Gebara Bingemer Dogma Mariano
Gebara Bingemer Dogma Mariano
Gebara Bingemer Dogma Mariano
LUCCHETTI MARÍA
quien lleva consigo la prenda de la victoria de Jesús. María es, conciliar, como clave de interpretación del misterio de la encarna-
pues, identificada como esa mujer de Ap 12, la figura de la fe ción, que hace posible y explica la unión de las dos naturalezas del
humilde y laboriosa del pueblo que sufre y cree en el salvador Verbo de Dios. De aquel que es engrendrado eternamente por el
crucificado, sin perder la esperanza. Es, también, la figura de una Padre, se dice que nació de mujer según la carne, en el sentido de
Iglesia perseguida por el mundo, por las fuerzas del anti-reino y que unió a sí la naturaleza humana según la hipóstasis. A partir de
por los poderosos y opresores de toda suerte que, como el dragón Efeso, la maternidad divina constituye un título único de señorío y
descrito en el Apocalipsis, quieren «devorar» a los hijos y a la gloria para aquella que es la madre del Verbo encarnado.
descendencia de la mujer, quieren devorar el proyecto del reino, Reconocer a María como madre de Dios significa, de hecho,
todo lo que es vida y libertad para el pueblo, todo lo que es fruto profesar que Jesús, el carpintero de Nazaret, el Crucificado, hijo
maduro de las entrañas fecundas de la mujer. El nuevo pueblo de de María según la generación humana, es Hijo de Dios y Dios
Dios, del cual María es símbolo y figura, es la «señal», que aparece mismo. La visión antropológica subyacente a esta afirmación es
en el cielo y en la tierra, de que a la descendencia de la mujer-Eva profundamente integrada y unitaria. Toda mujer es madre no sólo
fue dada la gracia y el poder de triunfar sobre la serpiente del cuerpo, sino de la persona entera de su hijo. El misterio de la
mediante la descendencia de la mujer-María, de cuya carne el encarnación de Jesús, Hijo de Dios, en María de Nazaret nos
Espíritu formó la encarnación de Dios, de la mujer-pueblo de enseña que la persona humana no es bipartida entre un cuerpo de
Dios, de cuyo seno brotó la salvación y la comunidad de aquellos materia e imperfección y un espíritu de grandeza y trascendencia.
que «cumplen los mandamientos de Dios y guardan el testimonio Sino que, al contrario, solamente en la fragilidad, en la pobreza y
de Jesús». en los límites de la carne humana se puede experimentar y adorar
la grandeza inefable del Espíritu. Significa, también, proclamar la
llegada del reino que «ya está en medio de vosotros». Dios asumió
III. RELECTURA DE LOS DOGMAS MARIANOS la historia humana por dentro, viviendo él mismo sus luchas y
percances, derrotas y victorias, inseguridades y alegrías. María es
Hoy, en América latina y en el esfuerzo de la teología de la figura y símbolo del pueblo que cree y experimenta esa llegada de
liberación que aquí se hace, es preciso pensar los dogmas de la Dios que ahora pertenece a la raza humana. Aquella cuya carne
Iglesia —y, en este caso, los dogmas marianos— a la luz de los formó la carne del Hijo de Dios es también el símbolo y prototipo
presupuestos antropológicos y hermenéuticos anteriormente des- de la nueva comunidad donde hombres y mujeres se aman y
critos. Es preciso, también y después de eso, pensarlos y reflexio- celebran el misterio de la vida que se manifestó en plenitud.
narlos desde la clave eclesial y pastoral que orienta a la Iglesia Significa también desvelar toda la grandeza del misterio de la
latinoamericana a partir de las conferencias de Medellín y Puebla: mujer. Misterio de apertura, fuente y protección de la vida. María
la opción por los pobres. es, al mismo tiempo, madre de todos los vivientes, mujer donde el
misterio de la fuente y origen de la vida llega a un punto máximo
de densificación. Revela, así, un lado inédito e inexplorado del
misterio del propio Dios encarnado en su seno: que es él mismo
1. El misterio de la Theotokos, madre de Dios
comparable a la mujer que da a luz, que amamanta el hijo de sus
entrañas y del que no se olvida (cf. Is 66,13; 42,14; 49,15).
Al contrario de otros dogmas, cuyas raíces bíblicas son cuestiona-
Finalmente, significa reconocer en esta misma que llamamos
das y constituyen auténticos problemas ecuménicos, la maternidad
Madre y Señora Nuestra a la pobre y oscura mujer de Nazaret,
divina de María posee profundos y sólidos puntos de apoyo en la
madre del carpintero subversivo y condenado a muerte, Jesús.
Escritura. Con el título de madre se llama a María la mayoría de
Implica percibir, tras el título de gloria y las lujosas imágenes con
las veces en el Nuevo Testamento (25 veces). María es fundamen-
que la piedad tradicional la representa, el no menos real y
talmente, para los relatos evangélicos, la madre de Jesús. En el
teológico título de «sierva del Señor». La maternidad es un don y
centro del misterio de la encarnación, misterio que es salvación
una dignidad, pero también un servicio, que se inscribe en la
para todo el género humano, el Nuevo Testamento coloca, pues,
misma línea de los «siervos de Yahvé», inspiración para la Iglesia
al hombre y a la mujer, Jesús y María, a Dios tomando carne de
que, en América latina, se autocomprende como Iglesia servidora
varón en y por medio de la carne de la mujer. El concilio de Efeso
de los pobres, para quien la encarnación de Jesús en María trae la
(431) declara a María, expresamente, Theotokos, madre de Dios.
buena nueva de la liberación.
La maternidad divina de María aparece ahí, en esa declaración
608 609
I. GEBARA Y M. C. LUCCHETTI MARÍA
2. Virginidad de Yahvé que dicen: «He aquí la esclava del Señor, hágase en mí
según tu palabra» (Le 1, 38). '
El judaismo, del cual María es legítima hija, no considera la
virginidad como un valor particular. Esta equivale a la esterilidad,
a la no procreación, que acarrea desprecio e implica una carga de 3. La Inmaculada Concepción
muerte, ya que la supervivencia está en la prole. La virginidad de
María no puede ser vista, por tanto, desde un punto de vista Este dogma, proclamado en 1854 por Pío IX, no encuentra una
moralizante e idealizado. Los textos bíblicos quieren decir que el raíz bíblica tan explícita como los anteriores. Tenemos como
hijo que es engendrado en María es un ser divino. La cadena de referencia el texto de Gen 3, 15 (también llamado el proto-
genealogías humanas sufre una radical ruptura para dar lugar al evangelio), donde la mujer y su descendencia aparecen como
Espíritu que con su soplo creador invade la historia y hace brotar enemigas mortales de la serpiente, terminando por destruirla
la vida allí donde sería imposible. Jesús, el nuevo Israel que brota aplastándole la cabeza. Además de otros menos importantes
del seno de la Virgen, es la simiente del nuevo pueblo que es referentes al arca de la Alianza, a la Ciudad Santa, etc., está el
plasmado por el Espíritu del cual María es figura y símbolo. La saludo del ángel en el evangelio de Lucas, que declara a María
tradición de la Iglesia toma entonces este indicio para proclamar, «llena de gracia» (Le 1, 28) y el saludo de Isabel que la declara
a lo largo de la historia de los primeros siglos y, finalmente, «bendita entre todas las mujeres» (Le 1, 42). María aparece, pues,
en el concilio Lateranense (año 649), la virginidad perpetua de como el milagro de Dios por excelencia, la creación llegada a su
María. plenitud, bendita, bienaventurada, llena de gracia. El sentir de los
La virginidad de María ilumina la cuestión antropológica sobre fieles lo vivió y lo expresó en su devoción antes de que el
quién es el ser humano. La creatura humana es como un terreno magisterio de la Iglesia oficialmente lo reconociera como dogma
virgen e inexplorado, donde todo puede acontecer. Y todo lo que de fe.
le acontecerá deberá llevar a esa misma creatura humana hasta el Por su Inmaculada Concepción, María es la síntesis personifi-
punto en que María llegó a tener plasmado en sus entrañas el cada de la antigua Sión-Jerusalén. En ella tiene inicio ejemplar el
propio Dios. A la virginidad de María fecundada por el Espíritu proceso de renovación y purificación de todo el pueblo para vivir
corresponde la vocación de todo ser humano: ser templo y morada más plenamente la alianza de Dios. Toda de Dios, María ya es,
abiertos y disponibles, con todas las posibilidades latentes. La pues, prototipo de aquello que el pueblo es llamado a ser. La
importancia del cuerpo virgen de María consiste en que es figura Inmaculada Concepción es, por tanto, utopía que da fuerza al
de la pobreza de la humanidad para realizar su propia salvación proyecto y sustento a la esperanza del pueblo en su Dios'. Es la
sin la gracia de Dios. La entrega total al Dios de la vida y al prenda de garantía de la posibilidad de que la utopía de Jesús —el
abandono radical de los ídolos que dan muerte encuentra en la reino de Dios— es realizable en esta pobre tierra. No es sin
virginidad de María una figura propuesta a todos, hombres o embargo únicamente el alma de María la que es preservada del
mujeres, que desean poner sus pies sobre las pisadas de Jesús y pecado. Es toda su persona la que es penetrada y animada por la
vivir la realidad histórico-escatológica del reino de Dios. La gracia, por la vida de Dios, su corporeidad es la morada de Dios
virginidad de María anima también a la vocación específica de la santo. Su concepción inmaculada proclama al pueblo, del cual ella
mujer, en cuanto hospedera de la vida en plenitud, espacio es figura, que el Espíritu ha sido derramado sobre toda carne y que
ilimitado abierto, potencialidad latente que tanto más crece cuanto el paraíso perdido ha sido reencontrado. La corporeidad de la
mayor y más profunda sea su entrega. El dogma de la virginidad mujer que el Génesis denunciaba como causa del pecado original,
de María declara a la mujer para siempre espacio afirmativo poniendo sobre todo el sexo femenino un defecto y fardo difíciles
donde el Espíritu del Altísimo puede posar y hacer su morada. Se de cargar, es rehabilitada por el evangelio y por el magisterio de la
trata, además de eso, de la gloria de Dios omnipotente que se Iglesia. Ese cuerpo animado por el Espíritu divino es proclamado
manifiesta en aquel que es pobre, impotente y despreciado a los bienaventurado. En él, Dios hizo la plenitud de sus maravillas.
ojos del mundo. La virginidad despreciada en Israel es el lugar de Finalmente, es preciso no olvidar que la Inmaculada Concepción
la sbekinab, la morada de la gloria de Yahvé. La preferencia de venerada en los altares es la pobre María de Nazaret, sierva del
Dios por los pobres se vuelve clara y explícita al encarnarse él
mismo en el seno de una virgen. Al igual que su maternidad, la
virginidad de María se inserta en la línea de servicio de los pobres 1. Cf. Puebla 298.
610 611
I. GEBARA Y M. C. LUCCHETTI MARÍA
Señor, mujer del pueblo, insignificante en la estructura social de su ambigüedad y de su pecado, la comunidad de salvación, el pueblo
tiempo. La bienaventurada María lleva sobre sí la confirmación de fiel que es ilamada a ser. La Asunción de María restaura y
las preferencias de Dios por los más humildes, pequeños y reintegra también la corporeidad femenina, humillada por el
oprimidos. El así llamado «privilegio mariano» es, en verdad, el prejuicio patriarcal judeo-cristiano, en el seno del misterio del
«privilegio de los pobres». La gracia de que María está llena es propio Dios. A partir de María, la mujer tiene la dignidad de su
patrimonio de todo el pueblo. María —la tapeinosis de Israel— condición reconocida y asegurada por el creador de esa misma
sobre quien se posa con predilección el mirar del Altísimo, corporeidad. Lo masculino y lo femenino está, en Jesucristo y
constituye más que nunca, para la Iglesia, modelo y estímulo para María respectivamente, resucitado y asunto a los cielos, definitiva-
convertirse, cada vez más, en Iglesia de los pobres. mente participante de la gloria del misterio trinitario. Finalmente,
la Asunción de María está estrechamente vinculada a la resurrec-
ción de Jesús. En ambos acontecimientos de fe, se trata del mismo
4. La Asunción misterio: el del triunfo de la justicia de Dios sobre la injusticia
humana, la victoria de la gracia sobre el pecado. Así como
El más reciente de los dogmas marianos es la Asunción, definida y proclamar la resurrección de Jesús implica continuar anunciando
proclamada solemnemente por Pío XII, el 1 de noviembre de 1950, su pasión que continúa en los crucificados y en aquellos a quienes
con la Constitución Apostólica Munificentissimus Deus. El dogma no se les hace justicia en este mundo, análogamente, creer en la
tiene como base los textos bíblicos, pero leídos ya con los ojos de Asunción de María es proclamar que aquella mujer que dio a luz
la tradición de la Iglesia. El camino andado hasta la proclamación en un establo, entre animales, que tuvo el corazón traspasado por
del dogma es sobre todo un camino de fe, que tiene que forcejear una espada de dolor, que compartió la pobreza, la humillación, la
con elementos oscuros y desafiantes, con datos objetivos escasos y persecución y la muerte violenta de su Hijo, que estuvo a su lado
contradictorios, contando prácticamente sólo con la sensibilidad al pie de la cruz, la madre del condenado, fue exaltada. Así como
de la fe del pueblo y con lo que éste iría diciendo en relación al el Crucificado es el Resucitado, la Dolorosa es la Asunta a los
destino final de su Madre querida. cielos, la Gloriosa. La Asunción es la culminación gloriosa del
El dogma de la Asunción proclama a María asunta a los cielos misterio de las preferencias de Dios por aquello que es pobre,
«en cuerpo y alma». El sujeto de la Asunción es toda la persona de pequeño y desamparado en este mundo para hacer brillar allí su
María, toda entera. María no es un alma envuelta provisionalmen- presencia y su gloria. La misma palabra interpretadora del Padre
te en un cuerpo, sino una persona, un cuerpo animado por el soplo es la que confirma el camino de Jesús en la resurrección y la que
divino, penetrado por la gracia de Dios hasta el último escondrijo. confirma el itinerario de María en la Asunción. Haciéndolo así,
Su corporeidad es plenamente asumida por Dios y llevada hasta la indica a su pueblo el camino a seguir, a ejemplo de María. La
gloria. Su Asunción no es reanimación de un cadáver ni exaltación Iglesia, pueblo de Dios, tiene en la Asunción de María el horizonte
de un alma separada de un cuerpo, sino plena realización, en el de esperanza escatológico que le indica su lugar en medio de los
absoluto de Dios, de toda la mujer María de Nazaret. Ella nos dice pobres, de los marginados, de todos aquellos que son puestos al
algo también sobre el destino final escatológico al que estamos margen de la sociedad.
llamados. No somos un alma prisionera de un cuerpo, y este
cuerpo a su vez no constituye un impedimento para nuestra plena
realización como seres humanos unidos a Dios. Al contrario; en la IV. HISTORIA DE LA DEVOCIÓN A MARÍA EN AMERICA LATINA
resurrección nuestra corporeidad es rescatada y trasfigurada hacia
dentro del absoluto de Dios. Eso que creemos y esperamos ya es En la historia de América latina, la presencia de la devoción y del
plena realidad en María. María, glorificada en los cielos en cuerpo culto a María siempre ha sido una constante. La primera genera-
y alma, es también imagen e inicio de la Iglesia del futuro, signo ción de la Conquista estuvo marcada por mucha violencia religio-
escatalógico de esperanza y de consuelo para el pueblo de Dios que sa, destrucción de la cultura indígena en nombre de la pureza y
camina en dirección a la patria definitiva. Este pueblo, ya redimido verdad del cristianismo. Los conquistadores creían que los dioses
y lleno de esperanza, pero que también se encuentra peregrino, de indígenas eran malos y que ciertamente los conducirían al infierno.
camino en la historia, ve en María la posibilidad concreta de llegar Siendo el cielo más importante que la tierra, todo valía para que
al Día del Señor. Con la Asunción de María, figura y símbolo del no perdiesen la felicidad después de esa vida efímera y pasajera.
nuevo pueblo de Dios, la Iglesia ya es, incluso en medio de su Para los conquistadores, María está siempre de su lado contra los
612 613