Teoría Ut05 HR
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Unidad Temática 5
1. Cuencas y subcuencas
El escurrimiento superficial que se genera como consecuencia de las precipitaciones pluviales sobre la
superficie terrestre permite identificar áreas de concentración y drenaje que se definen como cuencas de
aporte. Están delimitadas por líneas imaginarias denominadas divisorias de aguas (o parteaguas), las
que vinculan los puntos de mayor nivel topográfico que se verifican entre cuencas adyacentes.
Las cuencas pueden diferenciarse en abiertas y cerradas; las primeras conducen la escorrentía
superficial fuera de ellas mientras que las segundas la concentran dentro de sus límites.
Cuenca abierta: Cuenca Cerrada:
Como ejemplo de cuencas abiertas y cerradas podemos citar a la Cuenca del Río de la Plata y la
Cuenca de la Laguna de Mar Chiquita, respectivamente.
Cuando una cuenca descarga sus aguas en otra de mayor orden se identifica como subcuenca. Así por
ejemplo, la Cuenca del Río de la Plata (de primer orden) descarga directamente sus aguas al mar, pero
concentra los aportes de dos cuencas de segundo orden (subcuencas): las de los ríos Paraná y Uruguay.
A su vez, cada una de estas cuencas drena el aporte de cuencas de tercer orden, como las de los Ríos
Paraguay e Iguazú, afluentes del Paraná. Con el mismo razonamiento podemos identificar cuencas de
cuarto orden, como la de los ríos Bermejo y Pilcomayo, afluentes del Paraguay; y así sucesivamente.
En áreas rurales, las pequeñas subcuencas están definidas por las rutas, caminos o calles interchacras
que delimitan los predios. En estos casos, podemos hablar de microcuencas; independientemente de su
tamaño, siempre es conveniente manejar el agua dentro de las mismas.
Calle Interchacra
Ruta
SL = ∆h / Le
∆h
Le
El área de una cuenca "Ac" se computa en hectáreas (ha) o kilómetros cuadrados (km2); cuando mayor
sea el tamaño se tendrán mayores volúmenes de escorrentía y más complicado será su manejo.
La longitud principal del escurrimiento "Le" se computa siguiendo el camino del agua desde el punto
más alejado de la cuenca hasta su salidam en su proyección horizontal. El desnivel “∆h” se determina
entre los mismos puntos indicados para el eje.
La pendiente del eje de escurrimiento "SL" se determina relacionando el desnivel topográfico existente
entre dichos puntos y la longitud del eje de escurrimiento “Le”. Esta pendiente condiciona el tiempo de
respuesta de la cuenca; a medida que aumenta se incrementa la velocidad del escurrimiento del agua y
se reducen las posibilidades de infiltración en la cuenca.
3. Sistemas de Escurrimiento
El escurrimiento superficial del agua en una cuenca se puede dar de diferentes maneras, pudiendo
identificarse tres tipos: laminar, encausado y transicional.
Se tiene escurrimiento laminar cuando el agua se desplaza sobre la superficie terrestre cubriéndola
totalmente, con una película o lámina. Este escurrimiento se da fundamentalmente a través de la
vegetación natural (normalmente pasturas o malezales) y su permanencia en el tiempo es reducida,
limitándose a unas pocas horas o días con posterioridad a la ocurrencia de una precipitación.
Se tienen escurrimientos encausados cuando el agua sólo cubre parte de la superficie terrestre,
permitiendo diferenciar fluvios (cauces por donde escurre el agua) e interfluvios (zonas libres de
escurrimiento). Los fluvios pueden ser los cauces de arroyos, ríos o riachos. La vegetación no suele
obstruir el escurrimiento y solo se emplaza en los bordes o márgenes de los cauces. La permanencia del
escurrimiento puede ser de días, meses o mantenerse todo el año.
Fluvios (cauces)
Interfluvio
Es común que se verifiquen contradicciones en los criterios de denominación de los cursos de agua.
La mas frecuente es identificar a los ríos o arroyos como riachos, cuando en realidad esta última
denominación debería reservarse para identificar aquellos cursos de agua que nacen y desembocan en
un mismo curso principal (normalmente un río).
En cuanto a la diferencia entre ríos y arroyos, debe tenerse presente que no se debe al tamaño relativo
de los mismos sino a la jerarquía entre uno y otro. Es así como uno o más arroyos pueden dar origen a
un río pero no ocurrir lo contrario.
Se tiene escurrimiento transicional cuando se pueden identificar fluvios e interfluvios pero no existen
cauces, razón por la cual el escurrimiento se da a través de la vegetación. Es el caso típico de los
ambientes de esteros, cañadas y bañados.
Los esteros presentan espejos de agua casi permanentes, con desarrollo de vegetación acuática (flotante
y enraizada); las cañadas y bañados, en cambio, no presentan aguas permanentes.
Los bañados presentan escurrimientos o anegamientos asociados al desborde de cursos de agua, por lo
que en correspondencia con sus ejes se verifica el desarrollo de pastos y malezales.
Las cañadas, por su parte, recepcionan y/o conducen el agua de lluvia en zonas deprimidas que no
presentan cauces de drenaje.
A menudo se confunden lagunas con esteros porque ambos tienen cuerpos de aguas permanentes, pero
debe tenerse presente que las primera no permiten el escurrimiento del agua sino su acumulación, por
receptar los aporte de cuencas cerradas.
Se presentan a continuación, imágenes de cada tipo de escurrimiento, para completar su descripción.
Cuando una cuenca es muy pequeña (microcuenca), como las limitadas por los caminos que bordean
los predios rurales, suele presentarse únicamente escurrimiento laminar; a medida que aumenta su
tamaño pueden desarrollarse los otros dos tipos (transicional y encausado).
La posibilidad de tener un escurrimiento transicional disminuye a medida que aumenta la pendiente de
la cuenca. Es por ello que en zona de montañas no suelen presentarse esteros y cañadas, ambientes que
sí son característicos de las zonas de llanura.
En cuencas donde predominan los sistemas de escurrimiento transicionales, el movimiento vertical del
agua (precipitación - evapotranspiración - infiltración) adquiere mayor relevancia que el horizontal
(escurrimiento superficial). Lo contrario ocurre en cuencas donde dominan los sistemas de escu-
rrimiento encausados.
4. Redes de Escurrimiento
Las bajas pendientes permiten asumir una cierta permanencia del agua en los cauces, a efectos de poder
captar el agua que circula a través de los mismos en gran parte del año, como así también riesgos de
inundación intermedios. Además, el tipo de subsuelo (no rocoso) permite inferir que en dichas cuencas
se puede recurrir a la captación de aguas subterráneas sin mayores dificultades.
Las redes dendríticas pueden presentarse en la naturaleza por asociaciones de cursos (ríos, arroyos) con
sistemas transicionales (esteros y cañadas).
En la provincia de Misiones y en el sector oriental de la Provincia de Corrientes son frecuentes las
redes angulares convergentes, caracterizadas por el desarrollo y asociación de cauces mediante tramos
paralelos y bastante rectos, con bruscas curvas y cauces encajados (o encajonados).
Este tipo de redes es característico de zonas con subsuelos rocosos, donde las fallas, fracturas o fisuras
del material rocoso permiten el emplazamiento y desarrollo de los cursos de agua.
En estos casos, la probabilidad de disponer de agua superficial como subterránea es alta, pero se
pueden presentar algunas limitaciones con respecto a la calidad del suelo. El riesgo de inundaciones
pluviales es bajo, por la alta capacidad de almacenamiento de las lagunas.
Las redes laberínticas o anastomosadas, son propias de la planicie del Río Paraná, dentro de su valle de
inundación, donde desde un curso principal de agua nacen y mueren riachos. Otra red similar presenta
el Río Bermejo en su cuenca inferior, en la Provincia de Formosa.
Esta organización del escurrimiento refleja la existencia de bajas pendientes y un alto riesgo de
inundación, siendo recomendable restringir el desarrollo de las actividades productivas a la ganadería y
la horticultura, ya sea por la movilidad de la primera o por la baja inversión asociada a la segunda; para
el desarrollo de esta última se tiene como elemento a favor el permanente aporte de nutrientes que se
tiene con cada inundación.
Las redes de escurrimiento superficial pueden presentar modelos integrados o desintegrados, según se
verifique un escurrimiento permanente o intermitente a través de las mismas. Las redes integradas se
representan con líneas de trazos continuos, mientras que las desintegradas, con trazos discontinuos.
Lo más frecuente es encontrar redes parcialmente integradas, con cursos de aguas permanentes,
alimentados por otros esporádicos o intermitentes.
Cuencas pequeñas, o aquellas emplazadas en zonas de clima seco son las que presentan una mayor
probabilidad presentar redes con modelos desintegrados; sin embargo, en las épocas de excesos
(períodos húmedos), dichas redes presentan temporariamente modelos integrados.
En las redes de escurrimiento convergentes, los cauces se asocian para sumar caudales de
escurrimiento. En las redes divergentes, los cauces se disocian progresivamente, dividiendo sus
caudales en cada difluencia; la más común es la red dendrítica divergente que se forma en la descarga
de grandes ríos al mar, cuando se tienen bajas pendientes.
Este tipo de redes es típica de zonas sumamente vulnerables frente a las inundaciones fluviales, como
ocurre en el Delta del Río Paraná, en proximidades de su desembocadura al Río de la Plata. Para las
mismas cabe la misma caracterización indicada para redes laberínticas.
Para la formulación y evaluación preliminar de un proyecto productivo rural, la información física que
puede obtenerse a partir de esta cartografía tiene una importancia estratégica similar a las de las Cartas
de Suelo desarrolladas por INTA para todo lo relacionado con su potencialidad productiva.
Dichas cartas han sido escaneadas por el actual Instituto Geográfico Nacional (Ex IGM) y se pueden
obtenes en el sistema http://geoportal.ign.gob.ar/, pero su calidad no es buena, por lo que se recomienda
trabajar con las cartas originales en soporte físico (papel). La imagen que se presenta a continuación
permite visualizar el tipo de información que suministran estas últimas.
Los principales símbolos cartográficos utilizados por el IGM para identificar las fuentes de agua
superficial, son los siguientes:
Otros símbolos cartográficos utilizados por el IGM para caracterizar la cobertura vegetal de los predios
rurales y la disponibilidad de infraestructura de transporte existente, son los siguientes.
Como anexo de la presente unidad se adjuntan Cartas IGM escaneadas por alumnos de cursos
anteriores (Corrientes, Castelli, Bella Vista).
Estos sistemas facilitan la identificación de predios, su acceso y la infraestructura existente (vía zoom).
Ejercicio 1: en la Carta IGM de Corrientes (1:250.000), reconocer las siguientes fuentes de agua
superficial:
a) Sistemas de Escurrimiento:
- Sistemas encausados: Río Paraná, Río Paraguay, Río Negro (Chaco).
Riacho Barranqueras y Riacho Antequeras (Chaco).
Arroyo Sombrero y Arroyo Empedrado (Corrientes)
- Sistemas transicionales:
Cañadas: Campo Grande y Peralvarez (Corrientes),
Bañados: Río Paraná, Ríos Palometa y Río Salado (Chaco).
Esteros: Esteros Tapenagá y Chajá (Chaco).
Esteros del Sombrero y del San Lorenzo (Corrientes).
b) Redes de Escurrimiento:
- Redes dendríticas: Río Palometa, Arroyo Chajá y otros (Chaco).
Arroyos Sombrero, Sombrerito y otros (Corrientes).
Arroyos Riachuelo, Riachuelito y otros (Corrientes).
- Redes angulares: No hay.
- Redes laberínticas: Río Paraná y sus Riachos.
- Redes collar de cuentas: Lagunas González, Calva y otras (Corrientes).
Lagunas Brava, Soto y otras (Corrientes).