Elementos Del Delito

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5.

Los elementos del delito

a. La acción, sus especies y su ausencia; las teorías que explican la relación causal.

AUSENCIA DE ACCIÓN

Sólo puede hablarse de la ausencia de acción cuando los movimientos corporales realizados u omitidos, se efectúan en ausencia de la conciencia, de tal forma que se actúa
simplemente de manera mecánica o totalmente determinado por fuerza exteriores. Ésta puede presentarse de las siguientes maneras:

Sueño y sonambulismo: excluyendo la embriaguez del sueño y el estado crepuscular hipnótico, donde se encuentran elementos de volición.
Sugestión e hipnosis, entendida esta como un conjunto de situaciones especiales del sistema nervioso, producidaas por maniobras artificiales, en las que se puede dar la
sugestión intra o posthipnótica.

Inconsciencia en alto grado: (actos reflejos) producidos por situaciones fisiológicas o el estado de sideración emotiva.

Fuerza irresistible: Cuando el sujeto se mueve obligado por una fuerza exterior, superior e irresistible que puede provenir de una energía humana (vis absoluta) o subhumana
(vis maior).

¿CUÁL ES LA CAUSA DEL DELITO? (las teorías que explican la relación causal)

Teoría de la equivalencia de Es causa de un resultado, cualquier condición que sumada a las existentes, lo produce.
las condiciones o de la Son igualmente importantes todas las condiciopnes (internas y externas) que concurren
conditio sine qua non (Glaser, en la producción de un resultado, pues sin esa circunstancia aquél no se habría
Von Buri) alcanzado; tratándose de la omisión, ésta es causal cuando al ser suprimida
mentalmente se elimina el resultado.
Teoría de la causa eficaz Es necesario conocer cualitativa y cuantitativamente todas las condiciones para
(BIrkmeyer) detrminar la causa del delito, fijando la contribución que cada una de ellas ha tenido
para llegar a un resultado y concluir cuál es la que ha contribuido en mayor grado en su
comisión.
Teoría de la causa eficiente o Es causa aquélla condición que posee fuerza decisiva sobre el resultado; ya se entienda
cualidad (Kohler) como la que está en movimiento (Mayer), o aquélla cuya eficacia radica en la fuerza
con la que actúa o en la persona que con su ación produjo el hecho (Stoppato).
Teoría de la causa próxima La última de las condiciones positivas de un hecho,l es la causa del resultado.
(Ortmann)
Teoría de la causalidad Sólo es causa de un resultado aquélla que ordinaria y adecuadamente lo produciría,
adecuada (Romagnosi, Von por lo que debe atenderse si en el evento delictivo participaron circunstancias ajenas a
Bar, Von Kries) la acción cometida (concausas) que interrumpan la relación causa­efecto ya sean
anteriorers, posteriores o concomitantes y que sean la verdadera causa del resultado.
Teoría de la relevancia Para determinar la relación de causalidad entre la acción y el efecto, hay que ir a cada
(Mezger) caso en concreto y buscar la solución teniendo como base la naturaleza jurídica del
resultado, por lo que sólo será punible el sujeto que comete una acción cuya conexión
causal con un resultado es relevante o importante jurídicamente.
Teoría de la causa típica Debe atenderse al núcleo típico para fijar su significado y saber si el evento se adecua a
(Beling) éste.
Teoría del concepto de fin y La omisión es causal cuando el omitente o sólo tiene la posibilidad sino el deber jurídico
del deber jurídico (Rohland) de intervenir para evitar la producción del delito, siendo de naturaleza psicológica el
motivo causal.
Teoría de la causalidad del El ordenamiento social impone a todos el deber de evitar cualquier efecto dañoso
ordenamiento social (Kohler) determinado, y si no se obedece se procede en forma que dicho ordenamiento
funcione de manera distinta y por lo tanto, la omisión tiene eficiencia causal.
Teoría de la acción En los delitos de omisión a consecuencia de un actuar precedente a ésta, su autor se ve
precedente (Von Liszt) obligado a hacer o dejar de hacer algo en el futuro, es decir, el actuar prtecedente
hace aparecer como contrario el hecho de no actuar.
Teoría de la acción esperada Solamente la acción esperada da lugar a los delitos de omisión entendida desde el
(Hippel, Mezger) punto de vista jurídico, no como un hecho físico sino valorándola en relación con la
norma que impone la realización de en actuar determinado.
La calidad de garante Lo importante en la atribución de un resultado en la ausencia de una acción, es
determinar si el sujeto que deja de realizarla tiene o no la calidad de garante, es decir, si
está obligado por la ley, por vía contractual o por su actividad precedente, a actuar de
una manera determinada.

EL CÓDIGO PENAL FEDERAL

Artículo 7
Delito es el acto u omisión que sancionan las leyes penales.
En los delitos de resultado material también será atribuible el resultado típico producido al que omita impedirlo, si éste tenía el deber jurídico de evitarlo. En estos casos se
considerará que el resultado es consecuencia de una conducta omisiva, cuando se determine que el que omite impedirlo tenía el deber de actuar para ello, derivado de
una ley, de un contrato o de su propio actuar precedente.
...
Artículo 15
El delito se excluye cuando:
I.­ El hecho se realice sin intervención de la voluntad del agente;

Artículo 53
No es imputable al acusado el aumento de gravedad proveniente de circunstancias particulares del ofendido, si las ignoraba inculpablemente al cometer el delito.

Artículo 305
No se tendrá como mortal una lesión, aunque muera el que la recibió: cuando la muerte sea resultado de una causa anterior a la lesión y sobre la cual ésta no haya
influido, o cuando la lesión se hubiere agravado por causas posteriores, como la aplicación de medicamentos positivamente nocivos, operaciones quirúrgicas
desgraciadas, excesos o imprudencias del paciente o de los que lo rodearon.

b. La antijuridicidad, elementos y ausencia


Las acciones que se realizan amparadas por una causa de justificación se adecuan a las
previsiones legales tanto del tipo que prevé el delito cometido al amparo de una causa
justificante, como a los requisitos que prevén el fundamento de dichas causas. Las causas
de justificación tienen una naturaleza objetiva por descansar en circunstancias ajenas al
AUSENCIA DE LA sujeto que comete el delito, con lo que, al faltar el elemento esencial de violación de la
ANTIJURIDICIDAD norma se excluye el disvalor que resulta de la misma. Las causas de justificación hallan su
(causas de fundamento en la supremacía del interés por el que se actúa (en el ejercicio de un
derecho), que se protege (en estado de necesidad) o defiende (con la legítima defensa)
justificación)
o del deber que se cumple (en el cumplimiento de un deber), y operan actualmente en
un sistema de regla­excepción, que consiste en que en el mismo cuerpo de abstracciones
legales que establecen los delitos, se prevé la regla que encuentra su excepción,
estableciendo las circunstancias en las cuales una acción será considerada legítima.

Repulsa realizada por el titular del bien puesto en peligro o por terceros, necesaria para
evitar una lesión antijurídica posiblemente causada por una persona que ataca, siempre
Legítima defensa que la agresión sea real, actual e inminente, y que el contraataque al agresor no traspase
la medida necesaria para la protección del bien amenazado.
Ataque de bienes ajenos jurídicamente protegidos, en salvaguarda de bienes jurídicos
Estado de propios o ajenos de igual o mayor jerarquía que los sacrificados; por hallarse en una
necesidad especial situación de peligro actual causada por acontecimientos de la naturaleza y
excepcionalmente de orden humano, que sólo es evitable violando los intereses legítimos
de otro.

Excluye la antijuridicidad por ejecución de la ley por cuanto se ejercita una facultad
Ejercicio de un
derivada de la ésta siempre que en su actuación, las vías de hecho no traspasen la
derecho facultad de defender el derecho negado y no haya exceso en la ejecución de la ley.

Se trata igualmente un caso de ejecución de la ley que puede consistir en actos


ejecutados en cumplimiento de un deber legal resultante del empleo, autoridad o cargo
Cumplimiento de público que ejerce el sujeto, o los ejecutados en cumplimiento de un deber legal que
un deber obliga a todos los individuos, entendiendo que en el deber legal no sólo se encuentran los
que limitativamente establece la ley, sino los derivados directamente de la función misma
impuesta por la norma.

Para que opere esta eximente sobre las acciones delictivas ejecutadas, el titular del bien
jurídico lesionado debe tener voluntad consciente y libre, el consentimiento deberá
manifestarse expresamente y sólo en forma tácita de manera excepcional, por cuanto a
Consentimiento
la causa, la torpeza o la ilicitud no invalidan el consentimiento otorgado, otorgamiento
del ofendido que debe manifestarse con anterioridad o de manera simultánea a la acción, y sólo es
válido el consentimiento que se hace sobre bienes jurídicos dde los que puede disponer el
titular que lo otorga

Se refiere esta causa de exclusión de la antijuridicidad, solamente a omisiones, ya que se


considera que no comete delito quien no ejecuta lo que la ley le ordena, porque se lo
Impedimento
impide otra disposición superior y más apremiante que la misma ley. Tampoco delinque
legítimo quien no realiza el hecho que debiera haber practicado, a causa de un obstáculo que no
estaba en su mano vencer.

EL CÓDIGO PENAL FEDERAL

Artículo 15
El delito se excluye cuando:


III.­ Se actúe con el consentimiento del titular del bien jurídico afectado, siempre que se llenen los siguientes requisitos:
a) Que el bien jurídico sea disponible;
b) Que el titular del bien tenga la capacidad jurídica para disponer libremente del mismo; y
c) Que el consentimiento sea expreso o tácito y sin que medie algún vicio; o bien, que el hecho se realice en circunstancias tales que permitan fundadamente presumir
que, de haberse consultado al titular, éste hubiese otorgado el mismo;
IV.­ Se repela una agresión real, actual o inminente, y sin derecho, en protección de bienes jurídicos propios o ajenos, siempre que exista necesidad de la defensa y
racionalidad de los medios empleados y no medie provocación dolosa suficiente e inmediata por parte del agredido o de la persona a quien se defiende.
Se presumirá como defensa legítima, salvo prueba en contrario, el hecho de causar daño a quien por cualquier medio trate de penetrar, sin derecho, al hogar del agente,
al de su familia, a sus dependencias, o a los de cualquier persona que tenga la obligación de defender, al sitio donde se encuentren bienes propios o ajenos respecto de
los que exista la misma obligación; o bien, lo encuentre en alguno de aquellos lugares en circunstancias tales que revelen la probabilidad de una agresión;
V.­ Se obre por la necesidad de salvaguardar un bien jurídico propio o ajeno, de un peligro real, actual o inminente, no ocasionado dolosamente por el agente, lesionando
otro bien de menor o igual valor que el salvaguardado, siempre que el peligro no sea evitable por otros medios y el agente no tuviere el deber jurídico de afrontarlo;
VI.­ La acción o la omisión se realicen en cumplimiento de un deber jurídico o en ejercicio de un derecho, siempre que exista necesidad racional del medio empleado
para cumplir el deber o ejercer el derecho, y que este último no se realice con el solo propósito de perjudicar a otro;
VII …

Artículo 16
Al que se exceda en los casos de defensa legítima, estado de necesidad, cumplimiento de un deber o ejercicio de un derecho a que se refieren las fracciones IV, V, VI del
artículo 15, se le impondrá la pena del delito culposo.
c. La tipicidad, el tipo, sus elementos y sus clases y la ausencia de tipicidad

CLASES DE
TIPOS

Básicos Describen de manera independiente un modelo de acción por lo que se


aplica sin sujeción a ningún otro tipo.

Especiales No dependen de la existencia del tipo básico porque contienen elementos


nuevos o modifican los requisitos previstos en el tipo fundamental,
pudiendo atenuar o agravar la pena del básico.

Subordinados Señalan determinadas circunstancias o aspectos que califican la acción


prvista en el tipo básico del cual dependen, y pueden tener naturaleza
agravante o atenuante de la punibilidad.

Compuestos Refiriéndose a un mismo bien jurídico, en estos tipos hay una pluralidad de
acciones previstas con distintos verbos rectores.

Autónomos No es necesario que al aplicarse la ley penal se acuda a otro


ordenamiento para comprender el significado de estos tipos penales, pues
describen un modelo al cual se adecua directa o inmediatamente la
acción del sujeto activo del delito.

En blanco Para precisar el contenido de la acción prevista, el legislador remite a otro


o al mismo ordenamiento jurídico.

Abiertos El tipo penal no está completo en cuanto a la diferenciación de la acción


prohibida y de la permitida, para lo cual es necesario acudir al
complemento que realiza otro ordenamiento legal como guía objetiva
para completar el tipo.

Cerrados Sus elementos son suficientes para entender en qué consiste la acción
prohibida.

De daño o En atención al bien jurídico tutelado en el tipo, los primeros exigen su lesión
o destrucción, y los segundos, que se le coloque en posición de riesgo.
puesta en
peligro

AUSENCIA DE TIPICIDAD

Atipicidad Cuando en la acción falta alguno de los elementos descritos en la ley, y


puede darse por falta de:
v Calidad en el sujeto activo
v Calidad en el sujeto pasivo
v Elemento valorativo en el objeto del delito
v Referencias temporales o espaciales
v Medio previsto
v Elementos subjetivos del injusto
Lo que trae por consecuencia la imposibilidad de que la acción se
adecue a todos los elementos que el legislador ha empleado para
hipotetizar el delito.

Ausencia de Se da cuando el legislador no prevé acción alguna en el tipo penal que


pretende aplicarse y sólo hace alusión a ella, o simplemente la
tipo
menciona sin describirla, por lo que, en consecuencia, la acción no
podrá adecuarse a un tipo que en rigor no existe.

EL CÓDIGO PENAL FEDERAL

Artículo 15
El delito se excluye cuando:


II.­ Se demuestre la inexistencia de alguno de los elementos que integran la descripción típica del delito de que se trate;

LA UNIDAD TÍPICA
Ahora bien, dentro de la visión transcrita no se pueden ignorar el tipo ni la tipicidad. Yo sostengo la tesis de un tipo formal u objetivo y de un tipo material o esencial. El
primero es la mera descripción, estrictamente gramatical, de una hipótesis de acción o conducta en la ley. Pero este tipo debe tener una esencia, un alma: tal es el tipo
material o esencial que yo identifico con el objeto jurídico del delito, o sea, con el bien jurídico tutelado, con la norma de cultura (que se juridiza, con la descripción típica).
Lo que pasa es que el tipo formal sin el material da lugar, a mi juicio, a los que llamo delitos artificiales (como es el caso del hostigamiento sexual). ¿Dónde en éste delito la
juridicidad? Hay tipo meramente formal; pero habida cuenta de que no se puede violar la ley, que es estrictamente enunciativa o descriptiva, y a falta de la norma de
cultura juridizada —que sí es violable— me parece que en la especie no es dable un delito; puesto que el delito a fortiori implica la violación de una norma.
En consecuencia, la estructura del tipo debe contener dos elementos: el formal u objetivo y el material o esencial. El primero consagra, al describirlo, la existencia de un bien
jurídico; lo tutela mediante una declaración legal. El segundo es el alma del primero, puesto que contiene el bien jurídico reconocido. Desde luego, no hay bien jurídico sin
norma de cultura jurídica. En tal virtud es imprescindible la unidad típica con aquellos dos elementos.
Y lo mismo cabe decir de la tipicidad, a saber, que la hay formal u objetiva y material o esencial. O sea, si mi acción se adecua sólo formalmente al tipo descrito no es
suficiente para que se declare la existencia de un delito. He allí, por ejemplo, el caso de la legítima defensa. Hay aquí adecuación formal pero no material o esencial, ya
que se está en presencia de una causa de justificación. Es decir, se afirma la norma en vez de violarla (A la afirma defendiéndose de la agresión de B). A comete sin duda,
desde el punto de vista típico formal, un delito de homicidio ("comete el delito de homicidio el que priva de la vida a otro"). A privó de la vida a B; pero esencialmente afirmó
la norma y aunque mató al otro (lo que implica un dramático estado de necesidad, subyacente en el fondo de la legítima defensa) se trata de un homicidio justificado,
formal y nada más objetivo. La esencia y materialidad están ausentes. Es así como a la unidad típica debe corresponder la unidad de la tipicidad; y si no se adecua
unitariamente la tipicidad al tipo unitario, no habrá delito (ya sea por la presencia, por ejemplo, de una causa de justificación o de inculpabilidad).

EL DIAGRAMA DOGMÁTICO DEL DELITO


Ahora presento, después de mi teoría del delito, el que llamo diagrama dogmático del delito. Dentro de nuestra disciplina hay un principio inquebrantable: Nullum crimen
sine lege. ¿Sine lege? Sí, pero la ley es el receptáculo del tipo. La ley es un concepto muy amplio; puede haber, por ejemplo, ley sin tipo como es el caso del adulterio. Y
algo más, la ley penal no siempre contiene tipos. He allí el Libro Primero del Código Penal o el Código de Procedimientos Penales, que lato sensu es ley penal. Así que aquél
sine lege se puede interpretar también como sine tipo. No obstante, cabe la posibilidad de que el tipo sea artificial —yo lo identifico con los que llamo delitos artificiales—.
¿Cuáles son éstos? Los que promulga el legislador sin atenerse a un contenido normativo; mejor dicho, en vez de promulgar, el que los hace, crea, fabrica. El mítico
legendario, y por supuesto infausto, anteproyecto de ley nazi en que se disponía que el hombre de raza aria pura que mantuviera relación sexual con mujer judía cometería
delito de lesa majestad, no tenía un apoyo normativo. ¿Qué norma superior de cultura, no artificial ni inventada sino de sólida raigambre histórica, prescribe aquella
barbaridad? ¡Ninguna! En escala menor, toda proporción guardada, yo sostengo que en el llamado hostigamiento sexual, mal tipificado en el artículo 259 bis, la descripción
de la acción es tan sinuosa que no alcanza a tipificar con claridad. Lo que el legislador buscó aquí fue, sin duda, tutelar y proteger la libertad sexual del individuo; pero es
tan obtusa la redacción de la ley que no lo logra. En suma, se trata en la especie de un tipo artificial. En consecuencia, ¿ nullum crimen sine lege, sine tipo o sine norma?
Desde luego, norma de cultura juridizada mediante la descripción típica; norma cultural jurídica.
Así las cosas de la conjunción de la ley, del tipo y de la norma depende la efectividad del principio de legalidad o constitucionalidad; lo que implica que el Nullum crimen
sine lege se debe entender en el sentido amplio que señalo.
Hasta aquí, pues, mi criterio sobre el famoso principio de legalidad. Paso ahora al principio de obligatoriedad de la ley penal, que obviamente complementa al de
legalidad. ¿La ley, y en concreto la ley penal, es obligatoria de manera absoluta, ad litteram? ¿O se trata de una obligatoriedad relativa más que absoluta? La ley natural se
impone; el desbordamiento de un río, por ejemplo, no nos obliga a acatarlo. La obediencia es aquí inconcebible y por lo mismo inexistente.
La ley civil o jurídica también se impone pero de manera relativa, en el sentido) en que ella se dirige a la conciencia del hombre, a su voluntad. No somos máquinas ni
robots y debemos obedecer la ley voluntariamente, o cuestionarla (tema, el anterior, que analizo y estudio con el mayor esmero posible a mi alcance en los capítulos II y III
de mi libro El Derecho y la Palabra, Ius Semper Loquitur; Editorial Porrúa, México, 1998). Bien, el cuestionamiento de la ley se traduce, como todos lo sabemos, a nivel
procesal: impugnación, apelación, juicio de amparo. Primero se trata, en la especie, de una objeción de conciencia; la que por ejemplo recoge la fracción IX del artículo 15
del Código Penal. El asunto, en su origen, es filosófico —lo que pone de relieve que es imposible desligar el pensamiento jurídico del filosófico, y viceversa—. En el capítulo
XII del Critón o el Deber del Ciudadano, las leyes dicen:
"Pero aquél que se quede aquí después de saber cómo administramos justicia y regimos los negocios de la ciudad, de ése decimos que con el solo hecho de quedarse se
ha comprometido a hacer cuanto le ordenemos." Y en el caso de que el ciudadano no obedezca, añaden:
"...porque habiendo contraído la obligación de sernos sumiso, no quiere ni obedecer ni persuadirnos, si hacemos algo que no esté bien". Labor de persuasión, a mi juicio,
que es la esencia del Derecho; tanto del analítico como del crítico o cuestionador (por ejemplo, este Código).
¿Pero qué es lo que obliga: la ley, el tipo, la norma? Igual que con el principio de legalidad, entiendo que de la conjunción de ley, tipo y norma depende el principio de
obligatoriedad de la ley. O mejor, dicho, sólo de la conjunción del tipo con la norma. En caso contrario tenemos los delitos imperfectos o artificiales; los primeros por
imperfección típica, los segundos por artificialidad de la norma que en rigor es ausencia normativa. Un ejemplo en que imperfección y artificialidad se dan al mismo tiempo
es, según lo veo, el del hostigamiento sexual.
Ahora bien, habida cuenta de que la obligatoriedad de la ley es siempre relativa y no absoluta debo precisar que hay una obligatoriedad objetiva o formal y otra
substancial o material. La primera se identifica con la mera promulgación o existencia de la ley; la segunda con la recepción que el justiciable haga o hace de la ley,
especialmente en atención a su contenido normativo. Y aquí, precisamente, es donde se puede dar la objeción de conciencia. Recibo la ley promulgada, ya existente; pero
como no hay norma en ella o hay una norma que no se ajusta a mi estado de conciencia, la objeto, la cuestiono, la impugno. Líneas atrás indiqué que el cuestionamiento
de la ley se traduce a nivel procesal, y en términos generales, en impugnación, apelación, juicio de amparo. Lo que pasa es que si la ley fuera obligatoria' de manera
absoluta, el justiciable se debería conformar, por ejemplo, con la resolución de un tribunal de primera instancia. Pero no es así. (La dinámica del Derecho permite impugnar
hasta que, por razones obvias, hay una sentencia o resolución definitiva (cosa juzgada; y juzgada en términos terrenales, lo que significa siempre falibles).
Por último, ya se trate del principio de legalidad o del de obligatoriedad, si en la ley o más concretamente en el tipo no hay un contenido normativo —nunca artificial, sino
real—, es evidente que se altera el principio del Nullum crimen sine lege y, por ende, la disposición expresa del párrafo tercero del artículo 14 constitucional. En tal virtud
entiendo que procedería recurrir al juicio de amparo.
Raúl Carrancá y Rivas

d. La imputabilidad, la “zona intermedia”, las Actio liberae in causa, y la ausencia de imputabilidad.

Para poder hacer un juicio de reproche sobre una persona que ha cometido una acción antijurídica y típica, es necesario atribuírselo mediante el análisis de su posibilidad de
comprenderla. En esto se han detenido los teóricos para establecer si el sujeto tiene libre albedrío y por lo tanto hay que distinguir entre imputables e inimputables, o si, por el
contrario, todos estamos determinados y somos en todo caso socialmente responsables. Este es el problema de la imputabilidad, la cual es innegable cuando se ha esclarecido
que hay factores de la conciencia y la inconsciencia que intervienen en la comisión de un delito.

EL CÓDIGO PENAL FEDERAL

Artículo 15
El delito se excluye cuando:
I a VI …
VII.­ Al momento de realizar el hecho típico, el agente no tenga la capacidad de comprender el carácter ilícito de aquél o de conducirse de acuerdo con esa comprensión,
en virtud de padecer trastorno mental o desarrollo intelectual retardado, a no ser que el agente hubiere preordenado su trastorno mental dolosa o culposamente, en cuyo
caso responderá por el resultado típico siempre y cuando lo haya previsto o le fuere previsible.
VIII …

e. La culpabilidad, sus especies y su ausencia.

El sujeto imputable puede haber cometido el delito movido por la voluntad conciente de ejecutar la acción que estaba tipificada, o causarlo por imprudencia o negligencia, de
esto depende el reproche que se le haga y la pena que se le imponga. Estamos ante la culpabilidad.
AUSENCIA DE CULPABILIDAD (LA INCULPABILIDAD)

Al estar fundada la culpabilidad en la posibilidad de hacer un reproche al autor de una acción antijurídica y típica, siendo imputable, cuando dicha acción está irregularmente motivada, porque el sujeto estaba en el
invencible error de actuar conforme a Derecho, o por hallarse en una especial situación de necesidad o por la presencia de algún otro motivo suficiente para poder exigírsele una acción conforme al ordenamiento
jurídico; por faltar en el agente el conocimiento o la voluntad que serían el motivo del juicio en que consiste la culpabilidad, faltará este elemento y no será por lo tanto, incriminable.
ERROR: para que el error opere como eximente de
incriminación, excluyendo el dolo y la culpa, este
debe ser esencial (debe impedir la posibilidad de
que el agente se represente mentalmente la
valoración jurídico penal de los hechos, es decir, no v ERROR DE HECHO: cuando la falsa apreciación concurre sobre la representación real del hecho, es decir, impide que el agente se represente
poder comprender la criminalidad del acto por mentalmente la realidad objetiva de la acción punible (apoderarse de una cosa que se cree propia pero en realidad es ajena, sería un error de
recaer el error en algún elemento de la figura hecho que impediría se sancionara por la comisión del delito de robo). Actualmente se pretende sustituir por el llamado error de tipo que amplía su
delictiva, no lo serían el aberratio ictus —el resultado ámbito respecto del error de hecho, pues comprende la equivocada creencia de que no se presenta un elemento del hecho (errores sobre los
producido no es el mismo que se producía pero sí lo elementos normativos del tipo; cuando el autor supone que actúa justificadamente, o cuando versa sobre una circunstancia del hecho típico).
es su significación jurídica: matar a una persona que
no se quería—, ni el error inobjeto vel in persona —
en que el error sólo recae en el objeto material del
delito—) e inculpable (que se haya incurrido en él
aún después de haber puesto en la realización de la
acción, la diligencia normal que se requiere según
la naturaleza de los hechos), si el error es culpable, v ERROR DE DERECHO: que consiste en la ignorancia de la antijuridicidad de la conducta que se ejecuta, por desconocimiento de la ley penal o por un
subsiste la culpa. conocimiento imperfecto que lo lleva al error. Ahora se la limita con el error de prohibición, que sólo prevé la creencia de que el hecho no está prohibido
porque el autor no conoce o conoce mal la ley.

EXIMENTES PUTATIVAS Consiste en una clase específica de error en la que el sujeto activo piensa que actúa de modo legítimo, conciente de que su obrar producirá una resultado
antijurídico y típico, pero creyendo que las circunstancias en que la realiza lo justifican (v. gr. cuando el agente comete un homicidio creyendo
equivocadamente que fue ilegítimamente agredido, y por lo tanto está convencido de actuar en legítima defensa).
OBEDIENCIA JERÁRQUICA Cuando en la esfera de sus atribuciones y en la forma legal, un superior ordena la ejecución de una acción que en la entraña implica antijuridicidad, el inferior
que la realiza en obediencia del mandato, está exculpado, siempre que la jerarquía esté impuesta por la ley. Es requisito además para que entre en función
esta eximente, que el sujeto no conocía la naturaleza delictuosa del mandato.
VIOLENCIA MORAL (vis compulsiva) La violencia ejercida recae no en el cuerpo del agente (vis absoluta), sino sobre su voluntad, la cual a pesar de estar presente no es libre por estar
determinada por la amenaza de sufrir un mal grave e inminente, siempre que el agente no tenga la obligación legal de sufrir el mal con que se amenaza. La
violencia moral generará en el agente el miedo o el temor que lo determinarán a actuar en contravención a la norma legalmente protegida.
ESTADO DE NECESIDAD Es excluyendo de incriminación por ausencia de culpabilidad, siempre que los bienes jurídicos que colisionan son de igual jerarquía.
NO EXIGIBILIDAD DE OTRA CONDUCTA Se trata de una eximente de origen supralegal, nacida del análisis particular de hechos en que las circunstancias particulares en que se comete una acción
delictiva, no permite exigir al agente de la misma el comportarse de manera distinta a la efectuada por hallarse suficientemente determinado externa o
internamente.

CASO FORTUITO Es un grado mínimo de culpa que queda fuera de la previsibilidad normal humana, que consiste en la producción de un resultado delictivo por mero
accidente, por un hecho casual o contingente en el que lo que opera es el azar y no la voluntad que se halla ausente.
EL CÓDIGO PENAL FEDERAL

Artículo 8. Las acciones u omisiones delictivas solamente pueden realizarse dolosa o culposamente.

Artículo 9. Obra dolosamente el que, conociendo los elementos del tipo penal, o previendo como posible el resultado típico, quiere o acepta la realización del hecho
descrito por la ley, y
Obra culposamente el que produce el resultado típico, que no previó siendo previsible o previó confiando en que no se produciría, en virtud de la violación a un deber de
cuidado, que debía y podía observar según las circunstancias y condiciones personales.

Artículo 15. El delito se excluye cuando:


I a VII…
VIII.­ Se realice la acción o la omisión bajo un error invencible;
A) Sobre alguno de los elementos esenciales que integran el tipo penal; o
B) Respecto de la ilicitud de la conducta, ya sea porque el sujeto desconozca la existencia de la ley o el alcance de la misma, o porque crea que está justificada su
conducta.
Si los errores a que se refieren los incisos anteriores son vencibles, se estará a lo dispuesto por el artículo 66 de este Código;
IX.­ Atentas las circunstancias que concurren en la realización de una conducta ilícita, no sea racionalmente exigible al agente una conducta diversa a la que realizó, en
virtud de no haberse podido determinar a actuar conforme a derecho; o
X.­ El resultado típico se produce por caso fortuito.

CAPITULO II
Aplicación de sanciones a los delitos culposos

Artículo 60. En los casos de delitos culposos se impondrá hasta la cuarta parte de las penas y medidas de seguridad asignadas por la ley al tipo básico del delito doloso, con
excepción de aquéllos para los que la ley señale una pena específica. Además, se impondrá, en su caso, suspensión hasta de diez años, o privación definitiva de derechos
para ejercer profesión, oficio, autorización, licencia o permiso.
Las sanciones por delitos culposos sólo se impondrán en relación con los delitos previstos en los siguientes artículos: 150, 167, fracción VI, 169, 199 Bis, 289, parte segunda,
290, 291, 292, 293, 302, 307, 323, 397, 399, 414, primer párrafo y tercero en su hipótesis de resultado, 415, fracciones I y II y último párrafo en su hipótesis de resultado, 416, 420,
fracciones I, II, III y V, y 420 Bis, fracciones I, II y IV de este Código.
Cuando a consecuencia de actos u omisiones culposos, calificados como graves, que sean imputables al personal que preste sus servicios en una empresa ferroviaria,
aeronáutica, naviera o de cualesquiera otros transportes de servicio público federal o local, se causen homicidios de dos o más personas, la pena será de cinco a veinte
años de prisión, destitución del empleo, cargo o comisión e inhabilitación para obtener otros de la misma naturaleza. Igual pena se impondrá cuando se trate de transporte
de servicio escolar.
La calificación de la gravedad de la culpa queda al prudente arbitrio del juez, quien deberá tomar en consideración las circunstancias generales señaladas en el artículo
52, y las especiales siguientes:
I.­ La mayor o menor facilidad de prever y evitar el daño que resultó;
II.­ El deber del cuidado del inculpado que le es exigible por las circunstancias y condiciones personales que el oficio o actividad que desempeñe le impongan;
III.­ Si el inculpado ha delinquido anteriormente en circunstancias semejantes;
IV.­ Si tuvo tiempo para obrar con la reflexión y cuidado necesarios, y
V.­ El estado del equipo, vías y demás condiciones de funcionamiento mecánico, tratándose de infracciones cometidas en los servicios de empresas transportadoras, y en
general, por conductores de vehículos.
VI.­ (Se deroga).

Artículo 61. En los casos a que se refiere la primera parte del primer párrafo del artículo anterior se exceptúa la reparación del daño. Siempre que al delito doloso
corresponda sanción alternativa que incluya una pena no privativa de libertad aprovechará esa situación al responsable de delito culposo.

Artículo 62. Cuando por culpa se ocasione un daño en propiedad ajena que no sea mayor del equivalente a cien veces el salario mínimo se sancionará con multa hasta por
el valor del daño causado, más la reparación de ésta. La misma sanción se aplicará cuando el delito culposo se ocasione con motivo del tránsito de vehículos cualquiera
que sea el valor del daño.
Cuando por culpa y por motivo del tránsito de vehículos se causen lesiones, cualquiera que sea su naturaleza, sólo se procederá a petición del ofendido o de su legítimo
representante, siempre que el conductor no se hubiese encontrado en estado de ebriedad o bajo el influjo de estupefacientes, psicotrópicos o de cualquiera otra sustancia
que produzca efectos similares y no se haya dejado abandonada a la víctima.

Artículo 66. En caso de que el error a que se refiere el inciso a) de la fracción VIII del artículo 15 sea vencible, se impondrá la punibilidad del delito culposo si el hecho de
que se trata admite dicha forma de realización. Si el error vencible es el previsto en el inciso b) de dicha fracción, la pena será de hasta una tercera parte del delito que se
trate.

f. La punibilidad, sus condiciones objetivas y las penas.

A pesar de que muchos autores consideran a la punibilidad simplemente como consecuencia del delito, excluyéndola por tanto de entre los elementos que la integran, parecen
confundir a la pena, verdadera consecuencia del delito y pretensión del Derecho Penal, pero la punibilidad es un concepto abstracto que caracteriza a la acción delictiva y
constituye en efecto un elemento del delito. La pena es el contenido de la pretensión punitiva del Estado, mientras que la acción punible es su presupuesto.
PENAS Y MEDIDAS DE SEGURIDAD
PENAS  MUERTE: no hay unanimidad entre los que están a favor y los que están en contra de la aplicación de la pena de muerte como
consecuencia a la comisión de un delito, quienes han aportado innúmero de criterios para fundamentar una y otra postura, y en la
práctica, depende de su legal reconocimiento para poder ser aplicada, al tenor del principio nulla poena sine lege.

 CORPORALES: son aquéllas que tienen por objeto provocar un sufrimiento físico en el condenado (mutilación, azotes, apaleo, etcétera),
características del antiguo Derecho Penal.

 CONTRA LA LIBERTAD: es la reclusión permanente en diversos grados, impuesta en un establecimiento que está organizada conforme a
un sistema (celular o filadélfico: aislamiento absoluto de día y noche, exclusión del trabajo, se esperaba la enmienda por la soledad
provocada; mixto, auburniano o silent system, separación de noche, trabajo común de día, bajo absoluto silencio mantenido a
latigazos; progresivo o separate system, primero, aislamiento absoluto, luego trabajo en común, seguido de libertad condicional,
progresión que dependía de los efectos observados; de reformatorios que buscan la corrección y reeducación del condenado a una
pena indeterminada, se refuerza su cultura física y espiritual, introduce la libertad bajo palabra y el gobierno interno del que participan
los reos; de clasificación, en que el lugar de reclusión y sus condiciones dependerán de las características del penado y de la pena, así
se distingue según el origen urbano o rural, el grado de educación o instrucción, el delito cometido, la primodelincuencia o
habitualidad, la peligrosidad y la duración de la pena, o establecimientos penitenciarios abiertos, en los que existe un régimen de
autodisciplina, basado en la responsabilidad de los penados, no existe guardia armada, muros rejas ni cerraduras); en el que se está
privado de la libertad, determinado a un régimen de vida específico. También son contra la libertad la RELEGACIÓN que es el envío del
delincuente a una colonia o centro de población apartado de la metrópoli; el CONFINAMIENTO que es la obligación de permanecer
en determinado lugar por tiempo fijo, y la PROHIBICIÓN DE IR A LUGAR DETERMINADO que lleva anexas la amonestación y la vigilancia
de la policía.

 PECUNIARIAS: van en perjuicio del patrimonio del delincuente y puede ser la multa (obligación de entregar al Estado una cantidad de
dinero legalmente determinada o determinable generalmente establecida para los delitos cometidos por personas que gozan de cierta
fortuna, o como sustitución a las penas privativas de libertad cortas); la reparación del daño (atento al derecho de la víctima a que el
daño que se le causó le sea resarcido, restituyendo la cosa o pagando su precio si aquel fue material, o indemnizando si fue de
naturaleza moral teniendo aquí cabida también la publicación especial de sentencia), o la pérdida de los instrumentos del delito,
confiscación o destrucción de cosas peligrosas o nocivas.

 CONTRA CIERTOS DERECHOS: se imponen para imponen la prohibición de ejercer determinado derecho o para dejar de ejercerlo en
miras a que en uso de ese derecho fue que se cometió el delito o que se podría cometer si lo ejerciera, están la destitución o suspensión
de funciones o empleos, la suspensión del derecho al sufragio, etcétera.

MEDIDAS DE SEGURIDAD  CURATIVAS: destinada a delincuentes anormales que se vieron determinados a delinquir por especiales situaciones de salud
(toxicomanía o alcoholismo, por ejemplo) y tienen por objeto curar a estos delincuentes.

 ELIMINATORIAS: en función de prevención especial se aplica a delincuentes habituales.

 EDUCATIVAS: buscan la reforma del delincuente mediante la educación, se aplican de manera especial a los menores.

EL CÓDIGO PENAL FEDERAL

TÍTULO SEGUNDO

CAPÍTULO I
Penas y medidas de seguridad

Artículo 24. Las penas y medidas de seguridad son:


1. ­ Prisión.
2. ­ Tratamiento en libertad, semilibertad y trabajo en favor de la comunidad.
3. ­ Internamiento o tratamiento en libertad de inimputables y de quienes tengan el hábito o la necesidad de consumir estupefacientes o psicotrópicos.
4. ­ Confinamiento.
5. ­ Prohibición de ir a lugar determinado.
6. ­ Sanción pecuniaria.
7. ­ (Se deroga).
8. ­ Decomiso de instrumentos, objetos y productos del delito
9. ­ Amonestación.
10. ­ Apercibimiento.
11. ­ Caución de no ofender.
12. ­ Suspensión o privación de derechos.
13. ­ Inhabilitación, destitución o suspensión de funciones o
empleos.
14. ­ Publicación especial de sentencia.
15. ­ Vigilancia de la autoridad.
16. ­ Suspensión o disolución de sociedades.
17. ­ Medidas tutelares para menores.
18. ­ Decomiso de bienes correspondientes al enriquecimiento
ilícito.

CAPÍTULO II
Prisión

Artículo 25. La prisión consiste en la privación de la libertad corporal. Su duración será de tres días a sesenta años, y sólo podrá imponerse una pena adicional al límite
máximo cuando se cometa un nuevo delito en reclusión. Se extinguirá en las colonias penitenciarias, establecimientos o lugares que al efecto señalen las leyes o la
autoridad ejecutora de las penas, ajustándose a la resolución judicial respectiva.

Las penas de prisión impuestas se compurgarán de manera sucesiva. En toda pena de prisión que imponga una sentencia, se computará el tiempo de la detención.

Artículo 26. Los procesados sujetos a prisión preventiva y los reos políticos, serán recluidos en establecimientos o departamentos especiales.

CAPÍTULO III
Tratamiento en libertad, semiliberación y trabajo en favor de la comunidad

Artículo 27. El tratamiento en libertad de imputables consiste en la aplicación de las medidas laborales, educativas y curativas, en su caso, autorizadas por la ley y
conducentes a la readaptación social del sentenciado, bajo la orientación y cuidado de la autoridad ejecutora. Su duración no podrá exceder de la correspondiente a la
pena de prisión sustituida.
La semilibertad implica alternación de períodos de privación de la libertad y de tratamiento en libertad. Se aplicará, según las circunstancias del caso, del siguiente modo:
externación durante la semana de trabajo o educativa, con reclusión de fin de semana, salida de fin de semana, con reclusión durante el resto de ésta; o salida diurna, con
reclusión nocturna. La duración de la semilibertad no podrá exceder de la correspondiente a la pena de prisión sustituida.
El trabajo en favor de la comunidad consiste en la prestación de servicios no remunerados, en instituciones públicas educativas o de asistencia social o en instituciones
privadas asistenciales. Este trabajo se llevará a cabo en jornadas dentro de períodos distintos al horario de las labores que representen la fuente de ingreso para la
subsistencia del sujeto y de su familia, sin que pueda exceder de la jornada extraordinaria que determine la ley laboral y bajo la orientación y vigilancia de la autoridad
ejecutora.
El trabajo en favor de la comunidad puede ser pena autónoma o sustitutivo de la prisión o de la multa.
Cada día de prisión será sustituido por una jornada de trabajo en favor de la comunidad.
La extensión de la jornada de trabajo será fijada por el juez tomando en cuenta las circunstancias del caso.
Por ningún concepto se desarrollará este trabajo en forma que resulte degradante o humillante para el condenado.

CAPÍTULO IV
Confinamiento

Artículo 28. El confinamiento consiste en la obligación de residir en determinado lugar y no salir de él. El Ejecutivo hará la designación del lugar, conciliando las exigencias
de la tranquilidad pública con la salud y las necesidades del condenado. Cuando se trate de delitos políticos, la designación la hará el juez que dicte la sentencia.
CAPÍTULO V
Sanción pecuniaria

Artículo 29. La sanción pecuniaria comprende la multa y la reparación del daño.


La multa consiste en el pago de una cantidad de dinero al Estado, que se fijará por días multa, los cuales no podrán exceder de quinientos, salvo los casos que la propia ley
señale. El día multa equivale a la percepción neta diaria del sentenciado en el momento de consumar el delito, tomando en cuenta todos sus ingresos.
Para los efectos de este Código, el límite inferior del día multa será el equivalente al salario mínimo diario vigente en el lugar donde se consumó el delito. Por lo que toca al
delito continuado, se atenderá al salario mínimo vigente en el momento consumativo de la última conducta. Para el permanente, se considerará el salario mínimo en vigor
en el momento en que cesó la consumación.
Cuando se acredite que el sentenciado no puede pagar la multa o solamente puede cubrir parte de ella, la autoridad judicial podrá sustituirla, total o parcialmente, por
prestación del trabajo en favor de la comunidad.
Cada jornada de trabajo saldará un día multa. Cuando no sea posible o conveniente la sustitución de la multa por la prestación de servicios, la autoridad judicial podrá
colocar al sentenciado en libertad bajo vigilancia, que no excederá del número de días multa sustituidos.
Si el sentenciado se negare sin causa justificada a cubrir el importe de la multa, el Estado la exigirá mediante el procedimiento económico coactivo.
En cualquier tiempo podrá cubrirse el importe de la multa, descontándose de ésta la parte proporcional a las jornadas de trabajo prestado en favor de la comunidad, o al
tiempo de prisión que el reo hubiere cumplido tratándose de la multa sustitutiva de la pena privativa de libertad, caso en el cual la equivalencia será a razón de un día multa
por un día de prisión.

Artículo 30. La reparación del daño comprende:


I.­ La restitución de la cosa obtenida por el delito y si no fuere posible, el pago del precio de la misma;
II.­ La indemnización del daño material y moral causado, incluyendo el pago de los tratamientos curativos que, como consecuencia del delito, sean necesarios para la
recuperación de la salud de la víctima. En los casos de delitos contra la libertad y el normal desarrollo psicosexual y de violencia familiar, además se comprenderá el pago
de los tratamientos psicoterapéuticos que sean necesarios para la víctima, y
III.­ El resarcimiento de los perjuicios ocasionados.

Artículo 30 Bis. Tienen derecho a la reparación del daño en el siguiente orden: 1o. El ofendido; 2o. En caso de fallecimiento del ofendido, el cónyuge supérstite o el
concubinario o concubina, y los hijos menores de edad; a falta de éstos los demás descendientes, y ascendientes que dependieran económicamente de él al momento del
fallecimiento.

Artículo 31. La reparación será fijada por los jueces, según el daño que sea preciso reparar, de acuerdo con las pruebas obtenidas en el proceso.
Para los casos de reparación del daño causado con motivo de delitos por imprudencia, el Ejecutivo de la Unión reglamentará, sin perjuicio de la resolución que se dicte por
la autoridad judicial, la forma en que, administrativamente, deba garantizarse mediante seguro especial dicha reparación.

Artículo 31 Bis. En todo proceso penal el Ministerio Público estará obligado a solicitar, en su caso, la condena en lo relativo a la reparación del daño y el juez a resolver lo
conducente.
El incumplimiento de esta disposición será sancionado con multa de treinta a cincuenta días de salario mínimo.

Artículo 32. Están obligados a reparar el daño en los términos del artículo 29:
I.­ Los ascendientes, por los delitos de sus descendientes que se hallaren bajo su patria potestad:
II.­ Los tutores y los custodios, por los delitos de los incapacitados que se hallen bajo su autoridad;
III.­ Los directores de internados o talleres, que reciban en su establecimiento discípulos o aprendices menores de 16 años, por los delitos que ejecuten éstos durante el
tiempo que se hallen bajo el cuidado de aquéllos;
IV.­ Los dueños, empresas o encargados de negociaciones o establecimientos mercantiles de cualquier especie, por los delitos que cometan sus obreros, jornaleros,
empleados, domésticos y artesanos, con motivo y en el desempeño de su servicio;
V.­ Las sociedades o agrupaciones, por los delitos de sus socios o gerentes directores, en los mismos términos en que, conforme a las leyes, sean responsables por las demás
obligaciones que los segundos contraigan.
Se exceptúa de esta regla a la sociedad conyugal, pues, en todo caso, cada cónyuge responderá con sus bienes propios por la reparación del daño que cause, y
VI.­ El Estado, solidariamente, por los delitos dolosos de sus servidores públicos realizados con motivo del ejercicio de sus funciones, y subsidiariamente cuando aquéllos
fueren culposos.

Artículo 33. La obligación de pagar la sanción pecuniaria es preferente con respecto a cualesquiera otras contraídas con posterioridad al delito, a excepción de las
referentes a alimentos y relaciones laborales.

Artículo 34. La reparación del daño proveniente de delito que deba ser hecha por el delincuente tiene el carácter de pena pública y se exigirá de oficio por el Ministerio
Público. El ofendido o sus derechohabientes podrán aportar al Ministerio Público o al juez en su caso, los datos y pruebas que tengan para demostrar la procedencia y monto
de dicha reparación, en los términos que prevenga el Código de Procedimientos Penales.
El incumplimiento por parte de las autoridades de la obligación a que se refiere el párrafo anterior, será sancionado con multa de treinta a cuarenta días de salario mínimo.
Cuando dicha reparación deba exigirse a tercero, tendrá el carácter de responsabilidad civil y se tramitará en forma de incidente, en los términos que fije el propio Código
de Procedimientos Penales.
Quien se considere con derecho a la reparación del daño, que no pueda obtener ante el juez penal, en virtud de no ejercicio de la acción por parte del Ministerio Público,
sobreseimiento o sentencia absolutoria, podrá recurrir a la vía civil en los términos de la legislación correspondiente.

Artículo 35. El importe de la sanción pecuniaria se distribuirá: entre el Estado y la parte ofendida; al primero se le aplicará el importe de la multa, y a la segunda el de la
reparación.
Si no se logra hacer efectivo todo el importe de la sanción pecuniaria, se cubrirá de preferencia la reparación del daño, y en su caso, a prorrata entre los ofendidos.
Si la parte ofendida renunciare a la reparación, el importe de ésta se aplicará al Estado.
Los depósitos que garanticen la libertad caucional se aplicarán como pago preventivo a la reparación del daño cuando el inculpado se substraiga a la acción de la justicia.
Al mandarse hacer efectivos tales depósitos, se prevendrá a la autoridad ejecutora que conserve su importe a disposición del tribunal, para que llegado el caso se haga su
aplicación conforme a lo dispuesto en los párrafos anteriores de este artículo.

Artículo 36. Cuando varias personas cometan el delito, el juez fijará la multa para cada uno de los delincuentes, según su participación en el hecho delictuoso y sus
condiciones económicas; y en cuanto a la reparación del daño, la deuda se considerará como mancomunada y solidaria.

Artículo 37. La reparación del daño se mandará hacer efectiva, en la misma forma que la multa. Una vez que la sentencia que imponga tal reparación cauce ejecutoria, el
tribunal que la haya pronunciado remitirá de inmediato copia certificada de ella a la autoridad fiscal competente y ésta, dentro de los tres días siguientes a la recepción de
dicha copia, iniciará el procedimiento económico­coactivo, notificando de ello a la persona en cuyo favor se haya decretado, o a su representante legal.

Artículo 38. Si no alcanza a cubrirse la responsabilidad pecuniaria con los bienes del responsable o con el producto de su trabajo en la prisión, el reo liberado seguirá sujeto
a la obligación de pagar la parte que falte.

Artículo 39. El juzgador, teniendo en cuenta el monto del daño y la situación económica del obligado, podrá fijar plazos para el pago de la reparación de aquél, los que en
su conjunto no excederán de un año, pudiendo para ello exigir garantía si lo considera conveniente.
La autoridad a quien corresponda el cobro de la multa podrá fijar plazos para el pago de ésta, tomando en cuenta las circunstancias del caso.

CAPÍTULO VI
Decomiso de Instrumentos, objetos y productos del delito

Artículo 40. Los instrumentos del delito, así como las cosas que sean objeto o producto de él, se decomisarán si son de uso prohibido. Si son de uso lícito, se decomisarán
cuando el delito sea intencional. Si pertenecen a un tercero, sólo se decomisarán cuando el tercero que los tenga en su poder o los haya adquirido bajo cualquier título, esté
en alguno de los supuestos a los que se refiere el artículo 400 de este Código, independientemente de la naturaleza jurídica de dicho tercero propietario o poseedor y de la
relación que aquel tenga con el delincuente, en su caso. Las autoridades competentes procederán al inmediato aseguramiento de los bienes que podrían ser materia del
decomiso, durante la averiguación o en el proceso. Se actuará en los términos previstos por este párrafo cualquiera que sea la naturaleza de los instrumentos, objetos o
productos del delito.
Si los instrumentos o cosas decomisados son sustancias nocivas o peligrosas, se destruirán a juicio de la autoridad que esté conociendo, en los términos previstos por el
Código de Procedimientos Penales, pero aquélla, cuando lo estime conveniente, podrá determinar su conservación para fines de docencia o investigación. Respecto de los
instrumentos del delito, o cosas que sean objeto o producto de él, la autoridad competente determinará su destino, según su utilidad, para beneficio de la procuración e
impartición de Justicia, o su inutilización si fuere el caso, de conformidad con las disposiciones aplicables.

Artículo 41. Los objetos o valores que se encuentren a disposición de las autoridades investigadoras o de las judiciales, que no hayan sido decomisados y que no sean
recogidos por quien tenga derecho a ello, en un lapso de noventa días naturales, contados a partir de la notificación al interesado, se enajenarán en subasta pública y el
producto de la venta se aplicará a quien tenga derecho a recibirlo. Si notificado, no se presenta dentro de los seis meses siguientes a la fecha de la notificación, el producto
de la venta se destinará al mejoramiento de la administración de justicia, previas las deducciones de los gastos ocasionados.
En el caso de bienes que se encuentren a disposición de la autoridad, que no se deban destruir y que no se puedan conservar o sean de costoso mantenimiento, se
procederá a su venta inmediata en subasta pública, y el producto se dejará a disposición de quien tenga derecho al mismo por un lapso de seis meses a partir de la
notificación que se le haga, transcurrido el cual, se aplicará al mejoramiento de la administración de justicia.

CAPÍTULO VII
Amonestación

Artículo 42. La amonestación consiste: en la advertencia que el juez dirige al acusado, haciéndole ver las consecuencias del delito que cometió, excitándolo a la enmienda
y conminándolo con que se le impondrá una sanción mayor si reincidiere.
Esta amonestación se hará en público o en lo privado, según parezca prudente al juez.

CAPÍTULO VIII
Apercibimiento y caución de no ofender

Artículo 43. El apercibimiento consiste en la conminación que el juez hace a una persona, cuando ha delinquido y se teme con fundamento que está en disposición de
cometer un nuevo delito, ya sea por su actitud o por amenazas, de que en caso de cometer éste, será considerado como reincidente.

Artículo 44. Cuando el juez estime que no es suficiente el apercibimiento exigirá además al acusado una caución de no ofender, u otra garantía adecuada, a juicio del
propio juez.

CAPÍTULO IX
Suspensión de derechos

Artículo 45. La suspensión de derechos es de dos clases:


I.­ La que por ministerio de la ley resulta de una sanción como consecuencia necesaria de ésta, y
II.­ La que por sentencia formal se impone como sanción.
En el primer caso, la suspensión comienza y concluye con la sanción de que es consecuencia.
En el segundo caso, si la suspensión se impone con otra sanción privativa de libertad, comenzará al terminar ésta y su duración será la señalada en la sentencia.

Artículo 46. La pena de prisión produce la suspensión de los derechos políticos y los de tutela, curatela, ser apoderado, defensor, albacea, perito, depositario o interventor
judicial, síndico o interventor en quiebras, árbitro, arbitrador o representante de ausentes. La suspensión comenzará desde que cause ejecutoria la sentencia respectiva y
durará todo el tiempo de la condena.

CAPÍTULO X
Publicación especial de sentencia

Artículo 47. La publicación especial de sentencia consiste en la inserción total o parcial de ella, en uno o dos periódicos que circulen en la localidad. El juez escogerá los
periódicos y resolverá la forma en que debe hacerse la publicación.
La publicación de la sentencia se hará a costa del delincuente, del ofendido si éste lo solicitare o del Estado si el juez lo estima necesario.

Artículo 48. El juez podrá a petición y a costa del ofendido ordenar la publicación de la sentencia en entidad diferente o en algún otro periódico.

Artículo 49. La publicación de sentencia se ordenará igualmente a título de reparación y a petición del interesado, cuando éste fuere absuelto, el hecho imputado no
constituyere delito o él no lo hubiere cometido.

Artículo 50. Si el delito por el que se impuso la publicación de sentencia, fue cometido por medio de la prensa, además de la publicación a que se refieren los artículos
anteriores, se hará también en el periódico empleado para cometer el delito, con el mismo tipo de letra, igual color de tinta y en el mismo lugar.

CAPÍTULO XI
Vigilancia de la autoridad

Artículo 50 Bis. Cuando la sentencia determine restricción de libertad o derechos, o suspensión condicional de la ejecución de la sentencia, el juez dispondrá la vigilancia de
la autoridad sobre el sentenciado, que tendrá la misma duración que la correspondiente a la sanción impuesta.
La vigilancia consistirá en ejercer sobre el sentenciado observación y orientación de su conducta por personal especializado dependiente de la autoridad ejecutora, para la
readaptación social del reo y la protección de la comunidad.

1. La Teoría del Delito > | 2. Sujetos y objetos del delito > | 3. Elementos positivos y negativos del delito > | 4. La prelación lógica de los elementos del delito > | 5. Los elementos del delito > | 6. El iter criminis > | 7. El
concurso de delitos > | 8. La participación > | Bibliografía >

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