Los Derechos de Veto en La Sociedad Mercantil
Los Derechos de Veto en La Sociedad Mercantil
Los Derechos de Veto en La Sociedad Mercantil
Mercantil
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de-veto-en-la-sociedad-mercantil
I ] ¿Qué es el veto?
La figura del veto no es muy empleada por las leyes mexicanas, ya que
a pesar del ingente número de ordenamientos legales federales que
existen en México, sólo un reducido número de ellos se refieren de
manera expresa al veto, y de entre ellos, solamente cuatro lo aplican en
el ámbito privado, es decir, como facultad o derecho de personas que no
correspondan al derecho público.
interpretado esto último como: (i) Esa facultad de veto está sujeta a un
estándar de motivación reforzada, es decir, que se advierta la existencia
de una consideración sustantiva, objetiva y razonable y no meramente
formal de la normativa aplicable, la cual esté centrada en los principios
de legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia .- (ii) La
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ideas, las sociedades privadas son una buena opción para aquellas
personas que se limitan a realizar inversiones de capital de riesgo.
Es común que los inversionistas de riesgo ocupen posición
minoritaria en las sociedades privadas que son el objetivo de su
inversión. Obviamente, estos inversionistas buscan no sólo inyectar
capital a nuevas sociedades, sino que pretenden establecer reglas que
les aseguren la buena marcha de la sociedad en la que aventuran su
capital.
Dado que los socios que invierten en las sociedades privadas son
minoritarios, su posición es vulnerable y sus derechos pueden ser
fácilmente eludidos por la mayoría. Stephen D. Bohrer encuentra las
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través del acto constitutivo o de pactos entre los socios, ya que aquel
que sabe que va a ser minoritario o que sospecha que puede acabar
siendo minoritario, conforme la autonomía privada debe adoptar las
medidas para proteger su patrimonio en una organización que funciona
con arreglo al principio mayoritario.
Asimismo, el diseño de figuras eficientes en materia de gobierno
corporativo que permita a los inversionistas lograr sus objetivos,
requiere de gran flexibilidad contractual, misma que conforme leyes
societarias rígidas compromete la capacidad innovadora en materia
contractual por parte de los asesores en la materia. 45
Hemos visto que son tres vertientes las que resultan más
interesantes para los inversionistas de capital de riesgo, y sobre las
cuales frecuentemente se pone mayor atención en buscar medidas que
tutelen sus intereses a través de mecanismos convencionales.
Designación de administradores.- Así, se han implementado
medios que aseguren a los socios minoritarios la posibilidad de designar
administradores, mediante la utilización de: del llamado voto
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buscan protección contra los amplios poderes que normalmente les son
otorgados a los administradores y a los socios mayoritarios, para
determinar las políticas de la sociedad y para imponer sus decisiones
mediante simple mayoría de votos.
Uno de tantos mecanismos disponibles, que muchas veces pasan
desapercibidos para los abogados, incluso y a pesar de la limitada
flexibilidad existente en algunas leyes, es la posibilidad de
instrumentar derechos de veto en favor de los socios minoritarios. La
excusa para satisfacer las necesidades de negocio, yace, en parte por la
ausencia del reconocimiento legal de ciertos problemas que plantea la
dirección de una sociedad cerrada, y en parte en la inhabilidad de los
abogados para apartarse de ideas tradicionales conforme los cuales se
piensa que se altera la regla de que los administradores y accionistas
tienen los poderes que por costumbre se les reconocen. 48
IX ] Veto inverso
Sin pretender entrar en una logomaquia, el llamado derecho de
veto, puede ser visto desde diversos ángulos, la mayoría de los casos en
función de figuras análogas y de la combinación que se haga de las
reglas previstas en la ley con las normas estatutarias que convengan los
socios. Como sea, lo que se busca con la aplicación de esta figura es el
resultado que genera: el que alguien, o un pequeño grupo, puedan
impedir se lleve a cabo u oponerse, mediante el rechazo, a un
determinado acto de los órganos decisorios y ejecutivos de la sociedad
en cuestión.
La gran mayoría de las figuras de gobierno corporativo previstas
por la ley o en las convenciones particulares que adopten los socios, no
son propiamente derecho de veto, sino que son conocidas como veto
inverso (Reverse Veto Rights).
Como ejemplo de esto último, podemos decir que en una sociedad
anónima se establezca en sus estatutos la necesidad de asistencia y
votación de cierto porcentaje de acciones de socios minoritarios, para
efectos de considerar válidamente instalada la asamblea, así como
válidas sus resoluciones, y si la minoría no asiste o no emite su voto
favorable, no podrá estar legalmente constituida la asamblea, y no
podrán tomarse resoluciones sobre determinados puntos. Ese efecto se
logrará mediante la emisión de diversas clases de acciones, en donde se
señale que una clase de ellas sea la que compute para el quorum de
asistencia y de votación (acciones de voto necesario), o bien, que en los
estatutos se fijen porcentajes más elevados que los legales para el voto
mayoritario, es decir, que para tomar un acuerdo sobre cierto punto, se
requiera de una mayoría calificada, por ejemplo un 80%, si es que el
socio minoritario representa el 21% o más.
Así, los derechos especiales que se convienen para tutela de los
intereses del socio minoritario sobre cuestiones que preocupan a éste y
que se consignan, sea en el acto constitutivo, en los estatutos, o incluso
en acuerdos por separado, a pesar de que comúnmente son expresados
como derechos de veto, y que pretenden bloquear la formación del
quórum o aprobar resoluciones sin ejercer el derecho, en sentido
estricto no son derechos de veto. De ahí que, realmente, estos derechos
son derechos de veto inverso (Reverse Veto Rights). 53
Algaba se refiere más bien a las acciones de voto necesario, mismas que
generan un efecto equivalente al veto (Veto Rights), pero no son
propiamente acciones de veto (que confieren derecho de veto).
3.- Facultad del Consejo en materia de transmisiones
accionarias.- Por otra parte, nuestro Art. 130 LGSM establece una figura
similar al derecho de veto, en cuanto a que, si los estatutos sociales así
lo disponen, la transmisión de las acciones solo podrá efectuarse previa
autorización del Consejo de Administración, mismo que podrá negar la
autorización designando un comprador de las acciones al precio
corriente en el mercado. No podemos considerar esta figura como un
derecho de veto, mas sí como una facultad del Consejo atribuida por los
estatutos, que pueden tener efecto de veto.
Fernández Villamayor, a la luz de lo que alguna vez estableció el
Art. 83, letra n) del Decreto con Fuerza de Ley 251 chileno, calificaba
esta atribución conferida por los estatutos sociales al Directorio como
un verdadero derecho de veto (es de notar que en el texto, el autor se
refiere a lo mismo como una facultad de rechazar los traspasos que
hagan los socios). Ahí señala que la jurisprudencia administrativa ha
rechazado tal estipulación estatutaria (contractual) cuando ella confiere
la facultad de determinar arbitrariamente sobre el traspaso y solo la
admite cuando se funde en razones de índole pecuniaria vinculadas con
el interés económico de la empresa, por ejemplo: evitar la entrada de
un competidor o en el caso de acciones pagadoras, el adquirente sea
insolvente. Es de destacar que Fernández sostiene que el ejercicio de
esa facultad que implique rechazo, debe ser siempre motivada,
expresándose en el pertinente acuerdo la causa de la negativa. 56
Así pues, es preciso que sea la ley la que establezca límites a las
consecuencias o efectos que pueden generar la implementación en una
sociedad mercantil los derechos de veto o la acción que confiera derecho
de veto, regulando el posible abuso en el que puedan incurrir tanto los
socios mayoritarios como los minoritarios, dado que en nuestro sistema
la figura del abuso del derecho se encuentra escasamente reglada. Lo
mismo debe decirse respecto de los deberes fiduciarios que deben
observar los administradores y los socios en una sociedad mercantil. 65
Bibliografía