Marketing Relacional
Marketing Relacional
Marketing Relacional
RELACIONAL
UN NUEVO ENFOQUE
PARA LA FIDELIZACIÓN Y SEDUCCIÓN
DEL CLIENTE
www.pearsoneducacion.com
MARKETING
RELACIONAL
UN NUEVO ENFOQUE
PARA LA FIDELIZACIÓN Y SEDUCCIÓN
DEL CLIENTE
Prólogo de
JOSÉ JOAQUÍN GONZÁLEZ
DERECHOS RESERVADOS
© 2002 respecto a la primera edición en español por:
PEARSON EDUCACIÓN, S. A.
Núñez de Balboa, 120
28006 Madrid
CAPÍTULO I
INTRODUCCIÓN AL MARKETING RELACIONAL
1.1. Consideraciones previas .......................................................... 3 1.2.
Elementos favorecedores del desarrollo del marketing relacional
................................................................................ 3 1.3. Concepto de
marketing relacional .......................................... 11 1.4. Lo que no es
marketing relacional pero lo parece ................. 23 1.5. Algunas dudas
razonables sobre el marketing relacional ....... 29 1.6. La dicotomía
libertad-seguridad ............................................. 34 1.7. Transacciones
en las relaciones ............................................... 39
CAPÍTULO II
LOS PÚBLICOS DEL MARKETING RELACIONAL
2.1. Concepto de públicos ............................................................. 53 2.2.
Canal de distribución ............................................................. 57 2.3.
Mercado interno: los empleados ............................................ 61 2.4. Los
proveedores ...................................................................... 65 2.5. Los
partners o colaboradores ................................................. 68 2.6.
Mercados de influencia ........................................................... 74 2.7.
Consumidores finales y clientes .............................................. 76 2.8.
Redes relacionales ................................................................... 82
CAPÍTULO III
LA ESTRATEGIA RELACIONAL
3.1. Introducción ........................................................................... 89 3.2.
El proceso de planificación en la estrategia relacional ........... 95 3.3.
Fases en la planificación estratégica relacional ....................... 99
3.3.1. Análisis de la situación .............................................. 99
3.3.2. Determinación de la actividad de la empresa
orientada al cliente...................................................... 101
3.3.3. Objetivos relacionales de la empresa ......................... 106
3.3.4. Alcance de la estrategia relacional .............................. 114
3.3.5. Metodología para valorar la implementación de una
unidad de negocio relacional ..................................... 115
VII
CONTENIDO
CAPÍTULO IV
FIDELIZACIÓN, VINCULACIÓN Y RETENCIÓN
DE CLIENTES
4.1. Consideraciones generales previas ...........................................
171 4.1.1. El factor tiempo .......................................................... 172
4.1.2. El factor confianza ...................................................... 186
4.2. Concepto y contenido de la fidelización de clientes ................
191 4.2.1. Aspectos básicos.......................................................... 191
4.2.2. Fidelización y marketing relacional............................. 197
4.2.3. Fidelización e investigación ......................................... 200
4.2.4. Tipología de los programas de fidelización................. 215
4.3. Vinculación de clientes ............................................................
221 4.4. Retención de clientes
............................................................... 222
CAPÍTULO V
GESTIÓN DE BASE DE DATOS
5.1. Marketing base de datos .........................................................
235 5.2. Tipos de datos en función de su
origen................................... 251 5.3. Técnicas de
segmentación........................................................ 255
CAPÍTULO VI
CUSTOMER RELATIONSHIP MANAGEMENT (CRM)
6.1. ¿Qué es CRM? ........................................................................
261 6.1.1. CRM estratégico ......................................................... 264
6.1.2. Soluciones CRM.......................................................... 268
6.2. ¿Por qué todo el mundo habla del CRM?...............................
286 6.3. Diferentes nombres para un mismo fenómeno
........................ 288
BIBLIOGRAFÍA ...............................................................................
291 VIII
PRÓLOGO
PRÓLOGO
Son múltiples los enfoques que pueden darse a un libro que habla
sobre el mundo de las relaciones de la empresa, de su aplicación
práctica y rea liza un recorrido teórico respecto a los elementos que ha
permitido con vertir al marketing relacional y el Customer Relationship
Management en referencias clave para la diferenciación, proyección a
futuro y éxito de las empresas. La mayor parte de los libros y
publicaciones que tratan con cierto rigor este asunto, centran su
enfoque en argumentaciones que tienen que ver más con la
incorporación de las nuevas tecnologías y con el pro pio management
de la empresa que con la propia esencia de las relaciones.
Este libro consigue “humanizar” la visión sobre las relaciones entre la
em presa y sus públicos. Recupera la perspectiva artesanal de la
empresa, arre batada por las diferentes revoluciones industriales,
mecanicistas y tecnológi cas que han llegado a convertirla en un ente
frío y desprovisto de cualquier tipo de emociones, para devolvernos una
visión “renacentista” de las organi zaciones, en la que los hombres y
mujeres que las configuran, crean o dirigen logran intercambiar algo
más que productos o servicios para conseguir un beneficio económico.
XI
PRÓLOGO
XII
PRÓLOGO
Por último, queda destacar la loable aproximación que este libro hace
al lector para la aplicación práctica del marketing relacional; bien afian
XIII
PRÓLOGO
zadas las pautas en las que las relaciones logran surgir y desarrollarse,
sólo es necesario seguir detenidamente algunos de los ejemplos y
tablas pro puestas para conseguir una rápida y acertada aproximación
de la empre sa en el camino de las relaciones de incremento de valor
para sus clientes.
CAPÍTULO I
INTRODUCCIÓN AL MARKETING
RELACIONAL
CAPÍTULO I
Se deja para futuros desarrollos, que exigirían otro espacio, ámbito e inten A
T
sas cada vez son más internacionales, dinámica inevitable para esta
N
I
blecer las sinergias de costes de producción y marketing. Pero, por
L
D
ductos, aunque sea en detalles aparentemente ridículos (las iniciales
N
Ó
de una camisa). Ello obliga a un conocimiento profundo de los de
I
C
seos individualizados de los consumidores para no perder la pers
C
D
pectiva ante estrategias planteadas para múltiples países.
E
A
• Reducción e imprevisión de los ciclos de marketing y de producto. Es
Z
L
conocido que en mercados de consumo masivo el ciclo de vida de los
E
I
productos se acorta progresivamente. Es difícil establecer una plani
F
A
ficación de desarrollo de productos de acuerdo a su ciclo de vida tal
L
A
y como se hacía hace solamente unos años. Por ejemplo, las produc
R
P
toras cinematográficas norteamericanas lanzaban un estreno a nivel
E
U
mundial de forma escalonada. Si el lanzamiento era en otoño en
Q
O
EE.UU., en Europa, probablemente, se produciría entre 6 meses y un
F
N
año más tarde. Esto, entre otras muchas ventajas, permitía alargar la
E
O
vida comercial del producto, establecer sinergias entre ambos conti
V
U
nentes y sobre todo corregir acciones equivocadas de marketing.
N
N
Muchas veces los resultados en Europa corregían una tibia acogida
U
A
tes videográficos, como el DVD, y la mayor movilidad del público
N
O
objetivo, estas acciones desarrolladas a lo largo de los años son cada
I
C
vez más difíciles.
A
E
• Aumento de la competencia en la colaboración con los canales de
R
G
distribución.
N
T
• Nuevos modelos de gestión empresarial alejados del modelo clásico
E
K
y que tienen validez en distintas situaciones, con lo cual no existe un
R
A
único paradigma.
M
4
CAPÍTULO I
L
• El deseo de los consumidores debe ser reconocido como fuente en los
C
L
procesos de intercambio, y no como un mero centro de beneficios
E
D
económicos. El consumidor ya no sólo quiere voz, también quiere
N
Ó
voto: voto para decidir qué empresa sobrevive o qué empresa desa
I
C
parece. Frente al corto plazo de las empresas, los consumidores bus
U
D
can el largo plazo. Podemos establecer el símil con una bella mujer
E
N
pero solamente para elegir el más conveniente con el cual tomar una
Ó
C
decisión final de matrimonio. Esa mujer no querrá bellos galanes que
A
Z
la acompañen una sola noche. Parece obvio, pero, sin embargo, ¿por
I
D
qué cuando queremos comprar un automóvil, y acudimos a un con
I
A
nuestra compra hacia una marca concreta, y cuando la compra se ha
P
E
producido, el mismo amable vendedor de antaño se esconde en el
U
Q
cuarto de baño si solicitamos sus atenciones para resolver el mínimo
O
N
problema? Si te has gastado cinco millones de pesetas, al menos de
E
E
frustrante que en ese concesionario pases de ser alguien agasajado, a
U
N
uno más de la lista de espera de resolución de problemas. En este
N
U
caso, el concesionario concibe erróneamente que el consumidor no
L
realizará el mismo gasto hasta al menos cuatro o cinco años. Por lo
A
N
tanto, el problema puede esperar para dedicar su esfuerzo en “enga
O
I
ñar” a nuevos consumidores. Cualquiera puede comprobar, especial
C
A
mente mediante una encuesta de satisfacción de usuarios de automó
L
E
viles y a través de sus propias experiencias, la escasa importancia que
R
N
siona la aplicación estricta de los principios transaccionales.
I
K
• Fin del concepto de segmentación tradicional. Estaba claro que a
R
6
CAPÍTULO I
O
España en el año 2001 han desaparecido. En otros seis meses, habrá N
7
CAPÍTULO I
N
una buena dosis de intuición. La principal tendencia en los últi
E
L
mos años es el deseo de las audiencias de interactuar y relacio
C
L
narse con los contenidos de los medios. Internet ha sido el
E
D
canalizador de esta tendencia, pero un medio por excelencia
N
Ó
masivo, como es la televisión, ya comprende que su supervi
I
C
vencia pasa por el desarrollo de una interactividad real con sus
U
D
audiencias. El marketing relacional busca la integración total
E
N
mercados. La publicidad continuará siendo una fuente de per
Ó
C
suasión, pero está claro que, a corto plazo, para poder reunir
A
Z
simultáneamente unos pocos millones de espectadores delante
I
D
de un programa de televisión la única posibilidad será con
I
L
rentabilizar nuestras acciones comerciales.
A
E
• Búsqueda de diferenciación de los productos gracias a la dife
U
Q
renciación que se consigue por la prestación complementaria
O
N
de un servicio. Todos comprendemos que dos coches no son
E
E
lo que realmente aporta el marketing relacional es que esta
U
N
diferenciación se conseguirá anticipándose a lo que cada con
N
U
sumidor considerará conveniente como prestación de servicio.
L
No se trata de un servicio eficiente para solucionar un proble
A
N
ma, se trata de conseguir el suficiente conocimiento como para
O
I
tener la prestación de un servicio que permita anticiparse con
C
A
antelación al problema potencial.
L
N
precios. Pocas empresas se han planteado el auge de los siste
I
T
mas de fijación de precios variables en las acciones de B to B,
E
K
B to C mediante subastas, portales... promovidos por Internet.
R
8
CAPÍTULO I
sión del canal hacia los fabricantes, que tantos quebraderos y ríos de I
9
CAPÍTULO I
N
fabricarlo, garantizando una demanda cautiva mínima que permita
E
L
amortizar costes. Nuevamente aparece la necesidad de conocer a nues
C
L
tros consumidores. Por ejemplo, nos encontramos a una pequeña agen
E
D
cia de viajes de aventura que empieza a llamar a sus clientes en navi
N
Ó
dades y consigue, seis meses antes de su realización, cerrar el cupo de
I
C
20 viajeros para visitar las tortugas azules de la isla de Gorgona.
U
N
los miembros del canal de distribución. El concepto de just in time
Ó
C
hace imprescindible una perfecta integración logística entre los dife
A
Z
rentes integrantes del canal de distribución, pero éste es un concepto
I
E
funcional que poco tiene que ver con el marketing relacional. Los
D
L
man el canal en un departamento más de la propia empresa. INCO
A
R
NAL, S. A. (empresa especializada en construcción singular del alu
A
Q
cuya única función era realizar el diseño de los perfiles de aluminio
O
F
de sus proveedores. Como ésta era una función muy costosa y que
N
E
jo a solamente un proveedor. En un principio, la gerencia no enten
U
N
día que se estuviera asumiendo un servicio que no era propio del
N
U
objeto de negocio de INCONAL, S. A. y que además representaba
L
un coste importante. Cuando los constructores empezaron a deman
A
I
entrega, frente a otros aspectos menores, como el precio, solamente
C
A
esta empresa tenía una operativa integrada que permitía reducir la
L
E
presentación del plazo de los proyectos a la mitad del tiempo de sus
R
N
esta empresa en líder de construcción singular en el norte de España.
I
K
• El enfoque internacional de las empresas puede hacer perder la pers
R
10
CAPÍTULO I
praxis empresarial. Por ello, a pesar de que los procesos relacionales son T
L
de vigencia del llamado paradigma transaccional. Al no ser éste el objeto A
autores que, desde una perspectiva académica, han abordado este fenó N
meno. L
11
CAPÍTULO I
T
El marketing relacional se ha convertido en un término ampliamente
N
I
utilizado, aunque el consenso sobre una definición exacta aún está por ser
L
D
Standvik, 1997; Lars-Gunnar, 1997). En este contexto, la mayoría de las
N
Ó
definiciones del marketing relacional ofrecidas hasta ahora “están dirigi
I
C
das en términos de outputs deseados y no indican los inputs requeridos
U
D
que puedan impedir a un observador determinar si una regla del marke
E
C
La teorización del marketing relacional tiene antecedentes confusos,
A
Z
debido a la focalización en aplicaciones de instrumentos concretos más
I
E
que en los propios conceptos genéricos o bien estratégicos. Así, Morgan y
D
I
F
Hunt (1994) centran el concepto de marketing relacional en todas aque
A
L
llas actividades de marketing dirigidas a establecer, desarrollar y mantener
A
R
intercambios relacionales exitosos. Esta definición adolece de centrarse en
A
el fin último del marketing relacional más que en el proceso conjunto que
E
Q
la filosofía relacional implica. De este modo, sus aportaciones son poco
O
F
más que recomendaciones prácticas sobre cómo implantar el concepto de
N
E
ca de las aplicaciones del marketing relacional más que en sus propios
U
N
beneficios.
N
L
En el ya lejano 1989 Grönroos destacaba lo que denomina dimensiones
A
N
del marketing relacional:
O
A
• Enfoque en el consumidor a largo plazo.
L
E
• Hacer y mantener promesas a los consumidores.
R
N
vidades de marketing.
I
T
• Implementar interactividad en los procesos de marketing.
E
K
• Desarrollar una cultura de servicio a los consumidores.
R
A
• Conseguir y usar información de los consumidores.
M
12
CAPÍTULO I
base para desarrollar un concepto teórico que aspire a sustituir las reglas R
• cultura y valores,
R
• liderazgo, E
L
• estrategia, A
• estructura, I
• consumidores, N
• tecnología, L
13
CAPÍTULO I
• conocimiento y análisis, y
• procesos.
N
nes. Para ellos, el marketing relacional debe enfatizar la construcción de
E
L
relaciones fuertes entre la empresa y los siguientes mercados:
C
D
• mercado de proveedores,
N
Ó
• mercados internos (procesos),
I
C
• mercados de relaciones indirectas,
U
D
• mercados de influencia coercitiva,
E
S
• mercados de recursos humanos internos, y
Y
N
• mercados de consumidores.
Ó
Z
A partir de la identificación de los anteriores mercados en cada empre
I
E
sa, propone que las relaciones se deben basar en un nivel apropiado de
D
I
F
atención y recursos, que se determinará según el siguiente proceso:
A
R
• Identificar los participantes clave en cada uno de los mercados definidos.
A
P
• Realizar una investigación profunda para desvelar las expectaciones y reque
E
U
rimientos de los agentes clave.
Q
O
• Comparar la diferencia ente el actual nivel de influencia y el propuesto para
F
E
cada mercado.
O
• Formular la estrategia óptima de relaciones y determinar en qué mercados es
V
U
necesaria su aplicación.
N
A
tra las relaciones en la comprensión exhaustiva de los consumidores, a
N
O
partir de conceptos básicos como son el valor y los servicios que son
I
C
importantes para ellos. El conocimiento del consumidor debe comprender
A
L
al menos:
E
G
• Perfil psicográfico y sociodemográfico amplio y riguroso.
N
• Segmentación avanzada de los consumidores: es el punto de partida necesa
I
E
rio para llegar al consumidor único.
K
• Investigación sobre las necesidades primarias de los consumidores.
R
14
CAPÍTULO I
POCO NEGOCIO
MEDIDAS DE NEGOCIO TR
TRANSACCIÓN IÓ
SEGMENTO CLIENTE
N
DATOS
TRANSACCIÓN ACCESO DE DATOS EL CLIENTE
Fuente: Adaptado de Nykamp, M. (2001).
I
mentos de una forma sencilla tal y como hace Knox en 1998. Para este N
15
CAPÍTULO I
E
• se reducen los costes de marketing,
I
C
• se reducen también los costes de transacciones,
L
E
• disminuyen los cambios de consumidores,
D
N
• incrementa la venta cruzada,
Ó
C
• produce un efecto positivo en la imagen de la empresa, y
C
U
• aumenta la eficiencia de los procesos.
D
Y
Por desgracia, esta visión, sesgada y limitada del marketing relacional,
N
Ó
es compartida por numerosos autores que contribuyen poco a ver el pro
I
A
ceso mas allá de sus aplicaciones más efectistas. Dentro de esta revisión,
Z
L
destacaremos autores que conceptualizan el marketing relacional a partir
E
I
de su aplicación en un sector concreto. En contra de lo que pudiera pare
F
A
cer, sus aportaciones consiguen extrapolar conclusiones perfectamente des
L
A
contextualizadas y que se acercan bastante a planteamientos que aspiran
R
P
a una cierta cientificidad.
E
O
Too, Souchon y Thirkell (2000) proponen conceptos rigurosos a partir
F
N
de una investigación titulada Marketing relacional y lealtad del consumi
E
O
dor en el comercio minorista. Lo sorprendente de su aparentemente
V
U
nal y lealtad del consumidor. Sus conclusiones, aunque frecuentemente
L
N
rrea personalista.
O
A
En España, la comunidad académico-científica también se ha inclinado
L
E
con buen criterio por analizar el marketing de relaciones desde perspecti
R
N
aproximación descriptiva al fenómeno a partir de las relaciones clásicas
I
T
que se establecen en los mercados industriales. Afirman que el marketing
E
K
de relaciones sólo aporta dos principales novedades. Por un lado, “la
R
16
CAPÍTULO I
de control). C
Para finalizar este recorrido sobre las reflexiones sectoriales del marke
A
de viajes minoristas, descrito por Suárez, Vázquez y Díaz (2000). Tras una A
clusiones operativas: I
sonal diferenciado. L
17
CAPÍTULO I
DEFINICIONES DEL MARKETING DE RELACIONES
AUTOR DEFINICIÓN
Berry (1983) Consiste en atraer, mantener y realzar las relaciones con los
clientes.
Jackson (1985) Marketing orientado a preservar fuertemente y a alargar las
relaciones con los integrantes de la relación.
Grönroos (1990) Consiste en establecer, mantener, realzar y negociar relaciones E
T
con el cliente (a menudo, pero no necesariamente siempre,
N
E
relaciones a largo plazo), de tal modo que los objetivos de las
I
C
partes involucradas se consigan. Esto se logra a través de un
L
intercambio mutuo y del cumplimiento de promesas.
E
I
(1991) retener las relaciones con los clientes.
C
U
Christopher, Payne y El marketing de relaciones supone la síntesis del servicio
D
E
Ballantyne (1991) al cliente, la lealtad y el marketing.
S
A
continuamente la red para el beneficio mutuo de ambas partes
Z
I
a través de contactos interactivos, individualizados y de valor
L
A
Evans y Laskin Es una aproximación centrada en el cliente donde una
L
R
clientes actuales y potenciales.
A
E
Sheth y Parvatiyar Es la comprensión, explicación y gestión de las relaciones de
U
Q
(1994) colaboración en los negocios entre proveedores y los clientes.
O
Clark y Payne (1995) Es el negocio de atraer y realzar las relaciones a largo plazo
N
E
O
con los clientes.
V
N
Una definición integradora se encuentra en Alet (1994); según el autor,
O
I
el marketing relacional es “el proceso social y directivo de establecer y cul
C
A
tivar relaciones con los clientes, creando vínculos con beneficios para cada
L
E
una de las partes, incluyendo a vendedores, prescriptores, distribuidores y
R
N
explotación de la relación”. Recapitulando sobre las aportaciones de los
I
T
autores anteriores, se puede concluir que una definición que conceptuali
E
K
ce el marketing relacional, según los criterios que establece este libro, debe
R
A
incluir los siguientes elementos:
M
18
CAPÍTULO I
tiempo”. C
comercial es como la vida misma: se basa en las relaciones, y para ello uti M
el consumidor”. N
19
CAPÍTULO I
L
• Publicidad de respuesta directa.
C
• Producción gráfica.
E
N
• Manipulación y personalización.
Ó
• Comunicación digital.
C
D
• Telemarketing.
E
Y
• Estrategia de medios.
E
Para poner en marcha toda esta cadena de relaciones, el marketing rela
D
F
cional utiliza distintas formas de comunicación, con diferentes herramien
A
L
tas, dirigidas a distintos tipos de colectivos.
A
Q
CONCEPTOS INTEGRADOS EN EL MARKETING RELACIONAL
O
ACADÉMICO PROFESIONAL
V
LA
N
OI
AL
E
NI
TE
KR
AM
Marketing
relacional
Marketing
directo
Adecuación del TR
Internet. marketing. CC
IÓ
Herramientas para el N
servicio al cliente y A
organización. En de información
consultoría, personal de escasa
MA
On-line N
y a un nuevo consumidor.
K
E
L
orientado a negocios
Adecuación del
IO
(e-business) y N
CAPÍTULO I
L L
N
E C E
E
D CRM orientadas a marketing.
N
capturar, procesar y
facilitar la toma de
ÓI
Ídem punto de vista
C
decisiones repecto la
C
académico.
interacción del cliente
U
Especialmente se
D en el medio Internet.
E
aplica esta palabra
S
para identificar
Y Telemarketing acciones de
Utilización de las comunicación basadas
telecomunicaciones en llamadas telefónicas
N
ÓI
C
como medio para (emisión y recepción) a
A
Z
relacionarse o actuales o potenciales
I
contactar con un clienteclientes (venta
o potencial comprador. telefónica).
L
A
tradicional (no direct mail para el
R
P
medio para
E
relacionarse o personalizadas a
U contactar con un clienteclientes conocidos,
Q
o potencial comprador. frente a envíos a
O
F
e-mailing potenciales clientes
N
(compra o alquiler de
E base de datos) para el
O
se utiliza la palabra
V mailing.
E
Utilización del correo
electrónico como medio
U
OI
programar las
AM
TR
que antes era una transacción en una relación. De esta manera, la empre
M
PERO LO PARECE R
cer los requerimientos de los actuales mercados. Por ello, es tan difícil con L
23
CAPÍTULO I
N
Aunque los siguientes elementos pueden formar parte de una estrategia
E
L
de marketing relacional, de forma aislada y en sí mismos no necesaria
C
L
mente lo son. De forma sintética, se intenta aclarar los elementos que dan
E
D
lugar a mayor confusión. El marketing relacional no es:
N
C
• Marketing one to one. Pone énfasis en recursos de personalización y
U
D
adaptación (tanto de la comunicación como de los productos o servi
E
N
te a los del marketing relacional, desarrolla principalmente los proce
Ó
C
sos operativos y prácticos del marketing individualizado. Plantea un
A
Z
escenario basado en la identificación de las diferencias entre los clien
I
D
tes y en la creación para la empresa de ventajas competitivas a partir
I
A
se debe, fundamentalmente, a figuras como Don Peppers o Martha
P
Q
o compañías de servicios de comunicación, que han visto en el mar
O
N
keting one to one, una forma de evolución lógica y necesaria de sus
E
E
to one, aporta soluciones tácticas para la empresa recogidas, en su
U
N
inmensa mayoría, por el marketing directo, y carece de la suficiente
N
U
base teórica propia como para lograr distanciarse del marketing rela
L
cional. Sin embargo, es preciso reconocer su influencia sobre el CRM
A
N
y su habilidad para aproximar a la realidad de la empresa actual algu
O
I
nas de las aportaciones del marketing de relaciones.
C
E
• Marketing directo. La confusión es lógica, puesto que tradicional
R
N
que permitía una retroalimentación del proceso comunicativo, una
I
T
personalización de los mensajes basados en un conocimiento previo
E
K
de los targets y una personalización de las acciones que pueden llegar
R
24
CAPÍTULO I
tipo de programas. U
der que, sin comprender del todo las consecuencias finales, sí que N
transacciones. A
A
no único de las acciones de marketing relacional. Éstas implican la L
25
CAPÍTULO I
N
para realizar acciones de marketing directo.
E
D
referente a los públicos del marketing relacional.
N
C
• Venta relacional. El origen de la venta relacional se produce en las ges
C
U
tiones comerciales business to business. La venta relacional busca faci
D
S
litar y simplificar el proceso de compra por medio de la estandariza
Y
Ó
están teniendo gran aceptación en los mercados de consumos masivos.
I
A
Por esta razón, es conveniente centrar específicamente la diferenciación
Z
L
entre un proceso de venta relacional y el marketing relacional puro.
E
A
En el mundo empresarial se sabe a ciencia cierta que conseguir nuevos
L
A
clientes cuesta mucho y que, además, en numerosas ocasiones el beneficio
R
A
de esos nuevos clientes es casi nulo. Según un estudio realizado en 1997
P
E
en Estados Unidos por Cranfield School of Management, “Survey of
U
O
Managers in Service Businesses”, un 80 % de los empresarios piensan que
F
N
se invierten demasiados recursos en conseguir nuevos clientes, el 10 %
E
O
piensa que se invierten demasiados recursos en mantener a los clientes
V
U
actuales, y el otro 10 % piensa que los recursos están equilibrados. Las
N
N
• realizar una captación selectiva y a mejor coste, y
O
I
• reducir el número de “bajas” o clientes que abandonan.
C
E
Y es que reducir la fuga de clientes que nos abandonan en un 5 % pue
R
N
ness Review, en informática, este aumento es de un 36 %; en inmobiliarias,
I
T
supone un 41 %; en la distribución industrial, llega a un 47 %; en las tar
E
K
jetas de crédito, a un 74 % y, en depósitos bancarios, alcanza el 84 %.
R
26
CAPÍTULO I
comunicación. cliente.
Grado de
compromiso en el
Productos propios de la Productos propios de la
proceso de toma de
decisiones del cliente. empresa, competencia, empresa, competencia,
aplicaciones, aplicaciones,
Conocimiento estrategias del cliente, estrategias del cliente, IN
cliente. Conocimiento de la U
industria y de la CC
IÓ
Obtención L
mantenerlo informado, ofrecerle
L
de información, escuchar y A
27
CAPÍTULO I
LA PIRÁMIDE DE LA FIDELIZACIÓN
E
T
N
Como muestra el gráfico, éstos son los mejores clientes o clientes de alto
O
E
valor. Los esfuerzos iniciales del marketing relacional se deben centrar en
U
N
estos consumidores de alto valor (los que más consumen y, además, pres
N
U
criben el producto), pero en etapas posteriores se deben desarrollar accio
L
nes específicas sobre el resto de los consumidores, para incorporarlos al
A
I
ve para conseguir una relación a largo plazo entre el cliente y la empresa:
C
L
• Identificar y cualificar a los clientes actuales y potenciales, actualizando con
E
R
tinuamente la base de datos para almacenar información relevante que per
G
mita un aprendizaje sobre las necesidades de cada uno.
N
I
• Adaptar los programas de marketing y los productos y servicios para que se
T
E
adecuen a esas necesidades individuales específicas.
K
A
establecer un diálogo efectivo.
M
28
CAPÍTULO I
EL MARKETING RELACIONAL N
L
Las anteriores acciones no son la panacea estratégica definitiva y su apli M
29
CAPÍTULO I
Búsqueda de transacciones
Desarrollo y mantenimiento de una
puntuales.N
relación continuada con valor para las
E
L
partes.
C
U
Su marco de actuación es la empresa. Su marco de actuación es la Red (es más
D
E
una consecuencia).
S
Y
Dirigido a las masas. Personalizado. Mass customization. N
I
O
N
comprador (parte pasiva) y vendedor
A
E
Z
L
O
E
V
D
E
I
N
Necesidad de intermediarios. Comprador y vendedor acometen funciones
N
tradicionalmente desarrolladas por
U
intermediarios.
L
A
K
del N
M
intercambio económico.
I
A 30
L
Recursos y capacidades estratégicos
La función de marketing se orientados a la creación de valor y
desarrolla E satisfacción.
R
dentro de un departamento.
La función de marketing se desarrolla por
G toda la organización.
N
re el beneficio originado.
A
último extremo (no está todavía demostrado) esto puede ser una
R
O
disminuyen proporcionalmente a lo largo del desarrollo temporal N
de la relación. L
31
CAPÍTULO I
N
de moda Adolfo Domínguez tuvo graves problemas derivados de
E
L
mantener una posición de liderazgo en un determinado segmento
C
L
durante varios años.
E
Ó
• Otro aspecto interesante, pero de difícil contrastación, son los efectos
I
C
que la implantación a escala estructural interna producen las aplica
U
D
ciones relacionales. Directamente, se produce una disolución de las
E
N
integrado con un objetivo común, donde los logros y los traspiés se
Ó
C
difuminan. Por ello es preciso prever que esta nueva situación, puede
A
Z
ser el caldo de cultivo para el absentismo, la desincentivación y el fin
I
D
de la proactividad para liderar acciones y asumir responsabilidades.
I
R
A
teorización de tendencias, ya anticipó tempranamente las posibles discre
P
E
pancias sobre la aplicación universal y estandarización de los métodos
U
Q
relacionales.
O
E
ting relacional. Esta divergencia todavía es mayor si comparamos
U
N
la praxis empresarial con las propuestas académicas. Ello crea,
N
U
como luego se destacará, confusión a la hora de establecer qué
L
medidas e instrumentos deben estar incorporados a las acciones
A
N
relacionales. No existen bases conceptuales contrastadas empírica
O
I
mente sobre las posibles ventajas de establecer relaciones. Nueno
C
A
afirma: “la teoría de las relaciones ha sido llevada a la práctica con
L
E
desiguales resultados, lo que no ayuda a sustentar la idea de la crea
R
N
en que la relación se ha polarizado tanto hacia un extremo que éste
I
T
prácticamente tenía todo el poder de negociación. En otros casos,
E
K
la ruptura de estas relaciones o compromisos a largo plazo por una
R
A
de las partes lleva de una situación extrema a la otra”.
M
32
CAPÍTULO I
que sigue con más vehemencia que rigor los postulados del marke
A
en beneficio. I
O
tener presentes todas ellas y, a partir de las mismas, formarse su propio N
33
CAPÍTULO I
N
nuestras decisiones (ya tengan lugar en nuestra vida profesional o perso
E
L
nal, como clientes, o como vendedores) se mueven entre el deseo de
C
L
“actuar libremente”, sin contar con las experiencia de otros (anteponien
E
Ó
que nos otorga delegar o contrastar nuestras actuaciones con segundos o
I
C
terceros (valorando su experiencia por encima de nuestro deseo de autoa
U
E
firmación), desplazando así nuestras responsabilidades (pero no evitán
S
Y
dolas).
N
C
Este fenómeno incide con suma importancia en la creación y desarrollo
A
I
de relaciones. Delegamos la compra semanal en nuestra pareja, la realiza
L
D
mos nosotros, o se convierte en una experiencia compartida donde parte
I
de las decisiones son tomadas por uno u otro. Solicitamos a nuestra agen
A
L
cia de publicidad un nuevo eslogan para la campaña del próximo año, lo
A
A
decidimos nosotros o aceptamos la propuesta de nuestro responsable de
P
E
comunicación. Tomamos la decisión de involucrarnos en el proceso de
U
Q
selección de un nuevo puesto creado en el departamento de informática,
O
N
delegamos en un consultor de recursos humanos, lo hacemos en nuestro
E
O
director de personal o creamos un proceso compartido. Preferimos vivir
V
E
solos o decidimos hacerlo en pareja. Decidimos crear nuestra propia
U
U
juegan entre la búsqueda de la satisfacción personal desde la individuali
L
N
complicidad con los demás, ya sea por la optimización de nuestro tiempo,
O
I
por el deseo hedonista de intercambio de experiencias, por la debilidad de
C
A
carácter, por el reconocimiento de falta de información para nuestra toma
L
E
de decisiones o por simple costumbre.
R
N
El marketing relacional se esfuerza por actuar sobre los mecanismos de
I
T
construcción y toma de decisiones de las personas, respetando su indivi
E
K
dualidad, identificando la ausencia de información y las creencias no fun
R
34
CAPÍTULO I
LA DICOTOMÍA LIBERTAD/SEGURIDAD
Fuente: Elaboración propia.
presa dentro del círculo de aquellos que reconocen la valía de sus deci A
ción de la fidelidad del mismo (cuya mayor expresión puede ser la dele E
O
Desde la mayor de las introversiones a la menor de las extroversiones N
35
CAPÍTULO I
T
El cuadro adjunto refleja la diferente vinculación de un cliente a la
N
E
empresa basándose en función de la dicotomía libertad-seguridad. Vamos
I
C
a profundizar algo más en esta importante cuestión ilustrando el cuadro
L
E
con un ejemplo.
D
E
Dos clientes con diferente “cultura financiera” y motivaciones divergentes reciben una
S
Y
herencia de 100.000 euros; ambos han decidido ahorrar íntegramente dicha cantidad y por
N
diferentes motivos (entre los que se incluyen algunas conversaciones mantenidas con ami
Ó
Z
plazo y rentabilidad) consideran los fondos de inversión de renta inmobiliaria como su
I
mejor opción.
D
A
Conozcamos un poco más de Ricardo, el primero de ellos. Se trata de una persona de
L
30 años, con estudios universitarios, hábil con el ordenador y frecuente usuario de Inter A
R
A
net; es soltero y convive con una mujer con un perfil socio-económico similar al suyo, no
P
E
tiene familia a su cargo, trabaja en una agencia de publicidad como ejecutivo de cuentas,
U
practica deporte los fines de semana y comparte amistad con un círculo de amigos entre
Q
los que se incluye un perito industrial en paro, una azafata de vuelo y un auxiliar admi
F
nistrativo de una importante multinacional. Entre sus motivaciones destaca su afán por la
O
V
planificación a futuro de su vida (desea una madurez sin excesivos sobresaltos) y la crea
E
N
ción de una familia de uno o dos hijos; planea comprarse un piso dentro de unos cuantos
N
años, aunque se siente feliz viviendo en alquiler.
U
Veamos cómo es Sara, la otra persona afortunada con una herencia. Es abogada, aun
L
que trabaja como educadora en un centro de enseñanza especial para niños y tiene 42
años, N
nunca le ha preocupado “lo de los ordenadores”; en realidad tiene cierta habilidad utili I
L
ella prefiere leer un buen libro antes de navegar por la Red; está casada y tiene dos hijos;
E
R
su marido también es abogado; comparte amistad con un “selecto” grupo, algunos de ellos
I
estudios) que es broker, éste insiste en describir lo que hace cada vez que se juntan a tomar
T
un café, ella nueve la cabeza como si estuviera interesada pero, en realidad, no logra
enten E
derle, nunca le ha preocupado “eso de las finanzas”. Entre sus prioridades está su
familia, R
desea comprarse una casa en el pueblo en el que nació y que sus hijos tengan una
carrera A
36
CAPÍTULO I
universitaria; ha pensado que el dinero ahorrado le servirá para pasar una jubilación “a
la sueca” con su marido y para seguir ayudando a sus hijos cuando éstos se
independicen.
Ricardo piensa lo siguiente sobre los bancos: “... para mí lo importante es no recibir
un extracto lleno de comisiones y no soportar colas en las oficinas bancarias, no tengo
tiempo ni paciencia para pedir la vez en una fila en un sitio donde voy a ingresar dinero,
bastantes colas aguanto cada mañana en el metro y bastante espero en las salas de los
clientes de la agencia, además los gestores y operarios de los bancos siempre te
venden lo que a ellos les viene bien, prefiero informarme por mi cuenta, revisar alguna
revista, oír la radio o ver algo en Internet...; menudo invento lo de Internet, yo ya hago
algunas de mis transacciones ban carias desde mi ordenador, con otras no me queda
más remedio que ir al banco”.
Oigamos ahora a Sara hablar sobre el asunto: “... yo la verdad es que pocas veces
veo un extracto con detenimiento, a mi marido le pasa lo mismo, nos espanta tanto
número; ade más, al final no te enteras de casi nada, una vez recibí...; en mi sucursal
bancaria son muy atentos, siempre le dan algo a los niños y además son muy
profesionales, me lo demostraron cuando hicimos la hipoteca, se ocuparon de todo.
Rosa, la directora, siempre me recibe en su despacho y me informa de lo último que
tienen... vamos que estoy encantada”.
¿En qué se diferencian Ricardo y Sara en lo que respecta a su relación con el banco?
Ricardo es un desvinculado (en argot bancario), no concentra todas sus necesidades en una
mismo banco, de hecho se está planteando tomar una decisión de inversión fuera de I
su sucursal habitual. Lo que está buscando es una oferta que mejore sustancialmente la que T
zás éste le reciba si lleva el talón de los 100.000 euros y con éste en la mano será la “hora D
tabilidad posible y no confía en que su banco sea capaz de dársela, quiere disponer de C
información para negociar con el banco. Adiestrado por su desafortunada experiencia, bus Ó
cará en revistas especializadas y en Internet la mejor opción, quizás hable con algún ami
A
go que disponga de información al respecto, tal vez intente imitar sus decisiones, cree que L
la autogestión es una buena solución para disminuir las comisiones y controlar de cerca la
M
inversión, “¿por qué pagar a alguien para que haga lo que yo puedo o me siento capaz de A
hacer?”. Con todo ello está buscando disponer de una apreciada independencia de la que K
carece en otros ámbitos de su vida (obligaciones profesionales, familiares, etc.) y que ejer
E
cita en la mayoría de sus decisiones de compra; “me costó elegir un coche, pero al final la I
decisión fue la más acertada, paseé por concesionarios, me empollé unas cuantas revistas G
mucho de coches) y al final acudí al concesionario que mejor precio me hizo, el vendedor L
no hizo nada, ya sabía lo que quería, se quedó asombrado”; además, un reto de semejan C
te dimensión puede reforzar su autoestima, una decisión mal tomada por el empleado de I
la sucursal nunca se la perdonaría, pero una decisión tomada por él mismo siempre estará N
A
justificada, si es mala la baja rentabilidad se deberá a “coyunturas del mercado”, si es bue L
37
CAPÍTULO I
Sara está vinculada a su banco (éste así la considera, tiene nómina domiciliada, cole
gios, teléfono, agua, luz, VISA, 4B...). Decidió delegar en su encantadora asesora financie ra
todo “es siempre tan atenta, incluso me llama por teléfono cuando pasa algo raro”, E
T
como hemos dicho, no entiende mucho, pero cuando en la televisión escucha “tipo de inte
N
I
rés preferencial” y a continuación el presentador del telediario explica “el que los bancos
L
aplican para sus mejores clientes”, piensa que eso va con ella, que su banco le ofrece acce
L
D
der a privilegios que otros clientes no tienen. De hecho el talón de la herencia será, si cabe,
N
una base de mejora para el trato, los intereses y “todo lo demás” que el banco le ofrece.
Ó
A ningún miembro de su casa le han interesado nunca las finanzas; como muestra un
gra C
U
do de satisfacción bastante alto con el banco confía en el mismo, especialmente confía en
D
E
las personas, así las cosas, prefiere delegar en sus gestores, piensa: “¿por qué voy a des
S
confiar si siempre lo hacen todo bien, ya sé que cobran, pero no me importa si me quitan
Y
N
un problema de encima?”. De hecho su actitud es la de escuchar a su presciptor de finan
Ó
C
zas y de hacer lo que éste le aconseje: “cuando estoy enferma voy al médico y cuando quie
A
D
reconocen físicamente y como una buena cliente, cuando no tiene que esperar colas y pasa
I
F
directamente al despacho de dirección o cuando llaman por teléfono para recordarle que
L
tiene que pagar un impuesto cuyo plazo vence, todo esto y algunos otros detalles hacen que
P
piensa que lo resta de otros más importantes, como la dedicación a su familia, por ejemplo.
E
Q
Ricardo y Sara son igualmente válidos como personas y clientes para
O
N
comenzar o enriquecer relaciones avanzadas. Cada uno necesita diferentes
E
O
tratamientos, indiscutiblemente. Ésta es la base de partida de cualquier
V
E
estrategia tendente hacia el cliente: el conocimiento y respeto de sus dife
U
rencias..., quizás meses más tarde nos encontremos con una sorpresa al
N
U
identificar que tales diferencias no son tan enormes; la mayoría de los
L
N
fuente de promesas capaces de hacer mejor sus vidas.
O
A
Libertad y seguridad no viven de forma pura o se muestran como tal al
L
E
investigador de comportamientos de consumo. El peso de cada una de
R
N
los procesos de aprendizaje de los individuos o clientes, de las influencias
I
T
externas, de modas, del contexto en el que la elección se ejercita y de un
E
K
innumerable conjunto de variables tan rico como la propia esencia humana.
R
38
CAPÍTULO I
son historias del pasado, cada mujer, cada hombre en una sociedad
desa rrollada es un mundo en sí mismo (como lo es en una sociedad sin
desarrollar, aunque desafortunadamente esté más preocupado por
asuntos más tangibles que la expresión de su propia individualidad). Un
mundo al que nos podemos acercar con menor o mayor éxito, con toda
nuestra fuer za seductora para comenzar a formar una pequeña parte
de su vida, es aquí donde reside el reto del que desea relacionarse, es
así como comien za un nuevo camino para la evolución de la empresa:
en la seguridad que aporta al cliente la confianza de que la empresa
nunca interferirá en lo más íntimo de su libertad.
sión de ideas, bienestar social, etc. Se produce así una doble satisfacción: U
que da y otra que recibe o una que ofrece y otra que toma, o mejor aún, A
una que necesita algo y otra que lo tiene. Pero con ello, ¿se ha provoca I
O
do una relación? Depende de la observación que realicemos del fenómeno. N
39
CAPÍTULO I
N
la bodega donde brindan por su trato, la respuesta es sí.
E
L
El salto de lo transaccional a lo relacional no presupone que en lo tran
E
D
saccional no exista un mínimo de relación y, por el contrario, que en lo rela
N
Ó
cional no existan transacciones. El blanco y el negro reflejan y absorben
I
C
todos los colores del arco iris. La diferencia estriba en la proporción e inten
U
D
sidad en que unas y otras se dan. Si es usted una persona educada y cada
E
N
todo excepto su cara y el perfume que deja en el ascensor, ¿puede decirse que
Ó
C
mantiene una relación con ella? Si, por el contrario, acude a su casa y tiene
A
Z
en su contestador telefónico una llamada de su hija a la que no ha visto ni
I
D
conversado con ella desde que se marchó hace tres semanas acompañando a
I
una misión humanitaria a Etiopía ¿puede decir que no mantiene una relación
A
con ella? Pues bien, desde un punto de vista totalmente purista con el que
A
R
A
estamos también totalmente en desacuerdo, usted se ha realizado con su veci
P
E
na y no con su hija. Según nuestra opinión, y así lo argumentaremos a con
U
Q
tinuación, usted mantiene una relación básica con su vecina y, cuando ella
O
N
(antipática por las mañanas, como casi todos) no le saluda, se provoca una
E
E
daria, padre e hija mantienen una relación avanzada (quizás no exenta de
U
N
polémicas) y dentro de ésta también se ha producido una transacción.
N
L
Así las cosas, parece que queremos dar a entender que las transacciones
A
N
no existen o en todo caso “toman vida” dentro de las relaciones. Nada más
O
I
lejos de nuestra intención y convencimiento. Cuando observa desde su coche
C
A
una valla publicitaria que le invita a comprar un nuevo perfume, se produ
L
E
ce una transacción (de información en este caso); usted no le ha pedido a
R
nadie que le cuente nada y, sin embargo, atraído por un texto de grandes
G
N
dimensiones o por una bella fotografía, alguien (una empresa probablemen
I
T
te acompañada por su respectiva agencia de publicidad) acaba de situar una
E
K
imagen, una frase, un nombre, en su mente. Perfecto, acaba de conocer (en
R
40
CAPÍTULO I
Transacción Transacción I
Relación básica
R
Relación avanzada I
N
A
41
CAPÍTULO I
N
reccionales, y otras avanzadas, en las que el flujo de intercambios de
E
L
información es grande, en los dos sentidos. Cuando hablamos de mar
C
L
keting relacional (y se realizarán más adelante alusiones múltiples a este
E
D
concepto), nos referimos única y exclusivamente a la creación de rela
N
Ó
ciones avanzadas entre la empresa y el cliente (o clientes), y viceversa.
I
C
Transacciones y relaciones básicas están próximas y, por lo tanto, refe
U
D
renciadas en contraposición a las relaciones que sí muestran una deter
E
N
keting relacional), salvo cuando una relación básica sea el comienzo de
Ó
C
una relación avanzada, en dicho caso, serán relevantes para su análisis,
A
Z
ciertamente importantes. Es preciso recordar que en los procesos de rela
I
D
ción (y en la aplicación del marketing relacional) uno de los factores cla
I
R
A
(piense en su pareja, en un amigo o en una empresa con la que mantie
P
E
ne relaciones avanzadas). Superar la barrera inicial (“romper el hielo” en
U
Q
términos coloquiales) supone una maniobra en la que se entremezclan
O
N
imaginación y técnica. El pretexto comunicativo (no confundir con con
E
E
informarle más detenidamente sobre el producto”), la información bási
U
N
ca aportada en los primeros contactos (“me dijo que estaba interesado
N
U
en un Omega clásico... tenemos una nueva colección”), el canal utiliza
L
do (“perdone que le llame a su teléfono móvil”) y la propia codificación
A
N
del mensaje o presentación del mismo (“No abra esta carta, si ahora no
O
I
tiene tiempo”) desempeñan un papel fundamental. Déjese siempre un “as
C
A
en la manga” que le permita que su cliente le acabe abriendo su puerta o
L
E
le coja el teléfono, aplique al marketing las premisas básicas de cualquier
R
N
antes de intentar comenzar una relación.
I
K
A continuación, se detallan las principales características que identifi
R
A
can un contexto de relación avanzada.
M
42
CAPÍTULO I
}
• Retroalimentación del sistema:
Bidireccionales
Estímulo - Respuesta Respuesta -
Estímulo
• Frecuencia y calidad de contactos: Comunicación verbal, gestual, escrita, visual...
Compras, asistencia, contratación...
Respuestas a promociones, incentivos,
eventos...
Interacción con la empresa, sala de ventas,
producto, servicio...
TR
OD
U
CC
IÓ
1 Suministrador 1 N
Suministrado
1 Suministrado 1 Suministrador
1 Suministrador n Suministradores
A
1 Suministrado n Suministradores L
Redes relacionales K
n Suministradores n Suministrados
C
n Suministrados n Suministradores O
43
CAPÍTULO I
La relación sencilla supone un sistema en el que intervienen
únicamen te dos individuos que logran mantener una relación avanzada.
Son ejem plo de este tipo de relaciones: la mayoría de las relaciones
personales y profesionales (entre marido y mujer, jefe y empleado,
profesor y alumno, amiga y amigo, etc.) o las que se establecen entre
una empresa y un clien te a través de un interlocutor único (ejecutivo de
cuenta y jefe de marke ting, jefe de ventas y jefe de compras,
responsable de área y director de tienda, etc.).
E
N
En un sistema de relaciones complejas varios actores (en los cuadros
E
L
anteriores están identificados como suministradores o suministrado, en
C
L
función del sentido del intercambio), se relacionan con un único suminis
E
D
trado o suministrador (ya sean de información, productos, ideas, etc.) y
N
Ó
viceversa. No se establecen relaciones, a su vez, entre los actores situados
I
C
en uno de los lados del intercambio (en los cuadros se han representado a
U
D
la derecha). Son ejemplo de relaciones complejas las mantenidas por un
E
N
nativos (selección de una compañía consultora por parte del director gene
Ó
C
ral de una empresa, propietario que decide contratar diferentes compañías
A
Z
inmobiliarias para la venta de su piso), la relación mantenida por el direc
I
D
tor de una empresa con sus diferentes clientes, la establecida por un mari
I
do o una mujer infiel, las generadas por una persona con diferentes ami
A
gos que no se conocen entre sí, etc. Se caracterizan porque el actor único
A
A
(a la izquierda de los cuadros) recibe informaciones múltiples que no sue
P
E
le compartir con los actores múltiples; los actores múltiples, a su vez, se
U
Q
desconocen entre sí, no pueden, no deben o no quieren mantener relacio
O
F
N
nes. El juego de la relación, en este caso, exige condicionantes para evitar
E
E
aglutina la mayor parte de información en el sistema); de no existir dichos
U
N
limitadores de relación estaríamos ante el tercero de los casos.
N
L
Las redes relacionales incluyen sistemas de relaciones sencillos, comple
A
N
jos y dentro de las mismas transacciones (el cuadro de redes relacionales
O
I
intenta representar, como si de una instantánea se tratase, las relaciones y
C
A
transacciones de un grupo de actores). Se diferencian de las anteriores por
L
E
el complejo entramado de la malla, en la que cada uno de los actores pue
R
N
ciones entre sí. Cualquier organización o empresa puede ser representada
I
T
mediante un diagrama de redes relacionales (en el capítulo próximo el lec
E
K
tor puede encontrar un desarrollo más amplio de las redes, así como un
R
44
CAPÍTULO I
Transacciones iniciales
Son aquellas que se establecen en las fases previas a la relación;
suelen basarse en prejuicios (imagen sobre marca, empresa o persona,
reputación, asociación con competidores, publicidad, información
aportada por otros consumidores, etc.) y en la propia interacción con la
empresa o con los I
bombones... E
Son aquellas que, dándose dentro de la relación avanzada (una vez que A
T
correspondencia; la puesta en marcha de una campaña de telemarketing
N
I
para información sobre un nuevo producto sobre una base de datos
L
D
campañas anteriores no habíamos podido contactar; un e-mailing pre
N
Ó
sentando un nuevo instrumental para odontólogos dirigido a podó
I
C
logos...
U
Y
Transacciones por saturación o apatía
N
C
Son aquellas que se originan por exceso de oferta informativa, promocio
A
I
nal o comercial, por desactivación transitoria de los mecanismos de rela
L
D
ción, por cambios en el contexto relacional, o por simple apatía o desidia
I
A
mo del receptor, quien opta por no descodificar los mensajes o no ofrecer
P
E
una respuesta a los mismos.
U
N
Puede que un manifiesto interés inicial por la relación se convierta en
E
E
ciones obedece a estímulos (necesidades, hábitos de consumo, políticas de
U
N
empresa, intereses económicos, amistosos, informativos, de promoción
N
U
profesional,...) difícilmente ponderables. Despertar nuevamente el interés
L
por la relación es tan importante como crearla desde cero, pudiendo
A
N
requerir incluso un mayor esfuerzo. Descubrir cuáles son los frenos o difi
O
I
cultades que entorpecen las relaciones, los contextos que resultan propi
C
A
cios para que las mismas funcionen, variar los canales, las pautas de
L
E
comunicación, la persona o personas encargadas de mantener dicha rela
R
N
son acciones que suponen un derroche de creatividad y paciencia. Descu
I
T
brir los mecanismos que pueden romper estas situaciones e incorporarlos
E
K
a nuestros procesos relacionales va a generar, sin lugar a dudas, un impor
R
A
tante valor para el proveedor y el cliente.
M
46
CAPÍTULO I
Falsas transacciones I
Son aquellas que nacen de forma unidireccional, pero poseen una carga de T
ción (son tenidas en cuenta por el emisor, el receptor o por ambas partes).
M
puestas, ya para la elección del canal o, incluso, para la selección del emi T
interpersonales).
R
47
CAPÍTULO I
T
bir respuesta (lo que creíamos que podía ser una transacción por inade
N
I
cuación ha resultado una falsa transacción). La inclusión de un nuevo eje
L
D
agencia de publicidad, tras haber informado al director de nuestros planes
N
Ó
de diversificación y lanzamiento de productos farmacéuticos.
I
E
Transacciones finales
S
N
Son aquellas que anuncian la finalización de la relación avanzada. La
Ó
C
duración de las relaciones es indefinida. Suelen surgir con la necesidad de
A
I
llevar a cabo un proyecto común (la construcción de una casa, la deco
L
D
ración y habilitación de una oficina, la realización de un reportaje sobre
I
A
de necesidades varía (se prefiere invertir el tiempo o el dinero en otros
P
E
proyectos, personas, empresas, actividades), las partes entienden que es
U
Q
imposible seguir juntas (diferencias, enfrentamientos, visiones alejadas
O
N
sobre los objetivos, falta de flexibilidad en la negociación, desconfianza,
E
O
etcétera), varía el contexto (mejor tecnología de un competidor, lejanía
V
E
física, mejores garantías, está más de moda, etc.), o simplemente “las
U
N
cosas ya no son igual que antes” (cansancio, hastío, falta de motivación,
N
U
pérdida de interés, repetición de transacciones de apatía, saturación o
L
A
inadecuación, etc.).
N
I
La finalización de las relaciones puede surgir de una última relación en
C
A
la que las partes entienden explícita o implícitamente que dicha relación
L
E
ha finalizado. Sin embargo, suele ser a menudo un momento “traumático”
R
N
entiende que dicha relación ha finalizado, prefiriendo no transmitir clara
I
T
y abiertamente dicha situación a la otra, o bien la más interesada se niega
E
K
o resiste a aceptar que dicha relación ha finalizado o puede finalizar. Se
R
48
CAPÍTULO I
nicas de una de sus máquinas, tras haber sido anunciada en prensa la com O
proveedor. C
A
N
50
CAPÍTULO II
LOS PÚBLICOS DEL MARKETING
RELACIONAL
2.1. CONCEPTO DE PÚBLICOS
B2B, lo que consideran que debe ser un compendio de acciones para rela S
cionarse de forma directa con el canal de distribución. Sobra decir por qué
D
ciona hasta treinta públicos diferentes sobre los que considera conveniente I
53
CAPÍTULO II
T
Centrándonos ya en autores más pragmáticos, encontramos a Gordon
N
E
(1999), quien considera necesarias las acciones relacionales sobre cinco pú
I
C
blicos diferentes: instituciones financieras, canal de distribución, emplea
L
D
dos, proveedores y partners. Desde luego, sería poco pragmático plantear
N
una acotación cerrada sobre los públicos que debe comprender una acción
Ó
C
relacional.
C
S
Desde un punto de vista operativo, el autor que más concreta un proce
Y
dimiento para identificar y relacionar bajo estrategias relacionales los dife
N
Ó
rentes públicos, es McDonald y otros (2001). Los seis públicos sobre los
I
A
que propone centrar acciones (consumidores actuales y potenciales, pro
Z
L
veedores, público interno, mercado de referencia, de influencia, y de selec
E
I
ción de personal) son bastante ajustados a lo que debería ser una estrate
F
A
gia realista de aplicación integrada de las tareas relacionales en una
L
A
empresa de mediano tamaño. Su verdadera aportación es la propuesta de
R
P
un método que representa gráficamente los distintos niveles de relación
E
U
entre los públicos expuestos anteriormente, tal y como muestra el gráfico
Q
O
(véase página siguiente).
F
O
A partir de la determinación de unos valores homogéneos que cuantifi
V
U
bal relacional en un periodo de tiempo concreto. Sin embargo, el modelo
L
adolece de los típicos problemas de las representaciones promovidas
des A
N
de un punto de vista teórico.
O
A
En la práctica, resultará bastante complejo determinar, de una forma
L
E
objetiva y homogénea, el valor específico de la relación con los distintos
R
N
valor no puede estar compuesto solamente por una variable; ya sabemos
I
T
que la estrategia relacional es una acción compleja y funcionalmente mul
E
K
tidimensional, y, en la práctica, concretar ese valor precisaría de una alta
R
A
coherencia y conocimiento sobre las acciones desarrolladas.
M
54
CAPÍTULO II
específico. I
anteriormente identificados. E
campo de acción de las acciones relacionales sobre públicos en los que será E
propuestos. Sin embargo, para la mayor parte de las empresas será necesa N
55
CAPÍTULO II
T
• Estudiantes no licenciados procedentes de otras universidades.
N
E
Mercado interno:
I
• Profesores.
C
E
• Becarios.
D
• Personal administrativo.
N
Ó
• Profesores invitados y conferenciantes.
I
C
• Staff y equipo gestor.
C
U
• Personal de servicios.
D
E
Mercado de referencia:
S
• Universidades extranjeras.
Y
N
• Universidades públicas y privadas con titulaciones no competidoras.
Ó
C
• Consultores en materia de educación.
• Investigadores.
A
L
• Empresas.
E
D
Proveedores:
I
A
• Contratas.
L
• Consultores.
A
• Constructoras.
P
E
• Auditoras.
U
Q
• Editoriales.
O
F
Mercado de recursos humanos:
N
• Agencias de empleo.
O
U
• Antiguos alumnos.
N
• Antiguos empleados.
N
U
• Mercado de promoción interna.
L
• Foros científicos y académicos.
Mercado de influencia:
A
O
• Instituciones educativas secundarias.
I
C
• Prensa especializada en educación.
A
• Mass media.
L
• Consejo de universidades.
E
R
• Competidores públicos y privados.
G
• Ministerio de Educación.
T
• Autoridades locales.
E
K
• Analistas bursátiles.
R
56
CAPÍTULO II
valor de forma conjunta, centrando las acciones más allá de la mera ven I
taja competitiva directa con relación a con otros fabricantes, o con otros N
57
CAPÍTULO II
T
b) Fomentar una orientación a largo plazo y resistirse a la tentativa de
N
I
un horizonte temporal más corto.
L
L
c) Actuar bajo la creencia de que sus socios no lo harán de forma
E
oportunista.
N
C
Casquet et alii. (2001) sintetizan las principales aportaciones sobre las
U
D
citadas relaciones. Anderson y Weitz (1992), en lo que se refiere a las ven
E
N
las siguientes:
Ó
Z
• Ventajas de la cooperación para los fabricantes:
I
I
— Mayor acceso a la información de mercado.
F
A
— Mayor asistencia por parte del intermediario en el lanzamiento de nue
L
A
vos productos.
R
A
— Menor interés del distribuidor o agente a promocionar marcas competi
P
E
tivas.
U
Q
— Mayor disposición de los intermediarios a llevar a cabo actividades de
O
N
las que sólo se consiguen rendimientos a largo plazo, o a responder a
E
N
• Ventajas para los intermediarios:
N
A
— Posibilidad de diferenciarse de otros distribuidores.
N
O
— Mayor apoyo por parte de los fabricantes.
I
A
Las relaciones con el canal tienden a ser descritas como alianzas. Sin
L
E
embargo, una visión más acertada será la que desde un punto de vista
R
práctico las describa como relaciones. ¿Cómo se pueden crear estas rela
G
N
ciones? Éstas pueden ser tan variadas como la multiplicidad de canales
I
T
existentes en los actuales mercados. Gordon (1998) concreta diferentes
E
K
elementos de las relaciones que pueden ser considerados de una forma
R
A
genérica:
M
58
CAPÍTULO II
consumidores finales. M
59
CAPÍTULO II
L
• Aceptar la importancia de las aportaciones del canal de distribución
C
L
como una fuente continua de innovación. No reconocerlo puede
E
D
suponer transformar el canal en un muro opaco que no permite acce
N
Ó
der fluidamente a las valiosas sinergias informativas generadas entre
I
C
los consumidores y la empresa.
U
N
aplicación del proceso relacional.
Ó
Z
• Redireccionar los canales de distribución siguiendo la evolución con
I
D
tinuada del mercado de los consumidores.
I
A
ésta puede ser una de las mayores aportaciones de consolidar rela
P
E
ciones con el canal. Los actuales mercados permiten una escasa dife
U
Q
renciación de aspectos tangibles relacionados con el producto. En
O
N
este entorno, aspectos de servicio relacionados con el producto y ges
E
E
por parte del canal pueden proporcionar mayor satisfacción al con
U
N
sumidor que el propio producto en sí. Podemos encontrar numero
N
U
sos ejemplos: garantías, servicios financieros, servicio postventa,
L
devolución del producto... Será preciso tener un conocimiento deta
A
N
llado de qué elemento de servicio puede otorgarnos realmente una
O
I
ventaja diferencial. A partir de este análisis, será preciso determinar
C
A
qué elementos del canal de distribución estarán más dotados para
L
E
desarrollar dichas acciones. Para ello, no basta con los procedimien
R
N
este contexto. Un análisis detallado de los diferentes flujos de infor
I
T
mación obtenidos en el proceso de relaciones nos dará las directrices
E
K
para integrar el canal de distribución en el desarrollo de elementos
R
A
diferenciales.
M
60
CAPÍTULO II
Este público resulta novedoso por la escasa aplicación práctica que las
empresas españolas otorgan actualmente a la posibilidad de crear valor
añadido en las estrategias relacionales por medio de considerar a los
empleados de una compañía como un objetivo. Así, se realizarán
acciones de tipo relacional de un modo similar al que se llevan a cabo
habitual mente con los consumidores finales. Sin embargo, la mayor
parte de la literatura y de los desarrollos prácticos recopilados en las
empresas que L
Esta homogenización de las estrategias hace viable que una visión más I
61
CAPÍTULO II
T
facilitar un verdadero proceso de realimentación para la correcta asimila
N
I
ción de los conocimientos requeridos para una estrategia relacional, que
L
D
traumática.
N
C
Sintetizando cuáles deben ser los elementos mínimos para integrar a los
C
U
empleados y público interno dentro de una estrategia relacional, se debe
D
S
rán desarrollar los siguientes elementos:
Y
Ó
• Determinar quiénes serán los empleados con una implicación funda
I
A
mental en la estrategia relacional y cuál será el nivel de conocimien
Z
L
tos necesarios para aportar el valor requerido deseado. Aunque se
E
I
afirma que la estrategia relacional debe estar integrada en el conjun
F
A
to de la empresa, en la práctica, y por razones operativas, es preciso
L
A
comenzar la aplicación en aquellos elementos humanos que están en
R
P
situación de otorgar un mayor valor. Esto puede producir un efecto
E
U
mimético, que facilite un posterior proceso de integración generali
Q
O
zado.
F
O
• Establecer los procedimientos formativos adecuados para lograr el
V
E
nivel de habilidad requerido. Este elemento es trascendental; fre
U
U
rios largos, aburridos y poco realistas, cuya escasa flexibilidad apor
L
N
cuando finaliza, presenta un escenario demasiado obvio para pro
O
A
necesario establecer procedimientos de comunicación absolutamente
L
E
bidireccionales en tiempo real (Internet e Intranet facilitan extraordi
R
N
puntos débiles de aplicación interna de las acciones relacionales.
I
K
• En este momento, tiene validez el popular refrán “el movimiento se
R
62
CAPÍTULO II
Esta consideración es vital en los actuales mercados, donde los pequeños matices
inhe rentes a la prestación de servicios asociados al producto serán los que nos
otorguen una ventaja diferencial. Imaginemos que un joven de 17 años acude con su
familia a una uni versidad privada para realizar estudios universitarios de tipo técnico,
debido a que la ense ñanza pública parece que no cuenta con una dotación de recursos
y laboratorios suficien te como para ser considerada una posible opción. Las
universidades privadas laicas, debido a su relativa juventud, no gozan de una imagen ni
posicionamiento diferenciado que per mita a los potenciales clientes tomar una decisión
basada en distintos aspectos intangibles generados por políticas de marketing
consolidadas. En este contexto, y, dado que el factor de elección no se puede simplificar
al precio (el precio por crédito es prácticamente similar en el conjunto de universidades
privadas), el factor de decisión final vendrá condicionado por factores aparentemente
inexplicables e incontrolables para los responsables de marke ting de la universidad
elegida-no elegida. Esta afirmación no sería cierta bajo los condi cionantes de una
estrategia relacional.
Veamos cómo: el núcleo familiar del alumno contactó allá por el mes de mayo con un
eficaz departamento de relaciones externas cuyo front office es un recientemente inaugu
L
automatización de los procesos, ahorro de costes y, sobre todo, por el control de la infor P
mación que proporciona. El alumno, primero contactó por Internet, para comprobar la B
domicilio una amplia, lujosa y atrayente información sobre la universidad requerida. Pos D
teriormente, se le envió una invitación personalizada para que el alumno y su familia visi L
la realización de las pruebas de preadmisión sin coste alguno. Además, se hizo un segui A
miento telefónico para confirmar la asistencia del alumno. La familia estaba realmente K
impresionada por las acciones que, además, coincidieron en el tiempo con una notoria T
mente por las amplias y acondicionadas instalaciones del campus universitario. Lamenta L
ción del padre de familia sobre a cuál de los siete edificios debía dirigirse (quizás porque N
éste conducía un modesto utilitario alquilado al tener que haber dejado su flamante berli L
63
CAPÍTULO II
N
lo cual pidió ciertas garantías de finalizar dentro de los tiempos límites. No importa, pen
E
só la familia, aprovecharemos las horas de espera para conocer las instalaciones y quizás
L
L
charlar con algún profesor. Por desgracia, cuando se localizaron los despachos de la facul
E
D
tad requerida, ya era la una y media de la tarde. Preguntando a un conserje si había algún
Ó
profesor disponible para realizar aclaraciones acerca de los planes de estudio, éste contes
I
tó: “No creo, tenemos el aire acondicionado roto y con este calor se habrán ido todos segu
C
rentes despachos...”.
S
N
La entrevista vespertina comienza con 20 minutos de retraso, porque la responsable ha
Ó
C
encontrado un monumental atasco. A pesar de haber estado esperando más de media hora
A
Z
en un pasillo, y haberse cruzado con numerosas personas, nadie les ha preguntado si se les
I
E
podía prestar algún tipo de ayuda.
D
La prueba se realiza a tiempo, pero la responsable cree que será necesario volver para
A
confirmar resultados, quizás en otras dos ocasiones (pero no está muy segura de esto).
Al A
A
recoger el vehículo, para salir con el tiempo justo hacia el aeropuerto, lo encuentran con
P
una ostentosa pegatina en el parabrisas, que, además de recordarles que han aparcado
en E
Q
un lugar indebido (no han encontrado otro y llegaban tarde a la entrevista) hace práctica
O
mente imposible conducir sin riesgos. Mientras esperan para embarcar, el padre de familia
F
comunica por móvil a su secretaria que confirme una visita a la universidad de los curas
O
que parecía, en principio, tan poco recomendable por las escasas ideas religiosas de la fa
V
milia.
U
N
N
U
Este ejemplo real ilustra la terrible importancia de identificar y formar
L
adecuadamente a los distintos públicos internos para hacerlos partícipes
A
N
de nuestras estrategias relacionales. Uno de estos públicos, sobre los que
O
I
frecuentemente no se presta mucha atención, es el compuesto por propie
C
A
tarios y accionistas. Por supuesto que ellos serán los últimos responsables
L
E
de la aprobación de todos los procesos relacionales y, quizás por esa
R
N
res, centrados generalmente en consolidar un beneficio a corto plazo, el
I
T
coste económico y los largos plazos necesarios para implantar esta filoso
E
K
fía les puede convertir en una barrera infranqueable. Desarrollar unos pro
R
64
CAPÍTULO II
El conocido problema de las “vacas locas” comenzó a principios de los años noventa L
en el Reino Unido, un mercado con enormes diferencias con respecto al español en cuan M
to a la estructura de su distribución minorista. Resulta difícil explicar por qué allí la com
R
alto. Entre los efectos sorprendentes cabe destacar que sus marcas de distribución (luego N
hasta el 80 %, y su precio puede ser incluso superior al de la marca líder del fabricante. E
proveedores. C
En plena polémica por el problema de salud de las “vacas locas”, TESCO consiguió N
canalizar durante bastante tiempo el total de ventas de ganado vacuno en el mercado bri L
65
CAPÍTULO II
N
necesidades específicas de los consumidores de TESCO.
E
D
Para los granjeros supuso, en su día, vender con un menor beneficio, dejar de trabajar
Ó
con otros proveedores y eliminar la producción de carne de cerdo. Para TESCO supuso un
I
mayor coste de producto, por los costes de desarrollo del proyecto, además de por la eli
C
minación de competencia entre proveedores. El resultado era una mayor calidad demos
D
E
S
trable de forma inmediata. Ningún minorista pudo garantizar que el 100 % de la carne
vendida estaba alimentada con pastos naturales, como así demostraron posteriormente los
N
Ó
análisis del Ministerio de Sanidad. TESCO lo garantizó notarialmente y, además de ganar
I
A
toda la cuota de mercado, su imagen como minorista de elevada calidad quedó tremenda
Z
mente reforzada.
L
A
acciones relacionales con los proveedores es la mutua desconfianza entre
P
E
ambas partes, ya que se exigen inversiones y acuerdos que alejan a las
U
Q
empresas participantes de la dinámica del descenso de precios originada
O
N
por la competencia vertical entre los distintos proveedores. La peculiar
E
E
nerables a este condicionante. Resulta difícil convencer al jefe de compras
U
N
de una empresa de construcción singular sobre la conveniencia de fomen
N
U
tar acuerdos consolidados con un único proveedor de vidrio, argumentan
N
ahorros logísticos, y de la mejora de calidad en los procesos. Éste, segura
O
I
mente, argumentará que siempre son necesarios al menos dos presupues
C
A
tos diferentes para conocer quién está suministrando el producto más
L
E
barato. Probablemente sea la implicación en la cuenta final de resultados
R
toda la gestión económica con los proveedores lo que hace tan complejo
G
N
promover estrategias como las que a continuación se plantean. Un análi
I
T
sis riguroso e imaginativo del desarrollo mutuo de beneficios será la solu
E
K
ción para olvidar los condicionantes económicos. Una propuesta de re
R
A
lación puede tener los siguientes elementos:
M
66
CAPÍTULO II
minos económicos.
D
67
CAPÍTULO II
T
ticas en las estructuras internas de ambos elementos, pero es un
N
I
paso necesario para crear el marco estructural adecuado que per
L
D
oportunidades de expansión y desarrollo creadas. No sólo se habla
N
Ó
de crear valor, sino también de favorecer el clima de creación de
I
C
un futuro valor. Pensemos en los procesos de expansión multina
U
D
cional de las empresas minoristas españolas en Hispanoamérica.
E
N
sos para los pequeños fabricantes (no poseen estructuras que per
Ó
C
mitan la exportación). Participar en los costes del proceso de desa
A
Z
rrollo del minorista en esos mercados es una forma asequible y
I
D
garantizadora de éxito al incorporar estrategias anteriormente
I
irrealizables.
A
R
• El proceso relacional conllevará inherentemente conflictos. Esta
A
Q
fluida permita una dinámica de resolución de los inconvenientes
O
F
generados, es el broche final para continuar avanzando en los
N
L
2.5. LOS PARTNERS O COLABORADORES
A
I
En los últimos años, las empresas han comenzado a desarrollar una flexi
C
A
ble e imaginativa política de acuerdos de colaboración que, aunque en su
L
E
origen no responde a planteamientos estrictamente relacionales, sus iner
R
N
directamente en la consideración de una empresa colaboradora como pú
I
T
blico objetivo de la estrategia relacional. La principal diferencia de estos
E
K
acuerdos de colaboración (partnership) con las relaciones desarrolladas
R
68
CAPÍTULO II
PROVEEDOR
➩
GESTIÓN DE
CATEGORÍAS
➩
CLIENTE S
sas y a las que previamente no unía ningún tipo de relación a las ante T
riormente descritas. G
69