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Teoría del Comportamiento del Consumidor

1. Introducción
La teoría de la conducta de los consumidores describe cómo los consumidores asignan su
renta a la compra de diferentes bienes y servicios para maximizar su bienestar
Para comprender la conducta de los consumidores hay que seguir los siguientes tres pasos:
1. Preferencias de los consumidores. El primer paso consiste en encontrar una
manera práctica de describir las razones por las que las personas prefieren un bien a
otro.
2. Restricciones presupuestarias. Naturalmente, los consumidores también
consideran los precios, por tanto, en el segundo paso hay que considerar el hecho de
que los consumidores tienen una renta limitada que restringe las cantidades de bienes
que pueden comprar.
3. Elecciones de los consumidores. Los consumidores, dadas sus preferencias y sus
rentas limitadas, deciden comprar las combinaciones de bienes que maximizan su
satisfacción. Estas combinaciones dependen de los precios de los distintos bienes.
2. Preferencias de los Consumidores
• Cestas de mercado
El término cesta de mercado hace referencia a un grupo de artículos. Concretamente,
una cesta de mercado es una lista de cantidades específicas de uno o más bienes
Por ejemplo, la siguiente tabla muestra varias cestas de mercado que contienen
diferentes cantidades de alimentos y ropa:

Para explicar la teoría de la conducta de los consumidores, hay que preguntarse si


estos prefieren una cesta de mercado a otra

• Supuestos sobre las preferencias


La teoría de la conducta de los consumidores comienza con cuatro supuestos básicos
sobre las preferencias de los individuos por una cesta de mercado frente a otra:
▪ Completitud. Se supone que las preferencias son completas, es decir, los
consumidores pueden comparar y ordenar todas las cestas posibles. Así, por
ejemplo, dadas dos cestas de mercado A y B, un consumidor preferirá la A a la
B, la B a la A o se mostrará indiferente entre las dos (le satisfará por igual
cualquiera de las dos)
▪ Transitividad. Las preferencias son transitivas, es decir, si un consumidor
prefiere la cesta A a la B y la B a la C, también prefiere la A a la C
▪ Cuanto más, mejor. Se supone que los bienes son deseables. Por
consiguiente, los consumidores siempre prefieren una cantidad mayor de
cualquier bien a una menor. Además, nunca están satisfechos o saciados
▪ Convexidad. Los consumidores prefieren mezclas de bienes a cestas
extremas, con mucho de algunos bienes y nada de otros (ver RMS)
• Curvas de indiferencia
Antes de representar las curvas de indiferencia, es útil representar las preferencias
personales, para lo cual basta con representar cada punto de la tabla con las cestas
de mercado en un gráfico de coordenadas, donde un bien se representa en el eje de
abscisas y otro en el de ordenadas.
Por ejemplo, las cestas de la tabla anterior representadas gráficamente tienen la
siguiente forma:

Con esto, se pueden obtener algunas conclusiones concretas interesantes:


▪ La cesta de mercado C, que contiene 20 unidades de alimentos y 30 de vestido,
se prefiere a la F porque la C contiene más alimentos y más vestido
▪ La cesta de mercado E, que contiene aún más alimentos y más vestido, se
prefiere a la C
En estos casos, como se ve, es fácil comparar todas las cestas de mercado de las dos
áreas sombreadas (como la E y la F) con la C porque todas contienen una cantidad
mayor o menor tanto de alimentos como de vestido.
Sin embargo, por ejemplo, la B contiene más vestido pero menos alimentos que la C.
y la D contiene más alimentos pero menos vestido que la C. Por tanto, en estos casos,
no es posible comparar la cesta de mercado C con la B, la D y la G sin disponer de
más información sobre la ordenación del consumidor
Esta información puede ser brindada por las curvas de indiferencia. Una curva de
indiferencia representa todas las combinaciones de cestas de mercado que reportan
el mismo nivel de satisfacción a una persona. Por tanto, esa persona es indiferente
entre las cestas de mercado representadas por los puntos situados en la curva.
La curva de indiferencia del ejemplo es la de la siguiente imagen:

Esta curva indica que el consumidor se muestra indiferente entre las cestas C, B y D;
y que prefiere la C a la G, puesto que se encuentra por debajo de curva de indiferencia.
• Mapas de curvas de indiferencia
Para describir las preferencias de una persona por todas las combinaciones de dos
bienes (en el ejemplo: alimentos y vestido), se puede representar un conjunto de
curvas de indiferencia llamado mapa de curvas de indiferencia
Un mapa de curvas de indiferencia es un gráfico que contiene un conjunto de curvas
de indiferencia que muestran las cestas de mercado entre las que es indiferente un
consumidor.
En la siguiente imagen, se puede ver un mapa de curvas de indiferencia en la cual la
U3 reporta el máximo nivel de satisfacción (puesto que une las cestas con más
unidades de ambos bienes), seguida de la U2 y de la U1.

Algunas propiedades de las curvas de indiferencia son las siguientes:


▪ En general, las curvas de indiferencia tienen todas ellas pendiente negativa ya
que, a excepción de determinados casos, si se reduce la cantidad consumida
de un bien, tendrá que aumentar la del otro para mantener el mismo nivel de
satisfacción
Como se verá posteriormente, el valor absoluto de esta pendiente se denomina
Relación Marginal de Sustitución (RMS) y mide la cantidad de un bien a la
que se debe renunciar para obtener una unidad adicional del otro bien
Esto además, avala uno de los supuestos sobre las preferencias, puesto que la
RMS decreciente conlleva que las curvas de indiferencia sean convexas
respecto al origen
▪ El número de curvas de indiferencia es infinito
▪ Las curvas de indiferencia no pueden cortarse puesto que en tal caso, se
estaría violando el supuesto de transitividad. A continuación, se muestra un
gráfico donde dos curvas de indiferencia de cortan y se explica porque esto no
es posible:

Según este gráfico, el consumidor es indiferente entre la cesta C y la cesta B, y


es indiferente entre la cesta C y la D. Por lo tanto, por el principio de transitividad,
debería ser indiferente entre la cesta B y la D. Pero B debe ser preferida a D
porque B tiene más unidades de los dos bienes y reporta un mayor nivel de
satisfacción
• Utilidad y función de utilidad
La utilidad puede definirse como una puntuación numérica que representa la
satisfacción que un consumidor obtiene de una cesta de mercado. Por tanto, la
función de utilidad es una función matemática que asigna un nivel de utilidad a cada
cesta de mercado.
La utilidad puede ser comprendida desde dos enfoques:
▪ Utilidad ordinal. Supone que la gente es capaz de dar una jerarquía a cada
uno de los paquetes en orden de preferencia
Esto no requiere que la gente diga de manera cuantitativa cuánto le gustan los
diversos paquetes, sino que lo que se supone es que el consumidor siempre es
capaz de decir si prefiere A o B
▪ Utilidad ordinal. En este caso (siendo el que se utiliza en la práctica), se
supone que a la satisfacción proporcionada por cualquier paquete se le puede
asignar un valor numérico, o cardinal, mediante una función de utilidad de la
forma
U = U(X, Y)
donde X y Y son los dos bienes.
Por ejemplo, con esta utilidad, sería posible decir que X es 6.43 veces mejor
que Y
• Relación Marginal de Sustitución (RMS)
La Relación Marginal de Sustitución se define como la cantidad máxima de un bien
a la que un consumidor está dispuesto a renunciar para obtener más de otro. Por tanto,
la RMS mide el valor que concede el individuo a 1 unidad más de un bien expresado
en unidades del otro. Cuando se describe la RMS, se debe indicar claramente cuál es
el bien al que se renuncia y cuál es el bien del que se obtiene más.
Con esto, en el ejemplo, si se supone que la RMS del vestido V por alimentos A es la
cantidad máxima de vestido a la que una persona está dispuesta a renunciar para
obtener una unidad más de alimentos; y que su valor es 3, el consumidor renunciará
a 3 unidades de vestido para obtener una unidad más de alimentos.
A nivel analítico, la RMS correspondiente a un punto cualquiera es igual en valor
absoluto a la pendiente de la curva de indiferencia. Además, es importante destacar
que la RMS disminuye a medida que descendemos por la curva de indiferencia
lo que provoca que las curvas de indiferencia sean, normalmente, convexas.

Esto significa que a medida que una persona consume una cantidad mayor de un
bien, es de esperar que prefiera renunciar a una cantidad cada vez menor de otro
para obtener más unidades del primero. En otras palabras, los consumidores
prefieren generalmente una cesta de mercado equilibrada a otras que contengan la
cantidad total de un bien y ninguna del otro
A continuación, se muestra con un ejemplo como calcular la RMS, dada la siguiente
función de utilidad:
U(x,y) = x2 · y3
La RMS de define como:
𝛛𝐔(𝐱)
𝐑𝐌𝐒 =
𝛛𝐔(𝐲)

Por tanto en el ejemplo, se tiene que:

𝛛𝐔(𝐱) 𝟐𝐱 · 𝐲 𝟑 𝟐 𝟐𝐲
𝐑𝐌𝐒 = = 𝟐 𝟐
= · 𝐱 −𝟏 · 𝐲 =
𝛛𝐔(𝐲) 𝐱 · 𝟑𝐲 𝟑 𝟑𝐱

2·6
De forma que si A = (7,6) entonces U(7,6) = 72 · 63 = 10584 y RMS = = 0.5714,
3·7
i.e. la utilidad de la cesta formada por 7 unidades de x y 6 de y tiene una utilidad de
10584, además, para aumentar en una unidad la cantidad de x, el consumidor está
dispuesto renunciar a 0.5714 unidades del bien y
• Curvas de indiferencia en sustitutivos perfectos y complementarios perfectos
La forma de las curvas de indiferencia describe la disposición de un consumidor a
sustituir un bien por otro. Una curva de indiferencia que tenga una forma diferente
implica un grado diferente de disposición a sustituir un bien por otro:
▪ Bienes sustitutivos perfectos
En general, se dice que dos bienes son sustitutivos perfectos cuando la
relación marginal de sustitución de uno por otro es una constante, por lo que las
curvas de indiferencia son líneas rectas. Es importante mencionar que la
pendiente de las curvas de indiferencia no tiene por qué ser igual a –1 en el
caso de los sustitutivos perfectos.
Por ejemplo, si para un consumidor el zumo de manzana y el de naranja son
sustitutivos perfectos, el mapa de curvas de indiferencia sería el siguiente:

Además, en este caso, la RMS es la unidad porque el consumidor siempre está


dispuesto a intercambiar 1 vaso de uno por 1 vaso del otro. Pero podría no haber
sido así, es decir, el consumidor podría estar dispuesto a intercambiar 1 vaso
de uno por 2 vaso del otro
▪ Bienes complementarios perfectos
Dos bienes son complementarios perfectos cuando sus curvas de indiferencia
tienen forma de ángulo recto.
Por ejemplo, si un bien son los zapatos del pie izquierdo y otro los del pie
derecho, los dos bienes son complementarios perfectos, ya que un zapato del
pie izquierdo no aumenta la satisfacción, si no se puede conseguir la pareja del
pie derecho

En este caso, la RMS de los zapatos del pie derecho por los del izquierdo es
cero, siempre que haya más del pie derecho que del izquierdo, ya que el
consumidor no renunciará a ningún zapato del pie izquierdo para conseguir más
del derecho. Por su parte, la RMS es infinita siempre que haya más zapatos del
pie izquierdo que del derecho, ya que el consumidor renunciará a todos los
zapatos que sobren del pie izquierdo, salvo uno, para obtener un zapato más
del derecho
▪ Males
Un mal se define como aquellas cosas de las cuales se prefiere consumir
menos, es decir, cuanto menos, mejor. En este caso, se pueden diferenciar dos
tipos de mapas distintos según si los dos bienes sean males o haya algún bien:
• Dos males

En este caso, se prefiere la curva de indiferencia más próxima al origen


puesto que se consumen menos unidades de ambos bienes
• Un bien y un mal
Con estos mapas y el mapa de dos bienes se crea la proyección de la función
de utilidad en dos dimensiones:

▪ Bienes neutros
Se dice que un bien es neutral si al consumidor le da igual. En este caso, el
mapa de curvas de indiferencia tiene la siguiente forma:

En ambos gráficos el pollo es un bien y la música es un bien neutro, puesto que


la música no varía en las distintas curvas de indiferencia, mientras que el pollo
sí lo hace: en el primer caso hacia la derecha y en el segundo hacia arriba
• Restricción presupuestaria
Las restricciones presupuestarias son las restricciones a las que se enfrentan los
consumidores como consecuencia de su limitada renta. La recta presupuestaria
representa todas las combinaciones de bienes con las que la cantidad total de dinero
gastada es igual a la renta.
Siguiendo con el ejemplo de todo el documento, un consumidor tiene una cantidad fija
de renta (I) que puede gastar en alimentos y vestido. Sea A la cantidad comprada de
alimentos y V la de vestido, los precios de los dos bienes por medio son P A y PV. En
ese caso, PA·A (es decir, el precio de los alimentos multiplicado por la cantidad) es la
cantidad de dinero gastada en alimentos y PV·V es la cantidad de dinero gastada en
vestido.
La recta presupuestaria indica todas las combinaciones de A y V con las que la
cantidad total de dinero gastado es igual a la renta. Por tanto, las combinaciones de
alimentos y vestido que puede comprar se encuentran todas en esta recta:
I = PA·A + PV·V
Suponiendo, por ejemplo, que el consumidor tiene una renta semanal de 80 dólares,
que el precio de los alimentos es de 1 dólar por unidad y que el del vestido es de 2 por
unidad, la siguiente tabla muestra varias combinaciones de alimentos y vestido que
puede comprar semanalmente con sus 80 dólares:

Si asigna todo su presupuesto a vestido, la cantidad máxima que podrá comprar será
de 40 unidades (a un precio de 2 dólares por unidad), como representa la cesta de
mercado C. Si gasta todo su presupuesto en alimentos, podrá comprar 80 unidades (a
1 dólar por unidad), como indica la cesta de mercado F. Las cestas de mercado B, D
y E muestran otras tres formas de gastar 80 dólares en alimentos y vestido
Por su parte, con los datos anteriores, la recta presupuestaria viene dada por la
siguiente ecuación:
80 = 1·A + 2·V ≡ 80 = A + 2·V
Por tanto, con los puntos de corte, es decir, observando la cantidad de un bien cuando
no se consume nada del otro, es sencillo representar dicha recta:

La pendiente de la recta presupuestaria ( - (PA/PV) ) es la relación de precios de los


dos bienes con signo negativo. Su magnitud nos indica la relación a la que pueden
sustituirse los dos bienes uno por otro sin alterar la cantidad total de dinero gastada.
En este caso, como el vestido cuesta 2 dólares por unidad y los alimentos solo 1 por
unidad, debe renunciar a 1/2 unidad de vestido para obtener 1 de alimentos y no alterar
la cantidad total de dinero gastada
El conjunto de cestas de mercado en la recta presupuestaria o por debajo para las que
el gasto requerido a los precios dados es menor o igual a la renta disponible recibe el
nombre de conjunto asequible. En la siguiente imagen, las cestas del conjunto
asequible se encuentran en el área azul:
Como se ha visto, la recta presupuestaria depende tanto de la renta como de los
precios de los bienes. Como estos factores pueden variar, a continuación se indica
como afectan estas variaciones a la recta presupuestaria:
▪ Variaciones de la renta. Una variación de la renta altera la ordenada en el
origen de la recta presupuestaria, pero no altera la pendiente (ya que no varía
el precio de ninguno de los dos bienes). Por tanto, la nueva recta es paralela a
la original

Por ejemplo, si la renta de los consumidores sube hasta los 160$ la nueva recta
presupuestaria vendrá definida por la siguiente ecuación:
160 = A + 2·V
De forma que si A = 0, entonces V = 80; mientras que si V = 0, entonces
A = 160. Por tanto, se ve como varia la ordenada en el origen pero la pendiente
se mantiene
▪ Variaciones de los precios. Si únicamente varía el precio de uno de los dos
productos o de los dos pero en distintas proporciones, la ordenada en el origen
de la recta presupuestaria no varía, pero si que lo hace la pendiente pues está
depende del precio de los bienes ( - (PA/PV) )

Por ejemplo, si se supone que el precio de los alimentos baja la mitad, es decir,
de 1 dólar a 0,50 la pendiente varía de
PA 1$ 1 PA 0.5$ 1
− =– =– $ a − =– =– $
PV 2$ 2 PV 2$ 4
En la imagen anterior, se obtiene la nueva recta presupuestaria L2 haciendo
girar la recta presupuestaria inicial L 1 hacia fuera, en torno a la ordenada en el
origen. En cambio, cuando se duplica el precio de los alimentos de 1 dólar a 2,
la recta presupuestaria gira hacia dentro a L3, ya que el poder adquisitivo de la
persona ha disminuido. Además, es importante recalcar como la bajada o
subida del precio de los alimentos no afectará a la persona que solo consuma
vestido.
Si varía tanto el precio de los alimentos como el del vestido, pero de tal forma
que no varía la relación entre los dos, la pendiente de la recta presupuestaria
seguirá siendo igual. Sin embargo, la ordenada en el origen de la recta
presupuestaria debe desplazarse de tal manera que la nueva sea paralela a la
antigua. Por ejemplo, si los precios de los dos bienes bajan a la mitad, la
pendiente de la recta presupuestaria no varía; sin embargo, ambas
coordenadas en el origen se duplican y la recta presupuestaria se desplaza
hacia fuera
3. Elección del Consumidor
• Situación general
Dadas las preferencias y las restricciones presupuestarias, ahora es posible averiguar
cómo elige cada consumidor la cantidad que va a comprar de cada bien. Se supone
que los consumidores toman esta decisión racionalmente, es decir, eligen los bienes
con la idea de maximizar la satisfacción que reportan, dado el presupuesto limitado
con que cuentan.
La cesta de mercado maximizadora debe satisfacer dos condiciones:
▪ Debe encontrarse en la recta presupuestaria. Cualquier cesta de mercado
situada a la izquierda y por debajo de la recta presupuestaria deja sin asignar
una parte de la renta, que si se gastara, podría aumentar la satisfacción del
consumidor. Mientras que con la renta disponible no es posible comprar ninguna
cesta de mercado situada a la derecha y por encima de la recta presupuestaria
Por tanto, la única opción racional y viable es una cesta de mercado que se
encuentre en la recta presupuestaria.
▪ Debe suministrar al consumidor la combinación de bienes y servicios por
la que muestra una preferencia mayor
Estas dos condiciones reducen el problema de la maximización de la satisfacción del
consumidor a la elección de un punto correcto de la recta presupuestaria. Este punto
en el cual la satisfacción se maximiza (dada una restricción presupuestaria) es el punto
en el que
RMS = PA/PV
En este caso, la satisfacción se maximiza cuando el beneficio marginal (medido por
el RMS), que es el beneficio correspondiente al consumo de una unidad más de
alimentos, es igual al coste marginal (medido por la magnitud de la pendiente de
la recta presupuestaria), que es el coste de una unidad más de alimentos.
Para poder obtener este punto visualmente, hay que representar gráficamente el mapa
de curvas de indiferencia junto con la recta presupuestaria. En el ejemplo base del
documento, este grafico es el siguiente:
Obsérvese que el punto B de la curva de indiferencia U 1 no es la opción que más se
prefiere, ya que una reasignación de la renta en la que se gaste más en alimentos y
menos en vestido puede aumentar la satisfacción del consumidor. En concreto,
desplazándose al punto C, el consumidor gasta la misma cantidad de dinero y logra el
mayor nivel de satisfacción correspondiente a la curva de indiferencia U 2.
Obsérvese, además, que las cestas situadas a la derecha y por encima de la curva
de indiferencia U2, como la cesta correspondiente al punto D de la curva de indiferencia
U3, reportan un nivel mayor de satisfacción, pero no pueden comprarse con la renta
disponible. Por tanto, C maximiza la satisfacción del consumidor.
La cesta que maximiza la satisfacción debe encontrarse en la curva de indiferencia
más alta que toca la recta presupuestaria. El punto C es el punto de tangencia de la
curva de indiferencia U2 y la recta presupuestaria. En C, la pendiente de la recta
presupuestaria (PA/PV) es exactamente igual a la pendiente de la curva de
indiferencia (RMS)

• Solución de Esquina
A veces los consumidores compran cantidades extremas, al menos dentro de algunas
clases de bienes. El análisis de las curvas de indiferencia puede utilizarse para mostrar
las circunstancias en las que los consumidores deciden no consumir un determinado
bien
En estos casos, en los cuales el consumidor opta por no consumir nada de uno de los
productos, estas decisiones reflejan lo que se denomina solución de esquina.
Cuando surge una solución de esquina, la RMS del consumidor no es
necesariamente igual a la relación de precios. La condición necesaria para
maximizar la satisfacción cuando se elige entre el bien x y el bien y en una solución
de esquina viene dada por la desigualdad
RMS ≥ PX/PY
Esta desigualdad se invertiría si la solución de esquina no se encontrara en el punto
B sino en el A
Por ejemplo, en la siguiente imagen se puede observar cómo, ante la recta
presupuestaria de refrigerios AB, un hombre decide comprar solamente helados (H) y
ningún yogur (Y):

En el punto B, que es el punto de máxima satisfacción, la RMS del yogur por helados
es mayor que la pendiente de la recta presupuestaria. Esta desigualdad sugiere que
si el consumidor tuviera más yogur al que renunciar, lo intercambiaría por más helado.
Sin embargo, en este punto el consumidor ya está consumiendo todo el helado y
ningún yogur, y es imposible consumir cantidades negativas de yogur
Si la RMS del yogur por helado es significativamente mayor que la relación de precios,
como en la imagen anterior, una pequeña disminución del precio del yogur no altera
la elección del consumidor: este sigue optando por consumir helado solamente. Pero
si el precio del yogur desciende lo suficiente, el consumidor podría optar rápidamente
por consumir una gran cantidad de yogur
4. Preferencia Revelada
Hasta ahora se ha visto que, dada una restricción presupuestaria, las preferencias
determinan las decisiones. Pero, si se conocen las decisiones que ha tomado un consumidor,
¿es posible averiguar sus preferencias?
La respuesta es que sí, pero es necesario tener información sobre un número suficiente de
decisiones que se tomaron cuando variaron los niveles de precios y de renta. La idea básica
es la que sigue: si un consumidor elige una cesta de mercado frente a otra y la cesta
elegida es más cara que la alternativa, el consumidor debe preferir la cesta de mercado
elegida.
Para explicar mejor esta situación, se utilizará un escenario cuya representación gráfica es
la siguiente:

Se supone que una persona, que se enfrenta a la restricción presupuestaria representada


por la línea recta I1 de la imagen anterior elige la cesta de mercado. Como podría haber
comprado la B (puesto que se encuentra en la misma recta presupuestaria) y no lo hizo, se
concluye que prefiere C a B.
Por su parte, se supone que varían los precios relativos de los alimentos y del vestido, por lo
que la nueva recta presupuestaria es I2, y el individuo elige entonces la cesta de mercado B.
Como D se encuentra en la recta presupuestaria I2 y no la eligió, prefiere B a D. Como prefiere
C a B y B a D, por transitividad, se concluye que prefiere C a D
Obsérvese además que prefiere la cesta C a todas las que aparecen en las áreas
sombreadas de color verde. Sin embargo, como los alimentos y el vestido son bienes en
lugar de males, se prefieren todas las cestas que se encuentran en el área sombreada de
color rosa del rectángulo situadas por encima y a la derecha de C, a C. Por tanto, la curva
de indiferencia que pasa por C debe encontrarse en el área que no está sombreada:
Si se dispone de más información sobre las decisiones cuando varían los niveles de precios
y de renta, es posible conocer mejor la forma de la curva de indiferencia. Esta ampliación se
ilustra en la siguiente imagen:

En este contexto, se supone que ante la recta I3 el individuo elige la cesta de mercado E.
Como ha elegido E, aun a pesar de que C era igual de cara (se encuentra en la misma recta
presupuestaria), prefiere E a C, y lo mismo sucede con todos los puntos del rectángulo que
se encuentran por encima y a la derecha de E
Se puede ir más allá partiendo del supuesto de que las preferencias son convexas. En ese
caso, como se prefiere E a C, todas las cestas de mercado situadas por encima y a la derecha
de la línea CE deben preferirse a la C. De lo contrario, la curva de indiferencia que pasa por
C tendría que pasar por un punto situado por encima y a la derecha de CE y, a continuación,
pasar por debajo de la línea en E, en cuyo caso la curva de indiferencia no sería convexa
Suponiendo ahora que ante la recta I4 (que pasa por el punto C), el individuo elige la cesta
de mercado F. Como ha elegido F y no C, prefiere F a C, y lo mismo sucede con todas las
cestas de mercado que se encuentran por encima y a la derecha de F.

5. Utilidad marginal y elección del consumidor


Como la curva de indiferencia más alta también tiene el nivel de utilidad más alto que puede
alcanzarse, también es posible hablar del problema de maximización de la utilidad sujeta a
una restricción presupuestaria.
La utilidad marginal (UM) mide la satisfacción adicional que reporta el consumo de una
unidad más de un bien. Por ejemplo, la utilidad marginal de un aumento del consumo de 0 a
1 unidad de alimentos podría ser 9; de un aumento de 1 a 2, podría ser 7; y de un aumento
de 2 a 3, podría ser 5.
Estas cifras implican que el consumidor tiene una utilidad marginal decreciente: a medida
que se consume una cantidad mayor de un bien, las cantidades adicionales que se
consumen aumentan cada vez menos la utilidad
Dado que todos los puntos de una curva de indiferencia generan el mismo nivel de utilidad,
el aumento total de la utilidad correspondiente al aumento de A debe contrarrestar la pérdida
causada por la reducción del consumo de V. En términos formales,
0 = UMA(ΔA) + UMV(ΔV)
Ahora podemos reordenar esta ecuación de tal manera que
–(ΔV/ΔA) = UMA/UMV
Pero como -(ΔV/ΔA) es la RMS de V por A, se desprende que
RMS = UMA/UMV
Esta última ecuación expresa que la RMS es el cociente entre la utilidad marginal de A y la
de V. Como el consumidor renuncia a una cantidad cada vez mayor de V para obtener
una mayor de A, la utilidad marginal de A disminuye y la de V aumenta, por lo que la
RMS disminuye.
Anteriormente, se ha visto que cuando los consumidores maximizan su satisfacción, la RMS
de V por A es igual a la relación de precios de los dos bienes:
RMS = PA/PV
Como la RMS también es igual al cociente entre las utilidades marginales del consumo
de A y V se desprende que
UMA/UMV = PA/PV
o
UMA/PA = UMV/PV
Esta última ecuación expresa que la utilidad se maximiza cuando el presupuesto se
asigna de tal manera que la utilidad marginal por unidad monetaria de gasto sea la
misma en el caso de todos los bienes.
El consumidor solo habrá maximizado la utilidad cuando haya satisfecho el principio
equimarginal, es decir, cuando la utilidad marginal de todos los bienes por unidad
monetaria de gasto sea idéntica

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