Profanes: Orientation Lacanienne III, 8. Illuminations

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Jacques-Alain Miller Orientation Lacanienne III, 8.

Illuminations
profanes

, 2.005-2.006

Clase 1. Iluminaciones Profanas


El título del Curso lo retoma JAM de Ricardo Pligia sobre la técnica del cuento en Borges,
donde lo que todos buscan está por todas partes, como una Iluminación profana de lo
inmediato sin referencia a Dios ni a nada trascendente. Lo relaciona con dos Lacanes, el
primero y el segundo, en sus oposiciones binarias: síntoma/sínthoma; verdad/goce; como el
síntoma no se presta al desciframiento de la verdad opone también deseo/pulsión y
tyché/automatón. La falta/agujero, falta de significante a diferencia del agujero central de los
nudos. Falta en ser/ser, sujeto lacaniano frente al ser de síntoma; sujeto/ser hablante, del
último Lacan, y la oposición fantasma/cuerpo, ya que el uso del fantasma nos tacha la instancia
del cuerpo. Un Lacan Borgeano, pensando su impensado, construyendo una trama secreta que
hará emerger lo que está en el corazón mismo de lo inmediato.
Cuando Lacan dice que “la esencia de la teoría psicoanalítica es un discurso sin palabras”, se
refiere a una práctica de la palabra que se deposita como escritura, con efectos que hacen del
Libro negro cero. Múltiples teorías han dado cuenta de esta práctica y Lacan tiene la debilidad
de pensar que su elaboración es la más cercana a los efectos de la misma. Por ello se
interrogó hasta la extenuación cómo formular con el lenguaje algo a nivel de lo real. Es lo que
nos deja con sus aserciones negativas del no hay, preparando el camino para definir la
estructura como real en la que, al igual que en la Naturaleza, ningún discurso tiene efecto. De
aquí que el inconsciente quiera decir el pensamiento causado por el no-pensamiento y que
Lacan introduzca el hablanteser, sujeto vuelto duración e inscrito Uno del cuerpo, con el que
habla. El serhablante es el equivalente, lo que puede remplazar al inconsciente freudiano.

Clase 2. Uno de los arcanos de Lacan. D’un Autre a l’autre


Del Seminario dirá JAM que Lacan avanza sobre su concepto de gran Otro y de pequeño a,
presentando al gran Otro desde la multiplicidad propia de los nombres del padre y al pequeño a
desde la unicidad de su consistencia lógica. Un gran Otro sin los atributos divinos del Dios de
los filósofos y la ciencia, pero como un mundo de sombras cuya multitud pone de relieve su
esencial soledad. Este Seminario que durante mucho tiempo se ha presentado como la
exploración del gran Otro, tesoro de los significantes, lugar de la verdad, asiento del discurso
universal, es en realidad la exploración de la antinomia del Otro y el goce, del Otro como lugar
de la verdad que no puede consistir y del goce, que no vale para todos lo mismo, pues como tal
es informe, dice Lacan, para lo cual construye el plus de goce desde la plusvalía marxista, de
tal manera que el plus de goce es la forma evaluable del goce.
D’un Autre a l’autre presenta de maneras diversas, a la luz de la apuesta de Pascal, el carácter
evaluable, es decir significante, del goce, lo que le prepara el camino para formular en el
Seminario siguiente, El Reverso del Psicoanálisis, los cuatro discursos permutativos. Pequeño
a homogéneo al significante, sustituye al S de A barrado, creando la categoría del último
término, que en Subversión del Sujeto es un significante, mientras que en este Seminario es
pequeño a como la estructura topológica del gran Otro, pequeño a como enforme de A es el
Sujeto entendido desde las diversas maneras de ser borrado, tantas como formas corporales
del objeto pequeño a hay, y es la única garantía, pues no hay Otro del Otro. Lo absoluto es el
goce y tan distinto del Otro que Lacan hablará de forclusión del goce sexual, formulación que
continuará con “no hay relación sexual”.

Clase 3. “Clínica de la perversión”


Tras presentar la aparición del Antilibro Negro del Psicoanálisis, JAM comenta la lección clínica
más densa del Seminario D’un Autre a l’autre, la XVI, “Clínica de la Perversión”, donde vemos
al objeto pequeño a como agujero y lo que viene a colmarlo, de una manera más simplificada
que los cuatro bordes topológicos. Se trata de lo que articula la fuente, el esfuerzo, la meta y el
fin de las pulsiones escópicas y sadomasoquistas, pues el troceamiento corporal que impone la
consistencia lógica hace del objeto pequeño a el equivalente al goce, sombra presente y su ser
en el Otro, al tiempo que por su relación topológica, y a modo de residuo, encontramos su
equivalencia también al peso del Otro en su conjunto. Pequeño a es equivalente al goce y al
Otro, es el goce en el Otro, agujero con bordes que atrae, condensa y captura goce. Agujero
que impone una forma al goce, pero no el de los nudos borromeos.
Lacan lo explica en la “Clínica de la Perversión”, pues el primer acceso fue topológico, la
perversión reverso de la neurosis. Le neurosis para Freud era una función escalonada respecto
a la perversión, reprimiéndola, de ahí el saldo cínico en la cura del neurótico, pero Lacan
¿cómo la aborda?, por la disimetría que presentan las pulsiones escópicas e invocantes: el
exhibicionismo y voyeurismo; el sadismo y el masoquismo. Frente al paralelismo de objeto que
conllevan la mirada y la voz, hay una disimetría con paralelismo cruzado entre ellas sobre el
Otro. El perverso es un defensor de la fe, el mayor fan del Otro, sólo le interesa su goce, el cual
hacen surgir el exhibicionista y el masoquista, mientras que el voyeurista y el sádico lo taponan
con la pieza suelta de su mirada y su voz. Es una interesantísima reflexión para comprender
que, en realidad, lo que hace el perverso es no gozar y esto es lo que añora el neurótico.

Clases 4, 5 y 6. Del goce al saber


Algo inesperado, en la clase 3, del 30 noviembre de 2005, GuyTrobas avisa que Jacques Alain
Miller, le ha pedido comunique y ruegue excusarle por no poder dar el Curso. Al siguiente,
miércoles 7 de diciembre, Jacques dirá tampoco, por una razón sencilla: “no se me ocurre!, lo
que muestra no soy profesor, un profesor nunca para. Jamás di un curso sustentado por ¡Ya
está!, siempre ocurre algo que no tenía de entrada, del valor del acto y a pesar del automatón
hay tyche, que le da animación, lo que se me niega hoy, no por falta de intentarlo, ni de
material, sino por falta de punto de capitón y una escansión que no aparece. Solo tengo
embrollo a desenredar, pero os debo y me debo no soltarlo en razón del convencimiento que se
presta a mis enunciados cuando se refieren a lo que Lacan articuló, me retiro pues, sabiendo
que un real opera sin saber donde situarlo. Dejo esta falta señal abierta”.
“Este año ha habido un desplazamiento, de la prioridad del Curso al establecimiento del
Seminario de Lacan, D’un Autre à l’autre, cuyo título no engancha y del que propongo en
términos que llamen más la atención, Del saber al goce, cómo explica Lacan en la tercera
lección dónde relaciona el saber con algo más misterioso y fundamental, el goce, lo que invierte
los términos, Del goce al saber, pues en tanto saber intentará explorar lo que es del
inconsciente. Al goce lo presenta como ousia, la sustancia de todo lo que hablamos en
psicoanálisis y al saber de upoké menón, un sujeto siempre supuesto. Este Seminario continúa
la elucidación de la relación del significante con el objeto pequeño a”. Al siguiente día,
miércoles 14 de diciembre, tampoco dará el Curso, tiene dificultad de hablar lacaniano, que
espera superar, pero le contestan que no esperan a Lacan, sino a JAM.

Clase 7. La horma del Otro


Destaca del Seminario que acaba de establecer, D’un Autre a l’autre, el uso lógico por Lacan
de las formulaciones matemáticas. El esquema de la alienación-separación, posibilitado tras
Función y Campo de la palabra y que introduce en Posición del inconsciente, lo sigue en su
utilización en el S-10-11 y 14, para definir el inconsciente dando un rol a la pulsión. Continúa J.
A. Miller con la reflexión, en Lacan, sobre el grupo de Klein, en los S-14-15, como una
invención que llevará a la obtención de los nudos. El S-16 retoma, en el C-3-4, y C-23-24, el
funcionamiento del par ordenado: “el significante es lo que representa al sujeto para otro
significante”, que cambia por la versión dada por Norbert Weiner en 1914, que utilizó ya Lacan
en el S-2, C-23 “Psicoanálisis y cibernética”, quien introduce el conjunto vacío, lo que llevará al
C-24 “Del Uno-en-más”, de modo que: “por metáfora, el objeto pequeño a, es el molde
imaginario de la estructura significante”, que por recubrimiento, superposición, inserción, indica
un vacío en el lugar del Otro, que atrae hacia sí mismo la pulsación, retomando lo dicho en el
C-1 del lugar de inserción, que denomina hile, y le sirve posteriormente para introducir a su
Freud y al síntoma a propósito de Anna O, con un esquema que hace al conjunto del
Seminario, el taller de los memorables Cuatro discursos, que aparecerán en el C-1 del S-17.
La diferencia en la forma de ubicación del objeto pequeño a, en la histeria y perversión, y la
oposición en los C-23-24-25 del amo y el obsesivo, conducen a la elaboración el enforme,
neologismo que expresa: lo que hace enforme es el conjunto vacío, que todo el orden
significante del Otro no sabría hacer desaparecer, y que al mismo tiempo da su molde al objeto
pequeño a.

Clase 8. El objeto pequeño a no permite alcanzar lo que es el goce, es demasiado


educado
El S-16 se está imprimiendo. JAM comenta del trabajo de Polimnia Athanassiadi, la similitud del
claro-oscuro en Platón y Lacan, donde nos movemos entre álgebra y estilo, que muestra
continuando el comentario del S-16. Continúa con las formulaciones lógico-matemáticas, de
alienación-separación a la teoría de conjuntos, enmascarado en la serie de Fibonacchi, pues lo
que busca Lacan es una mutación del concepto de repetición del S-2, formulado como
repetición significante, hacia el S-16, para concluir separándolo de sus adherencias
significantes en el S-17 y desatarlo en el S-18, donde queda formulado como repetición de
goce.
La equivalencia que da Lacan, en el S-16; C-23-24-25, del conjunto vacío y el pequeño a,
alcanza el lugar de inscripción de gran A, siendo dos lecturas posibles del conjunto vacío. La
noción que trabaja Lacan en el S-16, es el goce, del que señala en la pág: 45, es demasiado
evidente que el goce es la sustancia de todo lo que hablamos en psicoanálisis, que remodela lo
escrito en “La ciencia y la verdad” añadiendo: no es por, sino la fisura del sujeto supuesto, que
hay manifestación de goce. El goce introducido como plus-de-gozar, entra en una ronda
estructural, que abandona en el S-20, pequeño a no es suficiente para hablar de goce, es un
semblant, demasiado educado. Pero tiene Lacan el argumento para decir, que hablar de goce a
partir del plus de gozar, no se agota en su estatuto de artificio, pues aparece en la historia, de
mano de la plus-valía, inventada por Michel Foucalut, y desarrollada por Marx, que le lleva
treinta años antes a hablar de la globalización, con su concepto de absolutización del mercado,
en época de gran agitación en la que fue dictado este Seminario, que abre la perspectiva del
nuevo paradigma.

Clase 9. Lustgewinn
Presenta el Seminario XVI de Lacan, enmarcado en la época que fue dictado. Lacan extrae el
plus de goce, haciendo pasar la plusvalía marxista al psicoanálisis, del que dirá su nombre
freudiano, Lustgewinn. Así aborda Lacan lo que hay en el origen mismo del sujeto, el goce, por
el intercambio nunca exacto del saber como precio de la renuncia al goce, del que se trata en
El Malestar en la Cultura, el saber como mercancía que genera un plus acorde a la
construcción freudiana de la libido y las zonas erógenas. Aparece el Je, precursor del parlêtre,
como partenaire-symptôme. El Seminario intenta la captura del goce en la permutación de
cuatro elementos que constituirán los discursos, armadura significante que fracasa ante el
fondo informe del goce y desfallece con el manejo de los nudos. Se impone el goce frente al
deseo como pivote de la enseñanza de Lacan, definiendo al deseo como la desinencia del decir
y al goce como desinencia del ser. Consultar citas del S-16 en anexo.
El Seminario confronta al Je, inconsciente impronunciable, con el Otro inconsistente,
ahondando en la estructura del corte significante que define lugares donde vendrán a
inscribirse las funciones vitales, predestinados antes de ser ocupados: la mirada y la voz en
función de objetos pequeños a. El Nombre del Padre está evocado en el Seminario a través de
la Apuesta de Pascal, donde se juega a cara o cruz. Tratándose de dar sentido a lo real, todo el
reino del sentido es conquistado por el Nombre del Padre, dirá Lacan, y lo que está en juego es
si hay o no una zona simbólica, limítrofe al no-sentido, hiancia entre el cuerpo y su goce que el
significante crea o agrava, haciendo que, valgan lo que valgan, sean las condiciones del
discurso las que nos comanden.

Clase 10. La inconsistencia del Autre, consistencia del fantasma


(S a) (S(A) a)
es el matema, que construye JAM como resumen del Seminario D’un Autre á l’autre. La
primera fórmula, el fantasma, no la pensó Lacan siempre igual, indicando primero el
desvanecimiento del sujeto ante pequeño a, objeto del deseo, y otra lectura emparejando
simbólicamente al sujeto en tanto nada, con el complemento imaginario de pequeño a, que
inscribe la relación de la inconsistencia del Autre, con pequeño a, evidenciando su consistencia
en la holofrase, de lo que hace “todo” para el sujeto, congelado en el fantasma. A esto
responde la regla psicoanalítica “diga todo lo que le pase por la cabeza”, para aflojar la escena
significante, dando tiempo a que aparezca la verdad en su inconsistencia, pues el sujeto
barrado del significante, el sujeto del deseo es inatrapable, solo es posible alcanzar su huella
en pequeño a.
A la inconsistencia del Autre, en el Seminario le sigue la apuesta de Pascal, que aborda el
goce, así la parte 3, 4 y 5 están consagradas al mismo: su campo, su real y su lógica. Señala
JAM, el Seminario reinscribe la “Ética del psicoanálisis”, pues logicifica los temas, el goce, lo
real y la sublimación. En el Seminario VII, emerge un real enigmático, el goce como absoluto
con el término freudiano Das Ding, del que podrá en el Seminario XVII descubrir su metonimia,
darle su estructura lógica y función, con el apoyo clínico en la histeria, esencia de la teoría
analítica por su relación inconsistente al goce, que hace perder los estribos a los hombres. Es
la problemática de la pulsión que designa la conjunción de la lógica y la corporeidad, y el
enigma, señala Lacan, es ¿cómo el goce en su último término puede ser equiparado al goce
sexual?, que irá planteando hasta sus fórmulas del Seminario Encore.

Clase 11. Los medios de producción del capitalismo sirven a la renuncia al placer
Sale el Seminario XVI, donde aparece el plus de gozar de la mano de la plusvalía marxista,
homólogo, y el objeto pequeño a, elemento contable de unidad suplementaria sobre el
trasfondo del goce. En la apuesta de Pascal, je esta enjeu, por el infinito, un solo jugador en
una sola mano que trata de si juego o no, en una travesía donde no hay concatenación
significante sin efecto de pérdida. Confrontado el goce al significante, se renuncia y emerge un
suplemento, plus de gozar, funcionamiento de la moral moderna propia de la época del
capitalismo, opuesta a la relación al goce en antigüedad, por lo que Lacan cambia en el
capítulo XIX, el artículo “el”, por “un”, un orden simbólico, ordenamiento, contabilidad y no una
ley, finalizando el fantasma del poder igual al saber, inscribiendo la disyunción de lo moderno,
donde el saber ha tomado un incremento desmesurado con relación a los efectos de poder.
Así diagnostica Lacan el malestar en la cultura como el desarrollo de un poder indomable, sin
amo, frenesí de nuestra ciencia al servicio de la pulsión acéfala. Gran A, es en-forme de
pequeño a, desaparece el referente S de A tachado, pequeño a es diferente al significante de la
falta, pues con el goce, la falla significante, ni se maneja ni encapsula, el agujero es en-forme.
En tiempos de disyunción del saber-poder, hay conjunción del saber-goce, y como señala
Lacan en el capítulo XX, agalma del Seminario, “no puedo explicar el sujeto más que bajo la
forma en que hemos aprendido en la práctica analítica, cernido de una extrañeza particular”,
marca topológica de lo que se trata en los objetos pequeños a. Lo correlativo de S1 es pequeño
a, a mano para representar al sujeto. Hace la génesis de los cuatro objetos pequeños a, del
rasgo al en-forme, un proceso de transformación en el que aparecen uno detrás de otro.

Clase 12. La iluminación profana del objeto pequeño a


Lacan contra todos, es un artículo que comenta JAM que le han pedido para una revista sobre
el psicoanálisis en Francia: polémica, enemigo común, pérdida de grandeza, poesía y el rigor,
¿qué impide la rendición del psicoanálisis frente al impasse de la civilización?, y su importancia
vista la virulencia del ataque, es su contenido. Retoma el Seminario XVI, reflexionando sobre el
ocio, históricamente no siempre enfocado como opuesto al trabajo. El impasse del discurso de
la ciencia, disyuntando saber y poder, hace emerger un Autre, que subvierte la pregunta ¿Qué
me quiere?, por la actual ¿El Autre sabe lo que quiere? ¿El Autre sabe que sabe?
En la segunda parte del capítulo XX, Lacan frente a un Autre, no métrico ni lineal, sino
estratificado, busca al Sujeto en la defensa, en su cimiento, surgiendo de la relación indecible al
goce, donde pequeño a es el big-bang analítico. No hay representación, el Sujeto es borrado
por lo más inquietante y extraño, y es el resultado de cómo ha sido borrado el trazo como
impronta, por pequeño a. La primera irrupción, la mirada fugitiva de un Autre que deja huella
cuando huye, enterrándose. La mirada, rastro, grieta, permite vislumbrar todavía, en versión
erótica, lo que inscribe algún otro, donde la exquisitez del pudor da la talla de una huella que
puede constituir una violación. Segunda irrupción del borramiento del Sujeto, la emergencia del
objeto voz, que Lacan retoma de la jauría, el ladrido pronunciado ante el encuentro de la huella
borrada, no del orden del olfato, sino la escansión, el soporte de la voz ante el rastro de alguien
que ha pasado por ahí, sea hombre o animal. Hombre, animal afectado de atributo, precursor
del parlêtre, animal que habla, pero poseyendo el lenguaje además de la palabra.

Clase 13. El sujeto, es la forma de borramiento del objeto pequeño a


JAM lee a la letra el tema del sujeto y la huella en Lacan, haciendo un recorrido del S-V, “Las
formaciones del inconsciente”, al X, “La Angustia”, llegando a la agalma del S-XVI, páginas.
313-16, en las que el Sujeto, quedará definido por pequeño a. Del Seminario V, toma el
capítulo XIX “El significante, la barra y el falo”. Introduce el tema de la huella con el deseo y la
demanda. No se puede abordar al deseo puro, es el dolor de existir, la melancolía, puro
desamparo, sufrimiento del ser dejado caer por el Autre, mientras que la demanda lo acerca, de
ahí la precaución de Lacan ante las máscaras de la demanda: los ideales y la identificación. La
demanda dirige las prácticas comportamentales, asegurando la presencia del Autre, por lo que
Lacan emprende la construcción del signo y la huella, y su referencia a Paulov es constante.
Vemos su pensamiento del S-V al S-XVI a través del X: el significante no representará al
sujeto, se introduce la categoría del borramiento diferente para el significante y la huella,
borramiento-sublimación, en un caso, que da un tipo de superyo, borramiento-materialización,
en mirada y voz. El sujeto es la forma de borramiento del objeto pequeño a, mirada y voz, lo
que desplaza el superyo al colectivo.
En el Seminario X, páginas 36-76-132-175 vemos los esquemas de la huella borrada y la
división del Sujeto, donde tenemos no-sabido y en su impensable el nacimiento del
inconsciente, y donde pequeño a representa del gran S, su real irreductible, que en el S-XVI,
veremos representado desde su materialidad, abandonando al sujeto inatrapable del
significante. La materialidad de la huella en voz y mirada del Autre cuando se eclipsa, son los
cercadores de la génesis del Sujeto entre materialización y sublimación, que el analista debe
encontrar y diferenciar.

Clase 14. De das Ding al plus de gozar


Tras un recorrido por los Seminarios V, VII, X, XVII y los Escritos; “Ciencia y verdad”, “Trieb en
Freud”, “Subversión del sujeto”, llega JAM al capítulo 20 “Savoir jouissance” del Seminario D’un
Autre à l’autre, viendo el viraje de la formulación del Sujeto. Lacan presenta los objetos a por
una ruptura de la deducción, mirada y voz como objetos del deseo y seno y heces sobre la
demanda del y al Autre. Trata al significado de objeto anal, excremento del juego significante y
base de la cultura, desechos del sentido del que nos desprendemos y acumulamos. La apuesta
de un psicoanálisis, y la reunión del Autre con el goce, forman el núcleo del capítulo, donde
trauma y elección de neurosis, van parejos a la critica del sujeto, al variar de una articulación
completamente significante, a la lógica del trauma: primera incidencia del goce por cuatro
materias: los objetos a, retroactivamente aislado por la interpretación.
La incidencia del goce la retoma JAM de Lacan, C-4 del S-VII, das Ding: se trata del término
Fremde freudiano, lo que divide originariamente la realidad, pues das Ding es el objeto, del que
jamás podremos deshacernos como desecho. Anterior a toda represión, configura la defensa
del sujeto, orientando la elección de neurosis, sin dialectizar, éxtimo y sin poderlo expulsar. Así
puede abandonar el tono épico-trágico del goce como trasgresión, epopeya en el S-VII, por
algo más cotidiano y vulgar, una bonificación de la que se toma lo que aporta. Todos los dichos
y desarrollos de la última parte del C-20 del S-XVI, retomando esto, son hechos para destronar
al falo, expulsarlo de su trono, y probar las resonancias del próximo enunciado de Lacan, no
hay relacción sexual, al tiempo del origen del parlêtre, por tomar un cimiento para el sujeto que
comporte también el goce.

Clase 15. Goce Uno, Goce Múltiple. Falo, objeto pequeño a


Tras señalar la distinción entre el goce como Uno, fálico, y el goce como múltiple, cuatro
maneras de pequeño a, iniciará un recorrido por los Seminarios y Escritos de Lacan, señalando
binarios y la articulación saber, goce. En el Seminario XIV, “La lógica del fantasma”, que forma
par con el XV “El acto psicoanalítico”, y entre los cuales produce la “Proposition du 9 octobre
1967 sur le psychanalyste de l’École”, y “Discours à l’École freudienne de Paris”, culmina lo
comenzado en su Escrito “La significación del falo”: el fantasma como axioma, el falo como
algoritmo, con la frase del atravesamiento del fantasma. A partir de ahí en el Seminario XVI y el
XVII, que termina el anterior y forma par con él, Lacan desplazará lo que dijo, como puede
verse en el capítulo “Paradoxes de l’acte psychanalytique” del S-XVI, resumen del año anterior,
“El acto psicoanalítico”.
¿De qué desplazamiento se trata en el S-XVI? El fantasma deja el primer plano, de una
articulación gramatical del saber del goce que cojea en la relación entre los sexos, Lacan llega
a formular en el resumen del S-XIV, las dos frases precursoras del “no hay relación sexual”: no
hay acto sexual, y no hay más que el acto sexual, ningún acto de copulación, ningún tener o no
tener regula para el sujeto el ser hombre o mujer, y la segunda, dando la razón de toda
defensa, que siempre es contra el acto sexual, por eso tenemos en el S-XVI pág. 230, una
logística de la defensa. ¿Hay pues, saber sobre el goce?, ¿qué enseña al respecto el
psicoanálisis?, a introducir lo prohibido, y un saber positivo sobre el goce: la pulsión, medios de
producción de satisfacción, fuera del ziel sexual. Es mitad camino entre das Ding a jouissance,
la inconmensurabilidad del objeto pequeño a, que desplaza el falo entre los sexos.

Clase 16. Las perspectivas radicales


Da la enhorabuena a la École de la Cause Freudienne por haber conseguido el reconocimiento
de utilidad pública y continúa la lectura minuciosa del Seminario XVI, capítulo XX, “Savoir,
jouissance”, del que destaca las perspectivas radicales, con lo que Lacan apunta al término
freudiano de la incidencia primera del goce en tanto traumático y auto-erótico. El goce es fuera
cuerpo, situado en bordes, zonas erógenas, conlleva un extrañamiento que Lacan llega a
formular como: el lugar del gran Autre es el cuerpo, y no una función abstracta. Esta
disarmonía del goce, es pensada en Freud, como una negativización, entre el axioma de “todos
los seres son fálicos” y la experiencia visual de que la madre no, pero para Lacan pasa por una
doble positivización, de un goce y de la dependencia al deseo del Autre, articulados por el
deseo de saber lo que es el enigma del goce.
Por tanto, la experiencia del traumatismo se impone en la cura analítica. Freud recurre al mito,
dos, que Lacan retoma logicificándolos en las fórmulas de la sexuación, versión lacaniana del
mito freudiano. Y llega la yuxtaposición Clínica, Estructura, alianza entre las dos positivaciones
señaladas, que designa Lacan como: punto de entrada donde la estructura del sujeto hace
drama, en la eclosión de la neurosis, o desencadenamiento en la psicosis. En “Aporías
respuestas”, yuxtaposición del capítulo último y siguiente, resalta que frente a la biografía,
prolija en anécdotas, las relaciones primordiales del sujeto se establecen al saber, al goce y al
objeto pequeño a, donde deberán insertarse las funciones familiares. ¿Qué es un neurótico en
el sentido del S-XVI? Quien interroga la frontera del saber y del goce, y su cura propuesta es
deshacer su coartada de insuficiencia ante la imposibilidad.

Clase 17. Ser el amo, ser la mujer, posiciones adecuadas al hombre y la mujer
El uso impropio de la palabra clínica, dirá JAM es emparejarla con la palabra teoría. En el S-
XVI va pareja a estructura, que opera, dirige, tiene acción lógica con coordenadas de la
práctica. Tras esto Lacan reformula las posiciones neuróticas, poniendo en paralelo la histeria y
la obsesión. El sujeto surge en un primer tiempo, de la relación indecible al goce, luego, al
recibir ese medio, el significante, es golpeado por una relación que desarrollándose a partir de
ahí, va a tomar forma como Autre. Hay rapport primitivo al goce, y génesis de la relación al
Autre, cambiando lo escrito en el Seminario XI, y en “Posición del inconsciente”. La inserción
significante en lo indecible del goce, produce un saber con fórmula formatriz de repetición. El
rapport primitivo al goce es el lugar del traumatismo, troumatisme, definición del sujeto del
goce, representado por objeto pequeño a, marca de lo que se disipó, y regresa siempre al
sujeto.
El goce como punto infinito que nada permite alcanzar, lo lleva a construir su clínica por
imposibilidades, siendo las posiciones neuróticas coartadas de insuficiencia, de no llego, fuera
de lo real. La histeria y la neurosis obsesiva, la posición masculina y femenina, se articulan a
partir del imposible del no hay relación sexual, y las fórmulas de la sexuación, en las que
plantea Lacan las posiciones adecuadas para cada uno de los sexos, con descaro de decir, la
posición conveniente al hombre: ser el amo, versión amable del padre, y para la histérica y
posición femenina: ser la mujer. Retoma la clínica el acto psicoanalítico, poniendo el acento en
la implicación de la transferencia a partir de la repetición. Termina, citando las reflexiones de
Lacan en el C-22, sobre la posición paramasoquista del analista: callarse aísla la función de la
voz, no ver, la mirada, y no escuchar, las demandas orales y anales.
Clase 18. El cuerpo vacío de goce de la histérica
El S-16 es par del S-17, así como el S-14 del S-15, entre ellos escribe Lacan “La proposición
del 67, sobre el psicoanalista de la Escuela”, determinante del pase. El estatuto del pequeño a,
pasa a la sombra con el fantasma, entrando en primer plano sus relaciones con gran Autre, que
JAM designa como “savoir jouissance”, vector del S-16, que presenta una posición tajante de la
repetición. Ni el sujeto, ni el fantasma, son pivots tras la introducción de pequeño a como plus
de gozar, lo que requiere una redefinición del gran A, de la que Lacan, nos da un recorrido:
de… función de lugar de la verdad, lugar del código, tesoro de los significantes, batería
significante necesariamente completa,

S(A)

sujeto supuesto saber, a… un gran Autre florido cuya topología es una estructura de la que no
se puede dar, más que la matriz de una repetición indefinida.
El S-16 y S-17, presenta la histeria no como complacencia somática, sino negación del cuerpo,
de la asunción de un rol sexual. Ella ni negocia, ni trata con el Autre, ni reconoce, ni paga la
deuda, no respeta ceremonias, ambages, ni derroteros que visten y velan la impotencia,
destapando el cartón piedra del amo, elevando la castración al Nombre del Padre simbólico. El
goce infinitizado de la histérica del S-16, responde al comentario enigmático de “Subversión del
sujeto”, sin la prohibición, padre impotente del S-17, como amo castrado. El goce inaccesible
del S-16 lo despeja Lacan en el S-17 distinguiendo el amo de su lugar, donde sitúa al analista
como pequeño a, no sin afinidad con el masoquismo, dirá el S-16. El cuerpo vaciado de goce,
es el Autre, y también pequeño a, pérdida, que el plus de gozar repara. Los goces de la
histérica culminarán en las fórmulas de la sexuación de Encore.

Clase 19. Del fantasma al traumatismo


Comenta la pág-12 del S-16, el fracaso del fantasma, de, por la castración, instaurar algo de
armonía en el límite de la unión del hombre y la mujer, lo que lleva a Lacan a lo que conviene al
campo analítico, fundado sobre un nuevo modo de pensamiento que se esfuerce en entrever
una función como la del objeto a, aceptando el desafío de que la verdad lleva a lo real. Dirá
JAM de las págs 13 y 14, son las más difíciles de entender del Seminario y las comenta
aclarándolas con la pág-272 del c-17 “Pensée censure”, a propósito de cómo desbarata Freud
el cogito cartesiano, ampliado por Hegel: Al Yo pienso, Yo sé que pienso, el psicoanálisis
opone la escisión entre el Yo/Pienso, por el no sé, del trauma freudiano. Desmantelamiento del
pensamiento de lo que trata el inconsciente, donde en la falla de saber, se instala el deseo del
Autre informulable en el fantasma traumático.
El trauma no es un punto fijo lejano, que sería recuperado del desarrollo de la historia de un
sujeto, sino un efecto de retroacción de la dirección de la cura, donde lo característico es que,
el cuerpo esta percibido como separado del goce. Así el goce es sobre todo del Autre, del
régimen de violación, penetración, caricias y contactos forzados, que ponen entre comillas al
fantasma, para conceder crédito al traumatismo: Je ne sais pas quant à la jouissance de
l’Autre. Acaba con las ideas políticas del Seminario, a propósito del poder-saber, que Lacan en
oposición a Michel Foucault encuentra disjuntos en la época actual, marcada por el paso del
mundo cerrado al universo infinito, poder liberal que restringe la función del Estado en la
sociedad civil, librada a su desorden, lo que produce una “Debilidad de la verdad, por la
administración del saber”, nombre del capítulo que comenta.

Clase 20. Digamos que el esclavo es el cuerpo y su goce


En noviembre saldrá el S-18 D’un discours que ne serait pas du semblant, después de Enero
2007 otro, y tras el S-23, agrupará los restantes en sólo 1, por lo que habrá 24 Seminarios de
Lacan. Es la “operación seminario”. Vuelve a la lectura del S-16, págs-13 y 14, donde dirá, hay
la definición lacaniana de estructuralismo, muy difícil y que decide comentar. Retoma el
comentario de la oposición poder-verdad, en pág-174 sobre los enredos de la verdad,
comentando de la pág-242 el por qué Lacan se cuestiona la filosofía como debilidad mental,
pues hay una falta en alguna parte y poner al Dios de los filósofos, es poner un tapón. No
ocurre igual con el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, que respeta al A barrado, no llegando a
colmarlo; es el dios del objeto pequeño a, no se deja absorber totalmente en el significante.
Reflexiones sobre la pareja Pascal, Hegel, en tanto Lacan toma la lucha a muerte por puro
prestigio, como apuesta, estando en juego pequeño a. De las págs-178-179, señala la
definición del Je, forma lingüística del pequeño a, en tanto me representa, y en Je me
represento como pequeño a. Del mito hegeliano, aislado por Kojève, Lacan da la definición del
esclavo: el cuerpo y su goce, siendo el amo el sueño del esclavo, de dominar el cuerpo. El
hombre se imagina ser los dos, a diferencia del animal, referencias que toma Lacan de Konrad
Lorenz. Acaba el Curso señalando la oposición del goce y el plus de gozar. El goce, pág-224,
es definido como demasiado intenso, el plus de gozar como unidad de goce, inconmensurable
a modo de la plusvalía. La referencia de la pág-13, aclara la pág-211: las cosas pueden ir tan
lejos, como para interrogar el efecto del pensamiento como sospechoso

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