Tema 1 - 06
Tema 1 - 06
Tema 1 - 06
I. LA GESTION DE LA COLECCIÓN
1. Concepto de colección
2. La gestión de la colección
3. La selección
3.1. Fuentes para la selección
3.2. Desarrollo de colecciones con recursos electrónicos
3.2.1. Licencias de recursos electrónicos
4. La adquisición
4.1. Sistemas de adquisición
4.1.1. Introducción
4.1.2. Compra
4.1.3. Donación
4.1.4. Canje
4.1.5. Depósitos
4.1.6. El depósito legal. España (anexo I)
4.2. Adquisición de materiales especiales
4.3. El proceso de adquisición (anexo II)
5. Nuevos modelos económicos de las publicaciones y contenidos digitales
6. El expurgo
6.1. Aspectos legales
6.2. Planificación y evaluación crítica
6.3. Criterios
6.4.
II. DOCUMENTOS DE APOYO PARA EL MANTENIMIENTO DE LA COLECCIÓN
1.Norma ISO 11799:2015. Requerimientos de almacenamiento de documentos para materiales
de archivo y biblioteca
2.Principios para el cuidado y manejo de material de bibliotecas. IFLA
I. LA GESTIÓN DE LA COLECCIÓN
1. Concepto de colección
Peek definió en el año 1998 como eran las colecciones de las bibliotecas del pasado. Según este
autor éstas eran colecciones de información, normalmente bases de datos llamadas libros,
contenidas en una localización específica. La suposición es que esta información tenía como fin el
ser compartida - tal vez no compartida por todo el mundo, pero disponible para una comunidad
específica-...Los muros constituían un concepto práctico y las bibliotecas poseían la información
contenida dentro de esos muros”.
Según Lee (2000), una colección bibliotecaria es una “acumulación de recursos de información
desarrollada por profesionales de la información, dirigida a una comunidad de usuarios o a un
conjunto de comunidades”. Para Lee, al igual que para Peek, las colecciones actuales sobrepasan
las fronteras de información que limitaban sus muros y se expanden fuera de éstos, incluyendo
información obtenida por medio del préstamo interbibiotecario.
Por otro lado, la cuestión de si los recursos de información remotos forman parte de la colección
de una biblioteca ha suscitado cierta controversia a lo largo de los últimos años. Sin embargo, tal y
como afirma Fuentes Romero (2007) “no conduce a nada el debate sobre si colección es
realmente sólo lo que tiene entidad física o si también hay que considerar colección a todo lo
“virtual”. El propio Lee afirma: “Se han desarrollado las colecciones con el propósito de servir las
necesidades de información de los usuarios. La comprensión conceptual de una colección debe
recoger este propósito práctico. Por tanto, y en la medida en que cada vez más información está
disponible mediante formatos digitalizados, es cuestionable definir la colección exclusivamente en
términos de ubicación y de tangibilidad. Sobre esta discrepancia generada recientemente sobre la
tangibilidad/intangibilidad de la colección Gómez Hernández (2002) también se manifiesta a favor
de la corriente que considera el préstamo interbibliotecario como una parte integrante de la
colección.
Por su parte, Luisa Orera Orera (2005) se refiera a la colección en los siguientes términos: “antes
[...] se definía la colección bibliotecaria como un conjunto de documentos previamente
seleccionados, que la biblioteca adquiría y trataba para poner a disposición de sus usuarios. Con
la avalancha de la información digital. [...] La progresiva consolidación de colecciones mixtas ha
dado lugar a una postura más realista: ambos tipos de colecciones son complementarias y
necesarias en las bibliotecas. La colección ya no es sólo un conjunto selectivo de documentos
que la biblioteca posee y hace accesible a los usuarios, sin necesidad de que sean de su
propiedad. En definitiva el formato no es lo importante, sino la facilidad o dificultad con las que el
usuario accede a la información”
Las “Pautas sobre los servicios de las bibliotecas públicas” del Ministerio de Cultura, 2002,
redundan en este aspecto:”Se entiende por colección el conjunto de recursos que la biblioteca
pone a disposición de sus usuarios para que éstos accedan a la información. Será, pues, la suma
de los documentos disponibles en la propia biblioteca en los distintos soportes, además de
aquellos a los que la biblioteca facilita el acceso mediante el préstamo interbibliotecario o
mediante recursos electrónicos en línea. La colección debe entenderse como un bien de uso
orientado al servicio, y no tanto como un bien inventariable y de conservación, salvo en lo
concerniente al patrimonio bibliográfico y a la colección local”.
2. La gestión de la colección
REBIUN, en sus Normas y directrices para Bibliotecas Universitarias (1999) hace una
distinción al considerar que el concepto “gestión de las colecciones” es más amplio que el de
“desarrollo de las colecciones” por incluir aquél el desarrollo de colecciones, la gestión
relacionada con la disponibilidad, la conservación, la evaluación y el uso de los diferentes tipos
de materiales.
Otra de los documentos fundamentales para la gestión de la colección son las Pautas para
establecer una política de colecciones en una biblioteca pública, del Grupo de Trabajo de
Selección Bibliográfica Cooperativa del Consejo de Cooperación Bibliotecaria (2010). Como se
indica en las propias Pautas, “tiene como objetivo servir de documento de referencia para las
Bibliotecas públicas cuando abordan sus políticas de creación, desarrollo, mantenimiento y
gestión de la colección dentro de sus planes estratégicos.” En dichas Pautas se hace mención
tanto a los objetivos de las bibliotecas públicas, como a las políticas de desarrollo y gestión de
colecciones, y a la planificación y evaluación de éstas.
Las acciones que conlleva la gestión de la colección, basándonos en De Mesa y Taladriz (1995)
son:
1.La evaluación de la colección
2.La asignación del presupuesto
3.La selección y adquisición de materiales
4.La decisión de adquirir el acceso a los recursos electrónicos por compra o
alquiler.
5.La decisión de ubicación de los materiales
6.El control y fomento del uso de la colección
7.La conservación
8.El expurgo
Estos dos últimos apartados son objeto de estudio en este tema. Todos estos objetivos y acciones
deben quedar reflejados en un programa de gestión de la colección escrito, accesible y revisable
regularmente (esto no excluye la posibilidad de elaborar planes plurianuales). En él se
identificarán los grupos de usuarios y los servicios con indicación de las prioridades. Así mismo,
se plasmarán los objetivos respecto a la colección, su amplitud, formatos, los recursos
económicos, los criterios de distribución presupuestaria, la descripción de los procesos de gestión
a aplicar, los planes de cooperación y evaluación, etc. Por todo ello este programa será el
instrumento de los bibliotecarios para actuar, evaluar, cooperar, utilizar criterios correctos de
selección, establecer prioridades de catalogación, conversión retrospectiva y conservación, etc
Las Normas y Directrices de REBIUN para Bibliotecas Universitarias (1999) dan da unas
recomendaciones generales, en relación con la gestión de la colección:
§ Cada biblioteca debe disponer de una política de gestión de las colecciones orientada a
servir a los fines de la propia Institución, que se concretará en la elaboración de un
programa escrito
Según Luisa Orera (2005) aunque la colección debe ser gestionada como un todo único,
independientemente de que esté estructurada en espacios físicos diversos, es un conjunto de
partes que se complementan y a la vez se diferencian entre si. Solo así es posible satisfacer las
distintas necesidades de información de los diversos usuarios. El análisis de la colección suele
hacerse desde distintos puntos de vista:
• General
• De investigación.
- Materias: es posible distinguir colecciones especializadas de acuerdo con las disciplinas que
conforman los planes de estudio y las líneas de investigación que desarrolla la Universidad.
- Tipología documental: según la lista de Mondragón y Pérez serían: obras de referencia,
libros de la colección general (antologías y compilaciones, ensayos, investigaciones,
manuales, monografías, tesis y trabajos de grado, textos y tratados), series y colecciones,
publicaciones oficiales institucionales y de organismos internacionales, folletos e informes,
cartillas y plegables, materias de archivos y manuscritos, revistas y periódicos, microformas,
audiovisuales y bases de datos.
- Idioma: es necesario saber cuáles son los idiomas conocidos por la comunidad universitaria
Además de los fondos físicos, hemos de tener en cuenta la gestión de los recursos electrónicos.
Según Eíto Brun, la gestión de los recursos electrónicos es uno de los grandes retos que
bibliotecas y centros de documentación han tenido que afrontar en los últimos años. Con el
término recursos-e este autor hace referencia a aquellos materiales cuya principal característica
es estar disponibles en formato digital, tanto si se almacenan dentro de los sistemas informáticos
de la institución, como si se accede a ellos remotamente a través de una red. Se incluyen
monografías y revistas publicadas en formato electrónico, sitios web y bases de datos. Estos dos
tipos reciben el nombre de recursos continuos actualizables, para señalar el hecho de que sus
contenidos no se actualizan en forma de nuevos números - como sucede con las revistas- sino
que se incrementan en su conjunto de forma progresiva o continua.
3. La selección
Según Negrete Gutiérrez (2003), la selección constituye una de las funciones más importantes
para la formación, orientación y desarrollo de la colección ya que garantiza:
• Por un lado, el control de la calidad de aquellos recursos que ingresan en la biblioteca
para cubrir las necesidades de los usuarios de la institución a la que sirve.
• Y el mantenimiento de la colección existente, el cual tiene como objetivo prever el
número de recursos que deben sustituirse, retirarse o conservarse en cada materia a fin de
mantener el equilibro entre las diversas materias o disciplinas, entre los distintos tipos de
recursos y los variados niveles intelectuales.
Luisa Orera (2005) plantea que cuando se habla de selección hay que hacer referencia al menos
a tres elementos fundamentales: las necesidades de información de los usuarios, la calidad de los
documentos y la localización e identificación de los mismos:
Respecto a las fuentes de información para la selección, podemos citar, entre otras, las
siguientes:
o Peticiones:
• Propuestas diversas de los bibliotecarios teniendo en cuenta las necesidades de
los usuarios.
• Sugerencias de compra canalizadas a través de las desideratas.
o Información de tipo institucional, tanto de la que realiza el proceso de selección como
de otras instituciones (catálogos de otras bibliotecas, sus páginas web, catálogos de
publicaciones)
o Información generada por las distribuidoras, editoriales y librerías a través de catálogos
editoriales y de distribuidores, bibliografías comerciales, catálogos de libreros locales,
nacionales y extranjeros, publicidad de editores y libreros, etc.
Un buen ejemplo de todo esto es el estudio de Regos Varela (1999), Programa de gestión y
desarrollo de colecciones en una biblioteca universitaria, el cual aborda un programa de Gestión y
desarrollo de colecciones para una biblioteca universitaria española, partiendo de su definición, de
la definición de sus metas y objetivos y de su estructuración en subprogramas especializados.
Para que el conocimiento de lo publicado en el marcado sea lo más exhaustivo posible, hay que
acudir a distintas fuentes. Éstas tienen características y valor variables. Algunas ponen al día de
novedades, otras tienen un valor retrospectivo. El tipo de fuente a consultar está en relación con el
tipo de biblioteca de que se trate y los documentos que se quieran seleccionar. Vamos a hablar
aquí de las que con más frecuencia se usan, en general, en las bibliotecas:
a) Catálogos comerciales
Bajo esta denominación única se esconde una realidad muy variada en cuanto a forma de
presentación, procedencia, documentos descritos, etc. Sin afán de ser exhaustivos, podemos
distinguir:
- Para libros:
• Books in Print. New York: Bowker, 1948-.
• En Gran Bretaña se publica como: British Books in Print. London: Withaker,
1967.
• En Francia: Livres disponibles. París: Circle de la Librairie, 1977.
• En España:
§ Base de datos de Libros editados en España. Madrid: Ministerio de
Educación, Cultura y Deporte. Esta base de datos contiene referencias
bibliográficas de los libros editados en España desde 1972, año en que
nuestro país se unió al sistema ISBN. Está gestionada por la Agencia
Española del ISBN. Los datos los proporciona el propio editor al tramitar
y remitir a la Agencia el impreso de solicitud del ISBN. Contiene las
referencias de las publicaciones monográficas editadas en España que
llevan ISBN, tanto disponibles como agotadas, editadas en distintas
lenguas y diferentes soportes. Es una base de datos viva que
diariamente incorpora nuevos registros.
§ Base de datos de editoriales. Madrid: Ministerio de Educación,
Cultura y Deporte. Esta base contiene datos de todas las editoriales
españolas que están o han estado en activo desde 1972 hasta la
actualidad, así como autores-editores, entidades, empresas, etc. que
publican esporádicamente. Es una base de datos viva ya que
diariamente incorpora nuevos editores que se dan de alta al solicitar el
ISBN para las publicaciones que editan.
§ Guía de Editores de España.
§ Federación de Gremios de Editores de España (FGEE).
- Para revistas:
• Ulrich’s Web. Global Serial Directory.
• The Serials Directory, EBSCO.
c) Otras fuentes
Con un criterio de selección retrospectiva, existen otro tipo de fuentes que también resultan
interesantes en el proceso de creación de la colección bibliotecaria. Su uso resulta más o menos
interesante según el tipo de bibliotecas de que se trate. Entre ellas podemos citar:
- Bibliografías especializadas:
· Bibliografía básica para bibliotecas infantiles y juveniles. Madrid: Dirección General del
Libro y Bibliotecas, 1989.
· Livres et biblothèques pour enfants: guide de formation/Sous la dirèction de Claude
Anne Parmegioni. París: Editions du Cercle de la Librairie, 1985.
· ¿Qué Libros han de leer los niños? Barcelona: Publicaciones de Rosa Sensat, 1980.
- Catálogos colectivos
· REBIUN. Catálogo colectivo que permite consultar las publicaciones periódicas de las
76 universidades miembros de la CRUE (50 públicas y 26 privadas) y el CSIC.
· Catálogo Colectivo de Publicaciones Periódicas (CCPP). Contiene 84.000
publicaciones periódicas que se conservan en 1.100 bibliotecas españolas. Su
mantenimiento y actualización dependen de la BNE.
· Bibliografías retrospectivas. Para cubrir las lagunas que han quedado en una
colección, bien por una política de selección y adquisición anterior incorrecta o por
pérdidas y deterioros, debe recurrirse a las bibliografías retrospectivas; también son
útiles para esta labor los catálogos de libreros anticuarios.
Como resulta evidente, las bibliografías que hoy aparecen como corrientes, llegarán a ser en su
momento bibliografías retrospectivas; concretamente, la bibliografía nacional corriente
adquiere con el tiempo el carácter de una magnífica obra de información retrospectiva.
Además de éstas, existen también otras fuentes para la selección que podríamos calificar como
más informales y menos sistemáticas como son: las reseñas de libros recogidas en diarios
y revistas especializadas o de divulgación, las guías académicas, en el caso de las bibliotecas
universitarias, las bibliografías que aparecen en estudios sobre diversos temas, etc.
! KEEFER, Alice; GALLART, Nuria. La preservación de los recursos digitales: el reto del siglo XXI. Barcelona : UOC,
1
2007
Las compras consorciadas y las adquisiciones por paquetes afectan a los procesos de selección y
adquisición de la colección. Peters2, en cuanto a la selección, habla de dos grupos enfrentados,
“el tradicional que quiere realizar una precisa selección de los recursos basado en satisfacer las
necesidades de los usuarios, y la no tradicional, que quiere comprar una amplia gama de recursos
que luego tras un estudio de uso se podrá mejorar.
2
PETERS, T. A. "Consortia and their Discontents" The Journal of Academic Librarianship, 2003, vol. 29, n. 2.
Para Farmer3 las políticas y procesos de selección de los recursos electrónicos requieren unos
criterios añadidos de valoración respecto a los recursos analógicos: ámbito, gestión de su acceso,
facilidad de uso, propósito, audiencia y autoridad. También, se debe considerar la interfaz, la
buena legibilidad, la facilidad de transferencia de archivos y contenidos, los requerimientos
técnicos y los acuerdos de licencia. Además de conocer con exactitud los títulos para los que se
ha contratado acceso, los responsables de su selección y adquisición deben disponer de
información actualizada sobre los períodos de suscripción, fechas en las que se debe informar al
proveedor de la renovación o cancelación de las suscripciones y datos de contacto de los
proveedores (para obtener soporte técnico, discutir aspectos contractuales, etc.).
Para este apartado, seguiremos la guía sobre Licencias de recursos electrónicos, elaborado por el
grupo de Bibliotecas y Propiedad Intelectual de FESABID. Según esta guía, “En el entorno papel,
los bibliotecarios compran libros que los usuarios pueden utilizar de forma ilimitada. Una vez
comprado, el libro pertenece a la biblioteca para siempre. En el entorno digital, por el contrario, el
bibliotecario está, en muchos casos, obligado a comprar el acceso a la copia electrónica por un
tiempo determinado y con unas condiciones de uso específicas. Este acceso es, la mayoría de las
veces, adquirido mediante una licencia. Una licencia es una autorización oficial para hacer algo
que si no resultaría ilegal. Las licencias se rigen, generalmente por el derecho contractual. El
grado de acceso a una revista electrónica y el uso autorizado de ella dependen principalmente de
los términos y de las condiciones negociadas en la licencia para este producto concreto.”
Respecto a la problemática derechos de autor frente a licencias, se indica que “el uso de licencias
y la extensión del derecho contractual para reglamentar el uso de recursos digitales han puesto en
entredicho el estatus de las excepciones del derecho de autor. El derecho de los contratos está
regido por el principio de la libertad contractual, lo que significa que las partes de un contrato son
libres de negociar las condiciones de utilización de los documentos protegidos por el derecho de
autor o bien renunciar a los derechos que el derecho de la propiedad intelectual les concede.” Es
por ello que el grupo de FESABID recomiende siempre la introducción de la siguiente cláusula en
lso contratos: “Con el fin de evitar cualquier duda, nada de esta licencia debería excluir, modificar
o afectar a un derecho legal que en algún momento podría concederse a las bibliotecas y a sus
usuarios, por la legislación nacional sobre el derecho de autor.” Ella permitirá, al menos, garantizar
que los derechos concedidos por la legislación nacional relativa a la propiedad intelectual no
podrán ser anulados por la licencia.
En general, el contrato de licencia comporta las cláusulas que se refieren a los siguientes
elementos, en los cuales nos detendremos en mayor o menor profundidad según las dificultades
que impliquen:
· las partes
· la exposición de motivos: presenta brevemente los objetivos de las partes y el contexto
factual en el que el contrato se ha redactado, con el fin de permitir posteriormente una
interpretación en caso de litigio
3
FARMER, L. S. J. (2009). The life cycle of digital reference sources. The Reference Librarian, 2009, vol. 50, p. 117-136.
· fuerza mayor
· cesiones. Un traspaso permite a una de las partes liberarse de las obligaciones
contractuales y transferirlas a la entidad beneficiaria del traspaso.
· notificaciones
· regulación de litigios
· anexos
· firmas
4. La adquisición
En la actualidad, las bibliotecas han de incorporar cada vez más material no librario a sus fondos
y, por otro, desarrollar unas políticas de adquisiciones, las cuales garanticen el acceso real a la
documentación primaria. Este tipo de políticas deben ponerse al servicio de grandes grupos de
usuarios, mediante un servicio de adquisiciones, así como de préstamo interbibliotecario
realmente efectivos. Ello supone la adscripción de partidas presupuestarias y la anulación de
materiales con índices de uso reducido, así como una mayor cooperación bibliotecaria, que
garantice el acceso a determinadas obras, evitando la duplicación de éstas.
Recomendaciones cuantitativas:
a) Colección básica: 50.000 volúmenes.
b) Nuevos estudios
Se define como "volumen" a la unidad física de trabajo que ha sido impresa o reproducida de otra
forma, mecanografiada o manuscrita, contenida en una encuadernación o carpeta, con cubierta
dura o blanda, y que ha sido catalogada, clasificada o preparada de cualquier otra forma para su
uso. Los materiales audiovisuales incluyen películas y videodiscos registros de sonido, filminas,
cintas, conjuntos de diapositivas, materiales gráficos incluyendo mapas, y programas de
ordenador y diapositivas). Este tratamiento puede adaptarse para otros formatos no impresos.
4.1.Sistemas de adquisición
4.1.1.Introducción
4.1.2.Compra
4.1.3.Donación
La donación es una forma de adquisición gratuita que puede resultar muy útil para incrementar
aquellas áreas menos sólidas. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que los procesos a los
que hay que someter los materiales donados para la puesta a disposición del público implican una
serie de costes en recursos humanos y problemas de almacenamiento. Hay que establecer, por
tanto, unas condiciones mínimas para la aceptación de donaciones. Por esta razón se hace
necesario evitar condiciones, de modo que la biblioteca se reserve el derecho de aceptar o
rechazar una donación.
Las donaciones pueden clasificarse según el tamaño ya que recibirán un tratamiento diferente por
parte de la institución. Para las grandes donaciones el procedimiento será el siguiente:
Por otra parte, las donaciones que se reciben habitualmente, son de dos tipos:
4.1.4. Canje
Es otra forma gratuita de adquisición e incremento de fondos en las bibliotecas junto a los
donativos, legados y depósitos. Representa otro procedimiento de adquisición en el que se
intercambian documentos con otras bibliotecas. Resulta especialmente útil para obtener obras que
se encuentran fuera de los circuitos comerciales, agotadas, etc. o para completar las lagunas en
colecciones o publicaciones periódicas. Incluso los fondos procedentes de expurgos pueden ser
positivos ya que no tienen por qué ser fondos muertos para otra biblioteca.
Generalmente, el canje se centra en:
No es un procedimiento totalmente gratuito, ya que exige una contrapartida. Sin embargo, evita el
desembolso económico que cuando es internacional se traduce en un desembolso de divisas.
Martín Montalvo ha hecho varias distinciones dentro del canje:
El canje tiene pues dos vertientes. Una más elemental, que nos acerca a la idea de ahorro
económico por medio del "trueque", que es sobre todo interesante y útil para países
tercermundistas. Otra, de accesibilidad a las publicaciones que supone una pieza importante
dentro de planes internacionales de adquisiciones.
4.1.5.Depósitos
Los depósitos son donaciones por un tiempo determinado de un fondo o colección. Presentan una
serie de requisitos que se formalizan en un acuerdo sobre utilización y un acuerdo sobre
instalación de los fondos en la biblioteca depositaría. Transcurrido el tiempo se procede a una
renegociación para una posible permanencia o devolución de los fondos.
La adquisición de materiales distintos al libro en su forma clásica, suele presentar una variada
problemática; repasemos estos materiales y su forma de compra:
Los principales problemas que implican las publicaciones periódicas son, entre otros,
su elevado coste y la necesidad de continuidad, que obliga a tener cantidades fijas del
presupuesto asignado de antemano para mantener las suscripciones año tras año. El
almacenamiento también resulta problemático, pues una revista tiene un crecimiento
anual que puede oscilar entre unos pocos centímetros hasta varios metros de
estantería lineal; si no deja el suficiente espacio libre de estanterías para varios años,
se harán necesarios trabajosos traslados a otras estanterías o dividir la colección de
una misma revista en dos o más ubicaciones, complicando de esta forma la
localización.
Las lagunas existentes en las colecciones pueden cubrirse por medio del canje
de duplicados y la microfilmación, ya que resulta muy difícil la compra de ejemplares
atrasados.
b) Publicaciones oficiales. En este tipo de material están incluidos no sólo los boletines
y gacetas oficiales, sino también las obras científicas producidas por organismos
y agencias dependientes de la Administración Pública, y que suelen ofrecer un gran
interés para los investigadores. Es difícil obtener estas publicaciones por medio de los
libreros y distribuidores habituales; lo más aconsejable es ponerse en contacto
directamente con las imprentas nacionales, que las editan, o los Servicios de
Publicaciones de los distintos organismos oficiales.
d) Material cartográfico. Atlas, mapas, planos, etc., pueden ser identificados mediante
la bibliografía nacional especializada; su adquisición se puede hacer tanto
individualmente como por colecciones.
l) Materiales únicos o raros. Adquirir este tipo de material es muy difícil por falta de
oferta; el prestigio que estos fondos confieren a las instituciones que los poseen hace
que difícilmente sean puestos a la venta. Además, su coste es muy elevado, por lo que
debe examinarse muy atentamente la necesidad real de adquirir este material. Se
pueden obtener por medio del contacto directo con los propietarios o en subastas.
Respecto a los modelos de suscripción a contenidos digitales, podemos diferenciar las siguientes
tipologías:
• Compra a perpetuidad: se adquiere en propiedad el contenido seleccionado,
manteniendo los derechos de acceso de forma indefinida. Un inconveniente de esta opción
es que algunos editores obligan a adquirir colecciones completas como única alternativa a
la compra de uno de los títulos.
• Suscripción: Durante un periodo concreto de tiempo y mediante una cuota anual (basada
en el bajo coste por título) se accede al material contratado. La suscripción a
paquetes implica que la colección está siempre actualizada, pero no se asegura un
acceso perpetuo en el caso de cancelación y además la biblioteca no puede seleccionar
aquellos títulos que realmente necesita, por lo que de todos los materiales adquiridos, una
gran parte no se utiliza.
• Pick&Choose, título a título: Es una de las opciones por la que más se inclinan las
bibliotecas públicas para incorporar libros electrónicos a su colección. Esta modalidad
permite la compra a perpetuidad de títulos sueltos de una colección. Por el momento
pocos editores ofrecen esta alternativa por lo que con frecuencia las bibliotecas deben
acudir a agregadores (plataformas integradas por múltiples editoriales académicas), si
quieren utilizar este modelo de adquisición. Con la selección título a título, la biblioteca se
asegura que los títulos seleccionados son más pertinentes.
bibliotecas ofrecen a sus usuarios el acceso a una amplia colección de libros electrónicos
que todavía no han comprado formalmente. Las obras se muestran a los usuarios y
posteriormente, tras analizar detenidamente las demandas de los usuarios, se realiza la
adquisición.
En esta modalidad las colecciones se crean en base al uso y a las necesidades del
usuario, aunque es la biblioteca la encargada de elegir qué tipo de acceso quiere dar para
configurar este servicio. Por lo general se utilizan dos modelos: El usuario solicita el
acceso a un determinado título y la biblioteca decide sobre la compra del libro solicitado o
bien, la biblioteca adquiere los libros electrónicos después de un determinado número de
solicitudes.
Al finalizar el periodo se analiza el número de accesos que ha tenido cada título y en base
a esas estadísticas de uso se adquieren los títulos más utilizados, hasta completar el
precio pagado al principio del periodo.
El modelo EBS permite de esta manera que la biblioteca pueda realizar la selección y
adquisición de los títulos más relevantes e interesantes para sus usuarios a un precio más
económico.
6. El expurgo
6.1.Aspectos legales
El fundamento legal básico vigente es el Real Decreto 582/1989, de 19 de mayo, en cuyo, en cuyo
artículo 4º, párrafo 3 dice: “Los manuscritos, los incunables y las obras de las que no conste la
existencia de al menos tres ejemplares en Bibliotecas o servicios públicos, así como las que, por
su relevancia, han sido declaradas Bienes de Interés Cultural, o están incluidas en el Inventario
General de Bienes Muebles del Patrimonio Histórico Español, son objeto de especial protección,
conforme a lo establecido en este Reglamento y normas de desarrollo. Estos fondos deberán ser
incluidos en un inventario especial de la Biblioteca”
Las fases de actuación de una operación de expurgo son: el análisis y evaluación crítica, los
criterios, las consecuencias y finalmente, los destinos a dar al material expurgado, que conviene
recoger en un plan de gestión de recursos para evaluar las necesidades presentes y las futuras en
base a los recursos financieros de que se disponga.
a) Motivos:
• deterioro de ejemplares
• obsolescencia, desfase científico o inadecuación del contenido
• falta de uso
• necesidad de espacio (alcanzado el 80% de la capacidad se debe iniciar un
expurgo)
• mejora del acceso a los fondos
b) Objeto: Teniendo en cuenta que debe haber una Colección Básica, excluiremos del
proceso, en principio, el material bibliográfico perteneciente a:
• fondo de historia local y recursos autóctonos
• Fondo de Reserva: libros antiguos, curiosos o raros y ejemplares únicos o
agotados, es decir, irremplazables (fondo propiamente patrimonial y de acceso
restringido)
• obras literarias, de cine y música básicas consideradas como “clásicos” que se
deben tener siempre
• partes de una colección que se tenga completa
• ejemplares considerados imprescindibles en su especialidad (manuales)
• obras concernientes a colectividades relevantes para la comunidad, como
minorías étnicas.
Se pueden expurgar, por tanto, el resto de los materiales bibliográficos: libros,
publicaciones periódicas, obras de referencia, anuarios y directorios atrasados,
etc.
c) Finalidad: La finalidad de esta operación viene marcada por las razones que la
originan: mayor disponibilidad de espacio, incremento de uso, actualización de
contenidos, etc.
6.3.Criterios
Criterios objetivos, materiales o directos, combinables, que por sí solos determinan la retirada de
los ejemplares:
• fecha del ejemplar (antigüedad). Podrán expurgarse aquellos ejemplares cuya fecha de
Depósito Legal es anterior a 15 años (en lo que se refiere a materias o temas que se
actualizan constantemente como ocurre en el caso de la informática). En el caso de
anuarios y memorias se recomienda conservar los dos últimos años,
• redundancia (multiplicidad del título en uno u otro formato, casos de monografías en formato
libro y en formato electrónico), así como, su accesibilidad y disponibilidad en otras
bibliotecas
• frecuencia de uso o cuantificación del préstamo (5 años de desuso aproximadamente puede
ser una razón más para expurgar un ejemplar)
• alteraciones físicas (deterioro, roturas, vejez o suciedad) y mutilaciones del ejemplar
creada oficialmente durante la conferencia anual de IFLA en Nairobi en 1984 para centrar sus
esfuerzos en aplicaciones sobre preservación y para iniciar la cooperación mundial para la
preservación de los materiales de la biblioteca. El programa PAC fue lanzado con eficacia en
Viena durante la conferencia de 1986 sobre la preservación de los materiales de la biblioteca
coorganizados por la conferencia de los directores de las bibliotecas nacionales, IFLA y la
UNESCO. De este programa surgieron los Principios para el cuidado y manejo de material de
Bibliotecas.
Según se indica en el propio documento, “es una introducción general al cuidado y manejo de
material de bibliotecas, dirigido a individuos e instituciones con poco o ningún conocimiento en
preservación. No proporciona una extensa lista de métodos ni prácticas en detalle, pero
proporciona información básica para ayudar a las bibliotecas a establecer una actitud responsable
en el cuidado de sus colecciones. A menudo se conocen los factores que amenazan a las
colecciones, pero con frecuencia los bibliotecarios no denuncian de manera suficientemente
enfática las consecuencias de ignorar tales riesgos. Por lo tanto, “Los Principios IFLA para el
Cuidado y Manejo de Material de Bibliotecas” están diseñados para alentar a los responsables a
enfrentar estas consecuencias, y junto con científicos y técnicos expertos, formular una política
positiva para el futuro del material de sus colecciones.
Esta publicación se orienta fundamentalmente a:
En cuanto a los temas concretos que se abordan en dicho documento, se aborda la seguridad y
planificación frente a desastres, medio ambiente (condiciones ambientales), material tradicional en
bibliotecas (donde se hace referencia a la manipulación de los fondos, a su transporte, a los
métodos de almacenamiento, etc.), material fotográfico y películas, soportes audiovisuales y
cambio de formato (fotocopiado, microfilmación y digitalización).
BIBLIOGRAFÍA
Depósito legal de las publicaciones en línea. En Biblioteca Nacional de España [en línea]
http://www.bne.es/es/Colecciones/Adquisiciones/DepositoLegal/DLe/
FUENTES ROMERO, J.J. El expurgo como labor bibliotecaria. Boletín de Anabad, XXXV, (1985),
1, p. 93-98.
FUENTES ROMERO, J.J. Las definiciones de la colección de materiales de las bibliotecas. Los
conceptos de desarrollo y gestión de las colecciones: un estado de la cuestión. En: Boletín de la
Asociación Andaluza de Bibliotecarios, núm. 88-89, p.89-108 Julio-Diciembre 2007 [on line]
LEE, Hurl Li (2000) "What is a collection?". En: Journal of the American Society for Information
Science, 51 (12) , pp. 1106-1113.
Pautas sobre los servicios de las bibliotecas públicas. Madrid: Ministerio de Educación, Cultura y
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