Filosofía
Filosofía
Filosofía
Son las condiciones que hacen posible que algo se mueva. Constituyen la estructura básica
de todo aquello que se halla sujeto a la movilidad.
Materia
Es el principio de indeterminació
n determinable. Posibilita que algo pierda una propiedad y adquiera una nueva. La
materia es potencialidad pura y constante, es decir siempre hay potencial de cambio y que
se produzca movimiento. La materia nunca puede determinarse completamente, admite
la pérdida de propiedades porque se identifica con la posibilidad, con el poder-ser. Todas
las cosas móviles deben estar constituidas por materia para poder recibir propiedades
contrarias entre sí. Debido a la materialidad, la sustancia puede destruirse, por lo que la
materia se caracteriza por la inestabilidad.
La materia carece de actualidad, ella es potencialidad pura. Tiene una carencia absoluta
de determinaciones, la materia forma parte de la sustancia natural, no es ella misma
sustancia. Para concebir algo como existente, necesitamos la forma, ya que se requiere un
principio de actualidad. La forma determina, produciendo una sustancia con una esencia
determinada, hace que la cosa sea lo que es. Dota de ser actual a lo meramente potencial.
Forma sustancial: Constituye la identidad misma de la sustancia, la hace ser lo que es, la
dota de sus propiedades esenciales.
Formas accidentales: Determinaciones de la cosa de las cuales ella puede carecer sin
perder su identidad, propiedades no esenciales.
Causa eficiente: Debemos dar cuenta de aquello que produce la sustancia, de donde
proviene el movimiento que da a lugar a la sustancia. Origen productivo de las
determinaciones tanto esenciales como accidentales de la sustancia. En los seres vivos,
hay causas eficientes inferiores, en el caso del crecimiento, la causa eficiente del
desarrollo se encuentra en él mismo, su propio principio vital lo lleva a desarrollarse.
La causa final: Cada sustancia natural posee una finalidad intrínseca proveniente de sus
propias determinaciones esenciales. El humano cuya identidad proviene de su
racionalidad, tiene funciones propias como el conocimiento y la acción virtuosa, el fin del
ser humano es la ejecución excelente de estas funciones. Su propio principio de
movimiento, su naturaleza lo lleva a tal desarrollo. “La naturaleza es fin”.
Materia y forma dentro del orden de las cuatro causas
Materia
Causa material: Esta causa se identifica con materia, en último término aquello de lo que
todo ente natural se constituye es la materia prima, entendía como el principio de
potencialidad.
Forma
Las otras tres causas se atribuyen a la forma, la forma obra como principio de desarrollo y
despliegue activos, cuyo movimiento se orienta según las determinaciones esenciales que
la misma forma actualiza. Es principio de actualización o de realización. La causa final es a
su vez la forma, el término del desarrollo radica en la actualización perfecta de las
posibilidades esenciales del ente natural. Solo entonces, la forma ha actualizado la
materia plenamente. El movimiento teleológico (dirigido a fines) iniciado por el poder
actualizante de la forma es reflexivo.
El alma
Aristóteles identifica el alma como uno de los principios de la naturaleza. El cuerpo del
viviente proviene de la materia, del principio de potencialidad. La sustancia natural
animada (aquello que carece de vida y que no se identifica con ella) requiere de un
principio de forma, de actualidad. El viviente es la sustancia, y su cuerpo la parte material.
Por consiguiente, debemos buscar su principio de actualidad en el alma. El alma es una
forma específica de un cuerpo natural vivo en potencia. Es un principio de actualidad que
determina a la materia vivificándola, es decir le da ser actual a la materia constituyendo
una sustancia que se identifica con un ser vivo. El alma vivifica a la materia que actualiza y
determina. La acción del alma distingue al cuerpo de todos los otros seres naturales,
puesto a que se diferencia por su vida. Si pierden su capacidad de vivir, se destruye su
identidad, la corrupción completa del ser vivo. Ni el cuerpo ni el alma existen por
separado, conforman una sustancia con una esencia determinada.
Platón pensaba que el alma era independiente al cuerpo en donde está la identidad
esencial del ser vivo. Un alma podía pasar por muchos cuerpos manteniendo su identidad.
En cambio Aristóteles atiende a la unidad del viviente. El ser vivo no se identifica con su
alma, no basta con el alma para formar un ser vivo, es uno de sus principios constitutivos.
El ser vivo es parte alma y es parte cuerpo. Solo podemos caracterizar la identidad de las
sustancias vivas si unimos los dos principios que las constituyen. El alma es causa formal
del viviente porque lo dota de su esencia y sus determinaciones básicas, es causa eficiente
puesto que lo vivo se identifica por la capacidad de obrar de cierta manera y el alma opera
como causa final del viviente, dado que lo vivo se desarrolla en vistas a su propia plenitud.
El alma es principio de movimiento de la sustancia viviente con que la capacita para mover
su cuerpo, mueve al cuerpo y dado que el viviente se identifica parcialmente en ambos
principios, afirmamos que se mueve a sí mismo. Las actividades del viviente inician desde
sí.