Alfred Adler
Alfred Adler
Alfred Adler
Alfred Adler nació en el seno de una familia judía vienesa en el año 1870, un par de
décadas antes de que el psicoanálisis empezase a tomar forma a través de los trabajos
de Sigmund Freud y Josef Breuer.
Desde muy pequeño, Adler tuvo una serie de complicaciones de salud que comúnmente
suelen ser señaladas como el inicio del interés del austriaco por la medicina. Carrera que,
en su juventud, estudió con éxito en la Universidad de Vien
La notoriedad de Alfred Adler en el mundo del emergente mundo psicoanalítico creció muy
rápido, en parte por su cercanía con Freud pero también por la vehemencia con la que
expresaba sus ideas. De hecho, llegó un punto en el que Adler se convirtió en director de
la Revista de Psicoanálisis (Zentralbaltt für Psychoanalyse), una publicación de la que
Freud era editor y que, por supuesto, tuvo mucha relevancia en su ámbito.
Sin embargo, al poco tiempo de esta incursión en el mundo editorial, Alfred Adler empezó
a cuestionar pilares fundamentales de las teorías de Freud, como por ejemplo la teoría
sexual. Esto hizo que en el 1911 la oposición a las ideas de Freud le impidiera seguir
trabajando en la revista. Además, ese mismo año Alfred Adler dejó la Asociación
Psicoanalítica de Viena. Esta fue la primera gran ruptura que experimentó el círculo de
psicoanalistas vieneses, aunque le seguirían otras: poco después Carl Gustav Jung también
se distanciaría definitivamente del psicoanálisis ortodoxo de Freud.
Se podría hablar largo y tendido acerca de las discrepancias que hicieron que Alfred Adler
y Sigmund Freud se dividiesen, pero los principales motivos fueron dos.
El primero es que Adler le daba mucha menos importancia a la sexualidad en
comparación con Freud. No creía que ni el sexo ni el modo en el que es simbolizado fuese
un regulador esencial de la conducta humana desde los primeros años de vida.
El segundo tiene que ver con el rol del inconsciente. Si para Freud lo inconsciente es todo
aquello que actuando desde las sombras nos mantiene atados a una serie de patrones de
comportamiento y de pensamiento según lo que hayamos hecho en el pasado, Alfred Adler
puso más énfasis en el poder que tiene cada individuo a la hora de estructurar el
funcionamiento de su mente según lo que ocurre en el presente.
Es decir, que por un lado deja de considerar los actos pasados como un lastre que nos
condiciona inevitablemente, y por el otro le da más importancia a nuestra manera de
interactuar con lo que sentimos y pensamos en el aquí y el ahora (además de reconocer la
importancia del contexto en el que nos encontramos en cada momento).
Adler forjó las bases de esta nueva Psicología Individual fijándose en sus pacientes
discapacitados. A pesar de que todos ellos arrastraban un historial de limitaciones
similares, algunos se veían consumidos por su complejo de inferioridad al compararse con
otras personas, mientras que en otros las limitaciones físicas que experimentaban actuaban
como un factor motivador que los conducía, según Adler, a la autosuperación.
La ruptura entre Alfred Adler y Freud, pues, tuvo mucho que ver con el grado en el que el
primero le daba importancia a la vertiente consciente del pensamiento, lo que nos hace ser
personas únicas y con capacidad para construir objetivos originales.
Adler comprende al individuo en su singularidad, relacionándolo con su contexto social y
cultural. En este sentido fue un precursor de la psicología social y de los modelos
integradores actuales.
Muchos de los métodos desarrollados por Adler se utilizan hoy en psicología cognitiva,
como algunas técnicas de role-playing para la toma de perspectiva y el diálogo
socrático introducido por él. Era una persona muy optimista y su trabajo está en
consonancia con las nuevas tendencias de psicología positiva, en la sistémica, e incluso se
le ha llegado a considerar el padre de la autoayuda.
Aunque sus ideas han promovido muchos avances y siguen inspirando líneas de
investigación, su figura no es tan reconocida, probablemente por su generosidad, ya que no
le preocupaba demasiado el reconocimiento o el éxito, sino transmitir y provocar los
cambios que consideraba necesarios. Defendió con fuerza los aspectos positivos del ser
humano e influyó en eminentes psicólogos como Abraham Maslow, Erich Fromm y Carl
Rogers, entre otros.
Alfred Adler murió en el año 1937, pero sus ideas han tenido un gran eco. Fue el
primer gran representante de la psicología psicodinámica en cuestionar grandes dogmas de
las teorías de Freud, y construyó un enfoque más centrado en el poder creador del individuo
consciente de sus poderes y limitaciones. Por supuesto, todos sus trabajos se encuentran al
margen de lo que hoy en día se considera que es la psicología científica, pero eso no fue
óbice para que sus influencias no llegasen a inspirar el mundo de las humanidades y la
filosofía.
La Psicología Individual que fundó Alfred Adler junto a otros miembros de la Asociación
Psicoanalítica de Viena ha tenido una gran influencia tanto en la Psicología Humanista
aparecida en la segunda mitad del siglo XX como en varias propuestas enmarcadas en la
corriente psicodinámica. En un mundo en el que la filosofía de la autoayuda y la
superación personal está ganando mucha fuerza, no es raro que las ideas de Adler, que tenía
una visión más optimista sobre cómo se supone que pensamos y sentimos que su maestro,
tengan buena aceptación.
1. Lee y subraya los aspectos que considere más importante en la biografía de Alfred
Adler y su Psicología Individual.
Alfred Adler nació en el seno de una familia judía vienesa en el año 1870, un par de
décadas antes de que el psicoanálisis empezase a tomar forma a través de los trabajos
de Sigmund Freud y Josef Breuer.
En 1912 publica “El carácter neurótico”, su obra más importante. Para Adler el sentimiento
de inferioridad (consciente o inconsciente, con sus mecanismos de compensación), es la
clave para promover el desarrollo positivo y el crecimiento personal.
A diferencia de la orientación de Freud, con una visión pesimista del ser humano, Adler
introdujo en su teoría el esfuerzo voluntario para conseguir metas postivas personales y en
beneficio de la sociedad.
Aunque sus ideas han promovido muchos avances y siguen inspirando líneas de
investigación, su figura no es tan reconocida, probablemente por su generosidad, ya que no
le preocupaba demasiado el reconocimiento o el éxito, sino transmitir y provocar los
cambios que consideraba necesarios. Defendió con fuerza los aspectos positivos del ser
humano e influyó en eminentes psicólogos como Abraham Maslow, Erich Fromm y Carl
Rogers, entre otros.
Según Alfred Adler, el interés social se refiere al impulso en la naturaleza humana para
adaptarse a las condiciones del ambiente social. Se expresa de manera subjetiva en la
conciencia de un individuo de tener algo en común con otras personas y ser uno de ellos.
Adler describía a los hermanos mayores como más autoritarios y responsables, así como
más conformistas e inteligentes, mientras que veía a los medianos y pequeños como más
independientes, críticos y creativos y a los hijos únicos egocéntricos e hiperprotegidos.
Algunos expertos tienen la teoría de que el orden de nacimiento es una herramienta
importante para predecir la conducta de un adulto. También es útil para determinar la forma
de sentir y percibir al mundo.
Existen muchos factores que afectan estas reglas generales sobre el orden de nacimiento.
Uno de ellos, es la diferencia de género. Si el primero y el segundo hijo son de sexo
diferente, es muy posible que ambos desarrollen características de hijo mayor, pues la
competencia no existe. Cada uno podrá ser hijo mayor dentro de su papel sexual.