Resúmenes
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Muchos de los premios y castigos que parecieran dispensarse sobre la base del éxito o el fracaso
académico están estrechamente relacionados con el dominio del currículo oculto.
Para identificar con mayor claridad el currículo oculto podemos preparar una lista de
componentes:
Aprender a “vivir en multitudes”.
Aprender a utilizar o perder el tiempo.
Aprender a aceptar las evaluaciones de los demás.
Aprender a competir para agradar por medio de conductas adecuadas.
Tener la capacidad para renunciar a las recompensas que otorgan otras ventajas
personales.
Cada maestro debe pretender cosas que, no sólo sean satisfactorias para sus alumnos,
sino que también presenten los indicios suficientes como para que estos puedan darse
cuenta de lo que de ellos se espera.
Aprender a vivir en una sociedad jerárquica y a diferenciarse dentro de ese proceso.
Aprender, con los compañeros de estudios, las maneras de controlar la velocidad y el
progreso de lo que el maestro presenta en el currículo oficial.
Aprender a captar significados compartidos con la ayuda de determinadas abreviaturas o
un código de lenguaje.
El propósito subyacente del currículo oculto es, lo mismo que el del oficial, el aprendizaje de las
normas que tienen importancia en la sociedad:
Independencia.
Logros.
Universalismo.
Especificidad.
Debido a que el currículo oculto es una parte antigua y bien reconocida de la cultura de nuestra
sociedad, su aprendizaje puede seer anticipado por los niños aun antes de ingresar en la escuela.
Al llegar a la escuela, cualquier niño lleva consigo un conocimiento rudimentario de los roles que
de él se esperan.
El currículo oculto parece surgir de negociaciones entre quienes enseñan y quienes aprenden.
El currículo oculto no solamente facilita la producción de estrategias mutuamente acordadas,
sino que protege a maestros y alumnos contra las exigencias excesivas de los unos sobre los
otros.
Facilita y limita el currículo oficial estableciendo la dialéctica del aula.
Contamos, en realidad, con perspectivas del currículo total:
Oficial: perspectiva del docente.
Oculto: perspectiva del alumno.
El currículo oculto al mostrar las relaciones dinámicas entre la conciencia de los alumnos y las
realidades estructurales de la escuela y su currículo, ofrece una mayor corroboración a las
potencialidades de la perspectiva restructuradora.
LA CONFIANZA EN LAS RELACIONES PEDAGÓGICAS
La confianza es una hipótesis sobre la conducta futura del otro. Es una especie de apuesta que
consiste en no inquietarse del no-control del otro y del tiempo.
Si la naturaleza humana es violenta, entonces la educación por su parte es pensada como una
disciplina en el sentido que debe disciplinarse al niño porque no se puede tener confianza en su
naturaleza que es salvaje y algo de lo que hay que cuidarse.
Si se considera la confianza desde otra perspectiva, ella presenta otras debilidades: su
ingenuidad, su falta de método.
La confianza es ilógica, se encuentra posicionada en un círculo vicioso: uno es “confiante”
porque uno tiene confianza.
La confianza es, en primer lugar, cotidiana.
Simmel dice que la confianza se objetiva, es decir que esta sociabilidad va a crear estructuras de
relación, que sin individualizar a los sujetos va a limitar los riesgos de la decepción, sea por
efectos de competencia, sea por los efectos de las respuestas que retornan.
El ser humano responde de una forma circular, no tiene una causalidad lineal y va a actuar muy a
menudo según aquello que cree que el otro piensa.
No es porque el otro es bueno o malo, es porque uno cree que es bueno o malo, que va a
transformarse en bueno o malo y esto es decisivo en los fenómenos que conocemos.
La confianza del niño es originalmente absoluta, está dirigida a alguien más fuerte que él y el
futuro de este sentimiento va a depender del uso que el otro va a hacer de ese poder que tiene
sobre el niño.
No abusar de este poder; ir renunciando progresivamente a ese poder sobre el niño, haciéndolo
en el buen momento, con tacto, con cuidado; es exactamente en esto en lo que consiste el acto
de dar o tener confianza en el niño.
La autoridad es aquello que permite, a aquellos que son mentores, crecer, volverse mayores.
El juicio pedagógico tiene tres aspectos o formas:
Juzgar sobre las palabras justas que uno dirige.
Juzgar lo justo en el marco de la justicia de la clase.
Hacer o tener confianza en los niños.
Un proyecto es un plan que expresa una intencionalidad explicitando los objetivos que lo guían,
y ofrece un marco orientador para la toma de decisiones durante la enseñanza. Se caracteriza
por su flexibilidad, ya que en la práctica puede ser modificado, enriquecido y recreado en cada
situación concreta.
Permite no atomizar el aprendizaje sino ofrecer situaciones problemáticas que desafíen o
cuestionen las ideas previas de los alumnos en un marco de clases cooperativas que estimulen la
interacción y la integración de los saberes escolares. Su diseño consiste en un esquema que
explicita para qué (objetivos), qué (contenidos), cómo (metodología), con qué (recursos),
cuándo (distribución del tiempo), desarrollar la tarea por parte de un grupo de aprendizaje
sobre la base del proyecto institucional y del diseño curricular vigente que lo sustenta.
Los contenidos de la enseñanza son construcciones sociales cuyos significados dependen de los
contextos sociales e históricos.
La función del proyecto es favorecer la creación de estrategias de organización de los
conocimientos escolares en relación con:
El tratamiento de la información, y
La relación entre los diferentes contenidos en torno a problemas o hipótesis que faciliten al
alumnado la construcción de sus conocimientos.
Su valor reside en que la intervención de varias disciplinas en la resolución de una situación
problemática facilita que los alumnos articulen las distintas áreas de conocimiento, configurando
una modalidad más integral de abordaje de la realidad.
Tres grandes grupos de modelos de proyectos de trabajo en el aula:
Integración en torno a disciplinas.
Integración a través de tema o tópico.
Integración en torno a contenidos transversales.
La selección y la búsqueda es el resultado de un acuerdo entre docentes y alumnos, y esta
responsabilidad es a la vez compartida por la institución que debe proporcionar los medios para
conseguirlos.
Todo proceso de evaluación de un proyecto podría contemplar los siguientes aspectos:
¿Qué se ha pretendido enseñar a los alumnos?
¿Qué creen los alumnos que han aprendido?
¿Cómo se vinculó el grupo de aprendizaje con la tarea? ¿Cómo se desarrolló el proceso de
trabajo con el proyecto?
¿Cuáles fueron los recursos con los que se contó y cuáles no?
¿Cómo se llevó a cabo la gestión del proyecto? ¿Quiénes participaron y quiénes no? ¿Por
qué?
¿Qué debe considerar el docente para la elaboración de futuros proyectos?
Etapas para el desarrollo de un proyecto:
Diagnóstico previo.
Elección del tema
Definición de roles y compromisos que asumen docentes y alumnos en relación con el
proyecto a desarrollar.
Diseño de la planificación.
Evaluación final sobre el desarrollo del proyecto que incluya el proceso grupal, los
contenidos trabajados, los obstáculos y las modificaciones, los aspectos a tener en cuenta
en un futuro proyecto, etcétera.
El trabajo por proyectos requiere una organización curricular no atomizada ni compartimentada,
con el fin de optimizar los aprendizajes generando las condiciones para la existencia de un
currículo que contemple la integración de disciplinas, asimismo que prevea un espacio y un
tiempo destinados al trabajo cooperativo del equipo docente y que facilite los recursos y su uso
con tolerancia y flexibilidad.
La función del docente consiste en coordinar la propuesta.
Es importante que los alumnos participen en la elaboración de la secuencia de trabajo y que esta
quede registrada en un cartel en el aula. Este compromiso inicial permitirá que docentes y
alumnos evalúen desde el inicio los obstáculos que emergen durante la puesta en acción del
proyecto y propongan soluciones alternativas.
La evaluación a nivel individual y grupal debe facilitar el cierre, plantear nuevos criterios y
recuperar otros para la puesta en marcha de futuros proyectos.
“El método de proyectos no es una sucesión de actos inconexos, sino una actividad
coherentemente ordenada, en la cual un paso prepara la necesidad del siguiente y en la que cada
uno de ellos se añade a lo que ya se ha hecho y lo trasciende de un modo acumulativo” - Dewey.
Los proyectos de trabajo pueden promover la comprensión profunda de los contenidos
disciplinares y el desarrollo de la autonomía de los alumnos.
Es necesario prestar atención al modo en que los proyectos se presentan, al grado de
intervención que tienen los alumnos en la definición de los propósitos, a cómo se guía y
acompaña el proceso de trabajo y a su evaluación.
Un proyecto tiene como intención:
La resolución de un problema.
La producción de un objeto.
La profundización de algún conocimiento.
La combinación de alguno de los ítems anteriores.
Es preciso que los estudiantes se involucren en un proceso de planeamiento, investigación,
práctica y toma de decisiones.
Tipos de proyecto:
De producto: se propone realizar algo concreto.
De resolución de problemas: implica el análisis de una situación y alguna o varias
recomendaciones de solución.
De elaboración de propuestas: implica la puesta en marcha, el uso de un procedimiento,
entre otras posibilidades.
De investigación: se propone profundizar conocimientos.
Un proyecto puede ser disciplinar o multidisciplinar: es decir, específico o que involucre varias
disciplinas.
Fases de un proyecto:
Anticipatoria: se expresan ideas previas o hipótesis provisionales.
Itinerante: se refiere a los recorridos de diversidad de territorios, de búsqueda, de
desarrollo, activadores del hacer y del pensar.
Evaluación: tiene dos momentos:
Revisión continua y toma de deccisiones.
Reflexión sobre el producto logrado y el proceso desarrollado.
Intervenciones docentes:
Guiar.
Ayudar a corregir cursos de acción.
Ofrecer criterios para la toma de decisiones.
Ser fuente de información disponible pero, en lo posible, brindar información según la
demanda de los alumnos.
Evitar convertirse en la única fuente de recursos informativos y materiales.
Arbitrar en los aspectos interpersonales que los alumnos no puedan resolver por sí mismos.
Un proyecto debe ofrecer diferentes grados de libertad para que el alumno elija:
Los contenidos.
Los recursos.
Las fuentes de información.
Los productos.
Los modos de organización del trabajo.
El grupo.
Puntos de partida posibles:
El docente trae una pregunta nuclear o problema.
A partir de un tema.
El docente formula preguntas a los alumnos.
El docente releva inquietudes de los alumnos.
Pasos que pueden ayudar a diseñar los proyectos:
Identificar un contenido que posibilite definir problemas significativos.
Formular los objetivos de aprendizaje para ese proyecto.
Especificar los modos de comunicar el proyecto.
Determinar la variedad de los recursos disponibles.
Planificar diversas rutas de abordajes posibles.
Definir un cronograma.
Diseñar los tipos y momentos de evaluación del proyecto.
Especificar el o los formatos y los momentos que se propondrán para documentar el
proyecto.
Un proyecto:
No es un ordenamiento de conocimientos en forma vertical y unidireccional.
No es un fin en sí mismo, sino que requiere la interacción e integración entre varios
contenidos.
No es una materia aparte.
No es un componente extra de contenidos.
No es una secuencia de actividades.
Muchos obstáculos pueden ser superados con un trabajo de reflexión compartido con colegas y
con la participación de diferentes actores de la institución.
Ventajas del trabajo por proyectos:
Ofrece alternativas de integración del conocimiento.
Permite la inclusión de diferentes actores y propicia distintas formas de vincularse con el
espacio y con los objetos.
Utiliza distintas fuentes de información.
Centra el aprendizaje en la comprensión.
Considera los conocimientos previos de los estudiantes y favorece el diálogo entre estos y
la nueva información.
Conecta la escuela con el mundo fuera de ella.
Aborda situaciones-problema y favorece la búsqueda de alternativas de resolución.
Alienta la curiosidad y la investigación.
Estimula el trabajo en equipo y el trabajo colaborativo.
Involucra a los alumnos de una manera activa.
Estimula el desarrollo de habilidades de pensamiento superior.
Posibilita instalar procesos de metacognición y autoevaluación.
Favorece la diversidad.
Estimula el desarrollo de la autonomía.