Claves de Navegacion en La ETC - Docx 1
Claves de Navegacion en La ETC - Docx 1
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1- La vida de una ETC está organizada en tres módulos diarios. Uno de los módulos debería mostrar otra cosa
que el maestro “dictando clase” para dar paso a: una asamblea de clase, una hora del juego, un trabajo en
talleres de proyectos, una sesión de trabajo con un profesor especial, un momento para la convivencia, una
participación en la asamblea de centro, entre otras cosas.
2- Todos los maestros deberían conocer o al menos “estar al tanto” de la trayectoria de todos los alumnos de la
escuela, especialmente los que tienen algún rezago. Para ello el maestro debería tener encuentros con
alumnos que no son sus alumnos del grupo clase. Esto es posible si se realiza en la escuela los talleres de
Proyectos, la modalidad multigrado, la rotación de grupos, rotación de maestros para hora de juego, entre
otros modos.
3- La reunión semanal de colectivo docente debería ser un espacio de producción de los docentes. Por lo tanto
debería ser acotado el espacio en la sala para planificar talleres de proyectos u organizar actos. La agenda de
cada sala debería mostrar claramente ese momento fuerte de producción y debate así como la consigna que
lo genera.
4- Una ETC suele mostrar para el visitante una población escolar que circula por el edificio con autonomía y
para cuestiones diversas. Cada salón es un espacio que se reconvierte para tratamiento de asuntos diversos
y cada grupo o duplas de grupos de edades cercanas, reinventa el espacio de trabajo según la actividad. En
este sentido, es necesario “aprender a ver” que estas formas existen y leerlas en su contexto.
5- En algunos momentos algunos grupos deberían estar en el patio o en el aula participando de un juego sobre
el cual el maestro tiene ciertas claves.
6- Luego del almuerzo la escuela “reposa”, no se trata de un recreo más sino de estar en calma para una mejor
digestión, hacer el cepillado de dientes; es la hora del descanso y así la concebimos. Este momento no
debería prolongarse infinitamente y debería estar ajustado por el cronograma de la escuela. En el caso de las
escuelas con turnos para el almuerzo, debería ocurrir que algunos grupos están en ese momento y otros ya
lo culminaron. Esto mostraría una autonomía de los grupos, de los maestros y atenerse al cronograma
presente y conocido por todos.
7- Un momento del almuerzo en el que se comparte y se conversa con calma. No se trata de simplemente
comer, sino de compartir un almuerzo con lo que ello significa: adquirir el hábito de sentarse a la mesa,
aprender el uso de los cubiertos, de servirse el agua, ensaladas, esperar a que todos finalicen, conversar con
los compañeros y el maestro. El almuerzo se configura así en momento educativo, posible de ser observado
y tratado en reuniones de asambleas.
8- Lavado de manos y cepillado de dientes. Estos momentos se enseñan y se interviene sobre ellos. Una vista a
cómo queda el lavamanos luego del uso de todos da cuenta si esto ha sido trabajado por el maestro con sus
alumnos.
9- Entrar a la escuela, al comedor, salir de la escuela son momentos que expresan lo que la escuela promueve y
cuánto se discute sobre convivir y compartir espacios comunes. Dice también de la calma que la escuela
promueve o no en sus alumnos, dice de los ajustes a lo largo del año, dice de cómo la escuela se relaciona
con las familias y el barrio. El saludo de la mañana y compartir un momento todos juntos expresa la
necesidad de que el niño se sienta recibido y bienvenido cada día y ofrece una oportunidad de explicitar por
dónde circulará la jornada de trabajo en la escuela. El riesgo es que estos momentos pensados por cada
escuela bajo una forma singular, luego se “queden prendidos a la cara” del director que los promovió.
10- El trabajo con las familias y el entorno de la escuela. Si la escuela construye estos vínculos es fácilmente
perceptible leerlos en su día a día. La escuela no debería prescindir de los vecinos, de las familias. Por el
contrario, necesita construir esos vínculos que den cuenta de que los roles están claros, que hay reglas que
se respetan y que todos pueden tomar la palabra para aportar, para plantear sus dudas o quejas pero en un
lenguaje que se acuerda y en un espacio que se “acomoda” para escuchar al otro.
11- Un director presente y que conoce lo que ocurre en su escuela cada día aún sin entrar a cada aula. Para ello
se necesita alguna recorrida espontánea, unas conversaciones con cada maestro, el visado de sus
planificaciones, las entrevistas, el trabajo con documentaciones de los maestros y de GURÍ. Ese director
representa en cada espacio de la jornada a su escuela y debería ser capaz de responder siempre a las
preguntas “¿qué pueden lograr los alumnos de esta escuela?, ¿qué tiene la escuela para contar y que valga
la pena?”. Un buen director no debería comenzar las respuestas a las anteriores preguntas por lo que falta o
por lo que no tiene.
12- Unos maestros y profesores comprometidos con la tarea de que todos los alumnos de la escuela aprendan y
aprendan bien. Se trata de promover la responsabilidad compartida por los aprendizajes de todos los
alumnos. Para ello se necesitan ciertos puntos de partida en las discusiones para conceptualizar sobre el
aprendizaje y la enseñanza y la definición de unas rutas comunes en el ciclo. Esto solo es posible si existe una
construcción colectiva de todos los implicados en la tarea de enseñar. Pero además todos los maestros que
trabajan en una ETC saben cuál es su lógica y saben además que seguramente la escuela contará con una
población escolar que insumirá tiempo, paciencia y la convicción de que sí pueden aprender. Maestros y
profesores deberían tener instancias de discusión y de acuerdos que se logran en la sala pero además en
espacios informales de trabajo.