Tema 3

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TEMA 3

Concepto de acto administrativo.

La Administración en el ejercicio de las competencias que legalmente le son atribuidas aplica


caso a caso el OJ. Esa aplicación se manifiesta en autorizaciones, órdenes, sanciones,
prohibiciones… decisiones unilaterales que denominamos actos administrativos. También, la
Administración actúa de forma bilateral mediante convenios y contratos, llamados contratos
administrativos, y que tienen como normativa específica la Ley de Contratos del Sector Público
(RD legislativo 3/2011, de 14 de noviembre), aplicable a todas las Administraciones por su
carácter de legislación básica (art. 149.1.18 CE).

Acto administrativo: decisión, susceptible de producir efectos jurídicos, dictada


unilateralmente por las Administraciones Públicas en el ejercicio y aplicación de una potestad
pública distinta de la potestad reglamentaria. Esta actividad plasma el principio de legalidad, la
Administración hace siempre en aplicación de la Ley.

Ese acto administrativo es el resultado de una serie de trámites, de un procedimiento que se


habrá iniciado de oficio o a solicitud del interesado (art. 54). Si el procedimiento termina con
un acto administrativo hablamos de resolución/acto administrativo definitivo (art. 88).

Diferencia entre reglamento y acto administrativo:

-Reglamentos: son dictados por el Gobierno, que es quién tiene la potestad reglamentaria, y
tienen siempre carácter general. Puede ser derogado libremente en cualquier momento y la
sanción de los reglamentos ilegales es siempre la nulidad. El procedimiento de aprobación del
reglamento se halla en la Ley del Gobierno.

-Acto administrativo: son dictados por cualquier órgano que tenga competencia para ello y se
conceden normalmente a una persona. Aunque a veces se dirigen a una pluralidad
indeterminada de personas y, entonces, es preciso utilizar el criterio ordinamental que viene a
decir que el reglamento es una norma que se integra en el Ordenamiento y se mantiene en él
mientras no sea derogado mientras que los actos administrativos se limitan a aplicar el
ordenamiento y se agotan con su aplicación. Los actos no pueden ser modificados o revocados
salvo con ciertos límites y requisitos y los actos que incurran en ilegalidades pueden ser nulos
o anulables, según la gravedad de la ilegalidad. Los actos se regulan en la Ley 39/2015.

El problema de los llamados actos políticos.

Elementos de los actos administrativos: elementos subjetivos, objetivos y formales.


La motivación del acto administrativo.

Una resolución debe estar siempre motivada (art. 35) porque de esa manera se explicita la
vinculación del acto a la Ley que prevé la potestad. Se justifica así su causa y se facilita la
verificación judicial de si es o no conforme al OJ y los fines de éste (art. 34.2).

El ejercicio de potestades administrativas para fines distintos de los fijados por el


Ordenamiento (art. 70 LJCA) constituye un vicio de anulabilidad denominado desviación de
poder (art. 48.1).

Clases de actos administrativos: actos definitivos y de trámite, favorables y de


gravamen, que agotan y que no agotan la vía administrativa.

-Actos definitivos: actos que ponen fin a un procedimiento (art. 88) y normalmente se pueden
recurrir.

-Actos de trámite: actos que se insertan en el procedimiento principal y se recurren en


determinadas circunstancias (arts. 112.1 Ley 39/2015 y 25 LJCA). Ejemplos: un informen, un
dictamen, una prueba…

-Actos favorables: actos que amplían de alguna manera la esfera de acción o de intereses de
las personas afectadas (un nombramiento, el otorgamiento de una concesión, de una licencia,
de una beca, de un beneficio cualquiera).

Los actos favorables pueden ser retroactivos y, además, por razones de seguridad jurídica no
pueden ser revocados de oficio por la Administración sino cuando ésta entienda que son nulos
y siguiendo un procedimiento que incluye el dictamen favorable del Consejo de Estado (art.
106). En los casos en que la Administración entienda que un acto suyo es anulable no puede
revocarlo, debe acudir al juez de lo contencioso

-Actos desfavorables: actos que restringen el círculo de intereses del afectado (una sanción,
una prohibición, una limitación…).

Los actos desfavorables no pueden ser retroactivos (art. 39.3) y pueden ser revocados con más
libertad que los anteriores porque no están en juego intereses protegibles de los interesados
(arts. 109 y 110).

-Actos que agotan la vía administrativa: pueden ser recurridos ante los tribunales de la
jurisdicción contencioso-administrativa (recurso de reposición, arts. 123 y 124), de manera que
sólo después de la respuesta desestimatoria a dicho recurso o del correspondiente silencio
administrativo es posible interponer el recurso judicial, el recurso contencioso-administrativo.

En el art. 114 de la Ley 39/2015 se recogen los actos que ponen fin a la vía administrativa. En el
ámbito de la Administración General del Estado, la Ley 39/2015 prevé que ponen fin a la vía
administrativa los siguientes actos y resoluciones:

*Los de los miembros y órganos del Gobierno.

*Los actos emanados de los Ministros y los Secretarios de Estado.

*Los de los Directores generales y asimilados en materia de personal.

En el ámbito de las Comunidades Autónomas son sus leyes las que hay que tener en cuenta. En
las Administraciones locales, la enumeración concreta se contiene en el art. 52 de la Ley
7/1985.

En los Organismos públicos vinculados a la Administración General del Estado, ponen fin a la
vía administrativa los actos emanados de sus máximos órganos de dirección unipersonales o
colegiados, de acuerdo con lo que establezcan sus estatutos, salvo que por ley se establezca
otra cosa.

-Actos que no agotan la vía administrativa: obligatoriamente deben recurrirse ante la propia
Administración (recurso de alzada, arts. 121 y 122), de manera que sólo después de la
respuesta desestimatoria a dicho recurso o del correspondiente silencio administrativo es
posible interponer el recurso judicial, el recurso contencioso-administrativo. Son los demás
supuestos no contemplados en las normas mencionadas anteriormente.

Actos firmes y acuerdos consentidos.

Los actos no nacen firmes sino que se convierten en firmes. Acto firme significa acto
irrecurrible. Los actos ganan firmeza cuando pudiendo ser recurridos, el interesado deja pasar
los plazos para hacerlo y no lo hace. En ese sentido, acto firme equivaldría a acto consentido
(otra expresión que aparece en el art. 28 LJCA).

Frente a un acto administrativo no es posible siempre interponer de inmediato el recurso


contencioso-administrativo (acudir directamente a la jurisdicción contencioso-administrativa).
En ocasiones, las normas sectoriales hablan de actos firmes en vía administrativa o firmeza
relativa que es una expresión equívoca.

La firmeza absoluta hace al acto irrecurrible absolutamente, incluido el recurso judicial. Esto
sólo es posible cuando el interesado haya dejado transcurrir los plazos para recurrir, es decir,
ha consentido el acto, tanto si el acto no ponía fin a la vía administrativa y era obligado un
recurso de alzada que no se interpuso como si el acto ponía fin a la vía administrativa y el
interesado dejó pasar los plazos del recurso contencioso.

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