Tema 17
Tema 17
Tema 17
El cuarto punto estará relacionado con la voz del profesor de música, y trataremos
sobre la importancia de su cuidado y mantenimiento.
Con esta cita ponemos de manifiesto la importancia que tiene la voz y el canto como
medios de expresión musical.
Estamos ante un tema de gran importancia pues nosotros, como futuros docentes,
debemos conocer la técnica vocal, su metodología, la tesitura de las voces de nuestros
alumnos….para desarrollar al máximo sus capacidades musicales y así llegar a una
verdadera educación de calidad.
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El proceso por el cual se produce la emisión de la voz vendría a ser el siguiente: el aire
penetra por la nariz pasando por la faringe y traquea hasta llegar a los pulmones. Al
espirar, los pulmones se vacían, el diafragma sube e empuja la columna de aire que, al
pasar por la zona de la laringe, hace vibrar las cuerdas vocales. Por último la onda
sonora formada es amplificada en los resonadores.
Con posterioridad, generalmente a partir del tercer mes, aparece el “balbuceo”, como
actividad vocal de carácter lúdico. El niño inicia de esta manera la exploración de sus
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posibilidades vocales. Las relaciones con su familia y su entorno más inmediato van a
ser determinantes en su evolución vocal y lingüística, pues el niño o la niña copiará la
forma de vocalizar de sus semejantes, las entonaciones, la pausas.
La voz cantada será una consecuencia de la voz hablada. El primer paso son los
canturreos que acompañan a sus juegos infantiles. En el siguiente paso se creará un lazo
de unión entre la voz hablada y la cantada.
El trabajo de la educación vocal se basa en aspectos bien simples y evidentes: los niños
han de aprender a cantar de la manera más natural posible. Y ¿qué entendemos por
naturalidad? Pues que una voz cantada o hablada ha de dar en toda su tesitura un tono
claro, no forzado, más bien puro y natural. Conviene tener presente que el niño ha de
cantar ni demasiado fuerte, ni demasiado alto, ni demasiado bajo, ni demasiado
tímidamente. La educación de la voz es algo más que una cuestión de formación o
perfeccionamiento. EDUCAR A UNA VOZ ES AL MISMO TIEMPO FORMAR UN
HOMBRE O MUJER.
La condición más importante para el trabajo práctico del educador musical es provocar
el entusiasmo de los alumnos y alumnas. Ha de poseer, la aptitud de aumentar el interés
y estimular el placer de la música y el canto para transmitírselo.
Inspirar por la nariz de forma silenciosa, profunda tranquila suave y sin esfuerzo,
aumentando el volumen del tórax y abdomen y evitando levantar los hombros y el
pecho,
Espirar o expulsar el aire de forma bucal, hacia los dientes superiores, suavemente,
recuperando la posición inicial y relajándose.
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En clase debemos trabajar una correcta respiración a través de ejercicios o juegos, tales
como:
Reirnos todos a la vez y a una señal del docente imponer silencio con el fonema
“sst” o “pst”. La carcajada impulsa el diafragma de forma extraordinaria y le aporta
flexibilidad.
Con la lengua podemos hacer que bebemos agua a lamidos como un perro o un
gato, intentar tocarse la nariz con la lengua.
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Con los labios podemos hacer como que damos un sonoro beso, imitar el
movimiento de la boca de los peces, también podemos cantar la canción “Bravo”
con las cinco vocales.
Con la mandíbula podemos hacer como que masticamos muy despacio, deprisa,
como una vaca.
Para conseguir una buena entonación es preciso muchos ejercicios, cantar y escuchar
mucho. Cuando la entonación es incorrecta, constituye uno de los mayores problemas a
la hora de realizar actividades vocales, sobre todo corales.
La mala entonación es uno de los problemas más frecuentes que se puede encontrar el
maestro en la clase de música. Puede ser causada por la falta de experiencia, de
atención, de memoria poco cultivada, fallos en la respiración, exceso de timidez. Lo
importante es saber que casi siempre este fenómeno tiene solución ya que prácticamente
no existen niños negados para el canto. Probaremos a hacerlos cantar una cuarta o
quinta más baja, y de ser posible acompañados de un instrumento.
Un intenso trabajo vocal será el remedio más eficaz para un “moscardón” y casi siempre
el único.
La caja de resonancia del sonido está formada por la caja torácica, los senos faciales y la
cavidad bucal.
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De entre todos los ejercicios que podemos hacer para trabajar los resonadores, las
expresiones de admiración son una forma muy natural de ponerlos en
funcionamiento, haciendo con ellas glisandos ascendentes y descendentes.
Para luchar contra la voz plana (sin resonancia), es muy útil asociar a los ejercicios
anteriores otros que favorezcan la resonancia nasal, los cuales, ayudan a la voz a
emplazarse en el punto conocido por máscara. Usaremos las consonantes m, n y las
vocales a, y e.
Para poner fin al desarrollo de este punto diremos que el docente de música no tiene por
qué ser un gran cantante, pero sí debe conocer la técnica del canto para enseñar a sus
alumnos a cantar.
Para que el modelo vocal sea correcto, el maestro debe observar y tener presentes una
serie de sugerencias metodológicas y didácticas:
Procurar una emisión natural y evitar las tensiones: Que la emisión sea agradable y
redondeada.
El fin último siempre será que el niño se fije, juegue, experimente y vivencie la
canción.
Estudiados pues todos los factores que entran a formar parte de una correcta técnica
vocal, pasaré a analizar la TESITURA VOCAL EN LA EDUCACIÓN
PRIMARIA, punto importante, pues debemos de conocerlo bien para no dañar las
voces de nuestro joven alumnado.
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La voz del niño se denomina “blanca”, al igual que a las voces adultas de las mujeres,
pues estas voces aunque con diferentes timbres, en cuanto altura están colocadas en el
mismo registro. Así según la tesitura, las voces de mujer o niño se pueden dividir de
agudo a grave en: soprano, mezzosoprano y contralto.
La voz del hombre adulto, suele presentar una tesitura de octava baja respecto a la de la
mujer o niño y se divide entre: tenor, barítono y bajo.
Este hecho ha dado lugar a diversos intentos de clasificación de la tesitura vocal en estas
edades. Así MAURICE CHEVAIS, realiza el siguiente esquema:
6 años: SÍ 2- SOL 3
7 años: DO 3- DO 4.
8 años: DO 3- MI 4.
10 años: DO3- MI 4.
12 años: DO3- LA 4.
Podemos decir que la mayoría de las teorías apuntan a que la tesitura posible para un
niño se extiende aproximadamente del DO 3 al FA 4 y a veces del SÍ 2 al SOL 4.
Llegados a este punto debemos aclarar la diferencia entre extensión y tesitura, dos
términos que aunque a veces se utilicen indistintamente tienen grandes diferencias. Así
extensión de fine el registro de sonidos que una voz puede alcanzar con mayor o menor
facilidad, mientras que tesitura, define el registro de sonidos que una voz puede emitir
con comodidad. De esta forma nuestro trabajo en clase debe ir destinado en un primer
momento a los sonidos que se alcanzan según la tesitura, realizando ejercicios y trabajo
de técnica vocal para ir aumentando este registro y así conseguir una mayor extensión.
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Por el contrario la voz de la niña, mantiene su timbre y tono aunque aumenta también en
intensidad, extensión y expresión.
Por último, debemos hablar de LA VOZ DEL PROFESOR DE MÚSICA, para ser
conscientes de la IMPORTANCIA DE SU CUIDADO Y MANTENIMIENTO.
El profesor debe ser consciente de que es el modelo a seguir y que los niños lo imitarán.
Por eso debe tener un perfecto conocimiento y manejo de su voz: debe tener potencia,
buen timbre, voz melodiosa y que no se canse.
La realidad es que existe un gran grupo de profesores con trastornos de voz. El repetir
continuamente, hablar, gritar, hablar en ambientes ruidosos incide perniciosamente en
ella. Además existen otros factores que perjudican la voz, como el tabaco, la polución,
el polvo de la tiza, los resfriados, el nerviosismo, etc. Todos estos factores pueden
derivar en desagradables ronqueras o, peor aún, en ronqueras crónicas, nódulos o
incluso pólipos.
Tampoco podemos olvidar a otro pedagogo llamado HELMUT LIPS, cuando nos dice
que a los niños les gusta cantar para divertirse y divertirse cantando.
BIBLIOGRAFÍA:
HEMSY DE GAINZA: “La iniciación musical del niño”. Ed. Ricordi. Buenos Aires.
MANSION, MADELEINE: “El estudio del canto”. Ed. Ricordi. Buenos Aires.