Desarrollo Humano y Mindfulness
Desarrollo Humano y Mindfulness
Desarrollo Humano y Mindfulness
INTERIOR
Juan Alberto Vargas Téllez
PRESENTACIÓN
La presente obra surge originalmente como una iniciativa de la Universidad De La
Salle Bajío, al solicitar que el autor prepare un curso de Desarrollo Humano Personal, que
luego se imparta a través de una versión en línea. Una vez cumplido con el objetivo anterior,
consideré la necesidad de ampliar el documento y modificarlo para editarlo como un libro
breve que pueda ofrecer al lector una visión práctica, sencilla, pero al mismo tiempo
completa, de un programa de trabajo cotidiano para impulsar o fortalecer su propio
crecimiento interior. De este modo, la obra integra una visión general de la teoría de la
Autorrealización de Abraham H. Maslow, del Desarrollo Humano desde la concepción del
Dr. Juan Lafarga Corona, iniciador de este movimiento humanístico en nuestro país y en la
vida del propio autor. También, como tema central, el libro promueve la práctica del sistema
Mindfulness, movimiento relativamente reciente en México, pero con casi cuatro décadas
de existencia, desde sus orígenes en EUA por Jon Kabat-Zinn.
El primer capítulo da una panorámica global del concepto de persona saludable, la
noción de salud integral, los postulados del desarrollo humano, los factores que limitan y
facilitan el crecimiento interior. El capítulo dos aborda el tema de la autorrealización y su
relación con la madurez psicológica, la moderna teoría de la autodeterminación como
esencia de la motivación al crecimiento, la correspondencia entre la autorrealización y la
calidad de vida. En el capítulo tres se revisa el nuevo paradigma de la salud holística o
integral, los fundamentos científicos de la conexión mente-cuerpo y una introducción
teórico-práctica al sistema Mindfulness y a la experiencia de vivir en el presente. El capítulo
cuatro trata sobre el desarrollo interior y el fortalecimiento del carácter, concepto que ha
resurgido felizmente gracias a los esfuerzos de Martin Seligman y su Psicología Positiva. Por
último, el capítulo cinco aborda el importante tema de la evolución de la consciencia
personal y su vínculo con la evolución de una consciencia social.
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Contenido
Referencias bibliográficas
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Capítulo 1. La persona saludable
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• Es flexible para adaptarse a los cambios y retos que la vida le ofrece
continuamente, lo que se conoce como capacidad de autorregulación.
• Procura satisfacer sus necesidades orgánicas, afectivas, sociales e intelectuales
de forma equilibrada, entendiéndose como autocontrol.
• Desarrolla fortalezas o recursos (paciencia, tolerancia, fuerza de voluntad, entre
otros) para afrontar las tensiones, conflictos y demás retos que la vida pone en
su camino.
Una persona logra el bienestar cuando:
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• Comer una dieta balanceada y de acuerdo al tipo de actividad. Entre más sedentaria
sea nuestra actividad laboral, más debemos reducir el consumo de carbohidratos y
azúcares.
• No saltarse el desayuno e ingerir preferentemente jugos, frutas y cereales.
• Comer al menos cuatro veces al día para evitar las grandes “comilonas”, que, con la
pesadez estomacal, favorecen la obesidad.
• La cena debe ser lo más ligera y equilibrada posible, para permitir un sueño
reparador y sin problemas de digestión.
• Siempre que nos sea posible, tratemos de consumir productos frescos y recién
preparados, ya que se aprovechan mucho más sus nutrientes y disminuyen sus
componentes tóxicos.
• En caso de requerir una dieta, siempre es mejor acudir a un profesional de la salud,
pues son muchos los factores a considerar para tener buenos resultados, por
ejemplo: edad, peso, tipo de metabolismo, actividad destacada.
En relación con el ejercicio, también existe toda una cultura y una gran cantidad de
literatura que resulta muy útil, pero al igual que la alimentación, requiere más de voluntad
y disciplina que de aspectos técnicos. Del mismo modo, sólo haremos algunas
recomendaciones generales, prácticamente universales sobre el tema:
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estrés, depresión, enojo, frustración, entre otros, contribuyen a generar todo tipo de
síntomas físicos como migrañas, gastritis, colitis, lumbago, entre muchas otras. Por el
contrario, el cultivo de emociones positivas como la paciencia, la tolerancia, el buen humor,
la alegría, la solidaridad, etc. favorecen la salud fortaleciendo el sistema inmunológico y
provocando que el sistema nervioso genere sustancias como la endorfina, la serotonina y
la oxitocina, asociadas a estados de ánimo positivos. El procurar mantener sanos vínculos
con las personas con las que interactuamos cotidianamente, va también por este camino.
Es, por tanto, el orgullo y la vanidad lo que nos impide tener una actitud respetuosa y
amable con todas las personas, así como estar dispuestos a perdonar las fallas de los demás
y, por supuesto, a disculparnos o pedir perdón siempre que sea necesario. Los estudios de
Seligman (2006) apuntan que las personas optimistas contra las pesimistas, suelen disponer
de excelentes resultados laborales y gozar de mejor salud; y como veremos más adelante
cuando abordemos el tema de la felicidad y el bienestar, suelen ser más felices y longevas.
La tercera área de cuidado integral de salud es el desarrollo de nuestras capacidades
cognitivo-intelectuales, que implica dedicar tiempo al estudio y desarrollo de nuevos
conocimientos y habilidades, ya sea de manera formal o informal. Muchas personas
cuentan con tiempo y recursos para los estudios formales en instituciones públicas y
privadas, pero hoy en día prácticamente basta con desear estudiar y prepararse para tener
un abanico de oportunidades, a través de instituciones gubernamentales o fundaciones que
ofrecen todo tipo de estudios técnicos, administrativos y humanísticos. Además, existe un
mundo de opciones en la web y en las tecnologías de información. El punto es que el estudio
regular, la preparación continua y permanente a lo largo de la vida, nos ofrece un mayor
nivel de consciencia y madurez para ampliar la perspectiva de la vida y todos los retos que
nos pone en el camino. Ampliar el conocimiento y optimizar las propias habilidades tanto
de oficio o profesionales como para la vida en general, nos garantiza una mayor capacidad
de adaptación a los cambios y un incremento de nuestro bienestar total.
La cuarta y última área, aborda el desarrollo espiritual o trascedente, éste corona nuestra
visión de una salud integral. En efecto, se ha comprobado que las personas que se ocupan,
auténticamente, de atender sus creencias religiosas o espirituales, suelen tener mayor
calidad de vida, pues a través de la práctica de la oración, la contemplación, la meditación,
los retiros espirituales, los cantos sacros, entre otros, logran promover de manera efectiva
emociones saludables y positivas. No se trata de impulsar todas las actividades religiosas
por sí mismas, sino las que nos relacionan con esa fuerza superior o trascedente que cada
persona valora en lo más hondo de su ser. Ese es el punto central del cultivo de la
espiritualidad, estar en contacto con nuestro ser interior, cualquiera que sea el significado
que le demos.
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Antes de mencionar los postulados más importantes del Desarrollo Humano (DH),
conviene hacer algunas aclaraciones sobre el término. La expresión DH suele utilizarse en
diversos campos con claras diferencias conceptuales. En primer lugar, DH puede ser un
contenido médico donde se vincula directamente al estudio del desarrollo del ser humano
abordando el punto de vista biológico, desde que está en el vientre materno, hasta la
senectud. En segundo lugar, DH se usa en la economía para referirse a indicadores sobre la
calidad de vida de la población, tomando en cuenta indicadores como el acceso a servicios
educativos, de salud, agua, electricidad, entre otros; así como a niveles socioeconómicos en
relación con producto interno bruto. Una tercera forma de aplicar el término DH es como
sinónimo de Capital Humano; muchas empresas le asignan este nombre a su departamento
de recursos humanos, queriendo enfatizar la atención por el progreso del personal.
Finalmente, una cuarta forma de emplearlo es como una disciplina derivada de la tercera
fuerza de la psicología, conocida como Psicología Humanista, un movimiento teórico
preocupado por el desarrollo interior de las personas, creado en México por el Dr. Juan
Lafarga en los años sesentas y setentas del pasado siglo XX. En este libro, DH se aprovecha
en este último sentido, ubicando el énfasis en el desarrollo o crecimiento interior de las
personas.
El DH tiene los siguientes postulados fundamentales sobre la naturaleza humana y sus
posibilidades potenciales de crecimiento (Jaramillo, 1994):
• Las falsas certezas o creencias irracionales. Las personas solemos acumular, desde
temprana edad, infinidad de creencias o ideas equivocadas sobre todo tipo de
asuntos, sólo porque fueron inculcadas por figuras de autoridad relevantes. Sobre
la salud psicológica, por ejemplo, afirma Eric Berne (1964), que en caso de tener un
divorcio amistoso de los padres o aquellas personas que más influyeron en nuestras
vidas. Por supuesto, lo importante, más que la distancia física, es la distancia
emocional, aprender a ver la vida desde nuestra perspectiva y que, sobre todo, nos
impulse a continuar con el propio desarrollo.
• Los automatismos o la mecanicidad del pensamiento. Sabemos que la mente es la
gran función que nos distingue de las demás especies, pero es un arma de dos filos,
es nuestra gracia y desgracia (Vargas, 2014a); por una parte, los pensamientos y
conductas automáticos, adquiridos por años, conceden muchas habilidades y
destrezas, como manejar un automóvil, practicar un deporte, dominar idiomas,
hablar fluidamente, entre otros. Pero, por otra parte, también se convierten en
verdaderos obstáculos del crecimiento cuando nos llevan a reaccionar desde una
condición involuntaria ante situaciones nuevas, que, por asociación con
experiencias pasadas, provocan sentimientos y emociones negativas, lo que impide
vivir de forma fresca, espontánea y creativa. Esta mecanicidad mental contribuye en
modo sustancial a mantener nuestra neurosis cotidiana y a generar todo tipo de
síntomas físicos que empobrecen la calidad de vida.
• La emisión de juicios o críticas, sobre todo hacia otras personas. Esta frecuente
característica humana resta energía y fortaleza para impulsar nuestro crecimiento
de muchas maneras: primero, porque pareciera que al enjuiciar a los otros nos
creemos superiores o mejores personas, o afirmamos que al menos están peor que
uno mismo. Segundo, porque las críticas suelen lastimar a las personas y debilitar la
interrelación, especialmente con aquellos con los que convivimos en lo cotidiano.
En tercer lugar, como dirían los psicoanalistas, los juicios suelen ser meras
proyecciones de nuestras propias debilidades. En cuarto lugar, por lo general, los
juicios son sólo opiniones sin fundamentos, no aspectos basados en hechos. Y aun
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cuando lo sean, no dejan de ser sólo un particular punto de vista, no la verdad del
asunto.
• Las profecías que siempre se cumplen o el pensamiento fatalista. Los pensamientos
recurrentes sobre posibles desgracias o acontecimientos desagradables pueden
invadirnos con frecuencia, a veces de forma obsesiva, ya sean por cosas que nos han
sucedido en el pasado o que hemos visto que les han sucedido a otros. Al alimentar
estos pensamientos, solemos estar buscando indicios en los demás o en los
acontecimientos que observamos, para corroborar que estas posturas fatalistas se
están cumpliendo. Partiendo de lo que comentamos anteriormente sobre que
somos constructores de realidades, no es difícil llegar a la conclusión de que en
buena medida estamos provocando aquello de lo que nos queremos alejar.
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tenacidad para evitar caer en este mal hábito de una perspectiva mecánica o
automática. Lo opuesto a la mecanicidad es el estado de alerta aquí y ahora.
• En las relaciones humanas, es oportuno estar dispuesto a encontrar ideas o
acuerdos sinérgicos, basados más en el diálogo inteligente y paciente que en la
imposición de ideas. Saber escuchar y saber hacer preguntas agudas para
descubrir soluciones creativas a las diferencias, es de gran ayuda para lograr
vínculos humanos armoniosos, basados en el respeto fundamental a la persona,
empezando por nosotros mismos.
• Buscar vivir felizmente en el aquí y ahora, en el maravilloso e inacabable
presente. Estar ligados o apegados al pasado, a las experiencias que marcaron
positiva o con negatividad nuestras vidas, así como preocupados de modo
obsesivo por el futuro, resta energía y tiempo para disfrutar del hoy, que es lo
que de verdad tenemos.
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Capítulo 2. Autorrealización y Madurez
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teórica más seria en esta perspectiva es la del grupo de investigadores de Rochester, Nueva
York, encabezada por Deci y Ryan (2000). Ellos han conseguido validar con estudios de
campo y de laboratorio, en prácticamente todos los campos de la acción humana
(educación, clínica, trabajo y comunidad); en ese sentido, la tendencia al crecimiento
interior de los individuos es motivada o impulsada por una natural y sana necesidad de
autonomía. Por su parte, Deci, Conell y Ryan (1989) definen la autodeterminación como la
capacidad de un individuo para elegir y realizar acciones con base en su decisión. Las
personas autodeterminadas se ven a sí mismas como las iniciadoras de su propia conducta,
seleccionan los resultados y eligen una línea de actuación que las lleve a lograr esos
resultados. Además de esta importante necesidad universal, también descubrieron y
fundamentaron con sus estudios, otras dos necesidades psicológicas esenciales que
acompañan a la de autonomía: la competencia y la socialización.
Entonces, según esta teoría, para desarrollar su potencial pleno, una persona necesita
satisfacer estas tres necesidades prioritarias y universales: la autonomía, el sentido de
competencia y la socialización. La autonomía, en este contexto, implica para una persona
sentirse dueña de sí misma, de sus metas y objetivos, una clara apreciación de sus puntos
de referencia para apreciar la realidad, confianza para tomar sus decisiones, deseo de
enfrentar experiencias nuevas como detonador de sus potencialidades, entre otros
aspectos. Por ejemplo, un padre de familia provee condiciones para el desarrollo de la
autonomía, cuando realmente se esmera en equipar un ambiente en donde el niño respeta
sus ideas y experiencias propias, recibe ayuda para articularlas en una nueva perspectiva
individual, que le autoriza a enfrentar sus conflictos y ansiedades, reconociendo que sólo él
es quien debe resolverlos. En síntesis, proporcionar autonomía implica facilitar procesos
para que la persona en crecimiento pueda auto-regular sus acciones y responsabilizarse de
ellas, más que imponerlas desde fuera, por una figura de autoridad.
La necesidad por la competencia, vista como una capacidad y no para competir con
otros, se refiere a sentirse capaz o eficiente para lograr lo que uno se propone; es un sentido
de autovalía sobre las propias capacidades y potencialidades que impulsan a hacer las cosas
lo mejor posible, en la medida en que poseen una relevancia o impacto especial para sí
misma o para aquellos con los que se relaciona la persona; la satisfacción adecuada de esta
necesidad permite fortalecer y desarrollar sanamente un buen autoconcepto. Los padres
de familia, favorecen las condiciones para satisfacer esta necesidad, en la medida en la que
dan retroalimentación y dotan el hogar de un ambiente de seguridad para que sus hijos
puedan hacer las cosas por sí mismos, sin temor a equivocarse, aprendiendo de sus errores
como de sus aciertos.
La tercera necesidad, la socialización, es el sentido de ser apreciado y estar conectado
con otras personas. En efecto, como ser social, la persona tiene una fuerte necesidad de
aceptación y reconocimiento, que se sustenta al inicio en el amor incondicional que debería
proveer la madre, lo que posibilita generar sentimientos de autoestima y valía como ser
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humano. El padre de familia procura condiciones para fortalecer este sentido cuando
transmite a sus hijos un sentimiento de empatía y aceptación incondicional, que
gradualmente se extiende y generaliza hacia otras personas.
En síntesis, podemos afirmar que hay suficiente evidencia científica de que la tendencia
o la motivación hacia el crecimiento interior o autorrealización es una realidad para los seres
humanos. En la medida en que nos ocupemos de nuestro crecimiento, en cualquier rol o
papel social que juguemos (padre de familia, jefe, educador, líder u otros), estaremos
fomentando el desarrollo de las demás personas.
• Toda persona posee una naturaleza interior esencial, intrínseca o hereditaria, una
especie de núcleo intrínseco que se nos manifiesta en inclinaciones naturales o
tendencias que proceden de adentro.
• Esta naturaleza interior, si bien permanece durante toda la vida, es débil y con
frecuencia puede ser detenida o desviada por la educación, la cultura y las
experiencias vitales negativas.
• Esta naturaleza interior se expresa a partir de las elecciones que a lo largo de la vida
hace cada persona, es decir, el ser humano es su propio proyecto de vida.
• Al frenarse o desviarse esta naturaleza interior, se genera enfermedad, ya sea
psicológica o física, de manera inmediata o a largo plazo; de hecho, los transtornos
o la disfuncionalidad de la personalidad se consideran algún tipo de reducción o
detención del desarrollo humano; dicho de otro modo, o se crece o se es neurótico.
• La naturaleza interior es profunda e inconsciente en su mayor parte, pero conforme
avanzamos en nuestro desarrollo somos más conscientes de ella.
• Por tanto, la salud psíquica del adulto es sínonimo de autorrealización, madurez
emocional, individuación, productividad, autenticidad, humanidad integral, plenitud
y serenidad, entre otros aspectos.
• Si bien la autorrealización está al alcance de todos, en realidad pocas personas
adultas se ocupan plenamente de ella, la mayoría no parecen tener consciencia de
su existencia y nada hacen para fortalecerla.
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• La autorrealización o madurez permite una mayor comprensión y capacidad de
solución de los conflictos humanos contidianos, por ejemplo, el trabajo se convierte
en diversión, ser padre no es una obligación sino un regalo y placer, ser esposo o
esposa es una forma de servicio y una expresión de amor. En realidad, poco hay que
parezca un deber y hay más cosas que hacer tan sólo por el gusto de vivir.
• La autorrealización no significa trascender los problemas o conflictos humanos, pero
se les ubica en su verdadera dimensión y objetividad, en consecuencia, hay pocas
cosas por las que se sufre, y hay más motivos para ser y estar feliz.
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Capítulo 3. El desarrollo integral de la persona
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• Nuestro sistema inmunológico parece actuar como otro sistema de “cerebro”,
tomando decisiones sobre cómo reaccionar, según las circunstancias que
afectan al organismo.
• Al parecer las emociones negativas (furia o enojo, estrés excesivo, depresión y
otras) debilitan el funcionamiento de este sistema de defensa, haciendo más
sensible el organismo a las enfermedades o dificultando el mejoramiento de
éstas cuando ya existen.
• Por el contrario, las emociones positivas (alegría, expresión de afecto, serenidad
y demás) fortalecen el sistema de defensa, reduciendo las posibilidades de
enfermedad, optimizando la salud en caso de que ya exista.
• Utilizando técnicas conductuales, meditación, relajamiento, entre otras, se
obtienen grandes beneficios para fortalecer el sistema de defensa,
observándose también efectos positivos en el estilo de vida y estados anímicos
(reducción de la disfuncionalidad psicológica).
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en el crecimiento de la neoplasia, y aun cuando no se ha llegado a un consenso, la
investigación parece ir apoyando cada vez esta idea.
• Folks y Kinney (1992), han estudiado los trastornos dermatológicos y han
encontrado también un factor psicológico asociado a estados de ansiedad y
sentimientos de inferioridad, soledad y baja autoestima.
• Surwit et al (2002), han estudiado la existencia de un vínculo entre eventos vitales
estresantes y el comienzo diabético. Resultados similares han hallado con el estrés
crónico.
• Overmier (2000) analizó los factores emocionales como base de riesgo para el
funcionamiento del estómago. Varios estudios han descrito la existencia de
pacientes con manifestaciones típicas de gastroparesia o retraso de vaciado gástrico
en los cuales no se hallaba causa orgánica, pero sí perfiles psicológicos nerviosos
sometidos a fuertes estrés.
• Robertson (1997), menciona estudios que relacionan las enfermedades
neurológicas con la depresión y la ansiedad, especialmente el padecimiento de
dolores de cabeza.
Sobre la salud:
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la ínsula anterior y la corteza fronto-orbital, reduciendo la percepción subjetiva del
dolor.
• Por su parte, Goldin y Gross (2010), comprobaron que, en un programa de reducción
de estrés estructurado a base de meditación y atención plena, se obtienen
resultados positivos, tanto en síntomas de estrés como de depresión y ansiedad.
• De igual forma, Stellar (2015), de la Universidad de Toronto, ha querido indagar
acerca del tema. Los investigadores preguntaron a 94 estudiantes sobre las
emociones que habían experimentado el mes anterior. Asimismo, tomaron
muestras de la saliva de cada sujeto para determinar los índices de interleucina-6
(IL-6), molécula promotora de la inflamación. Hallaron que cuánto más emociones
positivas, menor era la concentración de IL-6.
• Otras investigaciones hallan que los estados afectivos positivos en las personas
facilitan la solución creativa de diversos problemas (Lyubomirsky, Sheldon y
Schkade, 2005). Además, ayudan a fortalecerse ante la adversidad, en cuanto que
promueven la resiliencia y protegen contra la depresión, pues se transforman en un
ingrediente activo esencial que incrementa los recursos psicológicos de
afrontamiento de la persona (Fredrickson et al., 2003).
• Aspinwal, Richter y Hoffman (2001), hicieron un estudio donde se muestra que las
personas que se consideran felices asimilan mejor los riesgos a la salud, por tanto,
experimentan un menor desgaste del sistema cardiovascular; en consecuencia,
gozan de una muy buena salud.
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• ¿Qué pasaría si decidimos cambiar de postura y hacer algo diferente?
• Preguntarse para qué sirve actualmente y qué desventajas nos produce esa
experiencia obsoleta en particular.
• Explorar con detención cómo me gustaría actuar, qué actitud me gustaría
asumir.
• Tomar el riesgo y atreverse a hacer aquello que hasta ahora no nos hemos
permitido, venciendo el temor al dolor, a la decepción, a sentirnos heridos o
rechazados o insuficientes.
• Revisar las fantasías catastróficas que pudieran ocurrir al actuar de un modo
diferente.
c) Los asuntos inconclusos son sencillamente aquellas situaciones que por diferentes
motivos dejamos pendientes con alguien (despedidas, expresión de algún
sentimiento o resentimiento, reclamos, perdón y otros). Seguro son menos
frecuentes que los introyectos y las experiencias obsoletas, pero suelen tener un gran
peso en nuestras vidas, produciendo dolor, sufrimiento y tristeza. Estos asuntos
pendientes afectan como mínimo de dos formas: por un lado, nos impiden el
compromiso total con el presente, y por el otro, interfieren en las relaciones actuales,
debido a la dependencia con el pasado que impide vivenciar con novedad y frescura
los vínculos afectivos interpersonales de ahora. Estos asuntos inconclusos pueden
manifestarse como un anhelo frecuente de alguien, necesidad de que las personas
sean de algún modo, un sentimiento de devaluación o de que no merecemos algo,
autoexigencia o perfeccionismo para sentirnos apreciados por los demás,
pensamientos obsesivos respecto a algo o a alguien y otros.
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3.4 La práctica de vivir en el presente: Mindfulness
Complementando la sección anterior, en relación a mejorar la habitual forma de pensar
y comportarnos, proponemos como factor fundamental la iniciativa de vivir en totalidad el
presente, que como ya se comentó cuando abordamos los factores que limitan nuestro
crecimiento, la mente mecánica y automatismos nos lo impiden constantemente. En ese
sentido, para optimizar la capacidad de estar en el aquí y ahora existen diversos métodos o
técnicas mentales y actitudinales como el denominado sistema Mindfulness (MF). El MF es
un término que no posee una traducción directa al español, ya que en realidad es un
vocablo inglés que se emplea para designar el término pali “sati”, del sánscrito de la India,
que denota conciencia, atención, recuerdo. Si bien existen múltiples definiciones de MF,
nos permitiremos transcribir algunas muy pertinentes para esta reflexión: “es una atención
y consciencia receptiva a los eventos y experiencias presentes”; o bien “puede entenderse
como atención y conciencia plena, presencia atenta y reflexiva” que “… viene a plantear un
empeño en centrarse momento a momento en el presente de forma activa y reflexiva”.
“Una opción por vivir lo que acontece en el momento actual, el aquí y el ahora, frente al
vivir con el piloto automático o de manera reactiva”.
Hace cuatro décadas surgió en el Centro Médico de la Universidad de Massachusetts,
Estados Unidos de América, creado por el Dr. Jon Kabat-Zinn, el Programa de Reducción de
Estrés basado en MF (MBSR por sus siglas en inglés), que se ha convertido en el modelo de
intervención mente-cuerpo más destacado y estudiado científicamente. Desde sus inicios
en 1978, las investigaciones y aplicaciones han seguido una progresión geométrica; esta
técnica es aplicada actualmente en más de doscientos cincuenta hospitales sólo en Estados
Unidos y ha tomado mucha fuerza en otros países como en España. En la sección 3.2 ya
hemos mencionado varios estudios científicos que fundamentan algunos interesantes
beneficios de la práctica de la meditación, eje central del sistema MF. En nuestro país existe
una institución seria1 que promueve su práctica desde una visión profesional y responsable,
el Instituto Mexicano de Mindfulness, dirigido por el Dr. Eric López Maya2, quien además es
investigador sobre el tema. En su último reporte de investigación (López, 2019) comenta
que la práctica de MF puede mejorar los síntomas depresivos, de acuerdo al estudio
realizado en un grupo de adultos latinos que se encuentran en situación de adversidad y
conflicto social en su comunidad.
Pero las bondades de la práctica de MF van más allá del campo de la salud, pues en
realidad es un excelente sistema para fortalecer nuestra capacidad de vivir en el presente
1 En virtud de que el movimiento MF ha tenido mucho éxito, existen personas e instituciones que promueven versiones
“light” y poco profesionales, exagerando o distorsionando las bondades y beneficios de su práctica.
2 Dr. Eric López Maya es experto líder en la región con más de 16 años de experiencia internacional en la implementación
exitosa de talleres, programas de entrenamiento profesional e investigación científica. Cuenta con apoyo continuo y
supervisión de parte del Center for Mindfulness de la Universidad de Massachusetts, el Mindfulness Center de la
Universidad de Brown, la International Mindfulness Teachers Association, así como del Mindful Awareness Research Center
de la Escuela de Medicina de UCLA. El Instituto Mexicano de Mindfulness desarrolla e implementa programas basados en
mindfulness para el manejo del estrés, bienestar, liderazgo, educación y entrenamiento profesional.
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e impulsar el crecimiento interior. La práctica de atención plena se divide en tres grupos de
actividades: 1) La práctica formal, que implica dedicar un espacio tiempo específico; el
ejercicio más común es la atención de la respiración; 2) La práctica en movimiento, que se
hace en general a través de la caminata en silencio, y 3) La práctica informal, que busca
extender la atención plena a todas las actividades cotidianas.
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su atención en el momento presente y concéntrese en su respiración. Otro ejemplo, si va
manejando, cada vez que se detenga en un semáforo o por tráfico ajuste su interés.
Ejercicio 5. Tres minutos para tu previsión interior
Cuando tenga espacio dentro de sus actividades cotidianas, dedique tres minutos para
hacer lo siguiente:
En el primer minuto formúlese la siguiente pregunta: ¿Qué sucede en mí ahora mismo?
Esté donde esté haga consciencia de sus sensaciones corporales; instantes después
enfóquese en sus pensamientos y emociones, vea si consigue darse cuenta de su estado de
ánimo.
En el minuto dos, haga consciencia de su respiración. Enfóquese en la zona del abdomen
y si nota distracción, sólo vuelva su atención a la expansión y contracción de su abdomen
por el efecto de la respiración.
En el tercer minuto trate de hacer consciencia de las sensaciones de sus pies hasta la
cabeza, como si hiciera un breve y rápido escaneo corporal. Sólo manténgase así unos
instantes, percibiendo todo su cuerpo, ya sea que esté sentado, parado o caminando.
Pasado el tiempo, intégrese a sus actividades con mayor consciencia de estar aquí y ahora.
Ejercicio 6. La respiración como ancla
La actividad de atender la respiración es clave en el sistema MF, así que en esta sección
se describirán variantes de la práctica de atención de la respiración.
Primera exploración. Siéntese o recuéstese cómodamente, cierre los ojos y sintonice con
la respiración de manera natural, sin forzarla ni alterarla. Ponga atención a aquella parte
del cuerpo que más se mueva, mientras respira y coloque su mano en ella. Permanezca ahí,
tranquilo, sienta cómo su ser se agita con suavidad debajo de su mano. Ahora identifique
otra zona de su cuerpo que también se mueva con su respiración y coloque ahí la otra mano.
Trate de apreciar si esta exploración le lleva a una mayor tranquilidad y consciencia de estar
en el presente.
Segunda exploración. Coloque sus manos con los dedos algo abiertos en su abdomen,
justo debajo de la caja torácica. Inhale moviendo el abdomen de modo que sus dedos se
abran un poco más. Al exhalar notará cómo sus dedos tenderán a juntarse otra vez. Trate
de mantener una respiración profunda y lenta para que aprecien mejor los movimientos
abdominales de la respiración diafragmática. Observe el efecto que produce.
Tercera exploración. Cierre los ojos y sintonice con su respiración. Coloque una mano
sobre su abdomen y la otra en el pecho. Inhale lentamente por la nariz, sintiendo con su
mano cómo sube el abdomen. Su pecho debería moverse menos. Quédese en este
movimiento alternando su atención entre el abdomen y el pecho. Cuando lo considere,
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puede parar. Practique este ejercicio cuantas veces quiera o lo desee e intente hacerlo en
diferentes posturas, como sentado, acostado o de pie.
Seguimiento de la respiración durante veinte minutos. Busque una postura cómoda,
preferentemente sentado, ya que acostado es más fácil dormirse y no completar la
actividad. Su espalda debe estar recta, pero no rígida; si no logra sentarse en el suelo con
las piernas cruzadas, vale hacerlo en una silla o sillón, no es relevante mientras cuide la
postura de su espalda. Una vez bien sentado, comience a poner atención a su cuerpo
haciendo un breve escaneo corporal, quizás iniciando por los pies y terminando en la
cabeza, poniendo atención a sus sensaciones. Esta etapa puede durar unos cinco minutos,
pero si es necesario un poco más de tiempo para soltarse y relajarse más, tómelo. A partir
de aquí se sugiere dividir la práctica en cuatro etapas:
Primera etapa. Sólo ponga atención al proceso de respirar, inhalando y exhalando, desde
que el aire entra por las fosas nasales y llega a los pulmones, tratando de darse cuenta de
las sensaciones y del ritmo. Después de unos instantes y cuando sienta que es el momento,
comience a contar las respiraciones después de cada exhalación, hasta llegar a diez
respiraciones, e iniciar de nuevo el conteo durante unos cinco minutos.
Segunda etapa. Siga contando las respiraciones en ciclos de diez, pero ahora se realiza el
conteo antes de cada inhalación. De manera similar a la etapa anterior hágalo más o menos
durante cinco minutos.
Tercera etapa. Ahora deje de contar, tratando de mantener la respiración consciente
durante el ciclo respiratorio, atendiendo también las sensaciones producidas. Igualmente,
hágalo durante aproximadamente cinco minutos.
Cuarta etapa. Por último, enfoque la atención en la zona de las fosas nasales y el labio
superior, tratando de identificar ahí la sensación que se produce al entrar en contacto con
el aire. Si nos es más cómodo, conviene concentrarse en la expansión y contracción del
abdomen. Pasado los cinco minutos de esta etapa, estará terminando la práctica de
atención de la respiración, pero antes de levantarse, dedique un momento breve a observar
cómo se siente y felicitarse por la paciencia de permanecer en este estado de tranquilidad
todo este tiempo.
Ejercicio 7. Escaneo corporal
Este es un ejercicio fundamental del sistema MF, conocido como “body scan” o escaneo
corporal en español. Su objetivo es tomar contacto con nuestro cuerpo para anclarnos en
el momento presente. El siguiente es un guion escrito, pero pueden conseguirse audios que
nos permiten simplemente tumbarnos en el suelo y atender la voz que guía.
En primer lugar, atendemos a los sonidos que provienen del exterior. Luego hacemos un
seguimiento de la respiración, concentrándonos en la entrada y salida del aire. Es
importante identificar las zonas del cuerpo que se mueven al inspirar y al soltar el aire; al
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respecto se sugiere centrarse en primer lugar en la planta de los pies. Para hacer el registro
de lo que va sucediendo ayuda la siguiente interrogante ¿Qué sensaciones provienen de la
planta del pie derecho y de la planta del pie izquierdo? Recordar que no se desea cambiar
nada, sólo lo observamos. Detectamos las sensaciones, agradables o desagradables, pero
no las juzgamos, ni pretendemos eliminarlas, lo que hacemos es enviar allí la respiración.
Imaginando que el cuerpo humano es una casa, y que ahora lo que hacemos es abrir las
ventanas de las diferentes habitaciones de nuestra casa, con la intención de renovar el
ambiente. Podemos imaginar que el aire que respiramos es de color azul celeste, y que nos
conecta con una sensación de calma. Hacemos lo mismo con las piernas, éstas nos vinculan
con la tierra. Detectamos todas las sensaciones físicas que provienen de nuestras piernas,
la derecha y la izquierda. Observamos efectos agradables y desagradables, incluso ausencia
de cualquier sensación. Pero no juzgamos, no tratamos de cambiar nada, sólo observamos
qué aparece. Enviamos allí la respiración, imaginando el aire de color azul cielo. Durante
esa inhalación y exhalación se alcanzan a calmar y liberar tensiones, con la intención de
renovar nuestro cuerpo y mente. Observamos cómo el abdomen y la caja torácica se
mueven al respirar, centrándonos en los brazos, manos y dedos. Es oportuno estar atentos
a cualquier sensación que provenga de esas partes de nuestro cuerpo y enviamos allí la
respiración. Luego, fijamos la vigilancia en la columna vertebral y en los músculos de la
espalda y glúteos, haciendo un recorrido por todos los rincones, identificando las
sensaciones que provienen de esas zonas (tensión, dolor, frío, calor, rigidez, cosquilleo,
hormigueo y otros). Es importante tener presente que debe aceptarse cualquier sensación,
sea agradable o desagradable, asegurándonos de respirar con profundidad, enviando al
interior una inspiración cargada de oxígeno de color azul. Ahora nos concentramos en la
cabeza, en los músculos de la cara, detectando sensaciones, en el orbicular de los ojos, en
los globos oculares, en la mandíbula, en los dientes, en el cuero cabelludo y detectamos las
sensaciones, para luego enviar allí la respiración cargada de oxígeno de color azul; para
advertir lo que sucede en nuestro cuerpo cuando enviamos la respiración con conciencia
plena. En efecto, es evidente que todo el cuerpo, cuando hace consciente de forma global,
se siente como un gran pulmón que respira por todos los poros de la piel; cuando así sucede
y nos rodeamos a nosotros mismos mentalmente con un círculo de color azul que contiene
todo ese oxígeno puro, naciente, respiramos con profundidad, entonces el verdadero
silencio acontece. En ese momento, volvemos de nuevo al cuerpo, sintiendo cómo éste se
apoya sobre el suelo, en la esterilla, experimentamos el contacto de la manta sobre nuestro
cuerpo, surge la necesidad de mover las piernas, los pies, los brazos, las manos, cualquier
movimiento que queramos hacer lo hacemos con libertad, y nos colocamos en posición
fetal. Permanecemos unos minutos en esa posición y cuando estemos preparados abrimos
los ojos.
Sugerimos hacer todos los ejercicios en la medida que su estilo de vida y tiempo se lo
permitan; posteriormente le conviene diseñar su propio programa de actividades MF, para
realizar diversas actividades durante la semana, pero siempre incluyendo ejercicios diarios
26
y frecuentes que le permitan romper la mecanicidad de su mente, modificando la habitual
manera de vivir con el piloto automático.
Presentamos una serie de recomendaciones que hace Jon kabat-Zinn (2009; pp. 512-
513), fundador del movimiento MF.
1. Intentemos practicar la atención plena durante un minuto en cada una de las horas del
día.
2. Conectémonos con nuestra respiración a lo largo del día, tan a menudo como podamos
y allí donde nos sea posible.
3. Durante toda una semana, tengamos conciencia de un suceso agradable diario, mientras
esté sucediendo. Anotémoslo en un diario, al igual que nuestras ideas, sentimientos y
sensaciones corporales, y analicemos cómo se produce.
4. En tanto que otra semana, se hace lo mismo con un suceso desagradable o estresante al
día, mientras se esté produciendo. Apuntemos de nuevo las sensaciones corporales, ideas,
sentimientos y reacciones/respuestas, y analicemos cómo se produce ese suceso.
5. Cada día, en una semana, debemos identificar si alguna de nuestras conversaciones con
otra persona, nos ha resultado difícil; escribir en el diario lo ocurrido, lo que se esperaba de
esa conversación, lo que posiblemente esperaba la otra persona y lo que sucedió en
realidad. Busquemos pautas a lo largo de la semana. ¿Nos dice algo este ejercicio acerca de
nuestros propios estados mentales y sus consecuencias a la hora de comunicarnos con los
demás?
6. Es importante identificar las conexiones entre los síntomas físicos de incomodidad que
podamos sufrir -jaquecas, dolores, palpitaciones, respiración agitada y tensión muscular-,
los estados mentales que los precedieron y sus orígenes; registrarlo oportunamente en el
diario, a lo largo de la semana.
7. Atendamos nuestras necesidades de meditación formal, relajación, ejercicio, dieta sana,
horas de sueño, intimidad, afiliación y humor, y respetémoslas; satisfaciéndolas
fortalecemos los pilares de la salud, incrementando así la resistencia al estrés y, además de
sentimos más colmados, tendremos la sensación de que nuestra vida es más coherente.
8. Tras un día o suceso en especial estresante, hagamos lo posible por relajarnos y
reestablecer el equilibrio, si es posible, ese mismo día. La meditación, el ejercicio
cardiovascular, compartir tiempo con amigos y dormir lo suficiente son recursos que
ayudarán a recuperamos.
En resumen, cada momento de la vida que pasamos despiertos o plenamente conscientes,
nos aporta más quietud y paz interior. Las sugerencias que aparecen en listado anterior
sobre cómo lograrlo, pronto serán sustituidas por su particular estilo de cultivar la atención
plena en la vida.
27
Por último, también hacemos una lista de ejercicios que pueden practicarse de manera
sencilla en el ámbito laboral, centro principal de ataques de estrés (Anchorena, 2010).
28
Capítulo 4. El desarrollo interior y el fortalecimiento del carácter
29
el concepto como un conjunto de características que se van estructurando a lo largo del
desarrollo, a través de mecanismos socioculturales aprendidos, como valores, metas,
estrategias de afrontamiento y creencias. En este sentido, si el temperamento posee un
vínculo directo con las disposiciones biológicas, el carácter depende de las experiencias de
la persona. Según este autor, el carácter abarca tres dimensiones:
30
manejo inteligente de las emociones es afín al desarrollo de la persona; muchas de las
herramientas antes expuestas, alcanzan a ser una condición efectiva para fortalecerla.
Por otra parte, la inteligencia social, si bien puede formar parte de la emocional, algunos
autores como el mismo Goleman han preferido ponerla aparte, para darle una mayor
dimensión y valor dentro del desarrollo de la persona, ya que, desde su perspectiva,
aunque las personas disponen de la capacidad de trabajar con sus emociones, no todas
interactúan sabiamente con los demás. En sus propias palabras:
Mi modelo de inteligencia emocional adoptó la inteligencia social sin mucha
exageración, como sí hacen otros teóricos del campo. Pero, como he llegado
a comprobar, simplemente amontonar la inteligencia social dentro de la
emocional aborta la posibilidad de pensar sobre la aptitud humana para
relacionarse. El peligro proviene de fijarse en lo que sucede dentro de
nosotros e ignorar lo que sucede cuando interactuamos. Esa miopía deja la
parte “social” fuera de la inteligencia” (Goleman, 2006; p. 127).
Para este autor los componentes esenciales de la inteligencia social se organizan en dos
amplias categorías: la conciencia social, que se refiere a un espectro que va desde percibir
de manera instantánea el estado interior de otra persona, a comprender sus sentimientos,
pensamientos y a captar en situaciones sociales complicadas; y la facilidad social, que es la
toma de consciencia para permitir interacciones fluidas y eficaces en relación a lo percibido.
Veamos los componentes de ambas categorías:
Consciencia Social:
• Empatía primaria: sentir con los otros, leer señales emocionales no verbales.
• Armonización: escuchar con absoluta receptividad, armonizarse con una persona.
• Precisión empática: comprender los pensamientos, los sentimientos y las
intenciones de otra persona.
• Conocimiento social: saber cómo funciona el mundo social, las normas, la ética, lo
correcto o incorrecto de una situación que afecta a los demás.
Facilidad social:
31
acerca de cómo es posible volvernos más hábiles en este tipo de inteligencias; una
respuesta es trabajando todas las recomendaciones que hemos expuesto sobre los factores
que facilitan el crecimiento interior, apoyándonos con los ejercicios para poder vivir más
en el presente o en el aquí y ahora, con el sistema mindfulness.
33
después de varias décadas de revisión y actualización va en la edición número cinco. Por el
contrario, los esfuerzos y recursos para intentar sistematizar científicamente las fortalezas,
virtudes o cualidades que favorecen los estados saludables, eran casi inexistentes hasta ese
momento. Así que un equipo integrado por prestigiados académicos, convocados por
Martin Seligman y encabezado por Christopher Peterson, pusieron manos a la obra a finales
de los noventa con la finalidad de poder tener una visión panorámica de las fortalezas y
virtudes que forman el carácter positivo en las personas. Después de una revisión
minuciosa de textos y documentos filosóficos, espirituales, religiosos y académicos,
llegaron a la conclusión de que en los últimos tres mil años los grandes pensadores de la
humanidad han valorado seis virtudes fundamentales:
• Sabiduría y conocimiento
• Valor
• Amor y humanidad
• Justicia
• Templanza
• Espiritualidad y trascendencia
Para llegar a estas seis virtudes, el grupo investigador propuso que cada una de ellas
estaba integrada por diferentes fortalezas, entendiendo que para que una cualidad
humana fuera considerada fortaleza debería poseer ciertas características: En primer lugar,
una fortaleza es un rasgo, una característica psicológica que se presenta en situaciones
distintas y a lo largo del tiempo; en segundo lugar, una fortaleza es valorada por derecho
propio, esto es, sus consecuencias son positivas; en tercer lugar, las fortalezas, por lo
general, buscan una relación victoria-victoria, no vencedor-vencido, por lo que pretenden
armonía en los vínculos sociales; en cuarto lugar, los modelos de conducta de una cultura
suelen ilustrar de forma convincente, como sería el caso de grandes líderes como Gandhi,
Martin Luther King, la Madre Teresa, Nelson Mandela, entre otros; y en quinto lugar, las
fortalezas pueden considerarse prácticamente universales, se valoran en casi todas las
culturas a través de los tiempos.
Ahora revisemos cuáles son las fortalezas que se proponen y que componen cada una
de las virtudes.
Sabiduría y conocimiento:
34
• Ingenio/originalidad/inteligencia práctica/perspicacia. Ante situaciones novedosas,
lograr con cierta facilidad encontrar opciones de conducta o solución para alcanzar
el objetivo.
• Inteligencia social/inteligencia emocional/inteligencia personal. Es disponer de la
capacidad de ser conscientes de uno mismo, de sus motivaciones y sentimientos, al
mismo tiempo que puede detectarlos en las demás personas.
• Perspectiva. Se expresa en poseer una visión más amplia y equilibrada del mundo o
de la vida, lo que los demás aprecian al buscar ayuda.
Valor:
Templanza:
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• Vigorización en vez de agotamiento, mientras se utiliza la fortaleza.
• Creación y búsqueda de proyectos personales que giran en torno a la fortaleza.
• Alegría, emoción, entusiasmo, incluso éxtasis cuando se pone en práctica.
En la medida en que alguna o algunas de estas afirmaciones armonicen con sus
principales fortalezas, puede afirmar que son sus rasgos o características esenciales como
persona. Esperamos dejar claro con lo expuesto hasta aquí que siempre estamos en
proceso de crecimiento interior, y que es verdaderamente posible incrementar de manera
consciente nuestras fortalezas y virtudes al ponerlas en práctica, aun cuando sea un poco,
cada día.
37
Capítulo 5. Evolución de la consciencia personal y social
38
Conviene hacer notar que se habla de la mecanicidad o programación negativa, también
en modelos y teorías de la psicología moderna, como la psicología existencial, la psicología
fenomenológica, la psicosíntesis, el análisis transaccional, la psicoterapia Gestalt, por
mencionar algunas. La cuestión es tratar de entender por qué ocurre este estado de
mecanicidad, cómo surge o qué ventajas posee para existir como un proceso mental o
cognitivo tan generalizado. La respuesta es obvia: automatizar o mecanizar muchas
experiencias aprendidas facilita volvernos más ágiles o hábiles para enfrentar mejor los
problemas cotidianos; no tener que aprender cada día algo que ya sabemos o
experimentamos ofrece grandes ventajas evolutivas. Sólo piensen cuán absurdo sería que
día con día tuviéramos que aprender habilidades como leer, manejar un auto, cocinar o
escribir en la computadora; de hecho, no habríamos ido muy lejos como especie. Pero
como lo vimos antes, ésta es un arma de dos filos, pues también lleva a automatizar nuestra
visión del mundo, a formar patrones de conducta y percepción, a partir de las primeras
relaciones con los demás, impidiéndonos ver lo nuevo. Todo lo anterior, obliga a repetir
reacciones emocionales o conductuales que dificultan la existencia, por dolorosas,
limitantes y absurdas que sean.
Así que librarnos, en la medida de lo posible, de este estado de automatismo se vuelve
imprescindible para nuestro crecimiento interior y salud integral; en especial cuando se
trata de ser capaces de observarnos para descubrir en qué aspectos necesitamos trabajar.
Y aquí es en donde entra el tema de los niveles de consciencia, que revisaremos a
continuación.
39
ser menos consciente supone una pobre o inarmónica relación con nosotros mismos y con
el entorno.
Del mismo modo que existen diversos modelos sobre el desarrollo de la inteligencia, sin
duda el más conocido y de mayor impacto histórico es el estructurado por Jean Piaget.
También existen diversos modelos de desarrollo de la consciencia, que plantean una
variedad de niveles o etapas, de tres, cuatro, seis, siete, ocho o más según sus autores. Para
exponer el tema elegimos el modelo de la Espiral de la Consciencia (González, 2009), por
considerarlo práctico, didáctico y afín a las ideas que hemos venido presentando en este
escrito.
El comprender cómo se desarrolla nuestra consciencia ayudará a entender por qué se
nos dificulta tanto experimentar estados de alerta o de vivir en el presente, pues como se
verá más adelante, estos estados se facilitan o motivan cuando el nivel de consciencia es
mayor; y por el contrario, cuanto menor es el nivel de desarrollo, disminuirá también la
capacidad o motivación para estar en el aquí y ahora.
Proceso evolutivo de la consciencia (González, 2009; pp. 130-131):
3
Pleromático significa un nivel de conciencia oceánico, el “yo” está fusionado con el útero lo que da al feto
un sentido de identidad.
40
valoración externa a la interna, de las relaciones utilitarias a las relaciones
interpersonales con las personas cercanas y significativas. Momento del
despertar existencial, de la búsqueda de sentido de la vida y de la valoración
integral de la propia experiencia. Etapa de la cristalización del yo, sí mismo
o consciencia individual.
• Etapa de socialización, esfera organísmica (nivel de consciencia personal).
Implica madurez, libertad y responsabilidad, compromiso social e
identificación con el ser histórico-social. Necesidades de desarrollo personal
que se extiende a la búsqueda del bien social-comunitario. Consciencia de
ser con y para los demás. Relaciones interpersonales externas
comprometidas y significativas. La consciencia se encuentra animada e
impulsada por la buena voluntad y la intencionalidad que se dirige hacia el
desarrollo espiritual.
• Etapa de personalización, esfera espiritual (nivel de consciencia
transpersonal). Comunión y amor fraterno incondicional. Integración bio-
psico-social-espiritual. Valores humanistas. Tránsito de las necesidades y los
valores de desarrollo a las metanecesidades y metavalores (son las
necesidades y valores asociados al crecimiento interior). Búsqueda de su ser
esencial, de la Yoidad4. Emergencia del testigo capaz de observar al ser que
es y al Ser que lo trasciende.
• Etapa de ultrapersonalización, esfera unitaria (nivel de consciencia
trascendente). Etapa evolutiva en la que la consciencia humana alcanza su
plena realización al despertar a su verdadera esencia: la Yoidad, el Omega
de los omegas5. Disolución de todas las fronteras y demarcaciones.
Comprensión cabal del misterio de la Unidad en la Multiplicidad. Concepción
circular del tiempo.
Según los autores especializados en la evolución de la consciencia,
independientemente del modelo estudiado, la gran mayoría de las personas adultas con
dificultad llegan a la tercera etapa, logrando cierto grado de independencia y
comportamiento responsable, pero poco solidario, con baja consciencia de la importancia
del crecimiento interior y bajo compromiso social y ecológico. Por otra parte, es posible
afirmar cómo todos aquellos individuos que manifiestan comportamientos antisociales, no
éticos, deshonestos y criminales, en general no han podido alcanzar una etapa evolutiva
superior. Incluso, el nivel tres de consciencia en el que se encuentran, está bastante
4
La Yoidad, no confundir el término con exceso de ego; más bien es una expresión muy utilizada por teóricos
humanistas para referirse a la capacidad de ser plenamente uno mismo, aceptarse incondicional y
amorosamente.
5
El Punto omega es un término acuñado por el jesuita francés Pierre Teilhard de Chardin para describir el
punto más alto de la evolución de la consciencia, considerándolo como el fin último de la misma.
41
distorsionado o disfuncional, en muchos casos manifestando trastornos emocionales y de
personalidad que evidencian su falta de madurez o desarrollo integral.
Avanzar a las siguientes etapas requiere una gran motivación y esfuerzo de superación,
acompañado de estados de alerta, de romper de forma continua la mecanicidad o los
automatismos. De este modo entramos en un círculo virtuoso, pues más estados de alerta
conducen a un mayor crecimiento y ampliación de la consciencia; una mayor consciencia a
su vez permite más estados de alerta o estar despiertos en el aquí y ahora. Lo contrario
también aplica, es decir, se crea un círculo vicioso, un menor nivel de consciencia lleva a
permanecer en nuestros automatismos y una mente mecánica impide ampliar la
consciencia.
Aquí ya hemos dado bastantes ideas y recomendaciones sobre cómo trabajar
cotidianamente para romper la mecanicidad, estar más alertas e impulsar nuestro
desarrollo consciente. Si está estudiando este tipo de temas y está involucrado en su
desarrollo personal, tenga plena confianza que ya está en el nivel cuatro, al menos.
42
número de versiones positivas, de escenarios optimistas de lo que es viable si avanzamos
en nuestro crecimiento interior.
Confiamos en que esta pequeña obra le haya sido útil para impulsar su desarrollo
personal, le permita una visión más amplia y consciente de que el trabajo interior no es una
mera moda, ni una actividad new edge, es una necesidad humana por excelencia que nos
lleva a un mayor disfrute de la vida saludable y a la búsqueda incesante de mejores
condiciones de vida social para todos.
43
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