Actos de Habla
Actos de Habla
Actos de Habla
ACTOS DE HABLA
Cualquier acto de habla tiene estas tres dimensiones dentro:
Ej.: ¡Vas a ir! (Yo te digo) / ¿Vas a ir? (Pido confirmación) / ¿Vas a ir? (Te pregunto si).
Acto locutivo: “Lo declaro inocente”. Acto ilocutivo declarativo: Al pronunciar el juez estas
palabras, el acusado para a ser inocente, por lo que se modifica algo en el mundo real. Acto
perlocutivo: El interlocutor es inocente.
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Condiciones de adecuación (felicity conditions)
Circunstancias apropiadas para que la realización de un acto de habla sea reconocida como
intencionada.
- Condiciones de los participantes: que puedan entender el lenguaje que se utiliza y que
no estén actuando o haciendo tonterías.
- Condiciones de contenido: tanto para una promesa como para una advertencia, el
contenido del enunciado debe referirse a un acontecimiento futuro.
Searle explica estos actos como la superposición de dos actos, uno literal y el otro no. El oyente
interpreta el <<verdadero>> acto de habla gracias a su conocimiento del contexto institucional
y particular en el que se realiza el acto, y a su capacidad de interpretar la intención del hablante
al hacer la pregunta-petición.
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En la mayoría de los casos, una petición no se realiza mediante un único acto de habla
pronunciado repentinamente. Se usa un poco de conversación para tantear el terreno y calentar
antes de una petición (Pre-petición).
Gordon y Lakoff (1971), presentan su teoría tomando como ejemplo los principios de sinceridad
(el hablante desea esa información) de las peticiones:
Searle no acepta estas teorías puesto que el hablante comunica al oyente más de lo que dice
basándose en la información de fondo compartida, lingüística y no lingüística. Él trata de evitar
la multiplicidad de estructuras que se producen cuando una misma oración se usa para realizar
actos ilocutivos diferentes.
Podrías, puedes, quiero que tú y otras formas son medios convencionales de hacer peticiones
(indirectas) pero al mismo tiempo no tienen un significado imperativo. La cortesía es la
motivación más prominente para hacer peticiones de forma indirecta, y ciertas formas tienden
naturalmente a convertirse en los medios cortes convencionales de hacer peticiones indirectas.
Morgan (1978) sostiene que los actos indirectos son tipos de actos convencionales. Esto significa
que la lengua está gobernada por dos tipos de convenciones: las propias del sistema lingüístico
(la relación entre la forma de las palabras y su significado), y las convenciones de uso, de
naturaleza cultural, que se sitúan a mitad de camino entre lo radicalmente convencional (la
gramática) y lo natural (la pragmática). Los mecanismos de inferencia pueden sufrir implicaturas
cortocircuitadas, procesos de institucionalización por los que algunas expresiones, a pesar de
ser semánticamente equivalentes, no funcionan como actos indirectos con la misma facilidad.
Ej.: ¿Puedes dejarme mil euros (por favor)? ¿Eres capaz de dejarme mil euros (#por favor)?
Solo el primer enunciado resulta una petición natural, por lo que acepta por favor, mientras que
esta sea inadecuada en el segundo caso.
Para que una oración tenga su sentido literal y realice el acto de habla esperado, debe emitirse
en un contexto adecuado; es lo que determina qué acto de habla realiza una estructura oracional
dada. Las oraciones, como unidades abstractas, tienen un sentido constante, mientras que los
enunciados, unidades actualizadas, pueden tener fuerza ilocutiva, dependiendo del contexto.
Franck (1981) señala que este enfoque resulta insuficiente en algunos aspectos: los actos de
habla se realizan por más de una oración. La teoría de los actos de habla es insuficiente para
explicar el mecanismo de la interacción. Su noción de contexto es marginal: solo se apela a él
cuando las palabras fallan. En el contexto operan una serie de expectativas sobre la conducta
lingüísticas del interlocutor, que contribuyen a diseñar el significado de lo que se quiere decir.