La Casa de Bernarda Alba
La Casa de Bernarda Alba
La Casa de Bernarda Alba
Personajes:
Narrador
Bernarda Alba: la viuda y madre, protagonista de la historia
Angustias: hija mayor de Bernarda, de unos 40 años (heredera)
Magdalena: hermana segunda de Angustia (30 años). Es sumisa
Amelia: hija tercera de Bernarda (27 años). Se caracteriza por ser
tímida
Martirio: con 24 años, sufre de depresión y es pesimista. Cuarta hija de
Bernarda
Adela: menor de las hermanas (20 años). Rebelde y decidida
Poncia: vieja criada de Bernarda
Criada: trabaja en casa de Bernarda
Pepe el Romano: prometido de Angustias, pero enamorado de Adela.
No participa en los diálogos.
ACTO 1
Narrador: al caer la noche, después de que culminara el último rezo del difunto
esposo de Bernarda Alba, en su casa, Poncia y la otra criada sirvieron la cena,
pero en la mesa se reunieron todas las hermanas, excepto Angustias, quien
aún no había bajado a comer.
–Adela: escuché ladrar unos perros y me acerqué para ver qué sucedía…
ACTO 2
Narrador: al día siguiente, Amelia, Martirio y Magdalena mantuvieron una
conversación sobre el compromiso de Angustias y Pepe el Romano.
–Adela: (se ríe) ¡que ilusas son! Pepe es joven y simpático, Angustias no.
Todas sabemos que él la busca por el dinero de la herencia.
–Poncia: parece mentira que Angustias se vaya a casar tan vieja, pensé que
iba a acompañar a doña Bernarda hasta sus últimos días, como ustedes,
pobrecitas, sometidas a ese luto tan largo.
–Adela: (mirada molesta) para que veas, los giros que da la vida…
–Adela: siempre metiendo tus narices donde no te importa, pero ¿sí y qué? mi
cuerpo se lo doy a quien yo quiera.
–Poncia: no le hagas eso a tu hermana, mejor espera a que ella se case. Estoy
segura que si sale embarazada no soportará el parto, ya que es estrecha de
cintura y la edad no le ayuda.
– Pero es muy tarde para tu consejo. Porque puede más este amor
desenfrenado que despierta el deseo entre mis piernas.
–Poncia: cuidado con lo que haces, te vas a venir creando tu propio infierno
muchachita.
ACTO 4
Narrador: las tensiones aumentaron en casa de Bernarda Alba durante las
últimas semanas, luego de que Martirio se robara el retrato de Pepe el
Romano.
–Martirio: ¡Adela patalea, llora y has berrinche, pero no te dejaré salir de aquí!
–Martirio: (apunta su mano hacia Adela) ¡madre ella es una mujerzuela!, ¡se
acuesta con Pepe el Romano!, revisa su ropa interior y ve como está cubierta
de paja de trigo, porque viene del establo.
–Bernarda Alba: el establo es usado por las mujeres de la mala vida para
cometer sus pecados. ¡Adela, eres una malnacida!, ¡has deshonrado a la
familia!
–Adela: llegó el fin de tu dominio, ¿creías que sería como las tontas de mis
hermanas? A toda tus ordenes decían que sí, jamás desearía estar como ellas,
viejas, feas y solteronas.
–Magdalena: ¡lo que sale de tu boca es puro veneno, Adela calla ya!
–Adela: ¡No me callo Magdalena!, Angustias que se entere que soy la mujer de
Pepe, desde la segunda vez que piso está casa fijó sus ojos en mí.
ACTO 5
Narrador: en medio del ataque de ira, Bernarda le entregó el arma a Angustias,
pero Adela no se doblegó en ningún momento.
–Angustias: siento el corazón acelerado, las manos me sudan, pero no dejaré
que salgas con vida desgraciada, ladrona de maridos.
Narrador: Angustias se acercó hasta donde Adela, la sujetó fuerte sin que
pudiera escapar y le disparó. Las otras hermanas, sorprendidas de lo ocurrido,
empezaron a llorar. Por su parte, Bernarda ordenó a Poncia y a la otra criada,
que recogieran el cuerpo y la vistieran como una doncella.
–Bernarda Alba: aquí no ha pasado nada, ¡dejen de llorar! Hay que enfrentar
la muerte. Si quieren desahogarse lo harán a solas.
– Deben tener en cuenta que para los vecinos y amigos en general: la hija
menor de Bernarda Alba ¡murió virgen! Toda una señorita, escucharon
¡señorita! Y así como hicimos con su padre, guardaremos luto eterno con
Adela, no se hable más.
Fin.