Evaluación Diagnostica - Tdah y Desregulación Emocional

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 8

1

ENSAYO TDAH Y DESREGULACIÓN EMOCIONAL

Sonia Kateryne Ayala Erazo

Universidad Internacional del Ecuador

Facultad de Ciencias Médicas, de la Salud y la Vida

Escuela de Psicología

Neuropsicología Aplicada

5to
Semestre

Msc. Nancy Larrea

11 de octubre de 2023
2

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, conocido como “TDAH”, se

entiende como un trastorno complejo del neurodesarrollo. Este trastorno se manifiesta con

síntomas transcendentales, como la inatención, la hiperactividad y la impulsividad. Estos

indicadores suelen hacerse evidentes desde las etapas tempranas de la infancia y persiste a lo

largo de la vida adulta. La inatención, caracterizada por la dificultad para sostener la

concentración en actividades, la propensión a cometer errores por descuido y los desafíos en la

organización de tareas, constituye una faceta significativa del TDAH, la hiperactividad se

manifiesta mediante un aumento visible en la actividad motora, una persistente inquietud y la

incapacidad de permanecer en reposo en contextos que requieren calma. A su vez, la

impulsividad, representada por la toma apresurada de decisiones sin una reflexión adecuada

sobre las consecuencias, se suma a los elementos distintivos del trastorno. La desregulación

emocional, que implica una intrincada relación entre la atención y las emociones, constituye un

componente adicional del TDAH. En circunstancias específicas de este trastorno, las dificultades

para mantener la atención pueden desencadenar respuestas emocionales intensas. De manera

recíproca, la desregulación emocional puede impactar negativamente en la capacidad de

concentración y en los procesos de pensamiento. Aquellos individuos que experimentan el

TDAH a menudo se ven confrontados con desafíos relacionados con la desregulación emocional,

lo que significa que sus respuestas emocionales tienden a ser más pronunciadas, cambiantes y en

ocasiones llegan a ser difíciles de gestionar.

Las emociones que se encuentran vinculadas con personas con TDAH, se emplean

diversos términos para lograr especificar, como la labilidad emocional (EL), reactividad

emocional o afectiva, impulsividad emocional (IE), inestabilidad emocional, desregulación

emocional, falta de autorregulación emocional, sobremocionalidad, tolerancia a la angustia,


3

incomodidad e irritabilidad (Faraone et al., 2019; Rostain, 2018). Se deben tomar en cuenta el

tipo de desarrollo por el que un individuo regula una emoción que puede generar una exaltación

o colisión, luego generar una posible solución y lograr regular la emoción. En ocasiones, se llega

a utilizar el término Desregulación Emocional (DE). Shaw et al. (2020) la describen como la

capacidad de un individuo para modificar una emoción y alcanzar un comportamiento más

adaptativo dirigido a objetivos claros; implica que el individuo pueda seleccionar, prestar

atención, evaluar y sea flexible ante los estímulos que provocan una reacción emocional. En

consecuencia, la desregulación se presenta cuando estos procesos adaptativos experimentan un

deterioro, en personas que sufren de TDAH, existe una demanda extremadamente mayor con la

capacidad de regular, ya que, esta habilidad tiende a debilitar aún más, convirtiendo la

desregulación emocional (DE) en una característica distintiva a un trastorno. Según Barkley y

Murphy (2019), la desregulación emocional abarca la impulsividad afectiva y una deficiencia a

la autorregulación emocional. La autorregulación efectiva implica que un individuo pueda inhibir

una reacción emocional intensa desencadenada por un evento, para luego tranquilizarse y

cambiar su enfoque hacia otro asunto que le permita eludir la situación inicial y, de esta manera,

moderar la emoción inicial.

La autorregulación emocional es un componente integral de la gestión de las funciones

ejecutivas (FE). Según Barkley (2018), estas se definen como acciones dirigidas hacia uno

mismo, manifestando una forma de autocontrol que facilita la puesta en marcha de secuencias de

actos mentales para alcanzar metas y objetivos. Otra perspectiva relevante proviene de Brown

(2019), quien identifica seis funciones ejecutivas en los seres humanos, interactuando entre sí,

que son fundamentales para el desarrollo de emociones con el entorno: 1. Organización,

priorización y activación para el trabajo; 2. Enfoque y mantenimiento en la tarea; 3. Vigilancia,


4

esfuerzo de mantenimiento y velocidad de procesamiento; 4. Uso de la memoria de trabajo; 5.

Autorregulación y monitoreo; y 6. Manejo de la frustración 7. Modulación de las emociones.

Dodson y Tuckman (2018) menciona de la deficiencia en la memoria de trabajo, la cual

intensifica momentáneamente las emociones y restringe las respuestas adaptativas del cerebro.

Brown (2019) emplea una metáfora para explicarlo, describiendo que las emociones son

efímeras en individuos con TDAH y se extienden por toda la mente como un virus que ocupa el

disco duro, desplazando otros sentimientos y pensamientos relevantes. Este fenómeno

obstaculiza la consideración de opciones de comportamiento y la respuesta adecuada a las

circunstancias. Esto afecta a las emociones primarias como la ira, la frustración, el entusiasmo, la

desilusión y el aburrimiento. Por lo tanto, cuando la memoria de trabajo falla, la capacidad del

individuo para mantener una perspectiva más amplia de la situación y de las emociones

involucradas también se ve comprometida.

Emociones vinculadas a los estados de ánimo persistente, surgen espontáneamente,

suelen presentar dificultades para su comprensión, mostrar un carácter irracional y cambian de

manera imprevisible. La desregulación que ocurre en el sistema límbico y la amígdala causa

estos estados emocionales, los cuales no siempre se relacionan con una situación específica.

Biederman (2019) investigó las diferencias en la desregulación entre el TDAH y trastornos

anímicos. Según su explicación, las carencias en la regulación emocional no se reflejan

necesariamente en estados de ánimo extremos, sino que revelan una capacidad limitada para

autorregular las emociones. En cambio, los trastornos anímicos son eventos episódicos y no se

desencadenan como respuesta a estímulos específicos. En estos trastornos, la investigación de

Miranda et al. (2022) sobre a la influencia de los síntomas del TDAH y condiciones comórbidas,

como el TND (Trastorno negativista desafiante), y Trastornos Anímicos, en la rutina cotidiana de


5

los adultos, llega a la deducción que la coexistencia de ambos afecta principalmente al entorno

familiar. Estas conductas abarcan desde el manejo imprudente hasta acciones ilegales, abarcando

el uso indebido de sustancias y comportamientos sexuales inapropiados. Además, esta

coexistencia afecta significativamente al funcionamiento intelectual del individuo. Esto se

conecta con la dificultad que enfrenta al comenzar y mantenerse en una tarea, ya que tiende a

estar motivado por el interés en actividades que brindan gratificación inmediata. Como resultado,

se podría argumentar que esta falta de iniciativa y constancia en las tareas está vinculada con las

funciones ejecutivas (FE) y limita las oportunidades para que la persona con TDAH pueda

analizar y resolver situaciones cotidianas.

En conclusión, el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) se

presenta una conexión intrínsecamente vinculada a la desregulación emocional (DE), la cual se

manifiesta de manera transparente en la dificultad que enfrenta el individuo para intentar

comenzar y mantenerse en tareas, dado a su inclinación a movilizarse en función del interés en

busca de gratificaciones inmediatas. La falta de iniciativa y constancia en las tareas se relaciona

rigurosamente con las funciones ejecutivas (FE), restringiendo así las capacidades del individuo

para afrontar y resolver las situaciones cotidianas. Esta conexión entre el TDAH y la

desregulación emocional debilita la habilidad para gestionar las emociones, incrementando el

riesgo de disfunción emocional. En este entorno, adquiere una importancia vital la

implementación de estrategias terapéuticas específicas, tales como el uso de afirmaciones de

eficacia, el establecimiento de recompensas a corto plazo, la toma de descansos durante eventos

emocionalmente intensos, la orientación en la visualización de metas y recompensas, la práctica

de respuestas ante situaciones hipotéticas, y la fomentación activa del ejercicio físico como

componente esencial del enfoque para aquellos que padecen de TDAH. Estas medidas buscan
6

como objetivo fundamental fortalecer la automotivación y promover la autorregulación

emocional, contribuyendo de manera significativa a una mejora sustancial en la calidad de vida

de aquellos que enfrentan esta compleja condición. Es imperativo reconocer la necesidad de un

enfoque integral que aborde tanto los aspectos emocionales como las habilidades ejecutivas para

lograr un impacto positivo y duradero en la vida de quienes viven con TDAH.


7

Referencia

ALPIZAR-VELAZQUEZ, Alejandra. Desregulación emocional en población con TDAH; una

aproximación teórica. Rev. Costarric. Pesic [online]. 2019, vol.38, n.1, pp.17-36. ISSN

1659-2913. http://dx.doi.org/10.22544/rcps.v38i01.02

Barkley, R. A. (diciembre, 2018). Importancia de las emociones en el TDAH. Fundación

MAPFRE y Fundación Educación Activa. Recuperado de

http://www.educacionactiva.com/doc/conferencia-7-importanciaemociones- tdah.pdf

Barkley, R. A., & Murphy, K. R. (2019). Deficient Emotional Self-Regulation in Adults with

Attention-Deficit/ Hiperactivity Disorder (ADHD): The Relative Contributions of

Emotional Impulsiveness and ADHD Symptoms to Adaptive Impairments in Major Life

Activities. Journal of ADHD and Related Disorders, 4 (1), 5-28.

Biederman, J. (Productor). (2019). Regulation of Emotion vs. Emotions Themselves. (Podcast).

APSARD. Recuperado de https://apsard.org/education-training/podcasts/

Brown, T. E. (2019). Smart but Stuck. Emotions in Teens and Adults with ADHD. California,

EE.UU.: Jossey-Bass.

Dodson, W., & Tuckman, A. (2018). 15 Ways to Disarm (and Understand) Explosive ADHD

Emotions. From The ADHD Experts at ADDITUDE Strategies and Support for ADHD

and LD. Recuperado de http://assets. addgz4.com/pub/free-downloads/pdf/15-Ways-to-

Disarm-Explosive-ADHD-Emotions.pdf

Faraone, S., Rostain, A., Blader, J., Busch, B., Childress, A., Connor, D., & Newcorn, J. (2019).

Practitioner Review: Emotional dysregulation inattention-deficit/hyperactivity disorder -

implications for clinical recognition and intervention. Journal of Child Psychology and

Psychiatry, 60(2), 133-150. doi:10.1111/jcpp.12899


8

Miranda, A., Berenguer, C., Colomer, C., & Roselló, R. (2022) Influence of the symptoms of

attention deficit hyperactivity disorder (ADHD) and comorbid disorders on functioning in

adulthood. Psicothema, 26(4), 471-476. doi:10.7334/psicothema2014.121

Rostain, A. L. (2018). A Brief Overview of Emotional Dysregulation in ADHD. New

Perspectives on ADHD and Mood Dysregulation. Symposium conducted at the American

Professional Society of ADHD and Related Disorders (APSARD) Annual Meeting,

Washington Marriott, Wardman Park, Washington, DC, USA.

Shaw, P., Stringaris, A., Nigg, J., & Leibenluft, E. (2020). Emotion Dysregulation in

AttentionDeficit Hyperactivity Disorder. Reviews and Overviews. Mechanisms of

Psychiatric Illness, 171(3), 276-293.

También podría gustarte