Informes: Cambio de Modelo Productivo Cambio de Modelo Educativo
Informes: Cambio de Modelo Productivo Cambio de Modelo Educativo
Informes: Cambio de Modelo Productivo Cambio de Modelo Educativo
Informes
125 • Noviembre 2016
www.1mayo.ccoo.es
CAMBIO DE MODELO PRODUCTIVO.
CAMBIO DE MODELO EDUCATIVO.
FUNDACIÓN 1º DE MAYO
C/ Longares, 6. 28022 Madrid
Tel.: 91 364 06 01
1mayo@1mayo.ccoo.es
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4
I.- El cambio de modelo productivo y las cualificaciones profesionales
1
J. Neffa, D. Panigo, E. López: Estudio del trabajo y el empleo desde la teoría de la regulación. CEIL-
PIETTE.CONICET. Buenos Aires.
5
Una parte se estudia desmenuzando el fordismo, el taylorismo, el toyotismo o
la lean production, otros aspectos pueden verse desde los paradigmas
competitivos o de ganancia.
Incluso cuando hablamos de modelo económico o de crecimiento, sin confundir
estrictamente con modelo productivo, los componentes serían:
Puede ocurrir que según las intenciones de uso de la idea, se potencian unos
elementos u otros. El modelo productivo abarca: la economía productiva
(sectores dominantes como base) en una noción restringida, el sector
energético (que puede tener un papel relevante en función de los otros
sectores: industria, construcción, servicios, comercio, turismo, etc.) y el sistema
de financiación: sector financiero, fiscalidad, pensiones, etc. que va a generar
situaciones sociales específicas. Pero, las influencias de las variables del
cuadro anterior, otorgan significado a casi todos los elementos enumerados en
esta idea de modelo productivo, porque nada funciona de forma independiente
ni la economía productiva ni la financiera y en sus combinaciones se pueden
detectar muchos de los problemas sociales que queremos superar.
Por otra parte, cumple un papel esencial la configuración de las interrelaciones
entre: los recursos naturales, los medios materiales de producción, las
instituciones, la tipología de las empresas o entidades generadoras de bienes y
servicios, los llamados “intangibles” como el conocimiento o la innovación
tecnológica y todo lo relacionado con la fuerza de trabajo y su valor
(cualificación, participación en la organización del trabajo, relaciones
contractuales, sistema de empleo, etc.). Incluso si sólo se analizaran las
estrategias de ganancia también se basan en modelos que se corresponden
con: la política producto condicionada por los mercados internacionales, la
organización productiva de las empresas y la relación salarial.
6
Además, siempre debemos considerar que no existen modelos puros, que
muchas veces se utilizan a efectos del análisis pero que en realidad las
combinaciones son múltiples y variadas. Pueden coexistir modelos más o
menos exportadores (de materias primas o de productos industriales), más o
menos basados en la demanda interna, con distintas modalidades de
financiación, de competitividad, etc. El caso español se suele señalar como un
modelo productivo basado en: La preponderancia de los sectores de la
construcción especulativa y del turismo de escaso valor añadido. Una
reducción significativa de la industria. El Desarrollo de empresas
multinacionales de capital español (Endesa, Santander, BBVA, Repsol, etc).
Muchas de ellas originalmente públicas, privatizadas en condiciones de
favoritismo. Subordinación al mercado de capitales. Entrada de multinacionales
extranjeras. Poca o nula participación de los trabajadores en las decisiones
empresariales. Y en los últimos años:
o Dependencia tecnológica –
o Salarios más bajos. –
o Costes energéticos más elevados. –
o Fiscalidad más regresiva, –
o Tolerancia con economía sumergida. –
o Escasa preocupación social y medioambiental. –
o Fraude en formación en las empresas. –
o Dejación de responsabilidad de muchas instituciones e incluso
corrupción de sus responsables por empresas corruptoras que se
benefician del modelo. –
o Desregularización, privatización de las empresas públicas y de los
servicios públicos2
Entonces, cuando proponemos el cambio de modelo productivo tendremos en
cuenta que sería necesario:
Desarrollo de la industria ligado a las inversiones en I+D+i en productos
o procesos y a la digitalización
Políticas económicas y fiscales adecuadas e inversiones por parte del
Estado, coordinadas con las políticas públicas de empleo y formación
Desarrollo y eficacia energética ambiental y socialmente sostenible
2
Elaboración sobre informes del Grupo de Trabajo de la Federación de Industria de CCOO. 2016
7
Deberíamos concretar algunos elementos que influyen de forma decisiva en la
evolución de las cualificaciones profesionales, para acercarnos a las necesidades de
cambio de modelo educativo. Aparte de los cambios obvios relacionados con el
vertiginoso desarrollo de la ciencia, la tecnología y las TIC, las nuevas formas de
organización social o familiar, de las instituciones o cómo la financiarización de la
economía y las urgencias de comercialización disparan la necesidad de competencias
de gestión, comunicación y otras transversales como los idiomas; sin olvidar la
necesidad de innovación permanente y diversificación que requieren competencias
simbólicas, o los conflictos generados por la exclusión, la dualización social y la
necesidad de garantizar inserción laboral e integración social de poblaciones cada vez
más heterogéneas.3
Además de las cuestiones más relacionadas con las necesidades de
cualificación profesional, que se deben desarrollar en la formación profesional,
la universidad y sobre todo en la formación continua (inversiones empresariales
incluidas) cobra significación la recualificación de los trabajadores y las
trabajadoras cualificados en sectores en declive y la cualificación de quienes no
han conseguido obtenerla ni por formación ni por experiencia laboral. Bien por
abandono del sistema educativo por parte de las personas más jóvenes en la
época de crecimiento del empleo, bien por imposibilidades sociales de las
personas de más edad, nos encontramos con un problema muy complejo y
difícil de resolver sin inversiones y políticas públicas adecuadas y suficientes.
Por consiguiente, el modelo educativo y de formación tendrá que tener en
cuenta el objetivo de transformación en un marco de justicia social y equidad,
sobre la base de principios de ciudadanía y de derechos que garanticen el
acceso, la compensación de desigualdades, el desarrollo equitativo, la
promoción y el desarrollo profesional. Desde todos los organismos
internacionales se habla del aprendizaje a lo largo de la vida, para ello es
necesario dotar a las personas de los instrumentos, los procesos de
conocimiento, los recursos materiales, intelectuales y emocionales que le
capacitan para asumir esa realidad. J. Delors, que ahora parece revolucionario
defendiendo el Estado del Bienestar, señalaba en los noventa las claves del
aprender a aprender, aprender a conocer, a hacer, a ser y a vivir juntos como la
garantía de equidad. En la actualidad, desde muchas instituciones se aprecia la
importancia de la formación integral en matemáticas, ciencias, tecnología así
como en las habilidades sociales, la iniciativa, la creatividad o el trabajo en
equipo. Todo eso se puede aprender en la escuela, pero la revisión total de los
contenidos y las metodologías de aprendizaje no se aborda con coherencia. El
sistema educativo sigue siendo estructurado, rígido, orientado en sentidos
tradicionales alejados de las necesidades reales. El ejemplo más claro es el
papel de la memorización de información de forma irrelevante para el
pensamiento; para esa acumulación mecánica de datos están los ordenadores,
nuestra mente tiene que procesar, analizar, relacionar, inventar, diversificar, y
podríamos continuar enumerando operaciones intelectuales e incluso
comportamientos que son más eficaces para la sociedad del conocimiento que
algunas de las tareas que se transmiten en el sistema educativo (más
identificable con una reproducción del fordismo)
3
Acosta, E (2015): Aproximaciones a las cualificaciones profesionales de la Industria 4.0.Informe 122
Fundación 1º de Mayo. Madrid
8
La base del cambio de modelo educativo formativo para el cambio de modelo
productivo, parte de la necesidad de garantizar equidad y justicia social,
igualdad en las posibilidad de inserción social y laboral, pertinencia en el tipo o
las modalidades de formación que aportan al cambio productivo y calidad de
las acciones para promover el desarrollo tecnológico pero también los valores
de ciudadanía. Por ejemplo, la Cámara del Trabajo de Viena propone un
cambio digital justo y equitativo enumerando acciones necesarias para
conseguirlo, entre las cuales se encuentran la educación, la cualificación y la
formación digital con los siguientes ejes: 1) La educación digital para todos.2)
Habilidades digitales para una sociedad digital. 3) Derecho a los recursos para
la formación digital. 4) Conocimiento libre para gente libre. 5) Nueva enseñanza
y aprendizaje a través de la formación digital. 6) Reconocimiento de las
habilidades digitales no formales e informales. Pero además tienen en cuenta:
el trabajo del futuro y el futuro del trabajo, las cuestiones sociales
fundamentales, el poder, la distribución y la protección de los datos, y en el
apartado del internet de las cosas en la producción, los servicios y el sector
público, incluyen por ejemplo, justa participación en las ganancias de la
prosperidad, inclusión de los órganos de representación de los trabajadores, la
salud, el cuidado, la vejez o la autodeterminación y la dignidad en la vejez entre
otras cuestiones específicas o sociales.4
EDUCACIÓN, CUALIFICACIÓN Y
APRENDIZAJE DIGITAL
4
https://emedien.arbeiterkammer.at/viewer/image/AC13105585/1/ DIGITAL CHANGE – FAIR AND JUST
Abril 2016
9
En cambio, en nuestro país tanto desde determinados círculos empresariales
como desde “expertos” del mundo económico o gurús de recursos humanos, se
insiste en la necesidad de responder a las demandas de las empresas. Como
si esas necesidades fueran competencias específicas y la adaptación del
sistema educativo o de formación fuera mecánica y posible a corto plazo.
Además de las opiniones, al menos arriesgadas de los contertulios habituales
que repiten los mantras sobre educación sin el menor conocimiento real sobre
ello. Todo inmerso en una concepción totalmente conservadora y neoliberal de
la problemática, que va minando las opciones de la enseñanza pública y
prestigiando las acciones de las entidades privadas. “Pero éste de la educación
es uno de esos asuntos donde los prejuicios están tan asentados que la
realidad pasa desapercibida” (2016) 5
Por estas y otras razones precisamente de análisis de modelos, queremos
insistir en algunas de las definiciones que contemplan visiones más integrales y
mejor adaptadas a las necesidades tanto de las empresas como de la fuerza
de trabajo. Y reforzar los elementos que contribuyan de forma más efectiva al
valor del trabajo, al capital cultural social, propiedad colectiva y solidaria, en
oposición a la consideración exclusiva de los intereses empresariales, la
individualización de las responsabilidades y el abandono del papel de las
políticas públicas. Ese modelo que está reforzando la intelectualidad neocon y
el representante del elitismo J.A. Marina, partiendo de premisas falsas sobre la
educación en nuestro país, de los informes PISA o de rankings internacionales
que no miden precisamente la equidad de los sistemas.6
Basándonos en instituciones internacionales oficiales, por ejemplo, los
objetivos que se plantea la OCDE con el Proyecto DeSeCo: “determinar y
definir las competencias clave para la plena realización personal, la ciudadanía
activa, la cohesión social y la empleabilidad en la sociedad del conocimiento”
(1999) Pero se olvidan a menudo de estos principios tan integrales, se quedan
en declaraciones, los intereses empresariales reducen las necesidades de
competencias al puesto de trabajo, mientras este proyecto señala tres ámbitos
de competencias valiosos tanto para la ciudadanía como para el mundo laboral:
Usar herramientas de manera interactiva (competencias básicas, lenguas,
matemáticas, ciencias, etc.) interactuar en grupos heterogéneos (la homogeneidad es
una ilusión no recuperable en las sociedades actuales o futuras) y actuar de forma
autónoma (la educación emocional básica que proporciona bases sólidas para el
desarrollo profesional). Esas competencias significan:
5
Sánchez Cuenca, I: La desfachatez intelectual. Catarata. Madrid
6
Carabaña, J: La inutilidad de PISA para las escuelas. Catarata.2015.
http://www.fe.ccoo.es/noticia:149122 FORO DE SEVILLA
Declaracion_de_ilegitimidad_de_pacto_educativo_de_Jose_Antonio_Marina
10
“Las competencias se refieren a la capacidad de un individuo para
desenvolverse en muchos ámbitos de la vida personal, intelectual, social,
ciudadana y laboral: “vale la pena resaltar que al hablar de competencias nos
hallamos frente a un fenómeno tanto individual como social y cultural, pues es
la sociedad la que da sentido y legitima cuáles son las competencias
esperadas y de mayor reconocimiento” Relacionada con otro ejemplo muy
importante para desterrar las concepciones del “sálvese quien pueda” es la
definición de empleabilidad de la OIT “se refiere a las competencias y las
cualificaciones transferibles que refuerzan la capacidad de las personas para
aprovechar las oportunidades de educación y de formación que se les
presenten con miras a encontrar y conservar un trabajo decente, progresar en
la empresa o al cambiar de empleo y adaptarse a la evolución de la tecnología
y de las condiciones del mercado de trabajo.” Y a la vez, remarcamos el
aspecto social, erradicando que la empleabilidad sea responsabilidad individual
o se base sólo en la formación.
Por todo esto, por ejemplo, nos parece bastante acertado clasificar las
competencias para la economía digital incluyendo competencias genéricas,
específicas y transversales, y la importancia de las competencias básicas
(claves); aunque es posible que algunos trabajos de investigación para el
cambio de modelo productivo no coincidan en las competencias específicas,
suelen coincidir en las genéricas o transversales, aunque no siempre en todo
su contenido. 7
Podríamos desarrollar largo y tendido algunos de estos temas, por ahora, nos
centraremos en algunos conceptos de uso común que llevan implícitas
concepciones que no se corresponden con los intereses de la clase trabajadora
y la defensa de derechos sociales. Nos interesa visualizar las ideas que
individualizan, cosifican, mercantilizan las capacidades humanas que aportan
valor añadido y en la educación desvalorizan el papel de las políticas públicas o
la formación de la ciudadanía activa. Tal vez, una de las más complejas
diferencias se producen hoy en día con el concepto de competencias, porque la
ingeniería de recursos humanos las utiliza en la evaluación del desempeño
pero también en las descripciones de los perfiles profesionales para
seleccionar y contratar a trabajadores o trabajadoras (muchas veces con
criterios sexistas ocultos a simple vista o con enunciados que facilitan la
arbitrariedad). Por eso hemos reseñado las definiciones donde queda clara la
idea de competencia como capacidad, su complejidad y la influencia del
entorno en su concepción, más aún en relación con la empleabilidad que
depende del contexto económico y social, de las inversiones y los recursos, de
las políticas públicas de formación y empleo, de la creación y las condiciones
del empleo y de la transparencia o difusión de la información.
Necesitamos una perspectiva crítica de varios conceptos muy utilizados en
“recursos” o “capital” humano, sobre todo aptitud, actitud, talento,
sobrecualificación, incluso cualificación o competencia, que ya hemos
analizado en los trabajos mencionados y por eso el anexo II recoge ese
glosario crítico. En educación las perniciosas generalizaciones de la visión
elitista o de la experiencia personal, cumplen una función de desprestigio con
enunciados mucha veces falsos o deformados por exageración interesada
7
Skills for a digital world OCDE 2016
11
(“con la Logse pasan de curso automáticamente” cuando la promoción se
evalúa por ciclos de 2 cursos y la repetición continuó siendo un problema
importante criticado por organismos internacionales)8
Otro aspecto para la reflexión crítica lo constituyen esos lugares comunes,
enunciados obvios, que esconden el discurso fácil o la respuesta a los
intereses empresariales, cuando no soluciones neoliberales que acaban
desregulando las políticas públicas y haciendo desaparecer la intervención del
Estado o la defensa de los intereses comunes de los trabajadores y las
trabajadoras: Libre elección (la mayor trampa individualizante y desreguladora)
la cooperación público-privada que es necesaria y útil en algunas inversiones
como I+D+i o formación continua, llevada a las políticas públicas acaba con las
rentabilidades sociales para pasar a ser ganancia de sectores privados.
Con respecto a las demandas de las empresas se comete el error de aceptar
ideas globales, poco específicas, cuando deberían al menos realizarse análisis
sectoriales. Muchas veces, las competencias que se reclaman corresponden a
funciones de gestión e incluso de comercialización, cuando para el cambio de
modelo productivo son más valiosas las competencias relacionadas con el
diseño y desarrollo de proyectos o el trabajo en equipo para una organización
del trabajo más horizontal. Como el exceso constante para promover el
emprendimiento, como si fuera la receta mágica, más pernicioso cuando se lo
identifica sólo con el autoempleo, disociando competencias como iniciativa,
creatividad o innovación. Aunque, desde la perspectiva de defensa de
derechos sociales y laborales, existen peligros específicos que atentan contra
las opciones alternativas: la individualización, el desprecio por los derechos
colectivos, el paternalismo de determinadas instituciones o personalidades, el
abandono de responsabilidades por parte del Estado, la presión hacia la
privatización de las pensiones, la educación, la sanidad que generan
desigualdades profundas, la cultura de la ganancia fácil y rápida, sustituir
derechos sociales por caridad. Otro de los mantras es la falta de práctica, sin
diferenciar una sólida formación científica del academicismo vacío,
sobrevalorando la formación en el puesto de trabajo deformada por los fraudes
que proveen de mano de obra gratuita. Sin un compromiso de las empresas,
sin un trabajo conjunto con los centros educativos, sin una programación seria
en el trabajo y en el centro educativo nada funcionará.
8
A los 19 años, solamente alrededor de un 10% no ha titulado en ESO
12
II.- INTRODUCCIÓN AL MODELO EDUCATIVO
9
Carácter y estructura social. Paidós. Bs As
10
DELORS, J (1996): La educación encierra un tesoro. Informe a la UNESCO de la Comisión internacional
sobre la Educación para el siglo XXI. Compendio. Santillana. Madrid
13
desde las leyes hasta las prácticas sociales reales. La coherencia o el
desajuste con estas orientaciones pueden indicar la necesidad de cambiar de
modelo, pero pueden existir otros indicadores o situaciones que es preciso
analizar para realizar propuestas de cambio.
Si queremos referirnos a la estructura del sistema no será lo mismo que si
acentuamos la necesidad de cambios curriculares. Desde el perfil profesional
del profesorado, su formación inicial y permanente, su desarrollo profesional, o
las características institucionales de los centros educativos, pueden ponerse en
cuestión para cambiar el modelo. Se podría insistir en las metodologías de
enseñanza-aprendizaje o en la evaluación del alumnado, con pretensiones de
técnicas asépticas o mediante una pedagogía crítica y liberadora. Porque la
educación no sólo es uno de los fenómenos más complejos y dinámicos en
nuestra sociedad, sino uno de los más influidos por la ideología dominante y
por las ideologías en general. No deben seducirnos ni las generalizaciones ni
las recetas mágicas, necesitamos criticar especialmente los estereotipos y los
lugares comunes que se asientan en la opinión pública
El sistema educativo se desarrolla en función del modelo de Estado y mediante
influencias históricas de configuración de la sociedad, mayor o menor
descentralización en lo administrativo o en lo pedagógico, mayor o menor
influencia de otras instituciones (la Iglesia, la Universidad, el gobierno de turno).
Mejor o peor financiación, suficiente y adecuada o creando desigualdades,
pública o privada. Mayor o menor participación de las familias, por tradiciones o
por modelo democrático, en distintas modalidades de influencia, con distintos
climas institucionales, etc. Demasiadas veces se opina sobre educación o se
comparan sistemas sin tener en cuenta el contexto histórico, social, cultural,
económico, político que lo sustenta. ¿Cómo puede asimilarse el sistema
educativo español con 40 años de franquismo, nacionalcatolicismo por medio,
con otros sistemas europeos? ¿Cómo podemos comparar el abandono
educativo temprano o el fracaso escolar con sociedades que no tienen los
índices de desigualdad que estamos sufriendo? ¿Se puede insistir en la
implantación de la FP dual con empresas que incurren en fraude con los
contratos de formación-aprendizaje o disponen de mano de obra gratis con las
prácticas no laborales?
Si esos ejemplos parecen exagerados veamos la diferencia radical en modelos
de evaluación, entre resultados académicos (las notas) y resultados de
aprendizaje que significan lo que realmente ha aprendido la persona, que
puede valerse de ello para su hacer y para sus aprendizajes futuros. La
concepción tradicional y conservadora se refiere a resultados académicos que
muchas veces son lo que se ha memorizado en un momento determinado
sobre unos contenidos concretos, que no siempre son útiles ni para la vida ni
para el trabajo. También podríamos analizar la relación entre pensamiento y
acción en los procesos educativos o el papel de la educación de las
emociones, la formación en valores o el predominio de técnicas mecánicas de
aprendizaje o las rigideces de los programas. La supuesta evaluación estándar
nacional o internacional marca otro hito en los modelos, no suele valer para
diagnosticar los problemas reales y se utiliza en un sentido homogeneizante
retrógrado o para rankings manipulables que justifican determinadas políticas
educativas.
14
Sin duda una de las bases claras de diferencias de modelos lo constituye el
marco jurídico, donde aparecen unos principios explícitos y otros implícitos, que
pueden consolidarse o no en función de la cultura institucional y organizativa.
Entre la LOGSE/LOE y la LOMCE existen elementos claves en la definición de
qué se entiende por sistema educativo, que implican un cambio de modelo:
La LOGSE/1990 nos dice “El sistema educativo español, configurado de
acuerdo con los principios y valores de la Constitución y asentado en el respeto
a los derechos y libertades reconocidos en ella y en la Ley Orgánica 8/1985
reguladora del Derecho a la Educación….” (LODE)
En la LOE/2006: “El sistema educativo español, configurado de acuerdo con
los valores de la Constitución y asentado en el respeto a los derechos y
libertades reconocidos en ella…” (desaparece la LODE con sus derechos de
participación que empezaron a recortarse con las 77 medidas de calidad del
ministro Suárez Pertierra en 1994, y paso a paso derogando hasta la LOMCE)
sobre todo lo relacionado con los órganos de gobierno democráticos y algunos
artículos que podían reafirmar el derecho a la educación
Y en el Art. 2. “Los poderes públicos prestarán una atención prioritaria al
conjunto de factores que favorecen la calidad de la enseñanza y, en especial,
la cualificación y formación del profesorado, su trabajo en equipo, la dotación
de recursos educativos, la investigación, la experimentación y la renovación
educativa, el fomento de la lectura y el uso de bibliotecas, la autonomía
pedagógica, organizativa y de gestión, la función directiva, la orientación
educativa y profesional, la inspección educativa y la evaluación.”
Pero resulta que en la LOMCE/2015: art 1 y art 2 permanecen y se agrega el
art.2.bis:
“A efectos de esta ley orgánica se entiende por Sistema Educativo Español el
conjunto de Administraciones educativas, profesionales de la educación y
otros agentes, públicos y privados, que desarrollan funciones de
regulación, de financiación o de prestación del servicio público de la
educación en España, y los titulares del derecho a la educación, así como el
conjunto de relaciones, estructuras, medidas y acciones que se implementan
para prestarlo.”
La negrita es nuestra para observar que se incorporan otros agentes públicos y
privados con funciones que dan un vuelco total a la responsabilidad del Estado
con respecto al sistema educativo. Esto sí que cambia el modelo hacia un
neoliberalismo abierto y sin complejos, incluso sin reafirmar el derecho a la
educación aunque se referencie en la Constitución. También se refuerzan con
nuevos apartados, del artículo único los principios trampa de elección y
responsabilidades individuales: h bis) El reconocimiento del papel que
corresponde a los padres, madres y tutores legales como primeros
responsables de la educación de sus hijos. Y con el q) La libertad de
enseñanza, que reconozca el derecho de los padres, madres y tutores legales
a elegir el tipo de educación y el centro para sus hijos, en el marco de los
principios constitucionales.» BOE del 10/12/2013 y del 29/07/2015 .
En nuestro caso, nos interesan otros temas relacionados con el modelo
educativo que se correlacionan de forma más directa con el modelo productivo,
en el sentido de la formación que necesitan los trabajadores y trabajadoras.
Pero no podemos olvidar las referencias al modelo si se plantea la equidad y la
justicia social, con un desarrollo democrático de las instituciones. Por eso
15
hablamos de educación inclusiva o de escuelas democráticas, de equidad y no
sólo de igualdad de oportunidades, de compensación de desigualdades y no de
excelencia.11
Por consiguiente, trataremos de centrar las reflexiones sobre los llamados
desajustes entre el sistema productivo y el educativo. El mayor desajuste, en
un sentido global lo constituye el modelo tradicional, que Freire llamaba
bancario o de acumulación memorística de datos, repetición mecánica de
textos sin reflexión, sin investigación sobre el tema, sin exploración de la
realidad. Porque si miramos el modelo productivo ese modelo educativo se
corresponde con el fordismo o el taylorismo, si nos dedicamos a la educación
emocional en la obediencia y la aceptación de las estructuras de poder
verticales, sobre todo. En cambio en el sentido de los desajustes de
cualificaciones nos encontramos con los extremos: en primer lugar, el
subempleo, que lleva al CEDEFOP a plantear que Europa está dilapidando su
mano de obra más cualificada, porque “alrededor del 29% de los trabajadores
altamente cualificados realizan trabajos que requieren normalmente titulaciones
de nivel medio o bajo, lo que les convierte en trabajadores ‘sobrecualificados“12
y a Paul Krugman a decir para EEUU que “Si las empresas piden a gritos
determinadas aptitudes, deberían estar dispuestas a ofrecer salarios más
altos” i13 En segundo lugar, en cambio, las empresas se quejan de que no
encuentran la mano de obra que necesitan porque falta nivel o modalidad de la
cualificación. Sobre todo, en las especialidades tecnológicas más novedosas o
que necesitan de una formación muy específica.
Nuestras hipótesis de trabajo se basan en varios principios de defensa del valor
de la cualificación profesional, del reconocimiento necesario y del papel que
juega el trabajo en el valor añadido. Pero también en referencia a las
características de la formación generalista o hiperespecializada, que debemos
clarificar como modelos. Las recetas fáciles caen en una o la otra sin
profundizar en el significado o los contenidos de cada una. Si generalista se
identifica despectivamente con superficial o abstracta, evidentemente no es útil
para nadie pero si significa una sólida formación científica y tecnológica en
contenidos y procesos, teórico-práctica, que pueda garantizar el aprendizaje a
lo largo de la vida, la especialización en el trabajo, la adaptación a cualquier
cambio vertiginoso, será pertinente y de calidad tanto para las personas como
para las empresas. Esto en relación con la formación profesional en todas sus
expresiones, en secundaria y en la universidad.
¿Qué condiciones permitirían cambios para superar ese desajuste? Algunas
las proponía Montserrat Ros en las Jornadas organizadas por las federaciones
de Industria y Enseñanza de CCOO. Otras en el Informe 122 de la Fundación
1º de Mayo, algunas de las cuales se reproducen en el Documento Industria
4.0 una apuesta colectiva, o el referido al empleo y las cualificaciones en la
industria TIC.14
11
www.fe.ccoo.es
12
CEDEFOP. CENTRO EUROPEO DE FORMACIÓN PROFESIONAL.
13
El País 6-4-2014
14
www.industria.ccoo.es
16
“Un nuevo modelo educativo debe tener en cuenta el mundo del trabajo. El
sistema educativo y trabajo se han dado la espalda históricamente, y esto no
es por azar, o porque sea “natural”. Es un hecho político que tiene
consecuencias sociales y económicas. En nuestro país es contracultural
sostener que el sistema educativo deba interesarse por el trabajo, que deba
incluir saberes del trabajo en la educación básica y que deba dirigirse a la clase
trabajadora.”15
Esta afirmación es radicalmente diferente de la demanda empresarial de que el
sistema educativo responda a sus necesidades, que se sucede en todos los
foros en los que pueden influir. Porque, el trabajo como fenómeno humano,
antropológicamente constitutivo de la condición sapiens, es algo mucho más
amplio, profundo y valioso que el entrenamiento en una u otra tecnología para
la producción actual. Por eso nuestra insistencia en relacionar el modelo
educativo en un sentido amplio con el modelo productivo en general,
insistiendo en la rentabilidad social o en la pertinencia con las necesidades de
las personas que se educan (para garantizar equidad) o se forman (para tener
en cuenta su cualificación previa) y sin olvidar las cuestiones valiosas como
seres humanos y para la ciudadanía. Simplemente, porque no todas las
personas tienen las mismas necesidades según su condición social, su historia
familiar, ni podemos consentir que el conocimiento siga secuestrado por las
elites, o que algunas situaciones impidan el ejercicio pleno del derecho a la
educación.
“Nadie sabe lo que va a ser el próximo producto. Nada está escrito, y por lo
tanto todo es menos sólido. Tenemos más capacidad de intervenir en el futuro
que nunca antes, y para esto necesitamos una educación que nos empodere,
que nos de esta libertad de construir futuro. Por eso teorizamos que la
educación debe tener como fines el aprender a aprender, a resolver problemas,
a crear soluciones, a discernir lo significativo de lo intrascendente, a tener
criterio. Ningún país ha encontrado todavía una estructura del sistema y una
ordenación capaces de asumir estos retos, ni ha superado los intereses de
clase de los que tienen el poder.” (Ros Calsina, M 2016)
15
http://www.fe.ccoo.es/cms/g/public/o/6/o138538.pdf
17
1.- Equidad: el carácter equitativo va más allá de la igualdad de oportunidades,
porque no todas las personas parte de la igualdad de situaciones y las
necesidades del aprendizaje a lo largo de la vida implican igualar. La formación
no puede seguir parámetros que atenten contra los derechos humanos y
laborales, debe elevar la calidad de los contenidos y de las relaciones de
trabajo. Más oferta para la mayoría prima sobre la excelencia para unos pocos
2.- Pertinencia: Atender a las necesidades de las empresas y a la demanda de
los ciudadanos. Con sentido estratégico, no sujeto a los intereses inmediatos
de las empresas y con un buen sistema de orientación profesional. Atender al
desarrollo profesional, para ser eficaz para la productividad. Todos los perfiles
profesionales para el cambio del modelo productivo necesitan actualizaciones
de competencias y nuevas capacidades, no vale cualquier formación.
3.- Calidad: “En definitiva, una formación de calidad sería aquella que, además
de poseer niveles técnicos suficientes y capacidad de adaptarlos a diferentes
escenarios, es capaz de responder adecuadamente a las demandas,
necesidades y expectativas de sus sujetos de atención (individuos, empresas,
sectores, cadenas productivas, territorios), y posibilita simultáneamente la
creación de nuevas necesidades y expectativas personales, sociales y de
desarrollo/promoción profesional en la población participante.”
4.- Alternancia: significa proponer fórmulas de interrelación entre el
conocimiento, las competencias y la experiencia laboral, serán integrales,
simultáneas y supervisadas. Con metodologías de aprendizaje adecuadas,
actualizaciones tecnológicas permanentes y sistematización de lo adquirido en
la experiencia laboral. Analizando para evitar los fraudes o abusos
5.- Contextualización de la empleabilidad y la competitividad: sin inversiones en
cualificaciones, en tecnología, en I+D+i, con bajos costes laborales, trabajo
precario no hay ni desarrollo profesional ni productividad.
6.- Políticas públicas y diálogo social: Con las 3 R de la justicia social
a.- REDISTRIBUCIÓN: la Formación Profesional como un derecho fundamental, la
empleabilidad es una responsabilidad colectiva, el capital cultural es producción
colectiva, su distribución debe ser equitativa
b.- RECONOCIMIENTO: del valor del trabajo, políticas de garantías de pertinencia
respecto a las necesidades de cualificación, de las demandas sectoriales y del papel
de la fuerza de trabajo en el valor añadido
c.- REPRESENTACIÓN: participación de los agentes sociales, desarrollos eficaces a
partir del diálogo social con garantías de representatividad y compromiso, para
contrarrestar el poder económico y político.
. .
18
III.- La función del sistema educativo y la influencia del modelo productivo
16
Bordieu, P y Passeron, J.C: La reproducción. Laia Barcelona.1981
19
primeras etapas del capitalismo, en función de la necesidad de desarrollo de la
clase obrera para incorporarla al sistema. De ahí la universalización de la
enseñanza básica a través de la obligatoriedad. Sin embargo, entre distintos
analistas aparecen diferencias respecto de las etapas actuales, a partir de la
globalización (financiarización, terciarización, incertidumbres incluidas). Unos
defienden la idea de una menor hegemonía en función de la alta diversificación
y complejidad de las sociedades actuales, pero con excesivas situaciones de
exclusión, pobreza o dualización. Otros, por el contrario, piensan que han
cambiado cualitativamente las condiciones hegemónicas pero no su influencia,
que con otros instrumentos más poderosos que la escuela como los medios
audiovisuales, las clases dominantes han conseguido imponer las ideas
neoliberales, incluso a demasiadas formaciones políticas. Aunque continuamos
reforzando las posibilidades de alternativas económicas, políticas, sociales y
educativas, nos vemos en la necesidad imperiosa de ejercer la crítica al
pensamiento y las acciones de carácter neoliberal e incluso neocon.17
Ya no se plantea seriamente la posibilidad de cambiar el sistema capitalista
desde la educación, pero sí y tan seriamente necesaria es la apuesta firme por
los cambios educativos que avalen una ciudadanía activa y un sistema que
consiga compensar desigualdades y desarrollar la justicia social. Porque las
instituciones educativas pueden ser contraculturales, se han debilitado como
agentes de socialización (la familia también) y necesitamos su complicidad
para neutralizar valores, criterios, modelos de formación de las personas, que
dominan desde la publicidad, la televisión o internet para afianzar el
consumismo, el individualismo, los modelos de éxito o la discriminación de
género, etnia o clase, tanto desde lo social como desde lo cultural, hasta lo
identitario, en sociedades cada vez más heterogéneas.
17
Tedesco, J.C : Educación y hegemonía en el nuevo capitalismo: algunas notas e hipótesis de trabajo. y
Tenti Fanfani, E: La escuela y los modos de producción de la hegemonía. Revista de FLACSO. 2003
20
las cuestiones más crematísticas tratadas por la economía hasta las más
elevadas manifestaciones del espíritu humano.” 18
18
Boron, Atilio A: Las ciencias sociales en la era neoliberal: entre la academia y el pensamiento crítico.
Tareas 122. CELA, 2006
19
Torres Santomé, J: Educación en tiempos de neoliberalismo. Morata. 2007
20
Viñao Frago, A: El concepto neoliberal de calidad de la enseñanza (1996-1999) Murcia 1999
21
Murillo, J: Educación para la justicia social. Ponencia en: Educación para la Justicia Social. Jornadas
Fundación 1º de Mayo-GICE mayo 2014
21
Por lo tanto, una alternativa de cambio de modelo educativo necesariamente
tendrá que atender a todos esos niveles de análisis y realizar propuestas para
neutralizar todas esas deficiencias: en lo económico reivindicando políticas
públicas que favorezcan la compensación de desigualdades y la equidad,
inversiones en educación y formación que puedan proveer de las capacidades
imprescindibles para una integración social y laboral. En los aspectos culturales
combatiendo la xenofobia, el racismo, superando conflictos identitarios porque:
“Algunas luchas por el reconocimiento procuran adaptar adecuadamente las
instituciones a esta condición de mayor complejidad. Sin embargo, otras
muchas adoptan la forma de un comunitarismo que simplifica y cosifica de
manera drástica las identidades de grupo. De este modo las luchas por el
reconocimiento no promueven una interacción respetuosa a través de las
diferencias en unos contextos cada vez más multiculturales. En cambio tienden
a fomentar el separatismo, los cotos de grupo, el chauvinismo y la intolerancia,
el patriarcalismo y el autoritarismo.“ 22
22
Fraser, N: La justicia social en la era de la política de la identidad: redistribución, reconocmiento y
participación. Del libro ¿Redistribución o reconocimiento? Un debate político filosófico de Nancy Fraser
y Axel Honneth. Morata. 2006
22
transformaría en algo mucho más técnico propio de los profesionales de la
enseñanza.
En relación con el modelo pedagógico podríamos caracterizarlo desde
diferentes perspectivas, históricamente, quizás es útil la evolución que señalan
algunos autores. Partimos del modelo centrado en la materia, el contenido o el
programa de una enseñanza tradicional enciclopédica, memorística, de tareas
rutinarias y disciplina estricta que se correspondería con el fordismo más rancio
estilo “Tiempos modernos”. Para una parte de la comunidad académica se
produce un salto al modelo centrado en el niño con la escuela nueva, que tiene
muchas propuestas diferentes con distintas orientaciones desde una
“naturalista” roussoniana hasta la escuela activa de Ferrer i Guardia de corte
libertaria. Pero no podemos obviar que también se han desarrollado modelos
centrados en el sistema, más que en la materia o el alumnado, poniendo el eje
del proceso de enseñanza en la estructura de niveles, grados, en los
instrumentos de evaluación (sobre todo exámenes) en la correspondencia entre
etapas, etc. Las orientaciones más actuales pondrán el énfasis en las
instituciones educativas, cuyo funcionamiento, su autonomía o dependencia, su
carácter público o privado, jerarquizada o democrática, dará más juego para
definir su modelo que la materia o el alumnado en sí mismo. La crítica a las
relaciones institucionales tradicionales o a los modelos neoliberales (basados
en los paradigmas empresariales) pasan necesariamente por considerar la
democracia, la participación, los proyectos cooperativos y por lo tanto, lo
coherente será aplicar unos métodos cooperativos de aprendizaje. De cualquier
forma, la pedagogía institucional también ha recorrido un camino desde las
rigideces o jerarquías autoritarias y competitivas, hasta el extremo de las
pedagogías libertarias o lassez faire estilo Summergill, con intermedios de
pedagogías no directivas en línea con C. Rogers, e incluso la escuela
progresiva de EEUU más cercana a la escuela nueva con su pragmatismo y
experimentación, pero con fines relacionados con el compromiso con la
sociedad democrática como planteaba J.Dewey.
No obstante, las rupturas significativas con lo más tradicional y de reproducción
de la ideología dominante aparecen en la segunda mitad del siglo XX aunque
con sus fuentes en algunos descubrimientos y orientaciones de la primera
mitad. Porque las pedagogías tampoco surgen por mentes clarividentes que las
inventan, sino que son el resultado de múltiples influencias científicas,
filosóficas, ideológicas y sociales (incluso del modelo productivo). El desarrollo
de la psicología evolutiva y del conocimiento (en particular J.Piaget), los
avances científicos y tecnológicos produciendo cambios vertiginosos en la vida
y en la economía, los impulsos revolucionarios de finales del XIX y principios
del XX y otros cambios sociales importantes, inician entre guerras mundiales y
con más fuerza a partir de 1945, la aparición de propuestas ligadas al mundo
del trabajo, a las necesidades de concientización o liberación de las personas
respecto de las dominaciones o explotaciones. Desde distintas perspectivas
ideológicas encontramos a Freinet con sus escuelas populares, las primeras
escuelas de la Unión Soviética, las propuestas de Gramsci, y muchas de las
orientaciones de la II República española con la Institución Libre de Enseñanza
desde finales del XIX. Todas ellas creando unos procesos de aprendizaje
teórico-prácticos, para la vida y el trabajo, con instrumentos y técnicas
experimentales, científicas, combatiendo la formación religiosa. Serán las
23
fuentes de las pedagogías críticas de la actualidad, y para nuestro análisis no
académico, para la reflexión resulta más significativo visualizar las rupturas que
estos modelos proponen, porque nos servirán como referencia a la hora de
analizar cualquier modelo y cualquier cambio de modelo.
A.- La ruptura del modelo gnoseológico: el conocimiento ya no es la
acumulación, depósito de cosas hechas; el saber, el conocimiento es
búsqueda, investigación, reflexión. Es un proceso de producción no de
consumo. La ciencia se construye más con preguntas que con respuestas,
nos decía G. Bachelard, y el conocimiento humano se construye a través de
un proceso de intercambio activo del sujeto con el medio, de una
adaptación activa a la realidad (J.Piaget). El sujeto no tiene ideas innatas ni
es una tábula rasa, produce conocimientos en la retroalimentación
permanente entre la teoría y la práctica. Cuando “conoce” pone en
funcionamiento sus estructuras intelectuales pero también las emociones,
hay “motivos”, “impulsos”, una “energía” que se distribuye, unos conflictos
internos que pueden “bloquear” el proceso de conocimiento. La interrelación
entre pensamiento y sentimiento cobra mucha mayor importancia en el
proceso de aprendizaje y desde luego, mucho más en el niño o el
adolescente. Sin el proceso de descentramiento de sí mismo, de abandono
progresivo del egocentrismo no se accedería nunca a la co-operación, a la
comprensión del pensamiento del otro. Sin la energía que proviene de las
emociones no avanzaríamos en nuestra capacidad mental, de múltiples
inteligencias, incluida la emocional que está de moda. Por todo esto
hablamos de capacidades, en otros casos de competencias, y en lo global
de cualificación (diferente de titulación), incluyendo muchos registros
además del intelectual (registro práctico, emocional) con connotaciones en
habilidades, destrezas, sabiduría práctica, social, etc.
B.- La ruptura de la dimensión ideológica: un modelo de liberación adquiere una
significación especial en la medida en que es una ruptura con la ideología
dominante, con los factores de “conservación” del sistema, con los
estereotipos de conducta que favorecen la “reproducción” de las relaciones
de producción, la reificación, la alienación, el mantenimiento de las
estructuras de poder. Implica una ruptura básica de la “pasividad” y el
“conformismo” y una promoción de los procesos que conectan con la
realidad y con las posibilidades de transformación de esa realidad. aparece
un nuevo universo de valores y un “compromiso” específico. Aquí también
se trata de una “elección”: por la democratización y la praxis de la libertad
para combatir el monopolio de los saberes concentrados en el “Poder”
C.- La ruptura de los modelos institucionales: la necesaria transformación de las
estructuras institucionales, corrigiendo perturbaciones de la comunicación,
la burocratización y la Autoridad. La ruptura de la institución tradicional
posibilitará la inscripción de las relaciones grupales (de la clase y del centro)
en un nuevo entorno o modelo. Se ve necesario el reconocimiento del valor
de la experiencia grupal, en la instauración de la comunicación y la
cooperación como garantías de una praxis creativa. El rol del educador se
redefine desde una perspectiva de “orientación” no-directiva y de
coordinación grupal fomento de la participación, etc. El centro en su
conjunto hacia dentro y hacia afuera en sus relaciones con su contexto
social, su historia, su clima de convivencia, su modelo de participación, etc.
24
D.- La ruptura del modelo de relación o vínculo pedagógico: las relaciones
docentes-alumnado se transforman en un elemento clave para las
posibilidades de liberación. Para la superación de la dominación o la
dependencia de la autoridad, del Poder (que veremos en especial), el
desarrollo de la autonomía y el pensamiento crítico no solamente se basa
en cuestiones intelectuales, dependen también de las relaciones sociales,
emocionales con sus iguales y con sus “adultos” (en la familia o la escuela).
Pero también se han tornado conflictivas, por las grandes dificultades que
se generan por el cambio de cultura del autoritarismo a la permisividad, por
el más difícil camino de la libertad con responsabilidad. Estos vínculos,
sobre todo grupales, que las pedagogías individualistas ignoran, pueden
constituir uno de los grandes cambios de nuestro sistema educativo
mientras se mantengan unos principios de cooperación responsable.
25
simplificación ni en el maniqueísmo porque no aportan reflexión, pero sí
visualizar algunos mecanismos e instrumentos que deberemos combatir.
“La disciplina fabrica así cuerpos sometidos y ejercitados, cuerpos “dóciles”. La
disciplina aumenta las fuerzas del cuerpo (en términos económicos de utilidad)
y disminuye esas mismas fuerzas (en términos políticos de obediencia). En una
palabra: disocia el poder del cuerpo; de una parte, hace de este poder una
“aptitud”, una “capacidad” que trata de aumentar, y cambia por otra parte la
energía, la potencia que de ello podría resultar, y la convierte en una relación
de sujeción estricta. Si la explotación económica separa la fuerza y el producto
del trabajo, digamos que la coerción disciplinaria establece en el cuerpo el
vínculo de coacción entre una aptitud aumentada y una dominación
acrecentada.” (Foucault, 2003)23
Como perspectiva crítica es innegable la aportación de Foucault y otros
autores que basan sus discursos en él, algunos son referencia de la pedagogía
crítica. Sin caer en determinismos queda muy clara la influencia de los modelos
tradicionales de disciplina para aportar fuerza de trabajo que aceptara las
jerarquías y las rutinas del fordismo, el tiempo y el espacio ordenados según el
mandato de la empresa. Más aún en el asunto del saber, que hoy en día se
traduce como información es poder, aunque no se limita a lo superficial. El
saber y la verdad, en relación y dominando las mentes, las conciencias,
manipulando el conocimiento de la realidad, hoy no reside sólo en las
instituciones educativas y disponemos de enormes opciones críticas sobre los
poderes de los medios de comunicación. El problema es el control del
conocimiento en una sociedad donde es un medio de producción, donde el
poder del conocimiento puede convertirse en un desarrollo de las fuerzas
productivas sin ninguna rentabilidad social ni política distributiva.
El modelo educativo puede revertir la apropiación del capital cultural, del
conocimiento, puede convertirse en un agente de liberación, concientización,
oponiéndose a las prácticas que silencian discursos alternativos. Todo sistema
educativo es una estructura jurídica, con una forma política de reproducción
cultural, que inculca ideología dominante o puede plantearse los cambios
necesarios para representar las luchas políticas, neutralizando los valores y las
conductas que pretende imponer el sistema vigente. Si la disciplina y el
autoritarismo eran parte del modelo fordista de regulación social, no lo era
solamente por tratarse de un modelo económico. Sus implicaciones para el
modelo social nos interesan en particular.
“…los mecanismos de la acumulación fordista estaban contenidos y eran
dependientes de una red facilitadora de dispositivos sociales, culturales y
políticos. En el mundo desarrollado, dicho arreglo era el salario familiar, el cual
vinculó los mercados laborales con las normas emergentes de género y las
formas familiares, además de que se alentaba una orientación hacia el
consumo doméstico privatizado. El otro arreglo era una cultura de consumo
23
Citado por Esteban Hilario, K en La teoría del poder de Foucault en el ámbito educativo
HORIZONTE DE LA CIENCIA 5 – 2015
26
aburguesada, impulsada soterradamente mediante la publicidad, los medios
masivos y los espectáculos.” 24
Todo tendía a racionalizarse desde la salud, el cuidado de la infancia, la
protección social, aparecen sobre todo en EEUU los manuales para la crianza,
las recetas prácticas o los métodos mecanicistas pero pronto se advierte que
también necesitan que la gente se autorregule porque no puede controlarse
toda la vida de una persona…” los psicólogos infantiles, los educadores y los
expertos en crianza propusieron reformar las prácticas para la socialización de
los hijos. Dirigiéndose a promover futuros ciudadanos autorregulados, los
expertos urgían a las madres a alimentar, a los padres a eliminar los castigos
corporales, a los maestros a fomentar la curiosidad y explicar los fundamentos
detrás de las reglas. “ (Fraser, ídem)
¿Qué ocurre con la globalización y la pérdida del modelo fordista puro? La
sociedad capitalista inicia otros caminos, más complejos, menos homogéneos,
más dependientes del mercado que del Estado, con otras necesidades con
respecto a la vida social y laboral. Pasamos a consumir nuevas mercancías: la
salud, la educación, la protección social, las pensiones. La desregulación y la
privatización traerán inevitablemente, como modelo, la desprotección de los
colectivos más vulnerables, la exclusión, la ausencia de cohesión social que
aparentemente sigue siendo objetivo en Europa.
“En la variante actual de la globalización hegemónico-neoliberal, los flujos
masivos y desencadenados del capital trasnacional están descarrilando al
proyecto keynesiano de la economía nacional. La tendencia es transformar el
Estado de Bienestar fordista en un “Estado competitivo” posfordista, en donde
los países se lanzan a reducir impuestos y eliminar “papeleos” con la
esperanza de conservar y atraer inversiones. La resultante “carrera hacia la
cumbre” alimenta miles de proyectos de desregulación, así como esfuerzos
para privatizar los servicios sociales, sea mediante regresarlos al esquema de
mercado o devolverlos a las familias (lo que significa, en efecto, darlos a las
mujeres). Aunque el alcance de tales proyectos varíe de país a país, el efecto
general es una tendencia global a desestructurar la zona de “lo (nacional)
social”, formalmente el corazón de la disciplina fordista. Al ser cada vez menos
concentrados socialmente y al estar cada vez más sujetos al mercado y en
manos de familias, los procesos posfordistas de ordenación social son menos
propensos a converger dentro de una zona identificable. Más bien, la
globalización está generando un nuevo escenario de regulación social, más
privatizado y disperso que cualquiera de los visualizados por Foucault.” Ídem
24
Fraser, N: ¿De la disciplina hacia la flexibilización? Releyendo a Foucault bajo la sombra de la
globalización. Conferencia inaugural en UNAM. 2003
27
parámetros muy diferentes para definir principios, modelos y métodos de
enseñanza-aprendizaje.
“Los rasgos de la flexibilización son la fluidez, el carácter provisional y un
horizonte temporal “de corto plazo”. Por tanto, lo que las redes son al espacio,
la flexibilización es para el tiempo. Así tenemos la especialización flexible de la
producción contra-reloj en la era de los negocios. Y también tenemos a los
“hombres y mujeres flexibles” descritos por Richard Sennett, quienes
frecuentemente cambian trabajos e incluso carreras, reubicándose donde les
ofrezcan, y cuyas relaciones académicas y amistades están más bien definidas
para encajar en el horizonte del corto plazo y cuya personalidad no consiste en
construir narrativas de vida simples, coherentes, trascendentes o significativas.”
Se construyen fórmulas bastante irracionales que sólo persiguen la ganancia
rápida, algunos plantean aquello de la sociedad líquida y otros el fin del trabajo,
desde paradigmas ideológicos que tenemos que cuestionar partiendo de otras
concepciones antropológicas que en lugar de mercantilizar procuran recuperar
las bases de la construcción de la humanidad, del trabajo o lo social como
constitutivos de los seres humanos.
“En su esencia, en tanto que actividad, el trabajo es indisociable de la vida
humana y no tendrá fin, a pesar de las apocalípticas profecías de Jeremías
Rifkin. Consideramos que el trabajo es un derecho humano fundamental y al
mismo tiempo un deber social. La importancia del trabajo para quien tiene un
empleo, no es solamente que le permite obtener los recursos para sobrevivir.
Es una actividad necesaria, porque es creadora o transformadora de bienes y
servicios sin los cuales no podría vivir ni reproducirse la especie humana”25
25
Neffa, J.C: Actividad, trabajo y empleo: algunas reflexiones sobre un tema en debate. Orientación y
Sociedad. Universidad de La Plata.1999
28
IV.- Algunas conclusiones con la pedagogía crítica
26
Spinosa M: Tesis El estudio de los perfiles profesionales en el marco de las relaciones entre la
educación y el trabajo: el caso de los técnicos químicos en Argentina. 2004
29
donde era posible la inclusión y la movilidad social. En este contexto nos
situamos para plantear algunas opciones de cambios de modelos.
Otra cuestión a tener en cuenta es la realidad que ya hemos enunciado de la
existencia de modelos híbridos, mixtos, otros en transformación, con diferencias
sectoriales importantes, por lo cual es muy difícil incorporar ideas innovadoras
generalizables, definir fórmulas de relaciones laborales o temas de calidad de los
productos, de los costes o las necesidades de inversión. No hay recetas para un
cambio de paradigma como el que necesita nuestro modelo productivo. Además,
depende también de cómo se encaren los cambios: ¿por iniciativa del empresariado,
con el riesgo de que pervivan aspectos de los viejos modelos? ¿copiando a otros
países? ¿recuperando iniciativas públicas con inversiones en I+D+i? Será necesario
adaptar fórmulas de otras sociedades, valorar la calidad de algunas experiencias
existentes en la nuestra, sopesando variedad de formas de incrementar la
productividad sin perder empleo ni poder adquisitivo de los salarios.
27
Neffa, J.C: Crisis y emergencia de los nuevos modelos productivos. CLACSO.1999
30
limita a enunciar teorías o análisis filosófico, sino que incorpora la práctica real
de la enseñanza a través de sus experiencias de alfabetización en Brasil. Y a la
vez la praxis se convierte en el elemento esencial de su pedagogía del
oprimido, de su educación como práctica de la libertad, donde la humanidad se
consagra cuando transforma la realidad. El proceso de aprendizaje como
reflexión crítica sobre la práctica, como descubrimiento cooperativo,
socialmente útil para superar opresiones, va a desarrollarse después de Freire
por diferentes caminos que abarcan diferentes modalidades y múltiples
opciones. No haremos un recorrido académico, enunciaremos algunos autores
y temas que contribuyen a esbozar el nuevo modelo educativo, desde los
principios hasta algunos ejemplos de metodologías de trabajo. Podríamos
considerar dos líneas de pensamiento, una más relacionada con el compromiso
social y la crítica ideológica y otra que desarrolla propuestas metodológicas (no
técnicas concretas). Aunque no todos los académicos realizarían esta
clasificación incorporamos a Peter McLaren o Henry Giroux a la primera y
además de Freire, algunos herederos como Kemmis o la investigación-acción
británica con J. Elliot en la segunda, aunque en la bibliografía aparecerán más
ejemplos de análisis críticos con otras aportaciones.
Como punto de partida diferenciaremos la enseñanza obligatoria, básica y
universal, comprehensiva, compensadora de desigualdades, de la formación
profesional de la enseñanza media y de la universidad. Porque la primera,
necesariamente, debe regirse por principios de calidad con equidad y perseguir
objetivos relacionados con el aprender a aprender, a conocer, a ser, a hacer y
a convivir. Porque para los cambios sociales, culturales y del modelo productivo
son imprescindibles los instrumentos mucho más que determinados
conocimientos, adquirir procedimientos de pensamiento crítico, de
descubrimiento, capacidades de innovación, criterios de selección de
contenidos, todo ello envuelto en un marco de ciudadanía activa, de valores
solidarios y de interés colectivo. Neutralizar las actitudes, los valores, los
principios del consumismo, del individualismo neoliberal, es vital para el
desarrollo de las sociedades democráticas.
Desde las pedagogías críticas se visualiza claramente el poder de los medios
de comunicación y de las redes en el monopolio de la información por un lado y
de la proliferación de mensajes o interpretaciones de la realidad por otro, que
producen bombardeo de informaciones sin adaptación a las etapas de
maduración, sin secuencias cognoscitivas, con aprendizajes sobre sí mismos,
sobre las relaciones con sus iguales, sobre valores humanos que sólo
contribuyen a modelar percepciones, ideales y subjetividades para la sociedad
desregulada, privatizada, mercantilizada de esta etapa globalizada del
capitalismo salvaje. Por consiguiente, el cambio de modelo necesario,
ideológicamente, se corresponde con una educación basada en las rupturas
que proponemos en el punto anterior y en una resistencia ante la educación
que fomenta la sociedad. Porque, además, nuestro convencimiento resulta del
análisis de las capacidades que también son necesarias para cambiar el
modelo productivo, para formar en procedimientos, criterios y orientaciones que
opten por la investigación, la innovación, el conocimiento en profundidad, las
capacidades colectivas, grupales que generan organizaciones más
horizontales, competencias relacionadas con la resolución de problemas,
menos creencia en las recetas, menos pasividad ante determinadas técnicas
31
que no tienen nada de asépticas. Todo ello se refleja en concepciones
metodológicas cooperativas, críticas, liberadoras, que pueden manifestarse en
los métodos por proyectos, cooperativos, de aprendizaje servicio, y variadas
experiencias de aprendizaje que el profesorado comprometido aplica en sus
clases. Las pedagogías inclusivas y democráticas que plantean alternativas
para la organización de los centros y del aula, las escuelas comprometidas con
la justicia social, los proyectos de centros o las innovaciones docentes que
postulan la participación de la comunidad educativa, están aportando en la
actualidad muchos ejemplos de la educación que queremos.
Si bien creemos fundamental una educación para la ciudadanía crítica, también
postulamos que los procesos cognoscitivos, los valores, la formación de las
emociones, las capacidades que se desarrollan bajo esos principios también
contribuyen a la educación para el mundo del trabajo. No podemos continuar
sosteniendo el divorcio entre lo académico y lo laboral, ni entre la vida social y
la vida profesional, la formación para la ciudadanía crítica y la formación para el
mundo del trabajo coinciden en la mayoría de sus objetivos, contenidos y
procedimientos, en nuestro modelo. Pero significa luchar contra las
concepciones academicistas, elitistas, conservadoras que mantienen
metodologías y contenidos descontextualizados, antiguos, que escinden lo
escolar de la vida real y del mundo del trabajo, que no conectan con la vida de
la infancia y la juventud actuales, abandonadas al influjo del consumismo.
Porque en el fondo siguen reproduciendo una sociedad desigual, de monopolio
del conocimiento por parte de las élites de poder, de individualización de las
relaciones laborales, del “sálvese quien pueda”.
Pero también debemos tener en cuenta que “Es visible el intento por modificar
el proyecto escolar y educativo con la introducción de las Tecnologías
Informáticas y Comunicativas (TIC) en la escuela, reduciendo éstas a
instrumentos para el mejoramiento de los procesos de la enseñanza,
desplazando la función del docente y convirtiéndolo en un simple operador
técnico bajo la idea de calidad asimilada a estándares y competencias,
despojando al docente de su función crítica y pública, así como de su papel
como agente democratizador. 28
32
algunas carreras. Pero, a pesar de todo, muchos profesionales son muy
valorados en otros países, lo que demuestra que no siempre es el sistema
universitario el que presenta los déficits.
La base de nuestro análisis era no generalizar ni proponer alternativas
homogéneas o recetas mágicas. Por eso, el desajuste entre el modelo
productivo y el educativo ni es tan grave como pretenden algunos ni recae todo
sobre la educación. Si las políticas económicas no cambian el modelo
productivo, si las relaciones laborales no se dignifican, si los sistemas de
organización del trabajo no se modernizan o actualizan para asumir la
innovación, de nada vale proponer cambios para el modelo educativo. La clave
pasa por el abandono de las concepciones tradicionales de aprendizaje incluida
la universidad, poniendo el acento en la conexión con la realidad sin abandonar
el espíritu científico y la libertad de investigación, vincular de forma efectiva la
teoría y la práctica, formar en capacidades científicas sólidas que permitan
actualizarse de forma autónoma a cualquier profesional. Eliminar rigideces
administrativas es otra aspiración permanente, como ampliar becas o disponer
de financiación para proyectos, conseguir desarrollos que produzcan patentes
o dar continuidad a las personas que investigan. Pero también necesitamos
privilegiar la docencia y perfeccionarla, quizás con diferentes roles
profesionales como existen en otros países.
“De esta manera, las escuelas existen —con frecuencia— en una relación
contradictoria con la sociedad dominante, defendiendo y retando
alternativamente sus presupuestos básicos. Por ejemplo, las escuelas a veces
respaldan una noción de educación liberal que está en contradicción directa
con la exigencia de la sociedad dominante de que las formas de educación
sean especializadas, instrumentales y normadas por la lógica del mercado.
Además, las escuelas todavía definen su papel de acuerdo con su función
como agencias para la movilidad social aunque, a menudo, producen
graduados a un paso más acelerado que la capacidad de la economía para
emplearlos.”29
29
Giroux, H: Teorías de la reproducción y la resistencia en la nueva sociología de la educación: un
análisis crítico. Cuadernos políticos. México, Era, 1985, pp. 36-65.
33
“Debido a que el sistema capitalista parece despojar al proceso social de
trabajar de sus características (que no están relacionadas con el intercambio),
los teóricos neoclásicos pudieron contentarse durante mucho tiempo con la
interpretación del trabajo como una simple mercancía. Y con el aumento
constante de los niveles de recursos dedicados a la preparación del trabajo, en
forma de crianza de los niños, educación, salud y formación, la tendencia a
considerar al trabajador de forma más precisa como un bien de capital parece,
al menos retrospectivamente, que ha sido casi inevitable.”
Esta crítica marxista nos sirve para hacer visible las contradicciones en las que
podemos caer cuando relacionamos el modelo productivo con el desarrollo
educativo formal e informal. Porque no podemos ignorar las relaciones
sociales de producción y convertir el debate en cuestiones técnicas, el trabajo
mismo produce cualificación, la persona se transforma y su experiencia
también tiene un valor que debe reconocerse, el trabajo no es una mercancía
porque está encarnada en sujetos activos que aportan valor y generan
beneficios y “la estructura de los salarios no es exógena a la empresa, sino
más bien uno de los instrumentos usados para maximizar los beneficios.” Por
lo cual tampoco podemos aceptar una derivación significativa de esta teoría: la
inversión en desarrollo personal (educación y formación) que deben realizar las
familias y los individuos para convertirse en capital humano valioso, como si la
empleabilidad fuera responsabilidad individual y no social.
Sobre todo, porque no sólo cuestionamos el rasgo de individualización sino que
para la concepción del trabajo como capital la educación y la formación deja de
ser un derecho humano o un derecho fundamental, para convertirse en una
inversión (lo que puede privatizarse) o la cualificación en un derecho sobre un
renta futura a través de un empleo. Si bien defenderemos que socialmente en
el Estado del Bienestar la educación es una inversión y no un gasto, lo es en
cuanto derecho fundamental que produce cohesión social, rentabilidad social,
30
Bowles, S y Gintis, H: El problema de la teoría del capital humano: una crítica marxista. Revista de
Economía Crítica, nº18, 2014
34
forma ciudadanía democrática y provee a las personas de las capacidades
necesarias para la vida en esa sociedad (incluidas algunas para el trabajo)
Las políticas públicas que proponemos se convierten en factor de eliminación
de la exclusión, de redistribución del conocimiento, de reconocimiento de las
diferencias culturales, de fomento de la participación democrática. Principios y
objetivos muy alejados de las pretensiones de los modelos de “capital humano”
que tenemos que neutralizar. Porque incluso podemos reivindicar que, en la
tecnología utilizada está ya incorporado el conocimiento (capital cultural)
producido por otros trabajadores o trabajadoras que desarrollaron la ciencia o
inventaron la tecnología, pero que al pasar a considerase un medio de
producción que el capitalista compra en el mercado ha perdido su valor
humano. Incluso la productividad que genera esa tecnología más avanzada
proviene del trabajo incorporado con anterioridad. Sin embargo, no es negativo
que las empresas inviertan en capital humano, es su obligación si realmente
consideran el conocimiento como un medio de producción. Lo que deberíamos
considerar es si la formación en la que invierten sirve para desarrollar la
cualificación profesional o es un simple adiestramiento o se convierte en fuente
de desigualdades entre trabajador@s
35
Igualdad Equidad
36
ANEXOS
ANEXO I
Recomendaciones para el cambio de modelo productivo 31
- la adopción de una estructura organizativa por parte de las firmas que sea
más “chata”, horizontal y comunicante, para crear las condiciones que hagan
posible un trabajo más coordinado y cooperativo y socializar los conocimientos
y progresos en el aprendizaje de todos los miembros de la empresa;
31
Neffa, J.C: Obra citada.
37
- la reducción del número de mandos medios y de trabajadores indirectos de
supervisión y mantenimiento, y dar más importancia al trabajo directo dentro de
las empresas, con el objeto de mejorar el clima laboral, bajar los costos de
control y aumentar la calidad y el valor agregado;
38
ANEXO II:
Glosario técnico crítico para liberarnos de la ideología dominante
Estas últimas aclaraciones de conceptos han sido una sugerencia de
algunas personas relacionadas con estos temas desde otros ámbitos
profesionales. Pero el interés mayor proviene de poder plasmar una
concepción epistemológica crítica, de neutralización del determinismo social de
la ideología dominante, de la manipulación del lenguaje “técnico” que jamás es
aséptico y poder superar obstáculos que frenan nuestro pensamiento crítico o
convierten en “natural” fenómenos alienantes, producto de las necesidades de
ocultación del modo de producción capitalista. . Al contrario que la ciencia, la
función de la ideología dominante es ocultar las contradicciones reales,
reconstruir en un plano imaginario, un discurso relativamente coherente que
sirva de horizonte. En la metáfora de Gramsci era “el cemento”, en el sentido
de la cohesión de las partes del todo o edificio social. En la de L. Althusser:
“Una ideología es un sistema (que posee su lógica y su rigor propios) de
representaciones (imágenes, mitos, ideas, o conceptos según los casos),
dotados de existencia y de un papel histórico en el seno de una sociedad dada.”
Y para concluir nuestra compañera Elvira S. Llopis con su admirado Foucault nos
decía: “En una sociedad como la nuestra, pero en el fondo, en cualquier
sociedad, relaciones de poder múltiples atraviesan, caracterizan, constituyen el
cuerpo social; y estas relaciones de poder no pueden disociarse, ni
establecerse, ni funcionar, sin una producción, una acumulación, un
funcionamiento del discurso”.
39
diferencia tres enfoques. El primero concibe la competencia como la capacidad
de ejecutar las tareas; el segundo la concentra en atributos personales
(actitudes, capacidades) y el tercero, denominado “holístico”, incluye a los dos
anteriores”. Si bien es útil una interpretación holística, no podemos aceptar la
idea de “atributos personales”. Se pueden describir las capacidades en
términos de saber hacer, de realizaciones, de asumir tareas y
responsabilidades, de conocimientos o de manejar instrumentos o controlar
procedimientos. Nada individualiza más que lo personal, subjetivo y arbitrario
por la dificultad de ser valorado. Pero que se encuentra fácilmente en muchos
programas de entrenamiento (coaching) como las fórmulas que consiguen la
identificación con las metas empresariales, aunque puede utilizarse para formar
en habilidades específicas con cierto éxito.
32
Industry 4.0 A Discussion of Qualifications and Skills in the Factory of the Future: A German and
American Perspective The Association of German Engineers and ASME American Society of Mechanical
Engineers April 2015 Düsseldorf
40
Actitud: noción altamente peligrosa, muy difícil de evaluar objetivamente y
manipulable en función de intereses. La misma definición de la RAE denota esa
característica: “1. f. Postura del cuerpo, especialmente cuando expresa un
estado de ánimo. Las actitudes de un orador. La actitud agresiva del perro. 2. f.
Disposición de ánimo manifestada de algún modo. Actitud benévola, pacífica,
amenazadora, de una persona, de un partido, de un Gobierno. Parece broma,
pero así se puede analizar un comportamiento desde el contexto que pone
valor a unas conductas determinadas o no a otras. En ámbitos empresariales
se utiliza actitud positiva, actitud colaboradora, etc en función de parámetros
establecidos por quien detenta el poder, de fidelidad a la empresa. Entonces, si
queremos referirnos a una persona que en un entorno de trabajo, para realizar
una tarea debe colaborar con otras personas, se puede denominar capacidad
para trabajar en equipo, en otros contextos iniciativa, participación activa, etc
siempre en sentido descriptivo, sin prejuicios valorativos sobre lo positivo o lo
negativo, siempre sin aludir a características personales sino en función de
realizaciones concretas, en los procesos y en los resultados.
Es casi seguro que nos hemos repetido con respecto a otros artículos, informes
o ponencias pero nos parecía necesario sistematizar algunas cuestiones útiles
para los debates y aportar notas diferentes a los documentos formales
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ANEXO III
una red pública: con una oferta adecuada y suficiente, que garantice el
derecho a la formación de jóvenes y adultos en condiciones de equidad
y calidad. Combatiendo la desregulación y la privatización
44
BIBLIOGRAFÍA
EN PUBLICACIONES DE CCOO:
45
Elliot, J: El cambio educativo desde la investigación-acción. Morata.
Madrid.1993
Flecha, R, Padrós, M y Puigdellívol, I: Comunidades de aprendizaje:
transformar la organización escolar al servicio de la comunidad. Revista
Organización y gestión educativa.Nº5. 2003
Freire, P: Pedagogía del oprimido y La educación como práctica de la libertad.
Diversas ediciones algunas de Siglo XXI
46
ÍNDICE
V.- ANEXOS:
BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………….……………pág.45
47