Exodos Rurales y Urbanizacioó en Colombia
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Exodos Rurales y Urbanizacioó en Colombia
ISSN: 0124-7913
bitacora_farbog@unal.edu.co
Universidad Nacional de Colombia
Colombia
Éxodos rurales
y urbanización
en Colombia
Perspectiva histórica
y aproximaciones teóricas
Rural Exoduses and Urbanization in Colombia
Historical Perspective and Theoretical Approaches
Lina María Sánchez Steiner
Arquitecta, Doctoranda en Planeación e Investigación Espacial de la
Bauhaus-Universität Weimar, Alemania.
Recibido: 20 de septiembre de 2008 linamaria@gmx.de
Aprobado: 10 de noviembre de 2008
Resumen Abstract
Desde el siglo XVI y hasta hoy, los fenómenos From the 16th century until today, the migratory
migratorios han marcado la configuración del espacio phenomenon in Colombia have marked the configura-
nacional e influenciado las formaciones urbanas colom- tion of the national space and influenced the formation
bianas. A mediados del siglo XX las migraciones internas of Colombian urban agglomerations. During the middle
del campo a la ciudad dejaron históricos efectos sobre of the 20th century, internal migrations from rural areas
la malla urbana del país. Población campesina, prota- left historical effects on the country urban net. Rural
gonista desde principios de ese siglo de la colonización population, a protagonist since the beginning of cen-
agraria en la región central andina, emigró del campo tury of the agrarian settling in the central Andean re-
y se dirigió hacia los centros urbanos, generándose un gion, left the rural zones and headed towards the cities,
proceso acelerado de urbanización. Alrededor del tema generating an intense process of urbanization. A theo-
de la causalidad de las migraciones y su incidencia en la retical debate about the topic of the causality of the
urbanización del país se generó, en los años sesenta y migrations and its influence in the urbanization of the
setenta, un debate teórico, el cual cobra vigencia en la country has been generated in the 60’s and 70’s. The
discusión sobre la reconfiguración urbana de hoy. Desde debate is still relevant for the discussion on nowadays
los años ochenta, Colombia experimenta nuevos éxodos urban reconfiguration. From the mid 80’s, Colombia
rurales causados por la agudización del conflicto arma- has experienced new rural exoduses caused by an es-
do en el campo. La masiva migración forzada tiene hoy calation of the armed conflict in rural areas. The mas-
también una clara incidencia en la transformación de sive forced migration today has also a clear influence
las ciudades contemporáneas. ¿En qué medida y de qué in the transformation of the contemporary cities. How
manera el desplazamiento forzado incide en el proceso is forced displacement affecting the current process of
actual de urbanización en Colombia? El presente artícu- urbanization in Colombia? This paper tries to answer
lo pretende hacer un aporte en esa dirección. this question.
Palabras clave: Éxodos rurales, urbanización, ciu- Keywords: Rural exoduses, urbanization, colom-
dades colombianas, transformación territorial urbana. bian cities, territorial urban transformation.
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Éxodos ruralesy urbanización en Colombia
Introducción
1 Este artículo hace parte de los avances de la tesis doctoral de la autora. Su contenido fue presentado
parcialmente en el Seminario Internacional Procesos Urbanos Informales, Universidad Nacional de Co-
lombia, Bogotá, 31 de octubre, 1 y 2 de noviembre de 2007.
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ra administrativamente a un municipio, por lo general para la Independencia como aquellos que aportaron ca-
como corregimiento, y en algunas ocasiones llega a con- pital y técnica para la construcción de la malla de comuni-
vertirse en cabecera municipal. caciones, presentaron al Estado bonos de deuda pública,
reclamaron su pago y en el marco de las políticas estatales
Es así como la colonización popular de vertientes de concesiones recibieron tierras baldías con su respecti-
introdujo un nuevo cambio en la estructura rural y urba- va titulación (Aprile-Gniset, 2007: 18). Tales tierras coin-
na, elaborando su propio patrón de malla urbana (Aprile- cidían con aquellas que miles de campesinos ya habían
Gniset, 1992: 753ss). Las nuevas fundaciones urbanas de colonizado y valorizado con su trabajo. Se generaron así
este período demostraron la existencia de un país rural conflictos territoriales y se fortaleció la implantación del
y una sociedad agraria; fueron producto del trabajo del latifundio como forma de dominación, influida por los
colono rural en busca de mercado. En las décadas de los mercados externos (Fajardo, 2002: 39).
años treinta y cuarenta ya se habían producido en el país
amplias colonizaciones agrarias que elevaron la produc- Esos conflictos fueron el origen de la guerra civil que
ción agrícola y la población rural (70% del total), constitu- estalló a finales de los años cuarenta y se extendió hasta
yéndose en un sector importante en la economía agrícola mediados de los años sesenta, período conocido como la
(Aprile-Gniset y Mosquera, 1978: 173). El surgimiento de violencia. La guerra motivó grandes migraciones de cam-
la nueva trama urbana adecuó y renovó el sistema nacio- pesinos, de los cuales una buena parte se dirigió a las ciu-
nal de ciudades, relevando la antigua y ya obsoleta red dades y otra parte, a otras zonas rurales con nuevos frentes
creada en la época de la Conquista, de la cual hacían par- de colonización que, posteriormente, representaron una
te, entre otras, las ciudades de Cartagena, Santa Marta, acelerada ampliación de la frontera agraria en varias regio-
Mompox, Popayán, Tunja, Pamplona. La vieja red, al estar nes del país (Fajardo, 2002: 60). Como se verá más adelan-
desligada de las nuevas exigencias socio-económicas, per- te, los desplazamientos forzados masivos de campesinos y
dió su importancia. De la proliferación de nuevas funda- de colonos pobres finalmente desterrados incidieron deci-
ciones del siglo XIX, surgió lo esencial de la malla actual sivamente en el proceso de urbanización del país.
del país.
con un 65% de población urbana. Ya en 1993, si bien ofreció una explicación conjunta para todos. La urba-
el crecimiento demográfico seguía en aumento, la ace- nización en Colombia habría sido, entonces, como en
leración de la concentración urbana se hacía más lenta: Latinoamérica, un efecto territorial de la acumulación
Colombia contaba con más de 37,6 millones de personas, capitalista en una relación de dependencia económica
de las cuales el 68% se encontraba en centros urbanos entre el centro (países desarrollados) y la periferia (países
(DANE, 2007). en desarrollo). Con esto, la penetración del capitalismo
en el campo (agricultura comercial) y el estancamiento
Diversos autores coinciden en afirmar que la acele- de las estructuras agrarias de minifundio y latifundio no
rada acumulación urbana que se produjo en Colombia a permitían que la superpoblación fuera absorbida por el
mediados del siglo XX tuvo que ver parcialmente con un campo, provocando las migraciones y la acumulación ur-
rápido crecimiento demográfico producto de las altas tasas bana (Jaramillo, 2007). En ese sentido, el caso colombia-
de fecundidad y el descenso de las tasas de mortalidad en no no habría presentado mayores diferencias respecto al
las zonas urbanas, pero principalmente con una fuerte mo- caso latinoamericano.
vilidad poblacional traducida en las migraciones internas
del campo a la ciudad. Los cambios económicos, sociales Sin embargo, a pesar de que tal aproximación teó-
y políticos desarrollados en el país desde finales del siglo rica explica en parte el fenómeno de urbanización, no
XIX, relacionados con la economía cafetera, la moderniza- es suficiente para entender la complejidad del caso co-
ción de la agricultura, del transporte y de la infraestructura lombiano. Como se anotó en el punto 1, Colombia, a su
de servicios, la naciente industrialización, los conflictos por vez, experimentaba cambios internos de reestructuración
tierras en el campo, la polarización política, entre otros, territorial, relacionados ya no solo con factores económi-
tuvieron que ver con los fenómenos migratorios. cos sino con factores sociales ligados a los conflictos por la
tenencia de la tierra en el campo. Esos factores llegaron a
¿En qué medida influyeron tales factores en la ur- tener tal relevancia en Colombia, que desembocaron en
banización del país? ¿Es el proceso de urbanización en la guerra civil de la violencia, fenómeno no sucedido en
Colombia un caso particular en América Latina? ¿Qué otros países vecinos y que hace que el caso colombiano,
grado de incidencia tuvieron fenómenos estructurales en efecto, presente diferencias con respecto a los procesos
económicos mundiales?, ¿y qué grado los fenómenos migratorios y de urbanización del resto de países latinoa-
sociales locales? Con base en diferentes disciplinas y mericanos. En ese sentido, quizás las diferencias radican
enfoques, numerosos expertos han intentado ofrecer res- en el carácter propio de esos procesos, en su expresión
puesta a estos interrogantes. Las versiones son muy dis- local, en la forma como se desarrollaron como resultado
tintas y en ocasiones excluyentes, lo que hace del debate de la mezcla explosiva de factores económicos globales
una discusión polarizada y a veces confusa, aún vigente. con factores socio-políticos locales, generando una diná-
Se intenta acá exponer las diferentes posiciones teóricas y mica particular.
plantear una postura crítica, que en lugar de complejizar
aún más la discusión, pretende mostrar cómo las diversas Pero, ¿qué grado de incidencia tuvo la violencia
argumentaciones están interrelacionadas y su entendi- en la urbanización del país? Es necesario hacer primero
miento en conjunto permite comprender la particulari- un breve recuento y una aclaración conceptual de lo que
dad del caso colombiano. aquí se entiende como la violencia como factor expulsor
de población. Es importante tener claro, como se descri-
Respecto a los factores económicos, surgieron va- bió en el punto 1, que la guerra desatada, antes de ligarse
rias aproximaciones. Las políticas económicas del país, a pugnas políticas partidistas, tuvo su origen en los con-
relacionadas con las exportaciones e importaciones, así flictos de tierras entre campesinos colonos y latifundistas,
como con los intentos de industrialización y moderniza- iniciados desde finales del siglo XIX en la región central de
ción agropecuaria, estaban, como se sabe, inmersas en Colombia. Aprile-Gniset y Mosquera (1978: 173) señalan
los procesos económicos estructurales mundiales. Algu- que desde principios de siglo XX existió una persistencia
nos economistas han atribuido a esos procesos mundia- del uso de la violencia en el campo, constituyéndose en el
les la causa de las migraciones internas y la urbanización medio utilizado por los poderes económicos para la apro-
en Colombia. Debido a que paralelamente otros países piación y recuperación de las zonas de colonización agra-
latinoamericanos experimentaban similares procesos de ria popular y en una estrategia de defensa por parte de los
inserción al mercado mundial y, a su vez, similares pro- colonos pioneros para conservar las tierras trabajadas.
cesos de migración interna y urbanización acelerada, se
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Pero como anota Palacios (1995: 31), el campesi- gente de las Fuerzas Militares, los paramilitares realizaban
nado no pudo liberarse del bipartidismo político liberal- operaciones sucias sin comprometer al ejército y llegaron
conservador. La intervención de gamonales y párrocos incluso a ganar status legal mediante un decreto-ley en
transformó el conflicto socio-económico alrededor de la 1968 (Palacios, 1995: 263s). La lucha entre guerrillas de
tenencia de tierras baldías en fuertes rivalidades políticas izquierda, militares y paramilitares se prolongaron hasta
partidistas entre veredas, corregimientos y municipios. Las mediados de los años sesenta, tiempo en el cual el conflic-
diligencias de resolución de conflictos por posesión de to cedió cuando ya el ejército había destruido los grupos
tierras se fueron cargando de una atmósfera política, por guerrilleros más notorios y se reportaba la descomposición
cuanto el campesino necesitaba de un padrino político de las bandas restantes. No obstante, en ese momento se
para lograr un arreglo en la legalización de las tierras o estaban gestando las condiciones para la reorganización
en la disputa de linderos entre vecinos. Tal situación se de nuevos grupos de guerrilla4 (Palacios, 1995: 234).
tradujo en una pugna política por el control electoral en
las zonas rurales. La situación de violencia política fue aprovecha-
da por mayordomos, negociantes y políticos locales,
Tras las revueltas conocidas como el Bogotazo, des- apoyados en los grupos paramilitares, para efectuar me-
atadas en Bogotá el día del asesinato del líder liberal y diante amenazas y asesinatos el despojo de fincas y la
candidato presidencial Jorge Eliécer Gaitán el 9 de abril manipulación del negocio de cosechas de café y ganado
de 1948, se inició el conocido período de la violencia, y del mercado de trabajo (Palacios, 1995: 233). Basa-
cuyo escenario principal fueron las zonas rurales de la re- do en los anteriores argumentos, Aprile-Gniset (1992:
gión central de Colombia y que se desarrolló en el marco 554) concluye que el conflicto que padeció el país entre
de un autoritarismo conservador bajo el mecanismo po- 1946 y 1965, y que dejó en Colombia más de 300 mil
lítico represivo del estado de sitio2. La muerte de Gaitán muertos y alrededor de 3 millones de campesinos deste-
propició una radical polarización entre partidos y una rrados, fue una guerra agraria con pretexto político que
mayor división dentro de los mismos. En una constante impactó en forma más aguda a las zonas más ricas de la
disputa del poder político, generaron una fuerte crisis en nación, aquellas donde se desarrollaba la producción
la democracia representativa, lo que derivaría en un cru- cafetera de exportación y que coincidían con las regio-
do conflicto armado en el campo, protagonizado por el nes en las cuales se produjo la colonización popular de
aparato policial y militar y por bandas armadas al servicio tierras baldías.
de ambos partidos.
Es evidente que durante el fenómeno de la violen-
Diez años después del Bogotazo, las altas esferas de cia se produjeron grandes migraciones forzadas del campo
los partidos políticos firmaron un pacto de paz que dio a la ciudad. No obstante, como se anotó anteriormente,
inicio al Frente Nacional3. Sin embargo, los conflictos vio- diversos teóricos ya no solo de las ciencias económicas
lentos en el campo continuaron. Las guerrillas campesinas, sino también de las ciencias sociales, han debatido enérgi-
aliadas inicialmente con los liberales y luego cercanas a la camente acerca de su grado de incidencia en el acelerado
causa comunista, enfrentaron, además del ejército, a nue- proceso de urbanización. A finales de los años sesenta y
vos movimientos contraguerrilleros, paramilitares o “gru- durante la década de los setenta, varios investigadores con
pos de autodefensa” creados a inicios de los años sesenta, base en la demografía y la sociología, dentro de los cuales
los cuales permanecieron fieles a los conservadores y a los Ramiro Cardona fue el más representativo, lideraron la
terratenientes. Haciendo parte de la estrategia contrainsur- investigación sobre la urbanización y su relación con los
fenómenos migratorios.
como sí lo fue en los países desarrollados. Por otro lado, apoyado en los planteamientos
de Lauchlin Currie, Cardona percibía la urbanización como un proceso irreversible e
incluso positivo y afirmaba que la migración rural-urbana estaba determinada por las
inferiores condiciones de vida de los pobladores del campo respecto a las de los habi-
tantes urbanos.
McGreevey (1968: 211ss) reivindicaba los estudios que demostraban que las
causas de la migración se debían a motivos económicos y que la falta de tierra en la
zona rural era un factor determinante en el éxodo del campo a la ciudad. Pero, por
otro lado, apoyaba la tesis preliminar de Cardona y afirmaba que la hipótesis de la
violencia como causa de emigración rural era una aproximación a priori, fundada en
las ideas populares de la magnitud de muertes, violaciones y asesinatos políticos, lo
que diferentes estudios empíricos contradecían, por cuanto pocos inmigrantes en las
ciudades mencionaban la huída de la violencia como una causa para abandonar el
campo. Sin embargo, según el autor, del análisis de varios estudios se podía concluir
que la violencia rural incrementó el proceso migratorio intradepartamental, debido a
que los campesinos se refugiaban en el pueblo más cercano, pero no tuvo influencia
en la migración interdepartamental (McGreevey, 1968: 217).
Habría que preguntarse aquí, que entendían por “violencia” o la violencia los in-
migrantes encuestados. Como se anotó antes, el concepto de la violencia tuvo confusas
interpretaciones; el saber común lo relacionó exclusivamente con el conflicto político
bipartidista y no como un conflicto agrario de origen social y económico alrededor de
la tenencia de la tierra, como lo interpreta Aprile-Gniset. En este sentido, si McGreevey
y Cardona argumentaban que la falta de tierra rural y las precarias condiciones socio-
económicas de los campesinos eran un factor determinante en el éxodo del campo a
la ciudad, indirectamente aceptaban que la violencia, o mejor, que el conflicto agrario
(bajo las presiones de la agricultura capitalista), luego convertido en el conflicto biparti-
dista, jugaba un rol preponderante en los fenómenos migratorios en Colombia.
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Éxodos ruralesy urbanización en Colombia
Pero, por otro lado, Segundo Bernal (1973: 51) ar- permanecían estacionarias por razones culturales, socio-
gumentaba que la población se movilizaba desde las zonas lógicas y ecológicas.
de depresión del país (zonas de repulsión demográfica)
hacia las áreas de progreso (polos de atracción demográfi- Por otra parte, Aprile-Gniset sustenta que el fe-
ca). En otras palabras, de aquellas zonas conocidas como nómeno no impactó solo a las ciudades mayores como
“zonas de atraso”, pobladas por campesinos ubicados en Bogotá, Medellín y Cali, sino a todo el sistema urbano
pequeñas cabeceras municipales con ausencia de servi- nacional. Las altas tasas urbanas se verificaron también en
cios públicos e institucionales, se producía la migración a ciudades menores, en centros que no pasaban de 20 mil
las áreas conocidas como “ejes de desarrollo”, donde se habitantes e incluso aquellos que no alcanzaban las 5 mil
ubicaban las metrópolis, los “grandes” centros manufactu- personas, lo que contradecía la tesis de que la urbani-
reros, comerciales, financieros y culturales. Esto reflejaba, zación fue el producto de una atracción ejercida por la
según Bernal (1973: 57s), que el desarrollo o subdesarro- industrialización. En ese sentido específico el autor coin-
llo de las zonas del país estaba directamente relacionado cidía con Cardona, en cuanto afirmaba que el desplaza-
con las tasas de inmigración. miento demográfico fue en efecto un proceso divorciado
del proceso de industrialización. Reiteraba, sin embargo,
Aprile-Gniset criticó las tesis de varios de los inves- que fue un suceso artificial, descontrolado y deformado
tigadores antes citados. Afirmó que sin tener en cuenta las provocado por la dependencia externa (Aprile-Gniset,
particularidades del caso colombiano y asemejándolo al 1992: 555). Según el autor, hasta los años cuarenta las
de otros países, los otros autores calificaron las migracio- migraciones hacia las ciudades eran de tipo pendular y no
nes internas como pacíficas, voluntarias y originadas por la tendían a una fijación urbana definitiva. Los migrantes se
atracción de los polos urbanos. Pero según Aprile-Gniset, desplazaban temporalmente a frentes urbanos laborales,
sus investigaciones comprobaron lo contrario, que las mi- como el empleo en la construcción, pero no perdían el
graciones eran, en realidad, éxodos masivos, forzados y nexo con el campo ni ambicionaban una sedentarización
prolongados, en condiciones bélicas por expulsión y des- urbana; una vez se acababa el empleo temporal, regre-
tierro de campesinos preocupados por sobrevivir (Aprile- saban a su hábitat rural. Pero desde los años cuarenta se
Gniset, 1992: 581ss). Adicionalmente, argumenta que lo pasó a un segundo nivel de urbanización, esta vez ace-
que diferenció la urbanización en Colombia de la de otros lerado e intenso, y la ciudad existente experimentó un
países no fue en sí la rápida concentración urbana sino la colapso (Aprile-Gniset, 1992: 594).
forma como se dio: “fue un proceso forzado no ‘natural’,
si se puede decir, un movimiento impuesto ‘a la brava’; Al contrario de la tesis bandera de Ramiro Cardo-
operó por medio de una guerra campesina de clases, una na, Aprile-Gniset y Mosquera consideraron que la ciudad
auténtica guerra agraria” (Aprile-Gniset, 1992: 554). moderna fue uno de los “derivados” de la violencia y el
producto de una urbanización forzada y acelerada. Tal
Para el autor, el proceso de urbanización en Co- período fue, entonces, una guerra agraria de “reconquis-
lombia se dio de manera anormal, producido en medio ta” de tierras, una guerra intensa de laderas y vertientes,
de unas condiciones políticas y sociales también anorma- una guerra entre agricultura de pan coger (o de subsis-
les enmarcadas en la situación de excepción del estado tencia) y agricultura de exportación. Detrás de las luchas
de sitio decretado por el gobierno después del Bogotazo. violentas de grupos de liberales y conservadores y de las
Adicionalmente, sus estudios demostraban que las zonas fuerzas armadas, entraron después los especuladores, los
rurales expulsoras de población no eran zonas económi- bancos y las grandes compañías agrícolas capitalistas. Los
camente depresivas; al contrario, era la región central del futuros latifundistas buscaron los mecanismos para apode-
país, la más rica, la que, aunque gozaba de una prospe- rarse luego, legal y exitosamente, de las pequeñas parce-
ridad agrícola creciente alrededor de la producción ca- las familiares de los colonos pioneros, ahora desterrados
fetera, expulsaba la población campesina (Aprile-Gniset, (Aprile-Gniset y Mosquera, 1978: 174; 1992: 551).
1992: 582s). Esta aseveración la confirmaban Fornaguera
y Guhl (1969: 17) con los resultados de sus estudios es- Al revisar los datos censales de población se com-
tadísticos del período censal 1938-1964, en los que de- prueba que la aceleración del proceso de urbanización em-
mostraban que las áreas de emigración rural en Colombia pezó a ceder a finales de los años setenta. Para Aprile-Gniset
fueron preferencialmente las más tradicionales, las más (1992: 556), la desaceleración en los años ochenta indicaba
densamente pobladas, las cafeteras y aquellas donde las que “en muchas áreas rurales la fuente se secó”. Así, las ciu-
relaciones de tenencia de la tierra y las técnicas de cultivo dades dejaron de crecer con el intenso ritmo de antes.
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inmigrantes en la periferia urbana, donde surgían asenta- En un estudio realizado para la ciudad de Bogotá,
mientos espontáneos de carácter evolutivo y se iban crean- Georges Vernez (1976: 142s) aportó otro componente a
do sub-culturas que les permitían insertarse lentamente en la caracterización del proceso de asentamiento de inmi-
la ciudad en un proceso de “aculturación”, es decir, un grantes. El autor argumentaba que a pesar de que varios
proceso de acomodación gradual al espacio urbano. Tales estudios afirmaron que en la ciudades latinoamericanas el
sub-culturas de periferia, donde predominaban aún pa- centro de la ciudad era el punto de entrada de los inmi-
trones rurales-tradicionales sobre los modernos-urbanos, grantes y que una vez mejoraban su situación se dirigían
eran el escenario de la llamada marginalidad urbana, fuera a barrios de la periferia, tal afirmación no se confirmó to-
del sistema dominante (Cardona, 1968: 12ss). talmente para el caso de Bogotá, donde la mayoría de
inmigrantes se dirigían primero a viviendas arrendadas o
Para Cardona, si bien los establecimientos espontá- inquilinatos en barrios de la periferia y en pocos casos a
neos marginales estaban constituidos por población princi- los ubicados en el centro de la ciudad, donde la oferta era
palmente migrante, éstos fueron resultado de un proceso limitada. Los inmigrantes que tenían parientes o amigos
posterior de inserción y no se desarrollaron en el momento en la ciudad tendían a localizarse en tales barrios porque
inmediato de su llegada. Basado en otros estudios, el autor sus conocidos, allí residentes, podían orientarlos sobre las
argumenta que cuando los migrantes se deciden a inva- oportunidades de empleo y vivienda, mientras que los que
dir, ya se encuentran en una etapa relativamente avanzada no contaban con ningún vínculo, terminaban en los inqui-
de su “aculturación”. Además, la mayoría de las invasio- linatos del centro de la ciudad (Vernez, 1976: 167s).
nes han estado acompañadas de una organización previa
que requiere tiempo de gestación; esto se comprueba al Para Vernez, a medida que la oferta de vivienda
observar que casi todas las invasiones se han realizado en para los inmigrantes decrecía en el centro de la ciudad,
terrenos fiscales (estatales) y no en tierras de propiedad aumentaba en los barrios piratas7 de la periferia. Además,
particular, lo que significa que la operación ha sido planifi- en estos barrios la propiedad de la vivienda le daba la
cada para asegurar su éxito (Cardona, 1968: 22s). posibilidad a la familia de elevar sus ingresos a través del
arriendo de un espacio a nuevos inquilinos (Vernez, 1976:
Para Cardona (1968: 30), el proceso de “acultura- 148ss). El autor afirma que la mayoría de inmigrantes han
ción” en la ciudad se iniciaba con la migración, continuaba hecho más de dos traslados a otras viviendas alquiladas
con la residencia en las casas de inquilinato6 y terminaba antes de adquirir vivienda y esos cambios de residencia
con la invasión, en un período aproximado de cinco etapas son motivados por el deseo de más espacio y más servi-
y 10 años. A través de varios traslados intraurbanos, los mi- cios, esto significa que el motivo principal de los traslados
grantes pasaban de una situación inestable, con fuerte nexo residenciales intraurbanos está en el deseo de ser propie-
con el campo y sin identificarse con el ámbito urbano, a tario de vivienda (Vernez, 1976: 157).
posiciones más estables y de identidad social con la ciudad,
que los llevaban a conformar organizaciones previas para Para concluir, las citadas investigaciones respecto
efectuar con éxito, como única alternativa de acceso per- a la expresión espacial de la urbanización y al proceso
manente a la tierra urbana y de inserción en la sociedad, de asentamiento de inmigrantes demostraron una vez
invasiones de terrenos, los que los convertía en potenciales más que, también en ese aspecto, el caso colombiano
agentes de cambio social. Para el autor, las invasiones de te- presentó particularidades respecto al latinoamericano.
rrenos fueron producto tanto de la incapacidad del sistema
político para responder a las demandas habitacionales de 7 Se conoce en Colombia como barrios o urbanizaciones piratas,
los nuevos migrantes como de la imposibilidad de detener aquellos de origen ilegal, fuera de los requerimientos urbanísticos
el proceso migratorio (Cardona, 1973: 312ss). oficiales, desarrollados por un especulador que divide un gran
terreno privado de su propiedad o de un tercero, y vende lotes
individuales, muchas veces con títulos de propiedad, pero sin infra-
estructura básica, casi siempre en terrenos de difícil manejo y con
6 Cardona (1969:103) define las casas de inquilinato en Colombia riesgos de inundación o deslizamiento de tierras, quedándose con
como viviendas en deterioro ubicadas en áreas centrales de la ciu- el máximo de la ganancia sobre el terreno. Las familias acceden a
dad, antiguas residencias de las familias ricas, que se constituyeron la oferta atraídas por las facilidades de pago y los bajos costos de la
en centros de recepción de familias de migrantes procedentes de las tierra con respecto al mercado legal de vivienda. En otros casos, el
zonas rurales. Para Vernez (1976:143) “un inquilinato es un cuarto vendedor es un estafador que ofrece lotes de un terreno privado
arrendado en una vivienda, apartamento o casa ocupada por otra sin dueño conocido y sin títulos de propiedad. Así como con las
familia, o una pieza, apartamento o casa compartida por más de una invasiones, la mayoría de los procesos de ocupación iniciados por
familia. El compartir la habitación o la vivienda divide los costos de medio de la urbanización pirata, han sido reconocidos y legalizados
arrendamiento entre dos o más familias”. años después por el Estado.
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Según los datos de CODHES (2006: 3), alrededor de 3,9 millones de personas
han sido desplazadas en Colombia desde 1985 hasta 2006. El principal destino de los
nuevos migrantes forzados es el mismo que en el pasado: la ciudad. Los centros urbanos
se convierten entonces en ciudades-refugio. Pero, ¿qué ciudades se ven afectadas por
el fenómeno? Los análisis estadísticos de Nubia Ruiz demuestran que no son exclusi-
vamente las metrópolis colombianas las que reciben el mayor flujo de desplazados;
también las ciudades menores, localizadas en las regiones expulsoras, reciben un impor-
tante número. Según Ruiz, la migración forzada tiene un carácter endógeno, es decir,
la población expulsada evita salir de su región y alejarse de sus referentes territoriales
y culturales y, por tanto, prefiere desplazarse hacia municipios dentro del mismo de-
partamento o hacia el departamento vecino. El mayor impacto lo soportan municipios
pequeños, los cuales reciben gran número de población proveniente de la zona rural.
Los principales destinos son las ciudades próximas al sitio de expulsión, aunque existe
una alta concentración de población en las capitales de departamento (Ruiz, 2006).
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lonización urbana, asociados a la existencia de relaciones tivos ilícitos de coca, se registraron en el casco urbano,
conflictivas con urbanizadores piratas, partidos políticos y, entre 1998 y 2005, un total de 12.953 personas despla-
en particular, con el Estado (Hurtado y Naranjo, 2002). zadas. Como resultado de la llegada de tan alto número
de inmigrantes forzados procedentes del Putumayo y de
Para las autoras, los procesos de colonización urba- los departamentos vecinos, se han producido transforma-
na que adelantaron los migrantes de mediados de siglo XX ciones urbano-rurales significativas en la espacialidad y de-
se repiten de nuevo en la ciudad contemporánea. La inser- sarrollo de este municipio (Sánchez, 2007: 101ss). ¿Cómo
ción de los desplazados en la ciudad en calidad de pobres se expresan los cambios espaciales en esta ciudad-refugio?
absolutos está produciendo la expansión y densificación La más compleja problemática espacial se da fundamental-
de la ciudad hacia la periferia. Estos procesos se reprodu- mente en una amplia franja periférica de la ciudad. Todos
cen en medio de un ambiente conflictivo con el Estado y los asentamientos nuevos de invasión o pirata surgidos a
el resto de la sociedad urbana (Hurtado y Naranjo, 2002). partir del año 2000 (seis asentamientos) fueron iniciados y
En cuanto al proceso espacial de asentamiento en la ciu- ocupados por familias desplazadas. Los asentamientos han
dad, Naranjo define las siguientes modalidades: En primer sido el resultado de una segunda etapa de inserción en la
lugar, identifica los asentamientos nucleados que surgen ciudad, tras haber pasado una primera etapa, en la cual los
como producto de invasiones de terrenos realizadas por inmigrantes se ubicaron de manera dispersa en barrios po-
desplazados que se encontraban dispersos en otros barrios pulares no consolidados, pagando arriendos y donde la dis-
y que se agruparon para tal fin después de tres o cuatro ponibilidad de espacio es limitada (Sánchez, 2007: 110).
meses de habitar en la ciudad. En segundo lugar, la au-
tora identifica la modalidad de asentamiento disperso en Esa segunda etapa de inserción se da tiempo des-
barrios de la ciudad, donde los desplazados encuentran pués de adaptarse al nuevo medio y haber decidido que-
familiares o amigos que les brindan un espacio de estadía darse definitivamente en el municipio. La tendencia de la
temporal mientras se ubican definitivamente en otro lugar familia es a buscar “vivienda y tierra propia” ya sea median-
(Naranjo, 2004: 294s). te la invasión de terrenos o con la compra de lotes piratas
en zonas no aptas para la urbanización en las afueras de
Mercedes Castillo y Carlos Torres, en una investi- la ciudad. Podría decirse aquí, que los procesos de colo-
gación desarrollada en ocho ciudades colombianas, en nización popular urbana parecen reproducirse también en
donde observan el comportamiento de asentamientos es- el caso de Mocoa, sobre todo en aquellos asentamientos
pontáneos surgidos en la década de los noventa, señalan ubicados en terrenos que bordean la línea del perímetro
que dentro del gran grupo de asentamientos, predominan urbano, donde la disponibilidad de espacio es limitada.
los procesos de invasión de terrenos adelantados por po- Los lotes de engorde de propietarios privados o aquellos
blación desplazada. Los autores anotan que se mantiene despreciados por sus difíciles condiciones topográficas y
la constante de que el migrante llega primero a otro sector por estar en riesgo de amenazas naturales, se han venido
de la ciudad antes de llegar al asentamiento que invade; transformando; los colonos e indios desterrados han colo-
es decir, cuando llega a la ciudad no trae la intención de nizado espontáneamente los potreros y con el tiempo los
invadir y permanece un tiempo relativamente largo en un han convertido en barrios urbanos.
barrio receptor antes de llegar al asentamiento nuevo. Sin
embargo, en algunos barrios donde casi todos los poblado- Un aspecto interesante que caracteriza otros
res son desplazados, la tendencia es a llegar directamente asentamientos, en especial los ubicados en la zona rural
al nuevo lugar a través de procesos organizativos acompa- inmediata al centro urbano y en predios estatales inva-
ñados por organizaciones no gubernamentales o políticas didos (más alejados del perímetro urbano y con mayor
(Castillo y Torres, 2005: 12s). disponibilidad de espacio), es que allí los campesinos
desplazados, lejos de desear convertirse en pobladores
Como parte de la tesis doctoral y de la profundiza- estrictamente urbanos, buscan una cercanía con las ac-
ción de una investigación previa, la autora de este artículo tividades y costumbres rurales pero en vínculo constan-
ha analizado el impacto urbano de desplazados forzados te con los servicios que presta la ciudad, los canales de
en Mocoa, capital del departamento del Putumayo. En comercialización que ofrece y las garantías de seguridad
Mocoa, un municipio de 36.185 habitantes (censo 2005), que no encuentran en el campo. En este caso, parece
ubicado en el piedemonte amazónico colombiano, en una que se mezclaran aspectos de la colonización agraria y la
región de colonización reciente, en medio de un agudo colonización urbana. Como resultado, han surgido asen-
conflicto armado y de un territorio dominado por los cul- tamientos que podrían llamarse agro-urbanos (incluso la
comunidad los denomina ya como “nuevos caseríos”), Los procesos de asentamiento evolutivo que se iden-
en donde sus pobladores realizan un loteo (relativamen- tificaban en los años sesenta y setenta se pueden encontrar
te denso para ser rural) y reservan espacios no solo para también en las ciudades actuales. Las diferentes etapas que
la vivienda, sino también para huertas caseras, produc- atraviesan los inmigrantes en su proceso de inserción al es-
ción piscícola artesanal, cría de pollos, zonas recreativas, pacio urbano, las acciones colectivas y organizativas que
escuela, iglesia y lote comunal. A la vez, han logrado adelantan y los conflictos que se presentan con el Estado y
la extensión de redes eléctricas veredales, así como una demás actores urbanos son también una constante hoy.
ruta de transporte público urbano. Los jóvenes asisten a
los colegios de secundaria en el centro de Mocoa y los En Colombia se ha percibido el reciente desplaza-
productores venden en el mercado central los peces y miento forzado como un fenómeno temporal y como un
pollos. La conformación de nuevos sectores en un terri- problema solamente de orden nacional y no local o regio-
torio intermedio entre el suelo urbano y el suelo rural, nal. Los municipios evitan incluir políticas de largo plazo
presupone la redefinición de estos dos ámbitos tradi- que integren u ofrezcan soluciones alternativas a los inmi-
cionalmente opuestos. Los desplazados a cargo de es- grantes, sin tener en cuenta la ya longevidad del fenóme-
tas transformaciones han desarrollado espontáneamente no, lo que genera sentido de pertenencia en los migrantes
una reestructuración territorial, sin que los planificadores en las ciudades que, ante las bajas posibilidades de retor-
urbano-regionales se percaten de ello. no, buscan alcanzar un establecimiento permanente.
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Éxodos ruralesy urbanización en Colombia