Guión

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Guion ´´Romeo y Julieta´´

Personajes:
Ama: María Fernanda Guerrero
Mercutio: Julian Ramirez
Romeo: Daniel Mora
Teobaldo: Gabriel Valbuena
Fray Lorenzo: Gabriel Valbuena
Lady Capuleto: Maria Fernanda Guerrero
Paris: Alexandra Suarez
Ciudadano: Gabriel V
Capuleto: Daniel Mora
Montesco: Julian Ramirez
Julieta: Manuela Medina
Benvolio: Manuela Medina
Principe: ¿?

Escena I
Plaza de Verona
Mercutio, Benvolio

Benvolio: – Amigo Mercutio, deberíamos refrescarnos, la verdad está haciendo mucho


calor, y los Capuleto andan de muy mal humor, ya sabes que el verano siempre hierve
mucho la sangre.
Mercutio: – Tú eres uno de esos hombres que cuando entran a una taberna, ponen la
espada sobre la mesa diciendo: ´´ ¡Ojalá que no te necesite! ´´, y luego a los dos tragos la
sacan; aun sin que nadie los provoque.
Benvolio: ¿Soy yo uno de esos hombres?
Mercutio:-- Y de los más temibles de Italia, tan fácil de entrar en cólera como de provocar
a los demás
Benvolio: -- ¿Por qué dices eso?
Mercutio: SI hubiera otro como tú pronto os mataríais. Siempre estás formando pelea y
riña por donde vas. Donde nadie viera ocasión de camorra, si la verías tú. Llena tu cabeza
de riña , como de yema un huevo. ¿Si vendrás tú a enseñarme moderación y prudencia?
Benvolio: Si yo fuera tan camorrista como dice ¿Quien me aseguraría la vida por lo menos
durante un cuarto de hora…?. Mira ahí vienen los Capuleto.

(Teobaldo y otros)
Teobaldo: – Está cerca de mí, que tengo que deciros dos palabras. Buenas Tardes,
Hidalgos. -- Quisiera hablar con uno de ustedes.
Mercutio:-- ¿Solo hablar? Más valiera que viniera acompañado de algo, como un golpe a
lo mejor.
Teobaldo: –Hidalgo, no dejaré de darle si hay motivo.
Mercutio:-- ¿Y no podéis encontrar motivo sin que os lo den?
Teobaldo: –Mercutio, tú estás de acuerdo con Romeo.
Mercutio: –¡De acuerdo! ¿Has creído que somos músicos? Pues, aunque lo seamos, en
esta ocasión vamos a desafinar.
Benvolio: – Estamos entre gente, mejor busquen otro sitio retirado donde satisfaceros o
desocupen la calle, porque todos nos están mirando.
Mercutio: Pues para eso tienen ojos. No me voy de aquí para darle gusto a nadie.
Teobaldo: Adiós, señor. Aquí está el doncel que buscábamos.

(Entra Romeo)

Mercutio: Mátenme si él lleva los colores de vuestro escudo. Aunque de fijo los seguirá al
campo, y por eso le llamas doncel.
Teobaldo: Romeo, solo una palabra me consiente decir el odio que te tengo. Eres un
miserable.
Romeo: Teobaldo, tengo razones para quererte que me hacen perdonar hasta la bárbara
grosería de este saludo. Nunca he sido un miserable. Adiós.
Teobaldo: Mozuelo, no intentes cobardemente excusar los agravios que has hecho. No te
vayas y defiéndete.
Romeo: Nunca te agravié. Te lo afirmo con juramento. Al contario, hoy te amo más que
nunca, y quizá sepas pronto la razón de este cariño. Vete en paz, Capuleto, nombre que
estimo tanto como el mío.
Mercutio: ¡Qué extraña cobardía! Que lo decidan los demás. Teobaldo ¿Quieres venir
conmigo?
Teobaldo: ¿Qué me quieres?
Mercutio: Rey de los gatos, dame unas de tus siete y vidas, para luego aporrear a las
otras seis. Saca tu espada o la mía te calentara antes que saques la tuya.
Teobaldo: Soy contigo.
Romeo: Detente, amigo Mercutio
Mercutio: Adelante, hidalgo, Enseñadme lo que traes.

(Se baten en duelo)

Romeo: Saca la espada, Benvolio. Separémoslos. ¿No sabéis que el príncipe ha


prohibido sacar la espada en las calles de Verona? Deteneos, Teobaldo y Mercurio.

(Se van Teobaldo y sus amigos)

Mercutio: Mal me han herido. ¡Mala peste a los Capuleto que me han hecho daño!
Romeo: ¿te han herido?
Mercutio: Un arañazo, nada más, pero necesita cura. ¿Dónde esta mi paje, para que me
busque un cirujano?
Romeo: No temas, a lo mejor es leve.
Mercutio: No se ve tan grave, pero es lo suficiente para sentirme muerto ¿Para que te
pusiste a separarnos?
Romeo: Fue con buena intención
Mercutio: Llévame de aquí, Benvolio, que me voy a desmayar.
(Se van)

Romeo: Por culpa mía sucumbe este noble caballero. Estoy enfrentado por Teobaldo, que
ha de ser mi pariente cuando me case con julieta.
Benvolio (que regresa): ¡Ay, Romeo! Mercutio ha muerto. Aquella alma, se ha lanzado ya
a las nubes.
Benvolio: Por allí vuelve Teobaldo
Romeo: Vuelve vivo y triunfante. ¡Y Mercurio muerto!, Huye de mí, dulce esperanza. Solo
la ira me guiara ahora. Teobaldo, ese desagraciado, el alma de Mercutio está desde las
nubes llamando a la tuya. Y tu o yo debes seguirle.
Teobaldo: Pues ve a acompañarle tú, que tanto estabas con él.
Romeo: Ya lo decidirá la espada.

(Se baten, y cae herido Teobaldo)

Benvolio: Huye, Romeo. La gente acude y Teobaldo ya está muerto.


Romeo: Soy un triste juguete de la suerte
Benvolio: Solo huye.

(Acude gente)

Ciudadano 1: ¿Por dónde habrá huido Teobaldo, el asesino de Mercutio?


Benvolio: Ahí yace muerto Teobaldo.
Ciudadano 1: Seguidme todos, el príncipe esta aquí.

(Entra el príncipe con sus guardias, Montescos y Capuletos)

El príncipe: ¿Dónde están los causantes de esta riña?


Benvolio: Ilustre príncipe, yo puedo contarle los hechos. Teobaldo mató a Mercutio,
vuestro deudo, y Romeo mató a Teobaldo.
Señora Capuleto: ¡Teobaldo! Mi sobrino. Un Montesco ha asesinado a mi deudo. Hay que
ser justos, dadnos sangre por sangre.
Príncipe: Se sincero Benvolio: ¿Quién comenzó la pelea?
Benvolio: Teobaldo, que luego murió a manos de Romeo por venganza. Esa es la verdad,
Teobaldo inició todo batiéndose con Mercutio, Romeo los separó y Mercutio cayó herido
mientras Teobaldo se salía con la suya y Romeo buscó venganza
Señora Capuleto: No ha dicho la verdad. Si Romeo mató a Teobaldo que muera Romeo.
Príncipe: Él mató a Mercutio, según dice el relato. ¿Y quién pide justicia, por una sangre
tan cara?
Montesco: No era Teobaldo el deudor, aunque fuese amigo de Mercutio, ni debía haberse
tomado justicia por mano propia.
Principe: En ese caso, yo te destierro. Vuestras almas están cegadas del resentimiento, y
a pesar vuestro he de haceros llorar la muerte de mi deudo. Huya Romeo; porque si no
huye, le alcanzará la muerte. No seria clemencia perdonar al homicida.
Escena ll
Jardín en Casa de Capuleto
Julieta y el Ama

Julieta: Vamos, vamos a la casa del dios Febo. Venga la dulce noche a tender sus
espesas cortinas. Cierra. ¡Oh sol! Tus penetrantes ojos, y deja que el silencio venga a mi
Romeo, e invisible se lance en mis brazos. El amor es ciego y ama la noche, y a su luz
misteriosa cumplen sus citas los amantes. Ven, noche; ven Romeo, tú que eres mi día, en
medio de esta noche.
Aquí viene Ama, y me traerá noticias de él.
(Llega ama con noticias)
Ama, ¿Qué noticias traes? ¿Esas son las noticias que te dijo Romeo?
Ama: Sí, esas son
Julieta: ¡Ay dios mío! ¿Qué paso? ¿Por qué tienes las manos así?
Ama: ¡Ay niña! Murió, murió. Estamos perdidas, no hay remedio. Lo mataron.
Julieta: ¿Pero cabe en el mundo tanta maldad?
Ama: En romeo. Fue Romeo quien lo hizo
Julieta: ¿Eres tú, demonio, que siempre vienes a atormentarme?
Ama: He visto la herida. La he visto con mis propios ojos. Estaba muerto: amarillo, pálido
como la cera, hasta me desmayé de verle.
Julieta: ¡Estalla, corazón mío! Solo me queda morir y que un montón de tierra cubra mis
ojos.
Ama: ¡Oh Teobaldo, amigo mío! ¿Por qué he tenido que verle muerto?
Julieta: ¿Qué confusión es esta? ¿Dices que Romeo ha muerto, y también mi dulce primo,
Teobaldo?
Ama: A Teobaldo mató Romeo, y este anda desterrado.
Julieta: ¡Ay señor! ¿Con que Romeo derramó la sangre de Teobaldo? Esto es una
traición, llena de dolor.
Ama: Los hombres son todos iguales. En ello no hay fe, ni verdad. Malvados. ¿En donde
esta mi escudero? Tráiganme unas gotas de licor.
Julieta: En la noble cabeza de Romeo no es posible deshonra. En su frente reina el honor
como soberano monarca.
Ama: ¿Cómo puedes perdonar al que mato a tu primo?
Julieta: ¿Y como he de desear el mal de quien es mi esposo? Mato a Teobaldo; porque si
no mi primo lo hubiera matado a él. Me pesa más la palabra desterrado de Romeo, que
diez mil Teobaldos muertos. ¿Dónde están mi padre y mi madre? Dímelo.
Ama: Llorando sobre el cadáver de Teobaldo ¿Quieres que te acompañe a ir?
Julieta: Ellos con su llanto limpiaran las heridas. Yo entre tanto lloraré por el destierro de
Romeo.
Ama: Voy a buscar a Romeo sin pérdida de tiempo. Esta escondido en la celda de Fray
Lorenzo. Esta noche vendrá a verte.
Julieta: Dale en nombre mío esta sortija, y dile que quiero oír su despedida.
Escena III
Celda de Fray Lorenzo
Fray lorenzo y Romeo

Fray Lorenzo: Acercate Romeo, ya sabes que eres dulce para la desgracia y vives con
dolor.
Romeo: Dime padre ¿Qué pude el príncipe? ¿Hay algo más que se sume esto?
Fray Lorenzo: Tengo la sentencia del príncipe
Romeo: ¿Cómo es la sentencia?
Fray lorenzo: No es fuerte. Pues más que muerte, enfrentara el destierro.
Romeo: Ten piedad, prefiero mil veces la muerte que le destierro.
Fray Lorenzo: Pero si solo te vas de Verona, porque miedo, el mundo es grande.
Romeo: Pero mi mundo es Verona y nada más, pues insisto que es mejor la muerte que
el destierro.
Fray Lorenzo: Pobre como piensas, el crimen siendo de muerte y a ti te dan la muerte
mediante el destierro.
Romeo: Pues si a eso le dicen clemencia, como será la crueldad, mi mundo es julieta y no
podría vivir sin poder saber que puedo ser juzgado por pecado de solo pensar en sentir la
experiencia de tocar esos labios, esa piel blanca o incluso su maravillosa mano.
Fray Lorenzo: Oye, joven loco y apasionado.
Romeo: ¿Ahora me veo al recordar el destierro?
Fray Lorenzo: se de filosofía y puedo colaborarte y te alivies
Romeo: Eso de que sirve, pues si no hace que cree otra Julieta o el pueblo tenga pies y
se mueva e incluso si no sirve para cambiar la razón de un príncipe ni me hables.
Fray Lorenzo: Ay dios mío. ¿Por qué no escuchan?
Romeo: Pero ¿cómo van a escuchar?
Fray Lorenzo: Hay va un buen consejo
Romeo: Ni siquiera sabes que siento y ya me vas a venir a hablar.
Fray Lorenzo: Con cuidado, ocúltate Romeo
Romeo: No quiero, así como estoy me da igual
Fray Lorenzo: Hazme caso, no seas terco, me vas acabar la paciencia.

(Entra Ama)

Ama: Necesito entrar, vengo a entregar algo de parte de Julieta


Fray lorenzo: Hubieras hablado antes. Adelante sigue
Ama: Cuéntame Fray ¿Dónde está Romeo?
Fray Lorenzo: Míralo en el suelo y limpiando sus lágrimas.
Ama: Julieta esta igual
Fray Lorenzo: Pobre amor el que se tienen estos dos
Ama: Están igual, pero tu debes levantarte y luchar por lo de ustedes.
Romeo: Ama
Ama: Señor, la muerte lo acaba todo
Romeo: Okey, pero cuéntame que es de ella, mejor ni pregunto a lo mejor dirá que soy un
asesino
Ama: Ella lora y grita clamando que tú la busques
Romeo: Odio esto y me odio a mí mismo, no debería ni existir. (Saca un puñal)
Fray Lorenzo: Deja tu llanto de mujer, y sé hombre, no conseguirás nada dando tu
muerte, Julieta estaría devastada después de eso. Ve donde julieta y se feliz, y enfrenta el
problema, pero te hundas con el.
Ama: Se va animar mucho y estará esperando su visita
Romeo: Si, dile que este preparada
Ama: Toma este anillo, ella me lo dio para entregártelo, ahora vete que la noche espera
Romeo: Me acaba de volver el alma
Fray Lorenzo: Adiós, piensa y recapacita sobre lo que ha pasado y cuídate

Escena IV
Sala en casa de Capuleto
Capuleto y la sra de Capuleto y Paris

Capuleto: La muerte de Teobaldo no nos ha dejado mucho tiempo para hablar con
nuestra hija. Tanto ella como yo queríamos mucho a Teobaldo.
Es verdad todos vamos a morir ya es tarde, ella debe estar triste, si no fuera por ti, estaría
ya en mi lecho
Paris: Si, tampoco le conviene al dolor de Julieta el que yo la acorteje. Buenas noches
señora, ofrécele mis condolencias a su hija
Sra Capuleto: Se las daré, mañana sabre que opina de tus intenciones, ahora esta
abrumada por la desgracia
Capuleto: Señor Paris, prometo conseguirle la mano de mi hija, ella dejara la decisión en
mí.
Esposa mía, ve y háblale a Julieta del amor de Paris, ordénale, si ordénale, que el
próximo miércoles… ¿Qué día es?
Paris: Lunes, señor
Capuleto: ¡Bien, Lunes! El miércoles es demasiado pronto; que sea el jueves. Dile que el
próximo jueves habrá de casarse con Paris ¿Ese día esta bien? ¿Estas contento? No lo
haremos con mucha ceremonia, la muerte de Teobaldo fue hace poco, dirán que no lo
sentimos, solo invitaremos amigos íntimos, y nadie más.
Paris: Ojalá mañana fuera jueves.
Capuleto: Bueno, márchate ahora y será el jueves, y tú mujer ve a hablar con julieta antes
de acostarte, guíala en su preparación, adiós Paris, está muy tarde.

Escena V
Galería cerca del cuarto de julieta con una ventana que da al jardín
Romeo y Julieta

Julieta. ¿Tan pronto te vas a ir?


Romeo: Tengo que partir, o si no tu familia me matara aquí
Julieta: Quédate por favor, no te vayas todavía
Romeo: ¡Que me maten! Solo por quedarme aquí durante un rato más, pues todavía no
veo el amanecer, y si se asoma diré que solo es la luz de la luna y que todavía tenemos
mucho tiempo para hablar.
Julieta: Mejor vete, el cielo cada vez es más claro ¡Maldita sea! Luz que me aparta de tus
atractivos.
Romeo: ¿Has dicho Luz?

(Entra Ama)

Ama: ¡Julieta!
Julieta: ¡Ama!
Ama: Tu madre te necesita. Ya amanece
Romeo: Un beso, adiós

(Se va por la escalera)

Julieta: ¿Te vas? Mi señor, dame nuevas de ti todos los días, a cada instante
Romeo: Adiós. Te mandare noticias mías y mi bendición
Julieta: ¿Crees que volvamos a vernos?
Romeo: Si
(Se va)

Sra Capuleto: Hija ¿Estas despierta?


Julieta: ¿Quién me llama? Madre ¿Eres tú?

(Entra la señora Capuleto)

Sra Capuleto: ¿Qué es esto Julieta?


Julieta: Estoy mala
Sra Capuleto: ¿Todavía lloras la muerte de tu primo?
Julieta: Déjame llorar
Sra Capuleto: ¿Lloras por ese infame que le ha matado?
Julieta: ¿Cuál infame?
Sra Capuleto: Romeo
Julieta: Si, y quisiera vengarme de mi primo
Sra Capuleto: Ya lo haremos, no llores más, por el momento tienes que estar tranquila.
Julieta: No lo estaré si no podre ver a Romeo… Muerto claro
Sra Capuleto: Por el momento te traigo una buena noticia
Julieta: ¡Que bueno! ¿Cuál es?
Sra Capuleto: El jueves por la mañana, el conde Paris, se desposará contigo en la iglesia
de San Pedro
Julieta: Pues te juro, por la iglesia de San Pedro que no va a desposar a nadie, además
es demasiado pronto ¿A que se debe todo eso?
Sra Capuleto: Ahí viene tu padre, dile lo mismo y verás como se pone

(Entra Capuleto y el ama)

Capuleto: Dime, esposa mía ¿Has cumplido con mis ordenes?


Sra Capuleto: Si, pero ella se niega a casarse ¡Ingrata!
Capuleto: ¿Qué eso de no querer ser esposa de Paris? Debería estar orgullosa de que un
hombre como lo es el, pida su mano
Julieta: ¿Enorgullecerme? Le agradezco por pedir mi mano, si, pero la verdad no me
interesa
Capuleto: Nada de eso señorita, serás esposa de Paris y tendrás que alistarte y preparar
todo, pues el jueves te va a desposar
Julieta: Padre mío, por favor, solo te pido que me escuches
Capuleto: ¡Escucharte! Eres una necia, el jueves iras a la iglesia y te casaras, o no me
volverás a mirar a la cara. No me supliques, ni me digas una palabra más. Yo pensé que
tener una hija era una bendición, pero ahora me doy cuenta que es todo lo contrario.
Ama: Señor, tampoco le hable asi
Capuleto: Usted no se meta, y vaya y hable con sus iguales
Sra Capuleto: Loco, estás
Capuleto: Loco sí, pero aquí se cumplen mis órdenes y esa muchacha deberá casarse o
no será más mi hija, tendrás que decidirte antes del jueves.

(Se van)

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