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Espíritu Santo
EL BAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO
(ADOPTADA POR EL PRESBITERIO GENERAL EN SESIÓN EL 9-11 DE AGOSTO DE
2010)
Desde los primeros días del siglo veinte, muchos creyentes cristianos han
enseñado y han recibido una experiencia espiritual que llaman el bautismo en
el Espíritu Santo. En la actualidad, centenares de millones de creyentes se
identifican con el movimiento que enseña y promueve la recepción de esta
experiencia. La expansión global de este movimiento muestra el cumplimiento
de las palabras de Jesucristo a sus discípulos cuando les prometió que el
Espíritu Santo vendría sobre ellos, y recibirían poder para ser sus testigos a
todo el mundo (Hechos 1:5,8).
Los rasgos más característicos del bautismo en el Espíritu Santo son los que
siguen: (1) teológicamente y como experiencia se distingue del nuevo
nacimiento y lo sucede, (2) está acompañado por las lenguas que habla quien
lo recibe, y (3) tiene un propósito que lo distingue de la obra del Espíritu en la
regeneración del corazón y la vida de un pecador arrepentido.
El primer capítulo de los Hechos reanuda el tema de estas promesas. Jesús “les
mandó [a sus discípulos] que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la
promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente
bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro
de no muchos días” (Hechos 1:4,5); “pero recibiréis poder, cuando haya venido
sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda
Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8). Todo el libro de
los Hechos es un comentario de estos versículos, que profundiza los asuntos
relacionados con el empoderamiento espiritual y la expansión del evangelio en
el Imperio Romano. Por lo tanto, es necesario explorar lo que Lucas dice acerca
del bautismo en el Espíritu.
Considerando que Lucas y Hechos son de carácter histórico, Lucas seleccionó sucesos
y expresiones que enfatizaran el aspecto dinámico de la obra del Espíritu Santo.
Los primeros cuatro capítulos del evangelio de Lucas presentan un claro cuadro
de que la prometida era del Espíritu había sido inaugurada. Lucas presenta la
actividad del Espíritu de una manera que claramente evoca la profecía de Joel.
Durante cuatrocientos años la actividad del Espíritu Santo entre el pueblo de
Dios había estado virtualmente ausente. Ahora irrumpe en una sucesión de
acontecimientos relacionados con los nacimientos de Juan el bautista y de
Jesús, y con el inicio del ministerio terrenal de Jesús. Visitaciones angélicas,
concepciones milagrosas, palabras proféticas, el Espíritu que desciende sobre
Jesús en su bautismo, el empoderamiento de Jesús para su ministerio terrenal
—todas estas cosas están registradas en una rápida sucesión con el fin de
enfatizar el advenimiento de la era prometida.
CONCLUSIONES
HABLAR LENGUAS
PALABRAS INSPIRADAS POR EL ESPÍRITU QUE ANTECEDEN A HECHOS 2
Hay una vital conexión entre las personas del Antiguo Testamento que
profetizaban y las experiencias comparables del Nuevo Testamento antes del
Día de Pentecostés, especialmente como se registra en Lucas 1–4. En esos
capítulos registra que ciertas personas fueron llenas del Espíritu—Juan el
bautista, Elizabet su madre, y su padre Zacarías—y que también hubo algunos
que profetizaron bajo la influencia del Espíritu Santo, como Elizabet, Zacarías,
María, y Simeón, Además, se menciona a Ana como profetiza (2:36).
fuego, y las lenguas que se hablaron. 10 El viento y el fuego, que en las Escrituras son
símbolo del Espíritu Santo, antecedieron al derramamiento del Espíritu; pero el
fenómeno de hablar en lenguas fue una parte integral de la experiencia de los
discípulos en el bautismo en el Espíritu. El ímpetu de hablar en lenguas era el Espíritu
Santo. El verbo griego apophthengomai al final del versículo 4 se repite en el versículo
14 como introducción del discurso de Pedro a la multitud. Es una palabra poco común
y que rara vez se usa, y que se puede traducir como “emitir una palabra inspirada” .
La palabra griega glossa se refiere a la lengua como el órgano del habla y, por
extensión, el resultado del habla: el lenguaje. En Hechos 2, aunque los
discípulos no conocían las lenguas que ellos mismos hablaron, hubo algunos
que sí las entendieron. Eran lenguas humanas, identificables. Lucas dice que los
discípulos hablaron en otras lenguas, es decir, lenguas que no eran las de ellos.
Sin embargo, en las demás instancias de Hechos, donde se menciona que
hablaron lenguas (10:46; 19:6), no hay indicación de que los presentes
entendieron las lenguas o las identificaron. Los escritos de Pablo enseñan que
las lenguas no siempre son humanas; también pueden ser espirituales,
celestiales, o angélicas (1 Corintios 13:1; 14:2,14) como un medio de
comunicación entre el creyente y Dios.
1. En el Día de Pentecostés, todos los que fueron llenos con el Espíritu hablaron
en lenguas (Hechos 2:4).
2. Pedro, al explicar a los presentes el significado de la experiencia de los
creyentes, dijo que era el cumplimiento de Joel 2:28,29 (Hechos 2:16–21).
Especialmente importante es que Pedro, en medio de la referencia que hizo de
Joel, introdujo las palabras “profetizarán” (versículo 18), enfatizando la palabra
profética como un rasgo clave del cumplimiento. ¿Es hablar en lenguas lo
mismo que la profecía? El hablar en lenguas y la profecía suceden cuando el
Espíritu Santo viene sobre una persona y la dirige a hablar. La diferencia básica
es que la profecía es en el idioma de quien habla, en tanto que el hablar en
lenguas es un idioma que quien habla desconoce. Pero el modo en que operan
los dos dones es el mismo. Hablar en lenguas puede, por lo tanto, considerarse
una forma especializada o diversa de profecía respecto a la manera en que
opera.
Los samaritanos (8:14–20). Los samaritanos habían sido testigos de las señales
que Dios obró
Este relato se clasifica entre los dos principales en los capítulos 2 al 10, que sin
ambigüedad asocia la glosolalia con el bautismo en el Espíritu. Por lo tanto,
este suceso puede con toda razón identificarse como el “Pentecostés
Samaritano”.
Saulo de Tarso (9:17). Lucas no registra detalle alguno del bautismo de Pablo
en el Espíritu Santo. Sin embargo, sí sabemos que Pablo hablaba en lenguas
con frecuencia y como algo normal en su rutina diaria (1 Corintios 14:18).
Parece legítimo y lógico inferir que la primera vez que habló en lenguas fue
cuando Ananías le impuso las manos. Así como lo que sucedió en Samaria, esta
experiencia se sitúa entre los dos sucesos que claramente dicen
que todos hablaron en lenguas cuando fueron bautizados en el Espíritu.
Los Discípulos en Éfeso (Hechos 19:1–7). Cuando el Espíritu Santo vino sobre
estos discípulos, “hablaban en lenguas y profetizaban” (versículo 6). Una
traducción del texto griego podría ser: “No sólo [te] hablaron en lenguas, sino
que también [kai] profetizaron". 12
CONCLUSIONES
Las Escrituras no dan una fórmula para recibir la plenitud inicial del Espíritu,
pero los siguientes consejos pueden ser útiles:
Todos los creyentes son candidatos. Joel predijo que el Señor derramaría su
Espíritu sobre todo su pueblo (2:28,29). Ancianos y jóvenes, mujeres y hombres,
siervos—sin distinción de edad, género, o condición social—, todos estamos
incluidos en la promesa. Esto es un eco de la ferviente esperanza (¡y profecía!)
de Moisés: el Señor pondría su Espíritu sobre todo su pueblo (Números 11:29).
La provisión profética ya no estaría limitada a unos pocos que formaban un
grupo selecto. Pedro enfatizó este asunto en su discurso de Pentecostés,
cuando citó el pasaje de Joel, y después declaró que el don del Espíritu: para
“vosotros [judíos] es la promesa, y para vuestros hijos [descendientes], y para
todos los que están lejos” (versículos 38,39). “Lejos” probablemente se refiere a
los gentiles (Efesios 2:13,17); algunos lo interpretan como quienes están
distantes cronológica y geográficamente. Los creyentes interesados deben estar
seguros y convencidos de que la experiencia es verdaderamente para ellos.
Dios no permitirá que quien le busca sinceramente viva una experiencia falsa. A
algunos les preocupa que “las lenguas que hablen” sean generadas por ellos o
que vengan de Satanás. Esas personas deben confiar en las palabras de Jesús:
“Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos,
¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo
pidan?”. Este versículo está inserto en un contexto que explica que un padre
terrenal no dará a su hijo una serpiente cuando éste le ha pedido un pescado, o
un escorpión si le ha pedido un huevo (Lucas 11:11–13).
El bautismo en el Espíritu Santo debe ser más que una doctrina que se protege
y se valora; debe ser una experiencia vital, productiva, y continua en la vida de
los creyentes y en su relación personal con el Señor, su interacción con otros
creyentes, y su testimonio al mundo. La vitalidad y la fuerza de la Iglesia
pueden concretarse sólo cuando los creyentes de manera personal y colectiva
manifiestan el poder del Espíritu Santo que Jesús mismo experimentó y que
prometió a sus discípulos.
APÉNDICE
NOTAS
1. Traducción literal.
2. Algunas confiables traducciones del Nuevo Testamento que usan el término
“por”
3. El verbo está en el tiempo presente del griego, que expresa el significado de
una acción continua.
4. No obstante, la palabra griega charisma tiene una amplia gama de significados
en el Nuevo Testamento. Su significado básico es que es un don que se recibe
por gracia.
5. Véase la obra de I. Howard Marshall: Luke: Historian and Theologian [Lucas:
historiador y teólogo]. Grand Rapids: Zondervan, 1970.
6. La formulada doctrina de la Trinidad es el resultado de un estudio inductivo de
las Escrituras, como también lo es la doctrina de la unión hipostática —que
Cristo fue y es plenamente divino y plenamente humano, sin dejar de ser una
sola persona.
7. Hechos 9:25, donde la frase “los discípulos” se refiere a los seguidores de
Pablo.
8. Por “haber creído [pisteusantes]”, la gramática griega permite que se traduzca
“cuando creíseis” (tiempo coincidente) o “después de que creísteis” (tiempo
antecedente). El contexto favorece la segunda traducción.
9. Ciertamente, en el evangelio de Juan, el Jesús resucitado habló a los discípulos
con el imperativo: “Recibid el Espíritu Santo” (20:22). Los eruditos bíblicos
entienden de diversas maneras el uso que Juan da a la declaración: algunos la
ven como el inmediato don del Espíritu en la regeneración, otros, como un
anticipo de lo que aconteció en Pentecostés, y otros, como un informe juanino
independiente del Pentecostés.
10. El término técnico del español para la acción de hablar en lenguas es
“glosolalia”, de las palabras griegas glossa (lengua, lenguaje) y lalia (habla). La
palabra no se encuentra en las Escrituras.
11. Véase Lucas 1:46 y Hechos 19:17 como sucesos paralelos.
12. La estructura griega es te…kai que, junto con te kai, se usa con frecuencia en el
libro de los Hechos. Las siguientes son posibles maneras de traducirla: “como…
también; porque…mas; no sólo…sino’. Encontramos algunos ejemplos
gramaticales en Hechos 1:1,8; 4:27; 8:12; 9:2; 22:4; 23:6. A Greek-English Lexicon
of the New Testament and Other Early Christian Literature (3ra. ed.) Revisado y
editado por Frederick William Danker. Chicago: The University of Chicago Press,
2000, p. 993.
13. Una traducción estricta del texto, basada en la estructura griega de las siete
preguntas en estos versículos.
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