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Contexto de la intervención social

COLECTIVOS CON LOS QUE VOY A TRABAJAR/ I


Personas con diversidad funcional

1º CFGS INTEGRACIÓN SOCIAL


IES Hermanos Amorós.Villena. Alicante.
Profesor: Francisco Montilla Domene.
Materiales elaborados por : Edgar Mozas Fenoll
COLECTIVOS CON LOS QUE VOY A TRABAJAR/I 1
CONTEXTO DE LA INTERVENCIÓN SOCIAL

ÍNDICE

1: Caracterización del colectivo: ............................................................................................... 2


a) ¿Cómo referirnos al colectivo? ......................................................................................... 2
La Clasificación Internacional de las Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías ............. 2
La Clasificación Internacional del Funcionamiento, la Discapacidad y la Salud (CIF) ........ 3
La diversidad funcional ......................................................................................................... 4
Discapacidad y dependencia. ............................................................................................... 4

2: Tipos de diversidad funcional ............................................................................................... 5


a) Diversidad funcional sensorial .......................................................................................... 5
Afectaciones de la vista ........................................................................................................ 5
Afectaciones del oído ........................................................................................................... 6
Sordoceguera ....................................................................................................................... 7
b) Diversidad funcional motora ............................................................................................. 8
c) Diversidad funcional intelectual ........................................................................................ 9

3: Necesidades y apoyos .......................................................................................................... 10


a) Atención a las necesidades de autonomía .................................................................... 10
b) Atención a las necesidades en la comunicación .......................................................... 11
c) Atención a las necesidades socioafectivas ................................................................... 12
d) Atención a las necesidades educativas y sociolaborales ........................................... 13
Necesidades de integración educativa ............................................................................... 13
Necesidades de inserción sociolaboral .............................................................................. 13

4. Políticas y recursos de atención a la diversidad funcional .............................................. 13


a) Normativa en materia de diversidad funcional .............................................................. 14
La Ley de Dependencia ...................................................................................................... 15
El Real Decreto Legislativo 1/2013 .................................................................................... 15
La normativa autonómica ................................................................................................... 15
b) Servicios de atención al colectivo .................................................................................. 16
Prestaciones para personas con discapacidad .................................................................. 16
Recursos de atención y residencia ..................................................................................... 17
Salud ................................................................................................................................... 17
Educación ........................................................................................................................... 18
Recursos de integración sociolaboral ................................................................................. 18
Recursos de accesibilidad .................................................................................................. 19
La asistencia personal ........................................................................................................ 19
Las oficinas de vida independiente .................................................................................... 20
Organizaciones y entidades ............................................................................................... 21
COLECTIVOS CON LOS QUE VOY A TRABAJAR/I 2
CONTEXTO DE LA INTERVENCIÓN SOCIAL

1: Caracterización del colectivo:


a) ¿Cómo referirnos al colectivo?
En primer problema que encuentran muchas personas al referirse al colectivo que
estamos trabajando ahora es que no encuentran el término adecuado para hacer referencia
a la persona que forma parte de él. De hecho, a lo largo de la historia reciente de nuestra
sociedad y de nuestras lenguas vehiculares, encontramos una sucesión de términos que han
ido evolucionando en función de los paradigmas dominantes de la integración social. Si
hacemos un rápido recorrido por las palabras utilizadas para etiquetar a este colectivo a lo
largo del tiempo (inválido, deficiente, inútil, retrasado, idiota, subnormal, lisiado, mutilado,
minusválido, etc.) nos damos cuenta de que hasta hace muy poco la discriminación hacia estas
personas surgía, también, a partir del propio lenguaje.
En la actualidad parece que el término más correcto es “diversidad funcional”, pero
¿cómo hemos llegado hasta él? Vamos a repasar, en tres pasos, la evolución de los términos:
La Clasificación Internacional de las Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías
En 1980, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó la Clasificación
Internacional de las Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías (CIDDM). La mayor aportación
de esta propuesta fue fijar una clara distinción entre todos estos conceptos, y la relación entre
ellos.
En esta clasificación se define deficiencia como toda perdida o anormalidad de una
estructura o función psicológica, física o anatómica. Esta pérdida o anormalidad pueden
ser de origen innato o adquirido, así como permanente o temporal. Puede suceder que una
misma persona padezca más de una deficiencia. Así podemos hablar de deficiencia visual,
auditiva, motriz, intelectual, etc.
Sin embargo, esta clasificación entiende por discapacidad, toda restricción o
ausencia (debido a una deficiencia) de la capacidad de realizar una actividad en la forma
o dentro del margen que se considera normal para un ser humano.
La discapacidad se refiere a actividades que son necesarias para el desarrollo de la
vida diaria (AVD). Esta pérdida de capacidad puede ser temporal o permanente, reversible o
irreversible y si comparamos ambos conceptos podemos decir que la deficiencia sería la
carencia o el trastorno en sí y la discapacidad lo que dicha carencia impide realizar. Por
ejemplo una persona que ha perdido una pierna en un accidente, sufre una deficiencia física
(falta de una pierna) que le produce una discapacidad en su deambulación.
Por último, esta clasificación de 1980 considera minusvalía aquella situación
desventajosa para un individuo determinado, consecuencia de un déficit o una discapacidad
que limitada o impide el desempeño de la función que se presupone normal en su caso (en
función de la edad, de sexo y de los valores sociales o culturales).
La minusvalía surge de la combinación de la discapacidad con el ambiente que rodea
al individuo ocasionándole limitaciones para participar en una sociedad organizada en torno a
las personas consideradas normales. En este sentido se puede considerar la minusvalía
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CONTEXTO DE LA INTERVENCIÓN SOCIAL

como la socialización de una deficiencia o discapacidad. Las barreras físicas, culturales o


sociales son factores que agudizan la minusvalía.

Esta clasificación supuso un avance importante con respecto a los términos


usados hasta entonces. Por tanto, hay que reconocerle unas aportaciones positivas desde
que se instauró en la década de los 80 del siglo pasado:
• Modificó la manera de considerar las discapacidades, a las personas con discapacidad
y el papel que desempeña el entorno físico y social.
• Sirvió de base para el desarrollo de medidas legislativas y de actuaciones en el campo
de provisión de servicios para las discapacidades.

Sin embargo, el paso de los años y las nuevas necesidades que han surgido en el
tratamiento de la discapacidad, han hecho que el contenido de esta clasificación sea
insuficiente y presente algunas limitaciones. Las críticas más importantes en este sentido
son las siguientes:
• Es un modelo demasiado lineal en el que no se tienen en cuenta los factores
contextuales.
• Está enfocado de manera negativa, pues se centra en la descripción de aquellos
aspectos que se han perdido o están limitados. Fíjate solamente los prefijos
acompañan las definiciones (de-, dis-, minus-).
• Los conceptos de deficiencia, discapacidad y minusvalía a menudo se confunden,
generando problemas a la hora de separarlos. Esta confusión puede provocar
dificultades en la aplicación y utilización de dichos conceptos.

La Clasificación Internacional del Funcionamiento, la Discapacidad y la Salud


(CIF)
En 2001, la propia Organización Mundial de la Salud presentó una nueva clasificación:
la Clasificación Internacional del Funcionamiento, la Discapacidad y la Salud (CIF). Esta nueva
clasificación pretendía superar las limitaciones de la clasificación anterior, y presenta la
discapacidad como una característica que relaciona ciertas características personales
con el entorno que le rodea. La CIF intenta mostrar toda la complejidad que este concepto
encierra.
Este modelo plantea la discapacidad como una falta de adecuación entre la
persona y su entorno, en lugar de considerarla como una consecuencia de la deficiencia de
esa persona. En este sentido, el funcionamiento de un individuo se entiende como la
interacción entre la condición de salud y los factores contextuales.
A partir de este momento, por tanto, se comienza a utilizar fundamentalmente el
término “discapacidad”.
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CONTEXTO DE LA INTERVENCIÓN SOCIAL

La diversidad funcional
Pero ya en el siglo XXI, a principios del año 2005, el Foro de Vida Independiente (una
comunidad virtual constituida por personas de varios países, entre ellos España, que
conforman un foro de reflexión filosófica y de lucha por los derechos de las personas de este
colectivo), impulsó el concepto de diversidad funcional.
Podemos decir que hoy, la representación social asociada al concepto de discapacidad
es la de una persona con alguna carencia que se convierte en dependiente al no poder hacer
frente de manera individual a situaciones que le plantea la vida diaria. En el imaginario
colectivo, el concepto de "discapacidad" está además cargado de connotaciones
negativas. Por lo tanto, parece necesario buscar un término que sea más justo.
En este sentido, la expresión "personas con diversidad funcional" engloba todas las
personas que, por el hecho de que una parte o la totalidad de su cuerpo o mente funcionan de
otra manera, realizan las tareas habituales de forma diferente.

La elección de la expresión diversidad funcional indica una voluntad de inclusión


de las personas antes etiquetadas como discapacitadas en la amplitud de la diversidad
humana sin necesidad de subrayar la ausencia de una capacidad.
Cabe hacer hincapié en que los términos “diversidad funcional” y “discapacidad” no son
sinónimos: lejos de clasificar personas en una categoría, "diversidad funcional" incluye a todas
las personas sin discriminación de ningún tipo, ya que todas las personas sin excepción tienen
capacidades diferentes que se desarrollan a partir de las características personales de cada
cual y también a partir de su relación con el entorno.
En el trasfondo de la expresión "diversidad funcional", en cambio, existe la voluntad de
traspasar la discapacidad al medio. Desde este enfoque, si una persona tiene problemas para
afrontar su vida cotidiana con normalidad, es el contexto el que debe adaptarse a sus
necesidades. Así, desaparece el estigma de la persona que tiene problemas para
desenvolverse, trasladando la responsabilidad al medio, que es el que genera la dificultad
en sus quehaceres cotidianos.
En cualquier caso, a la hora de referirnos al colectivo, debemos anteponer el prefijo
“persona” (es decir, “persona con discapacidad” o “persona con diversidad funcional” en lugar
de “discapacitado”), para dejar claro que su condición de persona está por delante de su
discapacidad, haciendo énfasis así en sus derechos humanos y en el derecho a ser tratados en
igualdad. Se antepone así, por tanto, la persona a la deficiencia.

Discapacidad y dependencia.
Otro concepto muy relacionado con los de diversidad funcional y discapacidad es el de
dependencia. La dependencia es la situación en que se encuentran personas que por
razones derivadas de la edad, la enfermedad o la discapacidad, y ligadas a la falta o a la
pérdida de autonomía física, psíquica, intelectual o sensorial, precisan atención de otras
personas para realizar las actividades de la vida cotidiana.
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CONTEXTO DE LA INTERVENCIÓN SOCIAL

Por lógica, podemos llegar a la conclusión de que en realidad el concepto de


dependencia no está ligado a una realidad biológica, sino que se trata de una consecuencia
impuesta por el medio social en el que se desenvuelve la persona. Es decir, que depende
más de la imagen que cada cultura tiene de cierta circunstancia que de una realidad objetiva y
única.
La dependencia entonces, al no tratarse de una situación objetiva, es un concepto
realmente ambiguo, que genera múltiples debates filosóficos. Uno de los debates más
controvertidos es el que suscita la conocida como Ley de Dependencia, (Ley 39/2006, de 14 de
diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención de las Personas en Situación de
Dependencia). La crítica mayor que se puede realizar a dicha ley es que identifica discapacidad
con dependencia, cuando, como se desprende de la definición que hemos apuntado, no todas
las personas con discapacidad son dependientes, ni al contrario, todos los individuos
dependientes tienen una discapacidad.
Además, la ley está dirigida ofrecer apoyos a la persona para desarrollar sólo algunas
actividades: el estudio, la educación o el trabajo, y no todas las relacionadas con la vida
cotidiana, como sería deseable para estas personas.

2: Tipos de diversidad funcional


Atendiendo a las funciones más afectadas, distinguimos entre diversidad funcional
sensorial (afecta a los sentidos), motora (a la capacidad motriz) e intelectual (afecta a las
funciones cognitivas). La caracterización de esta funcionalidad diferente nos ayudará a analizar
las necesidades de las personas que se encuentran en esas situaciones.

a) Diversidad funcional sensorial


Las capacidades sensoriales afectan de manera determinante a la manera en que las
personas perciben el mundo. Estas informaciones del mundo sensible y algunas
percepciones internas a nuestro cuerpo (propioceptivas) nos llegan principalmente a
través de los sentidos. La personas con déficits sensoriales ven limitado el acceso a la
información que las rodea y esto afecta no solo a la percepción sino también a todas las áreas
del desarrollo (cognitiva, psíquica, del lenguaje, social, afectiva, etc.). Por eso las personas
que tienen los sentidos afectados deben buscar estrategias alternativas para
desenvolverse en su vida diaria, pero también para favorecer su desarrollo. Las disfunciones
sensoriales más importantes para la vida cotidiana de las personas afectan a la vista, a la
audición o a ambas a la vez (sordoceguera).

Afectaciones de la vista
Las afectaciones más importantes de la visión se valoran a partir de dos parámetros:
▪ La agudeza visual o capacidad para percibir e identificar objetos a una cierta
distancia.
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▪ El campo de visión o porción de espacio que el ojo ve sin efectuar movimientos.

Si atendemos a la funcionalidad de la visión, según la Organización Nacional de Ciegos


de España (ONCE) se puede distinguir entre:
▪ Ceguera. Es la ausencia de percepción de la luz o una percepción muy mermada (es
posible que se distinga entre luz y oscuridad), que impide la función normal del sentido
de la vista.
▪ Deficiencia visual. Las personas en esta situación tienen uso funcional de la vista
pero su agudeza visual es baja, igual o inferior a un tercio, o el campo de visión es
inferior a 20 grados. Estas personas tienen problemas graves de visión aún utilizando
lentes de corrección.
Los problemas visuales pueden aparecer desde el nacimiento o ser adquiridos
en un periodo posterior. El momento de aparición es muy importante, ya que de este factor
dependerá que haya tenido experiencias visuales y que, consecuentemente, puedan o no tener
memoria y conocimiento de la percepción visual. Las personas ciegas se encuentran con
múltiples dificultades para integrarse en la sociedad, puesto que las actividades de la vida
cotidiana se organizan en torno a las habilidades sensoriales y de desplazamiento de la gente
que puede ver. Además de este tipo de barreras, existe otro tipo de prácticas de discriminación
que son consecuencia del desconocimiento de las características y necesidades de las
personas invidentes.

Afectaciones del oído


El déficit funcional auditivo provoca una disminución importante de la recepción del
sonido o la imposibilidad de percibirlo comprensiblemente. Según la intensidad de la pérdida se
diferencia entre sordera e hipoacusia.
▪ La sordera. La capacidad auditiva es residual siendo la audición imperceptible pues
no es posible discriminar y comprender los ruidos tanto de la voz humana como de los
sonidos ambientales.
▪ La hipoacusia. La audición es deficiente (en diferentes grados), pero retiene lo
suficiente, aunque sea con productos de apoyo, para la percepción del lenguaje oral y
los ruidos ambientales.
Existen sorderas e hipoacusias de diversa índole y se pueden clasificar según
diferentes criterios.
Según el momento de aparición:
▪ Prelocutiva. La afectación se produce desde el nacimiento, por motivos genéticos o
congénitos (que afectan al feto durante la gestación), o antes de haber aprendido a
hablar.
▪ Poslocutiva. La afectación se produce después de haber aprendido a hablar.
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CONTEXTO DE LA INTERVENCIÓN SOCIAL

Según la localización de la lesión:


▪ De transmisión. Afecta el oído externo o medio e impide que el sonido se transmita
con normalidad. Puede ser que se produzca a consecuencia de una obstrucción del
conducto auditivo (por cera o por un cuerpo extraño), a causa de una infección o por la
perforación del tímpano. Estas pérdidas de audición suelen ser moderadas y en la
mayoría de los casos son reversibles.
▪ De percepción. Afecta el oído interno e impide la transmisión correcta tanto de la
calidad como de la cantidad de sonido. Se produce a causa de alteraciones en el
nervio auditivo. Las personas con este tipo de sordera perciben el sonido pero este
está distorsionado y muchas veces resulta incomprensible.
▪ Mixta. Es la combinación de las dos sorderas anteriores. El oído resulta afectado tanto
en la transmisión como en la percepción.

Sordoceguera
La sordoceguera se caracteriza por la existencia simultánea de una deficiencia auditiva
y una deficiencia visual.
Las afectaciones del oído y de la vista suelen ser parciales en la mayoría de las
personas afectadas, lo cual da lugar a un colectivo muy heterogéneo, según el tipo y grado
de pérdida, el momento en que aparece, el nivel madurativo y de comunicación, y la existencia
o no de otros déficits añadidos.
Según el momento en que se adquiere la sordoceguera se puede clasificar en cuatro
tipos:
▪ Sordoceguera congénita.
▪ Sordoceguera con deficiencia auditiva congénita y pérdida de visión adquirida.
▪ Sordoceguera con deficiencia visual congénita y pérdida de audición adquirida.
▪ Personas que nacen sin deficiencias visuales ni auditivas y adquiere ambas
posteriormente.
Puesto que, según la Federación Española de Sordoceguera, el 95% de la información
la percibimos a través de la vista y el oído, el grado de dependencia de las personas con
sordoceguera es muy alto, especialmente en las personas con sordoceguera congénita, pues
la realidad queda restringida al alcance que permitan los demás sentidos. Parece evidente que
tanto la capacidad comunicativa de la persona como los procesos relacionados con la
configuración del lenguaje y la organización del pensamiento se pueden ver seriamente
comprometidos.
Dadas estas circunstancias se considera un colectivo en riesgo especial de
discriminación, pues en muchos casos se les han negado derechos fundamentales como la
educación o la integración laboral, relegando para estas personas tan solo el derecho a cubrir
sus necesidades básicas.
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CONTEXTO DE LA INTERVENCIÓN SOCIAL

b) Diversidad funcional motora


Las personas con diversidad funcional motora presentan alteraciones orgánicas o de
funcionamiento en su sistema locomotor que supone cierta dificultad en el mantenimiento
de la postura y la realización de movimientos.
Son muchas las actividades afectadas por el déficit motor: el desplazamiento que en
muchos casos precisa de productos de apoyo (bastones, sillas de ruedas, etc.), la coordinación
de los movimientos, la regulación y precisión en la manipulación de objetos, el mantenimiento
de la postura erguida, etc. Otra actividad que puede verse afectada es el habla por la
disfuncionalidad de los músculos encargados de esta función. La afectación de las estructuras
corporales o su funcionamiento se produce por enfermedades o lesiones en los órganos y
aparatos que participan en el movimiento, que son los sistemas osteomuscular y nervioso:
▪ Enfermedades o lesiones del aparato osteomuscular. Las más frecuentes son
miopatías –o sea, enfermedades de los músculos-, osteopatías, amputación de un
miembro, malformaciones congénitas, etc.
▪ Enfermedades o lesiones del sistema nervioso. Pueden ser muy variadas y afectar
tanto a los centros nerviosos del control motor como a las vías motoras: traumatismos
craneoencefálicos o medulares, parálisis cerebral, espina bífida, accidentes vasculares
cerebrales, enfermedades neurodegenerativas (enfermedad de Alzheimer, enfermedad
de Parkinson, esclerosis múltiple, etc.).
Estas lesiones o enfermedades pueden afectar a la persona desde del nacimiento o
producirse en cualquier momento de su vida. En muchas de ellas la función cognitiva queda
preservada, pero algunas afectan a los centros nerviosos de manera generalizada y causan
trastornos generales que también pueden afectar a las áreas cognitiva, sensorial o del
lenguaje.

Las manifestaciones que producen estas enfermedades en el área motora pueden ser
muy variadas:
▪ Parálisis. La función puede quedar debilitada (paresia) o suprimida (plejía). Según la
parte del cuerpo afectada se denomina:
o Monoplejía/paresia. Cuando la parálisis afecta a un solo miembro.
o Hemiplejía/paresia. Cuando la parálisis afecta a un lado del cuerpo.
o Paraplejía/paresia. Cuando la parálisis afecta a las dos piernas.
o Tetraplejia/paresia. Cuando la parálisis afecta a los cuatro miembros.
▪ Dificultades en el control y la coordinación. Algunos de los síntomas más habituales
son el temblor, la espasticidad (exceso de tono muscular que causa movimientos
bruscos, rígidos y poco precisos), la atetosis (movimientos espasmódicos
incontrolados) o la ataxia (torpeza en la coordinación o precisión de los movimientos).
▪ Bradicinesia o ralentización del movimiento.
▪ Alteración de la postura o dificultad para mantener la estabilidad y la postura recta.
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CONTEXTO DE LA INTERVENCIÓN SOCIAL

c) Diversidad funcional intelectual


El cociente intelectual ha sido la medida, obtenida a partir de un test de evaluación
psicológica, que se ha utilizado tradicionalmente para evaluar el nivel de las funciones
intelectuales de las personas. Si esta medida era inferior a un límite establecido se decía que la
persona tenía «retraso mental». Con los años, por suerte, tanto la terminología como la
caracterización de las personas con diversidad funcional cognitiva se ha ido actualizando a
concepciones mucho más respetuosas. En este sentido la AAIDD (American Association on
Intellectual and Developmental Disabilities) ha establecido, en el año 2010, la definición más
extendida y aceptada respecto a la discapacidad intelectual y las características que presentan
las personas que forman este colectivo. Las personas con diversidad funcional intelectual o
cognitiva presentan limitaciones significativas en el funcionamiento intelectual y en la
conducta adaptativa, las cuales se originan antes de los 18 años.
Si nos fijamos en esta definición inferimos que la consideración de diversidad funcional
intelectual se deriva de dos variables:
▪ El funcionamiento intelectual. Se refiere a la capacidad intelectual o inteligencia
medida a través del cociente intelectual (CI). Las personas con limitaciones en el
funcionamiento intelectual tendrán mayores dificultades para aprender, comprender y
solucionar problemas.
▪ La conducta adaptativa. Se integran en este concepto el conjunto de habilidades
conceptuales (lenguaje, numéricas, etc.), sociales (de relación e interacción social) y
prácticas (relacionadas con el cuidado personal, el funcionamiento cotidiano o las
competencias sociolaborales), aprendidas por las personas, para funcionar en su vida
diaria. Las limitaciones en la conducta adaptativa afectan tanto a la capacidad de
desenvolverse en la vida diaria como a la habilidad para responder a los cambios o
demandas ambientales.
Además de estas dos dimensiones, la diversidad funcional se expresa cuando una
persona con limitaciones significativas interactúa con el entorno, por lo que depende tanto de
factores asociados a la propia persona (especialmente la salud física y psicosocial) como de
factores contextuales (vivienda, familia, trabajo, comunidad, etc.). Según sea un entorno más o
menos facilitador, estas limitaciones se manifestarán de manera diferente.
La discapacidad intelectual no es una enfermedad, sino una condición derivada de
la adquisición lenta e incompleta de las habilidades cognitivas durante el desarrollo, lo cual no
tiene una única causa ni responde a situaciones perfectamente delimitadas. Sin embargo, hay
muchos síndromes reconocidos que pueden cursar con las manifestaciones que caracterizan
esta discapacidad. Es lo que sucede en el más característico, que es el síndrome de Down,
pero también puede presentarse en algunas modalidades de autismo o en trastornos generales
del desarrollo como la parálisis cerebral.
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CONTEXTO DE LA INTERVENCIÓN SOCIAL

En muchos casos, las personas con diversidad funcional cognitiva llevan asociados
ciertos problemas de salud como cardiopatías congénitas, problemas auditivos o visuales,
alteraciones neurológicas, etc.

3: Necesidades y apoyos
Las intervenciones terapéuticas y sociales dirigidas a las personas con diversidad
funcional deben centrar sus esfuerzos en la consecución de la máxima calidad de vida
para estas personas. Para conseguirla habría que asegurar su máxima autonomía,
haciendo posible su implicación activa en la sociedad.
Para atender adecuadamente a las personas con diversidad funcional y elaborar
proyectos destinados a alcanzar estos objetivos es necesario conocer, con la mayor precisión
posible, sus necesidades. Si bien es un colectivo muy heterogéneo, podemos agrupar dichas
necesidades en cuatro grupos: de autonomía, de comunicación, socioafectivas y de
integración educativa y sociolaboral.
Para atender estas necesidades se dispone de apoyos. Llamamos genéricamente de
esta manera a los recursos (técnicas, estrategias, productos de apoyo, materiales o ayuda
personal) que ayudan a mejorar la funcionalidad de las personas con diversidad funcional.
Según la intensidad requerida, los apoyos se graduarán en los siguientes niveles:
▪ Intermitente. Se ofrece el apoyo, ocasionalmente, solo cuando es necesario.
▪ Limitado. Se aplica de manera continua, pero durante un tiempo limitado.
▪ Extenso. Supone la necesidad de apoyo de forma regular o continua en algunos
ámbitos y entornos.
▪ Generalizado. Se produce cuando la necesidad de apoyo es constante y de alta
intensidad.

a) Atención a las necesidades de autonomía


Las personas con limitaciones en su movilidad suelen presentar problemas en su
autonomía para la realización de las actividades de la vida diaria o en su movilidad y
orientación. Estas necesidades serán diferentes según la función afectada:
▪ Las personas con limitaciones visuales. La falta de visión que impide la percepción
del espacio y la orientación afecta a la realización de la práctica totalidad de las
actividades de la vida diaria y también a la deambulación. Sin embargo, mediante
entrenamiento especializado, un entorno accesible y el uso de productos de apoyo, la
mayoría de las personas con problemas visuales severos se desenvuelven con soltura
y seguridad al llevar a cabo estas actividades.
▪ Las personas con limitaciones auditivas. Si bien estas personas no presentan
demasiados problemas en su autonomía, es de gran ayuda la adaptación de un
entorno más accesible, por ejemplo, acompañando o sustituyendo mensajes sonoros
por otros visuales (timbres, megafonías, subtítulos, etc.).
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▪ Las personas con limitaciones en la movilidad. Suelen presentar problemas para


desplazarse o para manipular objetos, lo cual limita su funcionamiento autónomo. La
infinidad de productos de apoyo existentes (sillas de ruedas, ayudas para la higiene,
para la comida o para prepararla, para facilitar las tareas domiciliarias, etc.), la
existencia de servicios de ayuda domiciliaria y el desarrollo de la figura del asistente
personal facilitan la realización autónoma de muchas actividades.
▪ Las personas con limitaciones cognitivas. Estas personas suelen presentar
dificultades para la orientación y el aprendizaje de habilidades básicas (conducta
adaptativa). La posibilidad de desenvolverse autónomamente dependerá de la
capacidad de la propia persona, pero también de la existencia de un apoyo familiar y
social motivador que estimule la exigencia en el entrenamiento de estas habilidades y
un entorno lo más accesible posible.
Para atender estas necesidades resultan especialmente útiles los recursos de
alojamiento alternativos como las viviendas tuteladas. Un entorno accesible (tanto urbano,
como en el domicilio, en el transporte o en los puestos de trabajo), la existencia de productos
de apoyo o las ayudas personales son los apoyos que, adaptados a las necesidades de cada
persona, contribuyen a satisfacer las necesidades de autonomía de las personas con
diversidad funcional.

b) Atención a las necesidades en la comunicación


Muchas personas con diversidad funcional presentan problemas en la comunicación a
consecuencia de limitaciones orgánicas o funcionales.
▪ Las personas con limitaciones visuales. La falta de visión no suele ser un problema
significativo para el aprendizaje y la expresión del lenguaje verbal (aunque estas
personas tienen algunas dificultades derivadas de la falta de aprendizajes por imitación
y de la inexpresividad facial. Sin embargo, para la expresión escrita precisarán
sistemas aumentativos (lupas o telescopios) o alternativos (braille) de comunicación.
▪ Las personas con limitaciones auditivas presentan dificultades para la
comunicación hablada, además, la audición es la vía de adquisición del lenguaje y este
es imprescindible en la configuración de nuestro pensamiento.
La lengua de signos es la lengua de la comunidad sorda y configura un sistema de
lenguaje con su propia gramática, con lo cual, además de medio de comunicación, es el
sistema que este colectivo utiliza para organizar su pensamiento y expresarse.
La otra alternativa incluye un amplio grupo de modalidades oralistas que persigue
restituir la competencia en el lenguaje oral, aunque acompañado del lenguaje signado.
▪ Las personas con limitaciones en la movilidad. Si bien muchas de estas personas
no muestran especiales dificultades en su comunicación, pueden tener una articulación
lingüística deficiente por afectación de los órganos que participan en el lenguaje y la
fonación (disartrias, disglosias, etc.) y de la escritura (afectación en la movilidad de los
miembros superiores). Estas dificultades suelen tratarse con programas logopédicos de
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reeducación o estimulación del habla, o mediante la implantación de sistemas


alternativos de comunicación a través de comunicadores o plafones de comunicación.
▪ Las personas con limitaciones cognitivas. Muchas de estas personas presentan
problemas en la comunicación asociados a las dificultades en el aprendizaje del
lenguaje (atención, memoria, etc.), tanto en su vertiente comprensiva como en la
expresiva. Las limitaciones estarán muy condicionadas por el grado de afectación. La
intervención en el lenguaje se centrará en estimular la funcionalidad de las habilidades
que pueda desarrollar a todos los niveles. Si con esto no es suficiente, se planteará la
implantación de sistemas alternativos de comunicación.
En definitiva, para maximizar la funcionalidad comunicativa de estas personas las
estrategias más decisivas pasan por la intervención específica en estimulación o
rehabilitación del habla, o por la implementación de sistemas aumentativos o
alternativos de comunicación.

c) Atención a las necesidades socioafectivas


A lo largo de su desarrollo, las personas van adquiriendo las habilidades necesarias
para establecer relaciones con su entorno, y estas experiencias sociales son la base de sus
actitudes en la interacción con los demás.
En muchos casos, las personas con diversidad funcional suelen presentar experiencias
limitadas perdiendo la oportunidad de adquirir estos aprendizajes y experiencias de manera
natural, siendo esto un handicap para su desarrollo socioafectivo y emocional.
Además, las necesidades socioafectivas de las personas con diversidad funcional
tradicionalmente han sido desatendidas e incluso menospreciadas por la aceptación de ciertos
mitos tan infundados como que son personas que ya disponen de mucho cariño en su hogar,
que no pueden vivir con normalidad en la sociedad pues requieren una protección especial al
igual que los niños, que son personas asexuadas dando por asumida la idea de que no tienen
necesidades sexuales, que no son atractivas para nadie, etc.
Muchas de estas ideas tienen arraigo en una tradición con un fuerte componente moral
en cuanto a las relaciones y la sexualidad, y las refuerza una falta de habilidades por parte del
entorno familiar, incluso también del profesional, para dar una respuesta adecuada a las
necesidades que estas personas plantean.
Es importante darse cuenta de esta situación y facilitar a estas personas los
entornos más normalizados posibles para que desarrollen sus propias experiencias
socioafectivas y así puedan establecer contactos de manera natural con personas del mismo o
distinto sexo, facilitar que adquieran una imagen adecuada de sí mismas sin prejuicios y, por
supuesto, educarlas y orientarlas sobre los recursos necesarios para disfrutar de una
sexualidad satisfactoria.
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d) Atención a las necesidades educativas y sociolaborales


Otro grupo de necesidades que presentan las personas con diversidad funcional tiene
relación con los procesos de integración educativa e inserción profesional.

Necesidades de integración educativa


En cuanto a la intervención educativa, presentan necesidades de detección temprana
de la existencia de necesidades educativas especiales y elaboración de un diagnóstico.
Siempre que sea posible se dará prioridad a la escolarización, en las modalidades
que se estime más adecuadas, en la escuela ordinaria proporcionando los apoyos necesarios
o realizando las adaptaciones curriculares pertinentes, de esta manera, en su proceso
educativo y socializador tendrán oportunidad de vivir experiencias los más normalizadas
posible.

Si se considera que sus necesidades educativas no pueden ser atendidas con la


especificidad que requieren en un entorno normalizado, se procederá a su escolarización en
centros de educación especial, donde se incidirá de manera más especializada para que
adquieran las competencias básicas que les aporten la mayor autonomía posible y favorezcan
su incorporación a la vida adulta.

Necesidades de inserción sociolaboral


La integración en la sociedad tiene su máxima expresión en la inserción sociolaboral.
Acceder a un trabajo supone ocupar productivamente una gran parte de las horas de día,
ampliar la red social al integrarse en el grupo de trabajo, establecer experiencias y relaciones
normalizadas y, si el trabajo es productivo, adquirir cierta independencia económica.
Por lo tanto es importante no escatimar esfuerzos en la orientación, la formación en
habilidades sociolaborales, el apoyo a la contratación y el seguimiento para garantizar su
continuidad, pues tendrán efectos decisivos en la integración y la calidad de vida de la persona
usuaria.

4. Políticas y recursos de atención a la diversidad funcional


La manera de atender a la población con diversidad funcional se deriva de los modelos
que predominan en la intervención y estos emanan, en esencia, de la consideración que la
sociedad tiene de las personas que forman este colectivo. En la actualidad en nuestro país
conviven tres modelos:
• El modelo médico o rehabilitador, que tiene como finalidad curar o rehabilitar
a las personas para poder integrarlas en la sociedad.
• El modelo integrador, entiende la diversidad como una desventaja, por lo que
promueve los apoyos técnicos, humanos, arquitectónicos, etc. necesarios para
incorporar a las personas con diversidad funcional a la sociedad.
COLECTIVOS CON LOS QUE VOY A TRABAJAR/I 14
CONTEXTO DE LA INTERVENCIÓN SOCIAL

• El modelo inclusivo o de vida independiente. Considera que la diversidad


humana no requiere un trato diferencial. La sociedad debe facilitar los
mecanismos que permitan a todas las personas vivir con dignidad y autonomía,
independientemente de su diversidad funcional.
Partiendo de estos modelos podremos abordar con mayor criterio el marco normativo,
político y de intervención destinado a este colectivo.

En España, la formulación del modelo inclusivo de atención a la diversidad funcional ha


sido reivindicada e impulsada por el Foro de Vida independiente.
Algunos de los principios del modelo inclusivo, que los integradores e integradoras
sociales deberían manejar en su práctica con las personas con diversidad funcional son:
• Erradicar la “capacidad” como indicador para el colectivo y sustituirlo por la
“dignidad”: mismo valor para las vidas y los mismos derechos.
• Reivindicar el valor de la diversidad humana y la participación.
• Propugnar un cambio de terminología sustituyendo “personas con
discapacidad” por “personas con diversidad funcional”.

a) Normativa en materia de diversidad funcional


La Constitución Española de 1978, en el artículo 49, menciona que los poderes
públicos realizarán una política de previsión, tratamiento, rehabilitación e integración de las
personas con diversidad funcional y garantizarán el disfrute de sus derechos como ciudadanos
y ciudadanas.
En el despliegue de estos principios, podemos distinguir dos momentos diferentes
respecto al enfoque de las leyes promulgadas.
• Una primera etapa (hasta finales de los años noventa) en que la atención
especializada se entiende como prestaciones económicas y servicios
destinados a la protección de estas personas, aunque esto suponga aislarlas
en ambientes segregados.
De esta etapa, en 1982, es la Ley de Integración Social de los Minusválidos
(LISMI) que regulaba los derechos y el sistema de prestaciones de las
personas con diversidad funcional.
• Una segunda etapa (en los últimos años) en la que los servicios y las
prestaciones están destinados a promover la autonomía de la persona en
entornos normalizados. De este periodo destacamos las dos leyes vigentes:
o La Ley de 2006 de promoción de la autonomía y atención a las
personas en situación de dependencia.
o El Real Decreto Legislativo 1/2013, de 29 de noviembre, por el que se
aprueba el Texto Refundido de la Ley General de Derechos de las
Personas con Discapacidad y de su Inclusión Social.
COLECTIVOS CON LOS QUE VOY A TRABAJAR/I 15
CONTEXTO DE LA INTERVENCIÓN SOCIAL

La Ley de Dependencia
Esta ley entró en vigor el 1 de enero de 2007 y su desarrollo es competencia de las
comunidades autónomas, sin embargo, este desarrollo no ha sido completo debido a las
dificultades presupuestarias que ha habido para financiarla.
Mediante esta ley se crea el Sistema para la Autonomía y la Atención de la
Dependencia (SAAD) con la finalidad de garantizar la atención y la protección a todas las
personas que se encuentren en situación de dependencia. El SAAD se configura a través de la
red de servicios sociales.
La atención y la protección se articularán en diferentes niveles según el grado
reconocido de dependencia: gran dependencia, dependencia severa o dependencia moderada,
Este reconocimiento lo llevarán a cabo los Centros de Valoración y Orientación (CVO) que
establecerá cada comunidad autónoma.
En función del grado de dependencia reconocido y de las atenciones que la persona
requiere, se hará acreedora de las prestaciones (de servicio o económicas) correspondientes.

El Real Decreto Legislativo 1/2013


Este Real decreto reconoce a las personas con diversidad funcional como titulares de
una serie de derechos y a los poderes públicos como los garantes de su ejercicio, de acuerdo
con lo previsto en la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con
Discapacidad (que fue aprobada en 2006 y a la que el Estado Español se adhirió en el año
2008).
Asimismo establece los mecanismos que garantizan las condiciones básicas de las
personas con diversidad funcional en materia de igualdad de oportunidades, no discriminación,
accesibilidad universal y vida independiente.
La protección de estas personas se extiende a todos los ámbitos, desde la protección
de la salud hasta la atención integral -incluyendo educación y empleo-, la protección social, la
vida independiente y la participación en asuntos públicos. También se refiere específicamente
a la protección de niñas, niños y mujeres.
Respecto del derecho a la educación, se asegura un sistema educativo inclusivo,
prestando atención a la diversidad de necesidades educativas del alumnado con discapacidad,
mediante la regulación de los apoyos y ajustes correspondientes.

La normativa autonómica
Todos los estatutos de autonomía contienen referencias a la autonomía y a las
situaciones de dependencia, así como a los servicios sociales. La mayoría de ellos establecen
y regulan los derechos de las personas en situación de dependencia y el derecho de acceso a
los servicios sociales.
COLECTIVOS CON LOS QUE VOY A TRABAJAR/I 16
CONTEXTO DE LA INTERVENCIÓN SOCIAL

El artículo 10 del Estatut d’Autonomia de la Comunitat Valenciana hace referencia a


que la Generalitat defenderá los derechos sociales de los valencianos y las valencianas. Más
adelante especifica los diferentes ámbitos en los que ha de intervenir la Generalitat entre los
que destaca:
(…) de les persones amb discapacitat i les seues famílies a la igualtat
d’oportunitats, a la integració i a l’accessibilitat universal en qualsevol àmbit de la vida
pública, social, educativa o económica.
El artículo 13 está dedicado íntegramente a la atención de las personas con diversidad
funcional, garantizando su atención.
Article 13
1. La Generalitat, segons la Carta de Drets Socials, garantirà en tot cas a tota
persona afectada de discapacitat, el dret a les prestacions publiques necessàries per a
assegurar la seua autonomia personal, la seua integració socioprofessional i la seua
participació en la vida social de la comunitat.
2. La Generalitat procurarà a les persones afectades de discapacitat la seua
integració per mitjà d’una política d’igualtat d’oportunitats, mitjançant mesures d’acció
positiva, i garantirà l’accessibilitat espacial de les instal·lacions, edificis i servicis públics.
3. Les famílies que incloguen persones majors o menors dependents, o en les
quals algun dels seus membres estiga afectat per discapacitat que exigisca atencions
especials tenen dret a una ajuda de La Generalitat, en la forma que determine la Llei.
4. La Generalitat garantirà l’ús de la llengua de signes pròpia de les persones
sordes, que haurà de ser objecte d’ensenyament, protecció i respecte.

Todas las nuevas leyes de servicios sociales aprobadas en algunas autonomías


incorporan los aspectos relacionados con la promoción de la autonomía y atención a las
situaciones de dependencia y se observa una progresiva integración de conceptos, principios,
servicios y prestaciones de la Ley de Dependencia a estas leyes. Por desgracia, en el caso de
la Comunitat Valenciana, la Ley de servicios sociales en vigencia es del año 1997 (la Ley
5/1997), quedando algo desfasada en algunos aspectos.
En todo caso, la normativa autonómica de servicios sociales atribuye competencias y
responsabilidades a los gobiernos locales, especialmente relativas al nivel primario
(prevención, información, orientación, seguimiento, elaboración de los programas individuales,
etc.) y a los servicios de proximidad (atención domiciliaria, teleasistencia, centros de día, etc.),
que son claves para la eficaz aplicación de la Ley de Dependencia.

b) Servicios de atención al colectivo


Los servicios, recursos y programas destinados a personas con diversidad funcional
podemos agruparlos en diferentes áreas.

Prestaciones para personas con discapacidad


Existen dos tipos de prestaciones específicas para las personas con diversidad
funcional:
COLECTIVOS CON LOS QUE VOY A TRABAJAR/I 17
CONTEXTO DE LA INTERVENCIÓN SOCIAL

• La Pensión no Contributiva de Invalidez. Asegura a todas las personas en


situación de invalidez y en estado de necesidad una prestación económica,
asistencia médico-farmacéutica gratuita y servicios sociales complementarios,
aunque no se haya cotizado o se haya hecho de forma insuficiente para tener
derecho a una pensión contributiva.
• Las prestaciones sociales y económicas para personas con discapacidad.
Son un sistema especial de prestaciones económicas (Subsidio de Movilidad y
Compensación por Gastos de Transporte) y técnicas (Asistencia Sanitaria y
Prestación Farmacéutica), destinadas a la protección de las personas con
discapacidad que por no desarrollar actividad laboral no están comprendidas
en el campo de aplicación de la Seguridad Social.
La gestión y reconocimiento del derecho a percibir estas gestiones corre por cuenta de
las comunidades autónomas.

Recursos de atención y residencia


En lo que concierne a servicios específicos de atención y residencia dirigidos a las
personas con discapacidad en situación de dependencia, los más habituales son estos:
• Centros de día. Ofrece una atención integral a las necesidades de
manutención, higiene y terapéuticas y, en muchos casos, disponen de servicio
de transporte adaptado. También disponen de otro tipo de recursos de
atención intermedia como estancias de día (no terapéuticos) o clubes que
aportan recursos de ocio: actividades ocupacionales, cafetería, etc.
• Atención residencial. Ofrece atención personal, social y sanitaria de manera
integral. Puede ser de carácter permanente o temporal, este último caso por
ejemplo cuando se trata de recursos de “respiro familiar”.
Se debe distinguir entre recursos residenciales que atienden a personas con
discapacidad psíquica o física. También hay que reconocer la particularidad de
las residencias que acogen a personas gravemente afectadas.
Otros recursos residenciales que se pueden contemplar son las viviendas
tuteladas o supervisadas.
Salud
La atención sanitaria se lleva a cabo a través de los recursos ordinarios del sistema de
salud. Sin embargo, podemos destacar la importancia de la prevención para evitar situaciones
de discapacidad. En este sentido podemos diferenciar entre prevención médica o general.
• La prevención médica se lleva a cabo a través del diagnóstico prenatal y
consejo genético, orientación y planificación familiar, atención al embarazo y
asistencia neonatal, cumplimiento del plan de vacunación, cumplimiento del
tratamiento farmacológico, adopción de buenos hábitos higiénicos, etc.
• Respecto a la prevención general, se contempla la intervención en la
prevención de riesgos laborales, la prevención de conductas de riesgo
COLECTIVOS CON LOS QUE VOY A TRABAJAR/I 18
CONTEXTO DE LA INTERVENCIÓN SOCIAL

(consumo de drogas, conducción temeraria, relaciones sexuales sin protección,


deportes de riesgo, etc.) y, en general, la adopción de un modo de vida
saludable.
No podemos olvidar la importancia de la rehabilitación de las personas con
discapacidad. Esta se lleva a cabo a través de equipamientos exclusivos o dentro de los
hospitales.

Educación
En esta área se toman como referencia los principios de normalización, igualdad de
oportunidades e inclusión dentro de los centros educativos ordinarios. La evaluación
psicopedagógica establece el tipo de atención y recurso educativo adecuado, pudiendo ser
este el centro ordinario, con o sin aula de educación especial, o un centro de educación
especial, donde la edad límite de escolarización son los 21 años.
Respecto a la formación profesional, se reservan unas plazas dentro de este tipo de
enseñanza reglada. No es así para aquellos alumnos que han estado escolarizados en centros
de educación especial, que en su caso accederán a programas de preparación para la vida
adulta.

Recursos de integración sociolaboral


El objetivo principal de intervención en materia de empleo es la integración de las
personas con diversidad funcional al sistema ordinario de trabajo o, si no es posible, su
incorporación al sistema productivo mediante fórmulas de empleo protegido:
• La normativa española establece una cuota de reserva de puestos de trabajo
para personas con discapacidad: un 2% para las empresas de más de
cincuenta trabajadores y un 5% en el caso de la Administración. También se
otorgan incentivos económicos a la contratación en forma de subvenciones
o beneficios fiscales para las empresas que contratan a personas con
discapacidad.
• El sistema de empleo con apoyo, que garantiza un acompañamiento
individualizado y orientación en el puesto de trabajo, en empresas
normalizadas del mercado ordinario de trabajo.
• El empleo protegido. Tiene como finalidad el ejercicio de una actividad laboral
pero fuera del mercado ordinario de trabajo. Se desarrolla a través de:
o Los centros especiales de empleo. Están formados por una plantilla
con un mínimo del 70% de las personas con discapacidad, en estos
centros trabajan cotizando a la Seguridad Social y lo hacen en puestos
adaptados a sus capacidades. En ocasiones trabajadores o
trabajadoras de estos centros podrán ser trasladados temporalmente a
una empresa de trabajo ordinario para realizar actividades productivas.
COLECTIVOS CON LOS QUE VOY A TRABAJAR/I 19
CONTEXTO DE LA INTERVENCIÓN SOCIAL

Esta fórmula denominada enclaves laborales tiene como finalidad la


transición hacia el empleo ordinario.
o Los centros ocupacionales. Están dirigidos a personas cuya
diversidad funcional no les permite incorporarse a una empresa ni a un
centro especial de empleo.

Recursos de accesibilidad
La accesibilidad universal en el entorno y en la vida cotidiana es una aspiración de la
legislación y la planificación estratégica en los últimos años, con el objetivo de consolidar el
paradigma de Diseño para Todos que garantice los mismos niveles de igualdad de
oportunidades a toda la ciudadanía. Algunos recursos orientados a esta finalidad son los
siguientes:
• El Centro de Referencia Estatal de Autonomía Personal y Ayudas
Técnicas (CEAPAT). Está orientado a facilitar los derechos de las personas
con diversidad funcional a través de la accesibilidad integral, los productos y
tecnologías de apoyo y el diseño que tiene en cuenta a todas las personas.
• El Centro de Intermediación Telefónica. Es un servicio que facilita la
comunicación telefónica, o por otras vías, a las personas con discapacidad
auditiva o problemas en la fonación.
• El Centro Español de Subtitulado y Auto- descripción (CESyA).
• El Centro de Normalización Lingüística de la Lengua de Signos Española.

La asistencia personal
La Orden ASC/471/2010, de 28 de septiembre, regula la profesión del asistente
personal, ya sea en modalidad de prestación de ayuda económica o de servicio:
• Prestación económica. Solo está prevista para las personas en situación de
gran dependencia (grado III). Consiste en contribuir al coste de la contratación
de un servicio de asistencia personal, ya sea directamente o mediante una
entidad acreditada.
• Prestación de servicio. Destinado a personas en situación de dependencia
severa (grado II) y moderada (grado I). Consiste en el servicio del apoyo
necesario a la persona con dependencia, mediante un asistente personal
enviado por una entidad acreditada.
La asistencia personal se lleva a cabo por un número de horas específico
según el grado de dependencia. Tiene dos modalidades y se determina de
acuerdo con el cumplimiento de los requisitos generales y específicos por parte
de las personas destinatarias:
• Asistencia personal de apoyo en el acompañamiento a actividades laborales,
ocupacionales o formativas, por ejemplo, en los desplazamientos a las
COLECTIVOS CON LOS QUE VOY A TRABAJAR/I 20
CONTEXTO DE LA INTERVENCIÓN SOCIAL

actividades de carácter laboral, ocupacional y/o formativo realizadas de forma


habitual y regular fuera del hogar.
• Asistencia personal de apoyo a la vida autónoma y de integración social y
comunitaria: tiene por objeto el apoyo en el desarrollo de actividades de la
vida diaria, tanto dentro como fuera del domicilio: atención a la salud, tareas
domésticas, acompañamiento, etc.

Está demostrada la eficacia de la asistencia personal, con reducción de costes


respecto a un centro residencial, además de la garantía de dignidad y vida independiente.
Lo que comenzó como programa piloto en 2006 entre la administración y las OVI, fue
evolucionando y, cinco años después, se impulsó un servicio piloto llamado “Para la autonomía
personal y la vida independiente”, que consiste en la implementación del servicio de asistencia
personal para las personas con diversidad funcional que no desean vivir en instituciones
residenciales ni depender de sus familias.

Las oficinas de vida independiente


La mayor reivindicación del colectivo es la vida independiente, entendida como el poder
de decisión de la persona sobre su propia existencia. De ahí que el recurso que contemplan
como más útil para lograr dicha vida independiente son las oficinas de vida independiente.
Una oficina de vida independiente (OVI) es una organización sin ánimo de lucro en
forma de asociación o cooperativa, autogestionada, normalmente, por las propias personas con
diversidad funcional y que se inspira en la filosofía de vida independiente.
Los objetivos de las OVI son trabajar por los derechos del colectivo, promover políticas,
potenciar el empoderamiento y facilitar el acceso a diferentes recursos que posibiliten la
emancipación y permitan el empoderamiento de las personas con diversidad funcional.
A día de hoy existen OVI en todos los continentes y en diversas culturas. En España
existen tres, en Madrid, Barcelona y Galicia, aunque se espera que se pongan en marcha
algunas más en el País Vasco, Andalucía, Valencia y Zaragoza.
Los servicios y funciones que ofrecen las OVI existentes son:
• Asesoramiento en derechos y vida independiente.
• Asistencia personal autogestionada y gratuita: desde la OVI escogen, forman y
dirigen los asistentes personales que trabajarán para el colectivo, adaptando
los servicios a las necesidades vitales de cada persona.
• Servicios de apoyo a la gestión: orientación para elaborar o revisar los
proyectos individuales de vida independiente, gestiones laborales o
administrativas, gestión de la bolsa de asistentes personales, intermediación
con la administración, etc.
• Talleres de apoyo entre iguales: aparte de otros canales de apoyo a través de
internet por teléfono o presencialmente, se hacen reuniones para compartir
COLECTIVOS CON LOS QUE VOY A TRABAJAR/I 21
CONTEXTO DE LA INTERVENCIÓN SOCIAL

experiencias de autogestión y aprender de ellas, se imparte formación y se


crea conciencia colectiva sobre los derechos.
La finalidad última de estas oficinas es ayudar a las personas con diversidad funcional
a alcanzar una vida independiente.

Organizaciones y entidades
Existe una gran cantidad de entidades, confederaciones, asociaciones y
organizaciones relacionadas con la intervención y defensa de los derechos de las personas con
diversidad funcional. Algunas de las más conocidas de ámbito estatal son las siguientes:
El Imserso (instituto de Mayores y Servicios sociales) es un organismo estatal,
dependiente del Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales, para la gestión de programas y
prestaciones para las personas mayores y en situación de dependencia.
(http://www.imserso.es/)
La ONCE (Organización Nacional de Ciegos de España) y la Fundación ONCE.
Destinada a la cooperación y a la inclusión social de las personas con discapacidad,
especialmente de tipo visual. (http://www.fundaciononce.es/)
Aspace. Es una confederación de asociaciones de parálisis cerebral que agrupa a las
principales entidades de atención a la parálisis cerebral de toda España, un total de setenta
con 230 centros de atención directa. (http://twww.aspace.org)
CNS (Confederación Estatal de Personas Sordas). Realiza una labor de reivindicación
e incidencia política para lograr la plena ciudadanía de las personas sordas. También presta
programas y servicios a las personas sordas a través de diversas asociaciones.
(http://www.cnse.es)
Cocemfe (Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica).
Se constituye en 1980 con el objetivo de aglutinar, fortalecer, formar y coordinar los esfuerzos y
actividades de las entidades que trabajan a favor de las personas con discapacidad física.
(http://www.cocemfe.es)
FEAPS (Confederación Española de Organizaciones a favor de las Personas con
Discapacidad Intelectual). Su intervención busca que cada persona con discapacidad
intelectual o del desarrollo y su familia puedan desarrollar su proyecto de calidad de vida y
promover su inclusión como ciudadana de pleno derecho, (http://www.feaps.org/)
Instituto Guttmann. Es un hospital de referencia para el tratamiento medicoquirúrgico
y la rehabilitación integral de las personas con lesión medular, daño cerebral adquirido u otra
discapacidad de origen neurológico. (http://www.guttmann.com)

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