D.1.1. Fundamentos Del Proyecto
D.1.1. Fundamentos Del Proyecto
D.1.1. Fundamentos Del Proyecto
PROFESORA:
Mª Carmen González Cruz
Contenidos del bloque D.1.1. FUNDAMENTOS DEL PROYECTO
1.1.1. OBJETIVOS
1.1.2. INTRODUCCIÓN
1.11. BIBLIOGRAFÍA
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D.1.1 - FUNDAMENTOS DEL PROYECTO
1.1.1. OBJETIVOS
Resulta fundamental conocer en profundidad los conceptos asociados al proyecto, así como
sus aspectos fundamentales, para poder abordar el estudio posterior de la disciplina del
Project Management, que involucra los procesos, áreas, metodologías y métodos para la
dirección y gestión del proyecto.
1.1.2. INTRODUCCIÓN
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Nobel norteamericano uno de los culpables de ello, pero no sólo él. Durante los últimos
veinte años, multitud de autores han investigado, opinado, emitido hipótesis desde diversas
disciplinas sobre el carácter de lo artificial. Y lo artificial sigue reclamando, como entonces,
su ciencia propia porque el ser humano es, sobre todo y ante todo, un creador de lo artificial.
En este contexto es donde tiene sentido la Ciencia del Diseño (o Ciencia del Proyecto).
Nos esforzamos en describir cómo es el proceso mediante el cual el ser humano crea. Y
dentro de todas las posibilidades de creación, trabajamos en cómo se crea en tecnología.
Investigamos cómo crea el ingeniero, cómo resuelve problemas, cómo proyecta. Frente a
cómo son las cosas, desarrollamos cómo podrían ser. Y estudiar el proceso de creación tiene
un objetivo último, escondido pero poderoso. Si fuéramos capaces de describir ese proceso
hasta el más mínimo detalle, de caracterizar totalmente qué actividades constituyen el
proyectar, el diseñar y el resolver los problemas tecnológicos y, además, dispusiéramos de
la tecnología adecuada, un ente no humano sería capaz de crear, de resolver problemas
tecnológicos como los humanos. Naturalmente, esto es una utopía. Las utopías, a diferencia
de los proyectos, no son realizables. Eso todo el mundo sabe. Pero las utopías han hecho
moverse a la humanidad desde hace veinte mil años.
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Conceptualmente, el proyecto se enmarca en el ámbito de las aplicaciones, pues no tiene
razón de ser idear cosas o definir soluciones que no conduzcan a una realidad –física u
organizativa- que cubra unas determinadas necesidades.
Todos estos estadios proyectuales –las aplicaciones, los métodos y las metodologías-
conforman un campo de conocimientos rico y variado al que puede denominarse ciencia por
cuanto es posible estructurarlo como un cuerpo de doctrinas metódicamente ordenado, que
constituye un ramo particular de los conocimientos humanos.
Esta ciencia puede estudiarse en niveles o estadios de mayor abstracción para intentar
inducir un sistema de leyes a partir de la observación de los fenómenos encerrados en el
campo de conocimientos del proyecto, de modo que estas leyes sirvan para relacionar y
explicar dichos fenómenos. Este nivel de abstracción es el de la teoría, con el que se
completa la pirámide de la ciencia del proyecto (figura 1).
Una teoría deberá ser útil a todos los proyectos, permitiendo relacionar y explicar cualquier
fenómeno. Una metodología podrá utilizarse como soporte o guía para facilitar la resolución
de un conjunto homogéneo de proyectos. Un método podrá emplearse, en general, en
determinadas partes de proyectos que tengan características similares. Una aplicación será el
mecanismo de obtención de una respuesta a un problema específico de un proyecto.
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Figura 1. Diferentes niveles de abstracción en la ciencia de proyectos.
Por otra parte, el proyecto se ha considerado siempre como la culminación del trabajo de los
profesionales, que puesto en juego los conocimientos de las diferentes disciplinas implícitas
en el mismo, desarrollan el conjunto de documentos necesarios para definir los elementos,
las actividades y trabajos necesarios para que el sistema proyectado sea una realidad.
Este planteamiento ha dado lugar a que tradicionalmente se haya definido el proyecto desde
el punto de vista documental y que se entienda que todo proyecto debe constar de: Memoria,
Planos, Pliego de Condiciones y Presupuesto.
La realidad es que el proyecto es mucho más que eso. Proyectar implica estudiar
alternativas, y decidir cuál es la más conveniente. Para ello es necesario realizar estudios
económicos, estudios técnicos, analizar los condicionantes y restricciones del entorno, y con
todo ellos, determinar cuál es la solución más adecuada al problema que origina el proyecto.
Es por ello que los profesionales que se dedican a trabajar en proyectos, reciben una
formación muy extensa y exigente en muchas materias, de modo que a lo largo de su
formación académica adquieren conocimientos básicos y aplicados. Además, dado el
carácter multidisciplinar del proyecto, es un equipo de proyectos quienes integran sus
conocimientos, habilidades y destrezas durante el proceso de desarrollo del proyecto, en la
búsqueda de las soluciones que satisfacen la necesidad social o particular del promotor del
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proyecto. Los responsables de integrar, coordinar y organizar esos conocimientos y
esfuerzos, deben estar preparados para desarrollar sus competencias profesionales en el
ámbito de la dirección y la gestión, en este caso, de los proyectos de que son responsables.
Existen muchas definiciones del proyecto derivadas de la concepción que del mismo tienen
sus autores. Aún descartando las acepciones del diccionario que no se refieren al concepto
de proyectar que deseamos acotar, el significado que se da al proyecto varía desde el de
aquéllos que lo circunscriben al conjunto de documentos que definen una obra (es el caso
del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española y del Instituto de Ingenieros
Civiles de España) hasta el de los que lo contemplan como la ciencia de creación de lo
artificial (H.A. Simon). Entre ambas concepciones hay una infinitud de definiciones, muchas
de ellas basadas en las tipologías de proyectos en las que cada autor se ha ido
especializando (productos, edificación, agricultura, comunicaciones, electrónica,
informática...). A nuestro entender, unas son más acertadas que otras aunque, en general, la
mayoría ayuda a comprender el concepto de proyecto.
Conjunto de documentos que definen una obra de tal manera que un Instituto de
Ingenieros
facultativo distinto del autor pueda dirigir, con arreglo a los mismos, las Civiles de
obras o trabajos correspondientes. España
Plan para alcanzar el objetivo, que elaborado en forma racional, concreta las
acciones a realizar, el orden y el momento de ejecución y los recursos que son
necesarios para llevarlos a cabo.
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En el ámbito tecnológico, el concepto de proyecto puede adquirir diferentes significados
dependiendo del momento de referencia respecto a la vida del proyecto, encontrándose
diferentes definiciones para los distintos periodos y etapas del ciclo de vida del mismo. Así,
en la fase de diseño preliminar, se considera el proyecto como la idea, cuya factibilidad y
viabilidad deben ser estudiadas para dar respuesta a un determinado problema. En la fase de
diseño de detalle, el proyecto es la definición de la solución adoptada.
Otro enfoque más actual del término proyecto, considera que éste incluye, además de la fase
anterior de diseño y definición, la ejecución, la puesta en marcha y la explotación del objeto
proyectado, abarcando todo el ciclo de vida del proyecto. Las tareas de gestión relacionadas
con la ejecución, control y puesta en explotación del sistema objeto del proyecto,
corresponden a lo que se denomina dirección y gestión del proyecto, equivalente al término
Project Management, también conocido como dirección integrada del proyecto (Heredia,
1999).
Algunas de las definiciones más utilizadas, y que abarcan los campos del Engineering
Design y del Project Management, pueden verse en la figura 3 y figura 4, respectivamente.
Roozenburg
El diseñar es concebir la idea de algún artefacto o sistema y/o expresar la y Eekels
idea en una forma corpórea. (1.995)
Figura 3. Definiciones de proyecto desde el ámbito del Diseño en Ingeniería (Engineering Design).
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Un proyecto de ingeniería se establece para resolver un problema o De Cos y Trueba
transformar la realidad. Se basa en la ingeniería para aplicar técnicas y (1.995)
utilizar recursos y requiere de inversión de capital cuyo fin es crear una
fuente de la que se derivan bienes y servicios. Incluye la materialización
de las inversiones necesarias y la organización de las actividades y es
susceptible de evaluación desde puntos de vista técnicos, económicos,
sociales y ambientales.
Figura 4. Definiciones de proyecto desde el ámbito de la Dirección y gestión del Proyecto (Project
Management).
Por ello, existen definiciones del proyecto enfocadas a diversas profesiones, y acepciones,
específicas del ámbito del proyecto en el que se desenvuelve el autor de la definición, si
bien, los conceptos teóricos y metodológicos son comunes a todos ellos. En esta unidad se
explican los aspectos fundamentales implícitos en cualquier proyecto, los cuales constituyen
una estructura teórica general que permite integrar las diferentes percepciones del concepto
de proyecto.
Proyectos vs Operaciones
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Conviene tener clara la diferencia entre el concepto de trabajo de operaciones frente al
trabajo de proyectos.
El proyecto termina:
Productos tangibles.
Servicios.
Por el contrario, las operaciones son continuas y repetitivas, sin una fecha de finalización, y
donde frecuentemente se repite el mismo proceso y se producen los mismos resultados.
Siguiendo con el ejemplo del párrafo anterior, la producción en cadena del nuevo modelo de
coche, será una operación –un proceso repetitivo- en el que se producirán coches de ese
modelo.
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equipo de proyectos. Estos miembros del equipo definirán los requisitos, alcances, etc, para
el proyecto.
Para distinguir la diferencia entre proyecto y operación, podemos utilizar algunos ejemplos:
construir una ampliación de un chalet (proyecto); archivar libros en una biblioteca
(operación); realizar dos auditorías semanales en una planta (operación); preparar una
entrevista (proyecto); mantener una línea de ensamblaje en una fábrica (operación); o
implantar un nuevo sistema lean en dicha fábrica en seis meses para mejorar
considerablemente su productividad (proyecto).
Desde la Teoría de las Dimensiones del Proyecto, que desarrollamos en los siguientes
capítulos, puede adoptarse –al menos, en una primera aproximación- como definición de
esta ciencia de creación de lo artificial la siguiente:
Todo problema lleva asociado un proyecto que lo resuelve mediante el cual –siguiendo sus
indicaciones y con los recursos adecuados- se puede crear (construir) el sistema imaginado.
Estas actividades, normalmente, se presentan con una estructura definida dado que a lo largo
del tiempo se han construido numerosos métodos cuya aplicabilidad a diferentes proyectos,
a veces, llega a ser muy amplia. Además, estas actividades deben desarrollarse
ordenadamente ya que los subproblemas que encierra el proyecto están relacionados y
condicionados, lo que impide resolverlos simultáneamente, siendo casi siempre necesario
establecer un orden preciso. Por ejemplo, un proyectista no puede calcular una cimentación
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mientras no conozca las acciones que debe soportar por lo que deberá, necesariamente,
calcular con antelación la estructura correspondiente.
Algunas de las actividades deben estar dirigidas a establecer cómo se transforma el proyecto
en realidad (sistema objeto). Normalmente, el qué hacer y el cómo hacerlo se concreta en
una serie de documentos que contienen descripciones, prescripciones, especificaciones,
cálculos y dibujos que hacen posible (tal como señala el Instituto de Ingenieros Civiles de
España) que otros facultativos puedan dirigir los trabajos que conducen a crear o construir el
objeto diseñado.
Sin embargo, prácticamente, todos los problemas con los que hemos de enfrentarnos son
descomponibles en otros más sencillos (subproblemas). Ello facilita nuestra tarea. Aún más,
nosotros creemos que un problema debe descomponerse hasta el nivel de desmenuzamiento
que permita aplicar una técnica o un método sobre esa parte y resolverla.
Un proyecto –realmente el artefacto objeto del mismo- satisface siempre unas necesidades
humanas, aunque eso no significa que esas necesidades sean deseables para todos los seres
humanos (un arma mortífera, un producto contaminante...).
Aunque no lo percibamos, hay proyectos que se llevan a cabo sin ser conscientes de que
pueden satisfacer alguna necesidad pero, en estos casos, lo creado genera la necesidad.
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La teoría que aquí proponemos parte de la concepción del proyecto como conjunto de
actividades intelectuales relacionadas entre sí. Partiendo de esta premisa, se ha realizado un
esfuerzo de concreción de esas actividades, agrupándolas y acotándolas en unidades
homogéneas, bajo la denominación de dimensiones.
EL PROYECTISTA DEBE:
DETERMINAR VARIABLES Y
PARÁMETROS
FASES TÉCNICAS
RESOLVER
PROBLEMAS INSTRUMENTOS
METAPROYECTO
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Dimensión Fases, referida a la morfología del proyecto. Es el conjunto de actividades
dirigidas a dividir, ordenar y reagrupar las tareas a realizar en el proyecto para hacer posible,
y más simple, su resolución. Se asume que el proyecto es complejo, lo cual requiere de su
organización para resolverlo.
Dimensión Instrumentos, referida a los elementos físicos que permiten aplicar las técnicas y
se identifica con las actividades intelectuales dirigidas a seleccionar los útiles, equipos y
elementos materiales más convenientes y a emplearlos en el proyecto en todo aquello que
éste precise para su resolución.
El modelo multidimensional del concepto del proyecto brinda una visión amplia, integral y
organizada del proyecto a partir de la definición y análisis de sus dimensiones, las cuales
están siempre presentes en cualquier tipo de proyecto, y con una presencia continua a lo
largo del desarrollo del mismo.
Con objeto de promover la reflexión sobre los aspectos más abstractos y conceptuales del
proyecto, se propone al alumno realizar el siguiente ejercicio:
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1.1.5. EL PROYECTO Y LA RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS
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Figura 6. Operaciones implícitas en la resolución de problemas.
Creemos firmemente que no existe nadie que pueda resolver un problema correctamente sin
tener en cuenta (considerar) todos o los más importantes aspectos que lo condicionan. Dicho
de otra manera, no existe ningún problema que no encierre condiciones, variables o
parámetros que lo acoten y lo diferencien de los demás. La actividad intelectual de
considerar está íntimamente relacionada con el desmenuzamiento o análisis. Cuanto más
profundo sea el análisis –es decir, se defina mejor todo lo que hay que tener en cuenta o
considerar- más seguros estaremos de acertar los resultados.
Todo ser humano está inmerso en un entorno social y se relaciona con él a través de otros
seres humanos, de objetos y de los elementos de la cultura en los que se fundamenta su
convivencia. Cuando pretende resolver un problema puede necesitar la ayuda de otros a los
que también comunica sus dudas o sus resultados. En definitiva, siempre acaba por
relacionarse con otras personas en actividades de coordinación y de comunicación. Hemos
adoptado el término coordinar porque implica –en una interpretación amplia- comunicar.
A nuestro entender, los conocimientos adquiridos tienen una estructura y se rigen por
normas, teniendo establecidas las relaciones entre las partes de cada conjunto de
conocimientos. Siguiendo las pautas de cada conjunto, los seres humanos somos capaces de
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transformar datos, relacionándolos y obteniendo así resultados más o menos novedosos.
Cada uno de esos conjuntos de conocimientos lo denominamos técnica. Las reglas de
ortografía son una técnica, como también es una técnica la fórmula que nos permite calcular
el área de un triángulo. Nuestra mente va acumulando en la memoria interna un sinfín de
técnicas y muchas más existen en la mente de otros y en diversos soportes externos. Así
pues, resulta primordial la actividad intelectual de seleccionar las técnicas que permitan la
transformación de la información elaborada en otras actividades. La actividad de seleccionar
implica la de aplicar esas técnicas. La aplicación se ha de hacer con instrumentos para
operar, recordar o comunicar.
Todas estas actividades señaladas van conduciendo a la solución. Parece, sin embargo, que
faltan las actividades de evaluación y decisión pero, a nuestro entender, pueden enmarcarse
en la primera y principal actividad –relacionar- ya que dentro de ésta hemos incluido la
comparación y la decisión.
Planteamos que todos los sistemas creados por el hombre han sido obtenidos mediante un
proyecto, porque para obtenerlos se ha necesitado del desarrollo de actividades intelectuales
enmarcadas en el que hemos denominado binomio pensamiento-resolución de problemas
(relacionar, ordenar, considerar, coordinar, seleccionar y aplicar).
Sistemas como la piedra pulida (el hacha), la canoa, la rueda, el molino, el arado, el reloj, la
máquina de vapor, el generador eléctrico (en general, los sistemas de transformación de
energía), el diodo, el transistor, etc., tienen su origen en un proyecto, pues para su definición
y obtención se consideraron numerosos aspectos relacionados con la necesidad que se
pretendía satisfacer, se desarrollaron actividades de algún modo ordenadas, se aplicaron una
o varias técnicas, se adoptaron soluciones y se comunicaron los resultados. Es bastante
obvio que el proyecto de cada uno de estos artefactos pudo diferir de los demás aunque
ninguno de ellos debió resultar sencillo. Así, es probable que la definición de cómo debía ser
y fabricarse una piedra pulida fue una labor de generaciones con numerosas aproximaciones
–mediante ensayo y error- que condujeron a fijar la forma, el tamaño, el material y la textura
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más adecuados a la función requerida. Nuestros antepasados desconocían la geometría, la
resistencia de materiales y cualquier otra ciencia y, sin embargo, diseñaron y construyeron
un objeto con unas características técnicas difícilmente mejorables con los conocimientos y
medios actuales. De modo parecido puede hablarse de los demás artefactos citados y de
todos los creados desde que la humanidad existe.
Se recomienda revisar el Ejemplo 1.1.2 (Pincha Aquí), dónde se resuelve el Ejercicio 1.1.2
para un tipo de proyecto (escribir un libro), y realizar el Ejercicio 1.1.2 (diseño y fabricación
de un nuevo producto)
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por otro, y la distribución en planta independientemente de los problemas anteriores y algo
parecido se realiza con los cálculos de edificación, eléctricos, de fluidos, etc. Es decir, se
descompone el problema planta industrial (imaginada) en subproblemas más específicos, sin
olvidar que cada subproblema influye sobre el resto en mayor o menor medida, aunque
dicha influencia se medirá al resolver cada subproblema y considerar cómo le afectan los
demás.
PROYECTO
Idear cosas
Problema/
o
Necesidad
definir soluciones
PROCESO DE RESOLUCIÓN DE
PROCESO CREATIVO
PROBLEMAS
Los problemas tecnológicos son ampliamente conocidos por los estudiantes, en general. Son
de diversos tipos y presentan diferentes grados de complejidad. Así, si planteásemos
calcular y definir la estructura de una nave industrial, conocidos los sistemas de
fabricación y su ubicación o dimensionar la instalación eléctrica de B.T. necesaria en una
planta industrial, conocidas las necesidades de tipo energético de la misma, estaríamos en
el caso de resolución de problema tecnológico, por ejemplo.
F.H. F.T.
PT PR R
PROBLEMA PROCESO DE RESOLUCIÓN RESPUESTA
TECNOLÓGICO
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Un problema tecnológico se convierte en proyectual cuando no puede resolverse de forma
aislada porque está condicionado por otros problemas (tecnológicos o no). En estos casos, la
toma de decisiones ha de realizarse considerándolos a todos conjuntamente.
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Como conclusión, un Problema Tecnológico se convierte en Problema Proyectual,
cuando no puede resolverse de forma aislada porque está condicionado por otros problemas-
tecnológicos o no-.
Definición de sistema:
Un sistema puede considerarse como un conjunto de dos o más elementos de cualquier clase o
naturaleza, que tienen un fin común y que están relacionados entre sí y con el medio o entorno
que los contiene.
Tipos de sistemas:
• Sistemas Estáticos: Los elementos del sistema y sus relaciones no varían en el tiempo.
• Sistemas Dinámicos: Los elementos del sistema o sus relaciones varían con el tiempo.
- Elementos: son los componentes fundamentales del sistema y pueden ser una representación
real o simplificada de la realidad objeto de estudio.
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- Relaciones entre elementos: el comportamiento de cada elemento tiene efecto sobre el
comportamiento del sistema. Además, cada elemento está afectado por, al menos, otro
elemento del sistema y los enlaces entre elementos son redes de comunicación física o
abstracta.
- División de los sistemas: un sistema está formado por elementos. Cada elemento o
subsistema puede dividirse a su vez en otros elementos o subsistemas. Un sistema no puede
dividirse en subsistemas independientes.
Algunos autores han analizado el proyecto con un enfoque sistémico. Las fases del proyecto se
pueden resumir en el conjunto de actividades que debe desarrollar el proyectista para definir
cómo ha de ser y cómo ha de construirse un OBJETO (fases creativas), las necesarias para
transformar el CONCEPTO DE OBJETO en OBJETO (fases de construcción), y por último la
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vida del OBJETO desde su distribución y consumo hasta la retirada del mismo (fases de
explotación).
Numerosos autores aseguran que la Ingeniería de Sistemas es “una metodología que permite
planificar, programar y diseñar en situaciones muy complejas, utilizando muchas y distintas
disciplinas científicas y tecnológicas.
Para finalizar con el estudio del proyecto bajo un Enfoque Sistémico, es preciso distinguir
entre el Objeto del proyecto y el proyecto. El Objeto es la solución buscada a través del
proyecto. El proyecto es el proceso que nos conduce a esa solución (el objeto).
Crea
PROYECTO OBJETO
Existe una clara diferencia entre CÓMO se proyecta y LO QUE SE PROYECTA. Se separan
las actividades que conducen a dar respuesta a un problema o a una necesidad (PROYECTO)
de la concreción física de la respuesta (OBJETO O ARTEFACTO).
El objeto del proyecto es un sistema, puesto que cumple las características de sistema, tal y
como se definen en la Teoría general de Sistemas.
La ingeniería de sistemas, base del estudio sistémico del proyecto, permite, por un lado,
estructurar un objeto en subsistemas de menor complejidad, y por otro, estudiar y definir los
factores del proyecto y del objeto.
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Se puede decir, por tanto, que la Teoría de Sistemas ha proporcionado un nuevo método de
trabajo en el ámbito proyectual. Este método trata de comprender las cosas viéndolas como
partes de un todo más amplio, y no sólo en términos de su estructura o composición, sino de su
cometido o función.
El enfoque sistémico del Objeto permite dividir el sistema solución (objeto del proyecto) en
subsistemas componentes y partes que facilitan la resolución del problema proyectual
planteado.
Para la división del objeto del proyecto en partes y componentes, se pueden utilizar diversos
criterios:
Análisis funcional: se parte de una función global que debe realizar el sistema, para
determinar qué subfunciones deberían realizar los posibles subsistemas físicos para
que el producto resultante cumpla la función global.
Dividir el sistema objeto en subsistemas cuya intersección sea la menor posible (ver
figura 12):
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Describimos a continuación, a modo de ejemplo, la descomposición en sistemas-
subsistemas-componentes, para un proyecto que consiste en el diseño y construcción de una
planta industrial para la fabricación de bicicletas. Ejemplo 1.1.3 (Pincha Aquí)
Se denomina factor a cada una de las características o aspectos que afectan al proyecto
desde el entorno, entendiéndose por entorno, todos los sistemas externos al proyecto que
influyen en él.
Los factores del proyecto son el modo en que diversos sistemas externos al mismo lo
condicionan. Y como se ha definido en la Teoría de las Dimensiones del proyecto: Los factores
-como dimensión- son el conjunto de actividades intelectuales encaminadas a adquirir una
completa panorámica o perspectiva de todos los aspectos que inciden, tanto de un modo
global en el proyecto, como de forma parcial en cada uno de los subproblemas que encierra .
Tipos de Factores
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Figura 13. Factores fundamentales y factores específicos
Todos los objetos tienen una estructura sistémica, es decir, pueden descomponerse en partes
(subsistemas), cada una de las cuales tiene relación, al menos, con otra, no pudiéndose
separar del conjunto porque, si así se hace, el nuevo conjunto no resuelve el problema para
el que fue creado.
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Otro hecho importante es que, además de poder descomponer un problema en subproblemas
–en paralelo con la descomposición del objeto a proyectar-, la resolución de cada
subproblema no puede –y, en muchos casos, no conviene- llevarse a cabo de una sola vez.
En efecto, en numerosas ocasiones hay que acercarse a la solución mediante aproximaciones
sucesivas.
En la figura 14, se resumen las diferentes definiciones que engloban el concepto de fases del
proyecto.
Es difícil encontrar un proyecto con una relativa complejidad que no requiera resolverse
mediante tres clases de fases que vamos a llamar, previas, conceptuales y de detalle. Estas
tres clases de fases comprenden todas las actividades que van, desde la idea, la propuesta y
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la fijación de objetivos hasta la definición de la solución que satisface, en mayor o menor
medida, las necesidades detectadas en el inicio y origen del proyecto. Son las que conforman
lo que en conjunto hemos denominado fases creativas.
Las fases previas son las que recogen las primeras aproximaciones a la solución del
proyecto. Casi siempre tienen como objetivo acotar el problema-proyecto intentando definir
su orden de magnitud.
También, comprenden casi siempre aquellos estudios preliminares que permiten eliminar los
caminos que no son factibles desde algún punto de vista considerado como fundamental:
económico, tecnológico, legal, medio-ambiental, financiero. Diversos nombres se utilizan
para definir esta fase –a veces, fases-, entre los que cabe citar como más conocidos los de
orden de magnitud, estudios o diseños preliminares, estudios previos y estudios de
viabilidad o “factibilidad”.
Sean quienes fueren los responsables de estos trabajos, los resultados deben permitir conocer
en qué orden de magnitud –ventas posibles, volumen de fabricación recomendable,
inversión aproximada, recursos necesarios, etc.- se debe mover el proyecto.
Si este primer nivel fásico –fases previas- tiene un carácter predominantemente divergente,
ya que se investigan todas las posibles alternativas consideradas viables del proyecto, el
segundo nivel –fases conceptuales- es claramente convergente ya que su objetivo es fijar
soluciones únicas a las principales partes del objeto del proyecto.
Este segundo nivel se corresponde habitualmente con una única fase que, en ingeniería,
recibe los nombres de diseño conceptual o básico, proyecto básico o anteproyecto.
Esta fase está reconocida como la más importante del proyecto porque en ella se han de
poner en juego todas las capacidades del equipo proyectual, participando los profesionales
más cualificados. En esta fase se debe llegar a definir el objeto en todas sus partes
fundamentales quedando aún pendientes de resolver aspectos técnicos poco relevantes,
detalles constructivos y muchos de los cálculos inherentes a ellos que representan, sin duda,
un amplio esfuerzo del equipo de proyectos en el que además se consumirá un tiempo y se
emplearán recursos importantes.
El diseño conceptual de un proyecto conforma una fase muy estructurada, estructura que
difiere según tipologías de proyecto. Así, la mayoría de proyectos de plantas industriales se
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resuelven mediante un conjunto de etapas ordenadas que difieren poco entre sí. De manera
parecida existe (o se puede construir) una estructura (metodología) para los proyectos de
objetos industriales, para los de edificación urbana y para los de ingeniería civil, entre otros.
La mayoría de componentes del objeto a proyectar quedan definidos en esta fase, por lo que
tras su aprobación, difícilmente nos encontraremos con la necesidad de realizar cambios
apreciables. Así, un anteproyecto de planta industrial deja establecida la distribución
espacial de los edificios y de la maquinaria, los elementos y las funciones que han de
realizar, el volumen de producción y todo aquello para lo que se proyecta la planta.
En esta fase ya no es suficiente utilizar factores tan genéricos como en los estudios previos
sino que su especificidad es mucho mayor. Así, por ejemplo, el factor tecnológico se
desmenuzará en otros más concretos: transporte, tiempo, almacenaje, operación, etc.,
necesarios para resolver con el detalle suficiente todas las partes básicas del objeto. Las
técnicas asociadas a esta fase son más complejas aunque algunos subproblemas han de
manejar valores no cuantificables o poco definidos. De ahí, la importancia que tiene la
cualificación profesional de los participantes en el diseño básico: su experiencia y calidad
intelectual se hacen necesarias para garantizar unos buenos resultados. Lógicamente, los
instrumentos puestos en juego son más complejos aunque predominan sobre ellos las
actividades intelectuales personales de los proyectistas, tanto en lo que se refiere a cada uno
de los procesos del proyecto que se llevan a cabo como a la importancia que adquieren todas
y cada una de las decisiones que han de adoptarse en esta fase.
En el anteproyecto, la precisión exigida es bastante más alta que en los estudios previos. Así,
se reconocen como admisibles errores sobre la inversión no superiores al 10% y variaciones
mucho menores en el resto de los problemas definidos, en especial, los de carácter
tecnológico, que no deben sufrir desviaciones sensibles sobre las soluciones adoptadas.
Al tercer nivel fásico –fases de detalle- le corresponde resolver el proyecto hasta el más
mínimo de sus pormenores, por lo que no es de extrañar se le denomine diseño de detalle o
proyecto definitivo.
Estas fases son las que precisan de más tiempo y tienen un mayor coste. Ocupando un
porcentaje entre el 65% y el 75% del tiempo y coste totales.
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El diseño de detalle (también denominado fase proyecto) consiste en la definición del objeto
a construir en todas las partes para las que se ha encontrado solución en el diseño básico.
Las actividades principales a desarrollar por los profesionales que están vinculados al
proyecto son de carácter tecnológico (en caso de proyectos tecnológicos), y en general,
profesionales especialistas en las disciplinas involucradas en el proyecto, por cuanto se
encuentran con problemas perfectamente planteados y acotados. Por ello, el perfil de las
personas que intervienen en esta fase corresponde a técnicos especialistas en todas o algunas
de las tecnologías, de modo que sean capaces de utilizar las técnicas más apropiadas para
obtener respuesta a las propuestas definidas en las fases anteriores. Ello no quiere decir que
sus decisiones no tengan importancia pero su experiencia en proyectar puede ser más
limitada, aunque la formación tecnológica es imprescindible siendo necesario muchas veces
ampliar los conocimientos adquiridos en sus estudios con otros más específicos que no
siempre se aprenden en los centros universitarios sino en las propias empresas donde se
desarrollan los proyectos en los que participan.
La gran ventaja con la que se encuentran los proyectistas en esta fase es que los factores, las
técnicas y los instrumentos a utilizar están muy desarrollados, quedándoles pocas dudas
sobre el camino que deben seguir en cada caso. A pesar de lo dicho, estos profesionales han
de poseer una alta capacidad para correlacionar unos factores con otros, para saber
modelizar o simplificar algunos planteamientos, para interpretar los resultados y para
estimar la fiabilidad de los mismos.
Estos tres niveles fásicos suelen presentarse explícitamente en forma de tres o más fases
estructuradas por las propias ingenierías siguiendo modelos ya existentes, aunque
introduciendo aspectos específicos derivados de su especialización y organización interna.
Cuando aparecen menos de tres fases ello no significa que no existan los tres niveles citados
sino que o bien se funden en menos fases (normalmente, se juntan las previas con las
conceptuales aunque en algunos grandes proyectos llegan a confundirse en el tiempo las
fases conceptuales y de detalle) o bien las fases previas se han desarrollado con mucha
antelación respecto a las conceptuales e, incluso, por profesionales distintos, lo que hace
parecer que no pertenecen al mismo proyecto.
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Figura 15. Fases creativas del proyecto
Concluidas estas fases creativas, el proyecto está finalizado aunque no su razón de ser que
no es otra cosa que el objeto del proyecto. Sin éste todas las actividades precedentes no
tienen sentido. El objeto del proyecto tiene una vida que va desde su propia construcción y
puesta en marcha hasta que deja de ejercer las funciones para las que fue creado y es
retirado, destruido o transformado en otro u otros objetos. Dentro de la vida del producto
pueden definirse los siguientes niveles fásicos: transformación (del proyecto en objeto),
producción, comercialización, uso y retirada (del producto). Los cuatro últimos -
producción, comercialización, uso y retiro- están alejados del ámbito estricto del proyecto
por cuanto el desarrollo de esas fases no corresponde ni a proyectistas ni a empresas de
ingeniería sino a la organización cliente y a departamentos dentro de ésta con
responsabilidades claras en los campos citados pero no en el de proyecto. Esto no quiere
decir que estas fases no influyan en el proyecto, pero lo hacen como condicionantes
(factores) del diseño en las fases creativas. No se pretende menospreciar las actividades
inherentes a estas fases pues exigen amplios conocimientos en tecnología, economía,
finanzas, mercados, relaciones humanas, mantenimiento, etc., teniendo sus responsables que
plantearse y resolver problemas de tanta complejidad como los que asumen los proyectistas.
De hecho, estos profesionales también realizan proyectos si tomamos este concepto desde la
perspectiva adoptada en la introducción de este tema, en el que el proyecto abarcaba la
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creación de todo lo artificial. Así, sus actividades proyectuales se orientan sobre todo hacia
la planificación (de la producción, de las ventas, del mantenimiento y del retiro).
La fase de realización (construcción del objeto del proyecto o implementación física del
sistema proyectado), conlleva la dirección de construcción. En los proyectos de
construcción, la dirección de la construcción se lleva a cabo por facultativos o directores de
obra: realizan fundamentalmente labores de control de las empresas constructoras que son
las responsables directas de la ejecución de las obras proyectadas. En otros tipos de
proyectos, como por ejemplo los proyectos de productos industriales, una vez entregado el
diseño, la responsabilidad de la fabricación pasa a depender de dos departamentos: el de
ingeniería de producción –que desarrolla los planos de taller, corrige, proyecta y construye
los nuevos equipos de fabricación, dejando preparadas las instalaciones para que se puedan
iniciar las actividades de producción- y el de producción que debe procurar planificar esas
actividades para obtener productos en cantidad, calidad, coste y tiempo óptimos. Hasta hace
pocos años sucedía como aquí se ha expuesto: el proyectista diseñaba y se iba, el ingeniero
de producción proyectaba lo necesario para fabricar y el departamento de producción
planificaba la fabricación. En la actualidad, esta separación de funciones está
desapareciendo habiéndose introducido un nuevo concepto de actuación que suele
denominarse ingeniería simultánea o ingeniería concurrente, en la que los tres grupos
trabajan coordinados con los objetivos de reducir tiempo y coste y evitar realimentaciones
excesivas.
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Figura 16. Fases del proyecto de ingeniería
Un concepto relacionado con las fases del proyecto es el del ciclo de vida del mismo.
El sistema proyecto, como sistema dinámico que es, tiene su ciclo de vida constituido por
diversas fases que poseen finalidad propia, y que están compuestas por un conjunto de
actividades. Aunque siguen una secuencia lógica, entre las distintas fases, pueden existir, en
ocasiones, solapes.
Cada fase es abordada mediante etapas sucesivas, siguiendo un proceso lógico de resolución
de problemas: definición del problema, análisis y modelización de problemas, síntesis de
soluciones a los mismos y evaluación y toma de decisiones respecto a los mismos. Esta
estructura constituye un proceso iterativo de solución de multiproblemas, basado en la
transformación de información y en la actuación constante de un retroalimentador que hace
que la información que se va generando se incorpore al proceso.
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Figura 17. Ciclo de vida del proyecto y del objeto
En la figura 18, se representa el ciclo de vida del proyecto, respecto de los recursos
empleados y el tiempo de desarrollo de las mismas. Cada fase del proyecto está limitada en
el tiempo y el conjunto de actividades involucradas en la misma da lugar a unas entregas o
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entregables, que según el tipo de proyecto, pueden ser materiales –componentes o equipos- o
inmateriales –documentos, software- y que permiten evaluar la marcha del proyecto
mediante comprobaciones de su adecuación o no a los objetivos del proyecto y que sirven
para la toma de decisiones del proyecto.
Cada una de las fases que se indican en la figura 18, se caracteriza por lo siguiente:
Fase II: En esta fase se desarrolla la ingeniería de detalle, especificando todas las
características técnicas, dimensionales y económicas de la solución adoptada, así como las
actividades a realizar, su orden de ejecución y su coste, concretándose en la ejecución del
proyecto.
Esta fase de ejecución, concluye con las pruebas y puesta en operación del sistema
proyectado, dando lugar a su fase de explotación y mantenimiento.
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