Fabricacion Heroica y Construccion de La

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CAHIERS DU MONDE HISPANIQUE ET LUSO-BRESILIEN

Amérique latine :
mémoires et histoires nationales

IPEAT
INSTITUT
PLURIDISCIPLINAIRE
POUR LES ÉTUDES
SUR LES AMÉRIQUES
À TOULOUSE

104
PRESSES UNIVERSITAIRES DU MIDI

2015 - ISSN 1147-6753


C.M.H.L.B. Caravelle 47
n° 104, p. 47-70, Toulouse, 2015

Fabricación heroica y construcción


de la memoria histórica chilena
(1844-1875 ) 1

PAR

Jean Pierre DEDIEU


CNRS / Framespa Toulouse / ENS - IAO Université de Lyon

Lucrecia ENRÍQUEZ
Pontificia Universidad Católica de Chile

Gabriel CID RODRÍGUEZ


Universidad Diego Portales

Con la fundación de la Universidad de Chile en 1842, se acometió la


empresa de crear una memoria colectiva nacional, por medio de trabajos
históricos que se elaboraban en las áreas de Humanística y Derecho.
Sirvieron éstos, a su vez, de marco de referencia para la selección de un
conjunto de hombres célebres, notables, ilustres o héroes, como fueron
calificados, que se podían proponer a la admiración del pueblo. Describir
el proceso de esta selección de hitos memoriales es el objeto de este
trabajo, basado en un estudio pormenorizado de la elaboración de cuatro
obras que contribuyeron explícitamente a la misma (marcadas en la
bibliografía con A, B, C, D). No fueron éstas la única vía por donde se
elaboró la memoria histórica chilena. Otras publicaciones, biografías,
relatos históricos, libros de textos, estatuas y galerías de retratos, también
contribuyeron. El peso de los autores vinculados al fragmento que
estudiamos deja entrever, sin embargo, que éste tuvo un papel

1Este artículo forma parte del proyecto Ecos Conicyt C11H01, Inventando héroes: naciones en
busca de sí mismas (1808-1910).
48 C.M.H.L.B. Caravelle

vertebrador. Más interesante todavía, estamos en condiciones de


determinar con precisión las relaciones que unen estas cuatro obras, muy
dispares en cuanto al propósito que persiguen y al público a que se
dirigen; y por el estudio de estas relaciones, de echar una luz nueva sobre
los procesos de elaboración de las memorias históricas nacionales.
Recordemos que estudiar procesos de fabricación de héroes, más que
detenerse en la realidad histórica del personaje así considerado, significa
estudiar procesos de creación de la memoria nacional. La heroicidad se
atribuye. No se nace héroe. Los héroes se fabrican. El concepto de
fábrica heroica lo popularizó Michel Vovelle a propósito de la
Revolución francesa2. Se ha vuelto una herramienta de uso corriente que
proporciona una base común par el estudio colectivo de distintas figuras
heroicas 3 . En Chile disponemos de algunos trabajos centrados en la
construcción del culto heroico en tiempos de guerra, los usos políticos
de figuras históricas o la socialización de estos imaginarios en el espacio
público 4 . En este artículo queremos dar un paso más en el tema
recogiendo la propuesta que planteara años atrás Laurence van Ypersele
en el sentido de analizar a los fabricantes de héroes y sus motivaciones5.

El marco
La victoria chilena sobre la Confederación Peruano-boliviana en 1839
marcó un hito en la historia de la república. No sólo consolidó el
régimen conservador en el poder desde 1830, sino que confirmó el papel
del estado en la iniciativa y construcción de grandes empresas nacionales,
lo que generó una atmósfera patriótica y desarrolló en los habitantes la
idea de nación6. El estado, sin embargo, carecía de mecanismos capaces
de amortiguar las luchas de bandos que enfrentaban la oligarquía y de
obviar el carácter caótico de una vida política que alternaba golpes de
estado y guerras civiles con episodios autoritarios7. Paulatinamente se

2 Vovelle, M., La mentalidad revolucionaria, Barcelona, Crítica, 1989, p. 132-149.


3 Centlivres, P., Fabre, D. y Zonabend, F. (eds.), La fabrique des héros, Paris, Éditions de la Maison des
Sciences de l’homme, 1999.
4 Cf. Sater, W., The Heroic Image in Chile: Arturo Prat, Secular Saint, Berkeley, University of California

Press, 1973; Rodrigo Mayorga, «Un héroe para el partido, un héroe para la nación. Balmaceda y su
imagen ante la historia. Los años formativos (1891-1897)», in Rodrigo Mayorga (edit.), Lejos del ruido
de las balas. La guerra civil chilena de 1891, Santiago, Centro de Estudios Bicentenario, 2008; Cristián
Guerrero Lira y Ulises Cárcamo, «Bernardo O’Higgins entre izquierda y derecha. Su figura y legado
en Chile: 1970-2008», Cuadernos de Historia, n° 39, 2013, p. 113-146; Alfonso Salgado, «Memoria,
heroicidad y nación: monumentos, topónimos, estampillas, monedas y billetes en Chile, 1880-1930»,
Bicentenario. Revista de Historia de Chile y América, vol. IX, n° 2, 2010, p. 29-58.
5 Van Ypersele, L. (dir.), Questions d’histoire contemporaine: Conflits, mémoires et identités, Paris, Presses

Universitaires de France, 2006.


6 Cid, G., La guerra contra la Confederación. Imaginario nacionalista y memoria colectiva en el siglo XIX chileno,
Santiago, Ediciones Universidad Diego Portales, 2011, p. 22.
7 Gazmuri, C., El 48 chileno. Igualitarios, reformistas, radicales, masones y bomberos, Santiago, Editorial
Universitaria, 1999, p. 24.
CONSTRUCCIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA CHILENA 49

alzaron voces en la prensa y en el mundo de la cultura que discutieron


abiertamente la necesidad de reformar la república, introduciendo
mecanismos de debate que dieran más fluidez al sistema y ampliaran su
clase política. Los conservadores se dividieron en un ala más oligárquica
y clerical, frente a otra más modernizante y laica8. El grupo más liberal
radicalizó paulatinamente su postura 9 y se enfrentó con el ala
conservadora en la guerra civil de 1851. Fue más urgente la creación
de mecanismos integradores que evitarían semejantes enfrentamientos.
Se llevaron finalmente a cabo las reformas necesarias en los años 1860 y
principios de los 1870, bajo el egida de una alianza entre los
conservadores menos rígidos y los liberales menos extremistas, conocida
como la Fusión liberal-conservadora. Condición previa de esta alianza
fue la construcción de una memoria histórica común10.
En la década de 1840 se pusieron las bases de la cultura nacional, una
de cuyas expresiones fue la fundación de la Universidad de Chile11. La
Universidad contemplaba en su ley orgánica una reunión anual pública
del claustro pleno en los días siguientes a las fiestas patrias, en la que se
expusiera, en presencia del presidente de la República, su patrono, una
Memoria «sobre alguno de los hechos más señalados de la historia de
Chile» 12 . También se celebraban certámenes anuales de materias
científicas y literarias «que interesen a la nación» 13 . Se trataba
explicitamente de conformar una memoria nacional. El proceso fue
impulsado por el rector Andrés Bello.
Nos fijaremos aquí únicamente en las Memorias. En ellas se estableció
un relato canónico: la independencia como hito fundador de la nación; la
forma republicana, inspirada en principios liberales, como régimen
consustancial a la nación chilena. Se destacó que la independencia no fue
sólo una gesta bélica protagonizada por unos pocos héroes militares, sino
que su vertiente civil y cívica fue más importante todavía. Todos, Carrera
y O’Higgins, pero también los realistas que tan tenazmente lucharon en
Chiloe a favor de la monarquía hasta 1826, contribuyeron en edificar
Chile. Al ser la independencia un proceso colectivo, no lo domina una
personalidad heroica aislada. Fue fruto de un conjunto de actores
caracterizados como independentistas, revolucionarios, constructores de
la democracia, de la república, basada en la soberanía del pueblo y el

8 Jacsik, I., «Sarmiento y la prensa chilena en el siglo XIX», Historia 26, 1991-1992, Santiago, p. 120.
9 Gazmuri, o. c., p. 73 y sig.
10 Collier, S., Chile: la construcción de una república 1830-1865. Política e ideas, Santiago, Ediciones
Universidad Católica de Chile, 2005; Loveman, B., Lira, E., Las suaves cenizas del olvido. Vía chilena de
reconciliación política (1814-1932), Santiago, LOM, 1999.
11 Serrano, S., Universidad y Nación. Chile en el siglo XIX, Santiago, Editorial Universitaria, 1994, p. 15.
12 Estatuto de la Universidad, art. 28, Anales de la Universidad de Chile, 1843, p. 9.
13 Gazmuri, o. c., p. 73 y sig.
50 C.M.H.L.B. Caravelle

amor a la libertad14. Las Memorias crearon un héroe colectivo, la elite


chilena, al interior de la cual se produjeron desavenencias, disputas y
acciones heroicas que traspasaron la independencia y el establecimiento
de la república, pero que dio origen a un bien común, el Chile
republicano. En esta gesta colectiva, los antagonismos pierden
relevancia. Todos tienen cabida en la casa común, a la que todos en
alguna medida, contribuyeron.

La Galería de Desmadryl
En 1845, se afincó en Santiago el francés Narcisse Desmadryl, cuya
familia poseía en París una afamada imprenta de grabados, quien fundó
en Chile su propia empresa y dirigió una Galería nacional15. Se trata de una
obra lujosa, en dos volúmenes de muy buen papel y encuadernación de
calidad, en la que cada una de las cuarenta y siete biografías forma un
capítulo aparte y viene encabezada por un magnífico retrato grabado a
página completa en el que se despliega toda la maestría de Desmadryl.
La introducción escrita por Hermógenes de Irisarri retoma las líneas
maestras de las Memorias de la Universidad: la independencia llegó
aprovechando una casualidad histórica; conseguida ésta, quedaba por
organizar al país. Su falta de vertebración política desencadenó luchas
civiles que estuvieron a punto de destruirlo. La constitución de 1833 lo
salvó y la estabilidad que procuró permitió un notable desarrollo social.
Fue una medida de urgencia. Convenía pensar ahora en una nueva
organización política para seguir progresando. Mientras, había que
celebrar en una obra colectiva a:
Los hombres que nos han legado lo que poseemos: la república y la
independencia. Estos hombres son aquellos... que saliendo de la esfera
común, dan un sello particular a sus obras e imprimen su carácter a los
sucesos en los que toman parte16.
Las biografías varían entre cuatro y cuarenta páginas (O’Higgins),
pero el orden de exposición corrige semejante desigualdad: O’Higgins,
por ejemplo, aparece sólo en octavo lugar, ocupando el primero Mateo
Toro Zambrano con cinco páginas; el carácter sistemático de la puesta
en página aplasta aún más la jerarquía. Los ocho personajes vivos que se
incluyen tienen derecho todos a la misma extensión: tres páginas 17 .
Las biografías recalcan el mensaje. En ellas se expresan las tensiones

14 Lastarria, 1847; Manuel Tocornal, 1848; Benavente, 1856; García Reyes, 1864; Ramón Briceño,

1849; Sanfuentes, 1850; Amunátegui, 1853; García Pérez, 1854; Barros Arana, 1856; Santa María,
1858; Concha y Toro, 1862. El año corresponde a la fecha de lectura de la memoria. Cf. citas
exactas en bibliografía final.
15 Desmadryl, N., Galería nacional o colección de biografías y retratos de hombres célebres de Chile,

2 volúmenes, Santiago, Imprenta Chilena, 1854.


16 Desmadryl, o. c., I, p. 14.
17 Cuadro II, en el apéndice.
CONSTRUCCIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA CHILENA 51

políticas nacidas en la independencia, proponiendo a la par una


reconciliación del pasado:
La historia de la independencia americana registra en sus páginas dos largas
series, de heroicos militares la una, la otra de ilustres ciudadanos… Pero la
experiencia nos hace comprender que es más difícil constituir un país que
conquistarlo, y que la misión más ardua y noble es la del ciudadano llamado
a dirigir los destinos de su patria… Hoy día no es la espada, es la pluma la
que rige la humanidad18.
Esta relación entre héroe militar y republicano se sintetizaba en
biografías como la del general Prieto escrita por Diego Barros Arana:
Buen soldado del ejército insurgente durante la guerra de independencia,
más tarde presidente del estado, el General Prieto ha vinculado su nombre a
los más grandes triunfos del pabellón nacional y a los más gloriosos pasos de
la república19.
La calificación de héroe es escasa. La reciben O’Higgins, San Martín,
Manuel Rodríguez, Cochrane y sus marinos, Manuel de Salas, Ramón
Freire, el mayor Beauchef 20 . La mayoría de los biografiados, sean
hombres ilustres o ciudadanos comunes, destacan porque sirvieron
fielmente en el deber a la república. Figuran algunos a título casi
colectivo, en tanto autoridades políticas, militares y religiosas del
momento: el presidente en ejercicio Manuel Montt; Joaquín Tocornal;
los generales Gregorio Las Heras, Benjamín Viel, Manuel Blanco
Encalada, José María de la Cruz y el arzobispo Valdivieso. De esta
manera se establecía una relación de herencia de legados, encarnación de
valores, continuidad de tradiciones y principios fundadores. Lo mismo se
puede decir del clero, representado por dos obispos, dos arzobispos, un
canónigo y un presbítero. Se reivindicaba su participación en 1810
en la membresía del obispo Martínez de Aldunate en la Junta del
18 de septiembre y en una explicación general válida para todos los que
no apoyaron la independencia:
Hay la pretensión, muy común entre nosotros, de querer hacer aparecer a
todos nuestros hombres ilustres después de su muerte como grandes
republicanos, aun cuando muchos de ellos se hayan sometido por fuerza a la
república, como si dejaran de ser verdaderos patriotas, porque juzgaron más
conveniente al bien de su país este o aquel sistema de gobierno, o porque,
aun cuando amaban la libertad, no creían que les era lícito romper sus
cadenas21.
Figuran con ellos los líderes independentistas: Carrera, Juan Martínez
de Rozas, O’Higgins, Manuel Rodríguez. Sus biografías muestran que

18 Desmadryl, o. c., II, p. 36.


19 Desmadryl, o. c., II, p. 112.
20 Desmadryl, , o. c., I, p. 77, 95, 107, 126, 90, 11, 49 ,75 y 146 respectivamente.
21 Desmadyl, o. c., II, p. 104.
52 C.M.H.L.B. Caravelle

aún no había unanimidad en la interpretación del pasado, lo que se nota


especialmente en las biografías de Carrera y O’Higgins y sus divergencias
en torno a los momentos más controvertidos de la independencia
(batallas de El Roble y Rancagua; dictaduras de Carrera y O’Higgins;
fusilamiento de los tres hermanos Carrera, asesinato de Manuel
Rodríguez). En cuanto a la época contemporánea, figura tanto el
presidente Manuel Montt como José María de la Cruz, que el primero
derrotó en la guerra civil de 1851.
Mostrar la obra común de una comunidad, definida, ella sí, como
heroica, pese a sus divisiones y a los yerros de sus hijos, aunque no todos
merezcan el calificativo, pero a la que todos contribuyeron en su
edificación, es el mensaje. El bien mayor, Chile, reune a todos. Lo
importante es la convivencia en un consenso nacional22.
Entre los autores figuran los memoristas de la Universidad de Chile:
Diego Barros Arana, Miguel Luis Amunátegui, Diego José Benavente,
Domingo Santa María, Antonio García Reyes, en lugar destacado;
jóvenes políticos de las filas conservadoras: Juan y Carlos Bello o Ramón
Sotomayor; y futuros liberales con gran porvenir político, una vez
realizada la Fusión: Benjamín Vicuña Mackenna, Gregorio Víctor
Amunátegui o Marcial Martínez. Aparecen intelectuales o poetas como
Mercedes Marín del Solar, Pío Varas, Rafael Minvielle, Domingo
Faustino Sarmiento o Guillermo Matta, que reciclan a veces textos de
circunstancia escritos anteriormente.

José Bernardo Suárez: ¿difusión o nueva interpretación?

Tenemos así una primera selección, propuesta por un grupo de


intelectuales y de políticos jóvenes, partidarios de una reforma del
sistema político que acabe de raíz con las luchas de bando que desgarran
la oligarquía; reforma que llevarán a cabo en los años siguientes,
apoyándose en esta memoria nueva que acaban de construir y que
comparten. Pero el juego todavía corre entre pocos. La Galería nacional
es un libro magnífico, pero caro y poco difundido. Como lo observa
un testigo:
Es verdad que tenemos una colección de biografías de hombres célebres de
Chile, en dos gruesos y dorados volúmenes. Pero ¿cuántos son los que las
han leído o visto? Pocos, muy pocos. Esa colección de biografías se vende
tan cara que solo han podido proporcionárselas los deudos de los
biografiados y uno que otro literato rico23.

22 Stuven, A., La seducción de un orden, Santiago, Ediciones Universidad Católica, 2000, p. 100-150.
23 Suárez, J., Rasgos biográficos de hombres notables de Chile, Santiago, Imprenta Nacional, 1863, p. 6.
CONSTRUCCIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA CHILENA 53

Así habla José Bernardo Suárez (1822-1912). No pertenece a la élite


política. Es un pedagogo, que fue inspector de instrucción primaria en
varias provincias y que, desde mediados del siglo XIX hasta su muerte, se
dedicó a publicar obras para el aprendizaje de la lectura compuestas de
textos útiles para la formación moral y práctica del alumno. Se
especializó primero en vidas ejemplares, traducidas de manuales
extranjeros o resumidas de obras históricas: textos breves autónomos,
impresos a bajo costo, con letra gorda, vocabulario sencillo, de indudable
valor pedagógico, que conocieron ediciones múltiples24. En la segunda
parte de su vida se dedicó a la difusión popular de los buenos modales y
de los principios republicanos, con obras de un contenido más técnico
puesto al alcance de todos, tal su Recreo del soldado chileno... sus deberes, las
acciones de guerra que han tenido lugar en Chile (1865), con ocasión de la
Guerra contra España; o sus Nociones elementales de gobierno republicano
extractadas y arregladas para el uso de la clase obrera i de los alumnos de las escuelas
primarias de Chile (1880); o su Catecismo constitucional de la República de Chile
(1882). Senador por Santiago, se jubiló de la enseñanza en 189625.
Analizaremos dos obras suyas. La primera titula Rasgos biográficos de los
hombres notables de Chile (Bibliografía, letra B). En la introducción declara:
Procuraremos venderlo al menor precio posible para que pueda circular,
tanto en el palacio del rico como en la choza del pobre; en los colegios
donde se educa la aristocracia como en las escuelas gratuitas para el pueblo.
Por esta razón hemos reducido esas biografías. Inspirar a los jóvenes
sentimientos de virtud, instruyéndoles al mismo tiempo en la historia
contemporánea de su propio país, es el objeto principal de estas biografías26.
No explicita más su propósito, ni el sentido político que da a su
empresa. Avalado en los autores de la Galería, se sitúa en la misma línea.
Resume las biografías publicadas en diversas obras por Barros Arana,
Amunátegui, Vicuña Mackenna, Matta, Blest Gana, Varas Martín, Santa
María, Taforó y otros. Para las de los generales Luis de la Cruz,
Campino, Aldunate, Gana, Necochea, Maturana, Rondizzoni, García,
Baquedano, etc., resume las hojas de servicio. Diego Barros Arana
revisó la obra27 y consiguió el visto bueno del Consejo Universitario para
la difusión en las escuelas, de forma que las firmas de Andrés Bello y de
Amunátegui figuran en la portada del libro. Podemos concluir con
seguridad que los Rasgos... es la transcripción popular de la Galería. Suárez
inaugura así su carrera de propagandista de la ideología republicana en
línea con el ascenso de la Fusión Liberal-Conservadora al poder en 1861
portadora de un discurso de unidad que permitiese superar la polarizada

24 Citadas en la bibliografía final.


25 Gazmuri, C., La historiografía chilena (1842-1970), t. I, Santiago, Taurus, 2006, p. 265.
26 Suárez, o. c., 1863, p. 7.
27 Suárez, o. c., p. 286-287.
54 C.M.H.L.B. Caravelle

década de 1850 28 . Los Rasgos colaboran en este contexto político al


presentar la comunidad chilena en forma de exempla virtutis, con un tono
evidentemente conciliatorio, obviando los aspectos polémicos en la vida
pública de los biografiados. Suarez no mencionó el motín que Enrique
Campino encabezó en 1827; interrumpe la vida pública del general José
María de la Cruz en 1848, antes que las guerras civiles de los 1850 lo
tuvieron como protagonista29. Resulta ilustrativo el reposicionamiento de
la figura de Portales, a diferencia de su problemática inclusión en la
Galería de Desmadryl.
Definido como célebre estadista, Suárez esboza algunas virtudes que
permitían entender al controversial Ministro: su talento extraordinario, su
fuerza de carácter y prolijidad en el servicio público eran dotes que
explicaban su valiosa contribución en el afianzamiento del orden30. Tal
cambio sin duda resulta tributario del trabajo que sobre Portales publicó
el mismo año quien fuera uno de sus ex alumnos, Benjamín Vicuña
Mackenna, quien en un libro polémico ofreció una mirada alternativa
sobre su obra, más ponderada que las diatribas de Lastarria de 186131..
Como vemos, el republicanismo chileno acoge en su seno una
corriente ideológica fuerte con la convicción de la necesidad de educar al
pueblo en principios de nuevo cuño. Esto se traduce en los retoques que
Suárez da a la lista de los personajes que propone como modelos.
Introduce tres intelectuales de gran calibre. El argentino Domingo
Faustino Sarmiento, futuro presidente en su país, pensador racionalista
varias veces exiliado en Chile, al que presenta casi exclusivamente en su
faceta de pedagogo, con diecisiete páginas de texto.
Andrés Bello, de quien resalta al científico pasando discretamente
sobre su actividad política; y el jesuita desterrado a Italia Juan Ignacio
Molina, que adquirió fama europea como botánico. Suárez, como los
autores de la Galería, da mucha importancia a la grandeza institucional.
Propone a la admiración de sus lectores la misma lista de los que
desempeñaron la jefatura del Estado que la Galería32. Subraya aún más la
importancia de lo institucional al introducir en su elenco una proporción
muy notable de la cúpula militar chilena de su tiempo, tres generales de

28 Collier, S., Chile: la construcción de una república 1830-1865. Política e ideas, Santiago, Ediciones
Universidad Católica de Chile, 2005, p. 302-317.
29 Suárez, o. c., p. 66-69 y p. 204-206, respectivamente.
30 Suárez, o. c., p. 284-286.
31 Vicuña Mackenna B., Introducción a la historia de los diez años de la administración Montt. D. Diego
Portales, Valparaíso, Imprenta del Mercurio, 1863. El texto de Lastarria es Don Diego Portales. Juicio
histórico, Santiago, Imprenta del Correo, 1861.
32 Toro Zambrano, Martínez Rozas, Carrera, O’Higgins, José Gaspar Marín, Lastra, Francisco
Ramón Vicuña, Freire, Prieto, Ovalle, Portales, Pinto, Bulnes, Agustín Eyzaguirre, Blanco Encalada.
CONSTRUCCIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA CHILENA 55

los siete entonces existentes33, otros dos recién fallecidos y un almirante,


probablemente seleccionados porque tuvieron un papel, aunque bien
modesto, en las luchas de la independencia, reliquias todas que la Galería
pasaba por alto. Esto hace más llamativa la ausencia de Manuel Montt
que la Galería biografiaba. Tampoco se menciona el presidente en
funciones, José Joaquín Pérez. Introduce a un muerto emblemático de
Lircay, del bando de Freire, Rondizzoni. Marca su sentido de la
solidaridad americana incluyendo a Cortes Madariaga, líder
independentista de Venezuela de origen chileno. Como en la Galería,
aparecen tres arzobispos de Santiago: Vicuña Larraín, muerto en 1843,
José Alejo Eyzaguirre y Rafael Valdivieso.
Caen a la inversa seis nombres, aparte de Montt. Entre ellos Antonio
José de Rojas, oligarca de la colonia que sufrió la represión española en
1814 pero que no brilló por una fuerte actividad independentista. Los
otros eran políticos activos en las décadas de 1820 y 1830 implicados con
fuerza en las luchas de bando. Como se ve, los enfrentamientos
memorísticos no cesaron tan pronto. Subsiste sin embargo un hecho
fundamental: cuarenta de las sesenta biografìas de Suárez figuraban en la
Galería. A pesar de las diferencias ideológicas, un consenso memorístico
se estaba creando34.
Caen otros seis nombres, como Antonio José de Rojas, que no brilló
por una fuerte actividad independentista. Los otros eran políticos activos
en los años 1820 y 1830 implicados con fuerza en las luchas de bando.
Subsiste un hecho fundamental: cuarenta de las sesenta biografías de
Suárez figuraban en la Galería. A pesar de las diferencias ideológicas, un
consenso memorístico se estaba creando.
Han desaparecido los retratos, por razones económicas obvias. Pero
esta ausencia cambia el sentido del conjunto. Ya no se trata de una
galería aristocrática, de antepasados. Cambia la posición social y el
estatuto de personaje. Antes eran seres individuales movidos por valores.
Ahora personifican valores, se trata de seres abstractos. El cambio es
importante. El hecho de que las biografías no lleven firma contribuye a
despersonalizarlas. El anonimato del texto en prosa sugiere que es de
todos. Suárez lo subraya agregando al final de algunas biografías poemas
que añaden un mayor grado de abstracción. La parte poética está
firmada, pero la firma de los poetas no crea la calidad del sujeto por
autoridad propia, la ratifica en nombre de una realidad transcendental, ya
que el poeta, en el Chile de mediados del siglo XIX, es el «vate». Esta
progresiva abstracción culmina en la siguiente etapa.

33 República de Chile, Anuario estadístico de la República de Chile. Entrega quinta, Santiago, Imprenta
Nacional, 1863, p. 400.
34 Cuadro II, en el apéndice.
56 C.M.H.L.B. Caravelle

José Bernardo Suárez: del hombre célebre al héroe

No sabemos en qué medida el libro de Suárez alcanzó la difusión que


él esperaba. Lo dudamos: es una de sus pocas obras de la que no quedó
constancia de una segunda edición. Sesenta, o cuarenta personajes,
calcúlese como se quiera, eran en todo caso demasiados para ser
verdaderamente asimilados por una memoria común. Como buen
pedagogo, Suárez simplificó. El hecho de que no perteneciera a la
oligarquía santiaguina, su ideología volcada hacia el pueblo le facilitaba
eliminar, sin preocuparse de susceptibilidades y rencillas que, a juzgar por
las confesiones que vierten en la introducción de sus obras, frenaban las
iniciativas de otros administradores de la memoria colectiva. Lo hizo,
además, en una obra puramente escolar, que casi no pertenecía al ámbito
público y como tal tenía menos resonancia política inmediata, aunque se
situaba en el centro mismo donde se formaba la consciencia del futuro
ciudadano. En 1873, agregó a la séptima edición de sus muy difundidos
Rasgos biográficos de niños célebres unas Composiciones de poetas chilenos que
comprendían, además de fábulas moralizantes e himnos nacionales, dos
docenas de piezas breves en verso dirigidas por sus autores a dieciocho
personajes de fama nacional, todos los cuales excepto dos, figuraban en
los elencos anteriormente estudiados. Los dos nuevos se vinculaban a
hechos derivados de la Guerra contra España de 1865-1866 que no se
había producido cuando Suárez escribía sus Rasgos de hombres notables
(Bibliografía, letra C).
En las Composiciones no se trata de contar la vida del considerado. La
forma poética generalizada acentúa un rasgo ya presente en los Rasgos:
desaparece la personalidad histórica detrás de la idea que desarrolla el
poema. Así se acaba la trasmutación de la historia en mito. Semejante
abstracción se asemeja a una heroización, ya que en toda heroización la
misión transcendental del héroe ofusca su realidad histórica hasta
aniquilarla35. El proceso de abstracción llega a su término. Empezó en la
Galería, que contaba hechos vitales desquiciados de un contexto original
y reorientados en una perspectiva nacional; prosiguió en los Rasgos, que
procedían de la misma forma, añadiendo una selección positiva con la
introducción, en algunos casos, de un apéndice poético; culmina aquí,
al seleccionar aún más y al reducir los interesados a meras expresiones
de ideas.
El principio de selección que maneja Suárez es sumamente sencillo:
a) construcción de Chile por la participación militar o política destacada
en las guerras de la independencia (Aldunate, Blanco Encalada,

35Dedieu, J.-P., «El héroe nacional en contexto. Los diccionarios biográficos chilenos», Mélanges de la
Casa de Velázquez, 2015, en prensa.
CONSTRUCCIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA CHILENA 57

O’Higgins, San Martín, Marín, Carrera, Freire, Martínez Rozas, Infante);


b) construcción de Chile desde la cultura intelectual y jurídica (Camilo
Henríquez, Argomedo, Egaña, Juan Mackenna, Vera Pintado en cuanto
autor del himno nacional); c) construcción de Chile desde la Iglesia
(Cienfuegos); d) construcción de Chile como gran potencia guerrera
(Cruz en la batalla de Yungay, William en Papudo, Prado en la de
Callao). Suárez concentra la visión sobre los orígenes. De los dieciocho
nombrados, catorce tuvieron un papel destacado en la independencia.
Observamos también la coherencia, ahora totalmente conseguida, con el
ideal nacional. De todo pudimos dar cuenta en cuatro puntos solamente
usando como elemento de acoplamiento de las distintas proposiciones la
palabra «Chile». Sin embargo, un apreciable porcentaje de estos héroes
son extranjeros, Blanco Encalada, Prado, San Martín, Vera Pintado, el
nacionalismo chileno admitía una dosis de americanismo con tal que
fuera al servicio de Chile. El nacionalismo que construye esta memoria
no funcionaba como un bloque cerrado, basado en el nacimiento, ni en
un acto de voluntad del interesado. Se fundamentaba en el servicio
hecho. Sería interesante ver si esta opción es un rasgo personal de
Suárez, o si tiene una mayor proyección.

La Escuela Nocturna de Artesanos: la integración del mito


En 1875 se publicó en Santiago un opúsculo de noventa páginas,
sencillamente editado. Contenía doce conferencias dadas por otros
tantos intelectuales a los miembros de la Escuela Nocturna de artesanos
Benjamín Franklin. Varios conferencistas tenían por delante un porvenir
brillante, obtenido por méritos propios más que por herencia. Luis
Barros Borgoño fue en 1920 candidato conservador a la presidencia
contra Alessandri. Ismael Valdés Vergara será alcalde de Santiago de
1912 a 1914. Su hermano Francisco fue precandidato a la elección
presidencial en 1901. Intervino con cierta constancia en la conformación
de la memoria del país, con una obra justificativa de la sublevación de
1891 y una Historia de Chile para la enseñanza primaria36. Álvaro Tagle
Montt fue diputado liberal, como Benjamín Dávila Larraín, Alejandro
Bertrand Huillard era ingeniero cartógrafo de minas37. Eduardo de la
Barra Lastarria, agrimensor, radical militante, balmacedista en 1891, fue
profesor del Instituto Nacional, rector del Liceo de Valparaíso, poeta,
amigo de Rubén Darío, miembro correspondiente de la Real Academia
española, especialista de literatura española medieval; mostró toda su
vida un fuerte interés por la educación popular38. Jorge Lagarrigue se

36 Gazmuri, o. c., I, p. 319.


37 Gazmuri, o. c., I, p. 417-418.
38 Anónimo, s. f.
58 C.M.H.L.B. Caravelle

radicó posteriormente en París para estudiar el pensamiento de Comte y


practicó un positivismo místico, del que se consideraba sacerdote 39 .
Fundó en 1883 la Iglesia positivista de Chile, con sus
hermanos Juan Enrique y Luis, antes de virar al conservadurismo
anti balmacedista.
En tanto, forman un grupo de jóvenes militantes, de entre
17 y 24 años de edad, casi todos alumnos del Instituto Nacional, muchos
probablemente condiscípulos en la misma clase. Actúan bajo la tutela de
Eduardo de la Barra Lastarria, adulto ya maduro, antiguo estudiante del
Instituto, militante del radicalismo. Sabemos que de la Barra, alrededor
de 1855, fue condiscípulo en el Instituto de José Antonio Soffia, y que
tuvieron una estrecha relación el resto de su vida40. Es muy probable que
por esta vía estuviera de la Barra en contacto con el grupo que elaboraba,
por aquellos años la Galería que analizamos anteriormente. Lo que
explicaría las coincidencias que vamos a detectar.
La Escuela Benjamín Franklin era una emanación de la Sociedad
«Unión de Artesanos», fundada en Santiago en 1862. Enmarcaba las
actividades docentes de la Unión. Proporcionaba educación básica en sus
escuelas de noche, y una formación profesional más técnica en sus
escuelas del domingo41. Asociación de ayuda mutua gremial, acogía tanto
a maestros como a oficiales, otorgaba a sus miembros apoyo financiero y
moral en caso de enfermedad, y los socios maestros se comprometían a
emplear preferentemente a los socios oficiales. Los conferenciantes, con
la notable excepción de Eduardo de la Barra, el líder, no pertenecían al
patriciado. Algunos pasaban estrecheces y uno de ellos llegó a fundar una
Asociación de estudiantes pobres. Se dedicaban a educar al pueblo para
preparar la revolución. Las diez conferencias que pronunciaron sobre
otros tantos «Padres de la Patria» quedaron enmarcadas entre una
charla introductiva de Benjamín Dávila Larraín sobre la «Idea
revolucionaria»42 y una charla conclusiva sobre la «Revolución social» de
Eduardo de la Barra43, quien la remató con palabras que dan sentido
a la empresa:

39 Lagarrigue no dio la conferencia que le había sido asignada, sobre José Miguel Infante. Lo
sustituyó Benjamín Dávila Larraín, director del curso, ver Escuela nocturna de artesanos, Conferencia
popular «Los padres de la patria dada por el cuerpo de los profesores el 17 de septiembre de 1875», Santiago,
Imprenta de la República de Jacinto Núñez, 1875, p. 6.
40 Figueroa, P. P., Diccionario biográfico general de Chile (1550-1887), Santiago, Imprenta Victoria de H.
Izquierdo y Ca, 1888, p. 95.
41 Illanes O., M. A., Chile Des-centrado. Formación socio-cultural republicana y transición capitalista 1810-1910,
Santiago, LOM, 2003, p. 298 y sig. Francisco Valdés Vergara, encargado de la conferencia sobre
Camilo Henríquez, publicó en 1885 un folleto titulado: El camino de la fortuna; o sea: Vida y obras de
Benjamín Franklin , según Gazmuri , C., o. c., I, p. 319. Todo el colectivo está inmerso en un ambiente
positivista y sansimoniano.
42 Escuela nocturna, o. c., p. 5-13.
43 Escuela nocturna, o. c., p. 81-90.
CONSTRUCCIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA CHILENA 59

Glorifiquemos, señores, a los héroes del pasado que nos dieron patria;
continuemos la revolución por ellos iniciada, y como ellos, hagámonos
dignos del homenaje de nuestros hijos, dejándoles constituida la República
democrática fundada en la libertad44.
Libertad para cada uno de desarrollar sus potencialidades sin quedar
aplastado por las normas y limitaciones impuestas por la perpetuación en
el poder de una oligarquía que copa fortuna, plazas y oportunidades.
Benjamín Franklin es para la Sociedad el ejemplo de la realización plena
de la personalidad propia, el hombre de las «Trece virtudes» como
camino hacia la plenitud del ser. La colonia, explica de la Barra, apocaba
a los chilenos. Los Padres de la Patria, al conseguir la independencia,
levantaron este obstáculo, pero no supieron implantar un régimen
político que abriera al ciudadano la posibilidad de un pleno desarrollo
personal. Había pues que cambiar las bases de la sociedad chilena, más
allá de las reformas institucionales que se estaban implantando a
principios de los años 1870, que según el conferenciante, no eran sino un
espejismo engañador.
No se trata de una revolución al estilo marxista-leninista. Es sin
embargo una revolución verdadera, en el contexto de la época. Lo
importante para nosotros reside en el hecho de que el propósito es muy
distinto al de los autores de la Galería. Ellos elaboraron una memoria
común para unificar la oligarquía y preservar así su futuro. Ahora son los
propios enemigos de la oligarquía, quienes instrumentalizan esta misma
memoria contra ella. Pero al instrumentalizarla, la hacen suya: tanto los
nombres que citan como el relato en que los insertan proceden en línea
recta de las obras que examinamos arriba. ¿Como fue posible?
La Galería no podía conseguir su papel unificador de los bandos sin
recurrir a «principios generales de nivel superior»45. Es una necesidad en
la resolución de los conflictos, como lo pusieron de relieve infinidad de
trabajos sociológicos. Asumió el papel de tal principio el concepto de
servicio a Chile. Los personajes de la Galería conservan su individualidad,
su historial, llevan consigo el conjunto de relaciones familiares, sociales,
políticas que tuvieron en la vida real. De ahí la importancia de la elección
de los nombres, de no dejar a nadie fuera. Es la participación individual
en el grupo pacificado de los fundadores de Chile la que garantiza la paz
entre las familias que comparten el ejercicio del poder, tanto la
participación de los antepasados que responden por sus familias, como el
afán de integración de sus descendientes a la galería mediante una acción
política, o una vida intelectual, adecuada. Por ello tiene que ser esta

44 Escuela nocturna, o. c., p. 90.


45 Boltanski, L. y Thévenot L., De la justification. Les économies de la grandeur, Paris, Gallimard, 1991,
p. 48-51.
60 C.M.H.L.B. Caravelle

participación enaltecida, y la Galería la enaltece; tiene que depender de un


ejercicio del poder que sea función de valores aglutinantes y no
segregadores, y la Galería define tales valores. Pronto se cae en la cuenta
de que el valor integrador del modelo puede extenderse a la nación
entera, con tal de modificar en algo sus parámetros. No se trata para el
pueblo de adquirir un puesto en el templo de la memoria por el ejercicio
de cargos públicos; se trata de llegar a una grandeza similar a la que al
mandatario justo está prometida por la vía del ejercicio, en la vida diaria,
de las mismas virtudes que le garantizan ese acceso al templo. El modelo
tiene que depurarse más, las circunstancias personales tienen que perder
relieve para dar cabida a vidas y vocaciones de todo tipo. El principio
superior confisca el protagonismo. El hombre célebre se vuelve héroe en
el sentido pleno de la palabra: la función absorbe al hombre. El manejo
del mito por los conferencistas de la Escuela Benjamín Franklin muestra
que así elaborado, éste tenía la flexibilidad suficiente como para
adaptarse a circunstancias opuestas a las que le habían promovido. Los
conferenciantes de la Escuela nocturna predican el enfrentamiento, pero
comparten un mismo vocabulario con sus adversarios.

Otras vías de construcción de la memoria chilena


Otros encadenamientos sociales y conceptuales memorísticos se
dieron en Chile paralelamente a éste. Tomemos otro punto de partida, la
repatriación de los restos de O’Higgins en 1869 46 y la Exposición
Internacional de Santiago de 1875. La repatriación de O’Higgins es el
hito culminante de un proceso de reconciliación política que dejaba atrás
la polarización de la década de 1850, lo que se expresó en destacar los
actos positivos de su accionar público. Este viraje fue posible gracias a su
muerte en el exilio, martirio republicano que le había permitido expurgar
sus culpas. La construcción de O’Higgins como padre de la patria
explicitó la multitudinaria ceremonia de inauguración de su monumento
en el espacio público en 187247.
Alcanzó su punto culminante aquel mismo año con el cuadro
histórico La abdicación de O’Higgins, de Manuel Antonio Caro, presentado
en la Exposición Internacional de Santiago, que obtuvo la Primera
Medalla. La obra de Caro representaba el hito por antonomasia que para
los fabricantes de su imagen heroica le había valido el sitial de
preeminencia dentro del grupo selecto, más radiante que la gloria

46 Mc Evoy, C., «El regreso del héroe: Bernardo O’Higgins y su contribución en la construcción del

imaginario nacional chileno, 1868-1869», en Carmen Mc Evoy (ed.), Funerales republicanos en América
del sur: tradición, ritual y nación, 1832-1896, Santiago, Centro de Estudios Bicentenario, 2006,
p. 125-155.
47 Pinto, H., Descripción de la fiesta de la inauguración del monumento del Capitán Jeneral don Bernardo

O’Higgins, Santiago, Imprenta Nacional, 1872.


CONSTRUCCIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA CHILENA 61

adquirida en los campos de batalla48. El hecho de que la otra pintura


histórica que acaparó la atención en la Exposición fuera Los últimos
momentos del General José Miguel Carrera, del pintor uruguayo Juan Manuel
Blanes, confirma la emergencia de la nueva categoría.
Cambiemos otra vez el punto de observación 49 . Constatamos la
progresiva erección de monumentos a un puñado de los hombres
célebres de la Galería: Ramón Freire (1856), José Miguel Carrera (1858),
Diego Portales (1860) y José de San Martín (1863). Otro ámbito fue el de
la inclusión de una galería de retratos de héroes en el espacio
museístico50.

Conclusión

Queda por construir un indicador sintético que marque la posición


global de cada personaje en las cuatro clasificaciones conjuntamente
consideradas. Para ello, sumamos los rangos de cada uno en las cuatro
obras analizadas, tal como figuran en el cuadro II en apéndice, de
forma que quien menos puntos tiene más alto queda. Valoremos en
1 000 puntos, mucho más que la clasificación más baja, cada ausencia,
para darle un peso relevante.
El resultado es como sigue:

Nombre Ranking A Ranking B Ranking C Ranking D Puntaje


O’Higgins, Bernardo 1 4 3 5 13
Carrera, José Miguel 14 3 2 1 23
Freire, Ramón 3 9 8 8 28
San Martín, José 13 2 4 9 28
Infante, José Miguel 4 10 14 7 35
Martínez Rozas, Juan 9 14 15 6 44
Henríquez, Camilo 14 22 6 3 45
Rodríguez, Manuel 2 6 1000 2 1010
Cochrane, Tomás 6 19 1000 10 1305
Marín, José Gaspar 5 23 11 1000 1039
Salas, Manuel 12 26 1000 4 1042
Mackenna, Juan 10 38 9 1000 1057
Cienfuegos, José Ignacio 31 16 10 1000 1057
Egaña, Mariano 16 25 17 1000 1058
Vera Pintado, Bernardo 34 15 12 1000 1061
Cuadro I: Los primeros puestos de la clasificación sintética

48 M. A. V. J., «La abdicación del Supremo Director don Bernardo O’Higgins. Cuadro histórico
nacional del Sr M. A. Caro», Correo de la Exposición, Santiago, 2 de octubre de 1875.
49 Voionmaa, L., Escultura pública: del monumento conmemorativo a la escultura urbana, Santiago 1792-2004,

Santiago, Ocho Libros, 2004.


50 Catálogo razonado de la Exposición del Coloniaje celebrada en Santiago de Chile en septiembre de 1873 por uno

de los miembros de su comisión directiva, Santiago, Imprenta del Sud-América, 1873; Amunátegui, M.,
Creación de una galería histórica de pintura y escultura y de un Museo de Bellas Artes en el palacio
de la Exposición Internacional Chilena de 1875, Anales de la Universidad de Chile, t. LII, 1876.
62 C.M.H.L.B. Caravelle

Mencionamos aquí únicamente a los que puntúan por debajo de


2000, o sea los que por los menos clasifican en tres obras. Por
decantación consensual a partir de la primera propuesta, se formó un
conjunto reducido de siete nombres, encabezado por O’Higgins, seguido
de Carrera, Freire, San Martín, Infante, Martínez Rozas y Camilo
Henríquez. En su versión extensa, incluyendo a los diecisiete más
importantes, un número que autoriza conclusiones más seguras,
obtenemos una galería donde los militares tienen un papel importante:
O’Higgins, Carrera, Freire, San Martín, Cochrane, Blanco Encalada,
Cruz, Manuel Rodríguez, Juan Mackenna. Las cuatro primeras plazas son
suyas. Con todo apenas consiguen una leve mayoría frente a los civiles:
Infante, Martínez Rozas, Camilo Henríquez, José Gaspar Marín, Manuel
Salas, el arzobispo Cienfuegos, Mariano Egaña, Vera Pintado. Los
motivos de la presencia de cada uno, deducidos del análisis de los textos,
rebaten aún más el predominio militar. De tres de ellos se destaca su
papel político, como supremos mandatario del Estado chileno
(O’Higgins, Carrera, Freire). Juan Mackenna, muerto en un duelo por
Luis Carrera figura a título de víctima de un perturbador del orden
público; Manuel Rodríguez como guerrillero y portavoz del pueblo más
que como militar. La decantación memorística fue civilizando poco a
poco el conjunto, como corresponde a su fin integrador, en un contexto
en el que la guerra era más veces civil que externa. El militar encuentra
su lugar entre los héroes cuando encarna los valores aglutinantes del
grupo; siendo el valor aglutinante Chile, definido frente a lo no-chileno.
De ahí la presencia de Williams, militar de puro cuño, en la lista de
Suárez (B). La evolución posterior del grupo de los héroes, con la
inclusión de los vencedores de la Guerra del Pacífico, Prat y Cóndell,
obedecerá a la misma lógica.
El relato que acabamos de exponer se desarrolló históricamente en
una evolución diacrónica totalmente racional. Sin embargo, nadie la
planificó. Resultó de una serie de casualidades y coincidencias
improbables, que orientaron la elaboración progresiva del mito. En un
primer momento, un grupo de intelectuales jóvenes, que intentaban
abrirse camino entre la élite de poder por la imposición del talento
literario como «orden de grandeza»51 igual o superior al talento militar,
aprovechó una especulación comercial para proporcionarle a la
oligarquía chilena una visión pacificada de su propio pasado. Un
pedagogo, llevado por una lógica económica, pedagógica y por sus
propias preferencias ideológicas, generalizó el objeto, arrancándolo tanto
material como intelectualmente, del nicho donde se había elaborado.
Vinieron después usuarios que, con fines subversivos de la élite social

51 Boltanski, L. y Thevenot, L., o. c., p. 99.


CONSTRUCCIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA CHILENA 63

para la cual se había elaborado la primera de la galería, en parte por


exigencia también del formato de comunicación que usaban confirmaron
la plasticidad del objeto y lo redujeron a su esencia más pura.
¿Cuál fue la «mano invisible» que articuló a los actores? En el
recorrido que describimos, encontramos, a cada paso, un mismo grupo
de intelectuales, que tienen un rasgo en común: sus estudios en el
Instituto Nacional. Allí parece estar la matriz donde se formaron los
actores que, aprovechando a veces circunstancias ajenas, creando otras
las condiciones necesarias, dieron forma a una visión del pasado chileno
coherente y compartida. Los cinco objetos (memorias, tres galerías,
conferencias) que analizamos forman un conjunto fuertemente trabado.
Están conectados tanto en su contenido como en los actores que
intervienen en su elaboración. Un juego de referencias internas cruzadas
subraya estas relaciones. El relato resultante es un objeto fuerte y seguro.
Pero es un relato lineal. Describe un solo recorrido de transmisión, que
es a la vez transformación y creación continua de una memoria
específica, en el seno de un colectivo limitado. Las circunstancias
personales de los héroes fueron perdiendo relieve para dar cabida a vidas
y vocaciones de todo tipo. El manejo del mito por los conferencistas de
la Escuela Benjamín Franklin muestra que así elaborado, éste tenía la
flexibilidad suficiente como para adaptarse a muy diversas circunstancias.
Predican el enfrentamiento, pero comparten un mismo vocabulario con
sus adversarios. De los treinta y ocho fabricantes de la Galería de
Desmadryl, pasamos a tres que permanentemente se repiten en todas las
instancias de construcción de la memoria por la vía del heroísmo: Diego
Barros Arana, Benjamín Vicuña Mackenna, Miguel Luis Amunátegui.
Pero también debemos incluir a Suárez, que fue el primero en
sociabilizar la Galería.
Dejándonos llevar por la lógica interna de la documentación que
manejamos, obtenemos una imagen de los entes memorísticos muy
distinta de la siempre huidiza memoria global, uniforme, que todo y a
todos abarca, la que durante mucho tiempo anduvimos buscando sin
conseguir encontrarla. Lo que detectamos son recorridos de memoria,
recorridos que tienen cada uno su lógica propia, que se entrecruzan, que
interactúan, que tejen conjuntamente un tejido de memoria desigual,
compuesto de elementos variados, combinados de distinto modo, más o
menos compatibles. Nos encontramos frente a un objeto similar al
«collective narrative» que está emergiendo en la red informática, en que
varios autores van escribiendo «hebras» («threads») de una historia
partiendo de donde la dejaron otros, entretejiendo su propio relato en el
relato de los demás miembros del colectivo52.

Scott, R., All Together Now: Collective Knowledge, Collective Narratives, and Achitectures of Participation,
52
DAC 2005, Conference proceedings, 2005.
64 C.M.H.L.B. Caravelle

Sugerimos que el acercamiento más eficaz al fenómeno consiste en


describir minuciosamente, uno por uno, tales recorridos, tal como lo
hicimos aquí; como paso previo antes de evaluar la coherencia global del
conjunto. Semejante modelo le proporciona al historiador un elemento
clave para dar cuenta del surgir de elementos nuevos en el campo de la
memoria de una Nación, y para evaluar la dialéctica compleja entre
memorias individuales, grupales y nacionales. Pueden ser distintas, y sin
embargo trabarse de forma estrecha al compartir un determinado
número de nudos. No se trata ya de explicar cómo se abre un espacio en
un bloque monolítico, sino de cómo se insertan en un conjunto en
perpetuo movimiento.
Si bien semejante modelo invalida acercamientos globales
esencialistas al estudio de las memorias nacionales, queda útilmente
complementado por estudios basados en corpus definidos por el género
literario en juego y atentos al contexto del momento en que se escriben,
como el excelente estudio de Chloé Schurdevin sobre los manuales
escolares chilenos53; o estudios centrados en el seguimiento de un tema
concreto en el gran concierto memorístico. Por su concentración
temática, ponen de relieve factores ambientales que pesan sobre las
construcciones memoriales y orientan la constitución de las hebras que
describimos. En el manejo conjunto de ambos métodos reside
probablemente la vía metodológica más prometedora en la actualidad.
Nombre Ranking A Ranking B Ranking C Ranking D
O’Higgins, Bernardo 1 4 3 5
Rodríguez, Manuel 2 6 2
Freire, Ramón 3 9 8 8
Infante, José Miguel 4 10 14 7
Marín, José Gaspar 5 23 11
Cochrane, Tomás 6 19 10
Egaña, Juan 7
Rengifo, Manuel 8
Martínez Rozas, Juan 9 14 15 6
Mackenna, Juan 10 38 9
Centeno, José Ignacio 11 13
Salas, Manuel 12 26
San Martín, José 13 2 4 9
Henríquez, Camilo 14 22 6 3
Rojas, Antonio José 15
Egaña, Mariano 16 25 17
Carrera, José Miguel 17 3 2 1
Vicuña, Francisco Ramón 18 42
García Reyes, Antonio 19
Vicuña Larraín, Manuel 20 29
García Reyes, Antonio 19
Vicuña Larraín, Manuel 20 29
Eyzaguirre, José Alejo 21 21
Devic Tupper, Guillermo 22 55

53Schurdevin Blaise, Chloé, Construction identitaire nationale et représentations de l’Indien. Le discours des
manuels scolaires du Chili (1833-1925), Toulouse, thèse, Université Toulouse-Le Mirail, 2008,
microfichas, 414 + 171 p.
CONSTRUCCIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA CHILENA 65

Gandarillas, Manuel 23
Martínez Aldunate, José 24 20
Lastra, Francisco 25 44
Borgoño, José Manuel 26 32
Eyzaguirre, Agustín 27 50
Prieto, Joaquín 28 27
Balmaceda, Francisco 29 28
Toro Zambrano, Mateo 30 51
Cienfuegos, José Ignacio 31 16 10
Beauchef, Jorge 32 17
Wooster, Carlos 33 43
Vera Pintado, Bernardo 34 15 12
Ovalle, José Tomás 35 56
Pinto, Francisco Antonio 36 8
Pérez, Francisco Antonio 37 24
Portales, Diego 38 35
Vial Santelices, Agustín 39
Bulnes, Manuel 40 34
Montt, Manuel 41
Heras, Juan Gregorio 42 7
Tocornal, Joaquín 43 36
Viel, Benjamín 44 52
Blanco Encalada, Manuel 45 30 7
Cruz, José María 46 53 16
Valdivieso, Rafael V. 47 11
Sarmiento, Domingo Faustino 1
Aldunate, José Santiago 5 1
Molina, Juan Ignacio 12
Bello, Andrés 18
Campino, Enrique 31
Cortes Madariaga, José 33
Gana, José Francisco 37
Rondizzoni, José 39
Necochea, Eugenio 40
Argomedo, José Gregorio 41 13
Vidaurre Leal, Juan 47
Maturana, Marcos 48
García, José Ignacio 49
Baquedano, Fernando 54
Benavente, José María 57
Riquelme, Manuel 58
Cruz, Luis 59
Carrera, Juan José 60
Williams Rebolledo, Juan 5
Prado (Perú) 18

Cuadro II: Ranking de todos los personajes nombrados


en las obras estudiadas

Notas para el uso del cuadro:


Cada línea corresponde a un personaje citado por una o varias de las obras
estudiadas. Cada columna corresponde a una obra. Cada casilla indica el rango
del personaje dentro de la lista proporcionada por la obra referida. Las letras A,
B, C, D remiten a las obras e la bibliografía: A: Desmadryl, 1854; B: Suárez,
1863; C: Suárez, 1864; D: Conferencias, 1875.
En la columna A sólo contamos 47 entradas, cuando la obra original numera
hasta 48, al contar una sola vez la biografía de José Miguel Carrera que viene
repetida con el número 18, encabezando el segundo tomo, aunque ya figura en
el primero con el número 4.
66 C.M.H.L.B. Caravelle

Calculo de los rangos:


Se atribuye a cada personaje en cada obra el número de páginas que ocupa su
entrada. El n° 1 es quien más extensión tiene, y así correlativamente. Antes de
clasificar se hacen las siguientes correcciones para tomar en cuenta la puesta
en página:
En la obra (A), en la que la cantidad de páginas es similar en cada biografía y
donde no parece que el orden de exposición modifique el orden sugerido por la
extensión, ningun cambio.
En la obra (B) en la que el orden de exposición tiene una notable importancia,
se cuentan dos páginas más para las tres primeras biografías y una página más de
la cuarta a la décima incluida. La biografía de Juan José Carrera, relativamente
breve e inocua, sigue inmediatamente a la de su hermano, rango que solo
justifica este parentesco. Decidimos que para dar cuenta del sentido del texto,
era mejor no contabilizarla aparte, sino juntarla con la de su hermano como si
fueran una, y mencionar a Juan José abajo del todo, pro memoria.
En la obra (C) se añade una página a los tres personajes situados en primer
lugar, más una página por cada pieza de poesía por encima de la primera. Así
José Miguel Carrera, con dos páginas, citado en segundo lugar y con dos poemas
cumula 2 + 1 + 1 = 4 puntos.
En la obra (D) se considera la extensión. El orden de exposición deshace
los empates.

Apéndice
(A) Desmadryl, Narciso (dir.), Galería nacional, o colección de biografías y
retratos de hombres célebres de Chile, escrita por los principales literatos del país,
Santiago, Imprenta Chilena, 1854, 2 tomos, 238 p., 57 grab.
(B) Suárez, José Bernardo, Rasgos biográficos de hombres notables de Chile,
Santiago, Imprenta Nacional, octubre de 1863, 209 p.
(C) Suárez, José Bernardo, Composiciones en verso de poetas chilenos,
apéndice a Rasgos biográficos de niños célebres, Santiago, Imprenta del
Mercurio, 1873, p. 199-253.
(D) Escuela Nocturna de Artesanos, Conferencia popular «Los padres de la patria»
dada por el cuerpo de los profesores el 17 de septiembre de 1875, Santiago,
Imprenta de la República de Jacinto Núñez, 1875, 90 p.

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del Ferrocarril, 1856.
Benavente, D., Memoria sobre las primeras campañas de la guerra de la
independencia de Chile, Santiago, Imprenta Chilena, 1856.
CONSTRUCCIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA CHILENA 67

Boltanski, L., Thévenot, L., De la justification. Les économies de la grandeur,


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Escuela nocturna de artesanos, Conferencia popular «Los padres de la patria» dada
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la República de Jacinto Núñez, 1875, 90 p.
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Illanes, M., Chile Des-centrado. Formación socio-cultural republicana y transición
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68 C.M.H.L.B. Caravelle

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RESUMEN − En este artículo se estudia la construcción de la memoria


en el Chile decimonónico a través de la fabricación de héroes.
Analizamos un género poco estudiado: las galerías de hombres celebres
en su versión impresa. Aunque compuestas por diferentes autores,
constatamos el vínculo entre ellas, lo que nos permite postular que fue
una vía privilegiada de fabricación heroica.

PALABRAS CLAVES: Memoria, Chile, Héroe, Galería, Hombres


celebres.
70 C.M.H.L.B. Caravelle

RÉSUMÉ − Dans cet article on étudie la construction de la mémoire au


XIXe siècle au Chili à travers la fabrication des héros. On analyse un
genre peu étudié: les galeries d’hommes célèbres dans leur version
imprimée. Bien qu’elles soient composées par différents auteurs, on
trouve un lien entre elles, ce que nous permet de postuler qu’elles ont été
une voie privilégiée de fabrication héroïque.

MOTS-CLÉS : Mémoire, Chili, Héros, Galerie, Hommes célèbres.

ABSTRACT – This article deals with the construction of memory in


nineteenth century Chile through «hero making». We analize a gender
seldom studied: galleries of famous men appearing in printed versions.
Even though they were composed by different authors, there is a link
between them, which enables us to postulate that they were a priviliged
means for this heroic making.

KEYWORDS: Memory, Chile, Heroes, Gallery, Famous men.


CAHIERS DU MONDE HISPANIQUE ET LUSO-BRESILIEN
CARAVELLE N° 104
Juin 2015

Sommaire

Amérique latine : mémoires et histoires nationales............................................................ 7


Michel BERTRAND et Frédérique LANGUE :
Présentation ........................................................................................................................... 9
Frédérique LANGUE : L’Empire et la Révolution ou Bolivar et son double............................... 13
Víctor Hugo ACUÑA ORTEGA : Costa Rica: la fabricación de Juan Rafael Mora (siglos XIX-XXI) ... 31
Jean Pierre DEDIEU, Lucrecia ENRÍQUEZ, Gabriel CID RODRÍGUEZ : Fabricación heroica y
construcción de la memoria histórica chilena (1844-1875)........................................................ 47
Inés QUINTERO : Enseñar Historia en Venezuela: carencias, tensiones y conflictos .................. 71
Manuel GÁRATE CHATEAU : El nacimiento de un monstruo – El Golpe de Estado en Chile y la
imagen de Augusto Pinochet a través de las caricaturas de la prensa escrita francesa (1973-1990) 87
Marina FRANCO : La «transición a la democracia» en la Argentina frente a las cristalizaciones
de la memoria ....................................................................................................................................... 115
Eugenia ALLIER MONTAÑO : De historias y memorias sobre el pasado reciente en Uruguay:
treinta años de debates ............................................................................................................. 133
Mélanges ............................................................................................................................... 151
Edwin MONSALVO, Roberto GONZÁLEZ ARANA : Contra la moral i las buenas costumbres –
El control de la vagancia y la prostitución en la frontera Sur de Antioquia, Manizales,
Colombia 1850-1870.............................................................................................................. 153
María CARRILLO ESPINOSA : Orfeo y Dionisos en el origen de la poesía en María Zambrano
y José Lezama Lima.................................................................................................................. 177
Brigitte ADRIAENSEN : El acapulcalipsis en Cacapulco: humor grotesco y apocalipsis
en Cristóbal Nonato de Carlos Fuentes ...................................................................................... 193
Comptes Rendus .................................................................................................................. 209
(Voir détail en annexe p. 232)

CAR 104
Code Sodis : F407919
ISBN : 978-2-8107-0390-6

Prix : 27 €
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