Reporte de Lectura DCCI
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FACULTAD DE PSICOLOGIA
Reporte de lectura
Tras terminar el doctorado en 1883, amplió sus estudios en Alemania, donde se especializó en
fisiología intestinal y en el funcionamiento del sistema circulatorio. En la siguiente década su
trabajo estuvo centrado en la investigación del aparato digestivo y el estudio de las
secreciones gástricas.
▪ John Broadus Watson (1878-1958)
Alguno de sus representantes más acreditados ha argumentado que la TCC debe considerarse
como un conjunto de técnicas eficaces, sin obedecer a ningún modelo terapéutico. Desde un
punto de vista fenomenológico, podemos señalar cuatro rasgos obvios de la TCC en la
actualidad:
La escuela conductista estaba directamente influida por el positivismo lógico del Círculo de Viena,
un grupo de filósofos que argumentaba y defendía la necesidad de traducir el conocimiento del
mundo a observaciones físicas. Consideraban cualquier otra cosa pura especulación. El
conocimiento según el positivismo lógico debía fundamentarse en la observación y debía
verificarse a través de ella. Estos principios fueron recogidos y aplicados directamente a la
psicología por el conductismo.
Entre ellos, las aportaciones de la investigación sobre aprendizaje de principios del siglo XX son
consideradas los cimientos básicos que permitieron el anclaje posterior de la estructura de la TCC,
y siguen siendo a día de hoy elementos esenciales en muchos acercamientos terapéuticos
cognitivo conductuales.
Para Watson la psicología debía ser una disciplina totalmente objetiva, dedicada a la predicción y
control de la conducta. Los principales principios del conductismo (término acuñado por él) eran
los siguientes:
Los casos expuestos de esta primera generación de terapeutas de conducta exhiben ciertos rasgos
comunes (O ' Donohue, 2009):
• La extensa base de conocimiento sobre la investigación de aprendizaje que exhiben todos los
clínicos (investigadores).
Esta propuesta entronca con la tradición de Skinner y con la primera generación de terapeutas de
conducta, ajustándose a la llamada metáfora del condicionamiento.
Por último la metáfora de la narración constructiva (Meichenbaum, 1995b) articula las terapias
cognitivas constructivistas y es propia de la tercera generación. Esta perspectiva se basa en la
concepción de que los humanos construyen activamente sus realidades personales, es decir, crean
sus propios modelos representativos del mundo.
Sin embargo, a pesar del gran desarrollo de las terapias cognitivas, de su extensa implantación y
de su reconocida utilidad en diversos trastornos, han sido cuestionadas por muy diversos motivos,
unas veces desde su mismo ámbito, otras desde posiciones opuestas, como el análisis conductual
aplicado. Se citan a continuación algunas de las objeciones principales realizadas: