Huesos Del Craneo y La Cabeza
Huesos Del Craneo y La Cabeza
Huesos Del Craneo y La Cabeza
Los humanos somos capaces de vivir sin algunos de nuestros órganos. Podemos tener una vida perfectamente
normal con un solo riñón, sin órganos reproductivos, sin bazo e incluso, si una situación de cáncer lo requiere, sin
estómago.
Lo que es físicamente imposible es vivir sin cerebro, por lo que no es de extrañar que la evolución nos haya llevado
a proteger esta estructura de la manera más segura que la anatomía permite.
Las funciones del cráneo
Los huesos son órganos rígidos que, además de hacer posible el movimiento y permitir un correcto sostenimiento
del cuerpo, tienen la misión de proteger órganos sensibles. Es por ello que nuestro cerebro está envuelto de un
seguido de huesos con distinta morfología y funcionalidad que cumplen con el propósito de proteger el almacén
de toda nuestra información, nuestra percepción y nuestra cognición.
De todos modos, el papel de la cabeza humana no se limita solo a la protección del cerebro, sino que también es
el lugar donde residen la mayoría de nuestros sentidos y la que nos da personalidad individual. Es por ello que un
total de 22 huesos cumplen con estas y muchas otras funciones, garantizando una correcta morfología y fisiología.
¿Es lo mismo “cabeza” que “cráneo”?
Tradicionalmente tendemos a referirnos a la cabeza y al cráneo como simples sinónimos. Sin embargo,
técnicamente no lo son, pues el cráneo es una porción de la cabeza. El término de cráneo hace referencia a las
estructuras óseas que recubren y protegen el cerebro, formando parte de un “todo” que es la cabeza.
Esta, por lo tanto, incluye tanto estos huesos del cráneo como el resto de elementos que conforman el esqueleto
facial: boca, ojos, mandíbula, nariz, etc.
En este contexto, la clasificación de los huesos de la cabeza se realiza acorde a esta diferenciación. Por un lado,
tenemos el grupo de los huesos del neurocráneo: elementos óseos aplanados que envuelven el cerebro,
protegiéndolo. Por otro lado, tenemos el grupo del viscerocráneo: huesos de formas mucho más variables que
acompañan y hacen posibles funciones biológicas mucho más amplias (olfato, habla, visión, alimentación, etc.).
Huesos del neurocráneo: protección del cerebro
Un total de ocho huesos aplanados y soldados de forma natural entre ellos forman la estructura que protege el
cerebro de golpes y lesiones, garantizando así que el sistema nervioso no sufra daños a lo largo de la vida de la
persona.
Hemos oído decir muchas veces que los bebés no pueden darse golpes en la cabeza porque todavía no tienen
huesos. Esto, pese a que hay que vigilar siempre con los más pequeños, no es del todo cierto. En el momento que
nacemos ya tenemos estos huesos del cráneo; el problema es que, debido al tamaño desproporcionado del
cerebro en relación a los otros órganos en el nacimiento, estos huesos no están bien soldados entre sí. A medida
que se avanza en la infancia, estos “huecos” van desapareciendo, conformándose así una estructura compacta.
A continuación veremos uno por uno estos huesos del neurocráneo: dos de temporales, dos de parietales y uno de
frontal, occipital, etmoides y esfenoides.