Saq117 02
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EL ESPÍRITU SANTO:
OBRANDO TRAS BAMBALINAS
Sábado 7 de enero
PARA MEMORIZAR:
“Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber” (Juan 16:14).
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Domingo 8 de enero // Lección 2
Al comparar las acciones del Espíritu Santo con el viento, Jesús describe el
carácter misterioso del Espíritu. Los movimientos del viento tienen algo misterioso.
Es difícil predecir con exactitud de dónde viene el viento y a dónde va. ¿Quién no
ha sido sorprendido por momentos por la aparición repentina de viento, aparen-
temente de la nada? Sin embargo, podemos aprender a familiarizarnos un poco
con sus movimientos y patrones.
De un modo similar, el Espíritu Santo obra donde le place. Nadie puede contro-
larlo. Pero, podemos saber dónde está activo y trabajando. Al igual que el viento, el
Espíritu Santo es invisible pero puede ser muy poderoso. Nosotros, por supuesto,
podemos sentir la presencia del viento y, a menudo, podemos ver su efecto, aun
cuando no podamos ver el viento mismo. Desde una brisa suave hasta un vendaval
arrasador, el viento puede ser una fuerza muy potente. Cuando se describe al Es-
píritu Santo como viento, su actividad es conectada con la idea de traer vida a los
muertos. Esto implica un poder del más elevado nivel, que solamente Dios tiene.
El modo en que esto se logra sigue siendo un misterio. Dios y su actividad
por medio del Espíritu Santo son más grandes de lo que podríamos llegar a com-
prender, al igual que muchas otras cosas seculares y sagradas.
Esto no significa que no podamos ver lo que el Espíritu Santo logra, pero
debemos reconocer que, al lidiar con los misterios divinos, la virtud apropiada es
la humildad. La humildad aprecia la grandeza de Dios, reconoce nuestras limita-
ciones como criaturas y acepta nuestra necesidad de revelación divina.
Elena de White lo explicó muy bien: “Los misterios de la Biblia, lejos de ser
un argumento contra ella, se encuentran entre las más fuertes pruebas de su
inspiración divina. Si su descripción de Dios consistiera solo en lo que nosotros
pudiéramos comprender, si su grandeza y su majestad pudieran ser abarcadas
por mentes finitas, la Biblia no llevaría, como lleva, evidencias inconfundibles de
la divinidad” (Ed 154).
¿Cuáles son algunas de las fuerzas invisibles de la naturaleza que pueden impac-
tar nuestra vida? ¿Qué debería enseñarnos esto acerca de la realidad de influen-
cias invisibles pero poderosas en nuestro mundo?
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Lección 2 // Lunes 9 de enero
Lee Génesis 1:2; Job 26:13 y 33:4; y Salmo 33:6 y 104:29 y 30. ¿Cuál fue
el papel del Espíritu Santo en la Creación? ¿De qué manera se relaciona el
Espíritu de Dios con la creación de la vida?
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Martes 10 de enero // Lección 2
Lee Éxodo 31:1 al 5. ¿De qué manera el Espíritu Santo estuvo involucrado
en la construcción del Santuario? ¿Cómo ayudó el Espíritu Santo a aquellos
que construyeron el lugar donde Dios habitaría?
La Biblia nos dice que el Espíritu Santo también estuvo presente en la construc-
ción del Santuario, el lugar central donde se llevaba a cabo la reconciliación entre
Dios y los seres humanos, y donde un Dios santo venía al encuentro del pecador.
Fue Dios quien comunicó a Moisés su plan de construir el Santuario terrenal, según
el celestial original (Éxo. 25:9, 40).
El Santuario fue el modelo de Dios para ilustrar su plan de salvación. Dios
habría de morar en medio de su pueblo de una manera especial, y lo haría en el
Santuario que dijo que debían construir. Y fue tarea del Espíritu Santo capacitar a
diferentes seres humanos a fin de que llevaran a cabo con destreza artística y con
hermosura lo que Dios les había pedido. Sin esa ayuda, Israel no habría podido
realizar esta obra de arte.
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Lección 2 // Miércoles 11 de enero
Lee Juan 16:13 y 14; y 15:26. Según dijo Jesús, ¿cuál es la tarea del Espíritu
Santo? ¿De qué manera se relaciona esta tarea central con todo lo demás
que hace el Espíritu Santo?
Jesús nos dice que el Espíritu Santo habla no de sí mismo, sino de Jesús. Su tarea
consiste en elevar la obra redentora de Cristo. El Espíritu se mantiene a sí mismo
tras bambalinas y apunta el reflector de lleno a Jesús. Se ha dicho acertadamente
que “el mensaje del Espíritu para nosotros nunca es: ‘Mírame a mí; escúchame a
mí; ven a mí; conóceme a mí’, sino siempre: ‘Míralo a él y ve su gloria; escúchalo a
él y escucha su palabra; ve a él, y tendrás vida; conócelo a él, y prueba su don de
gozo y paz’. El Espíritu, podríamos decir, es el celestino, el casamentero celestial,
cuyo papel es unirnos con Cristo y asegurarse de que permanezcamos juntos”.–J. I.
Packer, Keep in Step With the Spirit: Finding Fullness in Our Walk with God, pp. 57, 58.
Esto es altamente significativo. Cualquier énfasis en la obra del Espíritu Santo
que reste importancia a la persona y la obra de Jesucristo no proviene del Espí-
ritu Santo. Por importante que sea el papel del Espíritu Santo para nuestra vida
espiritual, nunca debería ocupar, en nuestro pensamiento y para nuestra salva-
ción, el lugar que pertenece solamente a Jesucristo. Dondequiera que Jesús sea
exaltado, el Espíritu Santo está obrando. Por eso somos llamados cristianos, es
decir, seguidores de Cristo (ver Hech. 11:26), en vez de “pneumianos”, es decir,
seguidores del Espíritu (ver Graham A. Cole, He Who Gives Life: The Doctrine of
the Holy Spirit, p. 284).
¿Por qué es tan importante para nosotros ensalzar al Cristo resucitado en todo lo
que hacemos? Después de todo, piensa en lo que Jesús ha hecho por nosotros.
Le debemos todo a él. ¿De qué manera podemos mostrarle nuestra gratitud?
(Ver, por ejemplo, 2 Tes. 1:11, 12.)
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Jueves 12 de enero // Lección 2
Lee Lucas 24:44 al 49; Gálatas 5:16 al 23; y Efesios 4:23 y 24. ¿Qué apren-
demos acerca de la obra del Espíritu Santo en estos pasajes? ¿De qué manera
el Espíritu glorifica a Jesús?
¿De qué manera la obra de reproducir el carácter de Cristo en nuestra vida glo-
rifica al Padre?
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Lección 2 // Viernes 13 de enero
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