La Politica de La Suciedad Transfiguraci
La Politica de La Suciedad Transfiguraci
La Politica de La Suciedad Transfiguraci
transfiguraciones de lo sucio en
la poesía travesti del Cono
Sur (Shock, Rodríguez, Sosa
Villada)
Ignacio Sánchez Osores
University of Notre Dame
Las sucias como yo no tenemos asco…
Claudia Rodríguez (2015)
Resumen
En este artículo analizo los corpus/cuerpos promovidos por el sistema neoliberal, las 503 /
travestis de la escena reciente de la poesía subjetividades travestis pueblan la ciudada-
trans-sudaca del Cono Sur: Susy Shock, nía capitalista con cuerpos excedentes que
Claudia Rodríguez y Camila Sosa Villada. asumen tácticamente las etiquetas con las
En particular, propongo que las escritoras que se les «reconoce» en la sociedad: cuer-
elaboran poéticas en que aparecen corpo- pos sucios. Dado lo anterior, sostengo que
ralidades que bien pueden ser re-conocidas la retórica de la suciedad es una estrategia
desde un significante excrementicio que no de representación o transfiguración travesti
es sino pura paradoja: son cuerpos-dese- subversiva que no solo persigue contestar a
chos que se hacen notar, que se les reco- los corsés normativos y profilácticos de la
noce por sus de-formaciones, por su olor escena neoliberal, sino que constituye un Palabras clave:
penetrante; pero que también «sirven» locus enunciativo de resistencia que encierra poesía travesti,
como abono de eróticas proscritas que son un potencial desestabilizador y comunitario. transfiguraciones,
rechazadas y a la vez deseadas por una so- política, suciedad,
ciedad cínica. Frente a los discursos norma- comunidad,
lizadores, docilizadores e higienistas de los transnormatividad.
regímenes hetero-homo-trans-normativos
«
Abstract
In this article I analyze the transvestite cor- promoted by the neoliberal system, trans- 504 /
pus/bodies of the recent scene of trans-su- vestite subjectivities populate capitalist
daca poetry in the Southern Cone: Susy citizens with surplus bodies that tactica-
Shock, Claudia Rodríguez and Camila lly assume the labels with which they are
Sosa Villada. In particular, I propose that “recognized” in the society: dirty bodies.
female writers elaborate poetics in which Given the above, I argue that the rhetoric lo
corporealities appear that may well be re- sucio is a strategy of subversive transvestite
known from an excremental signifier that is representation or transfiguration that not
nothing but a pure paradox: they are was- only seeks to answer those who respond to
te-bodies that make themselves noticed, the normative and prophylactic corsets of
that are recognized by their de-formations, the neoliberal scene, but also constitutes an
for its pungent smell; but they also “serve” enunciative locus of resistance that encloses Keywords:
as fertilizer for outlawed erotic women who a destabilizing and community potential. transvestite poetry,
are rejected and at the same time desired by transfigurations,
a cynical society. Faced with the normali- politic, dirt,
zing, docilizing and hygienist discourses of community,
the hetero-homo-trans-normative regimes transnormativity.
Políticas y narrativas del cuerpo/ Politiques et récits du corps/ Politics and narratives of the Body
1. Introducción: las sucias hacen
su ingreso a la ciudad (i)letrada
Primera postal: en el Buenos Aires de en- Tercera postal: también por esos años, la 505 /
tresiglos, una noche cualquiera, un grupo escritora chilena Diamela Eltit (1980) rea-
de travestis transita por sus calles, «ensu- liza una performance que bien podría cata-
ciando» y «degenerando» el cuerpo de una logarse como higienista: limpia y enjuaga la
nación que «limpia» de amenazas «raras» acera de un prostíbulo, un espacio signado
busca erigirse fuerte, sana y viril. Segun- por la inmundicia y la suciedad. Las repre-
da postal: en los años ochenta, en plena sentaciones, aquí señaladas, revelan todo un
dictadura militar chilena, la fotógrafa Paz imaginario cultural que ha ligado, históri-
Errázuriz y la periodista Claudia Donoso camente, las subjetividades travestis con la
recogen en La manzana de Adán (1990) los suciedad, la inmundicia y la abyección, en
testimonios de unas travestis que, obligadas tanto son entendidas como corporalidades
por la policía, deben recurrentemente pre- que resultan ininteligibles para las normati-
sentar sus carnés de sanidad para demos- vas de la gramática heterocispatriarcal.
trar que están «limpias» y que, por tanto, Así las cosas, una travesti que ejerce la
no amenazan con contaminar el proyecto prostitución y que, por consiguiente, se
biopolítico que el régimen militar diseña, a acuesta con hombres es vista por la comu-
través de un ideal de familia heterosexual. nidad nacional como una degenerada y una
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suciedad es una estrategia de representación enuncia a sí misma como «travesti, resenti-
o transfiguración travesti subversiva que no da y furiosa»:
solo persigue contestar a los corsés norma-
tivos y profilácticos de la escena neoliberal, La Delirio me grita en la calle: eeeella
sino que constituye un locus enunciativo de la poeta... ¿Qué pretenciosa soy cuando
resistencia que encierra un potencial deses- decí que escribí poesía? Nada de lo que
tabilizador y comunitario. me lees, rima. Escribir es otra cosa, no lo
En las líneas que siguen, describo, en pri- que decí que hací. La escritura primero
mer lugar, la escena de la «poesía travesti, que nada es de cosas bellas, no porquerías2.
resentida y furiosa» del Cono Sur (Rodrí- La escritura no pueden ser las mismas
guez, 2018, p. 83), a partir de las propias conversaciones de todos los días, ni mis
reflexiones teóricas de las activistas y es- problemas. Si el este me pega, eso nunca
critoras de la región, como Marlene Wayar puede ser literatura [...] Las cortadas que
(2018), Susy Shock (2020), Claudia Rodrí- tengo no debieran ser ni una palabra que
guez (2018) y Camila Sosa Villada (2019). recordar, sino, todo lo contrario, pura ver- 507 /
En segundo lugar, discuto lo que aquí he güenza y fracaso. La poesía, como vo’ decí,
llamado transfiguraciones travestis de lo sucio no e’ ni amarga ni venenosa como nosotras.
y, por último, analizo una serie de poemas (Rodríguez, 2015a, p. 15)
que muestran el potencial desestabilizador
de la suciedad en tanto estrategia estéti- A través de una conversación oral entre
co-política a la que echan mano las poetas. dos amigas travestis, una poeta y la otra,
una mujer violentada por su pareja, Rodrí-
guez (2015a) reflexiona sobre el quehacer y
2. Hacia una poética travesti, las particularidades de las escrituras traves-
resentida y furiosa: la palabra tis. Por un lado, en el texto se tensiona la
sucia como arma visión de La Delirio, quien tiene una idea
genérica y clásica de poesía, es decir, una
En Cuerpos para odiar, la poeta, performer que arraigada en el imaginario popular la
y activista travesti chilena, Claudia Rodrí-
guez (2015a), plantea un ejercicio meta-
poético en relación con una escritura que se
2. El énfasis es nuestro.
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la relación entre travesti y cloaca sería, in- porque este también revela cómo opera la
dudablemente, metonímica, en tanto que el categoría de interseccionalidad dentro del
epíteto «cloacalizadas» más que un atributo mismo colectivo. Así lo describe con acier-
deviene en nombre, esto es, las travestis son to, la investigadora Malú Machuca (2019),
para la sociedad la encarnación misma de la para quien la travesti:
mierda. En las poéticas travestis del Cono
Sur, la injuria ‒como ha sido una tónica en no es una mujer y no es trans. Travesti
las disidencias sexuales‒ es apropiada por las tiene connotación de clase y raza: signi-
poetas, de manera que el significante excre- fica que no te presentas de manera feme-
menticio no es desechado, sino que se hace nina en todo momento porque no puedes
propio en tanto permite articular voces críti- hacerlo. Significa que el uso de la tecno-
cas que persiguen incomodar, molestar y en- logía para cambiar el cuerpo no proviene
suciar la ciudadanía neoliberal higienizada. del consultorio médico, sino que proviene
Las poetas se enuncian como travestis y del ingenio en frente de la precarización,
no como trans*, precisamente, porque hay el acto por el cual la matriz de dominación 509 /
un posicionamiento político y experiencial hace que nuestros cuerpos y nuestras vidas
que no solo rompe con el binarismo mas- sean precarias [...] Travesti es el rechazo a
culino-femenino (las travestis no son ni ser trans, el rechazo a ser mujer, el recha-
hombres ni mujeres, por el contrario, son zo a ser inteligible. (Malú Machuca, 2019,
como han recalcado con insistencia Berkins pp. 242-243)
(2021) y Wayar (2019)4 «travestis»); sino
De acuerdo con lo anterior, travesti es
una identidad que se crea a sí misma, a tra-
4. Para Marlene Wayar (2019), más que un ser vés de múltiples transformaciones y tránsi-
travesti, hay un siendo travesti que desmonta el bi- tos estratégicos: si, por un lado, es asumida
nario de género y encarna un devenir constante. Así como una identidad más o menos estable
lo explica: «“No soy hombre, no soy mujer, hoy voy
siendo travesti”. Este gerundio explica mi sólo por hoy
pero no lo cierra a crisis y transformación. Iré vien-
do si desde mi compromiso y amor responsable me
salgo de esa topografía otra, ajena y opresiva, para confrontar cualquier teoría para situacionalmen-
desde mi lugar y tiempo hacer una crítica con todos te ratificar o rectificar cualquier constructo teórico,
aquellos registros que poseo, desde los que puedo todo saber» (Wayar, 2019, p. 25).
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y mala redacción. Como fuera, porque de que las travestis crean es ante todo una len-
todas formas ¿qué podría escribir una tra- gua corporeizada, es decir, una que no se
vesti?» (Rodríguez, 2018, p. 83). Si la Real aprende ni en diccionarios ni en manuales
Academia Española busca desde sus inicios de gramática, sino por el contrario, una que
limpiar, fijar y dar esplendor a la lengua, las se aprehende con y en un cuerpo, socialmen-
poetas travestis la ensucian, la desacomo- te, leído como errado, equívoco y monstruo-
dan y la perturban. Así lo expresa la escri- so. La lengua se degenera en aquella zona
tora Camila Sosa Villada (2019): de contacto íntima en la que se encuentran
subjetividad y cuerpo: es, precisamente, en el
El lenguaje es mío. Es mi derecho, me espejo, es decir, en el lugar en el que la tra-
corresponde una parte de él. Vino a mí, vesti se crea todos los días a sí misma, o tras
yo no lo busqué, por lo tanto, es mío [...] la experiencia de una golpiza propinada por
Voy a destruirlo, a enfermarlo, a confun- un cliente, en donde esa lengua comienza a
dirlo, a incomodarlo, voy a despedazarlo y adquirir cuerpo. De ahí que sus escrituras
a hacerlo renacer cuantas veces como sean no sean otra cosa que ficciones somáticas o 511 /
necesarias, un renacimiento por cada cosa una poesía de «cuerpos que ponen el cuerpo»
bien hecha en este mundo. (Sosa Villada, (Rodríguez, 2018, p. 98). Esta poesía cobra
2019, pp. 172-73) cuerpo no solo para describir cómo las tra-
vestis construyen y se hacen de un cuerpo
El derecho a hacer uso del lenguaje y de propio que pone en entredicho los binaris-
politizarlo desde una enunciación travesti mos de género, sino también para plasmar la
constituye un imperativo para las poetas violencia que se ejerce sobre sus cuerpos y, a
aquí consignadas. Ante una historia literaria la vez, para instalar una voz activista.
que las ha representado como «experiencias La lengua sucia que las poetas traves-
de vidas banales» (Rodríguez, 2018, p. 80), tis elaboran politiza y agencia una serie de
o bien, que las ha negado; ellas optan por afectos negativos que persiguen producir un
producir sus propias deformaciones literarias disturbio en la arena social y sus imaginarios
para encarar esa «literatura que mentía [...] transfóbicos. La rabia, el resentimiento y la
un mundo de palabras que [las] odiaba y furia travesti cobran literalmente cuerpo a
esperaba [sus] desapariciones» (Rodríguez, través de la pose de las sucias, quienes su-
2018, p. 81). La lengua degenerada y sucia bliman esas emociones hacia el exterior, por
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otro, esta vez sin mediaciones ni adornos. Vuelve a reclamar, a impugnar la anestesia
La pose travesti de las sucias entraña una visual que se produce por la mediación y
disputa política en pos de una comunidad reproducción de la catástrofe y el (trans)
vulnerada que día a día recoge los cuerpos feminicidio a través de los medios de in-
de las suyas; cuerpos que les recuerdan que formación y los dispositivos culturales vin-
para la sociedad sus vidas no son más que culados a reproducir narrativas y valores se-
«muñecas para los hombres que odian a xistas, machistas, racistas, heteronormados
las mujeres» (Rodríguez, 2018, p. 103). El y necropatriarcales. (Valencia, 2019, p. 187)
tropo de la muñeca desmembrada y aban-
donada en un sitio baldío se materializa y Vistas así las cosas, en las líneas que si-
corporiza en un cuerpo travesti que, cual guen argumento que las poetas de nuestro
juguete después de ser usado, se desecha. corpus elaboran transfiguraciones7 travestis
Para las subjetividades travestis, la muñe- de lo sucio, asociadas a esa ilegibilidad o
ca constituye una imagen-espejo en la cual irrepresentabilidad para contestar, despo-
se ven reflejadas cada vez que aparece una jadas de eufemismos, a las políticas ex- 513 /
de las suyas violada y tirada como desecho
al descampado. Frente al cuerpo travesti
desmembrado o empalado, algunas traves-
7. Retomo la categoría de transfiguraciones del
tis generan lo que Sayak Valencia (2019) investigador trans Francisco Galarte (2021, p. 15),
ha denominado «política pos-mortem/ quien señala: «Figuration, as I posit it, draws on Hay-
trans-mortem»6, esto es, una politización ward’s turn to the expressivity of transsexuality, with
del cuerpo asesinado que: focuses on the expressive potential of the body, its
capacity to respond to the world -how, that, is, the
body is transfigured through corporeal, spatial, and
temporal processes. Figuration is not another form
6. Sayak Valencia ha propuesto esta categoría a metaphorizing or troping; it is a frame that provokes
partir del análisis de una especie de performance que thinking about processes as opposed to concepts. It
un grupo de trabajadoras sexuales travestis realiza, is an adaption of Rosi Braidotti’s definition of figu-
luego del travesticidio de la mexicana Paola Sánchez rations as “materialistic mapping of situated, i.e., em-
Romero. Estas frente al crimen de odio de su com- bedded and embodied, social positions” rather than
pañera deciden mostrar y exhibir a la comunidad su “figurative ways of thinking”. Braidotti’s frame is car-
cuerpo asesinado como una forma de dignificarlo. tographic, attentive to geopolitics, social, historical,
Para un análisis detallado, véase «Necropolítica, po- and genealogical dimensions; this project, however,
líticas post-mortem/Trans-mortem y transfeminis- integrates the affective dimension of the constitution
mos en las Economías sexuales» (2019). of the brown trans subject».
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de un pánico a la diferencia, controla y es- mosexuales, travestis, transgénero), quienes
tigmatiza cuerpos y sexualidades proscritas. debido a sus prácticas sexuales impúdicas
De ahí que, para evitar su propagación, cual y sucias ponen en riesgo la salud de la co-
germen que contamina y ensucia a todo el munidad. La suciedad en este momento de
cuerpo nacional, se lleve a cabo, según Jorge crisis, al igual que en las narrativas del siglo
Salessi (1995), una XIX, aparece como correlato de una cues-
tión moral.
nueva profilaxis y [...] nuevos proyectos de Luego de la pandemia y en el marco de
reforma y control social del medio, prime- la era global y de la omnipresencia del ne-
ro [porque] era necesario agitar el fantas- croneoliberalismo, nos encontramos con
ma del microbio, el mal o la enfermedad la tercera escena en la que reaparecen con
que amenazaba la nueva nacionalidad: ya insistencia los cuerpos sucios. La apertura
no las plagas, cóleras, y fiebres del siglo en relación con las sexualidades disidentes
anterior, sino las temidas inversiones, el corre aparejada con las lógicas de merca-
presunto afeminamiento de la sociedad do y sus dinámicas de flujos que erigen al 515 /
viril, el retroceso del poder de los hombres cuerpo gay higienizado como su emblema
y la masculinización de la mujer. (Salessi, y su más asiduo cómplice. No obstante,
1995, p. 241) aquellas corporalidades que no siguen esos
patrones (locas, travestis, maricas) y que,
La amenaza de estos cuerpos sucios que por consiguiente, se desligan del modelo
tiene su apogeo en los discursos positivistas homormativo de la figura del gay, se toman
del entresiglo latinoamericano se mantie- los lugares públicos que antes les estaban
ne constante, a través de todo el siglo XX, vedados para exigir derechos y conformar
pero vuelve a cobrar cuerpo y fuerza en la comunidades alternativas. Ante la terri-
década de los ochenta con la irrupción del torialización de estos espacios, los grupos
VIH/sida, cuando las corporalidades de conservadores y neofascistas, cual policías
antaño irrumpen y alteran el cuerpo salu- del género del siglo XIX, retornan con sus
dable de la nación. En esta segunda escena políticas profilácticas, a fin de limpiar, léase
de la genealogía de las travestis sucias, las na- eliminar, esos excedentes o desechos que
rrativas en torno a los «apestados» se basan hacen de esos espacios áreas molestas y
en argumentos ligados a la semántica de amenazantes.
la suciedad: son los grupos de riesgo (ho-
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para contestar a los corsés profilácticos y que para el patriarcado necroneoliberal no
desinfectados de los discursos normaliza- son más que corporalidades excedentes y
dores. Parto desde la reflexión de Vargas, desechables. Muchas travestis han sido ex-
para ingresar a las propuestas que las poetas cluidas directa o indirectamente de los sis-
travestis del Cono Sur Susy Shock, Camila temas médicos, pues sus cuerpos sucios no
Sosa Villada y Claudia Rodríguez ensayan tienen lugar en espacios altamente higieni-
a través de sus propias creaciones y políticas zados como los hospitales; si lo tienen no
activistas. es sino para solo patologizarlos. Así, para
La poeta Claudia Rodríguez tanto en su las travestis, hablar de sus humores y de sus
producción poética como en sus entrevis- pies hinchados, producto de estar paradas
tas y conversaciones ha reflexionado asi- horas y horas bajo la intemperie nocturna,
duamente sobre los alcances políticos de la reviste de un potencial político indiscutible.
suciedad. Es más, sus declaraciones cons- En uno de sus poemas, Rodríguez expone
tituyen verdaderos ensayos teóricos de lo la tensión entre una política heteronorma-
que ahí he decidido llamar transfiguraciones tiva de la limpieza defendida por la madre y 517 /
travestis de lo sucio. En una entrevista, Ro- hermana de una travesti y una política tra-
dríguez (2018) señala: «quiero asumirme vesti de la suciedad encarnada por la hija:
y hablar de mi tripa, de mi fluido, de mi
pus, mira como tengo las patas [pies] hin- Mi hermana igual que mi mamá, viven
chás, quiero hablar de las patas hinchás, se preocupadas por los malos olores, mi
me hinchan las patas en la tarde, ¿cachai mamá dice que una tiene que salir bañada
[entiendes] qué tema más político?» (Ro- porque si llegas a tener un accidente auto-
dríguez, 2018, p. 105). Para la escritora movilístico, los médicos te deben encon-
chilena, hablar de excreciones corporales trar limpia, olorocita. Pero yo no soy así. Yo
(fluidos, pus) y de sintomatologías prosti- soy capaz de acomodarme tranquilamente
tutivas (pies hinchados) que resultan sucias sobre mis propios olores, acurrucarme en
para la sociedad constituye una política de mi transpiración y en los vinagres fluidos
subjetivación para las travestis. Por tanto, de mis diversos pliegues, por eso recibo
hablar de su propia suciedad implica tam- sus reproches «no eres tan mujer». Sí, no
bién asumir, como diría Berkins (2021), una lo soy, ni esclava de la limpieza, ni tan su-
identidad «cloacalizada», es decir, entender misa de los deberes, ni tan perfumadita,
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que tiene que ver con la fiesta, con el pla- es que la suciedad en las poéticas travestis
cer, que tiene que ser un encuentro, por del Cono Sur tiene una presencia y fuerza
eso pequeño. (Wayar, 2018, p. 105) performativa indiscutibles que hacen de lo
sucio uno de los elementos claves de la co-
La posibilidad o, más bien, la decisión munidad:
de las travestis de vomitar y cagar genera
una práctica contestaria que, al tiempo que Señora de lo Trans,
pone de manifiesto el agravio de «sucias», sucia de pelo a rabo
permite a estas sujetas expulsar esa energía y tan bendita:
contenida como rabia, furia o resentimien- concédeme la voluntad
to hacia la misma sociedad que las ha cons- de alumbrarme y alumbrar,
truido como subjetividades abyectas. En dame fuerzas para batallar
otras palabras, transpirar, vomitar y cagar con mi espada brillosa de ideas,
encarnan toda una política subversiva que con mi lumpen mariposa de amar
literal y simbólicamente ensucia en exceso y la humildad de saberme diamante 519 /
los imaginarios profilácticos que sostienen de mi propio crear
a la ciudad necroneoliberal. Como veremos Amén.
en los análisis, las poetas escriben poemas (Shock, 2020, p. 110)
«trans-pirados» (Shock, 2020), hablan de
sus potos o culos, de sus dolores vinagres La Divina Trans poetizada por Susy
(Rodríguez, 2015) y de sus «manos callosas Shock no es ni glamorosa ni inmaculada y,
y sus axilas oscuras» (Sosa Villada, 2020). por consiguiente, no encaja en los mode-
los de belleza higienizados, propios de una
transnormatividad, adoptada por algunas
4. Las sucias posan transpirando mujeres trans* que ingresan a las lógicas
rabia y de-generando blanqueadoras, exitistas y consumidoras
comunidades del mundo globalizado y necroneolibera-
lizado. La deidad de las travestis es como
Partiré este apartado anal-ítico con el sus parroquianas «sucia de pelo a rabo» y
poema «Oración a la Divina Trans» de tiene el poder de otorgarles fuerzas no solo
Susy Shock, con el objeto de mostrar cómo para cotidianamente crearse e inventarse a
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La voz poética, a partir del significante y del nacimiento de una política de con-
«trans...pirada», no solo habla desde un yo testación. En otras palabras, los gérmenes
travesti, sino que al hacerlo también in- aurorales de las sucias son las armas con las
corpora su atributo: la suciedad. El cuerpo que travestis enrabiadas y empoderadas de-
travesti transpira, exudando olores desa- safían e impugnan a los regímenes hetero,
gradables y molestos para la comunidad homo y transnormativos sostenidos desde
heterocispatriarcal. La transpiración, en identidades prolijas y limpias. Shock ve en
tanto que reacción corporal o mecanismo la politicidad de la suciedad una oportuni-
para regular la temperatura, ha sido leída dad para conformar un colectivo; las sucias
socialmente como un signo de vergüenza conforman una comunidad lumínica trans-
y de inmundicia y, por tanto, se la oculta nacional, «sin geografías», nos dice el yo
y atenúa a través de productos higiénicos lírico, compuesta por «Menstruales, Mar-
como desodorantes que inhiben la propa- lenes, Sacayanas y bizarras», nombres de
gación de hedores repulsivos. No obstante, reconocidas activistas travestis argentinas
la subjetividad travesti del poema señala (Naty Menstrual, Marlene Wayar, Diana 521 /
que su cuerpo está transpirado, mojado y Sacayán), quienes han luchado épicamen-
nauseabundo, es decir, se constituye como te por una visibilidad reconocible, por una
una corporalidad que es la encarnación Ley de Identidad de Género autopercibida
misma de lo sucio. y por los derechos de ciudadanía de las tra-
El cuerpo desaseado, empapado de sudor vestis en Argentina.
y, por ende, hediondo genera un particular El poemario La novia de Sandro, de la es-
tipo de germen: el de «la aurora encantada». critora y actriz argentina Camila Sosa Vi-
Este germen resulta clave en la propuesta llada (2020), está atravesado por una isoto-
de las transfiguraciones travestis de lo sucio, pía de la suciedad como marca indeleble del
pues revela su significancia dual: el germen cuerpo travesti. La voz lírica se representa
es un «microorganismo patógeno» (Real como una «travesti tercermundista» y una
Academia Española [RAE], 2021) que «travesti de pellejo podrido» que constante-
nace desde un cuerpo nauseabundo, pero al mente habla de un cuerpo no higienizado:
mismo tiempo es un «esbozo que da prin- «mi negritud», «mis manos sucias», «me vi
cipio al desarrollo de un ser vivo» (RAE, tosca», «[mis] mejillas barbudas» (Sosa Vi-
2021), es decir, es un catalizador de la vida llada, 2020, p. 50). La autora, al igual que
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de nuestro propio mundo». Así, elogiar la travesti para responderles desde la misma
fealdad deviene en una operación política materialidad:
de resistencia ante los ordenamientos de
género transnormativos que exigen a los Tócame primero antes de que me beses, siente
cuerpos travestis recurrir a distintos meca- mis asperezas, mis cicatrices, los tumores, el
nismos para dejar de «ser como mujeres» y cáncer, todo mi sida, antes de que sirva de
«convertirse en mujeres». Aun cuando las alimento. Tócame ahí donde te horroriza que
subjetividades trans* eligen articular distin- gotee mi vida.
tas variaciones sobre sus cuerpos, la crítica Tócame ahí donde te da asco, la imposibilidad
de Sosa Villada no está anclada a esta elec- de la vida [...] tendrás que tocarme antes los
ción, sino más bien al ideal de mujer que bultos de silicona, las manchas, el olor de mi
más que desestabilizar el cis-tema hetero- sida.
patriarcal lo asimila. Antes de que lleguen los pacos [policía], antes
La poeta Claudia Rodríguez (2018) rea- de morderme, y lengüetéame. Tócame donde
liza una operación particular con la sucie- los pelos no dejar ver nada, ahí donde me sale 523 /
dad, pues no solo se asume como una sub- el olor a carboná [...]
jetividad sucia, sino que interpela a los otros tócame las escaras, tócame donde la suciedad
que la han construido como tal a que la to- me enferma, donde la desesperanza se forma
quen9. La escritora pone el cuerpo de la voz piñén y piojos y te da asco, rabia y odio.
(Rodríguez, 2018, pp. 90-91)
Políticas y narrativas del cuerpo/ Politiques et récits du corps/ Politics and narratives of the Body
2018, p. 119). En consonancia con esta pro- compañeras travestis, que es hablar de
puesta, la activista travesti Marlene Wayar cosas que en la sociedad son mal vistas,
(2018, p. 19) señala: «[las travestis] somos en los medios de comunicación son mal
nuestro primer objeto de arte. Debemos vistas, pero en nuestras conversaciones
crecer en esta primera claridad: nos esta- íntimas están siempre presentes y enton-
mos construyendo y cada día soy la mejor ces me interesa, por ejemplo, a pesar de
versión de mí misma». La propuesta del que haya mucho pudor, mucha vergüen-
poema de Rodríguez es precisamente indu- za, rescatar el tema de nuestro poto [...]
cir al otro a tocar un cuerpo que se hace a Porque en las mismas conversaciones con
sí mismo, un cuerpo que se construye arte- nuestras compañeras, surge que el poto a
sanalmente mediante distintas operaciones nosotras nos dio la posibilidad de manejar
materiales. En suma, el cuerpo travesti es ciertos recursos, pero es tan indecible eso,
un objeto de arte que es moldeado para sí y es tan poco elegante, es tan poco moral
que diariamente se retoca, se hace y desha- hablar de esas intimidades... (Rodríguez,
ce en un proceso continuo de generización. 2018, p. 34) 525 /
Con todo, la epistemología táctil que pro-
pone la poeta busca desmontar las narrativas Claudia Rodríguez (2018, p. 34), al res-
estereotípicas y reduccionistas que se han catar la obscenidad del poto/culo como un
configurado en torno a las subjetividades tema que en la «sociedad [es] mal visto», no
travestis, aquellas que revelan cómo estas son solo polemiza con los discursos «elegantes»
sujetas desprovistas de agencia, precarizadas, del buen decir que ocultan o niegan su exis-
negadas e invisibilizadas de la historia. tencia, sino que a la vez, articula una política
Claudia Rodríguez (2018), al tiempo que anal o, en palabras de Barthes, un «terro-
obliga al otro a tocar el cuerpo sucio, invi- rismo textual»10 (Preciado, 2013, p. 14) que
ta a las suyas para generar una comunidad
anal-ítica y una política anal que interrum-
pa y desestabilice las narrativas asépticas 10. Según consigna Paul B. Preciado (2013, p.
que las han inventado como sujetas sucias: 14), para Barthes «son terroristas [...] refiriéndo-
se a la obra Sade, Fourier y Loyola, aquellos textos
capaces de “intervenir socialmente”, no gracias a su
Yo hice el intento de rescatar algo que es popularidad o a su éxito, sino gracias a la “violen-
muy común, cuando yo comparto con mis cia que permite que el texto exceda las leyes que una
Políticas y narrativas del cuerpo/ Politiques et récits du corps/ Politics and narratives of the Body
abriendo e invertida» (Shock, 2011, p. 7). exigir derechos que les abran nuevos cami-
Para la escritora, al crearse a sí misma, a tra- nos, unos cuyo destino final no sea la cloa-
vés de los distintos tránsitos o caminos «in- ca, sino un espacio de reparación social en
vertidos» que significan la experiencia de lo el que la «nostredad» (Wayar, 2018, p. 18)
travesti, deviene para el resto en una subje- no sea la encarnación de una vida no vivible.
tividad sucia y desadaptada que no sigue los
patrones heteronormativos.
En sus transfiguraciones travestis de lo
sucio, Camila Sosa Villada (2019, 2020) y
Claudia Rodríguez (2015, 2018) aceptan el
epíteto «sucia», como lo hace Shock (2011,
2020), y activan una política de subjetiva-
ción estratégica que convierte la injuria en
un lugar de enunciación crítico y desesta-
bilizador. Así, las poetas travestis instalan 527 /
una política de la suciedad que, en términos
poéticos, no solo disputa un espacio de au-
torrepresentación que, históricamente se les
ha vedado, sino que interrumpen o irrum-
pen en él, a partir de la palabra sucia que
actúa como arma/venganza sobre la socie-
dad que las ha subalternizado.
Las poetas al ensuciar la sociedad necro-
neoliberal no solo polemizan con las iden-
tidades asépticas hetero-homo-trans-nor-
mativas, sino, además, cagan ese «mundo
podrido de exclusión» (Rodríguez, 2018,
p. 83) que las violenta y excluye. Asumir-
se sucias, que no es otra cosa que asumir-
se corporalidades molestas e incómodas, las
habilita para demandar la discriminación y
Políticas y narrativas del cuerpo/ Politiques et récits du corps/ Politics and narratives of the Body
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