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INSTITUCIÓN EDUCATIVA PARTICULAR

“EL SANTA”

TESINA
Las Drogas

Presenta:
Jordy Paredes Pascual Alexis

Asesora:
Norly Delgado Vargas Ofelio

Chimbote diciembre 2023


AGRADECIMIENTO

Agradezco a mi Profesora Norly por habernos enseñado a como


hacer la tesina durante todo el año para que nos ayudara mas
adelante para la universidad y a Dios por dar la oportunidad de
presentarlo.

1 INDICE
2 Marco teórico.......................................................................................................................3
2.1 INTRODUCCION............................................................................................................3
2.2 ANTECEDENTES............................................................................................................4
2.3 Percepción del problema..............................................................................................5
2.4 Bases Teóricas..............................................................................................................6
2.5 Problemática de las drogas...........................................................................................8
2.6 Resumen Histórico de las Drogas en el Perú................................................................9
2.6.1 Consumo de Drogas en el Perú...........................................................................11
2.6.2 ALCOHOL Y TABACO....................................................................................12
2.6.3 OTRAS DROGAS ILÍCITAS...........................................................................12
2.6.4 BAJO CONSUMO EN PERÚ.........................................................................13
2.6.5 Objetivos de la prevención.................................................................................14
2.6.6 MODELOS DE PREVENCIÓN................................................................................15
3 ESTRATEGIAS DE LA PREVENCIÓN......................................................................................17
3.1 ESTRATEGIA FORMATIVA...........................................................................................18
3.2 Estrategia de generación de alternativas en prevención............................................18
3.3 FACTORES DE PROTECCIÓN DEL CONSUMO DE DROGAS...........................................19
3.4 ÁMBITOS DE PREVENCIÓN.........................................................................................20
3.5 Ámbito escolar...........................................................................................................21
3.6 Ámbito laboral............................................................................................................25
4 METODOLOGIA Y DESARROLLO..........................................................................................26
4.1 ENCUESTA...................................................................................................................26
5 RESULTADOS DE LA INGESTIGACIÓN..................................................................................28
5.1 Conclusiones...............................................................................................................33
5.2 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS...................................................................................33
5.2.1 ANEXOS..............................................................................................................35
2 Marco teórico
2.1 INTRODUCCION
El debate en torno al consumo de droga sigue formando parte de la realidad
social en Perú.
En el presente, y sobre todo desde el mundo de los medios de comunicación
masivos, se tiende a estigmatizar concretamente a una capa de la población: la
adolescencia. En estos medios, se presentan noticias de gran calado social, a
través de las cuales, se expone continuamente la aparición de nuevas
sustancias peligrosas. La “supuesta aparición” de nuevas sustancias (y es
“supuesta”, ya que la mayoría de las sustancias de las que se habla no son
novedosas, si no que cobran protagonismo puntualmente) La percepción social
de que el problema de la droga, es sobre todo “cosa de jóvenes”, es algo
extendido en el imaginario social actual, considerando en esta línea que la
adolescencia, es una capa de la población que está perdiendo valores
preciados y que no sabe disfrutar de la vida. Esta apreciación por parte de la
gran mayoría de la sociedad peruana en este caso, queda algo lejos de la
realidad. El consumo de drogas y sus consecuencias personales, familiares,
sociales y laborales.
El estudio sobre la evolución del consumo de drogas en nuestro entorno más
cercano, siempre es de gran relevancia y de gran ayuda para la sociedad en su
conjunto, y más aún, para los profesionales dedicados a la prevención del
consumo y al tratamiento terapéutico de personas consumidoras, que pueden
basarse en una información de calidad, con el fin de tener conocimiento sobre
a qué se enfrentan en su labor diaria. Este trabajo está estructurado en siete
apartados además de esta introducción. Una primera parte está dedicada a
exponer los objetivos generales y específicos. Posteriormente, se presenta el
marco teórico que se divide en cinco subapartados, en los cuales, se
expondrán conceptos claves para el tema estudiado, además de una breve
exposición sobre la historia de las drogas en Perú, algunas teorías explicativas
del fenómeno, y, por último, un breve apartado sobre género y drogas. En el
apartado siguiente del trabajo, se aclaran aspectos metodológicos como las
características de las muestras, las técnicas de producción y análisis de datos.
La estructura continúa con el apartado de resultados, donde se exponen las
principales aportaciones, acompañadas de tablas y gráficos para su exposición.
Consecutivamente, se aportan las principales conclusiones, y es aquí, donde
se integra la información más importante obtenida en el trabajo, además de
exponer la aplicabilidad de los resultados y futuras líneas de investigación. Por
último, se pueden encontrar la bibliografía consultada, y los anexos.
2.2 ANTECEDENTES
En el Perú el uso de sustancias psicoactivas ha seguido una dinámica muy
similar a la observada en otros países del hemisferio occidental. Sin embargo,
existe una particularidad relacionada con 2 hechos: a) El Perú es un país
donde la coca ha sido usada desde tiempos remotos como estimulante en
ceremonias religiosas y como elemento vinculante en las relaciones sociales; y
b) Se trata de un país donde se producen drogas, las cuales se destinan a los
mercados interior y exterior. La coca es el insumo del cual se extrae el
alcaloide cocaína, sustancia que posee un elevado potencial adictivo y que ha
llegado a ser una de las drogas ilegales más ampliamente difundidas a nivel
mundial, habiéndose convertido en un grave problema social y de salud. La
magnitud de la producción y consumo de cocaína en el Perú ha hecho que el
problema de las drogas en pocos años haya pasado a ser un elemento central
de la dinámica general de la sociedad. La cocaína tiene un fuerte impacto en la
salud pública, la economía, la ecología y la política del país, contribuyendo al
proceso de desintegración que se vive. Por ello, cuando se habla de problemas
de drogas en el Perú, de lejos el problema más importante es el de la cocaína
en sus formas de pasta básica de cocaína y clorhidrato de cocaína; incluyendo
la producción, exportación y consumo de dichas drogas. En el caso de la
cocaína el problema va mucho más allá del de una mortalidad elevada y una
adicción severa a nivel individual pues dicha droga ha llegado a comprometer
la estabilidad del estado, desencadenando o al menos acelerando
enormemente, importantes procesos de desintegración en diversos aspectos
de la vida nacional. En las muestras de escritura más antiguas se encuentran
referencias al empleo de drogas estimulantes, depresoras y alucinógenas,
habiéndose observado que en las culturas primitivas el uso de psicoactivos
tuvo casi siempre un significado ritual y mágico-religioso, y las autoridades
ejercían cierto control sobre su empleo mediante leyes específicas o a través
de la fuerza de la costumbre. Los avances tecnológicos permitieron que se
aprendiera a concentrar y aislar los principios activos de ciertas drogas. Dicho
proceso se inició con los alquimistas y la destilación del alcohol y alcanzó una
eficiencia notable en el siglo XIX cuando se aislaron los alcaloides cafeína,
morfina y cocaína. El invento de la jeringa hipodérmica permitió contar con
formas más seguras de administración, lo cual a su vez favoreció la
elaboración de nuevos compuestos tales como la heroína, las anfetaminas y el
PCP, productos de síntesis químicas.
2.3 Percepción del problema
Dentro de la problemática de las drogas en el Perú, existen diversos aspectos
involucrados en la cadena oferta demanda de éstas, principalmente, en lo que
concierne a las drogas de consumo ilegal, las cuales están involucradas en
toda la cadena del narcotráfico. En cuanto a las opiniones de los líderes
peruanos respecto a las drogas, un estudio realizado por Castro y Zavaleta
(2001) muestra que la quinta parte de ellos (21.8%) considera al problema de
las drogas (consumo y narcotráfico) como uno de los más importantes del país,
ubicándolo en el quinto lugar después de los problemas económicos,
educación y cultura, sociales, y crisis de gobierno. Otros problemas importantes
mencionados son el terrorismo y la inmoralidad. Los líderes peruanos en un
estudio recientemente publicado por CEDRO, el 35.8% de los líderes
consideran que el aspecto más importante del problema de las drogas es el
consumo, seguido de la comercialización (22.8%) y elaboración de drogas
(15.1%). Solo 13.4% de los líderes considera al cultivo de hoja de coca como el
aspecto mas importante del problema de las drogas. (Castro y Zavaleta 2001).
En lo concerniente al aspecto más importante del problema de las drogas, la
población nacional urbana tiende a considerar como más importantes el
consumo (32,1%) y el narcotráfico (29,0%), en mayor proporción que el cultivo
(20,2%), la elaboración de drogas (12,4%) o la micro comercialización,
evidenciando que la población percibe cada vez más la importancia de los
problemas vinculados con el tráfico y consumo de drogas, considerándolos
relevantes dentro del contexto nacional. (Cedro 1996).
Desde inicios de los años 50, la sociedad peruana enfrentó importantes y
masivos procesos migratorios del campo a la ciudad. Las poblaciones
migrantes llegaban a las zonas urbanas de manera desorganizada,
abandonando sus estructuras de soporte originales, presentando graves
dificultades para integrarse completamente a los patrones de la sociedad
occidentalizada. El estado no contaba con medios para atender a tan grande
masa poblacional en cuanto a asegurarles condiciones de vida dignas,
proporcionarles medios de trabajo o al menos brindarles seguridad. Esto obligó
a vastos sectores de la población a generar estrategias de supervivencia al
margen de la sociedad formal, ocasionando además una creciente
desconfianza hacia los organismos encargados de legislar e impartir justicia.
2.4 Bases Teóricas
Existe evidencia de que las agrupaciones internacionales que comercian con el
opio y la heroína, están involucradas en un intento por contar con nuevas
zonas de producción y nuevos mercados para su ilegal producto. Tal es el caso
del Perú, donde se habría estado distribuyendo semillas de amapola a
campesinos de la selva, con el propósito de propiciar la producción de opio y
generar los mecanismos involucrados en su comercialización ilegal. En el Perú
se están cultivando inicialmente 2 variedades de adormidera, las que se
distinguen por el color rojo oscuro una y rosada la otra, con diferentes
rendimientos de látex y alcaloides, los cuales varían con la época de cultivo,
zonas de producción y prácticas agrícolas. El rendimiento promedio es de 10 a
12 flores por planta y 8 kilos de látex por hectárea. Las rutas de ingreso de los
insumos para la elaboración del opio y la posterior conversión en heroína son:
del Ecuador a través de los ríos Napo y Pastaza hasta la selva peruana; de
Colombia por el río Putumayo y de Brasil a través de los ríos Amazonas, Yavarí
y Madre de Dios. Las rutas de salida del opio son las mismas que sigue el
tráfico de cocaína, es decir, a través de Colombia para su posterior distribución
a nivel mundial, especialmente a los Estados Unidos, principal mercado de la
heroína. Una visión comparativa entre la producción y comercialización de
cocaína y de amapola para la producción de opio y sus derivados muestra que:
1. Tanto la coca como la adormidera se siembran en los meses preinvernales
para aprovechar las lluvias, aunque la amapola puede tener una segunda
siembra entre Julio y agosto. 2. La propagación en el caso de la coca es por
almácigo, proceso que dura 3 meses; mientras que las semillas de amapola se
arrojan directamente en el terreno, facilitando la labor del agricultor. 3. La
densidad de siembra de la coca es de 1.0 x 0.5, lo que representa
aproximadamente 22000 plantas por Ha. En el caso de la adormidera, el
distanciamiento es de 0.25 x 0.25, con una densidad de 160000 plantas por Ha.
4. La producción de coca se inicia a los 18-20 meses, cosechándose
periódicamente cada 3 meses. La adormidera es de ciclo anual; se comienza a
cosechar a los 5 ó 6 meses y durante el período productivo se recoge látex
cada 7 días. Así, al comparar las condiciones de cultivo de ambos productos,
es posible concluir que el cultivo de adormidera es beneficioso para el
campesino en comparación con el cultivo de coca, pues requiere menor
inversión en tiempo y las condiciones de cosecha son mucho mejores. Por ello,
es necesario desarrollar mecanismos que desalienten esta actividad en los
campesinos. 26 adicionalmente, es importante tomar en consideración otros
aspectos, relacionados también al contexto particular del Perú: 1. En el Perú
existe una base social que favorece las actividades productivas ilegales. Se
trata de la economía ilícita de la coca, que puede favorecer el cultivo de la
amapola para la producción de opio y heroína, particularmente en algunas
localidades de la selva peruana, que por lo demás, presentan condiciones
favorables para la instauración del cultivo y su comercialización efectiva.
El Perú cuenta con condiciones geográficas pueden favorecer el cultivo de
amapola, generando un producto de mayor calidad y rentabilidad. Zonas de
este tipo se encuentran en los valles de Cajamarca, Amazonas, y zonas de
selva alta de San Martín (Alto Mayo: Nuevo Cajamarca). Otros suelos son
también viables a este tipo de producción (Huallaga Central: Tingo de Saposoa
y Tingo de Pinaza). En años previos, se confirmó la existencia de zonas con
sembríos de adormidera como son: Amazonas (Rodríguez de Mendoza y
Chachapoyas), Cajamarca (San Ignacio y Jaén). Además, existirían sembríos
en los departamentos de Apurímac y en la sierra de Lima. En junio del 2000 se
encontró en el departamento de Piura el primer laboratorio de producción de
heroína. 3. Los aspectos de mayor rentabilidad debido a las menores
dificultades de transporte en lo que respecta a mayor producción por menor
volumen, pueden ser también un elemento que aliente la producción y por tanto
la oferta del opio y sus derivados. 4. El atractivo de la amapola para los
campesinos no sólo está en sus elevados precios en el mercado; sino en otros
beneficios: tales como su mayor productividad, el hecho de obtener 2 cosechas
por año, las dificultades para detectar los sembríos desde el aire por las
autoridades y su procesamiento, que requiere muchos menos insumos que la
cocaína. 5. Por otro lado, es importante comprender además que, si bien en el
país no se reportan aún casos de consumo, el gran potencial adictivo de estas
drogas podría generar y elevar rápidamente la incidencia de casos de adicción.
Por ello, es necesario que se tomen medidas inmediatas, traducidas en leyes,
que penalicen drásticamente el cultivo, promoción, financiación y
comercialización del cultivo de adormidera, así como toda actividad que facilite
o promueva los aspectos previamente mencionados. No tomar alguna medida
sería inapropiado, dado que el Perú presenta condiciones que podrían facilitar
el cultivo de amapola y tráfico de heroína.
Tabla 4
Incautaciones vinculadas a la producción de opio en el Perú 1996-2002

En tanto y en cuanto la ley actúe rápido y oportunamente para frenar las


posibilidades de propagación e instauración de este tráfico, el país se
encontrará en mejores condiciones para enfrentarlo y anularlo totalmente, tanto
en su oferta como en su demanda. Es necesario que las autoridades
nacionales, con el apoyo de las fuerzas del orden y las organizaciones civiles
del país, asuman una actitud firme respecto al problema y contribuyan desde
sus respectivas posiciones a evitar su crecimiento. 27 Fuentes de la Policía
Nacional informaron el descubrimiento en mayo del 2000 y por primera vez en
el país, de una plantación de 15 Hectáreas de plantaciones de adormidera en
la zona de San Vicente, distrito de Nuevo Progreso de la provincia de Marañón,
zona selvática de Huánuco. Este hallazgo ha sido seguido de otros hallazgos y
ha conducido a la destrucción in situ de 4446 kg de amapola en los primeros
cinco meses del año 2002. El Transnacional Instituto ha informado en abril
2002, que, según cálculos establecidos por la Dirección Nacional de
Inteligencia del Ministerio del Interior, el Perú tiene en la actualidad unas 1200
hectáreas de amapola. El año 2001 se produjeron dos operativos policiales en
los que se incautó morfina. (TNI, 2002).
2.5 Problemática de las drogas
El consumo de drogas, tanto legales como ilegales, está muy presente en
nuestra sociedad, y se ha convertido en un serio problema de salud pública,
que está generando consecuencias negativas no sólo en el ámbito individual de
quien consume, sino también a nivel familiar y de la sociedad en su conjunto.
Ante esta situación la Secretaría de Coordinación del Consejo Nacional contra
el Tráfico Ilícito de Drogas (SC-CONALTID) a través de la Oficina de las
Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), con el apoyo de la
Unión Europea, implementa un proyecto de prevención del consumo de drogas
en cuatro municipios del país (La Paz, Oruro, Cochabamba y Santa Cruz),
dirigido a estudiantes; incluye la capacitación de maestros y el involucramiento
a padres y madres de familia, y la producción de materiales de apoyo. El
presente material educativo es parte de estos esfuerzos, y ha sido elaborado e
impreso en el marco del Contrato de Subvención DCI – ALA / 2014 / 342 – 302
del proyecto “Prevención del uso indebido de drogas en las comunidades
educativas de Perú”. El mencionado proyecto se inscribe en la Estrategia
Nacional de Lucha contra el Narcotráfico y Reducción de Cultivos
Excedentarios de Coca (2011-2015) y el Plan Nacional de Reducción de la
Demanda de Drogas en Perú (2013-2017) del Estado Plurinacional de Perú; las
Convenciones de Políticas Antidrogas de la Organización de las Naciones
Unidas y los Estándares Internacionales de Prevención de la UNODC (2013).
Las actividades principales de este proyecto son: el establecimiento de alianzas
estratégicas interinstitucionales; la implementación de talleres de capacitación
para docentes y padres de familia, en un enfoque de construcción colectiva del
conocimiento; el desarrollo de procesos de supervisión y seguimiento a los
docentes en su práctica pedagógica de aula; la producción de materiales
impresos y audiovisuales didácticos; y, la incorporación de contenidos de
prevención del uso indebido de drogas y las habilidades sociales para la vida,
en el currículum escolar y de aula. Se espera que durante el desarrollo de este
proyecto se cumpla el objetivo de “contribuir a frenar los índices de prevalencia
del uso indebido de drogas con enfoque de habilidades sociales para la vida,
en los ámbitos escolar, familiar y comunitario, a través de la implementación de
procesos educativos de información, concienciación, capacitación y
movilización de la población contra el consumo de drogas”.
2.6 Resumen Histórico de las Drogas en el Perú
La producción, consumo, comercialización y tráfico ilícito de drogas,
constituyen una problemática de relevancia social desde que el ser humano
descubrió que el consumo de algunas sustancias (drogas) modificaba su
estado de conciencia; sin embargo, el uso y consumo ancestral de las drogas
estaban vinculados exclusivamente a manifestaciones místicas religiosas de
los diversos pueblos y comunidades originarios, indígena-campesinas, y otras
culturas. El efecto “mágico” del consumo de algunas sustancias servía para
“elevar” el espíritu del individuo; la creencia era que la “modificación del estado
de conciencia” - que experimentaban los sacerdotes, brujos o chamanes -
facilitaba el contacto con las divinidades y canalizar energía cósmica. Alrededor
de 4.000 años A.C. la cultura de los sumerios de Irán cultivaba la amapola o
adormidera, denominada también como “planta de la alegría”, con la finalidad
de extraer el opio, una sustancia de alto poder adictivo, cuyo consumo era
controlado por los gobernantes y líderes religiosos de la época. 2.000 A.C. en
la China y la India ya cultivaban la marihuana, considerada también como la
“planta sagrada”, utilizada especialmente en los ritos religiosos. La mitología
griega describe a Morfeo como “Dios del sueño” con las flores de la marihuana
en la mano. En la antigua Roma, Galeno mereció el favor de Marco Antonio por
haberle preparado la “triaca” (poción a base de opio), que consumía a diario
para aliviar el dolor de cabeza. En el Continente Americano, los diversos
pueblos y comunidades originarias utilizaban una o varias sustancias que
provocaban alteraciones en la “percepción de la realidad”. UNODC, Proyecto
“Prevención del Uso Indebido de Drogas en Comunidades Educativas de
Bolivia” 10 PROBLEMÁTICA DE LAS DROGAS Así, las tribus Huicholes en sus
rituales religiosos ingerían el cactus conocido como “peyote”; mientras que los
indios de Norteamérica (Apaches, Kiowas y Siux) crearon una especie de
religión y culto en relación al “peyote”, según señalaban para “trascender sus
espíritus”. Por su parte, los pueblos Mazotecos y Zapotecas de Centroamérica
utilizaban el teonanactl llamado también “hongo sagrado” con propósitos
místicos y curativos; mientras que los aborígenes del Brasil utilizaban la waika
para sus ritos con el árbol virola. Las tribus originarias de la zona amazónica en
el continente americano, utilizaban la ayahuaska supuestamente para “entrar
en contacto con sus Dioses”. En la cultura andina (1.500 A. C.) tenían gran
relevancia las manifestaciones religiosas relacionadas con el uso de la hoja de
coca. Si bien no se conoce el origen exacto del cultivo de esta planta, se cree
que los Incas la heredaron de culturas aún más antiguas como la Tiwanacota.
Los cronistas relatan sobre los usos y costumbres, y la importancia que los
Incas asignaban a la hoja de coca. El consumo era selectivo y estaba
reservado a una casta privilegiada del Imperio Incaico, por lo que, la producción
era controlada; sin embargo, algunos escritores sostienen que también existían
cultivos reducidos de la hoja de coca, que consumia la plebe y otros grupos
que no pertenecían a la hegemonía incaica1. La importancia de la hoja coca en
los Andes se debe a sus múltiples facetas de carácter religioso, social, cultural,
político y económico. La hoja de coca se ofrecía a las divinidades, y también
era utilizada para la medicina2 y la adivinación. Como se puede apreciar,
ancestralmente sólo algunas personas de las diversas culturas, tribus y
poblaciones utilizaban y consumían sustancias que modificaban el estado de
conciencia y sólo con propósitos místicos, espirituales o curativos. ¿Cuándo se
constituye en problema el consumo de drogas? El consumo de drogas se
constituye en un problema cuando su uso rebasa el marco tradicional, místico y
religioso. Cuando las drogas que eran consideradas un “un medio” pasan a ser
“un fin en sí mismos”3, cumpliendo una finalidad hedonista en el principio de
“placer-displacer”. En la edad media, desde el siglo XVI, época en la que tienen
su apogeo las brujerías, los brujos del “Sabbat” realizaban reuniones secretas y
consumían alucinógenos y estupefacientes que provocaban histeria colectiva y
alucinaciones. En la Edad moderna, la colonia española en América cambió el
sentido del uso y consumo de algunas sustancias como la coca. Los mineros y
campesinos eran obligados a consumir la hoja de coca en el trabajo de las
minas y la tierra, sobre todo por sus efectos de adormecimiento, eliminación de
la fatiga y mayor rendimiento laboral (Meruvia, Fanor: 2000). Es así que en
Bolivia la explotación de los recursos minerales siempre demandó el
incremento de la producción de la hoja de coca, así como la masificación de su
consumo. El sincretismo cultural producto de la colonia hizo que el uso y
consumo tradicional de la hoja de coca se combine con el consumo del alcohol
y el tabaco.
En el siglo XVII, mientras el té importado de la China por una Compañía India,
East India Company, se convertía en la bebida nacional de los ingleses, esta
misma compañía introducía masivamente a la China los excedentes de opio
que compraba de la India. Las dos “guerras del opio” (1839-1842 y 1856-1858)
tenían el propósito de defender el “derecho” de los ingleses a vender opio a los
“señores de la guerra”. En ambas confrontaciones, los chinos fueron derrotados
con un triste balance de enfermos dependientes del opio. A mediados del siglo
XVIII, la hoja de coca fue importada por Europa, donde por vez primera el
científico Albert Niemann (1860) logró aislar de la hoja de coca el alcaloide de
la cocaína. Después del descubrimiento de las cualidades anestésicas de la
cocaína, Carl Koller (1884) utilizó esta sustancia como anestesia local para la
práctica médica. Este hecho despertó un interés científico sin precedentes. Es
así que, Sigmund Freud pensó que la cocaína podía constituirse en remedio
para la dependencia a la morfina4; sin embargo, luego de experimentar
científicamente dicha hipótesis, llegó a la conclusión que la cocaína es una
droga igual o más adictiva que la morfina. En el siglo XX aumenta el consumo
de morfina, a consecuencia sobre todo de la primera guerra mundial (1914-
1918). Muchos heridos tratados con esta droga como analgésico se convierten
luego en adictos a la misma. Durante la segunda guerra mundial (1939-1945),
los médicos de los ejércitos norteamericano, inglés, alemán y japonés
administraron o recetaron las anfetaminas de manera masiva entre los
soldados, con el propósito de reducir la fatiga, reforzar la resistencia y “elevar el
espíritu guerrero” de los combatientes; posteriormente, estas acciones
desencadenaron fenómenos de de abuso y adicción. La masificación del
consumo de drogas en la sociedad mundial se inició en los movimientos de
juveniles de la década de los años 60s, como protesta a la estructura social
imperante, simbolizada especialmente en el rechazo a la guerra del Vietnam.
(Escohotado, Antonio: 2008) De este modo, se hizo popular el consumo de
marihuana y otras drogas psicodélicas como el ácido lisérgico (LSD)
particularmente entre la juventud de América del Norte. A partir de este hecho,
se empezó a promover una serie de estereotipos relacionados con el cambio
generacional y sus manifestaciones de rechazo en el mundo occidental con
marcada influencia en nuestro medio.
2.6.1 Consumo de Drogas en el Perú
La cocaína ya no es la segunda droga ilegal más consumida por los
universitarios peruanos, después de la marihuana. Ahora, comparte ese lugar
con una gran variedad de sustancias psicoactivas, entre ellas los inhalables, los
hongos alucinógenos, la ketamina, los cannabinoides sintéticos y el LSD.
Esta es una de las principales conclusiones del III Estudio Epidemiológico
Andino sobre Consumo de Drogas en la Población Universitaria - Perú 2016,
que fue presentado esta mañana por la Oficina de las Naciones Unidas contra
la Droga y el Delito (UNODC), la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida
sin Drogas (DEVIDA) y la Unión Europea (UE). La investigación se desarrolló
en el marco del proyecto PREDEM, el cual es financiado por la Delegación de
la Unión Europea en el Perú.
La marihuana sigue siendo la droga ilegal más consumida por los universitarios
del país, con un consumo reciente de 5,17%. La siguen los inhalables (0,41%),
la cocaína (0,29%), los hongos alucinógenos (0,25%), la ketamina (0,25%), los
cannabinoides sintéticos (0,25%) y el LSD (0,18%). Este fenómeno fue descrito
por los especialistas como "la descocainización del consumo de drogas
recreativas en los jóvenes".
El estudio también muestra una tendencia ascendente en el consumo reciente
de marihuana, que pasó de 3,2% en 2009 a 5,2% en 2016. Este incremento
podría estar asociado al descenso en la percepción de riesgo en el consumo de
esta sustancia: más de la mitad de universitarios no percibe gran riesgo en el
uso experimental de la marihuana y cerca del 18% no percibe gran riesgo en su
uso frecuente.
El 31% de los estudiantes considera que le resulta fácil conseguir marihuana y
al 12,4% se la ofrecieron en los últimos 12 meses. Esta oferta se concentra en
los más jóvenes (menos de 22 años), que a la vez son quienes más la
consumen.
2.6.2 ALCOHOL Y TABACO
El 37,7% de los universitarios del país consumió alcohol al menos una vez
durante los últimos 30 días previos al estudio, lo que representa un descenso
de casi 10 puntos con respecto de 2012, cuando ese indicador fue de 47,4%.
El uso perjudicial o riesgoso de alcohol bajó de 26% en 2012 a 21% en 2016, lo
que constituye, sin duda, una noticia positiva. Sin embargo, el porcentaje de
consumidores del último año con signos de dependencia no ha variado
significativamente (10,8% en 2012 y 9,1% en 2016) y sigue afectando a cerca
de 1 de cada 10 universitarios peruanos.
El uso actual del tabaco descendió de 22,6% en 2012 a 16% en 2016, con
diferencias porcentuales de casi ocho puntos en el caso de los hombres (de
29,3% a 21,2%) y de cinco puntos, en el de las mujeres. El descenso de las
mujeres en el consumo en todo el período 2009-2016 es de casi 10 puntos
porcentuales.
El 12,6% de los universitarios peruanos ha fumado cigarrillos electrónicos
alguna vez en su vida. Los mayores fumadores de este tipo de dispositivos son
los estudiantes de 18 años y menos.

2.6.3 OTRAS DROGAS ILÍCITAS


El 19,6% de los estudiantes (uno de cada cinco) ha probado alguna
droga ilegal o nueva sustancia psicoactiva al menos una vez en la vida y el
6,3% consumió en forma reciente.
Después de la marihuana, la sustancia más consumida son los inhalables. El
2,5% los ha consumido alguna vez en su vida y el 0,4% lo ha hecho en el
último año. Entre este tipo de sustancias se encuentran la bencina, parafina,
acetona, tolueno, pegamentos industriales y otros similares. Llama la atención
que el consumo de este tipo de droga se concentre mayoritariamente entre las
mujeres (0,7%) y no en los hombres (0,1%).
La siguiente sustancia más consumida es la cocaína (0,29% en el último año).
Se trata de un consumo prácticamente exclusivo de hombres de más de 20
años. Es posible que este bajo consumo esté influenciado por el hecho de
que más del 85% de los estudiantes considera que usar cocaína
frecuentemente es de gran riesgo.
Cabe señalar que es la primera vez en este tipo de estudios, y en muchos
realizados en América Latina que, de las seis sustancias ilegales más
consumidas, tres son drogas sintéticas o nuevas sustancias psicoactivas (entre
ellas ketamina, cannabinoides sintéticos y LSD).
2.6.4 BAJO CONSUMO EN PERÚ
El estudio se llevó a cabo de manera simultánea, entre octubre de 2016 y
marzo de 2017, en universidades públicas y privadas de Bolivia, Colombia,
Ecuador y Perú. En el Perú se encuestó a 4.060 estudiantes de 10
universidades, los que representan un universo de 145 mil universitarios.
De los cuatro países andinos donde se llevó a cabo el estudio, Perú junto a
Bolivia presentaron los consumos más bajos de alcohol, tabaco y drogas
ilegales.
El III Estudio Epidemiológico Andino sobre Consumo de Drogas en la Población
Universitaria forma parte del Proyecto de Apoyo a la Reducción de la Demanda
de Drogas Ilícitas en la Comunidad Andina (PREDEM), implementado por
UNODC con el financiamiento de la UE, y corresponde a una serie iniciada en
2009 y que se replicó en 2012 y en 2016.
De acuerdo a estimaciones recientes hechas empleando tecnología satelital,
para fines del año 2001 el Perú contaba con 34,000 has. de cultivos de coca
(USAID, 2002). De esta cantidad, poco menos de la quinta parte se destina a
uso legal en los valles del departamento del Cuzco, zonas de La Convención y
Lares; mientras la mayor parte aparentemente se orienta hacia fines ilegales en
los valles selváticos de los departamentos de San Martín, Ucayali, Huánuco,
Junín y Ayacucho)
Debe mencionarse que se considera legal aquella producción que está en
manos de agricultores autorizados y empadronados por la Empresa Nacional
de la Coca (ENACO), que adquiere casi la totalidad de la hoja de coca
producida, comercializándola en diversas formas. No obstante, se sabe que un
porcentaje de dicha producción legal queda en manos de los propios
agricultores, siendo empleada con fines tradicionales. El cultivo de coca es
ilegal en todos los demás casos y zonas del país, asumiéndose que los
campesinos que cultivan coca sin contar con la autorización de ENACO,
destinan la mayor parte –si no toda- su producción de coca para la elaboración
de drogas cocaínicas, vendiendo las hojas frescas o secas para su
procesamiento en otras zonas y por otras personas o procesándolas por propia
cuenta y riesgo.
2.6.5 Objetivos de la prevención
Retrasar la edad de inicio del consumo de drogas.
■ Limitar el número y tipo de sustancias consumidas.
■ Evitar la transición de consumo experimental u ocasional a consumo habitual
o dependiente.
■ Disminuir las consecuencias negativas en las personas que usan o
consumen drogas o que tienen problemas de consumo habitual o dependencia.
■ Formar el juicio crítico de las personas para que sean capaces de mantener
una relación madura y responsable con las drogas.
■ Fortalecer los factores protectores y disminuir los factores de riesgo que
incrementan las probabilidades de consumo de drogas.
■ Modificar las condiciones del entorno socio-cultural y proporcionar
alternativas de hábitos de vida saludable. El objetivo de la prevención no es
que las personas no consuman drogas en algún momento de su vida. Este
sería un objetivo idealista y utópico; sin embargo, un objetivo realista es que las
personas retrasen lo más posible su primer contacto con las drogas, y los que
consumen ocasionalmente retornen al no consumo, especialmente los niños/as
y adolescentes. Mientras que el objetivo para los jóvenes y adultos es que el
consumo de drogas no sea problemático, que sea ocasional y moderado, y no
evolucionen hacia un consumo habitual o dependiente/adictivo. Si bien la
prevención tiene estos objetivos específicos, el objetivo general de la
prevención es mucho más amplio: “…es el desarrollo saludable y seguro de los
niños (as) y jóvenes para que aprovechen sus capacidades y potencial, y se
conviertan en miembros que aporten a sus comunidades y sociedad. La
Prevención efectiva del consumo de drogas contribuye significativamente a la
participación positiva de los niños (as), jóvenes y adultos con sus familias,
escuelas, lugares de trabajo y comunidad.”
Orientaciones de la prevención
Del contexto internacional, las políticas establecidas para el control y la
prevención del uso indebido de drogas se dividen en dos grandes categorías: la
reducción de la demanda y la reducción de la oferta de drogas.
■ Las acciones orientadas a la reducción de la demanda de drogas se centran
en el individuo con el propósito de contribuir a la formación positiva de sus
percepciones, comportamiento y actitudes sobre la problemática de las drogas
y la prevención del uso indebido de drogas a partir de un enfoque de
habilidades sociales para la vida; es decir, informarle sobre la importancia de
reducir los factores de riesgo; facilitarle alternativas de proyectos de vida; buen
uso de tiempo libre y hábitos de vida saludable; entrenarle en habilidades de
resolución de conflictos; motivarle en la recuperación y fortalecimiento de sus
valores y principios morales y espirituales, de manera que sea una persona
segura, libre y autónoma en el contexto familiar, escolar, laboral o comunitario.
■ Las acciones de la reducción de la oferta de drogas se centran sobre todo en
la sustancia (droga ilegal) y están orientadas a evitar su disponibilidad,
producción, tráfico y comercialización; para ello, se establecen controles en los
cultivos, la fabricación y elaboración, en el tráfico y almacenaje, y en los puntos
de venta intermedia y final. Para el cumplimiento de dichas acciones de
reducción de la oferta de drogas se establecen medidas legislativas, judiciales,
policiales y militares. Alcanza sus objetivos en la medida en que contribuye a la
protección de la sociedad, especialmente de los grupos más vulnerables, como
los niños/as y los adolescentes. Las acciones combinadas de reducción de la
oferta y la demanda de drogas permiten lograr mayor impacto. En este sentido,
cuando se trata de drogas legales, junto a la concienciación y capacitación de
los niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos sobre la prevención del uso
indebido de drogas, también se pondrá en marcha medidas jurídicas para que
dichas sustancias estén menos disponibles en el mercado; por ejemplo:
restringir el acceso, incrementar los precios, elevar la edad mínima permitida
para el consumo, restringir y hacer cumplir los horarios establecidos para el
expendio y cierre de locales, y otras medidas complementarias. En este marco,
los programas de reducción de la demanda de drogas legales han mostrado
resultados más importantes e interesantes, que la reducción de la demanda de
las drogas ilícitas como la cocaína o la marihuana. Sin embargo, es importante
señalar que mientras los precios de estas drogas sean altos, constituyen una
barrera para el consumo experimental y ocasional. Por lo que, no sería
conveniente que se despenalice o se legalice la libre comercialización de las
drogas ilícitas, dado que reducirían sus precios, incrementarían su
disponibilidad y con ello, se incrementaría el consumo.
2.6.6 MODELOS DE PREVENCIÓN
A lo largo del tiempo se han diseñado y aplicado diversos modelos de
intervención para prevenir el uso indebido de drogas, siendo “la principal
diferencia entre ellos el grado de relevancia que otorgan a cada uno de los
elementos interactuantes: droga sujeto-contexto, desprendiéndose por tanto
medidas sociales preventivas, legislativas, etc., de muy diversa índole en
función del enfoque predominante en el momento y la coyuntura política”35.
Toda intervención está enmarcada en algún punto de partida, implícito o
explícito, desde el cual se explica un proceso social o educativo y se proponen
estrategias concretas de prevención. Existen diversos modelos que explican e
interpretan las conductas de consumo de drogas y a partir de ellas, se
construyen las intervenciones concretas en prevención. A continuación, se
describen cronológicamente cinco modelos de prevención que, si bien fueron
propuestos e implementados en un determinado momento, actualmente
coexisten todos, dado que cada nuevo modelo de prevención propuesto no ha
implicado la desaparición de su antecesor.
■ Modelo ético jurídico Se enfoca en el estatus jurídico legal de la droga y del
consumo. Dirige sus esfuerzos especialmente a las drogas ilícitas como la
marihuana, inhalables y otras. Las drogas lícitas como el alcohol y el tabaco no
son de su competencia.
Este modelo se fundamenta en que las drogas ilícitas son en sí mismas las
causantes de la dependencia/adicción. Supone que la droga es mala y que el
individuo es la víctima, quien debe ser protegido a través de medidas jurídicas.
En este sentido, los agentes de la prevención son jueces, fiscales, policías y
otros profesionales vinculados a las leyes. Este modelo se relaciona con los
estereotipos sociales de: “droga - delincuencia”, “droga - droga ilícita” y
“prevención –información”, asocia información con educación.
■ Modelo médico-sanitario Prioriza a la droga y sus efectos sobre la salud física
de los individuos. No distingue entre drogas lícitas o ilícitas, por lo que abarca
todas las drogas como el alcohol, tabaco, cafeína, marihuana, cocaína, etc. El
consumo de drogas es tratado como una enfermedad contagiosa y agresiva,
como un virus activo del cual el individuo debe ser protegido con medidas de
salud pública o tipo sanitario. Este modelo de prevención parte del supuesto de
que el uso indebido de drogas responde a una falta de información y
conocimientos acerca de los riesgos y consecuencias que conllevan. Por tanto,
los individuos muy informados no consumirían las drogas por temor a las
enfermedades que producen. Asocia información con cambio de actitud y de
comportamiento. Sus estrategias están orientadas a mantener a los
consumidores alejados de los que no consumen drogas por temor a un
“contagio”. En otras palabras, el problema del consumo de drogas debe
prevenirse y tratarse como un problema médico y de salud pública.
■ Modelo Psicosocial Prioriza al individuo, aunque reconoce la “infinita
complejidad de cada ser humano” y la influencia determinante de los factores
psicológicos y del medio circundante. Este modelo de prevención se
fundamenta en que el consumo de drogas es una forma de comportamiento
humano, y que la droga facilita satisfacer determinadas necesidades
personales y/o sociales. En este sentido, el individuo dependiente/ adicto de
drogas (drogodependiente) es considerado como una persona con problemas
de adaptación, maduración o conducta. Por ello, el consumo de drogas no se
explica solo por la existencia de ciertas drogas, sino por el significado y
funcionalidad que éstas tienen para una determinada persona, con sus
particularidades individuales y en un determinado contexto sociocultural. Es
importante observar que a partir de este modelo psicosocial el ser humano está
considerado como un “ser decisorio”, es decir, que la determinación de
consumir o no consumir drogas está relacionado íntegramente a los valores,
motivaciones, intereses y habilidades que tenga para tomar decisiones.
■ Modelo Sociocultural Este modelo de prevención se fundamenta en el
análisis de las condiciones socioeconómicas y culturales en que se
desenvuelven las personas. Va más allá de las propiedades farmacológicas y
de los factores psicosociales. Sobre todo, se basa en que las desigualdades
económicas, la carencia de servicios básicos, la discriminación, la marginación
y el desempleo o subempleo entre otros problemas sociales, tienden a derivar
en comportamientos problemáticos como la violencia, el consumo de drogas, la
desestructuración familiar, el abandono escolar, etc.
Sus estrategias de acción están orientadas a modificar las condiciones
estructurales que favorecen la aparición de comportamientos destructivos.
Propone intervenciones de orden político, social y económico que modifiquen
las instituciones y en especial el sistema educativo y sanitario. Actualmente,
desde esta perspectiva, se está trabajando con los aspectos sociales del
enfoque de riesgo que estudia los factores de riesgo y los factores de
protección frente al uso indebido de drogas lícitas o ilícitas.
■ Modelo integral Este modelo de prevención prioriza los aspectos individuales
y micro sociales a través de estrategias de intervención de concienciación,
capacitación y movilización de las personas, la familia y su entorno contra el
consumo de drogas; mientras que los aspectos macrosociales los aborda a
partir de la sensibilización y concienciación de la comunidad, para que ésta
cree mecanismos de control y cohesión social. Recupera los mejores principios
y experiencias de los cuatro anteriores modelos de prevención, y brinda
información de acuerdo a las necesidades de la población solicitante o
demandante. Dirige gran parte de sus esfuerzos al desarrollo de habilidades
sociales e individuales, y busca comprometer a la comunidad para hacer
sostenible las acciones de prevención, y que la comunidad al mismo tiempo se
preocupe por brindar oportunidades para el buen uso del tiempo libre y las
actividades socioculturales. Un ámbito preferencial de intervención de este
modelo integral de prevención del uso indebido de drogas es la escuela, a
través de la cual convoca tanto a la familia como a la comunidad. Por lo que, la
información sobre drogas debe ser adecuada a la edad y nivel de
conocimientos de estudiantes, docentes, padres de familia y vecinos de la
comunidad; la información debe ser veraz, creíble y actualizada, debe resaltar
los aspectos positivos del no consumo y los aspectos negativos del consumo
de drogas.

3 ESTRATEGIAS DE LA PREVENCIÓN
De los modelos y enfoques teóricos señalados, surgen diferentes estrategias
de intervención para la prevención del consumo de drogas.

Estrategia informativa
La información sobre las drogas tiene carácter preventivo, si cumple con las
siguientes características:
■ La información es objetiva, veraz y realista.
■ La información es adecuada y ecuánime, es importante no dramatizar.
Recurrir al miedo puede ser ineficaz e incluso contraproducente.
■ La información es pertinente a la edad, capacidad de comprensión,
experiencia previa, condiciones de vida específicas y expectativas de la
población objetivo.
■ La información resalta las ventajas de no consumir drogas antes que
enfatizar lo negativo de su consumo. La estrategia de prevención informativa
que fue una de las primeras en ser aplicada, mostró algunas falencias referidas
a que la información dada fue dirigida al público de manera indiscriminada y
poco objetiva, usando el recurso al miedo “La droga mata”. En cualquier
intervención en prevención, la información es una condición necesaria, aunque,
por sí sola, no es suficiente. Debe estar acompañada de otras estrategias y
procesos de concienciación, formación, etc. Lo cierto es que para que la
información influya en un comportamiento debe englobarse en un proceso
activo de aprendizaje, en el marco de un programa integral de prevención.
3.1 ESTRATEGIA FORMATIVA
Esta es una forma de intervención centrada en la formación integral del
individuo con la intención de lograr que éste, por decisión propia, prescinda
libremente del uso y consumo de drogas. Para ello, se requiere:
■ Una participación directa a partir de los conocimientos y experiencias de
aquellos a quienes se dirige el proceso de formación. La prevención educativa
es horizontal y bidireccional, y debe evitar una mera transmisión unilateral y
unidireccional de información (maestro al estudiante).
■ Enfatizar en los factores de riesgo y consecuencias del consumo de drogas y
no en los efectos que produce su consumo.
■ Los contenidos de formación deben contemplar la capacitación en valores,
actitudes y habilidades sociales para la vida, de manera que este capacitado
para afrontar adecuadamente las situaciones de consumo de drogas.
■ Llevar a cabo una intervención continua y sostenible a mediano y largo
plazos. Esta estrategia de intervención se desarrollaría en instituciones y
colectivos, con determinados criterios de homogeneidad – ámbito escolar
familiar, laboral –, aunque siempre deben estar inserta en el marco de la
comunidad a la que pertenecen. En la actualidad, la mayoría de los programas
formativos se construyen en el contexto de la “educación para la salud”,
entendida ésta como un concepto amplio que engloba la salud física, psíquica y
social.
3.2 Estrategia de generación de alternativas en prevención
El punto de partida de esta estrategia fue, en principio, el énfasis en las causas
de la drogodependencia. Si una persona consume drogas, es porque el
consumo cumple una determinada función. En la medida en que se pueda
eliminar o mitigar la conducta de consumo con actividades alternativas, cabe
esperar que los individuos reduzcan y/o abandonen la utilización de las drogas.
Las alternativas sugeridas deben ser tan numerosas y diversas como las
causas, abarcando el ámbito de lo físico, lo sensorial, lo emocional, lo
evolutivo, lo intelectual, lo social, etc. Actualmente, esta estrategia supone la
participación activa del individuo en la construcción de alternativas, ya que se
ha comprobado que genera más beneficios que la oferta externa del uso del
tiempo libre, de esta forma se centra el trabajo en la identificación y generación
de recursos propios.
3.3 FACTORES DE PROTECCIÓN DEL CONSUMO DE DROGAS
Se denominan factores de protección a ciertas situaciones o condiciones
personales y sociales que reducen o atenúan las probabilidades del consumo
de drogas; incluso pueden invertir los elementos que predicen un desarrollo
negativo y permiten a las personas hacer frente a los sucesos adversos de su
vida. Es necesario tomar en cuenta el ámbito de acción en el que se
desarrollan los factores de protección, ya que pueden ser individuales y
sociales. A continuación, se detallan los factores de protección más comunes.
Factores de protección individual
■ Actitud crítica y reflexiva sobre el problema que representan las drogas: Este
factor protector debe desarrollarse en los jóvenes como una habilidad sobre la
base del análisis de alternativas, es decir, los beneficios y riesgos de un
comportamiento y lograr una decisión que resulte adecuada.
■ Construcción del Proyecto de Vida: El orientar y facilitar la identificación de
metas y estrategias para la construcción de un proyecto de vida saludable,
constituye un factor protector importante. Los jóvenes aprenden a proyectar sus
vidas a corto, mediano y largo plazo, lo cual los aleja de conductas
inmediatistas y precipitadas.
■ Autonomía: Este es un factor protector que favorece la toma de decisiones y
la responsabilidad por los propios actos de la persona. Le permite rechazar las
presiones que en ocasiones ejerce el grupo de amigos iguales o las influencias
de la publicidad y los medios de comunicación y redes sociales.
■ Tolerancia: Desarrollar la tolerancia, tanto ante las situaciones adversas
como ante las ideas divergentes, es un componente esencial de la
personalidad.
■ Habilidades y destrezas individuales: Principalmente las de comunicación
que permite a las personas expresar sus sentimientos y emociones de manera
asertiva.
■ Adecuada autoestima: Desarrollar la valoración personal es esencial para
asumir responsabilidades y desafíos en la vida, así como para asumir
posiciones críticas respecto al consumo de sustancias perjudiciales para la
salud.
■ Ausencia de trastornos emocionales o de temperamento: Una persona
tolerante a situaciones adversas evitará reacciones impulsivas y conductas de
riesgo o autodestructivas, como el consumo de drogas.

Factores de protección macrosocial


Están relacionados con el contexto inmediato en el que se desarrolla una
persona, como la familia, la escuela o el centro laboral, el grupo de amigos, etc.
■ Estabilidad y cohesión familiar: Este se constituye en el principal factor
protector a nivel macrosocial. Si el grupo familiar practica una adecuada
comunicación y relaciones intrafamiliares basadas en valores y normas,
entonces se crea un ambiente familiar cálido y constructivo en el que cada
persona se involucra en la vida de los demás miembros, en un marco de
respeto haciendo de cada momento una experiencia gratificante.
■ Sentido de pertenencia familiar y relación intergeneracional: Relacionado con
el anterior, donde las experiencias de los niños, niñas, adolescentes, jóvenes,
adultos y adultos mayores (padres, hijos/ as y abuelos/as), enriquecen la vida
de los demás (apoyo mutuo entre todos).
■ Adecuado estilo de crianza: Padres que logran equilibrar la disciplina con el
afecto, facilitan un desarrollo integral de la personalidad de sus hijos e hijas.
Permite que adquieran autonomía, responsabilidad e independencia de modo
natural, de manera que pueda desenvolverse adecuadamente en la vida.
■ Escuela que promueve y estimula el aprendizaje, la participación y la
responsabilidad motiva y promueve al estudiante para lograr que tenga buen
desempeño personal y académico.
■ Escuela en la que se practican las relaciones horizontales, favorece la
promoción y fortalecimiento del sistema de valores y la construcción colectiva
del conocimiento.
■ Grupo de amigos/as que respeta las potencialidades individuales, permite el
crecimiento grupal e individual con hábitos de vida saludable.
3.4 ÁMBITOS DE PREVENCIÓN
Los ámbitos de intervención de los distintos programas de prevención son
múltiples, por ejemplo, el ámbito escolar, familiar, laboral, comunitario o grupos
que requieren atención específica. Casi siempre, los programas de prevención,
sobre todo la prevención universal o primaria han sido desarrollados en el
ámbito escolar, especialmente en el nivel secundario, porque ahí se encuentran
los adolescentes que están en una etapa crítica de desarrollo psicológico y
fisiológico, por lo que están en mayor riesgo de consumir drogas o ser víctimas
o victimarios de la violencia. En los últimos años, los programas de prevención
del uso indebido de drogas también han estado orientados al nivel primario, por
un lado, porque los/as niños/ as están en contacto al menos con el alcohol y el
tabaco a través de su familia que consume, por otro lado, porque al ser
concienciados y capacitados se constituyen en efecto multiplicador de
sensibilización de la prevención en su propia familia. Si bien la prevención del
uso indebido de drogas en el ámbito escolar es muy importante y necesaria, en
realidad es insuficiente si no va acompañada de acciones de prevención
universal en el ámbito familiar y comunitario. Últimamente ha cobrado gran
relevancia el desarrollo de programas de prevención en los ámbitos familiar y
laboral.
3.5 Ámbito escolar
La prevención en el ámbito escolar está considerada como una de las
intervenciones más importantes porque permite llegar a la población
escolarizada, en una edad de máximo riesgo para el consumo de las distintas
drogas.
El objetivo principal de la prevención del uso indebido de drogas en el ámbito
escolar es evitar que los estudiantes se involucren en el consumo de drogas o
que retrasen lo más posible la edad de inicio del consumo. Siendo aplicada la
prevención en la escuela, debe conseguir este objetivo entre todos los
estudiantes de los niveles inicial, primaria y secundaria, aunque habrá algunos
grupos o subgrupos de estudiantes que requieran acciones preventivas de
distintos grados de intensidad. El tipo de prevención que más se desarrolla en
la escuela es la prevención universal porque beneficia a la población escolar en
general, aunque en algunos casos será necesario aplicar programas de
prevención selectiva, o bien remitir a las personas con problemas de drogas o
de otro tipo (psicopatológicos, familiares, sociales, etc.) a los servicios sociales
o de salud mental, para que reciban una atención más adecuada. Las
estrategias pedagógicas utilizadas para la prevención del uso indebido de
drogas en la escuela no deben limitarse a ofrecer sólo información, sino
desarrollar procesos educativos que incluyen además de una información
adecuada y pertinente, procesos de sensibilización, concienciación,
capacitación y movilización contra las drogas; combinando con intervenciones
formativas en valores, principios, autoestima, resolución de conflictos, y
alternativas del buen uso del tiempo libre, proyectos de vida y hábitos de vida
saludable. Indudablemente el ámbito escolar en sí mismo es un factor protector
si se aprovecha que en él confluyen los docentes, estudiantes y padres de
familia. Es en este ámbito donde se continua el proceso de socialización
iniciada en la familia, ya sea reforzando las actitudes y valores generadas en el
hogar o bien modificándolos en aquellos casos que sea necesario. En este
sentido, para prevenir el consumo de drogas en el ámbito escolar, el trabajo
cotidiano del docente debe estar orientado a formar personas capaces de
enfrentar adecuadamente los riesgos conlleva vivir en una sociedad en la que
se produce y también se consume drogas. El/la directora/a como actor
preventivo debe propiciar la participación de los/as docentes y administrativos
del establecimiento educativo, de la junta escolar y los padres de familia en su
conjunto para que cada uno, desde su posición y función que desempeña,
aporte en la formulación o implementación de programas de prevención para
modificar los factores de riesgo detectados en el ámbito escolar y en su
entorno. A continuación, se menciona algunas ventajas de incorporar el
programa de educación preventiva del uso indebido de drogas en el currículo
escolar, como parte de los ejes articuladores del currículo de aula y de las
áreas de conocimiento:
■ La incorporación de contenidos de prevención del uso indebido de drogas en
los programas escolares como eje articulador, permite que estos de contenidos
sean tratados desde las distintas áreas de conocimiento de este modo se evita
la creación y fomento de los mitos sobre las drogas.
■ La problemática de las drogas y la prevención del uso indebido de drogas, en
las escuelas se pueden desarrollar con un enfoque interdisciplinario.
■ La formación pedagógica que tienen los/as docentes permite que éstos/as
puedan adecuar de manera más efectiva los contenidos de prevención a la
edad, madurez y contexto concreto de la población en edad escolar (niveles
inicial, primario y secundario).
Desde el ámbito escolar, los contenidos de prevención se pueden desarrollar
de manera más sistemática, ya que a partir de su inclusión en planificación
bimestral o anual se define una intencionalidad pedagógica precisa, además se
seleccionan o crean las estrategias pedagógicas más adecuadas en el marco
de la construcción del conocimiento a partir de los saberes y experiencias de
los estudiantes. Todo esto permite eludir el peligro de proporcionar mera
información rígida y esporádica, que en muchos casos puede despertar
curiosidad sobre los efectos de las drogas y resultar contraproducente.
■ Las características que reúne el ámbito escolar permite evaluar la eficiencia y
eficacia del programa de prevención, a través de un proceso de supervisión,
siempre y cuando ésta sea concebida como un proceso permanente de
seguimiento y acompañamiento a los docentes en su práctica pedagógica de
aula mediante instrumentos evaluativos, preferentemente mensuales, salvando
así una de las insuficiencias metodológicas más graves de las que adolecen
muchos de los programas de prevención educativa.
■ Los/as estudiantes tienen más posibilidades de adquirir una actitud crítica y
reflexiva sobre la problemática de las drogas, los factores de riesgo, sus
consecuencias y la necesidad de prevenir su consumo, ya que su participación
en talleres, debates, investigaciones, producción de materiales impresos y
audiovisuales, preparación de obras de teatro, dramatizaciones, títeres, juegos
tradicionales, poesía, música, canto, dibujo, murales, grafitis, textiles y otros,
desde las diferentes materias que cursan, garantizan al menos 320 horas de
prevención del uso indebido de drogas al año.
■ Otra ventaja importante es que, durante el desarrollo de contenidos
preventivos, los/as docentes pueden orientarse construir progresivamente
estrategias pedagógicas innovadoras orientadas a mejorar la calidad educativa
y las relaciones humanas y académicas entre los miembros de la comunidad
educativa, con la participación plena de docentes y estudiantes. Por último, a
continuación, se mencionan algunos principios que deben integrarse en los
programas de prevención del uso indebido de drogas desarrollados desde el
ámbito escolar, de acuerdo con la Comisión Interamericana para el Control del
Abuso de Drogas, (CICAD, 2005: 16-20):
■ Sus objetivos deben estar dirigidos a disminuir los factores de riesgo y
aumentar los factores de protección;
■ Se deben incluir contenidos relacionados con la prevención del consumo de
las drogas legales y las ilegales.
■ Promover el fortalecimiento de habilidades para la vida y de técnicas de
resistencia.
■ Adecuar la caracterización evolutiva y socio-comunitaria de cada grupo
destinatario.
■ Su duración debe darse a lo largo del sistema educativo en los diferentes
niveles educativos.
■ Se debe contemplar la participación de toda la comunidad educativa;
■ Se incluirán acciones de prevención universal (destinada a la población en
general), selectiva (dirigida a subgrupos de la población con riesgo de
consumo) o indicada (grupos concretos de consumidores o personas con
problemas de comportamiento de alto riesgo), según el tipo de comunidad en
que se inserte.
■ Incluir un sistema de evaluación y monitoreo de las acciones que se
desarrollen.
■ Y se debe prever acciones de capacitación de los docentes.

Ámbito familiar
La familia constituye un elemento esencial en la socialización de niños/as y
adolescentes, por lo que, en los últimos años, la prevención en el ámbito
familiar ha incrementado su relevancia al conocerse cada vez más, por los
factores de riesgo y protección, la importancia de la misma en la etiología del
consumo de drogas que existen en ella. (Hawkins, Catalano y Miller, 1992;
Moncada, 1997). Por ello una familia bien estructurada con normas y valores
establecidos facilita la adaptación de los hijos/as a la sociedad. Uno de los
indicadores de una adaptación adecuada es el no consumo de drogas. Lo
cierto es que en los últimos años la familia ha sufrido importantes cambios que
la han desestructurado, y el consumo de drogas en ocasiones se relaciona con
dichos cambios. Varios factores de riesgo de tipo familiar (actitud de rechazo a
los hijos, escasa comunicación, etc.) se asocian con el consumo de drogas;
pero también, otros factores de protección (adecuada comunicación familiar,
valores y normas positivas, etc.), facilitan el no consumo de drogas. Otro
aspecto que ha facilitado el surgimiento de programas preventivos en el ámbito
familiar, es que las escuela, dentro de las acciones preventivas que realizan
incluye un componente dedicado a la familia, puesto que se ha establecido que
una de las condiciones indispensables para educar a los/as hijo/as sobre los
riesgos de las drogas es que los padres de familia tengan la información y la
capacitación suficiente para complementar la formación preventiva que los
niños/as y adolescente reciben en sus escuelas. En este sentido, en el ámbito
familiar sobre todo se han implementado programas de prevención universal
con un enfoque educativo, que promueven en los padres y madres de familia el
desarrollo de capacidades parentales que logren dentro de sus familias un alto
grado de comunicación, establecimiento de normas y hábitos de vida saludable
entre otros aspectos, de modo que los niños/as y adolescentes se desarrollen
integralmente. Recordemos que padres y madres son los principales actores de
la prevención del uso indebido de drogas dentro de la familia porque influyen
en la forma de vivir de sus miembros. Son quienes dan los modelos de
comportamiento, valores, normas y actitudes básicas. Respecto a la prevención
en el ámbito familia, diversos autores han señalado que el involucramiento y el
acercamiento son sinónimos de protección y desaliento del consumo de drogas
por parte de los hijos. Otros señalan que un adecuado monitoreo parental
respecto a los hijos es también efectivo en la reducción de las probabilidades
de consumo por parte de los jóvenes. Los padres tienen un alto grado de
oportunidad de intervención sobre los factores de riesgo que se detectan en el
ámbito familiar para luego transformarlos en factores de protección, siempre y
cuando:
■ Instauran el diálogo como dinámica de participación dentro del hogar.
■ Transmiten un modelo de salud a sus hijos y son coherentes en su forma de
comportarse con respecto al modelo propuesto.
■ Educan la autoestima de sus hijos, enseñándoles a valorar adecuadamente
sus cualidades y a sentirse capaces de afrontar dificultades.
■ Colaboran en el desarrollo de sus habilidades para negarse asertivamente al
consumo de drogas.
■ Trabajan la autonomía de sus hijos, haciéndolos menos dependientes de la
aprobación de los demás.
■ Ayudan a sus hijos en la identificación de sus gustos y aficiones,
orientándolos sobre los pasos a seguir para desarrollarlos.
■ Trabajan con sus hijos los mecanismos de resolución de conflictos.
■ Desarrollan dentro del hogar actitudes prosociales y cooperativas.
■ Colaboran en el proceso de escolarización de sus hijos.40 A pesar de la
importancia de la familia en la prevención del uso indebido de drogas, los
programas preventivos dirigidos a este ámbito tienen como principal problema
la escasa participación de madres de familia y la nula o casi nula participación
de padres de familia. Lamentablemente, justamente las familias que tienen
evidentes problemas con la conducta de sus hijos/as, son las más renuentes a
participar. Por ello es importante buscar estrategias o mecanismos para
incentivar la participación activa y responsable de los padres y madres de
familia en programas de prevención.

Ámbito comunitario
La prevención del consumo de drogas en el ámbito comunitario tiene el objetivo
de reforzar los mensajes, valores y normas de la sociedad en contra del
consumo de drogas y fomenta la preservación de la salud. Implica poner en
marcha distintos recursos y medios de la comunidad para promover la
participación y movilización de la población junto a sus instituciones,
organizaciones y grupos sociales. Esto indica que un programa de prevención
en el ámbito comunitario puede abarcar cualquier problema de la comunidad.
Cuantos más participen con un adecuado nivel de coordinación, más fácil será
movilizarse contra las drogas, la violencia y el delito, que generan la
inseguridad ciudadana. Es importante reafirmar que las acciones de la
prevención del uso indebido de drogas es tarea de todos: de la comunidad en
su conjunto y de las diferentes instituciones que la conforman.
3.6 Ámbito laboral
La prevención del uso indebido de drogas también debe desarrollarse en el
ámbito laboral, en forma paralela y conjunta con en los otros ámbitos
señalados. El lugar de trabajo de las personas también es un ámbito de
socialización. El lugar y el tiempo de trabajo no pueden separarse de la vida
familiar, social y otras dimensiones de la vida. Lo que somos y lo que vivimos
inevitablemente afecta a nuestra forma de trabajar; a su vez, las circunstancias
laborales también inciden inevitablemente en la familia y en nuestra vida
cotidiana. Por eso, la forma de vida personal, familiar o social pueden ser
factores de riesgo o de protección para el ámbito laboral. Y, al contrario, la
forma de desempeño en el ámbito laboral puede ser un factor de riesgo o de
protección para los otros ámbitos y aspectos de la vida cotidiana.
4 METODOLOGIA Y DESARROLLO
Para la metodología se ha realizado una encuesta para que la gente lo
responda en este caso solo han sido 50 las personas que han sido
entrevistadas para recopilar datos.

4.1 ENCUESTA
Nombre (opcional): __________________________________________________

Somos estudiantes de quinto año de secundaria de la institución educativa adventista


"El Santa" y estamos realizando una encuesta como parte de un proyecto de
investigación sobre el tema: "¿Cómo influye el consumo de drogas en la vida de los
adolescentes?". Agradecemos tu participación.

1. ¿Has consumido alguna vez drogas recreativas?

 Sí

 No

2. ¿Has consumido drogas ilegales en el último año?

 Sí

 No

3. ¿Conoces a alguien cercano que haya experimentado problemas debido al


consumo de drogas?

 Sí

 No

4. ¿Consideras que el consumo de drogas es un problema de salud pública en tu


comunidad?

 Sí

 No

5. ¿Has buscado información sobre los riesgos y efectos secundarios de las


drogas?

 Sí

 No

6. ¿Crees que las campañas de prevención del consumo de drogas son efectivas?

 Sí
 No

7. ¿Has presenciado situaciones de violencia o delincuencia relacionadas con el


consumo de drogas en tu entorno?

 Sí

 No

8. ¿Conoces a alguien que haya buscado ayuda profesional para superar una
adicción a las drogas?

 Sí

 No

9. ¿Has participado en programas de prevención o educación sobre el uso de


drogas?

 Sí

 No

10. ¿Estarías dispuesto/a a apoyar iniciativas para combatir el problema de las


drogas en tu comunidad?

 Sí

 No

 Depende

 No estoy seguro/a

¡Gracias por tu participación en esta encuesta!


5 RESULTADOS DE LA INGESTIGACIÓN
Para los resultados se ha hecho estadísticas de cada pregunta y sus
respuestas para sacar el porcentaje de las personas sobre el tema de las
drogas.

1 ¿Has consumido alguna vez drogas recreativas?

26%
Si
No

74%

Interpretación:
La mayoría de las personas no consumieron drogas recreativas representando
solo el 74% y el restante 26% lo que lamentablemente estos consumieron
drogas recreativas inconscientemente.

2 ¿Has consumido drogas ilegales en el último año?

Si
No

100%
El 100% no consumió drogas ilegales lo cual está muy bien.

3 ¿Conoces a alguien cercano que haya experimentado pro-


blemas debido al consumo de drogas?

38%
Si
No

62%

El 62% de la gente conoce a personas cercanas que han consumido drogas lo


cual es de esperarse por que siempre ay ese tipo de personas.

4 ¿Consideras que el consumo de drogas es un problema de


salud pública en tu comunidad?

17%
Si
No

83%

El 83% puso que si ya que en verdad en publico y la falta de seguridad que hay
para que les permitan consumir estas drogas y las vendan.
5 ¿Has buscado información sobre los riesgos y efectos se-
cundarios de las drogas?

16%

Si
No

84%

La mayoría ha buscado información sobre drogas lo cual podemos deducir que


han precavido esto por si un familiar o persona cercano no consuma o prevenir
problemas causantes por las drogas

6 ¿Crees que las campañas de prevención del consumo de


drogas son efectivas?

24%
Si
No

76%

El 76% está de acuerdo con que, si ayudan la prevención, pero 24% no ya que
la verdad hay mucho descuido por las calles.
7 ¿Has presenciado situaciones de violencia o delincuencia re-
lacionadas con el consumo de drogas en tu entorno?

19%

Si
No

81%

El 81% confirma que ven personas que por consumir drogas quedan en la calle
haciendo de sus cosas.

8 ¿Conoces a alguien que haya buscado ayuda profesional para


superar una adicción a las drogas?

5%

Si
No

95%

El 95% de las personas encuestadas no tienen algún conocido que este


recuperándose de su adicción.
9 ¿Has participado en programas de prevención o edu-
cación sobre el uso de drogas?

24%
Si
No

76%

Al igual que la pregunta 6 el 76% de las personas si recibieron educación sobre


la prevención de las drogas. Y el restante no participaron en estos programas o
no recibieron educación de la prevención de las drogas.

10 ¿Estarías dispuesto/a a apoyar iniciativas para combatir el


problema de las drogas en tu comunidad?

5%
25% Si
No
Depende
No estoy seguro/a
3%

67%

Un 67% dependen si estas iniciativas serán efectivas o no, el 25% si tienen los
ánimos de apoyar cualquier iniciativa para prevención de drogas y ayuda. El
3% no quiere apoyar y el 5% no están seguros.
5.1 Conclusiones
En cuanto a personas que han consumido drogas recreativas son 74% u las
que no son el 26% y las que no consumieron drogas ilegales el último año es el
100% por lo que las personas no son propensas a consumir drogas prefieren
tener una vida normal y saludable. En cuanto a personas que conozcan que
han consumido o experimento son el 62% y el restante que no es el 38%. Estos
resultados muestran que la gente no esta tan involucrada en estos casos de las
drogas sino algunas personas por las malas amistades llegan a estos casos o
su comunidad irresponsable en lo de prevenir el consumo de las drogas. Por el
otro lado la mayoría de la gente investiga y se informa sobre el daño que
causan las drogas y así aconsejan a sus familiares y personas cercanas
representando en este caso el 84%.
En cuanto a participación en campañas de la prevención de drogas la gente
está de acuerdo en que el tema de las drogas es cosa seria mas no han
participado en alguna como el 76%.
La mayoría de personas evitan que les tomen foto al hacer la encuesta en este
caso por el tema y por el miedo de que salgan en una foto de un documento.
La gente a veces es cuidadosa o no quieren hablar tanto de este tema por que
ya que es delicado y se lo toman serio y por eso fue difícil alcanzar que 50
personas participen en la encuesta ya que algunas no quieren responder por el
hecho de que el tema les sorprende.
Sin embargo, las que respondieron fueron sinceras y se dedicaron a leer
pregunta por pregunta para concluir con sus respuestas de buena manera.
Podemos concluir que la gente cuando piensa en este tema, es seria en hablar
al respecto y a veces prefieren no contestar o cambiar de tema por asuntos
personales delicados por este tema.
5.2 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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adecuada calidad de vida a la población adulta mayor en la ciudad de Tacna
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-Lima, N. T. (2014) Centro de tratamiento y rehabilitación de adicciones al
consumo de sustancias psicoactivas en la ciudad Tacna (Tesis de grado).
Universidad Privada de Tacna, Tacna, Perú.

5.2.1 ANEXOS

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