Biologia
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TEMA 2
d) Periodo de vejez: Repasa Platón algunas de sus teorías y las corrige o explica:
Filebo, Teeteto,Parménides, El Sofista, El Timeo, Cartas y Las leyes.
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Las preguntas que Platón se plantea en sus diálogos responden a tres problemas
fundamentales:
Metafísica: ¿Cuál es la esencia de las cosas? Las realidades sensibles ¿son reales,
o son copia de la auténtica realidad? ¿Dónde está la verdadera realidad? ¿Está capacitado el
hombre para conocerla? ¿Qué tipo de conocimiento es el verdadero? ¿Por qué?
Antropología: ¿En qué consiste la esencia del hombre? ¿Es inmortal? ¿Cuál es su
comportamiento ético, su virtud?
Política: ¿Cómo debería ser la sociedad? ¿Cuál debe ser la organización del Estado?
¿Tiene alguna relación el estado con el hombre individual?
El 431 estalla la guerra del Peloponeso, entre Atenas y Esparta, que duró hasta el
404 a. C., y en la cual participaron casi todos los estados griegos, como aliados de uno u
otro bando. La juventud de Platón viene a coincidir con esta guerra (nació en el 427).
Esparta salió victoriosa, pero ambas partes quedaron tan agotadas por la lucha que ninguna
se recuperó nunca por completo. Atenas perdió su hegemonía.
Tras la derrota, los aristócratas instauran la Tiranía de los Treinta, apoyados por los
espartanos y encabezada por familiares de Platón, acabando con los derechos democráticos.
Esta fase desemboca en una guerra civil tras la que se reinstaura la democracia.
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A pesar de este sistema democrático, la ciudad griega se basa en gran parte sobre el
trabajo de los esclavos, que no son maltratados, pero carecen de todos los derechos de los
ciudadanos libres (25% de la población). Muchos ciudadanos libres viven en la ociosidad.
Esto explica que el ciudadano de Atenas se dedique sobre todo a la vida pública. Atenas se
convirtió en el centro de la cultura y de la filosofía y no es difícil imaginar a Sócrates en
algún banquete o en la calle charlando y discutiendo.
La casa queda para la mujer, que no sale casi nunca y permanece marginada. Salvo
algunas excepciones como Hiparquia de Maronea, Areta de Cirene y Aspasia de Mileto,
que, sin embargo, no han trascendido históricamente.
Pero con las libertades democráticas también empezaron a extenderse las teorías
relativistas y escépticas de los sofistas, que Platón rechazaba de plano. Además, fue
precisamente este régimen democrático el que condenó injustamente a su maestro Sócrates.
Por todos estos motivos, Platón mantuvo siempre una actitud muy crítica hacia la
democracia, que le parecía un sistema inadecuado de gobierno. Uno de los objetivos más
importantes de la filosofía platónica consiste precisamente, en aclarar cómo debería ser una
sociedad justa y adecuada.
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realidad (el mundo de las Ideas y el mundo sensible), y en consecuencia, un doble
conocimiento (el sensitivo y el racional).
Su teoría ontológica será criticada por su discípulo Aristóteles, quien intentara
fundir las Ideas con la realidad material en su teoría hilemórfica. Aristóteles criticará la
transcendencia de las Ideas y el hecho de que sean esencias a distancia.
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Cuando nos referimos a las cuestiones éticas y buscamos las definiciones nos damos
cuenta de que estas versan sobre conceptos universales: Por ejemplo, cuando hablamos y
pensamos, nos parece que hay algunas cosas que son "buenas", "justas", "bellas" y, por
tanto, tienen que existir el Bien, la Justicia, la Belleza, en sí mismas, al margen de las cosas
concretas que vemos, sentimos o pensamos y que nos sirven de referencia para calificar a
las cosas (Por ejemplo: si afirmo que una acción concreta, o una ley concreta, o una persona
concreta es “justa”, tengo que saber qué es la Justicia).
Si nos referimos al conocimiento de las cosas que percibimos, mediante los
sentidos, al ser múltiples y cambiantes (Por ejemplo, la diversidad flores que podamos
observar) tenemos que tener un concepto o definición fijo y estable, que nos sirva para
referirnos a todas ellas.
Además, si tratamos de objetos abstractos, como los matemáticos, si intentamos
representar gráficamente una figura geométrica usando un lápiz o una tiza, enseguida
comprobaremos que nos resulta imposible dibujarla con total exactitud.
Así, que ¿cómo es posible que todos sepamos en qué consiste la justicia, o una flor
o el cuadrado perfecto?
*******Platón creía que este enigma solo podía resolverse reconociendo la existencia de
dos ámbitos distintos de la realidad. Por un lado, está el mundo sensible, formado por las
cosas y cuyo conocimiento varía según el sujeto. Y, por el otro, está el mundo inteligible,
compuesto por las ESENCIAS a las que llama IDEAS y que son estables, permanentes e
independientes.
El mundo sensible está compuesto por todas las cosas que vemos y tocamos. Este
es el mundo sensible, material, que percibimos con los sentidos y que está formado por
cosas particulares que son imperfectas, cambiantes y perecederas.
Pero también existe un mundo e integrado por las esencias. Se trata del mundo
inteligible, compuesto por realidades inmateriales que no se pueden captar con los sentidos,
sino únicamente mediante la razón. A diferencia de las cosas, las esencias o Ideas son
universales, perfectas, únicas, eternas e inmutables.
Este es el mundo al que pertenecen realidades como, por ejemplo, las figuras geométricas
perfectas, los números o los conceptos abstractos como el Bien, la Justicia o la Belleza.
Platón acepta la teoría de Heráclito de que todo cambia, deviene, respecto de los
objetos de la percepción sensible. Según Platón, los objetos sensibles no son los objetos
propios del conocimiento ni pueden serlo, porque sólo hay conocimiento de lo que es, de lo
estable y lo permanente, y de los objetos sensibles no se puede decir que "son", sino que
devienen.
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3.3. EL VERDADERO CONOCIMIENTO:
Por tanto, afirma que a todo nombre común le corresponde una entidad única a la que
se hace referencia en todos los usos del nombre. Esto es la esencia o Idea La definición
filosófica de las realidades nos conduce, pues, a una esencia que puede abarcar todos los
casos, posibles y efectivos, de la realidad considerada.
(Por ejemplo: cada vez que utilizamos un nombre común: esta casa, aquel árbol, ese
cuadrado… para saber lo que son, tenemos que conocer su esencia o Idea. Tenemos que
saber qué significa ser un árbol, cuál es su esencia, que lo hace ser lo que es. Que es lo
mismo que conocer la Idea o concepto universal al que hago referencia en cada caso
particular)
***** De todo esto Platón concluyó que deben existir esas esencias a las que nos referimos
en las definiciones. Es decir, además de las cosas, existen según Platón lo que él denominó
Ideas o Universales. Estas Ideas no son simplemente conceptos (al contrario de la
opinión que nosotros tenemos de ellas, ya que consideramos las ideas como conceptos
subjetivos de la mente), son REALIDADES que existen con independencia de las cosas.
Que son trascendentes a las cosas, pero que las hace ser lo que son. Cada Idea es única,
eterna, inmutable e inalterable (como el Ser de Parménides) y sólo se captan por la
inteligencia; se trata de realidades inteligibles, no sensibles, no captadas por los
sentidos, sino por la RAZÓN.
Para referirse a las esencias trascendentes que integran el mundo inteligible, Platón
empleó los términos idea y eidos. Estas palabras significan en griego ‘forma’ o ‘figura’.
Por eso, la propuesta platónica que distingue el mundo de las esencias del mundo sensible
suele denominarse Teoría de las Ideas o Teoría de las Formas.
La teoría de las Ideas es una DOCTRINA ONTOLÓGICA O METAFÍSICA
DUALISTA, puesto que describe cuáles son las realidades que verdaderamente existen Y
porque distingue dos ámbitos diferentes de la realidad, que son el mundo sensible y el
mundo inteligible.
Estas Ideas aparecen como la verdad de las cosas, como su esencia. Se trata de
verdades que el alma de todos los hombres posee de forma INNATA. Estas verdades
innatas pueden ponerse de manifiesto tan pronto como, en vez de seguir apegados al mundo
sensible, realizamos el esfuerzo de desprendernos de él y vivimos una vida de
contemplación, de reflexión racional.
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3.4. LA GNOSEOLOGÍA O CONOCIMIENTO: LA DIALÉCTICA.
Por un lado, está el mundo sensible, que puede captarse a través de los sentidos,
pero que al ser imperfecto y cambiante no se corresponde con la verdadera realidad. Por
otro lado, está el mundo de las Ideas, que constituye la auténtica realidad perfecta y eterna,
a la que únicamente puede llegarse mediante la razón.
De acuerdo con Platón, estas dos formas de conocimiento son completamente
distintas. Todo lo que captamos mediante los sentidos es cambiante e imperfecto. De
manera que el conocimiento sensible no es un saber de lo verdadero, sino solo de lo
aparente. Por eso, Platón llama opinión, doxa en griego, a este tipo de saber falible e
incompleto.
El conocimiento de las Ideas, en cambio, es un saber verdadero, ya que \as Ideas
nunca cambian y siempre permanecen inalterables. Este es el tipo de conocimiento que
Platón denominaba ciencia, episteme en griego y que solo se puede alcanzar si vamos más
allá de nuestros sentidos y nos servimos de la razón.
Sí queremos ir más allá del conocimiento engañoso que nos proporcionan los
sentidos y aspiramos a alcanzar el verdadero conocimiento de las Ideas, debemos estar
dispuestos a comprometernos en un arduo y prolongado esfuerzo personal.
Para realizar esta ascensión debemos confiar en nuestra razón, pero resultará muy
difícil que podamos completarla solos. Si queremos tener éxito, necesitaremos la ayuda de
alguien que ya conozca las Ideas y que pueda mostrarnos el camino hacia ellas mediante el
diálogo. Por eso, Platón llamaba ascensión dialéctica a este largo y complejo proceso.
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El proceso de conocimiento o proceso dialéctico, consiste en ir “ascendiendo” de las
apariencias al conocimiento para llegar a la auténtica realidad.
a) Eikasía o Imaginación y conjetura, que tiene por objeto las imágenes o los
productos de la fantasía.
b) Pistis o creencia: certeza perceptual que tiene por objeto las cosas materiales.
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EPISTEMOLOGÍA ONTOLOGÍA
EPISTEME Noesis: Intuición pura o razón filosófica → Ideas
(Ciencia o (intuición intelectual) (Mito: Las cosas reales, sol)
conocimiento)
Mundo inteligible
(Mito: fuera de la Dianoia: Conocimiento matemático→ “intermediarios”
caverna) (Razón discursiva, deducción lógica) (Mito: reflejos en el agua, astros)
Para comprender la conexión que Platón establecía entre estos dos mundos, puede
ser útil analizar algún caso concreto. Por ejemplo, en todas las cosas bellas que existen a
nuestro alrededor. Se trata de un conjunto muy variada de personas, acciones y cosas que
nos parecen hermosas. Lo que tienen en común es que en todas ellas, en mayor o menor
medida, se hace presente la Belleza. Sin embargo, la Belleza en sí misma no pertenece al
mundo sensible, sino que es una esencia del mundo inteligible. ¿Cómo es posible, entonces,
que aparezca en las cosas que vemos y tocamos?
Platón creía que esta cuestión solo podía aclararse suponiendo que todo lo que es
bello participa, de alguna manera, en la Idea de Belleza. Las cosas hermosas son bellas
porque en ellas se hace presente, aunque sea solo de forma parcial e imperfecta, la esencia
eterna e inmutable de la belleza. Así pues, la relación entre las cosas y las Ideas puede
entenderse como una participación (methexis, en griego).
La teoría de la participación afirma que las Ideas actúan como modelos eternos e
inmutables de las cosas, que a su vez son lo que son porque participan de aquella Idea de la
cual proceden. Las cosas del mundo sensible proceden de una Idea a la que tratan de imitar
aunque solo lo consigan parcialmente. De hecho, Platón creía que todos los objetos del
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mundo sensible intentan parecerse lo más posible a las Ideas de las cuales participan, pese a
que nunca terminen de lograrlo.
De esta manera, las Ideas no son solo el arquetipo, modelo o paradigma del cual
proceden las cosas, sino que también son el ideal al que estas se esfuerzan por acercarse.
Para explicar esta tensión dinámica entre las Ideas y las cosas que tienden a ellas, Platón
solía referirse a la relación entre un amante y su amado. Al igual que el amor nos mueve a
perfeccionarnos para acercarnos lo más posible a lo que amamos, del mismo modo, las
cosas se esfuerzan por parecerse e imitar de la mejor manera que pueden a las Ideas.
Pero, esta teoría no resuelve un problema del que Platón era consciente y que
Aristóteles se encargó de recordarle: si las Ideas son trascendentes a las cosas y existen en
un mundo aparte de estas, ¿cómo se puede establecer esa relación de participación?
Pero si una cosa es en tanto que participa de una idea, habrá tantas ideas como
clases de cosas, siendo entonces cada Idea el “modelo" de cualquier cosa de su
correspondiente clase. Pero entonces las Ideas se multiplican hasta el vértigo, porque no se
deberán limitar sólo a la Justicia o a la Virtud, sino también a ideas como de hombre y
fuego, e incluso a cosas vulgares como suciedad y pelos.
Esto llevó a Platón a establecer lo que se denominó Jerarquía de las Ideas. Según
Platón, no todas las Ideas tienen el mismo valor: hay Ideas subordinadas a otras, Ideas
inferiores que dependen de otras superiores, las cuales les sirven de soporte y fundamento.
Y estas superiores, a su vez, dependen de otras más elevadas hasta llegar a la cumbre de la
pirámide que es "la Idea de las Ideas", de la que dependen todas las demás. Del Bien
dimana todo, incluso la Belleza y la Justicia, que son las ideas inmediatamente inferiores a
la del Bien. Además, cumple una función epistemológica; Platón compara el Bien con el
Sol (mito de la caverna y pasaje del Sol), es como la luz que nos hace todo visible y
comprensible.
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3.7. DEMIURGO: PRINCIPIO DE ORDENACIÓN.
Todavía queda por explicar cómo vienen de hecho a la existencia las cosas
particulares sensibles. En el Timeo, Platón describe al Demiurgo (artesano) como aquel que
da forma geométrica a la materia caótica, poniendo en orden lo desordenado, tomando
como modelo para construir el mundo, el reino inteligible de las Ideas.
Conviene recordar que la idea de que el universo haya podido crearse de la nada (como
afirma nuestra actual teoría del Big Bang) era algo inconcebible para los griegos. Platón
compartía con los demás filósofos antiguos la creencia en la eternidad del mundo.
Sin embargo, pensaba que el cosmos no siempre había sido una realidad similar a la
que ahora vemos. Según Platón, en un principio solo existía una materia caótica, imperfecta
e informe. Si hoy vemos un mundo múltiple, diverso y ordenado es porque las cosas que
actualmente existen a nuestro alrededor fueron modeladas por una especie de dios, un
artesano sabio y bueno al que Platón llama el Demiurgo.
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4. ANTROPOLOGÍA.
En la filosofía griega se acepta el hecho de la existencia del alma. La discusión de
los griegos en torno al alma no es sobre su existencia o no, sino la de su naturaleza.
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En el Timeo Platón señala que el alma racional se encuentra situada en la cabeza, la
irascible en el pecho y la concupiscible bajo el diafragma.
¿Por qué afirmaba Platón que el alma es de naturaleza tripartita? Parece que pudo
tomar como punto de partida el hecho empírico de que con cierta frecuencia rivalizan
dentro del propio hombre distintos móviles de acción.
El principal interés de Platón con la utilización de toda esta simbología es, desde
luego, el interés ético, que consiste en insistir que el elemento racional tiene derecho a
gobernar a los otros elementos. El elemento racional del alma es el superior y debe
gobernar por ser el más afín a lo divino. Tiene una afinidad connatural con el mundo
inteligible, mundo que este elemento racional es capaz de contemplar, mientras que los
otros elementos o partes del alma están esencialmente ligados al cuerpo, es decir,
esencialmente ligados al mundo fenoménico, y como no tienen parte directa en la actividad
racional, no pueden contemplar el mundo de las Ideas.
Las almas salen de las manos del Demiurgo, todas iguales eternas y atemporales, y
van a parar a algo material: cada una se encarna en un cuerpo concreto, sometido a las
coordenadas de espacio y tiempo. Esta es la primera encarnación.
Después de la muerte, el alma está peregrinando durante unos mil años, en los que
se encarna sucesivamente en varios cuerpos, eligiendo su destino. En la encarnación de un
nuevo cuerpo, se elige un género de vida, y en esta elección reside un enorme peligro para
el hombre: muchos eligen un destino que les parece radiante, y luego comprenden que es
algo terrible.
Somos nosotros los que elegimos destino, no son los dioses; ellos no tienen la culpa
de que el hombre haya elegido un destino que lo aparte de la verdad. Lo importante es que
la Razón domine lo irracional, las pasiones, los sentimientos y deseos, y así pueda en
sucesivas reencarnaciones llegar a la contemplación de la Verdad.
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5. ÉTICA.
La ética de Platón es eudemonista. El eudemonismo es una tendencia ética según la
cual la felicidad es el sumo bien. La diferencia entre las distintas éticas eudemonistas está
en cómo se consiga o qué sea la felicidad.
En Platón la ética está enfocada al logro del Bien supremo para el hombre, en
posesión del cual consiste la felicidad verdadera. El bien supremo para el hombre, según
Platón, es el desarrollo auténtico de su personalidad como ser racional y moral, el recto
cultivo de su alma, el bienestar general y armonioso de su vida.
Ante todo, la vida buena debe incluir los conocimientos del tipo más verdadero; esto
es, reconocer que este mundo no es el único, ni tampoco el mejor, sino simplemente una
pobre copia del ideal.
Según Platón, el Bien absoluto para el hombre no es otra cosa que las Ideas, en cuya
contemplación consiste la felicidad suprema. En este sentido, la virtud es otro medio para
acceder al sumo Bien.
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6. LA POLÍTICA.
La teoría política de Platón se desarrolla en íntima conexión con su ética.
La vida griega era esencialmente una vida comunal, vivida en el seno de la ciudad-estado
(polis), hasta el punto de que a ningún griego se le hubiese ocurrido nunca que alguien
pudiera ser un hombre perfectamente bueno y cabal, manteniéndose lejos del Estado y la
sociedad. Esto lleva implícita la doctrina de que la sociedad organizada es una institución
natural, de que el hombre es un animal social por naturaleza, doctrina que es común a
Aristóteles y Platón.
Hay un código moral absoluto, que rige a todos los hombres y a todos los estados.
Esto implica, que los principios de la Justicia son los mismos para el individuo que para el
Estado. Si el individuo vive su vida como miembro del Estado, y si la Justicia del uno y del
otro está determinada por la Justicia Ideal, entonces ni el individuo ni el Estado se libran
del sometimiento al código eterno de la Justicia.
El estado existe para servir a las necesidades de los hombres. Los hombres no son
independientes unos de otros, sino que necesitan la ayuda y cooperación de los demás para
todo lo que les hace falta en la vida. De ahí que se reúnan y asocien en el mismo lugar y
dan a esa "morada común" el nombre de Ciudad.
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-Gobernantes: se les escogerá cuidadosamente de entre la clase de los guardianes.
No han de ser jóvenes, deben ser los mejores, inteligentes y fuertes y que procuren los
intereses públicos como idénticos a los suyos propios. Serán los elegidos para dirigir el
Estado. Tanto los guardianes como los gobernantes (elegidos entre los primeros), no han de
poseer bienes privados ni formar familias, pues el egoísmo y la rivalidad entre las familias
provocaría la desunión de la clase dirigente.
***** Ahora bien, aunque Platón afirma el origen económico del Estado, su interés se
centra enseguida sobre el problema de la Educación. El Estado no sirve simplemente para
cubrir las necesidades económicas del hombre, sino para hacerle feliz, para que el hombre
pueda desenvolverse llevando una vida recta, de acuerdo con los principios de la Justicia.
De aquí la necesidad de la educación, puesto que los miembros del Estado son seres
racionales. Mas no hay educación alguna que lo sea de veras si no es para la verdad o el
bien. Quienes rigen la vida del Estado y determinan los principios de la educación y
distribuyen las tareas dentro del Estado a sus diferentes miembros han de saber qué es lo
realmente verdadero y bueno, en otras palabras, deben ser filósofos.
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6.2. FORMAS DE GOBIERNO.
-Timocracia: (timé: honor). Es el gobierno de los que tienen cierta renta y honor.
No mandan los mejores, sino los más ambiciosos. Están más hechos para la guerra que para
el buen gobierno. En seguida aumenta el afán de riqueza, hasta que se llega a la
***** Esta clasificación de las formas de gobierno es paralela a las partes del alma: el
alma perfecta es aquella en la que sus tres partes o principios se ordenan conforme a la
disposición que les es propia, de manera que corresponde al principio racional el dominio
sobre los inferiores. El proceso de degradación del Estado comienza cuando las clases
inferiores pretenden erigirse en principios rectores. Surge así el tipo avaro, el tipo
ambicioso.
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SELECTIVIDAD:
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Pregunta 3: Justificación.
Pregunta 4: Relación.
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su idea hará falta postular otra idea, y para advertir la semejanza entre esta segunda idea y
la semejanza anterior, hará falta una tercera idea y así sucesivamente.
- La doctrina de las ideas no explica la génesis ni el devenir de las cosas. Las Ideas
de Platón son conceptos que en ningún momento llegan a explicar las cosas ni su devenir.
1) La materia primera: es algo que no es perceptible por los sentidos, sino sólo por la
inteligencia, es lo que ocupa el último lugar en la escala de las realidades; ahora bien,
tampoco es un simple concepto, es un principio físico, real, esencialmente potencial
(esto es, que no es todavía, pero que puede llegar a ser), es la absoluta indeterminación,
lo que es capaz de recibir cualquier determinación. Se puede definir como “el sustrato
básico constitutivo de todas las cosas
2) La materia segunda: es la materia física (madera, mármol, piedra, et.) y es perceptible
por los sentidos; es un compuesto ya de materia y forma. Sus maneras de manifestarse
más básica son los cuatros elementos, que son un compuesto de materia primera y
fuego, aire, tierra o agua.
La forma: Es lo que determina la materia poniéndola en acto, haciendo que aquello
indeterminado pase a ser algo determinado. Es lo que actualiza la materia.
Para Aristóteles, la forma abarca una variedad de significaciones diversas: algunas
veces designa la configuración sensible y se refiere a ella como morfé; otras veces, la forma
designa la estructura inteligible y la denomina eidos. Esta segunda significación es la que
considera Aristóteles como la auténtica forma; así ousía (esencia) aparece constantemente
empleada como sinónimo de eidos, puesto que considera que el que algo sea tal especie y
no otra, es gracias a la forma (un hombre es distinto a un perro porque su forma es distinta).
Con su noción de eidos, Aristóteles lo que hace es fundir las Formas o Ideas platónicas con
la materia en una realidad denominada sustancia, bajándolas al mundo material en forma e
compuestos hylemórficos.
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llega de maneras distintas. En Platón se adquiere el conocimiento mediante el proceso
dialéctico de desprendimiento de lo sensible para alcanzar los universales, las Ideas, que es
un proceso de reminiscencia de lo que el alma había contemplado en su preexistencia en el
Mundo de las Ideas antes de venir a pasar el ciclo de reencarnaciones. Para Aristóteles
nuestro conocimiento comienza por los sentidos y a los conceptos universales (sustancias
segundas) se llega mediante un proceso de abstracción que se queda con lo de común tienen
los entes semejantes.
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