Trabajo Carlos Marxs

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Instituto insurgente

El nombre del tema


Rafael Durán Toriche
INTRODUCCIÓN

Karl Marx es una de las figuras filosóficas más importantes del siglo XIX; sus teorías
filosóficas dejaron una profunda huella en la época que le tocó vivir pero su influencia en el
siglo XX fue mucho mayor; de hecho se lo considera como el padre y responsable ideológico
de muchos de los acontecimientos que han protagonizado la Historia de este nuestro siglo XX:
Revolución Rusa de 1917 e instauración de un sistema político basado en algunas de sus ideas,
revoluciones populares de la Cuba de Fidel Castro y de la China de Mao-Tse-Tung, etc. A
pesar de la mala prensa que en la actualidad suele tener su nombre y su filosofía hay que
reconocer que Karl Marx es un filósofo clave de nuestros tiempos con el que hay que contar si
se quiere tener un conocimiento riguroso de la actividad filosófica y política de estos tiempos
presentes.

Aunque Marx no inaugura la que se llama "Filosofía Contemporánea" (cuarta etapa de la


Historia de la Filosofía), hay que decir que con él nosotros entramos en el estudio de las
aportaciones que han tenido lugar durante ella. Se trata de una etapa que abarca los siglos XIX
y XX. En ella tiene lugar el triunfo y consolidación de la Revolución Industrial en todo el
continente europeo y que, como sabes, se inició en Inglaterra a finales del siglo
XVIII. Este triunfo y consolidación de la Revolución Industrial desembocó en una gran
paradoja histórica: por un lado, la industrialización del campo, la generalización del sistema
fabril en la producción, la invención de la máquina de vapor en la navegación y en la industria
textil, y el ferrocarril supusieron un aumento de la riqueza material (mayor producción a un
menor coste laboral); por otro lado, un aumento de la pobreza social de los trabajadores (la
riqueza económica se concentra en la burguesía mientras que el proletariado vive en unas
condiciones de vida y de trabajo deplorables: horario de trabajo de 16 horas, ausencia de
subsidio de desempleo, falta de seguridad social, trabajo de mujeres y niños, etc.).

La filosofía de Marx pretende responder a esta paradoja histórica y de ahí que sea considerada
como una filosofía de protesta pero con un compromiso transformador de la realidad
socioeconómica dominante: no es suficiente con protestar; es preciso cambiar, transformar las
estructuras económicas vigentes para quitarle la injusticia social que encierran. En este sentido,
Marx hace una llamada para que la filosofía tenga una finalidad práctica, una orientación a la
praxis, a la acción transformadora.

El ambiente filosófico en el que se desarrolla la filosofía de Marx está marcado por la


presencia del filósofo alemán Hegel y por quienes se constituyen como sus herederos
defensores ( derecha hegeliana), y como sus críticos (izquierda hegeliana); no obstante,
también conviene hacer alguna referencia a algunos pensadores que poco o nada tienen de
hegelianos pero que también dejan su huella en el ambiente intelectual del siglo XIX: en primer
lugar, los defensores del Liberalismo Económico, y en segundo lugar, los socialistas utópicos y
los anarquistas.
Sin duda alguna, la figura filosófica más importante del primer cuarto del siglo XIX fue G. W.
F. Hegel (1770-1831); en esos años, incluso en años posteriores, casi toda la actividad
filosófica gira en torno a este filósofo, ya sea para defender su sistema filosófico, ya sea para
criticarlo.

El sistema filosófico hegeliano -llamado Idealismo Dialéctico- es muy complejo pero puede
ser resumido diciendo que, para Hegel, la realidad en sus múltiples manifestaciones (políticas,
artísticas, religiosas, filosóficas) está presidida por algo que él llama Razón o Espíritu
Universal; esta Razón o Espíritu Universal no es la razón humana, la razón presente en cada
uno de los hombres; es algo mucho más etéreo y sutil, pero pueden ser comprendidas sus
intenciones en algún momento si el hombre hace uso de su particular y finita razón.

Esta realidad presidida por la Razón Universal (la realidad es, pues, racional; todo lo que
acontece es racional) está en un constante devenir (similitud de Hegel con Heráclito); por eso,
la mejor -y única- manera de comprenderla es acudiendo a la Historia (Historia del Arte, de la
Religión, de la Filosofía, etc.) porque es a través del acontecer histórico como se manifiesta esa
Razón Universal que dirige el Mundo. De alguna manera, la realidad racional es como un río
que fluye de manera permanente y la mejor manera de conocerlo y comprenderlo es
contemplando su curso fluvial, desde su nacimiento en las montañas hasta su desembocadura
en el mar.
Por tanto, la realidad no es inmutabilidad ni permanencia sino historicidad, realidad en
movimiento. Ahora bien, ¿cómo podemos explicar ese movimiento y ese devenir? Según
Hegel, el devenir y el movimiento incesante al que está sometida la realidad en sus múltiples
manifestaciones puede ser entendido como un proceso dialéctico cuya base es la oposición y el
enfrentamiento. Por tanto, el origen del devenir y el movimiento constante de la realidad se
encuentra en el enfrentamiento y la oposición entre contrarios (siguiendo a Heráclito "la guerra
-lucha de contrarios- es la madre de todas las cosas"); la lucha entre contrarios es la base
esencial de la realidad.

Este proceso dialéctico de oposición y enfrentamiento se desarrolla en tres momentos:

 Primer momento, momento de la afirmación: una realidad concreta aparece como


lo que es.

 Segundo momento, momento de la negación o contraposición: es el contrario, la


negación que cualquier realidad conlleva en sí misma (una realidad concreta no consiste sólo
en lo que "es" sino también en lo que "no es"). Las cosas se definen por lo que no son, por su
negatividad.

 Tercer momento, momento de la superación: en esta fase la lucha de contrarios


que toda realidad conlleva se supera, se soluciona con la reconciliación de los dos momentos
anteriores en una realidad más perfecta, superior. Esto no significa que se anulen o destruyan
los momentos anteriores, más bien, quedan asumidos en otro nivel. Este momento, a su vez, se
convertirá en otro primer momento que tendrá un nuevo contrario, iniciándose de nuevo el proceso
dialéctico, y así sucesivamente.

Hay cierta costumbre en denominar a estos tres momentos tesis, antítesis y síntesis
respectivamente, pero estos términos no son propiamente Hegelianos aunque pueden venir bien
para entendernos.

Veamos un ejemplo de cómo es el transcurrir dialéctico:

El devenir, la evolución en la explicación del conocer humano en la Filosofía Moderna: el


momento de la Tesis lo representa el Racionalismo; el momento de la antítesis lo representa el
Empirismo; el momento de la superación o reconciliación lo representa Kant con su famosas
síntesis (aceptación de algunas cosas del racionalismo y del empirismo y rechazo de otras); la
explicación kantiana del conocimiento se nos aparece como una explicación mejor, superior
que las dos anteriores.

A la muerte de Hegel en 1831 sus discípulos se agruparon en dos bandos que fueron
designados como el bando de la derecha hegeliana y el bando de la izquierda hegeliana. La
derecha hegeliana representa la continuación, casi sin variaciones, del idealismo dialéctico
hegeliano. La izquierda hegeliana, representada entre otros por Strauss, L. Feuerbach, Bauer,
M. Stirner e incluso el propio K. Marx , es una reforma radical del hegelianismo a la vez que
una crítica de sus afirmaciones fundamentales.

De la izquierda hegeliana nos interesa destacar a Ludwing Feuerbach (1804-1872), autor de


obras como La esencia del Cristianismo, Tesis provisionales para la reforma de la filosofía,
Principios de la filosofía del futuro, y La esencia de la religión.

De L. Feuerbach interesa destacar dos cosas:

 El materialismo: a diferencia de su maestro Hegel, Feuerbach reconoce que el hombre es


antes que nada un ser material; para Hegel, el hombre ante todo se caracteriza por ser un ser
espiritual, esto es, un ser pensante, un ser con razón capaz de entender el devenir de la Razón o
Espíritu Universal porque en la razón humana, de alguna manera, se hace presente; para
Feuerbach -y como veremos también para Marx- el hombre es antes que cualquier otra cosa un
ser material, una cosa de la Naturaleza al igual que otras: animales, plantas, aunque de una
índole especial. En definitiva, antes que razón o pensamiento el hombre es materia.

 La crítica de la religión: según Feuerbach, el hombre es quien ha inventado a los dioses;


Dios -o los dioses- son una creación humana. ¿Por qué tiene lugar esta creación divina? Esta
creación de Dios por parte del hombre se explica, según Feuerbach, teniendo en cuenta el
fenómeno de la alienación religiosa: el hombre proyecta fuera de sí todas sus potencialidades y
sus anhelos (esencia humana) y los coloca en un ser al cual llama Dios. Dicho de otra manera,
no ha sido Dios quien ha creado al hombre a su imagen y semejanza sino que ha sido el hombre
quien ha creado a Dios a su imagen y semejanza pues lo que es Dios (sus propiedades y sus
perfecciones) es lo que el hombre quería ser; es el propio hombre pero divinizado y convertido
en un Ser Extraño, Sobrenatural y Sobrehumano al que hay que respetar.

Lo que hay que hacer según Feuerbach es suprimir esa alienación religiosa y esto es posible si
el hombre se impone como tarea intentar desarrollar aquí abajo, en la tierra todas las
propiedades que ha atribuido a Dios: justicia, perfección, omnisciencia, etc.

Además de a Hegel y a Feuerbach, conviene hacer referencia, en primer lugar, a una serie de
pensadores representantes de lo que se ha llamado Liberalismo Económico. Entre estos
pensadores destacan dos: Adam Smith (1723-1790), amigo de Hume, autor de una obra ya
clásica dentro del pensamiento económico, La riqueza de las naciones; y David Ricardo (1722-
1823), autor de Principios de Economía Política. Ambos autores, no sólo hacen los primeros
análisis teóricos de la moderna sociedad industrial basada en el sistema económico capitalista,
sino que lo defienden considerándolo como el mejor de los sistemas económicos posibles.
Marx se enfrentará a ambos autores; para él -para Marx- el capitalismo ni mucho menos es el
mejor de los sistemas económicos -él los llama modos de producción-, y de ahí que apueste por
su desaparición y su sustitución por un sistema económico comunista.

En segundo lugar, conviene hacer referencia a los pensadores sociales encuadrados dentro de lo
que se conoce como el Socialismo Utópico y el Anarquismo.

 Los socialistas utópicos ( Saint-Simon (1760-1825), Robert Owen (1722-1858), Charles


Fourier (1772-1837) hacen una dura crítica de la moderna sociedad industrial; en concreto,
critican la injusticia de un sistema económico capitalista salvaje que a costa de la riqueza y
bienestar de unos pocos supone la pobreza de los muchos. De lo que se trata es de acabar
progresivamente con esa sociedad industrial capitalista para instaurar un modelo de sociedad
que haga compatibles los logros y avances de la ciencia y de la técnica (progreso científico-
tecnológico) con el progreso moral de los hombres para alcanzar la justicia y la igualdad entre
los hombres. Como medios para alcanzar estos propósitos los socialistas utópicos proponen la
educación de los hombres: educando a los hombres -en especial a los burgueses y a los
empresarios- en una mentalidad que potencie los valores de la solidaridad y la igualdad, ellos
mismos se darán cuenta de lo ventajoso que puede resultar un modelo de sociedad basado en
los valores del socialismo.

 Los anarquistas (con Proudhon (1809-1865) y M. Bakunin (1814-1876) como


representantes más conocidos) son, al igual que los socialistas utópicos, unos feroces críticos
del sistema económico capitalista y de las estructuras estatales y gubernativas; proponen como
solución el rechazo de la propiedad privada y, como alternativa, la colectivización de los
medios de producción (fábricas, tierras, etc.); el rechazo de las estructuras políticas vigentes
(partidos políticos, parlamento, etc.), y la defensa de un modelo autogestionario de vida en
sociedad en la cual son los individuos mismos quienes, a través de la participación directa,
deciden las leyes y normas por las cuales se van a regir.
VIDA Y OBRAS DE KARL MARX.

Karl Marx nació en Tréveris (Alemania) en 1818. Estudió la carrera de Derecho pero
su gran pasión fue la Historia y la Filosofía (precisamente su tesis doctoral versó sobre los
atomistas). Finalizados sus estudios universitarios empezó a trabajar en el año 1842 como
redactor del periódico La Gaceta del Rhin; en este diario escribió artículos en los cuales hacía
una denuncia de la situación social y laboral de los trabajadores asalariados. Esta denuncia
motivó el que el periódico fuese cerrado por las autoridades gubernativas. En 1843 se marcha a
París y entra en contacto con corrientes de pensamiento socialistas y comunistas; conoce a
Proudhon, a Bakunin...y a quien sería su gran amigo y colaborador Federico Engels (1820-
1895).Después de ser expulsado en repetidas ocasiones (de París, de Bruselas) y de pasar por
una calamitosa situación económica se traslada en 1850 a Londres donde se establece de
manera definitiva. Murió en esta ciudad en el año 1883.

Entre sus obras destacamos las siguientes:

 Crítica de la Filosofía del Estado de Hegel, publicada en 1843; su primera obra.


 Contribución a la Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel, publicada en 1844, y de la cual
habla Marx en el texto objeto del comentario.
 Manuscritos Made Economía y Filosofía, escrita en 1844 pero publicada después de su
muerte.
 La Sagrada Familia, publicada en 1845.
 La Ideología Alemana, publicada en 1846.
 Contribución a la Crítica de la Economía Política, publicada en 1859, y cuyo prólogo es el
texto incluido en nuestro libro de textos. En este prólogo aparece formulado el llamado
materialismo histórico o concepción materialista de la historia.
 El Capital, su obra más conocida. El primer tomo de esta magna obra fue escrito por Marx y se
publicó en 1867; el segundo tomo apareció en 1884; el tercer tomo fue publicado en 1894;
Marx murió dejando incompleto el segundo tomo; fue F. Engels quien lo completó y, además,
el autor y responsable del tercer tomo.
EL MATERIALISMO HISTÓRICO DE KARL MARX..

Normalmente se utiliza la expresión "materialismo histórico" para hacer referencia a la


filosofía de Marx. El Materialismo histórico encuentra su primera formulación en la obra
titulada La Sagrada Familia (1845); una exposición más amplia aparece en Miseria de la
filosofía (1847) y en El Manifiesto Comunista (1848); de forma resumida aparece en el prólogo
de la obra Contribución a la crítica de la economía política (1859.

¿Qué es el Materialismo histórico? Es una interpretación o concepción de la Historia,


del devenir o acontecer histórico en clave económica. Es claramente una interpretación de la
Historia muy distinta de las interpretaciónes religiosa o teológica que hace San Agustín en el
siglo V en su obra La Ciudad de Dios y De Maistre y Bonald en el siglo XIX y según la cual
es Dios quien dirige a la Historia; de alguna manera, los hombres no son más que marionetas
movidas por los hilos de Dios; es Dios quien dirige la Historia hacia la meta que el propio Dios
se ha marcado. También es muy distinta de la interpretación idealista o racional de la Historia
defendida entre otros por Hegel según la cual el acontecer histórico está determinado por la
evolución de los pensamientos y las ideas de los hombres, y que, a su vez, están determinadas
por un Espíritu o Razón Universal.

EL CONCEPTO DE HOMBRE: EL HOMBRE COMO SER TRANSFORMADOR DE LA


NATURALEZA.

Para entender correctamente qué es el materialismo histórico en cuanto interpretación


económica de la Historia es preciso hablar de la antropología marxista, esto es, del concepto de
Hombre que tiene Marx.

Para Marx, el hombre es ante todo un ser que tiene una serie de necesidades materiales
al igual que otros seres como los animales. El hombre satisface esas necesidades transformando
la Naturaleza a través de su trabajo. Al hacer esto el hombre lo que hace es humanizar la
naturaleza. Muchos animales también transforman a través de su actividad la naturaleza para
conseguir de ésta los medios para satisfacer sus necesidades (valga como ejemplo la abeja que
liba el polen para elaborar la miel con la cual se alimenta), pero existe una diferencia clara (un
abismo) entre el hombre y el animal: el animal no es consciente de su actividad transformadora;
el hombre, en cambio, al ser consciente de su actividad, puede dirigirla a su voluntad. Por tanto,
se puede decir que, más que por el pensamiento o la posesión de ideas religiosas, lo que
distingue al hombre del animal en su relación con la Naturaleza es el trabajo, la acción
transformadora de la realidad para producir los medios que le sirvan para satisfacer sus
necesidades materiales.

Además de esto conviene señalar que esta actividad transformadora de la Naturaleza no


la realiza el hombre en solitario sino junto a otros hombres; de alguna manera, para Marx en
el trabajo se unen los hombres; es en sociedad como los hombres realizan su actividad
transformadora. A todo esto es a lo que Marx llama producción social de la vida: el hombre se
relaciona con otros hombres para producir (de ahí que se hable de producción social) aquellos
medios que permiten satisfacer sus necesidades materiales (comida, vivienda, vestido, etc.).

Lo que permite explicar el devenir de la Historia de la Humanidad es la evolución de


la manera como los hombres en sociedad van produciendo los medios para satisfacer sus
necesidades materiales; si en la Historia hay etapas, fases o periodos es porque hay cambios en
las maneras de conseguir los medios de subsistencia, y no tanto porque haya un cambio de
costumbres o de ideas. Precisamente por esto se dice que en Marx encontramos una
interpretación económica de la Historia: los cambios profundos en la Historia no tienen su raíz
en cambios ideológicos o políticos sino en cambios económicos, en cambios en la manera
como los hombres producen los medios que le permiten seguir sobreviviendo.

EL CONCEPTO DE MODO DE PRODUCCIÓN: FUERZAS PRODUCTIVAS Y


RELACIONES SOCIALES DE PRODUCCIÓN.

El concepto de modo de producción es uno de los conceptos fundamentales del


materialismo histórico. Modo de producción puede ser definido como la forma o manera cómo
los hombres de una determinada época histórica producen socialmente los medios de
subsistencia. Es, además, lo que define y caracteriza esencialmente a cada época histórica
(Marx también utiliza la palabra "sociedad" para referirse a cada época histórica) y lo que
permite explicar el cambio o devenir histórico. En efecto, si Marx habla de cinco etapas
históricas es porque según él hay cinco modos de producción y si se ha producido un paso o
cambio de una época a otra es porque ha tenido lugar un cambio radical en el modo de
producción. Además, puesto que el modo de producción es esencial de cada etapa Marx lo
llama también "infraestructura" o estructura económica de la sociedad.

Un modo de producción se compone de dos elementos o partes:

 Las fuerzas productivas.


 Las relaciones sociales de producción.
Las fuerzas productivas, calificadas por Marx como "los huesos y los músculos de la
producción", son el elemento material y el elemento humano que intervienen en la producción
de algo. El elemento material son los medios de producción: las materias primas, las
herramientas y las técnicas utilizadas en el proceso de producción, el capital o dinero invertido;
el elemento humano es la fuerza de trabajo, es decir, la energía humana invertida o empleada
en el proceso de producción.

Las relaciones sociales de producción son las relaciones económicas que se establecen
entre los hombres según la posición que ocupan en el proceso de producción, tanto en lo
referido a la posesión de las fuerzas productivas como en lo referente al reparto de la
producción; son, básicamente, las relaciones que se dan entre quienes detentan la posesión de
los medios de producción y entre quienes solamente poseen la fuerza de trabajo. Según la
posición que el hombre ocupe en el proceso de producción pertenecerá a una clase social o a
otra (clase social puede ser definida como el grupo de individuos que desarrollan un mismo
papel o función u ocupan una misma posición en el proceso de producción). Hay, básicamente,
dos clases sociales: la clase social dominante, que es la clase que posee los medios de
producción) y la clase social dominada (que solamente dispone de su fuerza de trabajo). Las
relaciones sociales de producción son las relaciones entre ambas clases y conviene señalar que
no son relaciones armónicas sino más bien conflictivas pues se trata de clases antagónicas; es a
esto a lo que Marx llama lucha de clases.

Puesto que el devenir de la Historia se explica, según Marx, por un cambio en el modo
de producción, cabe hacer la siguiente pregunta: ¿por qué "entra en crisis" y cambia un
determinado modo de producción? La respuesta de Marx es clara: un determinado modo de
producción "se rompe" cuando se produce un desajuste entre sus dos elementos componentes,
es decir, entre las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción. El modo de
producción sobrevive, según Marx, cuando hay una armonía entre sus dos elementos
componentes, pero esa armonía se rompe (y entonces se produce el desajuste) cuando se
produce un desarrollo de las fuerzas productivas debido al progreso tecnológico y científico.
Cuando se produce ese desajuste se hace mucho más latente la lucha de clases produciéndose,
de esta manera, una revolución social que hace desaparecer el modo de producción existente y
ya caduco para sustituirlo por otro modo de producción más acorde con ese desarrollo de las
fuerzas productivas.

Por decirlo de otra manera, las transformaciones en las fuerzas productivas exigen
también transformaciones en las relaciones sociales de producción, en la organización social
del trabajo; tarde o temprano, las relaciones sociales de producción tienen que adaptarse al
estado de desarrollo de las fuerzas productivas. Si no ocurre así, el proceso de producción se ve
obstaculizado desembocando en una crisis que conlleva una revolución cuyo resultado final es
la formación de un nuevo modo de producción en el cual sí tiene lugar esa adaptación de las
relaciones sociales de producción al desarrollo de las fuerzas productivas.

Así es como explica Marx el paso de una época histórica a otra. A juicio de Marx, la
Historia de la Humanidad puede dividirse en cuatro épocas o sociedades. De estas épocas o
sociedades habla en la página 121 del libro verde .

Estas épocas o sociedades son las siguientes:

1. Epoca o sociedad primitiva o asiática: su característica fundamental es la propiedad colectiva


de los medios de producción y de los bienes producidos.

2. Epoca o sociedad antigua o esclavista: su característica fundamental es la división en clases


sociales: los hombres libres y los esclavos.

3. Epoca o sociedad feudal: distinción entre dos clases sociales: señores feudales y siervos.

4. Epoca o sociedad burguesa o capitalista: distinción entre burguesía y proletariado; la burguesía


posee los medios de producción; el proletariado, solamente su fuerza de trabajo; las ganancias -
en forma de plusvalía- van a parar a manos del burgués.

5. Después de la época capitalista vendrá la quinta -y última- etapa o sociedad: la época o


sociedad comunista, caracterizada por la posesión colectiva de los medios de producción; se
trata, además, de una sociedad sin clases (ya no hay ni clase dominante ni clase dominada).
Con la llegada de la sociedad comunista acaba la prehistoria de la Humanidad y comienza la
verdadera y auténtica Historia del Hombre.

INFRAESTRUCTURA Y SUPERESTRUCTURA: RELACIONES.

Recordemos que al modo de producción Marx también lo llama infraestructura o estructura


económica de la sociedad; es la base real y esencial de una época histórica. Como tal, el
estudio de una determinada época exige que a ella le prestemos especial atención pues es la
infraestructura la que determina las restantes manifestaciones de la vida social: creencias
religiosas, costumbres, leyes, costumbres.

La infraestructura condiciona lo que Marx llama superestructura, compuesta por:

 La estructura jurídico-política .
 La estructura ideológica o formas de conciencia social.

La estructura jurídico-política se refiere a las leyes y las instituciones estatales. Pero,


¿en qué sentido se puede decir que está condicionada por la infraestructura o modo de
producción? En el sentido de que las instituciones estatales y las leyes van a estar de alguna
manera puestas al servicio de quien domina en el modo de producción, esto es, al servicio de
la clase dominante. Así, por ejemplo, en la época feudal las leyes y las instituciones estatales
están hechas y organizadas de tal modo que benefician a la clase dominante de los señores en
contra de los intereses de la clase dominada, los siervos; lo mismo ocurre también con la
burguesía y el proletariado. En definitiva, el poder político y el poder legislativo está
condicionado por quien tiene el poder económico, es decir, la clase dominante.

La estructura ideológica o formas de conciencia social se refiere a las ideas, creencias,


valores y costumbres de una época histórica determinada. Estas ideas y valores no son las
mismas en todos los hombres; son diferentes y varían de unos hombres a otros dependiendo de
si pertenecen a la clase dominante o a la clase dominada; cada clase social tiene sus propios
valores, sus propias ideas y sus propias creencias; o lo que es lo mismo cada hombre ve el
mundo de una manera dependiendo de su lugar o posición en el proceso de producción. Y de la
misma manera que en las leyes y las instituciones estatales destaca la presencia de la clase
dominante, en lo referente a lo ideológico ocurre algo muy parecido: las ideas y creencias
dominantes en una época dada son las ideas y creencias de la clase dominante.
Resumiendo, cualquier época o sociedad histórica tiene dos elementos: la
infraestructura o modo de producción, y la superestructura (con sus dos elementos
componentes). La infraestructura es el elemento esencial pues condiciona al otro elemento, es
decir, a la superestructura.

A ALIENACIÓN: FORMAS DE ALIENACIÓN.

El concepto de alienación fue utilizado por L. Feuerbach para hacer referencia al hecho
de que los hombres consideren a Dios como un ser ajeno a ellos mismos al que hay que adorar
y respetar y ante el que hay que arrodillarse y no como una creación suya, una imagen de la
propia esencia humana pero situada en un plano divino y sobrenatural. La religión, por tanto, es
la esfera en la cual, según Feuerbach, transcurre este fenómeno de la alienación.

El concepto de Alienación que tiene Marx es mucho más completo. Para Marx, la
alienación se da en todas aquellas actividades humanas en las cuales lo hecho por el hombre,
lo producido por el hombre aparece como algo extraño y ajeno que lo domina. El fenómeno de
la alienación se da en cuatro esferas: la esfera económica, la esfera social, la esfera política, y,
por supuesto, la esfera religiosa. De todas estas cuatro formas de alienación, la primera, la
alienación económica, es la fundamental; de hecho, es la alienación económica la que origina y
promueve las otras formas de alienación.

La alienación económica es ante todo alienación en el trabajo. Para Marx, como ya


hemos dicho, el hombre es un ser activo-práctico que a través de su trabajo va transformando
la Naturaleza para conseguir de ella aquello que le permita satisfacer sus necesidades
materiales. La actividad del trabajo forma, por tanto, parte de la esencia humana (el hombre
es, antes que nada, un ser trabajador -?-). Ahora bien, en el proceso de producción, el hombre
se siente extraño ante su propia actividad -y por eso no se siente a gusto trabajando- pues el
producto de su trabajo no pasa a sus manos sino a las manos de otro. En efecto, sobre todo en el
modo de producción capitalista, aunque también está presente en los anteriores modos de
producción, el trabajador solamente se apropia del producto de su actividad en una mínima
parte y en forma de salario; el resto del producto del trabajo -la mayor parte- genera unas
ganancias o plusvalía que cae en manos del propietario de los medios del trabajo. Dicho de otra
manera, hay alienación en el trabajo porque una mínima parte del producto del trabajo cae en
manos de quien posee sólo la fuerza de trabajo, mientras que la mayor parte del producto cae
en manos de quienes poseen los medios de producción.

En definitiva, el hombre se siente a disgusto trabajando y considera el trabajo como una


actividad extraña y ajena a él porque hay una mal reparto del producto del trabajo.

La alienación social consiste en el hecho de que el hombre ve la esencia humana, la


humanidad, el ser hombre como algo ajeno al hombre mismo. Antes que hombre, un individuo
cualquiera se ve como miembro de una determinada clase social; así, antes que hombre el
trabajador de una fábrica se ve como proletario; lo mismo le ocurre al burgués. Además, el
verse como perteneciente a una determinada clase social que está en antagonismo con la otra
clase social hace que el hombre vea al otro hombre como un enemigo y no como un miembro
de la raza humana.

La alienación política consiste en el hecho de que los hombres, sobre todo los
trabajadores- ven las instituciones estatales y políticas (partidos políticos, parlamentos, etc.)
como una realidad ajena y extraña que representa los intereses de quien ejerce la dominación
en el terreno económico: la clase social dominante. Políticamente domina quien domina
económicamente: la clase social dominante.

La alienación religiosa es similar a la alienación de la que habla Feuerbach: los


hombres hemos creado a los dioses, a todo lo que representa el mundo de la religión. Según
Marx, la miseria económica que padecen los miembros de la clase social dominada y oprimida
hace que se engañen a sí mismos e inventen un mundo imaginario o sueño dorado que es el
mundo que nos ofrece la religión. Como dice Marx, el hombre oprimido económicamente
suspira por una ilusoria felicidad celeste que adormezca sus desgracias y pesares presentes. En
este sentido, “la religión es el opio del pueblo” ya que es como una droga que sirve de
consuelo a aquellas personas que sufren la miseria económica.
LA TRANSICIÓN DE LA SOCIEDAD CAPITALISTA A LA SOCIEDAD COMUNISTA.

El centro de todos los análisis sociales, políticos y económicos que hizo Marx fue la
sociedad o época histórica que le tocó vivir. A esta sociedad o época histórica la llamó sociedad
burguesa y, al igual que cualquier otra sociedad o época histórica, se define por un modo de
producción. El modo de producción específico de la sociedad burguesa es el modo de
producción capitalista y se caracteriza por lo siguiente:

 con relación a las fuerzas productivas, los medios de producción son propiedad privada de la
burguesía que es la clase social dominante; la fuerza de trabajo se caracteriza por ser un trabajo
asalariado (el proletariado, que es la clase social dominada u oprimida, vende su fuerza de
trabajo a cambio de un salario o sueldo con el cual adquiere los productos para satisfacer sus
necesidades básicas); ahora bien, se trata de una fuerza de trabajo sujeta a la ley de la oferta y
la demanda (el trabajo vale dependiendo de las fluctuaciones del mercado del trabajo:
abundancia de mano de obra hace que la fuerza de trabajo tenga poco valor). El resultado del
proceso de producción es el producto manufacturado, el cual pasa a ser propiedad en su mayor
parte del burgués en forma de plusvalía.

 Con relación a las relaciones sociales de producción debemos decir que son conflictivas y
tienen lugar entre las dos clases sociales que intervienen en el proceso de producción: la
burguesía y el proletariado. Ahora bien, según Marx llegará un momento -próximo según él- en
el cual esas relaciones sociales conflictivas desemboquen en una revolución social cuya
finalidad es la destrucción del modo de producción capitalista. Inmediatamente después de la
revolución social protagonizada por el proletariado como clase social oprimida se establecerá,
antes de llegar a la auténtica sociedad comunista, una etapa histórica de carácter provisional y
transitorio que él llama Dictadura del proletariado en la cual el proletariado se constituye en
clase social dominante y controla todo el poder político. La dictadura del proletariado tiene como
finalidad preparar la llegada de la auténtica sociedad comunista la cual se caracteriza por un nuevo
modo de producción en el que desaparece la propiedad privada de los medios de producción y se
instala su propiedad colectiva, y en el que quedan abolidas las clases sociales (es una sociedad sin
clases). Con la llegada de la auténtica sociedad comunista comienza la verdadera historia de la
Humanidad; todo lo que ha acontecido anteriormente (las otras cuatro etapas) no es más que
prehistoria.

Contexto histórico y filosófico de Karl Marx: la historia y la filosofía del siglo


XIX.-
La filosofía de Karl Marx puede ser considerada como una filosofía de protesta ante un
contexto histórico que, desde el punto de vista socioeconómico, es injusto, y como una filosofía
de reacción al ambiente intelectual y filosófico del siglo XIX dominado por el sistema
filosófico hegeliano y sus derivados. De hecho, sólo es posible una comprensión de los
propósitos filosóficos de Marx si se tienen en cuenta ese contexto y ese ambiente. Y esto es lo
que vamos a hacer en este capítulo del tema.

El contexto histórico en el que se desenvuelve la filosofía marxista se caracteriza, desde


el punto de vista político, por el auge de determinados movimientos revolucionarios que van a
ir minando y acabando con las viejas y obsoletas estructuras políticas del Antiguo Régimen y
que colocan en su lugar modelos políticos democráticos. Todo ello debido, en gran parte, a la
importancia social y política de la burguesía como clase social (Revoluciones de 1830 y 1848).
Esto es importante para comprender la filosofía de Marx porque ésta constituye una llamada al
pueblo para el ejercicio del poder y para acabar definitivamente con las estructuras sociales y
políticas del pasado.
Desde el punto de vista socioeconómico, el contexto histórico en el que vive Marx está
marcado por modo de producción se compone de dos elementos: las fuerzas productivas y las
relaciones sociales de producción (conceptos subrayados).

Marx ha clasificado las sociedades a partir de los distintos modos de producción. Nunca
establecieron una clasificación definitiva, y a lo largo de todas sus obras encontramos distintas
propuestas. La más conocida es las siguientes:

1) Comunidad tribal: es el modo de producción más antiguo. Se formó por la reunión de varias
familias. Primero fue nómada y después agrícola. Con escasa división del trabajo y poca
productividad, estas sociedades practicaron un comunismo primitivo y en ellas no encontramos
clases sociales.

2) Sociedad asiática: continuación de la anterior. Sociedad rural en la que no existe aún la


propiedad privada. La propiedad está en manos del déspota o del consejo formado por los jefes
de familia, que controlan la propiedad con vistas al interés común.

3) La ciudad antigua: la organización social de la antigua Grecia y de Roma son ejemplos de


esta sociedad. Se forma por la agrupación de varias tribus. El poder está en la ciudad, no en el
campo. En su origen la organización social es militar y la propiedad de la tierra se obtiene con
la guerra. Junto con las tierras propiedad del Estado aparece la propiedad privada. El Estado es
expresión de los hombres libres o ciudadanos. Las clases sociales fundamentales son la de los
ciudadanos y la de los esclavos.

4) Sociedad feudal: de origen rural, aunque pronto se hace también urbana. La tierra está en
manos de grandes propietarios y la trabajan los siervos. En ella encontramos división del
trabajo, clases sociales y jerarquía social. En la ciudad también existe división y jerarquía
social: los artesanos deben pertenecer a corporaciones, y dentro de ellas la jerarquía básica es:
artesanos, oficiales y aprendices.

5) Sociedad capitalista burguesa: aparece como consecuencia del desarrollo del comercio y de
la industria. Existe un gran desarrollo técnico y una fuerte división del trabajo, lo que da lugar a
clases sociales muy diferenciadas. La clase dominante es la burguesía de origen urbano. La
concentración de trabajadores con vistas a la mayor productividad da lugar a la aparición del
proletariado. Fases:

Capitalismo comercial: con la ampliación de los mercados y el descubrimiento de nuevos


productos y materias primas aparece y se desarrolla la clase burguesa;

Capitalismo manufacturero e industrial: la producción se hace masiva gracias a la aparición de


las fábricas, la especialización en la actividad productiva y la concentración de los trabajadores
en las ciudades. La sociedad pasa de ser rural a urbana. Aparece la clase obrera o proletariado;

Capitalismo financiero y colonialista: ni Marx ni Engels conocieron esta fase; la estudió Lenin.
Según el modo de producción y las relaciones sociales que de él se derivan, así será la
estructura social. Cuando en una sociedad no todos sus miembros trabajen, es decir, no todos
participen en la producción, esta sociedad será clasista, estará divida en clases sociales, una de
las cuales será explotadora y otra, la compuesta por los trabajadores, explotada. Así, en la
Antigüedad había amos y esclavos; en la Edad Media había señores y siervos, y en la Edad
Moderna capitalistas y proletarios.

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