20 Modelo de Medida Cautelar de Amparo

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EXPEDIENTE : (*)

ESPECIALISTA : (*)
ESCRITO : 01
SUMILLA : MEDIDA CAUTELAR

SEÑOR JUEZ DEL DÉCIMO PRIMER JUZGADO CONSTITUCIONAL CON SUB-


ESPECIALIDAD EN TEMAS TRIBUTARIOS

(*). (en adelante la compañía), con Registro Único de


Contribuyente (R.U.C.) (*), debidamente representada
por el titular gerente (*) identificado con DNI N° (*),
según poder que se adjunta, con domicilio real en (*),
señalando domicilio procesal en la (*) con el debido
respeto nos presentamos y decimos:

I. REQUISITOS DE ADMISIBILIDAD

Legitimación pasiva:
En vía de PROCESO CAUTELAR solicito se dicte MEDIDA CAUTELAR
INNOVATIVA contra la Superintendencia Nacional de Aduanas y de
Administración Tributaria-SUNAT, entidad que deberá ser notificada por
intermedio de la Intendencia Regional Lima.

Legitimación activa:
(*) que suscribe este pedido ve vulnerado su derecho constitucional al Debido
Proceso y a la Razonabilidad pues se nos está cobrando coactivamente una
deuda tributaria, bajo apercibimiento de REMATAR un inmueble embargado.

II. PETITORIO:

1
Recurrimos a su despacho a fin de interponer MEDIDA CAUTETAL DENTRO
DEL PROCESO CONSTITUCIONAL DE AMPARO, contra la Superintendencia
Nacional de Administración Tributaria-SUNAT; por convenir a nuestro derecho, de
conformidad con lo dispuesto en los artículos 18° y 19° del Código Procesal
Constitucional (Ley Nº 31307) y los artículos aplicables del Código Procesal Civil;
respetuosamente SOLICITAMOS al Juzgado se sirva disponer lo siguiente:

PETITORIO CAUTELAR PRINCIPAL.- Se disponga que la SUNAT SUSPENDA,


bajo responsabilidad civil y penal, el procedimiento de cobranza coactiva
incluyendo la orden de tasación y/o remate iniciados mediante Expediente
Coactivo N° (*) y acumulados, y de la Resolucion Coactiva N° (*) que designa a los
peritos tasadores encargados de la valorización del inmueble de propiedad del
demandante.

a) Derechos Constitucionales Vulnerados: Tal como se señaló en nuestra


demanda de Amparo: el derecho al debido procedimiento; el derecho de
defensa; el derecho a la propiedad; el principio de legalidad; y el principio de
proscripción a la arbitrariedad.

Sobre la solicitud de medida cautelar

El artículo 18° del Nuevo Código Procesal Constitucional, aprobado por Ley Nº
31307, dispone que se pueden conceder medidas cautelares y de suspensión del
acto violatorio en los procesos de amparo, habeas data y de cumplimiento, sin
transgredir lo establecido en el primer párrafo del artículo 17 de este código.

Asimismo, indica que la medida cautelar solo debe limitarse a garantizar el


contenido de la pretensión constitucional, teniendo en cuenta su irreversibilidad,
el orden público y el perjuicio que se pueda ocasionar.

2
A su vez, el artículo 19° del mismo código adjetivo constitucional señala que el
juez para conceder la medida cautelar deberá observar que el pedido sea
adecuado o razonable, que tenga apariencia de derecho y que exista certeza
razonable de que la demora en su expedición pueda constituir un daño irreparable.
Precisa además que, en todo lo no previsto expresamente en el referido código, es
de aplicación supletoria lo dispuesto en el Título IV de la Sección Quinta del
Código Procesal Civil, con excepción de los artículos 618, 621, 630, 636 y 642 al
672.

En ese contexto, el artículo 612 del Código Procesal Civil, sobre las características
de la medida cautelar establece: “toda medida cautelar importa un prejuzgamiento
y es provisoria, instrumental y variable.” Precisamos que la adopción de una
medida cautelar depende, por lo general, de la presencia de unos presupuestos en
el momento de la toma de decisión tales como los ya expuestos peligro en la
demora y apariencia de buen derecho, los mismos que pueden variar en el tiempo.

Al respecto, la doctrina ha señalado que la naturaleza contingente de los mismos


puede dar lugar a que, no obstante faltar o concurrir en un momento procesal
determinado, posteriormente aparezcan, desaparezcan, aumenten o disminuyan
su intensidad, ello conlleva consecuentemente, a la posibilidad de revocar la
medida cautelar otorgada, conceder la previamente denegada, o aumentar o
disminuir su inicial ámbito mientras dura el proceso principal. Puesto que la
función de estas medidas exige una aptitud de continua adaptación a aquello que
se trata de asegurar y a las situaciones de peligro.

Asimismo, el último párrafo del Artículo 608 del Código Procesal Civil, hace
referencia a la finalidad de garantizar el cumplimiento de la decisión definitiva que
tienen las medidas cautelares.

Es así que para cumplir con dicha finalidad argumentamos que una decisión ya
adoptada dentro de una solicitud de medida cautelar puede quedar sin eficacia,
3
por factores exógenos, que dependen algunas veces de la voluntad del solicitante
de la medida, o de actuaciones posteriores a la solicitud de la medida cautelar
tanto del propio solicitante como de la autoridad administrativa incursa en el
proceso, en otras palabras hechos externos a la propia resolución. Lo que acarrea
que se deba admitir la reproducción de la petición en cualquier momento u
oportunidad.

Por lo que considerando que en el transcurso del tiempo se suscitaron hechos o


circunstancias, tales como las notificaciones de las Resoluciones Coactivas que
designa a los peritos tasadores para el inminente remate de mi inmueble
ubicado en el terreno rustico parte del predio denominado buena vista, distrito de
Pachacamac - Lima inscrito en la partida electrónica Nº (*) del Registro de
Propiedad Inmueble de la Zona Registral Nº IX Sede - Lima, y teniendo en
consideración tanto la característica de variabilidad de las medidas cautelares y su
finalidad de garantizar el cumplimiento de la decisión definitiva, se deberá
conceder nuestra solicitud de medida cautelar.

III. ANTECEDENTES

La Administración Tributaria con fecha 28 de junio de 2018 notificó la Resolución


de Intendencia Nº (*) que resuelve declarar infundado el recurso de reclamación
interpuesto mediante el Expediente Nº (*) de fecha 4 de enero de 2018.

Con fecha 24 de julio de 2018, contra la Resolución de Intendencia Nº (*) –la cual
nos fue notificada en forma irregular-, se interpuso recurso de apelación con
Expediente Nº (*). El 03 de agosto se toma conocimiento del Requerimiento de
Admisibilidad N° (*) donde se me exige, entre otro, copia simple del comprobante
de pago de la totalidad de la deuda tributaria apelada extemporáneamente o carta
fianza bancaria o financiera por el monto de la deuda actualizada hasta por doce
(12) meses posteriores a la fecha de la interposición de la apelación contenida en
la Resolución de Determinación N° (*).
4
El 7 de setiembre del año en curso SUNAT emite la Resolución de Intendencia Nº
(*)/SUNAT el cual declara inadmisible la apelación interpuesta.

Cabe indicar que la notificación de la Resolución de Intendencia Nº (*)/SUNAT


tiene graves irregularidades, las cuales desarrollaremos en los fundamentos de
derecho.

Al considerar la SUNAT como extemporáneo nuestro recurso de apelación inició el


procedimiento de cobranza coactiva, por lo que emitió la Resolución de Ejecución
Coactiva N° (*) por el periodo 2014-13 por un monto de S/ 365,576.00 soles, que a
la fecha se viene ejecutando incluso con amenaza de remate de inmueble al
notificar la Resolución Coactiva Nº (*) que designa a los peritos tasadores para el
inminente remate.

IV. FUNDAMENTOS DE DERECHO:

Un Proceso de Amparo tiene naturaleza excepcional y urgente pues las


vulneraciones de los derechos constitucionales no pueden esperar como en
nuestro caso. En situaciones de urgencia es particularmente urgente obtener una
medida cautelar que anticipe los efectos de la sentencia del proceso de amparo
que venimos llevando. En nuestro caso el juez se percatará que hay un derecho
vulnerado (con todos los medios probatorios adjuntados), asimismo la demora o
el tiempo que pase va a tornar irreparable nuestro derecho vulnerado pues
SUNAT nos amenaza inminentemente con rematar el bien inmueble en garantía
de las deudas tributarias, en tanto no podemos esperar a que se dicte la
sentencia del Proceso de Amparo que venimos llevando.

En tal sentido, con la cautelar estamos solicitando que se provisionalmente se


suspenda el cobro de dichas deudas tributarias hasta que se emita la sentencia
definitiva de nuestro proceso de amparo.
5
a.VEROSIMILITUD EN EL DERECHO: “DEBIDO PROCESO, PRINCIPIOS DE
LEGALIDAD, DE RAZONABILIDAD, DE PROSCRIPCIÓN DE LA
ARBITRARIEDAD: POR VULNERAR DE MANERA FLAGRANTE LA DEBIDA
NOTIFICACIÓN”

Respecto al derecho al debido proceso, el Tribunal Constitucional ha interpretado


que la garantía de un debido proceso es aplicable a todo tipo de procedimientos
administrativos, pues “es una garantía que si bien tiene ámbito natural en el poder
judicial también es aplicable en los procedimientos administrativos” 1 .

Sobre el particular, se debe tener en cuenta que el derecho fundamental a un


debido proceso (que encuentra reconocimiento constitucional en el artículo 3° de
la Constitución, concordado con su artículo 139°, inciso 3) presenta en nuestro
ordenamiento jurídico dos dimensiones: una procesal y otra sustancial. Así lo ha
consolidado nuestro Tribunal Constitucional a través de una vasta jurisprudencia 2.
Por la primera, el debido proceso se encuentra conformado por un conjunto de
derechos procesales que aseguran que el acceso, inicio y desarrollo de un
proceso sean válidos (el derecho de defensa, el principio de congruencia, el
derecho a la motivación adecuada de las resoluciones, etc.). Por la segunda el
debido proceso importa una exigencia de razonabilidad para que los actos
de cualquier autoridad, funcionario o persona no devengan en arbitrarios,

1
Expedientes N° 1525-2003-AA/TC
2
Así, nuestro Tribunal constitucional ha establecido que «la observancia del derecho fundamental al debido
proceso no se satisface únicamente cuando se respetan las garantías procesales, sino también cuando los
actos mismos de cualquier autoridad, funcionario o persona no devienen en arbitrarios» (STC de 19 de abril
de 2007, fundamento 5, emitida en el Expediente Nº 3421-2005-PHC/TC). Por ese motivo recuerda: «A
partir del debido proceso también es posible un control que no es sólo procesal o formal, sino también
material o sustancial» (STC de 14 de marzo de 2006, fundamento 29, emitida en el Expediente Nº 1209-
2006-PA/TC); y en armonía con ello ha señalado que el debido proceso, además de su manifestación
formal o procesal, presenta una manifestación material o sustancial que actúa como «mecanismo de
control sobre las propias decisiones y sus efectos», con el propósito de evitar «zonas de intangibilidad para
que la arbitrariedad o la injusticia puedan prosperar cubiertas con algún manto de justicia procedimental o
formal» (Ibid., fundamento 30).
6
sino que sean respetuosos de los derechos fundamentales y demás bienes
jurídicos constitucionalmente protegidos3.

La importancia de una debida notificación radica en que a partir del preciso


instante en que el acto es debidamente notificado, las personas podrán ejercer
plenamente el derecho de defensa, contradecir los actos comunicados, etc.; es
decir, ser parte de un debido proceso, donde las partes tienen conocimiento de
qué puede afectar su esferas jurídicas, y por ende, hacer uso de los medios de
prueba pertinentes, necesarias y útiles para defender sus derechos y obligaciones.

En la sentencia recaída en el Expediente Nº 8865-2006-PA/TC, se reitera la


importancia de una debida notificación. Veamos:

«7. La carga de la prueba respecto a la notificación de las resoluciones


del procedimiento coactivo corresponde, en el presente caso, a la
administración demandada. Resultaría un contrasentido exigir a la
recurrente que pruebe que no fue notificada de dichas resoluciones.
Por el contrario, si se trata de establecer el que tales notificaciones
hayan tenido lugar o no, la prueba sólo puede proceder de la
demandada, sobre todo si ha afirmado que se han realizado tales
notificaciones. En consecuencia, el onus probandi recae sobre la
demandada.
8. La demandada, empero, no ha acreditado que se haya efectuado la
notificación de las resoluciones del procedimiento coactivo y, por
consiguiente, no ha acreditado que no se haya afectado el derecho al
debido proceso ni el derecho de defensa. En consecuencia, de autos
resulta que no se ha notificado a la recurrente de las resoluciones del
procedimiento coactivo, omisión que lesiona su derecho a un debido
proceso, al no haber precedido un procedimiento de cuya existencia

3
Véanse: STC de 19 de abril de 2007, fundamento 5, emitida en el Expediente Nº 3421-2005-PHC/TC; y STC
de 29 de agosto de 2006, fundamento 4, emitida en el Expediente Nº 3075-2006-PA/TC, entre otras.
7
estuviese la recurrente debidamente enterada, y lesiona su derecho de
defensa, debido a que la ausencia de notificación de las resoluciones
del procedimiento coactivo le ha ocasionado un estado de indefensión,
contrario a sus intereses».

Asimismo, la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema, emitió la Sentencia en


Casación N° 1098-2014, de fecha 27 de abril de 2015, cuyos recurrentes eran
los arrendatarios, en la cual la referida Sala determina la vulneración al debido
proceso y a la debida notificación bajo puerta; ya que las características del
domicilio consignado en el cargo de la cédula de notificación no guardaba
correspondencia con el domicilio real estipulado en la escritura pública
del contrato de arrendamiento financiero. Veamos:

«SÉTIMO.- La recurrente denuncia infracción del artículo 1361 del


Código Civil, sin embargo en el desarrollo de la misma alega que se ha
vulnerado el derecho al debido proceso al no habérsele notificado el
mandato ejecutivo; al respecto se verifica de autos que mediante
resolución de fecha veinticinco de julio de dos mil doce, obrante de
fojas cuarenta y cinco, se expide mandato ejecutivo para que dentro del
plazo de cinco días de notificados los ejecutados cumplan con entregar
el bien sub Litis y en caso de no realizarse la entrega solicitada,
cumplan con pagar solidariamente su valor ascendente a ochenta y dos
mil ciento dieciocho dólares americanos (US$ 82,118.00), bajo
apercibimiento de iniciarse la ejecución forzada; resolución que es
notificada al ejecutado Kenneth Roger Lynch Mera en el domicilio
consignado en la Escritura Pública de Arrendamiento Financiero sito en
la Calle Santa Sabina número doscientos catorce, Urbanización Santa
Enma G. Faure número ciento setenta y seis, Urbanización San Borja
Sur, distrito de San Borja; sin embargo, se advierte del cargo de
notificación que se deja constancia que al no encontrarse nadie en
el domicilio a notificar, la cédula de notificación se dejó bajo
8
puerta, indicándose la descripción del inmueble de fachada de
color amarillo y fierro blanco; sin embargo, el domicilio del
ejecutado es de color blanco y su puerta es de madera de lo que
se infiere que no se ha notificado conforme a ley, vulnerándose
con ello el derecho de defensa y el debido proceso del ejecutado
al no poder formular su contradicción; lo que determina la nulidad
insubsanable de la recurrida y de lo actuado a tenor de lo dispuesto en
el artículo 171° del Código Procesal Civil».

De lo anterior, se puede apreciar, que la Corte Suprema determinó que sí existió


una vulneración al debido proceso, ya que el juez dio por notificados a los
demandados y dictó mandato de ejecución, a pesar que las características del
domicilio notificado eran distintos al asignado para ser notificado según el contrato;
razón por la cual, la Sala Civil de la Corte Suprema declaró fundado el recurso y
nulo todo lo actuado.

A su vez, el Tribunal Constitucional en la STC N° 07279-2013-PA/TC, AREQUIPA


ha señalado:

“21. Como ya se refirió supra, en el caso de la notificación al


contribuyente que está siendo objeto de una fiscalización tributaria,
constituye una obligación para la Administración Tributaria tener la
certeza absoluta de que este ha tomado conocimiento de la
existencia de dicho procedimiento y, para ello, atendiendo el caso,
independientemente de lo dispuesto en el artículo 104 del Texto Único
Ordenado del Código Tributario, la Sunat en ejercicio razonable de su
facultad discrecional reconocida legalmente debe tomar las medidas
complementarias y necesarias que le permitan cumplir con tal cometido
de manera efectiva, vale decir, con el objeto de garantizar el derecho
constitucional a la defensa del contribuyente. De ahí que, a juicio del
Tribunal, una de las medidas complementarias que la Sunat está
9
obligada a tomar frente a escenarios como el que el presente caso
plantea, será notificar también en el domicilio que el contribuyente
haya consignado en su DNI”.

Sobre el particular, respecto a los principios constitucionales tributarios, el


Tribunal Constitucional en la sentencia recaída en el Expediente N.° 03666-
2008-PA/TC ha señalado lo siguiente:

«[…] los principios constitucionales tributarios son límites al


ejercicio de la potestad tributaria, pero también son garantías de las
personas frente a esa potestad; de ahí que dicho ejercicio será
legítimo y justo en la medida que su ejercicio se realice en
observancia de los principios constitucionales que están previstos en
el artículo 74º de la Constitución, tales como el de legalidad, reserva
de ley, igualdad, respeto de los derechos fundamentales de las
personas y el principio de interdicción de la confiscatoriedad.
9. Se debe señalar que cuando la Constitución establece dichos
principios como límites informadores del ejercicio de la potestad
tributaria ha querido proteger a las personas frente a la
arbitrariedad en la que puede incurrir el Estado cuando el poder
tributario se realiza fuera del marco constitucional establecido.
Por eso mismo, el último párrafo del artículo 74° de la Ley
Fundamental establece que “no surten efecto las normas tributarias
dictadas en violación de lo que establece el presente artículo”».

En esa línea, nuestro Tribunal Constitucional en la sentencia recaída en el


Expediente N° 2762-2002-AA/TC en torno al principio de reserva de ley ha
señalado que:

10
«Al crearse un cobro tributario, podrá decirse que se ha respetado la
reserva de ley cuando, vía ley o norma habilitada, se regulen los
elementos esenciales y determinantes para reconocer dicho tributo
como tal, de modo que todo aquello adicional pueda ser delegado
para su regulación a la norma reglamentaria en términos de
complementariedad, mas nunca de manera independiente. Respecto
a los elementos esenciales que deben integrar la materia reservada,
se señala que son aquellos que mínimamente deben estar contenidos
en la creación de un tributo; es decir, “[...] los hechos imponibles, los
sujetos pasivos de la obligación que va a nacer, así como el objeto y
la cantidad de la prestación; por lo que todos esos elementos no
deben quedar al arbitrio o discreción de la autoridad
administrativa (Sergio F. de la Garza. Derecho Financiero Mexicano,
Editorial Porrúa S.A, 1976. Pág. 271)».

Por su parte, la Corte Suprema de Justicia en la Sentencia en Casación N°


13587-2013 del 24 de noviembre de 2016, en cuanto al principio de legalidad,
ha señalado lo siguiente:

«Sobre el principio de legalidad tributaria, el artículo 74 de la


Constitución Política, fija entre otras disposiciones: i) Que los tributos
se crean, modifican o derogan, o se establece una exoneración,
exclusivamente por ley o Decreto Legislativo en caso de delegación
de facultades, salvo los aranceles y tasas, los cuales se regulan
mediante Decreto Supremo, y ii) Que el Estado, al ejercer la potestad
tributaria, debe respetar los principios de reserva de la ley, y los de
igualdad y respeto de los derechos fundamentales de la persona. En
concordancia con ello, la Norma IV del Texto Único Ordenado del
Código Tributario, aprobado por Decreto Supremo N° 133-2013-EF,
precisa que sólo por Ley o Decreto Legislativo, en caso de delegación,
11
se puede crear, modificar y suprimir tributos; señalar el hecho
generador de la obligación tributaria, la base para su cálculo y la
alícuota; el acreedor tributario; el deudor tributario, el agente de
retención o percepción; conceder exoneraciones y otros beneficios
tributarios; entre otros».

En cuanto al principio de proscripción a la arbitrariedad, tenemos que el


derecho fundamental a un debido proceso (que encuentra reconocimiento
constitucional en el artículo 3° de la Constitución, concordado con su artículo
139°, inciso 3) presenta en nuestro ordenamiento jurídico dos dimensiones:
una procesal y otra sustancial. Así lo ha consolidado nuestro Tribunal
Constitucional a través de una vasta jurisprudencia 4. Por la primera, el debido
proceso se encuentra conformado por un conjunto de derechos procesales
que aseguran que el acceso, inicio y desarrollo de un proceso sean válidos (el
derecho de defensa, el principio de congruencia, el derecho a la motivación
adecuada de las resoluciones, etc.). Por la segunda el debido proceso
importa una exigencia de razonabilidad para que los actos de cualquier
autoridad, funcionario o persona no devengan en arbitrarios, sino que
sean respetuosos de los derechos fundamentales y demás bienes
jurídicos constitucionalmente protegidos5.

4
Así, nuestro Tribunal constitucional ha establecido que «la observancia del derecho fundamental al
debido proceso no se satisface únicamente cuando se respetan las garantías procesales, sino también
cuando los actos mismos de cualquier autoridad, funcionario o persona no devienen en arbitrarios»
(STC de 19 de abril de 2007, fundamento 5, emitida en el Expediente Nº 3421-2005-PHC/TC). Por ese
motivo recuerda: «A partir del debido proceso también es posible un control que no es sólo procesal o
formal, sino también material o sustancial» (STC de 14 de marzo de 2006, fundamento 29, emitida en el
Expediente Nº 1209-2006-PA/TC); y en armonía con ello ha señalado que el debido proceso, además de
su manifestación formal o procesal, presenta una manifestación material o sustancial que actúa como
«mecanismo de control sobre las propias decisiones y sus efectos», con el propósito de evitar «zonas de
intangibilidad para que la arbitrariedad o la injusticia puedan prosperar cubiertas con algún manto de
justicia procedimental o formal» (Ibid., fundamento 30).
5
Véanse: STC de 19 de abril de 2007, fundamento 5, emitida en el Expediente Nº 3421-2005-PHC/TC; y
STC de 29 de agosto de 2006, fundamento 4, emitida en el Expediente Nº 3075-2006-PA/TC, entre
otras.
12
En ese sentido, nuestro Tribunal Constitucional ha recordado que la
ARBITRARIEDAD se encuentra proscrita en todo Estado de Derecho,
precisando que «en un sentido moderno y concreto, la arbitrariedad
aparece como lo carente de fundamentación objetiva; como lo
incongruente y contradictorio con la realidad que ha de servir de base a
toda decisión. Es decir, como aquello desprendido o ajeno a toda razón
de explicarlo»6. Por ello ha insistido en recordar también que es deber del
juzgador resolver «sin caer ni en arbitrariedad en la apreciación e
interpretación del derecho, ni tampoco en subjetividades o
inconsistencias»7.

En esa línea de argumentos, nuestro Tribunal Constitucional también ha señalado


que la RAZONABILIDAD8 es un criterio íntimamente vinculado al valor Justicia y está
en la esencia misma del Estado constitucional de derecho. Se expresa como un
mecanismo de control o interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos en
el uso de las facultades discrecionales, y exige que las decisiones que se toman
en ese contexto respondan a criterios de racionalidad y que no sean arbitrarias.
Como lo ha sostenido este Colegiado, “implica encontrar justificación lógica en
los hechos, conductas y circunstancias que motivan todo acto discrecional
de los poderes públicos”.

Agrega que, cuando la Administración ejerce un poder discrecional, como en este


caso, para que este no se convierta en arbitrario, debe guiarse por criterios de
razonabilidad y justificar en cada supuesto su actuación. En esta
dirección, “El único poder que la Constitución acepta como legítimo, en su
correcto ejercicio, es, pues, el que se presenta como resultado de una voluntad
racional, es decir, de una voluntad racionalmente justificada y, por lo tanto,
susceptible de ser entendida y compartida por los ciudadanos y, en esa misma
medida, de contribuir a renovar y reforzar el consenso sobre el que descansa la
6
STC del 5 de julio de 2004, fundamento Nº 12, emitida en el Expediente Nº 0090-2004-AA/TC.
7
STC de 26 de noviembre de 2007, fundamento 3, emitida en el Expediente Nº 00938-2007-AA/TC.
8
Expediente N.° 1803-2004-AA/TC
13
convivencia pacífica del conjunto social” (Tomás-Ramón Fernández, De la
arbitrariedad del legislador. Una crítica a la jurisprudencia constitucional, Madrid,
1998, pp. 95-96).

Añade que, de este modo, aunque no explícitamente, al reconocer la Constitución


en su artículo 3º, así como en el artículo 43º, el Estado democrático y social de
derecho, ha incorporado el principio de interdicción o prohibición de todo poder
ejercido en forma arbitraria e injusta y así ha puesto un límite infranqueable para
todo poder público.

Por otro lado, es importante mencionar que, según el máximo intérprete de la


Constitución, el derecho de propiedad9 es un derecho fundamental que guarda
una estrecha relación con la libertad personal, pues a través de él se expresa la
libertad económica que tiene toda persona en el Estado social y democrático de
derecho. El derecho de propiedad garantiza la existencia e integridad de la
propiedad (corporal o incorporal) para el propietario, así como la participación
del propietario en la organización y el desarrollo de un sistema económico-social.
De ahí que en el artículo 70° de la Constitución se reconozca que el “derecho de
propiedad es inviolable” y que el “Estado lo garantiza”.

Por ello, el derecho de propiedad faculta a su titular para usar, gozar, explotar y
disponer de ella, siempre y cuando, a través de su uso, se realice la función social
que le es propia. De ahí que el artículo 70° de la Constitución precise que el
derecho de propiedad se “ejerce en armonía con el bien común”. Y no solo esto;
además, incluye el derecho de defender la propiedad contra todo acto que tenga
efectos de privación en la integridad de los bienes protegidos.

En este orden de ideas, como ya este Tribunal lo ha señalado en la sentencia


recaída en el expediente N.º 05614-2007-PA/TC, el derecho de propiedad se
caracteriza, entre otras cosas, por ser: a) un derecho pleno, en el sentido de que

9
Expediente N.° 03258-2010-PA/TC
14
le confiere a su titular un conjunto amplio de atribuciones que puede ejercer
autónomamente dentro de los límites impuestos por el ordenamiento jurídico y los
derechos ajenos; y, b) un derecho irrevocable, en el sentido de reconocer que su
extinción o transmisión depende de la propia voluntad del titular y no de la
realización de una causa extraña o del solo querer de un tercero, salvo las
excepciones que prevé expresamente la Constitución Política.

En consecuencia, el goce y ejercicio del derecho de propiedad solo puede


verse restringido en los siguientes supuestos: a) estar establecidas por
ley; b) ser necesarias; c) ser proporcionales, y d) hacerse con el fin de lograr un
objetivo legítimo en una sociedad democrática. En conclusión, el derecho de
propiedad solamente puede ser materia de restricciones por las causas y
finalidades señaladas en la propia Constitución.

En el presente caso, se tiene que en el acuse de recibo de la Resolución de


Intendencia N° (*) /SUNAT se indica que la precitada resolución fue notificada con
fecha 28 de junio de 2018 a horas 10:57 y que la persona identificada como “JOSÉ
M. TOVAR” con “DNI N° 7136577”, fue quien recibió supuestamente la resolución
vinculándose a mi personas como “encargado”, lo cual es falso y desconozco
categóricamente.

Cabe indicar que la persona identificada como “JOSÉ M. TOVAR” no guarda


relación alguna con mi persona y declaro no conocerla, este hecho vicia por
completo cualquier acto de notificación, dado que la Administración Tributaria no
ha tenido la prolijidad de verificar la identidad y el vínculo o parentesco del
supuesto recepcionista de la Resolución de Intendencia N° (*)/SUNAT, máxime si
en esa fecha no había persona alguna en mi domicilio, pues me encontraba de
viaje, tal como fluye del registro migratorio que adjunto a la presente demanda.
Además, llama la atención que el notificador coloque el nombre del presunto
recepcionista de forma abreviada y no completa.

15
Así también, otro aspecto sumamente irregular es que en el acuse de recibo de
indique que “no exhibió documento de identidad” y a la vez se consigne el
documento de identidad número “7136577”, que solo tiene siete números y no
ocho como corresponde. Por tal motivo, ante tales irregularidades resulta
arbitrario, ilegal, y violatorio a nuestros derechos al debido proceso y defensa que
la SUNAT haga valer dicha notificación a todas luces viciada para considerar
nuestro recurso impugnatorio como extemporáneo.

También, en el referido acuse de notificación se aprecia la firma del supuesto


recepcionista de forma irregular, y que ha habido negligencia o dolo por parte del
notificador de diligenciar un acto administrativo con una persona que
supuestamente no se quiere identificar, que brinda un número de documento de
identidad incompleto, no que brinda su nombre completo, lo cual debió advertir
lógicamente el notificador a efectos de realizar la notificación bajo la modalidad de
cedulón.

En efecto, el cuarto párrafo del inciso a) del artículo 104° del Código Tributario
señala: “… La notificación con certificación negativa a la recepción se entiende
realizada cuando el deudor tributario o tercero a quien está dirigida la notificación
o cualquier persona mayor de edad y capaz que se encuentre en el domicilio fiscal
del destinatario rechace la recepción del documento que se pretende notificar o,
recibiéndolo, se niegue a suscribir la constancia respectiva y/o no proporciona
sus datos de identificación, sin que sea relevante el motivo del rechazo
alegado”, esto quiere decir notificar a un persona que está vinculada con el deudor
tributario y que reside en dicho domicilio, mas no un transeúnte o persona no
vinculada con el deudor, y para ello tenemos el inciso f) del mismo artículo que
indica: “Cuando en el domicilio fiscal no hubiera persona capaz alguna o estuviera
cerrado, se fijará un cedulón en dicho domicilio. Los documentos a notificarse se
dejarán en sobre cerrado, bajo la puerta en el domicilio fiscal…”

16
No cabe duda que el acuse de notificación contiene datos falsos o inciertos que
hacen perder fehaciencia al acto de notificación de la Resolución de Intendencia
N° 0260140159140/SUNAT, que la SUNAT sorpresivamente lo da por válido,
pudiendo haber optado por la notificación por cedulón como señala el artículo 104
del Código Tributario, lamentablemente ello no ocurrió.

Conforme a lo señalado, es evidente que la Administración Tributaria no ha


realizado las gestiones necesarias a efectos de tener CERTEZA ABSOLUTA DE
QUE TOMÉ CONOCIMIENTO DE LA EXISTENCIA DE LA RESOLUCIÓN DE
INTENDENCIA N° (*)/SUNAT, únicamente se limita en señalar que fui bien
notificado y por ende justifica el inicio de su procedimiento de cobranza coactiva.

Como se aprecia existe una evidente vulneración al debido procedimiento al no


haberse notificado legalmente la precitada resolución de intendencia. Con ello se
vulnera el principio de legalidad, de razonabilidad y de proscripción de la
arbitrariedad.

Asimismo, existe vulneración al derecho de propiedad al pretender REMATAR EL


INMUEBLE, que de por sí resultaría un DAÑO IRREPARABLE y al haberse
efectuado la retención de cuentas bancarias mediante las Resoluciones Nº (*).

Como señala parte de la doctrina especializada “La verosimilitud (fumus boni iuris)
importa que, prima facie, en forma manifiesta aparezca esa probabilidad de
vencer o que la misma se demuestre mediante un procedimiento probatorio
meramente informativo (inaudita pars, sin intervención de la contraria). Como
señala Liebman no se trata de establecer la certeza de la existencia del derecho,
que es propiamente el objeto del proceso principal, sino de formular un juicio de
probabilidad de su existencia sobre la base de una cognición sumaria y
superficial”10.

10
LEDESMA Marianella La Tutela Urgente en el Amparo Constitucional En: Sobre la Tutela cautelar Editorial
Jurídica Themis, Lima 2015 pg. 328.
17
3.2. PELIGRO EN LA DEMORA: “EXISTE UNA ORDEN DE TASAR EL INMUEBLE
EMBARGADO PARA UN INMINENTE REMATE A EFECTOS DE CUBRIR LA
DEUDA TRIBUTARIA”

Respecto al peligro en la demora, Marianella Ledesma señala que “para invocar


el peligro en la demora, basta señalar un fundado temor que mientras se espera
aquella tutela, lleguen a faltar o alterar las circunstancias de hecho favorables a
la tutela misma, esto implica que el peligro en la demora (periculum in mora)
habrá de ser apreciado con relación a la urgencia en obtener protección especial,
dados los hechos indicativos de la irreparabilidad o el grave daño que pueda
significar esperar al dictado de la sentencia” 11.

En efecto, existe un INMINENTE PELIGRO si la autoridad judicial no emite una


decisión cautelar que suspenda el procedimiento de ejecución coactiva, pues LA
DEMORA OCASIONARÍA EL REMATE DEL BIEN LO CUAL OCASIONARÍA
UN DAÑO IRREPARABLE. Es por ello señor Juez que al estar latente el
inminente remate del inmueble solicitamos que conceda la presente medida
cautelar. Permitir que la SUNAT siga cobrando dichas deudas nos está causando
un daño irreparable tal como se viene explicando y peor aún bajo la amenaza de
rematar el único inmueble que poseo.

b. PROPORCIONALIDAD:

Lo razonable en el caso de las medidas cautelares se traduce en que debe existir


proporcionalidad entre la medida que se solicita y el derecho cuya protección
anticipada se requiere y, además, que el medio elegido sea el menos gravosos
para el derecho que limita. Esto lleva a una valoración tendiente a impedir el
abuso del derecho invocado, evitando que ellas sean utilizados como un medio
extorsivo o que causen un perjuicio innecesario 12.

11
LEDESMA Marianella OP- cit. Pg 330.
12
LEDESMA Marianella OP- cit. Pg 332.
18
Consideramos razonable y proporcional nuestro petitorio, pues por un lado
SUNAT tiene garantizado el total de la deuda tributaria con un embargo en forma
de inscripción y con una hipoteca a su favor, y por otro lado nosotros pagaremos
dichas deudas, una vez que culmine el proceso de amparo pero sin incluir los
intereses capitalizados y los intereses moratorios indebidamente generados.

IV. CONTRACAUTELA:

El artículo 159 del Código Tributario señala que:


“Cuando el administrado, en cualquier tipo de proceso judicial, solicite una
medida cautelar que tenga por objeto suspender o dejar sin efecto cualquier
actuación del Tribunal Fiscal o de la Administración Tributaria, incluso aquéllas
dictadas dentro del procedimiento de cobranza coactiva, y/o limitar cualquiera de
sus facultades previstas en el presente Código y en otras leyes, serán de
aplicación las siguientes reglas:
1. Para la concesión de la medida cautelar es necesario que el administrado
presente una contracautela de naturaleza personal o real. En ningún caso, el
Juez podrá aceptar como contracautela la caución juratoria.
(…)
3. Si se ofrece contracautela real, esta deberá ser de primer rango y cubrir el
sesenta por ciento (60%) del monto por el cual se concede la medida cautelar
actualizado a la fecha de notificación con la solicitud cautelar."

A pesar de que consideramos que dicho requisito es inconstitucional (vulnera el


principio de igualdad dado que se obliga a cumplir dichos requisitos para
procesos tributarios sin embargo para procesos de otra materia no lo exige
consideramos que sí cumplimos con ofrecer la contracautela real, que es el
INMUEBLE EMBARGADO POR LA SUNAT TAL COMO CORRE INSCRITO
EN LA PARTIDA N° 13072132 DE LOS REGISTROS PÚBLICOS DE LIMA, y
esta sobrepasa el 60% de la deuda tributaria del demandante. En tal sentido y

19
dado que existe extrema urgencia solicitamos que dichos documentos sean
tomados en cuenta por la judicatura. Veamos:

(*)

IX.- MEDIOS PROBATORIOS.

1. Copia de DNI.
2. Copia de demanda y anexos.
3. Resolucion Coactiva N° (*)que designa a los peritos tasadores encargados
de la valorización del inmueble de propiedad del demandante.
4. Resolución Coactiva N° (*).
5. Copia literal vigente del inmueble inscrito en la Partida N° (*) donde consta
en el embargo realizado por la SUNAT.

POR TANTO:
A Usted, pido admitir la presente medida cautelar por estar conforme a ley.

OTROSI DIGO: De conformidad a lo dispuesto en el artículo 80 del Código


Procesal Civil, otorgo a al abogado Johnny Marcelo Guerra Soto, con Reg. CAL
53688, facultades generales de representación que se refiere el artículo 74 del
Código precitado, declarando expresamente conocer los alcances de la
representación. Asimismo, señalando domicilio procesal en la Casilla Electrónica
N° 99347.

Lima, (*).

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