Texto de Cátedra - Introducción Epistemológica
Texto de Cátedra - Introducción Epistemológica
Texto de Cátedra - Introducción Epistemológica
Y ANTROPOLOGÍA
1er año
2022
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I: Introducción epistemológica
“Una simple mirada a la historia antigua muestra con claridad como en distintas
partes de la tierra, marcadas por culturas diferentes, brotan al mismo tiempo las
preguntas de fondo que caracterizan el recorrido de la existencia humana: ¿Quién soy?
¿De dónde vengo y a dónde voy? ¿Por qué existe el mal? ¿Qué hay después de esta
vida? Estas mismas preguntas las encontramos en los escritos sagrados de Israel, pero
aparecen también en los Veda y en los Avesta; las encontramos en los escritos de
Confucio e Lao-Tze y en la predicación de los Tirthankara y de Buda; asimismo se
encuentran en los poemas de Homero y en las tragedias de Eurípides y Sófocles, así
como en los tratados filosóficos de Platón y Aristóteles. Son preguntas que tienen su
origen común en la necesidad de sentido que desde siempre acucia el corazón del
hombre: de la respuesta que se dé a tales preguntas, en efecto, depende la orientación
que se dé a la existencia (…)”1
La filosofía nace en Grecia, de la mano y sin negar los mitos y las alegorías que
significaron desde el inicio un recurso para decir lo que se escapa al concepto. El
camino del pensamiento humano continuó y seguirá mientras el hombre viva, y es
interesante plantearse la historia de la filosofía como una historia de las eternas
preguntas humanas que van siendo respondidas, por partes, de a pasos, por la historia de
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Juan Pablo II, Fides et Ratio, n.
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la humanidad. El siguiente párrafo es iluminador: “En este sentido es posible
reconocer, a pesar del cambio de los tiempos y de los progresos del saber, un núcleo de
conocimientos filosóficos cuya presencia es constante en la historia del pensamiento.
(…) Prescindiendo de las corrientes de pensamiento, existe un conjunto de
conocimientos en los cuales es posible reconocer una especie de patrimonio espiritual
de la humanidad. Es como si nos encontrásemos ante una filosofía implícita por la cual
cada uno cree conocer estos principios, aunque de forma genérica y no refleja. Estos
conocimientos, precisamente porque son compartidos en cierto modo por todos,
deberían ser como un punto de referencia para las diversas escuelas filosóficas.
Cuando la razón logra intuir y formular los principios primeros y universales del ser y
sacar correctamente de ellos conclusiones coherentes de orden lógico y deontológico,
entonces puede considerarse una razón recta o, como la llamaban los antiguos, orthos
logos, recta ratio.”
Así, es interesante preguntarnos, más allá de las diferencias o los errores que
puedan tener cada uno de los autores o las corrientes filosóficas, cuáles son las
preguntas de fondo –y así nos encontraremos con cuestionamientos semejantes en todos
los casos- y los aportes con que cada uno ha contribuido a esa historia del pensamiento
humano.
LA CIENCIA
Todo hombre conoce, pero no todo hombre hace ciencia o es científico. La diferencia
entre un conocimiento natural de cualquier persona con un conocimiento científico es
que éste es un conocimiento fundado, un conocimiento que conoce los ‘poCrqués’ de
eso que conoce, conoce las causas, y por tanto, tiene una fuerza de razonabilidad mayor
que un conocimiento que desconozca las causas de algo.
La definición de ciencia nos ayudará a comprender más lo que ella misma significa.
Aristóteles definió ciencia como un “conocimiento cierto y sistemático por sus causas”
Analicemos cada parte de la definición.
Conocimiento cierto: como decíamos más arriba, el conocer las causas o porqués de
las cosas es lo que da la certeza al conocimiento científico.
Sistemático: cada ciencia tiene un orden, una lógica, una estructura. Hay premisas que
llevan a conclusiones, hay principios que están antes que lo que ellos originan.
Causas: hay distinto niveles de causas. Una cosa es saber cómo funciona algo, otra cosa
es saber el fundamento último del ser de esa realidad. A estos dos niveles de causas se
les llama: causas primeras o últimas por un lado, y causas segundas o inmediatas por
otro. La filosofía estudias las causas primeras (en el orden del ser) que son las últimas
en el orden del conocer; las ciencias particulares (o sea todas las que no son la filosofía)
estudian las causas segundas –en el orden del ser- o también llamadas inmediatas en el
orden del conocer. Todo esto que parece un juego de palabras significa lo siguiente: la
filosofía se pregunta por lo más hondo de la realidad que es el ser, la existencia.. que en
realidad es lo más difícil de encontrar, el por qué de la existencia o de la esencia de las
cosas es algo bastante arduo de comprender… por eso se llama a esas causas las
‘últimas en el orden del conocer’, porque las conocemos al final de nuestro camino
arduo de pensar filosófico.. pero esas mismas causas a las que nos cuesta llegar, en
realidad son el fundamento de la realidad –sin el ser nada existe…- por tanto esas
causas que son últimas en el conocer humano porque nos cuesta, son en realidad las
primeras en el orden del ser, porque son el fundamento primero.
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Cuando hablamos en cambio de las ciencias particulares o sea todo estudio científico
que no sea filosofía, qué se busca? las causas no tan profundas como la existencia, no
tan últimas como la esencia o el ser, sino más ‘inmediato’: más cercano a nuestro
conocimiento, por ejemplo: por qué las leyes físicas se comportan de tal o cual manera
en un sistema determinado.. o por qué una enfermedad causa tales o cuáles síntomas…
Esas causas que estudian éstas ciencias no son filosóficas, entonces, son llamadas
inmediatas en el conocer, segundas en el ser, porque no son el fundamento último del
ser sino que lo suponen.
La teología tenemos que considerarla aparte. Funciona de modo semejante a la filosofía,
es decir, estudia las causas últimas o primeras, pero la diferencia es que la teología
cuenta con datos extra que la filosofía no tiene en cuenta: los datos de la fe.
El objeto de una ciencia es lo que la ciencia estudia. Ahora bien, hay muchas ciencias
por ejemplo que estudian al hombre: la medicina, la antropología, la sociología…
Entonces distinguimos el objeto material, que es lo que la ciencia estudia (en el ejemplo
puesto, el hombre), y el objeto formal, que sería la formalidad bajo la cual esa ciencia
estudia su objeto material. Siguiendo con nuestro ejemplo, la medicina estudia al
hombre aunque solo en un aspecto: su salud y su enfermedad, y con el objeto de curarlo,
la antropología estudia al hombre pero buscando la esencia del ser humano (si es
antropología filosófica, si fuera Antropología Cultural, sería las costumbres del hombre.
En el caso de la Sociología, estudia al hombre –objeto material- bajo la formalidad de
las sociedades y culturas varias… Etc.
Entonces, sintetizando: el objeto material es lo que la ciencia estudia; el objeto formal
es el punto de vista bajo el cual lo estudia.
Tenemos aún que agregar una referencia a la Teología. Ésta usa el método de la
filosofía pero le agrega a ésta los datos de la fe. Con lo cual tenemos tres métodos
científicos.
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Tal vez surja la pregunta de si la Teología es o no ciencia. Recordemos ante todo que
podemos hablar de teología católica, de teología protestante, teología judía, teología
musulmana… Es todo estudio que busque tener una sistematicidad, un orden, un buscar
los ‘porqué’ de lo que estudia.. Entonces, dentro de su propio orden, es decir, contando
con que esa ciencia contempla datos que no son racionales sino que provienen de la
Revelación, dentro de ella, en ese sistema, se trata de una ciencia porque busca y
encuentra razones, causas, principios, etc. de su propio objeto de estudio.
Otro error que suele darse es pensar que el objeto de la teología es Dios. Puede ser Dios,
pero puede ser también el hombre, estudiado usando datos de la fe, datos revelados.
Cuando hablamos por ejemplo del pecado original, dato de fe compartido por cristianos
y judíos.. se trata de una verdad revelada sobre el hombre, no sobre Dios. Y del mismo
modo, la filosofía aborda a veces la pregunta sobre Dios, claro que se la hace desde un
punto de vista racional y no usando nada que supere la razón humana, porque es
filosofía.
Así hemos llegado a que hay tres niveles en las ciencias, según las causas que éstas
estudian y los datos de los que parte o usa para su conocer.
En primer lugar tenemos la teología, que estudia las causas primeras usando no solo la
razón sino también la fe
En segundo lugar la filosofía que estudia la realidad según sus causas más hondas –
primeras- pero solo con la razón.
Finalmente las llamadas ‘ciencias particulares’ (se llaman así porque su objeto es
parcial, no es ‘todo el ser’ como estudia la filosofía, sin parte del ser: esto o aquello…)
que son todo el resto de las ciencas.
La Filosofía
¿Qué es la filosofía?
La etimología de la palabra filosofía (en griego φιλοσοφία) ya nos está diciendo mucho
acerca de lo que el concepto significa. La palabra filosofía proviene de dos palabras
φιλο (philos), que en griego significa «amor», y σοφία (sophia) que significa
«sabiduría». Para los griegos la sabiduría en sí misma era propiedad de los dioses; los
hombres solo podían tener un acceso parcial al conocimiento de las cosas, y ello por
participación del mismo conocimiento divino. Por eso al hombre le estaba reservado a
lo sumo el camino hacia la sabiduría. Los antiguos filósofos eran aquellos hombres
dedicados a la tarea más alta, porque la tarea propia de los dioses: eran los amantes de la
sabiduría, que al amarla, tendían a ella dedicándose a contemplar las realidades del
mundo y a través de ellas ir remontándose hacia regiones superiores. Así los hombres
tocaban de algún modo la realidad propia de los seres superiores, accediendo a conocer
los secretos que estaban ocultos a la mayoría de los mortales. El mito de la caverna de
Platón no busca otra cosa que explicar, en términos míticos, es decir, en lenguaje
alegórico, simbólico, la realidad del hombre encerrado en la ‘gruta’ del mundo, ciego a
la verdadera realidad que es fuente de la realidad material: en cierto momento, algunos
de estos hombres se dan vuelta en la caverna y logran ver no ya el reflejo de la realidad,
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que hasta ese momento creyeron que era lo único real, sino la verdadera realidad, que
está más allá de estas sombras. Por la contemplación el filósofo es capaz, para Platón,
de llegar a vislumbrar la verdadera fuente que origina las sombras que son los seres de
este mundo. Y la fuente luminosa que permite que los seres reales se proyecten en el
fondo de la caverna es el gran fuego que alumbra desde detrás de todo. Así los
‘filósofos’ son liberados de la ceguera del hombre mortal y llegan a la verdadera
sabiduría.
La profundidad del mito platónico es muy grande, tanto que siglos después podemos
seguir refiriéndonos a este mito como a una realidad siempre presente.
Sabiduría propia de los dioses, amor a la sabiduría propia de los hombres, pero
capacidad de acceder en alguna medida al conocimiento de lo verdaderamente real, que
es lo que funda la realidad más ‘débil’, por así decir, de las cosas de este mundo;
contemplación custodiada por el ocio, es decir, por la no preocupación por lo útil, sino
estado de recepción del ser para ver interiormente. Sólo como redundancia de este
estado de visión propia del filósofo se derivaba la ocupación que solo ellos podían tener
de ser guías de la sociedad.
Así nació el pensamiento filosófico en la humanidad. Siempre el hombre se había hecho
las preguntas radicales por el ser y la existencia, por su origen y su destino. En un
momento dado esta pregunta comienza a buscar las respuestas en el orden racional,
comienza a buscar los fundamentos y las causas que no sean solo respuestas mágicas o
religiosas, sin excluirlas del todo, ya que en el despertar filosófico el hombre siempre
mantuvo la conciencia del misterio del ser, no abarcable nunca completamente por la
mente humana.