El Símbolo - Informe

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UNA CLAVE DE LA NATURALEZA DEL HOMBRE: EL SÍMBOLO

La realidad no es una cosa única y homogénea; se halla inmensamente

diversificada, poseyendo tantos esquemas y patrones diferentes cuantos diferentes

organismos hay. Cada organismo es, por decirlo así, un ser monádico. Posee un

mundo propio, por lo mismo que posee una experiencia peculiar. Los fenómenos

que encontramos en la vida de una determinada especie biológica no son

transferibles a otras especies. Las experiencias, y por lo tanto, las realidades de

dos organismos diferentes son inconmensurables entre sí. (Von Uexkül, 1945, p. 2)

El planteamiento de Johannes von Uexküll brinda completa claridad en cuanto a las


diferencias que se hallan en los organismos. De acuerdo con este pensamiento, todo ser
es completamente distinto en cada aspecto de su vida; por un lado, los animales poseen
una conducta innata de supervivencia que les hace actuar conforme su instinto, de modo
que se encuentran en una constante búsqueda de su bienestar físico. Por otro lado, el
hombre, que hace parte de la cultura, se encuentra envuelto en una diversidad de
costumbres, creencias, y lenguas que rigen su actuar como ser individual y social.

La vida es perfecta por doquier, es la misma en los círculos más estrechos y en los

más amplios. Cada organismo, hasta el más ínfimo, no sólo se halla adaptado en un

sentido vago sino enteramente coordinado con su ambiente. A tenor de su

estructura anatómica posee un determinado sistema “receptor” y un determinado

sistema “efector”. El organismo no podría sobrevivir sin la cooperación y equilibrio

se estos

dos sistemas. El receptor por el cual una especie biológica recibe los estímulos

externos y el efector por el cual reacciona ante los mismos se hallan siempre
estrechamente entrelazados. (Von Uexkül, 1945, p. 3)

El ‘círculo funcional’, planteado en este fragmento, amplia el conocimiento respecto al


funcionamiento de nuestro organismo. En este sentido, es esencial remitirnos a ambos
sistemas para reconocer la sensibilidad del hombre respecto al entorno en el que habita,
pues así como el sistema ‘receptor’ le proporciona información a través de los sentidos
(vista, olfato, gusto, oído y tacto), el sistema ‘efector’ le permite ser consciente de la
reacción que dichos estímulos provoca en él. Así pues, se retoma la idea de que el
hombre es un ser que se distingue de los animales dado que goza de una capacidad
simbólica, es decir, una habilidad para dar significado a su entorno y expresar dichas
cualidades a quienes le rodean.

En el mundo humano encontramos una característica nueva que parece constituir la

marca distintiva de la vida del hombre. Su círculo funcional no sólo se ha ampliado

cuantitativamente sino que ha sufrido también un cambio cualitativo. El hombre,

como si dijéramos, ha descubierto un nuevo método para adaptarse a su ambiente.

Entre el sistema receptor y el efector, que se encuentran en todas las especies

animales, hallamos en él como eslabón intermedio algo que podemos señalar como

sistema “simbólico”. Esta nueva adquisición transforma la totalidad de la vida

humana. Comparado con los demás animales el hombre no sólo vive en una

realidad más amplia sino, por decirlo así, en una nueva dimensión de la realidad.

(Ernst Cassirer, 1945, p. 3)

El argumento planteado por Cassirer, permite comprender que el ser humano posee una
característica especial que lo distingue del resto de animales, la cual se denomina
‘símbolo’. Los símbolos, en este orden de ideas, forman parte del mundo humano del
sentido ya que hacen parte de su realidad e influyen notoriamente en su manera de vivir.
En este orden de ideas, los símbolos le permiten al hombre dar un significado más
profundo a todo aquello que le rodea, de modo que su realidad le otorga comodidad y
confianza respecto a sus intereses y conocimientos.

En lugar de tratar con las cosas mismas, en cierto sentido, conversa

constantemente consigo mismo. Se ha envuelto en formas lingüísticas, en


imágenes artísticas, en símbolos míticos o en ritos religiosos, en tal forma que no

puede ver o conocer nada sino a través de la interposición de este medio artificial.

Su situación es la misma en la esfera teórica que en la práctica. Tampoco en ésta

vive en un mundo de crudos hechos o a tenor de sus necesidades y deseos

inmediatos. Vive, más bien, en medio de emociones, esperanzas y temores,

ilusiones y desilusiones imaginarias, en medio de sus fantasías y de sus sueños.

“Lo que perturba y alarma al hombre -dice Epicteto- , no son las cosas sino sus

opiniones y figuraciones sobre las cosas”. (Ernst Cassirer, 1945, p. 4)

Con base en lo descrito, afirmamos que los símbolos le permiten al hombre ir construyendo
su propia y única realidad con base en las percepciones que tiene acerca de su vida, es
decir, de sí mismo, de quienes lo rodean, de sus creencias y de las circunstancias que vive
día a día. Así pues, los seres humanos constituyen un universo simbólico en el que
establecen relaciones más profundas con su entorno, de modo que las apreciaciones y/o
sensaciones que tienen sobre algo, influyen en su manera de actuar, por ejemplo, a la hora
de tomar decisiones.

La razón es un término verdaderamente inadecuado para abarcar las formas de la

vida cultural humana en toda su riqueza y diversidad, pero todas estas formas son

formas simbólicas. Por lo tanto, en lugar de definir al hombre como un animal

racional lo definiremos como un animal simbólico. De este modo podemos designar

su diferencia específica y podemos comprender el nuevo camino abierto al hombre:

el camino de la civilización. (Ernst Cassirer, 1945, p. 5)

Aunque el hombre no es definido por su racionalidad, se considera que la razón es


imprescindible para el acto simbólico; pues la capacidad de los seres humanos para
reflexionar sobre algo que le atañe, es el principio fundamental para que estos logren crear
y comunicar símbolos que, como mencioné anteriormente, brindan un significado
trascendental y genera, implícita o explícitamente, impacto en el mundo del mismo. En este
orden de ideas, se reconoce la importancia de la razón y de los símbolos para el
entendimiento y la interpretación de la realidad, habiendo comprendido ya la capacidad
intelectual que le permite al hombre establecer una visión propia de su mundo, interpretarlo
de forma singular y actuar de acuerdo con sus convicciones.
REFERENCIAS
DEFINICIÓN DE FENOMENALISMO. (28 de septiembre de 2021). Definición de.
https://definicion.de/fenomenalismo/
Significado de Razón. (28 de septiembre de 2021). Significados.
https://www.significados.com/razon/
Significado de Dogmatismo. (28 de septiembre de 2021). Significados.
https://www.significados.com/dogmatismo/
Ernst Cassier. (29 de septiembre de 2021). Philosophica.
https://www.philosophica.info/voces/cassirer/Cassirer.html#toc8
El Hombre Animal Simbólico. (29 de septiembre de 2021). Sitiocero.
https://sitiocero.net/2013/03/el-hombre-animal-simbolico/

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