SENTENCIA

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JURISPRUDENCIA

Roj: STSJ CL 3235/2023 - ECLI:ES:TSJCL:2023:3235


Id Cendoj: 47186330022023100159
Órgano: Tribunal Superior de Justicia. Sala de lo Contencioso
Sede: Valladolid
Sección: 2
Fecha: 28/07/2023
Nº de Recurso: 522/2022
Nº de Resolución: 908/2023
Procedimiento: Recurso de apelación
Ponente: ADRIANA CID PERRINO
Tipo de Resolución: Sentencia

TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE CASTILLA Y LEÓN


Sala de lo Contencioso-administrativo de
VALLADOLID
Sección Segunda
SENTENCIA: 00908/2023
N56820 - JVA
N.I.G: 47186 45 3 2022 0000436
Procedimiento: AP RECURSO DE APELACION 0000522 /2022
Sobre: EXTRANJERIA
De D. Gustavo
Representación: D.ª TATIANA GONZALEZ RIOCEREZO
Contra SUBDELEGACION ADMINISTRACIÓN GENERAL DEL ESTADO
(SUBDELEGACIÓN DEL GOBIERNO EN VALLADOLID)
ABOGADO DEL ESTADO
SENTENCIA N.º 908
ILMOS SRES.
PRESIDENTE DE LA SECCIÓN:
DON JAVIER ORAÁ GONZÁLEZ
MAGISTRADOS:
DOÑA ADRIANA CID PERRINO
DOÑA MARÍA LUACES DÍAZ DE NORIEGA
En Valladolid, a veintiocho de julio de dos mil veintitrés.
Visto por la Sala de lo Contencioso-administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León con sede
en Valladolid el presente recurso de apelación, seguido con el n.º 522/2022, interpuesto contra:
La sentencia de 11 de julio de 2022 del Juzgado de lo Contencioso-administrativo Número Uno de Valladolid,
dictada en el P.A. número 97/2022.
Son partes:

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JURISPRUDENCIA

Como apelante D. Gustavo que ha comparecido ante esta Sala representado por la Procuradora Sra. González
Riocerezo, bajo la dirección del Letrado Sr. Herrero Antón.
Como apelada LA ADMINISTRACIÓN GENERAL DEL ESTADO, representada y defendida por la Abogacía del
Estado.

ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.-Por el Juzgado de lo Contencioso-administrativo Número Uno de Valladolid se dictó sentencia, en
el recurso antes indicado, cuya parte dispositiva es del tenor literal siguiente:
"Que desestimando el recurso interpuesto por el Letrado/a D. Santiago Herrero Antón, en nombre y
representación de D. Gustavo , contra la resolución de la Subdelegación del Gobierno en Valladolid de 19 de
abril de 2022 por la que se ordena la expulsión del recurrente del territorio nacional español con prohibición
de entrada por un plazo de cinco años, como responsable de una conducta contraria al orden público y a la
seguridad pública que constituye una amenaza real, actual y suficientemente grave que afecta a la convivencia
social, según lo dispuesto en el artículo 15 del Real Decreto 240/2007, de 16 de febrero, DECLARO la resolución
recurrida ajustada a derecho.
Procede la expresa condena en costas de la parte recurrente con el límite de 1.200 € por todos los concepto,
incluido el IVA".
SEGUNDO.- Contra la citada sentencia se ha interpuesto por la representación procesal de D. Gustavo recurso
de apelación del que, una vez admitido, se dio traslado a la parte contraria que presentó escrito de oposición
al mismo.
TERCERO.- Elevados los autos y el expediente administrativo a la Sala, se acordó la formación y registro del
presente recurso de apelación. Declarada conclusa la presente apelación se señaló para votación y fallo el día
20 de junio pasado.
Ha sido ponente la Ilma. Sra. Magistrado D.ª Adriana Cid Perrino.

FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- Se recurre en apelación la sentencia del Juzgado de lo Contencioso-administrativo nº 1 de
Valladolid de fecha 11 de julio de 2022, dictada en el P.A. número 97/2022, por la que se desestima el recurso
contencioso-administrativo interpuesto por la representación procesal de D. Gustavo , nacional de Rumanía,
contra la resolución de la Subdelegación del Gobierno en Valladolid de fecha de 19 de abril de 2022 dictada en
el expediente n° NUM000 , que ordenó su expulsión del territorio nacional español con prohibición de entrada
por un periodo de "cinco años", como responsable de una conducta contraria al orden público y la seguridad
pública que constituye una amenaza real, actual y suficientemente grave que afecta a la convivencia social,
según lo dispuesto en el artículo 15 del Real Decreto 240/2007, de 16 de febrero, sobre entrada, libre circulación
y residencia en España de ciudadanos de los Estados miembros de la Unión Europea y de otros Estados parte
en el Acuerdo sobre el Espacio Económico Europeo,
La citada sentencia, mencionando la doctrina respecto del citado artículo 15 y valorando la conducta personal
del ahora apelante, en concreto los antecedentes obrantes en los archivos policiales y las condenas penales
correspondientes a cinco ejecutorias, considera ajustada a derecho la resolución impugnada.
En el recurso de apelación interpuesto se pretende que se revoque dicha sentencia y se deje sin efecto
la resolución de expulsión con prohibición de entrada por el periodo indicado, invocando para ello que la
sentencia de instancia ha incurrido en error tanto al valorar la prueba como en la aplicación del artículo 15
citado, dado que en el apelante concurre la circunstancia de arraigo y no cabe apreciar que de su conducta se
deriven razones de imperiosa seguridad pública como para acordar su expulsión ya que las condenas penales
a que se refieren en los antecedentes han sido cumplidas y las detenciones a las que se alude en la resolución
administrativa no han derivado en condenas penales efectivas. Entiende por ello que cabe apreciar falta de
proporcionalidad en la medida acordada y que en su caso el periodo de prohibición de entrada no podría
exceder de seis meses
La Abogacía del Estado, en la representación de la Administración General del Estado que legalmente ostenta,
se opone a la apelación y mantiene la conformidad a derecho de la sentencia de instancia.
SEGUNDO.- Tanto la resolución administrativa originariamente impugnada que acuerda la adopción de la
medida de expulsión del ahora apelante con prohibición de entrada en territorio español por un periodo
de cinco años, como la sentencia objeto de esta apelación que, desestimando el recurso contencioso

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administrativo contra aquella interpuesto, la considera ajustada a derecho, tienen su fundamento en la


aplicación del artículo 15.1 del Real Decreto 240/2007, de 16 de febrero, al constar que el tiempo de residencia
del apelante desde el 3 de mayo de 2016 lo es amparado en una tarjeta de Residencia Temporal de familiar
Comunitario.
El citado artículo establece los siguiente: " 1. Cuando así lo impongan razones de orden público, de seguridad
pública o de salud pública, se podrá adoptar alguna de las medidas siguientes en relación con los ciudadanos
de un Estado miembro de la Unión Europea o de otro Estado parte en el Acuerdo sobre el Espacio Económico
Europeo, o con los miembros de su familia:
a) Impedir la entrada en España, aunque los interesados presenten la documentación prevista en el art. 4 del
presente real decreto.
b) Denegar la inscripción en el Registro Central de Extranjeros, o la expedición o renovación de las tarjetas de
residencia previstas en el presente real decreto.
c) Ordenar la expulsión o devolución del territorio español.
Únicamente podrá adoptarse una decisión de expulsión respecto a ciudadanos de un Estado miembro de la Unión
Europea o de otro Estado parte en el Acuerdo sobre el Espacio Económico Europeo, o a miembros de su familia,
con independencia de su nacionalidad, que hayan adquirido el derecho de residencia permanente en España, si
existen motivos graves de orden público o seguridad pública. Asimismo, antes de adoptarse una decisión en ese
sentido, se tendrán en cuenta la duración de la residencia e integración social y cultural del interesado en España,
su edad, estado de salud, situación familiar y económica, y la importancia de los vínculos con su país de origen".
En el artículo 28 de la DIRECTIVA 2004/38/CE DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO de 29 de abril
de 2004 relativa al derecho de los ciudadanos de la Unión y de los miembros de sus familias a circular y
residir libremente en el territorio de los Estados miembros por la que se modifica el Reglamento (CEE) Nº
1612/68 y se derogan las Directivas 64/221/CEE, 68/360/CEE, 72/194/CEE, 73/148/CEE, 75/34/CEE, 75/35/
CEE, 90/364/CEE, 90/365/CEE y 93/96/CEE, establece que: " 1. Antes de tomar una decisión de expulsión del
territorio por razones de orden público o seguridad pública, el Estado miembro de acogida deberá tener en cuenta,
en particular, la duración de la residencia del interesado en su territorio, su edad, estado de salud, situación
familiar y económica, su integración social y cultural en el Estado miembro de acogida y la importancia de los
vínculos con su país de origen.
2. El Estado miembro de acogida no podrá tomar una decisión de expulsión del territorio contra un ciudadano
de la UE o un miembro de su familia, independientemente de su nacionalidad, que haya adquirido un derecho de
residencia permanente en su territorio, excepto por motivos graves de orden público o seguridad pública.
3. No se podrá adoptar una decisión de expulsión contra un ciudadano de la Unión, excepto si la decisión se basa
en motivos imperiosos de seguridad pública tal que definidos por los Estados miembros, cuando éste:
a) haya residido en el Estado miembro de acogida durante los diez años anteriores, o
b) sea menor de edad, salvo si la expulsión es necesaria en interés del niño, tal como establece la Convención
de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, de 20 de noviembre de 1989"
De lo actuado en las presentes actuaciones resulta perfectamente evidenciado que al ahora apelante, además
de la detención por un presunto delito de atentado llevada a cabo en fecha 11 de diciembre de 2021, a partir de
la cual se incoa el expediente de expulsión que en definitiva constituye el objeto de esta apelación, consultadas
las Bases de datos de la Dirección General de la Policía, le constan un total de otras 13 detenciones, como de
manera detallada se recogen en la sentencia de instancia desde el año 2011 y hasta el momento de incoación
del procedimiento en el que se acuerda su expulsión del territorio español por diferentes presuntos delitos,
entre ellos por delitos de malos tratos, robos con fuerza, atentados, hurto, quebrantamiento, pasando por la
existencia de dos órdenes de alejamiento en el año 2021 con control específico por malos tratos acordadas
por el Juzgado de Instrucción nº 1 de Medina del Campo. Por otra parte, han resultado aportadas al expediente
administrativo copia de tres condenas penales: sentencia de fecha 23 de diciembre de 2020 dictada por el
Juzgado de lo Penal nº 3 de Valladolid por dos delitos de amenazas a la pena de seis meses de prisión por
cada uno de ellos, sentencia del Juzgado de lo Penal nº 1 de Valladolid por un delito de robo con fuerza a
la pena de seis meses de prisión y sentencia del Juzgado de lo Penal nº 11 de Sevilla por sendos delitos de
amenazas y de resistencia a la pena de un mes y de seis meses de multa respectivamente.
Al efecto de la posibilidad de adoptar la medida de expulsión a que hacen referencia los preceptos citados, el
Tribunal Supremo en su sentencia de 03-06-2019, rec. 6068/2018 , partiendo de la interpretación que del artículo
28 de esa Directiva se contiene en las sentencias de TJUE de 23 de noviembre de 2010, asunto C-145/09 ( 40
Del tenor literal del artículo 28 de la Directiva 2004/38 y de la estructura de esta disposición, recordados en los

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apartados 24 a 28 de la presente sentencia, resulta que, al someter toda medida de expulsión en las hipótesis a
que se refiere el artículo 28, apartado 3, de esta Directiva a la concurrencia de "motivos imperiosos" de seguridad
pública, concepto que es considerablemente más limitado que el de "motivos graves", en el sentido del apartado
2 de este artículo, el legislador de la Unión ha pretendido claramente circunscribir las medidas fundadas en
dicho apartado 3 a "circunstancias excepcionales", como se advierte en el vigesimocuarto considerando de dicha
Directiva.
41 Efectivamente, el concepto de "motivos imperiosos de seguridad pública" supone no sólo la existencia de
un ataque a la seguridad pública, sino, además, que tal ataque presente un nivel particularmente elevado de
gravedad, como lo refleja el uso de la expresión "motivos imperiosos".
42 En este contexto procede interpretar asimismo el concepto de "seguridad pública" que aparece en el artículo
28, apartado 3, de la Directiva 2004/38 .
43 En materia de seguridad pública, el Tribunal de Justicia ha declarado que ésta comprende tanto la seguridad
interior de un Estado miembro como su seguridad exterior (véanse, en particular, las sentencias de 26 de octubre
de 1999, Sirdar, C-273/97, Rec. p . I-7403, apartado 17; de 11 de enero de 2000, Kreil, C-285/98 , Rec. p. I-69,
apartado 17; de 13 de julio de 2000, Albore, C-423/98 , Rec. p. I-5965, apartado 18, y de 11 de marzo de 2003,
Dory, C-186/01 , Rec. p. I- 2479, apartado 32).
44 El Tribunal de Justicia ha declarado asimismo que el ataque al funcionamiento de las instituciones y de los
servicios públicos esenciales, así como la supervivencia de la población, además del riesgo de una perturbación
grave de las relaciones exteriores o de la coexistencia pacífica de los pueblos, o, incluso, el ataque a intereses
militares, pueden afectar a la seguridad pública (véanse, en particular, las sentencias de 10 de julio de 1984,
Campus Oil y otros, 72/83, Rec. p. 2727, apartados 34 y 35; de 17 de octubre de 1995, Werner, C-70/94 , Rec. p.
I-3189, apartado 27; Albore, antes citada, apartado 22, y de 25 de octubre de 2001, Comisión/Grecia, C-398/98
, Rec. p. I-7915, apartado 29).
48 Hay que añadir que el artículo 27, apartado 2, de la Directiva 2004/38 destaca que la conducta personal del
interesado debe constituir una amenaza real y actual que afecte a un interés fundamental de la sociedad o del
Estado miembro afectado, que la existencia de condenas penales anteriores no puede constituir por sí sola una
razón para adoptar medidas por razones de orden público o seguridad pública y que no pueden argumentarse
justificaciones que no tengan relación directa con el caso concreto o que se refieran a razones de prevención
general.
49 Por consiguiente, una medida de expulsión debe basarse en un examen individual de cada caso concreto
(véase, en particular, la sentencia Metock y otros, antes citada, apartado 74) y sólo puede estar justificada por
motivos imperiosos de seguridad pública, en el sentido del artículo 28, apartado 3, de la Directiva 2004/38 , si,
habida cuenta de la excepcional gravedad de la amenaza, tal medida es necesaria para proteger los intereses
que pretende garantizar, a condición de que este objetivo no pueda alcanzarse con medidas menos estrictas,
teniendo en cuenta la duración de la residencia del ciudadano de la Unión en el Estado miembro de acogida y, en
particular, las consecuencias negativas graves que una medida de ese tipo puede generar para los ciudadanos de
la Unión que están verdaderamente integrados en el Estado miembro de acogida.), así como en la sentencia del
TJUE de 22 de mayo de 2012, Asunto C-348/09 (que señala: "21 También es oportuno recordar que el Derecho
de la Unión no impone a los Estados miembros una escala uniforme de valores para la apreciación de aquellos
comportamientos que puedan considerarse contrarios a la seguridad pública (véase, por analogía, la sentencia
de 20 de noviembre de 2001, Jany y otros, C-268/99 , Rec. p. I-8615, apartado 60).
22 Según los términos del artículo 28, apartado 3, de la Directiva 2004/38, los motivos imperiosos de seguridad
pública serán "definidos por los Estados miembros".
23 Si bien, esencialmente, los Estados miembros disponen de libertad para definir, con arreglo a sus
necesidades nacionales, que pueden variar de un Estado miembro a otro y de una época a otra, las exigencias
de orden público y de seguridad pública, no obstante tales exigencias, en particular como justificación de
una excepción al principio fundamental de la libre circulación de las personas, deben interpretarse en sentido
estricto, de manera que su alcance no puede ser determinado unilateralmente por cada Estado miembro sin
control de las instituciones de la Unión Europea (véanse, en particular, las sentencias de 10 de julio de 2008,
Jipa, C-33/07, Rec. p . I-5157, apartado 23; de 17 de noviembre de 2011, Gaydarov, C-430/10, Rec. p. I-11637,
apartado 32, y Aladzhov, C-434/10, Rec. p. I-11659, apartado 34).
28 De esos factores se deduce que los Estados miembros están facultados para considerar que infracciones
penales como las mencionadas en el artículo 83 TFUE , apartado 1, párrafo segundo, constituyen un
menoscabo especialmente grave de un interés fundamental de la sociedad, capaz de representar una
amenaza directa para la tranquilidad y la seguridad física de la población, y que por consiguiente, cabe

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incluir en el concepto de "motivos imperiosos de seguridad pública" que pueden justificar una medida de
expulsión en virtud del artículo 28, apartado 3, de la Directiva 2004/38, siempre que la forma de comisión de
tales infracciones presente características especialmente graves, extremo que incumbe verificar al tribunal
remitente basándose en un examen individualizado del asunto del que conoce .) viene a establecer en su
Fundamento de derecho CUARTO: " Las declaraciones que se contienen en las referidas sentencias del TJUE
y que se han reproducido dan respuesta, cumpliendo con lo dispuesto en el art. 93.1 de la LJCA , a la genérica
cuestión planteada en el auto de admisión de este recurso de casación sobre la interpretación de la exigencia de
que existan "motivos imperiosos de seguridad pública", en sus distintas consideraciones e implicaciones, como
son, sintéticamente: el serio perjuicio que causa la expulsión a las personas afectadas; el grado de integración
en el Estado de acogida como base del alcance del régimen de protección frente a la expulsión; el refuerzo de
la protección en relación con los ciudadanos de la Unión que han residido en el Estado de acogida durante los
diez años anteriores; que el concepto "motivos imperiosos" es más limitado que el de "motivos graves" y referido
a circunstancias excepcionales; el concepto de "seguridad pública" comprensivo tanto de la seguridad interior
como exterior del Estado; que el Derecho de la Unión no impone a los Estados miembros una escala uniforme
de valores para apreciar los comportamientos contrarios a la seguridad pública; que los motivos imperiosos
de seguridad pública serán definidos por los Estados miembros; que los Estados miembros están facultados
para considerar que infracciones penales como las mencionadas en el art. 83 del TFUE , 1, párrafo segundo,
constituyen un menoscabo especialmente grave para el interés fundamental de la sociedad, que cabe incluir en
el concepto "motivos imperiosos de seguridad pública", cuya gravedad debe valorar el Tribunal nacional en el
examen individualizado; que la conducta del interesado debe constituir una amenaza real y actual que afecte a un
interés fundamental de la sociedad; que la medida de expulsión debe basarse en una examen individual de cada
caso concreto; que la pena impuesta constituye un factor más de los que han de tomarse en consideración en su
valoración por el Juez nacional, a cuyo efecto deben tenerse en cuenta los derechos fundamentales afectados;
y que corresponde al órgano jurisdiccional, teniendo en cuenta todos los datos señalados en la norma y doctrina
establecida, determinar si la conducta integra el concepto "motivos imperiosos de seguridad pública".
Y recoge en su Fundamento de derecho QUINTO, ya en relación al caso concreto lo siguiente : "La aplicación
de tales criterios interpretativos lleva a la desestimación del recurso, dado que, tanto la sentencia de instancia
como en la de apelación se acude a los mismos invocando las sentencias del TJUE, sin que frente a ello
puedan prosperar las alegaciones de la parte, que, citando las mismas sentencias antes examinadas, cuestiona
la interpretación legal y jurisprudencial efectuada. Así, en cuanto a la alegación de no haber tomado en
consideración sus circunstancias personales de arraigo, en la sentencia impugnada se valoran las mismas
y sus derechos en relación con los derechos constitucionalmente protegidos como la seguridad pública, la
defensa del orden y la prevención del delito, añadiendo que la expulsión no supone ningún sacrificio ilegítimo
ni desproporcionado al principio de protección a la familia, toda vez que se trata de delitos cometidos en el
ámbito familiar (Violencia doméstica y de género. Lesiones y maltrato familiar. Violencia doméstica y de género.
Lesiones y maltrato familiar y violencia en el ámbito familiar. Injurias o vejaciones). Por otra parte el recurrente
alega que en el ámbito comunitario está contemplada la delimitación de "motivos imperiosos de seguridad
pública" a través de los referidos en el art. 83, apartado 1 del párrafo segundo del TFUE , de lo que deduce la
infracción en la aplicación de la norma por la Sala de instancia, pero dicho planteamiento no se corresponde con
la interpretación que resulta de las sentencias del TJUE que antes hemos reproducido, en las que se indica que
los Estados miembros están facultados para considerar que infracciones penales como las mencionadas en el
art. 83 del TFUE , 1, párrafo segundo, constituyen un menoscabo especialmente grave para el interés fundamental
de la sociedad, que cabe incluir en el concepto "motivos imperiosos de seguridad pública", pero ello no significa
que este concepto se circunscriba a tales infracciones, por el contrario, en las mismas sentencias se indica que
el Derecho de la Unión no impone a los Estados miembros una escala uniforme de valores para apreciar los
comportamientos contrarios a la seguridad pública y que los motivos imperiosos de seguridad pública serán
definidos por los Estados miembros, con las condiciones que también se indican.
Finalmente, tampoco puede prosperar la alegación de la parte que minusvalora la entidad de las condenas
que le han sido impuestas, pues, como se recoge en las sentencias del TJUE, la pena impuesta constituye un
factor más de los que han de tomarse en consideración en su valoración por el Juez nacional, que es lo que
ha sucedido en este caso, en el que, tanto la Juez de instancia como la Sala de apelación, valoran el alcance
de los delitos cometidos, el bien jurídico lesionado que se recoge en las sentencias condenatorias y que es
objeto de especial protección por el ordenamiento jurídico español, mediante una legislación específica, en línea
con las actuaciones sobre la materia desarrolladas en el ámbito europeo, que se reflejan en el Convenio del
Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra la mujer y la violencia doméstica, hecho
en Estambul el 11 de mayo de 2011, ratificado por España, en cuyo art. 1 señala como objetivos, entre otros,
proteger a las mujeres contra todas las formas de violencia, y prevenir, perseguir y eliminar la violencia contra la
mujer y la violencia doméstica; contribuir a eliminar toda forma de discriminación contra la mujer y promover la
igualdad real entre mujeres y hombres, incluyendo el empoderamiento de las mujeres; o concebir un marco global,

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JURISPRUDENCIA

políticas y medidas de protección y asistencia a todas las víctimas de violencia contra la mujer y la violencia
doméstica. Añadiendo en art. 2 que el Convenio se aplicará a todas las formas de violencia contra la mujer,
incluida la violencia doméstica, que afecta a las mujeres de manera desproporcionada, incluyendo en el art. 3 las
correspondientes definiciones. La preocupación por la protección de estos bienes jurídicos en el ámbito europeo
se describe ampliamente en la resolución del Parlamento Europeo de 27 de octubre de 2017, sobre lucha sobre
el acoso y abusos sexuales en la Unión Europea, que recoge las distintas actuaciones llevadas a cabo y alienta
a continuar avanzando en las mismas"
En el presente supuesto, la valoración de la conducta personal del apelante que se ha evidenciado a través de
las detenciones y antecedentes penales que se han reflejado con anterioridad, coincidiendo con lo motivado en
la sentencia de instancia, en atención al alcance de los delitos por los que ha resultado condenado, los bienes
jurídicos lesionados que se recogen en las sentencias condenatorias y las fechas en las que ha resultado
condenado, constituyen un menoscabo para el interés fundamental de la sociedad, que cabe incluir en el
concepto "motivos imperiosos de seguridad pública", debiendo considerar suficientemente contrarios a la
seguridad pública y al orden público que como motivos de adopción de la medida de expulsión recoge el citado
artículo 15 del Real Decreto 240/2007, de 16 de febrero. Hay que señalar a este respecto que, en contra de lo
señalado en el escrito de formulación del recurso de apelación, la relación de antecedentes viene a evidenciar
que la conducta delictiva del apelante no se circunscribe a una serie de detenciones, sino que hasta el año 2021
las mismas han derivado al menos en tres sentencias penales condenatorias a las que hemos hecho referencia
expresa en esta sentencia. Y si bien es cierto que como también se señala en el escrito de formulación del
recurso de apelación el apelante ha estado residiendo en nuestro país un periodo importante de tiempo, señala
que es superior a quince años, sin embargo como ciudadano comunitario le consta su residencia desde el 3
de mayo de 2016 y por tanto por un plazo inferior a diez años aunque puede admitirse que ya desde el año
2008 le consta una autorización de residencia temporal y trabajo y por ello pueda llevar más de diez años en
España, el hecho que haya estado realizando actividad laboral durante el tiempo de residencia en nuestro país
no viene a restar importancia a la valoración desfavorable que merece la conducta delictiva descrita que ha
sido realizada por el mismo, a la que han de añadirse las dos órdenes de alejamiento con control específico por
malos tratos acordadas en el año 2021 por el Juzgado de Instrucción nº 1 de Medina del Campo. A los efectos
de poder apreciar los motivos imperiosos de seguridad a que hace mención el apartado 6º del artículo 15 del
citado, han de valorarse todas las circunstancias concurrentes en su conjunto y para ello no podemos dejar a
un lado el importante número de detenciones que ponen de manifiesto la alteración del orden y la seguridad
ciudadana y que junto a las condenas penales han de traducirse en la apreciación de la gravedad que el citado
precepto refiere.
Por otra parte, la valoración de las circunstancias personales alegadas por el propio apelante no puede ser
tenida en consideración a los efectos de enervación de la adopción de la medida de expulsión adoptada en
tanto que en momento alguno pone de manifiesto un arraigo familiar en nuestro país.
Ya por último, y a los efectos de la alegada falta de proporcionalidad respecto del tiempo de prohibición de
entrada fijado en la resolución administrativa y que mantiene la sentencia de instancia ahora objeto de la
presente apelación, la misma se impone en atención a la aplicabilidad del artículo 58 de la Ley Orgánica 4/2000,
de 11 de enero, sobre Derechos y Libertades de los Extranjeros en España y su Integración Social -LOEX-,
de conformidad con lo dispuesto en la Disposición Adicional Segunda del Real Decreto 240/2007, de 16 de
febrero, en tanto que allí se acuerda que la expulsión llevará consigo la prohibición de entrada en territorio
español cuya duración se determinará en atención a las circunstancias que concurran en cada caso y cuya
vigencia no excederá de 5 años, salvo la excepción contemplada en el artículo 58.3 de la LOEX. Y habiéndose
ya motivado la concurrencia de motivos imperiosos de seguridad pública, no resulta desproporcionado el plazo
de los cinco años que ha resultado acordado en el presente supuesto, cuyo mantenimiento no impide que si
se da el supuesto a que hace referencia el apartado 2º del citado artículo 15, pueda el interesado solicitar el
levantamiento de la prohibición de entrada que ha sido acordada.
TERCERO.- Procede, pues, la desestimación del recurso de apelación, con imposición de las costas de esta
instancia a la parte apelante, en aplicación del art. 139.2 de la Ley Jurisdiccional 29/1998.
CUARTO.- Contra esta sentencia puede interponerse el recurso de casación previsto en el artículo 86 de la Ley
Jurisdiccional 29/1998, en la redacción dada por la Ley Orgánica 7/2015, de 21 de julio.
Vistos los preceptos citados y demás de general y pertinente aplicación,

FALLAMOS

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JURISPRUDENCIA

Que debemos desestimar y desestimamos el presente recurso de apelación, registrado con el número
522/2022, interpuesto por la representación de D. Gustavo contra la sentencia de 11 de julio de 2022 del
Juzgado de lo Contencioso-administrativo Número Uno de Valladolid, dictada en el P.A. número 97/2022.
Y ello con imposición de las costas a la parte apelante.
Esta sentencia no es firme y contra ella cabe interponer recurso de casación si concurren los requisitos exigidos
en los artículos 86 y siguientes de la Ley Jurisdiccional 29/1998, de 13 de julio, en la redacción dada por la Ley
Orgánica 7/2015, de 21 de julio, que se preparará ante esta Sala en el plazo de treinta días, contados desde
el siguiente al de la notificación de esta resolución.
Así, por esta sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.

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