El documento analiza la política de tierras durante el período colonial en Guatemala. La corona española primero usó la tierra como incentivo para los conquistadores, otorgándoles grandes extensiones. Más tarde, cambió a usar la tierra para generar ingresos a través de composiciones, donde los usurpadores pagaban una suma para legalizar sus tierras. Siempre buscó proteger las tierras de los pueblos indígenas.
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El documento analiza la política de tierras durante el período colonial en Guatemala. La corona española primero usó la tierra como incentivo para los conquistadores, otorgándoles grandes extensiones. Más tarde, cambió a usar la tierra para generar ingresos a través de composiciones, donde los usurpadores pagaban una suma para legalizar sus tierras. Siempre buscó proteger las tierras de los pueblos indígenas.
El documento analiza la política de tierras durante el período colonial en Guatemala. La corona española primero usó la tierra como incentivo para los conquistadores, otorgándoles grandes extensiones. Más tarde, cambió a usar la tierra para generar ingresos a través de composiciones, donde los usurpadores pagaban una suma para legalizar sus tierras. Siempre buscó proteger las tierras de los pueblos indígenas.
El documento analiza la política de tierras durante el período colonial en Guatemala. La corona española primero usó la tierra como incentivo para los conquistadores, otorgándoles grandes extensiones. Más tarde, cambió a usar la tierra para generar ingresos a través de composiciones, donde los usurpadores pagaban una suma para legalizar sus tierras. Siempre buscó proteger las tierras de los pueblos indígenas.
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La Patria De Los Criollos
La Patria de los Criollos es un libro escrito por Severo Martínez Peláez, un
reconocido historiador guatemalteco. El libro es una importante obra de análisis histórico y sociopolítico que aborda la historia de Guatemala desde la época colonial hasta la independencia.
El libro examina el período colonial en Guatemala, centrándose en la élite
criolla (descendientes de españoles nacidos en América) y su papel en la sociedad y la formación del Estado guatemalteco. Martínez Peláez analiza la estructura social, política y económica de la época, y argumenta que la élite criolla se distanció gradualmente de España y comenzó a desarrollar una identidad propia y un deseo de autonomía
Inmediatamente después de consumada la conquista, toda propiedad sobre
la tierra provenía,directamente o indirectamente, de una concesión real. El reparto de tierras que hacían loscapitanes entre sus soldados, lo hacían en nombre del monarca y con autorización de él, y laplena propiedad de aquellos repartos estaba sujeta a confirmación real.Consiguientemente, cualquier tierra que el rey no hubiera cedido a un particular o auna comunidad, pueblo, convento, etc., era tierra realenga, que pertenecía al rey y que nopodía usarse sin incurrir en delito de usurpación. El principio de señorío tiene dos vertientes:por un lado, únicamente el rey cede la tierra y por otro, no hay tierra sin dueño; nadie puedeintroducirse en tierra que el rey no le ha cedido. La corona cede tierra cuando y a quien leconviene, y también la niega cuando ello le reporta algún beneficio.Segundo. Con base en el principio anterior, España desarrolló un segundo principio de supolítica agraria: el principio de la tierra como aliciente. La corona, imposibilitada para sufragarlas expediciones de conquista como empresa del estado, las estimulócomo empresas privadas con el aliciente de ofrecerles a los conquistadores una serie deventajas económicas en las provincias que conquistasen. Ceder tierras e indios fue el principalaliciente empleado. Para que ese estímulo diera los resultados apetecidos, la corona tenía que mostrar muchamagnanimidad para ceder las tierras, pues hubiera sido desastroso que se propagara lanoticia de que los conquistadores no estaban siendo debidamente premiados por su inversión,ni los primeros pobladores por su decisión de trasladarse a las colonias recientes. Estocondiciona la brutalidad de la primera etapa de la conquista y el principio del latifundio en lascolonias: el rey ofrecía y cedía una riqueza que no había poseído antes del momento decederla. Los conquistadores salían a conquistar unas tierras con autorización, en nombre ybajo el control de la monarquía: y la monarquía los premiaba cediéndoles trozos de esasmismas tierras y sus habitantes. Les pagaba, pues, con lo que ellos arrebataban a los nativosy con los nativos mismos.Tercero. Ya afianzado el imperio por obra de la colonización y de la toma efectivadel poder local por las autoridades peninsulares, el principio político de la tierra como alicienteperdió su sentido original y siguió actuando en forma atenuada. Una generación decolonizadores españoles habían echado raíces en las colonias: habían erigido ciudades,tenían tierras en abundancia, disponían del trabajo forzado de los indios -el nuevorepartimiento comenzaba a funcionar-, muchos de ellos tenían encomiendas, habían fundadofamilias y tenían descendientes. A todo con esta nueva situación, la monarquía se hallo encondiciones de aplicar un nuevo principio: la tierra como fuente de ingresos para las arcasreales, bajo el procedimiento de la composición de tierras.La incitación del periodo anterior a pedir y obtener tierras había dado lugar a muchasextralimitaciones. En aquel periodo convenía tolerarlas, pero medio siglo más tarde seconvirtieron en motivo de reclamaciones y de "composiciones": la corona comenzó a dictarórdenes encaminadas a que todos los propietarios de tierras presentaran sus títulos. Laspropiedades rusticas serian medidas para comprobar si se ajustaban a las dimensionesautorizadas en aquellos títulos. En todo caso en que comprobara que había habidousurpación de tierras realengas, el rey se avenía a cederlas legalmente, siempre que losusurpadores se avinieran a pagar una suma de dinero por concepto de composición. En casocontrario, era preciso desalojarlas para que el rey pudiera disponer de ellas.Dicho de otro modo la usurpación de tierras se practico desde el siglo XVI con base enla libertad de las concesiones y en el descontrol de la primera etapa de colonizadora. En laúltima década de ese siglo fue un sistema de composiciones, que no vino a frenar lausurpación, sino a convertirla en un procedimiento para adquirir tierras y ensanchar loslatifundios con desembolsos moderados. Al normar la composición, las leyes sistematizaron lausurpación de tierras estuvo causándole ingresos a la Corana durante todo el período colonialhasta el día anterior a la independencia.Cuarto. La legislación colonial de tierras expresa, de manera insistente y clarísima,el interés de la monarquía de que los pueblos de indios tuvieran tierras suficientes. Lospueblos deben tener suficiente tierras comunes para sus siembras, deben tener sus ejidos- territorios también comunes de pastoreo y para otros menesteres distintos de la siembra-; alos indios que en lo particular quieran adquirir tierras por composición debe dárseles tratopreferencial, y en ningún caso debe admitirse a composición a quien haya dado usurpadotierras de indios, se trate de tierras comunales -de sementera y ejidos- o de propiedad dealgunos indios en particularPara que ese estímulo diera los resultados apetecidos, la corona tenía que mostrar muchamagnanimidad para ceder las tierras, pues hubiera sido desastroso que se propagara lanoticia de que los conquistadores no estaban siendo debidamente premiados por su inversión,ni los primeros pobladores por su decisión de trasladarse a las colonias recientes. Estocondiciona la brutalidad de la primera etapa de la conquista y el principio del latifundio en lascolonias: el rey ofrecía y cedía una riqueza que no había poseído antes del momento decederla. Los conquistadores salían a conquistar unas tierras con autorización, en nombre ybajo el control de la monarquía: y la monarquía los premiaba cediéndoles trozos de esasmismas tierras y sus habitantes. Les pagaba, pues, con lo que ellos arrebataban a los nativosy con los nativos mismos.Tercero. Ya afianzado el imperio por obra de la colonización y de la toma efectivadel poder local por las autoridades peninsulares, el principio político de la tierra como alicienteperdió su sentido original y siguió actuando en forma atenuada. Una generación decolonizadores españoles habían echado raíces en las colonias: habían erigido ciudades,tenían tierras en abundancia, disponían del trabajo forzado de los indios -el nuevorepartimiento comenzaba a funcionar-, muchos de ellos tenían encomiendas, habían fundadofamilias y tenían descendientes. A todo con esta nueva situación, la monarquía se hallo encondiciones de aplicar un nuevo principio: la tierra como fuente de ingresos para las arcasreales, bajo el procedimiento de la composición de tierras.La incitación del periodo anterior a pedir y obtener tierras había dado lugar a muchasextralimitaciones. En aquel periodo convenía tolerarlas, pero medio siglo más tarde seconvirtieron en motivo de reclamaciones y de "composiciones": la corona comenzó a dictarórdenes encaminadas a que todos los propietarios de tierras presentaran sus títulos. Laspropiedades rusticas serian medidas para comprobar si se ajustaban a las dimensionesautorizadas en aquellos títulos. En todo caso en que comprobara que había habidousurpación de tierras realengas, el rey se avenía a cederlas legalmente, siempre que losusurpadores se avinieran a pagar una suma de dinero por concepto de composición. En casocontrario, era preciso desalojarlas para que el rey pudiera disponer de ellas.Dicho de otro modo la usurpación de tierras se practico desde el siglo XVI con base enla libertad de las concesiones y en el descontrol de la primera etapa de colonizadora. En laúltima década de ese siglo fue un sistema de composiciones, que no vino a frenar lausurpación, sino a convertirla en un procedimiento para adquirir tierras y ensanchar loslatifundios con desembolsos moderados. Al normar la composición, las leyes sistematizaron lausurpación de tierras estuvo causándole ingresos a la Corana durante todo el período colonialhasta el día anterior a la independencia.Cuarto. La legislación colonial de tierras expresa, de manera insistente y clarísima,el interés de la monarquía de que los pueblos de indios tuvieran tierras suficientes. Lospueblos deben tener suficiente tierras comunes para sus siembras, deben tener sus ejidos-territorios también comunes de pastoreo y para otros menesteres distintos de la siembra-; alos indios que en lo particular quieran adquirir tierras por composición debe dárseles tratopreferencial, y en ningún caso debe admitirse a composición a quien haya dado usurpadotierras de indios, se trate de tierras comunales -de sementera y ejidos- o de propiedad dealgunos indios en particular tiene que tolerarlos, porque la despiadada explotación de los indígenas es el acicate de laconquista y el pago de la implantación del imperio.La encomienda primitiva fue una manera de disminuir, bajo el pretexto de que se entregaba alos indios para cristianizarlos, el hecho de que se los repartía para explotarlos.La esclavitud que se escondía tras el repartimiento y la economía primitivos no estabalegalmente autorizada, era esclavitud virtual.Sin embargo, hubo también en este sangriento periodo, justo a la esclavitud virtual, unaesclavitud autorizada y legal. En su afán de enriquecerse a toda prisa, los conquistadores selas arreglaron para obtener permiso de esclavizar, con base legal, a aquellos indígenas quepresentaran una tercera parte resistencia armada. Este truco se complemento con el celebreRequerimiento de Palacios Rubios, instrumento jurídico que bebía leerse a los indios parallamarlos a aceptar pacíficamente la soberanía del monarca español.Se les explicaba en él la existencia de los Papas como vicarios del Dios verdadero en la tierra,y que el último Papa había donado los territorios indianos a los reyes de España. En tal virtud,se invitaba -requería- a los indios a aceptar la nueva situación. Se les hacia saber que, sirechazaban el requerimiento, "tomaremos vuestras personas, y a vuestras mujeres e hijos, ylos haremos esclavos, como tales venderemos, y dispondremos de ellos…" Esta últimaamenaza era la verdadera razón de ser del requerimiento, porque servía para justificar laesclavización de los indios y el robo de sus bienes. El documento fue elaborado para que losindios lo aceptaran y evitar así la guerra, sino precisamente contando con lo que no seriaaceptado y daría una base legal a la esclavitud de guerra y al despojo de los nativos. El requerimiento se convirtió en parte integrante del equipo quetodo conquistador había de llevar consigo a América.Acostumbrados como estamos a pensar la conquista desde el lado de los conquistadores,olvidamos reflexionar sobre la que realmente significó para los conquistados. Imaginemos lasorpresa de los indios al recibir o escuchar el requerimiento: Unos otros hombres venidos delotro lado del mundo, cubierto el rostro con abundante pelambre y el cuerpo con amenazantesatavíos de guerra, precedidos denla alarma y el terror de las matanzas y despojos que vienenrealizando en su recorrido, se plantan con un texto en la mano y con las armas y las bestiaslistas para entrar en combate. Supongamos que se les traduce el documento a su idioma yque se les da el plazo de cuatro o cinco días para deliberar y decidirse. En ese plazo tendríanlos indígenas, según las exigencias del requerimiento, que abandonaran a sus divinidades yconvencerse de que el Dios verdadero había venido al mundo en tiempo remoto y en paísdesconocido, habría que echar por tierra las creencias heredadas por siglos, y comenzar arendirle culto a una pequeña figura humana fijada sobre dos maderillas en cruzadas, quepresentaba además el aspecto de los propios conquistadores: tez pálida y luengas barbas. Enunos pocos días habrá que renunciar al dominio de las tierras y aceptar la soberanía de unRey desconocido y lejano. Y peor de todo: se sabe que se les exige inmediatamente pago depesados tributos, la entrega de metales preciosos, y que todos los pueblos que quisieron serpacíficos tuvieron que sublevarse a la vuelta de poco. Los indios deben haber comprendidoque el requerimiento era un truco, y que todas esas loas de un Papa y un Rey repartiéndoseel mundo no tiene otra finalidad que provocar el rechaza, justificar la guerra y darle baseslegales a la esclavización y al despojo. La esclavitud y esta forma de encomienda fueron suprimidas con las Leyes Nuevas, queconvirtieron a los indios en vasallos libres, obligados a tributar al Rey. Con estas Leyes, laencomienda pasa a ser una concesión liberadora por el rey a un español con méritos deconquista o colonización, consistente en percibir los tributos de un conglomerado indígena.Esa fue la encomienda que se prolongó prácticamente durante toda la época de la colonia.Pero mucho más importante que la nueva encomienda fue el nuevo repartimiento de indios:sistema que obligaba a los nativos a trabajar por temporadas en las haciendas, retornandocon estricta regularidad a sus pueblos para trabajar en su propio sustento y enla producción de atributos. Esta última institución fue la pieza clave para del sistemaeconómico de la colonia, y puede afirmarse que será imposible integrar una visión científicade la sociedad colonial centroamericana (superando las limitaciones de la tradicional"historia de hechos", así como el carácter fragmentario y des articulador de las monografíashistóricas) mientras no se reconozca que la base de aquella estructura social fue su régimende trabajo: el repartimiento de indios, el trabajo obligatorio de los nativos, el riguroso controlde los indígenas en sus pueblos, desde los cuales eran enviados periódicamente a trabajar alas haciendas y labores de los españoles y de sus descendientes a lo largo de los tres sigloscoloniales. Ese régimen le imprimió desde las bases un determinado carácter a la sociedadcolonial centroamericana y condicionó de manera decisiva las luchas sociales, las ideologías,las formas del trato social y demás manifestaciones de la vida de aquella sociedad.Estos procesos de colonización no hubieran sido posibles sin esa enorme labor que se llamóreducción de indios. Éste fue, en definitiva, el remate de la gran transformación ocurrida en lascolonias a mediados del siglo XVI. Y los pueblos de indios, las reducciones de indios, vinierona ser el punto de apoyo de todo el sistema económico que se estructuro a partir de aquelperíodo. La reducción garantizo el cobro regular de los tributos de los encomenderos y ladisponibilidad de mana de obra para los terratenientes.La esclavitud había causado una dispersión que era grave obstáculo para la reorganizaciónde la colonia. Muchos indios vivían en las haciendas de sus amos, otros andaban huyendo,retirados en montañas y lugares remotos, y otros permanecían en la sede de los antiguospoblados prehispánicos. Ese alto grado de dispersión y desorganización fue resultado de unapeculiar suma de factores: la esclavitud arrastró indios a las haciendas y ahuyentó indios a losmontes, pero esto vino a operar sobre un cuadro de dispersión ya existente.Los indígenas, antes de la conquista, no vivían predominantemente en centros de población,sino en chozas y caseríos dispersos junto a los sembrados, constituyendo grandes áreaspoblados. Los centros urbanos de que dan noticia los conquistadores eran solamente losnúcleos de áreas habitadas mucho más amplias. A esos núcleos concurría toda la poblaciónen días determinados, con fines comerciales, religiosos y de administración, pero no eran lamorada permanente de la gran mayoría de la gran mayoría de la población.La dispersión anárquica adoptada por los indios como recurso de defensa frente a laconquista, se desarrolló a partir de un cuadro de dispersión orgánica existente con autoridad.Esta situación era contraria al plan colonial de las Leyes Nuevas, que exigía, como requisitoindispensable, que los indios vinieran a vivir, todos sin excepción, en poblados perfectamenteorganizados y estables.
suministrar a las haciendas periódicamente mano de obra indígena
(repartimiento), mientrasno hubiera centros de población perfectamente establecidos y controlados por autoridad.El repartimiento va perdurar incluso después de la independencia, aunque con distintonombre. A medida que avanzaba la colonia, se llamo indistintamente mandamiento yrepartimiento al envío de indios a las labores y haciendas para realizar trabajo obligatorio porsemanas o temporadas. Sin embargo, puede observarse la tendencia a llamar mandamientoal envió de indios a lugares lejanos a sus pueblos y por temporadas mayores que unasemana, reservando el nombre de repartimiento al régimen de envíos para seis días a lugarescercanos. A eso se debe, muy probablemente, que desde casi el mismo inicio de laIndependencia hasta mucho tiempo después, bajo las dictaduras cafetaleras (1871 - 1944) sellamara mandamiento, y no repartimiento, el envío forzoso de indios a las fincas, pues eranenvíos desde grandes distancias y por temporadas largas.Así pues, hablar de repartimiento y de mandamientos es hablar de un mecanismo deexplotación que ha permanecido hasta épocas muy recientes. Aún está fresca en lamemoria de algunos las silenciosas hileras de indios, escoltadas siempre, atados a veces, quepasaban por pueblos y ciudades en su largo y forzoso recorrido, a pie, desde sus puebloshasta las fincas.ComentarioEn este libro se analizan los sorprendentes momentos en que el cronista, alterando suposición fundamental de negación del indio, parece adoptar de pronto actitudes de apoyo ydefensa de los indígenas. En todos estos momentos puede comprobarse que ocurre uno deestos dos fenómenos: lo más frecuente es que este considerando a los nativos, en su llanarelación con los criollos, sino en sus relaciones con los españoles y que la aparente defensano sea otra cosa que la negación de la negación que aquellos hacían del indio.Los indígenas no adoptaron plena y exclusivamente las creencias de la indoctrinaciòncatólica, sino las combinaron con creencias suyas y desarrollaron una religión mixta, fueobservado por todos los cronistas coloniales. Hay que buscar aquellas causas, por supuesto,en el bajo nivel cultural en que fueron mantenidos los indígenas durante la colonia. Tiene quehaber sido un factor de primer orden, también la tendencia de los indios a mantener vivas sustradiciones: no por inercia, sino dentro de un esfuerzo enderezado a no aceptar plena ypasivamente las creencias introducidas por sus dominadores y enemigos de clase.Concluyamos, la supervivencia del paganismo y el rechazo del catolicismo eran fenómenosderivados del odio que los indios sentían hacia sus dominadores y explotadores. No podíanéstos últimos, por lo tanto, ver con tranquila indiferencia las pruebas de que la conciencia delindio no estaba plenamente conquistada.La esencia de la Reforma de Guatemala, fue una ampliación de la clase criolla en el poder,sobre todo la base de una ampliación de la disponibilidad de los indios en situación de siervos,y una ampliación muy notable del número de empresas agrícolas latifundistas