristian normalmente era muy pesado y a veces
peligroso.

Podía ver la cara de mi compañero, preocupado, nervioso, su pierna no paraba de moverse por los
nervios, se le notaba preocupado y ansioso, aunque él dijera que estaba bien, que era una reacción
normal de su cuerpo, aunque no era así, le conocía bien.

Habría un momento en el que, entre cambio de clases y profesores, Carlos habría desaparecido de
mi vista, lo que me sorprendería y, al girarme, podría ver como se marchaba con la mochila
agarrada de un lado. Sabía que iba hacer y esto solo hizo que suspirara de cansancio.

-Creo que no soy la única preocupada - Susurré.

-¿Por qué lo comentas? - Preguntó Flowey distraído.

-Carlos se ha ido a entrenar -Respondí con suavidad.

-Oh, ya, entiendo... Capaz es por ese chico o porque queréis entrar al subsuelo - Supuso.

-O ambas.

Aburrida, puse mi mano derecha en la mejilla, pero no por mucho, Carol y Zen me asustarían,
dando un pequeño salto de la silla para luego mirarlos confusa, parecían ansiosos por algo, sobre
todo Zen quien miraba a su hermana y a mí de forma repetida. Arqueé la ceja para esperar a que
hablaran.

- Necesitamos que vengas hoy a nuestra casa, le dijimos también a los demás, pero nos han puesto
pegas casi todos, Maria dijo que iría - Comentó Carol.

-¿Y por qué? - Pregunté sorprendida.


-Bueno es simple, tenemos que hablar sobre nuestras estrategias cuando sea el momento de ir al
subsuelo, pero quiero hablarlo en nuestra casa para que sea más cómodo y con menos
interrupciones - Explicó Carol.

-Creí que había quedado claro.

-Bueno, no del todo, lo que hablamos fue muy mal explicado- Se cruzaría de brazos y su cara se
mostró algo más tensa, algo no iba bien.

-Está bien, intentaré ir.

-Gracias, será por la tarde sobre las 5 o 6, ya lo detallaremos en el grupo.

Sería extraño que se fuera con tan solo decirme esto, pero podía ver a ambos preocupados, estaba
segura que por eso no era, sino por algo más. Flowey también estaba de acuerdo conmigo, pues
algo extraño tenían escondido que sabían y que no expresaron del todo, capaz una exploración que
hicieron sin nosotros.

-Con ellos dos - Habló Flowey, aprovechando que el alboroto en clase era grande. -, hay que ir con
ojo, son unos curiosos de cuidado, cualquier cosa y la van a liar.

-Lo sé, lo sé muy bien Flowey, los conozco de casi un año - Comenté cansada, viendo al profesor
para prestar atención.

Las demás clases fueron aburridas, aunque tenía a María que aún me ayudaba a distraerme y no
pensar en nada y a veces a Elena quien se ponía hablar de lo que más le gustaba, la medicina y lo
entusiasmada que estaba, aunque hace poco se había interesado por las plantas y animales.

No sería tras unas horas en las que por fin podríamos salir de clases y regresar a casa, sería rápido
esta parte ya que mis padres me vinieron a recoger en coche para ir a comer fuera, les avisaría de
que había quedado y ellos también, por lo que me dejarían en un sitio cerca de la casa de Carol y
Zen.

Tendría que caminar igual, cruzando por las calles ciertamente vacías mientras pensaba en mis
cosas al igual que Flowey, que a veces no era muy hablador conmigo, capaz porque la
preocupación le superaba o simplemente no sabía que decirme. En uno de los cruces, Flowey me
frenaría.

-¿Ese no es Carlos? - Preguntó.

Sí, sí lo era, a la derecha, al otro lado de la calle, había un gimnasio y se podía ver a Carlos con su
típica ropa naranja, entrenando con furia, sudor, resistencia... Respiraba un poco, se limpiaba el
sudor, suspiraba, parecía que gruñía molesto y seguía entrando.

Se lo tomaba demasiado enserio, Carlos a veces no tenía limite en lo que hacía, si se lo proponía no
paraba y no era sano, porque a veces salía muy cansado y agotado y podía dormir más de 14 horas
si esto ocurría. No sabía cuándo decir "basta".

Entraría al gimnasio, aunque me sentía ciertamente intimidada, ver a tanta gente fuerte y entrenada
y el ambiente de calor y sudor, a pesar de que estaba bien ventilado, y las miradas extrañas de
otros que se extrañaban como una chica como yo estaba allí.

Cerca de Carlos podría ver como estaba dándole golpes a un saco de boxeo con ira, rapidez, fuerza,
esquivaba cuando el saco se movía... Enserio, juraba ver a un luchador profesional, alguien
totalmente distinto, una persona cuya ira que no expulsaba fuera, lo hacía aquí y parecía ser alguien
distinto.

Tras unos minutos entrenando de forma intensiva, en un momento en el que tomaría su botella de
agua se daría cuenta de mi presencia, pero no la de Flowey, sorprendiéndose y escupiendo el agua
para luego mirarme sorprendido, luego se rascaría la cabeza, avergonzado y hablaría:

-Lo siento.

-¿Por qué? - Pregunté arqueando la ceja.

-No creo que haya sido agradable verme, de normal entreno sin que nadie me vea, no es muy
bonito ver como tu amigo se pelea con un saco de boxeo... No sabes que puedo pensar y mi actitud
y el porqué de todo, lo siento si no te fue agradable - Explicó mientras se secaba el sudor. Había
que admitirlo, los músculos de Carlos no eran una broma.

-Tienes tus motivos, tienes tus motivaciones, sé que son buenas, nos quieres proteger y ayudar en
todo momento, lo que no me gusta es que entrenes todo un día y no descanses, ¿acaso has
dormido?

-Yo...

-¿Carlos? - Le interrumpí para que no me fuera con otro tema.

-No, la verdad es que apenas he dormido - Su contestación me hizo suspirar.

-Venga, nos vamos - Mi respuesta le sorprendería. -. Vas a dejar de entrenar e irás a tu casa para
ducharte, cenar y dormir a las nueve.

-¿A las nueve? Pero si duermo a las doce o una - Se quejó molesto.

-¡Carlos no has dormido apenas! ¡Llegaste a clase que parecías una momia! ¡Te preocupas por
nosotros, pero no por ti! ¡Por eso hago yo esto, vendrás conmigo e irás a casa!

Ciertamente mis palabras dejaron sorprendido a Carlos, él vería como hablaba a Carol y Zen para
avisarles de que no podría quedar hoy, iba asegurarme de que Carlos llegara a casa y al menos
cenara, si hacía falta le cocinaba yo porque siendo él no iba hacer nada. Los hermanos lo
entendieron, diciéndome que lo dejarían para otro momento.

Cuando terminé de hablar Carlos ya llevaba la mochila en su espalda con otra camisa distinta, se le
veía avergonzado e incómodo, aunque era normal, parecía ser su novia cuando no era así, era una
amiga que me preocupaba por él porque es una persona muy tozuda a veces. Al salir del gimnasio,
empezaríamos el trayecto a su casa.

Por primera vez conseguiría que expresara sus preocupaciones, estaba rayado por lo que nos
pudiera pasar no solo en el subsuelo sino por Cristian, su mejora le asustó y le preocupó de lo que
pudiera hacer, empezando con Maria ya que suele vacilarle mucho y estafarle, es por ello que se lo
tomó tan personal el entrenamiento, aunque se dio cuenta de que no era tan sano y que realmente
no estaba solo.

Nos sabíamos defender, a nuestra manera, a veces las palabras pueden ayudar en vez de tanta
pelea, aunque como humanos que somos tendemos a la ira y a los gritos y con ello formar una gran
pelea y todo porque no nos sabemos escuchar y entender. Con Cristian confiaba que, si
razonábamos con él, podríamos conseguir un poco de calma y menos preocupación.

Y luego con el subsuelo, es un tema más distinto y que entiendo que entrene, pero tampoco tanto,
no sabemos lo que hay, pero hay la posibilidad de que no haya nada o si haya algo, pero capaz ese
algo sea amigable, aunque por lo que me susurraba Flowey no parecía serlo la verdad.

Llegaríamos a la casa, Carlos me agradecería que lo acompañara, pero se preocuparía por mí ya


que no quería que me pasara nada en mi trayecto a casa, le dije que no se preocupara, que yo
estaría bien y, antes de que dijera algo más, le cerré la puerta en la cara y le dije que más le valiera
cenar, ducharse y dormir si no quería que le pegara mañana.

Con una sonrisa suave, iría directa a casa, saber la opinión y las preocupaciones de Carlos me
dejaron en claro que no podía hacer como si nada, que también tenía que estar atenta con mis
amigos, aunque no sería la única, porque Flowey escuchó toda la conversación y me dijo que
intentaría ayudar a mis amigos, aunque sería más difícil ya que no se podía dejar ver, todo por
culpa de que los monstruos hablaron mal de él.

Capaz... Con el tiempo... Si lo conseguía, podría convencer a mis amigos y a los monstruos de que
esta flor no era tan mala como ellos lo pintaron...
Chapter 18

A lo mejor la que necesitaba dormir de verdad era yo, pues Flowey tuvo una noche difícil en la que
no pudo dormir por pesadillas que tuve que tranquilizarle y escucharle. Sí, todo lo que me dijo me
asustó y me preocupó, pero le dije que todo lo que me dijo había sido en... ¿Otra línea?

Al parecer todo lo que vio era de otras líneas temporales, otros sucesos que ocurren esos problemas
y finales horrorosos, él temía que esto llegara a ocurrir. Le pregunté incluso si sabía leer el futuro,
pero no, él vivió esos momentos, pero lo que ocurrió es que aparecieron los reinicios y quien podía
hacer eso era Frisk.

Le parecía demasiado bueno que llegaran a un final sin problemas, con este chico siempre habían
tenido finales malos o neutros, era un inmaduro y un estúpido al que siempre tenían cuidado él y
Sans, aunque hace poco aquel esqueleto vio el arrepentimiento en los ojos del chico, le perdonó y
le ayudó hasta ahora.

No, Flowey no confiaba en el chico, agradecía separarse de ellos porque quería verlo todo desde
fuera, analizarlo todo, incluso ver si Chara, que era la culpable de todo, estaba viva en algún lado
escondido, sea el subsuelo o la superficie, pero no había visto nada raro y esto le preocupaba aún
más.

Podría ver como Flowey empezaba a llorar de una forma que me rompería el corazón, intentaría
calmarle acariciando con la yema de mis dedos sus pétalos, pero él al mínimo contacto se sentiría
incómodo o al menos le vi tenso al mover las raíces de forma nerviosa. Simplemente alejé mis
manos y puse un pañuelo al lado suya para que se secara las lágrimas.

Se relajaría, no estaría mucho rato llorando, simplemente estaba con estrés, agobiado y asustado
por aquella Chara, vio tantas veces ese mismo resultado que ocurriera un final bueno debía de ser
un chiste de mal gusto que preparaban para al final y destrozarlo todo, pero de una forma más
catastrófica.

Me quedé muda por unos segundos, mirando hacia la flor para luego suspirar con calma, quería
ayudarle, pero el problema es que estaba solo ya que su reputación no era muy buena, por desgracia
y nadie iba a ayudarle porque no le creían, porque no era Asriel dentro de esa flor, era Flowey,
aquella flor borde y molesta.

Intentaríamos dormir tras lo ocurrido, pero por desgracia la hora de levantarse para ir a clases
llegaría. Flowey se disculparía conmigo, aunque creo que se disculpaba consigo porque se sentía
estúpido por llorar por una pesadilla sin sentido. Yo solamente estuve observándole, suspirar y
hacer el desayuno para ambos.

No, no me gustaba la actitud de Flowey, la de "aquí no ha pasado nada", era desconsiderado ya


que intenté ayudarle y se molestó, si quiera me pidió perdón de verdad... Entre otras cosas más...
Pero habíamos hecho un trato. Terminaría el desayuno e iría a la habitación para comer.

-No se te ve buena cara, me imagino que estás cansada - Supuso Flowey, viendo como le traía su
plato con unas pocas tostadas y bollería.

-No he dormido bien - Respondí a secas. Flowey me miró sorprendido.

-No tienes por qué ser tan borde - Su contestación solo hizo que rodeara los ojos del cansancio y
tomara el café cargado, hoy iba a ser un día duro. -. ¿Me haces caso?
-Sí, perdón... Hoy no podré hablar... - Suspiré para luego mirar mi móvil.

Habría un silencio mientras desayunábamos, mirando a otros lados y distrayéndonos, en mi caso


entreteniéndome con el móvil mirando el grupo con el que estaba mis amigos para ver si decían
algo nuevo, pero por desgracia no. Suspiré y miraría las redes sociales para sentir como tiraban de
la camisa, en la manga derecha, de forma suave.

-Siento no haberte dejado dormir, sé que es mi culpa... No tienes por qué soportarme, podemos
romper la promesa - No quiso mirarme a la cara, pero sé que el intento de disculpa era algo que
aprecié y me hizo sonreír un poco. Terminé mi taza de café y me acerqué a Flowey. -¡A-Ah!
¡Cuidado, tan cerca no!

-¡Pero si tú siempre estas al lado de mi oreja derecha o la izquierda! - Dije con una risa ligera. -.
Oye, está bien, quiero ayudarte, confío en ti, esas lágrimas me han demostrado que de verdad no
mientes, que sufres como todos - Al decirle esto, me miraría poco a poco sin decirme nada.

-G-Gracias...

No quise decir nada más, con una sonrisa suave dejé en claro que estaría con él para apoyarle, ya
que parecía estar mal en todo sentido, estaba solo, asustado, paranoico y preocupado. Aquel que
todos decían que no debías de fiarte, que era alguien malo, era en verdad quien a veces intentaba
ayudar o al menos tras aprender de lo malo tras varias veces repetidas.

︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵

Dormirme fue algo que no pensé que llegaría a pasarme, hubo una clase en la que me quedaría
rendida en la mesa que ocupaba, prometí que sería reposar un poco mis ojos, pero fue un sueño de
treinta minutos en los que me despertaría al escuchar mucho alboroto a mi alrededor y un
cosquilleo en mi oreja derecha.

-Despierta que ya hay cambio de clase - Me susurró Flowey.

Me despertaría de golpe levantando la cabeza, aturdida por la situación, miraría mi alrededor con
confusión para luego ve a Elena enfrente de mi mesa con una sonrisa, cruzándose de brazos para
luego soltar una risa pequeña.

-¡Te dormiste! - Soltó divertida Elena para luego poner su mano en mi cabeza y despeinarme un
poco. -. Te has perdido casi toda la clase, ¡nos han dicho que hay tarea y examen!

-¡Mierda! - Al decir esto taparía mi boca sorprendida. -. Ah... No... Joder, no atendí a nada,
necesito tu ayuda... Al menos que me expliques que ocurrió en esta clase que me quedé dormida -
Expresé apurada.

-¡Tranquila! Lo haré sin fallo Ursula, esta tarde, ¿te parece que quedemos en mi casa? - Ante su
pregunta, afirmé con rapidez, lo que causó una ligera risa en ella. -. Genial, ahora despiértate, tonta,
aún quedan muchas clases de por medio.

Se marcharía, dejándome sola para rascar mi cabeza confusa y recoger mis cosas, yendo hacia la
siguiente clase, aún seguía dormida, por lo que tenía que ir con cuidado de no tropezarme con
nadie en medio del pasillo e ir a la siguiente aula. En esta clase intentaría no dormirme como la
anterior.

Ciertamente no podía negar que a veces en medio de la clase me daban pequeñas cabezadas de
sueño, pero podía despertarme rápido ya que Flowey siempre me hacía cosquillas para que no me
durmiera, en parte él me ayudó a ello, aunque me despertaba algo gruñona porque quería dormir.
En el recreo, cuando por fin terminaron las clases eternas, pondría mi cabeza en la mesa y caería
rendida del sueño, durmiendo perfectamente 15 minutos allí sin que nadie me dijera nada hasta que
Maria me despertó moviendo un poco mi espalda, soltando un pequeño grito para ver si
reaccionaba, cosa que hice.

- ¿Qué ocurre? - Pregunté cansada.

-¿No has dormido? - Negué un poco con la cabeza. -. Qué raro de ti, tú siempre duermes tus 8 o 7
horas de sueño, me extraña verte así, ¿ocurrió algo?

-Pesadillas - Respondí a secas.

-Ya veo... Eso no ayuda... - Al decir esto, abriría mi mochila. -, al menos, deberías alimentarte un
poco - Dejaría mi pieza de fruta a mi lado derecho. -, queda aún muchas clases de por medio.

Podría escuchar los pasos de cómo se iba mientras yo miraba de reojo el trozo de manzana que
estaba en la mesa, solté un suspiro, cansada, mientras cerraba mis ojos para luego agarrar la
manzana y darle un mordisco, aunque no sería la única. Sí, Flowey también le dio uno ya que
estaba hambriento.

Terminaríamos de comer y dormiría un poco más, pero no por mucho tiempo ya que las clases
empezarían, gruñiría, molesta y me levantaría cansada para intentar atender en las últimas clases
que quedaban. Aunque, ciertamente no iba a ser nada fácil, por no decir que casi me quedaba
dormida de nuevo.

︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵

Elena entendió que no podía ir ahora a su casa, que necesitaba dos horas de sueño, lo entendió y
me dejo dormir para luego quedar sobre las 6 de la tarde, me dijo que me invitaría a cenar en su
casa, acepté, aunque esto último me hizo sentir mal, tampoco hacía falta tanto...

Dormir me vino de perlas, para que mentir, necesitaba ese sueño y cuando desperté me sentía un
poco mejor, con algo más de energía que antes, por el otro lado Flowey no se había despertado y
no quería molestarle con su sueño, por ello le dejé una nota al lado suya:

"Espero que hayas descansado bien,


estaré en casa de Elena. Descansa <3"

Me pondría una ropa decente, me pondría la mochila y tomaría las llaves para ir a casa de Elena,
ella ya me estaba llamando para ver si iba ya, era impaciente y muy puntual, por lo que apuraría el
paso para no hacerla esperar más.

Una vez allí, Elena me recibiría con una sonrisa y me dejaría entrar, llevándome hacia su ordenada
habitación para empezar a estudiar sobre aquella clase que no había prestado atención. Le debía
mucho y tenía que admitir que las explicaciones de Elena eran mejores que los profesores.

Sería una hora y media de explicación ya que no solo era sobre esa clase, sino sobre dudas que
tenía de anteriores clases, por ello se nos extendió tanto, siendo las siete y media de la noche, iría a
la cocina para traerme algo de bebida mientras yo cerraba los libros y los guardaba en mi mochila.
Miraría a mi alrededor, distraída para luego ver un cajón abierto en uno de los escritorios de Elena.

Para cuando quería mirar, ella ya estaba en la habitación dejando las bebidas para luego ver que
estaba haciendo, con una sonrisa calmada empezaría hablar.

- Ciertamente estoy preocupada y me investigación fue a más, pero no he visto nada extraño al
respecto, algo que me frustra - Me explicó mientras bebía una pequeña botella de agua fría.
Suspiró. -. Estoy algo frustrada y asustada.

-No eres la única, Carlos está entrenando duramente no solo por ese día, sino por Cristian.

-Honestamente... Cristian anda muy raro conmigo y los demás - Escuchar esto hizo que arqueara la
ceja sorprendida. -. Sí... Estuvo hablando conmigo y hoy, justo que no estabas, nos habló muy
tranquilo, calmado y se disculpó con Carlos, le dijo que había actuado como un completo idiota.

-Eso sí es extraño de él, de normal, no suele ser así, suele ser más estúpido y... Engreído - Dijo
dudosa y sorprendida, mirando la botella que tenía en sus manos.

-Sí, la verdad, aunque te veo muy preocupada, ¿pasó algo más? - Pregunté mientras la miraba,
estaba muy perdida.

-Que no se si me tiró la caña.

-¿Cómo? - No sé si en ese momento mi cara se había quedado en blanco, pero de ser así, podría dar
miedo en ese momento. -. ¿Te intentó ligar?

-Sí, bueno, hizo un chiste de medicina y luego fue muy amable conmigo - En el silencio que
pareció por unos segundos, pude notar un sonrojo en sus mejillas.

-No...

-Yo...

-¡No! ¡No!

-Yo...

-¡NO ME SEAS ESTÚPIDA, ELENA! - Le grité mientras me cruzaba de brazos.

-¡¡Perdóón!! - Gritó avergonzada.

-¡Demonios, Elena! ¡Eres mejor que él! ¡No seas estúpida! ¡Sabes cómo es! ¡Que se esté
disculpando ahora no significa nada, es una trampa! - Le expresé mi opinión algo molesta.

-Bueno, creo que opinas igual que todos, aunque eres la primera que sabe esto... ¡¡Por favor no
digas nada!!

-¡¿Es una broma no, Elena?! - Estaría en shock al verla más sonrojada. -. ¡¡Chica!! ¿¡Por qué te
gusta?!

-A ver, sé que es un chico malo, pero le veo buena fe en sus acciones y...

-¡Elena! - La interrumpí. Ella me miró sorprendida. -. ¿¡Enserio te van los chicos malos?! -Callada,
me miró algo arrepentida.

-Sí - Puse la mano en mi cara.

-Eres idiota, de verdad, voy a tener que estar encima tuya - Suspiré cansada para luego levantarme
de la silla. Me miraría preocupada. -. No, no diré nada, tranquila, no soy de contarlo todo, solo lo
guardo si es necesario, nada más, pero si cuenta que te tenga el ojo puesto.

-Bueno... - Miró a otro lado para respirar un poco y luego mirarme, aunque seguía sonrojada. -.
¿Irás ya para casa?

-Sí, no te molestes en hacerme la cena, no es necesario, enserio - Le respondí calmada.

-Está bien... Lo siento.

-¿Por qué? - Pregunté sorprendida. Ella se quedó muda por unos segundos. - O sea, está bien, todos
tenemos amores culposos, pero no pasa nada, sabes cómo es ese chico y estoy yo aquí para evitar
tus locuras y que te hagan daño, al igual que los demás.

-Vaya.... Gracias por aguantarme... Enserio - Puso sus manos con las mías, como una forma de
agradecerme.

-No es nada boba, venga anda, nos vemos mañana, ¿sí? - Ella sonreiría con calma y afirmaría. -
Genial, nos vemos entonces, chao Elena.

-Chao Ursula...

Ciertamente Elena se la veía arrepentida por decir esto, pero tenía la suerte de que era yo y no
suelo decir nada más que fuera una urgencia bastante importante, sabía callarme las cosas y
mantener los secretos.

En mi trayecto a casa, no tardaría en encontrarme a Flowey, había salido de mi casa por mi ventana
y estaba ahora en frente mía, atado en mi brazo derecho, enfadándose conmigo porque me había
ido sola y tenía que me pasara algo grave, entre otras cosas más. Sonreiría con calma, era bueno
saber que le preocupaba, a pesarde ser tan borde a veces.
Chapter 19

Viernes y al parecer, cuando me levanté, recibí un mensaje de Elena avisándome de que no había
clases, me lo dijo por si acaso no me acordaba o me había dormido en el momento en el que
dijeron esto en clase. Me quedé con una cara de estúpida y me fui a dormir, avisando a Flowey
para que él también descansara.

Hoy era un día para poder organizarme, estudiar, hacer los trabajos, capaz distraerme leyendo,
hacer fotos con una cámara antigua que tengo e ir al parque, estar con mi familia, conocer un poco
más a Flowey, porque vivía conmigo de forma gratis, entre otras cosas más.

Empezaría el día levantándome a las diez de la mañana, de normal me levantaba a las seis, por lo
que hoy me di un poco de lujo para poder descansar más y mejor. Una vez despierta, empezaría
con ir al baño y ducharme, al igual que Flowey.

Bueno, realmente Flowey no se "daba una ducha" simplemente le dejaba un poco de agua y con
eso ya le limpiaba, pero él lo consideraba como "darse una ducha". Supongo que es su manera de
ver las cosas, aunque no niego que me era divertido.

Luego sería el desayuno, esta vez no podría desayunar con Flowey, sino con mis padres, por lo que
intentaría hacer el desayuno de Flowey, ir a la habitación, dejárselo y luego volver con mis padres,
todo con cuidado y sigilo con tal de que no sospecharan de mí. En el desayuno con mis padres,
estaría hablando de mis clases, del día a día, los monstruos, entre otras cosas.

Realmente la conversación de los monstruos me hizo sentir feliz ya que mis padres estaban
empezando a confiar en ellos y al parecer no eran los únicos, varios más estaban pensando igual y
esto era un gran avance, porque pronto podrían estar viviendo aquí con calma. Yo les diría que el
domingo quedaría con mis amigos para tomar algo con los monstruos, ya que hace poco los
conocimos en su barrio y fueron muy amables, la sorpresa en la cara de mis padres fue única.

Tras tantas charlas, volvería a mi habitación, Flowey ya empezaba a quejarse de que porqué tarde
tanto, esto me pareció curioso ya que significaba que me extrañaba, aunque él lo negaba todo el
rato, diciendo que se estaba preocupando porque pensaba que me había ocurrido algo. Sí, en mi
propia casa... Seguro...

En mi habitación estaría en rachas de estudios y trabajos, rachas de charlas con Flowey y rachas de
ver videos en las redes sociales y reírse un poco, la flor miraba curiosa, porque no entendía las
redes sociales, aunque admitió que si eran graciosos la mayoría de los videos aun siendo su humor
un poco negro.

Cuando hablábamos, siempre era de cómo era él en su pasado, no se sentía orgulloso, se sentía un
imbécil y un inmaduro, siempre se repetía que tenía que ser más consciente de lo que se decía, que
tenía que ir con cuidado con lo que hacía, cómo actuaba y qué decía. Estas palabras solo me
ponían un poco triste por él.

Eso era su pasado, el mío era un poco más extraño, teniendo en cuenta de que no me acordaba de
nada y siempre me quedaba pensativa de ello, sin saber nada. Él ya lo sabía, se lo había explicado,
pero no le interesaba esto en ese momento, quería saber cómo conocí a mis amigos y sobre mi
pasado que mejor recordaba.

Ah, sí, mis amigos...


Comenzó con que todos estudiábamos en el mismo centro y nos fuimos conociendo poco a poco, la
primera y más llamativa era María, obviamente. A ella siempre se la conoció por el juego sucio de
cartas, la mentirosa, la tramposa, y a decir verdad no se equivocaban, pues ella jugó conmigo y
sentí como hacía trampas, pero no sabía cómo. La aplaudí, estaba sorprendida por la habilidad que
tenía con las cartas y que no fuera capaz de ver el truco detrás de ello y ella solo me miró
sorprendida, porque mi reacción era más distinta a la mayoría de chicos o chicas.

Ser más amigas fue gracias a Carol y Zen, los tres se conocían de antes porque eran muy traviesos,
sobre todo los hermanos, nunca paraban de liarla, de curiosear en sitios prohibidos y María se unía
para reírse un poco y pasar el rato. ¿Y cómo conocí a Carol y Zen? Bueno... Porque era la nueva
vecina en la ciudad.

Sí, como era nueva, también querían saber quién era, ¡eran unos cotillas también! Y los vi de
primeras mientras daba mis pequeños paseos cerca de mi casa para que me diera el aire. Allí los
vería y les saludaría con alegría, creyendo que era los nuevos vecinos, que de hecho me mintieron
diciéndome que eran vecinos y empezaron a preguntarme al igual que yo a ellos.

Luego sigue Carlos, él era vecino de Carol y Zen, el pequeño de los hermanos siempre le veía
entrenar y meterse en peleas, se conocerían sin querer, pero no duraría mucho ese momento, porque
Zen marchó de inmediato con su hermana. Quien la conocería más sería Elena, quien le veía en el
parque tocando su guitarra.

A Elena la conocí en las primeras clases, ella se sentó en el primer año a mi lado, emocionada,
muy organizada, inteligente, curiosa, era una chica ciertamente hiperactiva, pero muy cariñosa, con
ella como siempre estaba a mi lado, siempre hablábamos y por ello somos amigas a día de hoy, aun
estando en el segundo año.

Esos eran mis amigos, cada uno único cuanto menos. En cuanto a mí, pues bueno, una chica
normalita que estaba mucho en casa, a veces porque quería y otras porque mis padres temían un
poco que me ocurriera algo en la calle, algo que no podía hacer nada por ser una chica. En lo
demás, me gustaba leer, escuchar música, ver videos mientras me tumbaba en cama y curiosear
sobre cosas que a veces no sé, pero no de la forma tan obsesiva como Elena.

Flowey se me quedaría mirando de forma curiosa, le parecía muy interesante como eran los
humanos, al menos los que había descrito a la flor, él simplemente movía la cabeza y mostraba
mucho interés en sus ojos.

Así sería la mañana para luego irme a comer, también le daría comida a Flowey, aunque no le
gustó mucho, al parecer no le gustaban las carnes, pero si las verduras... ¿Eso no sería canibalismo
entre plantas? ¿Supongo? Sea como sea no iba a juzgar su forma de comer, porque si nos ponemos
a hablar...

Al terminar estaría en mi habitación, estaría en mi descanso y le enseñaría las maravillas de


internet a Flowey, ciertamente el no conocía mucho y tenía mucha curiosidad, tanto así que toda la
tarde la pasamos viendo videos y riéndonos, olvidándome de los trabajos y examen y que me
asustara, empezando a estudiar a las ocho de la tarde, cerca de la cena.

Tenía que admitir que me parecía tierno sentir a Flowey cómodo en mi mejilla mientras veíamos
los videos, unos de risa, otros de teorías, otros de videojuegos, un popurrí de temáticas que nos lo
pasamos bien y pudimos conocernos mejor uno al otro en cuanto gustos, fue agradable y pensé que
tendría que repetirlo más veces.

Luego sería la cena y al terminar tendría una llamada grupal de mis amigos, me preocupé, porque
esa llamada era para mañana, en el subsuelo, sobre cómo iba a ser y cómo se iba a organizar.
Carol y Zen eran los más "expertos" en expediciones así y pidieron que fuéramos con sigilo,
prudencia y cuidado, pues la vez que fueron ellos fue a solas y se encontraron con alguien que, por
suerte, era bueno, pero que no sabían si tendríamos esa suerte de nuevo. Seguido de esto, hablaría
Carlos con seriedad, y es que pidió que fuéramos con algo para ir armados.

No armas de fuego, objetos como sartenes, alguna cosa dura, rocas incluso para tirarlas con un
tirachinas, cosas así que fueran fáciles de llevar o de hacer y con ello poder defendernos un poco,
al menos un mínimo para poder hacer frente aquello que nos pudiera parecer. Su idea no nos
pareció mal, aunque en mi caso Flowey me dijo que no haría falta, que él me protegería.

La conversación no fue a más, se acordaron las horas, diez de la noche en la casa de Carol y Zen,
todos debían asistir y si necesitaban apoyo para poder salir de casa, o sea solo mi caso, que lo
dijeran en alto para poder estar todos, sí o sí. Estaban muy seguros que si íbamos, solos no iban a
ser, sino que todo el grupo unido, pasara lo que pasara, NADA, de separarnos. Esa idea si me
gustaba.

Flowey igual forma estaba preocupado por la situación, sabía por un lado que el subsuelo estaba
desierto, pero esto no lo sabía bien del todo porque siempre creía eso cuando estaba solo en un
lugar que nadie conocía, sentía que siempre había alguien vigilándole y esto le ponía muy
nerviosa. Que me expresara esto me dejó preocupada, realmente él no quería que nos pasara nada
malo, demostraba que había sufrido mucho.

Pero, por otro lado, intenté ser positiva, recordé lo que dijo Undyne, ella era una de las más fuertes
y expresó su temor por Flowey, al igual que Frisk, tenía fe que, si algo nos ocurriera, él se haría
frente a la situación y pararlo.

Aunque cuando le miraba de reojo, veía temor, miedo, temblaba sin parar y a veces susurraba
cosas que no entendía. Algo me decía que las cosas no irían bien si no hacíamos caso o si nos
alterábamos.
Chapter 20

Me levantaría a una hora decente por la mañana y al levantarme de la cama estaría nerviosa y
preocupada, fue en lo primero que se me pasó por la cabeza, el subsuelo, estaba ya temblando
mientras pensaba más en ello, hoy teníamos que ir todos con cuidado.

Flowey se levantaría a la vez mirándome con seriedad para luego ponerse algo nervioso, sí, estaba
igual de nervioso que yo, aunque era normal, tenía miedo de que nos ocurriera algo horrible en
cualquier momento, estaba nervioso y todo el rato estaba atento por si no ocurría algo.

No sería capaz de desayunar por la mañana y mis padres notarían esto, preguntándome que me
pasaba, no les había dicho nada hasta sobre la quedada y ahora era el momento de explicárselo,
sino me matarían.

-He quedado con mis amigos - Su cara sería relajada. -, por la noche, a las 10 - Y ahora se
mostraban rostros molestos.

-¿A las 10? ¿Tan tarde? - Preguntó mi madre.

-Sí, es que iremos a casa de Carol y Zen, es una fiesta un poco...

-¿Friki? - Terminó mi padre mientras se cruzaba de brazos.

-Sí, algo así, es una fiesta friki, todos estaremos hablando de temas distintos y nos quedaremos en
su casa para que no nos pase nada - Expliqué con calma.

-¿Y por qué no nos avisaron sus padres? - Preguntó mi madre. Sí, ellos se comunicaban con las
demás familias de mis amigos o los que podía, porque Elena vivía sola por un tiempo ya que su
madre tenía trabajo en el extranjero.

-Bueno capaz que se les olvidó - Puse como excusa. -. Aunque me dijeron Carol y Zen que
vendrían para explicaros.

-Más les vale, no te irás a no ser que nos lo expliquen bien - Diría mi padre con seriedad.

Nada más dar la vuelta e ir a mi habitación, enviaría un mensaje a mi grupo de que necesitaba
ayuda para que me sacaran de casa, explicándoles la situación. Carol y Zen no tendrían problema
para ayudarme y Elena también vendría, ya que para mis padres ella era una figura de quien tomar
ejemplo.

Sería por la tarde casi noche, a las ocho exactamente, cuando vendrían los tres llamando la puerta
de mi casa y que les dejaran explicar toda la situación sobre la fiesta que harían en la casa de los
hermanos. Mis padres prestaban atención a la explicación de Carol mientras que a veces Elena
intervenía para intentar que sonara más convincente y no sospecharan. Zen no hablaba, porque si lo
hacía, todo iría mal.

-¿Y por qué tu hermano no habla? - Preguntó mi madre. Metomentodo...

-Me duele algo la garganta - Explicó Zen antes de que lo hiciera su hermana. Su voz era un poco
ronca y jodida, algo que le sorprendería a mi madre, aunque no solo a ella. -. Lo siento si no hablo
mucho.

-¿Pero haréis una fiesta estando él mal? - Preguntó mi madre preocupada.


-A ver, están mis padres, no vamos a tomar alcohol ni nada, será una noche de frikadas, ya saben,
juegos de rol, cartas y a lo mejor estar relajados viendo alguna película mientras comemos algo -
Respondió Carol.

-Entiendo... ¿Necesitáis algo para esa noche? - Preguntó mi madre preocupada. parecía que ella si
la habíamos convencido.

-No, tenemos todo, nos hemos asegurado bien todos y, aún a malas, tenemos la casa de Carlos para
poder pillar alguna cosa de urgencia - Respondió Carol con una sonrisa suave.

-Ursula, apúrate entonces, toma el pijama, tu cepillo de dientes y lo que necesites, la fiesta
empezará en poco ¿no? - Diría mi madre.

-Quiero que nos envíes un mensaje cada hora, si es posible - Exigió mi padre.

-Papá... A lo mejor me duermo en medio de la fiesta - Le expliqué un poco nerviosa.

-¿Entonces para qué vas si te duermes? - Preguntó molesto.

-Para estar con mis amigos... - Respondí algo nerviosa, pero también molesta por el interrogatorio
que intentaría hacer.

-Oh vamos, cariño, déjala que disfrute, no creo que pase nada - Intentó convencer mi madre.

-Bien... Pero mientras sigas despierta, un mensaje - Exigiría igual mi padre.

-Vale, sin problema...

Miraría a Elena y Carol y ellas con su mirada y gesto me dejarían en claro que preparara las pocas
cosas que necesitaba, así pues, recogería lo importante en una bolsa, llevando también a Flowey
quien se escondería en la bolsa. Una vez guardado todo, saldría de mi habitación, tomaría el
cepillo de dientes y me reuniría con los demás.

Nos despediríamos con educación, cerrando la puerta un poco y alejándonos lo suficiente para
luego chocarnos las manos con unas sonrisas en nuestros rostros, ya que habíamos conseguido
convencerles sobre la fiesta de mentira. Eran aún las 9 de la noche y llegaríamos todos pronto
cuando fuera el momento, por ello Carol ya estaba avisando de quedar antes para ir al subsuelo.

Maria sería la última como de costumbre, la chica se había dormido casi toda la tarde para tener
energía por la noche, que sería el momento más importante para todos y que tendríamos que estar
atentos. Por culpa de eso, se tendría que ir a la misma hora que se había planteado, las 10. Una vez
que la chica llegara, la miraríamos algo molesta.

-Mira, si es una hora, luego no la cambiéis, no me toquéis las narices - Se defendió molesta Maria.

-Lo que sea, si estamos todos listos, nos moveremos ya, ¿vais armados con algo? - Preguntó Carol.
Todos afirmaron. -. Bien, en marcha entonces.

Nos moveríamos con cierta ligereza para llegar al subsuelo, por donde iríamos sería el mismo sitio
por donde salieron los monstruos, ya que por el principio no era viable por la gran caída que tenía.
Ya cerca del lugar, cada uno de nosotros iríamos "armados", comenzando con Elena, que tenía su
mochila con sus vendas, bisturís y demás, Carlos con unas vendas bien atadas en sus puños, Carol
una sartén, Zen un bate de béisbol, María un palo grueso que se encontró por el camino y yo,
aunque tuviera a Flowey, me llevaría una libreta gruesa y grande.
-No sé cómo atacarás con eso Ursula - Me diría María sorprendida.

-Tu ni siquiera llevabas algo - Me defendí.

-Cierto... - Y soltaría una pequeña risa. Qué remedio de chica.

No sería difícil llegar al lugar, era en lo alto de una montaña y una vez allí empezaríamos a bajar
con cuidado por la salida del subsuelo, permaneciéndonos juntos en todo momento para evitar
hacernos daño, caernos y a la vez estar atentos de cualquier situación. Sorprendentemente tampoco
sería tan difícil como pensaba y pronto llegaríamos a un pasillo largo que a lo lejos veríamos flores
amarillas.

-Aquí a la izquierda - Indicó Carol. La seguiríamos por el mismo sitio que ella iba hasta que
tendríamos que frenar de golpe. -. Dejarme comprobar algo, aquí supuestamente está el rey del
subsuelo.

-Ve con ojo - Pidió Zen preocupado. Carol movería su cabeza en afirmación y se marcharía.

-Todo está muy calmado por el momento - Susurró Flowey a mi oreja derecha. Ah, sí, él se subió a
mi hombro derecho y se escondería detrás de mi cabello con tal de comunicarse conmigo. -. ¿Tú
estás bien? - Afirmé con mi cabeza.

-Esta libre - Aparecería con rapidez Carol. -. He mirado por encima, no vi nada raro, podemos
entrar.

Dentro las cosas me dejarían un poco en shock, comenzando con que la habitación donde entramos
estaba repleta de flores amarillas y en medio de estas una lona blanca que cubría un trono, o al
menos nos dijeron Carol y Zen. Me quedaría embobada por el lugar, aunque no era la única.

Siguiendo con nuestro camino, podríamos ver el exterior del castillo, viendo a lo lejos varias
ciudades lejanas y casas elegantes en las que Elena y yo nos quedaríamos sorprendidas y
embobadas, pero no por mucho ya que nos exigirían rapidez. En un momento de lucidez, miraría
mi móvil y aun tendría algo de cobertura, por lo que enviaría un mensaje a mi padre para que no se
preocupara.

-¿Cómo tienes cobertura? - Preguntó Flowey sorprendido. Moví mis hombros sin saber el porqué. -
. Si que son potentes...

-Supongo - Susurré.

Aun con la caminata, tendríamos que bajar por un ascensor todos juntos, nos preocupó que este
parara de golpe por el peso que llevaba encima, aunque no ocurrió nada y eso si nos sorprendería,
sí que debía aguantar una buena cantidad de peso para que no se rompiera. Una vez fuera,
estaríamos en el interior de una casa, algo que me sorprendería.

-Es como la de Toriel - Solté sorprendida, provocando que todos me miraran.

-Esto solo hace que piense que Toriel y ese rey fueran pareja - Soltó Carol pensativa.

-Podemos curiosear si quiere - Sugirió Maria.

-No nos tendríamos que...

-¡¡Vamos a curiosear!! - Zen, sin hacer caso a nada, empezaría a moverse por la casa. Carol suspiró
molesta para ir a por su hermano.
Todos estaríamos un poco sorprendidos por esto, pero era normal en ellos por lo que los
esperaríamos, aunque en mi caso me acercaría hacia el pasillo donde estaban las habitaciones,
viendo si alguna estaba abierta, que no parecía, por lo que me quedaría en el pasillo, mirándome en
el espejo para arreglar mi cabello.

-Así creo que está bien - Dije al terminar de arreglar mi cabello, mirándome de un lado a otro para
luego sonreír con calma.

-¿Ursula? - Preguntó en susurro Flowey, como si se hubiera asustado. -. ¿Qué te ocurrió en tus
ojos?

-¿Cómo? - Me fijaría más en mis ojos, pero no podría ver nada en mi rostro, aunque si, en una
esquina podría ver a alguien, como un ser de rostro blanco que en sus ojos derramaba un líquido
negro, al igual que su vestimenta. Asustada, me giraría, pero no vería nada. -. Que... ¿Qué fue eso?

-¿El qué? - Preguntó Flowey sorprendido. -. Yo solo te veía a ti con ojos distintos, como que todo
el rato cambiaba de color.

-¡¡Eh!! ¡Ursula ven aquí! - El grito de Carol me asustaría, yendo hacia ellos corriendo para no
perder el tiempo y avanzar con nuestra aventura.

-Flowey - Susurré en bajo. -. Esto no me está gustando.

-Créeme que no eres la única.

Bajando por otro ascensor, llegaríamos a lo que era un escenario, todos nos quedaríamos
sorprendidos por tal cambio de escenario, provocando que nos miráramos confundidos para luego
seguir avanzando. Carol y Zen estaban empezando a disfrutarlo y acelerar el paso, al principio no
sería un problema, pero luego si le pediríamos aflojar la velocidad.

Y era normal que se emocionaran, acabábamos de llegar lo que parecía ser el interior de un volcán
del cual estaba industrializado, encontrándonos con escenarios de lo que parecía ser un programa
de televisión, rompecabezas y trampas desactivadas entre otras cosas. Si Frisk tuvo que pasar por
aquí antes, me sorprende que lo haya conseguido, porque no parecía fácil.

-¡Eh! ¡Mirad a lo lejos! - Exclamó Zen.

Todos miraríamos al lugar, viendo lo que parecía un laboratorio, iríamos todos corriendo hacia el
interior para no sentir el abrumador calor en nuestros cuerpos y poder respirar mejor. Dentro,
aparte de que estaríamos mucho más cómodos, nos quedaríamos quietos por unos segundos.

Ciertamente no se si ellos sintieron lo mismo que yo, pero al menos sentí que había abierto algo,
como un escudo que protegía una zona y que, al entrar nosotros, lo habríamos destrozado con tan
solo nuestra presencia, provocando que mi pecho me doliera bastante, aunque no era la única.

Maria y Elena serían las que más les afectaría, cayendo al suelo de golpe por el dolor que sentían.
Pedirían un descanso, algo que haríamos ya que este lugar nos había dejados muy agotados y sin
apenas aire, por lo que nos sentaríamos en el suelo, aunque no todos, Zen y Carol mirarían el lugar.

-¿Y esto que será? - Preguntó el chico. Flowey al verle se pondría nervioso.

-Toca el suelo, Ursula - Exigió la flor. Hacer esto provocaría que enredaderas cortaran el paso a
Carlos.

-¡Mierda! - Gritó el chico asustado, pero se recompondría para intentar romperlas.


-¡Frena, frena! - Le pedí, sin poder moverme del sitio. - Carlos, creo que ese sitio no parece muy
seguro si ya el propio lugar te ha prohibido el sitio.

-Ese lugar - Me susurró Flowey. -. Hay seres experimentados con determinación de los cuales no
han salido bien, todos están ahí, no sé si Alphys ha seguido cuidándolos, espero que no - Escuchar
esto me dejaría la sangre helada.

-¡¡Chicos!! ¡¡Si nos movemos en el próximo lugar hay mucha agua para beber!! - Gritaría Carol,
quien había salido del lugar para explorar.

-¿Enserio? - Preguntó Maria con una sonrisa, algo agobiada. -. Que milagro, estoy sedienta.

-¡Sí! ¡Venga, moveros, ¡anda! - Y eso haríamos, aunque algunos ya estaríamos muy cansados por
la situación.

-No sé qué tan bebible es esa agua, pero bueno - Susurró Flowey un poco sorprendido. -. No vayáis
allí, por favor, Carlos parece que tiene ganas de ir de nuevo, intenta convencerle de lo contrario.

-Recibido - Susurré.

Moviéndonos por fin llegaríamos a la zona que había dicho Carol, una más bonita, fresquita y
relajante del cual todos bajaríamos la velocidad de nuestros pasos, caminando al lado de las flores
azules y de los ríos de los cuales Maria no había tardado en beber. Según dijo ella, el agua estaba
muy buena, pero no me fiaba de ella para nada.

Aquellas flores azules al parecer repetían frases de aquellos que se pusieron hablar enfrente o cerca
de ellas, por lo que podríamos escuchar los deseos de varios de los jóvenes o mayores que
caminaban por este lugar. Distrayéndonos, nos podríamos a escuchar una flor distinta y la verdad
era muy agradable y adorable ya que muchos de los pequeños decían muchas tonterías o
expresaban sus sentimientos.

En una de las flores, me sentaría a su lado a escuchar, pero esta no diría nada, algo que me
sorprendería, a lo mejor era una flor que nadie se había puesto a hablar y decirle nada, por lo que,
emocionada, intentaría ser yo la que enviara al mensaje. A nada de hablar la boca, una voz
distorsionada y fuerte sonaría en mi cabeza de golpe.

☞︎ ︎☜︎☼︎✌︎ ︎☜︎ ✌︎✈︎ ︎◻︎

Tal voz me dejaría aturdida al igual que mis amigos, quienes nos miraríamos asustados y
preocupados, viendo como poco a poco nos íbamos desapareciendo. Agobiados, nos levantaríamos
para darnos las manos para evitar separarnos, pero esto no funcionaría, porque en un abrir y cerrar
de ojos, estaría en un lugar completamente nevado.

-¿C-Chicos? - Pregunté asustada.

-Ursula, estoy aquí - Respondería Flowey, quien se había agarrado con fuerza a mi brazo,
dejándome una marca notoria en esta. -. Lo siento si te hice daño, no quería separarme de ti, pero
tus amigos...

-Flowey, ¿conoces perfectamente este lugar? - Pregunté con seriedad.

-Sí, claro.

-Vamos a buscarlos, no voy a dejarles solos por nada en el mundo - Mis palabras fueron lo
suficientemente decididas y claras para él, lo que le sorprendería mi actitud. -. ¿Dónde vamos
primero?

-No sé si alguien estará atrás, por lo que iremos por allí - Me indicaría con una de sus enredaderas. -
. Hay que ir con cuidado, no se quién era, pero su idioma es más distinto al nuestro y no sé si nos
hará daño en algún momento.

-Me da igual, nos prometimos no separarnos, por ello voy a por mis amigos - Hablé molesta para
luego empezar a correr por el terreno nevado. Esto iba a ser muy complicado, pero tampoco iba a
rendirme como si nada, mis amigos estaban en peligro y teníamos que encontrarnos ya, sino las
cosas iban a ir a peor.
Chapter 21

Sabía que por donde iba era un terreno difícil por la nieve que había, era complicado, aunque no
era solo eso, hacía frío y empezaba a tener un poco de hambre. Ciertamente estaba encontrándome
cada vez peor y necesitaba algún sitio que vendiera ropa y alimento, si es que aún se vendía y aún
había...

Flowey tuvo el detalle de envolver mis brazos con mis enredaderas para evitar que el frío fuera a
peor, ayudaba un poco y no tenía tanto frío, es más, parecía darme un poco de calor, pero tampoco
quería aprovecharme de esto porque tenía miedo de que le ocurriera algo y se encontrara mal.

A donde íbamos se encontraba un río bastante largo en el que nos encontraríamos un barquero,
ambos nos quedaríamos sorprendidos y nos acercaríamos por si alguna casualidad se había
encontrado con algunos de mis amigos. Nada más acercarme, este habría notado mi presencia,
levantándose de la barca donde se había sentado.

-¿Quieres viajar algún lado? - Preguntó calmado.

-No, necesito saber si encontraste algún chico o chica por esa zona - Le respondí agobiada.

-Sí... Creo que sí, hace poco vi una chica con una mochila en su espalda, asustada, yendo hacia el
castillo que le recomendé que fuera para evitar que se enfriara más - Recordó. Aquel hombre
estaba totalmente encapuchado, no se dejaba ver ninguna parte de su cuerpo.

-¡Ah! Debe de ser Elena... Gracias.

Tendría las fuerzas suficientes para correr y marchar hacia el castillo, del cual Flowey sabía dónde
era, por lo que marcharíamos hacia la izquierda, cruzar un puente de madera mal hecho, para abrir
las puertas del castillo y entrar. Dar el primer paso al interior provocó que me doliera el pecho con
fuerza, como si apretaran por un momento mi corazón y esto me asustaría por completo.

-¿Q-Qué ocurre? - Pregunté agobiada. Flowey también estaría asustado.

-Corre.

-Pero...

-¡¡CORRE!! ¡¡ESTA EN PELIGRO!

Escuchar esto me dejaría preocupada, empezando a correr a la mayor velocidad posible para
buscar a Elena, del cual aún no sabía dónde estaba, pero intuyendo la preocupación en la que sentía
Flowey, debía de ser algo grave. Corriendo, entraría en lo que era el interior de una casa, una igual
a la de Asgore y Toriel, saldría de la casa y me encontraría allí a Elena, dando pasos atrás asustada.

-¡¡Elena!! - Era ella, estaba asustada mirando a algo o alguien que yo no podía ver. - ¡¡Elena,
atrás!! - Grité de vuelta, pero no me escuchó.

-¡¡Maldita sea!! - Flowey, molesto, sacaría las enredaderas de mis brazos para intentar agarrar las
piernas de Elena e intentar sacarla del lugar para que se acercara a nosotros, pero hacer esto solo
causó que la persona desapareciera enfrente nuestra.

-Que... ¿Qué ha...?


-Es una ilusión - Reaccionó rápido Flowey. -. No, ella no está en peligro, nosotros somos...

A punto de terminar la frase estaríamos presionados por el ambiente, siendo incapaces de


movernos, nos mirábamos asustados, sobre todo Flowey quien parecía reconocer esa presencia.
Intentando mirar hacia mi derecha, podría ver a una persona a lo lejos, cuya sonrisa era muy
tenebrosa y de un tono rojizo.

Verla hizo las cosas peor, provocando que el miedo me abordara por completo y empezara a llorar
de forma inconsciente, intentaría moverme, pero mis piernas no reaccionaban en ese momento,
provocando que empezara a gritar de forma interna, pidiendo ayuda de forma desesperada.

Y ocurrió, las enredaderas de Flowey harían que me movieran, apartándome a un lado, lejos de la
chica para que al menos pudiera moverme un poco, logrado esto me levantaría del suelo empezaría
a ir a por Flowey, porque no iba a dejarle solo ni en broma, pero él se daría cuenta de esto,
alejándome de su persona.

-¡¡Ni se te ocurra!! ¡Sal de aquí!

-¡No, no me voy sola! ¡No te voy a dejar solo! - Grité agobiada. Y sin querer, miraría de nuevo
hacia esa persona.

Camisa a rayas amarillas y verdes, cabello castaño, ojos rojos como su sonrisa, pantalones
marrones y zapatos, o mejor dicho deportivas, negras, sosteniendo un cuchillo en su mano derecha,
pasándolo de un lado a otro, como si divirtiera hacer esto al igual que nuestra situación. Daría solo
un paso, provocando que cayera de golpe de rodillas y empezara a llorar.

-¡¡Maldita sea!! ¡¡Ursula!! - Gritó agobiado Flowey.

En un intento de salvarme, todo se paralizaría, provocando que ambos, tras unos segundos
mirándonos, seríamos teletransportados en un lugar totalmente distinto, uno en el que el ambiente
era más relajado o al menos podía respirar un poco mejor y no me sentía tan agobiada, miraría a mi
alrededor y me daría cuenta que era una sala oscura con pocas luces a mi alrededor. No sé qué tan
seguro podía ser.

-¿Ursula? - La voz de Flowey resonó, provocando que me despertara y mirara hacia el suelo para
encontrármelo enfrente mía. -. Estas bien...

-Sí, claro, tranquilo... Pero no sé qué ha pasado... ¿Por qué estamos aquí? - Pregunté mientras me
sentaba en el suelo, cerca de Flowey.

︎♋︎❒︎♍︎♒︎♋︎❒︎□︎⬧︎ ⍓︎♋︎

Ambos giraríamos nuestras cabezas ante esa voz distorsionada y grave, viendo a lo lejos aquel
mismo ser de antes que vi en el espejo. Sorprendida, pero aun temerosa le vería de lejos mientras
sentía las enredaderas de Flowey atarse a mis brazos y me miraría preocupado y atento de lo que
hiciera aquel ser.

☞︎◆︎♏︎ ◆︎■︎ ♏︎❒︎❒︎□︎❒︎ ❖︎♏︎■︎♓︎❒︎ ♋︎❑︎◆︎◻︎

-Su voz resuena en mi cabeza... ¿Le entiendes Flowey? - Pregunté mirándole de reojo.

-No, para nada, aunque su aspecto se me hace algo familiar, como si tuviera relación con... -
Movería su cabeza en negación. -. No, es estúpido.

-¿El qué es estúpido?


IROS

Abriría los ojos sorprendida al comprenderle, pero Flowey seguía aun confundido, sin entender que
estaba diciendo. Mirando aquel ser, intentaría hablarle, aunque estaba un poco insegura porque no
sabía si me entendería, ya que él se expresaba en otro idioma.

Intentado abrir la boca, podría ver cómo me miraba y sentía que intentar hablar con él no serviría,
por no decir que no era necesario, porque a lo mejor nos hubiera escuchado hablar antes o
simplemente no quería que nos quedáramos aquí. Aunque era razonable.

-Flowey, nos tenemos que ir todos de aquí - Le dije con seriedad.

-¿Le entiendes?

-Recién lo hago, pero creo que también es intuitivo, si no nos ha hecho nada y nos ha llevado aquí
es para protegernos y que todos estemos a salvo, tenemos que irnos - Razoné y al parecer le
pareció lógica mi teoría.

-Bien, pero... ¿Y los demás? - Preguntó.

YO LO HARÉ

-Él lo hará - Diría con seriedad, lo que provocó una notoria sorpresa en Flowey ya que podía
entenderle.

No dudó de mi palabra y ambos nos marcharíamos de aquella sala, apareciendo justo en el mismo
sitio en el que nos separamos. Empezaría a correr, yendo por los atajos y caminos que me indicaba
Flowey para poder salir sin problema alguno del lugar.

Aun tardando bastante, podría salir del sitio, aunque por desgracia no me encontraría con ninguno
de mis amigos, lo que me dejaría muy preocupada y asustada. Flowey me miraría preocupado y me
preguntaría si de verdad confiaba en aquel ser, mi respuesta sería nula, pues no sabía que decir,
confiaba, pero tampoco sabía hasta qué punto.

Una vez fuera podríamos respirar con calma sentándonos en el suelo mientras yo temblaba de
miedo y empezaba a llorar, Flowey me intentaría consolar, pero no por mucho tiempo, porque unos
pasos detrás nuestra sonarían. Girando mi cabeza, podría ver a todos ellos.

Menos a Elena.
Chapter 22

-¿Dónde está Elena?

-Ella no es la única que falta, no sabemos de Maria - Habló Carlos preocupado.

Se veía el miedo en sus rostros, Carlos tenía las vendas destrozadas y sangre en ellas, sus manos
estaban heridas por intentar proteger a Carol, quien estaba sola y por mucho que se defendiera no
podía hacer mucho.

Ellos se encontraron en una zona subterránea del laboratorio, Carlos le dio la razón a Ursula, ese
lugar no era seguro, seres deformados y corruptos se encontraban en esa zona y ambos estuvieron
asustados y paralizados, aunque pudieron salir del lugar gracias a que de repente fueron
teletransportados. ¿Quién hizo eso? No sabían.

Por el otro lado, Zen fue quien estuvo todo el rato escondido y en sigilo, no vio nada raro ni le pasó
nada peligroso, aunque tardó bastante en salir por que no quería arriesgarse, tenía mucho miedo en
ese momento y comentó del arrepentimiento que tenía de esta idea, que no sabía que iba a ser tan
peligrosa.

Yo tuve que mentir mi versión, no podía hablar de Flowey quien me ayudó y me defendió cuanto
pudo, solamente expliqué que simplemente fui teletransportada en una zona fría, intenté buscar a
los demás, pero no encontraría nada ni a nadie, algo que me dejaría preocupada.

Se les podía ver la preocupación de no saber nada de Maria y de Elena, aunque en mi caso si la
había visto, aunque era un engaño... ¿Acaso eso significaba algo más? Que aquella persona supiera
recrear a la perfección el cuerpo de Elena me daba mucho miedo... Si es que aquel ser que vi era el
causante de todo, aquella que se hacía llamar Chara, estábamos en un buen peligro.

No duraría mucho el tiempo para poder ver a Maria, caminar aturdida con temor en su rostro,
incluso pálida. Lo levantaría, mirándonos asustada para luego empezar a llorar y decir las primeras
palabras.

-La han matado...- Soltando la mochila de Elena que tenía en sus brazos, caería al suelo de rodillas
y lloraría mientras empezaba a gritar.

Todos, sorprendidos y asustados, iríamos a por ella, intentando consolarla mientras otros miraban
la mochila, llena de sangre y destrozada. Maria intentaría explicar la situación, pero le era
imposible.

Estábamos con las lágrimas en nuestros ojos, intentando consolarnos entre nosotros. Eran la 1 de la
mañana desde la vez que todos, o casi todos, salimos de allí y mientras llorábamos y nos
intentábamos consolar y calmarnos, aun seguía con lágrimas en mis ojos, mirando la mochila de
Elena.

Una esencia verdosa iría desprendiéndose de la mochila de la chica para ver como esta iba
directamente hacia mi collar, despejaría mis ojos sorprendida, sin entender nada de lo que estaba
ocurriendo, para luego ver que ya no se encontraba, la mochila seguía igual que antes, pero ese
humo verde no. Mirando mi collar, podría ver que una de las piedras que tenía brillaba un poco
más.

-Tenemos... Tenemos que irnos, alejarnos de aquí - Pidió Carol con dificultad. -. No es seguro,
vámonos todos a nuestra casa, ¡y-ya!
Aun con las lágrimas y el miedo, todos correríamos a mayor velocidad posible, llevando nuestras
cosas y la de Elena para irnos a la casa de los hermanos. Sabía que todos estaríamos preocupados y
asustados por la situación, por lo que nadie sería capaz de hacer algo decente hasta que pasara un
poco de tiempo.

Una vez en la casa de los hermanos, sus padres no estarían, pues ambos trabajan de noche y los
hermanos estarían libres, aunque ante esta situación si necesitaban a alguien mayor para que los
calmaran y los tranquilizaran.

-Chicos - Habló Carol con seriedad, dentro de lo que podía. -. Necesito que todos me expliquéis
que os ha pasado, que habéis visto, han ocurrido muchas cosas y hemos perdido a Elena, pero...

-¡¡Qué te den Carol!! - Gritó molesto Carlos. -¡¡La hemos perdido maldita sea!! ¡¡De repente todos
nos separamos y por culpa de eso Elena murió!! ¡¡Joder!! ¡¡Teníamos una maldita misión!! ¡¡Es
toda tu culpa!!

-¿¡M-Mi culpa?! ¡¡Si todos aceptasteis esta idea!! ¡¡No es toda mi culpa!! - Gritó molesta.

-¡¡Me da igual todos estábamos de acuerdo con que era peligroso y aun lo hicimos!!

-¡¡Podríais haberlo dicho, imbéciles!!

-¡C-Chicos por favor! - Intenté mantener la calma, pero estaban muy cabreados en ese momento
mientras las lágrimas caían. -. Creo que primero habría que tener en cuenta que, si su madre se
entera de esto, nos meteremos en un grave problema...

-Eso es cierto, pero necesito saber qué coño ha ocurrido allí, quien o qué nos atacó así -Pidió
molesta Carol, mirando a Maria, quien era la única que no explicó nada.

-Vimos a una maldita persona - Respondió Maria con un tono borde, cerrando sus ojos mientras
cerraba sus puños. -. Una persona cuya presencia ya nos paralizó, se burló de nosotros, nos quiso
chantajear, pero al negarnos e intentar defendernos, Elena fue la primera en morir porque me
intentó proteger, ¡¿ENTENDIDO?! - Gritó esto último con lágrimas. -. ¡¡Quería protegerla!! Pero
cuando tenía a ese ser encima mía no podía moverme y por ello ella me apartó y recibió el ataque,
un corte limpio en todo su cuerpo de forma vertical.

-¿Qué era? - Preguntó Carol.

-¡¡UNA MALDITA PERSONA!!

-Es Chara - Susurró Flowey. - Es Chara, es Chara, maldita sea, sabía que no estaba muerta, estaba
allí... Pero... ¿Por qué?... ¿Cómo es...? - Mientras Flowey empezaba a ponerse más nervioso, Maria
miraba a todos con ira y dolor.

-¡¡Esa persona era como Frisk!! ¡¡Aquel que tanto quieren!! ¡¡Yo no sé vosotros, pero tiene pinta
de ser su hermana!! ¡¡Y si es así entonces Frisk tiene una idea parecida a su hermana, matar a
todos!! - Gritaría molesta Maria.

-A lo mejor nos atacó porque...

-¡¡ZEN!! ¡¡MATO A ELENA!! ¡¡REACCIONA, JODER!! - Gritó Maria al pequeño, lo que Carol
se pondría en medio, dándole una ostia con la mano a la mejilla de Maria.

-¡¡NI SE TE OCURRA GRITAR ASÍ A MI HERMANO!!


-Igual de estúpida, sois tal para cual - Soltó Maria mientras se ponía la mano en la mejilla,
adolorida. - Me da igual lo demás, pero Elena ha muerto y no sé qué coño vamos hacer ahora, si
esto ocurre todo va a ir a mal y...

-Chicos... - Intervino Carlos llamando la atención de todos. -. La policía... Esta enfrente de la casa
de Elena.

¿C-Cómo?

︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵

Sí, la policía estaba allí, alguien informó de la muerte de Elena, que al parecer su cuerpo estaba
cerca de su casa. Todos estaríamos allí sorprendidos porque no tenía sentido de que el cuerpo de
Elena estuviera allí enfrente.

El cuerpo tenía varias heridas graves y un corte notorio por la zona del estómago y pecho, algo que
no todos podríamos ver por el asco que daba. Mientras la policía guardaba el cuerpo, muchos
empezaban a teorizar la causa de la muerte, de las cuales eran dos: Asesinato o atropellada.

Nos miraríamos preocupados y los policías, al vernos nos preguntarían por qué estábamos aquí a
estas horas de la noche, Zen, idiota de él, dijo que era nuestra amiga y que estuvo en nuestra casa.
Ante esa información, la policía nos vio como sospechosos/testigos y nos empezarían a
preguntarnos una vez que limpiaran la zona y la aseguraran.

-Eres un idiota hermano - Soltó molesta Carol. Suspiró y nos miró. - Todos diremos esto.

Nuestra versión sería que estábamos todos en su casa, haciendo un juego de rol y pasando el rato y
cuando íbamos hacer la comida, Elena dijo que necesitaba guardar sus cosas y cerrar la casa,
porque no la cerró. Desde entonces, no supimos más de ella, cuando marchó fue antes de la 1.

Cuando la policía empezó a interrogarnos, irían uno por uno, provocando que la noche tardara aún
más, mis padres me llamarían, preocupados. Las cosas no podían ir a peor y me estaba alterando
cada vez más.

No estábamos calmados, mis padres llegarían y me recogerían, hablando con la policía de que eran
mis familiares y que con ellos ya estaba a salvo. Una vez dentro del coche, empezaría la charla.

No podría salir más de casa por la noche, ellos me comieron la cabeza de que sabía lo peligroso
que era la gente, por no decir que a lo mejor eran los monstruos, no lo sabían aún bien, pero
estaban muy asustados por la situación y por mi. Respirando hondo para luego cerrar los ojos.

Estos días... Iban a ser muy duros.


Chapter 23

Hoy era domingo, varios de los compañeros se enteraron de la muerte de Elena, por lo que muchos
irían a su entierro, su madre podría volver a casa hoy por obvias razones, aunque no estaría mucho
tiempo porque tendría que regresar al trabajo que tenía en el extranjero.

Era doloroso en todo sentido y yo quería llorar, lloraba, sin poder pensar con claridad o analizar la
situación, lo que hicimos fue un error y no tendríamos que haber ido, nos tendríamos que haber
quedado en nuestras casas o, si quedábamos, al menos que fuera en un sitio seguro. Hoy era
incapaz de moverme en la cama, me quedaría mirando al techo.

-Ursula - Me hablaría Flowey con seriedad. -, necesito reunirme con alguien, es necesario, espero
no tardar mucho y si lo consigo, vendré de inmediato e iremos juntos a un sitio.

-¿Cómo? - Giré mi cabeza hacia él. -. ¿Qué dices?

-Voy avisar a Sans, estamos en una situación difícil y necesitamos ayuda, si no la pedimos ya
estaremos en problemas mucho mayores, si consigo que me crea, te avisaré e iremos con ellos,
¿entiendes? - Me explicó con calma.

-¿No sería peligroso? Digo, allí...

-No me voy a quedar de ramas cruzadas, como entenderás - Me interrumpió, viéndose la molestia
en sus ojos. -. Tú estate con los demás, si ocurre algo ve con ojo en todo momento y aún a malas
corre hacia tu casa o el barrio... Si es que tus padres te dejan.

Suspiré, sí, ahora mis padres me tenían más limitado el hecho de poder salir por las tardes por el
miedo de que me ocurriera algo, aún tenía la suerte de poder ir al funeral "sola", ya que mis padres
también irían y le darían el pésame a la madre de Elena. Saldríamos pronto de casa, el funeral
empezaba a las 12 de la tarde.

Mis amigos también me comentaron que irían al funeral, nadie se quedaría en su casa, a pesar de
las lágrimas y el dolor ellos no se iban a quedar encerrados, iríamos, todos juntos, para ver una
última vez a Elena... Si es que nos la dejaban ver.

A Elena la quemaron, incineración, como ella siempre quería, no aceptaba el hecho de ser
enterrada bajo tierra, le parecía extraño. Aunque en verdad ella quería que, si la tecnología
avanzaba, su cuerpo fuera usado para experimentación y avance de la evolución, pero el problema
era su madre, que nunca le dejaría eso.

Dejando un lado esos temas, ya estando todos reunidos, nos sentíamos adoloridos y agotados por la
situación, las caras eran largas, tristes y a veces se lloraba en medio de la charla en la que se había
preparado para Elena en la que hablaría sus familiares y algunos de nosotros.

No estábamos listos para hablar, pero tras unos minutos de escuchar largas charlas inspiradoras,
fuimos uno por uno hablando y expresando nuestro pésame y dolor. No fue agradable, por mi
volvería atrás en el tiempo para evitar todo lo que acababa de ocurrir, haría lo posible para que no
fuéramos al subsuelo.

Si no hubiéramos tenido esa idea, si no hubiéramos sido curiosos, si simplemente...

Sería incapaz de moverme, no podría hablar, no podía hacer nada, me dolía la cabeza como nunca
y en cuestión de minutos me tocaba hablar, no tenía ganas, para nada tenía ganas, estaba cansada,
agotada y el dolor iba a más, no parecía que iba aminorar y todo en el peor momento posible.
Entendía que estaba mal, pero ¿ahora?

Maria me miraría para intentar calmarme, me sugirió que fuera al baño para descansar, si no era
posible que hablara, no habría ningún problema, pero me negaba a ello, no quería faltar, quería
hablar, sentía que si expresaba como me sentía sería una forma de que Elena se sintiera en paz
conmigo, porque tenía la sensación de que no me iba a perdonar si no lo hacía.

Carlos terminaría de hablar y sería mi turno, los demás intentaron calmarme, pero era imposible ya
que cuando empecé a mirar bien mi alrededor, me di cuenta de la situación. El sitio era cerrado,
con varias sillas organizado de una forma simétrica dejando un pasillo que te llevaba hacia la
tumba de Elena, allí estaba decorado por hermosas flores, sus favoritas, azucenas.

Pero toda mi visión cambiaría de golpe al ver como aparecían parpadeos rápidos de una situación
totalmente distinta, siendo escenas violentas, de guerra, muerte, dolor... Mis amigos, los
monstruos... Flowey...

Me alejé de ellos, llorando y empezaría a gritarles de que se alejaran, de que tenía miedo de que
ellos también acabaran como Elena, que no quería perderlos. La paranoia en ese momento me
estaba afectando, al igual que el miedo. En unos segundos, todo se volvería oscuro.

︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵

Para mi suerte, estaría en casa. Mis padres me ayudaron cuando estaba consciente para irnos a un
lugar seguro, mi hogar, se dieron cuenta que ese funeral me fue un impacto importante en mi
cabeza, lo que me provocaría mucho dolor emocional en mi cuerpo.

Ahora estaba en mi cama, tumbada, agotada y soltando a veces unas pocas lágrimas, era una
mierda la sensación, quería hacer algo, pero ¿el qué? Solo esperaba que Flowey pudiera hablar con
Sans y dependiendo de la respuesta a lo mejor podríamos hacer algo. Al fin y al cabo, aquella flor
tenía razón y esperaba que le convenciera para poder hacer frente a Chara.

Mediodía y él no llegaría hasta las 6 de la tarde, entrando por la ventana de la habitación, dándole
ligeros toques a la ventana para entrar y comenzar a explicarme todo, no sin antes preguntarme si
me encontraba bien, porque en mi cara se notaba el cansancio, las lágrimas y que era incapaz de
tener los ojos abiertos. Le explicaría todo.

-Demonios... No pensé que sería tan grave... De hecho, creía que no estarías tan mal, sabía que
estabas adolorida, pero...

-Flowey - Le interrumpí con calma. -. No quiero hablar de eso... Dime... ¿Traes buenas noticias?

-Sí, las tengo - Respondió con una sonrisa suave, se sentía aliviado. -. Me creyó, aunque me costó
mucho, estaba insistente de que Chara no existía y no me quiso escuchar hasta que le grité de que
había muerto una chica cuando fuimos al subsuelo... Está enfadado con vosotros y, de hecho,
quiere hablar contigo o quien sea el líder del grupo.

-No creo que los demás quieran hablar con él porque pensarán que fui yo la que contó todo cuando
prometimos callarlo, es mejor que me reúna con él y veamos toda la situación - Le expliqué con
calma, girando mi cuerpo para verle de frente.

-Pues, si quieres hablar con él, me dijo que lo mejor sería mañana o lo antes posible, pues se ha
dado cuenta de la situación y no es tan tranquila como creía.

-Está bien... - Cerraría los ojos con calma para luego respirar hondo. -. Hoy... Quiero un día de
descanso.

-Lo entiendo, yo también ando cansado, estaré aquí y si ocurre algo te diré - Me diría con calma,
volviendo a su maceta para volverse como una flor. -. Descansa Ursula.

-Descansa...

Esas visiones. Carlos, Carol, Zen, María...

Veía esencias de distintos colores que rodaban a mi alrededor, esencias que eran mis amigos y sus
características, pero no era capaz de comprender que significaba esto para mí, porque sé que eran
mis mejores amigos, pero, ¿tanta importancia? Y otro detalle importante, ¿por qué me brillaba de
un color verde fuerte una de las piedras de mi collar? ¿Por qué estaba empezando a ser todo tan
caótico?

No quería... Deseaba... La opción de un reseteo... Aunque fuera un deseo egoísta.


Chapter 24

Tenía claro que hoy empezaban las clases, pero mi cuerpo y alma no eran capaz de ello, era obvia
la razón, aún no era capaz de asimilar la muerte de Elena, simplemente me quedaba mirando el
techo de forma vaga mientras algunas lágrimas me caían de los ojos, la presión en el pecho
aumentaría para luego tener una ansiedad horrible en el que me levantaría de la cama y empezaría
a temblar.

Flowey vio esto, se daba cuenta que no estaba muy bien para poder hablar con Sans, incluso intentó
tranquilizarme, pero de poco servía ya que cuando tenía esos nervios, mis padres entraban a la
habitación para intentar calmarme, por lo que Flowey tenía que pasar desapercibido. Estaba difícil
hablar con aquel esqueleto.

Así sería mi mañana, era obvia que mi condición de ir a clases no era la idónea, aunque también en
el centro dieron un día de luto por Elena, por lo que no me pondrían falta ni nada por el estilo, en
parte me venía bien para descansar bien e intentar no pensar en ello, aunque era inevitable.

Cuando las horas pasaban podía ver a Flowey mirándome a veces con preocupación, luego hacia la
ventana, como si buscara a alguien, suspiraba y me miraba de nuevo para acercar una enredadera y
tomar mi mano con cuidado. Sentía culpa o al menos veía eso en sus ojos, podía ver que él no
hablaba tanto como de costumbre, que, con sus actos, todo era suficiente para expresar como se
sentía.

Por el grupo no se habló mucho, Maria comentó la noticia de que el centro no haría clase hoy y
que ella estaría gran parte del día fuera de casa, que, si alguien necesitaba algo, que le dijeran, sus
palabras preocuparon a Carlos quien le diría de acompañarla, pero ella se negó ya que necesitaba
un momento a solas.

Era comprensible, también ellos vieron todo lo ocurrido y se sentían culpables.

Cuando los ojos empezaban a pesarme, empezaría a sentir como me levantaban de la cama poco a
poco, no era Flowey con sus enredaderas, que podría haber sido, sino que era una energía azulada
que, en un abrir y cerrar de ojos, sería teletransportada en frente de Sans quien me miraba con
calma y con un rostro serio. Menos mal que tenía algo de ropa.

-Creo que Flowey te comento de la charla que íbamos a tener, ¿no? - Comenzó con calma.

-Sí, claro, me dijo, pero no me sentía...

-Lo sé, tampoco es que pudieras salir, por ello te teletransporté, la charla intentará ser rápida, no
quiero preocupar a tus padres, pero ciertamente lo que ha pasado es importante - Su explicación fue
seria, parecía estar molesto o cabreado por lo que hicimos. -. Empezaré claro y simple, ¿por qué
fuisteis?

-P-Pues... Queríamos...

-¿Saber? ¿Queríais saber de nosotros? Comenzáis bien, en vez de tener paciencia y conocernos os
habéis metido a la boca del lobo, no nos metieron al subsuelo por nada, sino porque era un lugar
peligroso y de no ser de Undyne y de algunas personas más, no habríamos sobrevivido todos allí,
ese sitio no es del todo amigable, aunque viviéramos allí - Interrumpió Sans mientras se cruzaba de
brazos ciertamente molesto. - Continúo, ¿qué visteis?

-Todos mis amigos y yo... Vimos a una mujer... Aunque diría que era una niña, pero daba
demasiado miedo, su presencia ya causaba que todo mi cuerpo paralizara y no pudiéramos hacer
nada... Creo que es incluso la misma que...

-Esa que habéis visto, es Chara, me imagino que Flowey te habrá dicho como mil veces ya que
anda preocupado y el muy maldito no iba mal encaminado - Me volvió a interrumpir, pero no le
culpaba, yo también estaría enfadada si fuera en su caso. -, ese ser no debería haber aparecido, por
no decir que en este tiempo no debería existir, por lo que algo extraño ha surgido.

-No... No sabría que decirte.

-Es normal, pocos saben esto, por no decir que solo Flowey y yo.

-También... Vi algo... Raro - Recordaría mientras me abrazaba algo insegura. -, creo que vi a
alguien como tú, pero corrompido, como si chocolate derritiéndose se tratara, me miraba y me
hablaba y creo que incluso nos protegió - Expresé esto último insegura.

-¿Qué has dicho? - Preguntó sorprendido.

-Sí... Era de cara blanca con unas brechas, diría incluso que parecía una máscara y con una
vestimenta negra que se derretía - Expliqué a detalle, intentando recordar.

Podría ver la sorpresa en el rostro de Sans y, en un gesto rápido, me teletransportaría de golpe


hacia mi cama, apareciendo mi padre por la puerta de mi habitación para preguntarme como me
encontraba, con la sorpresa en mi rostro, él ya pensaría que me puse a llorar de nuevo por lo que se
me acercaría para intentar calmarme.

Pasarían unos minutos en los que agradecería el abrazo que recibí, respiré hondo y suspiré más
aliviada, me habló, recordándome de que pronto iríamos a cenar, tanto tiempo había pasado que
apenas recordé que había comido algo, aunque tampoco es que tuviera mucha hambre a diferencia
de ahora, que me gruñía el estómago.

Cuando marchó, esperé que Sans me teletransportara de nuevo, pero no ocurrió ya que Flowey me
hablaría con calma, explicándome de que se movió para hablar con él con calma sobre lo poco que
pudieron charlar. De lo más importante era del ser de rostro blanco y vestimenta negra.

-Al parecer es alguien importante para él e intentará hacer algo con ello - Me explicó con calma. -,
mientras tanto, me dijo que buscará teorías del porqué Chara esta libre, pero no se nos ocurre nada
al respecto.

-¿Podría ser algo que desactivara algo que la tenía retenida? - Pregunté dudosa.

-Es una opción, pero no lo sé bien, ya que Chara estaba dentro del cuerpo de Frisk y ahora que no
está, es posible que estuviera buscando un cuerpo o a alguien... O una barrera... - Respondió
mientras ponía una enredadera en su boca con una expresión de pensamiento.

-¿Habrá afectado a que nosotros hubiéramos entrado a la vez? Antes Carol y Zen entraron, pero no
pasó nada raro... Aunque no se adentraron mucho - Recordé mientras también intentaba pensar.

-Tú lo has dicho, no entraron apenas y vieron a Asgore... Capaz Asgore... Podría decir si vio algo
extraño.

Antes de que pudiera hablar de vuelta, mi padre me avisaría de vuelta para ir a cenar, me levantaría
con cierta dificultad para ir al comedor, aunque antes de irme, Flowey me diría que descansara ya
que iría a por Sans y Asgore para buscar respuestas a todo lo que estaba ocurriendo.
Era normal que actuara así, porque esta muerte de Elena ya empezaba a causar sospechas en los
monstruos y era lo último que querían que fueran involucrados en algo que no tenían nada que ver.
Suspiré, mientras cenaba miraba a mis padres de vez en cuando, me intentaban animar y que no
pensara mucho en ello, aunque era muy difícil y ellos lo podían entender como mejor podían,
dándome mucho ánimo y que descansara a su vez.

Cuando terminé de cenar, mis padres me animaron a ver una serie o película con ellos, acepté,
aunque no tenía muchas ganas porque me estaba durmiendo, tanto que en medio de la serie caería
dormida y mis padres, al ver esto, me llevarían en brazos hasta mi habitación.
Chapter 25

De tanto dormir, me levantaría mucho más temprano de lo normal, por mucho que intentara dormir
de vuelta, no podía ya que mi cabeza le daba vueltas al mismo tema, pero esta vez no estaba tan
triste, aunque si dolida, pero era inevitable que el tema se repitiera, tenía que ser fuerte.

Intentando no hacer mucho ruido, me iría a la cocina para prepararme un desayuno decente, esta
vez no estaba limitada por el tiempo por ello podría hacer un desayuno para Flowey. Una vez
hecho, iría a mi habitación con cuidado y abriría mi puerta con la ayuda de un ligero empujón de
mi pie derecho.

Despierto se encontraba aquella flor de pétalos amarillos que bostezaba sin parar, mirándome con
una cara confusa, aunque rápido cambiaría al ver que tenía el desayuno incluso para él. Una vez
cerca suya y dejara el plato, empezaríamos a desayunar.

-No tendrías que haber hecho esto, es un detalle muy grande... Y lo empezaste hacer desde que
aceptaste el trato - Recordó esto último.

-Bueno no iba a dejarte ahí sin cuidar, ¿no? Pensé en ponerte agua ya que así se alimentan las
flores más el sol, pero en tu caso, sentía que era un poco más distinto y me di cuenta cuando le
diste el mordisco a lo que comí - Respondería con calma y una sonrisa suave.

-Cierto, pero igual tu actitud conmigo ha sido muy agradable, aunque no he sido muy educado
contigo a decir verdad... Fui un borde y un desconfiado, incluso un cotilla un poco extraño, no sé
por qué aceptaste el trato - Confesó avergonzado.

-Confío en ti y más ahora que todo ocurrió, pero ciertamente no me dejé llevar por las palabras de
los demás, podrías habernos matado en aquel momento en el que nos agarraste, pero preferiste
hablar las cosas, aunque tus métodos no fueron los idóneos - Respondí con calma.

-Quería usar a ese chico para que hablaras conmigo, que el niño fuera un comunicador y que no me
vieras, pero tu amiga apareció y esto me puso más nervioso - Explicó la flor para luego darle un
trago al vaso de agua. -. Mi idea era llamar tu atención, conocerte, saber un poco quien eras y
luego pedirte ayuda ya que tú estabas conociendo a los monstruos y sabía que tendrías más
confianza, si confiabas en mí, capaz podría hacerles ver de forma indirecta de que no todo estaba
tan bien, sino que aún podía haber problemas.

-Querías usarme también como comunicadora, ¿verdad? - Flowey afirmó con timidez. -. Es una
pena que ahora te empiecen a creer ante la muerte de Elena... - Decir estas palabras no me fueron
fáciles por el nudo que me apareció en mi garganta.

-A veces avisar no sirve de nada y luego quedas como el traidor, cuando no es así - Dijo con un
tono ciertamente molesto, no iba a por mí sino que posiblemente hacia ellos, los monstruos. -. Y
ahora, por lo que escuché, están en máxima vigilancia, sospechan que ellos fueron los que mataron
a tu amiga.

-Eso es estúpido- Susurré.

-No, realmente no, Chara no es tonta, aprovechó bien el momento para que los monstruos no
pudieran hacer mucho, no pueden emplear su magia ahora, si lo hacen serán una amenaza y tu
alcalde no dudará en llamar a los magos.

-¿A los magos? - Pregunté sorprendida. -. ¿Pero no habían desaparecido?


-No, al parecer hay algunos vivos y que se encuentran en esta ciudad, otros son muy jóvenes y
están aprendiendo o les van a enseñar - Respondió con total calma. Me sorprendía que supiera todo
esto. - Sans me explicó, en el contrato que hicieron dejaron algunas cosas claras, como si fuera un
tipo de amenaza para que supiéramos de que no estabais indefensos.

-Vaya... Entonces ahora todos deben de estar... Asustados.

-Claramente... Y eso que pensaban que los magos no estarían aquí, pero se hicieron muchas
ilusiones, no todo sería de colores, por desgracia el pasado no se olvida.

Agarrando el móvil por un momento para ver la hora, me levantaría para recoger los platos, justo la
puerta se abriría de forma suave para ver el rostro de mi madre preocupada, la sorpresa sería
notoria en mi cara.

-¿Todo bien? - Preguntó mi madre.

-Sí, estaba hablando con Maria por audios, perdón si hice mucho ruido - Respondí mientras me
disculpaba. -. Ahora voy a fregar esto y marcho a clases.

-Está bien, suerte hija mía - Y se marcharía a su habitación para cerrar la puerta.

-Ahora vengo, termino esto y nos vamos a clase, tenemos un largo día y no me pienso callar -
Susurré con calma.

-¿Cómo que no te vas a callar? - Preguntó preocupado Flowey.

-Sí, les voy a decir algunas cosas sobre lo que está pasando, creo que mis amigos se merecen saber
que ha pasado, ¿no?

Flowey no tendría ninguna respuesta a cambio, tampoco parecía estar en desacuerdo, después de
todo lo que les había ocurrido era normal que buscaran respuestas y si alguno de ellos lo tenía no
iban en dudar en explicarlo todo. Estaba segura de que, si lo explicaba bien, sin involucrar a
Flowey, podríamos hacer algo.

︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵

La llegada a clases no fue de la más alegre posible, las caras de temor, preocupación y miedo se
podía ver en alguno de mis compañeros, había la excepción de que otros no les diera importancia o
que se les viera mucho más serios de lo normal. No les culpaba, después de todo que una
compañera del centro haya muerto es algo que preocupa a cualquiera.

Para mi mala suerte no me encontraría con nadie de mis amigos, les envié un mensaje para saber
dónde estaban y me responderían que irían a distintas horas ya que no todos tenían el humor de ir a
clases, suspiré con suavidad y lentitud e intenté prestar atención.

A veces me daba cuenta como la profesora, Alphys, me miraba con preocupación y temor, ella
también se había enterado, conociéndola, querría hablar conmigo para darme el pésame, ya que
con Elena era la que más hablaba y me relacionaba en la mayoría de mis clases, pero ahora el
asiento de mi lado estaba vacío, para siempre.

Por suerte las clases serían rápidas, capaz porque pensaba demasiado en otras y no prestaba mucha
atención ya que la mayoría de preguntas que hacía no sabía responderlas o me quedaba en blanco.
Con un suspiro pesado, intentaba pensar en otras cosas, generalmente teorías o como decirle las
cosas a los demás una vez que nos reuniéramos.
Cuando hubo el cambio de clases, Alphys se acercaría a mi mesa para preguntarme como estaba,
era obvio que mi rostro no expresaba el mejor estado y ella se preocupaba por mí, sabía lo que le
pasó a Elena y la pobre profesora decía que los monstruos no tenían nada que ver, sentía pena por
ella, intentar convencerme no era necesario porque sabía lo que había pasado.

-Alphys, se lo que ha pasado, sé que no es vuestra culpa - Expresé en susurro. Podría ver la sorpresa
en ella. -. Tranquila, estoy bien, es posible que más a menudo nos veamos, hay cosas que no están
del todo claras.

-Comprendo, solo que, por favor, ve con cuidado, con esto que ha ocurrido no quiero que os pase
nada malo a vosotros - Sería lo poco que podría decir antes de marcharse, ya que el cambio de
clases debía de ser rápido y sin apenas interrupciones de por medio.

Suspiré, miré la hora y escucharía un golpe en la puerta de mi clase, girando mi cabeza podría ver a
Maria con las manos en su bolsillo mientras se comía una piruleta, se la veía molesta mientras
caminaba hacia mí.

-A mí me tienes que explicar algo - Me habló dando un golpe en mi mesa, llamando la atención de
todos. Estaba molesta.

-No llames la atención de esta forma, os quería explicar todo, una vez que nos reuniéramos, no
hace falta formar un escándalo como este - Respondí algo molesta.

-Mi molestia no es en vano, Ursula, nos has ocultado algunas cosas que sabías de más junto con
Elena, quiero saberlo ya - Reclamó Maria. -. Y si te preguntas, fui a visitar a los monstruos y
estaban ciertamente alterados, quiero saber quién es esa Chara.

-Lo sabrás... - Tragué un poco en seco. -. Te lo aseguro, sabrás todo, pero en un lugar más privado
y con los demás.

-Bien - Dicho esto marcharía de mi mesa para sentarse en la suya a mala gana, balanceándose en la
silla mientras se cruzaba de brazos.

Entendía esa expresión en María, buscaba explicaciones y sabía en parte que yo sabía, capaz los
monstruos mencionaron mi nombre y por ello estaba así, porque lo había ocultado. Que más cosas
pensaría Maria de mí, capaz se pensaba que la exploración en la cueva fue a posta, aunque la idea
principal fue de Carol y Zen.

No tardaría mucho tiempo en las clases, el profesor nos dejó salir antes y Maria no dudó en
agarrarme de la muñeca para salir y buscar un sitio secreto, llamaría a los demás para que nos
reuniéramos y todos aceptaron. Al parecer todos estaban enfadados conmigo.

Cuando llegamos me daría cuenta que sería en un lugar en obras en el que no estaban construyendo
hoy, ahí estaban todos, esperando a que hablara, sus rostros no eran agradables y buscaban ya de
una vez la respuesta que deseaban escuchar. Por nada en el mundo debía hablar de Flowey.

-Comenzaremos con algo claro - Empezaría hablar y todos prestarían atención. -. No lo tenía
planeado, sabía el peligro del lugar, pero no pensé que sería tan grave.

-¿Y cómo sabes de Chara? - Preguntó Maria.

-Algo se de ella, me lo dijeron, es un ser que apareció en otros momentos... Es... Difícil de explicar.

-Hazlo - Exigió Carol.


-Son líneas temporales en las que Chara estaba en el cuerpo de Frisk ... - Esta frase la diría a la
perfección gracias a Flowey quien me susurraba al oído. -. En otras líneas, Frisk era quien mataba a
todos hasta hace poco, que dejó de actuar así y quiso ayudarlos, a que todos los monstruos fueran
libres.

-¿Líneas temporales? - Preguntó Carlos con la ceja arqueada.

-Sí, es lo que me dijo Sans, que es quien sabe de ello, más otro ser del subsuelo, en otras líneas
Chara era quien mataba, pero ahora que no puede, es posible que se haya quedado en el subsuelo y
entrar ahí haya sido un suicidio, pero es algo que nadie sabía del todo - Respondí.

-Bueno... Si está encerrada ahí, simplemente hay que sellar ese lugar, ¿no? - Preguntó Zen
intentando ser positivo.

-Me temo que no es tan fácil, es posible que Chara haya podido salir tras lo ocurrido y que ahora
esté fuera, buscando.

-¿Buscando el qué? - Preguntó Maria molesta.

-No...No lo sé, un cuerpo, alguien fuerte, mismamente el cuerpo de Elena podría usarlo, es por ello
que nos la encontramos en frente de su casa y se pensaron que fue atropellada o asesinada -
Respondí con pena, me dolía decir esto.

-Así que Sans, ese esqueleto, hablaste con él y te dijo todo eso, aunque no sabía lo de Chara - Habló
Carlos con los brazos en jarra.

-No, no sabía, pensaba que estaría muerta, pero no fue así del todo.

-¿Y quién es Gaster? - Preguntó Carol curiosa.

-¿G-Gas...?

Antes de que pudiera formular mi pregunta, un gran escándalo se haría en las obras, provocando
que algunas de las vigas empezaran a temblar, todos reaccionarían rápido, corriendo del lugar con
gran velocidad antes de que toda la construcción se les cayera encima. Sería la última en salir,
tropezando de golpe provocando que no me pudiera mover por el dolor fuerte en mi pierna
derecha.

Pediría ayuda, pero no me escucharían por desgracia ya que la construcción empezaría a caer,
cubriéndome con mis brazos para evitar el polvo, podría ver a duras penas como unas enredaderas
me cubrían por completo creando una esfera. Saldría Flowey enfrente mía, dentro de la esfera.

-¿Es grave? - Preguntó preocupado.

-Creo que sí... - Pondría mis manos en mi pierna derecha para intentar moverla. - Me temo que no
puedo mover...

De golpe, en mi collar, un color verdoso brillaría de golpe, saliendo de mi piedra para acercarse a
mi pierna y rodear de un campo verdoso, ambos sorprendidos, juraría que por unos segundos
podría ver la figura de Elena, sentada de rodillas curando mi pierna para luego desaparecer y que la
pierna no me doliera más.

La sorpresa era enorme, pero sobre todo en Flowey quien me miraba ciertamente preocupado y
asustado, casi temblando. Intentaría pronunciar unas palabras, pero lo único que sabría decirme es
la palabra "mago" antes de que rompieran las enredaderas y que él se subiera a mi espalda para no
ser descubierto.

Todo el mundo me miraría una vez que rompieron las enredaderas y el bombardeo de preguntas
empezaría.
Chapter 26

No fue divertido que varios profesores te preguntaran que había ocurrido y si estaba bien, temieron
que un monstruo me hiciera daño, aunque claramente era al revés, pero los muy estúpidos creyeron
que todo estaba pensado de forma que creyéramos que fue un acto de protección, creían que todo
esto estaba actuado o planeado.

Exagerado.

Ese día fue pesado, mis padres tuvieron que interrogarme aún más, les pedí que me dejaran
tranquila porque el día había sido muy tedioso. No estaba contenta, estaba confusa, aturdida, no
entendía nada y me estresé porque demasiadas cosas estaban ocurriendo y no era capaz de
entender.

¿Cómo que mago? Le pregunté a Flowey y no me quiso responder, pero le veía preocupado. Luego
el edificio, ¿por qué se derrumbó? Parecía que todo coincidía sin querer, aunque era planeado, no
quería pensar que fueron mis amigos porque también se sorprendieron ante el derrumbamiento del
edificio.

Por lo menos me pidieron perdón, me fueron capaces de hablar y poco a poco algunos me
admitieron sus pensamientos, desconfiaron de mi por culpa de Maria por lo que escuchó y que
estaban aún afectados por lo de Elena, querían venganza, querían saber quién fue el causante y en
general, todos pensábamos que era Chara, pero, ¿cómo?

Si fue ella, ¿por qué actuó así? ¿Cómo salió del subsuelo? ¿Por qué está actuando así si es muy
agresiva? ¿Qué estaba planeando? ¿Por qué...?

-Mi cabeza - Susurré adolorida, sentándome en la cama para poner mis manos en la cara en agobio.
-. No quiero saber más, no quiero saber más....

Repetí en silencio hasta que me tumbaría para cerrar mis ojos, había comido y cenado con muchos
nervios y sabía bien que esta noche sería incapaz de dormir, hoy iba a ser una noche complicada en
la que les daría muchas vueltas a las cosas, hasta que Flowey me hablaría con calma.

-Ursula...

-Dime... - Respondí con cansancio.

- ¿Cómo sacaste esa esencia verde de tu piedra y te curaste? - Preguntó preocupado.

-No lo sé, solo puse mis manos en mi pierna y ya... Te juro Flowey, no lo sé... - Y tras un silencio,
él suspiraría con calma.

-Descansa Ursula...

︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵

A la mañana siguiente me despertaría con un dolor horrible de ojos que se me pasarían en cuestión
de segundos, me pasaría las manos estas en señal de confusión, no entendía el porqué de ese dolor
repentino, pero intenté no darle importancia. Cuando abrí los ojos, Flowey me miró sorprendido.

-Lo hiciste otra vez - Arqueé la ceja sorprendida. -. Salió esa esencia verdosa de tu piedra y curaste
tus ojos.
- ¿Otra vez? - Pregunté sorprendida.

-Sí y era la apariencia de Elena, estaba cuidándote... No entiendo que está ocurriendo, pero a cada
momento que pasa siento que eres...

-Un mago - Terminé su frase. -. No entiendo por qué dices eso, mi familia no son magos, nadie lo
es.

-No estaría tan segura, hay cosas que no sabes, cómo tu pasado, como tienes ese collar tan extraño
y el control de esa esencia... El símbolo de la curación, parece como las almas humanas, pero una
forma más distinta - Me explicó con calma.

-Flowey... Entiendo tus teorías, pero mi cabeza no está para ello, tenemos mucho que hacer y hay
dudas que resolver, me lo quiero tomar con cierta calma, si es posible - Le pedí.

-Me temo... Que no será tan fácil - Confesó preocupado.

-Pues entonces habrá que adaptarse de la mejor forma posible - Suspiré antes de levantarme de la
cama y empezar el día.

Tenía claro que la mañana no iba a ser tan fácil, empezando con que mis padres me llevarían en
coche para asegurarse de que estaba sana y salva al trayecto a clases, estaban paranoicos, tenían
miedo de que fuera la siguiente en morir. Solamente me quedó aceptar ya que si me negaba ellos se
iban a cabrear conmigo y no tenía la paciencia para ello.

Como llegué rápido a clases, podría encontrarme con algunos de mis amigos y otros compañeros
del centro cuyas miradas no eran discretas, pero era lo de menos, intenté ignorarlo y hablar con
Maria ya que tenía algo que comentarme, por ello la seguí y fui todo oídos.

-Vamos a empezar con lo que ocurrió ayer, es muy extraño ya que nadie sabía que estábamos ahí,
nadie más que una sola persona, Cristian - Comenzó mientras se cruzaba de brazos.

- ¿Cómo que Cristian?

-En los días que no nos hablamos, nosotros conversamos con él y nos contó algunas cosas
interesantes y a la vez extrañas, expresó su amor por Elena y que estaba muy adolorido por ella y
sentía que tenía que ayudarnos porque es lo que habría hecho ella y que quería venganza, le daba
igual como, pero quería vengarse sí o sí.

-No me fio de él - Contesté molesta.

-Ni tu ni nadie, pero algún si lo hizo, al menos un poco y le dijo donde estábamos, por ello a lo
mejor las obras cayeron de golpe justo cuando nos reunimos, aunque algunos dicen que estaban
con él cuando eso ocurrió - Me explicó con un rostro muy serio. -. Tampoco es que me de
confianza la palabra de los demás.

-Cristian es un problema, que quiera venganza es otra cosa, pero no le quiero en el grupo.

-Tarde, lo está, porque Carol, Carlos y Zen confiaron en él y creyeron que podrían hacerle ver el
buen camino y buscar a la culpable de la muerte de Elena, que es Chara.

-No van a poder matarla - Me susurró Flowey.

-Vengarse no será fácil, ya habéis visto como es de fuerte, es un peligro, solos no podemos,
tendremos que pedir ayuda de los monstruos - Comenté con calma.
-Sea como sea no nos vamos a quedar de brazos cruzados como entenderás, ella actuará y nosotros
también, le diremos a los monstruos, pero se tendrá que ver si podrán hacer algo, ya que ellos están
en vigilancia, como supongo que te habrás enterado.

-Sí, claro que sí - Suspiré pesadamente.

El timbre de clases sonaría y nos miraríamos para despedirnos y empezar, teníamos claro que esta
conversación iba a durar mucho más, pero de por medio habría pequeñas interrupciones que no nos
dejarían hablar tranquilamente. Flowey obviamente lo escuchó todo y suspiró diciendo que las
acciones de mis amigos no eran del todo inteligentes, no se lo negaba, pero a veces la buena fe era
excesiva en ellos

La mañana de clases sería aburrida, aunque esta vez no estaría tan distraída, podría centrarme
mucho mejor que ayer y estaría a su vez preguntándole a Flowey mediante pequeñas notas para
que él me susurrara lo mejor que sabía. Preguntas sobre que era capaz de hacer Chara, que tan
fuerte eran los monstruos y que tendríamos que hacer nosotros para mejorar y ser de ayuda.

Chara, era un peligro importante, podría matarnos a todos si lo hacía muy bien, por ello teníamos
que coordinarnos, ahí intervenían los monstruos, los más fuertes eran Undyne, Sans y Asriel si
tenía las almas humanas, los demás podrían ser de ayuda, pero tenían que ir con cuidado.

Por último, nosotros, podríamos ayudar de forma parcial... Flowey quería saber si era capaz de
controlar las magias como supuesto mago que podría ser, ya que, si lo era, tendría que entrenar a
fondo con ello para así poder ayudar a los demás y a la vez hacer frente a Chara.

Siquiera el día estaba empezando y tenía muchas cosas que hacer, tenía que buscar un sitio libre
para poder salir y practicar el poder que tenía, pensar en esto solo hizo que suspirara en profundo y
gruñera en frustración, tantas cosas tenían que contar, hacer y practicar que me estaba agobiando.

La hora del descanso llegaría antes de lo esperado y podría hablar con los demás, pero no del tema
de siempre, sino de Cristian, quería explicaciones del porqué actuaron así, pero no fueron capaces
de darme siquiera un porque ya que él había llegado.

Si realmente quería hablar con ellos, tendría que ser por mensaje o quedar antes de que volviera a
casa.

Y es lo que haría.

︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵

Quedamos a las puertas detrás del centro para poder hablar con calma, la idea era buena, todos se
habían ido, incluso Cristian que se había despedido con alguno de nosotros para luego irse a su
casa. Una vez que se alejó, todos nos reunimos con calma para empezar a hablar de una buena vez
las cosas.

-¿Por qué os pareció buena idea aceptar a Cristian? Él está mal de la cabeza a veces, tiene instintos
raros de hacernos daño con un arma blanca y sabes que es muy agresivo a veces, no, no es buena
idea.

-Hablé con él y soy el que puede vigilarle más, noté esa actitud con Elena, pero intentaba no darle
mucha importancia, puedo y se cómo controlarle si está con nosotros, nos vendrá muy bien para
cuando hagamos frente a Chara porque él es ciertamente... Fuerte

- ¿Piensas dejar que se ponga como un loco a enfrentarse con alguien que posiblemente sea mucho
más fuerte que él y más loca que él? - Pregunté sorprendida. - ¿Eres tonto?
-No me insultes así, puedo ayudarle - Me contestó molesto.

-Y yo te digo que es mala idea y que nos meteremos en problemas más graves - Le devolví la
contestación ciertamente cabreada.

- ¿Qué coño les pasa que no razonan? - Preguntó Flowey preocupado.

-Chicos pensar un poco las cosas, Cristian podrá sentir mucho dolor por ella, pero pensad que él no
ha cambiado de un día para otro, será el mismo de siempre y tenerlo de nuestro lado no será buena
idea, chicos, tenemos que alejarlo de nosotros, no tenerlo de nuestro lado - Expliqué con cierta
calma.

-Tienes razón, pero tenerlo de nuestro lado será de ayuda para que no se meta con nosotros y si
encontramos a esa persona le podamos hacer frente con la ayuda de los demás, piénsalo Ursula,
podría venir bien - Contestó Carol. Me quedaría callada por unos segundos.

-Estoy sola, ¿no? - Pregunté a Maria. Ella solo afirmó con calma. - Está bien, haced lo que queráis,
pero id con cuidado.

Me daría la vuelta para volver a casa, no podía quedarme más tiempo ahí, sino mis padres se
preocuparían ya que me estaban esperando en el coche. Gruñí molesta, mis compañeros estaban
actuando de forma extraña y me ponía nerviosa, pero no podía mostrarme así frente a mis padres,
tenía que estar calmada y con una sonrisa normal.

Durante el viaje, Flowey también estaría de acuerdo conmigo, sabía que algo extraño estaba
ocurriendo con ellos, pero que por el momento lo único que podrían hacer es, con calma, ir
avanzando y aprender.
Chapter 27

Flowey confiaba ciegamente en que era capaz de controlar mis poderes, pero no era así ya que
primero de todo no sabía que tenía esas capacidades, si quiera tenía idea de que este collar poseía
una habilidad así, en general no sabía nada de nada.

No podía negar el misterio que me daba este collar y como una de mis piedras se iluminó de tal
forma, me intrigaba, quería saber cada vez más y más, a su vez me surgían miles de teorías en mi
cabeza y una de ellas era que pudiera tener relación con mi pasado ya que este collar me lo dieron
mis padres de pequeña.

Capaz si me ponía a explorar a fondo sobre esto podría saber bien que hacer y cómo actuar, pero
tenía que ir con cuidado porque tenía la sensación de que cualquier gesto que hiciera, podría
provocar el destrozo del collar y no era mi intención.

Las clases aún continuaban, pero el viernes no habría por asuntos de los profesores y de la
dirección, creo que tenían una reunión a fondo en la que no sería posible impartir la mayoría de las
asignaturas en el centro, por ello tuvieron que cancelar las clases de nuevo. Realmente este aspecto
no me preocupaba mucho hasta que pensé en Alphys y empecé a preocuparme por ella.

Sentía que mirarla involucraba hablarnos mentalmente, el como ella sentía pena con tan solo su
expresión, aunque intentaba dar clase como si nada hubiera ocurrido, cuando no era así de todo,
por no decir que los días anteriores algunos de mis compañeros se atrevieron hacer preguntas de
mal gusto en las que no hice mucho caso ya que no estaba bien.

Era desagradable que te trataran así cuando no era tu culpa, me dejaba claro el tipo de gente que
podían ser los demás, lo curiosos y molestos sin darse cuenta que podían herir sin querer. Mi
intento de querer pararlo era cada vez más alto, pero, ¿qué podría decir? Solo me metería en
problemas.

Cuando las clases terminaron, intenté hablar con Alphys, pero mi paso fue interrumpido por un
profesor que le pidió su presencia en una charla con unos pocos profesores sobre un tema.
Realmente las cosas si habían cambiado y no se tomaban las cosas a la ligera. Suspiré, mirando por
última vez a Alphys antes de marcharme a otra clase.

Clases ciertamente aburridas en las que pude ingeniármelas para aprender y entenderlo, las tareas
las llevaba más o menos al día aunque no negaba que me costó bastante en su momento ya que no
estaba muy centrada y mi menta a veces de distraría. Intentaba no darles vueltas a las cosas,
relajarme, pero no era tan fácil como creía... ¿Cómo hacen los demás para salir sin preocuparse de
los estudios?

Suspiré, agotada mentalmente, me podía toda esta situación, pero poco duraría cuando miré de
reojo hacia la ventana y podría ver a Carlos junto con Cristian, charlando tranquilamente, una
escena única porque de normal se estaban peleando. Me quedé mirando curiosa, intentando saber
que estaban diciendo, pero por cómo se estaban comportando, no parecía que las cosas fueran bien.

Hubo un momento en el que sentí que Cristian iba a sacar algo de su pantalón, pero se relajaría
ante las palabras de Carlos, aceptando con su cabeza para luego ver a mi amigo soltando un
suspiro. ¿Estaba intentando que cambiara? Porque si era así, no le estaba siendo fácil y se notaba
en su expresión de preocupación y cansancio.

Solamente me quedé mirando, tampoco podía hacer nada a no ser que Cristian fuera atacar de
verdad, pero no lo estaba haciendo y eso en parte me calmaba, ¿se estaba controlando? Era posible,
pero Cristian nunca fue mano limpia ni nunca lo será para mí, que lo aceptaran en el grupo para
aprovecharse de él no es algo que me haya gustado, comprendo que lo perdonen, pero no que lo
utilicen.

Podría ver como estos dos chicos se despedían y se separaban en distintos lugares, Carlos tomaría
su móvil y empezaría a teclear, me estaba enviando un mensaje ya que la pantalla del mi empezó a
brillar. Suspiré, tomé el móvil con cuidado y miré el mensaje para abrir los ojos en sorpresa.

"Quiero enseñaros a pelear a Maria y a ti, Carol y Zen se saben defender, pero no vosotras."

Me quedé pensativa ante sus palabras, la idea no era mala, que tuviéramos cierta defensa personal
vendría bien si nos ocurría algo, pero, ¿por qué habló con Cristian? ¿Sería sobre esto? Algo
extraño estaba ocurriendo.

-No me fío - Me susurró Flowey, había visto todo como yo, incluso el mensaje.

-Hay que antes hablar con él, luego veremos que hacemos - Mi respuesta solo causó un gruñido
que parecía de afirmación.

Las clases terminarían, siendo así la hora de descanso en la que me encontraría con Maria y con
Carlos en las que las aprovecharíamos para hablar del mensaje que me envió.

-Mi idea es entrenaros - Comenzó Carlos. Ambas nos miramos, no había queja. -. Necesitáis
defensa personal, no sabemos si Chara será nuestro único problema, por ello necesito enseñaros
para que aprendáis pegar bien.

-No veo problema, ¿cuándo empezarías? - Preguntó directa al grano Maria.

-Hoy, es urgente que sea hoy - Respondió con seriedad. -, pero no estaré solo.

-¿Cómo qué no? - Preguntó sorprendida Maria. Yo ya sabía por dónde iba.

-Cristian os enseñará, pero a su modo, nos vendrá bien para defendernos con armas blancas o
parecidas, no estuve de acuerdo con él, pero en parte tiene razón, si Chara nos atacará de ese modo,
nosotros también nos tendremos que defender ante eso.

-Me niego.

-Yo no veo... ¿Ursula? - Maria me miraría sorprendida ante mi negación, habló al mismo tiempo
que yo, pero se callaría sorprendida. - ¿Por qué no?

-No me fío de Cristian, no voy a dominar un arma blanca y prefiero mil veces entrenar a puños -
Respondí algo molesta. Carlos sonrió ante mi respuesta.

-Te entrenaré entonces, mientras Maria puede ser entrenada por Cristian si prefiere más esa opción.

-Bueno, mirándolo así, no veo problemas - Contestó Maria sin mucha importancia.

-Me parece bien, ¿hoy a qué hora?

-A las 5 de la tarde, iré a tu casa para comentarle a tus padres, capaz les parezca bien que tengas
defensa personal, incluso les caeré bien - Soltó con una sonrisa calmada.

-Sí, seguro que sí - Le devolví la sonrisa para luego cambiar a uno más serio ya que el timbre
sonaría de golpe. -. Quedamos a esa hora.
-¡Hey! ¿Y yo? - Preguntó Maria molesta.

-Debes hablarlo con él, es posible que te enseñe hoy, pero no sé a qué hora - Contestó Carlos
mientras íbamos hacia clases.

-¡Bien!

︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵

Y allí estaba, en mi casa tras largas horas de clase, les comentaría a mis padres sobre el
entrenamiento y a ellos les sorprendería de forma positiva, querían ver ya a Carlos para hablar de
ello y así irnos. No sería lento el tiempo, Carlos llegaría y haría su explicación a mis padres.

Aproveché esto para ir a mi habitación para preparar una pequeña bolsa donde guardaría ropa
limpia, agua y una toalla, podría ver a Flowey a mi derecha, mirándome con curiosidad. Le miré
con calma.

-Flowey no puedes ir conmigo.

-¿Perdón? - Preguntó sorprendido saliendo de mi cabello, le estaba pillando gusto estar escondido
ahí.

-Voy a entrenar, mi cabello estará atado y tendré una ropa más distinta a la de siempre, no puedes
ir conmigo, lo siento - Esperaría la respuesta de Flowey, quien se le notaba pensativo.

-Comprendo... Entonces lo aprovecharé para hablar con los demás, para ver si saben algo o no, sé
que estarás en buenas manos, ese chico parece muy fuerte y buena persona... - Respondió dudoso. -.
Ve, nos vemos más tarde.

-Gracias por entender - Le agradecí con una sonrisa suave para luego acariciar sus pétalos con
suavidad, por un momento creí ver que se puso sonrojado. -. Bien, me marcho, luego nos vemos.

-Adiós, Ursula...

Mientras Flowey salía de mi habitación por la ventana, me reuniría con Carlos para empezar el
entrenamiento de una vez. Mis padres me desearon suerte y que no me sobrepasara, aunque
confiaban en que Carlos sería capaz de ver esto.

De camino al entrenamiento él ya me pondría a correr a un ritmo ligero de camino al local, era una
forma de calentar para luego ponernos a estirar los músculos y comenzar con lo básico, como
posicionarse, como pegar y no tener miedo a pegar. Sabía que con él las cosas requerían de un
nivel, ganas y no desmotivarse, por ello me centré en mi totalidad.

Llegar al local fue rápido y nos podríamos con los estiramientos en los que él me enseñaría con
cuidado, podía notar la vergüenza ya que no quería tocarme para que no me sintiera incómoda, un
gesto que aprecié. Después de estirar bien, empezaríamos con los golpes y la posición.

Las horas pasarían rápidas, aunque de por medio pedía descansos para tomar agua y secarme el
sudor con una toalla. Me sentía viva, agotada, pero bien, me sentía capaz de hacer de todo y esto
era algo único, porque a su vez las cosas no me eran tan difíciles como creía.

Carlos me explicó que entrenar le ayudó superar muchos problemas personales, era una forma de
desahogo, de liberar estrés, a la vez de defenderse y proteger a los suyos. Antes no era así, su
motivación no era entrenar, sino poder comprender a los demás y ayudar, psicología, pero para ello
sabía que tenía que ser fuerte mentalmente y supo bien esto en cuanto se adentró a un profundo
mundo de los estudios a la edad de 14 a 16 años.

Como él dijo, una época en el que la gente no suele tener sentimientos.

La charla no duró mucho y nos podríamos a entrenar, con ello llegaría hasta las 7, no me quería
forzar tanto y quería que descansara en lo que quedaba de tarde noche ya que, mañana por la
mañana nos podríamos más a fondo con ello. No tuve ningún problema, es más, con él me sentía
mucho más capaz de hacer según qué cosas, entre ellas era practicar con el collar y las magias que
pudiera tener.

Aunque mucho no pude hacer en cuanto llegué a casa y toda la adrenalina que tenía se marchó en
cuanto toqué la cama. Estaba realmente agotada... Era mejor, que al menos por hoy, descansara.
Chapter 28

A buena mañana Carlos ya estaba listo para que empezáramos juntos el entrenamiento, estaba ya
despierta, aunque adolorida, pero no iba a rendirme así de buenas a primeras, por lo que me
pondría en marcha para desayunar, vestirme y con ello ir al gimnasio. Un detalle que me di cuenta
es que Flowey no estaba conmigo.

Esto me preocupó y pensé en ir al barrio de los monstruos una vez que terminara el entrenamiento,
quise hablarlo con Carlos, ya que así sería una excusa para que mis padres me dejaran tranquila y
no me preguntaran todo el rato. Él le pareció bien y no tuvo problema, de hecho, quería ir al barrio
monstruo para querer aclarar algunas cosas que no sabía.

La mañana consistió en entrenar, saber defenderme, aunque estaba muy cansada por lo de ayer, por
ello no fue tan intensivo como de costumbre. Una vez que terminamos, descansaríamos,
tomaríamos una ducha en los baños que había en el gimnasio para luego ir al barrio.

Aunque al parecer no éramos los únicos, los demás también tenían planes parecidos, ya que,
durante nuestro camino, nos encontraríamos con los demás, provocando cierta sorpresa y que
frenáramos nuestros pasos para hablar con ellos. Se encontraban Carol, Zen, Maria y Cristian.

-¿Qué hacéis aquí? - Preguntó Carlos sorprendido.

-Eso deberíamos preguntar nosotros - Comentó Maria.

-Y nosotros - Intervino Carol.

-Nosotros vamos para buscar respuestas - Respondí.

-Vamos todos por lo mismo, creo yo, así que menos quejas, tenemos que resolver dudas de una
buena vez - Habló Cristian con seriedad mientras se cruzaba de brazos por un segundo.

-Deberías relajar ese tono - Intervino Maria en susurro.

-Me da igual - Contestó Cristian.

Se notaba el mal ambiente, Cristian podía decir lo que quisiera con querer ayudarnos o que había
cambiado, su actitud era la misma y esto no me gustaba, me ponía nerviosa por la situación que
pudiera pasar ya que era un problemático y más si venía al barrio de los monstruos.

Quería buscar a Flowey, pero no era buena idea venir todos de golpe, en general sentía que esto iba
a ser una mala idea porque aún había tensión entre nosotros ya que unos se echaban la culpa a otros
por lo de Elena y esto obviamente no me gustaba.

Suspiré y acompañé a los demás, tenía que ir con ellos para buscar las respuestas y a Flowey, no
tardaríamos mucho, el paso de los demás era ligero, apurado, se notaba en sus rostros que
buscaban respuestas de una buena vez y que no iban a quedarse con las manos en vacío.

Cuando llegamos ya se podía ver a algunos de los monstruos en lo que era el centro del barrio,
había un humano con ellos, más bien el representante del alcalde, hablando sobre unos documentos
que sostenía en mano y que los demás miraban con cierta preocupación. Se les veía nerviosos.

No quise acercarme, pero mis amigos sí, yendo de forma directa hasta que Carlos les frenó el paso
y les dijo que era mejor esperar a que primero él terminara la charla para luego ir nosotros. A mala
gana, aceptaron y esperaron los pocos minutos que les quedaban.

El representante nos miró sorprendidos, intenté esconderme un poco cubriéndome el rostro porque
si me veía sabía que mis padres me clausurarían en casa ya que estaba en una zona ciertamente
peligrosa, a pesar de que Toriel ya me cuidó una vez cuando tuve aquel incidente en el que me
desmayé.

Nos acercaríamos a los demás y ellos nos miraron sorprendidos, a punto de preguntar Cristian
intervendría para hablar como si fuera el líder.

-Venimos a por...

-Sans, venimos a por unas respuestas claras, si es que las tienes, sé que la visita es inesperada, pero
como entenderás no nos gusta quedarnos con los brazos cruzados - Interrumpí a Cristian, su mirada
no fue para nada agradable.

-Me imaginaba y tengo algunas respuestas y soluciones, comenzando con Chara, que al parecer ha
logrado salir y no va a dudar en estar en el cuerpo de alguna persona - Contestó de primeras. Esto
nos preocupó.

- ¿Así de buenas a primeras? - Preguntó Zen alterado.

-Chara de normal hará eso, intentará causar caos o cometer accidentes graves, como el tuyo Ursula,
nos han culpado de eso, aunque bueno no tienen pruebas, pero piensan que somos los culpables de
los accidentes y del asesinato de Elena - Explicó de vuelta.

-Pero si vosotros...

-Lo sé, Ursula, no fuimos nosotros, visteis a Chara, pero muchos creen que fuimos nosotros y no
podemos hacer nada más que quedarnos aquí encerrados, emplear nuestra magia o poder será un
problema aún más grave, por lo que estamos con problemas.

-Demonios, si estáis mal.

-El contrato lo dejó así en claro - Una voz gruesa, grave sonaría de repente, todos nos giramos para
ver a un hombre de gran altura con una vestimenta ciertamente elegante, como la de un rey. Carol y
Zen se asustaron y se agacharon ante él. -. Chicos, por favor, no recibo ni quiero recibir gestos así,
podéis descansar, enserio.

-Eres el rey del subsuelo, Asgore - Comentó Carol. -, creo que mereces respeto y unas disculpas
honestas... No buscábamos problemas solo...

-La curiosidad os llevó muy lejos, ¿verdad? - Preguntó con una sonrisa calmada, pero se notaba
cansado y adolorido como nosotros. -. Lo siento por vuestra amiga, no sabía que había un peligro
tan grande en el subsuelo... Pude verlo y me siento responsable por ello.

-No es tu culpa, creo que nadie supo ver eso... A excepción de... Bueno... Heh... - Sans también
estaba ciertamente decaído, aunque no quería mostrarlo tanto. -. Si no os importa, tengo cosas
pendientes de por medio.

-Yo no me voy a ir así sin más, queremos hacer algo, ayudar - Intervino Carlos molesto.

-¿Queréis ayudar? - Preguntó Sans algo molesto. -. Primero de todo quiero a Ursula a mi lado,
tengo cosas que hablar contigo junto con mi hermano, luego vosotros, podéis ayudar a los demás
con lo que seáis capaces, aprender a defenderos y atacar.
-Bien, supongo que queréis mejorar la defensa y ayudar a los ciudadanos por si Chara ataca -
Comentó Maria con calma.

-Claramente, Chara querrá atacar aquí y sí o sí la llevaremos aquí... Por cierto, ¿Quién es él?

-Cristian, simplemente soy una ayuda más para ellos, la muerte de Elena no se va a quedar en vano,
me niego - Contestó molesto.

-Entiendo... Pues si no os importa... ¿Ursula?

-Bien, voy -Dejaría atrás a los demás para ir junto con Sans a su lado, miré por última vez atrás
para ver como hablaban con Asgore para así organizarse.

En un abrir y cerrar de ojos estaría enfrente de la salida del subsuelo quien se encontraba ya
Papyrus y Flowey, los recuerdos estarían de nuevo conmigo y pequeñas lágrimas saldrían de mis
ojos, aunque se secarían por las enredaderas de Flowey.

-Si estamos aquí - Habló Sans con seriedad. -, es para revivir a un viejo amigo de la infancia... A
Gaster.
Chapter 29

¿Por qué estaba involucrada en esta situación? No lo sé, sabía que Sans, Papyrus y Flowey querían
que fuera ya que había podido entender lo que decía y era posible que tuviera un tipo de relación
estrecha que podría ayudarle a los demás para cumplir la pequeña misión que no me habían
explicado del todo, porque estaban con prisas y tenían ganas de hacer las cosas lo antes posible.

Acompañada y protegida, iría con ellos al subsuelo de vuelta, no tenía ganas, no me gustaba la idea
de ir de nuevo a ese sitio, tenía un mal presentimiento, tenía miedo, temía que las cosas fueran mal,
pero me prometieron que si pasaba algo, pasara lo que pasara, no iba a ocurrirme nada.

¿Podía confiar en eso? Posiblemente...

La caminata por el subsuelo fue rápida gracias a que Sans empleó su poder de teletransportación,
siendo un poco más fácil y rápida la llegada. Flowey le explicó que el sitio donde empezó todo el
caos fue en la zona de las cascadas del subsuelo, por ello estaríamos cerca del mismo sitio, aquellas
flores azules que susurraban los deseos de los monstruos.

- Habrá que recrear lo mismo que pasó en ese momento, aunque es un poco más difícil porque no
somos humanos, sino monstruos, la única humana eres tú - Comentó Sans.

-Bueno, no se sabe si es humana o parte de la raza de los magos - Intervino Flowey algo molesto.
Sans le miraría de reojo algo sorprendido. -. Aun no lo sabemos del todo, estamos buscando
respuestas, pero solo tenemos más dudas.

- ¿Maga? Eso si es inesperado, aunque también explicaría unas pocas cosas - Comentó con una
pequeña risa, dándonos la espalda para luego cruzarse de brazos. -. Bien, ¿qué ocurrió aquí?

-Todos estábamos aquí reunidos hasta que nos teletransportamos en distintos sitios, solo me quedé
con Flowey en una zona nevada que a lo lejos había una zona donde refugiarse.

-Donde vive Toriel, Sans - Especificó Flowey.

- A partir de ese momento apareció Chara y nos intentó atacar, pero alguien nos protegió, nos
teletransportó, nos habló incluso en un idioma extraño, pero pude entenderle al final. No duramos
mucho en ese lugar.

-SANS, YA SABES COMO ERA GASTER, NO ERA DE MUCHAS PALABRAS, PERO SI DE


VARIAS ACCIONES IMPORTANTES - Habló Papyrus con seriedad, era extraño verle así ya que
se veía como un monstruo muy amigable y cariñoso, aunque apenas conocía su persona.

-Sí, pero me sorprende que lo sea con ella, no la conoce de nada y actúa así con ella, debe haber un
porqué de ello -Sans estaba ciertamente intrigado, miraba las flores azules de su alrededor
buscando una respuesta, escuchando cada una de ellas. Suspiró, cansado y se levantó por un
momento.

-Pensé que estaba muerto, que la opción de volver a verle, de hacerle vivir... Era posible - Comentó
con calma y se agachó para escuchar a la siguiente flor. -, pero no encontramos nada y que me
comentes esto solo hace que...

Pararía de hablar, sorprendido, mirando de forma brusca a nuestro alrededor para luego mirarme,
preocupado, gritaría con fuerza a Flowey para que me protegiera con sus enredaderas.
En cuestión de segundos fui protegida y podría escuchar varios ruidos extraños que me dejarían
sorda por un rato hasta que desapareció de golpe, asustada pero aún con el valor miré a mis
espaldas para ver al mismo que hace una semana me pude encontrar.

-F R I S K

Pude entender lo que dijo, aunque no fui la única, miré a Sans y Papyrus para notar la
preocupación en ellos, como nos mirábamos, ya que si había dicho ese nombre podría significar un
peligro importante para ese chico, pero para nuestra sorpresa podríamos ver como el chico que
mencionó estaba en los brazos débiles y oscuros de Gaster.

-¿Lo estuvo protegiendo? - Preguntó Flowey sorprendido.

-Parece ser... Que algo grave le ha ocurrido, esas heridas en su rostro y brazos no son normales -
Comentó Sans preocupado.

-C-Creo... Que puedo hacer algo - Diría aun asustada, pero segura de que con el extraño poder que
tenía, podría ayudar a Frisk.

Se notaba la inseguridad en mis actos, quise intentar acercarme a Gaster poco a poco con
intenciones de querer ayudar, él solo me observaba, pero sobre todo mis manos las cuales
aparecerían de un color verdoso que rodearían el cuerpo cansado de Frisk, viéndose como abría los
ojos poco a poco con cansancio hasta ver mi rostro y el de los demás.

Su sorpresa era notoria, pero más cuando vio a Gaster quien estaba aún protegiéndole, el chico se
levantó de forma brusca, asustado, escondiéndose detrás de mí con cierto miedo, al parecer nunca
había visto a alguien como él y por ello actuaba así.

Me agarró con fuerza del brazo, algo extraño de él porque no nos conocíamos mucho, solo la vez
en la que quedé inconsciente y Toriel me cuidó.

-Curaste a Frisk con bastante facilidad - Comentó Sans sorprendido. -, pero, lo que más me
sorprende es que Frisk esté aquí y que Gaster lo haya protegido... ¿Qué está ocurriendo?

-Si lo supiera... - Susurré preocupada.

Frisk me miraría, viendo como aquella esencia verdosa iría directo a mi collar, sorprendiéndole,
miraría a Gaster una vez más, relajándose porque vio que aquel ser extraño que nunca vio no era
agresivo. Por el otro lado, Sans y Papyrus se acercarían a Gaster y, aunque no se hablaran, sentía
que se comunicaban por telepatía y que sus rostros mostraban determinación.

-Chicos, necesito que os marchéis, tenemos que hacer una cosa ciertamente importante y no quiero
que os afecte nada malo... - Comentó con calma Sans.

-¿Ten peligroso es? - Pregunté curiosa.

-Ciertamente, lo es, pero tranquila, a nosotros no nos pasará nada, necesito que os marchéis a la
superficie y esperéis, es lo único que os pido.

La respuesta de Sans nos dejó con dudas a los tres, Frisk, Flowey y yo, pero, aun así, aceptaríamos
porque no había mucha opción. Sentía que Sans tenía la respuesta que tanto tiempo esperó, o la
menos es lo que podía percibir en sus rostros y en como actuaban.

MIentras íbamos a la superficie, Flowey interrogó de una forma agresiva en la que tuve que pararle
varias veces, incluso me cabreé con él, ya que su actitud no era la correcta y el pobre chico estaba
confundido al igual que nosotros, no le podía presionar así.

Al final, Frisk podría hablar, su voz era suave y débil, capaz estaba aún cansado y herido, eso o
porque tenía miedo de que otras personas le escucharan que no fueran nosotros. Nos dejó en claro
por qué fue al subsuelo y era para hacer frente a Chara.

-¿C-Cómo le haces frente? Pedazo de idiota - Contestó de mala manera Flowey.

-Flowey, cálmate y escucha.

-Bah, estúpido.

Su actitud me ponía nerviosa, comprendía que se pudiera cabrear con el chico, pero tampoco eran
las formas de tratarle, si Flowey era así antes no me extrañaba que la gente no le soportara, porque
su actitud era hasta un punto irritante o estresante. De igual forma, a pesar de su actitud, Frisk
parecía estar muy acostumbrado y por ello continuó con la explicación.

La razón era para hacer frente a Chara, conocía bien a esa persona, si es que se le podía llamar así,
por ello él podría intentar contenerla, ya que por culpa nuestra, al entrar distintas personas con
distintas almas de un poder especial, despertaría no solo a Chara, sino que rompería una barrera.

¿Barrera? Sí, había una, una la cual un mago extraño cuya apariencia no pudo ver Frisk, pero si
supo que aquel mago sacrificó mucho por este lugar, porque logró hacer frente a Chara.

¿Qué sacrificó? Todo su poder, creó una barrera que dejaría a Chara totalmente fuera, que Frisk
pudiera controlar su cuerpo y la habilidad de reiniciarlo todo, pero solo una vez, para evitar la
tentación de crear un salto en el tiempo de una forma genocida.

Aquel mago era listo, parecía que conocía todo del subsuelo y lo que había ocurrido, por ello salvó
tanto a los monstruos porque confiaba que todo podría ir bien ya que los monstruos de esta
generación no eran peligrosos, sobre todo si un humano como Frisk les convencía. La barrera que
creó solo se podía romper si almas distintas a las que el rey Asgore tenía se juntaban para así
romperla de forma inconsciente.

Nuestras almas, no eran como las almas humanas que usaron Asriel o Flowey, sino unas más
distintas con formas únicas y que por alguna razón, al juntarnos todos, rompió esa barrera. Capaz
era el requisito que pidió el mago que haría que rompierla, pero era demasiada casualidad.

Fuera lo que fuera, si Frisk marchó al subsuelo fue para buscar a Chara y detenerla, pero su idea
fue muy mala ya que la chica había obtenido bastante fuerza, una con la que poder controlar cuerpo
de según que personas y sabía que podía controlar la de Frisk, por ello Gaster le dio tiempo a
protegerlo antes de que fuera demasiado tarde. Flowey comenzó a temblar y a llorar. Estaba
poniéndose nervioso.

-Estamos... perdidos... Si encontramos alguna forma de hacerle frente...- Susurró. -Solo... Solo...

-¿CHICOS? - La voz de Papyrus llamaría nuestra atención. -. NECESITO QUE VENGÁIS


AHORA.

Nos miraríamos una vez más antes de que nos moviéramos de vuelta al subsuelo, algo que me
cansaba porque su manera de actuar me estaba cansando. ¿Nos movíamos ya o nos quedábamos?
¿Aportábamos algo o nos apartábamos de ellos? Quería respuestas.
Chapter 30

Cuando seguimos a Papyrus por el subsuelo, tenía claro que nuestro camino sería largo porque él
no tenía los mismos poderes que su hermano, pero eso no quitaba que nos ayudara, aparte de que
nos distraía de nuestros pensamientos negativos y paranoicos.

Parecía emocionado, pero a su vez preocupado, tenía un mal presentimiento porque había algo que
podría ocurrir que no iba a ser del todo positivo, capaz un plan fallado podía surgir, que era lo más
probable.

No tardamos en llegar al lugar, de hecho, estaríamos en la casa de Papyrus y Sans, los hermanos,
que nada más abrir la puerta podríamos ver a Sans acompañado de un monstruo ciertamente alto de
vestimenta negra al completo. Era Gaster, pero se veía en mejor estado y con una sonrisa más
calmada y confiado.

-Él es Gaster - Explicó Sans con calma. -. Siento todo este mal momento y preocupación, pero
necesitaba que vinierais, ya que todo está en orden y de hecho tenemos ciertas cosas, novedades,
que vendría bien comentar aquí en privado.

-¿Qué cosas? - Miré hacia Gaster, pero aún no me dijo nada.

-Él no podrá hablar aún, solo podrá comunicarse con nosotros por telepatía, pero me ha resuelto
varias dudas que tenía y los pequeños planes que tiene Chara... Tenemos que deshacernos de
Cristian.

-¿Por qué? No es que me sorprenda, pero quiero saber un porqué, un peso de razón para que mis
amigos me hagan caso de una buena vez - Pedí.

-Una razón de peso será en cuanto les comentes de Cristian es solo un cuerpo basura para Chara, a
su vez de obtener energía.

No es que me gustaran los silencios, pero en esta ocasión era necesaria ya que el miedo y la
presión me abordaban, mis amigos, solos junto con ese chico que no estaba bien de la cabeza y
tenía a Chara encima. Tenía miedo por ellos, no quería que alguien más se muriera.

-Tranquila, te veo nerviosa, pero todo está bien, por el momento, sabemos eso, pero tenemos que ir
con cuidado, un paso o gesto en falso y habrá muchos problemas, debemos avisarles uno por uno e
intentar hacerle una emboscada, ahí intervienen Gaster, Flowey y tú.

-¿Hace cuanto está así? - Pregunté sin escuchar las palabras de Sans.

-Teniendo en cuenta que todo empezó a ser caótico cuando entrasteis al subsuelo, es posible que él
haya sido víctima tras la muerte de Elena - Me respondió, pero se le notaba molesto por no hacerle
caso.

-Lo siento, es que me preocupa que... Ya sabes, que les pase algo malo a mis amigos.

-Es por ello que el plan de hacerle una emboscada tiene importancia ahora - Me repitió.

-Cual... ¿Cuál es tu plan?

-No saben que tenemos a Gaster de nuestro lado, necesito que actuéis como si nada, como si todo
estuviera bien, si te preguntas, dile que fuimos a buscar pistas sobre lo ocurrido, algo que nos
ayudara, se lo creerán a excepción de Cristian - Me explicó.

-¿Y sigo actuando normal?

-Sí, pero mi idea es que llames la atención de Cristian, habla con él a solas o busca una forma de
hacerlo, cuando lo hagas...

-No, me niego - Interrumpió Flowey. -, es peligroso para ella.

-Flowey, aquí intervienes tú, estarás a lo lejos y nos avisarás para atrapar a Chara.

-¿Cómo? Explícame como, porque sabes cómo es Chara, si calculamos bien, tendrá mucha fuerza
ahora - Se notaba el enfado y molestia en él.

-No creo que tenga la suficiente para hacer frente a nosotros juntos, podría con Undyne, pero si me
comunico con ella podremos detenerla a tiempo - Las palabras de Sans lograron calmar algo a
Flowey, pero no del todo.

-No quiero dejarla sola.

-No lo harás Flowey, solo la estamos protegiendo... En general, estamos protegiendo a todos.

Sentía que la situación no era muy calmada a pesar de estar alejados de todos en el subsuelo, era
difícil asimilar la situación y comprendía sus nervios, pero lo que a mí me mataba era que mis
amigos estaban con él y necesitaba estar arriba ahora mismo solo para saber cómo estaban... Solo
para saber si seguían vivos.

Capaz mi rostro fue muy expresivo, pero si pude ver como Gaster me miraba, levantando sus
manos con cuidado para que de repente todo el escenario en el que me encontraba cambiara de
repente y estuviera en la superficie, al lado del bar de Grillbys. Tragué saliva nerviosa, ese ser
acababa de hacer una locura, eso o simplemente le cansaba las palabras y quería actuar de una
buena vez.

Supongo que tenía que atenerme al plan, acercarme a mis amigos, fingir que estaba todo bien, que
no teníamos pistas y hablar con Cristian de una buena vez para reunirnos en un sitio a solas.
¿Dónde? Eso era uno de los problemas, porque el plan no pude ser explicado del todo.

Dependía de ellos.

Cuando desperté del susto, me daría la vuelta para comenzar el plan, pero la sorpresa sería mayor
cuando me encontraría a Carlos junto a Cristian, casi me caería al suelo de no ser que mi amigo me
agarraría a tiempo, mirándome preocupado.

-¿Estás bien? Te ves con una cara muy pálida - Me preguntó Carlos.

-Debería preguntar que hacéis aquí, que susto me habéis dado - Respondí mientras me recuperaba.

-Eso tendríamos que decirlo nosotros en verdad, no sabemos de ti por un buen rato, nos
preocupaste.

-Lo siento, no era mi intención, pero básicamente hemos buscado pistas o algo que nos dijera para
poder avanzar - Expliqué, ya habiendo recuperado la respiración.

-¿Y bien? - Preguntó Cristian con bordeza.

-Nada, no hay nada interesante, no pudimos avanzar, por lo que no nos quedará otra que
protegernos y estar atentos - Respondí, admito que no miré su rostro para evitar que me leyera la
mentira.

-Ah, que aburrimiento, esperar va a ser eterno - Soltó Cristian cansado. -. En fin, que remedio,
tendremos que buscar a los demás y conseguir materiales que sean resistentes.

-No te quejes tanto, después de todo es lo que hemos hecho desde que se fue Ursula.

-Sí...

-Por cierto, ahora que estás aquí, me imagino que nos ayudarás - Comentó Carlos con calma.

-Ahm, sí, claro, aunque me gustaría saber un poco sobre los demás y como va todo, para no hacer
el tonto y hacer tareas mal hechas - Expliqué con calma.

-Pues, si quieres, te acompaño y te explico con todo lujo de detalles, total, estoy cansado de hacer
lo mismo y me gustaría aportar con algo más - Pidió Cristian con calma.

-Me parece bien, ¿tú tienes problema, Ursula? - Preguntó Carlos con una sonrisa.

-Sí, bueno, sin fallo - Intenté sonar no muy convencida, no era plan responder con un si rotundo y
convencido cuando yo no me llevaba con Cristian. -. Venga, hagamos esto rápido, no me gusta
perder el tiempo.

-Alguien piensa igual que yo - Susurró Cristian. -, bien, sígueme.

¿Era lo que buscaba? Sí, el plan era así, estar los dos solos, no sabía en donde teníamos que estar
solos, pero una parte de ello estaba siendo cumplido, caminando a un ritmo ligero mientras íbamos
por los edificios que empezaban a ser cubiertos y protegidos, algunos hablando con los habitantes
para guiarlos a una zona de refugio si el caos ocurría.

Notaba a Cristian muy tranquilo para estar conmigo, me esperaba que actuara de forma agresiva en
algún momento o que me mirara mal, pero estaba como si nada, relajado, incluso cansado de todo,
miraba a su alrededor con cierta vagancia para luego frenar en seco y señalarme una zona.

-Aquí es donde nos podremos en contacto, en ese edificio, que parece normal, pero no lo es, ahí
comunica todo - Explicó con calma. -. Luego, como supongo que habrás escuchado, los ciudadanos
se refugiarán y demás.

Me costaba asimilar que Cristian supiera esto, porque esto implicaba que Chara también lo sabía y
que no dudaría en ir donde más duele, cortarnos la comunicación y destrozarnos a todos por
dentro, necesitábamos un plan de verdad, porque el que tenían iba a ser destrozado como si nada.
Ay... Demonios.

-¿Estás ahí? - Me preguntó Cristian. Claro, no había respondido.

-Ah, sí, perdón, es que... Bueno.

-Te cuesta asimilarlo.

-Sí, eso...

-Entendible, aunque me sorprende que digas eso habiéndote metido en la boca del lobo - Empezaría
a caminar y yo le seguiría por detrás.

-¿Cómo dices?
-Te fuiste al subsuelo, vale que ibas acompañada, pero es muy peligroso - Explicó con calma.
Siguió caminando a un ritmo ligero.

-Sí, sé que es peligroso, de hecho, tardé en venir porque muchas veces era incapaz de avanzar por
los recuerdos, fue... Horrible - Parcialmente me inventé estas palabras, claro que estaba asustada y
tenía recuerdos, pero no podía pararme en ellos.

-Lo siento mucho, en general, lo siento por todo, siento que podría haber hecho algo - habló con
pena.

-Eso, sería difícil... Ya sabes, no sabías que nos metimos allí...

-¿Sabes una cosa, Ursula? - Preguntó con calma tras unos segundos de silencio.

-Dime - Sus pasos se frenaron cuando hablé.

-¿Dónde os metisteis? Porque a mí me dijeron que mataron a Elena en otro sitio, porque... ¿por qué
estamos aquí? - Su pregunta me dejó sorprendida, ¿acaso nadie le explicó a Cristian? ¿Le estaban
mintiendo? ¿Enserio me dejaron con este problema?

-Es... Difícil.

-Es una mentira que me habéis metido - Contestó molesto.

Aquí sabía que iba a ponerse agresivo, sin importar si Chara estaba dentro de si cuerpo, esta
actitud era típica de él, cuando le mentían, ya que después venían problemas en los que gritaba sin
control y se peleaba sin querer escuchar por un momento. Que alivio que Elena recapacitó un poco
sobre el amorío que sentía, porque este chico era estúpido.

-Te pido que te calmes y te explicaré todo.

-No hace falta, se la verdad desde hace un buen rato, vosotros fuisteis los culpables de que ella
muriera - Contestó molesto, acercándose a mi persona.

-Te equivocas, si bien fuimos, no nos esperábamos que hubiera alguien vivo allí, no lo sabíamos.

-¿Y fuisteis aun con ese peligro? Sois de lo más estúpido que he visto en mi vida, ¡Habéis echado a
perder la vida de Elena! ¡Ella era muy importante! ¡Tendríais que haber muerto vosotros!

Sus palabras me eran razonables de él, no sentía que Chara estuviera interviniendo, aunque igual
forma si necesitaba la ayuda de alguien ese momento porque siendo como era él, sabía que
acabaría herida si no empezaba a correr.

-¡Tú eres una...! - Cuando quiso atacarme con su cuchillo, se escucharía un grito fuerte seguido de
un temblor que nos sorprendería a ambos, aunque a mí me asustaría bastante.

Cristian frenó totalmente su gesto, mirando hacia el ruido para luego mirar mi rostro con lentitud.
Antes de que pudiera hacer algo, una enredadera le agarraría por completo para lanzarle por los
aires.

Suspiré aliviada, pero poco tiempo duraría, ya que Flowey saldría de su escondite para pedirme que
le siguiera, las cosas ya comenzar a complicarse, comenzando con que Chara estaba fuera,
formando un caos con el cuerpo de Elena.

Espera, ¿c-cuerpo de Elena?


Chapter 31

Tenía claro que Flowey no estaba bromeando en este momento, más cuando pude ver a mis amigos
corriendo hacia el refugio, aunque su paso sería interrumpido de golpe por varios troncos que casi
impactan en su cabeza. Quería gritarles, pero ¿era buena idea?

Podría ver el cuerpo de Elena, pero era controlado por Chara, daba mucho asco y rabia ver como
aquel ser hacía lo que quería y mostraba una faceta poco agradable a la vista del cuerpo de Elena,
como se mostraba parte de la piel destrozada, como sus huesos y la poca sangre que tenía goteaba
poco a poco.

Para cuando quiso hacer su siguiente ataque, todo sería cambiado, seríamos llevados a otro
escenario distinto, reuniéndome con mis amigos, quienes me abrazaron con varias lágrimas en sus
ojos y empezaban a temblar por el miedo, el que menos era Carlos, quien simplemente intentaba
contenerse.

-CHICOS - Habló Papyrus con preocupación. -. TODOS ESTÁIS BIEN.

-Papyrus, corta el rollo y habla de una vez, no tenemos tiempo - Contestó Flowey molesto. Todos
se sorprenderían al ver a Flowey en mi brazo.

-¿Qué haces en su brazo? ¿Tú no eras esa flor qué?

-No es tiempo de hacer esas preguntas - interrumpió Flowey a Zen.

-Tú... Tú eras Flowey - Recordó Carlos.

-Chicos, no hay tiempo, lleva conmigo desde hace un tiempo, antes de lo ocurrido con Elena, os
daré explicaciones, pero ahora hay cosas más graves - Expliqué nerviosa. Parecieron entenderme,
aunque sus rostros no eran de agrado. -. Sigue Papyrus.

-BIEN, AHM... -Papyrus también estaba nervioso.

- ¿Cómo podemos ayudar? - Preguntó Carol preocupada. Papyrus seguía con los nervios para
luego mirarme por un segundo.

-GASTER NOS DIJO DE TU COLLAR, URSULA - Señaló mi collar con cierto temor. -. DIJO
QUE EL PODER QUE TENÍAS, ERA EL DE ELENA, UNA CARACTERÍSTICA PROPIA DE
ELLA.

-¿Qué quieres decir?

-Demonios - Suspiró Flowey molesto. -. Lo que quiere decir es que cada uno de vosotros tenéis una
habilidad oculta por ser almas especiales, al igual que Elena, no es una casualidad que cuando
entrasteis al subsuelo la barrera que contenía a Chara se rompiera, es por ello que vosotros tenéis
algo que nos podrá venir de ayuda.

- ¿Y cómo podemos descubrir nuestro poder? Si es que tenemos uno, porque ya te digo que eso es
la mayor fumada que he visto en mi vida, que esté ocurriendo esto, que Ursula nos mienta y nos
oculte cosas, ¿qué será lo siguiente? ¿Qué puedo hacer magia con mis cartas? - María estaba
cansada y vacilar no era su mejor idea, estaba sorprendida por toda la situación, lo entiendo, pero
actuar así no era lo mejor.
-Cada uno tiene un poder relacionado con lo que más aprecia, puede ser posible que tus caras
tengan magia si tan solo escuchar y sabes canalizarlo, por ejemplo, con Carlos sería la lucha, Carol
la curiosidad junto con Zen que sería el misterio, ante ellos dos si que sería un problema, porque no
sé qué poder podrían tener - Explicó Flowey con calma.

-SI QUERÉIS DESCUBRIR ESO, TENEMOS QUE ESFORZARNOS, NO TENEMOS TIEMPO


COMO SABÉIS Y SANS, UNDYNE, ALPHYS... TODOS EN GENERAL, ESTAN PARANDO
A CHARA COMO MEJOR PUEDEN.

-¿Y Cristian? - Pregunté preocupada.

-Él... No se lo llevaron, de hecho, Sans le encontró dormido.

-Mis enredaderas sirvieron de algo - Comentó orgulloso Flowey.

-¿Sabéis que pienso? - Habló Maria con molestia. Sacaría sus cartas de golpe. -Que me parece una
tontería, un chiste, que esto es un sueño.

Empezaría a caminar, dándonos las espaldas, empezando a reírse, estaba perdiendo parcialmente la
cabeza, aunque no la culpaba de ello, tampoco era capaz de asimilar que podía curarme cuando vi
los poderes de Elena en la piedra que tenía en mi collar, pero ahí me encontraba. Maria nos daría la
cara para enseñar una carta.

-El Joker es mi carta y no veo que haga nada especial - Mentía, todos podríamos ver como esta
empezaba a brillar de colores distintos, miré por un momento a Papyrus, por si era él quien hacía
esto, pero estaba igual de sorprendido que nosotros. -. Yo no veo que con esta carta pueda hacer
cosas extrañas como, por ejemplo, hacerme invi... Espera...

-¡QUÉ RÁPIDO APRENDE! - Soltó con orgullo Papyrus.

-No, no, espera, esto es un chiste - María se haría visible y miraría la carta, viendo los mismos
colores que nosotros, provocando que soltara la carta por el miedo, aunque esta regresaría a su
mano derecha con total facilidad. -. ¡¡Papyrus!! ¡¡Para de hacer esa magia estúpida!!

-¡NO SOY YO, ERES TU! - Y al decir esto, soltaría todas las cartas de golpe contra el suelo, pero
estas empezarían a volar por los aires, sorprendiendo a todos.

Todas las cartas empezaban a brillar de distintos colores, rodeando el cuerpo de Maria quien solo
miraba al cielo con el rostro confuso, sin entender que estaba pasando, la chica empezaba a sentir
un gran miedo en su interior, se le notaba en todo su cuerpo y rostro, aunque poco a poco se
relajaría al ver como las cartas iban directamente hacia su mano derecha.

-Este mazo... Es antiguo - Se puso a murmurar Maria con confusión. -. Me dieron las cartas a mí,
ahora que lo recuerdo.

-¿Qué quieres decir con esto? - Preguntó Carol con una ceja arqueada.

-Que cuando hacía el juego y hacía trampas, realmente no tuve que aprender hacer el truco, me
salía solo - Explicó con miedo en sus palabras. -. Y si me pongo a pensar, a veces las cartas sabían
leer mi futuro mucho antes de que yo me pusiera a examinar y analizarlas, eventos que podía haber
sabido, las ignoré porque simplemente eran cartas.

-¿Están vivas? ¿Eso quieres decir? - Pregunté.

-Eso... No...- Maria se puso las manos en la cabeza. -. Me duele todo, quiero morirme.
-No es lo más adecuado decir eso - Comentó Flowey sorprendido.

-CHICOS, SI ELLA PUDO, VOSOTROS TAMBIÉN, NECESITAMOS QUE PONGÁIS DE


VUESTRA PARTE, SE QUE PODÉIS CON ELLO.

-Ya, pero no es tan fácil, así como así, Maria se dio cuenta ahora, pero porque es idiota, nosotros no
nos será tan fácil.

-Es cuestión de práctica, sé que estáis confundidos, pero os enseñaré rápido, Papyrus no puede
quedarse aquí, tiene que irse - Explicó Flowey con calma.

-Escucha, ahora que pienso, ¿Dónde estamos? - Pregunté, ya que el lugar se me hacía familiar.

-Cuando encontramos a Gaster en esa habitación, es una zona segura a comparación de las demás,
llevamos a Chara a casi al final del subsuelo, cerca de donde se encuentra el trono del rey - Explicó
Flowey.

-Ah... Entiendo.

-CHICOS - Hablaría una vez más Papyrus. -. CONFÍO EN VOSOTROS, NO PERDÁIS


VUESTRA DETERMINACIÓN.

Desaparecería enfrente de nuestros ojos, provocando una gran confusión y miedo en nuestros
rostros, causando un gran silencio en ese momento. Me quedaría en shock por unos segundos hasta
que reaccionaría, dándome cuenta de que todos estábamos empezando a dominar un poder y esto,
todo esto, se estaba descontrolando.

¿Desde cuándo y porqué?


Chapter 32

María estaba sentada en el suelo con los brazos cruzados, molesta, confusa y a la vez temblando de
miedo, ya que no entendía por qué sus cartas hacían esto. En mi caso, simplemente estaba mirando
mi collar exactamente hacia la piedra de color verde donde residía el poder de Elena, pero mi duda
era, ¿tenía un poder?

No era la única que contenía un poder así, los demás también y todo por culpa de que rompimos la
barrera en el momento en el que todos entramos a la vez, fue inconsciente, pero ahí fue cuando,
quisiéramos o no, descubriríamos de forma más temprana o tardía sobre nuestras capacidades y
ahora era el momento.

Eso me asustaba.

Pensábamos que seríamos seres humanos normales que simplemente hacíamos una vida normal,
pero a estas alturas sentía que estábamos destinados a esto, porque si fuimos capaces de hacer esto
significaba que algo o alguien nos lo preparó desde un buen momento, aunque ¿quién o qué y por
qué?

Era agotador, me tenía cansada mentalmente pensar que éramos como una clase de elegidos, me
parecía absurdo, porque nosotros simplemente queríamos ayudar, conocer y curiosear, ¿la
curiosidad mató al gato? Claro que sí, lo sabíamos en parte y nos "preparamos", pero, ¿nosotros
sabíamos que había un ser ahí oculto?

Sí, sí lo sabía y me lo callé.

Me senté al suelo de golpe, puse mis manos en la cabeza y empecé a llorar, llamando la atención
de todos, se preocuparían por mí, acercándose para intentar calmarme, aunque era obvio que ellos
también estaban tristes, preocupados y angustiados por la situación. Al sentirme acompañada, un
calor agradable me rodearía, tranquilizándome cada vez más.

Ahí fue cuando miraría de reojo a Flowey quien me miró con preocupación, parecía que me leía la
mente en ese momento y sabía por qué me encontraba mal, se notaba en su rostro el
arrepentimiento y por ello se acercó a mi mejilla para intentar secar mis lágrimas.

Suspiré, me sentía estúpida por estar así, no tendría que estar así, todo ha ocurrido y tenemos que
hacerle frente sí o sí. Cuando levanté mi cabeza las cosas cambiarían por unos pocos segundos en
el que miles de imágenes aparecerían de frente, dejándome sin palabra. ¿Qué vi exactamente?
Escenas del pasado, por fin.

-Ursula, ¿por qué...? - Intentó hablar Carlos sorprendido, pero Flowey le interrumpió para que no
me distrajera.

Era curioso, porque tras tanto tiempo intentarlo, por fin pude ver escenas del pasado en las que salía
yo y mi familia, pero lo más gracioso es que no me sirvió de nada, para nada, simplemente estaba
sin más, rodeado de mis familiares. ¿Ahora? ¿Ahora tenías que mostrarme esto? ¿Y para qué? No
servía de nada, no ayudaba en nada, no...

-Ursula, para con la maldita música, por favor - Pidió Flowey con dificultad. Ahí fue cuando
despertaría de mis pequeños sueños, mirando a mi alrededor.

Notas musicales, eso es lo que me rodeaba en ese momento, todos mis amigos estaban paralizados
y no eran capaces de hacer ni un gesto para intentar pararme, me quedé sorprendida al ver que
había descubierto una pequeña habilidad gracias a que recordé aquellas escenas.

Así que de algo sirvió después de todo, pensé sorprendida.

-Algo ha servido que estuvieras así de triste, pero igual forma nos has dado un susto horrible -
Comentó Carol sorprendida.

Era cierto, pero era ciertamente lógico que pudiera, teniendo en cuenta que tenía un collar y que
podía más o menos controlarlo, tenía un poco de sentido que pudiera a tener un poder especial o
algo oculto en mí. Dejando eso a un lado, esas imágenes, si bien no me dio tiempo a analizarlo, me
podían servir como una pequeña pista sobre mi pasado.

Ahora solo quedaba esperar por los demás y sentía que iba a ser bastante larga la espera ya que
ellos no tenían ni idea y el tiempo estaba agotándose cada vez que nos quedábamos aquí y no
hacíamos nada, era posible que los que no pudieran hacer nada, simplemente se quedaran aquí para
evitar ser atacados y heridos.

Nos quedaríamos en un largo rato en el que entre nosotros nos intentábamos calmar y comprender
que podíamos hacer, el que más cerca estaba de ello era Carlos, aunque se veía venir porque él
sabía defenderse y atacar gracias a que entrenaba constantemente en su día a día.

Por último, los hermanos fueron los que se quedaron sin algo con lo que poder controlar, se
miraron, pensaron formas, incluso se intentaron relajar, aunque Zen era misión imposible, es por
ello que abrieron la puerta, Gaster se presentaría tras ella, sorprendiendo a todos.

-No está solo, simplemente veníamos a ver que tal vais - Comentó con calma Asgore. Varios se
sorprendieron al verle allí.

-¿Qué haces aquí? - Pregunté sorprendida.

-Quise acompañar a Gaster, me comentó que necesitaba saber vuestro pequeño avance, porque
nosotros vendríamos bien para distraer a Chara, ya que está siendo cada vez más fuerte por culpa
del cuerpo de Elena y de Cristian - Explicó el rey.

- Algunos sabemos algo, otros simplemente no tienen nada - Habló Maria con seriedad, se cruzó de
brazos.

-No pareces muy contenta.

-Hubiera preferido no saber nada de esto, ojalá volver al pasado - Contestó molesta. Carlos le dio
un golpe en su espalda. -. Dame todos los golpes que quieras, pero que nos fuercen a esto no me
parece correcto, no sabemos nada, estamos en peligro y nos involucran como si fuéramos super
héroes, me niego.

Al decir esto, Maria quedaría paralizada de miedo, sentía que algo le había hablado y ese fue
Gaster quien miraba a la chica con seriedad. Maria se recuperaría del susto, mirando al
mencionado con un rostro molesto.

-Eso... Es cierto que tu recién has aparecido y que también estas ayudando c on tus poderes, pero
somos humanos nosotros.

-¿Sigues creyendo que eres humana cuando posees unas cartas mágicas en tus manos? - Preguntó
Asgore sorprendido.

-Sigo siendo humana, aunque tenga esto es mis manos porque no sé cómo controlarlo, estas tienen
vida propia y menos mal, porque si lo usara no sería capaz de defenderme - Respondió con
seriedad.

- Creo que todos a estas alturas no saben pelear y estamos dando lo mejor para evitar el peor
destino, no solo para nosotros, sino que el vuestro también.

Y esto era cierto, porque Chara estaba actuando en la superficie por nuestra culpa, que ellos
decidieran detenerla fue para evitar el mayor caos posible y nosotros, quienes fuimos parcialmente
los culpables, teníamos que ayudar ya que era lo moralmente correcto.

Aunque Maria no parecía estar de acuerdo y estaba molesta, sabía que tenían la razón, pero no
quería pasar por esta situación.

-Ojalá volver al pasado, ojalá - Fueron sus últimas palabras antes de que se dirigiera hacia Gaster y
Asgore. Estaba de su lado, aunque no de buena fe.

-Los que sepan parcialmente usar su poder, venir conmigo, Gaster se encargará con los otros así
podemos ir más rápido, el tiempo cuenta y necesitamos apoyo - Habló con seriedad el rey.

Carlos y yo nos miramos con preocupación para luego dirigirnos con el rey, sabíamos en el
momento que fuéramos con él, tendríamos que tener el valor suficiente para hacer frente cualquier
situación. Tragué saliva mientras veía como Carlos avanzaba para estar junto al rey, la siguiente
sería yo con Flowey en mi brazo.

-Me tienes que explicar sobre él igual forma, mientras vamos, me explicarás todo - Me exigió
Carlos molesto.

-Hecho.

Sin mucho más que decir, Asgore comenzaría su caminata mientras nosotros le seguíamos, me
preocupó los hermanos junto con Gaster, pero si estaba ahí supongo que era una forma para saber
qué tipo de poder tenían y con ello poder ayudarnos. Tragué saliva nerviosa, sentía que nada de
esto iba a ir bien, por ello, tenía que hacer mi mayor esfuerzo y mientras avanzábamos a un paso
apresurado, intentaba comprender mi poder al igual que las escenas que vi antes volvían aparecer.
Chapter 33

Asgore nos dejó en claro que, si usábamos nuestras habilidades, teníamos que hacerlo con cuidado,
ir de forma discreta, atacar a traición, si es que era posible, ya que en el caso de Carlos no iba a ser
posible, pero el chico aceptó este riesgo, aunque estaba muy segura de que estaba totalmente
asustado.

Cuando fuimos al lugar, Asgore se sorprendería al ver que no se encontraba nadie en aquel lugar,
que todo estaba destrozado, pero no había ni un alma o una voz que nos indicara que todo estaba
bien. Esto nos preocupó, porque teníamos miedo de que los demás murieran.

El rey se pondría serio, sacando su arma, aquel tridente rojo mientras se rodeaba de llamas rojizas
para encontrarse con alguien a lo lejos gracias a las llamas que creó. Esa persona, era nada más y
nada menos que Cristian del cuál se veía que no era él del todo, su rostro inexpresivo, sus ojos casi
en blancos mientras caía sangre de su frente por culpa de Flowey.

-Me haré cargo de todos vosotros mientras Chara mata a los demás.

-No me jodas - Susurró Carlos molesto.

-Yo que tú no me enfrentaría a lo loco contra él, ahora no es el Cristian que tu conoces - Le
aconsejé a Carlos.

-¿Eso lo has dicho tú o Flowey? - Preguntó algo molesto. Arqueé mi ceja sorprendida.

-Sigue actuando así, sé que no te expliqué mucho, pero Flowey nos ayudó como mejor pudo, así
que deja de ser un niño pequeño ahora mismo, tenemos que lidiar con él - Contesté molesta. De
normal no lo haría y ciertamente me dolía, pero no iba a tolerar comentarios estúpidos hacia
Flowey.

Carlos bufó mientras que Maria ya sacaba sus cartas para que una de ellas se acercara a su mano, se
podía ver como su rostro era de temor a la vez que preocupada, parecía que algo o alguien le decía
que hacer, ya que nada más tirar la carta hacia Cristian, una nube negra le cegaría por completo.

-¡Eso es trampa! -Gritó Cristian.

-Juego Sucio - Se burló Maria.

Carlos aprovechó esto para ir directo hacia Cristian, preparando sus puños para atacarle de frente y
conseguir un puñetazo limpio en su estómago, Asgore le ayudaría yendo con él para combatirle,
atacándole con su tridente, que se había vuelto azul. Estos golpes los recibió, pero el chico no se
cayó al suelo, simplemente resistió y cuando la ceguera marchó empezaría atacar.

Ignoró totalmente a Carlos y Asgore, iría directamente a por Maria, pero la chica, aun con el
temblor en su cuerpo, fue capaz de reaccionar lanzando una carta que aparecería enfrente suya,
creándose un escudo enfrente de ella. Era mi momento e intentaría crear un efecto que le paralizara,
como aquel ataque que hice sin querer cuando vi esas escenas.

Pero no funcionó. Maria me miraría preocupada y el escudo se rompería con facilidad, dañando el
rostro de la chica de forma parcial, ya que se pudo apartar antes de que su muerte llegara. Igual
forma, Cristian no se quedó ahí, pero Flowey actuó atrapándole con sus enredaderas, algo que
vendría bien para Carlos para atacarle a sus espaldas.
Mientras luchaban, me acercaría a Maria, quien empezaba a toser con fuerza y se quejaba de dolor,
sentía una quemazón horrible y empezaba a llorar, quejándose todo el rato mientras yo ponía mis
manos en sus mejillas, intentar calmarme y empezar a curarla con aquella esencia verdosa.

Maria no se quejaría tanto, de hecho, me miraría confundida, sorprendida de que las heridas que
tenía no eran tan dolorosas, soltó aire con calma para luego mirar mis espaldas, abrió sus ojos con
temor, provocando que yo girara mi cuerpo.

Cristian estaba insistente, fue directo hacia nosotras para atacarnos de vuelta, asustada, me cubriría
la cara con mis brazos, soltando un grito fuerte por el miedo que sentía, este grito vendría
acompañado de un horrible sonido que dañaría a Cristian.

-¡Eso es Ursula! - Gritó Maria orgullosa. Levanté uno de mis brazos para ver como Cristian estaba
paralizado.

Carlos estaba listo para dar el golpe final, iría de nuevo hacia Cristian por sus espaldas mientras
que Asgore creaba varias llamas para acabar con él. Esta batalla no iba a durar mucho o eso es lo
que creíamos.

Ya que Cristian empezaría a parpadear, cambiando los colores de su camisa, rostro, cabello,
altura... Era otra persona y la primera que pudo ver esto fue Maria.

Con un grito claro, Carlos no sería capaz de frena o alejarse, el miedo le invadiría por completo,
provocando que el chico viera una sonrisa rojiza mientras un cuchillo iba directo hacia su pecho, el
chico intentó cubrirse con sus manos, pero en un abrir y cerrar de ojos él acabaría a mi lado.

-M-Ma...

El silencio fue abrumador hasta que Carlos soltó un grito horrible.

-¡¡MARIAAAAA!!

La chica había sacado una carta, un intercambio de cuerpos, ella fue quien se había sacrificado,
recibiendo el cuchillazo en su pecho, provocando que la chica empezara a sangrar sin parar. Chara
sonreiría y empezaría a reírse mientras el cuerpo muerto de Maria caía al suelo, soltando de su
mano un montón de cartas.

-¿Quién es el siguiente? - Preguntó curiosa Chara. Su mirada iba dirigida a mí. -Tú, por ejemplo.

Chara sería capaz de aparecer enfrente mía en cuestión de segundos, pero varias cartas me
protegerían de golpe, provocando que el impacto fuera tan fuerte que la chica saliera disparada
contra los árboles del bosque. Miraría las cartas, asustada, todas ellas me rodeaban para luego
desvanecerse en un humo azulado que iría a mi collar, miraría hacia Maria, sonrió con calma, es lo
que ella había pedido, protegernos.

-Iros de aquí - Pidió Asgore con nerviosismo. -. Yo la distraeré, iros de aquí - Repitió.

-Pero... ¿Los demás?

-Id en busca de Gaster, la muerte de Maria la ha alimentado aún más, si esto va a peor...

-¡¡Yo me quedo!! - Gritó Carlos decidido. -. Ursula, ve con ellos, sabes donde es el lugar y así
podremos acabar con ella.

-Pero yo...
-Te guío yo, Ursula, vamos - Me interrumpió Flowey. - Estamos en Snowdin, llegaremos rápido.

-Pero... Pero...

-¡¡Ya, Ursula!! ¡¡Vete!!

Paralizada por el miedo y las voces, simplemente empezaría a correr con la mayor velocidad
posible, sintiendo un gran miedo en mi cuerpo mientras las lágrimas caían sin parar, sabía que esto
iba a ir mal, que, si Carlos se quedaba, todo iría a peor. La idea de que Gaster fuera sentía que no
era la mejor idea, pero si eso ayudaba, estaba dispuesta a ir mientras me guiaba Flowey.

Todo... Todo había sido tan rápido... Todo...

Había llegado a la habitación donde se encontraba Gaster, Carol y Zen, parpadee mis ojos
sorprendida para luego ver la carta que tenía en mi mano derecha, teletransportación, o al menos
eso me indicaba una voz susurrante. Enfrente mía estaría Gaster, sorprendido y preocupado
mientras que los hermanos me miraban con temor.

-Si has venido aquí... Es que las cosas van a peor - Teorizó Carol.

-Así es... por desgracia...

-Tienes... Una segunda piedra que brilla de color azul - Se percató Zen preocupado. Empecé a
temblar.

-No hay tiempo para hablar, Chara es más fuerte, necesitamos tu ayuda ya, viejales - Interrumpió
Flowey molesto.

Gaster simplemente me miró con un rostro serio, parecía estar preocupado también, pero supo
reaccionar y empezó a moverse, Carol y Zen le miraron con miedo y temor, pero no les quedaba
otra, al fin y al cabo, nos involucramos en esto y teníamos que lugar hasta el final.

Nos dejó en claro, que en momento en el que hiciera un gesto con sus manos, seríamos
teletransportados y tendríamos que estar listos. Suspiramos, agobiados, para luego aceptar todos.

Antes de que fuéramos teletransportados, dos esencias llegaron a mi collar: El naranja y el rosa.
Chapter 34

Cuando nos teletretransportamos, podríamos ver como Asgore estaba en el suelo con heridas
graves, temblé de miedo al ver esto y reaccionaría, aunque me pararían en seco, sintiendo una
presión extraña en mi pecho para luego moverme hacia atrás con delicadeza. Miré a mi alrededor
para ver a Sans con un ojo azulado mientras movía su brazo derecho con calma.

-Es una trampa, él ya está muerto, junto con Carlos y Cristian - Explicó con seriedad, mi rostro de
miedo y sorpresa sería notoria, empezando a llorar sin control alguno, aunque no emitía ruido por
esas lágrimas. -. Gaster, ven ahora, no perdamos más tiempo.

Sentí como me abrazaba Carol y Zen, los chicos me miraban con preocupación, sabía que estaba
mal, muy mal, aunque ellos también lo estaban, pero se veían un poco más calmados, algo que me
extrañó. Los miré por un momento mientras ellos me abrazaban con fuerza.

-Todo irá bien, Ursula - Habló Carol con miedo en sus palabras.

-No pareces muy segura - Susurré débilmente.

-Gaster nos intentó calmar, ahora solamente tenemos que retener a Chara en el momento que la
veamos - Explicó Zen con temor.

-¿Habéis aprendido algún poder? - Mi pregunta los hizo callar. - Me lo temía...

La presión se haría más y más fuerte, los tres dirigimos nuestra mirada hacia aquel que ejercía tal
presión y que poseía tal fuerza. Se reía como si nada, presumía su capacidad mientras miraba a los
demás, vacilaba, para luego ir directa hacia Sans y Gaster.

Ellos dos supieron defenderse y atacar, estaban listos para cualquier movimiento que hicieran,
mientras que nosotros simplemente nos escondimos para evitar se una interrupción para ellos,
aunque Chara no nos daría ese gusto, pues aparecería de golpe enfrente nuestra, asustándonos a
todos, a excepción de Zen.

El chico sacaría de su bolsillo un juguete, exactamente unos yoyos, de los cuales los lanzaría a
Chara para que estos se volvieran grandes y envolvieran a la chica para dejarla inmóvil.
Sorprendida por tal acto, el chico me miraría confiado para empezar a toser de forma brusca
mientras temblaba.

Sans aprovechó esto para ir a por Chara, tomando su alma y elevarla por los aires para que varios
seres extraños esqueléticos dispararan hacia la chica. Caí al suelo asustada mientras las lágrimas
caían de mi rostro, Carol se quedó a mi lado mientras me intentaba calmar, pero sus lágrimas me
dejaban en claro que también tenía miedo.

Zen nos miró, temblaba por el mero hecho de que no sabía usar su poder, el chico se sentía
adolorido, sentía que iba a vomitar en cualquier momento, pero no se arrepentía de lo que había
hecho ya que sonreía con ganas, como si se sintiera alguien fuerte e importante tras haber
paralizado de forma temporal a Chara.

-Necesito, dormir - Pidió el chico cansado. Carol me miró para luego acercarse a su hermano,
abriendo sus brazos para que este cayera en su hermana. -. Ah... Mejor...

-Ursula, mira si puedes cuidarle, yo estaré al tanto de la situación - Me pidió Carol con seriedad.
Acepté y me puse en marcha.
Sabía que no era buena con mis poderes, pero ahí estaba, protegiendo a Zen mientras era cuidada
por Carol y Flowey, quien salió de mi hombro para crear unas enredaderas del suelo e intentar
evitar a Chara, si es que se atrevía a atacarnos, ya que Sans no le daba ni un solo respiro, al igual
que Gaster, quien a lo lejos creaba unas manos que disparaban a Chara de forma agresiva.

Al fin esa esencia verde empezaría a curar a Zen, sentí alivio al ver que por fin iba a ser útil, pero
no sería todo tan bonito al sentir una presión fuerte de vuelta, todos estarían paralizados mientras
un grito horrible sonaba por nuestras orejas. En un intento de ver las cosas, giraría mi cabeza para
ver a Chara enfrente mía a nada de matarme, pero no sería posible ya que Carol la agarraría de la
camisa.

-¡¡¡HILOS!!!- Gritó con muchísimo temor y lágrimas en sus ojos, apareciendo de golpe una
televisión en la cabeza de Chara, quien empezaría a gritar de dolor mientras atacaba de forma
agresiva, hiriendo a Carol por desgracia.

Flowey estaba confuso al ver esto, pero no dudó en agarrar a Chara con sus enredaderas, atándola
por completo, haría la mayor fuerza posible, provocando que Chara frenara sus movimientos y se
quedara quieta. La televisión desaparecería, viendo su cabeza agachada, siendo difícil de ver su
rostro.

-Sigue así Flowey, vamos acabar con ella - Habló Sans con seriedad. -. Salid, todos, ya.

Me llevaría a Zen en mis brazos para irnos de allí mientras miles de seres esqueléticos rodeaban a
Chara, Carol estaría a mi lado, temblando y respirando de forma angustiada mientras miraba a su
hermano, lloraría para luego abrazar a su hermano.

Un ruido horrible surgiría de repente, viendo como rayos azules y blancos impactaban contra
Chara, suspiré aliviada al saber que esto ya había acabado. Miré a Maria, la chica seguía allí, pero
no hacía ningún ruido.

-Oye, esto ya terminó, tranquila - Le dije con calma.

Y cuando intenté ver su rostro, me daría cuenta que en su pecho empezaban a caer gotas rojizas,
provocando que le miedo me abordara por completo, soltando el cuerpo de Zen que tenía en mis
manos y dando varios pasos hacia atrás. Me daría cuenta, que el cuerpo que estaba agarrando no
era el de Zen, sino que Chara, ya que le había dado tiempo a meterse en el cuerpo de Zen, acabar
rápido con él y que yo la agarrara, para luego matar a Maria.

Me di cuenta tarde, encima había visto dos esencias extrañas rodeando mi collar, provocando que
mi collar brillara con fuerza mientras Chara me miraba curiosa. Ahora, quien intentó hacerle frente
fue Flowey, agarrándola una vez más, ya que Sans estaba muy agotado.

-Deberías saber quién manda aquí, Flowey. Habló Chara sin ni siquiera mirarle, agarrando su
cuchillo para cortar las enredaderas de forma limpia. -. No te metas en medio, tengo cosas
pendientes.

-¡¡NO!!- Gritó Flowey con odio, agarrando una vez más a Chara con sus enredaderas, a pesar de
que estaba herido.

-¿Qué me vas hacer? Como si en esa forma pudieras hacer algo, flor estúpida - Se burló, esta vez
mirándolo para acercarse a él poco a poco.

Quise hablar, pero algo me lo impedía, una voz que me hablaba y mie observaba con seriedad, algo
que me decía que no podíamos hacer nada más, que por mucho que intentara hacer algo ahora en
ese momento, nadie saldría vivo y que yo moriría. Esa voz era Gaster.

Nos miramos por un momento mientras me decía algo sobre mi collar, sorprendida y a su vez
asustada, lo observé, sin comprender que hacía, aunque Gaster se hacía una pequeña idea, pero
necesitaba que huyera, que me marchara de ese lugar, porque si quería obtener ese poder o
habilidad final, tenía que cargarlo sola y aprenderlo rápido.

No, no quería huir de nuevo, quería ayudar, esta vez de verdad. Es lo que deseaba en ese momento,
pero Gaster ignoró mi deseo, teletransportandome una vez más a un lugar super lejano de todos
ellos.

Ahora sí, estaba sola. Y me sentía una mierda, pues nada más caer al suelo de rodillas, empezaría a
sentir diversos dolores en todo mi cuerpo mientras que el collar se rompería, apareciendo las
esencias que rodearían mi persona.

Vomité, empecé a llorar, la ansiedad me superaba con ganas mientras empezaba a gritar de miedo
y me abrazaba, no quería esto, no deseaba esto, todos estaban muertos, porque ¿por qué no podía
ser todo tranquilo? Habían hecho todo lo posible para evitar esto, pero aun con eso nada era
posible.

Yo, yo solo quería...

Levanté mi cabeza para empezar a llorar aún más, grité a todo dolor para cerrar mis ojos por un
momento, cuando los volví abrirlo, un escenario completamente oscuro me rodearía mientras las
esencias me rodeaban. Asustada, me levantaría del suelo para ver a lo lejos un brillo amarillo que
casi me dejaba ciega, las esencias rodearon ese brillo para mostrarme una sola opción.

En ese momento, quise morirme.


2| ⌦

¿Quieres reiniciar este mundo y ser la protagonista?

Era lo que me aparecía al señalar esta opción, ser la protagonista, elegir yo el final, la línea
temporal correcta, tomar la opción correcta, hacer lo que Frisk hizo tantísimas veces de forma
errónea como su fuera un chiste, pero siendo yo la responsable.

Todos perderán la memoria, tus amigos no recordarán quién eres, Frisk tomará tu puesto y
mientras que tu tomarás el puesto de Frisk. Las decisiones que hagan serán bajo tu responsabilidad,
hagas lo que hagas, sabrás que todo tendrá una consecuencia.

Hacer lo que hizo Frisk era tentador, porque algo me decía que sería capaz de hacer frente a
cualquier situación que ocurriera, pero por una parte algo me decía que no podría hacerlo, ya que,
si Frisk cayó en tantos errores, significaba que yo también podría caer en ellos, más si yo, después
de todo, era una débil.

Susurros rodeaban mi cabeza para mirar a mi alrededor, viendo los cuerpos de mis amigos, como
si me intentaran animarme para hacerlo, que confiaban en mi en todo momento y esto me hacía
sentir mal, porque solamente era una inútil después de todo, que me involucré por aceptar ese
pequeño acuerdo con Flowey.

Aunque, ciertamente, no me arrepentía, porque pude conocerle y ver que hay monstruos que si
saben cambiar y ser mejor ser o que tienen la intención de ayudar y aprender de sus errores. Capaz
era la opción, capaz podía hacer cambiar las cosas, ayudar, perdonar.

Sentía que no todos fueron perdonados y aunque Frisk lo intentara hacer bien, ya había cometido
muchos errores del pasado y él también se sentía culpable por dejarse llevar o por no entender que
sus acciones tenían una consecuencia.

No, ahora podía hacer algo, aun recordando todo y hacerlo todo bien.

Acerqué mi mano a esa opción mientras varios recuerdos repentinos iban apareciendo en mi
cabeza. Hacer esto involucraba que todos los buenos recuerdos con mis amigos desaparecieran,
pero...

Pero... Si con esto salvaba a los monstruos y a los humanos...

No me importaba tomar este riesgo hasta el final.

︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵

(Segunda temporada)

Haz lo que Frisk no pudo lograr.


Saca a todos de aquí.

Solo tienes una oportunidad.

︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵︵

Me quedé mirando hacia la única luz que podían ver mis ojos a la vez que sería la última vez que
vería el cielo, me quedé pensativa con una sonrisa tonta mientras respiraba con calma, sintiendo el
tacto de aquellas flores amarillas que cubrían mis mejillas.

Había aceptado y no me quedaba otra que hacerlo todo bien, confiaba en que sería fácil, ya que
solamente tenía que perdonarlos, no atacarnos, menos matarlos. Se que era capaz de esto, porque
nunca dañé a alguien.

Sentía vagancia en intentar sentarme en el suelo de aquel campo de flores, por alguna razón me era
difícil porque sentía que el impacto que recibí me había afectado, aunque no me dolía nada, es más,
me sentía muy cómoda y calmada.

Estas flores... Me recordaban a él y por alguna razón, no sentía aquella flor se acordará de mí, ya
que había reiniciado y sentía que todo lo que iba hacer ahora, no iba a ser recordada en toras líneas
temporales.

Porque ahora, yo había tomado las riendas, quien tantas veces lo intentó, aquel pobre chico, ahora
era mi turno, de que él descansara, si es que podía, mientras intento buscar el final pacífico o saber
cómo derrotar a Chara.

Y lo conseguiría, sin importarme cuantas veces iba a caerme, porque me negaba perder a mis
amigos, me negaba perder a los monstruos, me negaba...

Me negaba perderle.

Ojalá, solo ojalá, cuando te encuentre, sea capaz de hablar de forma calmada, espero que sea
posible, que razones y que podamos recordar, si es que hay opción posible.

Solo espero... Y esperaré, con muchísima paciencia y determinación.

End Notes

━ :

Esta historia se encuentra en otras plataformas, exactamente en wattpad con el mismo


título, pero con un nombre de autor distinto (AllFan_). Vengo a publicar esta historia para
aquellos que tengan curiosidad.

Espero que lo disfrutéis. <3

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